Núm. 172 Colima, Col., lunes 23 de marzo de 2015
Templo y Ruinas del ex convento de San Francisco de Almoloyan Se funda en 1554, por gestiones que hizo el visitador Lorenzo Lebrón de Quiñones. San Francisco Almoloya fue un pueblo de indios hasta mediados del siglo XVIII, en donde mestizos y mulatos formaron varios barrios en su entorno, en lo que hoy en día es Villa de Álvarez. En 31 de mayo de 1818 un fuerte temblor derrumbó el convento franciscano y la mayor parte del pueblo, por lo que el cura José María Gerónimo Arzac cambió la parroquia de Almoloya a la iglesia que se construía en el barrio de los Martínez, con lo que éste lugar recibió desde entonces el nombre de San Francisco Almoloya. El pueblo de San Francisco Almoloya fue elevado a la categoría de Villa en 1824 y pasó a denominarse Villa de Álvarez a partir de 1857, en honor al general Manuel Álvarez, primer gobernador del estado de Colima.
Una ciudad eterna
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Paria Kacesa*
La arquitectura de una ciudad la convierte en algo auténtico y propio, reconocible en descripciones para ojos ajenos a ese espacio. La arquitectura se revela como un cúmulo de ornamentación imaginaria, lo cual crea el cuerpo tangible de la ciudad. Al igual que el poema, está hecha de imágenes: sagradas, oníricas, simbólicas, abstractas, etcétera. La unidad de la imagen lleva oculta su condición de multiplicidad imaginativa. Las imágenes de la arquitectura de la ciudad conservan, protegen y expresan, diversas interpretaciones de la experiencia humana. Como la experiencia reveladora del poeta Rilke –como ejemplo a tomar- durante su estancia en París (1902), donde descubrió e interpretó, en un pequeño cuarto, (de ahí la importancia del espacio íntimo, como apertura que otorga a la condición cuerpo-espíritu) el sentir de las imágenes de los hospitales y a las personas que entraban y salían de ahí. La experiencia humana que encerraba esa imagen y por qué en la poesía de Verlaine y Baudelaire se frecuentaba a ella, supo entender, la forma de espacio de lenguaje, que Bachelard atribuye a la imagen. El sentir de la tristeza y angustia provocadas por esta imagen llevaron a Rilke a concluir la necesidad de vida que tenían las personas de ese espacio, de ese mundo que se habitaba: París; siempre aunado a la muerte física y de sí mismos. A esta experiencia Ruy
Sánchez la denomina el movimiento afectivo de la ciudad. En este sentido de muerte además se encierra “la angustia bajo la forma pura de lo terrible, descubre también lo terrible de la ausencia de angustia, en la insignificancia cotidiana” como arguye Maurice Blanchot, de esta experiencia de Rilke, ubicada en Los cuadernos de Malte Brigge. Las imágenes presentadas por la arquitectura de la ciudad muestran la cara ocul-
Universidad de Colima
Contenido Benzulul y las representaciones de las identidades Rozrazil
Jaime Sabines Gutiérrez
La música de las sirenas en cuatro movimientos David Chávez
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Intelectual colimense desconocido en su propia entidad 8 Víctor Gil Castañeda
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ta y vieja de una o varias “eras imaginarias” como expresa Xirau (Poesía y conocimiento. Dos poetas y lo sagrado), como manifestación de un “lenguaje poético que representa la historia universal eterna”. *Sentado en una banca, aun en su estado de vigilia, en su oído escucha la boca del río confundido que murmura la grandeza de la noche.
