Suplemento Rubicó (7)

SUPLEMENTO

CULTIVANDO EL ENTENDIMIENTO AÑO 1 / No 07

SUPLEMENTO QUINCENAL

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Miércoles 04 de diciembre de 2019 @rubicoworkshop

EDITORIAL

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ubicó continúa su proceso de internacionalización, para cerrar un gran 2019 participamos en una de los festivales de arte más importantes de los Estados Unidos. Rubicó está presente desde ayer y hasta el 9 de diciembre en el Fest Wynwood en Miami; con las obras de Arnaldo Coen, Daniel Lezama, Santiago PérezGrovas, Jesús Lima, Andrés Amaya, Leo Tezcucano, Diego Rodarte, Luigi Fantini y Demián “chango” Mohar. #ArtLife

RUBICÓ EXHIBE OBRA DE SU COLECCIÓN ZAPATA EL DISRUPTOR EN EL CASTILLO DE CHAPULTEPEC E ENRIQUE RODRÍGUEZ

l ingenio de los artistas mexicanos es sin duda un producto de calidad mundial y parte del objetivo del taller de arte Rubicó es generar experiencias que hacen atractiva la cultura a las nuevas generaciones, en este caso, un hecho histórico es el tema principal de una obra que utiliza la tecnología para lograr una conjunción original digna de exposición en uno de los museos más importantes de México y latinoamérica.

pantalla led de 49 pulgadas con un servomotor conectado a una computadora.

Desde el 26 de noviembre “la silla presidencial” parte de la colección “Zapata el disruptor” se exhibe en la sala siglo XX del Museo Nacional de Historia en el Castillo de Chapultepec, que dirige Salvador Rueda Smithers. La obra está inspirada en una de los episodios anecdóticos de la vida de Emiliano Zapata, cuando frente a la silla presidencial que jamás anheló, se dijo: “quien se sienta en esta silla, pierde la razón” y por eso se observa al gran Caudillo esquivarla a través de una impresión 3D, con animación tridimensional.

Para Salvador Rueda, reconocido historiador y director del museo, la obra tiene un significado especial “A los niños esto les debe llamar la atención muchísimo, pero sobre todo es una pieza del siglo XXI para la gente que tiene que entender a Zapata, de las generaciones que nacieron casi un siglo después de su muerte”.

Cual si fuera un péndulo, la silla busca a Zapata y sincronizadamente éste la evita en una imagen proyectada en

Verla produce una sensación estimulante que toma como base un hecho histórico que describe la verticalidad del héroe revolucionario, utilizando un factor lúdico que irremediablemente llama la atención del espectador y lo involucra para conocer ese episodio emblemático de la época.

“La silla presidencial” de Rubicó es el claro ejemplo de que el arte puede brindar enormes oportunidades didácticas a través de sensaciones que mezclan tecnología e ingenio en una obra que puede ser apreciada en uno de los recintos más bellos y simbólicos de la Ciudad de México.

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SUPLEMENTO

Director General Enrique Rodríguez Martínez

Coordinador Editorial Carlos Soriano Cienfuegos

Director Creativo Gonzalo Ortiz Blanco

Foto: Enrique Rodríguez Pérez

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Directora Gráfica Beatriz Camacho Luna

Contacto suplemento@rubico.com.mx contactosuplemento@rubico.com.mx

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Coleccionismo y museos universitarios ARTE EN PUNTO MARÍA MOLINA

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Historiadora del Arte, Antropóloga y Museóloga.

Miembro del International Council of Museums (ICOM) y Directora Museo Universidad Panamericana.

as casas de estudios más prestigiosas a lo largo del mundo cuentan con museos gracias a la donación de célebres coleccionistas que buscaron trascender su propia vida, difundiendo el conocimiento.

Los museos universitarios resultan el mejor ubi para el depósito y donación de colecciones de arte. La idea filantrópica de coleccionar para el propio disfrute primero y después –o a la vez– para el depósito y donación a una casa del saber, es el origen de muchos de los museos universitarios, tanto en Europa como en Estados Unidos o Canadá.

Se demuestra en estos coleccionistas, eruditos y grandes empresarios el propósito de contribuir al conocimiento de muchas generaciones de egresados a lo largo del tiempo, a través de objetos artísticos, documentos, fotografías y archivos, que encuentran el lugar perfecto en una Universidad, puesto que la institución asegura que estas colecciones van a conservarse con profesionalidad en manos de especialistas y, sobre todo, van a destinarse a los fines de estas casas del saber, es decir: la docencia, la investigación y la difusión de la cultura.

Grandes coleccionistas, como el gigante de la industria farmacéutica Albert Coombs Barnes, quisieron a su muerte, que su colección se convirtiera en un centro de educación de las artes, como así se ha logrado.

