El camino inglés

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EL LIBRO DEL CAMINO INGLÉS

EL LIBRO DEL


EDICIÓN Diputación de A Coruña www.dicoruna.es Coordinación: Área de Desenvolvemento Económico, Turismo e Medio Ambiente de la Diputación de A Coruña MAQUETACIÓN Y REALIZACIÓN EDITORIAL Aporta Comunicación www.aportacomunicacion.es COLABORACIONES TEXTOS Varios autores (ver índice) EQUIPO FOTOGRÁFICO Alberto Rodríguez (Santiago) Ángel Leises (gastronomía) Chano Amado (Betanzos) Cristina Rodríguez (Santiago) David Landrove (Ortigueira) Iria Bello (A Coruña y Valdoviño) Marta González (albergue de Neda) Noelia Antelo (Victoria and Albert Museum, Londres) Pedro Tasende (comarcas de Ferrolterra y A Coruña) Raúl Lorenzo (comarcas de Ferrolterra y A Coruña) Rosalía Verbeek (Ortigueira, Cedeira y San Andrés de Teixido) Uxía Piñeiro (artesanía) ILUSTRACIONES José Manuel Yánez (acuarelas municipios del Camino Inglés) Yolanda Rubio IMPRESIÓN Diputación de A Coruña DEPÓSITO LEGAL C 2111-2014 Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra mediante impresión, fotocopia, microfilm o cualquier otro sistema, sin permiso expreso de la Diputación de A Coruña.

Presentación El Camino Inglés une desde hace siglos países, ideas, culturas, espíritus, mar y tierra. Es el escenario permanente de una historia que se construye paso a paso y que nos muestra paisajes con alma, gastronomía úni-

ca, leyendas eternas, rincones con encanto y gentes hospitalarias. Este libro es un recorrido por todos esos matices que enriquecen la experiencia del peregrino y que responde a las inquietudes del viajero.


EDICIÓN Diputación de A Coruña www.dicoruna.es Coordinación: Área de Desenvolvemento Económico, Turismo e Medio Ambiente de la Diputación de A Coruña MAQUETACIÓN Y REALIZACIÓN EDITORIAL Aporta Comunicación www.aportacomunicacion.es COLABORACIONES TEXTOS Varios autores (ver índice) EQUIPO FOTOGRÁFICO Alberto Rodríguez (Santiago) Ángel Leises (gastronomía) Chano Amado (Betanzos) Cristina Rodríguez (Santiago) David Landrove (Ortigueira) Iria Bello (A Coruña y Valdoviño) Marta González (albergue de Neda) Noelia Antelo (Victoria and Albert Museum, Londres) Pedro Tasende (comarcas de Ferrolterra y A Coruña) Raúl Lorenzo (comarcas de Ferrolterra y A Coruña) Rosalía Verbeek (Ortigueira, Cedeira y San Andrés de Teixido) Uxía Piñeiro (artesanía) ILUSTRACIONES José Manuel Yánez (acuarelas municipios del Camino Inglés) Yolanda Rubio IMPRESIÓN Diputación de A Coruña DEPÓSITO LEGAL C 2111-2014 Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra mediante impresión, fotocopia, microfilm o cualquier otro sistema, sin permiso expreso de la Diputación de A Coruña.

Presentación El Camino Inglés une desde hace siglos países, ideas, culturas, espíritus, mar y tierra. Es el escenario permanente de una historia que se construye paso a paso y que nos muestra paisajes con alma, gastronomía úni-

ca, leyendas eternas, rincones con encanto y gentes hospitalarias. Este libro es un recorrido por todos esos matices que enriquecen la experiencia del peregrino y que responde a las inquietudes del viajero.




UN PASEO POR LA HISTORIA DE A CORUÑA, DE GALICIA Y DE EUROPA Diego Calvo Pouso Presidente de la Diputación de A Coruña

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Río Eume

Coincidiendo con la firme apuesta de la Diputación de A Coruña por la defensa de nuestro patrimonio histórico y cultural ponemos hoy a disposición de nativos y foráneos esta guía, que más que una guía turística, es un manual informativo que recopila todo lo que nos podemos encontrar a lo largo del Camino Inglés, desde el desembarco en el muelle de Curuxeiras de Ferrol, o en la coruñesa plaza de María Pita, hasta el final de la ruta en la Catedral de Santiago.

Desde los datos más básicos sobre albergues y otros servicios imprescindibles para los peregrinos, hasta hechos históricos que sucedieron al paso de esta ruta: los naufragios, los mitos, la primera peregrinación británica tras la reforma protestante… Esta unión de cifras, consejos y leyendas logra que nos hagamos una idea de lo que significa el Camino Inglés. Un camino que muchas veces queda en un segundo plano frente al Francés y que desde la Diputación nos hemos empeñado en defender.

Porque el Camino Inglés, además de ser uno de los trayectos más antiguos que existen de entre los que hay para llegar a Santiago, es una buena muestra de la relación que durante siglos mantuvo Galicia con los ingleses, irlandeses y otros pueblos europeos. Nosotros ahora la queremos recuperar y por ello este trabajo se hará llegar a nuestros vecinos del norte, para que vean cuánto de lo suyo tenemos por aquí. Y para completar la maravillosa oferta del Camino Inglés, está el que para mí es su gran valor

añadido, el de la naturaleza y los paisajes, que debemos aprovechar. En eso está trabajando la Diputación mano a mano con Tesouros de Galicia, para promocionar el turismo cultural y de naturaleza. Un turismo sostenible que pone en valor lugares como las rías Altas, el Mandeo o las Fragas do Eume. Todo para hacer entender a los de aquí y a los de fuera que recorrer el Camino Inglés es dar un paseo por la historia de A Coruña, de Galicia y de Europa. Por ello, invito a todos a realizar este viaje en el tiempo.


UN PASEO POR LA HISTORIA DE A CORUÑA, DE GALICIA Y DE EUROPA Diego Calvo Pouso Presidente de la Diputación de A Coruña

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Río Eume

Coincidiendo con la firme apuesta de la Diputación de A Coruña por la defensa de nuestro patrimonio histórico y cultural ponemos hoy a disposición de nativos y foráneos esta guía, que más que una guía turística, es un manual informativo que recopila todo lo que nos podemos encontrar a lo largo del Camino Inglés, desde el desembarco en el muelle de Curuxeiras de Ferrol, o en la coruñesa plaza de María Pita, hasta el final de la ruta en la Catedral de Santiago.

Desde los datos más básicos sobre albergues y otros servicios imprescindibles para los peregrinos, hasta hechos históricos que sucedieron al paso de esta ruta: los naufragios, los mitos, la primera peregrinación británica tras la reforma protestante… Esta unión de cifras, consejos y leyendas logra que nos hagamos una idea de lo que significa el Camino Inglés. Un camino que muchas veces queda en un segundo plano frente al Francés y que desde la Diputación nos hemos empeñado en defender.

Porque el Camino Inglés, además de ser uno de los trayectos más antiguos que existen de entre los que hay para llegar a Santiago, es una buena muestra de la relación que durante siglos mantuvo Galicia con los ingleses, irlandeses y otros pueblos europeos. Nosotros ahora la queremos recuperar y por ello este trabajo se hará llegar a nuestros vecinos del norte, para que vean cuánto de lo suyo tenemos por aquí. Y para completar la maravillosa oferta del Camino Inglés, está el que para mí es su gran valor

añadido, el de la naturaleza y los paisajes, que debemos aprovechar. En eso está trabajando la Diputación mano a mano con Tesouros de Galicia, para promocionar el turismo cultural y de naturaleza. Un turismo sostenible que pone en valor lugares como las rías Altas, el Mandeo o las Fragas do Eume. Todo para hacer entender a los de aquí y a los de fuera que recorrer el Camino Inglés es dar un paseo por la historia de A Coruña, de Galicia y de Europa. Por ello, invito a todos a realizar este viaje en el tiempo.


Pocos –gallegos o extranjerossaben que la tumba de Sir John Moore en A Coruña es territorio británico, o que la Armada británica planeó minar el acceso al puerto de Ferrol en la II Guerra Mundial por ser refugio de los submarinos alemanes. Apenas algunos conocen la existencia del “ferrolano”, idioma propio de Ferrol que mezcla palabras gallegas, españolas e inglesas, debido a la confluencia de culturas desde el siglo XVIII, ligada a la historia naval y militar de la ciudad.

¿POR QUÉ EL CAMINO INGLÉS? Javier Rodríguez-Losada Boedo PrESIDENTE DE TESoUroS DE GaLICIa

originales productos locales de escasa distribución comercial. La recuperación del Camino Inglés debe convertirse en un ejemplo de participación social en la recuperación y la promoción responsable del patrimonio. Esta es una ruta que no se recorre, se vive. Por eso, vive y comparte el Camino Inglés.

Vivir el Camino

006

Tesouros de Galicia es una asociación sin ánimo de lucro que promueve la valorización del patrimonio de Galicia como recurso identitario e histórico, pero también como eje de dinamización económica y social. Proponemos el protagonismo de la sociedad civil y ofrecemos compartir las redes internacionales a las que pertenecemos: el International National Trusts Organisation y la Global Partnership for Sustainable Tourism.

Las señales con el símbolo de la vieira marcan el camino a Santiago

Galicia es una potencia en patrimonio histórico -material e inmaterial-, pero el reto de su aprovechamiento sostenible está por alcanzar. Nos resulta especialmente difícil hacerlo porque pensamos que el cuidado del patrimonio es una responsabilidad pública, porque la abundancia de elementos patrimoniales nos hace percibirlos como parte sin valor del paisaje, y porque desconocemos el valor que genera una gestión ordenada en el mercado internacional. El llamado Camino Inglés es probablemente el más claro ejemplo de todo ello. Hablamos de una ruta especialmente importante por sus contenidos históricos y porque supera en antigüedad a otros caminos medievales a Compostela. Ya en la Edad de Hierro existía un fluido corredor que comu-

nicaba Galicia con las islas británicas, dejando muestras de una relación que hoy explica de forma asombrosa tradiciones y costumbres comunes. Recorrer esta ruta es recorrer la historia de Europa a través de restos romanos, de ejemplos de la organización social medieval con sus señores feudales, monasterios y revueltas populares, y de multitud de sucesos que muestran la influencia británica e irlandesa en Galicia.

La creciente demanda de un turismo sostenible puede tener en este camino un modelo ejemplar mediante la correcta convivencia del sector con un entorno diverso y espectacular, comenzando por el potencial de las Rías Altas, el parque natural de las Fragas do Eume o proyectos por conocer como el río Mandeo o la Reserva de la Biosfera. Consultar la ruta en internet nos invitará a dedicar cinco jornadas para hacerla desde Ferrol y tres desde A Coruña. Sin embargo, desde Tesouros de Galicia denunciamos la imposibilidad de disfrutar esta ruta en tan poco tiempo. Además de la abundancia del patrimonio material debemos añadir la riqueza de tradiciones, fiestas, música y cultura que un gran número de fundaciones y asociaciones locales destacan a lo largo de este camino que, a su vez, se cruza con ramales que nos llevan a lugares difíciles de obviar y nos presentan

además de la abundancia del patrimonio material debemos añadir la riqueza de tradiciones, fiestas, música y cultura a lo largo del Camino Inglés

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Pocos –gallegos o extranjerossaben que la tumba de Sir John Moore en A Coruña es territorio británico, o que la Armada británica planeó minar el acceso al puerto de Ferrol en la II Guerra Mundial por ser refugio de los submarinos alemanes. Apenas algunos conocen la existencia del “ferrolano”, idioma propio de Ferrol que mezcla palabras gallegas, españolas e inglesas, debido a la confluencia de culturas desde el siglo XVIII, ligada a la historia naval y militar de la ciudad.

¿POR QUÉ EL CAMINO INGLÉS? Javier Rodríguez-Losada Boedo PrESIDENTE DE TESoUroS DE GaLICIa

originales productos locales de escasa distribución comercial. La recuperación del Camino Inglés debe convertirse en un ejemplo de participación social en la recuperación y la promoción responsable del patrimonio. Esta es una ruta que no se recorre, se vive. Por eso, vive y comparte el Camino Inglés.

Vivir el Camino

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Tesouros de Galicia es una asociación sin ánimo de lucro que promueve la valorización del patrimonio de Galicia como recurso identitario e histórico, pero también como eje de dinamización económica y social. Proponemos el protagonismo de la sociedad civil y ofrecemos compartir las redes internacionales a las que pertenecemos: el International National Trusts Organisation y la Global Partnership for Sustainable Tourism.

Las señales con el símbolo de la vieira marcan el camino a Santiago

Galicia es una potencia en patrimonio histórico -material e inmaterial-, pero el reto de su aprovechamiento sostenible está por alcanzar. Nos resulta especialmente difícil hacerlo porque pensamos que el cuidado del patrimonio es una responsabilidad pública, porque la abundancia de elementos patrimoniales nos hace percibirlos como parte sin valor del paisaje, y porque desconocemos el valor que genera una gestión ordenada en el mercado internacional. El llamado Camino Inglés es probablemente el más claro ejemplo de todo ello. Hablamos de una ruta especialmente importante por sus contenidos históricos y porque supera en antigüedad a otros caminos medievales a Compostela. Ya en la Edad de Hierro existía un fluido corredor que comu-

nicaba Galicia con las islas británicas, dejando muestras de una relación que hoy explica de forma asombrosa tradiciones y costumbres comunes. Recorrer esta ruta es recorrer la historia de Europa a través de restos romanos, de ejemplos de la organización social medieval con sus señores feudales, monasterios y revueltas populares, y de multitud de sucesos que muestran la influencia británica e irlandesa en Galicia.

La creciente demanda de un turismo sostenible puede tener en este camino un modelo ejemplar mediante la correcta convivencia del sector con un entorno diverso y espectacular, comenzando por el potencial de las Rías Altas, el parque natural de las Fragas do Eume o proyectos por conocer como el río Mandeo o la Reserva de la Biosfera. Consultar la ruta en internet nos invitará a dedicar cinco jornadas para hacerla desde Ferrol y tres desde A Coruña. Sin embargo, desde Tesouros de Galicia denunciamos la imposibilidad de disfrutar esta ruta en tan poco tiempo. Además de la abundancia del patrimonio material debemos añadir la riqueza de tradiciones, fiestas, música y cultura que un gran número de fundaciones y asociaciones locales destacan a lo largo de este camino que, a su vez, se cruza con ramales que nos llevan a lugares difíciles de obviar y nos presentan

además de la abundancia del patrimonio material debemos añadir la riqueza de tradiciones, fiestas, música y cultura a lo largo del Camino Inglés

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CAMINOS Y SIGNIFICADOS: DE FERROL A COMPOSTELA Oliver Maurice DIrECTor HoNorarIo DE La INTErNaTIoNaL NaTIoNaL TrUSTS orGaNISaTIoN (INTo)

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recorriendo el Camino Inglés INTo pretende darlo a conocer en Gran Bretaña para atraer turistas en el futuro

El Camino de Santiago siempre evocó en mi mente un ideal romántico de pasar el tiempo fuera de los rigores del día a día y con la tranquilidad de caminar cada jornada con tiempo para contemplar, para conocer a gente con las mismas inquietudes y para asimilar las maravillas de la naturaleza y de la herencia cultural, culminando mis pasos en el esplendor y majestuosidad de la Catedral de Santiago de Compostela. Siempre evoqué el Camino Francés, el único del que había oído hablar y el más popular. Hasta hace poco no era consciente de la existencia de otras rutas, incluyendo el Camino Inglés, del que nunca había tenido referencias previamente, y que empieza en Ferrol o en A Coruña. Para quienes lo empiezan en Ferrol, obtendrán la Compostela, el certificado de peregrino que recogerán a su término, tras reco-

rrer una distancia de más de cien quilómetros, mientras que desde A Coruña, la distancia se reduce a setenta y cinco quilómetros. No soy el único que desconocía estas dos rutas. Hablando con amigos y familiares, no encontré a ninguna persona que hubiese oído hablar de ellas ni del puerto de Ferrol. Esto supone un reto para mí, y una oportunidad si hablamos del camino que hicimos del 15 al 19 de septiembre de 2014.

Decisión

En mi condición de director honorífico de la Organización Internacional National Trusts (INTO) he mantenido contacto con la organización de Tesouros de Galicia y he visitado la comunidad gallega en tres ocasiones distintas. A raíz de una conversación con el presidente de esta entidad, Javier Losada, me ani-

mé a llevar a cabo mi camino ideal, aunque probablemente no de la manera romántica que yo me había imaginado. En el mes de junio llegué a un punto de referencia en mi vida: mi 70 cumpleaños. Decidí, con la ayuda de Javier, recordar este hecho recorriendo el Camino de Santiago desde Ferrol con mis amigos y colegas de INTO, ya que aprovecharíamos la ocasión para celebrar nuestra reunión anual del Comité Ejecutivo. Bill Turner, vicepresidente de INTO, que también quiso hacer el Camino, había llegado también a los 70, concretamente en mayo, así que decidimos aprovechar la ocasión como una forma de recaudar fondos para INTO. La idea cautivó a un buen número de nuestros amigos y, entre todos, conseguimos recaudar unas diez mil libras

para apoyar nuestros proyectos. Pero las caminatas no eran solo para recaudar dinero para INTO. Estábamos también allí para apoyar el trabajo de Tesouros de Galicia y ayudarlos en su objetivo de promover la necesidad de prestarle mayor atención a la conservación del maravilloso legado histórico y cultural del que esta región puede estar orgullosa. Al mismo tiempo, haciendo el Camino Inglés, queríamos publicitar esta ruta en Gran Bretaña para atraer a más turistas a Galicia en el futuro. Queríamos prestar especial atención a las raíces celtas que existen entre Galicia, la Bretaña Francesa y el oeste de Gran Bretaña, impulsando así su sostenibilidad turística. Durante el Camino Inglés visitamos un gran número de lugares históricos y culturales. A lo

Las piedras sobre el mojón recuerdan el paso de los peregrinos

largo del recorrido se unieron a nosotros estudiantes de varias universidades gallegas, así como otros voluntarios que nos dieron un espléndido apoyo. Tuvimos la oportunidad de conocer a muchos de los alcaldes de las localidades por las que pasamos, al tiempo que nos deleitábamos con los gaiteiros y bailarines gallegos. Disfrutamos copiosamente de las delicias de la gastronomía gallega y, cuando acabamos el Camino, asistimos a una soberbia recepción en el majestuoso Ayuntamiento de Santiago de Compostela.

Nuestra actividad contó con un estupendo seguimiento de los medios de comunicación, que realizaron una amplia cobertura informativa. Fue una experiencia maravillosa para todos nosotros a pesar, en algunos casos, ¡del dolor y las ampollas! Hemos aprendido muchísimo sobre el legado histórico y cultural gallego a nivel tangible e intangible. Conocimos a muchos amigos viajeros a lo largo del Camino y ¡lo pasamos francamente bien! Creo que todos hemos alcanzado nuestros objetivos iniciales.

Volviendo a mi ideal romántico del Camino, puedo confirmar que en esta ocasión esa idea de caminar con tranquilidad, día a día con tiempo para la contemplación no la he conseguido en su totalidad. Quizá camine los ochocientos quilómetros desde St. Jean-Pied-du-Port a Compostela, en el Camino Francés, para celebrar mi 75 cumpleaños. Por último quiero agradecer a Javier Losada toda la organización y por hacer de esto un evento memorable, así como su joven equipo, que nos ayudó en el Camino de principio a fin.

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CAMINOS Y SIGNIFICADOS: DE FERROL A COMPOSTELA Oliver Maurice DIrECTor HoNorarIo DE La INTErNaTIoNaL NaTIoNaL TrUSTS orGaNISaTIoN (INTo)

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recorriendo el Camino Inglés INTo pretende darlo a conocer en Gran Bretaña para atraer turistas en el futuro

El Camino de Santiago siempre evocó en mi mente un ideal romántico de pasar el tiempo fuera de los rigores del día a día y con la tranquilidad de caminar cada jornada con tiempo para contemplar, para conocer a gente con las mismas inquietudes y para asimilar las maravillas de la naturaleza y de la herencia cultural, culminando mis pasos en el esplendor y majestuosidad de la Catedral de Santiago de Compostela. Siempre evoqué el Camino Francés, el único del que había oído hablar y el más popular. Hasta hace poco no era consciente de la existencia de otras rutas, incluyendo el Camino Inglés, del que nunca había tenido referencias previamente, y que empieza en Ferrol o en A Coruña. Para quienes lo empiezan en Ferrol, obtendrán la Compostela, el certificado de peregrino que recogerán a su término, tras reco-

rrer una distancia de más de cien quilómetros, mientras que desde A Coruña, la distancia se reduce a setenta y cinco quilómetros. No soy el único que desconocía estas dos rutas. Hablando con amigos y familiares, no encontré a ninguna persona que hubiese oído hablar de ellas ni del puerto de Ferrol. Esto supone un reto para mí, y una oportunidad si hablamos del camino que hicimos del 15 al 19 de septiembre de 2014.

Decisión

En mi condición de director honorífico de la Organización Internacional National Trusts (INTO) he mantenido contacto con la organización de Tesouros de Galicia y he visitado la comunidad gallega en tres ocasiones distintas. A raíz de una conversación con el presidente de esta entidad, Javier Losada, me ani-

mé a llevar a cabo mi camino ideal, aunque probablemente no de la manera romántica que yo me había imaginado. En el mes de junio llegué a un punto de referencia en mi vida: mi 70 cumpleaños. Decidí, con la ayuda de Javier, recordar este hecho recorriendo el Camino de Santiago desde Ferrol con mis amigos y colegas de INTO, ya que aprovecharíamos la ocasión para celebrar nuestra reunión anual del Comité Ejecutivo. Bill Turner, vicepresidente de INTO, que también quiso hacer el Camino, había llegado también a los 70, concretamente en mayo, así que decidimos aprovechar la ocasión como una forma de recaudar fondos para INTO. La idea cautivó a un buen número de nuestros amigos y, entre todos, conseguimos recaudar unas diez mil libras

para apoyar nuestros proyectos. Pero las caminatas no eran solo para recaudar dinero para INTO. Estábamos también allí para apoyar el trabajo de Tesouros de Galicia y ayudarlos en su objetivo de promover la necesidad de prestarle mayor atención a la conservación del maravilloso legado histórico y cultural del que esta región puede estar orgullosa. Al mismo tiempo, haciendo el Camino Inglés, queríamos publicitar esta ruta en Gran Bretaña para atraer a más turistas a Galicia en el futuro. Queríamos prestar especial atención a las raíces celtas que existen entre Galicia, la Bretaña Francesa y el oeste de Gran Bretaña, impulsando así su sostenibilidad turística. Durante el Camino Inglés visitamos un gran número de lugares históricos y culturales. A lo

Las piedras sobre el mojón recuerdan el paso de los peregrinos

largo del recorrido se unieron a nosotros estudiantes de varias universidades gallegas, así como otros voluntarios que nos dieron un espléndido apoyo. Tuvimos la oportunidad de conocer a muchos de los alcaldes de las localidades por las que pasamos, al tiempo que nos deleitábamos con los gaiteiros y bailarines gallegos. Disfrutamos copiosamente de las delicias de la gastronomía gallega y, cuando acabamos el Camino, asistimos a una soberbia recepción en el majestuoso Ayuntamiento de Santiago de Compostela.

Nuestra actividad contó con un estupendo seguimiento de los medios de comunicación, que realizaron una amplia cobertura informativa. Fue una experiencia maravillosa para todos nosotros a pesar, en algunos casos, ¡del dolor y las ampollas! Hemos aprendido muchísimo sobre el legado histórico y cultural gallego a nivel tangible e intangible. Conocimos a muchos amigos viajeros a lo largo del Camino y ¡lo pasamos francamente bien! Creo que todos hemos alcanzado nuestros objetivos iniciales.

Volviendo a mi ideal romántico del Camino, puedo confirmar que en esta ocasión esa idea de caminar con tranquilidad, día a día con tiempo para la contemplación no la he conseguido en su totalidad. Quizá camine los ochocientos quilómetros desde St. Jean-Pied-du-Port a Compostela, en el Camino Francés, para celebrar mi 75 cumpleaños. Por último quiero agradecer a Javier Losada toda la organización y por hacer de esto un evento memorable, así como su joven equipo, que nos ayudó en el Camino de principio a fin.

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ÍNDICE DEL Mar Y SU FUErZa

rELaCIoNES ENTrE GaLICIa Y LaS ISLaS BrITÁNICaS DE CaNTErBUrY a CoMPoSTELa. Catherine Leonard. SECrETarIa DE La INTErNaTIoNaL NaTIoNaL TrUSTS orGaNISaTIoN (INTo)

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La MaYor ProMoCIÓN DE SaNTIaGo EN EL rEINo UNIDo. Javier Rodríguez-Losada Boedo. PrESIDENTE DE TESoUroS DE GaLICIa La ECoNoMÍa DEL CaMINo INGLÉS. Fernando Salgado. PErIoDISTa LaS rELaCIoNES CoMErCIaLES ENTrE rEINo UNIDo Y GaLICIa. Kirsty Hooper. ProFESora DE ESTUDIoS ESPañoLES Y GaLLEGoS EN La UNIVErSIDaD DE LIVErPooL

UN VIaJE DE PoSIBILIDaDES TUrISMo EN EL CaMINo

EMPEZaNDo TU CaMINo. Elena Anca Candocia. EXPErTa EN ProMoCIÓN TUrÍSTICa ParaDorES: INICIo Y METa DEL CaMINo INGLÉS. Ignacio Varela Guerrero. HISTorIaDor DEL arTE rEDESCUBrIENDo EL arSENaL. Isabel Díaz-Robles García. GUÍa ESPECIaLIZaDa DE La XUNTa DE GaLICIa La TorrE DE HÉrCULES. Doda Vázquez. PErIoDISTa

LoS IrLaNDESES Y EL CaMINo INGLÉS. David Clark. ProFESor DE FILoLoGÍa EN La UNIVErSIDaD DE a CorUña Y MIEMBro DEL INSTITUTo aMErGIN DE INVESTIGaCIÓN DE ESTUDIoS IrLaNDESES La rUTa MarÍTIMa a CoMPoSTELa. Juan J. Burgoa Fernández. CaPITÁN DE NaVÍo DE La arMaDa, EN SITUaCIÓN DE rETIro La PErEGrINaCIÓN BrITÁNICa DE 1909: PErEGrINoS Y TUrISTaS. Rafael Vallejo Pousada. ProFESor DE HISTorIa E INSTITUCIoNES ECoNÓMICaS EN La UNIVErSIDaD DE VIGo La GaLICIa MÁS INGLESa: EL DUQUE DE LaNCaSTEr. Javier Rodríguez-Losada Boedo. PrESIDENTE DE TESoUroS DE GaLICIa EL PrÍNCIPE DE GaLES EN SU VISITa a GaLICIa. José M. Fernández Caamaño. ESCrITor, INVESTIGaDor Y MIEMBro DE La aSoCIaCIÓN HISTÓrICo-CULTUraL THE roYaL GrEEN JaCKETS La TUMBa DE LESLIE HoWarD. Emilio Grandío. ProFESor DE HISTorIa CoNTEMPorÁNEa EN La UNIVErSIDaD DE SaNTIaGo DE CoMPoSTELa

LaS PLaZaS: UNa ParaDa EN EL CaMINo. FoToGraFÍaS LaS FIESTaS a Lo LarGo DEL CaMINo. Jacobo Rodríguez Garrido, HISTorIaDor; y Noelia Antelo, PErIoDISTa SaN aNDrÉS DE TEIXIDo Y oTroS SaNTUarIoS MÁGICoS. Xurxo Vázquez. PErIoDISTa orTIGUEIra, La CaJa DE rESoNaNCIa DE La MÚSICa CELTa. Pedro Tasende. PErIoDISTa SUrFEaNDo LaS oLaS DE La CoSTa GaLLEGa. Jesús Busto. PrESIDENTE DE La aSoCIaCIÓN oCÉaNo SUrF CLUB UN ENCUENTro DE SaBorES EN La rUTa MÁS DESCoNoCIDa. Aser Álvarez. PErIoDISTa, aUTor DE La GUÍa THE SLOW ENGLISH WAY Y DE oTroS TraBaJoS SoBrE La rUTa JaCoBEa LoS ProDUCToS MÁS TÍPICoS Para DEGUSTar EN EL CaMINo INGLÉS. FoToGraFÍaS

EL TELÉGraFo QUE NoS TraJo EL FÚTBoL: VIaJE SIN ESCaLaS DE PorTHCUrNo a VIGo. Héctor José Pena Taboada. EXPErTo EN HISTorIa DEL FÚTBoL GaLLEGo LoS TroLEBUSES INGLESES EN GaLICIa. Xan Fraga Rodríguez. ProFESor, HISTorIaDor Y ESCrITor FULL SPEED: La INFLUENCIa DEL INGLÉS EN La JErGa FErroLaNa. Germán Castro. PErIoDISTa

TIErra DE arTESaNÍa. Manuel González. PrESIDENTE DE La aSoCIaCIÓN GaLEGa DE arTESÁNS (aGa) CoMPoSTELa: La LLEGaDa a SaNTIaGo. Noelia Antelo. PErIoDISTa EL MILaGro DEL CaMINo. Tomás Álvarez. ESCrITor Y PErIoDISTa

UN VIaJE EN EL TIEMPo HISTorIa

Lo rEaL ESCaToLÓGICo FrENTE a Lo IDEaL DEL CaMINo INGLÉS Y La CaSa DE LoS aNDraDE. Israel Sanmartín. ProFESor DE HISTorIa EN La UNIVErSIDaD DE SaNTIaGo DE CoMPoSTELa IrMaNDIñoS EN EL CaMINo INGLÉS a CoMPoSTELa. Carlos Barros. ProFESor DE HISTorIa MEDIEVaL EN La UNIVErSIDaD DE SaNTIaGo DE CoMPoSTELa La BaTaLLa DE BrIÓN: rESISTENCIa Para UNa VICTorIa ESPañoLa. Cristina Rodríguez. PErIoDISTa

HUELLaS EN UNa CULTUra VIVa PaTrIMoNIo Y CULTUra

CaMINoS DE La TIErra, CaMINoS DEL Mar. Francisco X. Fernández Naval. ESCrITor Y PoETa GaLLEGo EL MoNaSTErIo DE CaaVEIro. José Manuel Yáñez Rodríguez. arQUITECTo TÉCNICo, INGENIEro DE EDIFICaCIÓN Y DoCTor EN HISTorIa DEL arTE Por La UNIVErSIDaD DE SaNTIaGo DE CoMPoSTELa LaS MUraLLaS DE BETaNZoS. José Raimundo Núñez-Varela y Lendoiro. CroNISTa oFICIaL DE BETaNZoS LoS CrUCEroS CoMo SEñaLES DEL CaMINo. Juan J. Burgoa Fernández. MIEMBro DE La aSoCIaCIÓN DE aMIGoS DE LoS CrUCEroS Y CrUCES DE PIEDra rIToS Y LEYENDaS: CarraL. Xosé Lois Vilar Hermidas. HISTorIaDor Y ESCrITor EL GREEN MAN, UN HoMBrE VErDE EN EL CaMINo INGLÉS. Alfredo Erias Martínez. DIrECTor DEL MUSEo DaS MarIñaS UN CaMINo DE CaSTroS. Antón Fernández Malde. arQUEÓLoGo DIrECTor DEL EQUIPo DE INVESTIGaCIÓN DEL CaSTro DaS TraVESaS

La BaTaLLa DE a CorUña DE 1809. Antonio Osende Barallobre. VICEPrESIDENTE DE La aSoCIaCIÓN HISTÓrICo-CULTUraL THE roYaL GrEEN JaCKETS PrIMEra BIoGraFÍa DEL GENEraL SIr JoHN MoorE. Mark Zbigniew Guscin. VoCaL DE La aSoCIaCIÓN HISTÓrICo CULTUraL THE roYaL GrEEN JaCKETS Y MIEMBro DEL CoMITÉ orGaNIZaDor DE La BaTaLLa DE a CorUña 1809 HISTorIa DE LoS roYaL GrEEN JaCKETS. Manuel Santiago Arenas Roca. PrESIDENTE DE La aSoCIaCIÓN HISTÓrICo-CULTUraL THE roYaL GrEEN JaCKETS NaUFraGIoS EN EL CaMINo. Miguel San Claudio Santa Cruz. arQUEÓLoGo SUBaCUÁTICo PICaSSo EN a CorUña: EL orIGEN DE UN GENIo. Rubén Ventureira, PErIoDISTa; y Elena Pardo, ProFESora DE arTES PLÁSTICaS Y DISEño EN La EaSD PaBLo PICaSSo DE a CorUña ESTrELLa GaLICIa, EL SaBor DEL LÚPULo GaLLEGo QUE CoNQUISTa EL MUNDo. Alberto Cancela. PErIoDISTa La MarCa QUE HIZo HISTorIa DESDE UNa CaLLE DE a CorUña. Rebeca A. Varela. PErIoDISTa

HÓrrEoS: HISTorIa E IDENTIDaD. Ignacio Varela Guerrero. HISTorIaDor DEL arTE PErEGrINar a La CaTEDraL MIraNDo aL FUTUro. Segundo L. Pérez López. DEÁN DE La CaTEDraL DE SaNTIaGo EL PÓrTICo QUE CaUTIVÓ a La EXQUISITa SoCIEDaD VICTorIaNa. Pedro Tasende. PErIoDISTa EMILIa ParDo BaZÁN Y EL CaMINo. Xulia Santiso. DIrECTora DE La CaSa–MUSEo EMILIa ParDo BaZÁN WENCESLao FErNÁNDEZ FLÓrEZ: ESCrITor ECoLoGISTa. Alicia Longueira Moris. DIrECTora DE La FUNDaCIÓN WENCESLao FErNÁNDEZ FLÓrEZ MÚSICa CELTa Y TraDICIoNaL DESDE GaLICIa. Bieito Romero. MÚSICo GaLLEGo Y MIEMBro DEL GrUPo LUar Na LUBrE La GaITa GaLLEGa MÁS INTErNaCIoNaL. Esteban Vilela. ProDUCTor aUDIoVISUaL oFICIoS TraDICIoNaLES EN EL CaMINo INGLÉS. FoToGraFÍaS EL GaLLEGo, La LENGUa DE GaLICIa. Nel Vidal Barral. PrESIDENTE DE La CoorDINaDora DE TraBaLLaDorES E TraBaLLaDoraS DE NorMaLIZaCIÓN Da LINGUa (CTNL)

DEL aZUL aL VErDE

PaISaJE Y NaTUraLEZa

La BIoDIVErSIDaD DEL CaMINo INGLÉS. Alfredo López Fernández. DoCTor EN BIoLoGÍa, ESPECIaLISTa EN BIoDIVErSIDaD Y CoNSErVaCIÓN MarINa, Y MIEMBro DE CEMMa UNa MIraDa aL PaISaJE. Antonio de María Angulo. PrESIDENTE DE La aSoCIaCIÓN ProFESIoNaL DE SILVICULTorES DE GaLICIa (SILVaNUS) ParQUE NaTUraL FraGaS Do EUME. Jorge Vázquez Rey. DIrECTor DEL ParQUE NaTUraL FraGaS Do EUME EL Mar… Y EL CaMINo INGLÉS. Felipe Senén López Gómez. arQUEÓLoGo Y MUSEÓLoGo LoS FaroS QUE VIGILaN La CoSTa. FoToGraFÍaS PLaYaS Para DISFrUTar EN EL CaMINo. FoToGraFÍaS INForMaCIÓN ÚTIL. HoSPEDaJE EN EL CaMINo INGLÉS

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ÍNDICE DEL Mar Y SU FUErZa

rELaCIoNES ENTrE GaLICIa Y LaS ISLaS BrITÁNICaS DE CaNTErBUrY a CoMPoSTELa. Catherine Leonard. SECrETarIa DE La INTErNaTIoNaL NaTIoNaL TrUSTS orGaNISaTIoN (INTo)

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La MaYor ProMoCIÓN DE SaNTIaGo EN EL rEINo UNIDo. Javier Rodríguez-Losada Boedo. PrESIDENTE DE TESoUroS DE GaLICIa La ECoNoMÍa DEL CaMINo INGLÉS. Fernando Salgado. PErIoDISTa LaS rELaCIoNES CoMErCIaLES ENTrE rEINo UNIDo Y GaLICIa. Kirsty Hooper. ProFESora DE ESTUDIoS ESPañoLES Y GaLLEGoS EN La UNIVErSIDaD DE LIVErPooL

UN VIaJE DE PoSIBILIDaDES TUrISMo EN EL CaMINo

EMPEZaNDo TU CaMINo. Elena Anca Candocia. EXPErTa EN ProMoCIÓN TUrÍSTICa ParaDorES: INICIo Y METa DEL CaMINo INGLÉS. Ignacio Varela Guerrero. HISTorIaDor DEL arTE rEDESCUBrIENDo EL arSENaL. Isabel Díaz-Robles García. GUÍa ESPECIaLIZaDa DE La XUNTa DE GaLICIa La TorrE DE HÉrCULES. Doda Vázquez. PErIoDISTa

LoS IrLaNDESES Y EL CaMINo INGLÉS. David Clark. ProFESor DE FILoLoGÍa EN La UNIVErSIDaD DE a CorUña Y MIEMBro DEL INSTITUTo aMErGIN DE INVESTIGaCIÓN DE ESTUDIoS IrLaNDESES La rUTa MarÍTIMa a CoMPoSTELa. Juan J. Burgoa Fernández. CaPITÁN DE NaVÍo DE La arMaDa, EN SITUaCIÓN DE rETIro La PErEGrINaCIÓN BrITÁNICa DE 1909: PErEGrINoS Y TUrISTaS. Rafael Vallejo Pousada. ProFESor DE HISTorIa E INSTITUCIoNES ECoNÓMICaS EN La UNIVErSIDaD DE VIGo La GaLICIa MÁS INGLESa: EL DUQUE DE LaNCaSTEr. Javier Rodríguez-Losada Boedo. PrESIDENTE DE TESoUroS DE GaLICIa EL PrÍNCIPE DE GaLES EN SU VISITa a GaLICIa. José M. Fernández Caamaño. ESCrITor, INVESTIGaDor Y MIEMBro DE La aSoCIaCIÓN HISTÓrICo-CULTUraL THE roYaL GrEEN JaCKETS La TUMBa DE LESLIE HoWarD. Emilio Grandío. ProFESor DE HISTorIa CoNTEMPorÁNEa EN La UNIVErSIDaD DE SaNTIaGo DE CoMPoSTELa

LaS PLaZaS: UNa ParaDa EN EL CaMINo. FoToGraFÍaS LaS FIESTaS a Lo LarGo DEL CaMINo. Jacobo Rodríguez Garrido, HISTorIaDor; y Noelia Antelo, PErIoDISTa SaN aNDrÉS DE TEIXIDo Y oTroS SaNTUarIoS MÁGICoS. Xurxo Vázquez. PErIoDISTa orTIGUEIra, La CaJa DE rESoNaNCIa DE La MÚSICa CELTa. Pedro Tasende. PErIoDISTa SUrFEaNDo LaS oLaS DE La CoSTa GaLLEGa. Jesús Busto. PrESIDENTE DE La aSoCIaCIÓN oCÉaNo SUrF CLUB UN ENCUENTro DE SaBorES EN La rUTa MÁS DESCoNoCIDa. Aser Álvarez. PErIoDISTa, aUTor DE La GUÍa THE SLOW ENGLISH WAY Y DE oTroS TraBaJoS SoBrE La rUTa JaCoBEa LoS ProDUCToS MÁS TÍPICoS Para DEGUSTar EN EL CaMINo INGLÉS. FoToGraFÍaS

EL TELÉGraFo QUE NoS TraJo EL FÚTBoL: VIaJE SIN ESCaLaS DE PorTHCUrNo a VIGo. Héctor José Pena Taboada. EXPErTo EN HISTorIa DEL FÚTBoL GaLLEGo LoS TroLEBUSES INGLESES EN GaLICIa. Xan Fraga Rodríguez. ProFESor, HISTorIaDor Y ESCrITor FULL SPEED: La INFLUENCIa DEL INGLÉS EN La JErGa FErroLaNa. Germán Castro. PErIoDISTa

TIErra DE arTESaNÍa. Manuel González. PrESIDENTE DE La aSoCIaCIÓN GaLEGa DE arTESÁNS (aGa) CoMPoSTELa: La LLEGaDa a SaNTIaGo. Noelia Antelo. PErIoDISTa EL MILaGro DEL CaMINo. Tomás Álvarez. ESCrITor Y PErIoDISTa

UN VIaJE EN EL TIEMPo HISTorIa

Lo rEaL ESCaToLÓGICo FrENTE a Lo IDEaL DEL CaMINo INGLÉS Y La CaSa DE LoS aNDraDE. Israel Sanmartín. ProFESor DE HISTorIa EN La UNIVErSIDaD DE SaNTIaGo DE CoMPoSTELa IrMaNDIñoS EN EL CaMINo INGLÉS a CoMPoSTELa. Carlos Barros. ProFESor DE HISTorIa MEDIEVaL EN La UNIVErSIDaD DE SaNTIaGo DE CoMPoSTELa La BaTaLLa DE BrIÓN: rESISTENCIa Para UNa VICTorIa ESPañoLa. Cristina Rodríguez. PErIoDISTa

HUELLaS EN UNa CULTUra VIVa PaTrIMoNIo Y CULTUra

CaMINoS DE La TIErra, CaMINoS DEL Mar. Francisco X. Fernández Naval. ESCrITor Y PoETa GaLLEGo EL MoNaSTErIo DE CaaVEIro. José Manuel Yáñez Rodríguez. arQUITECTo TÉCNICo, INGENIEro DE EDIFICaCIÓN Y DoCTor EN HISTorIa DEL arTE Por La UNIVErSIDaD DE SaNTIaGo DE CoMPoSTELa LaS MUraLLaS DE BETaNZoS. José Raimundo Núñez-Varela y Lendoiro. CroNISTa oFICIaL DE BETaNZoS LoS CrUCEroS CoMo SEñaLES DEL CaMINo. Juan J. Burgoa Fernández. MIEMBro DE La aSoCIaCIÓN DE aMIGoS DE LoS CrUCEroS Y CrUCES DE PIEDra rIToS Y LEYENDaS: CarraL. Xosé Lois Vilar Hermidas. HISTorIaDor Y ESCrITor EL GREEN MAN, UN HoMBrE VErDE EN EL CaMINo INGLÉS. Alfredo Erias Martínez. DIrECTor DEL MUSEo DaS MarIñaS UN CaMINo DE CaSTroS. Antón Fernández Malde. arQUEÓLoGo DIrECTor DEL EQUIPo DE INVESTIGaCIÓN DEL CaSTro DaS TraVESaS

La BaTaLLa DE a CorUña DE 1809. Antonio Osende Barallobre. VICEPrESIDENTE DE La aSoCIaCIÓN HISTÓrICo-CULTUraL THE roYaL GrEEN JaCKETS PrIMEra BIoGraFÍa DEL GENEraL SIr JoHN MoorE. Mark Zbigniew Guscin. VoCaL DE La aSoCIaCIÓN HISTÓrICo CULTUraL THE roYaL GrEEN JaCKETS Y MIEMBro DEL CoMITÉ orGaNIZaDor DE La BaTaLLa DE a CorUña 1809 HISTorIa DE LoS roYaL GrEEN JaCKETS. Manuel Santiago Arenas Roca. PrESIDENTE DE La aSoCIaCIÓN HISTÓrICo-CULTUraL THE roYaL GrEEN JaCKETS NaUFraGIoS EN EL CaMINo. Miguel San Claudio Santa Cruz. arQUEÓLoGo SUBaCUÁTICo PICaSSo EN a CorUña: EL orIGEN DE UN GENIo. Rubén Ventureira, PErIoDISTa; y Elena Pardo, ProFESora DE arTES PLÁSTICaS Y DISEño EN La EaSD PaBLo PICaSSo DE a CorUña ESTrELLa GaLICIa, EL SaBor DEL LÚPULo GaLLEGo QUE CoNQUISTa EL MUNDo. Alberto Cancela. PErIoDISTa La MarCa QUE HIZo HISTorIa DESDE UNa CaLLE DE a CorUña. Rebeca A. Varela. PErIoDISTa

HÓrrEoS: HISTorIa E IDENTIDaD. Ignacio Varela Guerrero. HISTorIaDor DEL arTE PErEGrINar a La CaTEDraL MIraNDo aL FUTUro. Segundo L. Pérez López. DEÁN DE La CaTEDraL DE SaNTIaGo EL PÓrTICo QUE CaUTIVÓ a La EXQUISITa SoCIEDaD VICTorIaNa. Pedro Tasende. PErIoDISTa EMILIa ParDo BaZÁN Y EL CaMINo. Xulia Santiso. DIrECTora DE La CaSa–MUSEo EMILIa ParDo BaZÁN WENCESLao FErNÁNDEZ FLÓrEZ: ESCrITor ECoLoGISTa. Alicia Longueira Moris. DIrECTora DE La FUNDaCIÓN WENCESLao FErNÁNDEZ FLÓrEZ MÚSICa CELTa Y TraDICIoNaL DESDE GaLICIa. Bieito Romero. MÚSICo GaLLEGo Y MIEMBro DEL GrUPo LUar Na LUBrE La GaITa GaLLEGa MÁS INTErNaCIoNaL. Esteban Vilela. ProDUCTor aUDIoVISUaL oFICIoS TraDICIoNaLES EN EL CaMINo INGLÉS. FoToGraFÍaS EL GaLLEGo, La LENGUa DE GaLICIa. Nel Vidal Barral. PrESIDENTE DE La CoorDINaDora DE TraBaLLaDorES E TraBaLLaDoraS DE NorMaLIZaCIÓN Da LINGUa (CTNL)

DEL aZUL aL VErDE

PaISaJE Y NaTUraLEZa

La BIoDIVErSIDaD DEL CaMINo INGLÉS. Alfredo López Fernández. DoCTor EN BIoLoGÍa, ESPECIaLISTa EN BIoDIVErSIDaD Y CoNSErVaCIÓN MarINa, Y MIEMBro DE CEMMa UNa MIraDa aL PaISaJE. Antonio de María Angulo. PrESIDENTE DE La aSoCIaCIÓN ProFESIoNaL DE SILVICULTorES DE GaLICIa (SILVaNUS) ParQUE NaTUraL FraGaS Do EUME. Jorge Vázquez Rey. DIrECTor DEL ParQUE NaTUraL FraGaS Do EUME EL Mar… Y EL CaMINo INGLÉS. Felipe Senén López Gómez. arQUEÓLoGo Y MUSEÓLoGo LoS FaroS QUE VIGILaN La CoSTa. FoToGraFÍaS PLaYaS Para DISFrUTar EN EL CaMINo. FoToGraFÍaS INForMaCIÓN ÚTIL. HoSPEDaJE EN EL CaMINo INGLÉS

011


012

DEL MAR Y SU FUERZA

013

RELACIONES ENTRE GALICIA Y LAS ISLAS BRITÁNICAS

La historia habla de una inte nsa relación Galicia-UK que sigue viva

s e encontrarás peregrino qu ro gu se no mi Ca el Durante e pisaron para conocer por dónd an ch ve ro ap e qu es les ing nten en casa! sus antepasados ¡Se sie que conecta las El mar no es lo único islas británicas tierras gallegas con las mpo! desde hace mucho tie s má o ch mu s mo rti pa ¡Com

El idioma no se escapó a la visita de los ingenieros ingleses: los préstam os lingüísticos se siguen usando. ¡”Me voy a todo filispín” (full speed) hacia Santiago!

Porto de Curuxeiras, Ferrol

El poderoso océano Atlántico separa Galicia y las islas británicas. Las distancia, pero también las une. Su relación ya es secular. Desde el siglo XII, las rutas marítimas servían primero de camino para barcos de peregrinos, de comerciantes, más tarde. Un mar que traía, y lo continúa haciendo, fieles, turistas y comerciantes. Por mar, y para trabajar a su orilla, llegaron ingenieros del norte para

aportar sus conocimientos a la incipiente industria gallega del siglo XVIII. Continuaron haciéndolo a principios del XX. De ellos, se recuerda esa aportación inmaterial y, además, todavía podemos advertir la influencia del idioma en la jerga de muchos. Fueron los ingleses pioneros en muchos sentidos. A ellos les debemos el telégrafo, los trolebuses y, ¡hasta el fútbol!

Sin embargo, no todo venía en un sentido. De Galicia también aprendieron. Una de nuestras joyas, el Pórtico da Gloria de la Catedral de Santiago, tiene una réplica en Inglaterra desde 1866. Hoy, se conserva en el londinense Victoria and Albert Museum. Continúa leyendo y descubrirás historias curiosas sobre la unión de nuestros pueblos.


