Diario Libre 25N.
Especial de Diario Libre en el D铆a Internacional para la Eliminaci贸n de la Violencia contra la Mujer
Completo y gratis
VOLVER A VIVIR Tres mujeres narran c贸mo han conseguido salir de la espiral de violencia y rehacer sus vidas sin miedo.
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Martes 25 de noviembre de 2008
25N. Volver a vivir
Noticias. EL TIEMPO DE HOY
Mujeres e hijos pagarán la factura de la crisis La aplicación del modelo de probabilidad de violencia doméstica, según el economista Jaime Aristy Escuder, establece que el desempleo y la reducción de ingresos en una recesión económica aumentan las agresiones de los hombres hacia sus familias. TEXTO: ELVIRA LORA / FOTO: ALEXANDRA RAMÍREZ ganaba el sueldo mínimo como conserje de un centro turístico pero recibió su cancelación en septiembre. Con el dinero sacó “fiao” un motor para conchar en la calle La Senda, de Villa Mella, pero sólo puede juntar al mes RD$4,000 con los que debe mantener a su esposa embarazada y a dos hijos, de ocho y cuatro años. L.P. escuchó que en 2009 será difícil conseguir empleo. J.E. tiene el semblante de la preocupación. Desde septiembre su negocio de venta de carros está “por el suelo”, de cinco que vendía en un mes, en octubre se registró una compra y a la fecha, noviembre, todavía no hay ganancias. “Es el preludio de la crisis que se avecina”, le comentó su socio. La felicidad de estrenar penthouse y yipeta con su esposa e hijos le duró poco a J.E., “el próximo año pinta oscuro”. El descenso en los ingresos económicos de L.P. y J.E. podría repercutir en sus relaciones intrafamiliares. El economista Jaime Aristy Escuder asegura que la recesión económica nacional e internacional de 2009 “producirá un aumento de las agresiones contra la mujer y sus hijos. Por lo general, la factura de la crisis económica es pagada por la mujer y sus hijos”. Aristy Escuder no hace este pronóstico a partir de evidencias empíricas, utiliza el modelo de probabilidad de violencia doméstica que creó en abril de 2008 y por el cual ganó el Premio Microsoft de Investigación en Derecho y Economía Robert D. Coo-
LP
EN DOS PREGUNTAS
Jaime Aristy Escuder presentó el modelo en Harvard.
ter de la Universidad de Berkeley de los Estados Unidos, hace dos meses. Explica: “El modelo determina la probabilidad de que un hombre ejerza violencia doméstica contra su pareja, ya que evalúa la educación del hombre y de la mujer, el nivel de ingresos, el estado laboral –si está empleado o desempleado-, el grado de violencia del entorno familiar y comunitario en el cual creció el hombre”. Ciento sesenta mujeres han sido asesinadas por sus esposos y compañeros en este 2008, 32 más que en el 2007, 20 más que en 2006 y 11 más que en 2005, según la Procuraduría General de la República. Aristy Escuder presentó el modelo preventivo a estas autoridades y espera que decidan que se aplique una encuesta a nivel nacional para obtener los datos que permitan cuantificar los parámetros del modelo. “Tanto Radhamés Jiménez (procurador general de la República), como Roxanna Reyes (procuradora adjunta para la Protección de la
Mujer) han mostrado mucho interés en conocer los detalles del modelo. Espero que lo acojan para ayudar a nuestras mujeres a ser más felices”. COSTOS. Relata Aristy Escuder que al presentar el modelo en Estados Unidos una de las mujeres del auditorio comentó que tan pronto llegara a su casa le calcularía a su marido la probabilidad de que ejerciera violencia doméstica. “Todo el mundo explotó en carcajadas, pero la realidad es que la mujer golpeada no necesita que se le explique este modelo, pues es su representación humana. Y eso es sumamente triste”. Según estudios previos que incluyó en la presentación de la investigación “El uso de métodos econométricos para prevenir la violencia doméstica y sancionarla objetivamente en los tribunales de la República Dominicana” en la Universidad de Berkeley, una mujer no escapa de la agresividad de su esposo o compañero aún sea la proveedora
¿Por qué estudiar el fenómeno de la violencia intrafamiliar? Me encantan los retos. Soy economista y matemático, siempre he pensado que esas áreas tienen un extraordinario arsenal analítico y cuantitativo que puede ser utilizado para entender mejor lo que sucede en la sociedad. El modelo de probabilidad de violencia doméstica es resultado de mi deseo de aportar a la creación de un mundo mejor. Además de este método, que nos trae esperanzas en la fase de prevención, cuál es su consejo para que una mujer salga de la violencia. Es necesario crear una mejor sociedad. La violencia doméstica debe ser combatida desde que el niño nace. Se le debe enseñar a respetar a la mujer y sobre todo a su compañera. Las comunidades deben tener tolerancia cero contra la violencia intrafamiliar. Niños con nuevos valores serán los portadores de una sociedad más equitativa y menos violenta.
de los ingresos del hogar. Pues, “salvada la variable económica” se deben tomar en cuenta las “relacionadas con la agresividad de la pareja, que es medida por la cantidad de trifulcas en que se ve envuelto en la comunidad”. El método revela, entonces, variables que amortiguan y otras que expanden la probabilidad de violencia. La econometría aplicada al fenómeno también devela el costo económico que genera una mujer asesinada. La ecuación relaciona el
valor presente con la cantidad de ingresos que hubiese producido durante su vida, pero aclara Escuder, “el dolor que provoca la pérdida de una madre es incuantificable, en especial para los hijos que quedan huérfanos y desamparados”. El modelo, que parte del método econométrico, demuestra que la violencia reduce la productividad de la mujer, pues merma su capacidad de pensar y trabajar adecuadamente. SENTENCIAS OBJETIVAS. La Fiscalía del Distrito revela que 7,054 mujeres denunciaron agresión de parte de su pareja. Los denunciados son obligados a acudir a una serie de charlas que le permitan comprender y dominar la ira. El modelo permitiría determinar cuál es la probabilidad de que un hombre denunciado por su pareja como agresor verbal pueda convertirse en agresor físico e incluso cometa feminicidio. También, que los jueces tengan datos objetivos para “la intensidad de las sentencias”. “El uso de esta herramienta ayudaría a que se le ponga más atención a las denuncias de las mujeres, mediante lo cual se reduciría la probabilidad de que siga perpetuándose el abuso que comete su pareja”, indica Aristy Escuder. L.P. y J.E. aceptarían realizarse la “prueba de la econometría” para prevenir. No obstante, consideran que la promoción de empleo e ingresos reducirán la probabilidad de violencia contra la mujer en el país.
Fotomontaje portada: Irving Cleto
En www.diariolibre.com Puede consultar en línea a los terapeutas Solange Alvarado y Puro Blanco y a la procuradora adjunta Roxanna Reyes sobre cómo salir de la violencia y cómo tratar a un agresor. Responderán preguntas hasta el próximo cinco de diciembre. Entre a la dirección electrónica: www.hym-diariolibre.com/suplementos/violenciamujer También puede leer este especial en la web de Diario Libre.