Director: Carlos Ramírez Vuelvas
Impreso en el periódico “El Comentario”
Consejo Editorial: Ada Aurora Sánchez, Hilda Rocío Leal Viera, Víctor Gil Castañeda, Gloria Vergara, Krishna Naranjo, Cecilia Caloca, Verónica González, Nélida Sánchez
Daniel Peláez Carmona Director
Coordinación: Abelina Landín Vargas
eFacebookf Destellos Falcom
Corrección: Omar David Ávalos Chávez
eColaboracionesf destellosfalcom@hotmail.com abelandin@ucol.mx
Diseño: César Avila,Verónica Anguiano
La opinión aquí expresada es responsabilidad de los autores
e Benzulul y las representaciones actuales de las identidades f Rozrazil*
Al conmemorarse un año más del natalicio de Eraclio Zepeda, escritor, poeta y novelista mexicano nacido en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, el 24 de marzo de 1937, este suplemento comparte un análisis somero a la totalidad de la obra del chiapaneco, compañero de Jaime Labastida, Jaime Augusto Shelley y Nils Castro. El primer acercamiento a este escritor puede hacerse a través del cuento “El Caballito”, que nos presenta ya de entrada el tema antropológico y crítico de la identidad que Zepeda aborda más adelante, y que lo convertirá en uno de los principales representantes de la literatura indigenista y del movimiento del mismo nombre de mediados del siglo xx. Quien por curiosidad desee acercarse más a la obra puede hacerlo específicamente con Benzulul, primer libro que Zepeda escribió a la edad de 22 años, obra de corte indigenista que recopila varios cuentos del autor, editado en 1959. Sin embargo, al lector podría interesarle cómo se representa la identidad in-
dígena en los cuentos “Benzulul”, “Vientooo” y “Quien dice la verdad”, de este mismo autor, por lo que podrá mantenerse en un rumbo de lectura dentro de la literatura indigenista. Eraclio Zepeda retoma la representación de la identidad indígena y la construye a través de cada uno de los protagonistas en estos tres cuentos, ya que por medio del estatuto actancial que le otorga a cada personaje principal los vuelve una representación de la realidad, con lo que a su vez son una representación de esa identidad. Léalo, y compruebe si desde la inicial lectura del cuento “El caballito” no existe la inquietud personal de encontrar las razones por las que el autor señala esta presencia de la identidad en su obra, como llegó a considerar en algún momento de su trayectoria literaria. Benzulul intenta dar respuesta a nuestra curiosidad por saber cómo se mantiene esa identidad en torno a lo indígena en México, al menos en algunos grupos culturales, y nos permite ver la forma en que el autor construyó a los personajes para recrear esa realidad indigenista. Hasta el momento existen investigaciones que explican la identidad indígena, pero aún no se ha realizado una investigación que la aborde desde la representación ficcional de esa realidad, y
tampoco específicamente dentro de la obra literaria del chiapaneco Eraclio Zepeda. De ahí la importancia de Benzulul. Los cuentos “Benzulul”, “Vientooo” y “Quien dice la verdad” son piezas claves para entender una representación de la identidad indígena a través de cada uno de sus personajes protagonistas (“Juan Rodríguez Benzulul”, “El Matías” y “Sebastián Pérez Tul”). Falta ahora, como lectores, descubrir que conceptos como “identidad-identidad indígena”, “representación”, “construcción”, “proceso”, así como otros, son parte de una época en que se inscribe la realidad, y que en la actualidad el tema del indigenismo es todavía vigente, tal como lo ha demostrado Eraclio Zepeda. *8° Letras Hispanoamericanas
