Especial Oro

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prec

MINERÍA COLOMBIA VALE



Colombia vale oro Director Mauricio Bayona Editor General Francisco J. Escobar S. Directora Comercial Natalia Angarita Jefe de Redacción Mauricio Sáenz

o or in T v e K

Editor Carlos Marín Calderín Coordinación Editorial Daniela Puerta Padilla, Juan David Montes, Daniela Chinchilla C., Juliana Duque Patiño

Junio de 2017

Coordinador de Fotografía Erick Morales PUBLICACIONES SEMANA Gerente General Sandra Suárez Pérez

Producción Fotográfica Christina Gómez Echavarría Asesor de Diseño Hernán Sansone Directora Creativa Mónica Loaiza Reina

Diseño y diagramación Diana Velásquez y Gabriel Eduardo Henao

Periodistas Vanessa Cortés Uchuvo, Luisa Fernanda Gómez, María Andrea Muñoz Gómez, Fredy Gonzalo Nieto, Daniel Rivera Marín. Columnistas y colaboradores Wilfredo López, Yves Bertran, Santiago Ángel, Claudia Marcela Robayo, Armando Espinosa Baquero, Stephen Ferry, Óscar Castilla, Carolina Urrutia, Pilar Bolívar, Eduardo Chaparro, Jorge A. Neher, Oswaldo Ordóñez, Juan Camilo Cardona, Gloria Prieto Rincón, Francisco Miranda, Andrés Bermúdez Liévano, Óscar Iván Pérez, Eduardo Londoño, Jaime Concha.

Gerente Financiero Mariano Salinas Gerente Administrativa Carol Ramírez Director de Producción Orlando González Director de Planeación Financiera Miguel Cepeda Preprensa Digital SEMANA

Corrección de Estilo Hernán Miranda Torres

Minería

Gerente de Circulación Natalia Peinado Bustamante

Producción General Yina Aranda

Directoras de proyectos María Paula Romero y Natalia Robledo Luna

Impresión Printer Colombiana S.A.

Logística Diana Milena Quintana

Asistentes de Dirección Comercial Ana Cristina Basto, Dina Lemus, Laura Villamil y Manuela Pavía

Publicaciones Semana S.A. Todos los derechos reservados. Prohibida su producción total o parcial sin autorización expresa de Publicaciones Semana S.A. Sede: Carrera 11 Nº 77A-49 Bogotá D.C. PBX. 6468400 Fax Redacción 6210475 SEMANA en Internet: www.semana.com E-mail semana: correo@semana.com

Producción audiovisual Sin esquinas producciones www.sinesquinasproducciones.com

Fotografía Stephen Ferry, Víctor Galeano, Juan Pablo Gómez, Ernesto Navarro, Yojan Valencia, Camilo Yepes. Agradecimientos Agencia Nacional de Minería, Stephen Ferry, José Luis Socarrás, Jesús Hurtado, Mauricio Cañas, Fernando Builes, Gabriel Builes.


Esta revista fue posible gracias al apoyo de

“Prohíbase el expendio de bebidas embriagantes a menores de edad”. “El exceso de alcohol es perjudicial para la salud”.


FOTO: ISTOCK

Capítulo

5


Cuenta con título minero y licencia ambiental para iniciar operaciones

1

Realiza inversiones

2

10

Paga impuestos y regalías

para generar progreso económico y social en las regiones

en regalías, el sector minero ha aportado +$10 billones en los últimos 5 años

3

9

La promueven e impulsan

Dialoga y socializa los proyectos con las comunidades

el Ministerio de Minas y Energía, la Autoridad Minera y el sector minero

4

8

Genera empleos formales

Cuenta con un plan de cierre de minas, que reduce y mitiga el impacto ambiental, para dejar un ambiente saludable y recuperar el paisaje intervenido

1.750.000 empleos con altos estándares de seguridad social e industrial

5

7

Es regulada y fiscalizada

por: Autoridad Minera, Autoridad Ambiental, MinTrabajo, Dian, Contraloría, Procuraduría, personería municipal, alcaldías y veedurías ciudadanas

6

Emplea métodos con tecnología limpia NO utiliza mercurio

Cuenta con un plan de diseño minero y uno de manejo ambiental que permiten realizar una explotación sostenible


a t i a t c i Í l i n Ó i c t a o expl les a r e n i e m d no cuenta con un tÍtulo minero

ni con licencia ambiental, pero aun así opera

1 no realiza inversiones

2

10

no paga impuestos establecidos en la ley

por el contrario, se roban los recursos de todos los colombianos

y en algunos casos está vinculada a los grupos al margen de la ley

3

9

no tiene en cuenta a las comunidades

la controlan y persiguen

y amenazan a quienes se oponen a su actividad

las alcaldías y el Ministerio de Defensa Nacional

4

8

no ofrece condiciones laborales formales;

no cuenta con un plan de cierre de minas

dejan pasivos ambientales, es decir, áreas abandonadas y contaminadas

5

7

no es regulada ni fiscalizada

es perseguida por la Fuerza Pública

6 utiliza materiales contaminantes

sin control alguno, entre ellos el mercurio

sin estándares de seguridad e higiene, sin prestaciones y sin garantía laboral

no cuenta con un plan de diseÑo minero ni un plan de manejo ambiental, extrae minerales

de forma antitécnica, contamina y destruye el entorno, con riesgo potencial para la salud de los empleados y la población

www.minminas.gov.co

@ministeriodeminasyenergia

ministeriominasyenergia

(1) 2200 300

@MinMinas

Ministerio de Minas y Energía


8

FOTO: ISTOCK


Contenido

El oro son los niños

Los barequeros y chatarreros han sido la inspiración del fotógrafo Stephen Ferry desde hace años. El norteamericano, que vive en Colombia, habla de los mineros artesanales, sus prácticas tradicionales y la injusta criminalización de la que son objeto.

110

El ministro de Minas y Energía, Germán Arce Zapata, habló con SEMANA sobre el momento que vive el oro, uno de los recursos más importantes de Colombia.

Experiencias que brillan en el mundo

página

¿Sabe de dónde salió el oro para la medalla del premio Nobel de Paz que el presidente Santos obtuvo el año pasado? De eso es capaz la minería a pequeña escala y sostenible.

“Los colombianos merecen un ambiente sano”

El brillo eterno

En este texto encontrará el recorrido que el oro ha hecho por diferentes regiones y culturas como símbolo de poder, superioridad y moda.

34

El epicentro minero

En entrevista, Luis Pérez, gobernador de Antioquia, nos cuenta cómo se vive la minería en el departamento que tiene los tres proyectos de extracción más grandes de Colombia.

Oportunidades y retos de la extracción. El oro y la economía son inseparables, y por eso, extraerlo de manera adecuada abre un mar de oportunidades para Colombia. Conozca cuáles son y qué retos afrontan.Página 78.

FOTO: EMANUEL ZERVO

página

52

126

página

FOTO: ISTOCK

¿Cree que dejar de usar mercurio convierte a la minería en una práctica responsable? El ambientalista Gunter Pauli nos explica qué más condiciones cumple la minería bien hecha.

FOTO: COOPERATIVA COODMILLA

30

28

Si es responsable… sí

Yves Bertran, director de la Alliance for Responsible Mining, cree en las oportunidades de la minería artesanal y de pequeña escala, y en su cabida en la torta minera del país.

página

página

104

“La minería bien hecha cumple altos estándares”

página

FOTO: SERGIO GAITÁN

página

página

102

En primer plano

FOTO: STEPHEN FERRY

Cerca de 5.000 niños entre los 5 y 17 años trabajan en las minas informales colombianas. Aquí les contamos qué está en marcha para sacarlos de ahí y que vivan su niñez.


FOTO: GETTY IMAGES/ CHRIS MCGRATH

Especial Oro

10


CapĂ­tulo

11


Colombia vale oro

Un

territorio que vale oro RIOHACHA

LA GUAJIRA

SANTA MARTA

BARRANQUILLA

ATLÁNTICO

MAGDALENA

CARTAGENA

CESAR

SINCELEJO

SUCRE

BOLÍVAR

CÓRDOBA

NORTE DE SANTANDER

BUCARAMANGA

ANTIOQUIA

ARAUCA

SANTANDER

ARAUCA

MEDELLÍN

PUERTO CARREÑO

CHOCÓ

QUIBDÓ

BOYACÁ

TUNJA

RISARALDA

YOPAL

CALDAS

CASANARE

MANIZALES

CUNDINAMARCA

PEREIRA

BOGOTÁ

ARMENIA

IBAGUÉ

QUINDÍO

VILLAVICENCIO

VALLE DEL CAUCA

TOLIMA

PUERTO INÍRIDA

META

CALI

NEIVA

CAUCA

GUAINÍA

HUILA

SAN JOSÉ DEL GUAVIARE

GUAVIARE

FLORENCIA

NARIÑO

MITÚ

PASTO

MOCOA

CAQUETÁ

VAUPÉS

PUTUMAYO

AMAZONAS

LETICIA

La Sociedad Geográfica de Colombia, que tiene entre sus funciones investigar y explorar los recursos minerales, revela en este artículo el potencial aurífero del país y explica el porqué de esta riqueza. 12


Una historia dorada

Gloria Prieto Rincón y Armando Espinosa Baquero Sociedad Geográfica de Colombia – Academia de Ciencias Geográficas

C

olombia está localizado en el margen noroccidental del continente suramericano. Por eso su morfología y condiciones geológicas son producto de la interacción entre placas tectónicas oceánicas y continentales, que dieron lugar a la formación de las cordilleras que atraviesan el territorio y que alojan recursos minerales. Los yacimientos de oro resultan de procesos geológicos ocurridos durante la historia del planeta, y su localización es aleatoria. Sin embargo, algunas condiciones propician que estos se desarrollen en rocas muy antiguas como las existentes en Brasil, o en más jóvenes, como las de la cadena montañosa andina. Los procesos geológicos que originaron el territorio nacional favorecieron la concentración de minerales auríferos durante el desarrollo y surgimiento de las montañas colombianas. Hay yacimientos minerales distribuidos a lo largo del país, principalmente en la Región Andina, con potencial para depósitos vetiformes, también llamados filonianos (epitermales, pórfidos, relacionados a intrusivos, orogénicos), y depósitos aluviales (placeres o paleoplaceres). El oro se halla en estado libre o asociado a elementos como azufre, hierro, plata, cobre, zinc y molibdeno, entre otros. Estos depósitos auríferos se agrupan en distritos, que a su vez están asociados a cinturones metalogénicos que ocurren en Colombia en los municipios

de Piedrancha (cerca de Cumbitara), Samaniego y Guachavez (Nariño); Mercaderes, El Tambo, Suárez y Buenos Aires (Cauca); Quinchía, Marmato, Supía, Caramanta, Manizales (entre Caldas y Antioquia); Buriticá, Fredonia, Jericó, Anza, Dabeiba, Urrao, Frontino, Amalfi, Zaragoza, Segovia, Andes, Támesis, San Roque y San José de Nus (Antioquia); Íquira, Pacarní (Huila); Cajamarca, Santa Isabel, Planadas, Rovira e Ibagué (Tolima); Norosí, San Martín de Loba, Barranco de Loba (sur de Bolívar) y Vetas, Suratá y California (Santander). Adicionalmente, a lo largo del litoral Pacífico hay depósitos auríferos que surgieron como resultado de la erosión del flanco occidental de la cordillera Occidental; en algunas zonas del oriente existen yacimientos en Taraira (Vaupés) y en la serranía de Naquen (Guainía). El potencial aurífero del país se ha comprobado desde la época de la Conquista española hasta hoy con descubrimientos recientes, también en la zona andina, representados en depósitos de oro que superarían las 10 millones de onzas. Entre ellos están La Golondrina (Nariño), La Colosa (Tolima), El Poma, Dosquebradas, Quinchía y Miraflores (Risaralda), Marmato (Caldas), Titiribí, La Mina, San Ramón, Segovia-Remedios, Buriticá y Gramalote (Antioquia), y Angostura-La Baja (Santander), entre otros. En la década pasada, Colombia produjo un promedio de 47 toneladas anuales, lo que ubicaba al país por debajo de países como Brasil y Perú, según cifras de la Unidad de Planeación Minero Energética. Pero para 2013 se registró un aumento a 55,7 toneladas, debido a la formalización de pequeñas unidades mineras y al resultado de proyectos más grandes. Teniendo en cuenta que el territorio colombiano alberga de manera natural un gran potencial para recursos minerales, es necesario que su aprovechamiento, incluyendo el oro, sea factible y cumpla con la rentabilidad social y económica que requiere la sociedad moderna. Debe hacerse de manera responsable, respetando el medioambiente, de modo que genere riqueza y desarrollo para las regiones, y beneficie y satisfaga las necesidades de la población.

El potencial aurífero del país se ha comprobado desde la época de la Conquista española hasta hoy con descubrimientos recientes.

40 Municipios de Colombia cuentan con depósitos auríferos que superarían las 10 millones de onzas de oro.

13


Primero Colombia vale oro

Los calima habitaron el Valle del Cauca, entre los ríos Calima y Cauca, durante tres periodos que abarcan más de 3.000 años. Sus orfebres producían intricados ajuares funerarios de gran tamaño.

700 a.C. 350 d.C

FOTOS: MUSEO DEL ORO DEL BANCO DE LA REPÚBLICA

1500 a.C. 1700 d.C

En la región de Tumaco-La Tolita vivieron pescadores y cazadores que extrajeron oro y platino. Hilos de oro fabricados allí son las piezas más antiguas registradas por el Museo del Oro (500 a.C.).

200 d.C. 1600 d.C. Aunque famosos por su sistema de control de inundaciones, los zenúes fueron unos de los orfebres más habilidosos de Colombia. Sus piezas representaban la naturaleza que los rodeaba.

200 a.C. 1600 d.C. 14

Estas fechas comprenden los periodos Tairona y Nahuange, durante los cuales diferentes comunidades habitaron la Sierra Nevada de Santa Marta. La tumbaga (aleación de oro y cobre) y el martillado, son características de sus objetos.

fue La cordillera Oriental fue el hogar de los muiscas, una sociedad asentada en cacicazgos y recordada por las ofrendas que hacía a sus dioses con objetos de oro y esmeraldas.

600 d.C. 1600 d.C.

500 a.C. 1500 d.C. Los quimbayas, asentados en el Eje Cafetero y el norte del Valle, fabricaron algunas de las piezas en oro más complejas y hermosas de la época precolombina.

1492 Descubrimiento de América.

Fundación de Santa Marta, donde se formaliza el proyecto de la Conquista.

1525

FOTO: ARCHIVO PARTICULAR

L

a llegada de las expediciones europeas a América unió dos mundos. Lo que hoy es Colombia, antes estaba habitado por sociedades indígenas que veían en el brillo del oro una forma de adorar a sus dioses y a la vida misma. Era un regalo que la tierra les daba y que no tenía valor. La Conquista, en cambio, implantó la codicia, la ambición y la supremacía del hombre sobre la naturaleza. Esta es una breve historia del oro en Colombia y de cómo, aún hoy, traza el curso del país.


Una historia dorada

2003

FO TO : RODR IGO DU RÁ N BA HA M ÓN

2017 Mediante una consulta popular se suspendió el proyecto minero La Colosa, de AngloGold Ashanti en Cajamarca (Tolima). El yacimiento que pretendía explotarse tendría más de 30 millones de onzas de oro. La ejecución del proyecto habría sido una de las más grandes del mundo.

Llega a Colombia la minera sudafricana AngloGold Ashanti, una de las más importantes del mundo. Su entrada marcó un precedente para la extracción internacional en el país.

2009

oro A la minera canadiense Tobie Mining se le otorga un título minero en el Vichada, que se revocó porque dos días después de otorgado, una consulta popular declaró que la zona es un Parque Nacional Natural. Esta negativa a ejercer el derecho minero ha sido una de las más polémicas en Colombia.

el

1584

O GO TÁ

1878 Se reconoce al Estado como propietario de los minerales.

Surge Mineros S.A. Es la primera minera nacional y la única con capital ciento por ciento colombiano.

1939

S EO DE B

La Casa Real Española expide los Cuadernos de la Nueva España, la primera legislación minera colombiana.

Campesinos de Pasca (Cundinamarca) encontraron la balsa muisca que hoy está en el Museo del Oro y que, para muchos, simboliza el mito de El Dorado.

FO T O : M U

1940

En el corregimiento de Bolo (Palmira, Valle del Cauca) se encontró el Cementerio Malagana de los calima, famosos por sus ajuares funerarios. Fue saqueado y destruido. Así se desaprovechó una oportunidad para aprender sobre esa cultura.

1974

1969

Creación del Ministerio de Minas y Energía.

1992

Creación del Banco de la República, que hasta 1991 fue el único comprador de oro autorizado en el país.

1923

El Banco de la República deja de fundir algunas de las piezas de oro que adquiere para iniciar una colección privada que ahora es el Museo del Oro. La primera pieza fue un poporo encontrado en Antioquia en el siglo XIX.

FUENTES: EDUARDO CHAPARRO ÁVILA, JOSÉ LUIS SOCARRÁS PIMIENTA, EDUARDO LONDOÑO Y MUSEO DEL ORO DEL BANCO DE LA REPÚBLICA.

15


FOTO: LEÓN DARÍO PELÁEZ/ SEMANA

Especial Oro

Donde habita el pasado El Banco de la República guarda en el Museo del Oro el patrimonio arqueológico de la Nación para que ésta, a partir de su historia, refuerce su sentido de futuro. Eduardo Londoño Jefe de Divulgación Cultural del Museo del Oro.

R

ecomendado por quienes lo visitan como uno de los 25 mejores museos del mundo, el Museo del Oro del Banco de la República preserva la mayor colección de orfebrería prehispánica existente hoy. Más de 34.000 objetos de metal y 20.000 de cerámica, hueso, piedra, madera y textil conforman un patrimonio invaluable que cuenta la historia diversa, rica y milenaria de los colombianos. Cada uno de sus objetos es una obra de arte universal que describe 16

aspectos de la vida indígena de hace 500 o 2.000 años en el país. En cada nariguera, colgante y pectoral dorados se hace patente la sensibilidad, la estética, el conocimiento técnico y el pensamiento de los orfebres que los hicieron, de los caciques y cacicas que los usaron y de las extraordinarias sociedades que los ofrendaron como elementos sagrados. Símbolos de Colombia, esas piezas nos han representado en 208 exposiciones internacionales. Los Museos del Oro de Bogotá, Santa Marta, Cartagena, Pasto, Cali y Armenia, y el Museo Etnográfico en Leticia, con su museografía contemporánea, son una visita obligada. Pero más allá de lo que representa para la buena imagen de Colombia o para la creciente economía del turismo, la importancia del museo tiene que ver con el bienestar de cada colombiano. La arqueología es la disciplina que a partir de vestigios y contextos

nos revela las primeras etapas de la historia de 16.000 años que tiene la presencia humana en nuestras costas, selvas y montañas. Así, reúne la experiencia milenaria de un territorio y de las sociedades y culturas que lo han habitado. La labor cultural del museo consiste en permitir que nuestra sociedad diversa se aproxime desde la arqueología y la antropología a nuestros pasados y orígenes, pero sobre todo a la infinidad de facetas que conforman la realidad actual. Exposiciones permanentes y temporales, talleres, visitas, conferencias y publicaciones convierten a los museos en foros donde se piensan y discuten los temas del presente: biodiversidad, tecnología, género, entre otros. Si recorremos una exposición, nuestra mirada cambia y también las preguntas que les hacemos a los objetos ancestrales. Por eso los Museos del Oro son siempre vigentes e inagotables.


Una historia dorada

Todo un tesoro

ANTIOQUIA 1

Buriticá

2

Fredonia

3

Jericó

4

Anza

5

Dabeiba

6

Urrao

7

Frontino

8

Amalfi

9

Zaragoza

10

Segovia

11

Andes

12

Támesis

13

San Roque

14

San José de Nus

15

Titiribí

RIOHACHA

LA GUAJIRA

ATLÁNTICO

CESAR

SUCRE

18

Quinchía

19

Marmato

ANTIOQUIA

22

RISARALDA QUINDÍO

Dosquebradas

24

El Poma

25

Miraflores

41 40 43

10

ARAUCA

CASANARE

VICHADA

META

32

29 CAUCA

28

44 45

27

Supía

23

Aunque la mayoría del oro colombiano se encuentra en Antioquia, son varias las regiones del país que también cuentan con reservas auríferas.

TOLIMA

VALLE DEL CAUCA

Manizales

RISARALDA

42

17

8 5 1 7 16 14 SANTANDER 4 15 13 6 12 2 CHOCÓ 11 3 BOYACÁ 20 19 CALDAS 18 22 25 21 CUNDINAMARCA 24 31 23 30 34 33

20 Caramanta 21

NORTE DE SANTANDER

BOLÍVAR

9

Remedios

CALDAS

37 35 36

CÓRDOBA

16 San Ramón 17

MAGDALENA

HUILA

GUAINÍA

39 GUAVIARE

26 NARIÑO

46

47 48

CAQUETÁ

VAUPÉS

PUTUMAYO

CAUCA

38

26

Mercaderes

27

El Tambo

28

Suárez

BOLÍVAR

SANTANDER

29

Buenos Aires

35

Norosí

40 Vetas

36

San Martín de Loba

41

Suratá

37

Barranco de Loba

42

California

43

Angostura

TOLIMA 30 Cajamarca

AMAZONAS

31

Santa Isabel

32

Planadas

33

VAUPÉS Y GUAINÍA

HUILA

Rovira

38 Taraira

44

Íquira

47

Samaniego

39

45

Pacarní

48

Guachavés

34 Ibagué

Naquen

NARIÑO 46 Piedrancha

17


Colombia vale oro

Una industria desaprovechada

L

En 2016 Colombia extrajo 60 toneladas de oro. El país podría explotar mejor este recurso si se derriban prejuicios que antes que proteger el medioambiente frenan su crecimiento económico.

a industria del oro en América Latina es como la oposición política: siempre está en minoría, ‘nunca tiene la razón’ y no le asisten derechos (o se los desconocen). Mitos como “agua u oro”, “minería o comunidad” y otras consignas generan un prejuicio natural en la sociedad y en el estamento político, usualmente desinformados, (o peor, con agendas particulares) que crean infranqueables barreras que evitan comprender la actividad y sus beneficios. Dejando de lado que la mayoría de los proyectos mineros son hidropositivos, que el PIB de las comunidades mineras es generalmente mayor al de las demás y que la minería nos permite el nivel de vida y confort que disfrutamos todos los días, es imposible desconocer que la industria minera construye países. No es casualidad que las dos naciones latinoamericanas más exitosas de los últimos tiempos, Chile y Perú, sean también las únicas donde el PIB minero ha sido históricamente superior al 10 por ciento. Tampoco es coincidencia que en el país centroamericano de más crecimiento reciente, Nicaragua, la minería de oro sea, desde hace un par de años, el mayor rubro exportador. Ni que su PIB crezca en casi el 5 por ciento, mucho más alto al de sus vecinos de la región y casi 18

Jorge Neher Head of Mining Latin America Norton Rose Fulbright.

el doble al de El Salvador, que en lugar de promover el sector, lo ha ilegalizado. Colombia es un importante productor de oro, con un poco más de 60 toneladas en 2016. En América Latina la superan Perú, México, Brasil y Argentina. La región produce alrededor del 16 por ciento del oro minero mundial y recibe casi el 24 por ciento de las inversiones mundiales en el sector. Sin embargo, a diferencia de los demás grandes productores, Colombia es probablemente el país latinoamericano que más oro ilegal produce en términos absolutos, superado por Venezuela en términos porcentuales. Entre los prejuicios ambientales, comunitarios y la imagen de ilegalidad del sector, no sorprende que la industria aurífera sea tratada como el enemigo público número uno. Aquí el papel del Estado es fundamental como gestor del interés general, no solo para producir un ambiente regulatorio competitivo y balanceado (aunque sea impopular en ciertos sectores), sino para garantizar la seguridad jurídica al aplicar dichas regulaciones. Cuando el Estado (Ejecutivo, Legislativo o Judicial) se hace rehén de los prejuicios y de los grupos de interés no hay marco normativo que sirva. Ecuador, por ejemplo, en 2015 solo producía un poco más de seis toneladas de oro al año, mientras Perú generaba casi 140 y Colombia 60.

No es casualidad que naciones latinoamericanas exitosas como Chile y Perú, sean también las únicas donde el PIB minero ha sido históricamente superior al 10 por ciento.


FOTO: NIGEL WRIGHT

Una historia dorada

En Colombia, con regulaciones mucho más competitivas y fluidas, jamás hemos visto financiar un proyecto aurífero de dichas dimensiones (y el que pudo haber sido, fue borrado del mapa por la minoría de los habitantes de Cajamarca, Tolima), y durante el año pasado solo se otorgaron menos de 20 nuevas concesiones. En materia de minería, PIB y calidad de vida (haciendo abstracción del régimen político), Ecuador está en vía de ser Nicaragua, y Colombia, El Salvador. Ojalá no.

PRODUCTOR LATINOAMERICANO AU

PRODUCCIÓN AU 2015 TM/AÑO

‘RANKING’ MUNDIAL

Perú México Brasil Argentina Colombia Chile

145 120 80 72 60 34

6 9 12 16 18 25

América Latina produce alrededor del 16 por ciento del oro minero mundial y recibe casi el 24 por ciento de las inversiones mundiales en el sector.

FUENTE: USGS/WGC

Además, en 2009 Ecuador estableció regulaciones que hacían imposible el desarrollo del sector y que hizo que prácticamente todas las empresas internacionales abandonaran sus planes e iniciativas. No obstante, luego de tal debacle el gobierno recapacitó y, aunque no ha modificado muchas de tales normas, adoptó una actitud balanceada. En poco tiempo, y aun en un ambiente regulatorio deficiente, en este país se desarrollan dos de los proyectos mineros más grandes del mundo, uno de cobre/oro/plata (Mirador) y otro de oro/plata (Fruta el Norte). Este último se encuentra en proceso de financiamiento, entre deuda y capital, por alrededor de 670 millones de dólares. Además, el gobierno reabrió el catastro minero y en menos de un año otorgó más de 160 nuevas concesiones.

19


Colombia vale oro

Cimiento del desarrollo

Es bastante lo que hay por hacer para que el desarrollo promovido por la minería sea una realidad. Uno de los grandes retos del sector es reemplazar el actual Código de Minas por uno basado en inclusión y en el diálogo constructivo.

C

ada año Colombia produce casi 60 toneladas de oro, de las cuales cerca de diez corresponden a procesos de extracción legales, siendo esta la única parte que paga impuestos y regalías. La minería bien hecha es un negocio costoso, por ello no es del todo cierto que el Estado favorezca a las multinacionales. Lo que ocurre es que es posible que un minero no quiera acogerse a la norma, aunque se le facilite el proceso, porque preferirá obtener la totalidad de su ganancia en lugar de entregar al Estado y al entorno, el dinero correspondiente a gastos fiscales, técnicos, ambientales y sociales que harían su actividad responsable y sostenible. Son las empresas legales las que tienen el músculo financiero para cumplir a cabalidad con los requerimientos que la minería demanda, aunque, como toda actividad humana, siempre existirá un impacto; eso sí, hay una diferencia radical entre el trabajo hecho por una compañía que no usa mercurio y el de pequeños extractores que con frecuencia emplean esta sustancia a sabiendas de que causa un daño ambiental grande. La ilegalidad pasa por encima de los permisos y de los estudios previos, y la recuperación del entorno tampoco es una prioridad. Lo mismo ocurre con las condiciones laborales de los 20

Oswaldo Ordóñez Carmona Geólogo de la Universidad Nacional de Colombia con maestría y doctorado de la Universidad de Brasilia (Brasil).

implicados en toda la cadena de extracción. Sin embargo, el hecho de que hoy la minería lícita cumpla con la reglamentación no la exime del peso histórico de algunos desastres causados, localmente, por esta actividad. De manera que el pago de impuestos y regalías por parte de grandes compañías no es suficiente para que su inmersión en un territorio se justifique. La existencia de círculos de pobreza en las comunidades que rodean las minas es inaceptable desde cualquier punto de vista y esa deuda social, así como la ausencia de desarrollo de encadenamientos productivos, no es defendible.

“Si la minería se lleva a cabo de forma responsable y planeada puede convertirse en uno de los principales motores del desarrollo agroindustrial”.

La clave del progreso La minería aurífera es un negocio favorable para Colombia a muy corto plazo, en tanto ofrece altos rendimientos que significan un alivio económico por un periodo de al menos 20 años. No ocurre así con los recursos generados por la agricultura y tampoco nos hemos posicionado como desarrolladores de software, productos tecnológicos, insumos médicos u otro tipo de actividad industrial que sea tan rentable, en el corto tiempo, como la extracción de recursos minerales. Por más que se insista en que vivimos en un país de vocación agrícola y que la minería es una actividad que va en detrimento de la tradición campesina, lo cierto es que si se lleva a cabo de forma responsable y planeada puede constituir la base de un entorno que, además de converger


Una historia dorada Hacia un nuevo panorama La reglamentación minera debería ser redactada de nuevo por ingenieros de minas y ambientales, geólogos, sociólogos, antropólogos, economistas y abogados. Es imperativo que el Código de Minas sea un documento transparente, con tiempos adecuados y sin trampas para la otorgación de títulos, y que contemple la realidad de todos aquellos que trabajan en la ilegalidad pero con voluntad de formalizarse. El nuevo código debería viabilizar y facilitar el desarrollo y avance de la pequeña, mediana y gran minería. Muchas de las personas que operan retroexcavadoras y usan otros métodos para extraer oro al margen de la ley a lo largo y ancho del territorio colombiano estarían dispuestas a legalizarse. El gobierno tiene la labor de resolver las necesidades y realidades de los mineros pequeños y medianos. Más allá de la brecha entre legalidad e ilegalidad, se necesita promover la participación de todo el entorno social que rodea una mina. Esta vinculación debe otorgar un porcentaje de acciones (entre 2 y 3 por ciento) a las comunidades directamente impactadas por la actividad minera, y pensar en tenerlos como miembros de las juntas directivas, donde se discutan los planes de inversión del capital para mejorar y desarrollar los entornos sociales y empresariales.

La minería aurífera es un negocio favorable para Colombia: ofrece rendimientos que significan un alivio económico por un periodo de al menos 20 años.

FOTO: LEÓN DARÍO PELÁEZ/ SEMANA

con el desarrollo agroindustrial, también es susceptible de convertirse en uno de sus principales motores. En las condiciones actuales la agricultura permite sobrevivir, mas no vivir; prueba de ello es la cantidad de subsidios al agro y las penurias y dificultades de nuestros campesinos. No tiene sentido que le demos la espalda al potencial oculto en los subsuelos de nuestra geografía por una negación obstinada que no da cabida a alternativas sostenibles. ¿Por qué Noruega no nos sirve también como modelo por seguir ahora en este sentido? En ese país, por ejemplo, los recursos de la explotación petrolera son administrados por técnicos especializados a través de un órgano estatal que deposita las ganancias procedentes del sector en un mismo fondo de inversión. Este capital constituye la base de estrategias de encadenamiento productivo que permiten que se dé continuidad al desarrollo de otras industrias.

21


7

Colombia vale oro

Experiencias de éxito

1. Carlin Trend Nevada, Estados Unidos

Dueño principal: Newmont Tipos de extracción: a cielo abierto y subterránea Aquí se ha producido más oro que en cualquier otro distrito minero de Estados Unidos. Se trata de un lugar pionero en el desarrollo de minería a cielo abierto, que recupera el oro a través de pilas de lixiviación, en las que se usa cianuro, químico que, a diferencia del mercurio, presenta menos riesgos, aunque no lo parezca. Una buena práctica aquí es el relleno de la excavación durante y después de la actividad, con el objetivo de que el impacto ambiental sea mínimo. 22

Los ejemplos internacionales de minería bien hecha pueden orientar al sector en Colombia hacia el equilibro entre una explotación rentable y al mismo tiempo responsable con el medioambiente y la comunidad a la que impacta. Wilfredo A. López Piedrahíta Ingeniero de Minas y Metalurgia de la Universidad Nacional de Colombia. Magíster en Ciencias de la Escuela de Minas de Colorado (Estados Unidos).