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DEL MAR Y SU FUERZA

013

RELACIONES ENTRE GALICIA Y LAS ISLAS BRITÁNICAS

La historia habla de una inte nsa relación Galicia-UK que sigue viva

s e encontrarás peregrino qu ro gu se no mi Ca el Durante e pisaron para conocer por dónd an ch ve ro ap e qu es les ing nten en casa! sus antepasados ¡Se sie que conecta las El mar no es lo único islas británicas tierras gallegas con las mpo! desde hace mucho tie s má o ch mu s mo rti pa ¡Com

El idioma no se escapó a la visita de los ingenieros ingleses: los préstam os lingüísticos se siguen usando. ¡”Me voy a todo filispín” (full speed) hacia Santiago!

Porto de Curuxeiras, Ferrol

El poderoso océano Atlántico separa Galicia y las islas británicas. Las distancia, pero también las une. Su relación ya es secular. Desde el siglo XII, las rutas marítimas servían primero de camino para barcos de peregrinos, de comerciantes, más tarde. Un mar que traía, y lo continúa haciendo, fieles, turistas y comerciantes. Por mar, y para trabajar a su orilla, llegaron ingenieros del norte para

aportar sus conocimientos a la incipiente industria gallega del siglo XVIII. Continuaron haciéndolo a principios del XX. De ellos, se recuerda esa aportación inmaterial y, además, todavía podemos advertir la influencia del idioma en la jerga de muchos. Fueron los ingleses pioneros en muchos sentidos. A ellos les debemos el telégrafo, los trolebuses y, ¡hasta el fútbol!

Sin embargo, no todo venía en un sentido. De Galicia también aprendieron. Una de nuestras joyas, el Pórtico da Gloria de la Catedral de Santiago, tiene una réplica en Inglaterra desde 1866. Hoy, se conserva en el londinense Victoria and Albert Museum. Continúa leyendo y descubrirás historias curiosas sobre la unión de nuestros pueblos.


Vista de la Catedral de Santiago desde la Alameda

DE CANTERBURY A COMPOSTELA Catherine Leonard SECrETarIa DE La INTErNaTIoNaL NaTIoNaL TrUSTS orGaNISaTIoN (INTo)

014

Antes de partir para hacer el Camino Inglés, tengo que confesar que no estaba muy segura de qué esperar. Aún así cuando nuestros amigos de Tesouros de Galicia nos sugirieron recorrer esta ruta ya transitada por los peregrinos desde el siglo XII entre Ferrol y Santiago de Compostela, no dejé pasar la oportunidad. La hospitalidad de los gallegos es de sobra conocida, son gente acogedora y generosa; el paisaje es precioso y extrañamente familiar; la historia se esconde en cada piedra. ¿Podrían ser las expectativas de vivir esta experiencia más maravillosas y enriquecedoras? A medida que la fecha se acercaba, comencé a sentir una leve sensación de inquietud. La última vez que me embarqué en un viaje de esta magnitud fue hace unos veinte años, cuando peregriné desde Winchester a Canterbury, en el sur de Inglaterra, recorriendo el conocido como Pilgrim’s Way. Existen interesantes paralelismos entre las dos rutas medie-

vales. Ambas se popularizaron en el siglo XII, convirtiéndose en puerta de entrada para peregrinos procedentes del otro lado del mar. Los dos trazados discurren también por bonitos paisajes rurales. El camino a Canterbury está todavía infravalorado y, más entonces, encontrar la ruta correcta no fue tarea sencilla. Fue antes de la era de internet, así que, para crearme mi propia guía de viaje, leí libros, exploré mapas y confeccioné una lista de campings y hostales durante semanas. Aún así, acabamos perdiéndonos. Por la contra, el Camino de Santiago, en general, está mucho más transitado y mejor señalizado. De hecho, el desafío en este caso parece que es preservar el “espíritu” de una ruta que se está convirtiendo en un famoso y muy frecuentado sendero turístico. En cierta forma, me alegró escuchar que el Camino Inglés era mucho menos conocido. Los pocos peregrinos que nos cruzamos siguiendo las conchas de vieira entre Ferrol y

Compostela ¡hasta nos saludamos como viejos amigos! Siendo más joven no pensé en las consecuencias de emprender un viaje de ciento diecinueve millas (poco más de 30 km) por el sur de Inglaterra sin haber entrenado previamente, cargando solo con un mapa y una gran mochila. Ahora, para hacer el Camino Inglés he sido mucho más organizada e incluso descargué un programa de entrenamiento y una lista de imprescindibles. Supone una gran diferencia disponer antes de toda la información necesaria para sentirse preparada. Aún así, mi preparación física fue bastante escasa y cuando mis amigos españoles me avanzaron el esfuerzo que iba a suponer cubrir la distancia a pie, comencé a sentirme un poco nerviosa…

Buscar el sentido

Todo empezó cuando vi la película El Camino de Martin Sheen. No es porque el personaje que interpreta Emilio Estévez muera en el primer día. ¡Lo juro! Tampoco es la imagen de los dormitorios, abarrotados de gente y ruidosos. No. Creo que lo que me preocupaba es el trayecto en sí. La gente hace el Camino por múltiples razones e incluso todos los personajes de esta pe-

Disfrutamos de hermosas vistas, senderos y paisajes con alma

Peregrinos llegando a Santiago

lícula buscan un sentido en sus vidas. Entonces, hasta resulta irrespetuoso no tener una razón espiritual para hacerlo. Caminé por dos razones que, al mismo tiempo, se convirtieron en objetivos. La primera, para apoyar los esfuerzos que está realizando Tesouros de Galicia para llamar la atención sobre la protección del patrimonio y el medio ambiente en Galicia y la segunda, para recaudar fondos destinados a proyectos de conservación en todo el mundo. Debido a que antes de ir profundicé en la historia y la geografía de la zona y leí testimonios de aquellos caminaron antes que

yo, me enamoré de esa novela que se ha ido escribiendo alrededor del Camino Inglés. La gente comenta que las razones espirituales que te empujan a hacer el Camino aparecen alrededor de la tercera semana -el nuestro era solo de cinco días-, así que estoy convencida de que tendré que volver para recorrer el resto de trayectos a Santiago. De todas formas, de nuestra experiencia con Tesouros de Galicia me he traído otras muchas sensaciones y sentimientos ¡y no solo el agotamiento! Disfrutamos de hermosas vistas, senderos y paisajes con alma. Probamos y saboreamos comi-

da deliciosa. Desde higos frescos cogidos del árbol en el mismo momento a un increíble marisco; desde pasteles y dulces típicos a la amarga queimada y su conjuro espeluznante. Escuchamos música fabulosa e historias de Galicia. Fuimos a lugares que nunca hubiera visitado, conocimos gente interesante y compartimos conversaciones maravillosas durante todo el trayecto. Fue una experiencia extraordinaria y espero que nuestra participación fortalezca los esfuerzos de Tesouros de Galicia para promover el Camino Inglés, desarrollar el turismo sostenible en la región y generar más oportunidades para el voluntariado.

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Vista de la Catedral de Santiago desde la Alameda

DE CANTERBURY A COMPOSTELA Catherine Leonard SECrETarIa DE La INTErNaTIoNaL NaTIoNaL TrUSTS orGaNISaTIoN (INTo)

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Antes de partir para hacer el Camino Inglés, tengo que confesar que no estaba muy segura de qué esperar. Aún así cuando nuestros amigos de Tesouros de Galicia nos sugirieron recorrer esta ruta ya transitada por los peregrinos desde el siglo XII entre Ferrol y Santiago de Compostela, no dejé pasar la oportunidad. La hospitalidad de los gallegos es de sobra conocida, son gente acogedora y generosa; el paisaje es precioso y extrañamente familiar; la historia se esconde en cada piedra. ¿Podrían ser las expectativas de vivir esta experiencia más maravillosas y enriquecedoras? A medida que la fecha se acercaba, comencé a sentir una leve sensación de inquietud. La última vez que me embarqué en un viaje de esta magnitud fue hace unos veinte años, cuando peregriné desde Winchester a Canterbury, en el sur de Inglaterra, recorriendo el conocido como Pilgrim’s Way. Existen interesantes paralelismos entre las dos rutas medie-

vales. Ambas se popularizaron en el siglo XII, convirtiéndose en puerta de entrada para peregrinos procedentes del otro lado del mar. Los dos trazados discurren también por bonitos paisajes rurales. El camino a Canterbury está todavía infravalorado y, más entonces, encontrar la ruta correcta no fue tarea sencilla. Fue antes de la era de internet, así que, para crearme mi propia guía de viaje, leí libros, exploré mapas y confeccioné una lista de campings y hostales durante semanas. Aún así, acabamos perdiéndonos. Por la contra, el Camino de Santiago, en general, está mucho más transitado y mejor señalizado. De hecho, el desafío en este caso parece que es preservar el “espíritu” de una ruta que se está convirtiendo en un famoso y muy frecuentado sendero turístico. En cierta forma, me alegró escuchar que el Camino Inglés era mucho menos conocido. Los pocos peregrinos que nos cruzamos siguiendo las conchas de vieira entre Ferrol y

Compostela ¡hasta nos saludamos como viejos amigos! Siendo más joven no pensé en las consecuencias de emprender un viaje de ciento diecinueve millas (poco más de 30 km) por el sur de Inglaterra sin haber entrenado previamente, cargando solo con un mapa y una gran mochila. Ahora, para hacer el Camino Inglés he sido mucho más organizada e incluso descargué un programa de entrenamiento y una lista de imprescindibles. Supone una gran diferencia disponer antes de toda la información necesaria para sentirse preparada. Aún así, mi preparación física fue bastante escasa y cuando mis amigos españoles me avanzaron el esfuerzo que iba a suponer cubrir la distancia a pie, comencé a sentirme un poco nerviosa…

Buscar el sentido

Todo empezó cuando vi la película El Camino de Martin Sheen. No es porque el personaje que interpreta Emilio Estévez muera en el primer día. ¡Lo juro! Tampoco es la imagen de los dormitorios, abarrotados de gente y ruidosos. No. Creo que lo que me preocupaba es el trayecto en sí. La gente hace el Camino por múltiples razones e incluso todos los personajes de esta pe-

Disfrutamos de hermosas vistas, senderos y paisajes con alma

Peregrinos llegando a Santiago

lícula buscan un sentido en sus vidas. Entonces, hasta resulta irrespetuoso no tener una razón espiritual para hacerlo. Caminé por dos razones que, al mismo tiempo, se convirtieron en objetivos. La primera, para apoyar los esfuerzos que está realizando Tesouros de Galicia para llamar la atención sobre la protección del patrimonio y el medio ambiente en Galicia y la segunda, para recaudar fondos destinados a proyectos de conservación en todo el mundo. Debido a que antes de ir profundicé en la historia y la geografía de la zona y leí testimonios de aquellos caminaron antes que

yo, me enamoré de esa novela que se ha ido escribiendo alrededor del Camino Inglés. La gente comenta que las razones espirituales que te empujan a hacer el Camino aparecen alrededor de la tercera semana -el nuestro era solo de cinco días-, así que estoy convencida de que tendré que volver para recorrer el resto de trayectos a Santiago. De todas formas, de nuestra experiencia con Tesouros de Galicia me he traído otras muchas sensaciones y sentimientos ¡y no solo el agotamiento! Disfrutamos de hermosas vistas, senderos y paisajes con alma. Probamos y saboreamos comi-

da deliciosa. Desde higos frescos cogidos del árbol en el mismo momento a un increíble marisco; desde pasteles y dulces típicos a la amarga queimada y su conjuro espeluznante. Escuchamos música fabulosa e historias de Galicia. Fuimos a lugares que nunca hubiera visitado, conocimos gente interesante y compartimos conversaciones maravillosas durante todo el trayecto. Fue una experiencia extraordinaria y espero que nuestra participación fortalezca los esfuerzos de Tesouros de Galicia para promover el Camino Inglés, desarrollar el turismo sostenible en la región y generar más oportunidades para el voluntariado.

015


Con una guía de 1845, el público inglés descubre la Catedral como una “gran obra digna de ser visitada y estudiada a fondo”

en el Reino Unido, pues apenas se conocía nuestra arquitectura medieval. “En todos mis viajes a España había algo de incertidumbre sobre lo que me iba a encontrar pero aquí mi ignorancia era completa”. Y él era un experto en arte medieval. Street era un prestigioso arquitecto inglés, diseñador de los Reales Tribunales de Justicia en Londres. En 1866 lideró el proyecto de hacer una réplica del Pórtico de la Gloria para el museo de South Kensington –hoy Victoria and Albert Museum-, para una espectacular exposición que sirve de viaje por el románico europeo sin salir de Londres. La sección de escultura del museo incluye originales y reproducciones de capiteles, columnas y maquetas.

LA MAYOR PROMOCIÓN DE SANTIAGO EN EL REINO UNIDO Javier Rodríguez-Losada Boedo PrESIDENTE DE TESoUroS DE GaLICIa

016

En el siglo XII se produce en el Reino Unido un boom del culto al apóstol Santiago y llegan a más de cuatrocientos los templos religiosos bajo su advocación. Este fervor peregrino se mantendría durante cuatro siglos, superando guerras y crisis. Una relación que inspiró una gran colección de literatura oral de historias y relatos relacionados con las peregrinaciones compostelanas, en una época en la que la Península era algo remoto en las islas. Desde el siglo XVI hasta el XIX, la constante situación de tensión entre España e Inglaterra provoca el decaimiento de esta relación, hasta que, con el levantamiento español ante las tropas napoleónicas, los intereses ingleses vuelven.

Pero la otrora “autopista” desde las islas hacia Galicia se recondujo hacia Andalucía, donde negocios de viñedos y explotaciones industriales eran participados por británicos. De forma paralela, las publicaciones de viajes se centran en el sur de España, sin reflejar la variedad cultural del país. Galicia desaparece de las guías y publicaciones inglesas y norteamericanas sobre España.

richard Ford

Sin embargo, el caso de Richard Ford es singular. El editor John Murray le encarga en 1840 una quía de viajes por España y unos años después publica A Handbook for Travellers in Spain (1845), donde el autor recoge el mito de Santiago y su peregrinación, llegando

reproducción del Pórtico

Visitantes y fieles coinciden en el interior de la Catedral

a lanzar la teoría de su origen como oposición a la Córdoba musulmana. La guía alcanzó ocho ediciones en el siglo XIX. Cuando la guía se editó, el público inglés tuvo la primera noticia de la Catedral como una “gran obra digna de ser visitada y estudiada a fondo”.

Entre sus lectores estaba el arquitecto George Edmund Street, quien posteriormente realizó tres viajes a España para escribir su obra Algunos apuntes de arquitectura gótica en España (1865). De su visita a la catedral de Santiago destaca el Pórtico como “la prin-

cipal gloria de esta noble iglesia”, fijándose en la policromía y el vitalismo de las figuras. Aporta, además, la primera reproducción gráfica impresa del Pórtico: un grabado realizado por el mismo Street que usa como portada de la obra. Esto supuso una gran difusión

La técnica suponía sacar un molde aplicando una máscara sobre el propio Pórtico. Hecho el molde, sería utilizado posteriormente por el escultor Brucciani para hacer una reproducción en yeso. Existe una creencia general en Santiago que se refiere a este proyecto como uno de los mayores agravios a la Catedral: “en el momento de retirar el material George Edmund Street comprobó que el magnífico policromado de las figuras había desaparecido, arrastrado por el molde”. Sin embargo, la documentación de John Charles Robinson, por entonces conservador del museo de South Kensington, dice que las gestiones se lle-

varon a cabo con rigurosa profesionalidad. Al margen del grado de afección en el Pórtico de la Gloria, recientes análisis de muestras permitieron identificar en él restos de la policromía original del siglo XII. No obstante, desde que fue construido por el Maestro Mateo, la obra acumula restauraciones acordes con cada época, pues sufrió el deterioro derivado del paso de los años y del uso de materiales inadecuados que impidieron la oxigenación de la piedra. Incluso existe una erosión derivada de costumbres arraigadas entre los peregrinos, como las diversas tradiciones o creencias relacionadas con acariciar o golpear la piedra de este conjunto.

017


Con una guía de 1845, el público inglés descubre la Catedral como una “gran obra digna de ser visitada y estudiada a fondo”

en el Reino Unido, pues apenas se conocía nuestra arquitectura medieval. “En todos mis viajes a España había algo de incertidumbre sobre lo que me iba a encontrar pero aquí mi ignorancia era completa”. Y él era un experto en arte medieval. Street era un prestigioso arquitecto inglés, diseñador de los Reales Tribunales de Justicia en Londres. En 1866 lideró el proyecto de hacer una réplica del Pórtico de la Gloria para el museo de South Kensington –hoy Victoria and Albert Museum-, para una espectacular exposición que sirve de viaje por el románico europeo sin salir de Londres. La sección de escultura del museo incluye originales y reproducciones de capiteles, columnas y maquetas.

LA MAYOR PROMOCIÓN DE SANTIAGO EN EL REINO UNIDO Javier Rodríguez-Losada Boedo PrESIDENTE DE TESoUroS DE GaLICIa

016

En el siglo XII se produce en el Reino Unido un boom del culto al apóstol Santiago y llegan a más de cuatrocientos los templos religiosos bajo su advocación. Este fervor peregrino se mantendría durante cuatro siglos, superando guerras y crisis. Una relación que inspiró una gran colección de literatura oral de historias y relatos relacionados con las peregrinaciones compostelanas, en una época en la que la Península era algo remoto en las islas. Desde el siglo XVI hasta el XIX, la constante situación de tensión entre España e Inglaterra provoca el decaimiento de esta relación, hasta que, con el levantamiento español ante las tropas napoleónicas, los intereses ingleses vuelven.

Pero la otrora “autopista” desde las islas hacia Galicia se recondujo hacia Andalucía, donde negocios de viñedos y explotaciones industriales eran participados por británicos. De forma paralela, las publicaciones de viajes se centran en el sur de España, sin reflejar la variedad cultural del país. Galicia desaparece de las guías y publicaciones inglesas y norteamericanas sobre España.

richard Ford

Sin embargo, el caso de Richard Ford es singular. El editor John Murray le encarga en 1840 una quía de viajes por España y unos años después publica A Handbook for Travellers in Spain (1845), donde el autor recoge el mito de Santiago y su peregrinación, llegando

reproducción del Pórtico

Visitantes y fieles coinciden en el interior de la Catedral

a lanzar la teoría de su origen como oposición a la Córdoba musulmana. La guía alcanzó ocho ediciones en el siglo XIX. Cuando la guía se editó, el público inglés tuvo la primera noticia de la Catedral como una “gran obra digna de ser visitada y estudiada a fondo”.

Entre sus lectores estaba el arquitecto George Edmund Street, quien posteriormente realizó tres viajes a España para escribir su obra Algunos apuntes de arquitectura gótica en España (1865). De su visita a la catedral de Santiago destaca el Pórtico como “la prin-

cipal gloria de esta noble iglesia”, fijándose en la policromía y el vitalismo de las figuras. Aporta, además, la primera reproducción gráfica impresa del Pórtico: un grabado realizado por el mismo Street que usa como portada de la obra. Esto supuso una gran difusión

La técnica suponía sacar un molde aplicando una máscara sobre el propio Pórtico. Hecho el molde, sería utilizado posteriormente por el escultor Brucciani para hacer una reproducción en yeso. Existe una creencia general en Santiago que se refiere a este proyecto como uno de los mayores agravios a la Catedral: “en el momento de retirar el material George Edmund Street comprobó que el magnífico policromado de las figuras había desaparecido, arrastrado por el molde”. Sin embargo, la documentación de John Charles Robinson, por entonces conservador del museo de South Kensington, dice que las gestiones se lle-

varon a cabo con rigurosa profesionalidad. Al margen del grado de afección en el Pórtico de la Gloria, recientes análisis de muestras permitieron identificar en él restos de la policromía original del siglo XII. No obstante, desde que fue construido por el Maestro Mateo, la obra acumula restauraciones acordes con cada época, pues sufrió el deterioro derivado del paso de los años y del uso de materiales inadecuados que impidieron la oxigenación de la piedra. Incluso existe una erosión derivada de costumbres arraigadas entre los peregrinos, como las diversas tradiciones o creencias relacionadas con acariciar o golpear la piedra de este conjunto.

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Panorámica del puerto de Ferrol

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LA ECONOMÍA DEL CAMINO INGLÉS Fernando Salgado PErIoDISTa

Ruta espiritual y ruta comercial. Una vela al Apóstol: la ofrenda del peregrino que cruza los mares y camina hacia su tumba en busca de indulgencias para salvar su alma. Y otra vela al mercantilismo: paños ingleses a cambio de vino gallego. El cirio de la ofrenda y el velamen del mercante. Las dos facetas del Camino Inglés aparecen entreveradas en los últimos siglos de la Baja Edad Media, los de mayor esplendor de la peregrinación marítima. La primera, no obstante, precedió a la se-

gunda. La pionera expedición de cruzados que, a bordo de 164 navíos, desembarca en las costas gallegas en 1147 no responde a motivaciones económicas. Habían zarpado de Dartmouth, al suroeste de Inglaterra, y se dirigían a Tierra Santa. Su escala en Compostela solo buscaba el amparo del Santo a su empresa religiosa. Tres siglos después, el armador del barco Trinity Courtney, que en septiembre de 1444 transportó a las islas británicas 251 toneladas de vinos de Burdeos y meses después obtuvo licen-

cia para trasladar a 200 peregrinos a Santiago, probablemente tenía otras prioridades. La mayor densidad de peregrinos en el Camino Inglés se registra en los siglos XIV y XV. Procedentes del norte de Europa –Alemania, Flandes o países escandinavos– y, sobre todo, de las islas británicas, desembarcan en A Coruña o en los puertos de la ría de Ferrol. Después, ataviados con la tradicional capa o cogulla, sombrero de ala ancha para guarecerse del sol o de la lluvia, calabaza para saciar la sed, saquillo de

Peregrinos y mercancías compartían las bodegas de los navíos. a la ida, yardas de paño. a la vuelta, toneles de vino

piel con sus pertenencias y bordón para facilitar sus pasos o defenderse de las alimañas, emprenden camino hacia la tumba del Apóstol. En Bruma confluían las dos corrientes y marchaban unificadas hacia Santiago. Esa riada de devotos provocó dos impactos en la economía de subsistencia de la época: multiplicó los flujos comerciales entre Galicia e Inglaterra y dinamizó la zona por la que discurría el torrente. En 1434 arribaron al puerto coruñés, con sus papeles en regla, 3.000 peregrinos ingleses. Los derechos de anclaje que cobraba el arzobispado de Santiago se multiplicaron por siete ese año jubilar: de 2.000 a más de 14.000 maravedíes, abonados en moneda extranjera. Dos décadas más tarde, el peregrino William Wey, tras cuatro días de navegación desde Plymouth, se asombra al descubrir 84 naves fondeadas en la bahía coruñesa, 37 de ellas con bandera inglesa. En su relato constata que “en el puerto de A Coruña había gente de Inglaterra, de Gales, de Irlanda, de Normandía, de Francia, de Bretaña y de otros lugares”. Entre estos dos episodios, A Coruña crece, obtiene el título de ciudad y su puerto se convierte en el motor propulsor de la gran urbe gallega. El Camino Inglés le proporcionó su rampa de lanzamiento.

Paños por vino gallego

La Europa católica se daba cita en Compostela. Viajaban

gentes de toda condición. Artesanos y mercaderes, clérigos y diplomáticos, convictos, criminales y pecadores. Incluso por delegación, como el clérigo Tomás Kirkby, que envió a un procurador en su lugar. O adúlteras como Mabel de Boclonde, a quien le fue conmutada la condena a ser azotada públicamente por una peregrinación a Santiago. Los peregrinos ingleses pagaban pasaje, derechos aduaneros y manutención. A cambio se les permitía transportar algu-

nos productos y comerciar con ellos para sufragarse los gastos. A Galicia llegaban con preciados paños ingleses u otras manufacturas, y marchaban con vino, sal, pescado, cera, aceite o cueros. Peregrinos y mercancías compartían las bodegas de los navíos. A la ida, almas penitentes y yardas de paño. A la vuelta, almas purificadas y toneles de vino que se cultivaba desde Ribadeo hasta Betanzos o que llegaba a puerto desde el remoto Ribeiro. La ruta espiritual y la ruta comercial se

019

Moneda antigua en el Museo Arqueológico Castillo de San Antón


Panorámica del puerto de Ferrol

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LA ECONOMÍA DEL CAMINO INGLÉS Fernando Salgado PErIoDISTa

Ruta espiritual y ruta comercial. Una vela al Apóstol: la ofrenda del peregrino que cruza los mares y camina hacia su tumba en busca de indulgencias para salvar su alma. Y otra vela al mercantilismo: paños ingleses a cambio de vino gallego. El cirio de la ofrenda y el velamen del mercante. Las dos facetas del Camino Inglés aparecen entreveradas en los últimos siglos de la Baja Edad Media, los de mayor esplendor de la peregrinación marítima. La primera, no obstante, precedió a la se-

gunda. La pionera expedición de cruzados que, a bordo de 164 navíos, desembarca en las costas gallegas en 1147 no responde a motivaciones económicas. Habían zarpado de Dartmouth, al suroeste de Inglaterra, y se dirigían a Tierra Santa. Su escala en Compostela solo buscaba el amparo del Santo a su empresa religiosa. Tres siglos después, el armador del barco Trinity Courtney, que en septiembre de 1444 transportó a las islas británicas 251 toneladas de vinos de Burdeos y meses después obtuvo licen-

cia para trasladar a 200 peregrinos a Santiago, probablemente tenía otras prioridades. La mayor densidad de peregrinos en el Camino Inglés se registra en los siglos XIV y XV. Procedentes del norte de Europa –Alemania, Flandes o países escandinavos– y, sobre todo, de las islas británicas, desembarcan en A Coruña o en los puertos de la ría de Ferrol. Después, ataviados con la tradicional capa o cogulla, sombrero de ala ancha para guarecerse del sol o de la lluvia, calabaza para saciar la sed, saquillo de

Peregrinos y mercancías compartían las bodegas de los navíos. a la ida, yardas de paño. a la vuelta, toneles de vino

piel con sus pertenencias y bordón para facilitar sus pasos o defenderse de las alimañas, emprenden camino hacia la tumba del Apóstol. En Bruma confluían las dos corrientes y marchaban unificadas hacia Santiago. Esa riada de devotos provocó dos impactos en la economía de subsistencia de la época: multiplicó los flujos comerciales entre Galicia e Inglaterra y dinamizó la zona por la que discurría el torrente. En 1434 arribaron al puerto coruñés, con sus papeles en regla, 3.000 peregrinos ingleses. Los derechos de anclaje que cobraba el arzobispado de Santiago se multiplicaron por siete ese año jubilar: de 2.000 a más de 14.000 maravedíes, abonados en moneda extranjera. Dos décadas más tarde, el peregrino William Wey, tras cuatro días de navegación desde Plymouth, se asombra al descubrir 84 naves fondeadas en la bahía coruñesa, 37 de ellas con bandera inglesa. En su relato constata que “en el puerto de A Coruña había gente de Inglaterra, de Gales, de Irlanda, de Normandía, de Francia, de Bretaña y de otros lugares”. Entre estos dos episodios, A Coruña crece, obtiene el título de ciudad y su puerto se convierte en el motor propulsor de la gran urbe gallega. El Camino Inglés le proporcionó su rampa de lanzamiento.

Paños por vino gallego

La Europa católica se daba cita en Compostela. Viajaban

gentes de toda condición. Artesanos y mercaderes, clérigos y diplomáticos, convictos, criminales y pecadores. Incluso por delegación, como el clérigo Tomás Kirkby, que envió a un procurador en su lugar. O adúlteras como Mabel de Boclonde, a quien le fue conmutada la condena a ser azotada públicamente por una peregrinación a Santiago. Los peregrinos ingleses pagaban pasaje, derechos aduaneros y manutención. A cambio se les permitía transportar algu-

nos productos y comerciar con ellos para sufragarse los gastos. A Galicia llegaban con preciados paños ingleses u otras manufacturas, y marchaban con vino, sal, pescado, cera, aceite o cueros. Peregrinos y mercancías compartían las bodegas de los navíos. A la ida, almas penitentes y yardas de paño. A la vuelta, almas purificadas y toneles de vino que se cultivaba desde Ribadeo hasta Betanzos o que llegaba a puerto desde el remoto Ribeiro. La ruta espiritual y la ruta comercial se

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Moneda antigua en el Museo Arqueológico Castillo de San Antón


Indumentaria del peregrino antiguo: 1. Bordón o bastón 2. Calabaza 3. Sombrero 4. Concha de vieira 5. Capa 6. Zurrón o alforja

Toneles de vino en Betanzos

3 4

1

Al final de la Edad Media, la vertiente mercantil prevalecía sobre la espiritual

2

5

020

fundieron. Y Galicia se convirtió, en la baja Edad Media, en la principal suministradora de vinos a Inglaterra. Tres siglos después, como un eco de aquel floreciente negocio, el ilustrado gallego Pedro Antonio Sánchez proponía al rey Carlos III una singular infraestructura que convertiría en navegable el río Miño desde Ourense a su desembocadura. ¿El objetivo? Facilitar la salida del vino de O Ribeiro, en dura competencia con los caldos del Douro portugués, hacia el mercado inglés.

Una protección interesada

Los peregrinos medievales regaron a su paso la paupérrima economía por la que discurría el Camino Inglés. Muchos sobrevivían con limosnas o aco-

6

giéndose a la hospitalidad de órdenes religiosas. Incluso así, se estima que a mediados del siglo XV gastaban, por término medio, siete chelines y siete peniques -cantidad equivalente a la paga mensual de un trabajador en la época-. Martín Lutero, quien consideraba la peregrinación a Compostela una blasfemia –“igual lo que está enterrado en aquella basílica es un perro muerto o un caballo”, decía–, les reprochaba que “en lugar de dar a un pobre treinta florines (en su tierra), se gastan allí (en Galicia) cuarenta o cien”. Las palabras de Lutero, al margen de su intencionalidad, dan fe de la riqueza generada por los romeros. La protección que les brindaban obispos y reyes, dirigida a im-

pedir que fuesen suplantados por vagos y malhechores pero también a castigar los abusos de hospederos, apunta en la misma dirección. Desde principios del siglo XII, cuando los obispos gallegos convocados por Gelmírez imponen “que a los negociantes, peregrinos y labradores se les dejen en paz” y “que nadie eche mano ni a ellos ni a sus cosas”, hasta el anuncio de Fernando el Católico de que perseguirá a quien extorsione a los peregrinos, existe conciencia de la relevancia económica que representan. Animaron el comercio, la artesanía y la producción de manufacturas. Unas veces a través del trueque en una economía escasamente monetizada; otras, mediante la intro-

ducción y uso de las grandes divisas de la época –el noble inglés, el salut anglo-francés o el ducado veneciano–. El flujo atrajo, asimismo, a grupos de artesanos y mercaderes extranjeros que, ya relegadas a segundo plano las razones religiosas, se asentaron con carácter permanente en Galicia.

La venganza de la religión

Como consecuencia de esa dinámica, al final de la Edad Media la vertiente mercantil del Camino prevalecía sobre la faceta espiritual que le había dado origen. Y esta se tomó venganza. A partir de 1500 llegan los siglos oscuros. El rey inglés Enrique VIII rompe con la iglesia católica y prohíbe las peregrinaciones de sus súbditos. Lutero predica contra el culto

al Apóstol y tacha de locos a quienes lo practican. El corsario Francis Drake, algunas décadas después, merodea por la costa gallega, atacando la capital coruñesa e intentando aniquilar todo vestigio de la ruta jacobea. Ya no hay barcos británicos en la dársena coruñesa, mengua la afluencia de peregrinos al Camino Inglés y se eclipsa, hasta el Siglo de las Luces, el intercambio comercial.

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Indumentaria del peregrino antiguo: 1. Bordón o bastón 2. Calabaza 3. Sombrero 4. Concha de vieira 5. Capa 6. Zurrón o alforja

Toneles de vino en Betanzos

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Al final de la Edad Media, la vertiente mercantil prevalecía sobre la espiritual

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fundieron. Y Galicia se convirtió, en la baja Edad Media, en la principal suministradora de vinos a Inglaterra. Tres siglos después, como un eco de aquel floreciente negocio, el ilustrado gallego Pedro Antonio Sánchez proponía al rey Carlos III una singular infraestructura que convertiría en navegable el río Miño desde Ourense a su desembocadura. ¿El objetivo? Facilitar la salida del vino de O Ribeiro, en dura competencia con los caldos del Douro portugués, hacia el mercado inglés.

Una protección interesada

Los peregrinos medievales regaron a su paso la paupérrima economía por la que discurría el Camino Inglés. Muchos sobrevivían con limosnas o aco-

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giéndose a la hospitalidad de órdenes religiosas. Incluso así, se estima que a mediados del siglo XV gastaban, por término medio, siete chelines y siete peniques -cantidad equivalente a la paga mensual de un trabajador en la época-. Martín Lutero, quien consideraba la peregrinación a Compostela una blasfemia –“igual lo que está enterrado en aquella basílica es un perro muerto o un caballo”, decía–, les reprochaba que “en lugar de dar a un pobre treinta florines (en su tierra), se gastan allí (en Galicia) cuarenta o cien”. Las palabras de Lutero, al margen de su intencionalidad, dan fe de la riqueza generada por los romeros. La protección que les brindaban obispos y reyes, dirigida a im-

pedir que fuesen suplantados por vagos y malhechores pero también a castigar los abusos de hospederos, apunta en la misma dirección. Desde principios del siglo XII, cuando los obispos gallegos convocados por Gelmírez imponen “que a los negociantes, peregrinos y labradores se les dejen en paz” y “que nadie eche mano ni a ellos ni a sus cosas”, hasta el anuncio de Fernando el Católico de que perseguirá a quien extorsione a los peregrinos, existe conciencia de la relevancia económica que representan. Animaron el comercio, la artesanía y la producción de manufacturas. Unas veces a través del trueque en una economía escasamente monetizada; otras, mediante la intro-

ducción y uso de las grandes divisas de la época –el noble inglés, el salut anglo-francés o el ducado veneciano–. El flujo atrajo, asimismo, a grupos de artesanos y mercaderes extranjeros que, ya relegadas a segundo plano las razones religiosas, se asentaron con carácter permanente en Galicia.

La venganza de la religión

Como consecuencia de esa dinámica, al final de la Edad Media la vertiente mercantil del Camino prevalecía sobre la faceta espiritual que le había dado origen. Y esta se tomó venganza. A partir de 1500 llegan los siglos oscuros. El rey inglés Enrique VIII rompe con la iglesia católica y prohíbe las peregrinaciones de sus súbditos. Lutero predica contra el culto

al Apóstol y tacha de locos a quienes lo practican. El corsario Francis Drake, algunas décadas después, merodea por la costa gallega, atacando la capital coruñesa e intentando aniquilar todo vestigio de la ruta jacobea. Ya no hay barcos británicos en la dársena coruñesa, mengua la afluencia de peregrinos al Camino Inglés y se eclipsa, hasta el Siglo de las Luces, el intercambio comercial.

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LAS RELACIONES COMERCIALES ENTRE REINO UNIDO Y GALICIA Kirsty Hooper ProFESora DE ESTUDIoS ESPañoLES Y GaLLEGoS EN La UNIVErSIDaD DE LIVErPooL

Los británicos que visitaban Galicia en los siglos XVIII, XIX y comienzos del XX puede que hayan sido pocos y separados entre ellos pero, al llegar a su destino, aquellos que hicieron un largo viaje cruzando el golfo de Bizkaia descubrieron una próspera red anglo-gallega de sociedades culturales y comerciales. Galicia y Reino Unido han disfrutado durante siglos de conexiones mercantiles y marítimas muy cercanas que se intensificaron con la Revolución Industrial. El peregrino que

022

desembarcaba en A Coruña o Ferrol después de mediados del siglo XVIII escucharía, probablemente, el inglés en los muelles y en las calles de la costa. Eran los ingleses, escoceses, galeses e irlandeses que trabajaban como constructores de buques, marineros, ingenieros, mineros e incluso misioneros. Una de las primeras compañías anglo-gallegas se localizó en la industria naval de Ferrol. Cuando los astilleros se expandieron en la segunda mitad del siglo XVIII, se contrataron trabajado-

res británicos e irlandeses para aumentar la base de conocimiento española y muchos se afincaron en la ciudad. Más de un siglo después, en 1909, el gobierno español fundó la Sociedad Española para la Construcción Naval, cuyos accionistas fueron primero británicos, lo que supuso la afluencia de constructores e ingenieros de esa procedencia.

Colonia de artesanos

Por supuesto, no solo había sociedades relacionadas con el

mar. A cien kilómetros al este de Ferrol, siguiendo a lo largo de la costa, encontramos la aldea de Sargadelos, cuyo nombre es sinónimo de las características figuras de cerámica azul y blanca. Entre 1840 y 1870, Sargadelos, entonces dirigida por el ceramista Edwin Forrester, fue casa de una pequeña colonia de artesanos británicos -la mayoría del área de Potteries, en la región de Midlands-. Muchos se casaron con chicas de la aldea y, finalmente, regresaron a su Inglaterra natal con sus esposas e hijos gallegos. Viajando desde A Coruña o Ferrol, los peregrinos llegaban a Santiago de Compostela en tres o cinco días. Después, algunos de ellos continuaban hasta en la costa atlántica más próxima, Noia, que en siglos anteriores era un lugar de llegada de pequeños barcos

británicos. Desde la segunda mitad del siglo XIX, el campo alrededor de la villa de Noia fue utilizado para pequeñas -y no tan pequeñas- operaciones mineras, muchas de propietarios británicos. Entre las más destacadas se encuentran las minas de San Finx, adquiridas en la década de 1880 por la familia Burbury, de Coventry, vendiéndola después a Richard Lavery, fundador de la popular compañía de vino Bodega Española. Más conexiones británicas se extienden hacia el sur. Para los cansados peregrinos que siguen su camino más allá de Santiago, la línea de ferrocarril que se abrió entre 1870 y 1890 era solo un billete. Diseñado y construido por los ingenieros británicos Thomas Rumball, George Mould y John Stephenson Mould, el ferrocarril estuvo dirigido entre 1880 y 1919

Puerto exterior de Ferrol

Galicia y reino Unido han disfrutado durante siglos de conexiones muy cercanas que se intensificaron con la revolución Industrial

por el londinense John Trulock -recordado hoy como el abuelo de Camilo José Cela, escritor ganador de un Nobel-. Trulock y otros trabajadores vivieron en Padrón, Carril e Iria Flavia, donde hoy existe un museo dedicado al ferrocarril que conmemora su trabajo.

Hacia el sur

Más al sur todavía, el puerto de Vilagarcía era un punto de parada para los barcos de guerra británicos cuyos oficiales, como la viajera inglesa Annette Meakin descubrió en 1907, tenían el hábito de ir al centro y comprar postales turísticas. Un pequeño cementerio naval en la villa mantiene el recuerdo de quince marineros británicos que nunca regresaron a casa. Marín, ahora un centro de entrenamiento para la Armada española, fue casa en los primeros años del siglo XX de un grupo de misioneros evangelistas liderados por Luis y Lydia Wirtz, quienes “sembraron” iglesias por toda la región. Hacia el sur de la costa gallega, el puerto de Vigo fue centro de las conexiones comerciales anglo-gallegas desde mediados del siglo XIX. En 1873, el cable transatlántico de la Eastern Telegraph Company fue extendido desde la costa de la ciudad olívica. Conocido como “o cable inglés” (en gallego), fue el primer cable transatlántico y, durante más de diez años, el medio directo de comunicación entre España y América del Sur. Hacia 1907, como Meakin observó, la compañía

de telégrafo mantenía una colonia de unos cuarenta y ocho jóvenes británicos, que incluso tenían su propio periódico en inglés. En dos años, Vigo llegaría a ser también un destino para turistas británicos. Fue cuando un grupo de hombres de negocios de la ciudad, dirigidos por Federico Barreras y Enrique Peinador, colaboraron con la Booth Steamship Company (Liverpool) para crear una lista de excursiones diseñada para presentarle a dichos turistas la costa gallega, las catedrales y los balnearios. Tristemente, la mayoría de estas conexiones están ahora olvidadas. No obstante, han dejado su rastro en el paisaje, en la cultura e incluso en la lengua de Galicia. Como dicen en Ferrol, “a todo filispín” (a toda velocidad o full speed, en inglés) y te verás –o escucharás- a ti mismo.

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LAS RELACIONES COMERCIALES ENTRE REINO UNIDO Y GALICIA Kirsty Hooper ProFESora DE ESTUDIoS ESPañoLES Y GaLLEGoS EN La UNIVErSIDaD DE LIVErPooL

Los británicos que visitaban Galicia en los siglos XVIII, XIX y comienzos del XX puede que hayan sido pocos y separados entre ellos pero, al llegar a su destino, aquellos que hicieron un largo viaje cruzando el golfo de Bizkaia descubrieron una próspera red anglo-gallega de sociedades culturales y comerciales. Galicia y Reino Unido han disfrutado durante siglos de conexiones mercantiles y marítimas muy cercanas que se intensificaron con la Revolución Industrial. El peregrino que

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desembarcaba en A Coruña o Ferrol después de mediados del siglo XVIII escucharía, probablemente, el inglés en los muelles y en las calles de la costa. Eran los ingleses, escoceses, galeses e irlandeses que trabajaban como constructores de buques, marineros, ingenieros, mineros e incluso misioneros. Una de las primeras compañías anglo-gallegas se localizó en la industria naval de Ferrol. Cuando los astilleros se expandieron en la segunda mitad del siglo XVIII, se contrataron trabajado-

res británicos e irlandeses para aumentar la base de conocimiento española y muchos se afincaron en la ciudad. Más de un siglo después, en 1909, el gobierno español fundó la Sociedad Española para la Construcción Naval, cuyos accionistas fueron primero británicos, lo que supuso la afluencia de constructores e ingenieros de esa procedencia.

Colonia de artesanos

Por supuesto, no solo había sociedades relacionadas con el

mar. A cien kilómetros al este de Ferrol, siguiendo a lo largo de la costa, encontramos la aldea de Sargadelos, cuyo nombre es sinónimo de las características figuras de cerámica azul y blanca. Entre 1840 y 1870, Sargadelos, entonces dirigida por el ceramista Edwin Forrester, fue casa de una pequeña colonia de artesanos británicos -la mayoría del área de Potteries, en la región de Midlands-. Muchos se casaron con chicas de la aldea y, finalmente, regresaron a su Inglaterra natal con sus esposas e hijos gallegos. Viajando desde A Coruña o Ferrol, los peregrinos llegaban a Santiago de Compostela en tres o cinco días. Después, algunos de ellos continuaban hasta en la costa atlántica más próxima, Noia, que en siglos anteriores era un lugar de llegada de pequeños barcos

británicos. Desde la segunda mitad del siglo XIX, el campo alrededor de la villa de Noia fue utilizado para pequeñas -y no tan pequeñas- operaciones mineras, muchas de propietarios británicos. Entre las más destacadas se encuentran las minas de San Finx, adquiridas en la década de 1880 por la familia Burbury, de Coventry, vendiéndola después a Richard Lavery, fundador de la popular compañía de vino Bodega Española. Más conexiones británicas se extienden hacia el sur. Para los cansados peregrinos que siguen su camino más allá de Santiago, la línea de ferrocarril que se abrió entre 1870 y 1890 era solo un billete. Diseñado y construido por los ingenieros británicos Thomas Rumball, George Mould y John Stephenson Mould, el ferrocarril estuvo dirigido entre 1880 y 1919

Puerto exterior de Ferrol

Galicia y reino Unido han disfrutado durante siglos de conexiones muy cercanas que se intensificaron con la revolución Industrial

por el londinense John Trulock -recordado hoy como el abuelo de Camilo José Cela, escritor ganador de un Nobel-. Trulock y otros trabajadores vivieron en Padrón, Carril e Iria Flavia, donde hoy existe un museo dedicado al ferrocarril que conmemora su trabajo.

Hacia el sur

Más al sur todavía, el puerto de Vilagarcía era un punto de parada para los barcos de guerra británicos cuyos oficiales, como la viajera inglesa Annette Meakin descubrió en 1907, tenían el hábito de ir al centro y comprar postales turísticas. Un pequeño cementerio naval en la villa mantiene el recuerdo de quince marineros británicos que nunca regresaron a casa. Marín, ahora un centro de entrenamiento para la Armada española, fue casa en los primeros años del siglo XX de un grupo de misioneros evangelistas liderados por Luis y Lydia Wirtz, quienes “sembraron” iglesias por toda la región. Hacia el sur de la costa gallega, el puerto de Vigo fue centro de las conexiones comerciales anglo-gallegas desde mediados del siglo XIX. En 1873, el cable transatlántico de la Eastern Telegraph Company fue extendido desde la costa de la ciudad olívica. Conocido como “o cable inglés” (en gallego), fue el primer cable transatlántico y, durante más de diez años, el medio directo de comunicación entre España y América del Sur. Hacia 1907, como Meakin observó, la compañía

de telégrafo mantenía una colonia de unos cuarenta y ocho jóvenes británicos, que incluso tenían su propio periódico en inglés. En dos años, Vigo llegaría a ser también un destino para turistas británicos. Fue cuando un grupo de hombres de negocios de la ciudad, dirigidos por Federico Barreras y Enrique Peinador, colaboraron con la Booth Steamship Company (Liverpool) para crear una lista de excursiones diseñada para presentarle a dichos turistas la costa gallega, las catedrales y los balnearios. Tristemente, la mayoría de estas conexiones están ahora olvidadas. No obstante, han dejado su rastro en el paisaje, en la cultura e incluso en la lengua de Galicia. Como dicen en Ferrol, “a todo filispín” (a toda velocidad o full speed, en inglés) y te verás –o escucharás- a ti mismo.

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solían navegar hasta la costa sur de Inglaterra y, desde allí, cruzar el temido golfo de Bizkaia hasta la península ibérica. Con el viento a favor, se podría tardar unos seis o siete días en llegar.

Hacia un viaje con vuelta

LOS IRLANDESES Y EL CAMINO INGLÉS David Clark ProFESor DE FILoLoGÍa EN La UNIVErSIDaD DE a CorUña Y MIEMBro DEL INSTITUTo aMErGIN DE INVESTIGaCIÓN DE ESTUDIoS IrLaNDESES

024

A los irlandeses no les hace mucha gracia que el camino que históricamente transitaron para llegar a la tumba del Apóstol lleve el nombre de Camino Inglés. Esto lo comentan mucho quienes vienen a hacer el Camino desde Ferrol o Coruña hasta Santiago de Compostela. Y razón no les falta porque el Camino Inglés, la principal ruta marítima y terrestre desde las islas occidentales de Europa, la usaron ingleses, irlandeses, escoceses y galeses. La distancia entre Irlanda y Galicia es tal que, para aquellos peregrinos irlandeses que deseaban emprender el Camino hasta Santiago en la Edad Media, la opción de pasar a través de Francia -con los peligros que suponía en tiempo de guerrasparecía mucho más arriesgada que viajar a través del mar. La gran mayoría de peregrinos irlandeses viajaban por mar, en

embarcaciones mercantiles y empleando rutas forjadas por los vikingos y, posteriormente, reforzadas por los normandos. Los dos grandes centros de salida eran Dublín, en la costa este, y Galway, al oeste. En la Edad Media, Galway tenía una situación envidiable de puerto franco y centro de comercio rico y próspero, con una clase comercial con las posibilidades económicas e inquietudes espirituales necesarias para poder emprender el peregrinaje. Este era un viaje difícil que consumía tanto tiempo como recursos financieros.