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e Este año se conmemora uno más del natalicio de Sabines, poeta y político, el “cantor de los sentimientos, de los impulsos que nos confirman como miembros de una misma especie”. Por ello, queremos hacer un breve repaso por su vida y obra, sobre todo de sus aportaciones. El canto de Sabines define mediante lo poético todos aquellos elementos que podrían acercarse a lo intemporal –que no a lo eternoy discurren lo mismo entre lo cotidiano y lo común. Por ello es que su poesía nos es más cercana, porque cada elemento poético va de la mano con otro que funciona como una guía, un destino. La semantización de la poesía en cuanto a la filosofía comprende también elementos que nos atañen, temas que nos son cotidianos también, no sólo los objetos. El universo poético del poeta chiapaneco es una labor en la que decanta elementos para hacerlos aparecer ante nosotros con un ligero brillo hasta entonces imperceptible; la conjugación del decir y lo que se dice en un determinado contexto restaña la atención hasta que contemplamos la nueva perspectiva. Pero ello ocurre desde el tono y la apreciación particular. Por ello es que Iliana Godoy indica que La poesía tiene un contenido que refuerza su eficacia comunicativa, mediante el manejo formal de sonido y ritmo; de allí el gran poder persuasivo del poema que nos conmueve, gracias al arte verbal que constituye su esencia. Ni el poeta, ni el lector pueden separar forma de contenido, pero es evidente que ambos niveles existen en el mensaje ESTUDIOS 1945 – Inicia su carrera como médico en la Escuela Nacional de Medicina en la Ciudad de México pero la abandona para dedicarse a escribir. 1949- Vuelve a Ciudad de México para estudiar la licenciatura en Lengua y literatura española en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM
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Jaime Sabines Gutiérrez
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NÚMEROS PERSONALES Nació en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas el 25 de marzo de 1926. Murió a los 72 años en la Ciudad de México el 19 de marzo de 1999. Padre: Julio Sabines (libanés, emigró a Cuba y a México en 1914). Madre: Luz Gutiérrez Moguel. Hermanos: Juan, Jorge y Jaime. Casado en 1953 con Josefa “Chepita” Rodríguez Zebadúa. Hijos: Julio, Julieta, Judith y Jazmín.
poético. A nivel comunicativo coexiste la dualidad entre las ideas expresadas de manera informativa y aquellas que se desprenden de la contemplación de la obra artística.1 Así, lo poético proviene de esta vivencia, de esta objetivación personal del poeta respecto a los hechos, mismo que al ser comprendidos en un esquema distinto al proveniente original trastocan su tarea, sus objetivos, para convertirse en elementos que activarán un nuevo mecanismo de precepción de la realidad en el lector a partir de su encuentro con la poesía de Sabines. Y es que el autor encuentra, localiza, contextualiza e involucra lo poético al fusionar aquello que ocurre en las calles desiertas con metáforas que encierran aspiraciones, futuros inciertos, poco probables, con un mínimo de esperanza de llevarse a cabo. Sin embargo, son estos resquicios de posibilidades donde el autor apuesta toda su poesía; sabe que esta combinación es la salvia que alimenta sus versos. Ayer estuve observando a los animales y me puse a pensar en ti. Las hembras son más tersas, más suaves y más dañinas. Antes de entregarse maltratan al macho, o huyen, se defienden. ¿Por qué? Te he visto 1 La poesía de Jaime Sabines y sus grandes temas. Una aproximación filosófica y científica. Iliana Godoy. http://ilianagodoy. com/project/la-poesia-de-jaime-sabines-y-susgrandes-temas/
VIDA LABORAL Regresó a Chiapas por una corta temporada y estuvo trabajando en la tienda de telas El Modelo, propiedad de uno de sus hermanos. VIDA PERSONAL Premios: 1959 Chiapas 1964 a 1965 Becario del Centro Mexicano de Escritores 1972 Xavier Villaurrutia 1982 Elías Sourasky 1983 Premio Nacional de Ciencias y Artes Lingüísticas y Literatura 1991 Presea Ciudad de México 1994 Medalla Belisario Domínguez 1996 Premio Mazatlán de Literatura
a ti también, como las palomas, enardeciéndote cuando yo estoy tranquilo. ¿Es que tu sangre y la mía se encienden a diferentes horas? (“Ayer estuve observando a los animales...” de Adán y Eva…) Las comparaciones son entonces posibilidades, como hemos visto. Pero la metaforización es también otra forma de poetizar. Sabines metaforiza su honestidad. Sus verdades sobre el mundo, la vida, las mujeres, su visión de sí mismo, aparecen poetizadas. Por su parte Óscar Wong2, en el ensayo 2 Jaime Sabines: Poeta atemporal y entrañable. Instituto Nacional de Bellas Artes. http://www.literatura.bellasartes.