2 Cortez

Nevada, Estados Unidos

Dueño principal: Barrick Gold Tipos de extracción: a cielo abierto y subterránea Es la primera empresa minera de oro de Norteamérica en firmar un acuerdo de colaboración con comunidades indígenas. Lo que comenzó como una demanda de los nativos de la zona terminó en un documento firmado por siete tribus shoshones y la empresa. Los líderes comunitarios y directivos de la compañía se reúnen cada tres meses. Estos encuentros han permitido construir un centro educativo e implementar programas de salud.


Capítulo

3 Olimpiada Krasnoyarsk Krai, Rusia

Dueño principal: Polyus Gold Para el tratamiento de los minerales de sulfuro de Olimpiada, Polyus Gold emplea bionord, una tecnología patentada de biooxidación que reduce ostensiblemente el impacto ambiental.

5 Pueblo Viejo República Dominicana

4 Grasberg Papua, Indonesia

Dueño principal: Freeport-McMoRan y Río Tinto Tipos de extracción: a cielo abierto y subterránea Grasberg es la mina de oro más grande del mundo y la tercera de cobre. Opera desde 1990 y ha impulsado la construcción de un aeropuerto, un puerto, una carretera de 119 kilómetros, un tranvía aéreo, un hospital y centros médicos relacionados, dos centros urbanos con viviendas, escuelas y otras instalaciones suficientes para apoyar a más de 17.000 empleados. La inversión social de esta empresa es inigualable. Sin embargo, los beneficios económicos han venido acompañados de serios problemas ambientales.

Dueños principales: Barrick Gold y GoldCorp Tipo de extracción: a cielo abierto Pueblo Viejo es la nueva gran mina de oro de América Latina. El depósito contiene grandes reservas que se aproximan a los 25 millones de onzas. La confianza con el entorno fue afianzada con la construcción de la Central Energética de Quisqueya, que le suministra 80 megavatios a la conexión eléctrica nacional. Además, este año el Ministerio del Trabajo premió a la mina por su excelencia en salud y seguridad.

6 Muruntau Kyzyl Kum, Uzbekistán

Dueño principal: Navoi Mining and Metallurgical Combinat Tipos de extracción: a cielo abierto y canchas de lixiviación La lixiviación bacteriana, biolixiviación o biooxidación llevada a cabo en esta mina, consiste en un proceso que emplea bacterias para degradar el sulfuro, usualmente pirita o arsenopirita, en el que el oro o la plata, o ambos, se encuentran encapsulados. El método cuenta con una gran ventaja ambiental al reducir casi a cero la contaminación.

7 Yanacocha Cajamarca, Perú

Dueños principales: Newmont & Compañía de Minas Buenaventura Tipo de extracción: a cielo abierto Estándares nacionales e internacionales rigen su operación en cuanto al tratamiento del agua que se utiliza para extraer el oro. En verano, constantemente reutiliza el líquido; en invierno una gran cantidad de agua lluvia ingresa a las pilas de lixiviación, y el exceso es procesado para descargarlo a las quebradas, con lo que se mantiene la calidad exigida por la ley. Aquí seguirá tratándose el recurso hídrico incluso cuando Yanacocha haya terminado sus operaciones y las áreas hayan sido rehabilitadas. El llamado cierre de minas –que incluye actividades para rehabilitar los terrenos y restituir la vegetación con el objetivo de dejar las zonas en igual o mejor estado del encontrado– tendrá como una de sus principales actividades el tratamiento permanente del agua. 23


FOTO: ISTOCK

Especial Oro

Incluyente y sin mercurio Silvana Habib, presidenta de la Agencia Nacional de Minería (ANM), habló con SEMANA sobre el estado de la titulación, la fiscalización de oro y las ventajas del sector, entre otros temas.

La minería legal, genera 350.000 empleos de calidad, que pueden llegar a 1 millón, si se incluye el empleo indirecto.

24

S

EMANA: ¿Cuántos contratos de concesión hay vigentes? SILVANA HABIB: Tenemos

8.875 títulos que son contratos de concesión, de los cuales casi el 50 por ciento corresponde a materiales de construcción. El resto está compuesto por metales preciosos y carbón. Hay 1.900 títulos de oro. SEMANA: ¿La cifra de contratos aumentó en los últimos años? S.H.: No, bajó dramáticamente. En 2012 la Corte Constitucional comenzó a analizar algunos artículos

que influyen en la titulación. Al no tener las reglas claras, no se ha podido titular. Este año, por ejemplo, no ha salido un solo contrato de concesión. SEMANA: ¿El aumento en el número de contratos de concesión sería un buen síntoma para el sector? S.H.: El buen síntoma puede medirse de otra forma. Una cosa es que la ANM entregue contratos y otra es el deseo de posibles titulares


Una historia dorada

Silvana Habib Presidenta de la Agencia Nacional de Minería (ANM)

La Agencia Nacional de Minería se creó en 2012 para fortalecer la institucionalidad minera en Colombia.

por tenerlos. En 2015 se registraron alrededor de 1.300 solicitudes de títulos, y en 2016, 1.700. SEMANA: Eso significa que la ANM no otorga títulos a quienes no cumplen las normas… S.H.: ¡Claro! Hubo un momento en el que todos los minerales bajaron y disminuyeron las solicitudes de títulos. El mercado termina reflejándose en las propuestas de contrato o en esa disminución del número de títulos vigentes. Eso está relacionado con la renuncia a contratos; se han aceptado muchas renuncias, pero en virtud del seguimiento que hacemos, también caducamos otros tantos. De las 1.700 solicitudes, por ejemplo, el 40 por ciento se rechaza porque no es tan fácil tener un contrato de concesión. Han cambiado las reglas y esto ha alejado a los inversores, pero lo vemos como una gran oportunidad de tener una normativa clara del territorio y la minería bien hecha. SEMANA: ¿Qué predomina en los contratos rechazados? S.H.: Por lo general el estudio técnico, es decir, un área no disponible. No en todo el país se puede hacer minería. El Código de Minas tiene tres áreas: las excluidas (parques naturales, páramos y reservas forestales productoras); las restrin-

“Han cambiado las reglas y esto ha alejado a los inversores, pero es una oportunidad de tener una normativa clara del territorio y la minería bien hecha”.

gidas, que necesitan de un permiso adicional, y aquellas sin restricción. SEMANA: ¿Cómo diferencia la ANM la ilegalidad de la criminalidad? S.H.: En ningún momento la minería es ilegal. Es una actividad regulada y constitucionalmente reconocida y promovida. Por eso no queremos que se hable de minería ilegal, sino de explotación ilícita. Cuando hay un cultivo ilícito no se dice “agricultura ilegal”. SEMANA: ¿Qué ocurre cuando se evade el pago de regalías? S.H.: Gracias a la fiscalización nos damos cuenta del pago de las contraprestaciones económicas. Si un titular no paga lo que le corresponde, el código entonces lo contempla como causal de caducidad para el título. SEMANA: ¿Qué hace la ANM en la formalización de minas? S.H.: La política de formalización la fija el Ministerio de Minas y Energía, nosotros la ejecutamos. Les decimos a las empresas que esta política, en asocio con pequeños mineros es mejor, incluyente y disminuye los conflictos en los territorios. Los subcontratos de formalización se registran en la agencia, en nuestro catastro, y tienen unas normas de convivencia para los mineros tradicionales. El principal riesgo que corrían las empresas al dar ese paso era comprometer su contrato por el incumplimiento de esos subcontratistas. Esta figura permite que convivan en la misma área, pero cada uno responsabilizándose por lo que le corresponde. SEMANA: ¿Al pequeño minero le conviene más asociarse a una empresa? S.H.: No es la única solución. El ministerio sacó un decreto en el que diferencia la minería de subsistencia, la pequeña, la mediana y la gran minería. Cada minero debe cumplir con sus obligaciones, pero de acuerdo con su capacidad. SEMANA: ¿Cómo funciona esa diferenciación? 25


FOTO: AGENCIA NACIONAL DE MINERÍA

Especial Oro

S.H.: Se les hace un acompañamiento para que cum-

plan con sus obligaciones. Sin embargo, hay normas como las de salud e higiene, que protegen la vida de las personas, en las que no se puede ser flexible. Hay otra medida, y es sobre la minería tradicional, la que se hace desde antes de 2001; a esta se le aplica la figura Área de Reserva Especial, y nosotros damos apoyo y recursos. SEMANA: Por cierto, ¿el uso de mercurio está regulado por la ANM? S.H.: Debemos cumplir con el Convenio de Minamata, que dice que no podrá usarse mercurio desde 2018. La minería, la mayoría, ya no lo emplea, y está lista para esa transición. Pero no solo esta industria usa ese químico: los bombillos, por ejemplo, lo utilizan mucho. La ley estableció un periodo para ir desmontando su uso: a la minería le dio cinco años, y a los otros sectores, diez. No tenemos facultades para imponer sanciones ambientales, pero sí para reportar anomalías. SEMANA: ¿Cómo ve la minería en la etapa del posconflicto? S.H.: Es su gran apuesta, porque esta es una actividad rural muy importante; veremos zonas a las que antes no llegábamos. Además, trabajamos en alianzas integrales con el Departamento para la Prosperidad Social, para maximizar el impacto de algunas empresas en ciertos territorios y erradicar la pobreza extrema. SEMANA: ¿Cómo se hace la difusión de información sobre la minería bien hecha?

“En ningún momento la minería es ilegal. Es una actividad regulada. Por eso queremos que se hable de explotación ilícita”.

26

S.H.: Estamos en el proceso de

actualización de nuestro catastro. Queremos tenerlo listo a mediados del próximo año para que cualquier ciudadano pueda informarse. Hacemos un proceso de concertación en el que les decimos a los alcaldes qué área del municipio está titulada, qué minería hay, qué tipo de mineral, incluso les informamos sobre regalías. Así, los mandatarios descubren las minas que no son legales y, junto con la Policía, nos articulamos para disminuir la conflictividad. SEMANA: ¿Son sólidos los lineamientos de la ANM como para perdurar más allá del gobierno de turno? S.H.: Las cifras de la actividad minera son importantes: representamos el 2 por ciento del producto interno bruto y el 17 por ciento de las exportaciones del país, y generamos 350.000 empleos de calidad, 1 millón si se incluyen los indirectos. Tenemos que mejorar, como toda institución. Hay que ser cada día mucho más eficientes, avanzar en la titulación y en los trámites, para que la gente le encuentre el gusto a la formalización. No le podemos dejar ganar la batalla a la explotación ilícita.


FOTO: ISTOCK


Colombia vale oro

Experiencias que brillan

D

os cooperativas de pequeños mineros colombianos extrajeron de manera artesanal y sostenible el oro con el que fue confeccionada la medalla del premio Nobel de Paz entregado al presidente Juan Manuel Santos en diciembre de 2016 en Oslo. Esas dos cooperativas, una de Nariño y otra de Huila, prueban que es posible realizar una minería de oro a pequeña escala, en forma ambientalmente sostenible y con todos los estándares legales. Se trata de un buen modelo para replicar en un país donde prolifera la extracción ilegal, controlada por redes criminales y convertida en motor de destrucción de selvas y quebradas. Oro ético colombiano Bajo las colinas tapizadas con cafetales de Íquira, un pueblo en el centro del Huila, cruza un laberinto de túneles. Son las minas de la Cooperativa Multiactiva de Agromineros de Íquira, donde un centenar de trabajadores extrae los bloques de piedra que luego procesa para separar el oro presente entre sus vetas. En las montañas de Nariño, 500 kilómetros al sur, los 140 mineros de la Cooperativa del Distrito Minero de La Llanada (Coodmilla) trabajan de manera similar, escarbando el oro hasta 350 metros bajo tierra. 28

En Íquira y La Llanada, tanto mineros como empresarios cumplen a cabalidad las normas ambientales, fiscales y laborales, por lo que su extracción es sostenible.

Andrés Bermúdez Liévano Periodista.

Desde hace dos años, estas dos cooperativas exportan oro certificado con el rótulo de ‘comercio justo’. Ese sello de calidad les ha abierto las puertas de un pequeño pero creciente mercado en Europa y Norteamérica, que busca que este elemento tenga una cadena de producción artesanal, trazable y ambientalmente sostenible. Es decir, están dispuestos a pagar más por comprar –y vender– ‘oro ético’. A diferencia de miles de pequeños mineros que trabajan en Colombia en medio de la informalidad, de la deforestación, de la extorsión y de la presión de grupos criminales, los de Íquira y La Llanada cumplen todos los requisitos legales en materia laboral, fiscal y ambiental. De hecho, exceden con creces casi todos los frentes. “No son lo mismo la explotación ilegal y la minería bien hecha. Nosotros somos 35 asociados y de 60 a 70 empleados que hacemos las cosas bien. Somos una mediana empresa en una zona rural de Colombia, con todo el esfuerzo y el sacrificio que eso implica”, dice Luis Alfredo González, representante legal de los mineros iquireños. Como sus colegas, él también cultiva café de exportación, una doble vocación que explica el nombre que escogieron: Agromineros. Todos tienen su título minero en orden y pagan regalías por el oro que venden, las dos principales condiciones del gobierno. Además, sus minas cumplen los más altos estándares de seguridad laboral y en estas no trabaja ningún menor de edad. Sus plantas de beneficio no contaminan ríos ni quebradas, gracias a un circuito cerrado que previene que el líquido ‘cianurado’ salga al medioambiente. Usan retortas que evitan que el mercurio se evapore a la atmósfera y están comenzando el proceso gradual para dejar de usarlo del todo. Los mineros –tanto socios como empleados– tienen contratos a término indefinido, pensión, cesantías, salud, vacaciones y el nivel más alto

Hoy, más de 130 empresas en 20 países usan el oro ético que producen dos cooperativas colombianas, una en Íquira, Huila, y la otra en La Llanada, Nariño.


Una historia dorada de riesgos profesionales. Incluso reforestan; eso sí, todo lo han hecho sin apoyo gubernamental. Su principal aliado es la Alianza por la Minería Responsable (ARM), una ONG colombiana pionera en ayudar a pequeños mineros a mejorar sus prácticas de trabajo y a volver su oro un atractivo en el mercado internacional. Esta organización inventó el sello de calidad Fairmined (inspirado en el de Fairtrade, que identifica a los alimentos producidos en condiciones beneficiosas para los agricultores), que les muestra a los consumidores cuáles productos promueven un ‘comercio justo’ de pequeños mineros. Un mercado de lujo Hoy, más de 130 empresas en 20 países usan el oro ético que ellos producen. Entre ellas hay marcas tan prestigiosas como la joyería suiza Chopard, que desde hace dos años fabrica la Palma de Oro del Festival de Cine de Cannes con oro colombiano y lo acaba de utilizar en la colección de joyas diseñadas por la cantante Rihanna. Es el mismo metal escogido por el Comité Olímpico Internacional para fabricar su primer Laurel de Oro, un trofeo especial que entregó por primera vez en los Juegos de Río 2016. Y también lo usan marcas como la relojera Zeitwinkel, el Banco Central de Luxemburgo o la Casa de la Moneda noruega. Esos mercados de lujo garantizan un valor agregado a los mineros colombianos y justifican su

La medalla del premio Nobel de Paz y el Laurel de Oro del Comité Olímpico Internacional fueron hechos con oro colombiano.

esfuerzo por cumplir estándares tan estrictos. Con la certificación Fairmined aseguran un mejor precio que el que tendrían en Colombia, equivalente, como mínimo, al 95 por ciento del que fija la Bolsa de Londres. Aparte de eso, reciben un bono de 4.000 dólares por cada kilo exportado, que recibe la cooperativa. “El oro ha servido para financiar a grupos armados porque tiene valor y mercado. Necesitamos que esa capacidad económica beneficie a las zonas rurales y a las comunidades que viven ahí. Lo que hacemos nosotros es empoderar a las comunidades mineras para que puedan hacerlo bien”, dice Yves Bertran, director de ARM, que lleva 15 años trabajando en cadenas de valor de pequeña minería. Este año comenzó con otra buena noticia. Un grupo de 13 mineros, que fundaron la cooperativa Fortaleza en el municipio de Los Andes Sotomayor (Nariño) y son víctimas de los paramilitares y la guerrilla, también recibieron su certificación Fairmined. Con ellos, ya tres cooperativas exportan oro de ese modo, un buen ejemplo de cómo el gobierno podría trabajar con miles de personas que extraen sin título, sin licencias ambientales, sin pagar regalías y con métodos muy dañinos para el medioambiente. Aunque todo el proceso de formalización y certificación es complejo y suele durar como mínimo dos años, compensa el esfuerzo de los mineros. De todos modos, ARM trabaja en un segundo estándar, un poco menos estricto, que sirva como primera puerta al mercado internacional y los incentive a seguir mejorando. El modelo Fairmined es tan promisorio que José Ignacio Pérez, otro de los mineros de Íquira, viajó hace dos años invitado por la OCDE (el club de los 35 países más desarrollados del mundo) a un foro en París dedicado a cadenas de valor responsables en minería. “Es una herramienta económica para traer trabajo en zonas donde no lo hay. Y esto es clave para el posconflicto, porque la discusión fundamental debe ser cómo llevamos oportunidades económicas reales a esas zonas”, dice Yves Bertran. 29


FOTO: COOPERATIVA COODMILLA NARIÑO/ MANUELA FRANCO

Especial Oro

“Necesitamos minería

bien hecha”

S

El ministro de Minas y Energía, Germán Arce Zapata, habló con SEMANA sobre el momento que vive el oro, uno de los recursos más importantes de Colombia.

EMANA: ¿Cuál es la minería bien hecha? GERMÁN ARCE ZAPATA: La que cumple altos estándares medioambientales y que se hace de forma responsable con las comunidades; que tiene un título o permiso para explotar recursos minerales y autorización ambiental; la que se socializa con las poblaciones, aplica normas de seguridad industrial y laboral, no incluye trabajo infantil y no usa mercurio. SEMANA: ¿Qué pasó con la locomotora minera que el presidente Juan Manuel Santos anunció en 2010? G.A.Z.: Creamos la Agencia Nacional de Minería (ANM), le entregamos toda la gestión del conocimiento del subsuelo al Servicio Geológico Colombiano, acabamos 30

Daniela Puerta Coordinadora Editorial Especiales Regionales de Revista Semana.

Ingeominas, que era una de las instituciones más corruptas, y creamos el Viceministerio de Minas. Tenemos un bajo nivel de exploración por el poco conocimiento de la geología y el conflicto armado. La nueva institucionalidad nos permite hablar de proyectos que potencialmente mejorarán el balance de reservas y de producción en varios frentes, oro es uno de ellos; los primeros empezaron a darse desde 2015. La locomotora, que estuvo apagada por casi 20 años, empezó a generar inversiones. SEMANA: ¿Qué garantías recibirán las mineras que invertirán en


FOTO: CHRISTINA GÓMEZ ECHAVARRÍA

Una historia dorada

el sector 7.500 millones de dólares en los próximos cinco años? G.A.Z.: Hablamos de inversiones anuales en promedio de 1.500 millones de dólares. Primero: debe haber claridad sobre cuál es el recurso y su potencial para desarrollarlo. Segundo: contar con los instrumentos medioambientales. Tercero: los proyectos pueden darse en coordinación con autoridades locales y comunidades. Cuarto: definir cómo darles seguridad jurídica a esos proyectos. Proponemos una normatividad que le dé un horizonte de largo plazo a las inversiones. SEMANA: ¿Por qué en Chile, por ejemplo, la minería sí significa desarrollo? G.A.Z.: La economía chilena se basa en la minería; la de Colombia no. Aquí los recursos que la Nación y los entes territoriales invierten, son altamente dependientes del sector de hidrocarburos. En el caso de nuestro país, en el mejor año, 2012, un 25 por ciento de los ingresos corrientes venían de esta actividad. El año pasado fue cero por la caída de los precios en 2015 y 2016. Pero a veces la gente pierde de vista que casi 1.700.000 empleos dependen de la actividad minera. No es para nada marginal a la hora de generar oportunidades para los colombianos. Hay que concientizar a la gente de que la minería es mucho más que las imágenes aterradoras de explotación ilícita. SEMANA: ¿Cómo se contempla la minería en la agenda del posconflicto? G.A.Z.: Estamos llegando a territorios donde la institucionalidad no entraba. Pero una cosa son los grandes proyectos y otra la minería de subsistencia, artesanal o tradicional hecha por comunidades, minorías indígenas y negritudes. El propósito es elevar el estándar en todas estas actividades, en lo medioambiental y social. SEMANA: ¿Qué representa la minería de oro para la economía colombiana? G.A.Z.: El sector de industrias extractivas aporta más o menos el 7 por

ciento del PIB. De ese porcentaje, el 5 por ciento es hidrocarburos, el resto minería. Lo más relevante es el aporte en el financiamiento de inversión pública territorial: casi el 50 por ciento de esta, la que hacen municipios y gobernaciones, se realiza con recursos del Sistema General de Regalías. SEMANA: Más del 80 por ciento del oro se extrae en Colombia de forma ilegal… G.A.Z.: No es del todo cierto. Con la creación del Sistema de Registro

“Estamos llegando a territorios donde la institucionalidad no entraba. El propósito es elevar el estándar en todas estas actividades, en lo medioambiental y social”. Único de Comercialización (Rucom), comenzamos a tener cifras. Ahora se busca la fuente del oro que se comercializa, se le hace trazabilidad. Al corte de 2016 se le hizo eso al 18 por ciento del oro extraído. El otro 80 por ciento no tiene trazabilidad; sin embargo, eso no quiere decir que todo sea ilegal. Pero hay un grupo de mineros que no cabe en ninguna categoría, los de subsistencia, los barequeros; como no requieren licencia ambiental, no salen en el registro del 18 por ciento, pero producen oro que está en los mercados. En el Plan de Desarrollo metimos provisiones para categorizar las actividades, separar a quien realmente hace minería de subsistencia, las regiones donde por más de 100 años se ha

explotado el recurso. No necesariamente todo es ilegal, pero creemos que un porcentaje grande del mineral que entra al canal comercial, proviene de extracción ilícita. SEMANA: ¿Cuándo habría un panorama más claro sobre la trazabilidad de ese 80 por ciento? G.A.Z.: Este año metimos las normas de clasificación, hicimos un estudio para definir los topes de subsistencia. Eso está en la reglamentación. Quiero aclarar que los explotadores ilegales no vienen al ministerio, ni van a la ANM, ni a la ANLA (Autoridad Nacional de Licencias Ambientales). Estamos estimando el tamaño de esa actividad ilegal con el oro comercializado, pero ese tampoco es el ciento por ciento del universo, porque una parte sale por las fronteras. Las cifras de exportación reportadas de oro colombiano en el mundo, son mucho más altas que las que se reportan como oro producido en Colombia. Ahí, obviamente, hablamos de lavado de activos, de actividades de financiamiento del terrorismo. SEMANA: ¿Qué les dice a las mineras que actúan bajo la ley? G.A.Z.: Que necesitamos seguir formalizando actividades que se han hecho históricamente sin el cumplimiento de estándares mínimos. Hoy nadie tiene licencia ambiental para utilizar mercurio, pero tenemos pequeños mineros todavía en la fase de transición de cambiar su mecanismo de beneficio. SEMANA: ¿Y a los ilegales? G.A.Z.: No les daremos tregua a quienes usan los recursos de los colombianos sin trabajo justo, sin pagar regalías, sin cumplir las normas y generando enormes daños en la sociedad.

Germán Arce Zapata, ministro de Minas y Energía. 31


Colombia vale oro

PRODUCCIÓN EN COLOMBIA

TITULACIÓN

EL PRIMER

de estos están vigentes; 870 son autorizaciones temporales.

PRODUCTOR DE CARBÓN EN AMÉRICA LATINA Y EL UNDÉCIMO EN EL MUNDO .

8.866

39%

aumentaría la producción de oro en Colombia con el inicio de operaciones en los proyectos Buriticá, Gramalote, San Ramón y Cisneros, que obtuvieron sus licencias ambientales entre 2015 y 2016.

2

do.

productor de ferroníquel en América Latina y el noveno en el mundo.

5

to.

productor de oro en América Latina y decimoquinto en el mundo.

TÍTULOS MINEROS REPARTIDOS EN EL TERRITORIO.

EL PRIMER PRODUCTOR DE ESMERALDAS EN EL CONTINENTE Y EL SEGUNDO A NIVEL MUNDIAL.

6.725

títulos están en etapa

de explotación, 1.127 en exploración y 1.014 en construcción y montaje de mina.

En Colombia hay

4.300.000 hectáreas con títulos mineros.

Equivale al 3,8 por ciento del territorio nacional.

títulos mineros son

para extraer materiales de construcción, 1.938 para metales preciosos, 1.425 para carbón, 334 para esmeraldas y 1.591 para otros materiales.

830 de estos

32

7.996

títulos mineros para explotación de metales preciosos están en el departamento de Antioquia, seguido de Bolívar con 223; Caldas, 215; Tolima, 180, y Chocó, 132.

2017

Este año la ANM determinó 47 municipios donde podrían realizarse actividades mineras. Esto consiste en escoger ciertos territorios aptos para la minería y establecer un diálogo con las comunidades antes de otorgar los títulos.


Una historia dorada Del dinero de las regalías, el 83 por ciento (1,1 billones), proviene del carbón, 10 por ciento de metales preciosos, 6 por ciento del níquel y 1 por ciento de otros metales.

83% 6%

10% 1%

Cerca de

REGALÍAS

$1,5

MEDIOAMBIENTE

640,2 de agua

m

3

utilizó la minería en 2012. Es el octavo sector que más agua usa, después de la agricultura (16.760,3 metros cúbicos) y el energético (7.768,3 metros cúbicos).

reportó la extracción de minerales al Sistema General de Regalías en 2016.

billones

NINGUNA

EXPLOTACIÓN MINERA LEGAL PUEDE FUNCIONAR SIN UNA LICENCIA AMBIENTAL. ESTA AUTORIZACIÓN GARANTIZA QUE LOS PROYECTOS MINEROS PREVENGAN, MITIGUEN Y COMPENSEN LOS IMPACTOS AMBIENTALES.

FISCALIZACIÓN Y COMUNIDAD 350.000 personas tienen empleos formales en el sector gracias a la fiscalización de la Agencia Nacional de Minería (ANM).

2016 Desde el año pasado, la ANM trabaja en el Código Colombiano de Recursos y Reservas, un documento que será el primer modelo para obtener información más clara y transparente durante las etapas exploratorias de los títulos mineros.

Colombia saca provecho de la minería responsable. Las relaciones con las comunidades, los modelos de titulación y los aportes al Sistema General de Regalías vienen mejorando. Algunas cifras del panorama actual.

95%

de los titulares mineros cumple con los requisitos de empleo impuestos por la ANM. 33


Colombia vale oro

“Los colombianos merecen un ambiente sano” Pauli vivió en Japón, habla siete idiomas y ha vivido en cuatro continentes.

Gunter Pauli, ambientalista belga y autor del libro ‘La economía azul’, le dio a SEMANA su visión del sector minero y de la asesoría que hace en el proyecto Gramalote (San Roque, Antioquia), de AngloGold Ashanti, que apunta a cambiar el modelo de negocio.

S

EMANA: Aparte de no usar materiales contaminantes, ¿qué más se necesita para una minería

integral del impacto positivo y negativo. La mayor parte del dinero que se invierte en las zonas no beneficia a la comunidad, son contratos de empresas multinacionales. La minería responsable, con condiciones como no hacer desastres ecológicos o

34

FOTO: GUILLERMO TORRES

responsable? GUNTER PAULI: Una visión


Una historia dorada

no tocar páramos, se asegura de que la inversión tenga un efecto multiplicador, que circule en la economía local. Debe haber, antes de empezar con la mina y la construcción, un plan concreto que garantice que el 60 o 70 por ciento del dinero que se invierta tendrá una integración directa en la economía de la región. SEMANA: ¿Cómo se llega a esa realidad? G.P.: Un minero artesanal ilegal, que debe conseguir por contrabando el mercurio y la venta de su oro, no tiene un valor agregado para él, ni para su familia, ni para el territorio. Las grandes empresas, que sí tienen esa capacidad, deben transformar al minero artesanal en su zona de influencia. El artesanal debe ofrecer algo que las grandes empresas no puedan hacer y viceversa. Un ejemplo: cuando extraes oro tienes polvo, no un lingote, y la mayor parte del mercado hoy usa el oro en sensores, equipos médicos, que lo requieren en polvo. El lingote está en 1.300 dólares, mientras que en polvo se vende a 6.000 o 7.000 dólares la onza. Una empresa grande no tiene la capacidad de servir el mercado de polvo; 100, 200 o 300 artesanales podrían dedicarse a producirlo. Hay que transformar, hacer algo que contribuya al desarrollo del territorio más allá de la mina, y que genere un negocio a largo plazo. SEMANA: ¿Cómo garantizar que esas iniciativas de sostenibilidad se lleven a cabo, por ejemplo en Gramalote? G.P.: Tiene que hacerse un prediseño. Nosotros tenemos la ventaja de que AngloGold Ashanti es una multinacional transparente. Cuando las empresas tienen transparencia y toman la deci-

60 por ciento del dinero que se invierte en las comunidades donde se extraen minerales debería incidir directamente en la economía de la región.

sión de un modelo de negocio, comprometiendo la inversión, no pueden cambiar de estrategia. Es necesario que el gobierno vigile las operaciones de las minas, pero hay que reconocer que al no entender todos los detalles, cuando descubre que hay algo mal, generalmente es demasiado tarde. El gobierno debería asegurarse de que el proceso de extracción se haga de acuerdo con un plan de impacto positivo y multiplicador en la región. SEMANA: ¿Qué postura deberían asumir los ambientalistas ante la extracción de oro en Colombia? G.P.: Tienen que mantener su vigilancia, decir que no confían, que no creen. Si vas a someterte a una cirugía, le preguntas al médico cuánto tiempo estarás bajo anestesia: si es una hora, puedes estar más tranquilo a que si son 30. Por eso yo estoy a favor de una minería mucho más corta; ¿por qué prolongar durante 20, 30 o 40 años una mina? En Colombia no he encontrado ninguna empresa dispuesta a hacerlo. Gramalote es una buena oportunidad para mostrar que otro tipo de minería es factible. Si hay un proceso transparente, convocado, con un gobierno presente y con la comunidad, se puede hacer. SEMANA: ¿Cómo se dio su contacto con AngloGold Ashanti? G.P.: Mark Cutifani, presidente del grupo mundial me buscó porque leyó mi libro La economía azul, en el que hay un capítulo sobre el futuro de la minería. Me dijo que eso era lo que necesitaban como estándar para la empresa. Dije que debíamos estar en una zona que hubiera sufrido la violencia, para ver si éramos capaces de montar algo nuevo, de transformar, y esto era Gramalote. Fui a la zona, conocí la gente. Cada pequeña casa tiene su pancoger con la posibilidad de producir alimentos; las personas que

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Colombia vale oro

*

Puede leer más sobre minería responsable en el cuarto capítulo de esta edición que comienza en la

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van a trabajar a la mina no deberían contratar a una empresa de catering en Bogotá, Medellín, o incluso en Chile, deberían comprar el alimento localmente. Si no hay, pues encontraremos la forma de hacerlo. Mi papel ha sido el de abrir horizontes y oportunidades para el minero que gasta dinero en alimento y otras cosas; cómo cambiar su lógica tradicional de subcontratar gente en el exterior y hacer de esto un gran proyecto local. Es un riesgo, pero la sede en Johannesburgo está interesada. La junta de AngloGold entiende que con su dinero puede hacer mucho más y tener mejor impacto. Se va formando un tejido de oportunidades, así debe funcionar una mina. El dolor de la cirugía debe ser corto y sin cicatrices, y si las hay, que en cinco o 10 años no las veamos. SEMANA: ¿Cómo lograr que este giro en la actividad minera lo acepte la comunidad? En La Colosa, por ejemplo, la gente le dijo no a la minería. G.P.: Entiendo la frustración de la gente; tiene derecho a decir lo que quiere y cómo lo quiere. Los empresarios deben escucharla y adaptar su estrategia. En Gramalote es diferente porque es un terreno dañado que ha sufrido con residuos de mercurio. Pero hay que hablar con la comunidad. Una de mis grandes críticas a la industria, en el mundo entero, en todos los sectores, es que se obsesiona con su core business y hace abstracción de todo el resto. La minería, el sector automotor, el de aceite de palma, todos deben pensar en el ecosistema en el que tendrán una operación grande. Por eso hay que hablar con la gente, sin exagerar con las expectativas porque en casos anteriores se ha prometido el cielo y se ha dejado el infierno. Debemos prometer lo que es factible y realista. La comunidad quiere trabajo, estar involucrada en la comida, que sus valores culturales sean representados y apreciados, que su ecosistema maltratado se recupere. SEMANA: ¿Este proyecto en Gramalote puede convertirse en una nueva forma de hacer minería y cambiar el historial de contaminación y mala relación con el medioambiente y la comunidad? G.P.: Esta es una nueva era de minería. Debo decir que dentro de la empresa hay mucha gente que lo quiere hacer, pero eso es democrático, tal como se hace con el pueblo, pueden estar a favor o en contra. Con el liderazgo de AngloGold en Colombia, y

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FOTO: ISTOCK

“Las grandes empresas deben transformar al minero artesanal en su zona de influencia”.


