La figura del emprendedor como motor del crecimiento económico ha cobrado auge en los últimos años. Tanto así, que gobiernos de todo el mundo están invirtiendo enormes cantidades de dinero en la búsqueda de herramientas, sistemas o políticas que fomenten la actividad emprendedora y de esta forma se pueda cambiar el panorama económico de un país. Por ejemplo, el Banco Mundial, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional y el Fondo Monetario Internacional han abordado iniciativas dirigidas a entender y fomentar el emprendimiento en los países en vías de desarrollo. Por esa razón, resulta importante comprender el papel que desempeña el emprendimiento en el crecimiento económico. El concepto emprendedor, habitualmente se refiere a personas con empuje e iniciativa, que se lanzan a la aventura de crear una empresa, superando las dificultades que puedan encontrarse en dicho proceso (Uribe y de Pablo, 2011)1. Joseph Schumpeter -destacado economista austriaco-estadounidense, ministro de Finanzas en Austria y profesor de la Universidad de Harvard desde 1932-, en su libro Teoría del desarrollo económico (1934), planteó la creación de empresas innovadoras como factor de desarrollo económico, en el marco de su teoría de . De acuerdo a este autor, la actividad emprendedora es el proceso de desarrollar nuevas combinaciones de medios de producción para aprovechar las oportunidades de beneficio que ofrecen los mercados en un periodo de tiempo limitado. Estas nuevas combinaciones de conocimientos son las que promueven el cambio tecnológico y contribuyen a la creación de innovaciones y la formación de nuevas empresas, a través de la teoría antes mencionada. En otras palabras, Schumpeter se centró en la innovación y en el papel del emprendimiento como un acto de destrucción creativa que, al introducir nuevos productos y procesos, aumenta la productividad y estimula el crecimiento económico. A pesar de que esta teoría fue planteada hace varias décadas, se ha retomado en este artículo para mostrar la relación entre emprendimiento y desarrollo económico. A continuación, ahondaremos en esta relación desde la perspectiva de autores más contemporáneos.
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URIBE, J. y DE PABLO, J. (2011): «Revisando el emprendedurismo», Boletín Económico de ICE, nº 3021, diciembre, pp. 53-62.
Relación entre emprendimiento y desarrollo económico María Minniti -reconocida profesora de economía y autora de artículos, libros y monografías sobre emprendimiento, crecimiento económico y teoría de la complejidad-, en su artículo titulado l emprendimiento y el crecimiento económico de las naciones (2012), las pequeñas empresas y las empresas de nueva creación generan una significativa cantidad de innovaciones, rellenan nichos de mercado y aumentan la competencia, promoviendo de tal modo la eficiencia económica. La autora señala que al considerar la naturaleza complementaria de la actividad económica entre distintos grupos de empresas, es posible imaginarse un modelo de economía más realista, en el que la actividad económica de una nación es resultado de la interacción de las empresas consolidadas, las de nueva creación y las pequeñas. Esta perspectiva ofrece una mejor comprensión del motivo por el que el emprendimiento se convierte en un factor vital para el crecimiento de la economía en su conjunto. Los mercados y la competencia son los dos requisitos necesarios para que se produzca el crecimiento económico. No obstante, el mercado y la competencia solamente funcionan gracias a la labor de intermediación y a las actividades que implican un riesgo llevadas a cabo por los emprendedores. De hecho, el emprendedor actúa como elemento facilitador para la actividad económica transformando las oportunidades de beneficio no explotadas en productos y servicios comercializables. Claudio Michelacci -Doctor en Economía, editor del Diario de la Asociación de Economía Europea e investigador focalizado en el funcionamiento de los mercados laborales , los factores determinantes del crecimiento y el análisis de los ciclos económicos-, Bajos rendimientos en I + D debido a la falta de habilidades empresariales (2003), propone un modelo de crecimiento endógeno, en el cual el cambio tecnológico precisa tanto a los investigadores que generan nuevas ideas, como a la figura del emprendedor que las transforma en innovación, es decir, en operaciones económicamente viables. De acuerdo a Minniti, los últimos estudios macroeconómicos han mostrado la existencia de una relación sistemática entre el PIB per cápita de un país, su crecimiento económico y su nivel y tipo de actividad creadora de start-ups. Los países con un PIB per cápita similar suelen presentar similitudes tanto en la cantidad como en el tipo de empresas de nueva creación, mientras que entre los países con diferentes niveles de PIB per cápita existen diferencias significativas. A baja renta per cápita, las start-ups aportan oportunidades laborales y posibilidades para la creación de nuevos mercados. Cuando la renta per cápita aumenta, la aparición de nuevas tecnologías y de economías de escala permite que las empresas más grandes y asentadas puedan satisfacer la creciente demanda de los mercados en crecimiento y aumentar su papel relativo en la economía.