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Actitudes que delatan al hombre violento En el noviazgo le impide vestirse como quiere, ignora los deseos o necesidades de la mujer, sólo quiere que salga con él y le prohíbe tener amigos… Cuando se casan da “golpes emocionales” y es capaz de poner los bienes patrimoniales en nombre de terceros para dejarla en la calle. TEXTO: ITANIA MARÍA / FOTO: ALEXANDRA RAMÍREZ ú eres sólo para mí”. “No te estás cuidando, estás más gorda”. “Si eres alguien en la vida, me lo debes a mí”. “Sin mí, tú no puedes vivir”; “estamos juntos, pero yo me puedo dar las mujeres que quiera, cuando yo quiera”. Las frases dichas por un hombre, cuya única intención es descalificar a su novia o a su esposa; minar su autoestima con una violencia psicológica que no conoce límites. “La mujer se puede dar cuenta incluso desde el noviazgo si tiene a su lado un hombre violento. Cuando, por ejemplo, el hombre le impide vestirse como quiere, sino que debe ser como él diga hay un golpeo emocional que es terrible, que es el burlarse de la apariencia externa de la mujer. Esa burla sutil ignora los deseos o necesidades de la mujer, sólo quiere que salga con él y le prohibe tener amigos”, afirma el psicólogo Puro Blanco. Estos son gestos que denotan posesión, sentido de dominio del otro “porque no sólo es violencia cuando el hombre te deja un ojo morado o magullones en los brazos”. El hombre violento busca todas las maneras de descalificar con frases como: “Estás tan gorda como un elefante”, “te estás poniendo vieja”, “que es lo que tu estás hablando… quien sabe de esto soy yo”. Una de las características de este tipo de hombres es que para los amigos y demás familiares es
“T
atienda, “es un hombre que olvida la parte afectiva y no expresa cariño”. Suele ser un hombre con tendencia a humillar; también aprendió la mala educación de género, que es típico en República Dominicana: el hombre es el fuerte, el hombre es el proveedor, es quien sabe, la mujer debe ser sumisa y pasiva.
“Es un hombre desconfiado, de baja autoestima, con baja inteligencia emocional, o sea, tiene poco control de sus emociones”
“El hombre violento muchas veces tiene algún tipo de adicción, al alcohol o a las drogas”
Puro Blanco es el terapeuta pionero en trabajar con los hombres maltratadores para liberarlos de iras.
normal, agradable y hasta simpático, pero con su mujer son otra cosa. El hombre violento es celoso, en el fondo es inseguro y por lo normal viene de hogares donde sufrió abandono y en el fondo teme perder la pareja y al tener temor, la persigue. “Es un hombre desconfiado, de baja autoestima, entonces, al no valorarse, al no quererse lo suficiente, es un hombre con baja inteligencia emocional, o
sea, tiene poco control de sus emociones. Nosotros lo llamamos de mecha corta. Se parece a las dinamitas, que se encienden rápido; tiene un mal manejo de la ira”. El hombre violento muchas veces tiene algún tipo de adicción al alcohol y a las drogas. Es manipulador, controlador de todos los pasos de la mujer; es el hombre que a veces ve el matrimonio como una vía para no estar solo y tener quien lo
SIN DISTINCIÓN. De acuerdo con Blanco en la clase social alta la descalificación y la violencia psicológica es más fuerte y además ocurre la violencia patrimonial. En esta relación el hombre violento no pierde tiempo en recordarle a su compañera que tiene mucho más dinero, la puede dejar en la calle y sin los hijos cuando quiera; le echa en cara que sus relaciones sociales son mejores, además de enrostrarle que los logros de él son mucho más remarcables. “También, en el caso de la familia con dinero, si la mujer tiene planes de vida, como estudiar, hacer una especialidad en su carrera o algún otro curso, el hombre le dice que no necesita eso porque lo tiene todo; pero esto es sólo una manera de no dejarla crecer y que tampoco se desarrolle”. “Conocí de un caso en que un hombre, de manera fría, calculadora, cambió a nombre de un tercero vehículos y algunos otros bienes; al divorciarse dejó a la que era su esposa sin un centavo”.
TRABAJO PARA RATO Cinco mil agresores han tomado el ciclo de ocho charlas obligatorias con la intención de cambiar sus actitudes violentas, desde junio de 2005, según los cálculos del psicólogo Puro Blanco. Los cambios se cuecen a fuego lento. José, nombre supuesto de un agresor de 39 años, asegura que por temor a que lo enviaran a la cárcel de La Victoria o Najayo “no tuvo más remedio que acudir a la serie de charlas” de la Unidad de Prevención y Atención de la Violencia de la avenida Rómulo Betancourt. Se sintió, como otros compañeros, tratado con injusticia porque “¿dónde estaba la mujer que agredí?”, los agresores piensan que a las mujeres se les concede mejor trato. “Pero, una vez que tienes la primera charla con Puro (se refiere al creador del programa), nos olvidamos de esa visión de injusticia. Olvidas que estás porque fue la Fiscalía que te mandó, encuentras pautas para tu relación de pareja y familia, aunque ya estés divorciado, como es mi caso. Me hubiese gustado esta orientación antes de todo lo que hice”, comentó el ingeniero que lucha por liberarse de la ira. Blanco revela un estudio que asegura que cuatro hombres de 578 reincidieron en conductas violentas tras asistir al ciclo de charlas. Su propuesta coincide con la prevención que conlleva la construcción ecológica de la masculinidad desde las escuelas, las iglesias y los medios de comunicación. “Esto nos llevará tiempo”, advierte.
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Clases para superar el machismo Desde septiembre pasado la Fiscalía abrió el Centro Conductual para Hombres. Ha recibido 400 por las fiscalías barriales, han atendido a 300 y alrededor de 200 permanecen en jornadas terapéuticas semanales. TEXTO: ITANIA MARÍA / FOTO: ALEXANDRA RAMÍREZ
o tomaba alcohol todos los fines de semana. Llegaba a la casa, comenzaba a pelear con mi mujer y acababa gritándole palabras groseras; era una situación insoportable… Hasta mis hijos preferían que yo no fuera a la casa (…) Un sábado sucedió igual: llegué, discutimos, le pegué muy fuerte… Ella se querelló en la Fiscalía”. Ramón Ferreras, con 29 años, reconoce que no sabe como su esposa seguía con él. Viven juntos hace 12 años y tienen dos hijos: un pre adolescente, de 11años, y una niña de siete. De la querella hace casi dos meses. Ramón fue referido al Centro Conductual para Hombres y afirma que es un hombre que ha empezado a cambiar. Tanto que se convirtió en evangélico. Ramón también ha asistido a siete sesiones terapéuticas y reconoce el gran cambio que ha dado. “He aprendido a valorar a mi mujer; me he dado cuenta que uno no debe hacer eso porque uno está como alucinando…Después de golpearla, de ofenderla, uno se siente mal… Los hombres nos dejamos llevar por la ira, pero aquí me han enseñado a detectar cuando uno está incómodo (cuando ya el tono de mi voz cambia al igual que el aspecto de la cara) y a controlar la ira”.