Una historia dorada

El procesamiento del oro debe incidir en las comunidades. Pauli cree que respetando los valores culturales se genera equilibrio.

el apoyo que tiene en Sudáfrica, podría ser el primer proyecto de minería amigable con el medioambiente y lo social, que le permita a la comunidad un desarrollo económico que merece y necesita. SEMANA: ¿Esta transición ayudará al posconflicto en Colombia? G.P.: He tenido una relación con su país por más de 30 años; adoro a Colombia. Pero más allá de este proyecto, necesita otro modelo de negocio para la minería, para que acabemos con el mercurio y paremos el contrabando. Los colombianos merecen un ambiente sano. Viví en Japón y allá sobrevivieron 4.000 niños deformados, con discapacidades mentales por una fuga de cuatro toneladas de mercurio, y Colombia tiene en su ambiente 60 toneladas cada año. El país debe dar la explotación a empresas que demuestren un nuevo modelo, un plan. Es lo que trato de mostrar a los mineros; no pido que se gaste más dinero, sino que se cambie la forma de invertirlo, con un impacto en la comunidad; el posconflicto lo necesita, y esta etapa, con el olvido de las empresas mineras, sería un fracaso porque generaría pobreza, y si esas compañías contaminan, se daría una crisis ambiental. Se requiere innovación en el modelo de negocio y en tecnología. SEMANA: ¿Hay algún referente internacional que sirva de ejemplo para Colombia? G.P.: En el sector de oro, Colombia será el pionero; tiene una de las mayores reservas de este mineral en el mundo. Es un desafío y entiendo la desconfianza de la gente, la inquietud del empresario y el proceso político, pero el posconflicto necesita innovación porque para eso se firmó la paz, para no seguir haciendo las cosas de la misma manera. 37


FOTO: CORTESÍA MINEROS

Colombia vale oro

La operación de Mineros S.A. se desarrolla en el Bajo Cauca.

El placer de hacer bien las cosas Mineros S.A. es la única empresa de minería de oro ciento por ciento colombiana. Desarrolla programas sociales cuyos resultados exitosos demuestran su compromiso con el bienestar de las comunidades.

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E

l Bajo Cauca antioqueño, región integrada por los municipios de El Bagre, Zaragoza, Nechí, Caucasia y Tarazá, es territorio de explotación minera por tradición. Desde 1974, Mineros S.A., única compañía de origen y capital ciento por ciento colombiano, desarrolla su operación aluvial en los valles inundables del río Nechí, lugares que ha dejado a su paso por cientos de años, no en el cauce del mismo como pudiera pensarse. Además, cuenta con operaciones subterráneas en el municipio de Zaragoza, Antioquia, y en Nicaragua a través de su filial Hemco.


FOTO: YOJAN VALENCIA

Una historia dorada

Gladys Aizales, Apicultora

“Mi sueño es ser una gran apicultora. Pasar de las 31 colmenas que tengo a unas 500. Quiero seguir creciendo. Además, las abejas nos enseñan muchas cosas, a desarrollar varias actividades y a trabajar en equipo, por ejemplo, y al mismo tiempo, aprenden de uno”.

Una operación caracterizada por el no uso de mercurio en sus procesos de separación del oro, dado que se utilizan mecanismos físicos que aprovechan las características propias del mineral para recuperarlo sin la utilización de agentes químicos, lo cual es coherente con la posición de la compañía por realizar una minería limpia, responsable, respetuosa del medioambiente y las comunidades. Son estas últimas quienes trabajan en conjunto con la empresa para el desarrollo de programas socioambientales que los beneficien. Uno de ellos es ‘Parcelas agroforestales’ programa a través del cual la compañía recupera las tierras intervenidas por la operación minera y les da una vocación agropecuaria. “A mí me cambiaron la vida, vivo muy agradecido con la empresa”, dice Norberto Arrieta, propietario de la parcela número 23. Este modelo, único en el mundo, plantea una opción eficiente de cierre progresivo minero. Hasta el momento se han otorgado 45 parcelas agroforestales (tres por año),

en 700 hectáreas, cada una de aproximadamente 15. Se entregan, además con proyectos piscícolas, plántulas y apiaros para personas en condición de pobreza, pero con vocación agrícola y familia a su cargo. Estos mismos campesinos, junto a otros, también forman parte del programa de apicultura que, desde hace seis años, ofrece una importante alternativa para generar ingresos a las familias del área de influencia. Mineros S.A. les proporciona los apiarios, los capacita y asesora técnicamente. Hoy están vinculadas 150 familias apicultoras, de las cuales el 58 por ciento pertenece a la Asociación de Apicultura del Bajo Cauca y el Sur de Bolívar (Asapibas), que comercializa el producto bajo la marca Miel Aurora. “Cuando tú consigues miel Aurora, tienes la garantía de que es ciento por ciento miel, cultivada y comercializada por apicultores”, sostiene Jaider Terán, coordinador técnico. El programa y la asociación han crecido vertiginosamente, comen-

Norberto Arrieta,

Propietario de una parcela agroforestal

“Mi sueño es hacer que esta tierra, que Mineros me entregó, permanezca; es lo que les enseño a mis hijos, porque la tierra es para siempre. A mí me cambiaron la vida. Vivo muy agradecido con la empresa por esa oportunidad”.

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FOTOS: YOJAN VALENCIA

Colombia vale oro

Apolonio Urda, Propietario de Apolac, productora de lácteos

“Mi sueño es ser grande. Llegar a tener una empresa con más cobertura en el Bajo Cauca y a nivel nacional. Incluso, por qué no decirlo, a nivel internacional también; ser como Colanta o Alpina. El Programa Avanza me ha ayudado a estar más cerca de ese sueño”.

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zaron con 35 apicultores y en 2015 comercializaron cinco toneladas de miel, el año pasado fue de 11 toneladas y a abril de este año ya van cinco. Esto fue posible gracias al apoyo de la Fundación Mineros que contribuyó a que Asapibas fortaleciera su base social, tuviera su centro de acopio en El Bagre y recibiera formación empresarial a través del Programa Avanza. Adelante el progreso Una alianza entre la Fundación Mineros y la Corporación Interactuar, dedicada al fortalecimiento empresarial en Antioquia, creó el Programa Avanza, cuyo objetivo es fortalecer las capacidades productivas de los pequeños empresarios locales mediante el acompañamiento de sus negocios. La iniciativa brinda asesorías empresariales básicas, especializadas individuales, talleres y servicios de microcrédito. En 2016, 25 empresarios hicieron parte del programa, y para 2017 inició la segunda etapa con ocho nuevas iniciativas y 17 de la fase anterior.

Yaneth Sierra, propietaria del almacén de artículos para bebés Pompitas de Colores, hizo parte de Avanza I. “Para mí ha sido una gran bendición recibir estas capacitaciones porque me han ayudado a organizar mi negocio en todas las áreas. Estoy muy contenta y motivada. Me he sentido privilegiada”, afirma. Otro de los nuevos empresarios beneficiados con el programa Avanza es Apolonio Urda, quien con su empresa Apolac, productora de lácteos, ha mejorado las condiciones tanto físicas y de infraestructura, como del negocio en sí, permitiéndole ampliar sus capacidades de producción y comercialización, lo cual representa mayores ingresos económicos y beneficios adicionales. Sus lácteos, quesos y demás productos ya son reconocidos en El Bagre por la calidad y el buen sabor.Estos son algunos de los programas desarrollados por la Fundación Mineros que contribuyen al mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de su área de influencia directa, y generan una alternativa productiva distinta a la minería.

Juan Dueñas, Reforestador

“Mineros S.A. nos ha ayudado mucho en nuestra vocación agrícola; esperamos que lo siga haciendo. Como a nosotros poco nos gusta la minería, este trabajo con los cultivos nos tiene animados porque es la oportunidad de emplearnos legalmente en algo distinto a la minería”.


FOTOS: YOJAN VALENCIA

Una historia dorada

Nasli Miranda Causil,

Representante legal de Emijom

“Mi sueño era trabajar dentro de la legalidad y la formalidad exigidas. Si Mineros S.A. no hubiese tenido la voluntad de cedernos el terreno y brindarnos el acompañamiento, esto no hubiera sido posible”.

La empresa sabe que al trabajar con recursos naturales no renovables, en un futuro ya no estará en la zona, y por eso ahora deja huellas. “Apoyamos e impulsamos iniciativas que construyan paz en el territorio y perduren en el tiempo”, sostiene Jaime Jaramillo, director de Responsabilidad Social y Empresarial de Mineros y director ejecutivo de la fundación. Formalización minera Hace cinco años un grupo de mineros tradicionales de la región quiso pasar de la informalidad a la formalidad. Para llevar esto a cabo, la ayuda de Mineros S. A. fue fundamental: les cedió una parte del título minero de su propiedad, lo cual representó 126 hectáreas, para que la trabajaran. Los acompañó en todo el proceso jurídico, social, medioambiental y productivo para que esa zona quedara adscrita bajo un título a nombre de la Empresa de Mineros de Jobo Medio (Emijom S.A.S.). “Si Mineros S.A. no hubiera tenido la voluntad de cedernos el

terreno y brindarnos el acompañamiento, esto no hubiera sido posible”, cuenta Nasli Miranda Causil, representante legal de Emijom. Hoy la pequeña empresa funciona bajo un modelo de asociatividad en el cual cada quien aporta lo que posee (maquinaria, mano de obra o conocimientos), cuenta con 157,5 hectáreas y genera 100 empleos directos con todos los requisitos de ley.

UN GRUPO EMPRESARIAL EN EXPANSIÓN Seis filiales hacen parte del Grupo Empresarial Mineros S.A.: Operadora Minera, Exploradora Minera, Compañía Minera de Ataco, Mineros y la Fundación Mineros, cuya operación conjunta produce alrededor de 105.000 onzas de oro al año en Colombia. En Nicaragua, desde hace cuatro años, opera a través de su filial Hemco, que produce cerca de 85.000 onzas de oro/año.

Leonardo Torres, Socio de maquinaria de Emijom

“Hice minería toda la vida, y pasar de la informal a la legal, es lo máximo. Ojalá todos los mineros informales tuvieran la oportunidad de llegar al punto en que nosotros estamos, que pertenecemos a una empresa. La gente puede venir y saber dónde nos encontramos sin que se nos trate como delincuentes”.

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FOTO: GETTY IMAGES/ CHRIS MCGRATH

Especial Oro

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CapĂ­tulo

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Colombia vale oro

antioqueño Desde siempre, Antioquia se ha beneficiado de sus recursos minerales, y así no solo impulsó su economía, sino la de Colombia. Este es un recorrido por la historia de la minería en la región.

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minería, no sin antes mandar un mensaje al virrey Antonio Caballero y Góngora: “Aquella provincia, la más retrasada del reino, llegará a ser algún día la más opulenta”. Sobre el origen de la palabra ‘Antioquia’ hay distintas versiones. Se dice que el mariscal Jorge Robledo la utilizó para bautizar un pequeño poblado en el valle de Ebéjico, en 1541, por cuenta de que ese era el nombre –o una variante parecida– con el cual los indígenas llamaban a la región: Antochia, derivado de los vocablos ‘an’ (montaña) y ‘ocha’ (oro), es decir, montaña de oro. Cierta o no la historia, la expresión coincide con el origen geológico de la región. “Antioquia se ubica sobre el anillo o cinturón de fuego del Pacífico, el resultado de la colisión de las placas de la corteza terrestre. Eso produjo un levantamiento que dio forma a la cordillera de los Andes y constituyó el borde activo del continente, es decir, donde se conjuga un continuo magmatismo rico en metales, azufre y otras sustancias minera-

ro Nel Ospi na Ped

L

a leyenda de El Dorado dice que los españoles buscaban un país lleno de riquezas, y aunque después asumieron haberlo descubierto en la región muisca, el verdadero dorado reposaba en las tierras de lo que hoy es Antioquia. En 1587, Gaspar de Rodas (segundo gobernador de ese territorio) promulgó en sus Ordenanzas de Minas que el subsuelo pertenecía a la Corona, y que esta podía darlo en concesión al descubridor o explotador en extensión limitada. La medida neutralizó en la región el poder de los terratenientes. Eso permitió que para el siglo XVII se produjera allí el 28 por ciento del oro de la Nueva Granada por medio de cuadrillas, es decir, grupos de esclavos de propiedad de un comerciante. Sin embargo, en el XVIII, la décima parte de los 46.446 habitantes registrados en el censo de 1778, eran siervos. Tulio Ospina en su obra Decadencia de Antioquia en los siglos XVII y XVIII, dice: “La provincia era comparable solo con África; por su miseria, despoblación y falta de cultura”. La Real Audiencia envió entonces al oidor Juan Antonio Mon y Velarde en 1784. Una de sus primeras acciones fue organizar la

Tulio Ospina

El Dorado

lizadoras”, asegura Pablo Liemann, asesor en temas mineros y conocedor del pasado aurífero local. La mitad del siglo XIX supuso un incremento en la actividad minera dada la introducción de nuevos métodos. De 1850 en adelante, varios molinos californianos fueron instalados en Sonsón, y en Medellín abrieron dos laboratorios químicos: uno Genaro Gutiérrez, y el otro los hermanos Pedro Nel y Tulio Ospina. Gran parte de esas innovaciones llegaron gracias a la organización del gobierno de Pedro Justo Berrío, presidente del Estado de Antioquia y máxima figura del conservatismo regional en el siglo XIX. Su mandato consolidó estabilidad política, eficiencia en la administración pública y equilibrio fiscal. Berrío, oriundo de Santa Rosa de Osos, dijo en 1869 algo que aún hoy podría tomarse en cuenta: “No se ha hecho de la mineralogía y de la química el estudio que las conveniencias demandan, el oro es casi la base exclusiva de las transacciones del interior del país y la única garantía de nuestro comercio con el exterior. Por esta razón, y porque la minería es nuestra industria dominante, es necesario que se estudie científicamente la composición y la naturaleza intrínseca de los metales y la manera de aquilatarlos, sustituyendo las malas rutinas con procedimientos racionales”. Esas buenas prácticas impulsaron a la región antioqueña hacia las puertas del siglo XX. En la década de los años treinta del siglo XX se consolidaron dos grandes empresas: Frontino Gold Mines, en Segovia, y Pato Gold Mines, en Zaragoza, las que


FOTO: ISTOCK

Ilustración de la minería de carbón en Colombia, publicada por el semanario francés ’Le Tour du Monde‘ en el siglo XIX.

extrajeron unas tres cuartas partes del oro producido en el departamento hasta 1950, según cálculos. Con la apertura de esos años se fortaleció un proceso desde Antioquia, al responder a las necesidades dictadas por el desarrollo económico del país como el ferrocarril y las empresas industriales. “La urgencia por nuevas tecnologías para la minería trajo consigo un empuje para el desarrollo de otros campos de la ciencia y la técnica en el país”, dice Antonio Romero, ingeniero de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional sede Medellín. La minería del oro les permitió a los empresarios antioqueños acumular capital en medio de una economía pobre, como la colombiana a principios del siglo XX. Eso les dio poder suficiente para ejercer influencia sobre el mercado de crédito local. En poco más de 50 años (1872-1923), surgieron 33 bancos en Antioquia; uno de estos manejó directamente la mina El Zancudo. Esta mina, fundada por el empresario y político José María Uribe, estuvo activa desde 1848 hasta 1948. Su proceso económico fue sobresaliente, al punto de que

José María

Uribe

fortaleció los gremios empresariales y obreros de Antioquia, y contó en su momento con más de 1.000 empleados. Otro beneficio derivado del auge minero fue la oportunidad que tuvieron los empresarios de abrir más negocios en el país y después en el extranjero. Ese legado está vivo y se observa en varias de las principales ciudades colombianas. Las empresas antioqueñas apalancadas por la minería son un referente en el país por los servicios que prestan. La cerámica, la pintura, el cemento, los textiles y hasta el sistema bancario tienen su raíz en esa actividad que echó los cimientos del desarrollo. “Fue en las empresas mineras donde se establecieron por primera vez las bases de una administración racional y sistemática, que luego serviría de ejemplo a todo el país”, explica Romero. Uno de los retos del departamento ahora es que los negocios generadores de riqueza compensen la extracción del capital mineral, y fortalecer la capacidad de las comunidades para mantener proyectos alternativos y sostenibles en el tiempo, sin ignorar el potencial comercial de unos pobladores que no desaprovechan lo que tienen bajo tierra. Un dato así lo evidencia: con 25,3 toneladas de las 61,8 que produce el país, Antioquia representa el 41 por ciento de la producción de oro en Colombia.

Se dice que la palabra ‘Antioquia’proviene de Antochia, término derivado de los vocablos ‘an’ (montaña) y ‘ocha’ (oro), es decir, montaña de oro.

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FOTO: COOPERATIVA COODMILLA NARIÑO / MANUELA FRANCO

Especial Oro

El beneficio es para todos La Corte Constitucional demarcó la ruta para una minería responsable. Es una valiosa oportunidad para devolverle a la actividad confianza y legitimidad ciudadana. Liz Álvarez Calderón Secretaria de Minas de Antioquia.

M

ientras en 2017 la minería genera grandes expectativas en cuanto al incremento en la producción en relación con 2016, lo que significará mayor aporte al PIB, hay desconocimiento y rechazo hacia el sector. La desinformación obedece a la poca capacidad del Estado para asumir control, a falencias en la fiscalización, prebendas, abuso en solicitud de propuestas y malas prácticas de

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algunos titulares. Esto ha dificultado el desarrollo de importantes proyectos, no solo beneficiosos, sino necesarios para el país. Tres factores son clave para una minería sostenible: buena gobernabilidad, innovación empresarial a través de estrategias de valor compartido por parte de las empresas y permiso social informado. El buen gobierno se da al lograr un equilibrio entre las demandas del sector y la defensa de los intereses de la sociedad, de generar mayor seguridad jurídica, posibilitar condiciones de mercado y preservar los recursos naturales y culturales. Las empresas deben ser responsables en sus actividades, acordar con las comunidades y retribuirles utilidades. A su vez, las comunidades deben asumir su rol adecuadamente, con buena información, ejercer veeduría y participar de forma activa y propositiva.

La Corte Constitucional ha estudiado el impacto de la minería y las tensiones a las que da lugar su ejercicio. Ha resaltado que la actividad se convirtió en fuente de conflictos sociales, culturales y ambientales que, además de profundizar los discursos de resistencia contra el modelo extractivista, derivaron en la interposición de acciones judiciales encaminadas a salvaguardar principios y derechos. La corte, en la sentencia C-389 de 2016, identificó al menos tres tipos de tensiones: “La que enfrenta el principio constitucional de protección de la iniciativa privada con los deberes estatales de intervención económica, regulación y planificación de la explotación de los recursos naturales no renovables; la que se deriva de la salvaguarda de los derechos de participación ciudadana y consulta previa en materia minera y la que confronta el ejercicio de la minería en sus distintas etapas y fases con los principios constitucionales de protección ambiental, desarrollo sostenible y los derechos de las generaciones futuras”.


Una historia dorada Esto es un avance significativo en el reconocimiento y la aceptación de deficiencias históricas que deben superarse para evitar un escenario de cuestionamientos, críticas y reclamos ciudadanos que opacarían una actividad que promueve desarrollo. La minería sostiene a muchas familias y es injusto que la sociedad las margine, estigmatice y excluya, pues se trata de una actividad lícita que genera empleo, riqueza y desarrollo social, sobre la cual el Estado hace los mayores controles. Pero la mala percepción colectiva sobre el sector se debe a la extracción ilícita de minerales. Entendemos las preocupaciones y las justas reclamaciones sociales, pero le decimos a la ciudadanía que sí es posible una minería bien hecha. La confianza social retornará en tanto el Estado asuma controles efectivos sobre territorios explotados sin títulos y licencias, lo que sí acaba con los recursos ambientales, evade impuestos y afecta social y económicamente a las comunidades.

La corte definió el alcance de algunas disposiciones del Código de Minas. Determinó que en la concesión de nuevos títulos mineros deben verificarse mínimos de idoneidad laboral y ambiental, en atención a la naturaleza de la solicitud y con criterios diferenciales entre los distintos tipos de minería. También dijo que debía establecerse un procedimiento que asegure la participación ciudadana, sin perjuicio de los grupos étnicamente diferenciados. Quiero enfatizar en algunas consideraciones finales. 1. La minería impulsa la economía nacional. 2. Genera empleo y crecimiento económico local. 3. Los beneficios se quedan en Colombia y las empresas pagan impuestos. 4. La actividad puede ser limpia y hacerse sin riesgos ambientales (hay soluciones técnicas para cada problema). 5. Los proyectos cumplen exigentes regulaciones. 6. Ningún proyecto se hace sin el consentimiento previo de las comunidades. 7. Las empresas se comportan con responsabilidad social y robustecen el tejido socioeconómico de las zonas. 8. Sin desarrollo minero no hay futuro para las sociedades.

Entendemos las preocupaciones y reclamaciones sociales, pero le decimos a la ciudadanía que sí es posible una minería bien hecha.

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Colombia vale oro

La mina San Ramón está ubicada en Santa Rosa de Osos, Antioquia, y empezó a operar desde este año.

San Ramón: la mina bonita

La primera mina de oro subterránea de alto tonelaje en obtener una licencia ambiental en Colombia es, al mismo tiempo, reconocida por sus buenas prácticas socioambientales. Un modelo de minería responsable. 48


Todo comenzó en Antioquia

Rafael Silva Gerente Nacional Red Eagle Mining de Colombia

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FOTO: YOJAN VALENCIA

Geólogo de la Universidad Industrial de Santander con más de 20 años de experiencia en la industria minera colombiana.

n el negocio minero es tan importante el aspecto social de la comunidad como la misma extracción. La compañía Red Eagle Mining de Colombia, multinacional canadiense que llegó al país en 2010 y tiene su operación en Santa Rosa de Osos (Antioquia), lo sabe bien. Desde 2011 y hasta 2013, la minera realizó la etapa de exploración al mismo tiempo que trabajó en la línea de base ambiental. Llevó a cabo una radiografía

del territorio para caracterizar sus recursos, tanto sociales como ambientales, antes de comenzar el proyecto. En 2013 empezó a tramitar la licencia ambiental. Las universidades Católica del Norte y de Antioquia le diseñaron la línea base “como una medida que diera credibilidad y transparencia en los resultados”, sostiene Raúl Mejía, superintendente ambiental. Y en 2014 presentó el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) a Corantioquia, basado en los resultados ambientales y sociales obtenidos en la línea base, y en 2015 recibió la licencia. “La estrategia que usamos fue la comunicación constante con la autoridad ambiental. Y cuando le llegó el EIA, esta ya conocía el trabajo que desarrollábamos”, agrega Mejía. La compañía comenzó entonces la etapa de construcción y montaje de la mina San Ramón –ubicada en el corregimiento del mismo nombre– en 2015, y desde abril de 2017 empezó la etapa de producción comercial, que desarrollará durante ocho años. Esta es la primera mina de oro subterránea con licencia ambiental que, con una inversión cercana a los 120 millones de dólares solo en las fases de exploración, construcción y montaje, espera llegar a producir 50.000 onzas de oro al año y generar 450 empleos directos (40 por ciento de estos provenientes de la comunidad) y 800 indirectos. En todo el proceso adelantado por la compañía estos años, la comunidad desempeñó un papel fundamental. “Nuestra mina fue diseñada y construida con los más altos estándares mineros con el fin de prevenir, corregir y mitigar los impactos directos, indirectos y residuales, garantizándole a la comunidad la protección ambiental de su territorio ”, explica Rafael Silva, gerente nacional.

Con el fin de reforzar su apoyo a la comunidad, Red Eagle estructuró 16 programas sociales para aportar al desarrollo sostenible del municipio.

Actividad sostenible Al diseñar el Plan de Trabajos y Obras (PTO) para obtener la licencia ambiental, este contempló que la huella de la mina San Ramón sería de 30 hectáreas. Posteriormente, se redujo a 15 hectáreas. A una hora de la mina se encuentra la Fundación Guanacas Bosques de Niebla, un área de 800 hectáreas que el ambientalista Rodrigo Castaño protege desde hace más de 20 años. “En 2010, cuando llegó la Red Eagle a Santa Rosa, sentí mucho dolor y angustia. Temí por lo que había construido”, revela Castaño. Él fue uno de los principales opositores del proyecto minero. Convocó a distintos entes municipales y organizó un cabildo abierto al que asistieron más de 400 santarrosanos. Allí les expresaron a directivos de la minera su desacuerdo con la explotación. A la salida del cabildo, Rafael Silva se acercó a Castaño. “Queremos saber cuál es tu preocupación”, le dijo. Al llegar al territorio de Guanacas los directivos de la minera 49


FOTO: YOJAN VALENCIA

Colombia vale oro

Rodrigo Castaño lidera la Fundación Guanacas Bosques de Niebla, que ahora cuenta con el apoyo de Red Eagle.

comprendieron la importancia de su trabajo. “No vas a continuar solo, te vamos a acompañar”, le aseguraron. Así fue como comenzó una sociedad estratégica entre Red Eagle y Fundación Guanacas. Pero además, la empresa renunció a dos títulos de aproximadamente 14.000 hectáreas ubicadas en el Cerro San José, lugar con ecosistemas de altísima riqueza de flora y fauna desde donde fluyen las fuentes hídricas hacia todos los sectores de Antioquia. Hoy negocia con propietarios de predios ubicados entre la Fundación Guanacas y una reserva hídrica del municipio, para integrar todo bajo una figura de conservación ambiental, hacer un corredor biológico ininterrumpido de 2.000 hectáreas y organizar el Programa de Protección de Pumas. “Somos más ambientalistas que mineros”, sostiene Silva.

lo tanto, no se contaminan, sino que continúan su curso natural. “Las aguas industriales que se usan en el proceso minero no entran en contacto con las fuentes naturales y quebradas del entorno; adicionalmente, estas aguas industriales son recicladas y recirculadas durante el proceso minero”, explica Silva.

Ejemplo de transparencia La operación de Red Eagle Mining está en medio de las cuencas San Francisco y San Ramón, y como uno de los temas más delicados en minería es el manejo del agua, la canadiense se asoció con la Universidad de Antioquia para diseñar estudios hídricos confiables para la comunidad santarrosana. Así, crearon un plan en el cual no usan para el proyecto las aguas superficiales que discurren por las cuencas y, por

A cambio, el proyecto solo utilizará las aguas de antiguos socavones inundados que la minería artesanal explotó por siglos en el territorio.

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“Nuestra mina genera 450 empleos directos y nunca ha utilizado, ni utilizará mercurio en sus procesos”: Alejandra Naranjo.

Compromiso social Como uno de los ejes fundamentales de Red Eagle es la comunidad, estructuró 16 programas sociales para aportar al desarrollo sostenible del municipio. Están destinados a educación, capacitación, cultura, deporte, salud, mejoramiento de infraestructura y

potencialización de los proveedores locales, “todos diseñados en alianza con el Estado, instituciones académicas y la comunidad”, agrega Alejandra Naranjo, superintendente social. Desde hace un año funciona el programa Catering social, dirigido por Luz Eugenia Viana. “Cuando Red Eagle llegó se comenzaron a demandar servicios alimenticios que nosotros no teníamos cómo ofrecer”, cuenta la directora, propietaria del restaurante Juan Gourmet. Catering social genera 55 empleos directos y 120 indirectos en la cadena productiva. Los primeros están distribuidos en el área de transformación de alimentos y atención, y están a cargo de madres cabeza de familia; los segundos resultan de distintos proveedores que abastecen las demandas de la mina. “Nosotros decíamos en Santa Rosa de Osos que éramos un municipio agroindustrial, pero no sembrábamos. Solo teníamos cultivos de tomate de árbol y papa, y es increíble todo lo que se puede sacar en una hectárea”, agrega Viana. Por ello Catering social entrega plántulas, capacita y estudia el suelo para informarle a la comunidad qué puede sembrar. El objetivo es que estos proyectos productivos y de impacto social le queden a la población cuando la mina deje de operar. Así Red Eagle Mining de Colombia contribuye con el crecimiento y el bienestar de los santarrosanos.


FOTO: ISTOCK


Colombia vale oro

El epicentro minero

En Antioquia están los tres proyectos mineros más importantes de Colombia. Su gobernador, Luis Pérez, le contó a SEMANA qué representa para la economía del departamento este sector y cómo generar confianza para inversionistas y comunidades.

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FOTO: EMANUEL ZERBOS

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EMANA: ¿Cómo apostarle a la privatización de la minería cuando es una actividad tan arraigada en la cultura antioqueña? LUIS PÉREZ: Antioquia no tiene historia de minería pública, esta ha sido siempre una actividad privada. El departamento promueve la formalización, que haya respeto por el agua, por el medioambiente; lucha para que la minería sea la locomotora del progreso. SEMANA: ¿Qué le debe Antioquia a la minería? L.P.: La explotación de minerales genera desarrollo en la industria antioqueña desde inicios del siglo XX. La minería de oro ha sido un tema más complejo. Las grandes empresas legales se han llenado de mineros ilegales en su entorno y el desarrollo social ha sido muy precario. Alrededor de las empresas abunda la ilegalidad, la droga, la inequidad, la violencia y hasta la brujería. Cobra vigencia una frase muy común que dice: “Pueblo

Luis Pérez, gobernador de Antioquia.


Todo comenzó en Antioquia de mina, pueblo de ruina”. El gobierno, las corporaciones ambientales y los empresarios tienen que unirse para hacer modelos de buenas prácticas. SEMANA: ¿Cómo formalizar a los llamados mineros artesanales? L.P.: La formalización minera no está enfocada a que los mineros artesanales contraten con empresas multinacionales. El propósito es que puedan seguir siendo sus propios jefes y cuenten con todas las garantías que ofrece la legalidad. SEMANA: ¿Qué enseñanzas dejó la acción de la fuerza pública contra la minería ilegal en Buriticá? L.P.: La intervención se hizo para entregarle al país una zona minera justa, progresista, socialmente avanzada, ecológicamente responsable y atractiva para el empresario. Este era hace diez años un municipio pacífico, con menos de 1.500 habitantes en la zona urbana, y pasó a tener 10.000 habitantes en busca de extracción ilegal. Llegó a tener 158 minas ilegales y 75 ‘beneficiaderos’ ilegales para procesar la extracción. El cianuro y el mercurio se manejaban en toneladas y todo caía al río Cauca. Las tres quebradas del municipio se secaron. No hubo muertes en el desarrollo de esa intervención y no se disparó una sola bala. El agua volvió a las quebradas. Se acabaron el mercurio y el cianuro. La violencia y los homicidios desaparecieron. SEMANA: ¿Esto le da confianza a la inversión extranjera? L.P.: La empresa minera más grande del mundo invirtió en Buriticá, asociándose a Continental Gold por la suma de 110 millones de dólares, inversión que se da gracias a la intervención de esta administración. Ahora sigue completar el proceso dando empleo digno a los mineros ancestrales y formalizando los que quieran continuar como independientes. Las cerca de 200 minas ilegales se redujeron un 90 por ciento aproximadamente. SEMANA: En Segovia la minería ha generado prosperidad y también violencia. ¿Qué hacer en este municipio? L.P.: El caso de Segovia es muy diferente. Existe una minería ancestral desde hace 350 años. Hay una empresa que tiene título minero hasta la eternidad, pero que ha cambiado de dueños a través de la historia y ha permitido durante muchos años que los mineros ancestrales tengan explotaciones en su área licenciada. Hay grupos de mineros ancestrales que explotan desde 1970 con el consentimiento de los dueños de esa época. Debido a que son mineros informales, se trabaja en procesos de encadenamiento mediante proyectos tecnológicos, para acabar con el mercurio y mejorar los procesos de producción, en armonía con los esquemas y Planes de Ordenamiento Territorial.

