Caracas, 9 de marzo de 2016
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El gobierno podría terminar aplicando en 2016 las medidas del FMI sin recurrir al organismo. La liquidación de activos en el extranjero como Citgo, o en Venezuela, como Sidor, contribuiría a pagar la deuda multimillonaria y las exigencias de mportaciones
Receta liberal para el mal socialista Cont. en la pág. 2
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os economistas Ricardo Hausmann y Miguel Ángel Santos recientemente publicaron un texto en el portal Prodavinci, en el que advierten sobre la enorme dificultad que podría tener el Estado venezolano para cancelar sus compromisos de este año. Recuerdan que el monto por pagar asciende a poco más de 10 mil millones de dólares, con posiblemente 6 mil millones más por la deuda con China. Ese quizás no sería un problema tan grave si no fuera porque Venezuela afronta una severa escasez de alimentos y medicamentos, que en el corto plazo solo pueden resolverse con importaciones de los evasivos productos. El año pasado fue bastante duro en tal sentido y cualquier disminución de estas compras se traducirá en un agravamiento de la situación. Para evitarlo, se necesitan 50 mil millones de dólares, el desembolso por importaciones en 2015. Tanto el servicio de deuda como la adquisición internacional se pagan en divisas. Sumados, dan un total de entre 60 y 66 mil millones de dólares. La principal fuente de moneda extranjera es la exportación de petróleo. Pero con los precios actuales (alrededor de 25 dólares por barril), Hausmann y Santos prevén que el valor total de las ventas no pase de 22 mil millones. La firma BancTrust resaltó en un informe reciente que "hasta diciembre de 2016, sin tener en cuenta ningún financiamiento adicional, la conversión de activos, las reformas de políticas públicas o el agotamiento de los activos de las reservas internacionales, Venezuela tendrá que cubrir un hueco de 15 millardos para evitar un evento de crédito". El Gobierno se enfrenta así a un panorama sumamente complicado. Es muy probable que tenga que escoger entre pagar el servicio de deuda o mantener las importaciones, al menos en niveles mínimos. Con este panorama, el Gobierno pudiera verse obligado a deshacerse de sus activos clave en el extranjero y hasta con los que están en territorio venezolano. En el mejor de los casos, pondría dichos activos como garantía de préstamos.
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Ricardo Hausmann, advierte que liquidar activos de Pdvsa reducirá la producción nacional
FMI, descartado Cuando los Estados tienen problemas en sus balanzas de pagos, hay varias formas convencionales de mejorar su liquidez. Una de ellas es recurrir al Fondo Monetario Internacional, camino avalado por Hausmann y Santos. Estiman que Venezuela podría así obtener un programa de entre 40 y 50 mil millones de dólares por tres años. Añaden que, con este primer paso, otros organismos crediticios como el Banco Mundial y la Corporación Andina de Fomento (CAF) se animarían a contribuir. Pero hasta el sol de hoy el Gobierno se ha negado abiertamente a recurrir al FMI por razones ideológicas y de costo político. Con el recuerdo de fallidos planes de ayuda por parte del ente internacional en 1989 (cuando se desató el "Caracazo") y 1996, el chavismo se ha encargado de mitificar el fondo como una especie de "Gran Satán" neoliberal. Lo cierto es que a menudo el FMI pone como condiciones a sus préstamos reformas económicas que incluyen severas reducciones del gasto público, como garantía de que el deudor saneará sus finanzas y podrá eventualmente devolver el dinero. Ese sería el principal temor del Gobierno, dado el muy probable rechazo que ello generaría entre la población, en momentos en que su popularidad ya es-
tá en caída libre y la oposición busca una forma electoral de adelantar su salida. En la última década, luego de que el FMI fuera expulsado de Venezuela en 2005, el Ejecutivo -tanto con Hugo Chávez como con Nicolás Maduro- ha optado por hacer de China su principal fuente de préstamos, aunque la mayoría de los fondos logrados por esta vía han sido usados más en proyectos de desarrollo que para el pago de otros compromisos. El gigante asiático hoy es una opción menos probable. Al parecer, cada vez confía menos en Venezuela, ante el recrudecimiento de su crisis económica y la caída de la producción de petróleo, forma de pago tradicional venezolana. Además, a la propia China se le están agravando sus problemas monetarios, con la perspectiva de una desaceleración económica. Eso no quiere decir que las autoridades venezolanas intenten persuadir a la nación aliada. Recientemente, el vicepresidente de Planificación, Ricardo Menéndez, viajó a China para tratar de convencer a empresarios locales de que inviertan en los "motores" de la economía criolla. A puerta cerrada, él y otros altos funcionarios muy probablemente traten de lograr ayudas adicionales para las finanzas de Venezuela. En cuanto a los mercados internacio>> Cont. en la pág. 3
