VALEROSAS
PÉNÉLOPE BAGIEU
PÉNÉLOPE BAGIEU
Rapera afgana o astronauta, reina de los bandidos o vulcanóloga, inventora o periodista de investigación, las Valerosas nunca se rinden. Quince nuevos retratos de mujeres que hicieron frente a todos los obstáculos para llevar la vida que eligieron.
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VALEROSAS Mujeres que solo hacen lo que ellas quieren
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Temple Grandin IntĂŠrprete de los animales
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El 29 de agosto, en Boston, nace una niña que no es como las demás: Mary Temple Grandin.
En vez de jugar con el Lego, se hace pipí en el suelo. En lugar de jugar a las cartas, se las come.
No sonríe. No ríe. Grita cuando intentan llevarla en brazos.
A menudo se pone a gritar, a golpearse en la cabeza, a romperlo todo.
Lo que explica, entre otras El médico la somete a toda cosas, que la niña se sienta tan una batería de pruebas y llega a la conclusión de frustrada por no ser capaz de que no está loca ni tarada: expresarse y que no soporte el contacto físico por más ese encierro en el que parece hallarse la niña es el necesitada de afecto que esté. ¡Es autismo, del griego “auto”…
Nadie sabe lo que piensa. ¡… Ni siquiera si piensa! ¡¡Richard!! ¡Es especial, eso es todo!
“… en sí mismo”.
retrasada, está claro!
Le gusta acurrucarse entre los cojines.
Pero Temple tiene más de 3 años y todavía no habla, así que su madre la lleva a un neurólogo. Por aquel entonces los médicos, al no saber gran cosa sobre ello, explican el autismo como consecuencia de la frialdad de los padres, que no se han comunicado lo bastante con su bebé.
Lo cual es del todo falso, obviamente. Gracias, doctor.
No eres como los demás. Pero no eres menos
inteligente que los demás.
Cerebro normal Cerebro dañado Pomelo
Su padre quiere meterla cuanto antes en un establecimiento psiquiátrico. Pero su madre no lo ve así.
En realidad su cerebro se desarrolla a extraordinaria velocidad, pero de un modo muy poco habitual.
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La lleva entonces a ver a un logopeda 3 veces por semana. Este le enseña a distinguir sonidos; después, a formar palabras; después, a unirlas a ideas. ¿Un
Su madre la cree prepa- A Temple le encantan el colegio, rada y decide jugarse los niños y su maestra, pero la vida en sociedad no es sino una el todo por el todo. sucesión de agresiones.
la campana le taladra los tímpanos
ocho? ¿El infinito? ¿Unas gafas?
Su cuello demasiado ajustado la ahoga
Sus zapatos nuevos le rozan como lijas
En fin, que le enseña a comunicarse. Su mamá convence a la El cerebro de Temple amplifica, escuela para que le permitan distorsiona y vuelve inmaneunirse al club de carpintejables los datos que recibe. ría, en principio reservado Se aterroriza y solo logra a los chicos. calmarse concentrándose en cosas repetitivas y sedantes.
El perfume de su maestra la marea Distingue cada una de las voces en el bullicio del comedor
Su inteligencia visual por fin tiene algo en lo que volcarse. Temple, en efecto, no piensa con palabras, sino con imágenes increíblemente precisas y detalladas, archivadas en un cerebro organizado como un rapidísimo ordenador.
Se revela extremadamente talentosa (además, construir cosas parece relajarla).
Lo que explica que, para ella, conceptos abstractos como las emociones constituyan un misterio. ¡Mamá! ¡El bebé hace un ruido raro!
Para resumirlo a grandes rasgos: no pilla las bromas, pero siempre encuentra a Wally en cuestión de segundos.
Pero Temple está a punto de vivir la experiencia más brutal y más traumatizante de su vida.
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EL COLEGIO
Es demasiado grande y ruidoso. Demasiado agitado y complicado. Temple repite palabras para tratar de calmarse. Y como, además, le cuesta leer las expresiones del rostro o el subtexto, no sabe cuándo se burlan de ella.
Temple Temple ¡Decidido! ¡Hemos votado me llamo ana mañ que a partir de Temple te llamarás “Mongola”! Temple ? ¿Vale Tem
Pero a veces pierde el control. rueda por el suelo.
Grita.
Pega.