“El departamento promueve la formalización, el respeto por el agua, y lucha para que la minería sea la locomotora del progreso”.

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El oro es protagónico en Antioquia, pero también en otras regiones del país, como se ve en la

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SEMANA: ¿Qué hace la Gobernación para detener la contaminación? L.P.: Hay que erradicar el mercurio y el cianuro de la minería legal e ilegal. El mercurio es una amenaza de muerte para los ciudadanos y el medioambiente. Hay que luchar sin descanso para proscribirlo de toda actividad minera. Se capacita a la comunidad y se brinda asesoría técnica. Se les enseñan otras prácticas que reemplazan el uso del mercurio como, por ejemplo, la concentración por medios centrífugos y gravimétricos con agua a presión. Cuando se extrae el metal con mercurio, solo se recupera el 50 por ciento del oro y la plata que trae el mineral, por lo que además de contaminante, es altamente ineficiente. SEMANA: ¿Qué representa la minería para la economía antioqueña? L.P.: Fue y seguirá siendo un sector dinamizador de la economía del departamento. El oro reportado en 2016 fue de 28 toneladas, y tomando como referencia el precio del gramo a diciembre de ese año, representó un ingreso por ventas cercano a los 3,6 billones de pesos. Estos recursos representan el principal ítem en la balanza comercial del departamento. Con la explotación de arcillas, caliza, dolomita, magnesita, materiales de construcción, arenas silíceas y caolines, se generan insumos indispensables para las industrias de la construcción, el vidrio, la cerámica, la agricultura y las pinturas. Antioquia tiene la mayor parte de la riqueza minera del país. SEMANA: Cajamarca (Tolima) le dijo no a la minería. En Jericó (Antioquia) podría pasar lo mismo. L.P.: Parece que vivimos la era de los derechos por encima de los deberes. La corte abrió la puerta para que los ciudadanos se expresen. Eso trae cambios sustanciales a la actividad. Si las empresas no entienden que la gente tiene voz, tendrán momentos amargos. Debemos trabajar entre todos hacia buenos referentes mineros que lleven a los ciudadanos a querer ser socios de estos proyectos. 53


FOTO: AGENCIA NACIONAL DE MINERÍA

Colombia vale oro

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Todo comenzó en Antioquia

La única opción Al cierre de 2016, Colombia produjo 1,99 millones de onzas troy. Solo el 13 por ciento de esta cifra corresponde a operaciones formales; el resto vendría del sector informal o por fuera de la ley. Se han tomado medidas, pero aún falta.

L

os efectos de la explotación ilícita de minerales han permeado de manera radical la opinión pública en contra de la minería bien hecha: mercurio, deforestación, pobreza y violencia son algunas de las imágenes que han hecho carrera frente a la ciudadanía. Por ello, no sorprende que según el más reciente reporte de la Brújula Minera, solo el 36 por ciento de la población encuestada tenga una opinión favorable de las empresas e instituciones del sector. Como respuesta, la industria formal lanzó en el Congreso Nacional de Minería la estrategia ‘Póngase el Casco’, que busca evidenciar que la minería bien hecha es un motor de desarrollo, que respeta y protege el medioambiente y que forma parte de nuestra vida cotidiana. Este tipo de minería que defendemos se fundamenta en cinco pilares: 1. Desarrollar proyectos mineros con buenas prácticas para que se conviertan en motor de progreso para Colombia, las regiones y las comunidades. 2. Aplicar normas de seguridad industrial y laboral para los trabajadores. 3. Aprovechar de manera racional y técnica los recursos minerales. 4. Implementar altos estándares ambientales en el desarrollo de las labores mineras. 5. Poner en marcha planes de gestión social a favor de las comunidades. Bajo estos parámetros debemos promover entonces al sector minero formal, de buenas prácticas, el que

genera alrededor de 350.000 empleos directos y ha entregado cerca de 8 billones de pesos en regalías entre 2012 y 2016, sin contar las inversiones sociales que cada una de las empresas ha impulsado para mejorar el acceso a los servicios de salud, construir y adecuar aulas, pavimentar vías y ofrecer el ingreso a la educación superior para jóvenes y adultos, entre otros aspectos. Ahora, para aumentar estos indicadores debemos combatir la explotación ilegal, especialmente de oro. No podemos olvidar que al cierre de 2016, el país produjo 1,99 millones de onzas troy, de las cuales se estima que solo el 13 por ciento corresponde a operaciones formales. O sea, 1,72 millones de onzas producidas en informalidad o ilegalidad. Debido a esto, el Estado, y por ende todos los colombianos, estaríamos dejando de recibir más de 1 billón de pesos por impuestos nacionales y territoriales. Sin embargo, debemos reconocer que el país no está de brazos cruzados. Ya se ven los primeros pasos para hacer frente a este fenómeno: el proyecto de ley contra la explotación ilícita de minerales, las normas de manejo de maquinaria amarilla, el Registro Único de Comercializadores de Minerales (Rucom) y la creación de la Brigada contra la minería ilegal son algunas pruebas de ello. Adicionalmente, el gobierno nacional ha impulsado el proceso de formalización para que la minería tradicional ejerza su actividad bajo condiciones de legalidad, seguridad y sostenibilidad ambiental. Estoy convencido de que debemos apostar por proyectos de minería de oro bien hecha, como los que vemos hoy en varios departamentos, especialmente en Antioquia y Santander, y tengo toda la esperanza en que la suma de las nuevas iniciativas anunciadas, más las minas existentes, pondrán al país en otros niveles y lo ubicarán entre los 15 principales productores del mundo. De esta forma, consolidaremos una economía minera de largo plazo en las regiones, que contribuya a transformar esta riqueza en desarrollo y prosperidad para Colombia.

Santiago Ángel Presidente de la Asociación Colombiana de Minería.

La estrategia ‘Póngase el Casco’ busca evidenciar que la minería bien hecha es un motor de desarrollo.

55


FOTO: ISTOCK

Colombia vale oro

Empuje de

quilates

El desarrollo de Antioquia, segundo departamento más competitivo del país, depende en gran parte de su actividad minera. La región le debe el progreso a la riqueza de su tierra.

E

n Antioquia puede hablarse de minería con visión y responsabilidad. Las instituciones gubernamentales, la academia y la empresa privada suman esfuerzos para consolidar el sector a través del cual se obtienen ganancias económicas y beneficios sociales. Por eso se dice que allí comenzaron a pensar el desarrollo desde la ingeniería, no desde el derecho, como en otros lugares. Hechos como la fundación de la Escuela de Minas en 1886 dan cuenta del potencial minero que ya anticipaban los pobladores de entonces. Para que la minería produzca desarrollo, una de las premisas debe ser que las comunidades acepten esta actividad, que bien aprovechada puede servir de soporte a otras industrias. Así lo cree Antonio Romero, ingeniero de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional y experto en procesos de industrialización del departamento. “Las minas, actualmente, están pensadas para que se conviertan en epicentros de desarrollo. Pero eso tiene que estar atado a varios elementos de 56

La industria antioqueña de hoy se origina en la minería, sobre todo la de oro.

473 millones de dólares fueron las ganancias obtenidas por las exportaciones legales de oro en el país en el primer trimestre de 2017.

gobernanza estatal, académica y social”, asegura. En la década del sesenta, el auge de la industria textil (máquinas, insumos, capital) llegó gracias a los procesos mineros. No es casualidad entonces que hoy los cuatro proyectos más grandes de extracción de oro del país estén en Antioquia. “Seguimos siendo importantes, aunque gran parte de la producción aún sea ilegal”, dice el ingeniero. Los antioqueños le deben al oro tres aspectos esenciales: el crecimiento de Medellín, pues estableció relaciones comerciales con el resto del país; el sistema bancario, ya que este metal fue durante mucho tiempo la forma de intercambio más sencilla en una época en la que no había carreteras y el comercio por los ríos era inexistente; y el proceso de industrialización, que sigue siendo la base estructural de la economía. En el siglo XIX los colombianos solo miraban hacia este territorio por cuenta del oro. Sin embargo, con base en este metal surgieron los procesos industriales del futuro, basados en la consigna de que en la minería estaba el desarrollo del país. En el primer trimestre de 2017 Antioquia lideró en exportaciones legales de oro, que en el país subieron a 82,5 por ciento y representaron 473 millones de dólares. Según cifras del Dane, el departamento aumentó


Todo comenzó por Antioquia

en 51,5 millones de dólares sus ventas al exterior en el mismo periodo, hasta 295 millones. Con esto aportó el 18,4 por ciento de las exportaciones no petroleras de Colombia. Esas cifras indican que el progreso del departamento, basado en la minería, sigue vigente. En parte porque en Antioquia entienden que una mina de oro no es una excavación o un hueco en roca que se abandona, sino una oportunidad para generar encadenamientos productivos que aparten a la población de la dependencia a esta actividad. “Que el minero se vaya y deje el hueco, para nosotros no es minería responsable, porque simplemente expropió el territorio de un recurso mineral y no le devolvió nada nuevo. En ese caso, la capacidad de desarrollo es nula”, dice Jaime Gutiérrez, quien formó parte de Fundición Gutiérrez, una de las más tradicionales de la región.

Los antioqueños le deben al oro tres aspectos esenciales: el crecimiento de Medellín, el sistema bancario y el proceso de industrialización. La industria antioqueña de hoy se origina en la minería, sobre todo la de oro. No obstante, lo que antes impulsó la economía de manera organizada se convirtió en una producción desproporcionada en la que se hizo difícil diferenciar la línea entre lo legal y lo ilegal. Por eso el departamento trabaja para reducir el mercado negro y

controlar las exportaciones desde la fuente. El boom de inversionistas de hace diez años motivó una exploración que trajo a las grandes compañías que hoy trazan la hoja de ruta para la minería en el departamento. “Es una labor con la que se demostró que es preferible tener una gran minera que deje regalías y no una informalidad sin control”, asegura Gutiérrez. Con la coyuntura que vive el país, en la que varias comunidades a lo largo del territorio deciden sobre el uso que les dan a los recursos de su suelo, es crucial el ejemplo antioqueño, que muestra cómo la región le abrió las puertas al desarrollo con responsabilidad. “El verdadero problema es mezclar el fanatismo contra el progreso con la desinformación. Afortunadamente, en Antioquia eso no ha pasado”, sostiene el ingeniero Romero. 57


Colombia vale oro

Minería moderna El siglo XXI llegó con grandes retos para la industria minera. En Colombia, Continental Gold abre las puertas a una nueva era de innovación: tecnología de punta, formalización, medioambiente y sostenibilidad hacen parte de los conceptos que la compañía canadiense adhiere a su causa: la de la minería bien hecha.

1. De naturaleza sostenible Desarrollar el proyecto de minería de oro subterránea a gran escala más moderno del país es el reto de Continental Gold. Lo logrará aplicando los más altos estándares técnicos, ambientales y sociales de la industria.

D

espués de la Operación Creta, con la que el Estado y la fuerza pública golpearon la minería ilegal y criminal que carcomía a Buriticá, comenzó un proceso de formalización en todo sentido. La educación, la sociedad, el ecosistema, e incluso los pobladores, se fueron recuperando de un mal que los consumía: la extracción ilícita de oro. En el propósito de evitar que el drama regrese, dos factores han sido determinantes: el inicio del proyecto de Continental Gold en la región y la vigilancia que el Estado mantiene en el municipio a través

58

de la fuerza pública. Mientras eso siga en pie, la compañía canadiense continuará desarrollando su proyecto a través de sus acciones ambientales y sociales. Entre 2012 y 2016, Continental Gold ha invertido, en asuntos de sostenibilidad, cerca de 6.500 millones de pesos. Dentro de la caracterización ambiental formulada por la empresa, se destacan tres grandes pilares: el físico (cambios morfológicos), el biótico (fauna y flora) y el social (seres humanos). Para Guillermo Salgado, vicepresidente ambiental de la compañía, mejorar el conocimiento del gran depósito aurífero de Buriticá es esencial. “Las exploraciones y una herramienta que llamamos ‘piezometros’ nos permitirán conocer el comportamiento del agua dentro de la montaña. Hoy contamos con 32 puntos de monitoreo para las aguas”, explica. Las agendas ambiental y de sostenibilidad incluyen, entre otras actividades, siembra de especies nativas, educación ambiental para empleados y habitantes, convenios, control de emisiones y ruidos, y reforestaciones. Julián González, vicepresidente de sostenibilidad, explica el pacto que debe hacerse con las comunidades. “No queremos que nos recuerden porque hicimos tres escuelas, sino porque logramos reducir el índice de analfabetismo”, afirma. Así le dan herramientas a la población para que construya su futuro a partir de dos principios esenciales: trabajar en la legalidad y garantizar que lo que pasó no vuelva a suceder. De esa forma, la empresa se gana

Desde que llegó a trabajar en la mina, Continental Gold ha invertido cerca de 6.500 millones para asuntos de sostenibilidad.


Todo comenzó en Antioquia

PROYECTO EN CIFRAS

1.

1.500 empleos. Durante su construcción se generarán hasta 1.500 empleos entre directos y contratistas. Una vez en producción en el año 2020, se contará aproximadamente. con 1.000 empleos entre directos y contratistas y 4.000 indirectos.

2. 3. 4.

280.000 mil onzas. Duplicará la producción de oro legal en el país al producir 280.000 onzas

por año.

3 billones de pesos como aporte por concepto de impuestos y regalías durante los 14 años de producción.

Con maquinaria única en el país, Continental Gold aplica estrategias sin precedentes en la historia minera de Colombia.

el respeto de la comunidad. “La ‘licencia social’ es importante porque si la zona no es sostenible, el proyecto tampoco lo será”, complementa González. Formalización minera Continental Gold ha invertido más de 4.000 millones de pesos en un programa que establecerá pautas de contabilidad, registros y trámites que el sector requiere para formalizar a quienes dependen del trabajo minero. La compañía cuenta con seis asociaciones en su proceso de Formalización, con el cual generó 271 empleos. Es una cifra que además incrementará a futuro. El esfuerzo de Continental Gold para evitar

14

años es el tiempo que la compañía espera emplear para extraer el oro y rellenar la mina como lo indican los parámetros de sostenibilidad.

FOTO: ARCHIVO PARTICULAR

3,7 millones. Con 3,7 millones de onzas de reserva a la fecha, la vida útil inicial de la mina está estimada en 14 años con potencial de extensión, gracias a sus recursos.

5. 6.

400 millones de dólares. Inversión aproximada.

3.000 ton/día. Producción diaria de 2.100 ton/día y alcanzará 3.000 toneladas a partir del tercer año.

que el formalizado vuelva a la ilegalidad, pasa por mantener a raya el lavado de activos y los dineros del negocio informal. “Somos un buen vecino de Buriticá, somos motor de construcción y calidad de vida de la región. Si contamos con formalización, talento humano, protección y responsabilidad social, tenemos lo necesario para sembrar bienestar”, asegura Mateo Restrepo, presidente de la compañía. Esa intención ha ido más allá del ámbito laboral. La avanzada social empresarial de Continental Gold ha estrechado las relaciones de la compañía con sus trabajadores y las comunidades. Así lo confirma Marisela Úsuga, quien después de caminar por los senderos de la ilegalidad, por medio de la Formalización de Continental Gold comenzó a trabajar en extracción responsable, la cual ya le ha dado frutos. “La minería, cuando está bien hecha, deja una satisfacción personal y familiar; ahora puedo mandar a mis hijos a la universidad”, explica. 59


Colombia vale oro

2. La montaña mágica Con 10 millones de onzas, el municipio antioqueño de Buriticá tiene en su suelo un gran potencial de extracción para impulsar el desarrollo económico y social de la región, involucrando plenamente a las comunidades.

S

e dice que la palabra ‘Antioquia’ viene del nombre que el mariscal Jorge Robledo utilizó en 1541 para bautizar un pueblo del valle de Ebéjico, al escuchar que los indígenas de la región decían ‘Antochia’, derivado de los vocablos ‘an’ (montaña) y ‘ocha’ (oro), es decir, montaña de oro. El tiempo les dio la razón a los indígenas cuando en 2009 se conoció que Buriticá, municipio de ese departamento, se asentaba sobre una gran montaña de oro. Desde 2007, Continental Gold suma experiencia en exploración y extracción en Colombia. Hoy desarrolla su proyecto en Buriticá, cuya reserva se evidenció gracias a prácticas modernas, tecnologías mineras y estudios geológicos que descubrieron que en una sola montaña había 10 millones de onzas de oro. En 2012 la empresa canadiense recibió la licencia ambiental para explorar y explotar esta riqueza. Allí se han invertido 250 millones de dólares entre 2010 y 2016. Recientemente, la inversión estratégica de 109 millones de dólares por parte de la empresa Newmont Mining, segunda productora de oro del mundo, demostró la solidez del proyecto. Bien visto El proyecto ha tenido una acogida positiva a nivel mundial, al punto de que para Continental Gold no 60

Buriticá pasó de ser un municipio flagelado por la minería ilegal, a establecer un diálogo honesto con los privados y con los entes estatales .

Mateo Restrepo Presidente de Continental Gold

"En la Minería Moderna no solo abarcamos la tecnología. Trabajamos por el desarrollo sostenible de las comunidades donde operamos, de su medioambiente y de todos los empleados. Queremos ser ejemplo de minería subterránea en Colombia".

ha sido difícil hacerse a la inversión extranjera necesaria. Esos actores, impresionados con la calidad del depósito, el nivel del equipo de gestión, el apoyo de la comunidad y las perspectivas de crecimiento a futuro, han visto en este pequeño municipio la posibilidad de hacer una minería responsable. Así pudo poner en marcha la construcción del proyecto, planificada a dos años y medio, con una inversión cercana a 400 millones de dólares y que ocupará a cerca de 1.500 personas. “Esta es la primera mina subterránea a gran escala del país que contará con 18 kilómetros de túneles de cinco por cinco metros”, explica Mateo Restrepo, presidente de la compañía. La mina, ubicada en la faja media del Cauca, está a dos horas de Medellín, es operada por la compañía Continental Gold y está ahora libre de extracción ilegal por las acciones del departamento para erradicarla. Para Restrepo, esa acción institucional fue fundamental. “La comunidad comprendió que la mejor manera de combatir la ilegalidad era apoyando nuestro trabajo. Dijeron no más al desorden social y le dieron un sí a la minería bien hecha”, asegura. Que la empresa proyecte extraer 280.000 onzas de oro al año demuestra que se trata de una reserva sin precedentes, y de una gran oportunidad que bien aprovechada jalonará el desarrollo en los próximos años.


FOTO: JUAN PABLO GÓMEZ R.

Todo comenzó en Antioquia

3. De la mano del pueblo Con la estrategia Sostenibilidad-Minería Moderna, Continental Gold generará desarrollo alrededor de su proyecto insignia. Con esa hoja de ruta, la compañía canadiense brindará beneficios ambientales, educativos y de empleo a la población.

P

or medio del Plan Buriticá, uno de los programas que lidera la compañía, los buritiqueños se han beneficiado de talleres mensuales en los que se discute la oferta pública y privada que llegará como parte de un proyecto que cubrirá sus necesidades más urgentes. Continental Gold tiene claro que el medioambiente no solo es una prioridad desde el punto de vista del monitoreo y la mitigación de los impactos, sino que también incluye un trabajo constante en todas las variables: aire, agua, suelos, flora y fauna. La compañía va más allá y maximiza

Hoy Continental Gold genera 450 empleos directos entre personal administrativo y de operaciones.

los beneficios que surgen a partir del cuidado de esas fuentes de vida. Al tener el recurso del agua como prioridad, Continental Gold selló, junto a Conservación Internacional, una alianza que fortalece iniciativas no gubernamentales en beneficio de la sostenibilidad ambiental en los países donde hace presencia. Así desarrolla proyectos de protección y rehabilitación de cuencas. Hacia esa misma dirección apunta una iniciativa del departamento que impulsa el pago por servicios ambientales para que las comunidades, previo acuerdo con las administraciones locales, obtengan subsidios para proteger el medioambiente. Además, la empresa apoya programas de encadenamiento productivo. “Nos aseguramos de que cada idea sea una acción en campo, tangible y real”, afirma Mateo Restrepo, presidente de la compañía. Hoy Continental Gold genera 450 empleos directos entre personal administrativo y de operaciones, donde el 56 por ciento y 86 por ciento, respectivamente, pertenecen a la zona de influencia. Igualmente genera 500 empleos para contratistas. En etapa de producción serán 1.000 plazas directas y 4.000 indirectas. A los programas educativos y de becas universitarias, otro frente cubierto por la empresa, se suman las capacitaciones que hace el Sena sobre técnicas en labores mineras, en las que participan jóvenes de Buriticá y del occidente antioqueño. “Cuando llegué había estudiado hasta tercero de primaria, fui ocupando varios puestos en diferentes áreas y hoy soy operario líder”, dice Juan Mellizo, trabajador de la compañía desde 2009. Esta experiencia de éxito se explica por varias razones: el giro que la minería en Buriticá dio hacia lo legal, el acompañamiento de las entidades del Estado, un equilibrio en los intereses de las partes (comunidad, empresa y gobierno nacional) y un diálogo honesto con las personas. 61


Colombia vale oro

Sí se puede FOTO: GOBERNACIÓN DE ANTIOQUIA

En Antioquia, principal productor de oro, se viene trabajando fuertemente en la implementación de programas de formalización minera como estrategia para disminuir la extracción ilícita de minerales.

E

l oro en Colombia se ha explotado desde hace siglos con técnicas ancestrales, pero a partir de 1812, cuando se otorgó a los ingleses el primer título minero, comenzó a contemplarse la minería como una práctica que para ser realizada, requiere que el Estado le otorgue un área en concesión. Fue solo hasta el año 2009, a raíz de la caída de las bolsas de valores del mundo y la crisis económica de las potencias, que el precio del oro subió considerablemente y se generó un boom minero. Muchas multinacionales llegaron al país a solicitar áreas para explorar y explotar el metal precioso, de la misma manera que muchos antioqueños encontraron en esta actividad una oportunidad de supervivencia. A partir 62

de ese momento se introdujeron dos nuevos elementos a la discusión: minería informal, que no cuenta con un título minero ni un instrumento ambiental, pero que se ha desarrollado de manera tradicional por muchas comunidades, y la extracción ilícita de minerales, que tampoco lo posee, utiliza maquinaria pesada sin importar la afectación del ecosistema y que es practicada, en algunos casos, por grupos criminales que usan el recurso para financiarse. En 2016, Colombia produjo oficialmente 61 toneladas de oro. De esas, según la Asociación Colom-


Todo comenzó en Antioquia biana de Minería (ACM), el 17 por ciento corresponde a mineral legal; es decir, cuanta con título minero e instrumento ambiental. Del 83 por ciento restante no es posible seguir su proceso de producción porque involucra a quienes lo extraen de manera artesanal, informal o ilegal. Una de las banderas del gobierno nacional es avanzar en la regularización de las actividades de los mineros tradicionales que se desarrollan sin sujeción a la ley. En el caso específico de Antioquia, principal departamento productor de oro, se viene trabajando fuertemente en la implementación de programa de formalización minera como estrategia para disminuir la extracción ilícita de minerales. Adicionalmente, se adelantan proyectos con el fin de fomentar y promover el desarrollo de la actividad minera de pequeña escala, bajo condiciones de responsabilidad, seguridad y legalidad en el departamento de Antioquia. En el desarrollo del programa de Formalización, la Secretaría de Minas, en articulación con la Dirección de Formalización del Ministerio de Minas y Energía, ha actuado como mediador e impulsador de la regularización de mineros sin título, con el fin de lograr acuerdos entre el titular y los pequeños mineros, permitiendo que estos puedan continuar ejerciendo su actividad, valiéndose de los instrumentos de formalización que la norma prevé para el efecto. En el departamento de Antioquia se tienen instaladas actualmente 11 mesas de trabajo en las que participan los titulares mineros, los mineros que adelantan las actividades en las áreas de dichos títulos, la Secretaría de Minas en calidad de autoridad minera delegada y el Ministerio de Minas y Energía, como líder de la política minera nacional. De esta forma, se tienen cuatro escenarios de mediación en la subregión del noreste, una mesa en la subregión norte, tres escenarios en el occidente de Antioquia y tres mesas en el Bajo Cauca. Con la puesta en marcha de estas mesas de formalización, se han

logrado en Antioquia diez subcontratos inscritos en el Registro Minero Nacional, cuatro aprobados en procesos de inscripción, diez autorizados y 43 en trámite, para un total de 67 procesos adelantados, beneficiando aproximadamente a 2.500 personas vinculadas a la cadena productiva de la minería. Se estima que producto de los diferentes escenarios de mediación que ha propiciado la secretaría, finalizando 2017, se haya autorizado 40 subcontratos de formalización para el departamento de Antioquia. Otra de las estrategias se adelanta con el programa Oro legal,

La Secretaría de Minas de la Gobernación de Antioquia apoya con el fortalecimiento de las unidades productivas mineras susceptibles de formalizar. impulsado por el gobierno de Estados Unidos a través de su Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID). La iniciativa fomenta las buenas prácticas y los ejercicios técnicos, económicos y legalmente viables. El objetivo es formalizar 220 unidades de producción artesanal, rehabilitar 11.500 hectáreas degradadas y apoyar la producción de ocho toneladas de oro. Así mismo, varias empresas, apoyadas por la Secretaría de Minas de la Gobernación de Antioquia, diseñaron estrategias para legalizar a los mineros que no tienen la capacidad de formalizar su ejercicio porque no cuentan con el capital para ello.

“Entendimos que nuestra operación puede convivir con pequeños mineros que ejerzan su trabajo de forma adecuada, legal y compatible con el medioambiente”, afirma José Ignacio Noguera, vicepresidente de Gran Colombia Gold. Esta empresa encontró 195 minas ilegales operando en jurisdicción de su título en Segovia, por lo que ideó la iniciativa ‘Encadenamiento Productivo de la Pequeña Minería’, para acompañar la creación de empresas formales a través de contratos de operación que corresponden a un acuerdo de voluntades para la explotación de un área determinada, sin que el titular la esté cediendo o se desprenda de esta. Así firmó 35 contratos de operación, beneficiando a más de 2.500 mineros y obtuvo más de 80.000 onzas producidas por la pequeña minería. Esto representó 240.000 millones de pesos de ganancia para estos nuevos asociados y más de 60.000 millones de pesos en pago de impuestos y regalías. En el Bajo Cauca antioqueño, que históricamente ha vivido del oro, la Secretaría de Minas tiene identificados alrededor de 1.500 mineros informales. Un grupo de ellos pasó a la formalidad con la ayuda de Mineros S.A., la empresa más grande que opera en la subregión, se constituyó en la Empresa de Mineros de Jobo Medio (Emijom S.A.S.). Mineros S.A. cedió un área de su título para que fuera explotado por esta pequeña compañía que hoy cuenta con 127,4 hectáreas y 486 personas beneficiadas, convirtiéndose en el primer y único caso de cesión parcial de un RPP en Colombia, siendo fundamental el acompañamiento de la autoridad minera delegada, para el logro de este proceso de formalización. Leonardo Torres es uno de esos empleados que hoy trabaja con tranquilidad. “Pasar de la minería informal a la legalidad es lo máximo. Ojalá todos los mineros informales tuvieran la oportunidad de llegar al punto en que nosotros estamos”, afirma. Sena, Mineros S.A. y la Secretaría de Minas de Antioquia, en El Bagre funciona el Centro de Formación 63


Colombia vale oro

Año récord para Gran Colombia Gold José Ignacio Noguera, vicepresidente de Asuntos Corporativos de Gran Colombia Gold, compañía canadiense que opera en Segovia (Antioquia) y Marmato (Caldas), habla del crecimiento de la empresa y de los proyectos que adelanta con la comunidad.

S

EMANA: ¿Gran Colombia Gold aumentó su producción de oro en Segovia en 2016? JOSÉ IGNACIO NOGUERA: Fue

un año récord en la operación de Gran Colombia Gold (GCG). La producción total fue de 149.700 onzas de oro (4,65 toneladas) con lo que se rebasó la meta que se había fijado de 130.000. En Segovia produjimos 126.000 onzas y en Marmato 23.700. Estimamos aumentar nuestra producción para 2017 entre 154.000 y 161.000 onzas de oro. SEMANA: ¿Qué revelaron las nuevas exploraciones en Segovia? J.I.N.: La existencia de otras 1,1 millones de onzas de oro, logrando que la vida de la mina, que estaba prevista hasta 2020 o 2021, se extienda hasta 2025. En 2017 seguirá la exploración en las minas El Silencio, Providencia, Sandra K y Segovia Gold. Sobre estas dos últimas excavaciones, GCG prevé aumentar sus actividades entre 2018 y 2019, con lo que fortaleceremos las posibilidades de incrementar la producción aurífera. SEMANA: ¿Cuánto ha invertido GCG en sus operaciones? J.I.N.: Desde 2013 a la fecha, 25 millones de dólares en infraestructura y tecnificación. La inversión se enfoca en equipos de última tecnología que garantizan la productividad y las operaciones seguras para

“Nuestra fuerza laboral está compuesta por profesionales y técnicos colombianos en un 95 por ciento”.

64

nuestros empleados y contratistas. El principal objetivo es la seguridad de nuestros empleados y de las comunidades. Nuestra fuerza laboral está compuesta por profesionales y técnicos colombianos en un 95 por ciento. SEMANA: ¿En qué consiste la Iniciativa de Encadenamiento Productivo de la Pequeña Minería que adelanta GCG? J.I.N.: Ha sido presentada como un caso de éxito a nivel internacional en varios foros, entre estos en CSR Summit, organizado por The Ethical Group en Londres durante dos años consecutivos, y en el Congreso de Minería en Lima, en 2017. La iniciativa aplica un modelo de operación en el que, de la mano de las comunidades y de los mineros artesanales, se mejoran las condiciones de vida de ellos y se contribuye al desarrollo económico y social de la región y del país. Cuando empezamos la operación encontramos 195 minas ilegales en el título de Segovia; uso irracional de los recursos naturales; proceso de recuperación de oro en entables que utilizan mercurio (cerca de siete kilogramos de mercurio utilizado por kilogramos de oro producido); trabajo y prostitución infantil; trabajadores sin afiliación al sistema de seguridad social y riesgos profesionales; incumplimiento general a la Ley del Trabajo; malas prácticas en materia de seguridad laboral e industrial; no pago de impuestos y regalías, y explosivos ilegales, entre otros. SEMANA: ¿Y cuáles son los resultados?


FOTO: GRANCOLOMBIAGOLD

Capítulo

Mina El Silencio. Gran Colombia Gold. Segundo puesto Art of Mining Gallery. Ontario, Canadá.