Una semana

Asimismo, Dublín, capital y centro de influencia del poder colonial inglés, acaparaba los viajeros que partían de la zona del Pale, la parte más rica de la isla. No obstante, los peregrinos también partían de otros

Rutas marítimas desde los puertos irlandeses con destino Galicia

puertos. Por ejemplo, fueron puntos importantes de salida hacia la península ibérica Wexford en el sureste; Waterford, Youghal Cork y Kinsale en la costa sur; Drogheda en la parte oriental, y Dingle o Limerick en el suroeste de la isla. El puerto de llegada para estos peregrinos irlandeses era casi siempre el de A Coruña, aunque también atracaban en Ferrol, Fisterra, Muros, Noia e incluso Lisboa. Las embarcaciones procedentes de Irlanda

A diferencia de otros países europeos, el concepto de peregrinaje no era nuevo para los religiosos irlandeses. De hecho, para la iglesia cristiana celta, cuyos pilares centrales eran la vida monástica y la evangelización a través de misioneros, este fue siempre un elemento importante. La diferencia más importante, quizás, se podría hallar en el hecho de que el caminante irlandés raramente regresaba de su viaje. En la primera Edad Media, en palabras de la historiadora irlandesa Kathleen Hughes, era un “viajero perpetuo” cuyo peregrinatio suponía un acto de expiación de finales de vida, un gesto de despedida de la vida mortal. Los primeros irlandeses llegaron a su destino en Irlanda, en Gran Bretaña o en la Europa continental para morir allí. En el siglo XI, sin embargo, los irlandeses empezaron a adoptar la moda europea de emprender el viaje de ida y vuelta. Esta se consolidó en los siglos XII y XIII, y tras un intervalo de declive, el siglo XV fue considerado la edad dorada del peregrinaje irlandés. De esta época se han encontrado conchas de vieira en el antiguo priorato de Santa María en Mullingar,

en el condado de Westmeath; en excavaciones realizadas en la catedral de Santa María en Tuam, en el condado de Galway, así como un broche con vieira de estaño y figurita de Santiago en oro en una tumba medieval de la catedral de Ardfert. Estos hallazgos muestran la presencia de peregrinos que habían regresado de Santiago. Las historias de peregrinos documentadas en los archivos irlandeses suelen hablar más de las dificultades encontradas pues, se suponía, interesaban más que los viajes cumplidos sin sobresaltos. En este sentido, existe mucha documentación sobre el barco Mary London que en 1473 fue capturado por piratas con unos cuatrocientos peregrinos a bordo, y también sobre los numerosos casos de irlandeses de renombre que murieron durante sus peregrinajes. De los miles de viajeros que superaron el Camino sin percance merece la pena destacar el caso de James Rice, alcalde de la ciudad de Waterford, que peregrinó dos veces. La primera en 1473 y, diez años más tarde, en 1483. A la vuelta del segundo viaje mandó construir una capilla preciosa en honor al santo que todavía se puede contemplar en la catedral de Waterford.

La peregrinación actual

Una vez llegados a los puertos de A Coruña o Ferrol, los peregrinos caminarían por Betanzos, Carral, Sarandóns

En el siglo XI los irlandeses empezaron a adoptar la moda europea de emprender el viaje de ida y vuelta 025

y Sigrás hasta llegar a Compostela. En los últimos veinte años, una nueva ola de irlandeses se ha interesado por el Camino de Santiago. Es quizás sorprendente pero, de los peregrinos modernos, la mayoría suele llegar al Camino Inglés después de haber hecho alguna parte del Camino Francés. Les suele hacer mucha gracia que el camino desde Ferrol o A Coruña pueda ser uno que usaron sus antepasados. Incluso llamándose Camino Inglés, y no Irlandés.


solían navegar hasta la costa sur de Inglaterra y, desde allí, cruzar el temido golfo de Bizkaia hasta la península ibérica. Con el viento a favor, se podría tardar unos seis o siete días en llegar.

Hacia un viaje con vuelta

LOS IRLANDESES Y EL CAMINO INGLÉS David Clark ProFESor DE FILoLoGÍa EN La UNIVErSIDaD DE a CorUña Y MIEMBro DEL INSTITUTo aMErGIN DE INVESTIGaCIÓN DE ESTUDIoS IrLaNDESES

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A los irlandeses no les hace mucha gracia que el camino que históricamente transitaron para llegar a la tumba del Apóstol lleve el nombre de Camino Inglés. Esto lo comentan mucho quienes vienen a hacer el Camino desde Ferrol o Coruña hasta Santiago de Compostela. Y razón no les falta porque el Camino Inglés, la principal ruta marítima y terrestre desde las islas occidentales de Europa, la usaron ingleses, irlandeses, escoceses y galeses. La distancia entre Irlanda y Galicia es tal que, para aquellos peregrinos irlandeses que deseaban emprender el Camino hasta Santiago en la Edad Media, la opción de pasar a través de Francia -con los peligros que suponía en tiempo de guerrasparecía mucho más arriesgada que viajar a través del mar. La gran mayoría de peregrinos irlandeses viajaban por mar, en

embarcaciones mercantiles y empleando rutas forjadas por los vikingos y, posteriormente, reforzadas por los normandos. Los dos grandes centros de salida eran Dublín, en la costa este, y Galway, al oeste. En la Edad Media, Galway tenía una situación envidiable de puerto franco y centro de comercio rico y próspero, con una clase comercial con las posibilidades económicas e inquietudes espirituales necesarias para poder emprender el peregrinaje. Este era un viaje difícil que consumía tanto tiempo como recursos financieros.

Una semana

Asimismo, Dublín, capital y centro de influencia del poder colonial inglés, acaparaba los viajeros que partían de la zona del Pale, la parte más rica de la isla. No obstante, los peregrinos también partían de otros

Rutas marítimas desde los puertos irlandeses con destino Galicia

puertos. Por ejemplo, fueron puntos importantes de salida hacia la península ibérica Wexford en el sureste; Waterford, Youghal Cork y Kinsale en la costa sur; Drogheda en la parte oriental, y Dingle o Limerick en el suroeste de la isla. El puerto de llegada para estos peregrinos irlandeses era casi siempre el de A Coruña, aunque también atracaban en Ferrol, Fisterra, Muros, Noia e incluso Lisboa. Las embarcaciones procedentes de Irlanda

A diferencia de otros países europeos, el concepto de peregrinaje no era nuevo para los religiosos irlandeses. De hecho, para la iglesia cristiana celta, cuyos pilares centrales eran la vida monástica y la evangelización a través de misioneros, este fue siempre un elemento importante. La diferencia más importante, quizás, se podría hallar en el hecho de que el caminante irlandés raramente regresaba de su viaje. En la primera Edad Media, en palabras de la historiadora irlandesa Kathleen Hughes, era un “viajero perpetuo” cuyo peregrinatio suponía un acto de expiación de finales de vida, un gesto de despedida de la vida mortal. Los primeros irlandeses llegaron a su destino en Irlanda, en Gran Bretaña o en la Europa continental para morir allí. En el siglo XI, sin embargo, los irlandeses empezaron a adoptar la moda europea de emprender el viaje de ida y vuelta. Esta se consolidó en los siglos XII y XIII, y tras un intervalo de declive, el siglo XV fue considerado la edad dorada del peregrinaje irlandés. De esta época se han encontrado conchas de vieira en el antiguo priorato de Santa María en Mullingar,

en el condado de Westmeath; en excavaciones realizadas en la catedral de Santa María en Tuam, en el condado de Galway, así como un broche con vieira de estaño y figurita de Santiago en oro en una tumba medieval de la catedral de Ardfert. Estos hallazgos muestran la presencia de peregrinos que habían regresado de Santiago. Las historias de peregrinos documentadas en los archivos irlandeses suelen hablar más de las dificultades encontradas pues, se suponía, interesaban más que los viajes cumplidos sin sobresaltos. En este sentido, existe mucha documentación sobre el barco Mary London que en 1473 fue capturado por piratas con unos cuatrocientos peregrinos a bordo, y también sobre los numerosos casos de irlandeses de renombre que murieron durante sus peregrinajes. De los miles de viajeros que superaron el Camino sin percance merece la pena destacar el caso de James Rice, alcalde de la ciudad de Waterford, que peregrinó dos veces. La primera en 1473 y, diez años más tarde, en 1483. A la vuelta del segundo viaje mandó construir una capilla preciosa en honor al santo que todavía se puede contemplar en la catedral de Waterford.

La peregrinación actual

Una vez llegados a los puertos de A Coruña o Ferrol, los peregrinos caminarían por Betanzos, Carral, Sarandóns

En el siglo XI los irlandeses empezaron a adoptar la moda europea de emprender el viaje de ida y vuelta 025

y Sigrás hasta llegar a Compostela. En los últimos veinte años, una nueva ola de irlandeses se ha interesado por el Camino de Santiago. Es quizás sorprendente pero, de los peregrinos modernos, la mayoría suele llegar al Camino Inglés después de haber hecho alguna parte del Camino Francés. Les suele hacer mucha gracia que el camino desde Ferrol o A Coruña pueda ser uno que usaron sus antepasados. Incluso llamándose Camino Inglés, y no Irlandés.


Puerto de Ferrol

LA RUTA MARÍTIMA A COMPOSTELA 026

Juan J. Burgoa Fernández CaPITÁN DE NaVÍo DE La arMaDa, SITUaCIÓN DE rETIro

El Camino Inglés, itinerario que conduce a Santiago a los peregrinos llegados por mar a Ferrol y A Coruña, fue la ruta más corta utilizada por los viajeros del norte de Europa hacia Compostela, una vía más rápida que el Camino terrestre. Su desarrollo inicial se debió a las naves de los Cruzados que, desde el siglo XII, combinaban su condición de guerreros con la de peregrinos a Compostela y a Jerusalén. Así entraron en puertos gallegos los Cruzados de los países nórdicos, Alemania e islas Británicas hasta fines del siglo XIV. La Ruta Marítima fue continuada por peregrinos euro-

peos embarcados en naves comerciales. A partir del siglo XIV aumentaron los viajes desde puertos del mar Báltico, de la Liga Hanseática y, especialmente, de puertos ingleses relacionados comercialmente con Galicia. El destino eran puertos cercanos a Santiago, en especial Ferrol y A Coruña, seguidos de Ribadeo, Fisterra, Padrón y Vilagarcía. Otras veces viajaban a puertos cantábricos: Bilbao, Laredo y Gijón; o incluso a los puertos franceses, siguiendo el viaje por la cornisa cantábrica. Los métodos de navegación eran poco precisos, arribando las naves a lugares imprevistos,

lo que impedía establecer rutas regulares. La peregrinación creció en los siglos XV y XVI por el auge de la navegación de altura y de los adelantos astronómicos, así como por las relaciones comerciales entre Galicia y el Mar del Norte. Las embarcaciones eran buques veleros de poco calado: cocas, naos y carracas.

Peregrinos anglosajones

El primer peregrino anglosajón fue San Cedric a principios del siglo XI, siguiéndole personajes como el rey Sigurd I de Noruega o la hija de Enrique I de Inglaterra Matilde, que viajó a Compostela en 1125. En el si-

glo XIII crecieron los viajes desde puertos del norte de Europa, destacando como lugares de salida Hamburgo, Bergen y Lübeck. En los siglos XIV y XV fueron aumentando las naves de peregrinos ingleses, lo que le valió el nombre tradicional de Camino Inglés. Entre los peregrinos posteriores destacan el Duque de Lancaster, la escritora Margery Rempe, el profesor de Eton, William Wey y la infanta Catalina, hija de los Reyes Católicos. Los primeros peregrinos llegados al muelle ferrolano de la Cruz datan de principios del siglo XII, citándose una expedición de Portsmouth con seis

Vista de la ría ferrolana

La peregrinación creció entre los s. XV y XVI debido al auge de la navegación de altura y de los adelantos astronómicos

027

navíos y 215 personas en el año 1114. La siguieron otras que partieron de Londres, Plymouth y Dover entre los siglos XII y XIV. Las expediciones contaban de cuatro a seis naves, transportando entre cincuenta y trescientas personas. Dentro de la ría ferrolana, desembarcaban en Ferrol, Neda y Mugardos. El declive de la ruta comenzó a partir de la Reforma del siglo XVI, que causó una drástica división en Europa tras la ruptura de Enrique VIII de Inglaterra con Roma, originando que los peregrinos europeos dejasen de viajar a Compostela. A pesar de ello, llegaron a Santiago el rey Felipe II, quien viajó des-

de A Coruña en 1554 antes de embarcar hacia Inglaterra, y la futura reina Mariana de Neoburgo, que desembarcó en la ría de Ferrol en 1690. Casi un siglo antes, en 1588, entró en A Coruña la Armada Invencible al mando del Duque de Medina Sidonia, que visitó la capital del Apóstol. Desde el siglo XVIII prácticamente dejó de usarse la Ruta Marítima aunque continuó la peregrinación por el Camino Inglés con diversas alternativas en el número de peregrinos, apreciándose en el siglo XX un cierto aumento de viajeros como consecuencia de la amplia difusión de los caminos jacobeos.


Puerto de Ferrol

LA RUTA MARÍTIMA A COMPOSTELA 026

Juan J. Burgoa Fernández CaPITÁN DE NaVÍo DE La arMaDa, SITUaCIÓN DE rETIro

El Camino Inglés, itinerario que conduce a Santiago a los peregrinos llegados por mar a Ferrol y A Coruña, fue la ruta más corta utilizada por los viajeros del norte de Europa hacia Compostela, una vía más rápida que el Camino terrestre. Su desarrollo inicial se debió a las naves de los Cruzados que, desde el siglo XII, combinaban su condición de guerreros con la de peregrinos a Compostela y a Jerusalén. Así entraron en puertos gallegos los Cruzados de los países nórdicos, Alemania e islas Británicas hasta fines del siglo XIV. La Ruta Marítima fue continuada por peregrinos euro-

peos embarcados en naves comerciales. A partir del siglo XIV aumentaron los viajes desde puertos del mar Báltico, de la Liga Hanseática y, especialmente, de puertos ingleses relacionados comercialmente con Galicia. El destino eran puertos cercanos a Santiago, en especial Ferrol y A Coruña, seguidos de Ribadeo, Fisterra, Padrón y Vilagarcía. Otras veces viajaban a puertos cantábricos: Bilbao, Laredo y Gijón; o incluso a los puertos franceses, siguiendo el viaje por la cornisa cantábrica. Los métodos de navegación eran poco precisos, arribando las naves a lugares imprevistos,

lo que impedía establecer rutas regulares. La peregrinación creció en los siglos XV y XVI por el auge de la navegación de altura y de los adelantos astronómicos, así como por las relaciones comerciales entre Galicia y el Mar del Norte. Las embarcaciones eran buques veleros de poco calado: cocas, naos y carracas.

Peregrinos anglosajones

El primer peregrino anglosajón fue San Cedric a principios del siglo XI, siguiéndole personajes como el rey Sigurd I de Noruega o la hija de Enrique I de Inglaterra Matilde, que viajó a Compostela en 1125. En el si-

glo XIII crecieron los viajes desde puertos del norte de Europa, destacando como lugares de salida Hamburgo, Bergen y Lübeck. En los siglos XIV y XV fueron aumentando las naves de peregrinos ingleses, lo que le valió el nombre tradicional de Camino Inglés. Entre los peregrinos posteriores destacan el Duque de Lancaster, la escritora Margery Rempe, el profesor de Eton, William Wey y la infanta Catalina, hija de los Reyes Católicos. Los primeros peregrinos llegados al muelle ferrolano de la Cruz datan de principios del siglo XII, citándose una expedición de Portsmouth con seis

Vista de la ría ferrolana

La peregrinación creció entre los s. XV y XVI debido al auge de la navegación de altura y de los adelantos astronómicos

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navíos y 215 personas en el año 1114. La siguieron otras que partieron de Londres, Plymouth y Dover entre los siglos XII y XIV. Las expediciones contaban de cuatro a seis naves, transportando entre cincuenta y trescientas personas. Dentro de la ría ferrolana, desembarcaban en Ferrol, Neda y Mugardos. El declive de la ruta comenzó a partir de la Reforma del siglo XVI, que causó una drástica división en Europa tras la ruptura de Enrique VIII de Inglaterra con Roma, originando que los peregrinos europeos dejasen de viajar a Compostela. A pesar de ello, llegaron a Santiago el rey Felipe II, quien viajó des-

de A Coruña en 1554 antes de embarcar hacia Inglaterra, y la futura reina Mariana de Neoburgo, que desembarcó en la ría de Ferrol en 1690. Casi un siglo antes, en 1588, entró en A Coruña la Armada Invencible al mando del Duque de Medina Sidonia, que visitó la capital del Apóstol. Desde el siglo XVIII prácticamente dejó de usarse la Ruta Marítima aunque continuó la peregrinación por el Camino Inglés con diversas alternativas en el número de peregrinos, apreciándose en el siglo XX un cierto aumento de viajeros como consecuencia de la amplia difusión de los caminos jacobeos.


sia había recuperado una notable influencia en la sociedad española de la Restauración. Y, desde 1878, el arzobispado compostelano, a través de Manuel Payá y Rico, se había empeñado en recuperar el Camino de Santiago con la busca de los restos del Apóstol. La certificación del hallazgo en 1879 actuó de potente estímulo para el renacimiento de la ciudad como gran centro de peregrinación de la cristiandad.

LA PEREGRINACIÓN BRITÁNICA DE 1909: PEREGRINOS Y TURISTAS Rafael Vallejo Pousada ProFESor DE HISTorIa E INSTITUCIoNES ECoNÓMICaS EN La UNIVErSIDaD DE VIGo

028

El año 1909 fue particularmente importante para la proyección exterior de Galicia. Se celebró la Exposición Regional Gallega y fue también Año Santo. El 24 de julio se inauguró en Santiago de Compostela la citada exposición, considerada la primera gran muestra industrial y cultural del país, con precedentes en 1858 y 1875. Fue un evento concebido dos años antes, en 1907, para dar a conocer la Galicia en vías de transformación en torno a la arqueología, el arte y las iniciativas empresariales que estaban modernizando el tejido productivo gallego. Las mostró su Pabellón Central, con las secciones de Bellas Artes y Ciencias, su Pabellón de Industrias o el Pabellón de las Eléctricas Gallegas, así como la Sección de Arqueología. Esta, abierta en el antiguo Colegio de San Clemente, quiso reunir “tanto los objetos propiamente artísticos, como todos aquellos que, sin ser artísticos, tengan razón de fuente histórica de Galicia”. Propició, en palabras del escritor e intelectual Xosé

Filgueira Valverde (1944), la primera catalogación gráfica de la riqueza artística de Galicia. La Exposición Regional de Santiago estuvo estrechamente relacionada con el otro gran evento de 1909, la conmemoración del primer Año Santo Jacobeo del siglo XX. Habían pasado doce años desde el anterior. De la misma forma que aquel fue novedoso, este también lo fue en varios aspectos.

Peregrinaciones organizadas

Uno de ellos que, con motivo de las dos efemérides, se estrechó la colaboración entre las autoridades civiles y eclesiásticas de la ciudad para publicitar el año jubilar. Otro aspecto, más singular está en la promoción –incluso se habla de nacimiento- de las peregrinaciones organizadas por agrupaciones religiosas y educativas, con un papel activo del propio arzobispado de Santiago, pues se trataba de una vieja apuesta personal del entonces cardenal arzobispo José María Martín de Herrera. El contexto era favorable. La Igle-

Potencial jacobeo

En 1909 se contabilizaron hasta cuarenta y ocho peregrinaciones organizadas. Una de las más destacadas llegó desde el Reino Unido. En efecto, el 24 de mayo desembarcaba en el puerto de Vigo un grupo organizado de cuarenta y seis fieles británicos, traído por la Catholic Association of London. A su frente venía el arzobispo de Westminster, Francis Bourne. El barco que los trajo, el Ambrose -de la compañía Booth Line-, había salido del puerto de Liverpool cinco días antes. El viaje se incardinaba en una larga y centenaria tradición de caminar a la Catedral de Santiago. Lo subrayó el periódico The Times el 20 de abril. Este hecho suponía, al menos en el plano simbólico, la recuperación de las peregrinaciones británicas bajomedievales efectuadas vía marítima y, fundamentalmente, rotas durante la Edad Moderna. También mostró el potencial de proyección al exterior del mundo jacobeo y de la ciudad de Santiago.

Las exposición de 1909 se instaló al sudoeste de la Alameda y en el colegio San Clemente, Santiago El instituto Rosalía acogió una muestra en el centenario de la Exposición Regional

Como referencia jacobea que era, la ciudad del Apóstol figuraba como su destino de referencia. Este tour británico no se limitó, sin embargo, a la visita a las reliquias del Apóstol. El cualificado grupo visitó Vigo, Mondariz, Pontevedra y su flamante balneario del Lérez, y Santiago. En todas estas “estaciones” fue agasajado por las autoridades, la prensa local y los empresarios ligados a los balnearios y los viajes como, por ejemplo Barreras Massó, Peinador, Durán, Gómez o Riestra. Eran emprendedores empeñados en situar a Galicia en el mercado turístico internacional empezando por el británico. En este caso actuaban como socios de la Booth Steamship Company en su proyecto de abrir nichos de mercado en su reciente negocio turístico hacia Portugal y sus islas Madeira. Se trata, así, de un viaje en la órbita del boom del turismo eduardiano a Galicia y Portugal, enmarcado en la doble dimensión de las peregrinaciones contemporáneas a Santiago.

Construcción de un destino

Esa peregrinación católica de 1909 fue, pues, uno de los primeros hitos del proyecto de constituir Galicia en destino turístico, con un triple vértice en la pujante y moderna ciudad portuaria de Vigo, el modélico balneario de Mondariz con su Gran Hotel y la ciudad eterna y moderna de Santiago de Compostela. El título de la guía del turista Mondariz - Vigo - Santiago, editada por Enrique Peinador en 1912, es elocuente al respecto. Lo explicó recientemente Kirsty Hooper (2013), en la breve y documentada monografía Mondariz - Vigo - Santiago. A brief history of Galicia’s Edwardian tourist boom. La orientación, también turística, de aquel peregrinaje católico la vio así la revista Vida Gallega en julio de 1909: “Marcharon encantados de la belleza del país gallego, de la grandiosidad de Santiago y de las atenciones recibidas. Y serán los primeros propagandistas del turismo a Galicia, que tanta falta nos hace y tantos beneficios ha de reportarnos”. En la Galicia de 1909, que asiste a la alborada modernizadora de la que habló el profesor Ramón Villares, las peregrinaciones a la ciudad del Apóstol comienzan a mostrar el doble perfil de manifestaciones religiosas y actividades turístico-culturales. A través de ellas asoman los varios caminos de Santiago que hoy disfrutamos, el británico incluido, indudablemente.

029


sia había recuperado una notable influencia en la sociedad española de la Restauración. Y, desde 1878, el arzobispado compostelano, a través de Manuel Payá y Rico, se había empeñado en recuperar el Camino de Santiago con la busca de los restos del Apóstol. La certificación del hallazgo en 1879 actuó de potente estímulo para el renacimiento de la ciudad como gran centro de peregrinación de la cristiandad.

LA PEREGRINACIÓN BRITÁNICA DE 1909: PEREGRINOS Y TURISTAS Rafael Vallejo Pousada ProFESor DE HISTorIa E INSTITUCIoNES ECoNÓMICaS EN La UNIVErSIDaD DE VIGo

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El año 1909 fue particularmente importante para la proyección exterior de Galicia. Se celebró la Exposición Regional Gallega y fue también Año Santo. El 24 de julio se inauguró en Santiago de Compostela la citada exposición, considerada la primera gran muestra industrial y cultural del país, con precedentes en 1858 y 1875. Fue un evento concebido dos años antes, en 1907, para dar a conocer la Galicia en vías de transformación en torno a la arqueología, el arte y las iniciativas empresariales que estaban modernizando el tejido productivo gallego. Las mostró su Pabellón Central, con las secciones de Bellas Artes y Ciencias, su Pabellón de Industrias o el Pabellón de las Eléctricas Gallegas, así como la Sección de Arqueología. Esta, abierta en el antiguo Colegio de San Clemente, quiso reunir “tanto los objetos propiamente artísticos, como todos aquellos que, sin ser artísticos, tengan razón de fuente histórica de Galicia”. Propició, en palabras del escritor e intelectual Xosé

Filgueira Valverde (1944), la primera catalogación gráfica de la riqueza artística de Galicia. La Exposición Regional de Santiago estuvo estrechamente relacionada con el otro gran evento de 1909, la conmemoración del primer Año Santo Jacobeo del siglo XX. Habían pasado doce años desde el anterior. De la misma forma que aquel fue novedoso, este también lo fue en varios aspectos.

Peregrinaciones organizadas

Uno de ellos que, con motivo de las dos efemérides, se estrechó la colaboración entre las autoridades civiles y eclesiásticas de la ciudad para publicitar el año jubilar. Otro aspecto, más singular está en la promoción –incluso se habla de nacimiento- de las peregrinaciones organizadas por agrupaciones religiosas y educativas, con un papel activo del propio arzobispado de Santiago, pues se trataba de una vieja apuesta personal del entonces cardenal arzobispo José María Martín de Herrera. El contexto era favorable. La Igle-

Potencial jacobeo

En 1909 se contabilizaron hasta cuarenta y ocho peregrinaciones organizadas. Una de las más destacadas llegó desde el Reino Unido. En efecto, el 24 de mayo desembarcaba en el puerto de Vigo un grupo organizado de cuarenta y seis fieles británicos, traído por la Catholic Association of London. A su frente venía el arzobispo de Westminster, Francis Bourne. El barco que los trajo, el Ambrose -de la compañía Booth Line-, había salido del puerto de Liverpool cinco días antes. El viaje se incardinaba en una larga y centenaria tradición de caminar a la Catedral de Santiago. Lo subrayó el periódico The Times el 20 de abril. Este hecho suponía, al menos en el plano simbólico, la recuperación de las peregrinaciones británicas bajomedievales efectuadas vía marítima y, fundamentalmente, rotas durante la Edad Moderna. También mostró el potencial de proyección al exterior del mundo jacobeo y de la ciudad de Santiago.

Las exposición de 1909 se instaló al sudoeste de la Alameda y en el colegio San Clemente, Santiago El instituto Rosalía acogió una muestra en el centenario de la Exposición Regional

Como referencia jacobea que era, la ciudad del Apóstol figuraba como su destino de referencia. Este tour británico no se limitó, sin embargo, a la visita a las reliquias del Apóstol. El cualificado grupo visitó Vigo, Mondariz, Pontevedra y su flamante balneario del Lérez, y Santiago. En todas estas “estaciones” fue agasajado por las autoridades, la prensa local y los empresarios ligados a los balnearios y los viajes como, por ejemplo Barreras Massó, Peinador, Durán, Gómez o Riestra. Eran emprendedores empeñados en situar a Galicia en el mercado turístico internacional empezando por el británico. En este caso actuaban como socios de la Booth Steamship Company en su proyecto de abrir nichos de mercado en su reciente negocio turístico hacia Portugal y sus islas Madeira. Se trata, así, de un viaje en la órbita del boom del turismo eduardiano a Galicia y Portugal, enmarcado en la doble dimensión de las peregrinaciones contemporáneas a Santiago.

Construcción de un destino

Esa peregrinación católica de 1909 fue, pues, uno de los primeros hitos del proyecto de constituir Galicia en destino turístico, con un triple vértice en la pujante y moderna ciudad portuaria de Vigo, el modélico balneario de Mondariz con su Gran Hotel y la ciudad eterna y moderna de Santiago de Compostela. El título de la guía del turista Mondariz - Vigo - Santiago, editada por Enrique Peinador en 1912, es elocuente al respecto. Lo explicó recientemente Kirsty Hooper (2013), en la breve y documentada monografía Mondariz - Vigo - Santiago. A brief history of Galicia’s Edwardian tourist boom. La orientación, también turística, de aquel peregrinaje católico la vio así la revista Vida Gallega en julio de 1909: “Marcharon encantados de la belleza del país gallego, de la grandiosidad de Santiago y de las atenciones recibidas. Y serán los primeros propagandistas del turismo a Galicia, que tanta falta nos hace y tantos beneficios ha de reportarnos”. En la Galicia de 1909, que asiste a la alborada modernizadora de la que habló el profesor Ramón Villares, las peregrinaciones a la ciudad del Apóstol comienzan a mostrar el doble perfil de manifestaciones religiosas y actividades turístico-culturales. A través de ellas asoman los varios caminos de Santiago que hoy disfrutamos, el británico incluido, indudablemente.

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Constanza de Castilla se casó con Juan de Gante, quien en virtud de su matrimonio adopta los títulos reales de su mujer - de Galicia,

LA GALICIA MÁS INGLESA: EL DUQUE DE LANCASTER

León, Castilla, ...

Javier Rodríguez-Losada Boedo PrESIDENTE DE TESoUroS DE GaLICIa

030

En el transcurso de la ocupación árabe de la Península, los musulmanes establecieron en Tui un señorío que tenía por base el valle bajo del río Miño, mientras que el norte de Galicia se incorporaba al reino de Asturias. Es en este tiempo cuando nace la leyenda del sepulcro del apóstol Santiago. “Después de evangelizar España, Santiago regresó a Palestina donde fue asesinado. Sus discípulos recogieron su cuerpo y lo trasladaron a Galicia en una barca”. Unos 800 años después, un ermitaño tiene una visión y descubre los restos del Apóstol en una tumba rodeada de una luz brillante. El obispo de Iria Flavia, Teodomiro, confirmó que eran los restos del apóstol Santiago y la bula Deus Omnipotens, del papa León XIII, verificaba la autenticidad de las reliquias apostólicas. La leyenda nace en un momento providencial, pues la Península estaba bajo el do-

minio islámico y la fe cristiana corría peligro. La lucha por la Reconquista –recién iniciada y que duraría hasta 1492-, siempre evocará al Apóstol. La expansión cristiana hacia el sur recuperó Tui a los árabes y, décadas después, Porto. Se sentaban así las bases del Condado Portucalense, que más tarde daría lugar a Portugal.

Herederos

En 910, a la muerte del rey de Asturias, Alfonso III el Magno, sus posesiones son repartidas entre sus tres hijos. Ordoño hereda el territorio de Galicia, lo que marca el origen de este reino -que llegaba hasta Viseu- como independiente a los demás. En 1096, otro reparto trocea el territorio en el condado de Galicia –al norte del río Miño-, y la Galicia del sur, que queda en manos de Enrique de Borgoña. Su hijo, Afonso Henriques, se proclamaría primer rey de Portugal.

Juan de Gante, duque de Lancaster

En los siglos XI y XII, el reino de Galicia, liderado por los obispos de Santiago de Compostela y los condes de Traba, conoce una época brillante. Se inicia la catedral compostelana en 1075 y se concede el Año Santo por Roma en el año 1181. En el siglo XIII, unificada Galicia con el reino de León, comienza una etapa de decadencia y una evolución negativa de los intereses generales del reino. Serán la nobleza y los ayuntamientos gallegos los grandes perjudicados, pues estos quedan apartados de las decisiones de una corte, radicada en Castilla, de la que Galicia pasaba de núcleo cultural a periferia. Se nombra un representante judicial del reino al frente de Galicia (Adelantado Mayor del Reino) mientras que Toledo gana fuerza como sede arzobispal en detrimento de Santiago de Compostela. Empieza, además, un proce-

so que acabará por sustituir los obispos gallegos por otros castellanos. En 1369, la victoria de Enrique de Trastámara frente a Pedro I en Castilla va a suponer un grave conflicto en el interior del reino de Galicia, ya que la mayor parte de los nobles gallegos no lo reconocen como tal y reclaman como rey a Fernando I de Portugal, aproximando los reinos gallego y portugués. Aunque intensa, la presencia portuguesa en Galicia fue corta. Enrique de Trastámara organizó una contraofensiva que le permitió recuperar Galicia.

Matrimonio real

Poco después -y manteniéndose aún A Coruña fiel a Portugal-, Constanza, hija del rey Pedro I, reclamaba su derecho legítimo como sucesora ante este último. Constanza de Castilla se casó con Juan de

Gante, duque de Lancaster. Este, en virtud del título de Constanza, adopta los títulos reales de su mujer –de Galicia, León, Castilla, etc.-, disponiéndose a hacerlos efectivos con el respaldo del papa Urbano IV. Juan de Gante, hijo menor del rey Eduardo III de Inglaterra, se convirtió en duque de Lancaster, gracias a su primer matrimonio con Blanca –heredera de la casa de Lancaster-, a la muerte de su suegro Enrique de Grosmont. El ducado de Lancaster cubría una gran extensión entre Gales e Inglaterra y en el siglo XIV era prácticamente un estado independiente. En 1386 el duque de Lancaster desembarca con su ejército en A Coruña y, con el apoyo de nobles gallegos y portugueses, asentó su corte en Santiago de Compostela y Ourense. Sin embargo, la resistencia frente a la Corona de Castilla se mer-

mó por una epidemia de peste que diezmó las tropas inglesas, lo que forzó al duque a renunciar a su ambicioso proyecto y a negociar un acuerdo que le permitiría el regreso a Inglaterra de su familia con una gran indemnización. También, pactar la boda de su hija Catalina de Lancaster con el heredero al trono castellano, Enrique III. La casa de Lancaster se apuntaba poderosísima, pues el heredero del duque, Enrique de Bolingbroke, llegaría a ser rey de Inglaterra: Enrique IV. Pero aquí, la partida de los ingleses cerraba los intentos de la nobleza gallega para orientar Galicia hacia Portugal y el Atlántico. Juan de Gante falleció en 1399 en su castillo de Leicester, contando 58 años. Recibió sepultura en la catedral de San Pablo. Aquel mismo año, su hijo subió al trono de Inglaterra.

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Constanza de Castilla se casó con Juan de Gante, quien en virtud de su matrimonio adopta los títulos reales de su mujer - de Galicia,

LA GALICIA MÁS INGLESA: EL DUQUE DE LANCASTER

León, Castilla, ...

Javier Rodríguez-Losada Boedo PrESIDENTE DE TESoUroS DE GaLICIa

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En el transcurso de la ocupación árabe de la Península, los musulmanes establecieron en Tui un señorío que tenía por base el valle bajo del río Miño, mientras que el norte de Galicia se incorporaba al reino de Asturias. Es en este tiempo cuando nace la leyenda del sepulcro del apóstol Santiago. “Después de evangelizar España, Santiago regresó a Palestina donde fue asesinado. Sus discípulos recogieron su cuerpo y lo trasladaron a Galicia en una barca”. Unos 800 años después, un ermitaño tiene una visión y descubre los restos del Apóstol en una tumba rodeada de una luz brillante. El obispo de Iria Flavia, Teodomiro, confirmó que eran los restos del apóstol Santiago y la bula Deus Omnipotens, del papa León XIII, verificaba la autenticidad de las reliquias apostólicas. La leyenda nace en un momento providencial, pues la Península estaba bajo el do-

minio islámico y la fe cristiana corría peligro. La lucha por la Reconquista –recién iniciada y que duraría hasta 1492-, siempre evocará al Apóstol. La expansión cristiana hacia el sur recuperó Tui a los árabes y, décadas después, Porto. Se sentaban así las bases del Condado Portucalense, que más tarde daría lugar a Portugal.

Herederos

En 910, a la muerte del rey de Asturias, Alfonso III el Magno, sus posesiones son repartidas entre sus tres hijos. Ordoño hereda el territorio de Galicia, lo que marca el origen de este reino -que llegaba hasta Viseu- como independiente a los demás. En 1096, otro reparto trocea el territorio en el condado de Galicia –al norte del río Miño-, y la Galicia del sur, que queda en manos de Enrique de Borgoña. Su hijo, Afonso Henriques, se proclamaría primer rey de Portugal.

Juan de Gante, duque de Lancaster

En los siglos XI y XII, el reino de Galicia, liderado por los obispos de Santiago de Compostela y los condes de Traba, conoce una época brillante. Se inicia la catedral compostelana en 1075 y se concede el Año Santo por Roma en el año 1181. En el siglo XIII, unificada Galicia con el reino de León, comienza una etapa de decadencia y una evolución negativa de los intereses generales del reino. Serán la nobleza y los ayuntamientos gallegos los grandes perjudicados, pues estos quedan apartados de las decisiones de una corte, radicada en Castilla, de la que Galicia pasaba de núcleo cultural a periferia. Se nombra un representante judicial del reino al frente de Galicia (Adelantado Mayor del Reino) mientras que Toledo gana fuerza como sede arzobispal en detrimento de Santiago de Compostela. Empieza, además, un proce-

so que acabará por sustituir los obispos gallegos por otros castellanos. En 1369, la victoria de Enrique de Trastámara frente a Pedro I en Castilla va a suponer un grave conflicto en el interior del reino de Galicia, ya que la mayor parte de los nobles gallegos no lo reconocen como tal y reclaman como rey a Fernando I de Portugal, aproximando los reinos gallego y portugués. Aunque intensa, la presencia portuguesa en Galicia fue corta. Enrique de Trastámara organizó una contraofensiva que le permitió recuperar Galicia.

Matrimonio real

Poco después -y manteniéndose aún A Coruña fiel a Portugal-, Constanza, hija del rey Pedro I, reclamaba su derecho legítimo como sucesora ante este último. Constanza de Castilla se casó con Juan de

Gante, duque de Lancaster. Este, en virtud del título de Constanza, adopta los títulos reales de su mujer –de Galicia, León, Castilla, etc.-, disponiéndose a hacerlos efectivos con el respaldo del papa Urbano IV. Juan de Gante, hijo menor del rey Eduardo III de Inglaterra, se convirtió en duque de Lancaster, gracias a su primer matrimonio con Blanca –heredera de la casa de Lancaster-, a la muerte de su suegro Enrique de Grosmont. El ducado de Lancaster cubría una gran extensión entre Gales e Inglaterra y en el siglo XIV era prácticamente un estado independiente. En 1386 el duque de Lancaster desembarca con su ejército en A Coruña y, con el apoyo de nobles gallegos y portugueses, asentó su corte en Santiago de Compostela y Ourense. Sin embargo, la resistencia frente a la Corona de Castilla se mer-

mó por una epidemia de peste que diezmó las tropas inglesas, lo que forzó al duque a renunciar a su ambicioso proyecto y a negociar un acuerdo que le permitiría el regreso a Inglaterra de su familia con una gran indemnización. También, pactar la boda de su hija Catalina de Lancaster con el heredero al trono castellano, Enrique III. La casa de Lancaster se apuntaba poderosísima, pues el heredero del duque, Enrique de Bolingbroke, llegaría a ser rey de Inglaterra: Enrique IV. Pero aquí, la partida de los ingleses cerraba los intentos de la nobleza gallega para orientar Galicia hacia Portugal y el Atlántico. Juan de Gante falleció en 1399 en su castillo de Leicester, contando 58 años. Recibió sepultura en la catedral de San Pablo. Aquel mismo año, su hijo subió al trono de Inglaterra.

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Vista de Os Cantóns de A Coruña

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Mirador del Jardín de San Carlos con vistas a la ciudad de A Coruña

EL PRÍNCIPE DE GALES EN SU VISITA A GALICIA José M. Fernández Caamaño ESCrITor, INVESTIGaDor Y MIEMBro DE La aSoCIaCIÓN HISTÓrICo-CULTUraL THE roYaL GrEEN JaCKETS

Eduardo, príncipe de Gales, vino a Galicia en tres ocasiones. La primera en 1931, en compañía de su hermano menor Alberto, duque de Kent, y futuro Jorge VI. El príncipe Eduardo, a bordo del yate Rosaura, volverá a repetir visita solo tres años más tarde, en 1934. La tercera será en 1940, en medio de la vorágine de la II Guerra Mundial, tras su abdicación, ya como duque de Windsor y en compañía de su esposa. En ese primer viaje de placer, el príncipe de Eduardo y su

hermano Jorge, hijos del rey Jorge V y de María de Teck, visitaron tres ciudades gallegas: A Coruña, Santiago y Vigo. Ambos venían por vez primera a Galicia y lo hacían en el mes de enero de 1931. El paso por Francia lo realizaron en tren y atravesaron la frontera española en coche, pasando por San Sebastián, Bilbao y Santander. En este puerto cántabro les aguardaba el trasatlántico Oropesa, que los llevaría hasta A Coruña para realizar su recorrido por tierras gallegas. Ya en

Vigo, embarcarían rumbo a América del Sur.

Una visita muy esperada

Aquella visita sienta un precedente histórico y singular en la historia de Galicia. El Oropesa tenía prevista su llegada a la ciudad de A Coruña el 19 de enero de 1931 a las ocho y media de la mañana. Pero los hermanos ya habían llegado con retraso a Santander para tomar el barco debido a un accidente ferroviario del tren en el que cruzaron Francia. Por tanto, se produjo una demora en la salida de va-

rias horas, teniendo prevista la llegada al puerto coruñés sobre la una y media del mediodía. A media mañana, el cónsul inglés en A Coruña, el señor Guyatt, recibía un radiograma en el cual se comunicaba que el príncipe de Gales no llegaría a la ciudad antes de las dos de la tarde, pero que accedía a colocar la primera piedra del monumento en honor de Sir John Moore. Poco antes de la una, el vigía de Monte Alto anunciaba que el trasatlántico estaba a la vista y que entraría en el puerto sobre las media hora después.

La noticia se divulgó con rapidez y el muelle se llenó de público, incluidas las autoridades locales y demás representantes oficiales, para dar la bienvenida a tan regios huéspedes. Una vez a bordo, el alcalde de la ciudad, don Pedro Lage Lodos, entregó al príncipe de Gales un hermoso cofre de plata lleno de tierra del lugar donde tuvo lugar la batalla de Elviña con la siguiente inscripción: “El Ayuntamiento de A Coruña, a Su Alteza Real, el Príncipe de Gales, con ocasión de su visita a la ciudad”.

También le dio una reproducción fotográfica del plano de la misma batalla, que existe en el Ayuntamiento. De manos del señor Aperribay, Eduardo recibió un álbum de fotos de los diversos lugares de A Coruña. Un año más tarde, el príncipe entregará aquel cofre al Real Museo de Whitehall, donde se guardan diversos recuerdos relacionados con el general Moore. Tras el intercambio de obsequios, llevaron a los príncipes y a su séquito a tierra en una falúa de la Comandancia de Marina, así como en otras embarcaciones al resto de las personalidades, que los cumplimentaron a bordo del Oropesa.

Homenaje a Sir John Moore

Ya en tierra, se formó una caravana que los siguió hasta el jardín de San Carlos, donde visitaron la tumba del general inglés Sir John Moore. Sobre dicho túmulo se habían colocado las banderas de Inglaterra y España, así como una enorme corona de flores, momento en que se guardó un respetuoso silencio en su memoria. Una vez finalizado el acto, los presentes se dirigieron al alto de Eirís. En un campo cercano a la clínica Labaca, en el paraje denominado de Monserrat, se había dispuesto al pie de una roca la base que había de ser el futuro monumento en honor al general Moore. Dicha losa estaba cubierta por una bandera española, engalanada con guirnaldas y flores. Una vez el príncipe de Gales llegó al pie de

lo que iba a ser el monumento, retiró la bandera española descubriendo una losa de mármol que contenía esta descripción: XVI January MDCCCIX. XX January MCMXXXI. Joannes Moore. Exercitus Brytannycy Dux. A continuación, los príncipes, su séquito y las autoridades, emprendieron el viaje a Santiago y a Vigo. El príncipe confesaba su pena por no haber podido acudir al palacio municipal coruñés, en donde se había preparado un ágape para los asistentes, y dijo que en una próxima visita lo haría con sumo placer. Algo que no se llegaría a realizar debido al cambio político que ese año sufrió España.

rey no coronado

El príncipe de Gales haría otros dos viajes más a Galicia. Uno se realizaría en el mes de septiembre de 1934, a bordo del yate Rosaura. Acompañado de su amada Wallis Simpson, recorre las mismas ciudades que en el primer viaje. Luego partirían hacia las costas andaluzas y Baleares, para seguir hasta la Costa Azul francesa. El último viaje lo hacen como duques de Windsor el 24 de junio de 1940. Desde Madrid se trasladan a Lisboa a comienzos de julio y ese mismo mes llegan a A Coruña como invitados del conde de Fenosa, don Pedro Barrié de la Maza.

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Vista de Os Cantóns de A Coruña

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Mirador del Jardín de San Carlos con vistas a la ciudad de A Coruña

EL PRÍNCIPE DE GALES EN SU VISITA A GALICIA José M. Fernández Caamaño ESCrITor, INVESTIGaDor Y MIEMBro DE La aSoCIaCIÓN HISTÓrICo-CULTUraL THE roYaL GrEEN JaCKETS

Eduardo, príncipe de Gales, vino a Galicia en tres ocasiones. La primera en 1931, en compañía de su hermano menor Alberto, duque de Kent, y futuro Jorge VI. El príncipe Eduardo, a bordo del yate Rosaura, volverá a repetir visita solo tres años más tarde, en 1934. La tercera será en 1940, en medio de la vorágine de la II Guerra Mundial, tras su abdicación, ya como duque de Windsor y en compañía de su esposa. En ese primer viaje de placer, el príncipe de Eduardo y su

hermano Jorge, hijos del rey Jorge V y de María de Teck, visitaron tres ciudades gallegas: A Coruña, Santiago y Vigo. Ambos venían por vez primera a Galicia y lo hacían en el mes de enero de 1931. El paso por Francia lo realizaron en tren y atravesaron la frontera española en coche, pasando por San Sebastián, Bilbao y Santander. En este puerto cántabro les aguardaba el trasatlántico Oropesa, que los llevaría hasta A Coruña para realizar su recorrido por tierras gallegas. Ya en

Vigo, embarcarían rumbo a América del Sur.

Una visita muy esperada

Aquella visita sienta un precedente histórico y singular en la historia de Galicia. El Oropesa tenía prevista su llegada a la ciudad de A Coruña el 19 de enero de 1931 a las ocho y media de la mañana. Pero los hermanos ya habían llegado con retraso a Santander para tomar el barco debido a un accidente ferroviario del tren en el que cruzaron Francia. Por tanto, se produjo una demora en la salida de va-

rias horas, teniendo prevista la llegada al puerto coruñés sobre la una y media del mediodía. A media mañana, el cónsul inglés en A Coruña, el señor Guyatt, recibía un radiograma en el cual se comunicaba que el príncipe de Gales no llegaría a la ciudad antes de las dos de la tarde, pero que accedía a colocar la primera piedra del monumento en honor de Sir John Moore. Poco antes de la una, el vigía de Monte Alto anunciaba que el trasatlántico estaba a la vista y que entraría en el puerto sobre las media hora después.

La noticia se divulgó con rapidez y el muelle se llenó de público, incluidas las autoridades locales y demás representantes oficiales, para dar la bienvenida a tan regios huéspedes. Una vez a bordo, el alcalde de la ciudad, don Pedro Lage Lodos, entregó al príncipe de Gales un hermoso cofre de plata lleno de tierra del lugar donde tuvo lugar la batalla de Elviña con la siguiente inscripción: “El Ayuntamiento de A Coruña, a Su Alteza Real, el Príncipe de Gales, con ocasión de su visita a la ciudad”.

También le dio una reproducción fotográfica del plano de la misma batalla, que existe en el Ayuntamiento. De manos del señor Aperribay, Eduardo recibió un álbum de fotos de los diversos lugares de A Coruña. Un año más tarde, el príncipe entregará aquel cofre al Real Museo de Whitehall, donde se guardan diversos recuerdos relacionados con el general Moore. Tras el intercambio de obsequios, llevaron a los príncipes y a su séquito a tierra en una falúa de la Comandancia de Marina, así como en otras embarcaciones al resto de las personalidades, que los cumplimentaron a bordo del Oropesa.

Homenaje a Sir John Moore

Ya en tierra, se formó una caravana que los siguió hasta el jardín de San Carlos, donde visitaron la tumba del general inglés Sir John Moore. Sobre dicho túmulo se habían colocado las banderas de Inglaterra y España, así como una enorme corona de flores, momento en que se guardó un respetuoso silencio en su memoria. Una vez finalizado el acto, los presentes se dirigieron al alto de Eirís. En un campo cercano a la clínica Labaca, en el paraje denominado de Monserrat, se había dispuesto al pie de una roca la base que había de ser el futuro monumento en honor al general Moore. Dicha losa estaba cubierta por una bandera española, engalanada con guirnaldas y flores. Una vez el príncipe de Gales llegó al pie de

lo que iba a ser el monumento, retiró la bandera española descubriendo una losa de mármol que contenía esta descripción: XVI January MDCCCIX. XX January MCMXXXI. Joannes Moore. Exercitus Brytannycy Dux. A continuación, los príncipes, su séquito y las autoridades, emprendieron el viaje a Santiago y a Vigo. El príncipe confesaba su pena por no haber podido acudir al palacio municipal coruñés, en donde se había preparado un ágape para los asistentes, y dijo que en una próxima visita lo haría con sumo placer. Algo que no se llegaría a realizar debido al cambio político que ese año sufrió España.

rey no coronado

El príncipe de Gales haría otros dos viajes más a Galicia. Uno se realizaría en el mes de septiembre de 1934, a bordo del yate Rosaura. Acompañado de su amada Wallis Simpson, recorre las mismas ciudades que en el primer viaje. Luego partirían hacia las costas andaluzas y Baleares, para seguir hasta la Costa Azul francesa. El último viaje lo hacen como duques de Windsor el 24 de junio de 1940. Desde Madrid se trasladan a Lisboa a comienzos de julio y ese mismo mes llegan a A Coruña como invitados del conde de Fenosa, don Pedro Barrié de la Maza.