“Entre lo tierno y lo trágico”, observa en la obra de Sabines “la emoción de ese yo poético trascendiendo su propia particularidad a partir de su visión singularizada del mundo. Busco a Sabines porque en gran parte de su discurso expresivo reconozco mi intención particular, mi propia propuesta estética: invocar la existencia, conjurarla, exaltarla, como símbolo de transitoriedad.” Y añade: “El Sabines que reconozco y que me complace es el que consigue expresar con emoción, sensibilidad, peculiar intuición para el lenguaje, con el sentido necesario e insólito equilibrio, relaciones humanas universales. Sinceramente frágil, cotidianamente primordial, tiernamente violento y apasionado, es el Sabines que indudablemente tiene un sitio privilegiado en la literatura de México y de Hispanoamérica.” Se dice, se rumora, afirman en los salones, en las fiestas, alguien o algunos enterados, que Jaime Sabines es un gran poeta. O cuando menos un buen poeta. O un poeta decente, valioso. O simplemente, pero realmente, un poeta. Le llega la noticia a Jaime y éste se alegra: ¡qué maravilla! ¡Soy un poeta! ¡Soy un poeta importante! ¡Soy un gran poeta!
OBRA “Convivir con ellos y el estudio de la carrera me hizo poeta en el sentido técnico [...]. Me di cuenta de que tenía que evolucionar, aprender cosas nuevas para no quedarme atrás”. Publica “Introspección”, “A mi madre”, “Siento que te pierdo” y “Primaveral”, en el periódico El Estudiante de las sociedades estudiantiles de la Escuela Normal y de la Preparatoria de Tuxtla Gutiérrez. Tuvo como maestros a Julio Torri, Agustín Yáñez, José Gaos y Eduardo Nicol y Emilio Carballido, Sergio Magaña, Sergio Galindo, Rosario Castellanos así como Ramón Xirau fueron sus compañeros, con quienes se reunía en el taller literario de Efrén Hernández. 1950 - Horal 1951- La señal 1952 - Adán y Eva 1956 - Tarumba (1956) 1961 - Diario semanario y poemas en prosa (1961) 1951- 1961 Poemas sueltos 1967- Yuria 1968 - Tlatelolco 1972 - Maltiempo 1973 - Algo sobre la muerte del mayor Sabines 1973 -1994 Otros poemas sueltos 1977 - Nuevo recuento de poemas 1999 - Los amorosos: cartas a Chepita
intemporalidad de lo que relata la poesía de Sabines. Las aceras húmedas, el mar, morir, agua, la voz, la soledad, son relatadas, pintadas en los poemas como resultado de una “exploración significativa del lenguaje y las formas poéticas”, con lo que no queda más remedio al lector que entregarse a una obra “que invita a dejarse leer sin otra pretensión que el disfrute” y la comunión con lo cotidiano, lo intemporal, lo que sobrevive a nosotros mismos. Esta cotidianidad es parte del mundo sabinezco por donde deambulan palomas, hay flores, y todo aquello entre la danza y el sol: Un agente de seguros de vida y un Poeta. Un policía. Todos vamos a vendernos, Tarumba. (De: Tarumba)
En la poesía de Sabines también encontramos lo común, lo que nos atañe a todos, las situaciones y personajes que podemos encontrar en cualquier parte, pero también aquellas en las que podemos convertirnos. La cocina, el cansancio, el cortejo, cabaret, danzones, todo ocurre mientras el poeta pinta acontecimientos menos perceptibles, expone la realidad versificada, convertida en un lienzo donde ocurren la vida, la muerte, mientras Y esta vez se queda echado en “sigue el mundo su paso, rueda el tiempo”. la cama con una alegría dulce y tranquila. DATOS CURIOSOS
