EL DESEO DE PABLO.
Diana Susana García Ramos.
Hoy Pablo despertó muy temprano, estaba muy emocionado, ya que era su cumpleaños , fue el primero en despertarse, ni siquiera Toby estaba levantado, y eso que cada mañana llega a su cama, meneando la cola y saltando con gran alegría, pero aquella mañana no fue así. Así que decidió esperar a que su mamá o Toby despertaran.
Mientras esperaba, comenzó a aburrirse, así que tomó un cuento para leer.
El cuento que estaba leyendo se llamaba “quiero otra mamá” el libro hablaba de un niño que un día encontró un árbol mágico, y deseó cambiar de mamá, ya que no le gustaba la suya, porque no le daba de comer lo que le gustaba, lo ponía a hacer sus tareas, a arreglar su cuarto, y no lo dejaba jugar todo el tiempo que él quería, al final el deseo se le cumplió y la nueva mamá era todo lo contario a la anterior.
Pablo emocionado por esta historia, dejó de leer el libro. ─Si cambiara de mamá sería más feliz, tengo que hacer algo, para que a mí también se me cumpla mi deseo.
Tanto estaba pensando en cómo hacer que su deseo se hiciera realidad que terminó agotado y se sumergió en un profundo sueño.
No tardo tanto, en que su mamá fue a despertarlo. Pablo, aún soñoliento le dijo: ─Buenos días. ─Buenos días cariño, feliz cumpleaños, abre bien tus ojos, que traje una sorpresa. De repente estaba enfrente de él, un pastel de fresa, con algunas velas encendidas en el. Pablo no dudó en pedir su deseo, pues ya desde al inicio del día sabía que quería, cerró sus ojos, y deseó cambiar de mamá.
Enseguida el escuchó una voz extraña, decidió abrir sus ojos y ¡oh sorpresa! Su mamá ya no estaba ahí, en su lugar, se encontraba una señora gorda, morena, sonriente, que cargaba un pastel de chocolate. ─Me llamo Rubí soy tu nueva mamá, no te preocupes, ahora puedes hacer lo que tu quieras y así serás muy feliz. Pablo se puso muy contento, su deseo se había hecho realidad.
Después llegó Toby, pero al ver a la nueva mamá comenzó a ladrarle, y a gruñirle, pues la desconocía sabía que no era la mamá. Pablo, lo acarició y le dijo: ─Tranquilo, no pasa nada, todo va a estar bien, ahora seremos muy felices. Así que empezaron a comer el pastel, que llegó con la nueva mamá…
Después de que terminaron de comerse el pastel, a Pablo le dio mucha hambre. ─Mamá aún tengo hambre. ─Bajemos a desayunar, puedes comer todo lo que tu quieras.
Pablo se sorprendió de todo lo que se encontraba en la cocina, pues no había ni un pequeño rastro de verduras o esos brócolis que el tanto odiaba, al contario, había un montón de postres, y comida chatarra. Pablo aprovechando la ocasión, se sirvió donas, pasteles, pizza, hamburguesas y refresco.
Cuando terminó de comer quedó muy contento, así que quiso salir a jugar y su mama no se negó.
Pablo pasรณ toda la tarde jugando, que incluso se olvidรณ de comer, pero a su nueva mamรก no le importรณ.
Cuando Pablo entró a la casa, su nueva mamá estaba viendo la televisión, y ni siquiera le vio cuando entró. ─Hola mamá, qué vamos a cenar? ─Lo que tu quieras Pablito, ya sabes de sonde servirte.
Pablo se desanim贸 un poco, pero esta vez se sirvi贸 un pastel de chocolate y muchas donas. Tanto comi贸 Pablo , que termin贸 con un gran dolor de estomago.
Esperaba que su nueva mamá lo llevara a acostar pero no lo hizo, no le leyó un cuento como su anterior mama lo hacía. , y tampoco le dio su beso de buenas noches.
Su nueva mamá prefería ver la televisión.
Así que el solito se fue a su cuarto…
Pablo empezó a extrañar a su mamá y se dio cuenta del gran error que había cometido con ese deseo.
─Mi nueva mamá me deja hacer todo lo que quiero, me da comida chatarra, pero eso hace que me enferme, además no me quiere.
─Ahora entiendo que aunque mi anterior mamá no me dejaba comer tantas golosinas, ni me permitía jugar todo el día, me quería muchísimo, pues todo eso lo hacía por mi bien y porque se preocupaba por mí.
Pablo se sentía muy triste, quería de regreso a su mamá, pero no sabía qué hacer para que regresara.
Cerró los ojos, de repente empezó a sentir como si alguien limpiara sus lágrimas con algo rasposo y pegajoso. Al abrir los ojos se dio cuenta de que era su perro Toby, y que no era de noche, sino de día.
Su mamá estaba a un lado de su cama, abriendo sus brazos para darle un abrazo por su cumpleaños, y Pablo contento, con sus ojitos llenos de lágrimas, se lanzó con gran entusiasmo al verla nuevamente y darse cuenta de que todo había sido un sueño.
Después la mamá le dio un regalo a Pablo y le gustó muchísimo, era una caja de los deseos.
Pablo espero a que su mamá se fuera y le susurro a la caja. ─Quiero que mi mamá siempre este conmigo y que el sueño que tuve jamás se haga realidad.
─Ahora se, que aunque a veces nuestras mamás nos regañen mucho, y no nos dejen hacer lo que queramos, sólo buscan nuestro bienestar y felicidad.
─No deseemos cambiarlas, por alguien mejor, pues no perfectas tal y como son.
existe, ellas son