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Viaje en contexto crítico

Placa en memoria del actor Leslie Howard en el monte A Capelada, Cedeira

LA TUMBA DE LESLIE HOWARD 034

Emilio Grandío ProFESor DE HISTorIa CoNTEMPorÁNEa. UNIVErSIDaD DE SaNTIaGo DE CoMPoSTELa

El reconocido actor salió de Lisboa, una ciudad que en aquel momento se había convertido casi en territorio franco de servicios secretos

Sí. Leslie Howard, el actor inglés que personificó a Ashley Wilkes en Lo que el viento se llevó (1939), yace entre las aguas cercanas al cabo Ortegal. Una placa conmemorativa en el monte de A Capelada recuerda el derribo del Douglas DC-3 en el que viajaba de Lisboa a Whitchurch el 1 de junio de 1943. Dos Junkers JU 88 alemanes interceptaron su avión en uno de los momentos más complicados de la Segunda Guerra Mundial. ¿Por qué la ruta aérea y naval cerca de las costas gallegas se había convertido en territorio de combate? Numerosas

pruebas lo atestiguan: hoy en día existe documentación suficiente sobre los combates aereonavales en la zona de Ortegal, el desplazamiento y la permanencia durante meses de tropas españolas a las costas septentrionales de A Coruña y Lugo, o el rescate y traslado de soldados alemanes náufragos a bases alemanas en Francia de manera clandestina. Y no solo papeles: los dibujos en precario estado de conservación de aviones británicos en las galerías de las antiguas baterías de Montefaro (Ares) en Ferrol dan testimonio de a quién debían vigilar.

España se había declarado “no beligerante”, un término ambiguo que permitía mantener relaciones con el Eje y los Aliados. Los servicios secretos de unos y otros camparon a sus anchas por la península ibérica durante estos años. Precisamente nuestro protagonista, el reconocido actor Howard, salió de Lisboa, una ciudad que en aquel momento se había convertido casi en territorio franco de servicios secretos. La explicación inicial alemana del derribo del Vuelo 777 fue una mera confusión con un avión militar. Pero hay otras versiones del hecho: desde la confusión de los servicios secretos alemanes en la idea de que en el avión iba el propio Winston Churchill hasta la propia atribución del actor inglés como un relevante apoyo de la inteligencia inglesa. Leslie Howard viajó a España y Portugal en mayo de 1943, con el objetivo de dar una serie de conferencias y charlas de promoción de su carrera profesional. No pudo escoger peor momento en el enrarecido ambiente peninsular de la primavera de 1943: en los meses anteriores se habían realizado planes para una invasión alemana de la península ibérica. Además, en esos mismos meses se encontraba avanzado un desembarco aeronaval, en este caso de procedencia aliada, a través de las playas del norte español. En el orden interno, la presión política sobre el General Franco para su

marcha del poder se acelera en estos meses, en sendas peticiones escritas de los Procuradores en Cortes y de sus compañeros de milicia. Aquel era un contexto excepcional en el que las relaciones hispano-británicas atravesaban su momento más tenso de la II Guerra Mundial, debido al desagrado de Gran Bretaña ante la colaboración recibida por barcos alemanes en los puertos españoles, la permanencia de la División Azul y el envío de wolframio gallego a Alemania a través de empresas tapadera. Pocos días más tarde de la muerte de Howard, el embajador Samuel Hoare se desplazó a la residencia de verano de Franco en el Pazo de Meirás, trasladándole algo parecido a un ultimátum. En cuestión de horas, aviones ingleses realizaron un vuelo de aviso sobre la cercana ciudad de Ferrol.

actor o agente encubierto

Parece razonable la idea de que Howard vino con alguna intención más que su propia promoción. Pero algunas hipótesis planteadas, como la mediación directa de Howard con Franco con una propuesta de película sobre Cristóbal Colón, siguen sin ser pruebas suficientes –por muy cinéfilo que fuera Franco...-. Pero lo que no se puede descartar es alguna intervención secreta del actor, como lo prueba el apoyo previo al viaje del British Council y del Ministro de Asuntos Exteriores británico, Anthony Eden. Además, la lec-

tura de la relación de personas que le acompañaban –y que fallecieron- no da la imagen de un vuelo estrictamente comercial: en el pasaje viajaban un comisionado del gobierno inglés para la compra de wolframio, un agente del SOE (Servicio de Operaciones Especiales, creado tras la llegada al gobierno de Churchill), o el encargado de elaborar un plan al gobierno británico para la ayuda a los refugiados judíos en España. Fuera o no fuera real la creencia de que Churchill iba en ese avión -incluso con la confusión física de un acompañante de Howard-, parte del pasaje conocido tenía características comunes. ¿Y por qué no Howard entre ellos? Además de la trascendencia del hecho, hay que recordar que pocos días después todos los vuelos con esta ruta operaron de noche. La muerte de Leslie Howard será recordada sin duda por su actividad artística, pero en las aguas gallegas en la ruta hacia Gran Bretaña reposan más cadáveres. Reconocidos los menos. Desconocidos los más. Zona de guerra…

Vistas desde el mirador Garita de Herbeira, Cedeira

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Viaje en contexto crítico

Placa en memoria del actor Leslie Howard en el monte A Capelada, Cedeira

LA TUMBA DE LESLIE HOWARD 034

Emilio Grandío ProFESor DE HISTorIa CoNTEMPorÁNEa. UNIVErSIDaD DE SaNTIaGo DE CoMPoSTELa

El reconocido actor salió de Lisboa, una ciudad que en aquel momento se había convertido casi en territorio franco de servicios secretos

Sí. Leslie Howard, el actor inglés que personificó a Ashley Wilkes en Lo que el viento se llevó (1939), yace entre las aguas cercanas al cabo Ortegal. Una placa conmemorativa en el monte de A Capelada recuerda el derribo del Douglas DC-3 en el que viajaba de Lisboa a Whitchurch el 1 de junio de 1943. Dos Junkers JU 88 alemanes interceptaron su avión en uno de los momentos más complicados de la Segunda Guerra Mundial. ¿Por qué la ruta aérea y naval cerca de las costas gallegas se había convertido en territorio de combate? Numerosas

pruebas lo atestiguan: hoy en día existe documentación suficiente sobre los combates aereonavales en la zona de Ortegal, el desplazamiento y la permanencia durante meses de tropas españolas a las costas septentrionales de A Coruña y Lugo, o el rescate y traslado de soldados alemanes náufragos a bases alemanas en Francia de manera clandestina. Y no solo papeles: los dibujos en precario estado de conservación de aviones británicos en las galerías de las antiguas baterías de Montefaro (Ares) en Ferrol dan testimonio de a quién debían vigilar.

España se había declarado “no beligerante”, un término ambiguo que permitía mantener relaciones con el Eje y los Aliados. Los servicios secretos de unos y otros camparon a sus anchas por la península ibérica durante estos años. Precisamente nuestro protagonista, el reconocido actor Howard, salió de Lisboa, una ciudad que en aquel momento se había convertido casi en territorio franco de servicios secretos. La explicación inicial alemana del derribo del Vuelo 777 fue una mera confusión con un avión militar. Pero hay otras versiones del hecho: desde la confusión de los servicios secretos alemanes en la idea de que en el avión iba el propio Winston Churchill hasta la propia atribución del actor inglés como un relevante apoyo de la inteligencia inglesa. Leslie Howard viajó a España y Portugal en mayo de 1943, con el objetivo de dar una serie de conferencias y charlas de promoción de su carrera profesional. No pudo escoger peor momento en el enrarecido ambiente peninsular de la primavera de 1943: en los meses anteriores se habían realizado planes para una invasión alemana de la península ibérica. Además, en esos mismos meses se encontraba avanzado un desembarco aeronaval, en este caso de procedencia aliada, a través de las playas del norte español. En el orden interno, la presión política sobre el General Franco para su

marcha del poder se acelera en estos meses, en sendas peticiones escritas de los Procuradores en Cortes y de sus compañeros de milicia. Aquel era un contexto excepcional en el que las relaciones hispano-británicas atravesaban su momento más tenso de la II Guerra Mundial, debido al desagrado de Gran Bretaña ante la colaboración recibida por barcos alemanes en los puertos españoles, la permanencia de la División Azul y el envío de wolframio gallego a Alemania a través de empresas tapadera. Pocos días más tarde de la muerte de Howard, el embajador Samuel Hoare se desplazó a la residencia de verano de Franco en el Pazo de Meirás, trasladándole algo parecido a un ultimátum. En cuestión de horas, aviones ingleses realizaron un vuelo de aviso sobre la cercana ciudad de Ferrol.

actor o agente encubierto

Parece razonable la idea de que Howard vino con alguna intención más que su propia promoción. Pero algunas hipótesis planteadas, como la mediación directa de Howard con Franco con una propuesta de película sobre Cristóbal Colón, siguen sin ser pruebas suficientes –por muy cinéfilo que fuera Franco...-. Pero lo que no se puede descartar es alguna intervención secreta del actor, como lo prueba el apoyo previo al viaje del British Council y del Ministro de Asuntos Exteriores británico, Anthony Eden. Además, la lec-

tura de la relación de personas que le acompañaban –y que fallecieron- no da la imagen de un vuelo estrictamente comercial: en el pasaje viajaban un comisionado del gobierno inglés para la compra de wolframio, un agente del SOE (Servicio de Operaciones Especiales, creado tras la llegada al gobierno de Churchill), o el encargado de elaborar un plan al gobierno británico para la ayuda a los refugiados judíos en España. Fuera o no fuera real la creencia de que Churchill iba en ese avión -incluso con la confusión física de un acompañante de Howard-, parte del pasaje conocido tenía características comunes. ¿Y por qué no Howard entre ellos? Además de la trascendencia del hecho, hay que recordar que pocos días después todos los vuelos con esta ruta operaron de noche. La muerte de Leslie Howard será recordada sin duda por su actividad artística, pero en las aguas gallegas en la ruta hacia Gran Bretaña reposan más cadáveres. Reconocidos los menos. Desconocidos los más. Zona de guerra…

Vistas desde el mirador Garita de Herbeira, Cedeira

035


A Malata, estadio del Racing Club de Ferrol

San Lázaro, estadio de la Sociedad Deportiva Compostela

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EL TELÉGRAFO QUE NOS TRAJO EL FÚTBOL: VIAJE SIN ESCALAS DE PORTHCURNO A VIGO Héctor José Pena Taboada EXPErTo EN HISTorIa DEL FÚTBoL GaLLEGo

Fran, Otero, Amancio, Pahíño, Luis Suárez o Míchel Salgado son algunos de los mejores jugadores que ha dado Galicia, leyendas inolvidables cuyas gestas están grabadas de forma indeleble en la memoria de los amantes del deporte rey. Pero todos los goles, las asistencias y las tardes de gloria que protagonizaron no hubiesen sido posibles si John Watkins Brett, el hijo de un ebanista nacido en Bristol en 1805, no fundase la Eastern Telegraph Company. Su empresa, que se dedicaba a instalar cable telegráfico subacuático, se estableció en

Vigo en el año 1873 con el objetivo de unir la localidad inglesa de Porthcurno con la ciudad olívica, y esta a su vez con la capital portuguesa, Lisboa. La Eastern Telegraph Company llegó con una numerosa colonia de técnicos y trabajadores de origen británico, cuya vida social pronto se articuló en torno al Exiles Club (Club de los Exiliados). Entre sus actividades estaba la práctica de un nuevo y pujante deporte que consistía en dar patadas a un balón de cuero hasta introducirlo en la portería rival la mayor cantidad de veces posible. El fútbol acaba-

Vinculado a los trabajadores de la Eastern Telegraph Company nació el Exiles Cable Football Club

Riazor, estadio del Real Club Deportivo de La Coruña

ba de llegar a Galicia. Es más, según varias hipótesis, cuya sola mención provoca sarpullidos en Huelva -autoproclamada cuna del balompié nacional-, también fue la primera vez que se jugó a este deporte en toda España. En un primer momento lo practicaron solo entre ellos, o con otros ingleses que llegaban al puerto local en diferentes navíos, en una serie de encuentros de carácter amistoso bastante alejados de lo que se entendía por fútbol en Gran Bretaña, ya que apenas se respetaban las reglas que la Football Association llevaba una década tratando de imponer en

su tierra natal. El resultado fueron unos partidos que destacaban por su tremenda brutalidad, lo que no fue óbice para que los originarios de la zona fueran interesándose cada vez más por el “juego de la pelota”. Algo a lo que contribuyó el hecho de que, al contrario de lo que sucedió en otras zonas del país, los ingleses no se aislasen en su propia comunidad, sino que se integrasen en la sociedad de un Vigo, cuya población por aquel entonces apenas superaba la cifra de los 13.000 habitantes.

El primer club de España

Poco tiempo después, y vinculado a ese grupo en torno al cual los trabajadores de la Eastern Telegraph Company articulaban su vida social, nació el Exiles Cable Football Club, cuya primera referencia se encuentra en una nota publicada en el diario Faro de Vigo en 1876. Eso lo convierte en el equipo de fútbol más antiguo

del que se tiene constancia en España, por delante del Club Inglés de Riotinto, integrado por miembros del personal de la Rio Tinto Company Ltd. -encargada de la explotación de las famosas minas situadas en la localidad onubense-, que no fue creado hasta dos años después, en 1878. Ese dato nos remite de nuevo al eterno debate que lleva dé-

cadas provocando acaloradas discusiones entre historiadores y aficionados. ¿El primer equipo de fútbol estuvo en Galicia o en Andalucía? ¿Dónde se jugó primero? ¿En Vigo, Huelva o Bilbao? ¿En Vilagarcía de Arousa, puerto habitual de buques ingleses en la segunda mitad del siglo XIX, tal vez? Esta controversia no tiene visos de solución, pues las fuentes documentales son

muy escasas y, en su mayoría, confusas, contradictorias y poco fiables. Lo único que no admite discusión es el agradecimiento eterno que los aficionados al deporte rey sentiremos siempre hacia John Watkins Brett, la Eastern Telegraph Company y sus hombres por habernos hecho a los gallegos un regalo que lleva alegrándonos la vida más de 140 años: el fútbol.

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A Malata, estadio del Racing Club de Ferrol

San Lázaro, estadio de la Sociedad Deportiva Compostela

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EL TELÉGRAFO QUE NOS TRAJO EL FÚTBOL: VIAJE SIN ESCALAS DE PORTHCURNO A VIGO Héctor José Pena Taboada EXPErTo EN HISTorIa DEL FÚTBoL GaLLEGo

Fran, Otero, Amancio, Pahíño, Luis Suárez o Míchel Salgado son algunos de los mejores jugadores que ha dado Galicia, leyendas inolvidables cuyas gestas están grabadas de forma indeleble en la memoria de los amantes del deporte rey. Pero todos los goles, las asistencias y las tardes de gloria que protagonizaron no hubiesen sido posibles si John Watkins Brett, el hijo de un ebanista nacido en Bristol en 1805, no fundase la Eastern Telegraph Company. Su empresa, que se dedicaba a instalar cable telegráfico subacuático, se estableció en

Vigo en el año 1873 con el objetivo de unir la localidad inglesa de Porthcurno con la ciudad olívica, y esta a su vez con la capital portuguesa, Lisboa. La Eastern Telegraph Company llegó con una numerosa colonia de técnicos y trabajadores de origen británico, cuya vida social pronto se articuló en torno al Exiles Club (Club de los Exiliados). Entre sus actividades estaba la práctica de un nuevo y pujante deporte que consistía en dar patadas a un balón de cuero hasta introducirlo en la portería rival la mayor cantidad de veces posible. El fútbol acaba-

Vinculado a los trabajadores de la Eastern Telegraph Company nació el Exiles Cable Football Club

Riazor, estadio del Real Club Deportivo de La Coruña

ba de llegar a Galicia. Es más, según varias hipótesis, cuya sola mención provoca sarpullidos en Huelva -autoproclamada cuna del balompié nacional-, también fue la primera vez que se jugó a este deporte en toda España. En un primer momento lo practicaron solo entre ellos, o con otros ingleses que llegaban al puerto local en diferentes navíos, en una serie de encuentros de carácter amistoso bastante alejados de lo que se entendía por fútbol en Gran Bretaña, ya que apenas se respetaban las reglas que la Football Association llevaba una década tratando de imponer en

su tierra natal. El resultado fueron unos partidos que destacaban por su tremenda brutalidad, lo que no fue óbice para que los originarios de la zona fueran interesándose cada vez más por el “juego de la pelota”. Algo a lo que contribuyó el hecho de que, al contrario de lo que sucedió en otras zonas del país, los ingleses no se aislasen en su propia comunidad, sino que se integrasen en la sociedad de un Vigo, cuya población por aquel entonces apenas superaba la cifra de los 13.000 habitantes.

El primer club de España

Poco tiempo después, y vinculado a ese grupo en torno al cual los trabajadores de la Eastern Telegraph Company articulaban su vida social, nació el Exiles Cable Football Club, cuya primera referencia se encuentra en una nota publicada en el diario Faro de Vigo en 1876. Eso lo convierte en el equipo de fútbol más antiguo

del que se tiene constancia en España, por delante del Club Inglés de Riotinto, integrado por miembros del personal de la Rio Tinto Company Ltd. -encargada de la explotación de las famosas minas situadas en la localidad onubense-, que no fue creado hasta dos años después, en 1878. Ese dato nos remite de nuevo al eterno debate que lleva dé-

cadas provocando acaloradas discusiones entre historiadores y aficionados. ¿El primer equipo de fútbol estuvo en Galicia o en Andalucía? ¿Dónde se jugó primero? ¿En Vigo, Huelva o Bilbao? ¿En Vilagarcía de Arousa, puerto habitual de buques ingleses en la segunda mitad del siglo XIX, tal vez? Esta controversia no tiene visos de solución, pues las fuentes documentales son

muy escasas y, en su mayoría, confusas, contradictorias y poco fiables. Lo único que no admite discusión es el agradecimiento eterno que los aficionados al deporte rey sentiremos siempre hacia John Watkins Brett, la Eastern Telegraph Company y sus hombres por habernos hecho a los gallegos un regalo que lleva alegrándonos la vida más de 140 años: el fútbol.

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bién la central hidroeléctrica en la cascada de Entrecruces que trajo la luz a Carballo por el año 1915.

Con volante a la derecha

LOS TROLEBUSES INGLESES EN GALICIA

038

Xan Fraga Rodríguez ProFESor, HISTorIaDor Y ESCrITor

El Museo de Bergantiños de Carballo alberga una colección permanente sobre los trolebuses A Coruña-Carballo

En Galicia sabemos mucho de los caminos. De los viejos caminos. Interiores y exteriores. Este se va y aquel se va, decía Rosalía. Los Camiños da vida que nos enseñó don Ramón Otero Pedrayo. El amigo Suso Viaño vino de las tierras de Compostela a Bergantiños para trabajar en la compañía de trolebuses A Coruña-Carballo. Eran los años cincuenta del siglo XX. Aquí se casó y, rápidamente, se fue con su mujer a Inglaterra. Allí nos vimos en las diversas ocasiones en que un servidor fue a investigar en la historia de los trolebuses de Galicia, pues

muchos de ellos vinieron en 1961 de Gran Bretaña a nuestro país. Eran los míticos But Leyland AEC (Q1) de dos pisos que fueron construidos entre 1948 y 1952 en Han (Kingston). Los que vinieron a Carballo habían estado antes en la ruta 607 de Hanwell (oeste de Londres). Completaron la flota de aquellos MAN-AEG que se compraron para la inauguración de la línea Carballo-A Coruña en 1950. La empresa fue fundada por Enrique Sánchez, que sabía mucho de los viejos caminos, pues ya había estado emigrado en Cuba a principios del siglo XX. A él se debe tam-

Muchos de los trolebuses vinieron en 1961 de Gran Bretaña a nuestro país

Tras muchos, muchos años en Londres, Suso Viaño y Pilar Nogueira volvieron a su país. En un encuentro en Carballo, recordaba él que su suegro, Hipólito Nogueira, fue durante muchos años jefe de taller en la compañía hasta su muerte prematura en 1966. Cinco años antes habían llegado los troles de Londres. Eran nueve, a los que se les hicieron algunos cambios inevitables, pues venían con la puerta y la escalera por la izquierda. Pero el volante no se cambió: seguía en la derecha. Los conductores carballeses de los troles se adaptaron muy bien y rápidamente, como también al cambio de velocidades, es decir, el reostato. Al pisar iba cogiendo las marchas. Contaba Suso que en la estación de A Coruña, entre las calles Betanzos y Francisco Mariño, en la pared había un hermoso mapa con la ruta entre A Coruña-Carballo. Lo más recordado era la visita que le hicimos en Londres al amigo Hugh Taylor, el máximo experto en los trolebuses londinenses. Me había aportado muchos datos para los libros que había hecho sobre estos en Galicia, singularmente fotografías extraordinarias que él y otros amigos realizaron en los viajes que en la década de los 70 hicieron a nuestro país. Nombres como J.H. Price, Don

Jones y el propio Taylor son fundamentales para entender cómo se realizaron fotografías y documentales de nuestros trolebuses que eran los suyos, hoy joyas imprescindibles para estudiar aquellos años sesenta y setenta. A los entusiastas de estos medios de comunicación les fascinaba la ruta Carballo-A Coruña, pues era la primera carretera que se electrificaba en el Estado español, con más de treinta y cuatro kilómetros. La línea más larga de Europa occidental, como le gustaba decir a su principal promotor, Enrique Sánchez.

Lo más recordado era la visita que le hicimos en Londres al amigo Hug Taylor, el máximo experto en los trolebuses londinenses

Fin de línea

La línea de Carballo estuvo funcionando hasta el 15 de marzo de 1971. En la ciudad de A Coruña también hubo trolebuses, inaugurados en 1948. Ya en 1961, se incorporan los de dos pisos, que a lo largo de los años serían en total veintinueve But-Leyland. Los primeros que hubo en Galicia fueron los de la línea Pontevedra-Marín (1943), ampliados a Lérez (1955), a Ferreira (1957) y Alba (1962). De dos pisos vinieron ocho para Tranvías Eléctricos de Pontevedra (TEP). Fueron, como decíamos, los primeros de Galicia y también los últimos de España en el verano de 1989. Los trolebuses aún hoy siguen en la memoria popular: vou coller o trole, dicen en gallego. Suso Viaño, gran experto en el “camino inglés”, sabe de la importancia de no perder el trole, para no perder el norte.

039 En sus años de servicio, los double decker continuaron con el volante a la derecha


bién la central hidroeléctrica en la cascada de Entrecruces que trajo la luz a Carballo por el año 1915.

Con volante a la derecha

LOS TROLEBUSES INGLESES EN GALICIA

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Xan Fraga Rodríguez ProFESor, HISTorIaDor Y ESCrITor

El Museo de Bergantiños de Carballo alberga una colección permanente sobre los trolebuses A Coruña-Carballo

En Galicia sabemos mucho de los caminos. De los viejos caminos. Interiores y exteriores. Este se va y aquel se va, decía Rosalía. Los Camiños da vida que nos enseñó don Ramón Otero Pedrayo. El amigo Suso Viaño vino de las tierras de Compostela a Bergantiños para trabajar en la compañía de trolebuses A Coruña-Carballo. Eran los años cincuenta del siglo XX. Aquí se casó y, rápidamente, se fue con su mujer a Inglaterra. Allí nos vimos en las diversas ocasiones en que un servidor fue a investigar en la historia de los trolebuses de Galicia, pues

muchos de ellos vinieron en 1961 de Gran Bretaña a nuestro país. Eran los míticos But Leyland AEC (Q1) de dos pisos que fueron construidos entre 1948 y 1952 en Han (Kingston). Los que vinieron a Carballo habían estado antes en la ruta 607 de Hanwell (oeste de Londres). Completaron la flota de aquellos MAN-AEG que se compraron para la inauguración de la línea Carballo-A Coruña en 1950. La empresa fue fundada por Enrique Sánchez, que sabía mucho de los viejos caminos, pues ya había estado emigrado en Cuba a principios del siglo XX. A él se debe tam-

Muchos de los trolebuses vinieron en 1961 de Gran Bretaña a nuestro país

Tras muchos, muchos años en Londres, Suso Viaño y Pilar Nogueira volvieron a su país. En un encuentro en Carballo, recordaba él que su suegro, Hipólito Nogueira, fue durante muchos años jefe de taller en la compañía hasta su muerte prematura en 1966. Cinco años antes habían llegado los troles de Londres. Eran nueve, a los que se les hicieron algunos cambios inevitables, pues venían con la puerta y la escalera por la izquierda. Pero el volante no se cambió: seguía en la derecha. Los conductores carballeses de los troles se adaptaron muy bien y rápidamente, como también al cambio de velocidades, es decir, el reostato. Al pisar iba cogiendo las marchas. Contaba Suso que en la estación de A Coruña, entre las calles Betanzos y Francisco Mariño, en la pared había un hermoso mapa con la ruta entre A Coruña-Carballo. Lo más recordado era la visita que le hicimos en Londres al amigo Hugh Taylor, el máximo experto en los trolebuses londinenses. Me había aportado muchos datos para los libros que había hecho sobre estos en Galicia, singularmente fotografías extraordinarias que él y otros amigos realizaron en los viajes que en la década de los 70 hicieron a nuestro país. Nombres como J.H. Price, Don

Jones y el propio Taylor son fundamentales para entender cómo se realizaron fotografías y documentales de nuestros trolebuses que eran los suyos, hoy joyas imprescindibles para estudiar aquellos años sesenta y setenta. A los entusiastas de estos medios de comunicación les fascinaba la ruta Carballo-A Coruña, pues era la primera carretera que se electrificaba en el Estado español, con más de treinta y cuatro kilómetros. La línea más larga de Europa occidental, como le gustaba decir a su principal promotor, Enrique Sánchez.

Lo más recordado era la visita que le hicimos en Londres al amigo Hug Taylor, el máximo experto en los trolebuses londinenses

Fin de línea

La línea de Carballo estuvo funcionando hasta el 15 de marzo de 1971. En la ciudad de A Coruña también hubo trolebuses, inaugurados en 1948. Ya en 1961, se incorporan los de dos pisos, que a lo largo de los años serían en total veintinueve But-Leyland. Los primeros que hubo en Galicia fueron los de la línea Pontevedra-Marín (1943), ampliados a Lérez (1955), a Ferreira (1957) y Alba (1962). De dos pisos vinieron ocho para Tranvías Eléctricos de Pontevedra (TEP). Fueron, como decíamos, los primeros de Galicia y también los últimos de España en el verano de 1989. Los trolebuses aún hoy siguen en la memoria popular: vou coller o trole, dicen en gallego. Suso Viaño, gran experto en el “camino inglés”, sabe de la importancia de no perder el trole, para no perder el norte.

039 En sus años de servicio, los double decker continuaron con el volante a la derecha


Expresiones y vocablos de los técnicos ingleses se

Calle Real de Ferrol

FULL SPEED: LA INFLUENCIA DEL INGLÉS EN LA JERGA FERROLANA 040

incorporaron, ya reciclados, al habla de Ferrol

Germán Castro PErIoDISTa

Un siglo después de que en la célebre batalla de Brión los echáramos de nuestras costas, cuando pretendían invadirnos en 1800, los llamábamos -¡las vueltas que da la vida!- para que nos guiaran en las técnicas de la construcción de barcos. Los británicos no solo pasaron por Ferrol circulando por el Camino Inglés en dirección a Compostela, sino que vinieron y se quedaron un tiempo en nuestros arsenales, entre 1910 y 1925. Eran ingenieros de las firmas Vickers–Armstrong y John Brown. Mario Couceiro Bescos (19202003), escritor, poeta, periodista y cronista oficial de

la ciudad, manifestó en su día (en Ferrol, su historia, sus gentes. Ciclo de conferencias, 1986) que “la colonia inglesa, reducida a unas cuantas familias, no se insertó del todo en la vida local. Lo hicieron a medias, alternando el té de las cinco con las tazas de Ribeiro, y las pastas y confituras con los chicharrones y calamares fritos”. Decía Couceiro que los ingleses no habían llegado a aprender el español y, sin embargo, dejaron huella de su lengua en el particular vocabulario ferrolano. Expresiones y vocablos de aquellos técnicos se incorporaron, ya reciclados, al habla

de Ferrol. Citaremos algunos ejemplos, muy curiosos algunos de ellos. Los ferrolanos solemos decir “me voy a todo filispín”, esto es, “me marcho a toda velocidad”. “Filispín” procede de full speed. Esta expresión pronunciada tantas y tantas veces por los maestros de taller ingleses, fue recogida, modificada y “aferrolanada”. El conferenciante mencionado comentaba con su proverbial sentido del humor: “respeto mucho a los ingleses y admiro como se merece la lengua de Shakespeare pero, si ustedes me apuran un poco, suena mucho mejor ‘a todo filispín’ que full speed. La pala-

bra ‘filispín’ me enerva y siento enseguida ganas de correr los cien metros libres a lo largo de una de las manzanas de la calle Galiano”.

“Chonys” y “machinas”

Mario Couceiro retrataba a los técnicos extranjeros de esta guisa: “aquellos ingleses correctamente vestidos de oscuro, puños almidonados y bombín crearon sus propias escuelas, su club y su capilla religiosa. Se llamaban George, Andrew, Roger o Peter, pero, para los ferrolanos de entonces, todos eran ‘Chonys’ –de Johnny-”. Este nombre se le daba también a los miles de

ingleses que llegaban periódicamente al puerto tripulando navíos de guerra “y que armaban, en el prostíbulo del antiguo barrio de Esteiro, épicos enfrentamientos a puñetazo limpio”, subraya el que fuera cronista de Ferrol. Los ingleses también nos dejaron la palabra machine, que los ferrolanos transformaron en “machina” y que se refería a un determinado tipo de grúas. Cuando los propios querían decir que estaban a dos velas económicamente utilizaban el vocablo “arruchi” –“estoy arruchi”, decían-. Algunos autores lo atribuyen a un derivado de la banca británica Rothschild. Couceiro Bescos señalaba que era difícil constatar si “chepa-guardia municipal” llegaba desde el castellano o desde el gallego, aunque hay quien lo asocia con la palabra inglesa shepherd. Siguiendo con más ejemplos, el ferrolano no dice que aplasta la comida sino que la “esmaga” con el tenedor, vocablo que procedería de to smash. Hay que señalar que el vocablo “esmagar” existe en el diccionario de la Real Academia Galega. El ferrolano no dice “dame esa fregona” sino “dame el brush que lo voy a pasar por la cocina”. Al bizcocho, los ferrolanos le llaman “queique” –del inglés cake-. El ferrolano no pide un filete sino un “bisté” –de beefstake-. Y en lugar de decir que un ciudadano está en babia, dice que está “en orsai” –del inglés out-side-.

Un “idioma” cotidiano

Lógicamente, la jerga local no está solo salpicada de palabras y expresiones que nos legó la colonia inglesa de principios del siglo pasado. También se nutre de otras fuentes que Mario Couceiro llegó a definir como “ese potaje léxico fronterizo entre el gallego y el castellano”. De mano en mano, circulan entre los ferrolanos vocabularios encuadernados artesanalmente que contribuyen a preservar este peculiar idioma. Incluso ahora, a través de las

redes sociales, se publican expresiones como elemento anecdótico y curioso despertando gran interés entre los usuarios jóvenes. No obstante, ese potaje al que se refiere Couceiro Bescos existe también en otras ciudades. La diferencia es que, mientras que en Vigo, Lugo, Santiago o A Coruña se usa con la reserva de que el ciudadano habla bajo la sospecha de que no se está expresando correctamente, muchos ferrolanos lo emplean con absoluta seguridad en sí mismos.

Grupo de trabajadores ingleses del taller de maquinaria de la Sociedad Española de Construcción Naval (19101925) del archivo del autor

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Expresiones y vocablos de los técnicos ingleses se

Calle Real de Ferrol

FULL SPEED: LA INFLUENCIA DEL INGLÉS EN LA JERGA FERROLANA 040

incorporaron, ya reciclados, al habla de Ferrol

Germán Castro PErIoDISTa

Un siglo después de que en la célebre batalla de Brión los echáramos de nuestras costas, cuando pretendían invadirnos en 1800, los llamábamos -¡las vueltas que da la vida!- para que nos guiaran en las técnicas de la construcción de barcos. Los británicos no solo pasaron por Ferrol circulando por el Camino Inglés en dirección a Compostela, sino que vinieron y se quedaron un tiempo en nuestros arsenales, entre 1910 y 1925. Eran ingenieros de las firmas Vickers–Armstrong y John Brown. Mario Couceiro Bescos (19202003), escritor, poeta, periodista y cronista oficial de

la ciudad, manifestó en su día (en Ferrol, su historia, sus gentes. Ciclo de conferencias, 1986) que “la colonia inglesa, reducida a unas cuantas familias, no se insertó del todo en la vida local. Lo hicieron a medias, alternando el té de las cinco con las tazas de Ribeiro, y las pastas y confituras con los chicharrones y calamares fritos”. Decía Couceiro que los ingleses no habían llegado a aprender el español y, sin embargo, dejaron huella de su lengua en el particular vocabulario ferrolano. Expresiones y vocablos de aquellos técnicos se incorporaron, ya reciclados, al habla

de Ferrol. Citaremos algunos ejemplos, muy curiosos algunos de ellos. Los ferrolanos solemos decir “me voy a todo filispín”, esto es, “me marcho a toda velocidad”. “Filispín” procede de full speed. Esta expresión pronunciada tantas y tantas veces por los maestros de taller ingleses, fue recogida, modificada y “aferrolanada”. El conferenciante mencionado comentaba con su proverbial sentido del humor: “respeto mucho a los ingleses y admiro como se merece la lengua de Shakespeare pero, si ustedes me apuran un poco, suena mucho mejor ‘a todo filispín’ que full speed. La pala-

bra ‘filispín’ me enerva y siento enseguida ganas de correr los cien metros libres a lo largo de una de las manzanas de la calle Galiano”.

“Chonys” y “machinas”

Mario Couceiro retrataba a los técnicos extranjeros de esta guisa: “aquellos ingleses correctamente vestidos de oscuro, puños almidonados y bombín crearon sus propias escuelas, su club y su capilla religiosa. Se llamaban George, Andrew, Roger o Peter, pero, para los ferrolanos de entonces, todos eran ‘Chonys’ –de Johnny-”. Este nombre se le daba también a los miles de

ingleses que llegaban periódicamente al puerto tripulando navíos de guerra “y que armaban, en el prostíbulo del antiguo barrio de Esteiro, épicos enfrentamientos a puñetazo limpio”, subraya el que fuera cronista de Ferrol. Los ingleses también nos dejaron la palabra machine, que los ferrolanos transformaron en “machina” y que se refería a un determinado tipo de grúas. Cuando los propios querían decir que estaban a dos velas económicamente utilizaban el vocablo “arruchi” –“estoy arruchi”, decían-. Algunos autores lo atribuyen a un derivado de la banca británica Rothschild. Couceiro Bescos señalaba que era difícil constatar si “chepa-guardia municipal” llegaba desde el castellano o desde el gallego, aunque hay quien lo asocia con la palabra inglesa shepherd. Siguiendo con más ejemplos, el ferrolano no dice que aplasta la comida sino que la “esmaga” con el tenedor, vocablo que procedería de to smash. Hay que señalar que el vocablo “esmagar” existe en el diccionario de la Real Academia Galega. El ferrolano no dice “dame esa fregona” sino “dame el brush que lo voy a pasar por la cocina”. Al bizcocho, los ferrolanos le llaman “queique” –del inglés cake-. El ferrolano no pide un filete sino un “bisté” –de beefstake-. Y en lugar de decir que un ciudadano está en babia, dice que está “en orsai” –del inglés out-side-.

Un “idioma” cotidiano

Lógicamente, la jerga local no está solo salpicada de palabras y expresiones que nos legó la colonia inglesa de principios del siglo pasado. También se nutre de otras fuentes que Mario Couceiro llegó a definir como “ese potaje léxico fronterizo entre el gallego y el castellano”. De mano en mano, circulan entre los ferrolanos vocabularios encuadernados artesanalmente que contribuyen a preservar este peculiar idioma. Incluso ahora, a través de las

redes sociales, se publican expresiones como elemento anecdótico y curioso despertando gran interés entre los usuarios jóvenes. No obstante, ese potaje al que se refiere Couceiro Bescos existe también en otras ciudades. La diferencia es que, mientras que en Vigo, Lugo, Santiago o A Coruña se usa con la reserva de que el ciudadano habla bajo la sospecha de que no se está expresando correctamente, muchos ferrolanos lo emplean con absoluta seguridad en sí mismos.

Grupo de trabajadores ingleses del taller de maquinaria de la Sociedad Española de Construcción Naval (19101925) del archivo del autor

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042

UN VIAJED E POSIBILI DADES TURISMO EN EL CAMINO

Albergue de Bruma

He descubierto lugares y paisajes que han quedado grabados en mi retina para siempre.

a la plaza del La sensación de llegar indescriptible Obradoiro es totalmente saber lo que es! ¡Hay que vivirlo para ¡Foto obligada! ¡Repetiría

En cada final de trayecto siem pre hay una feria o un lugar que visitar. ¡M

uy útil la guía de la pág. 58!

el Camino solo por volver a probar todo lo que he comido! Mmmm

El Camino Inglés se disfruta más dedicándole tiempo y alejándose, por un instante, de la ruta marcada. Así, se pueden conocer otros lugares cercanos que aportan valor añadido a la experiencia en sí misma. Sitios a los que ir por motivos muy diferentes y que mostrarán la esencia de la región. Santos mágicos en enclaves espectaculares, monumentos llenos

de historia que se convierten en el principal reclamo turístico de la zona y plazas con encanto en las que sentarse a tomar algo. Salirse del Camino, o iniciarlo más al norte, significa también acudir a uno de los festivales de música más reconocidos de Galicia. El folk es una señal de identidad de nuestra cultura y Ortigueira es un reclamo en este sentido.

Los productos gastronómicos locales agradan a todos los paladares, que encuentran en el Camino otro tipo de turismo. Como también lo es descubrir la tradición de artesanía que aún hoy se conserva en toda la región. Se habla mucho del milagro del Camino. Al llegar a Santiago descubrirás de que se trataba. Antes, mira a tu alrededor, y algo más allá.

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UN VIAJED E POSIBILI DADES TURISMO EN EL CAMINO

Albergue de Bruma

He descubierto lugares y paisajes que han quedado grabados en mi retina para siempre.

a la plaza del La sensación de llegar indescriptible Obradoiro es totalmente saber lo que es! ¡Hay que vivirlo para ¡Foto obligada! ¡Repetiría

En cada final de trayecto siem pre hay una feria o un lugar que visitar. ¡M

uy útil la guía de la pág. 58!

el Camino solo por volver a probar todo lo que he comido! Mmmm

El Camino Inglés se disfruta más dedicándole tiempo y alejándose, por un instante, de la ruta marcada. Así, se pueden conocer otros lugares cercanos que aportan valor añadido a la experiencia en sí misma. Sitios a los que ir por motivos muy diferentes y que mostrarán la esencia de la región. Santos mágicos en enclaves espectaculares, monumentos llenos

de historia que se convierten en el principal reclamo turístico de la zona y plazas con encanto en las que sentarse a tomar algo. Salirse del Camino, o iniciarlo más al norte, significa también acudir a uno de los festivales de música más reconocidos de Galicia. El folk es una señal de identidad de nuestra cultura y Ortigueira es un reclamo en este sentido.

Los productos gastronómicos locales agradan a todos los paladares, que encuentran en el Camino otro tipo de turismo. Como también lo es descubrir la tradición de artesanía que aún hoy se conserva en toda la región. Se habla mucho del milagro del Camino. Al llegar a Santiago descubrirás de que se trataba. Antes, mira a tu alrededor, y algo más allá.

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La ruta más corta

044

EMPEZANDO TU CAMINO Elena Anca Candocia EXPErTa EN ProMoCIÓN TUrÍSTICa

Tramo del Camino cubierto por una bóveda de castaños

Todas las épocas del año tienen en Galicia un encanto especial, bien por la bravura de los temporales en el mar, o bien por los cielos azules y soleados característicos de los meses más cálidos. Pero sin lugar a dudas, de abril a octubre es el mejor momento para hacer el Camino de Santiago. En estos meses los días son más largos y, en junio y julio, la puesta de sol se puede contemplar casi a las once de la noche.

No obstante, habrá que venir con un chuvasquero fino para los días de lluvia o tormentas de verano. Es gracias a esa lluvia, a veces ligera –aquí la llamamos orballo- y otras más fuerte, por lo que el paisaje verde siempre contrasta con algo: un cielo gris plomizo, un bosque rojizo o un prado de trigo seco y amarillo, listo para segar. Este contraste de colores hará de tu camino una postal en cada momento.

El Camino Inglés es más corto, está poco saturado y muestra paisajes muy variados

El Camino menos saturado, con más paisajes distintos –tanto de costa como de interior-, e ideal para realizar en pocos días es el Camino Inglés. Para iniciarlo, te recomiendo llegar a Galicia por alguno de sus tres aeropuertos, aunque el mejor situado para el recorrido del que hablamos es el de Alvedro, en A Coruña. Está a escasos quince minutos en coche de la ciudad y bien comunicado con transporte público. No obstante, ten en cuenta que para realizar el Camino y obtener la Compostela deberás comenzarlo en Ferrol. Para llegar hasta allí, desde el aeropuerto, puedes alquilar un coche y recorrer los 50 kilómetros de autopista –con peajes- o combinar dos buses de línea regular: del aeropuerto a la estación de A Coruña y, desde esta, a Ferrol –con salidas cada hora-. Una vez en la ciudad de salida, Ferrol, en la oficina de turismo del puerto o en la concatedral de San Julián podrás obtener la credencial del Camino para ir sellándola por los lugares que pases.

alojamiento variado

En cuanto al alojamiento en esa ciudad, el parador de turismo puede ser una opción. Este destaca por su emplazamiento, con vistas al Arsenal militar y muy cerca del puerto de Curuxeiras –punto de arranque del Camino-. Sino, también dispones de alojamiento hotelero desde una hasta cuatro

estrellas, con precios muy económicos. Una vez empieces a andar, hay varios albergues y también otros hospedajes con mucho encanto como casas rurales o incluso alguna rectoral como la de Cines. Sin duda, serán un lugar de descanso y paz para recuperar las fuerzas para la etapa siguiente.

Equipaje seguro

En la mochila de peregrino, que deberá pesar lo menos posible y llevar lo imprescindible, no debes olvidar un pequeño botiquín, una muda, bebida y la documentación personal. Recuerda también que es muy importante viajar asegurado. Hay compañías que en caso de accidente, y no poder continuar a pie, te llevarán a Santiago a cumplir con tu objetivo. Es interesante, además, destacar que algunas empresas de taxis ofrecen traslado del equipaje para que no te preocupes por él. Solamente si vas a dormir en albergues, deberás llevar objetos de aseo personal y toalla. En los hoteles no es necesario y así tu mochila pesará menos. Te animo a recorrer el Camino Inglés, tal y como hicieron tus antepasados. Espectacular en cualquier momento, vivirás un Camino distinto en cada época del año.

Bicicletas con la concha del peregrino

Te puedes alojar en albergues o en alguno de los hoteles y casas rurales, rincones con encanto para coger fuerza

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La ruta más corta

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EMPEZANDO TU CAMINO Elena Anca Candocia EXPErTa EN ProMoCIÓN TUrÍSTICa

Tramo del Camino cubierto por una bóveda de castaños

Todas las épocas del año tienen en Galicia un encanto especial, bien por la bravura de los temporales en el mar, o bien por los cielos azules y soleados característicos de los meses más cálidos. Pero sin lugar a dudas, de abril a octubre es el mejor momento para hacer el Camino de Santiago. En estos meses los días son más largos y, en junio y julio, la puesta de sol se puede contemplar casi a las once de la noche.

No obstante, habrá que venir con un chuvasquero fino para los días de lluvia o tormentas de verano. Es gracias a esa lluvia, a veces ligera –aquí la llamamos orballo- y otras más fuerte, por lo que el paisaje verde siempre contrasta con algo: un cielo gris plomizo, un bosque rojizo o un prado de trigo seco y amarillo, listo para segar. Este contraste de colores hará de tu camino una postal en cada momento.

El Camino Inglés es más corto, está poco saturado y muestra paisajes muy variados

El Camino menos saturado, con más paisajes distintos –tanto de costa como de interior-, e ideal para realizar en pocos días es el Camino Inglés. Para iniciarlo, te recomiendo llegar a Galicia por alguno de sus tres aeropuertos, aunque el mejor situado para el recorrido del que hablamos es el de Alvedro, en A Coruña. Está a escasos quince minutos en coche de la ciudad y bien comunicado con transporte público. No obstante, ten en cuenta que para realizar el Camino y obtener la Compostela deberás comenzarlo en Ferrol. Para llegar hasta allí, desde el aeropuerto, puedes alquilar un coche y recorrer los 50 kilómetros de autopista –con peajes- o combinar dos buses de línea regular: del aeropuerto a la estación de A Coruña y, desde esta, a Ferrol –con salidas cada hora-. Una vez en la ciudad de salida, Ferrol, en la oficina de turismo del puerto o en la concatedral de San Julián podrás obtener la credencial del Camino para ir sellándola por los lugares que pases.

alojamiento variado

En cuanto al alojamiento en esa ciudad, el parador de turismo puede ser una opción. Este destaca por su emplazamiento, con vistas al Arsenal militar y muy cerca del puerto de Curuxeiras –punto de arranque del Camino-. Sino, también dispones de alojamiento hotelero desde una hasta cuatro

estrellas, con precios muy económicos. Una vez empieces a andar, hay varios albergues y también otros hospedajes con mucho encanto como casas rurales o incluso alguna rectoral como la de Cines. Sin duda, serán un lugar de descanso y paz para recuperar las fuerzas para la etapa siguiente.

Equipaje seguro

En la mochila de peregrino, que deberá pesar lo menos posible y llevar lo imprescindible, no debes olvidar un pequeño botiquín, una muda, bebida y la documentación personal. Recuerda también que es muy importante viajar asegurado. Hay compañías que en caso de accidente, y no poder continuar a pie, te llevarán a Santiago a cumplir con tu objetivo. Es interesante, además, destacar que algunas empresas de taxis ofrecen traslado del equipaje para que no te preocupes por él. Solamente si vas a dormir en albergues, deberás llevar objetos de aseo personal y toalla. En los hoteles no es necesario y así tu mochila pesará menos. Te animo a recorrer el Camino Inglés, tal y como hicieron tus antepasados. Espectacular en cualquier momento, vivirás un Camino distinto en cada época del año.

Bicicletas con la concha del peregrino

Te puedes alojar en albergues o en alguno de los hoteles y casas rurales, rincones con encanto para coger fuerza

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PARADORES: INICIO Y META DEL CAMINO INGLÉS

Portada del Hostal dos Reis Católicos de estilo plateresco

Ignacio Varela Guerrero HISTorIaDor DEL arTE

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El Parador de Ferrol es un balcón al mar, con vistas a la ría y al arsenal

La oferta de paradores en España es amplísima, contabilizando hasta 94 ejemplos en todo el territorio. El encanto de estos establecimientos se debe, especialmente, a su instalación en lugares de gran valor arquitectónico o histórico e, incluso, en inigualables parajes naturales. La red de Paradores de Turismo de España no deja de lado el recorrido del Camino Inglés, en el que nos encontramos dos ejemplos, al comienzo y al final. En el racional y modernista barrio de La Magdalena (declarado Conjunto Histórico Artístico en 1983) se haya el Parador de Ferrol. Está emplazado en una contundente y elegante mansión señorial que se transforma en un balcón al mar. Desde aquí, unas vistas privilegiadas de la ría y de los astilleros y el Arsenal, caracte-

rizados por su valor histórico a nivel mundial como ejemplo de patrimonio industrial, militar y naval.

La influencia del mar

El edificio presenta una imagen de fuerza y sutil organización, debido a las líneas puras y rectas de su trazado, con muros encalados de blanco y animados por la regularidad de la aparición de vanos enmarcados con piedra granítica, balcones acristalados y cornisas –que le otorgan aún más horizontalidad-. La decoración del parador ofrece reminiscencias a las casonas marítimas. Por un lado, el protagonismo de la gran galería acristalada; por otro, el diseño de sus interiores, ornamentados con objetos relacionados con el mundo del mar, la pesca y la navegación, como

Parador de Ferrol

antiguos mapas o instrumentos náuticos. Por todo esto, el Parador de Ferrol es un icono turístico de la ciudad que ofrece una experiencia hotelera marcada por la identidad de la ciudad en la que se encuentra, debido al cuidado diseño –acorde con la villa marítima- y la oferta gastronómica que se puede disfrutar en él.

