FABRICE PARME
F. PARME
Astrid se aburre, quiere tener amigas. Así que, cuando llega al internado de Canterville, ¡adiós a la soledad! Pero hay más internos de lo esperado y algunos resultan inquietantes… ¿Quién ha dicho que los fantasmas no existen?
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Cómo atomizar a los fantasmas
¡Brotan las ideas en esta aventura en estado puro de Astrid Bromuro!
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Cómo atomizar a los fantasmas
¡La profesora particular ha dimitido y las escuelas privadas del barrio están completas! ¡Es una catástrofe!
y no quiero ni pensar en mandar a mi hija a un colegio público para que vuelva malhablada…
¡Clac!
¿Algún problema, querida?
Pff…
de s aceta dore La g eculapos esp o los filántr
¡ASTRID!
Mamá… Tal vez tenga la solución…
!?
¡Es de mala educación espiar las conversaciones de los adultos!
¡Papá está absorto en su periódico y apenas te escucha!
¡Lee este folleto, anda! ¿Qué conversación?
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Institución escolar de Canterville «Un lugar inspirado solo puede inspirar».
¡En el campo! Eso está muy lejos… ¡Y nunca has estudiado fuera de casa!
El internado de Canterville tiene un savoir faire ancestral en materia de enseñanza para señoritas.
Pero mamá… ¡Seguro que será fantástico ir a clase y compartir cuarto con chicas de mi edad!
Es un internado en el campo.
Dicen que el señor y la señora O’Flahertie, que fundaron la escuela hace 120 años, siguen velando sobre las dependencias y las alumnas. Para saber más acerca de esta leyenda, hay que estar previamente inscrita.
Veo que te has aprendido la lección de memoria.
¡300 000 DÓLARES!
¿Y a cuánto ascienden las tasas de inscripción?
Me he informado. Queda una plaza.
¿Qué?
Las cosas complicadas de adultos están escritas al final… En letra pequeñita.
No es el número ganador de la lotería, sino lo que hay que pagar para ofrecerle a tu hija el colegio de sus sueños. ¡EXORBITANTE!
A ese precio, es imposible que Astrid haga malas compañías. ¡Concedido!
¿Dónde está el problema si tiene solución?
¡Gracias papá!
Beso
Pero… Querido… e a d res cet do ga ula s La spec tropo e n los filá
Señora, las clases en Canterville empiezan hoy en un par de horas y tenemos el tiempo justo para llegar… ¡Vaya!
Señora Dottie, vaya preparando su maleta mientras inscribo a Astrid.
Ya está hecho, señora.
Benchley, prepare el coche. Ya está hecho, señora.
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Y ya he mandado hacer el uniforme reglamentario a medida con mis ahorros.
B… Br… Bra… Bro…
INTERNADO DE CANTERVILLE
¡Ah, aquí! Bromuro.
Dos horas más tarde…
Está en la clase de la señorita Poppyscoop.
¡Hola, Astrid!
Le he puesto biscotes y tofes por si acaso. ¡Gracias, señora Dottie!
Cuando esté formada la fila, las conduciré a sus habitaciones para que puedan dejar su equipaje.
¡Aplíquese, señorita Astrid!
¡No perdamos el tiempo, por favor!
¡Qué entrada tan vigorosa, señorita Calcott!
¡Buenos días, señora Butterscotch!
!? VRROOOMM
¡Hola, señorita Poppyscoop!
¡Es la profe de gimnasia! ¿Ah?
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Hum… Aún faltan dos alumnas.
De camino me he encontrado con estas señoritas que parecían haberse perdido. ¡Ah! ¡Gladys y Rebeca!
¡Ya estamos todas!
Te digo que el colegio fue construido en 1815.
Bien.
¡Que no! ¡En 1805!
El señor y la señora O’Flahertie fundaron el internado de Canterville en 1805…
¡Ssh!
¡No se habla! ¡Sino, no les contaré la leyenda del lugar!
… Con el objetivo de enseñar a todos los niños de la región. Niños y niñas, ricos y pobres.
Un día, al parecer, en clase de química, un alumno un tanto bromista quiso chinchar a una compañera y le cambió dos frascos…
El éxito fue inmediato. Los O’Flahertie impartían todas las clases.
El colegio explotó en mil pedazos y no se encontró a nadie.
¡Hala!
¿Lo ves? ¡Fue en 1805!
En 1815, el colegio se reconstruyó más grande y con las piedras del anterior edificio. ¡1815! ¡Tenía razón yo!
Desde entonces, se cuenta que los O’Flahertie y sus alumnos vagan por estos lares…
... con Las paredes impregnadas de sus espíritus…
¡Ssh!
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¡De noche, habitan las pesadillas de las malas alumnas y secuestran a los casos perdidos para llevárselas a las mazmorras!
De día, escuchan, observan, puntúan a las alumnas…
¡Tengo visiones…!
Con el tiempo, el internado de Canterville ganó fama internacional. Las solicitudes de inscripción aumentaron.