“Y
POR CELOS “DE ELLA”. Robinson Alcántara, de 31 años, reconoce que a pesar de que fue referido al Centro “hace mucho” ha tenido varios inconvenientes
El terapeuta Gregorio Marte orienta a un grupo de hombres para que “sanen sus iras” en el Centro Conductual.
para asistir, desde no encontrar el lugar (ubicado en la Yolanda Guzmán casi esquina avenida 27 de Febrero) o por la lluvia. Suele llegar tarde a las sesiones. -¿Llegaste al centro porque hubo violencia entre usted y su esposa? - No hubo violencia… Hubo un mal entendido... no hubo violencia; dicen que más vale prevenir y quizás, ella quiso prevenir... -Entonces, ¿Qué sucedió? ¿Por qué tu compañera te llevó a la Fiscalía? -Yo llegué, me quejé del calor que hacía y ella me respondió “pero ve y dile a (dijo el nombre de una amiga de la familia) que te lo compre… Empezamos a discutir y yo comencé a decirle palabras fuertes y groseras; después fue a la Fiscalía, me citaron y dijeron que tenía que venir a unas sesiones. Aunque reconoce que ofendió a su compañera, Robinson asegura que nunca la ha maltratado de manera física. “Tenemos 10 años viviendo juntos con dos niños, de siete y tres años… Yo la quiero mucho, pero su problema es que es muy celosa”.
LLEGAN OBLIGADOS Consuelo Zuluaga Jordán, subdirectora del Centro Conductual para Hombres, dice que el machismo es negativo para el proceso de sanación de los hombres. “Los hombres llegan porque se sienten obligados, pero en verdad es una oportunidad que les da la Fiscalía para que se reinserten a la sociedad, y porque si no acuden son reportados a la Fiscalía y sometidos a la Justicia”. Uno de los aspectos positivos es que los hombres referidos asisten tras participar en la charla de sensibilización en la que se les explica lo que es el Centro, sus objetivos y cómo funciona y cómo harán el programa de terapias. “Hasta la fecha, 98 por ciento de los hombres ha vuelto, quiere decir que se han enganchado con el terapeuta y el procedimiento de sanación y eso es un éxito”, dice la subdirectora. El Centro abrió en septiembre pasado, han recibido 400 referidos, atendido a 300 y alrededor de 200 permanecen en jornadas terapéuticas semanales.
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do que es lo contrario: hay que sacar toda la basura de la casa. De mi decisión de ir la Fiscalía ha pasado poco más de un año, casi el tiempo que conocí el Centro de Atención a Sobrevivientes de Violencia. Y no me arrepiento”.
“Nosotras vencimos” Rosita, Eva y Luisa cuentan sus historias de victoria sobre la violencia para inspirar a mujeres que viven en esta situación y demostrarles que sí se puede salir del laberinto. TEXTO: ITANIA MARÍA Y ELVIRA LORA / ILUSTRACIÓN: R. SANDOVAL unque nacimos, crecimos y vivimos en lugares distantes, aunque nunca antes nos habíamos visto la cara, hoy día somos grandes amigas. Nos unió el dolor, la vergüenza, la humillación... A mí, Rosita, y a Eva el destino nos juntó en el Centro de Atención a Sobrevivientes de Violencia. De Luisa sabemos que busca cómo llegar. Sí, fue en este lugar donde hemos aprendido a mirar a los ojos de nuestros agresores, a no permitirles más golpes ni mucho menos palabras ofensivas que
“A
Rosita “Uno de mis mayores triunfos es que cuando me topo en la calle con mi ex compañero quien baja la mirada es él”.
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nos hacían sentir menos que la nada; aquí hemos aprendido a andar por la calle con la frente en alto; hemos recuperado lo que sin darnos casi cuenta perdimos: nuestra autoestima. Aquí hemos experimentado una metamorfosis opuesta a la descrita por Franz Kafka: de sentirnos cada mañana un bicho raro y repugnante, a vernos cada día como lo que somos: mujeres valiosas, inteligentes y hermosas. Decidimos contar nuestras historias para que las mujeres se den cuenta de que es posible salir del cír-
culo de la violencia; para que las mujeres sepan que podemos ser dueñas de nuestro destino y no terminar con tres balazos en la cabeza, muertas a cuchilladas, a golpes, quemadas o estranguladas. Hemos querido contar nuestras historias de victoria sobre la violencia para inspirar a mujeres que viven en esta situación y demostrarles que sí se puede. Voy a comenzar por mi historia…”. ROSITA “Uno de mis mayores triunfos es que cuando me
topo en la calle del barrio con mi ex compañero, quien baja la mirada es él. Ahora yo lo miro a los ojos y él no puede sostener mi mirada. Yo vivía en un hogar de completa violencia: él me golpeaba, me zarandeaba por los hombros, me insultaba a mí y a mis hijos. Él era una persona agresiva, bebía todos los días y dormía con un machete al lado de la cama. También nos gritaba “yo voy a matarlos a todos, yo los voy a envenenar a todos” … Me quedaba calladita porque vivía con miedo porque yo
no sabía que el Centro de Atención a Sobrevivientes de Violencia existía. En una ocasión hace varios años, me dio un golpe tan fuerte que perdí la audición. Fui al destacamento de Villa Juana, (todavía no existían las fiscalías barriales), pero todo se diluyó en procedimientos de la Policía y le dieron tantas largas al asunto que lo dejé así. En 2004 le propuse ir a un psicólogo, me acompañó sólo a dos sesiones y de nuevo vino la violencia. Aquí en el Centro aprendí que mis 18 años de casada los viví en violencia
junto con mis hijos. Los insultos (“Quítateme de ahí”… “Dame agua”… “¿Qué me vas a dar de comer?”) eran constantes cada día. Cuando yo le decía que quería ir al cine, porque me gusta mucho el cine, me respondía “que tu vas a buscar al cine”. Yo siempre tengo dinero porque tengo mi negocio, vendo jugos, vendía chimis en mi casa. Siempre me preguntaba por qué aguantaba todo esto y me respondía que por miedo. Un día se paró medio a medio la calle y me gritó tantas malas palabras que lo único que hice fue bajar la cabeza y llorar. En ese instante le pedí a Dios que me diera una luz porque ya yo no aguantaba más y esa noche viendo la televisión recibí esa señal: vi como 100 anuncios de la Fiscalía y de sus programas de atención a la mujer agredida. En ese momento me dije “mañana tempranito me voy a la Fiscalía”. Cuando llegué a la fiscalía de mi barrio me atendieron de inmediato, me trataron como la gente y a pesar de mi miedo, seguí adelante. Él no quería ir cuando fue citado por la fiscal, pero al final asistió. Después no se quería ir de la casa. A veces yo me decía que no me quería dejar de él por mis hijas que son muy apegadas a su papá, pero ahora he aprendi-