>> Viene de la pág. 2 nales, varios expertos advierten que están prácticamente cerrados. Hausmann y Santos explican que esto se debe a la baja probabilidad que las calificadoras de riesgo estiman que tiene el país de honrar su deuda puntualmente. Esto es a lo que Maduro llama "guerra financiera". El presidente del Banco Central de Venezuela (BCV), Nelson Merentes, anunció la semana pasada que "distintos fondos de inversión y la banca internacional" (no especificados) habían "avanzado bastante" en la negociación de un préstamo de 5 mil millones de dólares. De este monto, 2 mil millones serían para la liquidez del Gobierno y el resto para el proyecto del "arco minero" en Guayana y Amazonas. Detalló que la garantía del préstamo sería el plan de explotación áurea acordado con la empresa canadiense Gold Reserve y que el BCV seguiría haciendo swaps de oro para aumentar la liquidez. De hecho, en 2015, según el texto de Hausmann y Santos, el Gobierno ordenó empeños del oro monetario por 3,5 mil millones de dólares. No obstante, advierten que esas reservas ahora ascienden a menos de 10 mil millones, cantidad insuficiente para pagar la deuda o mantener importaciones. Además, si se utilizara todo este año para cualquiera de los dos propósitos, no habría con que afrontar los compromisos de 2017.
Vender hasta la madre Fuentes de financiamiento externo cerradas, reservas internacionales insuficientes. ¿Qué le queda al Gobierno para aumentar su liquidez? La venta de activos clave. Dado el mensaje de soberanía como parte esencial de la propaganda chavista, encaminarse por este camino requeriría comenzar con los bienes en el extranjero, aquellos que para el ciudada-
no común son distantes y cuyo destino no despiertan mayor interés. Pdvsa ya ha dado pasos en esta dirección. El año pasado acordó la venta de las refinerías Chalmette en Luisiana, Estados Unidos, y Hovensa, en las Islas Vírgenes Estadounidenses. En ambas tenía una participación accionaria de 50%. La última está inactiva desde 2012 y tiene una capacidad para procesar hasta 350 mil barriles diarios. Sin embargo, hasta ahora solo se ha podido vender una terminal de combustible por 200 millones de dólares. La estatal petrolera cuenta además con la refinería Isla, en Curazao. Pero lo que más podría brindar el ingreso que urge es desprenderse de Citgo, la filial en Estados Unidos. Ya en 2014 y 2015 el Gobierno intentó vender el complejo, que opera tres refinerías y activos relacionados desde su sede en Houston. Con la transacción, se esperaba entonces recaudar entre 8.000 y 11.000 millones de dólares. Pero la venta de activos no necesariamente se limitaría a los bienes en suelo extranjero. Dentro del propio territorio venezolano el Gobierno ha comenzado a hacer pactos para la explotación de recursos naturales, muchos de los cuales se suponen reservados para el Estado. Ese es el caso del sorpresivo acuerdo con Gold Reserve para que esta vuelva a extraer oro en minas del estado Bolívar, luego de que hace varios años Chávez ordenara terminar sus actividades en Venezuela. Otro ejemplo es la renovación del interés por la inversión extranjera en las actividades petroleras. Así, la rusa Rosneft adquirió 40% de las acciones de Petromonagas, filial de Pdvsa. Al Ejecutivo le interesa sobre todo atraer capitales a la Faja del Orinoco. Ahí hacen falta fondos
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que faciliten el procesamiento de crudo extra pesado, ya que buena parte de la capacidad industrial nacional destinada para este propósito no opera. En un escenario de mucha más desesperación, el Gobierno podría comenzar incluso a vender u ofrecer como garantía activos mucho más emblemáticos, pero que podrían brindarle ingresos en efectivo considerables. Tal es el caso de Sidor, Cantv, Corpoelec y el Banco de Venezuela. La participación del Grupo Santander en este último fue adquirida en 2009 por 1.050 millones de dólares, mientras que el acuerdo de compensación a la argentina Ternium por la siderúrgica fue de 1.970 millones.
Costos políticos y económicos El economista Ronald Balza se mantiene escéptico ante la posibilidad de que el Gobierno logre atraer una cantidad considerable de capital con la privatización de empresas públicas o la explotación de riquezas naturales por trasnacionales. Argumenta que en el país no hay seguridad jurídica que permita a los inversionistas tener confianza en que podrán mantener sus negocios, dado el historial de los gobiernos chavistas a expropiar bienes. Adicionalmente, la Asamblea Nacional, ahora controlada por la oposición, ha sostenido que los acuerdos ya hechos, como el de Petromonagas, no han sido aprobados por ella y, por lo tanto, son inválidos. Si el Ejecutivo se niega a oír este reclamo, los diputados podrían denunciar la supuesta ilegalidad de las operaciones ante organismos internacionales. Esta batalla institucional puede ser un desaliento más para la inversión extranjera.