J.I.N.: Hemos logrado firmar 36 contratos de operación, formalizado a más de 2.500 pequeños mineros, eliminado 80 toneladas de mercurio; más de 80.000 Oz Au producidas por la pequeña minería por año que representan 240.000 millones de pesos en ingresos; más de 60.000 millones de pesos en pago de impuestos y regalías; más de 12.000 personas beneficiadas con el sistema de seguridad social en Segovia y Remedios; más de 3.000 nuevas cuentas bancarias abiertas, adicionalmente el cumplimiento de la legislación en higiene, seguridad, salud ocupacional y ambiental. SEMANA: ¿Qué otras iniciativas y proyectos adelantan hoy? J.I.N.: Creemos en inversiones sociales que generen un impacto positivo a largo plazo en la sociedad. Para lograrlo alineamos nuestras iniciativas con las necesidades de las comunidades donde operamos. Adelantamos acciones bajo el marco de las mejores prácticas en sostenibilidad, las cuales consultan los parámetros establecidos por Global Compact, el BID y la Corporación Financiera Internacional. Entre nuestras iniciativas están: Biodiversidad y Agua para el Futuro, que protege las fuentes hídricas y los ecosistemas; Educación para el Desarrollo, cuyo objetivo es elimi-

José Ignacio Noguera Vice presidente de Asuntos Corporativos de Gran Colombia Gold.

nar el trabajo infantil y garantizar una educación de calidad; Proyecto Global de Mercurio (PGM), que busca eliminar el uso de mercurio en el procesamiento de mineral aurífero; Salud y Bienestar, que plantea fortalecer las condiciones de salud; Mujeres Líderes Emprendedoras, cuyo fin es mejorar las oportunidades de educación y capacitación para las mujeres y las niñas, garantizando el acceso a educación desde la primera infancia, evitando la deserción escolar; Infraestructura para el Desarrollo, que tiene un impacto potencial sobre el crecimiento económico y la disminución de la pobreza. Además, la compañía protege la fuente hídrica Doña Ana. Más de 7.500 habitantes de Remedios se benefician de agua potable de la microcuenca que está en el área de reserva ambiental Tías-Mañón, 52 hectáreas donadas por GCG en 2015; la compañía donó el actual Hospital San Juan de Dios de Segovia. A través de la Fundación Angelitos de Luz, la empresa entrega anualmente 350 becas completas a alumnos de la Unidad Educativa La Salada (más de 1.200 niños han sido becados en cinco años). En convenio con las alcaldías de Segovia y Remedios mejoramos la infraestructura de instituciones educativas y viales, para lo que destinamos unos 4.500 millones de pesos. SEMANA: ¿A qué le apunta Gran Colombia Gold? J.I.N.: En abril de 2017 la compañía completó un estimado de Recursos Minerales de sus Operaciones con producción de alto grado en Segovia, elaborado con los Estándares de Definición del Canadian Institute of Mining Metallurgy and Petroleum. Nuestras operaciones de alto tenor en Segovia siguen teniendo una vida de mina considerable hacia el futuro. Comenzamos la campaña planificada de perforación de 20.000 metros para mejorar y extender aún más los Recursos Minerales de Segovia. 65


Universal Precious Metals (UPM) verifica la transparencia del recorrido del oro desde que sale de la mina.

Refinación y transparencia El oro, tras un proceso de legalidad cristalina, va desde Colombia hasta la refinería Universal Precious Metals, donde obtiene el más alto nivel de refinación.

U

niversal constituida desde el año 2010, en 2016 compró la planta en la que opera, situada en Doral (Florida, Estados Unidos) y comenzó a trabajar bajo las políticas de cumplimiento de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico, el Acta Dodd-Franck y el Consejo de Joyería Responsable, entre otras organizaciones, garantizando trazabilidad, transparencia y debida diligencia, en la comercialización del oro. UPM hace presencia en Suramérica, Centroamérica y el Caribe, centra su operación en Colombia en la minería mediana, pequeña y artesanal. “Demostramos que el comprador

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internacional puede ser transparente, ejerciendo control en la cadena de suministros, acorde con los estándares legales de los países donde operamos, cumpliendo además con los protocolos de organizaciones internacionales, y trabajando con las entidades locales para hacer esto mejor”, afirma Alejandro Esponda, presidente de UPM. Por eso, la empresa cree en el progreso que puede generar la pequeña minería y los mineros artesanales, especialmente los de oro. Convencidos de lo anterior, son una compañías socialmente responsable que ha celebrado una alianza con la ONG canadiense Artisanal Gold Council (AGC). Universal aporta la experiencia en el mercado y AGC las habilidades en mejores y buenas prácticas y relación con los gobiernos. UPM mira y se proyecta al futuro, ya que el 25 por ciento del oro a nivel

mundial es producido por la minería artesanal. “La minería y la responsabilidad social no están peleadas. Hay malas experiencias, pero también casos de éxito”, sostiene Esponda, quien está convencido de que a través de la creación de una empresa social el sector minero artesanal superará muchas de sus barreras. De esta forma lo explica Kevin Telmer, director ejecutivo de Artisanal Gold Council. “Uno de nuestros grandes retos es reeducar a las personas sobre los beneficios de la minería artesanal. La gente muchas veces ve bien a la minería industrial y mal a la artesanal. Tratamos de mostrar que cualquier tipo de minería, bien hecha, puede beneficiar a la sociedad” Por ejemplo, hoy, en una tonelada de mineral se recupera entre el 50 y el 70 por ciento del oro del total de la roca, con la tecnología y el entrenamientos necesarios se puede sacar el 95 por ciento, un gran incentivo para los pequeños mineros. Así mismo la minería pequeña y artesanal es una gran generadora de empleos.

FOTO: ISTOCK

Especial Oro


FOTO: ISTOCK


FOTO: GOBERNACIÓN DE ANTIOQUIA

Especial Oro

Bien hecha, beneficia

Si la minería cumple la exigente normatividad ambiental no genera impactos negativos y, en cambio, beneficia a los territorios donde opera. Aquí, el paso a paso de cómo el Estado protege a las comunidades.

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ara que una industria o empresa sea exitosa debe considerar, además de la rentabilidad, los componentes sociales y ambientales de su operación. En especial, aquellas que están en centros poblados y cuya actividad representa un fuerte impacto a su alrededor, como la minería. “La minería bien hecha requiere un músculo económico importante y un avanzado desarrollo tecnológico, por supuesto. Pero no puede ignorar a las comunidades, porque es necesario buscar un consenso para adelantar los proyectos”, explica Claudia Jiménez, exdirectora de la Asociación del Sector de la Minería a Gran Escala. Sin embargo, rodean a la minería industrializada muchos mitos relacionados con su responsabilidad frente al medioambiente y la sociedad. Colombia tiene 114 millones de hectáreas, de las cuales 5 poseen un título de explota68

ción minera, que representa apenas el 3,8 por ciento del territorio. Sobre el uso del agua en esta actividad, Jorge Alberto Jaramillo, experto en el tema, afirma: “La minería responsable no consume agua, la utiliza. Los seres humanos y las plantas la consu-

Colombia fue de los primeros países en América Latina en elevar a canon constitucional una gran variedad de disposiciones ambientales. mimos”. El 70 por ciento del líquido en Colombia es usado por actividades agrícolas y pecuarias, el 8 por ciento para consumo doméstico y el 22 por ciento para la industria. Dentro de este

último porcentaje, la minería dispone de entre el 2 y el 5 por ciento. Ejercicio controlado Colombia fue de los primeros países en América Latina en elevar a canon constitucional una gran variedad de disposiciones ambientales. La Constitución de 1991 está integrada por más de 60 artículos de protección ambiental, y la Ley 99 de 1993 creó el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el Sistema Nacional Ambiental y las Corporaciones Autónomas Regionales (CAR), entre otras instituciones que salvaguardan el ecosistema colombiano. De ahí que las mineras deban cumplir requisitos antes de empezar a operar. Después de que la Agencia Nacional de Minería (ANM) aprueba el Plan de Trabajo y Obras (PTO) por medio de un contrato de concesión, las mineras presentan el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) sobre el área de explotación a la CAR de la zona para obtener su licencia.


Todo comenzó en Antioquia En el PTO se especifica de qué manera se extraerá el mineral (minería a cielo abierto, de socavón o aluvión), y en el EIA se diseña el plan de manejo (cómo se tratará ambientalmente la cantera) y el plan de abandono (cómo quedará el territorio al terminar la actividad). En el plan de manejo se incorpora el estudio biótico y abiótico con la fauna y flora presentes en el área de explotación; se caracterizan para determinar si son endémicas, están en veda o en estado crítico; se determina la técnica de alejamiento por utilizar, en el caso de los animales, y el mecanismo para trasladar lo que no pueda moverse por sus propios medios. Luego se diseña un estudio forestal y se obtienen los permisos de tala de árboles, que determinan una relación de uno a tres –por cada árbol talado deben sembrarse tres– y la CAR señala dónde, cómo y de qué manera compensar el área impactada. Para pasar de la fase de exploración a la de montaje y explotación, se

requiere que el EIA sea aprobado. Solo así puede comenzar la operación minera. “Desde la concepción de la idea, hasta la finalización del proyecto, hay que cumplir con exigencias ambientales”, agrega Francisco Zapata.

70 por ciento del agua en Colombia es usado por actividades agrícolas y pecuarias. Por su parte, la minería dispone entre el 2 y el 5 por ciento.

Pensar en la gente Antes de radicar el EIA, la empresa minera debe socializar el proyecto con la población para informarle de qué manera los trabajos afectarán su territorio, además de caracterizar e individualizar las comunidades del área de influencia directa e indirecta. Aparte de eso, y si se tiene en cuenta que la actividad minera demanda a su alrededor bienes y servicios adicionales, se debe aclarar cómo se relacionará el proyecto con la comunidad. Por otro lado, el título minero también contempla una cláusula que establece la obligación de invertir en proyectos sociales el 1 por ciento de las utilidades de las empresas, pero muchas de estas destinan incluso más. “Como la minería jalona otras actividades económicas, ayuda a formar el tejido socioeconómico de las comunidades que impacta”, agrega Jiménez. La actividad, si no encuentra en el territorio los productos y servicios necesarios para su desarrollo, ayuda a proveerlos. Las compañías comprenden que la operación tiene un tiempo y que deben quedar en el territorio beneficios sostenibles.

media hor.

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Colombia vale oro

Legalmente viable Una empresa comercializadora internacional de oro prueba, con sus prácticas legales, que la cadena del negocio puede hacerse con transparencia, trazabilidad, autenticidad y regulación. Tanto que, desde 2012, reportó regalías por 32.936 millones de pesos.

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emostrar que el negocio del oro es ajeno a la ilegalidad no es tarea fácil, menos cuando los prejuicios sociales asocian este trabajo a grupos al margen de la ley. Existen empresas que contribuyen al crecimiento económico y social del Estado, sujetas a las prácticas legales. C.I. Meprecol es un ejemplo de buenas prácticas: prepaga impuestos, no genera devolución de IVA y cuenta con un sistema de control de riesgos que ejecuta programas de identificación para mitigar el riesgo de suplantación, protegiéndose de peligros como el lavado de activos y la financiación del terrorismo. Así lo exige el Estado colombiano, que para enero de 2015, por

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medio de la Superintendencia de Sociedades publicó una circular que obliga a las comercializadoras internacionales a cumplir con un sistema de autocontrol en materia de prevención de lavado de activos, que conlleva autenticidad y trazabilidad, programa que C.I. Meprecol venía implementado desde el año 2014. Una de las políticas de la empresa es conocer a fondo con quién hace negocios. Analiza como corresponde a sus proveedores, clientes y accionistas, lo mismo que a sus canales de comunicación. Con esto busca darle transparencia al proceso de exportación de principio a fin. C.I. Meprecol llevará su tecnología a las zonas de influencia de las comercializadoras con las que tiene vínculos, para detectar posibles anomalías y blindarse. Por eso, esta C.I. Meprecol ha implementado en procedimiento de identificación, con el fin de verificar sus datos en tiempo real respecto de la información de la Registraduría Nacional del Estado Civil. Este estándar de seguridad le permite a la compañía alcanzar una certificación, incluso si se requiere como prueba en un proceso jurídico. Estos controles minimizan el riesgo de ilegalidad, “así se evidencia que no hubo suplantación porque la venta fue real y personal”, dice la oficial de Cumplimiento de C.I. Meprecol. Pero no solo se indaga por la identidad de los mineros artesanales, sino también por sus antecedentes. La empresa se protege con un sistema que agrupa los reportes del Registro Único de Comercializadores (Rucom), de la Registraduría, la Fiscalía, la Procuraduría, la Contraloría y la prensa en general. Si los resultados arrojan algún nivel de riesgo, se evalúa si se hace o no la compra. C.I. Meprecol se distancia así de la ilegalidad y conoce a quién le compra el mineral. Estos procesos atienden las recomendaciones emitidas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). El ente pide hacer una “debida diligencia en la cadena de suministros minerales”, una

Meprecol lleva su tecnología a las zonas de influencia de las comercializadoras con las que tiene vínculos, para detectar posibles anomalías y blindarse.


Todo comenzó en Antioquia

LA COMERCIALIZACIÓN DE ORO, UN NEGOCIO TRANSPARENTE

PREVENCIÓN DEL LAVADO DE ACTIVOS

• DEBIDA DILIGENCIA • CONOCIMIENTO DE LOS PROVEEDORES MEDIDAS DE CONOCIMIENTO – Segmentación por actividad – Segmentación por zona – Análisis jurídico y contable – Búsqueda en listas restrictivas nacionales e internacionales

CUMPLIMIENTO TRIBUTARIO • PAGO DE REGALÍAS • AUTO–RETENCIÓN • NO SOLICITUD DE DEVOLUCIÓN DEL IVA • PÓLIZA DE CUMPLIMIENTO "GARANTÍA GLOBAL" • REGISTRO DE LA FACTURA

directriz para tener en cuenta en zonas de alto riesgo como las de Colombia, donde estas regulaciones que C.I. Meprecol aplica adquieren gran importancia empresarial, jurídica y social. “A pesar de todos los esfuerzos de la C.I. por ajustarse a la normatividad, la sociedad etiqueta toda relación con el oro como una de riqueza desbordada, sin el cumplimiento de requisitos legales y sin vigilancia por parte del Estado”, dice el equipo de cumplimiento de la compañía. Para ellos, esta realidad genera políticas adversas a este renglón de la economía, impidiendo una mayor contribución al crecimiento económico del país. La criminalización al sector minero conlleva a que la tarea de las comercializadoras internacionales, así como la de las empresas transportadoras de minerales, las fundidoras, las compraventas y la industria en general, sufran una discriminación injustificada y por el contrario se ataque a quienes legalmente ejercen

EXPORTACIÓN TRANSPARENTE Y REGULADA • TRANSPORTE DE VALORES SEGURO Y CERTIFICADO •INSPECCIÓN FÍSICA Y DOCUMENTAL POR DIAN Y ADUANAS • TRAZABILIDAD DEMOSTRADA a) Certificado al proveedor b) Aprobación de la ANM y el VUCE c) DEX: Declaración de exportación

MINERÍA LEGAL • CERTIFICACIÓN DE RUCOM • CUMPLIMIENTO DE REQUISITOS MINEROS • CONTRATO CON LA REGISTRADURÍA NACIONAL PARA MITIGAR EL RIESGO DE SUPLANTACIÓN • CERTIFICADO DE ORIGEN • CONTROL DE TOPES PERMITIDOS PARA MINERÍA ARTESANAL

2014 desde ese año, C.I. Meprecol ya venía ajustando sus sistemas para prevenir el lavado de activos.

una actividad comercial. Contrario a lo que muchos pueden pensar, la industria minera formal es una actividad regulada, reglamentada y fiscalizada como ninguna otra actividad productiva. En ese marco regulatorio confluyen entidades gubernamentales que tienen una debilidad: la existencia y aplicación de agendas paralelas y no concatenadas de las autoridades. Quienes mantienen las buenas prácticas, como C.I. Meprecol, cumplen con el pago de impuestos, tasas y contribuciones que terminan siendo aportes a las finanzas del Estado. Por eso, la producción minera es clave para las finanzas públicas y la economía del país. 71


FOTO: CAMILO YEPES

Colombia vale oro

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Las ‘manos’ de los mineros


Por medio de un sistema de verificación, comercializadoras como C.I. Meprecol y sus proveedores, garantizan el origen legal del oro que obtienen.

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Todo comenzó en Antioquia

n pueblos mineros de Antioquia y Chocó los pobladores le apuestan a lo legal con una sola condición: que los dejen trabajar, siendo más sencillo para ellos si lo hacen de la mano de C.I. Meprecol, una de las comercializadoras con presencia en ambos departamentos. La compañía cuenta con proveedores previamente seleccionados en esas regiones. En Chocó (Precometal) y en Antioquia (Orometro y Jaraba y Asociados). Estas comercializadoras no serían parte de la cruzada legal de C.I. Meprecol si, en su labor de mediación, no emplearan métodos de trazabilidad, identificación y certificación adecuados. La propuesta es mitigar y prevenir los riesgos desde el inicio de la cadena, al brindarles ayuda a sus proveedores en la implementación de recursos tecnológicos que le permitan al minero artesanal evitar la suplantación, e impulsen la certificación de los barequeros (mineros que extraen el oro de forma artesanal). No es una tarea sencilla porque el sector es tradicionalista, reacio al cambio. La empresa se esfuerza por evitar la suplantación y generar confianza entre los clientes que más adelante recibirán el oro exportado. Para el director general de C.I Meprecol, eso se logra con un proceso de control y prevención de riesgos, que busca lograr la legitimidad de la persona que vende el mineral. “El oro que saldrá en una barra tiene el certificado de origen de cada gramo que la compone”, explica.

C.I. Meprecol ayuda a sus proveedores por medio de un sistema de identificación que impulsa la certificación de los barequeros.

La actividad extractiva bien hecha es la que sostiene a las familias mineras tradicionales. Se están dando pasos hacia un oro con trazabilidad, lo que facilita las exportaciones y deja ganancias para todas las partes.

Condoto Esta es una población chocoana ubicada a 85 kilómetros al sur de Quibdó. Como muchas partes del departamento, a pesar de sus grandes reservas auríferas, la pobreza es generalizada. La localidad no tiene acueducto y más allá del oro, la economía la mueven el servicio de transporte informal y algunos comercios de comida y ropa. Precometal, cooperativa del municipio, quiere ayudar a cambiar esa realidad. Desde hace algunos años acopia el oro que extraen 980 barequeros dotados de botas, carpas, sombrillas y mochilas. Para Michael Álvarez, funcionario de la precooperativa, la labor social es dura, pero necesaria. “Es difícil la mentalidad del barequero tradicional; no entiende que debe cambiar si quiere seguir trabajando”, dice. Álvarez se refiere al problema en que se convirtió cumplir con la documentación para ser un barequero legal. Algunos requisitos solo pueden conseguirse en Quibdó, como el RUT, y aunque la capital está cerca, muchos no tienen cómo desplazarse hasta allá. Uno de ellos es Jesús Hurtado, de 56 años. “Aquí nos rebuscamos con la honestidad de esta batea y de esta pala”, expresa. 73


Colombia vale oro El trabajo de esta precooperativa educa en las buenas prácticas. Esa gestión, difícil por demás, ha servido para demostrar la legalidad en los pequeños nichos. “La mina más legal es la que les da de comer a nuestros hijos”, dice Hurtado.

Segovia Cuatro horas al noroeste de Medellín hay un pueblo que siempre ha sido minero. Segovia explota su suelo desde mediados del siglo XIX cuando la empresa inglesa Frontino Gold Mines llegó en 1852. Hoy, parte de la comercialización 74

En Condoto (Chocó) personas de todas las edades trabajan en el sector minero como actividad de subsistencia.

legal del oro que sale de allí está a cargo de Omer Posada, gerente de Orometro. Esta compañía es de las pocas que no paga por cantidad, sino por pureza. Posada cuenta con un potencial de entre 5.000 y 7.000 vendedores, todos certificados. “Yo soy proveedor desde 2010. En este negocio me di cuenta de que si uno quiere hacer las cosas bien, debe juntarse con gente como Meprecol”, asegura Posada. El municipio ha estado en el ojo del huracán por algunos problemas de orden público generados por la extracción informal de minerales. Sin embargo, la tarea de Posada es un ejemplo de cómo lo formal va ganando terreno. En esta región se da una alianza entre los sectores públicos y privados para generar beneficios sociales. “Trabajamos en un plan de desarrollo que reconozca las buenas prácticas mineras para diversificar nuestra economía”, expresa Gustavo Tobón, alcalde de

FOTO: CAMILO YEPES

Amalfi En este municipio antioqueño hay cerca de 1.800 mineros inscritos en el Rucom (Registro Único de Comercializadores). Muy cerca del casco urbano, organizado y apacible, está la mina La Viborita, considerada patrimonio histórico del departamento, que funciona desde 1885 y que ha pasado por varios procesos de transformación. Los hermanos Builes, pobladores de la región, extraen oro de un pequeño cauce con una canaleta de costales. Son mineros desde su niñez y llegaron a La Viborita hace nueve años. Gilberto, Luis y Fernando se levantan todos los días a las cuatro de la mañana en busca de poco más de cinco gramos diarios. La tarea de formalización está en manos de la comercializadora local, que con participación activa de la Alcaldía, ayuda en este proceso buscando el conocimiento de los mineros. Pero Jaramillo y Asociados soluciona incluso otras necesidades de ellos aunque no estén dentro de su labor, como solicitarle la inscripción de los barequeros a la Alcaldía y el RUT a la Dian. Mauricio Cañas fue minero artesanal durante muchos años y prácticamente se crió en medio de esta actividad, trabajando hombro a hombro con los hermanos Builes. Él, de la mano de Jaramillo y Asociados, ahora hace encuestas que permiten actualizar y depurar la inscripción ante la Alcaldía, la cual es remitida y publicada en el Rucom.

Segovia. “Hemos venido logrando que los barequeros se inscriban para que comercialicen sin ninguna traba”, aseguran desde C.I. Meprecol. Es un trabajo conjunto que involucra al origen de la cadena, la administración pública y los servicios de registro (Rucom, RUT, Registraduría, validación en listas y próximamente sistemas digitales de identificación). “Con esas herramientas logramos certificar que el barequero está inscrito, que existe, que se dedica a este oficio, mitigando la suplantación de identidad. Usamos tecnología analítica de validación en listas. De esa manera es posible garantizar que el oro exportado pasó por un esquema depurado”, asegura el equipo de cumplimiento de C.I. Meprecol. El trabajo de estas cooperativas educa en las buenas prácticas. Esa gestión ha servido para demostrar que la legalidad, en pequeños nichos, es posible.


FOTO: ISTOCK


FOTO: GETTY IMAGES/ CHRIS MCGRATH

Especial Oro

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CapĂ­tulo

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Colombia vale oro

Oportunidades y retos de la extracción Los beneficios y desafíos de la minería de oro dependen de su tipo y escala de producción. Una cosa ocurre con los grandes proyectos formales y otra con la práctica criminal.

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urante la primera década del siglo XXI, la extracción de oro en Colombia atravesó un periodo de bonanza inusitado, pues pasó, entre 2001 y 2012, de 21,8 toneladas al año a 66,2 toneladas al año. Desde entonces se estabilizó alrededor de 57 toneladas. En el país, esta minería se lleva a cabo principalmente en Antioquia, Caldas, Chocó, Bolívar, Tolima, Cauca, Santander y Nariño. Jalonó el boom el incremento internacional del precio del mineral, explicado en gran medida por el crecimiento acelerado de China e India, la crisis financiera de 2008 en Estados Unidos y la incertidumbre que esta produjo en los mercados globales. Así, entre 2001 y 2012, la cotización internacional de la onza de oro troy creció de 270 a 1.669 dólares. En 2017 se ha cotizado a cerca de 1.300 dólares. En el país, la minería de oro se hace bajo un sistema que combina diferentes tipos de extracción. Cerca del 15 por ciento de la producción es aportada por la actividad formal, aquella desarrollada bajo el amparo de un título legal y que, por lo tanto, está regulada y controlada por el Estado. El 78

Óscar Iván Pérez H.

Investigador de la Fundación Paz y Reconciliación.

85 por ciento restante es extraído por actores sin título, como ocurre con la minería ancestral-artesanal (de subsistencia, a pequeña escala y no mecanizada, realizada generalmente por comunidades étnicas), informal (a pequeña escala con vocación para formalizarse), ilegal (mecanizada sin vocación de formalización) y criminal (mecanizada que obtiene rentas ilícitas o es regulada por actores delincuenciales). Por definición, estos tipos carecen de planes de manejo ambiental, cumplimiento de normatividad laboral y pago de impuestos, entre otros estándares. En el municipio de Buriticá (Antioquia) está la mina de oro en producción más grande del país, operada por la canadiense Continental Gold. La empresa desarrolla un plan operativo que le permitirá pasar de producir 6.000 onzas al año a 250.000, cifra que equivale a todo el oro extraído en un año de forma legal en Colombia. En su fase de construcción –dos años y medio–, el proyecto implicará inversiones por cerca de 400 millones de dólares; en esta etapa se generarán alrededor de 1.500 empleos, y en su ciclo productivo, cerca de 1.000, números considerables para una población que contaba con 6.955 habitantes en 2005. Continental Gold calcula que pagará impuestos por unos 950 millones de dólares, en el transcurso de los primeros 14 años de operación. En general, los proyectos formales no solo se caracterizan por sus aportes al empleo, las finanzas públicas y la atracción de inversión extranjera, sino también por sus salarios relativamente altos y sus iniciativas para estimular el desarrollo local. En promedio, el sueldo de un obrero

La reticencia frente a proyectos mineros tiene que ver con los impactos en el medioambiente, la inflación y la proliferación de bares y prostíbulos.


FOTO: PABLO ANDRÉS MONSALVE MESA

Capítulo

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toneladas de oro fue la producción que alcanzó Colombia el año pasado. En el siglo XXI, la cifra promedio es 57.

En el municipio de Buriticá (Antioquia) está la mina de oro en producción más grande del país, operada por la canadiense Continental Gold.

del sector extractivo es aproximadamente el doble del de uno agrícola, y un 50 por ciento más de lo que recibe uno industrial. Adicionalmente, en respuesta a la presión de las comunidades y los estándares internacionales, la industria minero-energética es líder en la implementación de políticas de sostenibilidad, dentro de las cuales se llevan a cabo programas para convertir a los productores locales en proveedores de la empresa e inversiones sociales en temas relacionados con generación de ingresos, acceso a servicios básicos e infraestructura de las zonas de influencia. A pesar de estos esfuerzos, las regiones con proyectos extractivos siguen estando en el grupo de las menos desarrolladas en Colombia, hecho explicado en parte por las debilidades institucionales locales y la dependencia del sector a las importaciones de capital. Otras de

las razones de la reticencia frente a proyectos mineros a gran escala tienen que ver con los impactos en el medioambiente –sobre todo en el recurso hídrico y la biodiversidad–, las afectaciones en las actividades económicas tradicionales –pesca, agricultura, turismo y minería artesanal– y las alteraciones en las formas de vida, desencadenadas a partir de las migraciones, el colapso en la prestación de servicios públicos, la inflación y la proliferación de bares y prostíbulos. Pese a eso, el mayor inconveniente para el desarrollo de la minería formal es la extracción criminal de oro, puesto que, además de generar daños irreparables sobre el medioambiente y la vida de las comunidades, se ha convertido en la principal fuente de financiación de los grupos armados ilegales, a partir de la extorsión a diferentes actores, la obtención directa del mineral y la cooptación de la institucionalidad del territorio. El verdadero aporte de la extracción a la economía local y nacional se percibirá cuando se avance en la formalización de la actividad y las empresas realicen una mejor gestión comunitaria y ambiental que les dé la ‘licencia social’ de operación. En ambos casos es fundamental la participación del Estado. En tanto esto no ocurra, las grandes oportunidades del oro seguirán, como en La Colosa, bajo tierra. 79


Colombia vale oro

Eduardo Chaparro Analista minero, director del proyecto MDNP para América Latina.

Mitos

mineros que

hacen daño

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ara la minería son determinantes los ciudadanos bien informados, pues alrededor de esta actividad los mitos confunden y asustan. Nadie sabe, por ejemplo, de dónde salió la cifra de 5.000 millones de toneladas de explosivos que se usarían en el proyecto La Colosa (Cajamarca, Tolima). Por eso es lógico que la comunidad tema. Esa cantidad, por supuesto, es absurda. Es más: ni siquiera los aliados arrojaron sobre Alemania, en la Segunda Guerra Mundial, ese volumen, que fue de 1,5 millones de toneladas.

Habrá indicadores confiables de sostenibilidad técnica y social. El desarrollo del sector minero, sin conceptos errados, es esencial.

Si se paraliza la minería puede detenerse también el desarrollo energético, el de las comunicaciones, el suministro de infraestructura. Además: ¿de dónde entonces saldrán los recursos y materiales para construir país? Se ha demostrado con la Iniciativa para la Transparencia de la Industria Extractiva que estos provienen de los minerales y del petróleo. El turismo es importante, pero aún no lo cubre todo y no parece ser muy significativo su aporte al desarrollo industrial. A continuación, algunas mentiras y mitos que convendría derrumbar:

Mentira extendida

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FOTO: CAMILO YEPES

Debe saberse

El ciudadano cree que el pequeño minero es un delincuente y que en la actividad formal hay grandes poderes dedicados a contaminar los ríos. Se oculta que en su práctica se aplican técnicas a través de las cuales la tarea se ejecuta con todo el rigor ambiental. Por ejemplo, la principal empresa productora de oro en Colombia, Mineros S. A., realiza en el Bajo Cauca antioqueño una operación de calidad mundial.

Se le ha vendido al ciudadano la idea de que pedir un título minero para explorar es un acto lesivo al interés nacional. Quien lo solicita manifiesta su intención de sujetarse a la fiscalización del Estado, de cumplir obligaciones como el pago de cánones y regalías, contrario al explotador ilícito, a quien, como si fuera poco, algunas veces se le trata como a un ‘pobre minero informal’. ¿De dónde acá someterse a la normatividad es ser un violador de la ley?


El poder de la locomotora

FOTO: ANGLOGOLD ASHANTI

Un título no es una mina Hay una manipulación del término ‘título minero’ como sinónimo de mina, y no es así. Un título es un área en donde se busca por métodos técnicos y científicos una acumulación de minerales susceptible de explotación. Un ejemplo: puede buscarse una vivienda en Medellín o Bogotá, recorrer calles y barrios enteros sin que ello implique que compró o arrendó toda la zona recorrida. En minería se arrienda un perímetro mínimo, sin ocupar toda la franja explorada.

Sí hay controles

Otra fase del plan de desinformación es decir que 9.000 títulos es un exceso; en Perú, con geografía similar a la de Colombia, se solicitan al año unos 5.500, y el promedio de los vigentes es de 47.000. En nuestro país el área con operaciones mineras no excede el 0,6 por ciento del territorio nacional. Además, la mayoría de los títulos está en exploración, lo que, al contrario de lo que se dice, beneficia porque da información del suelo que de otra manera no se obtendría.

‘Gol’ a los colombianos FOTO: VÍCTOR GALEANO

La Constitución determina que el Estado es el dueño del subsuelo y de los recursos minerales, y que el Ministerio de Minas y Energía los administra. Quienes alegan que no hay zonas protegidas en Colombia deberían enterarse de la existencia de las áreas de reserva forestal fijadas desde 1959: parques naturales, páramos, territorios afros e indígenas, bosques secos y otras que representan millones de hectáreas que la industria respeta.

La cifra no es alta

En el Cauca caldense pasa lo siguiente: de la noche a la mañana un alto número de personas, autorizadas por propietarios rurales, desarrolla formas arcaicas de producción. El Estado ahora conversa con ellas para formalizarlos, pues las considera ‘mineros tradicionales’, cuando es evidente que no lo son y que aparecieron en esas zonas hace muy poco. De nuevo: solo ciudadanos informados toman decisiones convenientes. Hacerlo con base en presunciones no es serio y arriesga la sostenibilidad de la Nación. Reflexionemos antes de que la desinformación anule las posibilidades de que los recursos sean usados en la construcción de un nuevo país.