Convencido, sale a la calle, o llega a la casa, convencido. Pero en la calle nadie, y en la casa menos: nadie se da cuenta de que es un poeta. ¿Por qué los poetas no tienen una estrella (“El peatón”, de Otros poemas en la frente, o un resplandor sueltos) visible, o un rayo que les salga de las orejas? Para Octavio Paz, Sabines se habría instalado “desde el principio, con naturalidad, en el ¡Dios mío!, dice Jaime. Tengo caos. No por amor al desorden sino por que ser papá o marido, o trabajar en la fábrica como fidelidad a su visión de la realidad. Es un poeta otro cualquiera, o andar, como expresionista y sus poemas me hacen pensar en Gottfried Benn: en sus saltos y caídas, en cualquiera, de peatón. sus violentas y apasionadas relaciones con el ¡Eso es!, dice Jaime. No soy un lenguaje (verdugo enamorado de su víctima, poeta: soy un peatón. golpea las palabras y ellas le desgarran el pecho), en su realismo de hospital y burdel, en su fantasía genésica, en sus momentos gob.mx/acervos/index.php/recursos/arpedestres, en sus momentos de iluminación”. ticulos/semblanzas/1717-sabines-jaimeEs ese caos en donde se configura la semblanza?showall=1
“Me sentía humillado y ofendido por la vida; ¿cómo era posible que estuviese en aquella actividad, la más antipoética del mundo? Después de dos o tres años comencé a ser humilde, a decirme: ‹que se vaya al carajo el poeta›.” -Diputado federal por el I Distrito Electoral Federal de Chiapas a la L Legislatura de 1976 a 1979 (PRI) -Diputado por el PRI en el Congreso de la Unión en 1988 por el Distrito Federal. -En los noventa, condenó la sublevación zapatista y el círculo intelectual de la época lo reprobó hasta poco antes de su muerte.
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e La música de las sirenas en cuatro movimientos f David Chávez*
1. Allegro Luego de Yo no canto, Ulises, cuento. La sirena en el microrrelato mexicano (Fósforo, 2008), Javier Perucho nos ofrece una nueva antología, esta vez hispanoamericana, con testimonios, avistamientos, revelaciones e intimidades sobre esta figura mitológica que cada vez se arraiga en el imaginario contemporáneo junto con otros seres provenientes de la literatura y la tradición grecolatina que conviven con algunos de la cultura popular. Festino este florilegio y me congratulo por la labor titánica que ha desempeñado su autor. No es fácil seguir el hilo de Ariadna y evitar perderse entre los vericuetos de la tradición oral, los entresijos de unas y otras versiones textuales hasta dar con la original, con aquel microrrelato que da cuenta de estos seres mitológicos, homéricos. De las sirenas, me atrevo a decir que además de su forma pisciforme, otra de las características que ha logrado perdurar a lo largo del tiempo —y de las tradiciones literarias— es su canto. A ello puede agregarse que en ocasiones se emparenta la forma griega seiren-enos con la raíz semítica seiren, la cual significa “hembra que fascina con sus cantos” o, un poco más cercano a su sentido literal, “la que apresa o atrae”. Su etimología de cantora le vendría de la voz hebrea syr, “que vale por cantus”, por lo que sirena vendría a significar “cantora”, según considera José Miguel Lorenzo Arribas, en Sirena, el canto que encanta (Centro Virtual Cervantes, 2007). Y de las leyendas en torno suyo, me quedo con la que cita el Diccionario de la mitología universal (1991), de J.S.M. Nöel, en la que Pausanias dice que, en castigo por haber competido en belleza y talento contra las musas, fueron condenadas a un peñón en el Mediterráneo, y a la muerte si algún otro ser las superaba. De acuerdo con Apolodoro en su Biblioteca mitológica (1987) eran tres: una tocaba la lira, otra cantaba mientras aquélla hacía sonar la flauta. Sin embargo, el mítico terceto fue vencido primero por Orfeo, por lo que infiero la muerte de una de ellas. A las dos restantes se habría enfrentado Ulises, derrotándolas con su ingenio por lo que tengo para mí que sobrevivió una: la de melodiosa 6