Cura de peregrinos

Tras los más de cien kilómetros del Camino Inglés desde Ferrol, en la meta del mismo y a escasos metros de la Catedral donde el agotado peregrino encuentra su satisfacción, se alza un parador único. Se trata de uno de los más singulares y con más valor histórico de cuantos existen en España. El Hostal dos Reis Católicos, formando el cierre norte de la emblemática plaza del Obradoiro, se sitúa en pleno casco histórico de Santiago, un entorno declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985. El edificio nació en los primeros años del siglo XVI por mandato de los Reyes Católicos y fue diseñado por el arquitecto Enrique Egas con el objetivo de ser un hospital para los maltrechos caminantes que llegaban a la ciudad compostelana. Durante varios siglos cumplió esta función, hasta que en el siglo XX se convirtió en parador.

El Hostal dos reis Católicos invita a una comida a los diez primeros peregrinos que entren en el establecimiento

La portada del Hostal dos Reis Católicos es uno de los pocos ejemplos del estilo plateresco que podemos encontrar en Galicia, refinada obra de los maestros franceses Martín de Blás y Guillén de Colás. A lo largo de la fachada principal se puede apreciar un magnifico balcón corrido sustentado por ménsulas que ofrecen diferentes representaciones de imaginería fantástica. Desde él, hay una magnífica vista de la gran plaza y la Catedral. El edificio, tal y como luce a día de hoy, es el resultado de diferentes etapas constructivas donde se conjugan mayoritariamente estilos góticos con renacentistas y barrocos. El interior se encuentra distribuido en cuatro claustros. Dos de ellos pertenecen a la obra original, uno destinado a las mujeres y otro a los hombres. Los otros dos son obras posteriores que desvirtúan en cierta medida el trazado primigenio, pero crean un complejo de unas dimensiones y una magnificencia superlativa.

Capilla real

El suntuoso templo interior de cruz latina es la llamada Capilla Real, declarada Monumento Nacional desde 1912. De estilo gótico y cubierta con una virtuosa bóveda de crucería, servía para dar misa y ofrecer la comunión a los peregrinos enfermos que se recuperaban dentro de sus muros. Estos incluso podían presenciar la misa desde las camas gracias a su construcción con dos alturas. Es digno de mención que todo el edificio estaba dotado de una jurisdicción propia, como si de una embajada se tratase. Hoy, las

cadenas que rodean su fachada simbolizan esta circunstancia. Probablemente el hotel más antiguo del mundo, la estancia en este incomparable marco ofrece una experiencia sin igual. El visitante se empapa de historia, al tiempo que se rodea de lujosos aposentos donde el sonido de las fuentes de los patios, el crujir de los suelos de madera, y los muros de granito evocan sus más de 500 años de historia. También es admirable su decoración interior y su mobiliario, como cuadros, tapices y lámparas.

obsequio del Camino

La oferta gastronómica de este complejo está a la altura de su importancia, ofreciendo los mejores productos de la cocina gallega en dos espacios culinarios diferentes. En la actualidad, el parador conserva la tradición de invitar a una comida a los diez primeros peregrinos que entren al complejo y acrediten que han hecho el Camino. La importancia y consideración del Hostal dos Reis Católicos se ejemplifica al servir como contexto para un gran número de eventos a lo largo del año, como congresos internacionales, audiencias, bodas, así como acoger a personajes ilustres y un gran número de mandatarios de todos los continentes. Tanto al comienzo como a la meta del Camino Inglés, el peregrino o el turista puede disfrutar de la estancia en dos paradores únicos, en contextos inigualables que le otorgan un gran protagonismo al medio que les rodea y potencian en sentido turístico, histórico y de identidad la imagen de Galicia y sus productos.

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PARADORES: INICIO Y META DEL CAMINO INGLÉS

Portada del Hostal dos Reis Católicos de estilo plateresco

Ignacio Varela Guerrero HISTorIaDor DEL arTE

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El Parador de Ferrol es un balcón al mar, con vistas a la ría y al arsenal

La oferta de paradores en España es amplísima, contabilizando hasta 94 ejemplos en todo el territorio. El encanto de estos establecimientos se debe, especialmente, a su instalación en lugares de gran valor arquitectónico o histórico e, incluso, en inigualables parajes naturales. La red de Paradores de Turismo de España no deja de lado el recorrido del Camino Inglés, en el que nos encontramos dos ejemplos, al comienzo y al final. En el racional y modernista barrio de La Magdalena (declarado Conjunto Histórico Artístico en 1983) se haya el Parador de Ferrol. Está emplazado en una contundente y elegante mansión señorial que se transforma en un balcón al mar. Desde aquí, unas vistas privilegiadas de la ría y de los astilleros y el Arsenal, caracte-

rizados por su valor histórico a nivel mundial como ejemplo de patrimonio industrial, militar y naval.

La influencia del mar

El edificio presenta una imagen de fuerza y sutil organización, debido a las líneas puras y rectas de su trazado, con muros encalados de blanco y animados por la regularidad de la aparición de vanos enmarcados con piedra granítica, balcones acristalados y cornisas –que le otorgan aún más horizontalidad-. La decoración del parador ofrece reminiscencias a las casonas marítimas. Por un lado, el protagonismo de la gran galería acristalada; por otro, el diseño de sus interiores, ornamentados con objetos relacionados con el mundo del mar, la pesca y la navegación, como

Parador de Ferrol

antiguos mapas o instrumentos náuticos. Por todo esto, el Parador de Ferrol es un icono turístico de la ciudad que ofrece una experiencia hotelera marcada por la identidad de la ciudad en la que se encuentra, debido al cuidado diseño –acorde con la villa marítima- y la oferta gastronómica que se puede disfrutar en él.

Cura de peregrinos

Tras los más de cien kilómetros del Camino Inglés desde Ferrol, en la meta del mismo y a escasos metros de la Catedral donde el agotado peregrino encuentra su satisfacción, se alza un parador único. Se trata de uno de los más singulares y con más valor histórico de cuantos existen en España. El Hostal dos Reis Católicos, formando el cierre norte de la emblemática plaza del Obradoiro, se sitúa en pleno casco histórico de Santiago, un entorno declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985. El edificio nació en los primeros años del siglo XVI por mandato de los Reyes Católicos y fue diseñado por el arquitecto Enrique Egas con el objetivo de ser un hospital para los maltrechos caminantes que llegaban a la ciudad compostelana. Durante varios siglos cumplió esta función, hasta que en el siglo XX se convirtió en parador.

El Hostal dos reis Católicos invita a una comida a los diez primeros peregrinos que entren en el establecimiento

La portada del Hostal dos Reis Católicos es uno de los pocos ejemplos del estilo plateresco que podemos encontrar en Galicia, refinada obra de los maestros franceses Martín de Blás y Guillén de Colás. A lo largo de la fachada principal se puede apreciar un magnifico balcón corrido sustentado por ménsulas que ofrecen diferentes representaciones de imaginería fantástica. Desde él, hay una magnífica vista de la gran plaza y la Catedral. El edificio, tal y como luce a día de hoy, es el resultado de diferentes etapas constructivas donde se conjugan mayoritariamente estilos góticos con renacentistas y barrocos. El interior se encuentra distribuido en cuatro claustros. Dos de ellos pertenecen a la obra original, uno destinado a las mujeres y otro a los hombres. Los otros dos son obras posteriores que desvirtúan en cierta medida el trazado primigenio, pero crean un complejo de unas dimensiones y una magnificencia superlativa.

Capilla real

El suntuoso templo interior de cruz latina es la llamada Capilla Real, declarada Monumento Nacional desde 1912. De estilo gótico y cubierta con una virtuosa bóveda de crucería, servía para dar misa y ofrecer la comunión a los peregrinos enfermos que se recuperaban dentro de sus muros. Estos incluso podían presenciar la misa desde las camas gracias a su construcción con dos alturas. Es digno de mención que todo el edificio estaba dotado de una jurisdicción propia, como si de una embajada se tratase. Hoy, las

cadenas que rodean su fachada simbolizan esta circunstancia. Probablemente el hotel más antiguo del mundo, la estancia en este incomparable marco ofrece una experiencia sin igual. El visitante se empapa de historia, al tiempo que se rodea de lujosos aposentos donde el sonido de las fuentes de los patios, el crujir de los suelos de madera, y los muros de granito evocan sus más de 500 años de historia. También es admirable su decoración interior y su mobiliario, como cuadros, tapices y lámparas.

obsequio del Camino

La oferta gastronómica de este complejo está a la altura de su importancia, ofreciendo los mejores productos de la cocina gallega en dos espacios culinarios diferentes. En la actualidad, el parador conserva la tradición de invitar a una comida a los diez primeros peregrinos que entren al complejo y acrediten que han hecho el Camino. La importancia y consideración del Hostal dos Reis Católicos se ejemplifica al servir como contexto para un gran número de eventos a lo largo del año, como congresos internacionales, audiencias, bodas, así como acoger a personajes ilustres y un gran número de mandatarios de todos los continentes. Tanto al comienzo como a la meta del Camino Inglés, el peregrino o el turista puede disfrutar de la estancia en dos paradores únicos, en contextos inigualables que le otorgan un gran protagonismo al medio que les rodea y potencian en sentido turístico, histórico y de identidad la imagen de Galicia y sus productos.

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REDESCUBRIENDO EL ARSENAL Isabel Díaz-Robles García GUÍa ESPECIaLIZaDa DE La XUNTa DE GaLICIa

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Lleva el Arsenal con nosotros la friolera de 250 años y parece mentira que aún lo tengamos que redescubrir. Lo redescubre ese ferrolano que se apunta a las visitas guiadas porque solo lo conoce desde fuera y por fin puede penetrar tras sus muros y ver sus secretos. Lo redescubre el señor que hizo la “mili” aquí y ahora lo visita pasados ya muchos años, con arrugas en el alma y un poco de nostalgia de aquellos tiempos en los que de joven pateaba aquella explanada. Por supuesto, lo descubren el turista y el peregrino que entran por primera vez. Lo que vamos a encontrarnos cuando atravesemos las históricas puertas del Arsenal es una base naval del siglo XVIII, presidida por una magnífica dársena y rodeada por edificios que tienen como misión servir de base a los buques de guerra, mantenerlos y aprovisionarlos. Esta era su misión cuando se construyó y sigue siéndolo ahora. Muchos de los edificios han ido cambiando de usos a lo largo de los siglos pero la función básica de las instalaciones se mantiene. Por ello, si visitamos el Arsenal nos encontramos con un espacio lleno de historia, arquitectura, arte y tradiciones

centenarias, pero también con funcionalidad, modernidad y calor humano, pues está lleno de personas que le dan vida y que vale la pena conocer. El Arsenal tiene su origen en los primeros Borbones que deciden que, para competir con las grandes potencias navales del momento -Francia e Inglaterra-, deberíamos tener una Marina de Guerra Permanente. Para ello dividen la costa peninsular en tres grandes zonas y buscan una capital para la Armada en cada una de ellas: Cartagena en el Mediterráneo, Cádiz en el sur y, para el norte, escogen la abrigada ría ferrolana.

Modernidad

Entonces, la Corona decidió traer aquí a los mejores ingenieros del momento, quienes trajeron la modernidad, los nuevos aires, las nuevas tecnologías y el progreso. Esto se pone de manifiesto con un simple dato: en 1750 cuando en el corazón de Galicia, Santiago de Compostela, se acaba la fachada de la Catedral -que es puramente barroca-, en Ferrol estamos en el Neoclásico, cuyo estilo acabará extendiéndose por toda la Comunidad años después. Al entrar en el Arsenal, cuesta creer que el espectacular edifi-

Paseo de entrada al Arsenal de Ferrol

Puerta principal del Arsenal de Ferrol

cio de la Sala de Armas fuese un almacén para cañones y armas portátiles. Parece más un palacio. Y es que precisamente lo importante era impresionar. Nuestra Armada no solo debía ser la mejor, también debía aparentarlo. Por ello, quisieron hacer el mejor Arsenal del mundo, y lo consiguieron. Una prueba es, por ejemplo, el vestíbulo de entrada de la Sala de Armas, con una escalera imperial de doble tiro con su barandilla de forja original del siglo XVIII que no deja indiferente a nadie. Gracias a aquellos ilustrados, hoy podemos disfrutar de un puerto que fue la mayor dársena artificial de Europa en su momento. Creada casi de la

nada, ganando terreno al mar con cantería y mucho ingenio, aquellos hombres hicieron una obra de ingeniería hidráulica digna de admiración que, además, sigue dando servicio a nuestros modernos buques en la actualidad. Un paseo por la Cortina, una batería con 100 cañones apuntando hacia la entrada de la ría -que jamás hubo que estrenar porque nunca se nos coló el enemigo dentro-, aún impresiona al visitante. En todo el Arsenal nos sorprende esa unión perfecta de arte y utilidad, elementos funcionales que son muy bellos y que han resistido el paso del tiempo perfectamente. Uno de los

muchos ejemplos es el dique de la Campana, construido en el siglo XIX y que fue el mayor de España en su momento. Con unos 140 metros de eslora y 12 de calado, todo hecho en cantería, este dique semeja una bóveda de una iglesia pero hacia abajo.

Las fragatas de Ferrol

Sin embargo, no todo es siglo XVIII y XIX. En Ferrol, también nos encontramos de frente con el presente de nuestra Armada en las fragatas F-100, que tienen base en Ferrol y las solemos ver atracadas aquí, contrastando con nuestra base de época. Su perfil gris naval se dibuja contra el cielo y la

piedra resultando, a pesar de ser un buque de guerra, una visión fascinante y hermosa. En su torre tronco piramidal se esconde su gran arma secreta: un radar que tiene un alcance de más de 500 kilómetros, lo que permite un control total del espacio aéreo a esa distancia. ¡Asombra pensar que desde aquí se podrían ver despegar aviones en el aeropuerto de Madrid! Esa tecnología norteamericana, a la que en nuestros astilleros de Ferrol se le hizo alguna mejora, solo está disponible para unos pocos países. En este sentido, somos líderes en Europa y podemos decir con seguridad que nuestras fraga-

tas son los mejores buques de escolta del continente. Las fragatas, con su dotación de unos 200 hombres y mujeres cada una, entran y salen de nuestra dársena cuando hacen sus ejercicios y cuando se van o regresan de alguna de las operaciones especiales en las que suelen participar -como las que realizan en el Mediterráneo contra el terrorismo o en la costa somalí para controlar a los piratas-. El patrimonio inmaterial del Arsenal son las tradiciones de la Armada, que podemos disfrutar en vivo y en directo en nuestras visitas. Tradiciones como el saludo a la bandera, que siempre hace cualquier

militar al subir o bajar de un buque; el cañonazo de las doce del mediodía; los que se dan al izar la bandera a las ocho y al arriarla a la puesta de sol, así como la oración marinera al arriado de la bandera en los buques. Todo ello es también un patrimonio digno de conocer y disfrutar. En resumen, el Arsenal sorprende, gusta y engancha al público más diverso, superando habitualmente sus expectativas. Así que no sé a qué estáis esperando para uniros a una visita guiada por esta instalación militar dentro de la Ruta de la Construcción Naval. La Marina y su historia están esperando a que los descubráis.

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REDESCUBRIENDO EL ARSENAL Isabel Díaz-Robles García GUÍa ESPECIaLIZaDa DE La XUNTa DE GaLICIa

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Lleva el Arsenal con nosotros la friolera de 250 años y parece mentira que aún lo tengamos que redescubrir. Lo redescubre ese ferrolano que se apunta a las visitas guiadas porque solo lo conoce desde fuera y por fin puede penetrar tras sus muros y ver sus secretos. Lo redescubre el señor que hizo la “mili” aquí y ahora lo visita pasados ya muchos años, con arrugas en el alma y un poco de nostalgia de aquellos tiempos en los que de joven pateaba aquella explanada. Por supuesto, lo descubren el turista y el peregrino que entran por primera vez. Lo que vamos a encontrarnos cuando atravesemos las históricas puertas del Arsenal es una base naval del siglo XVIII, presidida por una magnífica dársena y rodeada por edificios que tienen como misión servir de base a los buques de guerra, mantenerlos y aprovisionarlos. Esta era su misión cuando se construyó y sigue siéndolo ahora. Muchos de los edificios han ido cambiando de usos a lo largo de los siglos pero la función básica de las instalaciones se mantiene. Por ello, si visitamos el Arsenal nos encontramos con un espacio lleno de historia, arquitectura, arte y tradiciones

centenarias, pero también con funcionalidad, modernidad y calor humano, pues está lleno de personas que le dan vida y que vale la pena conocer. El Arsenal tiene su origen en los primeros Borbones que deciden que, para competir con las grandes potencias navales del momento -Francia e Inglaterra-, deberíamos tener una Marina de Guerra Permanente. Para ello dividen la costa peninsular en tres grandes zonas y buscan una capital para la Armada en cada una de ellas: Cartagena en el Mediterráneo, Cádiz en el sur y, para el norte, escogen la abrigada ría ferrolana.

Modernidad

Entonces, la Corona decidió traer aquí a los mejores ingenieros del momento, quienes trajeron la modernidad, los nuevos aires, las nuevas tecnologías y el progreso. Esto se pone de manifiesto con un simple dato: en 1750 cuando en el corazón de Galicia, Santiago de Compostela, se acaba la fachada de la Catedral -que es puramente barroca-, en Ferrol estamos en el Neoclásico, cuyo estilo acabará extendiéndose por toda la Comunidad años después. Al entrar en el Arsenal, cuesta creer que el espectacular edifi-

Paseo de entrada al Arsenal de Ferrol

Puerta principal del Arsenal de Ferrol

cio de la Sala de Armas fuese un almacén para cañones y armas portátiles. Parece más un palacio. Y es que precisamente lo importante era impresionar. Nuestra Armada no solo debía ser la mejor, también debía aparentarlo. Por ello, quisieron hacer el mejor Arsenal del mundo, y lo consiguieron. Una prueba es, por ejemplo, el vestíbulo de entrada de la Sala de Armas, con una escalera imperial de doble tiro con su barandilla de forja original del siglo XVIII que no deja indiferente a nadie. Gracias a aquellos ilustrados, hoy podemos disfrutar de un puerto que fue la mayor dársena artificial de Europa en su momento. Creada casi de la

nada, ganando terreno al mar con cantería y mucho ingenio, aquellos hombres hicieron una obra de ingeniería hidráulica digna de admiración que, además, sigue dando servicio a nuestros modernos buques en la actualidad. Un paseo por la Cortina, una batería con 100 cañones apuntando hacia la entrada de la ría -que jamás hubo que estrenar porque nunca se nos coló el enemigo dentro-, aún impresiona al visitante. En todo el Arsenal nos sorprende esa unión perfecta de arte y utilidad, elementos funcionales que son muy bellos y que han resistido el paso del tiempo perfectamente. Uno de los

muchos ejemplos es el dique de la Campana, construido en el siglo XIX y que fue el mayor de España en su momento. Con unos 140 metros de eslora y 12 de calado, todo hecho en cantería, este dique semeja una bóveda de una iglesia pero hacia abajo.

Las fragatas de Ferrol

Sin embargo, no todo es siglo XVIII y XIX. En Ferrol, también nos encontramos de frente con el presente de nuestra Armada en las fragatas F-100, que tienen base en Ferrol y las solemos ver atracadas aquí, contrastando con nuestra base de época. Su perfil gris naval se dibuja contra el cielo y la

piedra resultando, a pesar de ser un buque de guerra, una visión fascinante y hermosa. En su torre tronco piramidal se esconde su gran arma secreta: un radar que tiene un alcance de más de 500 kilómetros, lo que permite un control total del espacio aéreo a esa distancia. ¡Asombra pensar que desde aquí se podrían ver despegar aviones en el aeropuerto de Madrid! Esa tecnología norteamericana, a la que en nuestros astilleros de Ferrol se le hizo alguna mejora, solo está disponible para unos pocos países. En este sentido, somos líderes en Europa y podemos decir con seguridad que nuestras fraga-

tas son los mejores buques de escolta del continente. Las fragatas, con su dotación de unos 200 hombres y mujeres cada una, entran y salen de nuestra dársena cuando hacen sus ejercicios y cuando se van o regresan de alguna de las operaciones especiales en las que suelen participar -como las que realizan en el Mediterráneo contra el terrorismo o en la costa somalí para controlar a los piratas-. El patrimonio inmaterial del Arsenal son las tradiciones de la Armada, que podemos disfrutar en vivo y en directo en nuestras visitas. Tradiciones como el saludo a la bandera, que siempre hace cualquier

militar al subir o bajar de un buque; el cañonazo de las doce del mediodía; los que se dan al izar la bandera a las ocho y al arriarla a la puesta de sol, así como la oración marinera al arriado de la bandera en los buques. Todo ello es también un patrimonio digno de conocer y disfrutar. En resumen, el Arsenal sorprende, gusta y engancha al público más diverso, superando habitualmente sus expectativas. Así que no sé a qué estáis esperando para uniros a una visita guiada por esta instalación militar dentro de la Ruta de la Construcción Naval. La Marina y su historia están esperando a que los descubráis.

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Parque escultórico en los alrededores de la Torre de Hércules

La Torre es el faro romano más antiguo del mundo en funcionamiento

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LA TORRE DE HÉRCULES Doda Vázquez PErIoDISTa

Cuatro destellos cada veinte segundos. Es la forma en la que la Torre de Hércules nos guiña su impresionante ojo para recordarnos que sigue ahí, después de veinte siglos. Cuenta la leyenda que Hércules supo de la tiranía de Gerión al intentar derrotarlo en la isla Eriteia -que hoy es Cádiz-, donde vivía. El malvado huyó hasta Galicia en donde fue alcanzado y derrotado. Tras decapitarlo, el héroe griego construyó encima de su tumba una torre, sobre la que colocó

un candil. De ahí que en el escudo de A Coruña figure, bajo el faro milenario, una calavera que recuerda la gesta. Mitos aparte, la construcción real de la Torre está datada hacia finales del siglo I. El monumento alcanzaba entonces los 44 metros de altura -actualmente mide 56,7 metros- y tenía una rampa helicoidal alrededor, protegida por un muro. Su diseño se intenta imitar en la posterior reconstrucción del edificio, con esa banda en piedra que la rodea de forma

ascendente por el exterior. El combustible que se usaba era leña, primero, y una mecha humedecida en aceite, después. Con la caída del Imperio Romano, llegan los años oscuros para el faro, que en la Edad Media se encuentra derruido en parte y probablemente hubiese dejado de cumplir su función. Tendría que llegar el ingeniero militar Eustaquio Giannini, en 1788, para que la Torre recuperase su esplendor. Procedente del Arsenal de Ferrol realizó la restauración más

importante en toda la historia del edificio, poniendo especial cuidado en respetar su esencia romana. De hecho, la reforma incluía piedras negras, para diferenciar la obra antigua de la nueva, que todavía pueden verse. Tras acabar los trabajos, el 1 de enero de 1790 se realizó el primer encendido con carbón de piedra, con lo que se inauguraba la Torre tal y como la conocemos hoy en día. Poco después, en 1800, se colocaba la nueva linterna -mucho más moderna y giratoria-, que sería el colofón a la restauración de Giannini. Durante el último siglo, tras varias reformas menores -entre otras, la que supuso la llegada de la luz eléctrica en 1926-, a finales de los años 90 se crea el parque escultórico que rodea a la Torre. Se trata de un conjunto lleno de simbología y de las leyendas que acompañan al faro y su historia. Casi 50 hectáreas de parque protegido, con varios senderos que coruñeses y visitantes aprovechan para pasear o salir a hacer deporte al borde del mar.

Puntos de interés

La Torre de Hércules tiene varios puntos que el visitante no debería perderse. El principal es, por supuesto, la terraza. A ella se accede tras dejar atrás 234 escalones, en una subida amplia, más angosta al final. Otro de los lugares de interés es el parque escultórico que rodea al monumento, con 15 obras de artistas del siglo XX, como Francisco Leiro o Ramón Conde. Otra de las visitas obligadas, que suele pasar inadvertida, es la piedra fundacional que acredita la autoría del faro a Gaio Sevio Lupo. Se encuentra ubicada, para su conservación, en el interior de una pequeña edificación situada a diez metros de la Torre -en la plataforma circular que la rodea-. Por último, otro lugar que no debe dejar pasar el visitante es el corazón de la Torre: los cimientos romanos, lugar de paso obligado para acceder al interior del edificio, en el que se puede comprobar cómo era el faro en sus orígenes.

Musa de artistas

La construcción real de la Torre de Hércules está datada hacia finales del siglo I

Reproducida hasta la saciedad como imagen de la ciudad a la que guía, ubicada en la proa del barco que es A Coruña, el faro forma parte de la iconografía de numerosos objetos: desde medallas y monedas hasta llaveros o recuerdos para los turistas. Ha sido esculpida en piedra, chocolate, cerámica de Sargadelos e, incluso, en oro y plata para el

50 aniversario del Trofeo Teresa Herrera de Fútbol. Su majestuosidad ha sido plasmada por todo tipo de artistas. Ha formado parte de las palabras de Alfonso X el Sabio, Curros Enríquez, Wenceslao Fernández Flórez o Camilo José Cela. Se inspiraron en ella desde Urbano Lugrís hasta Luis Seoane. Incluso Picasso, que pasó parte de su niñez en A Coruña, la dibujó como su preciada “torre de caramelo”. La Torre ha brillado siempre con luz propia. Y no solo porque sea un faro, sino por el magnetismo que desprende sobre todos los que la visitan. La Unesco, el 27 de junio de 2009, puso al monumento en el lugar que le correspondía en el mundo y lo declaró Patrimonio de la Humanidad. A la primera, sin discusión y en la única sesión del Comité del Patrimonio Mundial que se celebró en España en sus 33 años de historia. Así de rotundo fue el triunfo de la Torre de Hércules que, como el único faro romano del mundo en activo, se convertía al fin en universal.

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Parque escultórico en los alrededores de la Torre de Hércules

La Torre es el faro romano más antiguo del mundo en funcionamiento

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LA TORRE DE HÉRCULES Doda Vázquez PErIoDISTa

Cuatro destellos cada veinte segundos. Es la forma en la que la Torre de Hércules nos guiña su impresionante ojo para recordarnos que sigue ahí, después de veinte siglos. Cuenta la leyenda que Hércules supo de la tiranía de Gerión al intentar derrotarlo en la isla Eriteia -que hoy es Cádiz-, donde vivía. El malvado huyó hasta Galicia en donde fue alcanzado y derrotado. Tras decapitarlo, el héroe griego construyó encima de su tumba una torre, sobre la que colocó

un candil. De ahí que en el escudo de A Coruña figure, bajo el faro milenario, una calavera que recuerda la gesta. Mitos aparte, la construcción real de la Torre está datada hacia finales del siglo I. El monumento alcanzaba entonces los 44 metros de altura -actualmente mide 56,7 metros- y tenía una rampa helicoidal alrededor, protegida por un muro. Su diseño se intenta imitar en la posterior reconstrucción del edificio, con esa banda en piedra que la rodea de forma

ascendente por el exterior. El combustible que se usaba era leña, primero, y una mecha humedecida en aceite, después. Con la caída del Imperio Romano, llegan los años oscuros para el faro, que en la Edad Media se encuentra derruido en parte y probablemente hubiese dejado de cumplir su función. Tendría que llegar el ingeniero militar Eustaquio Giannini, en 1788, para que la Torre recuperase su esplendor. Procedente del Arsenal de Ferrol realizó la restauración más

importante en toda la historia del edificio, poniendo especial cuidado en respetar su esencia romana. De hecho, la reforma incluía piedras negras, para diferenciar la obra antigua de la nueva, que todavía pueden verse. Tras acabar los trabajos, el 1 de enero de 1790 se realizó el primer encendido con carbón de piedra, con lo que se inauguraba la Torre tal y como la conocemos hoy en día. Poco después, en 1800, se colocaba la nueva linterna -mucho más moderna y giratoria-, que sería el colofón a la restauración de Giannini. Durante el último siglo, tras varias reformas menores -entre otras, la que supuso la llegada de la luz eléctrica en 1926-, a finales de los años 90 se crea el parque escultórico que rodea a la Torre. Se trata de un conjunto lleno de simbología y de las leyendas que acompañan al faro y su historia. Casi 50 hectáreas de parque protegido, con varios senderos que coruñeses y visitantes aprovechan para pasear o salir a hacer deporte al borde del mar.

Puntos de interés

La Torre de Hércules tiene varios puntos que el visitante no debería perderse. El principal es, por supuesto, la terraza. A ella se accede tras dejar atrás 234 escalones, en una subida amplia, más angosta al final. Otro de los lugares de interés es el parque escultórico que rodea al monumento, con 15 obras de artistas del siglo XX, como Francisco Leiro o Ramón Conde. Otra de las visitas obligadas, que suele pasar inadvertida, es la piedra fundacional que acredita la autoría del faro a Gaio Sevio Lupo. Se encuentra ubicada, para su conservación, en el interior de una pequeña edificación situada a diez metros de la Torre -en la plataforma circular que la rodea-. Por último, otro lugar que no debe dejar pasar el visitante es el corazón de la Torre: los cimientos romanos, lugar de paso obligado para acceder al interior del edificio, en el que se puede comprobar cómo era el faro en sus orígenes.

Musa de artistas

La construcción real de la Torre de Hércules está datada hacia finales del siglo I

Reproducida hasta la saciedad como imagen de la ciudad a la que guía, ubicada en la proa del barco que es A Coruña, el faro forma parte de la iconografía de numerosos objetos: desde medallas y monedas hasta llaveros o recuerdos para los turistas. Ha sido esculpida en piedra, chocolate, cerámica de Sargadelos e, incluso, en oro y plata para el

50 aniversario del Trofeo Teresa Herrera de Fútbol. Su majestuosidad ha sido plasmada por todo tipo de artistas. Ha formado parte de las palabras de Alfonso X el Sabio, Curros Enríquez, Wenceslao Fernández Flórez o Camilo José Cela. Se inspiraron en ella desde Urbano Lugrís hasta Luis Seoane. Incluso Picasso, que pasó parte de su niñez en A Coruña, la dibujó como su preciada “torre de caramelo”. La Torre ha brillado siempre con luz propia. Y no solo porque sea un faro, sino por el magnetismo que desprende sobre todos los que la visitan. La Unesco, el 27 de junio de 2009, puso al monumento en el lugar que le correspondía en el mundo y lo declaró Patrimonio de la Humanidad. A la primera, sin discusión y en la única sesión del Comité del Patrimonio Mundial que se celebró en España en sus 33 años de historia. Así de rotundo fue el triunfo de la Torre de Hércules que, como el único faro romano del mundo en activo, se convertía al fin en universal.

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Plaza de la Constitución (Betanzos)

PLAZAS: UNA PARADA EN EL CAMINO

Siempre se ha considerado esta plaza como centro de la ciudad. En ella se encuentra el Ayuntamiento y la Torre del Reloj. Aquí se respira el pasado medieval de la villa con la iglesia dedicada a Santiago y los pazos de Bendaña, Lanzós y Taboada en el telón de fondo. La Casa Nuñez, de comienzos del siglo XX, alberga el Centro Internacional de Estampa Contemporánea.

Plaza del Marqués de amboage (Ferrol) Epicentro de la ciudad, es un lugar muy frecuentado por vecinos y visitantes. A la muerte del noble que da nombre a la plaza se creó una fundación (1892) para que los jóvenes ferrolanos se librasen del servicio militar. El dinero también se destinaba a ayudar a cien pobres cada año.

052

Plaza de armas (Ferrol) Abierta en 1807, tuvo diferentes nombres hasta que en 1981 recupera el original. En ella se encuentra el edificio del Ayuntamiento, inaugurado en 1953.

Cidade da Cultura (Santiago)

053

Desde la gran plaza central de este complejo diseñado por Peter Eisenman, se puede acceder libremente a todos los espacios interiores y exteriores del edificio desde las Torres Hedjuk a la Biblioteca y Archivo de Galicia. El programa de visitas guiadas permite conocer más de cerca los secretos de este proyecto arquitectónico. Hay conexiones de bus frecuentes con la ciudad.

Plaza real (Pontedeume) Antes llamada del Rollo, data de la misma fundación de la villa en 1270. Se amplió cuatro siglos después, en 1617. Está situada en pleno casco viejo, frente al Ayuntamiento.


Plaza de la Constitución (Betanzos)

PLAZAS: UNA PARADA EN EL CAMINO

Siempre se ha considerado esta plaza como centro de la ciudad. En ella se encuentra el Ayuntamiento y la Torre del Reloj. Aquí se respira el pasado medieval de la villa con la iglesia dedicada a Santiago y los pazos de Bendaña, Lanzós y Taboada en el telón de fondo. La Casa Nuñez, de comienzos del siglo XX, alberga el Centro Internacional de Estampa Contemporánea.

Plaza del Marqués de amboage (Ferrol) Epicentro de la ciudad, es un lugar muy frecuentado por vecinos y visitantes. A la muerte del noble que da nombre a la plaza se creó una fundación (1892) para que los jóvenes ferrolanos se librasen del servicio militar. El dinero también se destinaba a ayudar a cien pobres cada año.

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Plaza de armas (Ferrol) Abierta en 1807, tuvo diferentes nombres hasta que en 1981 recupera el original. En ella se encuentra el edificio del Ayuntamiento, inaugurado en 1953.

Cidade da Cultura (Santiago)

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Desde la gran plaza central de este complejo diseñado por Peter Eisenman, se puede acceder libremente a todos los espacios interiores y exteriores del edificio desde las Torres Hedjuk a la Biblioteca y Archivo de Galicia. El programa de visitas guiadas permite conocer más de cerca los secretos de este proyecto arquitectónico. Hay conexiones de bus frecuentes con la ciudad.

Plaza real (Pontedeume) Antes llamada del Rollo, data de la misma fundación de la villa en 1270. Se amplió cuatro siglos después, en 1617. Está situada en pleno casco viejo, frente al Ayuntamiento.


Plaza del obradoiro (Santiago) Su nombre procede de los talleres de canteros que se situaron en ella durante la construcción de la fachada barroca de la catedral de Santiago. La historia sigue viva en los edificios que la rodean. Además del templo, el Pazo de Xelmírez, el Pazo de Raxoi (sede del Ayuntamiento), el Colexio de San Xerome (rectorado de la Universidad) y el Hostal dos Reis Católicos (parador).

Plaza de María Pita (A Coruña) Su nombre rinde homenaje a la heroína de la ciudad, María Pita, quien logró parar el asalto de las tropas inglesas en mayo de 1589. Los majestuosos salones del Ayuntamiento albergan el Museo de los Relojes (visitable) con interesantes piezas de los siglos XVIII al XX. A cualquier hora se respira un gran ambiente, sobre todo los fines de semana y fechas señaladas, como las fiestas de agosto o las Navidades.

002 054

055 003

Plaza de a Quintana (Santiago) Plaza de Praterías (Santiago) Al igual que el Obradoiro, hereda su nombre del gremio que aquí asentó sus negocios. Es la plaza más pequeña de las que rodean la Catedral, estando dominada por la única fachada románica que conserva el templo. En el centro se sitúa la famosa Fuente de los Caballos.

La vista del conjunto desde lo alto de las escalinatas situadas al pie de la Casa da Parra (siglo XVIII) es privilegiada. A la izquierda, el imponente muro del monasterio de San Paio de Antealtares. Enfrente, la Puerta Santa, meta de los peregrinos que llegan a Santiago en busca del Jubileo. Ya en el extremo del conjunto se eleva el único elemento vertical de la plaza, la Torre del Reloj o Berenguela.


Plaza del obradoiro (Santiago) Su nombre procede de los talleres de canteros que se situaron en ella durante la construcción de la fachada barroca de la catedral de Santiago. La historia sigue viva en los edificios que la rodean. Además del templo, el Pazo de Xelmírez, el Pazo de Raxoi (sede del Ayuntamiento), el Colexio de San Xerome (rectorado de la Universidad) y el Hostal dos Reis Católicos (parador).

Plaza de María Pita (A Coruña) Su nombre rinde homenaje a la heroína de la ciudad, María Pita, quien logró parar el asalto de las tropas inglesas en mayo de 1589. Los majestuosos salones del Ayuntamiento albergan el Museo de los Relojes (visitable) con interesantes piezas de los siglos XVIII al XX. A cualquier hora se respira un gran ambiente, sobre todo los fines de semana y fechas señaladas, como las fiestas de agosto o las Navidades.

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Plaza de a Quintana (Santiago) Plaza de Praterías (Santiago) Al igual que el Obradoiro, hereda su nombre del gremio que aquí asentó sus negocios. Es la plaza más pequeña de las que rodean la Catedral, estando dominada por la única fachada románica que conserva el templo. En el centro se sitúa la famosa Fuente de los Caballos.

La vista del conjunto desde lo alto de las escalinatas situadas al pie de la Casa da Parra (siglo XVIII) es privilegiada. A la izquierda, el imponente muro del monasterio de San Paio de Antealtares. Enfrente, la Puerta Santa, meta de los peregrinos que llegan a Santiago en busca del Jubileo. Ya en el extremo del conjunto se eleva el único elemento vertical de la plaza, la Torre del Reloj o Berenguela.


LAS FIESTAS A LO LARGO DEL CAMINO

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Jacobo Rodríguez Garrido

Noelia Antelo

HISTorIaDor

PErIoDISTa

La ruta hacia al sepulcro del Apóstol que parte desde Ferrol o A Coruña es una ruta rica en fiestas y romerías. La mayoría tienen un origen religioso y, muchas, de tradición secular. De entre todas las festividades de la región, destaca la Semana Santa de Ferrol, declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional en 1995 e Internacional en 2014. En esos días, las cofradías ferrolanas de las Angustias, los Dolores, la Merced, la Orden Tercera y Santo Entierro son las encargadas de mostrar las imágenes santas a devotos y visitantes por los barrios de Esteiro y A Magdalena. Entre muchas otras, destacan la sobrecogedora procesión de Os Caladiños, el Santo Entierro o el paso de la Magdalena en el Domingo de Resurrección.

os Caneiros

De carácter profano, aunque también de una enorme tradición, cabe destacar la romería de Os Caneiros en Betanzos, declarada de Interés Turístico Nacional. Esta fiesta, celebra-

da los días 18 y 25 de agosto, encuentra su origen en la veneración local a San Roque. Con presencia atestiguada desde mediados del siglo XIX, con el tiempo se convirtió en una auténtica romería pagana. Vecinos y visitantes se encaminan a pie o montados en barcas por el río Mandeo, como si de una pequeña Venecia se tratase, en la tradicional procesión hacia el Campo dos Caneiros, donde se celebra la romería. Esta explanada se encuentra en un antiguo meandro donde tradicionalmente los pescadores apostaban sus artilugios de pesca o caneiros. Para la ocasión, los canales y las barcas son engalanados con flores, guirnaldas y farolillos de colores. En esta fiesta se disfruta de buena comida, vino betanceiro y música de gaitas. De vuelta a la villa, y al pasar por A Ponte Vella, los improvisados navegantes pueden disfrutar de una espectacular exhibición de fuegos acuáticos, con un chupinazo final que invita a continuar la

fiesta en la céntrica plaza de los Hermanos García Naveira. Os Caneiros se enmarcan en las fiestas de San Roque de la localidad. Desde 1875, la tradición manda y cada 16 de agosto se lanza el globo de papel más grande del mundo. Este enorme aerostato –de 25 metros de alto y 50 de circunferencia- está pintado por artistas locales y supone una visión única en el mundo.

auténticas romerías

Con espíritu similar a Os Caneiros, en la Festa das Peras de Pontedeume los vecinos remontan el río Eume en barcas y botes hasta llegar al lugar de A Xunqueira, donde les esperan las gaitas y la mejor comida de la villa. Las romerías son las fiestas tradicionales de Galicia, en las que se conjuga la música, la comida y bebida de la tierra. Una auténtica oportunidad para respirar nuestra cultura popular. En Pontedeume se celebra la romería de San Miguel de

Breamo. En procesión hasta llegar al solemne templo románico, los fieles rodean la iglesia siete veces para “botar as meigas” (espantar a brujas y espíritus). Este día es también una buena oportunidad para conocer el templo por dentro, ya que el resto del año permanece cerrado tanto a devotos como a turistas. Otras romerías son la de San Ramón en Sombreu (Miño), así como otras dos que honran a sus respectivos santos milagrosos. La Romaría das Cereixas de Vilacoba (Abegondo), en donde también se degustan sabrosas cerezas- y la de San Benito de Mercurín (Cambre).

de Galicia, que el 25 de julio celebra su gran día. El impresionante espectáculo de fuegos de la Catedral la noche del 24 es una cita ineludible para vecinos y turistas. Durante la segunda quincena de julio, Compostela se llena de actividades culturales para todos los gustos, música de diferentes estilos y con artistas nacionales e internacionales. Sin embargo, la fiesta propia de la ciudad es la Ascensión. Su celebración varía (depende de Semana Santa) y en esos días se conjuga tradición con muchas actividades destinadas a los más jóvenes, que viven sus fiestas en época universitaria.

Tradición culinaria

origen medieval

El gusto por la buena comida y la exaltación de productos propios se evidencia en la multitud de celebraciones de tipo gastronómico, unas con más tradición que otras. En el Camino Inglés destacan tres citas. El pan de Neda y la trucha de Sigüeiro tienen su fiesta, ambas de Interés Turístico de Galicia. Durante la Festa das Pepitas de Ferrol, aunque no es exclusivamente gastronómica pues es un homenaje a las mujeres, se elaboran los “bicos”, un dulce de chocolate y naranja en forma de corazón. Está declarada de Interés Turístico Nacional.

25 de julio

Por su gran importancia, pero también por lo mucho que significan, las del Apóstol de Santiago de Compostela son las fiestas del Camino. Y también

Al margen de estas festividades, la impronta medieval del Camino se evidencia en el gusto por trasladarse en el tiempo. Ejemplo de ello son las concurridas ferias y mercados medievales de Ferrol, Betanzos y A Coruña, todos ellos de gran tradición. Fiestas que, además de saciar el hambre y la sed de los participantes, contribuyen a que propios y extraños comulguen con el rico pasado histórico y cultural de estas tierras.

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LAS FIESTAS A LO LARGO DEL CAMINO

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Jacobo Rodríguez Garrido

Noelia Antelo

HISTorIaDor

PErIoDISTa

La ruta hacia al sepulcro del Apóstol que parte desde Ferrol o A Coruña es una ruta rica en fiestas y romerías. La mayoría tienen un origen religioso y, muchas, de tradición secular. De entre todas las festividades de la región, destaca la Semana Santa de Ferrol, declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional en 1995 e Internacional en 2014. En esos días, las cofradías ferrolanas de las Angustias, los Dolores, la Merced, la Orden Tercera y Santo Entierro son las encargadas de mostrar las imágenes santas a devotos y visitantes por los barrios de Esteiro y A Magdalena. Entre muchas otras, destacan la sobrecogedora procesión de Os Caladiños, el Santo Entierro o el paso de la Magdalena en el Domingo de Resurrección.

os Caneiros

De carácter profano, aunque también de una enorme tradición, cabe destacar la romería de Os Caneiros en Betanzos, declarada de Interés Turístico Nacional. Esta fiesta, celebra-

da los días 18 y 25 de agosto, encuentra su origen en la veneración local a San Roque. Con presencia atestiguada desde mediados del siglo XIX, con el tiempo se convirtió en una auténtica romería pagana. Vecinos y visitantes se encaminan a pie o montados en barcas por el río Mandeo, como si de una pequeña Venecia se tratase, en la tradicional procesión hacia el Campo dos Caneiros, donde se celebra la romería. Esta explanada se encuentra en un antiguo meandro donde tradicionalmente los pescadores apostaban sus artilugios de pesca o caneiros. Para la ocasión, los canales y las barcas son engalanados con flores, guirnaldas y farolillos de colores. En esta fiesta se disfruta de buena comida, vino betanceiro y música de gaitas. De vuelta a la villa, y al pasar por A Ponte Vella, los improvisados navegantes pueden disfrutar de una espectacular exhibición de fuegos acuáticos, con un chupinazo final que invita a continuar la

fiesta en la céntrica plaza de los Hermanos García Naveira. Os Caneiros se enmarcan en las fiestas de San Roque de la localidad. Desde 1875, la tradición manda y cada 16 de agosto se lanza el globo de papel más grande del mundo. Este enorme aerostato –de 25 metros de alto y 50 de circunferencia- está pintado por artistas locales y supone una visión única en el mundo.

auténticas romerías

Con espíritu similar a Os Caneiros, en la Festa das Peras de Pontedeume los vecinos remontan el río Eume en barcas y botes hasta llegar al lugar de A Xunqueira, donde les esperan las gaitas y la mejor comida de la villa. Las romerías son las fiestas tradicionales de Galicia, en las que se conjuga la música, la comida y bebida de la tierra. Una auténtica oportunidad para respirar nuestra cultura popular. En Pontedeume se celebra la romería de San Miguel de

Breamo. En procesión hasta llegar al solemne templo románico, los fieles rodean la iglesia siete veces para “botar as meigas” (espantar a brujas y espíritus). Este día es también una buena oportunidad para conocer el templo por dentro, ya que el resto del año permanece cerrado tanto a devotos como a turistas. Otras romerías son la de San Ramón en Sombreu (Miño), así como otras dos que honran a sus respectivos santos milagrosos. La Romaría das Cereixas de Vilacoba (Abegondo), en donde también se degustan sabrosas cerezas- y la de San Benito de Mercurín (Cambre).

de Galicia, que el 25 de julio celebra su gran día. El impresionante espectáculo de fuegos de la Catedral la noche del 24 es una cita ineludible para vecinos y turistas. Durante la segunda quincena de julio, Compostela se llena de actividades culturales para todos los gustos, música de diferentes estilos y con artistas nacionales e internacionales. Sin embargo, la fiesta propia de la ciudad es la Ascensión. Su celebración varía (depende de Semana Santa) y en esos días se conjuga tradición con muchas actividades destinadas a los más jóvenes, que viven sus fiestas en época universitaria.

Tradición culinaria

origen medieval

El gusto por la buena comida y la exaltación de productos propios se evidencia en la multitud de celebraciones de tipo gastronómico, unas con más tradición que otras. En el Camino Inglés destacan tres citas. El pan de Neda y la trucha de Sigüeiro tienen su fiesta, ambas de Interés Turístico de Galicia. Durante la Festa das Pepitas de Ferrol, aunque no es exclusivamente gastronómica pues es un homenaje a las mujeres, se elaboran los “bicos”, un dulce de chocolate y naranja en forma de corazón. Está declarada de Interés Turístico Nacional.

25 de julio

Por su gran importancia, pero también por lo mucho que significan, las del Apóstol de Santiago de Compostela son las fiestas del Camino. Y también

Al margen de estas festividades, la impronta medieval del Camino se evidencia en el gusto por trasladarse en el tiempo. Ejemplo de ello son las concurridas ferias y mercados medievales de Ferrol, Betanzos y A Coruña, todos ellos de gran tradición. Fiestas que, además de saciar el hambre y la sed de los participantes, contribuyen a que propios y extraños comulguen con el rico pasado histórico y cultural de estas tierras.

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La “herba de namorar” forma parte de los rituales de la romería

SAN ANDRÉS DE TEIXIDO Y OTROS SANTUARIOS MÁGICOS

Acantilados de la la sierra de A Capelada, Cedeira

de nombre homónimo. En ella se ha de dejar una vela encendida a su imagen, pues nunca se sabe si necesitarás su ayuda. No obstante, las vistas de la ría de Ferrol también habrán merecido la pena si te acercas. Su nombre proviene de 1666, cuando se creó la cofradía de la santa. Según la leyenda, un marinero imploró ayuda tras ver cómo se hundía su barco en medio de un temporal al grito de “xa morro!” (en castellano, “¡ya muero!”). Tras escuchar este llanto de desesperación, la virgen decidió bajar y rescatarlo. Desde entonces, el lugar es conocido como Chamorro, haciendo referencia a la llamada de auxilio que propició tan mágico milagro.

