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Caracas, 10 de diciembre de 2014
Como pajarito en grama
an transcurrido 10 meses desde las protestas que encendieron las calles de varias ciudades de Venezuela, que no sólo pusieron (momentáneamente) en jaque al chavismo, sino que dividieron y desarticularon a la oposición, que venía en ascenso a pesar de las derrotas electorales. Los impulsores del movimiento llamado La Salida fueron perseguidos por el Gobierno: Leopoldo López permanece preso en Ramo Verde, mientras María Corina Machado fue imputada por cargos de conspiración la semana pasada. Los casos de ambos han generado muestras de solidaridad nacional e internacional, el último de los cuales fue el de la Unión Parlamentaria (UIP), que planea enviar
H
Frente a la difícil realidad política, social y económica de Venezuela la oposición todavía luce desarticulada y sin rumbo a un observador a Venezuela para seguir el proceso contra Machado. La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ha mantenido silencio respecto a López y Machado, mientras Henrique Capriles sigue repitiendo su mantra: "el tiempo de Dios es perfecto". La elección de Jesús "Chúo" Torrealba auguraba que la MUD empezaría a acercarse a los sectores populares y a recuperar
una posición, proactiva, pero no ha sido así. El politólogo John Magdaleno destacó que, tras la protestas de febrero, no hubo mayores avances por parte de la oposición, y que ahora cabe preguntarse si se retomará el terreno perdido o se abandonará. Indicó que la ausencia de pronunciamientos por parte de la MUD sobre la situación de López, Machado y los problemas más graves del país crea suspicacia entre los venezolanos. "Uno se pregunta si la agenda estratégica de la MUD tiene como único objetivo las elecciones a la Asamblea Nacional es sólo electoral o si incluye un conjunto de iniciativas que vayan más allá de los comicios", inquirió. Cont. en la pág. 2