voz, a la que Perucho no ha dejado de seguir, Tovar o Ana Clavel. como sugiere el título de esta entrega. Es clave que inicie con Darío porque en Azul…, el nicaragüense ya comienza a 2. Andante dibujar musas; presenta a Lorelay, la sirena del Rhin, como en otros textos introduce La música de las sirenas (2013) se ninfas y seres de la mitología grecolatina complementa, desde mi perspectiva, con poniéndolos en nuevos contextos, con lo los seres que son capaces de escucharla. que logra liberar y expandir el contenido, los Esta sinfonía textual configurada por Javier temas y los personajes procedentes del mito Perucho refleja el buen oído que el compilador en nuevos relatos míticos, “sacándolos de tiene, inmejorable como director de la ese fondo ambiguo y poderoso con precisas orquesta especializada en relatos sirénidos. y enigmáticas acuñaciones”, según apunta No obstante la conducción de Perucho, los Ángel Rama enTransculturación narrativa en autores también, como intérpretes, han sabido América Latina (2004). establecer sus melodías con el instrumento Se trata de un coro hispanoamericano. que la imaginación les dio: la narrativa. Como pocos, es exhaustivo. A lo largo de 60 Como bien indica el antólogo en el textos se da cuenta de cómo la potencia de la “Prologuillo”, ya Jorge Durand, Meri Lao, voz sirénida se mantiene firme, intacta. Alejandro García Neria, Agustín Monsreal, Llama a su lectura, a interesarse por sus René Avilés Fabila y el propio Perucho se andares, pues eso es también esta antología: han encargado de presentarnos a la orquesta un recuento del paso de la sirena por América que, en conjunto, musicaliza lo que de ellas se y España. dice, su forma física, su historia, su desgracia, “Duelos”, de Raúl Brasca, pone de su fortuna, sus amores, transformaciones; su manifiesto el origen mítico-literario del condición de ninfa, de ondina, de ser acuático. personaje y recalca esta característica, la del Y ésta en particular no se queda atrás. canto, en un escenario un tanto desconcertante Los textos de La música de las sirenas nos (pero no por ello seductor e intrigante) para presentan lo mismo a Darío y a Ramos Sucre quienes apenas se aproximan a la historia que a Jorge Luis Borges, Gabriel García de las sirenas y que, por tanto, ignoran el Márquez, Lilian Elphick, Marco Denevi, Luis pasado aviforme de estos seres que rondan el
imaginario hispanoamericano en su condición pisciforme. La seducción de su canto, aunada a las armonías de su talle, da pie a la condición de aquellos que resultan vencidos por la atracción de la voz sirénida. José Antonio Lugo recrea este estado, el del “ninfolepto”, término definido por Roberto Calasso en La locura que viene de las ninfas y otros ensayos (2004) como un ser que ha sido “tomado”, “golpeado” o “raptado” por las ninfas y sufren un “delirio filosófico”, aunque en este caso lo sea más del tono carnal. Por último, Primitivo López aporta más datos sobre la sexualidad entre sirenas y humanos. En “Señora del agua” tenemos lo que, a mi parecer, es una historia hermana de la que Rigo Tovar nos ofrece en la letra de su cumbia. Descamada la mujer-sirena, aparecen la cadera y las piernas para revelar lo que torna en una nueva particularidad: su olor, mencionada por consecutiva ocasión en estos microrrelatos donde aparecen narradores que describen su intimidad con las sirenas. La sirena hispanoamericana que nos presenta Perucho en esta compilación no difiere mucho de la que aparece y se describe en Yo no canto, Ulises, cuento. La sirena en el microrrelato mexicano (2008). Es —de eso puedo estar seguro y el lector dará cuenta de ello también— un acercamiento más preciso que aporta un mayor conocimiento literario de estos seres del agua pues al tener más versiones, otros puntos de vista e inclusive otros testimonios obtenidos por los autores compilados que refieren como fuente a la sirena, podemos entender mejor el futuro que le depara, el ambiente en que ha comenzado a desenvolverse y que compartimos mediante la experiencia literaria. 3. Finale (tempo rápido) Sin embargo, la transculturalidad, ese intercambio genético-textual e histórico cultural que ya proponía en su momento Ángel Rama en su Transculturación narrativa en América Latina, nos muestra escenarios retomados por el uruguayo Eduardo Galeano que han sido apropiados en aras de recontextualizar a la sirena. Así, aparece en Xochimilco cantando mientras el panameño Enrique Jaramillo Levi rescata su figura núbil, de Lolita, y
