día empezó alegremente, Aquel como tantos otros… Pero si Spirou se hubiese fijado, varios detalles le habrían avisado del drama que se preparaba.
¡HOLA, somos nosotros!
Amigo Spip, si ese holgazán sigue en la cama, ¡vamos a pegarle un buen susto!
SPIROU! ¡PERO ¿¡De veras te parece sensato asustarme de este modo!?
¡Ah, no! Está levantado, puedo oírlo.
¿No ves que ya estoy suficientemente
MALHUMORADO? ¡Mil rayos!
Eh… ¿Qué te ha pasado?
la publicación de l a m á s ca r a comienza en el n.º 840 de Spirou el 20 de mayo de 1954. André Franquin, que celebró su trigésimo cumpleaños el 3 de enero de aquel año, lleva ocho años en la revista. Sus aventuras de Spirou salen en portada cada semana, casi sin interrupción. De modo que esta nueva historia comienza dos semanas después de la última página del episodio precedente, El dictador y el champiñón. 6
… No, aunque AQUÍ FALTA ALGO, ¡sí, señor! ¡Me las han QUITADO! ¡Me han robado seis fotos! ¿Fotos? Pero ¿qué fotos?
Aaaah… ¡Ya veo! ¿Han entrado a robar?
Mira, no te lo tomes mal, pero… No veo quién entraría aquí para robar seis copias de tu semblante… Además, hay aparatos que sacan una docena en diez minutos, ¿no?
¡Seis fotos de carnet mías! Y estoy SEGURO de que las metí en el cajón de esta estantería. ¡No están! ¡Ya van veinte veces que registro ¿¡Y por todo el cuarto! eso te pones así!?
A modo de intermedio entre los dos relatos, aparece un dibujo anunciándolo en el número 839. En él, sale Fantasio vestido de presidiario y con una bola de metal atada al pie. El título dice: «¡Imposible!» y el texto del anuncio: «Ya conocéis a Fantasio: tiene algunos defectos, pero es el mejor muchacho del mundo. Sin embargo… ¿¡Y si mañana se demuestra que es culpable de las peores calamidades!? ¿Nos atreveremos a contaros la historia de La máscara la semana que viene?» 7
¡No deja de ser una idiotez! Pero bueno… Los pasaportes que nos sacamos juntos no han caducado… No has…
Necesito otro. Para todos los países… Y visados para los desiertos de hielo del Gran Norte. La Tierra de Fuego, las estepas de Asia central, el Matto Grosso, el Tíbet… En ¡Eh, la legión… para, para!
¡Ya entiendo! Ven…
Pero amigo, es la tercera vez que te pasa y siempre acabáis arreglándolo… Por ahora lo más importante es que te calmes… ¡Mmm!
¡Cuéntame! ¿Qué te ha pasado? ¿Qué te preocupa tanto? ¡Ah! ¡No es nada! Me he peleado con el editor… Ya no soy reportero en el “Moustique”…
¡Vamos! ¡Y coge tu jokari y tus zapatillas!
No contento con dirigir los destinos de Spirou y Fantasio, Franquin dibuja cada semana una animación al lado del título de la revista. Bajo el título, pueden verse tres tiras de Spirou seguidas, en la página 4, de una página completa de cinco tiras. Esto significa que a la hora de publicar el álbum, hay que volver a montar las tiras. Esa es la razón por la que algunas aventuras de Spirou no siguen la estructura habitual de 44 o 60 páginas. 8
¡Oh, no! Se me había olvidado… No podemos jugar en la antigua pista, esa casa está ocupada desde hace tres meses… ¿Ah, sí?
Todavía no he visto al tipo que ha tenido la ocurrencia de arrendar ese horror…
Espera, voy a pedir permiso.
Sí, sí… Podéis jugar en la pista, no me importa…
Bueno, ¿estás listo? ¿Empezamos?
Muchas gracias, señor.
Ya verás, Fantasio, ¡cinco minutos de jokari y te sentirás como nuevo!
Desde el principio de este relato, abundan las referencias culturales belgas. Fantasio pierde su empleo en el Moustique, una revista semanal de las ediciones Dupuis especializada en programas de radio. Y la casa vecina de donde vive Fantasio es muy parecida a las que pueden verse en Boitsfort, un pequeño barrio verde de Bruselas al cual el autor se mudó en 1957. 9
¡¡EMPEZAMOS BIEN!!
No conozco mejor remedio para quedarse tranquilo.
