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Un cuadro social sumamente delicado
Por Invecq Consulting S.A.
Rebote de la actividad
La actividad rebotó 2,4% m/m en julio , según el EMAE elaborado por INDEC. De esta manera, la economía volvió a recuperarse en términos desestacionalizados luego de cuatro meses consecutivos de caída , y se ubicó en niveles similares a los del primer cuatrimestre de 2023. De todos modos, no creemos que este dato puntual implique un cambio de
tendencia sino más bien una excepción a una tendencia que continuará siendo negativa.
En la comparación anual, 10 de los 15 sectores relevados mostraron guarismos positivos frente a igual mes de 2022 , destacándose “Pesca” (+20,5%), “Explotación de minas y canteras” (+7,1%) y “Hoteles y Restaurantes” (+3,5%). De todas formas, el indicador general se contrajo 1,5% i.a.; y, en lo que va
de 2023, cae 1,2% versus el primer semestre del año pasado [1].
Pese a que el dato de julio haya sorprendido por la positiva, no hay muchos factores para ilusionarse con un repunte sostenido de la actividad : el salto devaluatorio, el fogonazo inflacionario y la exacerbación de la incertidumbre y volatilidad pos PASO auguran un agosto nuevamente en rojo; comportamiento que, probablemente, se mantenga para lo que resta del año
Pobreza al alza
Durante el primer semestre (I-S) del año, el 40,1% de la población se encontró en situación de pobreza, y el 9,3% por debajo de la línea de indigencia -según INDEC-; esto es, del universo total cubierto por la EPH[2], 11,8 y 2,7 millones de personas, respectivamente. Extrapolando al total de la población argentina, los ciudadanos pobres alcanzan los 18,5 millones y los indigentes los 4,3 millones
De esta manera, se consolida la tendencia evidenciada desde mediados del año pasado : en ese entonces, el 36,5% de los habitantes relevados
estuvo por debajo del umbral de la pobreza; guarismo que saltó a 39,2% (+2,7 p.p.[3]) en II-S 2022, y a 40,1% en I-S 2023 (+0,9 p.p.).
Ahora bien, si se amplía el horizonte temporal, la situación es aún más preocupante : no solo los niveles de pobreza e indigencia han sido muy altos durante las últimas décadas, sino que vienen creciendo casi sin interrupciones desde 2017 -excluyendo el 2021 de recuperación pospandemia-, año en el que se alcanzó un mínimo histórico de 25,7% y 4,9% en II-S, respectivamente.
Un factor relevante y sumamente preocupante de este fenómeno se evidencia al observar la distribución por rango etario: más del 50% de la población de entre 0 y 14 años está por debajo de la línea de pobreza ; guarismo que desciende a 46,8% para las personas de 15-29, a 35,4% para aquellos de 30-64, y a 13,2% para los de 65 o más. Si se compara frente al “mínimo” de 2017, el primer grupo tuvo un incremento de 16,5 p.p.
Hacia adelante lo más probable es que la situación empeore y la Argentina cierre el año con un cuadro social incluso peor al del pico