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4 DESCIFRADO >> Viene de la pág. 3 Por otro lado, las trasnacioLuis Salas: destitución de Luis nales podrían no interesarse en Salas sugiere voluntad de adquirir las propiedades que el pagar deuda externa Ejecutivo ofrezca, al menos no por los montos que las autoridades esperarían lograr. La razón es que muchas de estas empresas tienen una productividad muy mermada, arrastran fuertes pasivos laborales o conflictos sindicales. Sidor, por ejemplo, reúne todas estas características. En el caso de las refinerías, una subasta en el contexto de bajos precios petroleros no tiene garantía de éxito. Hausmann y Santos añaden que la pérdida de bienes petroleros agudizará la Voluntad insuficiente caída en la producción nacional. Durante las cuatro semanas en que el Balza subraya que la venta de cual- sociólogo marxista Luis Salas encabezó quiera de estos activos clave, además el gabinete económico, llegó a oídos de de no brindar suficientes ingresos para la prensa nacional el constante desaeste y los próximos años, puede tener cuerdo que mantuvo en temas clave con como resultado su pérdida por mucho los ministros más pragmáticos en el área. menos de lo que su precio sería en me- Uno de los aspectos polémicos fue el pajores condiciones. go de la deuda externa. "No es que no se deban vender nunAl parecer, Salas era partidario de no ca. Pero si los repotenciaran y aumenta- cancelarla y disponer así de mayores reran su valor, en el futuro podría lograrse cursos para las políticas sociales. Mienuna transacción mucho más beneficiosa", tras, Miguel Pérez Abad y Eulogio del Pidice. no argumentaban que un default sería Insiste en que el Gobierno debe co- catastrófico, ya que arruinaría cualquier menzar por poner orden en el presu- posibilidad de acceder pronto a los merpuesto nacional, considerando ingresos y cados internacionales y podría producir egresos, y hacer las reformas económi- un embargo de bienes en el extranjero. cas que generen confianza en la inverLa sustitución de Salas por Pérez sión en Venezuela. Abad sugiere que el Gobierno al menos A pesar de su retórica de socialismo hará un esfuerzo por no caer en cesación revolucionario, el Gobierno ya ha comen- de pagos. La cancelación puntual de bozado a buscar cómo atraer trasnaciona- nos soberanos y de Pdvsa que vencieron les que hagan desembolsos en el país. el mes pasado es una primera señal. También podría reducir sus gastos, más Pero la buena voluntad no basta. allá de las importaciones. Estas son me- Tampoco un refinanciamiento de la deudidas más bien liberales, como las que da como la que, según Del Pino, la estatiende a recetar el satanizado FMI. tal petrolera negocia. Los acreedores po-
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Gerente de Administración y Finanzas: Mirla Moros Jefe de Mercadeo y Ventas: Ileana Hidalgo
drían exigir como garantía compromisos que en un futuro sería imposible pagar. Es por eso que evitar el default implicaría, a pesar de que los voceros del Gobierno se empeñan en negarlo, restricciones a los gastos del Estado para sus banderas sociales. En entornos más discretos, Nelson Merentes ha admitido que las importaciones caerían 40%, o un poco más, en 2016. Si el año pasado ingresaron a Venezuela productos por un total de 50 mil millones de dólares, esta vez será por no más de 30 mil millones. En el contexto de un sector privado asfixiado por controles de precio y de cambio, el Gobierno se ha encargado de abastecer a los sectores menos favorecidos económicamente con productos importados que luego distribuye artificialmente baratos. En otras palabras, un subsidio indirecto. Con su capacidad importadora reconocidamente mermada, habrá mayor escasez de bienes de primera necesidad. Las autoridades insisten en que cubrirán ese hueco con "agricultura urbana" y otras formas de producción nacional. Pero la mayoría de los especialistas alerta que eso no podrá satisfacer la demanda. Se le atribuye al líder chino Deng Xiaoping haber dicho que "no importa que el gato sea blanco o negro, mientras cace ratones". Sus reformas de liberalización en los años 80 comenzaron la transformación de su país en una potencia económica, dejando atrás el dogmatismo de Mao. ¿Le habrán aconsejado eso los chinos al ministro Ricardo Ménendez antes de su regreso a Venezuela? Seguiremos informando…
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