Al no poder recibir a todos los niños, se modificaron los criterios de selección. Y la institución se convirtió en internado para niñas de buenas familias. ¡Nosotras!
Princesas, duquesas, condesas o plebeyas…
Yo solo veo a alumnas con uniforme.
Y aquí termina la visita guiada. Hemos llegado a sus habitaciones. ¿Cuál es la mía?
¡Somos princesas!
Se alojarán por grupos de tres. Así tendrán menos que temer de los fantasmas. Me llamo Astrid. ¿Hacemos equipo?
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He oído vuestros nombres al pasar lista.
Pero ¿quién es quién? Ella es Rebeca.
No parecéis muy impresionadas por las revelaciones de la profesora…
Pero…
¿Nunca los habéis visto?
¡Ja, ja!
Y Gladys es la otra.
¡Nos vamos a divertir! Y tendremos un montón de cosas que contar.
¡Porque somos veteranas! Va a ser nuestro segundo año en esta fábrica de clones. Ya nos conocemos a los fantasmas de la señorita Poppyscoop de memoria.
Pues vas a tener que darte prisa con los momentos mágicos, porque no tenemos intención de quedarnos.
Sí, claro, como todas.
Cuando las alumnas nos disfrazamos por Halloween.
¡Para volver a atormentar a nuestros padres! Pero…
¡Estamos enclaustradas aquí por su voluntad!
¿Por qué?
¡Ah…!
Yo, al contrario, soy voluntaria.
¡nos escaparemos cuanto antes! Prefiero estudiar aquí que sola, en casa…
… Al igual que prefiero no dormir sola en esta habitación.
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¿Por qué?
Pero…
Pff…
Hay indicios que no mienten.
¿Te dan miedo los fantasmas? ¡Qué va!
A nosotras los trampantojos no nos dicen nada.
¿No os habéis dado cuenta de que los retratos del pasillo nos seguían con la mirada?
No somos entusiastas del arte.
¿Y eso? ¿No ha sido un indicio?
Pff… ¡el viento!
¡Con un toque de coincidencia!
!?
Escucha… La señorita Poppyscoop ha aprovechado una leyenda local para contar sus sandeces.
Ah… Pues es un alivio… Pero…
Tal vez deberíamos comentárselo a alguien…
O hacer el esfuerzo sobrenatural de volver a cerrarla.
¿No os parece?
Para que los pollitos que acaban de romper el cascarón, como tú, se porten bien.
¿Chicas…?
… Prefiero no ¡Tranqui! ¡No Antes, tenemos dormir sola en esta teníamos inten- que conocer habitación. ción de fugara las nuevas nos esta noche! internas…
He sabido enseguida que podía contar con vosotras.
Hemos sabido enseguida que no nos aburriríamos contigo.
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Hay indicios que no mienten.
… Y enseñarte las técnicas de supervivencia en el mundo de los vivos.
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Para empezar bien el año, haremos un pequeño repaso de las normas de comportamiento en clase.
1/ No hablar con las vecinas.
… Y evitar escuchar charlar a sus compañeras.
Eso no me impide escuchar cómo cuchichean Gladys y Rebeca.
Pero ¿cómo ha sabido lo que estaba pensando?
.............. .............. ......... .............. ......... .........
2/ Levantar la mano bien alto para hacer una pregunta o contestar.
¡Señorita Poppyscoop!
¿Esos estiramientos mejoran la reflexión?
¿Sí?
¡Pipí!
3/ Tomar siempre precauciones antes de entrar en clase. ¡Ande, vaya al servicio de todas formas! ¡Tarde!
4/ Levantarse cuando se nos pregunta o cuando la directora entra en la clase.
¿Sí, Astrid?
¿Y si las dos situaciones se dan al mismo tiempo?
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¡Pues te subes a la silla!
5/ Darle entonación al leer o al recitar un texto o un poema.
No digan:
Sino:
«De repente, se abrió la ventana de un golpe y un viento helador tomo posesión del lugar.»
¿Captan el matiz?
«¡De repenteee, se abrió la ventanaaa de un GOLpe y un VIENto heladooor tomo posesión del lugAAARRR!»
Ejemplo…
TOC TOC TOC
!?
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PO C
PO C
POC
¡Ay!
¡Ay!
¡Adelante!
¡Ay! ¿Qué es esto? ¿Un simulacro de emergencia en caso de terremoto?
Les… Les estaba explicando cómo entonar recitándoles un texto de mi composición… ¿Sobre fantasmas?
Señorita Poppyscoop, deje de echar leña al fuego con sus leyendas… Si no, me van a volver a llover reclamaciones de los padres. ¡Sí, señora Butterscotch!
Sí…
6/ Los alumnos tienen que cerrar el pico delante de la profesora, que tiene que cerrar el pico delante de la directora, que tiene que cerrar el pico delante de los padres.
¡SEÑORITA REBECA! Con esa sonrisa burlona, adivino lo que piensa.
¡Sí, señora directora!
Entendido. Para que no nos lean la mente hay que adoptar un aire indiferente.
¡Astrid! ¡No ponga cara de tonta!
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