FOTO: ÁLVARO TAVERA

Se demostró lo contrario

El del consumo del agua es otro mito desmentido por el Ideam sin proponérselo. El instituto mostró con cifras que no es la industria minera la que más consume agua en el país. Además, se meten sin justificación técnica en el mismo saco los conceptos de uso y consumo; a esto se le agrega la afirmación errada de que el minero formal utiliza mercurio, consideraciones que confunden y aterrorizan al ciudadano. Ni qué decir sobre la supuesta imposibilidad de recuperación morfológica y ambiental de las zonas minadas, o acerca del término ‘megaminería’, con el que se asusta a la población y que homologa bajo una modalidad inexistente diversas metodologías de producción. 81


Colombia vale oro

El soporte de todo

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FOTO: ALEJANDRO ACOSTA-REVISTA DINERO

Sin las regalías del sector minero energético sería imposible echar a andar los proyectos que el gobierno nacional desarrolla en construcción, infraestructura, salud y otros sectores. La tarea del Ministerio de Minas y Energía es crucial.

n el periodo 2012-2016, el acumulado del Producto Interno Bruto (PIB) total de Colombia fue de 2.553 billones de pesos, siendo el aporte del sector minero de 2,1 por ciento, con un equivalente cercano a los 54 billones de pesos. El subsector de los minerales metálicos contribuyó con el 0,39 por ciento,

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El poder de la locomotora

lo que representó un valor acumulado de 9,9 billones de pesos. En términos de regalías, las del sector minero llegaron a 8,4 billones de pesos en total, y solo las de los metales preciosos estuvieron cerca del billón. Sin esa renta, el país tendría un hueco fiscal aún mayor y el saneamiento de las finanzas públicas sería un hecho aún más lejano en el horizonte. Esa actividad minera formal le ha permitido al Estado echar mano de recursos para desarrollar proyectos tangibles en diversos campos de la economía colombiana. Hoy, por ejemplo, los programas Familias en Acción y Adulto Mayor se financian con recursos del presupuesto nacional donde las rentas mineras son un aporte importante. “Si no existiera este sector, la capacidad de inversión del Estado estaría bastante rezagada y no estaríamos hablando, por ejemplo, de un IVA del 19 sino del 24 por ciento, porque de algún lado tendrían que salir esos recursos”, dice el viceministro de Minas, Carlos Andrés Cante. En Colombia, el sector minero-energético agrupa el 40 por ciento del presupuesto de inversión de la Nación y solo las regalías representan el 50 por ciento de la inversión regional; un componente importante si se tiene en cuenta que es a partir de estas que incrementa o disminuye la capacidad de las entidades territoriales para hacer inversiones productivas en el territorio. En ese sentido, el viceministro Cante tiene una explicación: “En la medida en que haya un mayor nivel de legalidad y formalidad en el sector, no solo es posible recuperar la capacidad de control territorial y de asegurar menores niveles de contaminación y deforestación, sino que también hay más gente afiliada al régimen de seguridad social y al sistema pensional”.

La idea es que estos recursos se transformen en desarrollo social para que el país, como ya lo ha venido haciendo, avance con esos ingresos, aprovechando el hecho de que ningún otro renglón de la economía hace un aporte tan significativo. Después del financiero, el minero es el segundo sector que más crece y el primero que más aporta. El propósito es que la minería bien hecha, la que llega al país con unos estándares técnicos, ambientales y sociales de gran altura, impulse el motor del desarrollo dentro de lo legal. Gran parte del oro que se extrae en Colombia no tiene un origen claro, y esa es una de las realidades por cambiar en cooperación con las grandes compañías y los pequeños grupos de mineros, cuya labor es esencial en las regiones. Un buen porcentaje de los retos de la minería está en la coyuntura social de los territorios. El Ministerio de Minas y Energía quiere contribuir al mejoramiento de esta realidad mostrando que los proyectos de alto estándar pueden minimizar los impactos ambientales, generar ingresos en las poblaciones y alcanzar uno de los objetivos: triplicar la producción legal de oro en el país. Eso sí, con los controles pertinentes. “En la medida en que las empresas legales lleguen al territorio y dialoguen con la gente, le restamos ventaja a lo ilegal. No se trata de incrementar la producción de oro, sino de hacer minería formal, capaz de compaginar con las comunidades por medio de encadenamientos productivos para que el día que no haya mina, la gente viva de otras actividades”, afirma Cante. El gobierno, a través de la estrategia Pines (Proyectos de Interés Nacional y Estratégico) evalúa iniciativas específicas. El Ministerio cuenta con 12 Pines en los que determina el potencial minero frente al desarrollo regional. Así consolida las tareas necesarias para satisfacer la demanda de los sectores que dependen de la minería. De acuerdo con parámetros del Ministerio, se considera formal a aquellos mineros que cuentan con un título minero, una licencia ambiental, cumplen con parámetros técnicos, laborales, ambientales y sociales. “En la medida en que logremos avanzar en la formalización de la minería esto conllevará a un programa de regalías robusto, los resultados serán contundentes y el país se beneficiará al lograr mejores niveles de captación de dichos recursos”, concluye el viceministro.

Sin la renta minera, el país tendría un hueco fiscal mayor y el saneamiento de las finanzas públicas sería un hecho aún más lejano en el horizonte.

Carlos Andrés Cante Viceministro de Minas

Economista con maestria en gobierno. Ha trabajado en temas de formalización de minería artesanal y a pequeña escala y ha sido investigador en temas de regalías.

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FOTO: ERNESTO NAVARRO

Colombia vale oro

La comunidad va primero Santander ha sido históricamente un departamento minero. Una empresa busca desarrollar un proyecto minero junto con la comunidad, que fortalezca su tradición minera y genere oportunidades que mejoren su calidad de vida más allá del final de la operación. De esta forma lo hará. 84


El poder de la locomotora

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inesa, empresa nacional con inversión extranjera, llegó a la provincia de Soto Norte (Santander) en 2015. Desde entonces transforma la manera en que se ha hecho minería en el departamento y aplica un nuevo modelo de negocio. La inversión y el apoyo de Mubadala, multinacional propiedad del gobierno de Abu Dhabi, le da un respaldo más allá de los recursos económicos y se concentra en sacar adelante un proyecto sin olvidar las necesidades de la comunidad. Desde hacía más de diez años la firma AUX operaba el proyecto minero de oro en Soto Norte. En 2015, Minesa adquirió los títulos a esta empresa, que ya contaba con los estudios de exploración pertinentes para la evaluación del Programa de Trabajo y Obras (PTO), que indican que la mina permitirá extraer 9 millones de onzas en 20 años. Ahora trabaja en el Estudio de Impacto Ambiental (EIA), que será radicado en junio para obtener la licencia. En relación con el tema minero, en Santander se discute sobre la protección del agua y el desarrollo económico de la región, puesto que los minerales están cerca del Páramo de Santurbán y porque el acueducto de Bucaramanga se abastece de una parte de esta reserva. Sin embargo, algunos sectores discuten basados en percepciones erróneas. El proyecto de Minesa está por fuera de los límites del Páramo de Santurbán, en una zona montañosa, debajo de este, en el municipio de California. El punto más alto de la mina se encuentra a 2.640 metros sobre el nivel del mar (msnm), mientras que la demarcación de los límites del páramo empieza a los 3.100 msnm.

Minesa genera más de 480 empleos directos para la región y adelanta programas educativos y de emprendimiento duradero.

Desde allí la empresa extraerá el mineral por procesar para enviarlo a la planta de beneficio ubicada en el municipio de Suratá, donde romperá la roca y separará los materiales valiosos del resto. Luego enviará el producto final, llamado concentrado polimetálico, a plantas extranjeras que logran el resultado del oro puro. De esta forma, el proyecto por diseño no usará ni cianuro ni mercurio. Por el contrario, el agua protagoniza el plan ambiental de la compañía. Un 90 por ciento del líquido usado en el proceso será reutilizado y tratado antes de devolverlo al medioambiente en iguales o mejores condiciones de las que tenía. Para ello, la empresa ha adelantado muchos estudios para definir las condiciones hidrogeológicas del área y poder implementar los planes de manejo adecuado del líquido. Por ejemplo, el proyecto contempla dos plantas por las cuales el agua pasará y será tratada con todos los estándares exigidos y finalmente llegará al río Suratá. “Los proyectos mineros viables son aquellos que consideran la sostenibilidad como eje transversal de todas sus actividades; por eso, nuestro proyecto es un ejemplo de equilibrio natural entre la eficiencia, la protección del medioambiente y la inclusión de la comunidades”, expresa Darren Bowden, CEO de Minesa.

El proyecto de Minesa está por fuera de los límites del Páramo de Santurbán en el municipio de California.

Comunidad, la clave Más allá del impacto ambiental y de sus soluciones, para Minesa la comunidad es parte fundamental del proyecto. Por eso genera más de 480 empleos directos para la región y adelanta programas educativos y de emprendimiento duradero, necesarios para que los habitantes se beneficien y entre todos consoliden un desarrollo sostenible. A pesar de que aún no ha empezado su fase de producción, la compañía ya empezó a trabajar con la comunidad y los alcaldes de los municipios cercanos al proyecto: Matanza, Tona, Charta, Vetas, Suratá y California, quienes expresaron en un acuerdo su respaldo a una minería bien hecha. Con cinco programas de responsabilidad social, Minesa impacta a la comunidad desde distintos frentes: Mi Entorno, dirigido a niños y a jóvenes, quienes participan en actividades musicales y deportivas; Mi Territorio, por medio del cual se construyeron 522 metros de placa huella, 5,3 kilómetros de gas domiciliario en California y se pavimentaron 800 metros de vía urbana en Suratá, en beneficio de más de 300 familias; Nuestra Agua, que mejora acueductos rurales; Mi Emprendi85


Colombia vale oro

FOTO: ERNESTO NAVARRO

El agua protagoniza el plan ambiental de la compañía. Casi todo el líquido usado en los procesos será reciclado antes de devolverlo en buenas condiciones.

miento, que fortalece 30 unidades de negocios de Soto Norte y apoya a 720 emprendedores en procesos de formación con el Sena y Cajasan, entre otros. Y Soto Norte Aprende, programa bandera de educación que busca mejorar la calidad académica y de infraestructura educativa. Dio atención psicosocial a 2.000 niños, prepara a 452 alumnos para las Pruebas Saber y brinda transporte escolar para 177 estudiantes. Este año la compañía le está apuntando al bilinguismo. La empresa aporta así a mejorar la calidad de vida de las comunidades locales, y se centra, sobre todo, en la educación y el emprendimiento debido a que estas áreas sirven de base para un desarrollo sostenible. Los ejemplos saltan a la vista en California. En el parque principal, un aula móvil del Sena, con ayuda de Minesa dicta cursos de joyería que duran todo el año. Además, la compañía impulsa el desarrollo de otros sectores con actividades como el concurso de orquídeas, flor de la región. Para el desarrollo de estos programas, Minesa ha generado alianzas con organismos como: Unicef,

Los titulos mineros que adquirió la compañía permitirán extraer 9 millones de onzas en 20 años.

Conservación Internacional y la Universidad Industrial de Santander, entre otras entidades interesadas en estas comunidades. Minería bien hecha La minera trabaja con la comunidad desde hace más de un año, mientras se prepara para radicar el estudio ambiental. Su labor social durará 23 años, pero sus beneficios se verán durante medio siglo. “De la mano de la comunidad y las autoridades nos hemos comprometido a realizar una minería bien hecha con la firme determinación de trabajar con los más altos estándares en seguridad, salud, medioambiente y operaciones”, explica Darren Bowden.

PROYECCIÓN A FUTURO

2015

2016

2017

2018

2021

2044

2048

cReación de

Realización de

P Roducción

cieRRe

RestauRación

estudios

Factibilidad Radicación de EIA y socializaciones

c onstRucción

minesa

(EIA, PTO, Prefactibilidad y campaña de perforación) 86

y montaje


El poder de la locomotora

COMPROMISO DE ORO En el Congreso Nacional de Minería, celebrado en mayo de 2017, Minesa firmó un compromiso ante todos los agentes del sector: Ministerio de Minas y Energía, Agencia Nacional de Minería, Asociación Nacional de Minería y alcaldes de la provincia de Soto Norte, en el que expresa su interés por hacer su trabajo con responsabilidad hacia las comunidades y el medioambiente, a través de los siguientes puntos estratégicos:

1

Respetar los límites del Páramo de Santurbán. El proyecto está diseñado para separarse de esa delimitación.

2

Prohibir el uso de mercurio o cianuro en la operación. El proyecto producirá concentrados polimetálicos a través de un proceso físico por flotación, por lo que no requerirá usar estos químicos.

3

No afectar la cantidad y la calidad del agua que abastece al acueducto de Bucaramanga. El líquido usado será recirculado en un 90 por ciento, y devuelto a los cauces naturales en condiciones iguales o mejores a las iniciales.

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Fortalecer la minería tradicional en Soto Norte con estándares de salud, seguridad y protección del ambiente. Esto mejorará la estabilidad de ingresos y la calidad de vida de las familias. Construir, con las autoridades y la comunidad de California y Soto Norte, un polo de desarrollo para Santander. Se estructura un modelo que contribuya al mejoramiento de la calidad de vida en la región a través de educación, fortalecimiento institucional, construcción de infraestructura local, protección del agua y entrega de herramientas para el emprendimiento agrícola y turístico.

Minesa, por medio del programa Mi Emprendimiento, está apoyando a 720 emprendedores con cursos en el Sena.

FOTO: ERNESTO NAVARRO

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Especial Oro

Las cosas por su nombre

La minería ha propiciado innovación en las regiones y ha impulsado su desarrollo. Algunos pretenden desconocerlo al confundirla con la extracción ilícita, mal llamada ‘minería ilegal’.

Jaime Concha Vicepresidente de Minería, Hidrocarburos y Energía de la Andi.

A

nadie se le ocurriría graduar de laboratorio farmacéutico a un garaje donde falsifican medicamentos, llamar comerciante al contrabandista o agricultor a quien trabaja en cultivos ilícitos. No entendemos, entonces, por qué se les dice mineros a quienes explotan ilegalmente el oro. La minería ha estado ligada al territorio desde la época precolombina. Basta visitar al Museo del Oro para entender el arraigo y desarrollo de la actividad en la cultura ancestral y en las diferentes

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etapas de nuestra historia. ¿Quién no ha oído hablar de la leyenda de El Dorado o de la explicación del color amarillo en la bandera? Desde la Colonia hasta finales del siglo XIX el oro fue el principal producto de exportación, el que generaba la posibilidad de importar insumos y materiales para el desarrollo de los demás sectores. En la medida en que esta minería comenzó a industrializarse a mediados del siglo XIX, empezó a generar también tecnología e innovación en el país. Por ejemplo, la construcción de los primeros molinos de pisones en 1828; el primer laboratorio de química establecido en Medellín, en 1858, para el análisis de metales; las primeras fundiciones y talleres de herramientas; el ferrocarril, el cambio de asociaciones empresariales a modelos como las sociedades anónimas, comisionistas, entre otras.


Capítulo Desde el siglo XVII el uso del oro como medio de pago se extendió mundialmente, ya que no requiere de un tercer garante de su valor. Sin embargo, la expansión de las transacciones hizo difícil su transporte, por eso quienes lo almacenaban empezaron a emitir certificados respaldados por este metal; nacieron así los bancos y, posteriormente, los gobiernos respaldaron sus reservas. El oro tiene excelentes propiedades de conductividad y resistencia a la corrosión, por lo que más allá de sectores como la joyería y las reservas de los bancos centrales, existe una demanda industrial en las áreas de cableado, electrodomésticos y generación de calor. Gracias a los avances de la nanotecnología se impulsa un nuevo mercado en electrónica avanzada, en medicina, en la creación de plásticos conductores y pigmentos especializados, y catalizadores para la purificación del aire y del agua, como lo afirma el World Gold Council al hablar de innovación en este campo. La minería en general requiere de innovación permanente, Pit que ut essinietur ya en la medida en que va extrarem voluptat yéndose el recurso, es más difícil de que venditate mantener la productividad porque ilissimodio ide es cada vez voloremp os eamás pos complejo llegar a él o mantener su calidad. Además mollatius rem vel id esta actividad, quoditIn nisqui autal igual que muchas industrias rerferit atis nique apidatraviesan grandes quo venis aacomnihit cambios raíz de la globalización, se orienta hacia la colaboración internacional como una forma de desarrollar mejores prácticas. En el caso de la minería a gran escala, lo que se ha hecho en términos de mecanización y robótica es

casi ciencia aeroespacial. A su vez, la minería inteligente no solo consiste en la automatización de la maquinaria involucrada en un proyecto, sino que el objetivo es que los procesos sean seguros, ya que esta tecnología salva vidas, reduce los impactos ambientales y mejora los niveles del mineral explotable. En el procesamiento de oro, por ejemplo, se recurre a la biotecnología para que las bacterias y otros organismos vivos ayuden a separar el metal de los materiales que lo acompañan cuando es recién extraído. Soluciones genómicas (término técnico para el uso de este tipo de organismos vivos) se han aplicado a otros procesos de la industria, como el tratamiento de aguas para devolverlas limpias a su fuente, y la intervención de la superficie de la mina de manera que el polvo sea más pesado y no se levante, entre otras. Los avances han sido tan importantes que en los accidentes petroleros ahora se usan organismos vivos similares para que el crudo que entra en contacto con el medioambiente no interactúe con él y, a la hora de ser recogido, se minimice el impacto. Las enzimas naturales para la generación de procesos biológicos como la descontaminación de suelos, la mejora del drenaje en las minas y la mitigación de amenazas a la biodiversidad mediante el monitoreo biológico, disminuyen los riesgos hacia el entorno. Igualmente, el uso de redes inteligentes de última generación basadas en innovaciones, junto con el aumento de la tecnología móvil y geoespacial, ha hecho que la extracción de datos sea un aspecto

Al tener una gran conductividad y resistencia a la corrosión, el oro es apetecido en industrias como la del cableado o los electrodomésticos.

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Especial Oro tan fundamental para la minería eficiente como el mineral en sí. Es más de lo que hoy se llama “internet de las cosas”. La física y la electrónica han avanzado al punto de que la tecnología de sensores entrega información sin precedentes. El desarrollo de sensores también es parte del programa conjunto con el fin de contribuir a la determinación de las propiedades físicas de los minerales, el rendimiento de los equipos y la ubicación de los trabajadores. Pocos saben que estas tecnologías e innovaciones son usadas por los mineros colombianos, los que, desde hace años, por ejemplo, ya no utilizan el mercurio. Hoy los cierres de minas dejan terrenos productivos con nuevos humedales, cultivos de caucho, apicultura, piscicultura, protección de especies y de cuencas, reforestación y programas de convivencia, en los que se aplican altos estándares. El desarrollo de regiones como Antio-

Cuando se dice ‘No a la minería’ no se rechaza un proyecto, se pone en riesgo no solo el desarrollo de una región, sino el de todo un país. quia y Cundinamarca se logró –en un elevado porcentaje– gracias a la minería de oro, y el país no tendría una industria cementera, química, siderúrgica, de vidrios, ladrillera, agroquímicos, cerámica, pinturas, entre otras, si no existiera la minería. Sin esta actividad habríamos tenido apagón durante el pasado fenómeno de El Niño, y muchas empresas no tendrían acceso a la energía que necesitan para su producción. En las regiones se discute si se desarrolla esta actividad o se protegen 90

El oro y el agua De acuerdo con el Ideam la minería solo usa el 1,8 por ciento de las fuentes hídricas de Colombia.

las fuentes hídricas, pero no se dice que, de acuerdo con el Ideam, la minería solo usa el 1,8 por ciento del agua en el país. También se ponen como ejemplo las extracciones ilícitas que en nada representan este trabajo. Se habla, igualmente, del daño contra el medioambiente, cuando los que están desforestando no son los mineros, sino los ilegales, como lo señala el mismo instituto. Cuando se dice “No a la minería” no se rechaza un proyecto, sino que se pone en riesgo el desarrollo de una región, de varios sectores de la economía y, por lo tanto, del país. Vale la pena preguntarse, por ejemplo: ¿podrían construirse las vías 4G que tanto necesitamos para la competitividad de Colombia sin la minería? Si queremos cuidar el agua y el medioambiente, la lucha no es contra las empresas legales, sino contra la ilegalidad. No nos confundamos, no perdamos esta oportunidad.



Colombia vale oro

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El poder de la locomotora

Minería

innovadora Antioquia optimiza sus procesos mineros para que la actividad sea más limpia. La industria es consciente de sus retos, por eso con ciencia y tecnología transforma la actividad y la hace más amable con el entorno.

FOTO: CORTESÍA CONTINENTAL GOLD / JUAN PABLO GÓMEZ

A

Los investigadores, con resultados de laboratorio en mano, evidencian a los industriales que vale la pena apostarles a nuevos procesos.

lineada con las necesidades del mundo, la minería ha ido encontrando los caminos tecnológicos necesarios para enfrentar las constantes críticas que recibe de varios sectores. La comunión con centros de estudio ha hecho que la industria tenga bases a la hora de justificar su actividad en diferentes territorios. Antioquia, uno de los enclaves mineros del país, ha fortalecido esa alianza entre la academia y la industria para mostrar mejores prácticas en un sector económico que allí es robusto. Oswaldo Bustamante, ingeniero de minas y metalurgia de la Universidad Nacional con sede en Medellín, trabaja con un equipo de 17 profesionales para hallar alternativas y optimizaciones. Para él, la minería “es una industria que requiere de mucha innovación”. “La decisión de si un depósito minero es explotable o no depende del desarrollo de nuevas tecnolo-

La tarea de Antioquia por aplicar procesos innovadores en la extracción comienza con el primer eslabón de la cadena: el pequeño minero.

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FOTO: CAMILO YEPES

Colombia vale oro

gías tanto en explotación como en extracción”, asegura. Su tarea le ha llevado a concluir que las empresas con éxito en minería realizan innovaciones, y las que no invierten en esta materia, van plegadas a procesos poco eficientes que restan competitividad. A eso se suma que los precios de los minerales hacen que la línea de ganancia de las minas sea pequeña, por eso los investigadores, con resultados de laboratorio en mano, han intentado mostrarles a los industriales del sector que hay un frente de utilidad aprovechable con el desarrollo de nuevos procesos. Territorio y contaminantes La minería, al igual que la medicina, la industria textil y sectores afines, usa reactivos químicos como parte de su proceso productivo. Remediar los efectos de esas sustancias es el objetivo principal de la innovación en este campo. La utilidad de los químicos en minería es esencial, lo nega94

La recuperación de residuos de los procesos de extracción es vital si se quiere disminuir el impacto en el territorio.

tivo está en la manera en que estos se desechan. Una disposición final inadecuada es la base de los conflictos ambientales. Álvaro Mesa, investigador de la Universidad Pontificia Bolivariana, tiene una teoría al respecto. “Creo que el concepto que puede aplicarse para que la minería tenga una mejor percepción es el que los economistas llaman producción más limpia. Cualquier proceso industrial contaminante está asociado a una ineficiencia de costos y en minería, incluso los mineros pequeños, no recuperan el dinero que invierten, a menos que apostaran a agentes productivos más limpios”, sostiene el investigador. Mesa se refiere al incremento que podría ver en su salario un pequeño minero si se ajustara a procesos menos contaminantes. Según datos de sus estudios, cuando un minero utiliza mercurio, recupera el dinero equivalente al 50 por ciento del oro, “en cambio, una extracción de este mineral sin mercurio puede recuperar, en dinero equivalente al oro, un 70 por ciento”, asegura. La tarea de Antioquia por aplicar procesos innovadores en la extracción comienza con el primer eslabón de la cadena: el pequeño minero. Sin embargo, no se queda ahí. Incluye también procesos mecanizados de la alta industria a los que buscan sacarle el máximo provecho. Uno de esos mecanismos ha sido la optimización del funcionamiento de equipos tradicionales de minería. Hay unos que se usan desde principios del siglo


El poder de la locomotora

XX, pero que en las regiones se utilizan mal o no se les ha hecho el mantenimiento adecuado. Se desarrollan estrategias tecnológicas para llevar al máximo de su límite a las mesas vibratorias y a las pulsadoras. Así mismo, se han mejorado los procesos de extracción de oro a través de soluciones acuosas como el cianuro, en reemplazo del mercurio. Los métodos que se usan desde principios de siglo no están del todo desarrollados ni química ni tecnológicamente, por eso la recuperación de estos residuos es vital si se quiere disminuir el impacto en el territorio y obtener la máxima ganancia aurífera. Para lograrlo, el profesor Bustamante y su equipo han generado mecanismos de flotación ‘espumante’ de minerales auríferos en Antioquia, y de platino en varias regiones del Chocó. En este

proceso se usan reactivos asociados a varios tipos de alcoholes y a algunos ácidos orgánicos que tienen propiedades selectivas para recuperar oro, plata y platino. “No es que nos estemos inventando alguna tecnología, estamos aplicando las que ya existen al caso colombiano. En Chile, esta técnica de flotación recupera gran parte del cobre que allí se extrae”, asegura Bustamante. De acuerdo con datos de su programa de optimización, hoy los procesos de recuperación de la minería en Colombia son eficaces un 60 por ciento. De aplicarse las mejoras que han estudiado en sus cuatro laboratorios, se estima que es posible llegar a un 98 por ciento en este rubro. Aunque abrir un espacio a esos cambios tecnológicos ha sido un reto, en Antioquia aumenta la voluntad industrial para usar tecnologías diferentes a las tradicionales. Todo con el fin de ser el ejemplo nacional de una minería responsable y bien hecha.

Antioquia, uno de los enclaves mineros del país, ha fortalecido esa alianza entre la academia y la industria para mostrar mejores prácticas.

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FOTO: YOJAN VALENCIA

Especial Oro

Además de la extracción de oro, proyectos como la mina de Red Eagle en Santa Rosa de Osos tienen un reto adicional: cambiar la cara de la minería.

Hacia un nuevo diálogo minero Los proyectos licenciados en 2016 generaron optimismo en la industria del oro, pero la consulta en Cajamarca les echó un balde de agua fría. La relación de las empresas mineras con sus entornos requiere un ajuste en sus comunicaciones. Francisco Miranda Hamburger Politólogo y analista.

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E

l sector minero –en especial la extracción de oro– en Colombia atraviesa un momento parte aguas que podría afectar de manera permanente el rumbo de la industria. La victoria de los opositores al proyecto aurífero La Colosa en el municipio tolimense de Cajamarca abrió un camino que otras localidades ya han empezado a transitar. La magnitud del impacto que generará esa decisión popular aún está por determinarse y cobija desde ya temas constitucionales, económicos, políticos y de descentralización. La minería enfrenta el desafío de materializar un nuevo marco de relacionamiento entre gobierno nacional, comunidades, autoridades locales, empresas


El poder de la locomotora

y grupos de interés de la sociedad civil. Ya hay propuestas sobre la mesa. El informe del Grupo de Diálogo sobre la Minería en Colombia (GDIAM) y la colección Minería y Desarrollo de la Universidad Externado son solo dos ejemplos. Junto a las reformas a la institucionalidad minera, los cambios jurídicos y el fortalecimiento de la lucha contra la minería ilegal, están los elementos de la comunicación. Una nueva manera de relacionarse requiere construir un diálogo. Algemiro Vergara, de la consultora Monodual, rescata que la primera tarea de la comunicación en la minería es “ponerle corazón”. En vez de transmitir datos e información, las empresas deben transmitir historias, diversificar sus mensajes e insistir con paciencia en ellos. Jaime Arteaga, de la Encuesta Brújula Minera, incluso, afirma: “La minería ya no es un negocio de ingeniería sino de comunicación”. Más que métodos individuales –explica–, las compañías requieren una estrategia de reputación sectorial. Pero la industria enfrenta desafíos adicionales. En un libro sobre minería y posconflicto, Sara Guío y Óscar Pérez documentaron 179 conflictos sociales del sector minero-energético entre 2000 y 2016 en Colombia. El 30 por ciento pertenece a proyectos auríferos (53) frente a 33 por ciento del petróleo y 24,6 por ciento del carbón. A la conflictividad se añade la complejidad. El oro es el

único recurso natural no renovable de la investigación donde convergen y coexisten los cinco tipos de minería propuestos por el GDIAM: formal, informal, ilegal, criminal y ancestral-artesanal. Además de las fronteras borrosas entre legalidad e ilegalidad, dos aspectos clave dificultan las narrativas alrededor de la minería de oro: la falta de un modelo indiscutible de éxito colectivo y una respuesta contundente y creíble al uso del agua. Prácticamente la mitad de los conflictos documentados en el libro La minería en el posconflicto tienen como detonante el agua. Una mirada a la geografía de los proyectos auríferos colombianos muestra empresas sólidas, tradiciones de largo aliento e historias individuales de progreso sin un desarrollo colectivo. Las empresas mineras de oro han fortalecido y profesionalizado sus comunicaciones, así como las instituciones estatales. Pero la oposición antiminera ha sido más exitosa en el impulso de acciones jurídicas y en construir alianzas entre comunidades locales y organizaciones ambientales. Una fórmula mágica que transforme ese relacionamiento de un día para otro no existe. Pero si surgiera un nuevo modelo entre gobierno, empresas, comunidades y sociedad civil, estos serían cinco principios sobre los cuales se podría construir:

La minería debe materializar un relacionamiento entre gobierno nacional, comunidades, autoridades locales, empresas y grupos de interés de la sociedad civil.

INFORMACIÓN

El nuevo ecosistema de medios y redes sociales demanda un rol más intenso y estratégico de las comunicaciones. Múltiples audiencias, plataformas y lenguajes requieren, más que libretos, la creación de una comunidad informativa, la transmisión de ‘experiencias’ y la semilla de la reputación. Es decir, menos datos de regalías y más conexión con la comunidad.

INCLUSIÓN

La ‘minería incluyente’ es una de las recomendaciones del reporte GDIAM. Para el éxito de cualquier proyecto aurífero futuro, la participación de las comunidades necesita aumentarse. Es la lección de Cajamarca. Al relacionamiento técnico y de grupos de interés debe sumarse un diálogo con el territorio por impactar.

INNOVACIÓN

La minería de oro formal y empresarial requiere apostarles a esquemas más creativos en sus relaciones con las comunidades, con el gobierno y en sus programas de responsabilidad social. Los abordajes tradicionales, que funcionaron bien y ayudaron a cimentar las bases de cómo comunicar la minería, hoy no responden a las necesidades y demandas de información y relacionamiento de los actores involucrados en un proyecto.

INTEGRACIÓN

Toda la comunicación debe integrarse en un esfuerzo sincronizado, estratégico para los directivos y de copiloto en la toma de decisiones. La mejor inversión en comunicaciones de un proyecto minero son los trabajadores locales. Hay que enseñarles a comunicar.

INFLUENCIA

La brecha entre los esfuerzos de comunicación y de inversiones sociales de los proyectos de oro, y su traducción en reputación y respaldo, crece. Mientras el objetivo de los abordajes tradicionales se centra en el impacto, el momento coyuntural de la industria requiere pasar a la influencia. 97


Colombia vale oro

Todo nace de la minería ¿Alguna vez se ha preguntado de qué están hechas las cosas que hoy forman parte de su vida cotidiana? SEMANA se lo cuenta.

Luisa Fernanda Gómez

Periodista de Especiales Regionales de revista SEMANA.