EVA “Tengo 49 años, tres hijos y un matrimonio de 22 años. Yo viví un infierno pero hoy yo quiero que la gente sepa que viví en la violencia, pero que salí adelante y mi hogar hoy es una felicidad. Viví mucha agresión verbal de parte de mi esposo. A él le gustaba opacarme con palabras, gritándome obscenidades a pesar de que él está consciente de mi valor y le saca provecho: tengo mi negocio en la casa, vendo pollo, habichuelas hervidas y ensalada. Soy muy hábil manejando dinero, a pesar de que no estudié. Él sabía que aunque trabajara o no, en la casa nunca faltaba comida y los libros de mis muchachos. Hago todo lo imposible para que no sufran y para que estudien. Soy evangélica pentecostés y una de sus formas de disminuirme era aprovechar cuando había clientes en el negocio para comenzar a vociferarme que yo iba a la iglesia enamorada, a buscar hombres, que había abandonado mi casa por la iglesia: “Mira como vas con ropa estrechita”… Yo vendo pollo, pero siempre estoy bien arregladita, me lavo la cabeza diario, me pongo bonita y me arreglo las uñas de mis pies y manos. Siempre me ha gustado estar bien cambiada y limpia. Un día yo estaba trabajando con muchos clientes y él empezó a vocearme cosas feas y la gente lo miraba y yo llorando y sólo les decía no le hicieran caso que ese hombre está loco. En ese momento pensé que tenía que ponerle una parada a la situación porque mis hijos ya están grandes. Ese día decidí que él o cambiaba o se iba de la casa. Sentía mucha vergüenza
Eva
LA VOZ DE LA SATISFACCIÓN
“Sentía mucha vergüenza porque después de tantos años de casada tomar una decisión así...”
“Como el ave fénix estas mujeres levantan el vuelo. Eso es lo que hace que nuestro trabajo valga la pena; son estos testimonios que nos dicen que hay esperanza”, precisa Solange Alvarado, directora del Centro de Atención a Mujeres Sobrevivientes. “Para mí es un privilegio trabajar con esas mujeres y con el equipo”. Para este trabajo se prefirió no tomar fotos de las sobrevivientes para guardar la intimidad de sus familias. El equipo está conformado por cuatro terapeutas, una trabajadora social, una psiquiatra, dos terapeutas corporales y una terapeuta psicométrica. El horario de trabajo es de ocho mañana a siete de la noche.
Luisa
Solange Alvarado, directora del Centro de Atención a Mujeres Sobrevivientes.
“He vuelto a la casa de mis padres, en Constanza y comencé a buscar empleo en Santo Domingo. Ahora me dice que usará su dinero para que no me lleve a los niños.”
porque después de tantos años de casada tomar una decisión así... Por eso acudí a una fiscalía que no era la de mi barrio. Cuando llegué a casa lo comenté con mi hijo mayor, que ya está en la universidad, y me dijo que era lo justo. Le dije a mi esposo que me acompañara a la fiscalía que tendríamos una conversación y que si él no cambiaba nos íbamos a separar. Pero el accedió y además asistió a ocho charlas para hombres con el psicólogo Puro Blanco. Yo venía al Centro y mi esposo a las charlas. Hoy doy como testimonio que después de seis meses mi hogar está nuevo. Ha mejorado la confianza, la comunicación, la relación con los hijos, con los vecinos. Hoy día dialogamos, él ya no grita. Me decidí a buscar ayuda y salvé mi hogar. A cualquiera que esté pasando por una situación de violencia les digo que no tengan vergüenza y acudan en busca de ayuda”.
LUISA Estoy decidida a acudir a un lugar donde me ayuden. No importa que viva entre Jarabacoa y Constanza, donde parecería que la primavera es eterna. Pero no, aquí he sufrido en demasía por los maltratos que él me propina. A veces pienso que lo busqué. Soy mercadóloga. Luego de terminar los estudios en una importante universidad de Santiago regresé a Constanza porque conseguí trabajo en una exportadora de frutas. Él es uno de los productores más importantes de Jarabacoa y visitaba siempre la compañía. Me habló de sus propiedades en Jarabacoa y de su búsqueda de una mujer profesional como yo, que lo ayudara a demostrar que podía. Su familia cree que me enamoré de su dinero pero no, fui educada con valores. En una de sus visitas a Constanza quedé embarazada. De la niña buena de la casa me convertí en el ejemplo que no se podía se-
guir, mis padres le dijeron a todos que quedé embarazada de un campesino rico, pero campesino. Yo estaba decidida a ser madre soltera. No lo aceptaron. ¿Cómo una muchacha de familia iba a ser madre soltera? ¿Qué le dirían al cura? Ellos querían un futuro mejor con un abogado de la capital que me cortejaba. Pero, me obligaron a casarme con el campesino. Aunque no lo crean, en el trayecto de Constanza a Jarabacoa conocí su ira con el mundo, pues aunque es rico no es conocido. En ese viaje me obligó a realizarle sexo. Pensé que era una broma, pero como no acepté me abofeteó. Pidió perdón, lo perdoné. Dos semanas después me pidió que le hiciera una comida, yo no sé cocinar, pero ese día tuve que hacerlo porque me amenazó de muerte. Intenté reconciliarme con mis padres, pero no. Había que salvar el apellido, pues si no teníamos dinero como antes debíamos proteger el apellido. Para alegrarme, él construyó un palacio donde a los pocos días se convirtió en rey. Intenté pedir trabajo en la compañía donde trabajaba, pero él les contó que le fui infiel. Sin más remedio me quedé con él y quedé embarazada. Di a luz y a los seis días me tumbó de la cama ante mi negativa de tener sexo. Me quedaron los morados en el cuerpo y los vio una de sus primas, mi confidente. Ella me empezó a ayudar y me aconsejó que buscara un lugar en la capital, pero él me embarazó otra vez y tuve que refugiarme en mí y en su prima. Ella está asustada, pues la última vez que me amenazó yo tomé el cuchillo. Casi nos matamos. He vuelto a la casa de mis padres, en Constanza y comencé a buscar empleo en Santo Domingo. Ahora me dice que usará su dinero para que no me lleve a los niños. A mí no me atemoriza, ya no estoy cerca de él y si veo la primavera. Buscaré toda la ayuda que sea necesaria
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do que es lo contrario: hay que sacar toda la basura de la casa. De mi decisión de ir la Fiscalía ha pasado poco más de un año, casi el tiempo que conocí el Centro de Atención a Sobrevivientes de Violencia. Y no me arrepiento”.