Coombs desarrolló una solución de nitrato de plata como antiséptico, comercializada como Argyrol y desarrolló una importantísima colección de pintura impresionista, postimpresionista y modernista, que legó y quiso que la Universidad de Lincoln (Philadelphia, EUA) la administrara a través de la Fundación Barnes. Obras de Van Gogh, Tolouse Lautrec, Rousseau, Manet, Cézanne, Matisse, Picasso, Modigliani, De Chirico, Soutine, etc., forman parte de su colección, que quiso expresamente destinar para permitir a los visitantes un enfoque directo, incluso “práctico” de la colección: una contemplación pausada y sincera de las obras.

La creó no para los historiadores del arte, sino para los estudiantes. Expresamente contribuyó al “renacimiento de Harlem” a partir de 1925, buscando la formación de los jóvenes. Se demuestra en este, como en otros muchos ejemplos de coleccionistas de arte, su propósito de autotrascenderse y trascender su propia vida, en bien de otros muchos que aprenderán, investigarán y difundirán la cultura desde las Universidades gracias a su impagable labor.

En pos del guacamole ME GUSTARÍA DECIRLE

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SERGIO URIBE

i anfitriona recibía la visita sorpresiva de su hija y nietos y yo debía buscar alojamiento. El departamento de su ex marido, ya fallecido, estaba desocupado y funcionando. El único inconveniente era que estaba en Biella a dos horas de Milán y debía cambiar de tren en Novara (como la fragata que trajo a Maximiliano a México).

Sin saber qué iba a encontrarme en una ciudad desconocida comprobé aquello que consideraba un lugar común, “que toda Italia es bella”. Visité maravillado sus palacios y el Ricetto di Candelo, con edificaciones que han permanecido prácticamente intactas desde el siglo XIV. Un callejón llamó mi atención. Había papel picado. Le pregunté a la señora que decoraba qué hacía ese adorno tan mexicano en Piemonte. Era tapatía y festejaba el cumpleaños de su marido italiano. Me invitó a la fiesta y me dijo:

Ven como a las ocho, habrá guacamolito”.

También hubo buen tequila. Muchos europeos tienen presente al guacamole como creación esencial de la cocina mexicana.

En Bretaña descubrí unos “tacos” y a los bretones les gustaban mucho con su guarnición de papas a la francesa. También conocí otro restaurante mexicano con una carta limitada y pensé que si pedía el platillo de elaboración más simple podría constatar la calidad. Pedí una “gringa” sin achiote que sazonara la carne al pastor. La guarnición de guacamole hubiera disfrazado lo insípido pero era minúscula. Pedí un coctel margarita porque dicen que borracho no se siente.

La dueña del restaurante me preguntó mi opinión y confesó que su trabajo en los bienes raíces le impedía supervisar siempre a su cocinero, nacido en Bangladesh. Me gustaría decirle que hay que dignificar nuestra cocina que tiene rango de patrimonio inmaterial de la humanidad desde 2010. A pesar de todo ha tenido un éxito enorme y va a ampliar el restaurante. Paradojas de la vida.

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MIÉRCOLES 4 DE DICIEMBRE DE 2019

El mensaje de la piedra LienSOS

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PEÑALTA

Artista plástico

ivimos tiempos en los que, mientras más información, mayor es la desinformación: todos gritan pero nadie escucha. De ahí que el arte, a través de la pintura (de sus lienzos, que incluso pueden ser de roca), sea una muy eficaz forma de hacer llegar los mensajes de auxilio. De ahí el nombre de esta columna.

Tengo mucha prisa, no sé de qué, pero tengo prisa. Anónimo.

Estoy aturdido por los ritmos actuales.

Todo avanza a la velocidad del rayo. Los mensajes fugaces y las ideas prontas van y vienen. Son los tiempos de WhatsApp, Instagram, Twitter y tantos más. Todo es rápido y la información fluye en partes y desde muchos lados. Todos hablan y gritan al mismo tiempo. Encima, los sofisticados avances cibernéticos van creando una realidad que se aleja de la nuestra.

Como artista plástico siento la necesidad de detener el paso y voltear a los orígenes.

A lo elemental y primigenio. De ahí que haya decidido tomar a las placas de piedra por lienzo y a sus antiquísimas vetas como inacabadas pinceladas de la natu-

raleza que nos insinúan seres e historias.

He decidido completarlas e invitar a quien las observa a que haga lo propio. Veo en la roca un refugio natural.

Me expreso, sí, pero respetando los condicionamientos de la naturaleza. Coproduzco junto con ella simplemente porque la vida no es un lienzo en blanco sino más bien, una enorme placa de roca pletórica de líneas y tonalidades de las que debemos partir.

Recorro los pasillos de las plantas industriales que almacenan por miles las grandes y pesadas piezas cercenadas de mármol, ónix, cuarcita, o cualquiera otra que muestre su historia a través de las vetas.

