Caracas, 10 de diciembre de 2013
Triunfo agridulce
uego de las elecciones del pasado domingo y de los resultados preliminares del Consejo Nacional Electoral, tanto el chavismo como la oposición se atribuyeron la victoria, pero las cifras muestran que no hay un vencedor claro. Si el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) y la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) fueran boxeadores, ambos habrían soltado sus mejores golpes pero terminarían sin hacerse daño severo ni llegar al nocaut. El chavismo, a pesar de tener al árbitro a favor, los recursos del Estado a su disposición, de contar con una fuerte maquinaria electoral, con 15 años de go-
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El chavismo y la oposición se dieron sus mejores golpes el pasado domingo pero no lograron apabullar a su rival, mientras se abre la preparación para las legislativas de 2015 bierno, con todas las cadenas de radio y televisión, la Ley Habilitante, las fiscalizaciones a los comercios y empresas, con los medios audiovisuales públicos y pri-
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vados de su parte y hasta con conciertos gratis con fines proselitistas (Fito Paéz, Café Tacuba, Juan Gabriel, Don Omar, etc.), no logró apabullar a la oposición. Por su parte la oposición, con recursos marginales y poca exposición mediática, con el argumento de que estos comicios serían un plebiscito para el presidente Nicolás Maduro y apelando al voto castigo contra la ineficiencia gubernamental, no pudo alzar vuelo pero le arrebató algunas ciudades importantes al chavismo (como Barquisimeto, San Cristóbal y Barinas). En estas elecciones surgió a la vista con mucha fuerza un tercer actor, además del chavismo y la Mesa de la Unidad, que Cont. en la pág. 2