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Richard Leslie Ramsay

Editor | Director Revista Desafío Exportar

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Febrero mes convulsionado

Al cierre de esta edición el publicitado acuerdo con el Fondo Monetario Internacional pende de un hilo, a partir de la explosiva renuncia de Máximo Kirchner como presidente del bloque de diputados oficialistas, que a esta hora no sabemos si es un acting destinado a que sus seguidores lo vean como un héroe que se rebela o cómo cree el común de la gente, que como buen discípulo de la madre desaparece de la escena hasta que se calmen las aguas. Si la renuncia fuese seria, renunciaría como diputado y como presidente del partido, pero esto está lejos de sus intenciones. Como diría Groucho Marx, “estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros...” Aún es temprano para conocer los alcances de la renuncia entre los diputados seguidores de Máximo Kirchner, dado que al momento sólo se conoce la renuncia de la vicepresidente del bloque Cecilia Moreau. Cuando entre el supuesto entendimiento a la Cámara de Diputados para ser analizado y posteriormente aprobado, (si conforma a la oposición), en la inteligencia de mostrar un frente unido ante el FMI. Un capítulo con final incierto. El fallecimiento de jóvenes consumidores de droga envenenada puso en evidencia lo que es vox populi: dónde se vende, quién vende a la vista de cualquiera que quisiera verlo. Es decir zona liberada. Desde hace años el narcotráfico es bien recibido en el país, dejando su condición de país de paso a productor y consumidor. La ministra de Seguridad Sabina Frederick desprotegió todas las fronteras retirando a las fuerzas de gendarmería y prefectura naval en un abierto acto de puertas abiertas a los narcotraficantes. El mencionado fallecimiento de consumidores pone en descubierto la connivencia de traficantes con algunos sectores de la policía y la política, toda vez que el escándalo es imposible de tapar y algún juez o fiscal tendrían que ahondar en las investigaciones e ir más allá de los vendedores callejeros. Los traficantes de drogas hace varios años que están instalados en el país, operando con total impunidad. Para mantener las apariencias de vez en cuando cae un “perejil” con algunos kilos de marihuana, mientras decenas de kilos de cocaína son arrojados

desde el aire o dejados en puertos improvisados de la hidrovía ríos Paraná -Paraguay. Durante el gobierno de Cristina Fernández, la jueza Servini de Cubría había iniciado una investigación que prometía ir hasta lo más alto de los traficantes, pero algo sucedió en su investigación que terminó en los escalones de la casa de gobierno, sin llegar a trasponer la puerta de entrada... Es tanto el dinero que genera que hace que pocos se resistan a su encanto: jueces, fiscales, policías, funcionarios nacionales, provinciales, municipales e inclusive periodistas. Pensar que se puede acabar con el tráfico de drogas es una utopía, sólo se podrá menguar si existe una decisión firme de combatirla. Es de desear que la muerte de tantos jóvenes no sea en vano.

richardleslieramsay@gmail.com

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