M

ire a su alrededor. El 70 por ciento de los objetos a su alcance están hechos con elementos minerales extraídos de la tierra gracias a la minería –el porcentaje restante lo componen subproductos del petróleo y maderables–. Su escritorio probablemente contiene hierro, acero, zinc o aluminio; el piso de su casa está hecho con cemento, granulado calcáreo, arcilla, granito, mármol o lajas, y los lentes de sus gafas son una mezcla de cuarzo, carbonato potásico, carbonato sódico y arena silícea. Incluso, la sal que usa para sazonar sus alimentos se obtiene con minería, y los vegetales de sus comidas crecieron con la ayuda de abonos fabricados con fosfatos, ácido fosfórico extraído del subsuelo. Según la Agencia Nacional de Minería (ANM), en Colombia se extraen 211 tipos de minerales que luego se transforman en elementos de la vida diaria. Para Pablo Liemann, ingeniero de minas, “es difícil encontrar algún sector de la economía o alguna industria que no utilice en forma habitual algún producto obtenido de un mineral y, por lo tanto, que provenga del sector minero”. Y para Antonio Romero, director del Parque Tecnológico de la Minería, Energía y los Materiales de la Universidad Nacional sede Medellín, “tendríamos que cambiar radicalmente nuestro estilo de vida para prescindir de los minerales”. Uno de esos 211 minerales es el oro, que desde hace miles de años ha tenido usos insospechados. Los egipcios, por ejemplo, lo utilizaban como un elemento que contribuía a la salud y evitaba el envejecimiento. Hoy sirve en farmacología para tratar la artritis reumatoide o para fabricar algunos elementos de instrumental quirúrgico. Pero además, todos los dispositivos electrónicos poseen pequeñas cantidades de oro, porque es un exce-

Todos los dispositivos electrónicos poseen pequeñas cantidades de oro, porque es un excelente conductor de electricidad. 98

lente conductor de electricidad. Este metal es el que mejor soporta el paso del tiempo sin corroerse, es indestructible pero maleable y no es tóxico ni representa peligro para el ser humano. Un gramo puede estirarse hasta 2,5 kilómetros, y un cilindro del tamaño de un vaso podría aplanarse hasta convertirse en una lámina tan fina que cubriría una cancha de fútbol. Cada año el sector industrial y el de la salud dental consumen más de 450 toneladas de oro. Y desde 2011, el Instituto Tecnológico de Massachusetts y la Universidad de Harvard trabajan en el diseño de nanocables de oro para regenerar tejido cardiaco. Pero la minería no solo incide al proveer los materiales para ser transformados en productos consumibles por la sociedad, sino que también potencializa otras industrias alrededor de su operación. “Es un capital semilla. El secreto para el desarrollo es convertir el capital minero en otras formas de capital”, agrega Jorge Alberto Jaramillo, experto en minería. Según Santiago Ángel, presidente de la Asociación Colombiana de Minería (ACM), cada peso invertido en minería genera 2,4 pesos adicionales en bienes y servicios consumidos. De acuerdo con Fedesarrollo, el sector representa una demanda importante para otros sectores. En 11,62 por ciento el de la construcción; 10,4 por ciento en servicios complementarios al transporte; 3,3 por ciento en prendas de vestir, y 2,5 por ciento en productos de madera, corcho, paja y materiales trenzables, por mencionar algunos. Como si fuera poco, según el Ministerio de Minas, este sector generó en regalías la cifra nada despreciable de 2 billones de pesos, que representa el 2,1 por ciento del PIB del país


El poder de la locomotora Los muros están hechos con ladrillos y adobes (arcillas); bloques de hormigón; bloques de vidrio, y argamasa y revoque (cemento, cal, arena). Los computadores, televisores y teléfonos tienen oro, plata, cobre y vidrio. El techo puede ser de tejas (arcillas, pizarras), chapas galvanizadas (acero, zinc), chapas (aluminio, cobre, plomo), cielorrasos (yeso, aluminio anodizado) o membranas (aluminio, asfalto).

El uso del oro en la medicina es histórico. Actualmente la farmacología lo utiliza como sales de oro para tratar la artritis reumatoide.

Toda la estructura y contrapisos de cualquier infraestructura necesita hormigón, hecho con caliza, arcilla y yeso, agregados (arena, grava y piedra partida) y aceros (hierro, carbón, caliza, dolomita).

Las ventanillas de la cabina del piloto en los aviones modernos están recubiertas de una lámina muy delgada de oro para desviar los efectos dañinos de los rayos solares y resistir temperaturas extremas.

Las instalaciones de los servicios públicos requieren de cobre, aluminio, acero, hierro y galvanizado, en lo eléctrico; plomo, hierro y galvanizado, para la circulación del agua potable; hierro y plástico para los conductos, cloacas y desagües.

Valor refugio en escenarios de crisis para la inversión. Mientras activos tradicionales como bonos o acciones fallan en épocas de inestabilidad de mercados, el oro es estable y mantiene su valor a través de una amplia gama de escenarios económicos.

La cocina y los baños tienen elementos en acero inoxidable, acero enlozado, bronce, cobre, zinc, granito, mármol, cerámica, plomo, acero, titanio, níquel, hierro, vidrio y mercurio que componen todo lo relacionado, entre otras cosas, con pisos, paredes, grifería y utensilios.

En los telescopios espaciales se ha utilizado oro como revestimiento para aumentar su resistencia a la corrosión y a las conexiones eléctricas.

La sal para cocinar se deriva del mineral halita.

Los ‘airbags’ de los automóviles cuentan con contactos eléctricos bañados en oro para asegurarse de que los dispositivos de seguridad funcionen cuando es necesario.

Dispositivos electrónicos como teléfonos celulares, tabletas, televisores, unidades de GPS y calculadoras contienen una pequeña cantidad de oro. Las ventanas de los edificios nuevos usan pequeñas cantidades de oro porque estas reflejan un alto porcentaje de calor sin disminuir la luz. Los convertidores catálicos de vehículos ‘trocheros’ utilizan los metales preciosos para catalizar la oxidación de subproductos dañinos en el tubo de escape, reduciendo las emisiones nocivas para el medioambiente.

*Fuente: Asociación Geológica de Mendoza y Asociación Colombiana de Minería.

En las naves espaciales se usa el oro en una película que cubre su interior, para ayudar a reflejar la radiación infrarroja y a estabilizar la temperatura

Los pisos son de cemento alisado, baldosas (cemento, granulado calcáreo), cerámicos (arcillas, boratos, feldespatos), granitos, mármoles y lajas. La pintura está hecha con cal, caliza, titanio y baritina.

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FOTO: KEVIN TORO

Especial Oro

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CapĂ­tulo

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Colombia vale oro

El oro son

FOTO: SERGIO GAITĂ N

Alrededor de 5.000 menores colombianos trabajan en minas. Fondo AcciĂłn y el proyecto Somos Tesoro aplican estrategias preventivas para transformar esta realidad.

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Oro de ley

Claudia Marcela Robayo

L

Economista y magíster en Política Social. Especialista en Políticas Públicas de Niñez en el Fondo Acción.

a minería es milenaria y se ha desarrollado en nuestro país desde épocas prehispánicas. Paralelo a esta actividad económica también ha crecido el trabajo infantil, una experiencia frecuente en la vida de niños, niñas y adolescentes residentes en estas zonas. En una de estas regiones me encontré con Juan, un joven de 14 años que soñaba con estudiar, ser médico y tener las cosas que veía en televisión. Asistía regularmente a uno de los colegios de su municipio, y al terminar su jornada escolar se encontraba con sus amigos, mayores que él, y se iban a la mina a buscar oro. Cuando sacaba algo se podía ‘dar gusto’, ser uno de los adolescentes con dinero en el pueblo. Como muchos niños y jóvenes, y sus familias, Juan no es consciente de que el trabajo infantil minero es una actividad peligrosa, que lo expone a enfermedades, le exige un gran esfuerzo físico, le restringe el tiempo para recrearse y practicar los deportes que le gustan y, además, avanzar en sus estudios, lo que a la postre le limitará sus capacidades físicas, intelectuales, comunicativas, de relacionamiento y de confianza con otros. Él es uno de los 5.000 niños, niñas y adolescentes, entre los 5 y 17 años que están involucrados en la extracción de oro, carbón, arcillas, esmeraldas, sal y otros minerales, según el Sistema de Información Integrado para la Identificación, Registro y Caracterización del Trabajo Infantil y sus Peores Formas en Colombia (Siriti) del Ministerio de Trabajo.

Jóvenes como él y sus amigos suelen barequear, es decir, van al río y con una batea sacan arena y la lavan con una mezcla de agua y mercurio para separar y recoger el metal. Pero también se emplean como catangueros, que no es otra cosa que quienes llevan a sus espaldas bultos llenos de piedra mezclada con oro. En la minería informal de carbón suelen cargar y descargar volquetas, limpiar derrumbes y clasificar el material. En Antioquia y Boyacá se concentra el 80 por ciento del trabajo infantil minero. Ante esta problemática, Fondo Acción, Pact World, la Alianza por la Minería Responsable y Fundación Mi Sangre se unieron a los esfuerzos del Estado colombiano por disminuir el trabajo infantil asociado a la minería informal. Gracias al apoyo del Departamento de Trabajo de Estados Unidos, estas entidades pusieron su trayectoria al servicio del proyecto Somos Tesoro. Conocí a Juan en Segovia, uno de los ocho municipios mineros de Antioquia y Boyacá donde Fondo Acción ha trabajado en fortalecer las entidades del gobierno nacional, territorial y a las comunidades con herramientas de política pública como la Ruta Integral de Gestión Territorial para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil Minero. Es un instrumento que diagnostica y amplía la visión y gestión del riesgo, prioriza la gente con mayor vulnerabilidad, promueve el control social y el reporte de casos, fortalece las instancias de coordinación local e impulsa entornos protectores con estrategias de prevención. En este último punto justamente me encontré con Juan. Había cambiado su batea por un pincel. Ahora forma parte de los 690 menores de edad de estas zonas que se alejaron de las canteras y socavones para participar en proyectos adelantados por organizaciones locales y liderados por Fondo Acción, que incentivan actividades lúdicas y recreativas e involucran a las familias a través de espacios de sensibilización sobre la importancia de que los niños vivan plenamente esta etapa de su vida, y sobre los riesgos a los que se exponen cuando trabajan. Aunque estas estrategias han tenido éxito y han permitido avanzar en el esfuerzo por prevenir y disminuir el trabajo infantil, aún se vislumbran retos y oportunidades en los que el sector empresarial puede tener un rol central al aumentar su compromiso hacia cadenas de abastecimiento responsables, con agendas corporativas que prioricen la protección integral de esta población. Se espera que las familias y las comunidades propicien entornos favorables, cálidos, respetuosos, amorosos y protectores de los menores de edad, que consoliden la corresponsabilidad que todos tenemos ante la niñez de nuestro país.

En Antioquia y Boyacá se concentra el 80 por ciento del trabajo infantil minero.

690 menores de edad han dejado de trabajar en actividades mineras gracias a los programas liderados por Fondo Acción.

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Colombia vale oro

Sí es responsable, si... En la minería artesanal puede darse el mayor impacto positivo del sector. Por eso la ARM trabaja con las comunidades involucradas, la sociedad civil, los gobiernos y la industria para propiciar una transformación más responsable y sostenible. 104

Yves Bertran Director Ejecutivo de ARM.


FOTO: KIKE AMAL

L

La Comunidad Minera Aurífera Releave (Aurelsa), ubicada en Perú, es la única Omape en ese país cobijada por el Estándar Fairmined.

a Alianza por la Minería Responsable (ARM por su sigla en inglés), una fundación sin ánimo de lucro domiciliada en Envigado, nació en 2004 para desarrollar y promover estándares y criterios dirigidos hacia una Minería Artesanal y de Pequeña Escala (Mape) legal y conveniente. Los fundadores fueron inspirados por Oro Verde, una iniciativa del Chocó reconocida a nivel mundial por su innovación e impacto social y ambiental en un contexto local muy complejo. Un grupo de mineros artesanales demostró que la Mape y la destrucción del medioambiente no son caras de la misma moneda. Buscaban proteger la biodiversidad de su territorio y probar que puede hacerse minería artesanal de manera responsable. Así lograron vender su oro ecológico a joyeros éticos a nivel internacional. ARM desarrolló el Estándar de Minería Justa Fairmined para certificar oro de la Mape con la visión de transformarla en una actividad social y ambientalmente responsable, que contribuya al crecimiento económico local y nacional y cree empleos dignos. La alianza mejora la calidad de vida de los mineros artesanales, sus familias y comunidades. Para lograr este objetivo trabajamos en diversos frentes: apoyo a los mineros en el terreno, aplicación de estándares y sistemas de certificación, desarrollo de mercados y cadenas de suministro, y promoción de políticas inclusivas. Una de nuestras herramientas más importantes es el Estándar Fairmined, basado en una larga lista de requisitos que una organización minera debe cumplir para obtener la Certificación Fairmined, entre estas tener operaciones formales y legales, condiciones laborales seguras y dignas, manejo adecuado y reducido de químicos o extracción libre de químicos, protección ambiental, equidad de género y trazabilidad de minerales.

Oro de ley Esta certificación, aparte de su mayor responsabilidad social y ambiental, trae muchos beneficios para las Organizaciones Mineras Artesanales y de Pequeña Escala (Omape), pues acceden a una red de compradores internacionales y así no dependen de mercados locales y establecen relaciones comerciales estables con mejores condiciones. Aparte de un precio mínimo (97 por ciento del precio de oro mundial), el Estándar garantiza que las organizaciones certificadas reciban una bonificación adicional de hasta 4.000 dólares por kilogramo/oro para invertir en su desarrollo socioeconómico y proyectos comunitarios. Hoy hay siete Omape cobijadas por el Estándar Fairmined: tres en Colombia, dos en Bolivia, una en Perú y otra en Mongolia. Estas son reconocidas mundialmente por ser las primeras en obtener la certificación, por lo que ahora exportan a Norteamérica y Europa. El producto de las organizaciones certificadas Íquira (Huila) y Coodmilla (Nariño), por ejemplo, ha sido elegido para la fabricación de la Palma de Oro del Festival de Cannes durante cuatro años, el Premio Nobel de la Paz por dos años (incluyendo el de 2016 que le fue otorgado al presidente Juan Manuel Santos), y el Laurel Olímpico de los Juegos Olímpicos de Río 2016. Más de 150 empresas de los sectores joyeros y financieros trabajan con Oro Fairmined en el mundo, y desde el año pasado contamos con seis joyerías colombianas en la iniciativa. Estos logros demuestran el interés del mercado internacional en trabajar con un producto de fuentes trazables y responsables que promueva el desarrollo sostenible de las comunidades mineras. Así se ofrece al mercado “oro del cual estar orgulloso”, pero la gran mayoría de mineros artesanales no alcanza tal certificación sin una inversión significativa de tiempo, recursos y capacitación. Por ello también trabajamos en proyectos diferentes a este aval para apoyar a las comunidades mineras en su camino hacia prácticas más responsables y mejor calidad de vida. En Colombia, por ejemplo, cooperamos en Antioquia y Boyacá para reducir el trabajo infantil y empoderar a las mujeres mineras en zonas del proyecto Somos Tesoro. Además, desarrollamos un nuevo Estándar de Entrada al Mercado dentro de la iniciativa Capaz (Cadenas de Paz); se trata de una sencilla herramienta para que los mineros cumplan con los requerimientos mínimos de la industria y las regulaciones internacionales, y accedan a mercados a través de cadenas de suministros transparentes y legales.

ARM trabaja con la visión de transformar la minería artesanal y de pequeña escala en una actividad social y ambientalmente responsable.

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Colombia vale oro

Excelencia en exploración AngloGold Ashanti, minera con amplia trayectoria de exploración en el país, experimenta retos en sus proyectos de La Colosa y Gramalote. Su nuevo presidente, Felipe Márquez Robledo, le contó a SEMANA cuáles son y cómo analiza el panorama del sector.

S

EMANA: Fue vicepresidente de Sostenibilidad en Anglo Gold Ashanti. ¿Qué puede aportar ahora como presidente de la compañía? FELIPE MÁRQUEZ ROBLEDO: Cómo se aplican los más altos estándares de calidad en protección ambiental, colaboración con las comunidades y los gobiernos locales, y generación de valor compartido en Estados Unidos, Australia, Sudáfrica, Brasil y Ghana, entre otros países. Aprendí que se puede hacer una minería bien hecha. SEMANA: ¿Cuáles son las metas empresariales para este año? F.M.R.: Fortalecer el relacionamiento sociopolítico en las regiones, informar más y mejor a las comunidades, trabajar conjuntamente con los grupos de interés locales para encontrar consensos y proyectos que traigan mayores beneficios para las personas; adelantar los estudios técnicos necesarios. Y en relación con el proyecto La Colosa, seguir trabajando con el gobierno y las comunidades en busca de consensos. SEMANA: ¿Qué han logrado en Cajamarca? F.M.R.: Después de 14 años de presencia de AngloGold en el Tolima con nuestro proyecto La 106

Colosa, hay muchas cosas buenas para resaltar, a pesar de los resultados de la consulta en la que cerca de 6.000 cajamarcunos, de un total de 22.000, definieron su posición respecto a proyectos mineros. Nos acercamos a las comunidades e identificamos sus expectativas y necesidades para construirlas conjuntamente, y con las autoridades; proyectos que mejoraron su calidad de vida y sentaron las bases para un futuro mejor: empleo de calidad para cientos de personas del municipio, programas de salud y educación para niños, jóvenes y adultos, y fortalecimiento de la vocación agrícola, ganadera y comercial de la región. SEMANA: ¿Cuál es el mayor aporte que se ha hecho en La Colosa? F.M.R.: Valiosa información geológica, económica y socioambiental de la zona obtenida en las labores de exploración, y que se entrega a la Nación. Hemos fomentado la innovación en las actividades productivas, el desarrollo de nuevas alternativas y la reactivación de la economía urbana y rural; empleo y compras locales con una inversión cercana a los 360 millones de dólares sin haber extraído una onza de oro. SEMANA: ¿Qué pasó entonces? F.M.R.: En La Colosa contábamos con excelentes profesionales colombianos de diversas áreas, pero no negamos que pudimos haber cometido errores. Nos faltó entender más y a profundidad a las comunidades, involucrarlas más en el desarrollo de proyectos conjuntos de responsabilidad social, informar más y mejor sobre el estado del proyecto. Debimos ser más cautelosos con las expectativas, pero también más contundentes en la aclaración de mitos, desinformaciones y

“Después de 14 años de presencia en el Tolima con nuestro proyecto La Colosa, hay muchas cosas buenas para resaltar, a pesar de los resultados de la consulta”.

*

El oro ha sido históricamente usado como elemento clave en la moda, descúbralo en la

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Oro de ley

hasta mentiras sobre la empresa y nuestras actividades. SEMANA: ¿Por qué preocupa a la comunidad que la minería no pueda convivir con actividades como la agricultura? F.M.R.: Es un mito sin fundamento. En el mundo está demostrado que sí es posible tener varias actividades económicas en un mismo territorio. Los casos de Estados Unidos, Chile, Brasil, Australia, Canadá, así lo prueban. No tenemos que escoger entre oro y agua, podemos usar ambos recursos de forma eficiente y ambientalmente responsable. Quienes con extremismos ideológicos llevan la discusión a ese punto, engañan al país. Según el Estudio Nacional del Agua de 2014 del Ideam, la minería fue la tercera actividad productiva que más agua consumió ese año, pero con tan solo el 1,8 por ciento. Entre la agricultura y la ganadería consumieron más del 50 por ciento. Si continuamos sembrando mentiras y temores en las comunidades para que nieguen la licencia social, podemos terminar en un ‘sancocho’ de ilegalidad millones de dólares invirtió Anglo y aumento de Gold Ashanti en pobreza en zonas Cajamarca en donde podrían empleo, compras desarrollarse proyectos con mine- locales y fomento de la innovación, ría bien hecha. entre otros. Sería muy tonto negar el impacto ambiental que tiene la minería, pero lo es más pretender ocultar que cualquier actividad humana, industrial, comercial y productiva lo tiene. La diferencia está en cómo mitigamos ese impacto, cómo recirculamos y recuperamos el agua que usamos en los proyectos, cómo reforestamos y protegemos las zonas de bosque que pueden verse afectadas. Preguntas que no se hacen quienes extraen el oro y otros minerales ilegalmente. SEMANA: ¿Cómo está la situación en Gramalote? F.M.R.: Luego de recibir la licen-

cia ambiental en 2016, continuamos con los programas establecidos en el licenciamiento: información constante a la comunidad sobre el proyecto; el levantamiento de líneas bases para los procesos de reasentamiento físico y económico de las familias que viven o trabajan en la zona, y de coexistencia con los mineros artesanales; programas de responsabilidad social enfocados en el fortalecimiento de la vocación agrícola de la zona y en la educación básica y técnica para jóvenes; las más exigentes prácticas ambientales en las actividades de exploración, realizando el debido y constante cuidado y monitoreo de aguas, aire, suelo, fauna y flora; aplicación de los planes de educación y cuidado ambiental con la comunidad a través del programa BanCO2 con Cornare, y campañas con las autoridades locales y las instituciones educativas. SEMANA: ¿En qué otras zonas trabajan? F.M.R.: Nos enfocaremos en Antioquia con los proyectos Gramalote, en San Roque, y Quebradona, en Jericó. Este departamento se ha beneficiado y desarrollado gracias a la minería; confiamos en que se convierta en el referente de minería legal y bien hecha que tanto necesita el país.

Felipe Márquez, presidente de Anglo Gold Ashanti.

FOTO: ERICK MORALES

360

107


Especial Oro

Los principales

25,3

municipios productores son

toneladas de oro de las más de 60 que produce Colombia vienen de Antioquia, que representa el 41 por ciento de la producción nacional.

El Bagre

Zaragoza

Remedios

ton* (valor anual)

ton

ton

7,8 3,3 2,73 60%

Nechí y Cáceres

Tarazá

Caucasia

ton

ton

ton

1,42 0,95 0,46

de las calizas que consume el país empleadas para la producción de cemento son producidas por Antioquia.

Hace

20

FOTOS: ISTOCK

años no se construía un proyecto a gran escala en Colombia como el que se construye en Buriticá hoy.

163%

se espera aumentar la producción de oro en Antioquia con las explotaciones de San Ramón, de Red Eagle Mining; Gramalote, de AngloGold Ashanti; y Buriticá, de Continental Gold. 108

El principal producto minero de Antioquia es el oro; sin embargo, el departamento es productor de muchos otros minerales que han contribuido al crecimiento del país.

18,39% Antioquia aporta este porcentaje a la producción de metalíferos de Colombia, que representa el 0,47 por ciento del PIB departamental y el 0,07 por ciento del PIB nacional, con 349.000 millones de pesos.

Otros minerales

73% de la plata que se produce en el país, es proveniente de Antioquia.

17% del departamento de Antioquia cuenta con títulos mineros.



Colombia vale oro

Juan David Montes Coordinador Editorial Especiales Regionales de Revista SEMANA.

Stephen Ferry ha dedicado gran parte de su carrera a retratar la extracciรณn de minerales. Esta foto de un minero artesanal la tomรณ en Rio Palo, Cauca. 110

En primer plano


El fotógrafo Stephen Ferry, que ha publicado en ‘National Geographic’, ‘Time’ y ‘The New York Times’, entre otros medios, llegó a Colombia hace más de 15 años para retratar el oro. Pronto presentará su libro ‘La batea’, que recoge su visión de la minería artesanal.

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Oro de ley

omo mis fotos con película” –dice Stephen Ferry, que lleva colgada una cámara sobre uno de sus hombros como si fuera parte de su vestimenta–. Y agrega: “Porque me interesa mucho la textura que da el grano, hecho con partículas de plata, que se extrae de la misma forma que el oro. Entonces no puedo decir que esté por fuera del tema”. El tema es la minería, y Ferry no podría estar más inmerso en ella. Ha dedicado gran parte de su carrera a retratar la extracción de minerales. Hace un par de décadas en Potosí (Bolivia), tomó las fotografías para su libro I Am Potosí: The Mountaiun That Eats Men. “El Cerro Rico de Potosí, famoso durante la época del imperio español, produjo más plata que cualquier otro lugar; también fue un punto del colapso demográfico de los pueblos indígenas en América”, dice el fotógrafo para explicar por qué se interesó tanto en este tema como para dedicarse, de la mano de la antropóloga Elizabeth Ferry, su hermana, a hacer La batea, libro dedicado a la extracción de oro en Colombia. Ferry nació en Cambridge (Massachusetts, Estados Unidos), pero su lente se ha enfocado principalmente hacia América Latina. La historia de esta región no puede contemplarse sin que el oro aparezca en el panorama, sobre todo en Colombia, que desde tiempos coloniales es un exportador aurífero, según dice.

FOTO: STEPHEN FERRY

Stephen Ferry y su hermana, Elizabeth, escribieron ‘La batea’, libro dedicado a la extracción de oro en Colombia.

Una guerra semántica Él considera que la minería de oro es un tema complejo. Ha sido testigo de cómo el conflicto entre mineros 111


FOTO: STEPHEN FERRY

Colombia vale oro

El uso del término ‘ilegal’ –según el fotógrafo– asocia al pequeño minero con la minería criminal.

tradicionales y grandes compañías, en ocasiones, termina en violencia. “Hay una presión de grandes empresas multinacionales que poseen las concesiones del subsuelo” –explica Ferry–. “En muchos casos, definen al minero tradicional como ilegal; existe una guerra semántica en contra de los mineros tradicionales”. Hay una consideración especial para los barequeros, cuya actividad define el Código de Minas como: “El lavado de arenas por medios manuales, sin ayuda de maquinaria o medios mecánicos y con el objeto de separar y recoger metales y piedras preciosas”. Sin embargo, después de su extenso trabajo de campo, Ferry considera que en la práctica la legislación no diferencia entre pequeña, mediana y gran minería. “Hay una parte que sí hace una consideración especial para el barequero, pero en general, los pequeños mineros tienen que cumplir con las mismas normas, que son demasiado exigentes, y no hay un apoyo técnico de parte del Estado para que formalicen sus actividades”, sostiene. El uso del término ‘ilegal’ –según el fotógrafo– asocia al pequeño minero con la minería criminal. Dice, además, que muchas de las comunidades de barequeros se sienten estigmatizadas al ejercer el oficio al que se han dedicado por generaciones. Aun así, no se opone 112

Ferry considera que en la práctica la legislación no diferencia entre pequeña, mediana y gran minería. a la explotación de subsuelos. No cree que se le pueda decir del todo “no” a la minería. De hecho, considera que a Colombia le conviene la extracción responsable de minerales. Su objetivo como reportero gráfico es lo que considera la razón de todo periodista: informar. “No somos activistas, no estamos asociados con una ONG ni nada de eso, pero creemos que es muy importante informar”, complementa Ferry, y aclara que lo suyo no es una mera recolección de datos. El toque de Midas Para Ferry es una prioridad que sus fotografías evoquen la sensación de cada material. Incluso va un paso más allá de lo representativo al incluir un delgado fragmento de oro en la portada de La batea. “El mismo libro depende del esfuerzo de los mineros que han sacado ese metal”, reconoce.

Pocas cosas han quedado al azar en esta obra, cuyo título proviene del nombre del recipiente usado por mineros artesanales para el lavado del oro. “El uso de la batea me parece fascinante, es una actividad sencilla, pero que requiere de mucha destreza. Las personas que realmente saben hacerlo son expertas y visualmente es interesante, hipnotizante, es un movimiento muy armónico”, explica el coautor de este libro ‘escrito’ en gran parte con imágenes. Hay quienes se interesan en el brillo del oro, en las joyas. Ferry, en cambio, mira el metal en bruto, la técnica casi manual de los barequeros –quienes sin tener un conocimiento formal sobre extracción detectan las vetas–, el dramatismo de los socavones y el esfuerzo físico del trabajo en una mina. Pero él y su hermana no son los únicos interesados en este relato de no ficción, como define su trabajo fotográfico, sino 261 patrocinadores que apoyaron la campaña de crowdfunding que ellos hicieron en el portal Kickstarter, en la que recaudaron más de 40 millones de pesos. El libro se enviará a impresión a mitad de año y en septiembre estará en el mercado. La editorial bogotana Ícono hace la edición en español, y Red Hook Editions de Estados Unidos, la de inglés.


Oro de ley

¿Maldición en el paraíso? La teoría económica ha hecho alusión al término “maldición de los recursos naturales o paradoja de la abundancia” para ilustrar los casos de países que, a pesar de su riqueza en biodiversidad y recursos no renovables, tienen altos niveles de pobreza, fragilidad institucional, corrupción, desigualdad e inseguridad.

D

ejando de lado las consecuencias macroeconómicas de tener riqueza en combustibles y minerales, por ejemplo, y cuya manifestación más común es la pérdida de competitividad por apreciaciones en el tipo de cambio (enfermedad holandesa), lo que pasa en las zonas mineras y petroleras del país pareciera hacer honor al título de esta columna. Pocas regiones tan hermosas como las del Pacífico, la Mojana sucreña, el Bajo Cauca y el nordeste antioqueño. Pero pocas como ellas registran tantas carencias básicas para vivir, una débil presencia estatal, altos niveles de corrupción y la amenaza de grupos criminales. Quizás se deba a una gran debilidad del Estado por hacer llegar a todos los rincones del país, homogéneamente, el monopolio de la justicia, la fuerza y la tributación. A lo largo de nuestra historia se ha fallado en esta tarea. La minería es fiel ejemplo de esto. Los grupos armados ilegales (llámense guerrilla, bandas criminales o sus antecesores), han sometido a las regiones mineras imponiendo la fuerza y cobrando extorsiones amén de la depredación de los recursos naturales. El experto en conflictos Paul Collier ha revelado con maestría que:

Andrés J. Rendón C. Alcalde de Rionegro, Antioquia

OPINIÓN

“Es preciso usar las herramientas administrativas, más efectivas que las judiciales para combatir la explotación ilícita y proteger el medioambiente”. “Hay una honda brecha entre las percepciones populares sobre las causas de un conflicto y los resultados de los análisis económicos más recientes. La percepción popular ve la rebelión como una protesta social motivada por un descontento extremo y autén-

tico. Los rebeldes son héroes que luchan contra la injusticia, animados por su patriotismo. El análisis económico ve la rebelión más bien como una forma de delincuencia organizada. O los economistas pecan por exceso de cinismo o las percepciones populares se llaman gravemente a engaño”. En este contexto, y en medio de tanta riqueza, el desafío más grande del gobierno es el de ejercer un exhaustivo control territorial. Esa debe ser la principal tarea de las Fuerzas Militares, para así contener a los grupos criminales. Es preciso usar las herramientas administrativas, más efectivas que las judiciales para combatir la explotación ilícita y proteger el medioambiente. Tienen la dificultad de estar bajo el resorte de las Corporaciones Autónomas Regionales (CAR) y no todos los directores de estas tienen valor y voluntad de dar la pelea. Pero no todo puede ser un proceso penal con investigadores y fiscales de por medio. Mi experiencia como secretario de Gobierno de Antioquia en el mandato de Luis Alfredo Ramos así lo indica. Solo cuando se contó con la voluntad de las CAR, se golpeó a la minería ilegal. Finalmente, sería útil establecer como norma que cualquier operador administrativo que se rehúse a ejercer sus funciones por miedo, corrupción o negligencia, debería ser despojado de las mismas y para ser asumidas por una entidad central. 113


Colombia vale oro

Este es un momento decisivo para evaluar con objetividad los beneficios de la minería. La clave es responder a los temores justificados de las comunidades a las que impacta directamente.

E

l filósofo John Rawls propuso el concepto del velo de la ignorancia, por el cual los individuos que definen los principios de justicia en una sociedad deben desconocer por completo las circunstancias y los atributos de sus miembros. Este juego imaginario podría iluminar el debate sobre las consultas mineras en Colombia. ¿Qué propuestas de regulación haría una persona si tuviera igual probabilidad de ser un campesino de Cajamarca, un indígena wayúu en La Guajira, un abogado de la Universidad de los Andes o un geólogo en Ibagué? ¿Cómo cambiaría nuestra opinión si los hallazgos mineros estuvieran no en las montañas del Huila o los suelos del Cesar, sino bajo el hogar de una familia en Bogotá o Medellín? Cualquier actividad económica centenaria en Colombia tiene un legado complejo: la violencia y la ausencia del Estado han sido obstáculos para la construcción de confianza entre las comunidades y las empresas.

Minería y voluntad popular Carolina Urrutia Directora de Semana Sostenible

El común denominador de esa relación ha sido su carácter transaccional: “Te dejo trabajar si me das lo que te pido’. Aunque el país no es único en este sentido, sí lo han sido los extremos a los cuales se ha llegado en ese trueque. Durante muchos años los réditos de la minería fueron extremadamente visibles para los líderes locales. Ellos convencían a las comunidades sobre los beneficios de esos recursos. Argumentaban que eran suficientes para que enfrentaran sus miedos y más bien aprovecharan las oportunidades de desarrollo de la actividad en el territorio. Sin embargo, en términos de bienestar el impacto de la explotación minera, y particularmente de las regalías, es cuestionable. En el trabajo La Locomotora Minera: ¿Crecimiento compatible con la adaptación al cambio climático?, publicado en 2012, Guillermo Rudas analizó los indicadores de necesidades básicas insatisfechas y miseria de las poblaciones de los principales departamentos productores de carbón y oro, y concluyó que estaban significativamente por debajo de los del resto de municipios colombianos. Generalizar es siempre peligroso, pero la observación y la evidencia cuantitativa establecen que la minería no ha sido una actividad que saque sistemáticamente a la gente de la pobreza. Que esto se libere a intervenciones paternalistas, a la corrupción o a la baja capacidad estatal de prestar servicios elementales como seguridad, salud o educación resulta complejo; quizá sea por todas las anteriores.

Cualquier actividad económica centenaria en Colombia tiene un legado complejo: la violencia y la ausencia del Estado.

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Las comunidades requieren un trabajo en el que prime un diálogo honesto y no un asistencialismo pasajero.