Se podría decir que un «círculo virtuoso» caracteriza la relación entre emprendimiento y actividad económica en su conjunto. Minniti dice que la idea de «círculo virtuoso» entre emprendimiento y crecimiento lleva a la consideración de que la relación entre la actividad de las start-ups y el crecimiento económico atañe también al tipo de emprendimiento. La autora explica que si nadie se involucra en las start-ups, entonces está claro que no puede existir actividad emprendedora. No obstante, también es importante conocer qué es lo que motiva a las personas a crear una empresa, puesto que la motivación influye en qué tipo de empresa se va a crear y con qué propósito. Por ejemplo la reciente literatura empírica divide a los dueños de negocios entre emprendedores motivados por necesidad y emprendedores motivados por oportunidad. La diferencia entre estas dos clasificaciones estriba en que algunas personas crean una nueva empresa debido a que identifican una oportunidad mientras que otras lo hacen por falta de mejores oportunidades laborales. Por tanto, en buena medida, la relación existente entre emprendimiento y crecimiento gira en torno a la situación total del mercado laboral y al papel que desempeña la innovación en la economía. Minniti señala que los emprendedores, cuando inician una actividad productiva, impulsan el crecimiento económico mediante la intermediación y la innovación. Además, las actividades emprendedoras productivas contribuyen de una manera constante al desarrollo de nuevos mercados y a su posterior evolución, del mismo modo que a la evolución de los mercados ya existentes. Los aportes de estos autores contribuyen a visualizar la relación que existe entre el emprendimiento y el desarrollo económico. Y nos permiten concluir que uno de los factores que impacta positivamente el crecimiento económico es la creación de nuevas empresas, más aún el estimulo del crecimiento de empresas con características innovadoras, que puedan adueñarse de nichos de mercado, facilitar la actividad económica y transformar oportunidades no explotadas en productos y servicios comercializables. Para crear estos nuevos negocios, los emprendedores necesitan contar no solo con los fondos, sino también con el respaldo, la experiencia y la experticia de instituciones de apoyo que dirijan y alienten el comportamiento emprendedor hacia actividades productivas.
En este contexto, los gobiernos juegan un papel importante para fomentar o dificultar el comportamiento empresarial. Los instrumentos jurídicos que diseñen son los que pueden contribuir a la actividad emprendedora.
Ecosistema de emprendimiento Es la red en la que los emprendedores tienen acceso a los recursos de capital humano, financiero y profesional que necesitan, y estos operan en un medio ambiente en el cual las políticas gubernamentales los alientan y protegen, según Daniel Isenberg, Director del Proyecto de Ecosistema de Emprendimiento de la Escuela de Babson, en Massachusetts, Estados Unidos. Isenberg explica que las organizaciones de un ecosistema de emprendimiento pueden clasificarse según el origen de su concepción en: (1) entidades públicas; (2) entidades privadas; (3) entidades mixtas; y (4) organismos de cooperación internacional. En este contexto, el autor apunta que las entidades públicas basan sus actividades en el diseño, promoción y ejecución de políticas públicas sobre emprendimiento y fortalecimiento de pequeñas, medianas y grandes empresas. Estas políticas se orientan tanto al apoyo de los procesos de los emprendedores como al aumento del alcance y la eficiencia de las organizaciones que apoyan esos procesos. Algunas de estas entidades proveen financiación a proyectos en etapas tempranas por medio de convocatorias, o incentivos tributarios y fiscales articulados a las políticas públicas que desarrollan. En el caso específico del El Salvador la conformación del ecosistema de emprendimiento está en su etapa inicial, identificando y calificando a las diversas instituciones de apoyo y su nivel de intervención en la cadena de emprendimiento. Además, contamos con una serie de leyes y políticas que buscan reducir el déficit que existe en la capacidad de emprender.
Leyes y Políticas de emprendimiento en El Salvador A continuación, se presentan algunos instrumentos que promueven y apoyan esta actividad. Ley de Fomento, Protección y Desarrollo para la Micro y Pequeña Empresa Esta ley, entró en vigencia en mayo de 2014. Tiene por objeto fomentar la creación, protección, desarrollo y fortalecimiento de las Micro y Pequeñas Empresas (MYPE), y contribuir a fortalecer su competitividad, a fin de mejorar su capacidad generadora de empleos y de valor agregado a la producción. Busca promover un mayor acceso de las mujeres al desarrollo empresarial en condiciones de equidad. Constituye el
marco general para la integración de las mismas a la economía formal del país, mediante la creación de un entorno favorable, equitativo, incluyente, sostenible y competitivo para el buen funcionamiento y crecimiento de este sector empresarial. Su finalidad es estimular a la MYPE en el desarrollo de sus capacidades competitivas para su participación en el mercado nacional e internacional, su asociatividad y encadenamientos productivos; facilitando su apertura, desarrollo, sostenibilidad, cierre y liquidación. Ley de Fomento de la Producción Esta ley que se lanzó en 2011, pretende crear políticas integrales que fomenten la competitividad e internacionalización de las empresas. Busca diseñar programas que faciliten la mejora de la capacidad productiva. Asimismo, pretende promover la diversificación, fortalecimiento y dinamización de la base productiva nacional; y la calidad, productividad, innovación y tecnología para el desarrollo competitivo de las empresas. Política Nacional para el Desarrollo de la Micro y Pequeña Empresa Lanzada en mayo de 2013, esta política es una herramienta orientada a potenciar la productividad, competitividad y sostenibilidad de las MYPE que constituyen el sector mayoritario de las empresas en El Salvador, se extienden a lo largo y ancho del país y en las que existe una fuerte concentración de mujeres. La política considera cuatro ejes transversales que son: equidad de género, territorialización, participación ciudadana y empresarial y gestión ambiental y adaptación al cambio climático. Sus alcances son los siguientes: Financiamiento: desarrollar un sistema de servicios de financiamiento para las MYPE para su capitalización, incremento de la productividad, constitución de nuevas empresas y consolidación de las existentes; desde una visión justa y equitativa para las mujeres y hombres. Legalización y tributación: promover un régimen especial para estimular y facilitar la formalización, tributación y simplificación de trámites administrativos de las MYPE, en condiciones de equidad e igualdad para las personas. Participación de las MYPE en los mercados: generar las condiciones para ampliar y cualificar la participación de las MYPE en los mercados local, nacional, regional e internacional, considerando la definición de empresarialidad femenina.