“Nosotras vencimos” Rosita, Eva y Luisa cuentan sus historias de victoria sobre la violencia para inspirar a mujeres que viven en esta situación y demostrarles que sí se puede salir del laberinto. TEXTO: ITANIA MARÍA Y ELVIRA LORA / ILUSTRACIÓN: R. SANDOVAL unque nacimos, crecimos y vivimos en lugares distantes, aunque nunca antes nos habíamos visto la cara, hoy día somos grandes amigas. Nos unió el dolor, la vergüenza, la humillación... A mí, Rosita, y a Eva el destino nos juntó en el Centro de Atención a Sobrevivientes de Violencia. De Luisa sabemos que busca cómo llegar. Sí, fue en este lugar donde hemos aprendido a mirar a los ojos de nuestros agresores, a no permitirles más golpes ni mucho menos palabras ofensivas que
“A
Rosita “Uno de mis mayores triunfos es que cuando me topo en la calle con mi ex compañero quien baja la mirada es él”.
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nos hacían sentir menos que la nada; aquí hemos aprendido a andar por la calle con la frente en alto; hemos recuperado lo que sin darnos casi cuenta perdimos: nuestra autoestima. Aquí hemos experimentado una metamorfosis opuesta a la descrita por Franz Kafka: de sentirnos cada mañana un bicho raro y repugnante, a vernos cada día como lo que somos: mujeres valiosas, inteligentes y hermosas. Decidimos contar nuestras historias para que las mujeres se den cuenta de que es posible salir del cír-
culo de la violencia; para que las mujeres sepan que podemos ser dueñas de nuestro destino y no terminar con tres balazos en la cabeza, muertas a cuchilladas, a golpes, quemadas o estranguladas. Hemos querido contar nuestras historias de victoria sobre la violencia para inspirar a mujeres que viven en esta situación y demostrarles que sí se puede. Voy a comenzar por mi historia…”. ROSITA “Uno de mis mayores triunfos es que cuando me
topo en la calle del barrio con mi ex compañero, quien baja la mirada es él. Ahora yo lo miro a los ojos y él no puede sostener mi mirada. Yo vivía en un hogar de completa violencia: él me golpeaba, me zarandeaba por los hombros, me insultaba a mí y a mis hijos. Él era una persona agresiva, bebía todos los días y dormía con un machete al lado de la cama. También nos gritaba “yo voy a matarlos a todos, yo los voy a envenenar a todos” … Me quedaba calladita porque vivía con miedo porque yo
no sabía que el Centro de Atención a Sobrevivientes de Violencia existía. En una ocasión hace varios años, me dio un golpe tan fuerte que perdí la audición. Fui al destacamento de Villa Juana, (todavía no existían las fiscalías barriales), pero todo se diluyó en procedimientos de la Policía y le dieron tantas largas al asunto que lo dejé así. En 2004 le propuse ir a un psicólogo, me acompañó sólo a dos sesiones y de nuevo vino la violencia. Aquí en el Centro aprendí que mis 18 años de casada los viví en violencia
junto con mis hijos. Los insultos (“Quítateme de ahí”… “Dame agua”… “¿Qué me vas a dar de comer?”) eran constantes cada día. Cuando yo le decía que quería ir al cine, porque me gusta mucho el cine, me respondía “que tu vas a buscar al cine”. Yo siempre tengo dinero porque tengo mi negocio, vendo jugos, vendía chimis en mi casa. Siempre me preguntaba por qué aguantaba todo esto y me respondía que por miedo. Un día se paró medio a medio la calle y me gritó tantas malas palabras que lo único que hice fue bajar la cabeza y llorar. En ese instante le pedí a Dios que me diera una luz porque ya yo no aguantaba más y esa noche viendo la televisión recibí esa señal: vi como 100 anuncios de la Fiscalía y de sus programas de atención a la mujer agredida. En ese momento me dije “mañana tempranito me voy a la Fiscalía”. Cuando llegué a la fiscalía de mi barrio me atendieron de inmediato, me trataron como la gente y a pesar de mi miedo, seguí adelante. Él no quería ir cuando fue citado por la fiscal, pero al final asistió. Después no se quería ir de la casa. A veces yo me decía que no me quería dejar de él por mis hijas que son muy apegadas a su papá, pero ahora he aprendi-
EVA “Tengo 49 años, tres hijos y un matrimonio de 22 años. Yo viví un infierno pero hoy yo quiero que la gente sepa que viví en la violencia, pero que salí adelante y mi hogar hoy es una felicidad. Viví mucha agresión verbal de parte de mi esposo. A él le gustaba opacarme con palabras, gritándome obscenidades a pesar de que él está consciente de mi valor y le saca provecho: tengo mi negocio en la casa, vendo pollo, habichuelas hervidas y ensalada. Soy muy hábil manejando dinero, a pesar de que no estudié. Él sabía que aunque trabajara o no, en la casa nunca faltaba comida y los libros de mis muchachos. Hago todo lo imposible para que no sufran y para que estudien. Soy evangélica pentecostés y una de sus formas de disminuirme era aprovechar cuando había clientes en el negocio para comenzar a vociferarme que yo iba a la iglesia enamorada, a buscar hombres, que había abandonado mi casa por la iglesia: “Mira como vas con ropa estrechita”… Yo vendo pollo, pero siempre estoy bien arregladita, me lavo la cabeza diario, me pongo bonita y me arreglo las uñas de mis pies y manos. Siempre me ha gustado estar bien cambiada y limpia. Un día yo estaba trabajando con muchos clientes y él empezó a vocearme cosas feas y la gente lo miraba y yo llorando y sólo les decía no le hicieran caso que ese hombre está loco. En ese momento pensé que tenía que ponerle una parada a la situación porque mis hijos ya están grandes. Ese día decidí que él o cambiaba o se iba de la casa. Sentía mucha vergüenza
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LA VOZ DE LA SATISFACCIÓN
“Sentía mucha vergüenza porque después de tantos años de casada tomar una decisión así...”
“Como el ave fénix estas mujeres levantan el vuelo. Eso es lo que hace que nuestro trabajo valga la pena; son estos testimonios que nos dicen que hay esperanza”, precisa Solange Alvarado, directora del Centro de Atención a Mujeres Sobrevivientes. “Para mí es un privilegio trabajar con esas mujeres y con el equipo”. Para este trabajo se prefirió no tomar fotos de las sobrevivientes para guardar la intimidad de sus familias. El equipo está conformado por cuatro terapeutas, una trabajadora social, una psiquiatra, dos terapeutas corporales y una terapeuta psicométrica. El horario de trabajo es de ocho mañana a siete de la noche.
Luisa
Solange Alvarado, directora del Centro de Atención a Mujeres Sobrevivientes.