San Miguel de Breamo

058

Xurxo Vázquez PErIoDISTa

El conjunto del santuario de San Andrés de Teixido llama la atención desde lejos

Antiguamente, los peregrinos que visitaban Galicia con destino Santiago lo hacían por causas espirituales. Era la búsqueda de uno mismo refugiado en la religión. Actualmente esto ha cambiado, ya que mucha gente viaja con el objetivo de descubrir las maravillosas tierras gallegas o de vivir una experiencia única. De todas formas, como dice el dicho popular, la fe mueve montañas. Así, aunque la elección de realizar el Camino tenga ahora muchas más

vertientes, el motivo religioso sigue siendo uno de los principales. El Camino Inglés te ofrecerá una gran diversidad de arquitectura eclesiástica, así como varios santos milagrosos y mágicos. Sobre ellos escucharás interesantes historias y leyendas. Quizás, también decidas rezarles una oración. Todo empieza antes del Camino. A pocos kilómetros del principio de esta ruta, en el ayuntamiento de Cedeira se encuentra San Andrés de Teixido. Una pequeña

aldea que no llega a los cien habitantes pero con un encanto del que muy pocos pueden presumir y que, además, cuenta con un camino de peregrinación propio. Lo primero que debes de saber es que “a San Andrés de Teixido va de muerto quien no fue de vivo”. Así que, si no tienes tiempo, no te preocupes. Las leyendas aseguran que, tras la muerte, los humanos se convierten en pequeños insectos que viajan hasta esta

magnífica aldea situada a escasos metros de acantilados de más de 600 metros de altura sobre el nivel del mar. ¡Por eso hay que tener cuidado con no matar ningún bicho! Pero esta no es la única historia de San Andrés. A unos pocos metros de la iglesia se encuentra una fuente considerada mágica donde puedes echar una moneda y pedir tres deseos. Si el peregrino no se queda contento con esto, siempre

podrá pedir a los vecinos unas “herbas de namorar” (claveles marinos) para dejar en el bolsillo de su pareja y conseguir el amor eterno para siempre. Eso sí, ¡sin que se entere! Sino, se romperá el hechizo.

Virgen de Chamorro

Ya en la primera etapa del Camino Inglés, nos topamos ante una virgen con un nombre no menos que curioso. La virgen de Chamorro se encuentra en la ermita

No muy lejos, en el ayuntamiento de Pontedeume, nos encontramos con el santuario de San Miguel de Breamo, ubicado en el monte del mismo nombre. El templo fue construido con planta de cruz latina con una misma cabecera, escasas ventanas y tres puertas de estilo románico. Pero uno de los detalles más llamativos es el rosetón de once puntas que se encuentra en la fachada del edificio y que esconde una jugosa historia detrás. Cuenta la tradición que, la noche de Navidad de 1187, once caballeros templarios llegaron para custodiar el santuario y hacer penitencia. Esa misma medianoche pudieron observar como la roseta tenía doce puntas, una de más. Esta había surgido debido a que den-

a San andrés de Teixido va de muerto quien no fue de vivo

tro de la iglesia también había aparecido un recién nacido durmiendo frente al altar, que acompañaría durante toda la noche a los caballeros. Sin embargo, al amanecer de la mañana siguiente, el pequeño ya no estaba y el rosetón había retomado su número de puntas iniciales. La historia popular sigue asegurando que si te acercas a Breamo en Nochebuena, serás capaz de volver a observar las doce puntas en el rosetón. Recuerda: ¡solo hasta el amanecer! Como estamos observando, Galicia no es solo una tierra de meigas. Entre sus montes y ríos podrás encontrar historias y leyendas apasionantes ligadas a la causa más antigua: la fe. Tanto si esa es tu razón para peregrinar durante varios días hasta la Catedral como si no, encontrarás diferentes relatos apasionantes que harán que disfrutes como nunca del sentido del oído. El Camino Inglés ganará mucha más intensidad.

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La “herba de namorar” forma parte de los rituales de la romería

SAN ANDRÉS DE TEIXIDO Y OTROS SANTUARIOS MÁGICOS

Acantilados de la la sierra de A Capelada, Cedeira

de nombre homónimo. En ella se ha de dejar una vela encendida a su imagen, pues nunca se sabe si necesitarás su ayuda. No obstante, las vistas de la ría de Ferrol también habrán merecido la pena si te acercas. Su nombre proviene de 1666, cuando se creó la cofradía de la santa. Según la leyenda, un marinero imploró ayuda tras ver cómo se hundía su barco en medio de un temporal al grito de “xa morro!” (en castellano, “¡ya muero!”). Tras escuchar este llanto de desesperación, la virgen decidió bajar y rescatarlo. Desde entonces, el lugar es conocido como Chamorro, haciendo referencia a la llamada de auxilio que propició tan mágico milagro.

San Miguel de Breamo

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Xurxo Vázquez PErIoDISTa

El conjunto del santuario de San Andrés de Teixido llama la atención desde lejos

Antiguamente, los peregrinos que visitaban Galicia con destino Santiago lo hacían por causas espirituales. Era la búsqueda de uno mismo refugiado en la religión. Actualmente esto ha cambiado, ya que mucha gente viaja con el objetivo de descubrir las maravillosas tierras gallegas o de vivir una experiencia única. De todas formas, como dice el dicho popular, la fe mueve montañas. Así, aunque la elección de realizar el Camino tenga ahora muchas más

vertientes, el motivo religioso sigue siendo uno de los principales. El Camino Inglés te ofrecerá una gran diversidad de arquitectura eclesiástica, así como varios santos milagrosos y mágicos. Sobre ellos escucharás interesantes historias y leyendas. Quizás, también decidas rezarles una oración. Todo empieza antes del Camino. A pocos kilómetros del principio de esta ruta, en el ayuntamiento de Cedeira se encuentra San Andrés de Teixido. Una pequeña

aldea que no llega a los cien habitantes pero con un encanto del que muy pocos pueden presumir y que, además, cuenta con un camino de peregrinación propio. Lo primero que debes de saber es que “a San Andrés de Teixido va de muerto quien no fue de vivo”. Así que, si no tienes tiempo, no te preocupes. Las leyendas aseguran que, tras la muerte, los humanos se convierten en pequeños insectos que viajan hasta esta

magnífica aldea situada a escasos metros de acantilados de más de 600 metros de altura sobre el nivel del mar. ¡Por eso hay que tener cuidado con no matar ningún bicho! Pero esta no es la única historia de San Andrés. A unos pocos metros de la iglesia se encuentra una fuente considerada mágica donde puedes echar una moneda y pedir tres deseos. Si el peregrino no se queda contento con esto, siempre

podrá pedir a los vecinos unas “herbas de namorar” (claveles marinos) para dejar en el bolsillo de su pareja y conseguir el amor eterno para siempre. Eso sí, ¡sin que se entere! Sino, se romperá el hechizo.

Virgen de Chamorro

Ya en la primera etapa del Camino Inglés, nos topamos ante una virgen con un nombre no menos que curioso. La virgen de Chamorro se encuentra en la ermita

No muy lejos, en el ayuntamiento de Pontedeume, nos encontramos con el santuario de San Miguel de Breamo, ubicado en el monte del mismo nombre. El templo fue construido con planta de cruz latina con una misma cabecera, escasas ventanas y tres puertas de estilo románico. Pero uno de los detalles más llamativos es el rosetón de once puntas que se encuentra en la fachada del edificio y que esconde una jugosa historia detrás. Cuenta la tradición que, la noche de Navidad de 1187, once caballeros templarios llegaron para custodiar el santuario y hacer penitencia. Esa misma medianoche pudieron observar como la roseta tenía doce puntas, una de más. Esta había surgido debido a que den-

a San andrés de Teixido va de muerto quien no fue de vivo

tro de la iglesia también había aparecido un recién nacido durmiendo frente al altar, que acompañaría durante toda la noche a los caballeros. Sin embargo, al amanecer de la mañana siguiente, el pequeño ya no estaba y el rosetón había retomado su número de puntas iniciales. La historia popular sigue asegurando que si te acercas a Breamo en Nochebuena, serás capaz de volver a observar las doce puntas en el rosetón. Recuerda: ¡solo hasta el amanecer! Como estamos observando, Galicia no es solo una tierra de meigas. Entre sus montes y ríos podrás encontrar historias y leyendas apasionantes ligadas a la causa más antigua: la fe. Tanto si esa es tu razón para peregrinar durante varios días hasta la Catedral como si no, encontrarás diferentes relatos apasionantes que harán que disfrutes como nunca del sentido del oído. El Camino Inglés ganará mucha más intensidad.

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ORTIGUEIRA, LA CAJA DE RESONANCIA DE LA MÚSICA CELTA Pedro Tasende PErIoDISTa

Unión de culturas, pueblos y sentimientos. Con esos tres conceptos se podría resumir el carácter del Festival Internacional do Mundo Celta de Ortigueira. Aunque, para ser justos, habría que sumar muchos más atributos con el denominador común de la concordia, de la tradición celta y del arte. El festival nació en 1978 impulsado por la Escola de Gaitas de Ortigueira. Algunos de sus componentes, entre los que se encontraba Xavier Garrote, habían visitado el Festival Intercéltico de Lorient, en Francia.

060

El festival nació en 1978 impulsado por la Escola de Gaitas de Ortigueira

A su regreso a la localidad coruñesa de Ortigueira, decidieron emprender una aventura que llega a nuestros días como uno de los festivales más influyentes del mundo. Gaitas, arpas, tambores, violines, bodhráns, bouzukis… Las calles de esta pequeña localidad se llenan de sonidos cuyos ecos acompañan los primeros pasos del Camino Inglés, recordando la conexión del noroeste peninsular con bretones, galeses, ingleses, escoceses, irlandeses y todas aquellas personas que vibran con la música de raíz.

ortigueira se convierte en la capital mundial del celtismo durante los tres días de julio en los que se celebra el festival

Cita ineludible

El festival de Ortigueira goza del reconocimiento de ser Fiesta de Interés Turístico Internacional y se ha convertido en un símbolo de la cultura contemporánea gallega, codeándose con certámenes como el que lo inspiró en Lorient. Por el escenario de esta pequeña localidad marinera han pasado las mejores bandas de la historia reciente de la música celta. En el mes de julio la villa se convierte en una torre de babel con artistas y público llegados

de diferentes países, especialmente de todos aquellos que pertenecen al mundo celta. Los datos de las últimas ediciones hablan de más de 100.000 visitantes en cada cita con Ortigueira, convirtiendo este hermoso rincón del Atlántico gallego en la capital mundial del celtismo por unos días. Las calles acogen desfiles de bandas de gaitas de distintas nacionalidades, demostraciones de artesanía y exposiciones artísticas que congregan a público de todas las edades a cualquier hora del día. Mien-

tras, las noches del festival son el marco de los espectáculos musicales más relevantes que, en muchas ocasiones, se prolongan hasta los primeros rayos de sol del día siguiente.

061 Las mejores bandas de música celta han tocado en este extremo del mundo


ORTIGUEIRA, LA CAJA DE RESONANCIA DE LA MÚSICA CELTA Pedro Tasende PErIoDISTa

Unión de culturas, pueblos y sentimientos. Con esos tres conceptos se podría resumir el carácter del Festival Internacional do Mundo Celta de Ortigueira. Aunque, para ser justos, habría que sumar muchos más atributos con el denominador común de la concordia, de la tradición celta y del arte. El festival nació en 1978 impulsado por la Escola de Gaitas de Ortigueira. Algunos de sus componentes, entre los que se encontraba Xavier Garrote, habían visitado el Festival Intercéltico de Lorient, en Francia.

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El festival nació en 1978 impulsado por la Escola de Gaitas de Ortigueira

A su regreso a la localidad coruñesa de Ortigueira, decidieron emprender una aventura que llega a nuestros días como uno de los festivales más influyentes del mundo. Gaitas, arpas, tambores, violines, bodhráns, bouzukis… Las calles de esta pequeña localidad se llenan de sonidos cuyos ecos acompañan los primeros pasos del Camino Inglés, recordando la conexión del noroeste peninsular con bretones, galeses, ingleses, escoceses, irlandeses y todas aquellas personas que vibran con la música de raíz.

ortigueira se convierte en la capital mundial del celtismo durante los tres días de julio en los que se celebra el festival

Cita ineludible

El festival de Ortigueira goza del reconocimiento de ser Fiesta de Interés Turístico Internacional y se ha convertido en un símbolo de la cultura contemporánea gallega, codeándose con certámenes como el que lo inspiró en Lorient. Por el escenario de esta pequeña localidad marinera han pasado las mejores bandas de la historia reciente de la música celta. En el mes de julio la villa se convierte en una torre de babel con artistas y público llegados

de diferentes países, especialmente de todos aquellos que pertenecen al mundo celta. Los datos de las últimas ediciones hablan de más de 100.000 visitantes en cada cita con Ortigueira, convirtiendo este hermoso rincón del Atlántico gallego en la capital mundial del celtismo por unos días. Las calles acogen desfiles de bandas de gaitas de distintas nacionalidades, demostraciones de artesanía y exposiciones artísticas que congregan a público de todas las edades a cualquier hora del día. Mien-

tras, las noches del festival son el marco de los espectáculos musicales más relevantes que, en muchas ocasiones, se prolongan hasta los primeros rayos de sol del día siguiente.

061 Las mejores bandas de música celta han tocado en este extremo del mundo


en toda la comunidad gallega. Porque Galicia, con sus más de 1.300 kilómetros de costa, ofrece no solo miles de lugares de gran belleza, sino también cientos de olas que surfear.

Pantín: cuna del surf

Playa de Pantín, Valdoviño

062

SURFEANDO LAS OLAS DE LA COSTA GALLEGA Jesús Busto PrESIDENTE DE La aSoCIaCIÓN oCÉaNo SUrF CLUB

A lo largo de la historia, el Camino de Santiago ha sido una de las principales vías para la entrada de ideas, conocimiento y cultura en Galicia. Aunque el surf no llegó a Galicia siguiendo el Camino, curiosamente sí se introdujo en el noroeste peninsular gracias a algunas de sus rutas. De hecho, los inicios fueron protagonizados por un asturiano, Félix Cueto, quien en el año 1967 viajó hasta A Coruña para estudiar náutica, trayendo entre su equipaje una tabla de surf y

marcando así los orígenes de este deporte en Galicia. A Félix le seguirían otros surfistas locales, hoy míticos, como Miguel Camarero, Gonzalo Viana, Francisco Tizón, Roberto Fariña o Carlos Bremón. Sin embargo, en las Rías Baixas gallegas, fueron surfistas extranjeros –posiblemente australianos y neozelandeses-, los primeros en surfear las olas de Patos, en Nigrán. Estos viajeros llegaron a Galicia siguiendo la ruta costera que atraviesa la costa cantábrica y

El Camino Inglés discurre a lo largo de la zona más propicia para la práctica del surf en Galicia

atlántica, que coincide en buena parte de su trazado con el Camino del Norte y el Camino Portugués. Los pasos de estos desconocidos extranjeros serían seguidos por los hermanos Montenegro, Nicolás Pita, Ángeles Vega y, con posterioridad, por los hermanos Irisarri. De todos los trazados que cruzan Galicia hemos de destacar, por su vinculación con el surf, el Camino Inglés. Este, sobre todo en su inicio, discurre a lo largo de la zona más propicia para la práctica de este deporte

El Camino Inglés se inicia en Ferrol, posiblemente el municipio de Galicia junto con el vecino de Valdoviño, con las mejores playas para la práctica del surf en nuestra comunidad. En general, la costa gallega, caracterizada por su accidentalidad –repleta de bahías, entrantes y cabos-, permite que, en muy pocos kilómetros, un surfista pueda encontrar playas totalmente abiertas al oleaje y con muy distinta orientación. Esto asegura, independientemente de la dirección del viento, que siempre podrá disfrutar de un arenal con condiciones perfectas. Desde la visión de surfista, el Camino debería comenzar en Cedeira. A poco más de una hora de este pueblo está el arenal de Villarrube, uno de los paraísos de las olas invernales gallegas. Dejando Villarrube, tras pasar por la playa de O Baleo, llegamos a Pantín, en donde se celebra desde 1988 el Pantín Classic, prueba que forma parte del circuito mundial de surf. Por allí, han pasado en todos estos años surfistas de más de treinta países. Entre ellos, varios campeones mundiales, como Joel Parkinson, Tom Curren, Sunny Garcia o Sofia Mulanovich. Cada año, cientos de jóvenes venidos de otros tantos países

hacen su personal peregrinación a las olas de Pantín, en busca de la victoria en este campeonato. Pero en Pantín el viajero puede encontrar mucho más que olas. Allí se encuentra una de las más importantes lagunas costeras de nuestra geografía. Tras Pantín llegamos a la playa de A Frouxeira, el arenal más extenso de la costa de Ferrolterra. La vista de la inmensa playa es dominada por la presencia de la laguna de Valdoviño, reconocida a nivel internacional por su importancia en el proceso de migración de las aves. Después, en el siguiente tramo de la costa, la playa de Campelo, de potentes olas, se convierte en una nueva parada obligatoria.

Playas de Ferrol

Tras atravesar la costa acantilada del municipio de Narón, llegamos a las playas de Ferrol. San Xurxo es el destino para las mejores olas invernales mientras que Doniños se puede calificar como la joya de entre todas las de la zona. Las playas continúan por una costa que mantiene en secreto algunas de sus mejores olas para que el visitante más curioso las descubra, sobre todo durante los grandes temporales. En esos días, los arenales más protegidos, que normalmente no acaparan la atención de los surfistas, se convierten en lugares de interés. Es el caso de Pontedeume, Cabanas y Miño. Destaca la ola de O Pedrido, rompiente que ha sido cali-

ficada como la más larga de Galicia, e incluso alguien se ha atrevido a decir que de Europa. La ola toma su nombre del puente que atraviesa la ría de Betanzos en la desembocadura del río Mandeo, entre los municipios de Miño, Paderne y Bergondo. Desde el año 2010, se celebra allí el festival de longboard Onda Longa. A partir de Paderne, el Camino se introduce hacia el interior, dejando para el recuerdo un recorrido de excelentes olas surfeadas.

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en toda la comunidad gallega. Porque Galicia, con sus más de 1.300 kilómetros de costa, ofrece no solo miles de lugares de gran belleza, sino también cientos de olas que surfear.

Pantín: cuna del surf

Playa de Pantín, Valdoviño

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SURFEANDO LAS OLAS DE LA COSTA GALLEGA Jesús Busto PrESIDENTE DE La aSoCIaCIÓN oCÉaNo SUrF CLUB

A lo largo de la historia, el Camino de Santiago ha sido una de las principales vías para la entrada de ideas, conocimiento y cultura en Galicia. Aunque el surf no llegó a Galicia siguiendo el Camino, curiosamente sí se introdujo en el noroeste peninsular gracias a algunas de sus rutas. De hecho, los inicios fueron protagonizados por un asturiano, Félix Cueto, quien en el año 1967 viajó hasta A Coruña para estudiar náutica, trayendo entre su equipaje una tabla de surf y

marcando así los orígenes de este deporte en Galicia. A Félix le seguirían otros surfistas locales, hoy míticos, como Miguel Camarero, Gonzalo Viana, Francisco Tizón, Roberto Fariña o Carlos Bremón. Sin embargo, en las Rías Baixas gallegas, fueron surfistas extranjeros –posiblemente australianos y neozelandeses-, los primeros en surfear las olas de Patos, en Nigrán. Estos viajeros llegaron a Galicia siguiendo la ruta costera que atraviesa la costa cantábrica y

El Camino Inglés discurre a lo largo de la zona más propicia para la práctica del surf en Galicia

atlántica, que coincide en buena parte de su trazado con el Camino del Norte y el Camino Portugués. Los pasos de estos desconocidos extranjeros serían seguidos por los hermanos Montenegro, Nicolás Pita, Ángeles Vega y, con posterioridad, por los hermanos Irisarri. De todos los trazados que cruzan Galicia hemos de destacar, por su vinculación con el surf, el Camino Inglés. Este, sobre todo en su inicio, discurre a lo largo de la zona más propicia para la práctica de este deporte

El Camino Inglés se inicia en Ferrol, posiblemente el municipio de Galicia junto con el vecino de Valdoviño, con las mejores playas para la práctica del surf en nuestra comunidad. En general, la costa gallega, caracterizada por su accidentalidad –repleta de bahías, entrantes y cabos-, permite que, en muy pocos kilómetros, un surfista pueda encontrar playas totalmente abiertas al oleaje y con muy distinta orientación. Esto asegura, independientemente de la dirección del viento, que siempre podrá disfrutar de un arenal con condiciones perfectas. Desde la visión de surfista, el Camino debería comenzar en Cedeira. A poco más de una hora de este pueblo está el arenal de Villarrube, uno de los paraísos de las olas invernales gallegas. Dejando Villarrube, tras pasar por la playa de O Baleo, llegamos a Pantín, en donde se celebra desde 1988 el Pantín Classic, prueba que forma parte del circuito mundial de surf. Por allí, han pasado en todos estos años surfistas de más de treinta países. Entre ellos, varios campeones mundiales, como Joel Parkinson, Tom Curren, Sunny Garcia o Sofia Mulanovich. Cada año, cientos de jóvenes venidos de otros tantos países

hacen su personal peregrinación a las olas de Pantín, en busca de la victoria en este campeonato. Pero en Pantín el viajero puede encontrar mucho más que olas. Allí se encuentra una de las más importantes lagunas costeras de nuestra geografía. Tras Pantín llegamos a la playa de A Frouxeira, el arenal más extenso de la costa de Ferrolterra. La vista de la inmensa playa es dominada por la presencia de la laguna de Valdoviño, reconocida a nivel internacional por su importancia en el proceso de migración de las aves. Después, en el siguiente tramo de la costa, la playa de Campelo, de potentes olas, se convierte en una nueva parada obligatoria.

Playas de Ferrol

Tras atravesar la costa acantilada del municipio de Narón, llegamos a las playas de Ferrol. San Xurxo es el destino para las mejores olas invernales mientras que Doniños se puede calificar como la joya de entre todas las de la zona. Las playas continúan por una costa que mantiene en secreto algunas de sus mejores olas para que el visitante más curioso las descubra, sobre todo durante los grandes temporales. En esos días, los arenales más protegidos, que normalmente no acaparan la atención de los surfistas, se convierten en lugares de interés. Es el caso de Pontedeume, Cabanas y Miño. Destaca la ola de O Pedrido, rompiente que ha sido cali-

ficada como la más larga de Galicia, e incluso alguien se ha atrevido a decir que de Europa. La ola toma su nombre del puente que atraviesa la ría de Betanzos en la desembocadura del río Mandeo, entre los municipios de Miño, Paderne y Bergondo. Desde el año 2010, se celebra allí el festival de longboard Onda Longa. A partir de Paderne, el Camino se introduce hacia el interior, dejando para el recuerdo un recorrido de excelentes olas surfeadas.

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UN ENCUENTRO DE SABORES EN LA RUTA MÁS DESCONOCIDA Aser Álvarez. PErIoDISTa aUTor DE La GUÍa THE SLOW ENGLISH WAY Y DE oTroS TraBaJoS SoBrE La rUTa JaCoBEa

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Solo dos de cada cien peregrinos que hoy llegan a Santiago eligen el Camino Inglés, una ruta jacobea que se puede hacer en cuatro o cinco días a pie. A lo largo de este recorrido podemos experimentar lo mejor de la gastronomía de Galicia. Desde la oferta más tradicional de las tabernas y tascas, que encontramos en cualquiera de las dos variantes de esta ruta –especialmente en Betanzos o Pontedeume-, y

en la meta -con templos como el Gato Negro o el Negreira-, hasta la cocina de vanguardia de los restaurantes donde derrochan talento y pasión las nuevas generaciones de cocineros, como Beatriz Sotelo y Xoán Crujeiras, quienes incluso han creado un menú especial del Camino Inglés que podemos degustar en A Estación de Cambre. Descubriremos un camino repleto de sabores y aromas

que ha de ser degustada a fuego lento para poder disfrutar de las agradables sorpresas que esconde.

Desde el mar hacia el interior

Sabores y aromas nos van llevando desde la costa hacia el interior

que nos van llevando desde la costa hacia el interior, a través de unas comarcas que nos permitirán descubrir la enorme variedad de nuestra cultura gastronómica, con los mejores productos del mar y de la tierra. Desde los pescados y mariscos frescos de las rías hasta los mejores productos del rural. Son productos que nutren nuestros pasos en una ruta muy singular desde el punto de vista culinario,

Tanto si empezamos la ruta en A Coruña como si lo hacemos desde Ferrol es obligatoria una visita a sus mercados locales de abastos para conocer la variedad de productos frescos de las rías de Galicia y comenzar nuestro recorrido a fuego lento por la gastronomía gallega en toda su extensión, desde la costa hacia el interior. Las mejores tortillas de España nos esperan en Betanzos, donde el Mesón O Pote es la referencia para los amantes de este producto. Un mar de

huevo y patata sellado a fuego para honrar la memoria de Angelita, la mujer que hizo famosa la tortilla betanceira y su sorprendente receta con tres huevos por patata y siempre sin cebolla. En Betanzos se habla más de tortilla que de fútbol, algo que el caminante agradece. Especialmente cuando se marida este plato con blanco o tinto de la tierra, “vinos cadetes y jóvenes”, como los definía Álvaro Cunqueiro, y que durante siglos fueron exportados para la Marina inglesa. En el mercado de la Magdalena de Ferrol podemos encontrar otro de los secretos mejor guardados de la ruta. Son los roxóns (chicharrones, en castellano), un producto

Típica vitrina de un restaurante en Santiago de Compostela

Trucha frita servida como tapa

elaborado con la carne que rodea la tripa del cerdo. Cocida a fuego lento en una olla, en su propia grasa, durante dos horas, se transforma en una explosión de sabor con forma de rosetón y con textura de corteza. Los roxóns se comen fríos y con sal gorda. Para obtener un kilo de esta exquisitez necesitamos cinco kilos de materia prima.

Tradición panadera Dos de los mejores panes de Galicia también están en el Camino Inglés, en Carral y Neda -en la variante coruñesa o ferrolana respectivamente-. La historia del pan de Neda, cerca de Ferrol, se remonta a la Edad Media. Los molinos y la extraordinaria calidad de las aguas del río Belelle hicieron posible el surgimiento de una potente tradición panadera en esta villa, que incluso llegó a abastecer a la Armada Invencible. El pan de Carral también es un producto de alta calidad y su presentación suele ser en forma de bolla, y aunque es más esponjoso y menos contundente que el anterior, también es uno de los mejores panes de Galicia, que ya es mucho decir.

Cabra al final de la ruta Al final de la ruta nos esperan las Uñas de San Lázaro, típico plato de este barrio compostelano. Se comen especialmente en marzo, coincidiendo con la fiesta y el tiempo de los bertóns, una

verdura típica de esta zona que se combina con patatas, chorizos y la mano del cerdo, la cual necesita una larga y lenta cocción para deshacerse en nuestra boca. La cabra siempre ha sido el producto estrella de las fiestas de algunos barrios de Santiago. Aunque la tradición se ha ido perdiendo, todavía pervive en algunas tabernas de Vista Alegre, como O Tarelo, en Vite, A Pontepedriña o Conxo, donde en el mes de septiembre se celebra la fiesta de la cabra. El Quijote y el Paz Nogueira son dos restaurantes imprescindibles para quien desee ganar su Compostela con este manjar de la gastronomía tradicional de Santiago.

En el Camino vamos a poder experimentar la gastronomía gallega en toda su extensión

065


UN ENCUENTRO DE SABORES EN LA RUTA MÁS DESCONOCIDA Aser Álvarez. PErIoDISTa aUTor DE La GUÍa THE SLOW ENGLISH WAY Y DE oTroS TraBaJoS SoBrE La rUTa JaCoBEa

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Solo dos de cada cien peregrinos que hoy llegan a Santiago eligen el Camino Inglés, una ruta jacobea que se puede hacer en cuatro o cinco días a pie. A lo largo de este recorrido podemos experimentar lo mejor de la gastronomía de Galicia. Desde la oferta más tradicional de las tabernas y tascas, que encontramos en cualquiera de las dos variantes de esta ruta –especialmente en Betanzos o Pontedeume-, y

en la meta -con templos como el Gato Negro o el Negreira-, hasta la cocina de vanguardia de los restaurantes donde derrochan talento y pasión las nuevas generaciones de cocineros, como Beatriz Sotelo y Xoán Crujeiras, quienes incluso han creado un menú especial del Camino Inglés que podemos degustar en A Estación de Cambre. Descubriremos un camino repleto de sabores y aromas

que ha de ser degustada a fuego lento para poder disfrutar de las agradables sorpresas que esconde.

Desde el mar hacia el interior

Sabores y aromas nos van llevando desde la costa hacia el interior

que nos van llevando desde la costa hacia el interior, a través de unas comarcas que nos permitirán descubrir la enorme variedad de nuestra cultura gastronómica, con los mejores productos del mar y de la tierra. Desde los pescados y mariscos frescos de las rías hasta los mejores productos del rural. Son productos que nutren nuestros pasos en una ruta muy singular desde el punto de vista culinario,

Tanto si empezamos la ruta en A Coruña como si lo hacemos desde Ferrol es obligatoria una visita a sus mercados locales de abastos para conocer la variedad de productos frescos de las rías de Galicia y comenzar nuestro recorrido a fuego lento por la gastronomía gallega en toda su extensión, desde la costa hacia el interior. Las mejores tortillas de España nos esperan en Betanzos, donde el Mesón O Pote es la referencia para los amantes de este producto. Un mar de

huevo y patata sellado a fuego para honrar la memoria de Angelita, la mujer que hizo famosa la tortilla betanceira y su sorprendente receta con tres huevos por patata y siempre sin cebolla. En Betanzos se habla más de tortilla que de fútbol, algo que el caminante agradece. Especialmente cuando se marida este plato con blanco o tinto de la tierra, “vinos cadetes y jóvenes”, como los definía Álvaro Cunqueiro, y que durante siglos fueron exportados para la Marina inglesa. En el mercado de la Magdalena de Ferrol podemos encontrar otro de los secretos mejor guardados de la ruta. Son los roxóns (chicharrones, en castellano), un producto

Típica vitrina de un restaurante en Santiago de Compostela

Trucha frita servida como tapa

elaborado con la carne que rodea la tripa del cerdo. Cocida a fuego lento en una olla, en su propia grasa, durante dos horas, se transforma en una explosión de sabor con forma de rosetón y con textura de corteza. Los roxóns se comen fríos y con sal gorda. Para obtener un kilo de esta exquisitez necesitamos cinco kilos de materia prima.

Tradición panadera Dos de los mejores panes de Galicia también están en el Camino Inglés, en Carral y Neda -en la variante coruñesa o ferrolana respectivamente-. La historia del pan de Neda, cerca de Ferrol, se remonta a la Edad Media. Los molinos y la extraordinaria calidad de las aguas del río Belelle hicieron posible el surgimiento de una potente tradición panadera en esta villa, que incluso llegó a abastecer a la Armada Invencible. El pan de Carral también es un producto de alta calidad y su presentación suele ser en forma de bolla, y aunque es más esponjoso y menos contundente que el anterior, también es uno de los mejores panes de Galicia, que ya es mucho decir.

Cabra al final de la ruta Al final de la ruta nos esperan las Uñas de San Lázaro, típico plato de este barrio compostelano. Se comen especialmente en marzo, coincidiendo con la fiesta y el tiempo de los bertóns, una

verdura típica de esta zona que se combina con patatas, chorizos y la mano del cerdo, la cual necesita una larga y lenta cocción para deshacerse en nuestra boca. La cabra siempre ha sido el producto estrella de las fiestas de algunos barrios de Santiago. Aunque la tradición se ha ido perdiendo, todavía pervive en algunas tabernas de Vista Alegre, como O Tarelo, en Vite, A Pontepedriña o Conxo, donde en el mes de septiembre se celebra la fiesta de la cabra. El Quijote y el Paz Nogueira son dos restaurantes imprescindibles para quien desee ganar su Compostela con este manjar de la gastronomía tradicional de Santiago.

En el Camino vamos a poder experimentar la gastronomía gallega en toda su extensión

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LOS PRODUCTOS MÁS TíPICOS PARA DEGUSTAR Pescados Una gran variedad de especies se venden a diario en plazas con historia como el Mercado de la Magdalena de Ferrol.

Marisco Navajas, mejillones y percebes son extraídos a diario del mar de Galicia.

Pulpo á feira Siempre presente en las cartas de bares, tascas y restaurantes.

066

067 Pimientos de o Couto (Ferrolterra) Cultivados en once municipios de la comarca de Ferrolterra, cuentan con Indicación Geográfica Protegida (IGP). Su principal característica es que no pican, al contrario que los de Padrón, que se pueden comprar en el concurrido Mercado de Abastos de Santiago.

roxóns (Ferrol) Son elaborados de forma distinta al resto de Galicia, a base de tripa de cerdo.

Tortilla de Betanzos La más famosa, lleva tres huevos por patata y siempre sin cebolla.


LOS PRODUCTOS MÁS TíPICOS PARA DEGUSTAR Pescados Una gran variedad de especies se venden a diario en plazas con historia como el Mercado de la Magdalena de Ferrol.

Marisco Navajas, mejillones y percebes son extraídos a diario del mar de Galicia.

Pulpo á feira Siempre presente en las cartas de bares, tascas y restaurantes.

066

067 Pimientos de o Couto (Ferrolterra) Cultivados en once municipios de la comarca de Ferrolterra, cuentan con Indicación Geográfica Protegida (IGP). Su principal característica es que no pican, al contrario que los de Padrón, que se pueden comprar en el concurrido Mercado de Abastos de Santiago.

roxóns (Ferrol) Son elaborados de forma distinta al resto de Galicia, a base de tripa de cerdo.

Tortilla de Betanzos La más famosa, lleva tres huevos por patata y siempre sin cebolla.


Pan de Neda Uno de los mejores panes de Galicia junto con el de Carral.

Tarta de Santiago Obligado probar este dulce típico a la llegada a la capital de Galicia. Igual que los Caprichos, está hecha con almendra, huevos y azúcar, pero nada de harina. Producto con Indicación Geográfica Protegida (IGP).

068

069 003

Tarta de castañas (Ferrol) Con una base de hojaldre, está rellena con capas de bizcocho y crema de castaña.

Caprichos de Santiago Dulce hecho con almendra, huevo y azúcar.


Pan de Neda Uno de los mejores panes de Galicia junto con el de Carral.

Tarta de Santiago Obligado probar este dulce típico a la llegada a la capital de Galicia. Igual que los Caprichos, está hecha con almendra, huevos y azúcar, pero nada de harina. Producto con Indicación Geográfica Protegida (IGP).

068

069 003

Tarta de castañas (Ferrol) Con una base de hojaldre, está rellena con capas de bizcocho y crema de castaña.

Caprichos de Santiago Dulce hecho con almendra, huevo y azúcar.


orfebrería en Ferrol, palilleiras en Neda, tonelería en Betanzos, cerámica en Cabanas y a Coruña o las famosas gaitas Seivane de Cambre,

TIERRA DE ARTESANÍA

son algunas de las artesanías del Camino

Manuel González PrESIDENTE DE La aSoCIaCIÓN GaLEGa DE arTESÁNS (aGa) Platero

070

El Camino Inglés comienza en una zona repleta de sorprendentes talleres artesanales de muy diversos oficios. La aplicación gratuita para teléfonos inteligentes (Smartphones) llamada Obradoiros Abertos (Talleres Abiertos, en castellano), proporciona información de la mayoría de ellos y los geolocaliza por proximidad, lo que supone una excelente herramienta para preparar la visita. Proponemos un recorrido de artesanías ordenadas, siguiendo el Camino hasta Santiago.

orfebres y palilleiras

En Ferrol y su área urbana se encuentran algunos talleres de orfebrería y construcción de instrumentos tradicionales, y también otros de vidrieras o marroquinería. A pocos kilómetros, en Neda, la Asociación de Palilleiras Filigrana desarrolla una intensa actividad en relación a la enseñanza y producción de encajes. Es esta una actividad artesanal tradicional que han ejercido históricamente miles de mujeres en las poblaciones costeras de la provincia de A Coruña, espe-

cialmente en la zona de la Costa da Morte, aunque también en muchas otras poblaciones como en el área ferrolana. Palilleiras es el nombre habitual de estas artesanas que utilizan multitud de palillos de madera para realizar los famosos encajes. Ya en el ayuntamiento de Cabanas se encuentran varios talleres artesanales de orfebrería, madera y cerámica. En Soñeiro (Sada) se ubica un obrador especializado en reproducciones arqueológicas y piezas contemporáneas, con resultados muy curiosos y sorprendentes. La mayoría de los orfebres de Galicia utilizan como materia prima principal la plata y, para los engarces, el azabache. Este es un lignito utilizado como piedra semipreciosa y al que los primeros peregrinos del Camino de Santiago atribuían propiedades de talismán.

Tonelería

Dando un paseo por el casco histórico de Betanzos tampoco es difícil encontrar un taller de orfebrería. Otra visita puede ser el Centro Internacional

Palilleira

Taller de marroquinería

de Estampa Contemporánea, con sus espectaculares talleres de grabado. Una de las actividades tradicionales en esta villa es la tonelería, con cuya técnica se produce uno de los iconos más reconocibles de la artesanía tradicional de Galicia: las sellas o recipientes de madera, utilizados para transportar y almacenar el agua. En Betanzos aún está en activo un taller que, además de sellas, realiza baldes, toneles y otros objetos de madera.

artesanías singulares

Por toda la ciudad de A Coruña y su área de influencia encontramos artesanos de especial singularidad, talleres textiles, orfebres, constructores de guitarras eléctricas, talleres de encuadernación, marroquinería, guarnicionería, grabado y varios talleres-escuela de cerámica. Todos ellos dan cuenta de la enorme riqueza de la zona en cuanto a artesanía. Para conocerla mejor, es visita obligada a alguno de estos locales.

En el vecino municipio de Culleredo, en concreto en O Burgo, se encuentra un importante taller de encajes tradicionales y contemporáneos. Su responsable, reconocida bordadora en Galicia, ha editado varias publicaciones antológicas relacionadas con el diseño del encaje tradicional en la región.

Textil, escultura y gaitas

A pocos kilómetros de A Coruña, en Cambre, encontramos excelentes talleres de textil o marroquinería. Además, uno

de los más singulares de Galicia, dedicado a la producción de maquetas a escala de vehículos de época. Sus automóviles, aviones o barcos son verdaderos objetos de colección hechos con una perfección sorprendente. A unos tres kilómetros del centro de la villa, en dirección a Guísamo, está el taller de gaitas Seivane, galardonado recientemente con el Premio Nacional de Artesanía y Medalla Castelao. Este es un lugar venerado por todos los gaiteros de Galicia y muchos otros instrumentistas de dife-

rentes latitudes. En San Román (Abegondo), se encuentra el taller del escultor Francisco Escudero, cuya obra se reconoce en muchos lugares de la comarca como en plazas, edificios o monumentos. La piedra es uno de la materiales más abundantes en Galicia, y la fama de sus canteros y escultores se mantiene en todo el mundo. En Quembre (Carral), se ubica un taller textil que produce tejidos exclusivos en telares de bajo lizo y también confecciona prendas con estas telas. Con anterioridad a la Revolución Industrial, el textil artesanal llegó a ser una de las actividades productivas más importantes de Galicia, con telares en prácticamente todas las aldeas. Su importancia ha quedado reflejada en multitud de topónimos de poblaciones y lugares relacionados con el cultivo o el procesado del lino. En la actualidad existen talleres que han recuperado esta cultura textil y la han actualizado con nuevos diseños y materiales.

azabache y marroquinería

Pasados los municipios anteriores, el Camino Inglés discurre principalmente por zonas

dedicadas a la agricultura o la ganadería en la que será posible encontrar a alguna persona que realice cestos. La confección de este tipo de recipientes ha sido habitual en cada aldea como complemento del resto de las actividades agrarias y es, aún hoy, una tradición que se mantiene viva. Habrá que esperar a llegar a Santiago para encontrar multitud de artesanos en su casco histórico: orfebres, azabacheros, marroquineros, canteros, imagineros, productores de instrumentos tradicionales y herreros, así como algunas tiendas especializadas en las que comprar una excelente selección de artesanía de toda Galicia.

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orfebrería en Ferrol, palilleiras en Neda, tonelería en Betanzos, cerámica en Cabanas y a Coruña o las famosas gaitas Seivane de Cambre,

TIERRA DE ARTESANÍA

son algunas de las artesanías del Camino

Manuel González PrESIDENTE DE La aSoCIaCIÓN GaLEGa DE arTESÁNS (aGa) Platero

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El Camino Inglés comienza en una zona repleta de sorprendentes talleres artesanales de muy diversos oficios. La aplicación gratuita para teléfonos inteligentes (Smartphones) llamada Obradoiros Abertos (Talleres Abiertos, en castellano), proporciona información de la mayoría de ellos y los geolocaliza por proximidad, lo que supone una excelente herramienta para preparar la visita. Proponemos un recorrido de artesanías ordenadas, siguiendo el Camino hasta Santiago.

orfebres y palilleiras

En Ferrol y su área urbana se encuentran algunos talleres de orfebrería y construcción de instrumentos tradicionales, y también otros de vidrieras o marroquinería. A pocos kilómetros, en Neda, la Asociación de Palilleiras Filigrana desarrolla una intensa actividad en relación a la enseñanza y producción de encajes. Es esta una actividad artesanal tradicional que han ejercido históricamente miles de mujeres en las poblaciones costeras de la provincia de A Coruña, espe-

cialmente en la zona de la Costa da Morte, aunque también en muchas otras poblaciones como en el área ferrolana. Palilleiras es el nombre habitual de estas artesanas que utilizan multitud de palillos de madera para realizar los famosos encajes. Ya en el ayuntamiento de Cabanas se encuentran varios talleres artesanales de orfebrería, madera y cerámica. En Soñeiro (Sada) se ubica un obrador especializado en reproducciones arqueológicas y piezas contemporáneas, con resultados muy curiosos y sorprendentes. La mayoría de los orfebres de Galicia utilizan como materia prima principal la plata y, para los engarces, el azabache. Este es un lignito utilizado como piedra semipreciosa y al que los primeros peregrinos del Camino de Santiago atribuían propiedades de talismán.

Tonelería

Dando un paseo por el casco histórico de Betanzos tampoco es difícil encontrar un taller de orfebrería. Otra visita puede ser el Centro Internacional

Palilleira

Taller de marroquinería

de Estampa Contemporánea, con sus espectaculares talleres de grabado. Una de las actividades tradicionales en esta villa es la tonelería, con cuya técnica se produce uno de los iconos más reconocibles de la artesanía tradicional de Galicia: las sellas o recipientes de madera, utilizados para transportar y almacenar el agua. En Betanzos aún está en activo un taller que, además de sellas, realiza baldes, toneles y otros objetos de madera.

artesanías singulares

Por toda la ciudad de A Coruña y su área de influencia encontramos artesanos de especial singularidad, talleres textiles, orfebres, constructores de guitarras eléctricas, talleres de encuadernación, marroquinería, guarnicionería, grabado y varios talleres-escuela de cerámica. Todos ellos dan cuenta de la enorme riqueza de la zona en cuanto a artesanía. Para conocerla mejor, es visita obligada a alguno de estos locales.

En el vecino municipio de Culleredo, en concreto en O Burgo, se encuentra un importante taller de encajes tradicionales y contemporáneos. Su responsable, reconocida bordadora en Galicia, ha editado varias publicaciones antológicas relacionadas con el diseño del encaje tradicional en la región.

Textil, escultura y gaitas

A pocos kilómetros de A Coruña, en Cambre, encontramos excelentes talleres de textil o marroquinería. Además, uno

de los más singulares de Galicia, dedicado a la producción de maquetas a escala de vehículos de época. Sus automóviles, aviones o barcos son verdaderos objetos de colección hechos con una perfección sorprendente. A unos tres kilómetros del centro de la villa, en dirección a Guísamo, está el taller de gaitas Seivane, galardonado recientemente con el Premio Nacional de Artesanía y Medalla Castelao. Este es un lugar venerado por todos los gaiteros de Galicia y muchos otros instrumentistas de dife-

rentes latitudes. En San Román (Abegondo), se encuentra el taller del escultor Francisco Escudero, cuya obra se reconoce en muchos lugares de la comarca como en plazas, edificios o monumentos. La piedra es uno de la materiales más abundantes en Galicia, y la fama de sus canteros y escultores se mantiene en todo el mundo. En Quembre (Carral), se ubica un taller textil que produce tejidos exclusivos en telares de bajo lizo y también confecciona prendas con estas telas. Con anterioridad a la Revolución Industrial, el textil artesanal llegó a ser una de las actividades productivas más importantes de Galicia, con telares en prácticamente todas las aldeas. Su importancia ha quedado reflejada en multitud de topónimos de poblaciones y lugares relacionados con el cultivo o el procesado del lino. En la actualidad existen talleres que han recuperado esta cultura textil y la han actualizado con nuevos diseños y materiales.

azabache y marroquinería

Pasados los municipios anteriores, el Camino Inglés discurre principalmente por zonas

dedicadas a la agricultura o la ganadería en la que será posible encontrar a alguna persona que realice cestos. La confección de este tipo de recipientes ha sido habitual en cada aldea como complemento del resto de las actividades agrarias y es, aún hoy, una tradición que se mantiene viva. Habrá que esperar a llegar a Santiago para encontrar multitud de artesanos en su casco histórico: orfebres, azabacheros, marroquineros, canteros, imagineros, productores de instrumentos tradicionales y herreros, así como algunas tiendas especializadas en las que comprar una excelente selección de artesanía de toda Galicia.

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COMPOSTELA: LA LLEGADA A SANTIAGO Noelia Antelo PErIoDISTa

072

Tras haber salido días antes de Ferrol o A Coruña, los peregrinos llegan a Santiago de Compostela, la ciudad del Apóstol. Objetivo cumplido. Atrás queda un largo camino lleno de sacrificios pero también de satisfacciones. La recompensa última: recoger la Compostela. Eso sí, solo para los que hayan partido de Ferrol, pues habrán cumplido con el mínimo de los cien kilómetros necesarios. Escrito en latín, este documento acreditativo de haber hecho el Camino –por motivos religiosos o espirituales- se recoge en la Oficina del Peregrino, a donde llegan los caminantes para entregar su credencial sellada que confirma su paso por todos los lugares de la ruta. También hay la posibilidad de pagar –solo 3 euros- por otro documento, un certificado personalizado que recordará el punto de partida, los kilómetros y la fecha en que tuvo lugar la enriquecedora experiencia. Antes de acudir a por tan ansiado documento, los peregrinos hacen su parada obligada

en la plaza del Obradoiro. Allí, en el punto central en el que confluyen los pasillos radiales –los únicos que existían hasta el siglo XX- se encuentran con una placa, el kilómetro cero para todos los caminantes, donde se puede leer que el Camino de Santiago es nombrado Primer Itinerario Cultural Europeo en 1987. A esto hay que añadir que, desde 1985, Santiago de Compostela es Patrimonio de la Humanidad.

arte en el obradoiro

Del merecido reconocimiento que otorga la UNESCO no dudan aquellos que se sientan a descansar en el suelo empedrado del Obradoiro. La plaza recibe este nombre por los talleres de los canteros que trabajaban en la construcción de la Catedral. La majestuosa fachada del templo está presidida por las dos torres románicas convertidas en barrocas y el retablo central, donde Santiago es un peregrino. Más mágica, si cabe, luce el 24 de julio, víspera de la celebración

de Santiago Apóstol, día de Galicia. Esa noche tiene lugar la “quema de la fachada”, nombre que proviene de la quema real que se hacía de una estructura de madera colocada delante de la misma. Hoy, se trata de un espectáculo de luces y sonido que termina con unos fuegos de artificio que iluminan la ciudad. Además de entrar al interior del edificio, es casi obligatorio subir a las cubiertas de la Catedral de Santiago. Hay visitas guiadas cada día y la panorámica de la ciudad es impresionante. Además, desde este cielo de piedra se podrán entender mejor las etapas de construcción del templo y tener casi al alcance sus torres. Bajamos las estrechas escaleras que nos han llevado a 30 metros

Cada día de verano la oficina del Peregrino recibe a más de un millar de caminantes

de altura, a los tejados de la Catedral. Volvemos a esos peregrinos sentados en la plaza. El resto de los edificios que la rodean merecen también su atención. Justo adosado a la Catedral, el Pazo de Xelmírez, construido en los siglos XII y XIII por iniciativa del obispo Diego Xelmírez para sustituir a la antigua residencia episcopal. Se trata del ejemplo más representativo de arquitectura románica civil en España. En frente al templo, el Pazo de Raxoi –sede del Ayuntamiento de la ciudad-. A los lados, el Colexio de San Xerome –donde está el Rectorado de la universidad- y el Hostal dos Reis Católicos –parador nacional-, símbolo de la hospitalidad con la que la ciudad recibe a los peregrinos y turistas. De diferentes estilos arquitectónicos, los edificios consiguen una gran armonía, unidos además por la omnipresencia de la figura del Apóstol en diferentes situaciones.