Servicios de desarrollo empresarial y capacitación: crear un sistema de servicios de información, capacitación y asistencia técnica en desarrollo empresarial para las MYPE, facilitando las condiciones de acceso a las mujeres. Gremialización: promover la asociatividad de las MYPE, incentivando la inclusión de mujeres, para elevar su capacidad de participación en el mercado, negociación e incidencia en las políticas públicas. Competitividad, innovación, tecnología: Fortalecer la competitividad, innovación y el uso de tecnologías como factores de desarrollo de las MYPE; así como las competencias de mujeres y hombres que las lideran. Política Nacional de Emprendimiento Lanzada en agosto de 2014 y respaldada jurídicamente por la Ley de Fomento, Protección y Desarrollo para la MYPES, esta política se orienta hacia la creación y la formalización de nuevas empresas con cultura emprendedora innovadora. Tiene como objetivo favorecer a los micros y pequeños empresarios a través de programas que den sostenimiento a sus iniciativas de negocios. Por otra parte, las MYPES pueden acceder a compras públicas en el portal COMPRASAL. En cuanto a las iniciativas propias del Ministerio de Economía (MINEC) que contribuyen a fomentar la actividad emprendedora tenemos el programa: INNOVAEMPRENDE.
Incentivo que promueve la creación de empresas innovadoras Fue lanzado recientemente por la Dirección de Innovación y Calidad y el Fondo de Desarrollo Productivo del MINEC, con la visión de apoyar la conformación y fortalecimiento de Empresas de Base Tecnológica (EBT). Esta iniciativa otorga a emprendedores tecnológicos: incentivos económicos no reembolsables -en formato de certamen-, y además brinda acompañamiento por medio de una institución patrocinadora para poner en marcha sus negocios y así fomentar a la creación de nuevas empresas que utilicen la innovación y desarrollo tecnológico como principal factor de competitividad.
Por medio de INNOVAEMPRENDE, el MINEC entregará US$300,000 para crear más de una docena de empresas que utilizan tecnología para desarrollar sus negocios o que estén involucradas en el desarrollo de los mismos. Cada emprendedor que gane será premiado con un monto máximo de cofinanciamiento no reembolsable de US$22,500. Capital con el que podrá financiar la formalización de su empresa, los costos operativos y de inversión en el desarrollo de su negocio. Asimismo, los ganadores recibirán apoyo de una institución patrocinadora que brindará la experiencia y experticia que los emprendedores carecen. Los fondos y el acompañamiento otorgados bajo INNOVAEMPRENDE servirán para que los empresarios puedan hacer frente a los riesgos comúnmente asociados con iniciar nuevas empresas, desarrollar innovaciones y experimentar en el mercado, favoreciendo la transferencia tecnológica y colocando al emprendedor como el mecanismo para generar crecimiento económico y empleo de calidad. Si usted es un emprendedor y desea participar, solo debe seguir los siguientes requisitos: Ser mayor de edad Contar con Documento Único de Identidad vigente Poseer un título de bachillerato o de estudios superiores acreditado En caso de su negocio que se encuentra operando; tener menos de un año de haberse constituido como empresa al momento de la inscripción e. Contar con el respaldo de una institución patrocinadora: CENTROMYPE o INSERT a. b. c. d.
El período de inscripción estará abierto desde el 19 de mayo hasta 20 julio. Mientras, que la entrega de perfiles de negocio estará vigente hasta el 31 de agosto de 2015. Le invitamos a participar y convertirse en un emprendedor que contribuya al crecimiento económico del país. Para mayor información sobre INNOVAEMPRENDE visite: www.innovacion.gob.sv/innovaemprende, escriba a innovación@minec.gob.sv o llame al 2590-5493.