“He vuelto a la casa de mis padres, en Constanza y comencé a buscar empleo en Santo Domingo. Ahora me dice que usará su dinero para que no me lleve a los niños.”
porque después de tantos años de casada tomar una decisión así... Por eso acudí a una fiscalía que no era la de mi barrio. Cuando llegué a casa lo comenté con mi hijo mayor, que ya está en la universidad, y me dijo que era lo justo. Le dije a mi esposo que me acompañara a la fiscalía que tendríamos una conversación y que si él no cambiaba nos íbamos a separar. Pero el accedió y además asistió a ocho charlas para hombres con el psicólogo Puro Blanco. Yo venía al Centro y mi esposo a las charlas. Hoy doy como testimonio que después de seis meses mi hogar está nuevo. Ha mejorado la confianza, la comunicación, la relación con los hijos, con los vecinos. Hoy día dialogamos, él ya no grita. Me decidí a buscar ayuda y salvé mi hogar. A cualquiera que esté pasando por una situación de violencia les digo que no tengan vergüenza y acudan en busca de ayuda”.
LUISA Estoy decidida a acudir a un lugar donde me ayuden. No importa que viva entre Jarabacoa y Constanza, donde parecería que la primavera es eterna. Pero no, aquí he sufrido en demasía por los maltratos que él me propina. A veces pienso que lo busqué. Soy mercadóloga. Luego de terminar los estudios en una importante universidad de Santiago regresé a Constanza porque conseguí trabajo en una exportadora de frutas. Él es uno de los productores más importantes de Jarabacoa y visitaba siempre la compañía. Me habló de sus propiedades en Jarabacoa y de su búsqueda de una mujer profesional como yo, que lo ayudara a demostrar que podía. Su familia cree que me enamoré de su dinero pero no, fui educada con valores. En una de sus visitas a Constanza quedé embarazada. De la niña buena de la casa me convertí en el ejemplo que no se podía se-
guir, mis padres le dijeron a todos que quedé embarazada de un campesino rico, pero campesino. Yo estaba decidida a ser madre soltera. No lo aceptaron. ¿Cómo una muchacha de familia iba a ser madre soltera? ¿Qué le dirían al cura? Ellos querían un futuro mejor con un abogado de la capital que me cortejaba. Pero, me obligaron a casarme con el campesino. Aunque no lo crean, en el trayecto de Constanza a Jarabacoa conocí su ira con el mundo, pues aunque es rico no es conocido. En ese viaje me obligó a realizarle sexo. Pensé que era una broma, pero como no acepté me abofeteó. Pidió perdón, lo perdoné. Dos semanas después me pidió que le hiciera una comida, yo no sé cocinar, pero ese día tuve que hacerlo porque me amenazó de muerte. Intenté reconciliarme con mis padres, pero no. Había que salvar el apellido, pues si no teníamos dinero como antes debíamos proteger el apellido. Para alegrarme, él construyó un palacio donde a los pocos días se convirtió en rey. Intenté pedir trabajo en la compañía donde trabajaba, pero él les contó que le fui infiel. Sin más remedio me quedé con él y quedé embarazada. Di a luz y a los seis días me tumbó de la cama ante mi negativa de tener sexo. Me quedaron los morados en el cuerpo y los vio una de sus primas, mi confidente. Ella me empezó a ayudar y me aconsejó que buscara un lugar en la capital, pero él me embarazó otra vez y tuve que refugiarme en mí y en su prima. Ella está asustada, pues la última vez que me amenazó yo tomé el cuchillo. Casi nos matamos. He vuelto a la casa de mis padres, en Constanza y comencé a buscar empleo en Santo Domingo. Ahora me dice que usará su dinero para que no me lleve a los niños. A mí no me atemoriza, ya no estoy cerca de él y si veo la primavera. Buscaré toda la ayuda que sea necesaria
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Del cuerpo a la mente La ira y la culpa pueden trabajarse a través de movimientos corporales, así las mujeres crean conciencia de su “aquí y su ahora”. TEXTO ITANIA MARIA / FOTO CARMEN SUÁREZ
as mujeres en el salón quedan en silencio. Sentadas en el suelo, su cuerpo reposa en una colchonetita y al lado, un mullido cojín. Cierran los ojos. Se escucha una música suave y una tímida fragancia de flores
L
perfuma el ambiente. Es como estar en un pedazo de cielo. “Cerrar los ojos. Luego comenzar a respirar… Tomar aire… Dejarlo salir…”. La voz queda de Altagracia Valdez rompe el silencio. Llama a relajar-
se, a traer a su mente pensamientos positivos y a colocar a su lado, de forma imaginaria, a personas queridas. Entre 15 y 16 mujeres acuden cada martes, de cuatro de la tarde a siete de la noche, y rebosan uno de los salones del Centro de Atención a las Mujeres Víctimas de Violencia. Hacen lo que Valdez pide. Cada una debe acudir a siete sesiones. Valdez y María Elena Núñez comenzaron este programa hace un año. Están al frente del programa de Terapia Corporal a mujeres sobrevivientes de violencia. “Es un tipo de terapia que está fundamentada en el cuerpo de esas mujeres porque es el espacio donde reciben la agresión. Es ahí donde se registra la historia de maltratos de la que son objeto; la violencia física y la emocional afectan el cuerpo y el mundo emocional por el
LOS PRESTADORES DE SERVICIO Un martes por semana es dedicado a las psicólogas, fiscales y jueces que intervienen en casos de víctimas de violencia intrafamiliar. Valdez, que estudió terapia psico corporal en México, trabajó en Honduras y El Salvador en la formación y capacitación de jueces, fiscales, policías y personal que atienden a sobrevivientes de violencia, fue la creadora de estas sesiones. “Tenemos que continuar ampliando los servicios y trabajando con las personas que prestan este tipo de servicio”. Destaca que el Centro de Atención a la Violencia, que dirige Solange Alvarado, hace un trabajo integral: “Con las mujeres se trabajan las psicólogas en atención individual y en grupos -que es otra partey nosotras con el programa de Sanación Corporal”.
que atraviesa”, explica Valdez. Explica que trabajan la conciencia corporal; de que esa huella emocional que deja la violencia se supere a través de movimientos, gimnasia psicofísica, yoga, relajación. La rutina es resultado de un trabajo conocido a nivel internacional y está sustentado por investigaciones que han confirmado que “trabajar con el cuerpo desintoxica esas emociones que quedan atrapadas como el miedo, la ira y la culpa”. Esas son las tres emociones básicas que más afectan a una mujer sobreviviente de violencia. La mujer siente ira consigo misma y hacia el agresor; también se culpa y llega a creer que merece todo eso que le está pasando o piensa que hizo algo que provocó esa situación de violencia física o emocional en la que vive.
