Carta semanal 24 de febrero 2016

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Caracas, 24 de febrero de 2016

Miraflores viene con papas y refresco nte la manifiesta intención del Gobierno por desconocer cualquier iniciativa de la nueva Asamblea Nacional, la oposición ha vuelto a enfatizar un cambio adelantado en el Ejecutivo como condición esencial para superar la crisis que atraviesa el país.

"Llegó el momento" han repetido hasta el cansancio diferentes voceros de la Mesa de la Unidad (MUD) en los últimos

A

Un hipotético gobierno de la Unidad que reemplace anticipadamente a Maduro pudiera conseguirse con un país ingobernable por la crisis económica. Para mantenerse en el poder tendría que ganarse la confianza de la población convenciéndola de que toma medidas que a largo plazo acabarán con lo escasez y la inflación

días. Al parecer, la enorme la mayoría de la ciudadanía piensa igual: 72% de los venezolanos apoya la salida del presidente Nicolás Maduro antes del fin de su período en 2019, según la última encuesta de la firma Datincorp, de Jesús Seguías.

Corresponde ahora a la coalición opositora ponerse de acuerdo en la implementación de un mecanismo constiCont. en la pág. 2

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tucional para llevar el cambio a Miraflores lo antes posible. Todos son complicados y pueden durar hasta un año en concretarse.

Pero suponiendo que el proceso salga bien, los desafíos de la MUD no terminarán entonces. Maduro le legaría a su sucesor un país azotado por la inflación más alta desde que este indicador se registra, escasez crónica de productos de primera necesidad, malestar social agudo y una deuda monumental.

Para colmo, no hay garantía de que el petróleo, única fuente de ingresos rápidos en divisas para el Estado, recupere su desplomado precio antes de que llegue el momento de la ascensión del nuevo gobierno.

Con el control de los poderes legislativo y ejecutivo, la oposición no tendrá más excusas para evitar las medidas que hacen falta para satisfacer las necesidades urgentes de la población. Ejecutar estas políticas y mantener su creciente base de apoyo pudiera ser un reto todavía más duro que adelantar la salida de Maduro.

Pender de un barril

de limitar la oferta fue en parte aceptada por Rusia, Arabia Saudita y Catar. Junto con Venezuela, estos cuatro acordaron congelar su producción en los niveles de enero.

Pero el pacto, por sí solo, no basta para subir los precios. En el mejor de los escenarios, evitará que sigan cayendo. El mes pasado la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) reportó una sobreoferta de 2,9 millones de barriles diarios. Arabia Saudita, el mayor productor del organismo, se negó recientemente a reducir la cantidad de barriles que elabora por día.

Además, cualquier acuerdo de esta naturaleza requerirá la cooperación de Irán, el segundo o tercer mayor productor. La reacción del país persa al acuerdo promovido por Venezuela ha sido mixta: por un lado se mostró interesado si otros exportadores hacen lo mismo, pero rechazó cualquier descenso de su participación en el mercado. Es poco probable que los iraníes estén dispuestos a ceder mucho en esta dirección, puesto que apenas empiezan a recuperarse de años de sanciones por parte de Estados Unidos y la Unión Europea que limitaban sus ventas.

Los posibles estimulantes de la demanda de crudo son todos factores sobre los que Venezuela tiene poco o ningún control: nuevo crecimiento acelerado de

La recuperación a corto plazo de Venezuela será mucho más difícil con precios del petróleo como los actuales. La semana pasada las cotizaciones del oro negro cerraron en 24,03 dólares, muy por debajo de los 40 con los que se calculó el presupuesto para este Víctor año.

Maldonado Esta sería una de las realidades más duras a las que tendría que hacer frente un hipotético gobierno de la MUD. Los expertos coinciden en que no se debe seguir dependiendo de la renta petrolera. Pero revertir esta situación es un proceso a largo plazo, demasiado lento para las necesidades de mejora de calidad de vida de la población. ¿Puede esperarse que los precios aumenten pronto? Tras más de un año de giras oficiales sin una sola muestra efectiva de apoyo, la propuesta venezolana

la economía china, reducción de la oferta estadounidense de petróleo de esquisto o, incluso, una intensificación de las acciones militares occidentales y rusas contra terroristas en el Medio Oriente.

El economista experto en petróleo Orlando Ochoa expuso en el reciente "Foro Escenarios Económicos Post 6D", realizado por Econométrica, que como escenario optimista prevé una cesta venezolana cuyo valor esté en promedio en un rango entre los 35 y 40 dólares. Si es así, en el mejor de los casos apenas sería suficiente para el presupuesto de 2016.