FOTO: GUILLERMO TORRES - REVISTA SEMANA

Oro de ley Hasta la reforma al sistema de regalías, el régimen transaccional parecía funcionar relativamente bien para el sector minero. Las empresas internalizaron los costos de la protesta social y aceptaron prestar muchos servicios que el Estado era incapaz de proveer. La reforma del sistema de regalías de 2011 dictó que estas últimas se distribuyeran no solamente entre los municipios mineros, y las reglas del juego cambiaron. Sin acceso directo a las regalías, los actores políticos se quedaron sin rentas que justificaran la defensa de la actividad a nivel local. Ahora deben rendir cuentas a la población porque no se han creado los empleos de gran calidad y porque, por más controlada y bien hecha que sea, la minería produce enormes huecos, depende del uso intensivo de fuentes de agua y, en algunos casos, de sustancias peligrosas como el cianuro o el mercurio. Sin plata en mano para atender necesidades como escuelas y centros de salud, o caprichos como centros deportivos, estatuas o piscinas de olas, defender esta labor es cada vez más difícil. A este panorama, claramente simplificado, hay que agregarle la caída en el precio de los minerales, que achicó el bolsillo de las empresas. Imaginarse votar en una consulta minera con el velo de la ignorancia puesto puede resultar más constructivo para todas las partes que, como se ha hecho hasta ahora, acusar a los líderes locales o a los ‘ambientalistas’ de manipular al electorado para rechazar la actividad. Las compañías mineras enfrentan un reto tremendo. Tienen que salir del esquema transaccional; intentar reemplazar al Estado e intentar llenar un pozo sin fondo. El precio de proveer incentivos a los líderes locales a cambio de apoyo es demasiado alto. A la larga nadie puede pagar el precio de las relaciones extorsivas. La alternativa es escuchar con atención y construir con las comunidades, no para ellas, soluciones que les permitan vencer los miedos naturales a actividades que son riesgosas para la salud y el bienestar. La tranquilidad ya no se compra, quizá se puede construir. 115


Colombia vale oro

Por mal camino La historia de la investigación de Estados Unidos contra las compañías que desde Miami compraban toneladas de oro de procedencia sospechosa en Perú, Colombia, Ecuador, Bolivia y Chile.

Óscar Castilla C.*

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as compañías estadounidenses North Texas Refinery (NTR), Kaloti Metals Logistics (KML) y Republic Metals Corporation (RMC) financiaron con cientos de millones de dólares la compra y transporte aéreo de toneladas de oro de presunta procedencia sospechosa, que durante los últimos años fue extraído de los principales centros de la minería ilegal en Perú, Ecuador, Bolivia y Colombia. Entre 2014 y 2016, el equipo de investigaciones del Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos (DHS, por su sigla en inglés), junto con el FBI, pusieron bajo sospecha a un grupo

Los agentes de Aduana estaban lejos de imaginar que se desataría una megainvestigación internacional que involucraría al DHS y al FBI.

* Periodista y director de Ojo-Publico.com (Perú). Entre 2011 y 2016 hizo la investigación periodística que identificó a las refinerías de Europa y Estados Unidos detrás de la compra de oro ilegal en Suramérica. 116

de altos ejecutivos de estas tres importantes refinerías de oro, con sedes en Miami (Florida), por presunta conspiración para lavar dinero de minería ilegal en la Amazonia. La sorprendente historia de este caso empezó a finales de 2013, cuando Aduanas del Perú incautó 40 kilos de oro a una desconocida compañía exportadora limeña llamada Sumaj Orkro, entonces operada por testaferros de un personaje que había purgado prisión por tráfico ilícito de drogas en Lima, y que se dedicaba a la venta de mineral desde los años ochenta: Pedro Pérez Miranda, conocido como Peter Ferrari. Cuando los agentes de Aduanas interrogaron a los propietarios de dicha exportadora, por la procedencia del preciado metal, estaban muy lejos de imaginar que el decomiso de aquel 2013, cerca del puerto del Callao, desataría una megainvestigación internacional que involucraría al DHS y al FBI, y que finalmente se


FOTO: ISTOCK

Oro de ley

Compañías estadounidenses financiaron la compra y el transporte de oro extraído ilegalmente en Perú, Ecuador, Bolivia y Colombia.

extendería por todo el continente: desde Perú, Bolivia y Chile, hasta Ecuador y Colombia. Entre diciembre de 2013 y abril de 2014, Aduanas de Perú identificó a las compañías NTR Metals, Kaloti Metals Logistics y Republic Metals Corporation en proceso de importación de casi una tonelada de oro en lingotes que compañías de fachada, manejadas por personajes como Peter Ferrari desde las sombras, pretendían enviar a Miami. Este hecho, inédito en el combate contra la minería ilegal en Suramérica, encendió la alerta inicial en el DHS. Para mediados de 2014 la investigación ya tenía bajo sospecha a tres altos ejecutivos de NTR Metals: el entonces director de ventas para América Latina y el Caribe, Renato J. Rodríguez Manzo; el vicepresidente de ventas, Samer Hadi Barrage, detenido en Cali por este caso hace solo dos meses; y el ecuatoriano naturalizado estadounidense, Juan Pablo Granda, quien era director de operaciones de la compañía y operaba desde Bogotá y Lima en los últimos años. El equipo especial de agentes estadounidenses también fue informado por Aduanas de Perú de la participación de otros dos ejecutivos de Kaloti Metals Logistics en los casos de incautación de oro ocurridos

durante 2014: Awni Kaloti, director de la compañía, y Álvaro Manuel Rodríguez, jefe de operaciones, quienes además eran clientes de Peter Ferrari en la compra del mineral sospechoso. Ese mismo año, mientras las autoridades de Colombia, Bolivia y Ecuador desarrollaban acciones iniciales contra las organizaciones detrás de la minería ilegal, Aduanas informó al DHS que Awni Kaloti y Álvaro Rodríguez llegaron a Lima para reclamar la entrega del metal que se les incautó en el Callao y por el cual habían pagado una millonaria suma de dinero. El Ministerio del Interior del Perú confirmó el arribo de los ejecutivos. Álvaro Manuel Rodríguez, nacido en Puerto Rico, llegó a Lima en 2014 y fue interrogado por la Policía de Lavado de Activos hasta en tres ocasiones en su calidad de dueño de dos cargas millonarias de oro sospechoso incautadas por Aduanas. Al mismo tiempo, la investigación del DHS y el FBI –que incluía escucha telefónica celular, interceptación de mensajes de WhatsApp, documentos de la Policía y Aduanas de Perú, Colombia y Ecuador, y el testimonio de importantes vendedores de oro en Suramérica, como el chileno Harold Vílchez– concluyó que los ejecutivos de NTR fueron los mayores compradores de oro ilegal en Suramérica en aquella época. Documentos oficiales sobre exportación de oro entre los años 2010 y 2014, obtenidos para este reportaje, establecen que Kaloti y Republic Metal Corporation también fueron importantes compradores de mineral en Bogotá, Guayaquil y La Paz. En el caso de Ecuador, se identificó a 140 exportadoras que enviaron 74 toneladas de oro en vuelos comerciales desde Guayaquil con destino a las filiales 117


Colombia vale oro

de NTR Metals (19 toneladas de mineral) y RMC (13 toneladas) en Miami, entre otros. Gran parte de estos cargamentos tuvieron origen sospechoso debido a que no fueron declarados ante el Banco Central de Ecuador ni en la Agencia de Regulación y Control Minero (Arcom). En Colombia la situación fue casi semejante ya que, en los mismos años, RMC fue la principal compradora de toneladas de oro de la mayoría de exportadoras de mineral que están asentadas en Medellín. Precisamente, una de ellas, Goldex S.A., resultó involucrada en el tráfico de metal ilegal debido a que su dueño, John Hernández Santa, fue denunciado y luego encarcelado por lavado de dinero y financiamiento del terrorismo. En Bolivia y Chile ocurrió lo mismo desde 2014. Por la fuerte presión del gobierno del Perú, las exportadoras de oro de Lima y sus compradoras en Miami desviaron sus operaciones a mercados más tranquilos en La Paz y Santiago de Chile. Aquel mismo año, el DHS confirmó que grandes cantidades de mineral eran trasladadas por vía terrestre desde la selva de Madre de Dios y el altiplano de Puno, zonas tradicionales de minería ilegal en el sur del Perú, hacia los vecinos países del sur. Hacia fines de 2016, la investigación del DHS –respaldada por la captura de Peter Ferrari por lavado de dinero en Perú, y el arresto del 118

FOTOS: AGENCIA ANDINA

La importación de casi una tonelada de oro en lingotes que compañías de fachada pretendían enviar a Miami prendió las alarmas.

Documentos obtenidos para este reportaje establecen que algunas de las compañías compraron el mineral en Bogotá, Guayaquil y La Paz.

joven de 23 años, Harold Vílchez, por el mismo delito en Chile– concluyó definitivamente que los tres exaltos funcionarios de NTR, Renato Rodríguez Manzo, Samer Barrage y Juan Pablo Granda –quien se creía el Pablo Escobar del tráfico de oro, según las escuchas telefónicas–, fueron los responsables de una organización criminal destinada a lavar dinero de la minería ilegal que devasta la Amazonia. “Por todos los miles de millones de dólares de las cargas (de oro) enviadas de América Latina a NTR en Miami, NTR envió luego miles de millones de dólares en transferencias bancarias a América Latina desde Estados Unidos”, dice el documento presentado por el fiscal Francisco Maderal hace apenas dos meses. El 9 de marzo de 2017, el DHS acusó a los tres exejecutivos ante la Corte del Distrito Sur de Florida. Renato Rodríguez pagó una fianza y salió libre, Barrage fue detenido en Cali en marzo pasado y Granda permanece en una prisión estadounidense. La investigación contra los financistas del tráfico de oro en Suramérica continúa.



FOTO: CLAUDIA CAMEJO / REVISTA SEMANA

Especial Oro

A través de la resolución 40103 de febrero de 2017 se establecieron los volúmenes máximos de producción de los barequeros.

Soluciones concretas El gobierno nacional, por medio del Ministerio de Minas y Energía, hace esfuerzos para que todo el sector minero, desde las empresas hasta los pequeños explotadores, trabaje en el marco de la ley y con condiciones económicas, ambientales y sociales favorables.

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Oro de ley

E

n los últimos 50 años se han adelantado en Colombia más de una decena de programas para formalizar la minería hecha por fuera de la ley. Sin embargo, no han surtido los efectos esperados y hoy, para el caso del oro producido en el país, solo el 18 por ciento tiene trazabilidad. El porcentaje restante es una mezcla de informalidad, barequeo y criminalidad. Por eso, el gobierno nacional, en cabeza del Ministerio de Minas y Energía diseñó estrategias de formalización para incrementar el porcentaje de oro limpio que se produce y comercializa en Colombia. Como el oficio del barequero es de subsistencia, según la Ley 685 de 2001, no necesita de un título minero ni de licencia ambiental. Pero a partir de 2012, con la implementación del Registro Único de Comercializadores de Minerales (Rucom), todo aquel que pretenda vender minerales debe figurar en este registro. Hoy hay cerca de 120.000 barequeros inscritos en las alcaldías y publicados en el Rucom. No obstante, por medio del barequeo, diversos grupos criminales buscan legalizar grandes cantidades de oro obtenidas por fuera de la ley. “Encontramos barequeros que registraban producciones de 1.000 gramos al mes, cuando la realidad es que un barequero puede obtener, en promedio, un gramo de oro al día con métodos manuales”, afirma Carlos Andrés Cante, viceministro de Minas. Para ejercer un control sin perjudicar a los barequeros, el gobierno expidió el decreto 1666 de 2016, que aclara el significado de minería de subsistencia, y a través de la resolución 40103 de febrero de 2017, estableció los volúmenes máximos de producción para este

grupo. Cada barequero puede comercializar un promedio de 35 gramos al mes y un máximo de 420 gramos al año. Sin embargo, como los barequeros no son responsables de toda la minería hecha por fuera de un título minero, hay más procesos para formalizar a ese otro universo que conforma la pequeña actividad informal. Estos son el subcontrato de formalización, las áreas de reserva especial y los procesos de legalización. Desde 2011, el Ministerio de Minas y Energía y la Agencia Nacional de Minería (ANM) han hecho esfuerzos “de concientización para que todas las empresas sepan y entiendan que existen pequeños mineros que van a trabajar en el área de su título, porque necesitan subsistir”, complementa Cante. Este apoyo es fundamental si se tiene en cuenta que la mayoría de los 9.000 títulos de Colombia son de pequeños mineros. En el primer caso (el subcontrato de formalización), la Autoridad Minera intenta que los titulares acuerden de qué manera trabajarán con los pequeños mineros informales para que su ejercicio sea legal. El subcontrato de formalización consiste en que el titular del área autoriza a los pequeños mineros a explotar el territorio por periodos no inferiores a cuatro años, con posibilidad de prórroga. “Las áreas de reserva especial son zonas donde existen explotaciones tradicionales de minería informal, y que por solicitud de una comunidad minera, se delimitan de manera que, temporalmente, no se admitan nuevas propuestas sobre todos o algunos de los minerales ubicados en dichas zonas”, según la ANM. En cuanto a las solicitudes de legalización, actualmente cursan en la ANM dos procesos, uno para minería de hecho y otro para minería tradicional, el cual se encuentra suspendido por el Consejo de Estado. En este momento se adelantan 122 procesos, de los cuales 79 corresponden a mediación y 43 a cesión de área. Hay 34 zonas de reserva especial, más de 26 subcontratos de formalización, 174 solicitudes de legalización de minería de hecho en trámite, y 2003 solicitudes de formalización de minería tradicional en trámite. Además, como el Ministerio comprende que esta actividad exige invertir capital para mejorar sus condiciones técnicas, firmó un convenio con el Banco Agrario para que los pequeños mineros accedan a préstamos. Ya se han entregado más de 5.000 millones de pesos en créditos que contribuirán a desarrollar la minería bien hecha.

Para ejercer un control sin perjudicar a los barequeros, el gobierno expidió el decreto 1666 de 2016, que aclara el concepto de minería de subsistencia.

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Acciones de verdad USAID, por medio de su programa Oro Legal, busca mitigar los daños que la extracción ilegal ha dejado en algunos municipios de Antioquia y Chocó.

El proyecto beneficiará a más de 600 familias con procesos de formalización, legalización y actividades productivas. 122

M

enos del 15 por ciento de las 59,2 toneladas de oro que Colombia produjo en 2015, son legales, y Antioquia y Chocó aportaron el 64 por ciento de estas. Ante este panorama, y de acuerdo con la política de formalización de la pequeña minería del gobierno nacional, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid),

FOTO: JORGE MARTÍNEZ

Colombia vale oro

mediante la implementación del progarama Oro Legal, apoya la legalización y formalización de la minería, la rehabilitación de áreas degradadas y la generación de alternativas económicas en áreas mineras. El caso de Chocó es particular. En 2014 Naciones Unidas, mediante el uso de sensores remotos encontró 36.000 hectáreas degradadas de forma irreversible por la minería ilegal en los cauces de los ríos San Juan, Baudó y Quito. De acuerdo con cálculos preliminares desarrollados por el programa, recuperar la cobertura vegetal en estas áreas, requiere la inversión aproximadamente de 450.000 millones de pesos. Oro Legal, en común acuerdo con las comunidades, avanza en la rehabilitación de las primeras 8.500 hectáreas. Lo anterior, sin calcular el costo que tendrá remediar los efectos de las más de 1.200 toneladas de mercurio utilizadas para obtener oro en los últimos diez años. Por cada gramo de oro ilegal producido se usan entre cinco y ocho gramos de mercurio. “Siendo


FOTO: JORGE MARTÍNEZ

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una actividad informal, la vinculación de la mano de obra al régimen contributivo de salud y al sistema pensional, es inexistente, por lo cual los costos generados por afectaciones a la salud serán trasladados al sistema subsidiado en el corto y mediano plazo”, expresa Miguel Molano, subdirector de Oro Legal. En este sentido, Oro Legal implementa un modelo de intervención integral único en el país. “Respetamos la vocación de la tierra del Chocó y los deseos de la comunidad de querer una vida digna”, dice Peter Doyle, director del programa. Por eso Usaid consolidó la iniciativa de la mano de los cuatro consejos comunitarios integrados por más de 600 familias. En el municipio de Condoto el programa avanza en legalización por medio de cinco subcontratos de formalización minera, los cuales generan 96 empleos directos. Por otra parte, en Cértegui, fue aprobada un área de reserva especial para legalizar 11 unidades de producción minera (upm) y se tienen dos solicitudes más en los municipios de Unión Panamericana y Tadó, las cuales concentran 288 upm. Estos municipios, tradicionalmente mineros, produjeron 3,7 toneladas de oro en 2015. La idea

La recuperación de las áreas degradadas por la minería ilegal, es uno de los objetivos del programa Oro Legal de Usaid. Fotos: productor de Atrato, Chocó (izquierda.) Selva chocoana afectada en Río Quito (arriba).

En 2014, Naciones Unidas, encontró 36.000 hectáreas degradadas de forma irreversible por la minería ilegal en los cauces de los ríos San Juan, Baudó y Quito.

es que, bajo los parametros de ley establecidos, se legalicen entre 600 y 800 kilogramos. Para Usaid, uno de los propósitos del programa es que las personas que trabajan en unidades de producción minera que no resulten viables para su legalizacion y formalización, puedan trabajar y obtener ingresos similares en desarrollo de otras actividades productivas, en concordancia con la diversificación económica establecida en la politica de formalización y de este modo sustituir parte importante de esos 120.000 millones de pesos que se invierten en mano de obra de minería ilegal. Esto lo quieren hacer a partir del cultivo de achiote en 1.200 hectáreas de Chocó. “La idea es que más de 600 familias se dediquen a esta actividad y así poder generar verdaderas cadenas de valor”, dice Molano. Este fruto produce un colorante natural, llamado a reemplazar los rojos sintéticos de los sectores cosmético, textil, alimentario y farmacéutico. Solo Perú, reconocido por su gastronomía y uno de los líderes de la industria de la belleza en América Latina, demanda cerca de 7.500 toneladas de semilla de achiote al año. Hoy el programa avanza con la rehabilitación de 200 hectáreas de achiote y la conformación de otras 1.200. Así, cada familia obtendrá ingresos por cerca de 625 dólares al mes. Doyle afirma que se abordan temas concretos, no conceptos aislados. “Definimos un problema y encontramos soluciones. Para tener éxito, hay que hacerlo en el contexto local y con la participación de la gente”, sostiene. La presencia de Usaid facilita los procesos por la aceptación de las comunidades. Oro Legal tiene apoyo del Ministerio de Minas, la Gobernación del Chocó y la Corporación Autónoma Regional para el Desarrollo Sostenible del Chocó (Codechocó), pero espera que más instituciones se vinculen a esta iniciativa que lleva dos años mitigando las consecuencias de la minería ilegal. 123


El más temido ‘demonio’ La indecisión judicial, así como la improvisación legislativa y ejecutiva, tienen al país en un debate de odio que ve en la minería legal un supuesto enemigo y en el medioambiente una ‘víctima’ del desarrollo, lo cual no es cierto.

H

emos fracasado como país minero. Las afectaciones de orden económico y social, producto de cambios en la línea jurisprudencial y construcción de normas sin conocimiento histórico, difícilmente serán atenuadas por medidas transitorias e intentos desesperados por generar políticas públicas que protejan la inversión. En el último mes, el análisis del sector obliga a tomar partido frente a la postura de la decisión popular de Cajamarca (Tolima), donde los habitantes votaron contra el proyecto minero de La Colosa. Hay quienes aseguran que este no podría realizarse debido a lo que señala la sentencia C-035 de 2016, y argumentan que los títulos mineros no son derechos consolidados, sino meras expectativas.

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Juan Camilo Cardona Abogado especialista en jurisprudencia minera.

FOTO: CORTESÍA ANGLO GOLD ASHANTI

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Por otro lado, estamos quienes consideramos que la consulta no tiene efectos vinculantes frente al proyecto, dado que no afecta directamente los títulos mineros, pues estos se encuentran previamente consolidados. Un título es un derecho que otorga el Estado a un particular para que en su nombre, y de manera exclusiva y excluyente, bajo su costo y riesgo, explore y explote el subsuelo colombiano, sin que sea excusa el cumplimiento de los dos requisitos para tareas extractivas (el Programa de Trabajos y Obras y la Licencia Ambiental). Adicionalmente, el análisis de la sentencia de la Corte Constitucional señala que en ningún momento se trata al título como una expectativa, pues esto quebrantaría el orden legal y constitucional. El título minero se desarrolló inicialmente como un apéndice de la propiedad privada hasta el momento en que se expide la Ley 20 de 1969, que genera la ruptura entre el concepto del mineral como adhesión al derecho real de dominio, y el mineral como propiedad única e indiscutible del Estado. Para aquel momento, el concepto de la teoría pública de los minerales no tenía gran afectación, pues no se veían venir proyectos de exploración (que nosotros invitamos) ni la apertura económica de un país rural. Había títulos mineros, pero la disputa entre territorio, ambiente y población no era evidente ante la inexistencia de normas ambientales, y los predios eran, en su mayoría, de quienes explotaban.


Oro de ley

El problema de la minería no nació con la Ley 685 de 2001, ni siquiera con el decreto 2655 de 1988, sino con la decisión económica de asumir los minerales como propios del Estado, y tomar modelos ajenos en cuanto a la titulación minera, sin un sustento técnico aportado por quienes conocen el territorio desde el punto de vista geológico. La consecuencia más significativa fue declarar la minería como utilidad pública (así sea desarrollada por un privado), y con esto se generan dos derechos: expropiación y servidumbre. Estos se otorgan con el hecho de tener un título minero y su razón esencial busca el desarrollo económico del país, consecuencias que no existirían si se tratara de una simple expectativa. El conflicto es generado por decisiones políticas y económicas que vienen desde 1969, cuando la Colombia rural comienza a dar paso a un país presuntamente planificado desde la utilidad pública. Así venimos sembrando desde hace 50 años un terreno para la minería como modelo económico de un país que necesita de las regalías para sobrevivir. Las compañías y el Estado cometieron millonarios errores al no explicarle al país la importancia de

Todas las miradas apuntan hacia Cajamarca. Allí, una decisión popular impidió el desarrollo del proyecto minero La Colosa.

Las compañías y el Estado cometieron millonarios errores al no explicarle al país la importancia de la actividad minera, y falta sinceridad con las comunidades.

la actividad, y ha faltado sinceridad con las comunidades en cuanto a los impactos y la obligatoriedad de la mitigación ambiental y el desarrollo social. Hoy esa tarea es difícil, pues el populismo electoral movió los sentimientos de las poblaciones, les aseguró imposibles técnicos y las movilizó bajo el disfraz de la vida y el agua, propiciando miseria y subdesarrollo. Se perdieron 400 empleos que pasarán a ser únicamente una cifra en la compleja economía de Colombia, pero también se perdió la posibilidad de grandes recursos en regalías, tecnificación, entre otros aspectos. Nuestra visión de protección se dedicó a enfrentar como enemigos a quienes han generado procesos legales y técnicos, mas no a criminalizar y perseguir a los que han destruido los ríos y montañas con un cinismo descomunal –auspiciante de la salida de las compañías legales–, pues a ellos les interesa la libertad en el territorio para explotar amparados bajo el fusil y la ausencia del Estado. Defender la minería bien hecha y los proyectos de desarrollo para el país no es popular. Se ganan insultos y enemigos que no permiten el debate técnico, sino pasional. Sin embargo, no es momento para bajar la guardia. Es necesario generar conciencia, debates con argumentos que silenciarán los gritos y las mentiras para darle paso a la verdad geológica, jurídica y ambiental. El compromiso de la explotación de recursos debe poner la protección ambiental en la cúspide del desarrollo técnico. Debemos promover estudios reales que consoliden la verdad del área y las mitigaciones propias; estos deben ser el eje fundamental de una comunidad informada, que con elementos de conocimiento haga una veeduría ciudadana. La Colosa puede continuar; jurídicamente no existe impedimento para su desarrollo. El estudio de impacto ambiental debe demostrar los efectos reales de los mecanismos de explotación del Programa de Trabajos y Obras, para opinar con certificación y conciencia. 125


FOTO: ISTOCK

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Pilar Bolívar Carreño Periodista especializada en moda y tendencias .

undas dentales –conocidas en inglés como grills– al estilo gangsta y preparaciones culinarias de alto nivel han sido algunos de los más excéntricos usos otorgados al oro por una sociedad que debate su pedigrí entre un lujo minimalista basado en la sutileza de los detalles y otro que ostenta su peso en brillo. Aunque opacado por los metales blancos –según el Consejo Mundial del Oro, el consumo de productos de oro en Europa y Estados Unidos disminuyó a la mitad en la última década, frente a la plata y el platino– el metal dorado conserva su poder simbólico como aliado del estatus, la clase y la elegancia. “Parte de sus valores simbólicos proviene de sus cualidades; el oro no se oxida, no se raya, no envejece; encarna en su esencia material obsesiones humanas como la búsqueda de la eterna juventud”, explica William Cruz, docente asociado de la Universidad Pontificia Bolivariana. Desde hace unos 9.000 años, mientras la humanidad destinó el

Oro de ley cobre y su aleación con estaño (que produce bronce) a las herramientas usadas para la caza, la agricultura y la defensa, el oro ocupó un lugar privilegiado en el culto religioso, en la búsqueda de la eternidad y como materia prima de ornamentos y símbolos que adornarían a los líderes y jerarcas, y acompañarían a los muertos en sus sepulcros durante el viaje al ‘más allá’. Su brillo fue asociado a la luz, a la esperanza de vida eterna, y a la iluminación en el paso a lo desconocido, concepción que se manejó desde el origen de las civilizaciones antiguas, de Egipto a Roma pasando por Mesopotamia, Creta y Grecia, y luego a Europa. “El valor ritual que le dieron los pueblos prehispánicos al oro versus el valor económico (moneda de intercambio) que representaba para la codicia española, demuestra el éxito de cambiar oro por espejos; no obstante, la España tardo-medieval le adjudicó al oro un simbolismo ritual, reservando una parte del saqueo al oficio religioso y la indumentaria de Estado”, agrega Cruz. Divino metal Pero Egipto marcó la alborada de un concepto refinado y exclusivo del oro, mediante el uso del klaft, las tiaras y los pectorales del metal precioso que reproducían la grandeza del dios Ra (sol) y le conferían al faraón un aspecto de deidad terrenal. Con el advenimiento de Bizancio, el oro adquirió su connotación de prestigio y autoridad. A partir del siglo VI, las vestimentas eclesiales elaboradas con hilos de oro y fibras naturales sirvieron de medio de diferenciación social ante la introducción en Occidente de la cultura de las tribus arias invasoras, que también usaban túnicas y buscaban imponer sus credos como verdades universales.

ERNO LLO

Ofrenda religiosa, metáfora de lo sagrado, medio de distinción o reflejo de perpetuidad: el oro ha trascendido en la historia de la humanidad como un metal poderoso y simbólico.


“En términos políticos y de poder, el obispo que viste con hilos de oro no solo es el siervo de Dios, sino que es quien guía al hombre. La belleza del damasco bordado con filamentos de oro y brocados ostentosos fue reservada a quienes representaban la autoridad divina entre los mortales”, explica el docente. En el siglo XV, las cortes otomanas le dieron al vestuario un rol superior al de una simple herramienta para suplir las necesidades básicas de protección y recato. Los sultanes se adornaban con prendas en las que los hilos de oro daban cuenta de sus riquezas y de su profesión, a la vez que reflejaban su exquisito sentido del vestir, como un arte, y exhibían la grandeza del imperio que supuso el fin de la mentalidad medieval. Tres siglos más tarde, el hombre, sumergido en la racionalidad de la Ilustración, negó a la Iglesia y siguió una vida optimista, frívola y de excesos en la que el vestuario no escatimó en brocados, sortijas, zarcillos e hilos de oro, precisamente porque, en el Siglo de las Luces, el brillo de este metal representaba la iluminación y la claridad mental y no una ofrenda para un dios castigador. Las revoluciones francesa e industrial apoyaron el cambio social en el que el clero y la nobleza perdieron sus privilegios ante una burguesía que basó su poder en la fortuna y no en el linaje. A finales del siglo XIX, el hombre pasó a ser un consumidor y su capacidad de compra determinaba su importancia. Los sastres y orfebres de aristócratas, jeques, maharajás y sultanes se convirtieron en modistos y joyeros de magnates estadounidenses con apellidos como Rockefeller, Astor y Ford; de personalidades y actrices de la época dorada de Hollywood, quienes demostraban su buen gusto mediante una gargantilla o un reloj de oro elaborado por el artesano francés Cartier, y a la vez legitimaban la calidad y el estilo de la firma que publicitaban indirectamente.

FOTO: ISTOCK

Colombia vale oro

Egipto marcó la alborada de un concepto refinado y exclusivo del oro, mediante el uso del ‘klaft’, las tiaras y los pectorales de metales preciosos.

Exceso y reivindicación Aliado del dressed for success (vestido para el éxito) y del culto al exceso de los ochenta, el oro fue el catalizador de la reivindicación social y laboral en la Norteamérica que debutaba en la era Reagan. Así como la mujer igualaba al hombre en las direcciones de poderosas multinacionales y feminizaba con alhajas su outfit de corte masculino, los yuppies (young, urban professionals) le dieron un rol fundamental a la juventud como clase trabajadora y dinamizadora del mercado. Al otro lado del glamuroso Manhattan, en los guetos del Bronx neoyorquino, se gestaba el movimiento gangsta, una vertiente de hip hop que hizo de las gruesas cadenas y los grandes medallones de oro macizo sus medios para 128

demostrar que sus integrantes –afrodescendientes con ínfulas más rebeldes y mercantiles, y menos defensores de los derechos de los negros– también eran parte de la sociedad del consumo y del espectáculo. Ostentando su poder adquisitivo, esta subcultura le dio forma al bling-bling, un estilo recargado que hizo del metal precioso una clave de legitimación, pertenencia y rebeldía juvenil. Aunque chabacana, por ser la manera en la que estos hacedores de fortunas rápidas representaron su nuevo estatus económico, tuvo “su contraparte en la moda con el Versace de finales de los ochenta, que cristalizó la opulencia vestida de oro y blanco, altamente deseable por muchos debido a su indiscutible chic”, sostiene Cruz. Hoy, su poder simbólico radica en los valores de perennidad y estabilidad que encarna tanto a nivel monetario como ambiental: el oro verde, el que cuenta con planes de responsabilidad social empresarial y trazabilidad en su proceso de extracción y transformación, es el último grito del oro de 24 quilates.



Y para terminar…

Colombia vale oro

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Como ha leído en esta revista el oro es un tema serio y muy importante para la economía nacional. En esta última página nos tomamos una licencia para recordar que este metal precioso da para todo.

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l oro está en la música, en muchas canciones, como Gold, clásico de la banda Spandau Ballet que les puede servir a quienes andan con la autoestima baja: “Tú eres oro”. Del lado Pacífico tenemos el álbum Oro, de Chocquibtown. Y de Bogotá, para el mundo: El Dorado, de Los Aterciopelados.

Madonna nunca ha dejado de sorprendernos, menos cuando nos mostró sus dientes de diamantes y oro; como tampoco olvidaremos la dentadura dorada de Mike Tyson.

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Si busca una buena lectura le recomendamos El oro y la oscuridad: la vida gloriosa y trágica de Kid Pambelé, de Alberto Salcedo Ramos.

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Para nostálgicos: las cadenas doradas que colgaban del cuello de Mr. T. (sugerimos no imitar su estilo, a menos de que sea usted una estrella del hip hop).

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A los más excéntricos (o aquellos con el gusto de Los Beverly Ricos) les contamos que hay unos zapatos de oro, creados por el italiano Alberto Moretti, que pueden comprar por unos 2.000 euros (casi 6.500.000 pesos).

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Y si lo suyo es gastar en cosas inútiles, entonces le alegrará saber que hay un papel higiénico hecho de oro, creado en Australia, y que cuesta 1.400 dólares (un poco más de 4.000.000).

El año pasado, después de décadas de olvido, los relojes de oro masculinos resucitaron y varias de las marcas más prestigiosas los pusieron a la venta con muy buenos resultados.




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