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MASAJES BENDITOS. Valdez, psicóloga y terapeuta corporal, con más de 20 años trabajando el tema de la violencia, asegura que el miedo, la ira y la culpa pueden trabajarse a través de movimientos corporales que permiten a las mujeres crear conciencia de su “aquí y su ahora” . “Si algo podemos resaltar de este trabajo, es que ayuda a centrar a la sobreviviente en su mente, que es uno de los elementos más importantes; cuando la mujer es atacada el miedo hace que pierda contacto con el aquí y el ahora. Con estos ejercicios aprenden a tomar responsabilidad con su historia emocional y a empoderarse de su presente para retomar la vida”. Cuando una mujer toma control de su historia y de su momento emocional, está claro que eso le ayuda a romper el vínculo con el agresor y sus
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“Es un trabajo dirigido a que las mujeres aprendan a cuidarse, a recuperar su autoestima, a cuidar más su cuerpo, que es su templo sagrado”
En esta sesión las psicólogas que intervienen en casos de violencia reciben la terapia de sanación corporal.
agresiones. “Es un trabajo dirigido a que las mujeres aprendan a cuidarse, a recuperar su autoestima, su autoconcepto, a valorarse más, a quererse más, a
cuidar más su cuerpo, que es su templo sagrado”. En lo que va de año, Valdez ha recibido muchas satisfacciones y testimonios. “Cuando una le enseña a una sobreviviente
a respirar de manera apropiada le ponemos tareas porque la que está atrapada en una emoción no respira, le duele el pecho, anda con temor y de hacer dos o tres ejercicios
que ayuden a centrar su mente, y que inhale profundo y exhalen, dicen: “Ya no siento que me duelen las costillas porque ahora siento que el oxígeno me llega profundo”.
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Mitos abajo “Creo que si es tan malo contigo, debes dejarlo, pero ella sacudía la cabeza y decía, Sé que debo, pero no puedo. Lo amo” (Extracto de un diálogo entre Oscar y Ana. “La breve y maravillosa vida de Óscar Wao”. Junot Díaz) TEXTO: ITANIA MARÍA / ILUSTRACIÓN: R.SANDOVAL / FOTO: CARMEN SUÁREZ
uántas mujeres como Ana, están envueltas en un círculo que al final podría acabar con su vida? Es posible que en este momento sean millones. También es posible que lo que las ate a esta situación sea estar presas a viejos mitos o el miedo a quedarse sola, perder su independencia económica. Para la presidenta del Patronato de Ayuda a Casos de Mujeres Maltratadas (PACAM), Soraya Lara de Mármol, estas mujeres viven un infierno a puerta cerrada. “Lo peor es que muchos de estos agresores pueden ser de cualquier clase, desde un médico, un juez, un diputado, un abogado, un artista, un presentador de televisión, un pastor, un maestro hasta el que vende plátanos o botellas en la calle. Un hombre inteligente puede ser un perverso narcisista”.
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DL: ¿Cómo puede una mujer detectar que es víctima de violencia? SLM: Muchas mujeres no se perciben como víctimas de violencia. Tienden a ver que es que su marido es impulsivo, tiene mal humor, mal carácter, incomprensible, pero jamás se dan cuenta que están siendo víctimas de malos tratos.
“Aceptar ser maltratada o violentada indicaría una toma de decisión, en muchos casos decidir dejarlo. Entonces es preferible negar que decidir.”
Estas se encuentran, cuando son parejas de maltratadores tipo pitbull, en aislamiento. Estos son más controladores y dependientes. Les prohiben salir, visitar amigas o que las visiten, visitar a sus familiares. A otras se les imposibilita estudiar en la universidad, trabajar. Son degradadas en sus emociones y sentimientos, las hacen sentir basura, que no sirven para nada, que no son buenas esposas, buenas madres. Las acusan de infidelidad con sus cuñados, primos, vecinos. Les controlan la forma de vestir, maquillarse y hasta por qué visitan la peluquería. Las parejas de los maltratadores tipo cobra no las aíslan, les permiten salir, estudiar y trabajar. Estos tienen un patrón sociopático en conflicto con la ley, necesitan espacio para cometer sus actos delictivos. Las obligan a tener sexo. Otros las obligan a tener sexo con personas de su género o el contrario para él verla en acción sexual en contra de su voluntad. Conductas manifiestas de celos que suelen ir desde obsesivos hasta delirantes. Se vuelven perseguidores, les revisan todas sus pertenencias, hasta sus prendas íntimas. Les introducen el dedo en la vagina para asegu-
rarse de que no se acostaron con otro hombre. Si tienen una creencia religiosa se burlan de su fe, comenten violencia espiritual. Usan contra ellas palabras hirientes, burlas, las ponen en ridículo en privado y en público. Les dicen que están feas, gordas, que si las dejan nadie se casará con ellas porque no encontrarán quien se enamore de ellas. Les alteran la percepción de la realidad, les niegan todo lo que dicen que él le dijo o hizo. Les dicen que eso es mentira, que se lo inventó; que no fue eso lo que le quiso decir, que ella siempre está inventando. Distracción de los bienes, es decir ocultan a las mujeres propiedades, cuen-
tas bancarias, el manejo del dinero, entre otras acciones. Violencia patrimonial. Rompen los trastes, televisores, les queman sus ropas y las casas donde viven. Violencia económica. No aportan económicamente a los gastos diarios de la casa, tanto la mujer como los hijos sufren de precariedades para alimentarse, vestir bien, tener dinero para el pago de los colegios, comprar libros, uniformes, dinero para ir al médico y comprar las medicinas, entre otros tipos de abusos. Les provocan abortos por golpes con la intención de que ocurra la pérdida. Las obligan a tomar abortivos o las llevan a que les practiquen un aborto en contra de su voluntad.