Más allá de la Catedral

Cualquier turista debería pararse en otros tres lugares, donde arte e historia van de la mano. Son las plazas que rodean la Catedral de Santiago. A la izquierda de la misma, la plaza de Azabachería, donde se encuentra el monasterio de San Martiño Pinario. En el lado opuesto, la plaza de Praterías, con la torre del reloj: la Berenguela. En la parte trasera, a Quintana. Aquí se encuentra la llamada Porta Santa, que solo se abre en Año Jacobeo –cuando el 25 de julio es domingo-. Más allá de su núcleo, todo el casco histórico de la ciudad es

La recompensa última es recoger la Compostela

073

un buen lugar para perderse, en sentido metafórico. Sus estrechas calles esconden rincones encantadores, y no solo por la presencia de monumentos. Son los pequeños detalles y el ambiente que se respira. Los mimos y su creatividad, los músicos y el sonido de sus gaitas o de sus arpas... Todos se integran en este espacio creando una atmósfera mágica para el visitante. Por supuesto, turistas y peregrinos disfrutarán recorriendo la calle del Hórreo con sus tiendas dedicadas a la tarta de Santiago y otros postres, sus bares y sus restaurantes, ¡con escaparates llenos de marisco! Una de las muchas

opciones, tras un día dedicado a la cultura, es disfrutar de una ruta de vinos y tapas por los locales de estas callejuelas de piedra. La Oficina del Peregrino recibe cada día de verano más de mil caminantes, incluso más de dos mil los fines de semana. De ellos, son los menos aquellos que se decantan por el Camino Inglés. Quienes lo eligen resaltan lo bueno de disfrutar de una ruta menos saturada que ofrece, además, la posibilidad de descubrirla con calma en pocos días. Y al final, el regalo es el mismo. Compostela, una ciudad que enamora a todos aquellos que la visitan.


COMPOSTELA: LA LLEGADA A SANTIAGO Noelia Antelo PErIoDISTa

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Tras haber salido días antes de Ferrol o A Coruña, los peregrinos llegan a Santiago de Compostela, la ciudad del Apóstol. Objetivo cumplido. Atrás queda un largo camino lleno de sacrificios pero también de satisfacciones. La recompensa última: recoger la Compostela. Eso sí, solo para los que hayan partido de Ferrol, pues habrán cumplido con el mínimo de los cien kilómetros necesarios. Escrito en latín, este documento acreditativo de haber hecho el Camino –por motivos religiosos o espirituales- se recoge en la Oficina del Peregrino, a donde llegan los caminantes para entregar su credencial sellada que confirma su paso por todos los lugares de la ruta. También hay la posibilidad de pagar –solo 3 euros- por otro documento, un certificado personalizado que recordará el punto de partida, los kilómetros y la fecha en que tuvo lugar la enriquecedora experiencia. Antes de acudir a por tan ansiado documento, los peregrinos hacen su parada obligada

en la plaza del Obradoiro. Allí, en el punto central en el que confluyen los pasillos radiales –los únicos que existían hasta el siglo XX- se encuentran con una placa, el kilómetro cero para todos los caminantes, donde se puede leer que el Camino de Santiago es nombrado Primer Itinerario Cultural Europeo en 1987. A esto hay que añadir que, desde 1985, Santiago de Compostela es Patrimonio de la Humanidad.

arte en el obradoiro

Del merecido reconocimiento que otorga la UNESCO no dudan aquellos que se sientan a descansar en el suelo empedrado del Obradoiro. La plaza recibe este nombre por los talleres de los canteros que trabajaban en la construcción de la Catedral. La majestuosa fachada del templo está presidida por las dos torres románicas convertidas en barrocas y el retablo central, donde Santiago es un peregrino. Más mágica, si cabe, luce el 24 de julio, víspera de la celebración

de Santiago Apóstol, día de Galicia. Esa noche tiene lugar la “quema de la fachada”, nombre que proviene de la quema real que se hacía de una estructura de madera colocada delante de la misma. Hoy, se trata de un espectáculo de luces y sonido que termina con unos fuegos de artificio que iluminan la ciudad. Además de entrar al interior del edificio, es casi obligatorio subir a las cubiertas de la Catedral de Santiago. Hay visitas guiadas cada día y la panorámica de la ciudad es impresionante. Además, desde este cielo de piedra se podrán entender mejor las etapas de construcción del templo y tener casi al alcance sus torres. Bajamos las estrechas escaleras que nos han llevado a 30 metros

Cada día de verano la oficina del Peregrino recibe a más de un millar de caminantes

de altura, a los tejados de la Catedral. Volvemos a esos peregrinos sentados en la plaza. El resto de los edificios que la rodean merecen también su atención. Justo adosado a la Catedral, el Pazo de Xelmírez, construido en los siglos XII y XIII por iniciativa del obispo Diego Xelmírez para sustituir a la antigua residencia episcopal. Se trata del ejemplo más representativo de arquitectura románica civil en España. En frente al templo, el Pazo de Raxoi –sede del Ayuntamiento de la ciudad-. A los lados, el Colexio de San Xerome –donde está el Rectorado de la universidad- y el Hostal dos Reis Católicos –parador nacional-, símbolo de la hospitalidad con la que la ciudad recibe a los peregrinos y turistas. De diferentes estilos arquitectónicos, los edificios consiguen una gran armonía, unidos además por la omnipresencia de la figura del Apóstol en diferentes situaciones.

Más allá de la Catedral

Cualquier turista debería pararse en otros tres lugares, donde arte e historia van de la mano. Son las plazas que rodean la Catedral de Santiago. A la izquierda de la misma, la plaza de Azabachería, donde se encuentra el monasterio de San Martiño Pinario. En el lado opuesto, la plaza de Praterías, con la torre del reloj: la Berenguela. En la parte trasera, a Quintana. Aquí se encuentra la llamada Porta Santa, que solo se abre en Año Jacobeo –cuando el 25 de julio es domingo-. Más allá de su núcleo, todo el casco histórico de la ciudad es

La recompensa última es recoger la Compostela

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un buen lugar para perderse, en sentido metafórico. Sus estrechas calles esconden rincones encantadores, y no solo por la presencia de monumentos. Son los pequeños detalles y el ambiente que se respira. Los mimos y su creatividad, los músicos y el sonido de sus gaitas o de sus arpas... Todos se integran en este espacio creando una atmósfera mágica para el visitante. Por supuesto, turistas y peregrinos disfrutarán recorriendo la calle del Hórreo con sus tiendas dedicadas a la tarta de Santiago y otros postres, sus bares y sus restaurantes, ¡con escaparates llenos de marisco! Una de las muchas

opciones, tras un día dedicado a la cultura, es disfrutar de una ruta de vinos y tapas por los locales de estas callejuelas de piedra. La Oficina del Peregrino recibe cada día de verano más de mil caminantes, incluso más de dos mil los fines de semana. De ellos, son los menos aquellos que se decantan por el Camino Inglés. Quienes lo eligen resaltan lo bueno de disfrutar de una ruta menos saturada que ofrece, además, la posibilidad de descubrirla con calma en pocos días. Y al final, el regalo es el mismo. Compostela, una ciudad que enamora a todos aquellos que la visitan.


La esencia radica en la posibilidad de un encuentro consigo mismo y el diálogo con

EL MILAGRO DEL CAMINO Tomás Álvarez ESCrITor Y PErIoDISTa

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La vieira es el símbolo del Camino

Avanzar hacia Compostela es para muchos viajeros una experiencia extraordinaria, traumática. Para algunos, incluso, ese recorrido marca un antes y después en su existencia. ¿Cuál es la razón causante de tal impacto emocional? El ser humano está sometido en nuestros días a una incesante saturación de comunicaciones que condicionan su comportamiento. La industria cultural imparte mensajes persuasivos que le mueven irracionalmente hacia el consumo, condicionan sus comportamientos e incluso sus creencias. Desde los edificios, los autobuses, las instituciones, los centros comerciales y, sobre todo, desde los medios de masas se envían al simple mortal mensajes imperativos, mostrándole cómo ha de pensar, votar o adquirir productos, generando una presión de tal magnitud que crea en el ser humano una angustia de la que no se liberará jamás El peregrinaje regala al viajero algo que jamás puede conseguir en su propia casa, en los

parques urbanos o incluso en unas vacaciones programadas en la playa o la montaña. Ofrece la soledad y la posibilidad de pensar.

Un viaje para conocerse

Alejado de su entorno habitual, liberado de sus ataduras laborales, trasplantado a otro paisaje y a una sociedad distinta, el peregrino marcha la mayor parte del tiempo en soledad. Incluso cuando va con algún amigo, el avance se hace en hilera la mayor parte del tiempo. En un silencio especial se palpa el latido de la naturaleza, se contempla el brillo de las alas de los saltamontes, se siente el zumbido de las abejas o el lejano cacarear de las aves de corral. Liberado de la presión persuasiva, el caminante acaba internándose en su mundo más personal. Además, contempla su vida diaria como si correspondiese a una existencia ajena que ahora él puede percibir nítidamente, con sus angustias y dilemas. Por primera vez es capaz de analizarse

a sí mismo con cierta objetividad y aprende a distinguir lo que es trascendente de lo fútil, a descubrir sus caminos errados e incluso a replantear los proyectos personales. En el medievo, gran parte de los peregrinos marcharon en busca de lugares sagrados impelidos por el hambre, las enfermedades y la guerra. Con una menguada esperanza de vida –de 20 a 30 años- y bajo unas penosas condiciones de dominación, la senda a Roma o a Compostela era una vía de escape ante la miseria y los miedos. En nuestros días, para el hombre que vive en ciudades pobladas por cientos de miles de personas, apresado en un mundo insalubre de cemento, contaminación y comunicación persuasiva, la marcha por las soledades aporta tranquilidad espiritual y, sobre todo, luz para analizar la propia existencia. Es cierto que a lo largo del Camino hay belleza natural y arte. Pero esto es algo que también disfruta el veraneante que visita Croacia, Tailandia o México. El elemento distintivo de la pe-

su “yo” más profundo

075 Compostela es una ciudad mágica tallada en piedra

regrinación es otro mucho más personal. La esencia radica en la posibilidad que tiene el viajero de encontrarse consigo mismo y de dialogar con su “yo” más profundo sobre las razones de la existencia.

Liberar el espíritu

El Camino de Santiago está lleno de reliquias e historias milagrosas, donde se muestra cómo la virtud triunfa siempre sobre la falsedad o la malicia. Personalmente, creo que esas historias son en general narraciones surgi-

das de la boca de pícaros o interesados en aprovechar la credulidad de las gentes. Sin embargo, puedo decir que hay un milagro cuya existencia conozco y defiendo; uno, que ocurre cada día. Cada día, el peregrino se levanta al clarear del alba para avanzar sin padecer el calor del mediodía. Luego, recorre sendas llenas de historia, al lado de muros derruidos, castaños centenarios o setos preñados de jilgueros y lavanderas. Entonces, en su soledad, el viajero se percata de que

está marchando a la vez por dos caminos diferentes. Uno le lleva hacia Compostela y el otro hacia su propio interior. La luz de la mañana no solo alumbra a los pequeños pueblos, los prados donde se nutren las gavillas de vacas y los caminos. La claridad alumbra también al interior del viajero que avanza solitario, bastón en mano. Si en el medievo, el peregrino iba a Santiago para liberarse del pecado, en la modernidad se acude para liberar el espíritu. Este es el gran milagro.


La esencia radica en la posibilidad de un encuentro consigo mismo y el diálogo con

EL MILAGRO DEL CAMINO Tomás Álvarez ESCrITor Y PErIoDISTa

074

La vieira es el símbolo del Camino

Avanzar hacia Compostela es para muchos viajeros una experiencia extraordinaria, traumática. Para algunos, incluso, ese recorrido marca un antes y después en su existencia. ¿Cuál es la razón causante de tal impacto emocional? El ser humano está sometido en nuestros días a una incesante saturación de comunicaciones que condicionan su comportamiento. La industria cultural imparte mensajes persuasivos que le mueven irracionalmente hacia el consumo, condicionan sus comportamientos e incluso sus creencias. Desde los edificios, los autobuses, las instituciones, los centros comerciales y, sobre todo, desde los medios de masas se envían al simple mortal mensajes imperativos, mostrándole cómo ha de pensar, votar o adquirir productos, generando una presión de tal magnitud que crea en el ser humano una angustia de la que no se liberará jamás El peregrinaje regala al viajero algo que jamás puede conseguir en su propia casa, en los

parques urbanos o incluso en unas vacaciones programadas en la playa o la montaña. Ofrece la soledad y la posibilidad de pensar.

Un viaje para conocerse

Alejado de su entorno habitual, liberado de sus ataduras laborales, trasplantado a otro paisaje y a una sociedad distinta, el peregrino marcha la mayor parte del tiempo en soledad. Incluso cuando va con algún amigo, el avance se hace en hilera la mayor parte del tiempo. En un silencio especial se palpa el latido de la naturaleza, se contempla el brillo de las alas de los saltamontes, se siente el zumbido de las abejas o el lejano cacarear de las aves de corral. Liberado de la presión persuasiva, el caminante acaba internándose en su mundo más personal. Además, contempla su vida diaria como si correspondiese a una existencia ajena que ahora él puede percibir nítidamente, con sus angustias y dilemas. Por primera vez es capaz de analizarse

a sí mismo con cierta objetividad y aprende a distinguir lo que es trascendente de lo fútil, a descubrir sus caminos errados e incluso a replantear los proyectos personales. En el medievo, gran parte de los peregrinos marcharon en busca de lugares sagrados impelidos por el hambre, las enfermedades y la guerra. Con una menguada esperanza de vida –de 20 a 30 años- y bajo unas penosas condiciones de dominación, la senda a Roma o a Compostela era una vía de escape ante la miseria y los miedos. En nuestros días, para el hombre que vive en ciudades pobladas por cientos de miles de personas, apresado en un mundo insalubre de cemento, contaminación y comunicación persuasiva, la marcha por las soledades aporta tranquilidad espiritual y, sobre todo, luz para analizar la propia existencia. Es cierto que a lo largo del Camino hay belleza natural y arte. Pero esto es algo que también disfruta el veraneante que visita Croacia, Tailandia o México. El elemento distintivo de la pe-

su “yo” más profundo

075 Compostela es una ciudad mágica tallada en piedra

regrinación es otro mucho más personal. La esencia radica en la posibilidad que tiene el viajero de encontrarse consigo mismo y de dialogar con su “yo” más profundo sobre las razones de la existencia.

Liberar el espíritu

El Camino de Santiago está lleno de reliquias e historias milagrosas, donde se muestra cómo la virtud triunfa siempre sobre la falsedad o la malicia. Personalmente, creo que esas historias son en general narraciones surgi-

das de la boca de pícaros o interesados en aprovechar la credulidad de las gentes. Sin embargo, puedo decir que hay un milagro cuya existencia conozco y defiendo; uno, que ocurre cada día. Cada día, el peregrino se levanta al clarear del alba para avanzar sin padecer el calor del mediodía. Luego, recorre sendas llenas de historia, al lado de muros derruidos, castaños centenarios o setos preñados de jilgueros y lavanderas. Entonces, en su soledad, el viajero se percata de que

está marchando a la vez por dos caminos diferentes. Uno le lleva hacia Compostela y el otro hacia su propio interior. La luz de la mañana no solo alumbra a los pequeños pueblos, los prados donde se nutren las gavillas de vacas y los caminos. La claridad alumbra también al interior del viajero que avanza solitario, bastón en mano. Si en el medievo, el peregrino iba a Santiago para liberarse del pecado, en la modernidad se acude para liberar el espíritu. Este es el gran milagro.


076

HUELLAS EN UNA CULTURA VIVA

077

PATRIMONIO Y CULTURA

no parar Mientras caminas es imposible o todo el de mover la cabeza observand rir. patrimonio que se deja descub Te despedirás ¡Ningún peregrino debe ría venir apurado! Lo ideal es reservar para este via je todo el tiempo del mundo…

de Galicia con un “adeus” y con el ritmo de la muiñeira en los pies…

La luz y la atmósfera mística del amanecer competirán en tus recuerdos con los atardeceres

más cautivadores…

Fachada de Azabachería, catedral de Santiago

El patrimonio material e inmaterial del Camino Inglés es realmente abundante. El recorrido nos enseña aquel que se puede ver y tocar. En cambio, la riqueza se completa con lo inmaterial que, desde el pasado, llega al presente para definir nuestra cultura. Los pueblos prerromanos que habitaron este territorio dejaron su impronta en los castros, construcciones cuyos restos todavía

conservamos hoy. En la región proliferan muestras de monumentos religiosos, con numerosas iglesias y monasterios, así como nuestra obra de arte por excelencia, la Catedral de Santiago. A su lado, pazos y hórreos definen también la arquitectura propia de la región. Leyendas y otras muestras de tradición oral también permanecen en la memoria colectiva.

Numerosos reconocidos escritores y la música popular de origen celta forman parte de nuestra cultura. De nuevo, el pasado marca muchos aspectos que nos identifican pero que, al mismo tiempo, están vivos y en constante evolución. Sin duda, en el Camino descubrirás el gallego, la lengua propia de Galicia y la mayor seña de identidad de un pueblo.


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HUELLAS EN UNA CULTURA VIVA

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PATRIMONIO Y CULTURA

no parar Mientras caminas es imposible o todo el de mover la cabeza observand rir. patrimonio que se deja descub Te despedirás ¡Ningún peregrino debe ría venir apurado! Lo ideal es reservar para este via je todo el tiempo del mundo…

de Galicia con un “adeus” y con el ritmo de la muiñeira en los pies…

La luz y la atmósfera mística del amanecer competirán en tus recuerdos con los atardeceres

más cautivadores…

Fachada de Azabachería, catedral de Santiago

El patrimonio material e inmaterial del Camino Inglés es realmente abundante. El recorrido nos enseña aquel que se puede ver y tocar. En cambio, la riqueza se completa con lo inmaterial que, desde el pasado, llega al presente para definir nuestra cultura. Los pueblos prerromanos que habitaron este territorio dejaron su impronta en los castros, construcciones cuyos restos todavía

conservamos hoy. En la región proliferan muestras de monumentos religiosos, con numerosas iglesias y monasterios, así como nuestra obra de arte por excelencia, la Catedral de Santiago. A su lado, pazos y hórreos definen también la arquitectura propia de la región. Leyendas y otras muestras de tradición oral también permanecen en la memoria colectiva.

Numerosos reconocidos escritores y la música popular de origen celta forman parte de nuestra cultura. De nuevo, el pasado marca muchos aspectos que nos identifican pero que, al mismo tiempo, están vivos y en constante evolución. Sin duda, en el Camino descubrirás el gallego, la lengua propia de Galicia y la mayor seña de identidad de un pueblo.


como aquella que Ith creyó ver desde lo alto de la Torre, la que conquistaron los hijos de Mil. Esta vía de acceso a Compostela tiene dos ramas asimétricas que confluyen en el Hospital de Bruma: la de Ferrol, más larga, y la de A Coruña; puertos ambos que franqueaban el mar Ártabro y a los que llegaban los peregrinos navegantes.

Santiago, iglesia ancestral

Iglesia de Santiago, en A Coruña, de la que parte el Camino Inglés

078

Imagen de Santiago Apóstol

CAMINOS DE LA TIERRA, CAMINOS DEL MAR Francisco X. Fernández Naval ESCrITor Y PoETa GaLLEGo

“O camiño é en si o seu propio fin” Eva Veiga, A distancia do tambor

Quien inicie en A Coruña la peregrinación a Santiago debe saber que no obtendrá la Compostela. Pero no le importará porque este es un Camino que se transita en un doble sentido: hacia adelante, teniendo como destino el campo de las estrellas y las torres del Obradoiro, y hacia atrás, sintiendo como las olas baten contra los pasos marcando su ritmo, percibiendo como el viento marino deja la huella del salitre sobre el suelo ya pisado y trae ecos de lenguas extrañas. Ya en los confesionarios de la catedral compostelana anunciaban en latín la posibilidad de confesar en lengua ángli-

ca, germánica o escandinava. Sí, de espuma y sargazo, pero también de saga y canción, he ahí el impulso que anima esta singladura. Al fin y al cabo, el viajero sabe que no importa tanto la longitud del itinerario como la distancia en sí. Porque es la distancia la que nos aproxima, la que permite el encuentro, la emoción, el tránsito, la sucesión de las jornadas por los caminos del mundo y del corazón. Esta es una de las ramificaciones del denominado Camino Inglés; vía que se inicia en los sueños oceánicos, en el umbral del frío, en las islas y penínsulas del septentrión,

En A Coruña el lugar más adecuado para comenzar el Camino será el atrio de la iglesia de Santiago, en el corazón de la ciudad vieja, cerca de la calle de las Damas y de la casa en la que vivió Rosalía de Castro. La iglesia de Santiago fue construida en la segunda mitad del siglo XII sobre la que fuera capilla del gremio de los sastres, lo que explicaría las tijeras grabadas en algunos sillares. Es, pues, la más antigua de la ciudad, lugar de enterramiento, como acredita la colección de losas hoy ocultas bajo el entarimado. No fue este el templo edificado por los mareantes coruñeses, privilegio que corresponde a la colegiata de Santa María. Sin embargo, y como respondiendo al carácter atlántico del Camino que en él se inicia, hay mucho mar en su interior. En el muro de la escalera que accede al coro se aprecia un grabado que muestra a un hombre gobernando una embarcación, al tiempo que parece aguantar de un aparejo. ¿Pescador o peregrino? Pesca-

dores en el mar de Glilea eran los hijos de Zebedeo, a los que llama Jesús cuando cosían redes en la barca del padre. Los llama para ser pescadores de hombres y van. Acaso es esa la razón de la inscripción, o quizás no, y tal vez solo indica que era por mar por donde venían los que llegaban de lejos, de las lejanas tierras de hielo: Islandia, Noruega, Suecia o Dinamarca, y también de las islas y reinos más al sur: Irlanda, Inglaterra, Escocia o Gales. Todos atraídos por un nombre, Jakosbusland, la tierra de Jacobo. Para muchos, Galicia fue el fin de la tierra, su límite y final. Para ellos, gente del norte, era el comienzo del mundo, la primera costa que se encontraban cuando navegaban hacia el sur.

El mar del templo

En el interior del templo descubrimos ménsulas con forma de concha de vieira, la prueba que acreditaba el cumplimiento del sueño en los días en los que no había parroquias que marcasen con sello la Compostela. Pero la fantasía y la sonrisa están en el púlpito, que muestra una alegoría de la peregrinación y, sustentándolo en un abrazo con forma de columna, sirenas y hombres marinos. No sabemos si estas sirenas tienen ombligo. El ombligo en las sirenas era asunto que preocupaba mucho a Álvaro Cunqueiro, sobre todo porque, de no tener, el escritor no le encontraba explicación al misterio de procrear. Venadita,

que enamora al Simbad de su novela en las islas Molucas, no tenía y se admiraba de aquel que el marino lucía en el vientre, jugando a meter el dedo dentro de él y atreviéndose, un día, a iluminarlo con un beso. De los hombres marinos escribió el cardenal Jerónimo del Hoyo en el libro Memorias del Arzobispado de Santiago, tan apropiado para nosotros. Dice en él que los marineros del Parrote, cuando iban a pescar, encontraban hombres marinos con los que mantenían relación amistosa. Estos seres, que disfrutaban jugando con las olas del Orzán, se acercaban a los barcos. Afirma el cardenal que su presencia anunciaba buena pesca y que gustaban del pan. El pan de los viajeros peregrinos, que tal vez los encontraban mar afuera, entre rociones, cuando arribaban al litoral de Galicia. En ellos piensa Xurxo Souto cuando grita “¡crezca el mar!” y a ellos se refiere la cantiga atribuida a un enigmático

trovador, Martín Anes Marinho: “Os homes mariños com’o que eu son/ choramos escamas de Poseidón”. Antes de partir, el caminante podrá recorrer el templo demorándose y considerando el catálogo de imágenes y aras romanas que las sustentan, recuerdo de un imperio que también llegó por mar. Hay imágenes de la Virgen, como la de la leche y esa otra de origen incógnito, en un arco de la capilla situada en el ábside derecho y vinculada con la luz, que algunos sitúan en los albores del siglo VIII. Pero sobre todas, yo que también fui peregrino, la que prefiero es la románica de Iacobus Maior, tan grande y sosegada, que parece descansar, que conserva la policromía en los pliegues del manto. Me parece que contempla el mundo con gesto conciso y soñador, quizás recordando a Lupa, la reina que gobernaba la Gallaecia en los días de su predicación.

La distancia nos aproxima, permite el encuentro, el tránsito, la sucesión de jornadas por los caminos del mundo y del corazón

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como aquella que Ith creyó ver desde lo alto de la Torre, la que conquistaron los hijos de Mil. Esta vía de acceso a Compostela tiene dos ramas asimétricas que confluyen en el Hospital de Bruma: la de Ferrol, más larga, y la de A Coruña; puertos ambos que franqueaban el mar Ártabro y a los que llegaban los peregrinos navegantes.

Santiago, iglesia ancestral

Iglesia de Santiago, en A Coruña, de la que parte el Camino Inglés

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Imagen de Santiago Apóstol

CAMINOS DE LA TIERRA, CAMINOS DEL MAR Francisco X. Fernández Naval ESCrITor Y PoETa GaLLEGo

“O camiño é en si o seu propio fin” Eva Veiga, A distancia do tambor

Quien inicie en A Coruña la peregrinación a Santiago debe saber que no obtendrá la Compostela. Pero no le importará porque este es un Camino que se transita en un doble sentido: hacia adelante, teniendo como destino el campo de las estrellas y las torres del Obradoiro, y hacia atrás, sintiendo como las olas baten contra los pasos marcando su ritmo, percibiendo como el viento marino deja la huella del salitre sobre el suelo ya pisado y trae ecos de lenguas extrañas. Ya en los confesionarios de la catedral compostelana anunciaban en latín la posibilidad de confesar en lengua ángli-

ca, germánica o escandinava. Sí, de espuma y sargazo, pero también de saga y canción, he ahí el impulso que anima esta singladura. Al fin y al cabo, el viajero sabe que no importa tanto la longitud del itinerario como la distancia en sí. Porque es la distancia la que nos aproxima, la que permite el encuentro, la emoción, el tránsito, la sucesión de las jornadas por los caminos del mundo y del corazón. Esta es una de las ramificaciones del denominado Camino Inglés; vía que se inicia en los sueños oceánicos, en el umbral del frío, en las islas y penínsulas del septentrión,

En A Coruña el lugar más adecuado para comenzar el Camino será el atrio de la iglesia de Santiago, en el corazón de la ciudad vieja, cerca de la calle de las Damas y de la casa en la que vivió Rosalía de Castro. La iglesia de Santiago fue construida en la segunda mitad del siglo XII sobre la que fuera capilla del gremio de los sastres, lo que explicaría las tijeras grabadas en algunos sillares. Es, pues, la más antigua de la ciudad, lugar de enterramiento, como acredita la colección de losas hoy ocultas bajo el entarimado. No fue este el templo edificado por los mareantes coruñeses, privilegio que corresponde a la colegiata de Santa María. Sin embargo, y como respondiendo al carácter atlántico del Camino que en él se inicia, hay mucho mar en su interior. En el muro de la escalera que accede al coro se aprecia un grabado que muestra a un hombre gobernando una embarcación, al tiempo que parece aguantar de un aparejo. ¿Pescador o peregrino? Pesca-

dores en el mar de Glilea eran los hijos de Zebedeo, a los que llama Jesús cuando cosían redes en la barca del padre. Los llama para ser pescadores de hombres y van. Acaso es esa la razón de la inscripción, o quizás no, y tal vez solo indica que era por mar por donde venían los que llegaban de lejos, de las lejanas tierras de hielo: Islandia, Noruega, Suecia o Dinamarca, y también de las islas y reinos más al sur: Irlanda, Inglaterra, Escocia o Gales. Todos atraídos por un nombre, Jakosbusland, la tierra de Jacobo. Para muchos, Galicia fue el fin de la tierra, su límite y final. Para ellos, gente del norte, era el comienzo del mundo, la primera costa que se encontraban cuando navegaban hacia el sur.

El mar del templo

En el interior del templo descubrimos ménsulas con forma de concha de vieira, la prueba que acreditaba el cumplimiento del sueño en los días en los que no había parroquias que marcasen con sello la Compostela. Pero la fantasía y la sonrisa están en el púlpito, que muestra una alegoría de la peregrinación y, sustentándolo en un abrazo con forma de columna, sirenas y hombres marinos. No sabemos si estas sirenas tienen ombligo. El ombligo en las sirenas era asunto que preocupaba mucho a Álvaro Cunqueiro, sobre todo porque, de no tener, el escritor no le encontraba explicación al misterio de procrear. Venadita,

que enamora al Simbad de su novela en las islas Molucas, no tenía y se admiraba de aquel que el marino lucía en el vientre, jugando a meter el dedo dentro de él y atreviéndose, un día, a iluminarlo con un beso. De los hombres marinos escribió el cardenal Jerónimo del Hoyo en el libro Memorias del Arzobispado de Santiago, tan apropiado para nosotros. Dice en él que los marineros del Parrote, cuando iban a pescar, encontraban hombres marinos con los que mantenían relación amistosa. Estos seres, que disfrutaban jugando con las olas del Orzán, se acercaban a los barcos. Afirma el cardenal que su presencia anunciaba buena pesca y que gustaban del pan. El pan de los viajeros peregrinos, que tal vez los encontraban mar afuera, entre rociones, cuando arribaban al litoral de Galicia. En ellos piensa Xurxo Souto cuando grita “¡crezca el mar!” y a ellos se refiere la cantiga atribuida a un enigmático

trovador, Martín Anes Marinho: “Os homes mariños com’o que eu son/ choramos escamas de Poseidón”. Antes de partir, el caminante podrá recorrer el templo demorándose y considerando el catálogo de imágenes y aras romanas que las sustentan, recuerdo de un imperio que también llegó por mar. Hay imágenes de la Virgen, como la de la leche y esa otra de origen incógnito, en un arco de la capilla situada en el ábside derecho y vinculada con la luz, que algunos sitúan en los albores del siglo VIII. Pero sobre todas, yo que también fui peregrino, la que prefiero es la románica de Iacobus Maior, tan grande y sosegada, que parece descansar, que conserva la policromía en los pliegues del manto. Me parece que contempla el mundo con gesto conciso y soñador, quizás recordando a Lupa, la reina que gobernaba la Gallaecia en los días de su predicación.

La distancia nos aproxima, permite el encuentro, el tránsito, la sucesión de jornadas por los caminos del mundo y del corazón

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080 Monasterio de Caaveiro

EL MONASTERIO DE CAAVEIRO José Manuel Yáñez Rodríguez arQUITECTo TÉCNICo, INGENIEro DE EDIFICaCIÓN Y DoCTor EN HISTorIa DEL arTE Por La UNIVErSIDaD DE SaNTIaGo DE CoMPoSTELa

El conjunto de valores históricos, religiosos, artísticos, estéticos, culturales, ambientales, paisajísticos y naturales que atesora el monasterio de Caaveiro y su entorno natural, las Fragas do Eume, se evidencia en el reconocimiento mayoritario de los miles de visitantes que cada año se acercan al lugar y que, sin duda, se quedan fascinados por su singular em-

plazamiento. Esto no ha sido siempre así. Será en los períodos Romántico y Tardo-Romántico cuando Caaveiro y su entorno muestren su verdadera potencia, como dualidad arquitectura-naturaleza, y resulten objeto de inicial admiración y reconocimiento por parte de escritores, artistas y de otros personajes que visitan el lugar.

El conjunto monacal está enclavado en uno de los bosques atlánticos mejor conservados de Europa

El conjunto monacal, cuyos restos más antiguos se remontan al siglo XII, está enclavado en un promontorio rocoso entre los ríos Eume y Sesín del Parque Natural en el ayuntamiento de A Capela (A Coruña). Decretado Paraje Pintoresco en 1971 y Monumento de Interés Histórico Artístico en 1975, el monasterio es propiedad de la Diputación de A Coruña desde 1986. Sus orígenes documentales los localizamos en la denominada Donación de San Rosendo, datada en 936-940 y que figura en su tumbo, de lo que se deduce que ya en el siglo X había allí vida monástica. Inicialmente monasterio benedictino, pronto pasa a ser de canónigos regulares de San Agustín. En los siglos XII y XIII, el coto se amplía notablemente. Fue colegiata de Patronato Real y exenta del arzobispo. Sufre varias crisis entre los siglos XIV y XVI. Tiene momentos de esplendor en el siglo XVIII, cuando se realizan importantes reformas en sus fábricas. La Desamortización supone un período nefasto que por poco causa su desaparición.

resurgimiento

A finales del siglo XIX, su adquisición por Pío García Espinosa para convertirlo en residencia familiar de verano evita su expolio. Entonces, se realiza una intervención restauradora historicista bastante controvertida, de la mano del canónigo y arqueólogo compostelano Antonio López Ferreiro,

Una peculiaridad del monasterio es su integración con las construcciones vernáculas que supone la desaparición de algunos elementos arquitectónicos valiosos como la iglesia románica de San Juan Bautista, cuyas piedras utilizaron para reedificar la iglesia de Santa Isabel, que actualmente permanece o las casas de canónigos de la portería baja. La elección del lugar, su configuración geoestratégica y sus altas paredes de roca de esquisto le confieren un carácter de fortaleza en medio de uno de los bosques atlánticos mejor conservados de Europa. Se asienta sobre cinco terrazas o plataformas a las que se adaptan sus diferentes arquitecturas. Una de las peculiaridades de este monasterio es su integración con las construcciones vernáculas inmediatas derivada de los tipos, materiales, sistemas constructivos y elementos utilizados. La arquitectura monacal se sirve de la relación inmediata de estas en tanto imitación de modelos y, por ello, deben considerarse como parte del complejo monacal no solo sus construcciones “cultas” -iglesias, campanario y casas-, sino también, desde una perspectiva histórica, las

“de autor anónimo”. Entre estas últimas hemos de citar algunas ya desaparecidas como la ferreiría, el caneiro o el lavadero, y otras todavía en pie como: la casa do forno, el molino, las caballerizas, la fuente barroca o el canal de agua. El convento, como los lugareños lo conocen, disponía de dos porterías (la alta y la baja) y de dos iglesias: la principal (San Juan Bautista) y la anti-

gua (Santa Isabel). También contaba con un edificio para el cabildo, donde hoy se encuentra la terraza-mirador del Eume; una sacristía, que aún se conserva, y un corredor hacia el río Sesín. Disponía de dos grupos de casas de canónigos. Unas ubicadas a poniente tras la portería alta y otras tres – desaparecidas en la reforma del XIX- adosadas al ábside románico de Santa Isabel, que permanece en pie. Sobre la fábrica semicircular de granito se conserva la huella de la traza de las cubiertas. El campanario barroco, que se erige como faro y señal, se atribuye a Clemente Fernández Sarela -de la escuela compostelana-. En febrero de 2011 se inauguraron las obras de rehabilitación llevadas a cabo por la Diputación de A Coruña.

La belleza de las Fragas do Eume atrae a cientos de senderistas

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080 Monasterio de Caaveiro

EL MONASTERIO DE CAAVEIRO José Manuel Yáñez Rodríguez arQUITECTo TÉCNICo, INGENIEro DE EDIFICaCIÓN Y DoCTor EN HISTorIa DEL arTE Por La UNIVErSIDaD DE SaNTIaGo DE CoMPoSTELa

El conjunto de valores históricos, religiosos, artísticos, estéticos, culturales, ambientales, paisajísticos y naturales que atesora el monasterio de Caaveiro y su entorno natural, las Fragas do Eume, se evidencia en el reconocimiento mayoritario de los miles de visitantes que cada año se acercan al lugar y que, sin duda, se quedan fascinados por su singular em-

plazamiento. Esto no ha sido siempre así. Será en los períodos Romántico y Tardo-Romántico cuando Caaveiro y su entorno muestren su verdadera potencia, como dualidad arquitectura-naturaleza, y resulten objeto de inicial admiración y reconocimiento por parte de escritores, artistas y de otros personajes que visitan el lugar.

El conjunto monacal está enclavado en uno de los bosques atlánticos mejor conservados de Europa

El conjunto monacal, cuyos restos más antiguos se remontan al siglo XII, está enclavado en un promontorio rocoso entre los ríos Eume y Sesín del Parque Natural en el ayuntamiento de A Capela (A Coruña). Decretado Paraje Pintoresco en 1971 y Monumento de Interés Histórico Artístico en 1975, el monasterio es propiedad de la Diputación de A Coruña desde 1986. Sus orígenes documentales los localizamos en la denominada Donación de San Rosendo, datada en 936-940 y que figura en su tumbo, de lo que se deduce que ya en el siglo X había allí vida monástica. Inicialmente monasterio benedictino, pronto pasa a ser de canónigos regulares de San Agustín. En los siglos XII y XIII, el coto se amplía notablemente. Fue colegiata de Patronato Real y exenta del arzobispo. Sufre varias crisis entre los siglos XIV y XVI. Tiene momentos de esplendor en el siglo XVIII, cuando se realizan importantes reformas en sus fábricas. La Desamortización supone un período nefasto que por poco causa su desaparición.

resurgimiento

A finales del siglo XIX, su adquisición por Pío García Espinosa para convertirlo en residencia familiar de verano evita su expolio. Entonces, se realiza una intervención restauradora historicista bastante controvertida, de la mano del canónigo y arqueólogo compostelano Antonio López Ferreiro,

Una peculiaridad del monasterio es su integración con las construcciones vernáculas que supone la desaparición de algunos elementos arquitectónicos valiosos como la iglesia románica de San Juan Bautista, cuyas piedras utilizaron para reedificar la iglesia de Santa Isabel, que actualmente permanece o las casas de canónigos de la portería baja. La elección del lugar, su configuración geoestratégica y sus altas paredes de roca de esquisto le confieren un carácter de fortaleza en medio de uno de los bosques atlánticos mejor conservados de Europa. Se asienta sobre cinco terrazas o plataformas a las que se adaptan sus diferentes arquitecturas. Una de las peculiaridades de este monasterio es su integración con las construcciones vernáculas inmediatas derivada de los tipos, materiales, sistemas constructivos y elementos utilizados. La arquitectura monacal se sirve de la relación inmediata de estas en tanto imitación de modelos y, por ello, deben considerarse como parte del complejo monacal no solo sus construcciones “cultas” -iglesias, campanario y casas-, sino también, desde una perspectiva histórica, las

“de autor anónimo”. Entre estas últimas hemos de citar algunas ya desaparecidas como la ferreiría, el caneiro o el lavadero, y otras todavía en pie como: la casa do forno, el molino, las caballerizas, la fuente barroca o el canal de agua. El convento, como los lugareños lo conocen, disponía de dos porterías (la alta y la baja) y de dos iglesias: la principal (San Juan Bautista) y la anti-

gua (Santa Isabel). También contaba con un edificio para el cabildo, donde hoy se encuentra la terraza-mirador del Eume; una sacristía, que aún se conserva, y un corredor hacia el río Sesín. Disponía de dos grupos de casas de canónigos. Unas ubicadas a poniente tras la portería alta y otras tres – desaparecidas en la reforma del XIX- adosadas al ábside románico de Santa Isabel, que permanece en pie. Sobre la fábrica semicircular de granito se conserva la huella de la traza de las cubiertas. El campanario barroco, que se erige como faro y señal, se atribuye a Clemente Fernández Sarela -de la escuela compostelana-. En febrero de 2011 se inauguraron las obras de rehabilitación llevadas a cabo por la Diputación de A Coruña.

La belleza de las Fragas do Eume atrae a cientos de senderistas

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LAS MURALLAS DE BETANZOS

Murallas de Betanzos

José Raimundo Núñez-Varela y Lendoiro CroNISTa oFICIaL DE BETaNZoS

082

Dispuesta la vecindad del antiguo Betanzos a cambiar de emplazamiento, se dirigirían en súplica a La Corona, el 18 de julio de 1212, con el ruego de la concesión de Fuero y del traslado de la población. El rey Alfonso IX no dudaría en acceder a sus pretensiones, por cuanto deseaba la formación de núcleos urbanos de realengo con el fin de controlar el poder señorial. Así,

Betanzos es la ciudad que cuenta con el mayor número de puertas medievales de Galicia

delimitaría el territorio para el nuevo asentamiento por privilegio rodado expedido en Valencia de Don Juan, el 13 de febrero de 1219. Puesto de acuerdo con el monasterio de Santa María de Sobrado, propietario de los terrenos acotados, la nueva villa comprendería el “castro de Untía y todas las demás heredades que tenéis en torno del mismo castro. A saber: por la fuente que está en la ribera del río Mandeo junto al puente de Untía y de aquí para arriba por el Valle antiguo, y del otro lado por el camino que va a vuestro Orreo, excepto el mismo Orreo con su corral, y desde aquí siguiendo los límites del mismo Castro con las predichas heredades, quedando a un lado y al otro los dos ríos”. Conservado en un documento publicado íntegramente en nuestra Historia de Betanzos, editado por la Fundación Caixagalicia (1984).

El origen amurallado

La primera fortificación con que contaría la nueva villa, al trasladarse paulatinamente desde Betanzos o Vello,

pertenecía a la propia estructura del castro de Untía. Las nuevas construcciones irían situándose en la croa (la cúspide) y seguirían por el borde de los terraplenes hasta alcanzar los fosos, primer elemento defensivo excavado en la colina para hacer inexpugnable el recinto. Por tanto, el ordenamiento obedecía a las condiciones del terreno, sin

Panorámica del Puente Viejo sobre el río Mandeo

previo trazado, característica de las poblaciones construidas en el siglo XIII. Para comprender las circunstancias del paulatino traslado, es interesante señalar que las casas estaban construidas en madera, con plazas (solares) de reducido espacio, y que contaban con un pequeño huerto o salido para cultivos de autoconsumo.

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LAS MURALLAS DE BETANZOS

Murallas de Betanzos

José Raimundo Núñez-Varela y Lendoiro CroNISTa oFICIaL DE BETaNZoS

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Dispuesta la vecindad del antiguo Betanzos a cambiar de emplazamiento, se dirigirían en súplica a La Corona, el 18 de julio de 1212, con el ruego de la concesión de Fuero y del traslado de la población. El rey Alfonso IX no dudaría en acceder a sus pretensiones, por cuanto deseaba la formación de núcleos urbanos de realengo con el fin de controlar el poder señorial. Así,

Betanzos es la ciudad que cuenta con el mayor número de puertas medievales de Galicia

delimitaría el territorio para el nuevo asentamiento por privilegio rodado expedido en Valencia de Don Juan, el 13 de febrero de 1219. Puesto de acuerdo con el monasterio de Santa María de Sobrado, propietario de los terrenos acotados, la nueva villa comprendería el “castro de Untía y todas las demás heredades que tenéis en torno del mismo castro. A saber: por la fuente que está en la ribera del río Mandeo junto al puente de Untía y de aquí para arriba por el Valle antiguo, y del otro lado por el camino que va a vuestro Orreo, excepto el mismo Orreo con su corral, y desde aquí siguiendo los límites del mismo Castro con las predichas heredades, quedando a un lado y al otro los dos ríos”. Conservado en un documento publicado íntegramente en nuestra Historia de Betanzos, editado por la Fundación Caixagalicia (1984).

El origen amurallado

La primera fortificación con que contaría la nueva villa, al trasladarse paulatinamente desde Betanzos o Vello,

pertenecía a la propia estructura del castro de Untía. Las nuevas construcciones irían situándose en la croa (la cúspide) y seguirían por el borde de los terraplenes hasta alcanzar los fosos, primer elemento defensivo excavado en la colina para hacer inexpugnable el recinto. Por tanto, el ordenamiento obedecía a las condiciones del terreno, sin

Panorámica del Puente Viejo sobre el río Mandeo

previo trazado, característica de las poblaciones construidas en el siglo XIII. Para comprender las circunstancias del paulatino traslado, es interesante señalar que las casas estaban construidas en madera, con plazas (solares) de reducido espacio, y que contaban con un pequeño huerto o salido para cultivos de autoconsumo.

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La existencia de una vía Traviesa y de un camino que conducía al Orreo -situado en la cima-, esclarece la aparición de calles al construirse las viviendas a sendos lados. Su primer recinto sería el muro y paseo de ronda de las casas de la plaza Mayor, de la calle del Atrio, de la capilla de Santiago -erigida en un rincón de la mencionada croa-, de la calle del Canto y la muralla del terraplén de Cachiñas, que al ampliarse la muralla en el siglo XIV daría origen a la Rúa Nova (Calle Nueva). Como es habitual fuera de las murallas y en extremos opuestos, se levantarían los dos monasterios de franciscanos y dominicos, al igual que la capilla de San Roque -patrono tutelar de la urbe-, que señalarían sus lindes en el citado siglo.

Irregularidad

Con el aumento de la población -debido a la evolución demográfica del siglo XIII- y realizado el traslado, el perímetro defensivo se va ampliando para el amparo de los habitantes que ocupan las nuevas calles. La fisonomía del plano nos sitúa ante un ejemplar radioconcéntrico, donde las calles en sentido radial se dirigen hacia la plaza del Castro y cuyo crecimiento se orienta especialmente hacia los cauces fluviales del Mandeo y del Mendo. De esta manera, pueden definirse sus dos recintos amurallados: el primitivo de la ladera y el segundo, a sus pies. La forma de la muralla se ajusta al terreno

El lanzamiento del Globo es una de las actividades tradicionales de las fiestas de Betanzos. Tiene lugar en la medianoche del 16 de agosto, día de San Roque

La fiesta de Os Caneiros es una jira fluvial por el río Mandeo

y sigue el planteamiento del casco urbano. No cabe duda de que la trayectoria circular se hace más compacta y fácilmente defendible al situarse en un valle. En Betanzos, la muralla desarrolla un esquema irregular, ocasionado por el desnivel existente entre el castro y la ribera de los ríos. Esto convierte el asentamiento en una península, cuya fisonomía esquemática responde a una estructura en casquete, considerada ideal por los teóricos de la arquitectura, como en 1500 entendía el italiano Francesco di Giorgio Martini. Las murallas se construyeron de piedra irregular y piza-

rra, utilizando la sección del terreno que las hacía más compactas. Al mismo tiempo, permitían a sus defensores pisar tierra firme por el camino de ronda, si bien en algunas áreas de la colina y riberas contaban con adarves. Su anchura es de 3 metros y su altura varía, dependiendo de la disposición del macizo, de 8 a 14 metros y de 16 a 18 metros. Su periferia sobrepasa los 1.020 metros. En la actualidad se pueden observar unos 200 metros lineales en la calle del Valdoncel. En el resto, se arriman edificios o forman patios. Por último, en zonas como la huerta que fue de

La muralla desarrolla un esquema irregular, ocasionado por el desnivel existente entre el castro y la ribera de los ríos

085 los frailes menores y en la calle de la Fuente de Unta aún existen albarranas y almenas.

Los torreones

El estudio que hemos realizado en detenida investigación del entorno, nos ha permitido especificar el número y situación de los torreones que se intercalan en la muralla. Esquinados y coronados con sillería regular -aparte de los existentes en las puertas-, e iniciando la andadura por la Fuente de Unta, el primero que aparece se encuentra adosado a la casa nº 1. Le sigue el esquinal de los números 11-13-15 y 17 de la misma calle, bien visible con

su escalinata desde la huerta de la casa de Couceiro Serrano. Otro se corresponde con el número 64 de la calle de La Ribera, visible desde el antiguo huerto de los franciscanos y que mantiene el muro en pendiente que accede a la almena. A continuación aparece otro en el número 26 de la misma calle, que sirve de terraza a la casa que abre su fachada a la calle de San Francisco. En la calle del Valdoncel, la torre albarrana de defensa del postigo de la puerta del Hórreo fue desmochada en el año 2000, sin haber sido repuesta desde entonces. Otro más en el número 32 de la

misma calle, que se aprecia desde los jardines de los señores Cancela da Torre. Por último, el que existe tras el número 14, en cuyo lateral conserva un vano medieval de sillería y cuya almena sería cubierta al prolongarse hacia atrás la planta superior del edificio.

Las puertas medievales

El acceso al recinto amurallado podía efectuarse a través de cinco entradas o puertas. La principal o Puerta Real, desaparecida en el siglo XIX, hacía frente al Campo de la Feria. Conocida como puerta de la Villa, desde ella partían los Caminos Reales hacia Cas-

tilla y Santiago de Compostela. Otra hace frente al puente viejo, con el Camino Real hacia Pontedeume y Villalba. A continuación, se encuentra la puerta del Cristo de A Ribera, con salida al muelle y mercado del Pai Fermoso, que también le da nombre. Después, la puerta del puente nuevo, con salida al Camino Real hacia A Coruña y acceso al puerto. Finalmente, el postigo o puerta del Hórreo, que era la salida hacia los juncales, la dehesa y el puente de Cachiñas. Por consiguiente, Betanzos es la ciudad que cuenta con el mayor número de puertas medievales de Galicia.