¡Ji, ! ji, ji ¡Ji,
DE NIÑAS. su padre cree llegada la oportunidad perfecta para librarse de ella de una vez por todas.
i!
ji, j
La expulsan del colegio.
… una escuela muy especial en — medio del bosque. Para solo una treintena de alumnos.
¡¡Es anormal y tú te niegas a ver la realidad!! ¡¡Te prohíbo que hables así de mi hija!!
Su madre juega entonces su última baza…
Entre tantos adolescentes raros con los cuales la sociedad no sabe muy bien qué hacer, Temple se siente segura. Tiene amigos. (Pero no acaba de comprender eso de la adolescencia).
¿Los chicos? Bueno, los encuentro menos interesantes que otras especies, como el perro o el gato. Sus compañeros la apodan “Superchicazo”.
Una especie de Mansión X donde Temple por fin se encuentra con niños como ella. No estáis aquí por vuestras deficiencias, sino gracias a vuestras capacidades. Unas y otras están relacionadas.
Alumnos excepcionales
(Dicho sea de paso: sus padres se divorcian).
Dibuja muy bien (sobre todo caballos; retratos no, porque no le salen las caras), pero no le gusta aprender. A sus profesores les preocupan su incapacidad para concentrarse y sus ataques de pánico en clase. Se siente como un animal acosado, en alerta, siempre a la que salta.
A su madre se le ocurre entonces una idea (¡una más!): enviarla a pasar el verano con una tía de Arizona…
… en una granja.
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Para Temple, es una revelación. Nota una muy fuerte (y muy curiosa) empatía con el ganado. Nunca se ha sentido tan cerca de nadie. Hola, vaquita.
De regreso al internado Ve a los animales inmose fabrica una réplica a la vilizados en la máquique llama “caja de abrazos”. na donde se les instala Le pide regularmente a su para vacunarlas. Parecen compañera de habitación extremadamente tranquilos, que la deje en su interior sosegados. Le entran ganas durante una hora. de probarla (a escondidas). Ok. ¡Gracias! ¡Hasta luego!
Está a resguardo. Arropada. Se siente de maravilla.
Hace que la prueben todos sus compañeros para observar, analizar, estudiar sus reacciones.
¿Dirías que te sientes relajado?
Mmmmm… pues sí.
Se da cuenta de que esa actividad le encanta. Sí, es obsesiva; y sí, ahora sabe cuál será su oficio: investigadora.
De repente los cursos le interesan cuando de lo que se trata es de resolver un enigma. Le gusta aprender. Decide ir a la universidad para estudiar Zootecnia.
Y progresivamente va optimizando su aparato. Allí decide emprender un proyecto de investigación sobre el bienestar de los animales de la industria ganadera. ¿Quieres decir los perros, los gatos?
No, no, el ganado.
En 1974 nadie ha considerado jamás que algo así tenga el menor interés. Hasta su profesor lo encuentra intrascendente.
Pero qué más da. Parte para recoger datos sobre el terreno… ¡Cuida de la caja de abrazos!
¿¿El ganado?? Pero… ¿por qué preocuparse de animales que se crían para matarlos?
… a las explotaciones más aisladas del oeste de Estados Unidos. 10
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No es que sea precisamente bienvenida. a
itari
ers Univ
No ríe las bromas de los vaqueros
De la e Est Costa
Y lo que es peor, se empeña en algo que se les antoja absurdo (además de inmiscuirse en su trabajo). ¡¡Habla de las bestias como si fueran personas!!
Es una
Habla raro
Más de una vez será víctima de bromas pesadas: se ve empapada en sangre en plan “Carrie”, o bombardeada con testículos de toros recién castrados.
Loca Ju Ju
Ju
Pero, fiel a sus convicciones, Temple sigue investigando pacientemente.
Su capacidad para identificarse Temple sabe que, como con los animales la convierte en su caso, el peor enemigo de las vacas no es el en una observadora temible. dolor, sino el miedo. s ¿¡E ¡Pero bueno! que no ve que le aprieta ¡Les pega gritos y las demasiado!? golpea para obligarlas a avanzar! Pero si no avanzan es por una buena razón: ¡¡usted las aterroriza!!