Me desplazo atento, buscando escuchar los murmullos, y a veces gritos de esos seres que claman por ser liberados.

Una vez seleccionada y después de algunos tratamientos previos, sobrevienen los cortes de la pieza, que luego son colocados en bastidores de acero que les dan soporte. Ahí comienza una paciente búsqueda. Horas o días de detenida observación. Luego, con el mismo cuidado y paciencia de un antropólogo, los pinceles y óleos irán descubriendo de entre las vetas, a esos seres petrificados desde tiempos ancestrales que quieren contarnos sus propias historias, y que, sin percatarnos, son las mismas que habitan muy dentro de nosotros mismos.

CIERRE DE CICLOS

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TENDENCIAS

PEI GARZA

stamos ya por finalizar el año… el tiempo vuela, es verdad, y momentos como este son una buena ocasión para hacer un balance de lo que hemos vivido, de lo que hemos hecho y dejado de hacer, de lo que hemos experimentado y crecido: siempre es un ejercicio provechoso, especialmente para aprender las lecciones que la vida nos ha propuesto durante este ciclo que llega a su fin; aprenderlas bien y así no tener que repetirlas.

Todas las culturas consideran que la terminación de los ciclos son la oportunidad no sólo para refrendar nuestros propósitos, sino también para corregir lo que podemos mejorar.

Entre los romanos, el dios Jano presidía los finales y los comienzos, las transiciones y la sucesión de fases, y se le representaba con dos caras, justamente para simbolizar la mirada hacia el pasado, o sea, las experiencias ya vividas, y hacia el futuro, es decir, todo aquello que está por venir.

Entre nuestros pueblos originarios, la numerología y los cálculos de los sacerdotes imponían la estricta obligación de cerrar los períodos cada 52 años, lo que se celebraba con ceremonias de carácter religioso en las que se presentaban víctimas y ofrendas para alcanzar el favor de los dioses, y en las que se rompían numerosos objetos como parte del rito que significaba la terminación de una etapa.

Nosotros también tenemos nuestros ritos y nuestras ceremonias, nosotros también esperamos concluir lo que está pendiente, y tenemos la esperanza de continuar disfrutando de la compañía de las personas que son parte de nuestra vida, pues de todos los episodios que van formando nuestra propia historia, de todos los recuerdos que nos acompañan y que guardamos en nuestra memoria, considero que lo más valioso son las personas que han estado presentes.

Familiares, amigos, compañeros, e incluso quienes tan sólo se han cruzado fugazmente en nuestro camino; valorar lo que han dejado en nosotros y, sobre todo, renovar nuestro ofrecimiento por compartir con ellos lo mejor que tenemos, y que no hay que buscar fuera de nosotros mismos.

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Belleza y verdad ARTE Y CULTURA

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GONZALO ORTIZ

ucho se ha hablado de la crisis de la cultura occidental: pérdida de sentido, fracaso, tedio, frustración, son palabras frecuentes del identikit de las sociedades contemporáneas. No ha faltado quien afirme que estos tiempos son el final de la historia, e incluso se diga que personas tan comunes como Gregorio Samsa sufrieron una metamorfosis hasta devenir en enormes insectos.

Por suerte, aun en medio de este desencanto, el espíritu prolífico y la fuerza creadora que siempre han acompañado al ser humano, no le han abandonado del todo, y lo mismo que causa tantos lamentos se transforma entonces en expresión artística.

El teatro del absurdo, por ejemplo, ha sabido encontrar un camino que parte del malestar que impera en la cultura y que conduce a una reflexión que reconcilia: a través del prisma de obras como las de Ionesco, puede advertirse cuál es la imagen que la humanidad actual tiene de sí misma, cómo se ha animalizado para mostrarse como un rinoceronte ávido de correrías por las estepas de una civilización inerte. Aunque terrible, la metáfora es exacta y bella, y recuerda que la primera condición de una cultura viva es vivir y dejar vivir, sentirse vivo…

Si es cierto que los momentos fundantes de los pueblos coinciden con las respuestas dadas a los grandes desafíos, el hombre de hoy

tiene la posibilidad de ser el protagonista de un trascendente cambio cultural, de hacer historia. Mirar desde esta perspectiva cambia la nomenclatura de la crisis por la más interesante del desafío, de la agonía y muerte por la más arrojada de la lucha y superación.

Dejarse morir, abandonarse, claudicar son palabras que no están en el vocabulario de quienes saben amar, de quienes encuentran en la vida compartida un motivo para recrear belleza. Entonces podrá entenderse con Marcuse y con Picasso, que la sociedad es también obra del ingenio y de la creatividad humanos, sin olvidar -aunque resulte paradójico- que “el arte es una mentira que nos hace ver la verdad”.