Señor director

Señor director: El problema de la historia oficial es que desde el poder se margina una serie de acontecimientos que, de incluirlos, distorsionaría la imagen de cualquier mandatario acostumbrado a rodearse de hagiógrafos. Uno de éstos es Ilham Aliyev, actual presidente de Azerbayán e hijo de Heydar Aliyev (cuya estatua generó polémica durante el gobierno de Marcelo Ebrad).

Por limitaciones de extensión me limitaré a mencionar un ejemplo.

El escritor azerí Akram Ailisli fue castigado por el actual mandatario de Azerbayán porque en su novela Sueños de piedra narra la matanza de Bakú, Azerbayán, perpetrada en contra de armenios la noche del 19 de enero de 1990, y apoyada por Heydar Aliyev con el objetivo de desprestigiar a Mijail Gorbachov con quien mantuvo muy mala relación. Gorbachov hizo renunciar a Heydar Aliyev de la vicepresidencia del Consejo de Ministros de la URSS por problemas de corrupción.

Lo que ocurrió entre la noche del 19 y madrugada del 20 se le conoce como “sábado negro”. Diversos historiadores coinciden en la cifra de 93 azerbaiyanos asesinados por las tropas de la entonces Unión Soviética. Recordemos que en aquella época Azerbayán formaba parte del bloque soviético y que Heydar Aliyeb fue ascendido al Politburó después de haber pertenecido a la KGB. Tres años después del sábado negro y con la desaparición de la Unión Soviética, Heydar Aliyeb derrocó al nuevo gobierno independiente de Abulfaz Elchibey.

Del 24 de junio de 1993 a la fecha, Azerbayán solo ha tenido dos presidentes: Heydar Aliyeb e Ilham Aliyeb, padre e hijo, respectivamente.

La represión y la violación a los derechos humanos jamás serán reconocidos por los gobiernos que los cometieron.

La estatua del presidente Heydar Aliyev, retirada en Paseo de la Reforma y Circuito Gandhi en noviembre de 2013, no fue una casualidad burocrática.

Fausto Pretelin Muñoz de Cote