La oposición se estaría lanzando entonces a una carrera por Miraflores en un contexto petrolero incierto. Maduro le podría legar una severa escasez de divisas que limitaría su capacidad para importar u honrar compromisos internacionales.

Población desesperada Ni siquiera está claro todavía si podrá activarse alguno de los mecanismos para adelantar el cambio de Gobierno y ya el panorama socioeconómico es alarmante: 24% de la población asegura que come solo dos veces al día, y 4,8%, una sola vez, según la última encuesta de Venebarómetro. Además, 90% de opositores, 87% de independientes y 57% de chavistas respondieron que no tenían suficiente dinero para comprar los medicamentos que requieren.

Estas cifras, combinadas con las largas colas para adquirir productos de primera necesidad, han tenido como resultado un aumento de actos desesperados como saqueos. Solo en la semana pasada hubo dos: en Ciudad Piar (Bolívar) y en El Vigía (Mérida), más un intento, controlado por la policía, en la urbanización Terrazas del Ávila, en el extremo este de Caracas.

Para el ciudadano común, la inflación y la escasez son dos hermanas más aterradoras que las niñas gemelas fantasmas en la película El Resplandor. Especialistas coinciden en que, por tardías y tímidas, las medidas anunciadas la >> Cont. en la pág. 3

>> Viene de la pág. 2 semana pasada por Maduro agudizarán estos dos fenómenos de manera prolongada. Por lo tanto, la oposición heredaría una Presidencia que tendrá que enfrentar unos indicadores todavía más graves que los actuales.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) calcula que la inflación en 2016 en el país será de 720%. Para el año pasado este organismo estimó un aumento de precios de 275%. Eso es bastante superior que el 181% oficial divulgado por el Banco Central de Venezuela. No obstante, se acerca al 240% que, según economistas advierten, habría resultado si el ente emisor no hubiera cambiado la metodología usada en el desarrollo del indicador.

Para conquistar el Parlamento, la MUD se comprometió a usarlo como una plataforma que presione al Ejecutivo en la toma de decisiones que resuelvan la crisis económica. En vista de que el Gobierno se ha negado a aceptar cualquier iniciativa de la legislatura, el nuevo argumento opositor es que es necesario conquistar también Miraflores. Si lo consiguen, acabar con la inflación y el desabastecimiento requerirá reformas que no son tan simples como parecen.

¿Fin de las regulaciones?

Desde el sector privado muchos claman por el fin de los controles de cambio y precios que señalan como principales causas de la merma en su productividad y alza desbordada de costos. En efecto, la mayoría de los economistas está de acuerdo en que urge ponerle fin a estas políticas, pero recomiendan gradualidad, al menos en el caso del régimen de divisas. Una liberación del tipo de cambio de la noche a la mañana muy probablemente producirá una inmediata fuga de capi-

tales. La mayoría de los inversionistas estará desesperada por llevar sus ahorros a una moneda más estable que el bolívar.

El Estado se quedaría sin dólares que necesita para el pago de deudas e importaciones.

En cuanto al control de precios, el gobierno actual ya ha manifestado su compromiso por hacer una revisión que considere la estructura de costos. Se desconoce cuál será el alcance de esta medida, pero si el valor de los bienes se sincera, habrá un primer impacto inflacionario brusco. Eso pudiera preparar al terreno de la psicología colectiva para los hipotéticos nuevos aumentos que se darían bajo un Ejecutivo no rojo.

Pero una verdadera liberación de precios que permita cubrir costos necesita además considerar la importación de productos terminados o insumos para la elaboración industrial local. Ello a su vez es otro obstáculo difícil de superar por la escasez de divisas. Por eso, mientras el Gobierno busca aumentar su ingreso en dólares, podría atender las necesidades más urgentes de la población con ayuda humanitaria internacional. La MUD ya demostró desde la AN que no le teme a este tipo de medidas "mendicantes" y que solo pueden ser bloqueadas en este momento por el Ejecutivo que la oposición busca controlar.

Cuando se concrete el aumento de precios por el levantamiento de la regulación, una forma de reducir el impacto sobre los sectores más humildes pudiera ser un subsidio directo a las familias. Esto es algo que Maduro pronto comenzará a hacer con la "Tarjeta de Misiones Socialistas". Títulos ideológicos aparte, la implementación del subsidio es una de las poquísimas políticas que varios economistas han rescatado como positivas.

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La búsqueda de recursos Un hipotético gobierno de oposición necesitaría recursos financieros para afrontar la crisis económica que actualmente atraviesa el país, y la forma más expedita de hacerlo es buscar préstamos internacionales, bien sea a países aliados (como China) o a organismos multilaterales.