Existen muchas formas muy simples de mejorar sus condiciones de vida a poco que se quiera. Temple se pone en su lugar (“realidad compartida”) para saber qué las angustia. Ejemplos: Una bandera que ondea al viento
La proyección de una sombra
El aislamiento
El entrechocar de una cadena
Utilizando su “sexto sentido animal”, concibe modos de tranquilizarlas. Convendría hacerlas avanzar en grupos… y evitando las líneas rectas…
Un terreno resbaladizo
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Empieza a dibujar, instintivamente, planos extremadamente detallados. Pasarela
Entr ada
Se pone a organizar visitas, a filmar, a interpelar al gran público, a echar en cara sus responsabilidades a los propietarios de mataderos.
En el marco de su investigación de doctorado visita mataderos de insoportable crueldad.
“Si el infierno existe, estoy en él”,
¡¡Tengan!! ¡Les regalo mis planos! ¡¡Úsenlos, por lo que más quieran!
escribe por entonces.
Redil
Reja vertical
Puertas giran aquí
Interior
r Pue
tas
Báscula
Puerta corredera
Básculas
Al principio la toman Como es lógico, para una amiga por loca (o por retrasada, de los animales es difícil trabaeso iba en gustos), pero jar con quienes los crían para Temple empieza a matarlos. Naturalmente, lo mejor acostumbrarse. sería que no se les matara.
Por desgracia, el mundo no se va a volver vegetariano de un día para otro. Pero hasta entonces… Quiere imponer criterios. Pero, ¿cómo medir el bienestar? ¿Y el nivel de estrés? A Temple se le ocurre (por locuras, que no quede) poner en práctica una matriz de evaluación muy rigurosa: contar el número de veces que las vacas hacen “mu” de camino al matadero. Porque, si todo va bien, de ordinario una vaca no va a mugir. Ni a correr. Ni a caerse.
¿Acaso estos animales no merecen al menos tener una vida mejor?
¿El hecho de que vayan a morir implica que por fuerza deban sufrir?
Al principio solo el 25 de Por motivos publicitarios, los mataderos estadouniden- las grandes cadenas de comida ses pasan la prueba. Pero rápida también empiezan a la influencia de Temple se ha exigir carne “certificada vuelto tal que todos deben por Temple Grandin”. conseguir su “etiqueta”. No les queda otra que ponerse a ello. Además, Temple aumenta de año en año el nivel de exigencia.
El límite a respetar escrupulosamente es de un máximo de 3 “mu” por grupo de 100 vacas.
Rápidamente, ceden a ello más de la mitad de las explotaciones de Estados Unidos. 12
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Hoy Temple es una experta científica traducida a 20 idiomas y sigue luchando para que los animales de granja sean considerados criaturas dotadas de emociones, no como máquinas.
Naturalmente, sigue sintiéndose más a gusto entre animales que junto a sus congéneres.
Ha superado sus problemas de expresión y da conferencias por todo el mundo, pero sigue aprendiéndose de memoria frases propias de charlas anodinas para salir del paso en sociedad. o, pues… Buen estooo… Genial
el partido de ayer, ¿no?
Aún le irritan los ruidos parásitos, la ironía sigue deján- Invita al mundo a contemplar dola perpleja y todavía lava con otros ojos el espectro autista, especialmente a varias veces los calcetines través de sus libros. nuevos antes de ponérselos. Y aún conservo mi caja de abrazos.
Lo que me irrita hoy en día son todos esos chavales encerrados en sí mismos, que no razonan como los demás y a los que no se les pone en el buen camino: ¡el de Silicon Valley!
Esta forma diferente de inteligencia es una de las razones por las que algunos han creído durante mucho tiempo que los animales no pensaban. Al no poder expresar ale-
gría o miedo, creían que los animales desconocían esas emociones. felix
Piensan con sonidos, con lugares, con olores, con asociaciones de recuerdos… Un poco como Temple; lo que pasa es que ella ha aprendido a expresarse con palabras y a ser el vínculo entre los hombres…
El singular cerebro de Temple Esa es la razón por la (que se considera “una antro- que afirma que por nada del póloga en Marte”, expresión res- mundo habría querido nacer diferente. catada por Oliver Sacks) le permite comprender un montón Mi cerebro de cosas que la mayor parte no está de la gente pasa por alto.
“roto”: es lo que soy.
… y los animales, entre los industriales y los activistas: el vínculo entre varios mundos.
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