se interna en los misterios de una de las características modernas del personaje mítico: su reproducción. El protagonista de “El lugar de la gloria” se ayunta con la sirena y nos revela su lado carnal, físico, arrojando luces sobre el misterio de la sexualidad sirénida. Ana María Shua también se incluye en la develación de estos misterios gozosos. En “Huevos de sirena” nos describe a una criatura capaz de procrear, que se suma a la propuesta de Rigo Tovar en su cumbia “El sirenito” y a la del texto de Raymundo Ramos, “Ars combinatoria”, una nueva visión de cómo se reproducen estos seres.
4. Minueto Ricardo Cartas, en “Congreso de sirenas”, hace hincapié en la “Sirenología”: rama de las ciencias literarias que “resuelve en las múltiples apariciones de la sirena, que se localizan en el arte antiguo y moderno, su objeto de estudio” mediante la recopilación, sistematización y estudio de esta figura mitológica, animal homérico, de aparición tan arraigada en el microrrelato hispánico como la misma invención literaria del Dinosaurio, el Quijote, Odiseo, Sherezada o los fantasmas, prototipos literarios que han parodiado o reescrito los literatos en el último siglo”, según nos revela Perucho en el citado “Prologuillo” de esta compilación. Así, el personaje principal de Cartas comparte similitudes con el Sirenólogo de Axolotitlán en cuanto a su interés por estas mujeres pisciformes
y su historia literaria, y deviene —gracias a la pericia del compilador— en una metaliteralidad al hallarse con buen acomodo en esta antología. El cierre final, la última nota (o la primera, si es que el lector es curioso y lee luego del título la contraportada) tiene una epifanía colofónica, metatextual: la minificción de David Lagmanovich, “Memorias de un microrrelato” (2010), a cuya memoria va dedicado este florilegio, es a la vez que despedida, el cierre ideal de esta orquesta textual.
Javier Perucho (prologuillo, espiga y documentación), La música de las sirenas, Toluca, Fondo Editorial del Estado de México, 2013, 152 pp. (Narrativa) *Profesor de la Facultad de Letras y Comunicación
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Intelectual colimense desconocido en su propia entidad
En alguna de sus visitas a Colima, el reconocido doctor en Letras Mesoamericanas Patrick Johansson Keraudren, impartió un curso en el Museo Universitario de Artes Populares “María Teresa Pomar”, relacionado con la cultura náhuatl precolombina. Él nos informó que había ofrecido, semanas antes, una conferencia en el Centro Cultural de Tijuana Baja, California. Un evento que tuvo lugar dentro del programa “Jornadas Vizcaínas”. Patrick Johansson nos preguntó: “¿Ustedes conocen a Rubén Vizcaíno Valencia, por quien llevan las jornadas su nombre?”. Los integrantes del taller dimos datos generales, pero sin profundizar en la vida de este colimense. Patrick Johansson, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, de la Real Academia Española, del Sistema Nacional de Investigadores, profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, nos dijo que este colimense era muy querido y apreciado en Tijuana, donde había desarrollado una noble labor en el campo de las bellas artes, la cultura y la docencia. En los próximos días estaría en nuestra ciudad el maestro Pedro Ochoa Palacio, director del Centro Cultural Tijuana, dependiente del Conaculta. Su objetivo: hablar con familiares y amigos del ilustre