Los gobiernos de Hugo Chávez y Maduro rechazaron la posibilidad de pedir auxilio financiero al FMI, pero eso podría cambiar con un cambio en Miraflores.

El fondo podría ser una alternativa viable para un nuevo gobierno opositor, pero este tendría que ofrecer garantías de que podrá cumplir con los compromisos de pago. Ese conjunto de condiciones, que se suele llamar "paquetazo" en alusión al de Carlos Andrés Pérez, incluiría medidas fiscales, alzas de impuestos y de tarifas de servicios, privatizaciones, etc. El problema en esta alternativa radica en que el efecto en los bolsillos de los venezolanos podría ser aprovechado por el chavismo para resurgir con fuerza.

Preocupación por el pago de la deuda Otra opción para obtener recursos a mediano plazo es la emisión de deuda, aunque su éxito dependería de cuanta confianza pudiera generar un cambio de gobierno en Venezuela.

Un tema que preocupa a los mercados internacionales es precisamente cómo ese hipotético gobierno de oposición manejaría el tema de la deuda externa (bonos), pues hasta ahora no hay una posición única y firme al respecto: hay quienes plantean una moratoria, y quienes abogan por una reestructuración.

En cualquier caso, un nuevo Ejecutivo

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Rojos de furia

deberá tomas acciones para reconquistar la confianza de los mercados internacionales y así atraer inversiones hacia el país, obtener financiamiento o condiciones más favorables para eventuales emisiones de deuda de Venezuela o de Pdvsa.

Gobernabilidad en riesgo Los retos económicos que tendría que afrentar el gobierno postchavista se traducirán en dificultades políticas. Una vez en Miraflores, la MUD no podrá excusarse ante la opinión pública con el argumento de que no puede aportar a la solución de problemas por la resistencia chavista en el Ejecutivo, como ha hecho desde la Asamblea Nacional. La población exigirá mejoras rápidas, pero los cambios necesarios en su mayoría no harán notar de inmediato sus efectos benéficos. Para la oposición no sería sencillo proceder sin arriesgarse a perder el capital político ganado.

El politólogo Víctor Maldonado advierte que no se debe retrasar la ejecu-

Directora: Cindy Medina Redacción: Alejandro Armas Asistente de prensa: Gabriel Vargas

ción de las medidas indispensables para sacar a largo plazo el país de la crisis. "La gente esté esperando un gobierno que marque el rumbo, que convoque al trabajo y tome las acciones que hagan falta para revertir la inflación y la escasez", dijo el experto del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (Cedice).

A juicio de Maldonado, correr la arruga y demorar la toma de decisiones efectivas profundizará la crisis y hará todavía más doloroso el impacto. Esto a su vez dificultará la gobernabilidad y aumentará el rechazo a quien que ocupe la silla presidencial.

Sugiere que la oposición, se gane la confianza de la mayoría con garantías sinceras y progresivas en tres aristas: la recuperación de la seguridad ciudadana, con una lucha efectiva contra la delincuencia; la desregulación de la economía para el crecimiento y una política social destinada a las necesidades de los sectores menos favorecidos.

Gerente de Administración y Finanzas: Mirla Moros Jefe de Mercadeo y Ventas: Ileana Hidalgo

El nuevo gobierno tendría un escollo en al menos una parte del chavismo, que no desparecerá como fuerza política y muy probablemente seguirá teniendo una capacidad considerable de movilizar a la población. Si bien pudiera permanecer como minoría, los pocos números se unirían con la agresividad que caracteriza al PSUV y sus aliados. Esos sectores pudieran hasta promover una desobediencia masiva al Gobierno.

Maldonado no duda que hay grupos radicales en el seno del chavismo que nunca estarán dispuestos a hacer pactos con lo que ellos llaman "la derecha". Advierte que los mismos deben ser marginados, lo que puede lograrse si se llega a acuerdos con sectores moderados. Subraya que la gobernabilidad en el proceso para salir de la crisis requerirá pactos de consenso entre los actores políticos.

En ese sentido, antes de formar gobierno la oposición podría evaluar la viabilidad de tender puentes con facciones del chavismo críticos de Maduro, como Marea Socialista. A puerta cerrada tendría que hacer lo mismo con partes inconformes de la militancia del PSUV. Desde diciembre circulan rumores de que corrientes del oficialismo presionan al Presidente para que renuncie. La clave estaría entonces en identificar a estos grupos y ver si su intención es ir hacia una transición democrática y plural o solamente sacrificar a Maduro y conservar el monopolio del poder.

Así sería el panorama con el que la oposición llegaría a Miraflores. Su éxito no estará asegurado con desmentir la consigna chavista "no volverán". Equivocarse podría hacer ese "regreso" más corto de lo que la MUD pretende.

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