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Volver al mundo: O sos parte de la mesa…o sos parte del menú

Melisa GALVANO QUIROGA

Melisa Galvano Quiroga Directora de Relaciones Internacionales del CEEAXXI. Doctorado en Relaciones Internacionales.

Magister en Negociaciones Internacionales (UDESA).

En materia de relaciones internacionales Argentina se ha caracterizado por carecer de una proyección inteligente y estratégica oscilando entre movimientos pendulares e ideológicos que no permitieron vislumbrar hacia dónde va el mundo. La visión de túnel no habilita una planificación estratégica e inteligente que pondere las fortalezas y oportunidades del país al tiempo de minimizar debilidades y amenzas. Algo tan simple como una matriz F.O.D.A. de la agenda internacional.

La política exterior es la suma de políticas públicas, entendiendo que no podemos vincularnos con el mundo de forma muy diferente a como nos ordenamos internamente. Se proyecta de adentro hacia afuera, de allí la falta de perspectiva y continuidad internacional. Hoy día a nivel global enfrentamos muchos desafíos que sitúan al país en un lugar estratégico porque el mundo es de los que se atreven a explorarlo y muy por el contrario Argentina en los últimos años se autoexcluyó de un mundo que siguió girando y cambiando.

Volver a insertarse implica desafiarse a pensar ¿hacia dónde queremos ir? ¿con quienes, qué socios buscamos? Y ¿cómo queremos emprender el camino? En términos generales estas respuestas las podemos encontrar repensando algunos puntos esenciales. Si la política exterior es la suma de las políticas públicas es indispensable una estrategia integral e interministerial que abarque desde la inteligencia comercial, la producción, el mercado laboral hasta el rol de la integración territorial, logística e infraestructura. Los nuevos escenarios internacionales presentan desafíos disruptivos que requieren respuestas rápidas y competitivas, por eso en materia comercial es esencial una conectividad que acerque al mundo acelerando los tiempos y reduciendo costos. Un tema clave en este punto tiene que ver con la estrategia de nuevos socios comerciales para lo cual es fundamental el rol de los corredores bioceánicos. Debemos dejar de pensar una Argentina mirando solamente al Atlántico y dar un salto cualitativo hacia una Argentina bioceánica. Por ello, es imprescindible entender a la infraestructura como un eslabón esencial dentro de la inteligencia comercial.

El segundo punto tiene que ver con el ámbito multilateral que claramente se encuentra en crisis porque su ordenamiento ya no responde al mundo post 1945 pero tampoco se terminan de gestar las nuevas reglas y conductas multilaterales. Esto es importante porque si bien muchas agendas pueden ser confusas y son tiempos de incertidumbre donde muchos países toman la vía plurilateral para negociar temas que buscan instalar en el ámbito multilateral; también en tiempos borrosos hay espacios de construcción en los cuales se puede tener un margen para negociar ciertos temas favorables para el país. Un requisito “sine qua non” es estar presente, formar parte, debatir y buscar todas las posibles alternativas para conseguir el mejor escenario posible.

En ese sentido un desafío muy importante para Argentina es el acceso a la OCDE , sin lugar a duda vincularnos con países que compartimos valores de libertad, democracia, libre mercado, facilita la posibilidad de acceder a más y mejores estándares internacionales. El proceso seguramente puede ser largo y sinuoso porque implica la reforma de muchas estructuras pero la promesa de llegar a un buen puerto está asegurada. Un tercer punto es la agenda de relacionamiento externo y como caso testigo tenemos el Acuerdo Mercosur-Unión Europea . Una negociación que duró más de dos décadas no puede tener otro destino que su implementación. Habrá puntos para cerrar y cuestiones particulares que acomodar pero la importancia que implica un acuerdo con un socio tradicional es clave en materia comercial.

Son varias las negociaciones en curso sobre acuerdos estratégicos y otras que se podrían plantear pero comenzar por tomar la decisión política de poner en marcha este acuerdo implica un cambio fundamental en materia de cómo nos relacionamos con el mundo.

Claro está que no depende solamente de Argentina, la UE deberá hacer su trabajo y el bloque del MERCOSUR el suyo. Los cambios estructurales y la planificación estratégica implica tomar riesgos presentes en pos de beneficios futuros y este acuerdo abre las puertas al mundo en materia de tratados comerciales con otros bloques o socios.

Por último en materia de relaciones bilaterales Argentina tiene que tener claro a quienes tomará de la mano como socio y para qué. Eso significa que la elección de vincu - lación no puede seguir respondiendo a una cuestión ideológica, sino pragmática y responsable. Desde ya que hay socios tradicionales occidentales con los cuales compartimos principios y valores resultando más claro entenderse. Pero el mundo ha cambiado y hoy día son muchos países que tienen una fuerte presencia mundial que buscan a Argentina como socio, que representan una gran oportunidad y que tal vez el trabajo sea tratar de entender en que cuestiones se puede estar de acuerdo y en cuales no para generar acuerdos pragmáticos.

Grandes economías mundiales demandan todo lo que Argentina tiene para ofrecer al mundo y en los últimos años se han abierto mercado y gestado vínculos con diferentes socios sin una planificación, por ello es necesario sincerar vínculos comerciales entendiendo hacia dónde va el mundo y que lugar quiere ocupar Argentina.

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