colimense, para efectuar un homenaje y un reconocimiento en su propia tierra. Datos del colimense desconocido Estos son algunos datos del colimense, proporcionados por el mismo Patrick Johansson Keraudren. Rubén Vizcaíno Valencia (1919-2004), nació en el municipio de Comala, Colima, en el seno de una familia de modestos ingresos financieros. Es pariente del escritor mexicano Juan Rulfo (cuyo nombre completo era: Juan Carlos Nepomuceno Pérez Rulfo Vizcaíno). Su juventud y adolescencia transcurrieron en la Ciudad de México, donde estudió en la Escuela Nacional Preparatoria de la UNAM. Se inscribió a las carreras de Derecho y de Filosofía, pero debido a la escasez de recursos económicos no concluyó ninguna de ellas. Destacó como un gran lector, autodidacta, con una vasta cultura enciclopédica y promotor de actividades culturales. Emigró a Mexicali, Baja California en el año 1952, que acababa de recibir su esta-
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Víctor Gil Castañeda*
tus como nuevo Estado de la Federación. En esta entidad, a Rubén Vizcaíno se le considera actualmente como una de las personalidades más destacadas en el campo humanístico y de las bellas artes. Realizó una labor multifacética en la docencia, el periodismo y la literatura. Fue muy sensible a los anhelos de la ciudadanía de Baja California, así pudo influir, o participar, en el diseño de la primera Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), con el fin de que se incluyera en su momento una Facultad destinada a los estudios humanísticos. Baja California fue su nuevo hogar desde 1959. Empezó a colaborar en el periódico El Mexicano. Inauguró una sección cultural denominada “Identidad”, que es considerada la más antigua en el país. En el año 1961 fue nombrado delegado, en Tijuana, del Departamento de Difusión Cultural de la UABC. Al poco tiempo fue nombrado director de Acción Cívica y Cultural del Ayuntamiento de la misma ciudad. Gracias a su entusiasmo por las manifestaciones culturales, tuvo la iniciativa de crear la Corresponsalía de Tijuana del Seminario de Cultura Mexicana, en 1963. Posteriormente, en 1965, participó en la creación de la Asociación de Escritores de Baja California, organismo que presidió por algún tiempo. Igualmente, participó en la creación del Departamento de Bibliotecas y Misiones Culturales. En el transcurso de su existencia creativa,
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cultivó géneros como la novela, la poesía, el teatro y el ensayo. Entre sus obras publicadas aparecen Calle Revolución (novela), Tijuana, la madre de todos los vicios (novela), Tenía que matarlo, Diálogos y meditaciones sobre Tijuana. Acuñó un término denominado “Californidad”, para ahondar en la búsqueda identitaria del ciudadano de la Baja California, con sus propios rasgos culturales, políticos, cívicos, intelectuales, tradicionales y filosóficos. Una versión local de la “Psicología y ser del mexicano”, paradigma conceptual en el que aportaron sus ideas autores como Samuel Ramos, Leopoldo Zea, Octavio Paz, Roger Bartra, José Vasconcelos, Alfonso Reyes, Manuel Aceves, Jorge Portilla, Luis Villoro, Antonio Gaos y otros. Como resultado de su insistencia académica, en 1986 se fundó la Escuela de Humanidades de la UABC, en Tijuana, que ofreció las carreras de Historia, Filosofía y Literatura. Por su valiosa trayectoria en éstos terrenos, fue nombrado Maestro Emérito por la UABC. El Teatro Universitario de esta ciudad lleva su nombre, así como uno de los planteles del Colegio de Bachilleres de la UABC. Después de su sentido fallecimiento, la UABC inició de forma anual las “Jornadas Vizcaínas”, en su memoria y honor. En el 2010 se develó una escultura de su regia figura en el Centro Cultural Tijuana. *Profesor-investigador de la Facultad de Letras y Comunicación.