¡Qué torpe! ¿¡No te habías fijado en que la pelota no estaba atada a la goma!?
¿¡EH!?
Ya, ¡pues tú tampoco!
No empieces y ven a ayudarme a buscar la pelota…
Spirou y Fantasio juegan al jokari. Inventado en Francia en 1938 por Louis Joseph Miremont, este juego de raquetas de madera en el que la pelota de caucho está fijada a un zócalo con una goma tuvo mucho éxito en la década de los cincuenta, similar al que conocieron las trenzas «scoubidou» en los sesenta. «Evidentemente esta es una referencia biográfica, precisó Franquin, yo jugaba mucho al jokari, era mi squash. Es un juego intenso y perfecto para jugar solo.» 10
¡Es inaudito! Hay que ver las cosas que tiene el azar…
… ¡Mira que encontrar aquí, en este sendero, una de las fotos que Fantasio buscaba!
¡VEN! ¡LA HE ENCONTRADO! Lleva mucho tiempo aquí, la lluvia la ha estropeado… Seguramente el viento ha sido el culpable. Mejor no decirle nada a Fantasio.
… Si no, se volverá loco intentando comprender… No sería bueno para sus nervios… ¿Qué tal va el nudo?
El dibujante confesó su temperamento solitario, seguramente relacionado con su infancia. Franquin era hijo único y creció en Bruselas en un entorno un tanto gris: «Creo que mis ganas de dibujar surgieron de mi necesidad de reír, confesaba en 1966. Tenía una familia buena, pero no nos reíamos mucho. Mi papá no se reía casi nunca. Y yo lo echaba de menos. Sentí muy pronto la necesidad de reír.» 11
… ¡es mi especialidad! Te vas a llevar un mate que te dejará pasmado…
¡Ten cuidado! Este golpe…
¡QUÉ TORPE!
Esto… Eh… Lo siento, amigo, pero…
Franquin usó el jokari en varias ocasiones a lo largo de su obra. En dos gags de Modeste et Pompon y en Gastón (en el gag 583, Gastón es vigilante de noche en una tienda de porcelana y se pone a jugar al jokari para luchar contra el aburrimiento). Los movimientos de la raqueta, el juego que da la goma… Todo le parece fuente de inspiración. Incluso si, como ocurre en este caso, el jokari es una excusa para crear un embrollo que acabará en bronca entre Spirou y Fantasio. 12
¡FALTARÍA MÁS!
¡Hace falta dar la vuelta al mundo diez veces para encontrar a alguien más torpe que tú!
¡Perdona por haberte golpeado con la nariz! ¡Eh, bueno, que no ha sido para tanto!
¡Ha sido culpa tuya! ¿A quién se le ocurre poner la cara justo… ?
Si hoy vas al centro, pásate por casa…
E sa tarde
¡No! ¡Hoy me quedo en casa! ¡A disfrutar de la paz y la soledad!
Hasta los mejores amigos del mundo se pelean. Mañana iré a reconciliarme con mi querido Fantasio…
El personaje de Fantasio es el que más ha cambiado desde su primera aparición en septiembre de 1943. Más incluso que Spirou. El personaje del poeta soñador que imaginó el periodista Jean Doisy se vuelve, bajo el lápiz de Jijé, un muchacho extravagante y gracioso. En un primer momento, Franquin intentó conservar el lado más fantasioso del personaje (recordemos por ejemplo las extrañas invenciones de Spirou y los herederos, en 1952), pero poco a poco va haciendo de Fantasio un compañero más susceptible y gruñón. 13
¡Oh! Mira, Spip… Precisamente ahí está. y con alguien que ya he visto antes…
¡Pues sí! Se han perdido entre la multitud… ¡Fantasio me está evitando!
Pero si es el vecino que… ¡Vaya! Esto es extraño… Me han visto y…
¡Es increíble! Nunca habría pensado que Fantasio…
Pero… ¡No puede ser! Últimamente está de lo más rAro…
Con la intención de favorecer el crecimiento de la revista en Francia, los hermanos Dupuis incitaban a sus autores a «afrancesar» sus decorados; Franquin se limita a borrar pistas. Cuando Spirou y Spip se pasean por el centro de la ciudad, las referencias del dibujante son bruselenses: se inspira en la plaza de Brouckère o en la puerta de Namur, y siempre suele haber bellos retratos de salas de cine en sus viñetas, ya que en los años cincuenta todavía había muchas salas en la capital belga. 14