Las hace sentir culpables de todo lo ocurre, hasta las culpabilizan de los propios golpes que él le propina. “Te golpeé porque tú te lo buscaste”… “Si tú no.., no te hubiera golpeado”. El hombre que agrede lo hace porque sabe que la única herramienta que tiene para someter y denigrar a su mujer son los golpes. Ella no tiene que hacer nada para que ocurra. Todo esto puede venir o no acompañado de violencia física. Sentir miedo a ser golpeada o asesinada las paraliza. El miedo no les permite ver posibilidad de salida. La vergüenza les impide comentarlo con sus familiares y denunciarlo ante las autoridades. En terapia estas mujeres dicen que sien-
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ten vergüenza de contar todo lo que le ha estado pasando. Se avergüenzan de contar que su marido es un agresor y que comete todas las perversidades a las que las someten. Se avergüenzan de que sus hijos sepan lo que su marido les hace. DL: ¿Por qué una mujer que es abusada aguanta y aguanta, pensando “él cambiará”? SLM: La mujer maltratada termina sólo preocupándose por sobrevivir cada día. Se plantea cada mañana qué hará para evitar el maltrato o los golpes de su marido. Cómo evitar que la insulte. Realmente llega a temer por su vida. La desintegración psicológica a la que llega la mujer no le permite ver posibilidad de salida. Está en una depresión profunda que le altera su estado de ánimo con altos niveles de ansiedad, muchas de ellas presentan ataques de pánico. Estos últimos suelen aparecer por el sobresalto que vive la mujer debido a que no siempre sabe cuándo el marido la golpeará, cuándo la insultará, la atacará. Vive en zozobra. Las tensiones que viven día a día las destruye. El marido les amenaza con quitarles los hijos. Les dicen que él no se irá de la casa, que se vaya ella, que no le ayudará económicamente. Con este cuadro se le hace muy difícil poder salir de esta relación destructiva. Qué otra cosa se puede esperar de este infierno. Viven atrapadas en el ciclo de la violencia que es totalmente paradójico. Les golpean, ultrajan, denigran y después les dicen que las aman, que no lo volverán a hacer, que los perdonen. En cada fase de luna de miel, la víctima creerá que “esa vez sí es verdad que él va a cambiar” pero sólo dura hasta que se reinicia el ciclo con la fase de acumulación. Dadas todas estas circunstancias es comprensible el por qué se quedan atrapadas psicológicamente del maltratador o agresor las victimiza cada día más y más. Él tiene que asegurarse cada día qué hacer, qué decir para aumentar la victimización de la esposa. Hasta que renuncia a sí , a su autoestima, autonomía
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SLM: En este caso entra la autoestima, el nivel de madurez de la mujer y su nivel de conciencia acerca de qué es una relación de pareja sana. El que ama no maltrata. Es imposible amar a otra persona si uno no se ama. Es un pseudoamor. DL: ¿Cómo puede salir sola de este círculo vicioso? SLM: Hay mujeres que dicen que han logrado salir solas de la relación de malos tratos o violencia. Un día decidieron poner alto a la violencia. Dijeron ya no más. Estas mujeres un día temieron por sus vidas y fue suficiente para salir. Otras se valen de lecturas, consejos, de una buena amiga que crea en ellas y las apoyen. Otras dicen que Dios les ayudó a salir. Esto, me parece, dependerá del nivel de daño psicológico y emocional sufrido. La presidenta del Patronato de Ayuda a Casos de Mujeres Maltratadas (PACAM), Soraya Lara de Mármol.
y control de su vida. DL: ¿Por qué la mujer no se ve como víctima? SLM: Existe el estado disociativo el cual es un mecanismo de defensa que se activa para evitar el dolor. Las mujeres víctimas de violencia usan este mecanismo como una especie de anestesia emocional, como una negación a su sufrimiento y así sobrevivir psicológica y emocionalmente al sufrimiento. Algunos, hablan del doble ciego “no veo que no veo”. La mujer no se da cuenta que es víctima de violencia. Es difícil pensar que el hombre que le dice que la amó o la ama sea capaz de cometer tanta violencia sobre ella. Aceptar ser maltratada o violentada indicaría una toma de decisión, en muchos casos decidir dejarlo. Entonces es preferible negar que decidir. La cultura androcéntrica juega un papel importante en esto. Se establecen, se normalizan las relaciones de poder dentro de la relación de pareja “el hombre que domina y la mujer que somete”. DL: ¿Y en caso de que sabe que no cambiará, pero se escuda en “yo lo amo”?
“Los ataques de pánico suelen aparecer por el sobresalto que vive la mujer debido a que no sabe cuándo el marido la golpeará, cuándo la insultará, la atacará. Vive en zozobra”
DL:¿Decuálesherramientas se pueden auxiliar? SLM: Psicoterapia, lecturas, cursos, talleres, seminarios. Hay mecanismos personales que son útiles en este momento son tener fe y confianza en sí, sentir respeto por su vida, entender que existen otras formas de relaciones que están libres de violencia. Estar consciente que las relaciones de pareja han de ser justas y equitativas. Así como fundamentadas en el respeto. DL: ¿Qué piensa de la sentencia “más vale un malo conocido que un bueno por conocer”? SLM: Jamás. Es un mito que ha permanecido por años para justificar lo injustificable. La violencia no se justifica. DL: ¿Y este: “Prefiero estar con él que ponerle un padrastro a mis hijo-as”? SLM: Es parte de la fantasía que abriga la mujer de tener el marido y el padre ideal para sus hijos. A las mujeres les cuesta renunciar al sueño de que en un futuro puedan tener junto a su pareja un matrimonio mejor, como siempre lo soñó. Que algún día él cambiará. Esta espera a que el marido cambie puede durar toda la vida.
Las diputadas Josefa Castillo y Minou Tavárez Mirabal.
Especial para hombres 428 mujeres han sido asesinadas por sus compañeros de 2006 a la fecha, a pesar de las campañas que se han desarrollado en el país. La Cámara de Diputados y los Ayuntamientos se unen para evitar la violencia de género. TEXTO: ROMINA VÁSQUEZ / FOTO: ANABELLE PÉREZ
de diciembre de 1989. Diecinueve adolescentes recibían clases en la Escuela Politécnica de Montreal en Canadá. Mientras tomaban notas y analizaban las clases de su maestro, Marc Lépine irrumpió en la sala. El joven de 25 años apretó el gatillo, asesinando a 14 de las 19 que se estaban en el aula. Luego se suicidó. “He decidido enviar junto a los padres a las feministas que han arruinado mi vida. Ellas quieren retener las ventajas de ser mujer, mientras tratan de arrebatar aquellas de los hombres”, así escribió Lépine en la nota que encontró la policía sobre su cuerpo. Ser rechazado por las Fuerzas Armadas Canadienses y en el Politécnico, según él, era culpa de las feministas. Este joven planeaba asesinar a 19 mujeres más, pero el haber “empezado tarde” les permitió “sobrevivir”. Dos años después, un grupo de hombres de Ontario y Québec crearon la campaña del Lazo Blanco. Cerca de cien mil se unieron a la causa y se extendió a EEUU, Europa y parte de Latinoamérica. República Dominicana no es la excepción. En 2008 la vida de 160 féminas fue segada “en nombre del
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amor”, según Minou Tavarez Mirabal, diputada del Partido de la Liberación Dominicana (PLD). La Cámara de Diputados, los Ayuntamientos y la Comisión Nacional de Derechos Humanos se unen a la campaña del lazo blanco. Según Tavarez, estas comisiones decidieron incorporar la estrategia para concienciar a los hombres. “Esta alianza estratégica de poderes busca crear conciencia sobre la necesidad de erradicar y disminuir la violencia de género”, aseguró la congresista. La campaña comienza el 25 de este mes y finalizará el 10 de diciembre. Durante dieciséis días, los hombres deberán portar un lazo blanco en la solapa de sus camisas, como símbolo de apoyo a la mujer y a erradicar la violencia de género. Este año, según Josefa Castillo, diputada del municipio Santo Domingo Este por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), la cruzada representa un cambio. Es dirigida a los victimarios. Ellos deberán asumir un compromiso, rechazar esa violencia contra la mujer que ejercen los demás hombres y a crear conciencia con respecto al tema en sus respectivas comunidades.
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