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La existencia de una vía Traviesa y de un camino que conducía al Orreo -situado en la cima-, esclarece la aparición de calles al construirse las viviendas a sendos lados. Su primer recinto sería el muro y paseo de ronda de las casas de la plaza Mayor, de la calle del Atrio, de la capilla de Santiago -erigida en un rincón de la mencionada croa-, de la calle del Canto y la muralla del terraplén de Cachiñas, que al ampliarse la muralla en el siglo XIV daría origen a la Rúa Nova (Calle Nueva). Como es habitual fuera de las murallas y en extremos opuestos, se levantarían los dos monasterios de franciscanos y dominicos, al igual que la capilla de San Roque -patrono tutelar de la urbe-, que señalarían sus lindes en el citado siglo.

Irregularidad

Con el aumento de la población -debido a la evolución demográfica del siglo XIII- y realizado el traslado, el perímetro defensivo se va ampliando para el amparo de los habitantes que ocupan las nuevas calles. La fisonomía del plano nos sitúa ante un ejemplar radioconcéntrico, donde las calles en sentido radial se dirigen hacia la plaza del Castro y cuyo crecimiento se orienta especialmente hacia los cauces fluviales del Mandeo y del Mendo. De esta manera, pueden definirse sus dos recintos amurallados: el primitivo de la ladera y el segundo, a sus pies. La forma de la muralla se ajusta al terreno

El lanzamiento del Globo es una de las actividades tradicionales de las fiestas de Betanzos. Tiene lugar en la medianoche del 16 de agosto, día de San Roque

La fiesta de Os Caneiros es una jira fluvial por el río Mandeo

y sigue el planteamiento del casco urbano. No cabe duda de que la trayectoria circular se hace más compacta y fácilmente defendible al situarse en un valle. En Betanzos, la muralla desarrolla un esquema irregular, ocasionado por el desnivel existente entre el castro y la ribera de los ríos. Esto convierte el asentamiento en una península, cuya fisonomía esquemática responde a una estructura en casquete, considerada ideal por los teóricos de la arquitectura, como en 1500 entendía el italiano Francesco di Giorgio Martini. Las murallas se construyeron de piedra irregular y piza-

rra, utilizando la sección del terreno que las hacía más compactas. Al mismo tiempo, permitían a sus defensores pisar tierra firme por el camino de ronda, si bien en algunas áreas de la colina y riberas contaban con adarves. Su anchura es de 3 metros y su altura varía, dependiendo de la disposición del macizo, de 8 a 14 metros y de 16 a 18 metros. Su periferia sobrepasa los 1.020 metros. En la actualidad se pueden observar unos 200 metros lineales en la calle del Valdoncel. En el resto, se arriman edificios o forman patios. Por último, en zonas como la huerta que fue de

La muralla desarrolla un esquema irregular, ocasionado por el desnivel existente entre el castro y la ribera de los ríos

085 los frailes menores y en la calle de la Fuente de Unta aún existen albarranas y almenas.

Los torreones

El estudio que hemos realizado en detenida investigación del entorno, nos ha permitido especificar el número y situación de los torreones que se intercalan en la muralla. Esquinados y coronados con sillería regular -aparte de los existentes en las puertas-, e iniciando la andadura por la Fuente de Unta, el primero que aparece se encuentra adosado a la casa nº 1. Le sigue el esquinal de los números 11-13-15 y 17 de la misma calle, bien visible con

su escalinata desde la huerta de la casa de Couceiro Serrano. Otro se corresponde con el número 64 de la calle de La Ribera, visible desde el antiguo huerto de los franciscanos y que mantiene el muro en pendiente que accede a la almena. A continuación aparece otro en el número 26 de la misma calle, que sirve de terraza a la casa que abre su fachada a la calle de San Francisco. En la calle del Valdoncel, la torre albarrana de defensa del postigo de la puerta del Hórreo fue desmochada en el año 2000, sin haber sido repuesta desde entonces. Otro más en el número 32 de la

misma calle, que se aprecia desde los jardines de los señores Cancela da Torre. Por último, el que existe tras el número 14, en cuyo lateral conserva un vano medieval de sillería y cuya almena sería cubierta al prolongarse hacia atrás la planta superior del edificio.

Las puertas medievales

El acceso al recinto amurallado podía efectuarse a través de cinco entradas o puertas. La principal o Puerta Real, desaparecida en el siglo XIX, hacía frente al Campo de la Feria. Conocida como puerta de la Villa, desde ella partían los Caminos Reales hacia Cas-

tilla y Santiago de Compostela. Otra hace frente al puente viejo, con el Camino Real hacia Pontedeume y Villalba. A continuación, se encuentra la puerta del Cristo de A Ribera, con salida al muelle y mercado del Pai Fermoso, que también le da nombre. Después, la puerta del puente nuevo, con salida al Camino Real hacia A Coruña y acceso al puerto. Finalmente, el postigo o puerta del Hórreo, que era la salida hacia los juncales, la dehesa y el puente de Cachiñas. Por consiguiente, Betanzos es la ciudad que cuenta con el mayor número de puertas medievales de Galicia.


Los cruceros son una muestra de arte religioso relacionado

Imagen de Cristo en el crucero del Alto de Campolongo, Pontedeume

LOS CRUCEROS COMO SEÑALES DEL CAMINO Juan J. Burgoa Fernández MIEMBro DE La aSoCIaCIÓN DE aMIGoS DE LoS CrUCEroS Y CrUCES DE PIEDra

“La cruz se abre a los cuatro vientos; es como la señal del camino para los caminantes libres”

con el mundo mágico de los caminos

Gilbert K. Chesterton, Ortodoxia

086

Considerando el Camino como ruta de tránsito de los viajeros para llegar a un destino, constituyen sus elementos las propias vías y caminos, las estaciones o lugares de parada y descanso, y las señales o indicadores de la ruta. El paso del tiempo fue dotando a los viejos caminos gallegos de un sentido e intencionalidad que quedaron grabados de forma material, en especial en sus piedras, y de manera intangible, en sus tradiciones y leyendas. Tanto la cultura castreña como la época romana registraron la presencia de divinidades en los caminos. El posterior proceso de cristianización conservó este sentido mágico y su significado de incerteza, persistiendo una serie de creencias y ritos. Al principio, el cristianismo utilizó la cruz para sacralizar lugares de antiguos cultos paganos, señalando las encrucijadas, colocándola en cumbres de montes, coronan-

Crucero en el atrio de Santa María del Azogue, Betanzos

do los castros o rematando miliarios y piedras de término. La cruz colocada en estos lugares servía para invocar la presencia divina, guiando y protegiendo al viajero. Más tarde, con las órdenes mendicantes, el crucero alcanza pleno carácter religioso, adquiriendo la iconografía de la cruz mayor protagonismo con imágenes de Cristo, la Virgen y los personajes de la Pasión. Con el auge de la peregrinación a Santiago y la extensión del estilo barroco se produce la expansión del crucero -propiciada por la labor

de los canteros que le dieron su huella del arte popular-, llenando de cruces de piedra el territorio gallego.

Señales que guían

Como muestra de arte religioso popular relacionado con el mundo mágico de los caminos se encuentran los cruceros, cristianizando antiguos cultos y protegiendo al caminante de los diversos males de la ruta. A su función de señales indicadoras del recorrido se une la utilidad de los peldaños de su plataforma como lugar de descanso y

meditación, atrayendo hacia lo alto los pensamientos devotos del peregrino. Los cruceros cumplen esa misión de indicadores dentro del Camino Inglés. También sirven para este fin otros hitos como las señales jurisdiccionales y de término, los llamados rollos y picotas; los milladoiros -montones de pequeñas piedras que van dejando los peregrinos en lugares de la ruta-; y los petos de ánimas, situados en las inciertas encrucijadas en devoción de las ánimas del Purgatorio.

Paradas obligadas

En el Alto de Campolongo, a la salida de Pontedeume, se encuentra un sólido crucero de formas originales, que se alza como guía y señal del Camino en un típico emplazamiento de encrucijada. Se corona de una cruz griega con imágenes de estilo primitivo. Un Cristo de canon corto, formas expresivas, larga melena y corona de espinas. Una Virgen de la Piedad de formas geométricas y marcada presentación frontal, con el Hijo colocado en postura forzada y horizontal. En Betanzos, el atrio de Santa María del Azogue está presidido

por un armonioso crucero de interés histórico, en su tradicional función de sacralizar el espacio religioso. Sobre su varal estriado y capitel dórico va colocada una amplia cruz latina con imágenes de escaso bulto. Un Crucificado erguido, de formas rústicas y manos abiertas. Una Virgen de Dolores, de formas simétricas, vestida de túnica y amplio manto, en postura orante de manos juntas.

Purgatorio

Frente a la iglesia de Santa Eulalia de Abegondo, y a orillas de la carretera, se levanta un monumental calvario: el lla-

mado Crucero Bonito. En sus esquinas, cuatro sólidos pilares se coronan por imágenes de la Virgen María, San Juan, San Pedro y San Francisco, junto con un relieve de ánimas del Purgatorio. La obra se corona de un capitel jónico adornado de angelotes y una cruz con imágenes clasicistas de Cristo coronado de espinas y la Virgen de las Angustias con la espada clavada en el pecho. Al final del Camino, dentro del casco histórico de Santiago, se encuentra una obra notable: el crucero do Home Santo o de Bonaval, hoy instalado en la Puerta del Camino. Un elegante pedestal toscano, un largo varal ochavado y un decorado capitel sostienen una espléndida cruz gótica. Al frente, Cristo, acompañado de la Virgen Madre y San Juan, con las figuras de Santiago Apóstol junto a sus discípulos Teodoro y Atanasio colocadas al pie. Detrás, la Virgen con el Niño en brazos, acompañada de San Pedro, San Pablo, la Virgen de Dolores y dos ángeles de rodillas. Un completo conjunto de trece hermosas figuras labradas en una sola pieza.

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Los cruceros son una muestra de arte religioso relacionado

Imagen de Cristo en el crucero del Alto de Campolongo, Pontedeume

LOS CRUCEROS COMO SEÑALES DEL CAMINO Juan J. Burgoa Fernández MIEMBro DE La aSoCIaCIÓN DE aMIGoS DE LoS CrUCEroS Y CrUCES DE PIEDra

“La cruz se abre a los cuatro vientos; es como la señal del camino para los caminantes libres”

con el mundo mágico de los caminos

Gilbert K. Chesterton, Ortodoxia

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Considerando el Camino como ruta de tránsito de los viajeros para llegar a un destino, constituyen sus elementos las propias vías y caminos, las estaciones o lugares de parada y descanso, y las señales o indicadores de la ruta. El paso del tiempo fue dotando a los viejos caminos gallegos de un sentido e intencionalidad que quedaron grabados de forma material, en especial en sus piedras, y de manera intangible, en sus tradiciones y leyendas. Tanto la cultura castreña como la época romana registraron la presencia de divinidades en los caminos. El posterior proceso de cristianización conservó este sentido mágico y su significado de incerteza, persistiendo una serie de creencias y ritos. Al principio, el cristianismo utilizó la cruz para sacralizar lugares de antiguos cultos paganos, señalando las encrucijadas, colocándola en cumbres de montes, coronan-

Crucero en el atrio de Santa María del Azogue, Betanzos

do los castros o rematando miliarios y piedras de término. La cruz colocada en estos lugares servía para invocar la presencia divina, guiando y protegiendo al viajero. Más tarde, con las órdenes mendicantes, el crucero alcanza pleno carácter religioso, adquiriendo la iconografía de la cruz mayor protagonismo con imágenes de Cristo, la Virgen y los personajes de la Pasión. Con el auge de la peregrinación a Santiago y la extensión del estilo barroco se produce la expansión del crucero -propiciada por la labor

de los canteros que le dieron su huella del arte popular-, llenando de cruces de piedra el territorio gallego.

Señales que guían

Como muestra de arte religioso popular relacionado con el mundo mágico de los caminos se encuentran los cruceros, cristianizando antiguos cultos y protegiendo al caminante de los diversos males de la ruta. A su función de señales indicadoras del recorrido se une la utilidad de los peldaños de su plataforma como lugar de descanso y

meditación, atrayendo hacia lo alto los pensamientos devotos del peregrino. Los cruceros cumplen esa misión de indicadores dentro del Camino Inglés. También sirven para este fin otros hitos como las señales jurisdiccionales y de término, los llamados rollos y picotas; los milladoiros -montones de pequeñas piedras que van dejando los peregrinos en lugares de la ruta-; y los petos de ánimas, situados en las inciertas encrucijadas en devoción de las ánimas del Purgatorio.

Paradas obligadas

En el Alto de Campolongo, a la salida de Pontedeume, se encuentra un sólido crucero de formas originales, que se alza como guía y señal del Camino en un típico emplazamiento de encrucijada. Se corona de una cruz griega con imágenes de estilo primitivo. Un Cristo de canon corto, formas expresivas, larga melena y corona de espinas. Una Virgen de la Piedad de formas geométricas y marcada presentación frontal, con el Hijo colocado en postura forzada y horizontal. En Betanzos, el atrio de Santa María del Azogue está presidido

por un armonioso crucero de interés histórico, en su tradicional función de sacralizar el espacio religioso. Sobre su varal estriado y capitel dórico va colocada una amplia cruz latina con imágenes de escaso bulto. Un Crucificado erguido, de formas rústicas y manos abiertas. Una Virgen de Dolores, de formas simétricas, vestida de túnica y amplio manto, en postura orante de manos juntas.

Purgatorio

Frente a la iglesia de Santa Eulalia de Abegondo, y a orillas de la carretera, se levanta un monumental calvario: el lla-

mado Crucero Bonito. En sus esquinas, cuatro sólidos pilares se coronan por imágenes de la Virgen María, San Juan, San Pedro y San Francisco, junto con un relieve de ánimas del Purgatorio. La obra se corona de un capitel jónico adornado de angelotes y una cruz con imágenes clasicistas de Cristo coronado de espinas y la Virgen de las Angustias con la espada clavada en el pecho. Al final del Camino, dentro del casco histórico de Santiago, se encuentra una obra notable: el crucero do Home Santo o de Bonaval, hoy instalado en la Puerta del Camino. Un elegante pedestal toscano, un largo varal ochavado y un decorado capitel sostienen una espléndida cruz gótica. Al frente, Cristo, acompañado de la Virgen Madre y San Juan, con las figuras de Santiago Apóstol junto a sus discípulos Teodoro y Atanasio colocadas al pie. Detrás, la Virgen con el Niño en brazos, acompañada de San Pedro, San Pablo, la Virgen de Dolores y dos ángeles de rodillas. Un completo conjunto de trece hermosas figuras labradas en una sola pieza.

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RITOS Y LEYENDAS: CARRAL Xosé Lois Vilar Hermidas HISTorIaDor Y ESCrITor

George Borrow, filólogo inglés, viajero, escritor y autor de La Biblia en España, después de recorrer el Camino Inglés, caminaba aterrorizado por tierras de Fisterra debido a los cuentos de tronantes. Estos eran paisanos feos y monstruosos que, meando en el polvo de los caminos o formando un remolino de agua en una fuente que, se dice nunca secará, subían desnudos al cielo provocando rayos y truenos con sus enormes zuecos o bien removiendo añicos de hierro que llevaban

088

en su caja de herramientas. Los peregrinos llegaban a Galicia y se encontraban con una tierra mágica. A lo largo del Camino y en las tabernas, los paisanos le hablaban de aparecidos, procesiones de muertos, demonios, duendes, meigas, brujas, mouros, tesoros encantados y enfermedades extraordinarias, así como de los lugares donde sucedían -fuentes, encrucijadas, puentes, castros, dólmenes, etc.-, por los que el pobre caminante tenía que pasar irremediablemente.

El enfermo de tiricia se llevaba a la fuente, se sentaba y se le echaba agua sobre las manos

San Juan y, así, decidir el clima que iba a hacer en las parroquias vecinas durante todo el año. Con la primera luz de la mañana se veía sobre esta piedra bailar el sol. Eran las brujas, que se retiraban para sus casas cubriendo la luz solar, que parecía temblar.

cruzadas detrás de la espalda rezando nueve veces la oración; y una a mayores por el demonio

Fuentes y puentes mágicos

Panorámica desde el monte Xalo, Carral

Esos lugares eran muy abundantes. En el ayuntamiento de Carral encontramos tres tramos diferentes del Camino Inglés. Uno en el oeste, que pasa por las laderas del monte Xalo, a la sombra de la Pedra Maza da Facha, continuando por las iglesias de Paleo y Sumio, y la capilla del Rubierio. El del centro coincide al principio con la actual carretera A Coruña-Santiago, pero en Ponte Lago se desvía hacia el Pazo das Cadeas, en Herves. El tercero, más conocido, cruza Tabeiao, Sergude y Cañás. En la pena Mazafacha se reunían las meigas de la comarca para hacer aquelarres el día de

En esos caminos encontramos hasta veinte fuentes mágicas y puentes sobre ríos donde los paisanos iban por la noche acompañados de la curandera para, mediante el recitado de diferentes ensalmos y el cumplimiento de diferentes ritos, curar enfermedades como la tiricia, la sombra, la rosa, el mal de ojo u otras más modernas como el asma, anemias, dolencias de la piel y del estómago, verrugas, fiebres, tifoideas, etc. También en las fuentes, las chicas echaban la yema de un huevo la noche de San Juan para conocer la profesión de su futuro marido según la figura que hacía la yema en el agua. Las fuentes más famosas son las de la iglesia vieja de Paleo, la de Meáns, la de Plata, Galgáns, Santa Rosa, Belvís y el mineral de Sumio. En cuanto a los puentes, sobresalen los del río Brexa, Xocín o el de Sergude. Para curar la tiricia se llevaba al enfermo a la fuente, se sentaba y, cruzándole las manos detrás de la espalda, se le echaba agua sobre ellas rezando: “Tiriza cuchiriza, negra, encarnada, azul, verde, de calquer cor que sexas, maldita sexas. Vaite pra as altas marescaladas, onde non se oia

cantar galiña nin galo nin cristiano bautizado. Co poder de Dios e da Virxe María, un Padrenuestro e un Ave María”. Esto se recitaba nueve veces y una por el demonio. Todo este rito había que repetirlo durante nueve noches -y una por el demonio-, siempre después de la puesta del sol. Además, había que ir por un camino y volver por el otro, sin hablar con nadie. El agua mala, es decir, la que quedaba después de pasar por las manos del enfermo, se tiraba también después de la puesta del sol en una encrucijada, a poder ser sobre ortigas que iban secando mientras se curaba la enfermedad.

Árboles curativos

Los mojones que aquí dividían fincas, montes, aldeas, parroquias, ayuntamientos e incluso provincias (en Carral lindaban las viejas provincias de Coruña, Betanzos y Santiago) tenían también poderes curativos. En ellos se curaban almorranas, sabañones, callos o enfermedades como el “curso fuera de los niños”, pasando el afectado nueve veces por encima. Destacan aquellos de Fonte das Meigas, Salgueiros y la Egoa. Los mojones también ayudaban a curar la anemia, la no

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RITOS Y LEYENDAS: CARRAL Xosé Lois Vilar Hermidas HISTorIaDor Y ESCrITor

George Borrow, filólogo inglés, viajero, escritor y autor de La Biblia en España, después de recorrer el Camino Inglés, caminaba aterrorizado por tierras de Fisterra debido a los cuentos de tronantes. Estos eran paisanos feos y monstruosos que, meando en el polvo de los caminos o formando un remolino de agua en una fuente que, se dice nunca secará, subían desnudos al cielo provocando rayos y truenos con sus enormes zuecos o bien removiendo añicos de hierro que llevaban

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en su caja de herramientas. Los peregrinos llegaban a Galicia y se encontraban con una tierra mágica. A lo largo del Camino y en las tabernas, los paisanos le hablaban de aparecidos, procesiones de muertos, demonios, duendes, meigas, brujas, mouros, tesoros encantados y enfermedades extraordinarias, así como de los lugares donde sucedían -fuentes, encrucijadas, puentes, castros, dólmenes, etc.-, por los que el pobre caminante tenía que pasar irremediablemente.

El enfermo de tiricia se llevaba a la fuente, se sentaba y se le echaba agua sobre las manos

San Juan y, así, decidir el clima que iba a hacer en las parroquias vecinas durante todo el año. Con la primera luz de la mañana se veía sobre esta piedra bailar el sol. Eran las brujas, que se retiraban para sus casas cubriendo la luz solar, que parecía temblar.

cruzadas detrás de la espalda rezando nueve veces la oración; y una a mayores por el demonio

Fuentes y puentes mágicos

Panorámica desde el monte Xalo, Carral

Esos lugares eran muy abundantes. En el ayuntamiento de Carral encontramos tres tramos diferentes del Camino Inglés. Uno en el oeste, que pasa por las laderas del monte Xalo, a la sombra de la Pedra Maza da Facha, continuando por las iglesias de Paleo y Sumio, y la capilla del Rubierio. El del centro coincide al principio con la actual carretera A Coruña-Santiago, pero en Ponte Lago se desvía hacia el Pazo das Cadeas, en Herves. El tercero, más conocido, cruza Tabeiao, Sergude y Cañás. En la pena Mazafacha se reunían las meigas de la comarca para hacer aquelarres el día de

En esos caminos encontramos hasta veinte fuentes mágicas y puentes sobre ríos donde los paisanos iban por la noche acompañados de la curandera para, mediante el recitado de diferentes ensalmos y el cumplimiento de diferentes ritos, curar enfermedades como la tiricia, la sombra, la rosa, el mal de ojo u otras más modernas como el asma, anemias, dolencias de la piel y del estómago, verrugas, fiebres, tifoideas, etc. También en las fuentes, las chicas echaban la yema de un huevo la noche de San Juan para conocer la profesión de su futuro marido según la figura que hacía la yema en el agua. Las fuentes más famosas son las de la iglesia vieja de Paleo, la de Meáns, la de Plata, Galgáns, Santa Rosa, Belvís y el mineral de Sumio. En cuanto a los puentes, sobresalen los del río Brexa, Xocín o el de Sergude. Para curar la tiricia se llevaba al enfermo a la fuente, se sentaba y, cruzándole las manos detrás de la espalda, se le echaba agua sobre ellas rezando: “Tiriza cuchiriza, negra, encarnada, azul, verde, de calquer cor que sexas, maldita sexas. Vaite pra as altas marescaladas, onde non se oia

cantar galiña nin galo nin cristiano bautizado. Co poder de Dios e da Virxe María, un Padrenuestro e un Ave María”. Esto se recitaba nueve veces y una por el demonio. Todo este rito había que repetirlo durante nueve noches -y una por el demonio-, siempre después de la puesta del sol. Además, había que ir por un camino y volver por el otro, sin hablar con nadie. El agua mala, es decir, la que quedaba después de pasar por las manos del enfermo, se tiraba también después de la puesta del sol en una encrucijada, a poder ser sobre ortigas que iban secando mientras se curaba la enfermedad.

Árboles curativos

Los mojones que aquí dividían fincas, montes, aldeas, parroquias, ayuntamientos e incluso provincias (en Carral lindaban las viejas provincias de Coruña, Betanzos y Santiago) tenían también poderes curativos. En ellos se curaban almorranas, sabañones, callos o enfermedades como el “curso fuera de los niños”, pasando el afectado nueve veces por encima. Destacan aquellos de Fonte das Meigas, Salgueiros y la Egoa. Los mojones también ayudaban a curar la anemia, la no

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bajada de leche y los malos partos del ganado. Se iba por la noche y, con un martillo, se rompía un trocito de su piedra. Ya en casa, se desmenuzaba haciéndolo polvo y se le echaba al animal en su comida. Otra forma de hacerlo era metiendo esos granos de piedra en un saquito y atarlo en los cuernos del animal. Después se daban siete o nueve vueltas, siempre a favor del sol, alrededor del mojón. Allí se dejaban como pago cucharas, objetos de plata, herraduras o monedas. En los melojos o robles negros, como los del monte Meán, se curaban las hernias y las roturas musculares o de huesos de los niños. Había que buscar dos personas: una mujer llamada María y un hombre lla-

La Santa Compaña, procesión de muertos, recorría estos caminos pudiendo llevarte para siempre si te cruzabas con ella

mado Ventura. Si no había un Ventura, valía un Pedro. Por la noche hacían una hendidura con una navaja o con un hacha y pasaban por allí al niño nueve veces, y una más por el demonio, recitando: “Toma María, toma Ventura, eu douche a (nome do neno) para que Deus lle sane este mal, e o cure e o sane, e o poña cerrado como el ha de cerrar”. Se vendaba el roble con barro encarnado y, si volvía a unirse, el niño quedaría sanado. En las encrucijadas se tiraba el agua enferma después de pasarla por los cuerpos de los enfermos. También se enterraba a los niños sin bautizar. Los vecinos que pasaban por allí por la noche oían sus lamentos. También eran lugares de apariciones. Destacan la en-

crucijada de la iglesia de Paleo y la de la cruz de Gosende. La Santa Compaña, procesión de muertos que portando luces, estandartes, cruz y calderos de agua, recorría estos caminos pudiendo llevarte para siempre si te cruzabas con ella. Destacan como luga-

res de aparición los castaños de Paleo, la Costa de Egoa, la capilla de Rubieiro, la fuente de Belvís, la iglesia de Sumio y la cueva del Chan de Souto. Todos ellos al lado del Camino de Santiago. Un vecino fue pillado por la Santa Compaña. Muy ama-

bles le preguntaron si quería que lo llevase por el alto o por el bajo. Por seguridad, escogió ir por lo bajo, y lo llevaron arrastrándolo por zarzas y tojos. Apareció al día siguiente todo lastimado y con la ropa hecha añicos en el medio de una planta-

ción de maíz, pidiendo que le diesen un harapo de ropa para cubrirse.

Mouros y serpientes

También a lo largo del Camino se escuchaban cuentos de los mouros que vivían en los sepulcros megalíticos de Arteaga, Castro de A Torre, Gosende o en cuevas como las de Sotal o Chan de Souto. Vivían debajo de la tierra, guardando grandes tesoros y tenían, entre otros, el poder de encantar personas y animales. Una noche en Freixedo, un tal Fuco que pasaba por allí, escuchó que llamaban por él. Vio que se trataba de una enorme serpiente. La miró con repugnancia y se dio cuenta de que era una chica de la aldea, desaparecida años atrás, de quien se contaba que los encantos de Freixedo la habían convertido en una serpiente. Esta le pidió que la desencantase, para lo que tenía que darle un beso en la cola y otro en la cabeza. Muerto de miedo, Fuco se marchó sin cumplir lo que ella demandaba. La serpiente se quedó quejándose “Maldito Fuco, ahora tendré que estar otros cien años debajo de la tierra”. Y aún está esperando a que alguien con más arrestos pase por allí y la desencante.

La naturaleza es protagonista en el Camino Inglés

091 Las figuras de meigas son muy típicas en las tiendas de recuerdos


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bajada de leche y los malos partos del ganado. Se iba por la noche y, con un martillo, se rompía un trocito de su piedra. Ya en casa, se desmenuzaba haciéndolo polvo y se le echaba al animal en su comida. Otra forma de hacerlo era metiendo esos granos de piedra en un saquito y atarlo en los cuernos del animal. Después se daban siete o nueve vueltas, siempre a favor del sol, alrededor del mojón. Allí se dejaban como pago cucharas, objetos de plata, herraduras o monedas. En los melojos o robles negros, como los del monte Meán, se curaban las hernias y las roturas musculares o de huesos de los niños. Había que buscar dos personas: una mujer llamada María y un hombre lla-

La Santa Compaña, procesión de muertos, recorría estos caminos pudiendo llevarte para siempre si te cruzabas con ella

mado Ventura. Si no había un Ventura, valía un Pedro. Por la noche hacían una hendidura con una navaja o con un hacha y pasaban por allí al niño nueve veces, y una más por el demonio, recitando: “Toma María, toma Ventura, eu douche a (nome do neno) para que Deus lle sane este mal, e o cure e o sane, e o poña cerrado como el ha de cerrar”. Se vendaba el roble con barro encarnado y, si volvía a unirse, el niño quedaría sanado. En las encrucijadas se tiraba el agua enferma después de pasarla por los cuerpos de los enfermos. También se enterraba a los niños sin bautizar. Los vecinos que pasaban por allí por la noche oían sus lamentos. También eran lugares de apariciones. Destacan la en-

crucijada de la iglesia de Paleo y la de la cruz de Gosende. La Santa Compaña, procesión de muertos que portando luces, estandartes, cruz y calderos de agua, recorría estos caminos pudiendo llevarte para siempre si te cruzabas con ella. Destacan como luga-

res de aparición los castaños de Paleo, la Costa de Egoa, la capilla de Rubieiro, la fuente de Belvís, la iglesia de Sumio y la cueva del Chan de Souto. Todos ellos al lado del Camino de Santiago. Un vecino fue pillado por la Santa Compaña. Muy ama-

bles le preguntaron si quería que lo llevase por el alto o por el bajo. Por seguridad, escogió ir por lo bajo, y lo llevaron arrastrándolo por zarzas y tojos. Apareció al día siguiente todo lastimado y con la ropa hecha añicos en el medio de una planta-

ción de maíz, pidiendo que le diesen un harapo de ropa para cubrirse.

Mouros y serpientes

También a lo largo del Camino se escuchaban cuentos de los mouros que vivían en los sepulcros megalíticos de Arteaga, Castro de A Torre, Gosende o en cuevas como las de Sotal o Chan de Souto. Vivían debajo de la tierra, guardando grandes tesoros y tenían, entre otros, el poder de encantar personas y animales. Una noche en Freixedo, un tal Fuco que pasaba por allí, escuchó que llamaban por él. Vio que se trataba de una enorme serpiente. La miró con repugnancia y se dio cuenta de que era una chica de la aldea, desaparecida años atrás, de quien se contaba que los encantos de Freixedo la habían convertido en una serpiente. Esta le pidió que la desencantase, para lo que tenía que darle un beso en la cola y otro en la cabeza. Muerto de miedo, Fuco se marchó sin cumplir lo que ella demandaba. La serpiente se quedó quejándose “Maldito Fuco, ahora tendré que estar otros cien años debajo de la tierra”. Y aún está esperando a que alguien con más arrestos pase por allí y la desencante.

La naturaleza es protagonista en el Camino Inglés

091 Las figuras de meigas son muy típicas en las tiendas de recuerdos


EL GREEN MAN, UN HOMBRE VERDE EN EL CAMINO INGLÉS Alfredo Erias Martínez DIrECTor DEL MUSEo DaS MarIñaS

092

El hombre verde o green man, como dicen los británicos, es una cara de la que salen ramas y hojas (de la piel, del pelo, de la boca, de la nariz, de las orejas e incluso, en ocasiones, de los ojos). Se origina en la imagen de un antiguo dios del bosque que vuelve a aparecer – junto a muchas otras imágenes clásicas – en el Románico y, desde ahí, se mantiene hasta hoy. El cristianismo adopta la imagen positiva del hombre verde, asimilándola o bien a Jesucristo o bien a resucitados en el Paraíso. Pero al mismo tiempo crea una figura negativa, con cara monstruosa que tanto

devora las ramas y hojas (es decir, mata la vida), imitando los dragones infernales, como genera el “árbol del mal”, que es una categoría típica de la Baja Edad Media. Obviamente, este rostro queda asimilado al Demonio. De hecho, en las fachadas de las iglesias betanceiras de Santa María do Azougue y Santiago vemos dragones infernales, en forma de cocodrilos, que echan el árbol por la boca. El hombre verde se encuentra en buena parte de Europa, e incluso se rastrea en el continente asiático, pero de manera especial lo vemos en los

países del arco atlántico. Es en estos donde la cultura celta dejó una huella más profunda y, aún hoy, es inspiración para artistas y objeto de fiestas primaverales de ecos antiguos. Los británicos, como sabemos, lo tienen como algo suyo. Sin embargo, al recorrer los caminos de Galicia verán que aquí hay también muchos green men parecidos, por la sencilla razón de que pertenecemos a una misma cultura atlántica de raíces ancestrales. También con contactos mediterráneos de honda raigambre, no solamente por el Imperio Romano, sino por relaciones complejas

Pérez de Andrade entre green men. Iglesia de San Francisco, Betanzos (s. XIV)

De la cara del hombre verde, un antiguo dios del bosque, salen ramas y hojas

muy anteriores (comercio de metales o caminos de peregrinación a Occidente). Galicia tiene hombres verdes desde, al menos, el s. XI o XII.

Búsqueda por Betanzos

En el Camino Inglés, quien quiera buscar hombres verdes los encontrará, sobre todo, en la mágica ciudad de Betanzos. Tanto en sus tres iglesias góticas como en un retablo renacentista y, mucho más tarde, asimilados a la arquitectura art nouveau y posmodernista. Incluso la Boca del Infierno del parque del Pasatiempo tiene características de green man negativo. En la iglesia de San Francisco vemos, en una basa y en un capitel de la puerta occidental, al caballero Fernán Pérez de Andrade rodeado por hombres verdes que echan una rama con hojas por la boca. En el interior del ábside, vemos otro similar imberbe y,

en el exterior, otro casi idéntico –aunque con barba- en un canecillo. Aún encontramos tres más, siendo espectacular uno con cara grotesca (por lo tanto, negativo) que echa por la boca dos ramas con grandes hojas, que se ve muy bien desde el atrio de Santa María do Azogue. También en esta iglesia encontramos un canecillo con un hombre verde que se identifica absolutamente con la vegetación: un hombre-dios-planta. Subiendo a la iglesia de Santiago, en su espectacular retablo renacentista de la capilla del arcediano, vemos dos salvajes (otro eco de dioses antiguos del bosque) que portan sendos escudos del fundador de dicho santuario, Pedro de Ben, y encima de ellos aparecen unos hombres verdes como dioses jóvenes regeneradores de la vida. También aquí, en una ménsula del interior, podemos ver al dios del bosque Sileno, sátiro feo y barbado con el que juegan dos amorcillos y que parece identificarse con los salvajes. En Grecia lo solemos ver borracho en las procesiones dionisíacas porque solamente así podía adivinar. Selvans era su nombre en Etruria y Silvano en Roma. Fuera de las iglesias, si queremos encontrar hombres verdes por las calles de Betanzos los veremos en las puertas de la casa de los García Naveira, en casa de Limiñón o en la fachada de la Casa del Pueblo en la calle Travesa.

Green man de la “Casa del Pueblo” (1918) en Betanzos

Una figura de bien y mal

Para entender estas imágenes, digamos que tienen su origen formal en los distintos avatares de un dios creador indoeuropeo del bosque y de los animales, con Dionisos, Cernunnos (asimilado o no al tricéfalo celta) y Sileno como protagonistas principales. La forma más repetida que llega hasta nosotros –aquella en que una cara, hermosa o grotesca, devora ramas o genera el “árbol del mal”- ya aparece en Roma, pero renace en el Románico. En Galicia ya vemos el green man en la puerta de Praterías de la Catedral de Santiago (en la base de un incensario que maneja un ángel) y hay además una pieza de importancia europea en la pila bautismal de la iglesia del hospital de Quiroga, con el green man asimilado al ciervo. Así como se toma del mundo clásico la imagen positiva del hombre verde como un dios

generador de vida, el cristianismo medieval (tan ligado a la idea del Paraíso y del Infierno del Juicio Universal) crea su contrafigura: un ser demoníaco que o bien devora la vida, o bien genera el “árbol del mal”. El green man es una imagen muy resistente. Un arquetipo de los más poderosos de la cultura euroasiática y más allá, pues se liga a la regeneración de la vida, algo que siempre se procura tanto en este mundo como en el otro. Y esto es así debido a que el invierno se asimila a la noche, al frío, al color negro, a la oscuridad, a lo negativo y, en definitiva, a la muerte –tanto real como simbólica-. Este mecanismo que busca la luz al salir de la cueva paleolítica, la vida, el eterno retorno de la primavera, continúa hoy. Y continuará siempre, mientras haya algún ser humano escondido en el último bosque del planeta.

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EL GREEN MAN, UN HOMBRE VERDE EN EL CAMINO INGLÉS Alfredo Erias Martínez DIrECTor DEL MUSEo DaS MarIñaS

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El hombre verde o green man, como dicen los británicos, es una cara de la que salen ramas y hojas (de la piel, del pelo, de la boca, de la nariz, de las orejas e incluso, en ocasiones, de los ojos). Se origina en la imagen de un antiguo dios del bosque que vuelve a aparecer – junto a muchas otras imágenes clásicas – en el Románico y, desde ahí, se mantiene hasta hoy. El cristianismo adopta la imagen positiva del hombre verde, asimilándola o bien a Jesucristo o bien a resucitados en el Paraíso. Pero al mismo tiempo crea una figura negativa, con cara monstruosa que tanto

devora las ramas y hojas (es decir, mata la vida), imitando los dragones infernales, como genera el “árbol del mal”, que es una categoría típica de la Baja Edad Media. Obviamente, este rostro queda asimilado al Demonio. De hecho, en las fachadas de las iglesias betanceiras de Santa María do Azougue y Santiago vemos dragones infernales, en forma de cocodrilos, que echan el árbol por la boca. El hombre verde se encuentra en buena parte de Europa, e incluso se rastrea en el continente asiático, pero de manera especial lo vemos en los

países del arco atlántico. Es en estos donde la cultura celta dejó una huella más profunda y, aún hoy, es inspiración para artistas y objeto de fiestas primaverales de ecos antiguos. Los británicos, como sabemos, lo tienen como algo suyo. Sin embargo, al recorrer los caminos de Galicia verán que aquí hay también muchos green men parecidos, por la sencilla razón de que pertenecemos a una misma cultura atlántica de raíces ancestrales. También con contactos mediterráneos de honda raigambre, no solamente por el Imperio Romano, sino por relaciones complejas

Pérez de Andrade entre green men. Iglesia de San Francisco, Betanzos (s. XIV)

De la cara del hombre verde, un antiguo dios del bosque, salen ramas y hojas

muy anteriores (comercio de metales o caminos de peregrinación a Occidente). Galicia tiene hombres verdes desde, al menos, el s. XI o XII.

Búsqueda por Betanzos

En el Camino Inglés, quien quiera buscar hombres verdes los encontrará, sobre todo, en la mágica ciudad de Betanzos. Tanto en sus tres iglesias góticas como en un retablo renacentista y, mucho más tarde, asimilados a la arquitectura art nouveau y posmodernista. Incluso la Boca del Infierno del parque del Pasatiempo tiene características de green man negativo. En la iglesia de San Francisco vemos, en una basa y en un capitel de la puerta occidental, al caballero Fernán Pérez de Andrade rodeado por hombres verdes que echan una rama con hojas por la boca. En el interior del ábside, vemos otro similar imberbe y,

en el exterior, otro casi idéntico –aunque con barba- en un canecillo. Aún encontramos tres más, siendo espectacular uno con cara grotesca (por lo tanto, negativo) que echa por la boca dos ramas con grandes hojas, que se ve muy bien desde el atrio de Santa María do Azogue. También en esta iglesia encontramos un canecillo con un hombre verde que se identifica absolutamente con la vegetación: un hombre-dios-planta. Subiendo a la iglesia de Santiago, en su espectacular retablo renacentista de la capilla del arcediano, vemos dos salvajes (otro eco de dioses antiguos del bosque) que portan sendos escudos del fundador de dicho santuario, Pedro de Ben, y encima de ellos aparecen unos hombres verdes como dioses jóvenes regeneradores de la vida. También aquí, en una ménsula del interior, podemos ver al dios del bosque Sileno, sátiro feo y barbado con el que juegan dos amorcillos y que parece identificarse con los salvajes. En Grecia lo solemos ver borracho en las procesiones dionisíacas porque solamente así podía adivinar. Selvans era su nombre en Etruria y Silvano en Roma. Fuera de las iglesias, si queremos encontrar hombres verdes por las calles de Betanzos los veremos en las puertas de la casa de los García Naveira, en casa de Limiñón o en la fachada de la Casa del Pueblo en la calle Travesa.

Green man de la “Casa del Pueblo” (1918) en Betanzos

Una figura de bien y mal

Para entender estas imágenes, digamos que tienen su origen formal en los distintos avatares de un dios creador indoeuropeo del bosque y de los animales, con Dionisos, Cernunnos (asimilado o no al tricéfalo celta) y Sileno como protagonistas principales. La forma más repetida que llega hasta nosotros –aquella en que una cara, hermosa o grotesca, devora ramas o genera el “árbol del mal”- ya aparece en Roma, pero renace en el Románico. En Galicia ya vemos el green man en la puerta de Praterías de la Catedral de Santiago (en la base de un incensario que maneja un ángel) y hay además una pieza de importancia europea en la pila bautismal de la iglesia del hospital de Quiroga, con el green man asimilado al ciervo. Así como se toma del mundo clásico la imagen positiva del hombre verde como un dios

generador de vida, el cristianismo medieval (tan ligado a la idea del Paraíso y del Infierno del Juicio Universal) crea su contrafigura: un ser demoníaco que o bien devora la vida, o bien genera el “árbol del mal”. El green man es una imagen muy resistente. Un arquetipo de los más poderosos de la cultura euroasiática y más allá, pues se liga a la regeneración de la vida, algo que siempre se procura tanto en este mundo como en el otro. Y esto es así debido a que el invierno se asimila a la noche, al frío, al color negro, a la oscuridad, a lo negativo y, en definitiva, a la muerte –tanto real como simbólica-. Este mecanismo que busca la luz al salir de la cueva paleolítica, la vida, el eterno retorno de la primavera, continúa hoy. Y continuará siempre, mientras haya algún ser humano escondido en el último bosque del planeta.

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Restos encontrados en el yacimiento del castro de As Travesas

UN CAMINO DE CASTROS Antón Fernández Malde arQUEÓLoGo DIrECTor DEL EQUIPo DE INVESTIGaCIÓN DEL CaSTro DaS TraVESaS

094

En un principio, el estudio de los castros se limitó a los usos y costumbres que sus comunidades realizaban en su interior. Sin embargo, el mundo de los castros es mucho más que territorios de recintos fortificados y sus alrededores. Hace ya tiempo que se puso de manifiesto la relación de los castros con las vías de comunicación. Así, Rodríguez Colmenero vincula la relación entre núcleos poblacionales indígenas de importancia con el trazado de las vías romanas. Para la Vía XVIII existen varios casos donde coinciden

mansios en esos núcleos indígenas o en sus proximidades. Incluso, recientemente, descubrimos que el importante santuario galaico-romano de Pena Furada (Coirós) se proyecta en frente a la red viaria de la Vía XX –también llamada Per Loca Marítima-, procurando su visibilidad. Pero la infraestructura castrense no solo fue considerada para las mansios, sino que también pudo haber colaborado en el diseño del trazado, tal y como expuso González Ruibal en referencia a la relación del recorrido de la Vía XIX y

el emplazamiento de algunos castros en la zona de las Rías Baixas. Esta situación la observamos en el valle del río Mero, en los municipios de Abegondo, Betanzos, Oza-Cesuras y Mesía. El valle actúa como un corredor natural que comunica la zona de As Mariñas con las tierras altas de A Montaña. Esta cualidad es aprovechada por dos caminos históricos, aún usados en la actualidad: el Camino Inglés procedente de Ferrol y el Camino de Porzomillos, Callobre, Cullergondo y Probaos.

El castro de As Travesas estaba situado en una encrucijada

Consideramos que el Camino Inglés utiliza una vía romana secundaria que partía desde la Vía XX hacia la zona costera de As Mariñas, donde se documentan numerosos yacimientos romanos como en el puerto de Miño, A Insua o Centroña. La presencia de una ara dedicada a los dioses en San Paio de Vilacoba, al lado del Camino, confirma esta hipótesis. De la misma forma, observamos una asociación significativa de los castros de este valle con esos caminos, lo cual pone de relieve el gran interés por la aptitud comunicativa de este entorno ya en la Edad del Hierro y que se mantuvo, posteriormente, en época romana y medieval.

Castro de as Travesas

Un ejemplo paradigmático es el castro de As Travesas. En una zona comprendida entre lugares próximos se cruzan cuatro caminos muy importantes. Son el Camino de A Feira, trazado que proponemos para la Vía XX; el camino A Coruña-Lalín, vía transversal secundaria de largo alcance; el Camino Inglés desde Betanzos, vía transversal secundaria de conexión comarcal a la red principal; y el Camino Inglés por Bruma o desvío medieval.

La infraestructura castrense no solo fue considerada para las mansios, sino que también pudo haber colaborado en el diseño del trazado

Tal vez por esto, en la cartografía histórica se reitere el topónimo de As Travesas, en alusión al área donde se produce esa gran encrucijada. Así mismo, no resulta casual la presencia en ese territorio del castro de As Travesas. Se trata de un asentamiento fortificado de entre 6 y 12 hectáreas situado sobre una llanura, buscando la ventaja defensiva de la pequeña pendiente del valle del río Abelleira. Por sus dimensiones y morfología, debemos de considerarlo como un oppida.

Castro de a alcaiana

En 2011 pudimos constatar la existencia de una calzada de clara factura romana, al lado del Camino Inglés, que constituye un desvío desde la

Vía XX hacia el castro de As Travesas. Al pie de esta calzada se localiza el pequeño castro de A Alcaiana. No se trata de una simple proximidad, sino de una relación directa. Su tamaño y emplazamiento nos hace pensar en un recinto fortificado como una instalación vial, con una función de custodia del acceso a As Travesas, control y apoyo a los viajeros. En las excavaciones en el yacimiento de As Travesas aparecieron materiales de épocas muy dispares y de procedencias muy lejanas -del Mediterráneo o de Gran Bretaña-. Ese hecho solo puede explicarse por ser un emplazamiento con una comunicación privilegiada, la cual tan solo puede fornecer a la red principal.

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Restos encontrados en el yacimiento del castro de As Travesas

UN CAMINO DE CASTROS Antón Fernández Malde arQUEÓLoGo DIrECTor DEL EQUIPo DE INVESTIGaCIÓN DEL CaSTro DaS TraVESaS

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En un principio, el estudio de los castros se limitó a los usos y costumbres que sus comunidades realizaban en su interior. Sin embargo, el mundo de los castros es mucho más que territorios de recintos fortificados y sus alrededores. Hace ya tiempo que se puso de manifiesto la relación de los castros con las vías de comunicación. Así, Rodríguez Colmenero vincula la relación entre núcleos poblacionales indígenas de importancia con el trazado de las vías romanas. Para la Vía XVIII existen varios casos donde coinciden

mansios en esos núcleos indígenas o en sus proximidades. Incluso, recientemente, descubrimos que el importante santuario galaico-romano de Pena Furada (Coirós) se proyecta en frente a la red viaria de la Vía XX –también llamada Per Loca Marítima-, procurando su visibilidad. Pero la infraestructura castrense no solo fue considerada para las mansios, sino que también pudo haber colaborado en el diseño del trazado, tal y como expuso González Ruibal en referencia a la relación del recorrido de la Vía XIX y

el emplazamiento de algunos castros en la zona de las Rías Baixas. Esta situación la observamos en el valle del río Mero, en los municipios de Abegondo, Betanzos, Oza-Cesuras y Mesía. El valle actúa como un corredor natural que comunica la zona de As Mariñas con las tierras altas de A Montaña. Esta cualidad es aprovechada por dos caminos históricos, aún usados en la actualidad: el Camino Inglés procedente de Ferrol y el Camino de Porzomillos, Callobre, Cullergondo y Probaos.

El castro de As Travesas estaba situado en una encrucijada

Consideramos que el Camino Inglés utiliza una vía romana secundaria que partía desde la Vía XX hacia la zona costera de As Mariñas, donde se documentan numerosos yacimientos romanos como en el puerto de Miño, A Insua o Centroña. La presencia de una ara dedicada a los dioses en San Paio de Vilacoba, al lado del Camino, confirma esta hipótesis. De la misma forma, observamos una asociación significativa de los castros de este valle con esos caminos, lo cual pone de relieve el gran interés por la aptitud comunicativa de este entorno ya en la Edad del Hierro y que se mantuvo, posteriormente, en época romana y medieval.

Castro de as Travesas

Un ejemplo paradigmático es el castro de As Travesas. En una zona comprendida entre lugares próximos se cruzan cuatro caminos muy importantes. Son el Camino de A Feira, trazado que proponemos para la Vía XX; el camino A Coruña-Lalín, vía transversal secundaria de largo alcance; el Camino Inglés desde Betanzos, vía transversal secundaria de conexión comarcal a la red principal; y el Camino Inglés por Bruma o desvío medieval.

La infraestructura castrense no solo fue considerada para las mansios, sino que también pudo haber colaborado en el diseño del trazado

Tal vez por esto, en la cartografía histórica se reitere el topónimo de As Travesas, en alusión al área donde se produce esa gran encrucijada. Así mismo, no resulta casual la presencia en ese territorio del castro de As Travesas. Se trata de un asentamiento fortificado de entre 6 y 12 hectáreas situado sobre una llanura, buscando la ventaja defensiva de la pequeña pendiente del valle del río Abelleira. Por sus dimensiones y morfología, debemos de considerarlo como un oppida.

Castro de a alcaiana

En 2011 pudimos constatar la existencia de una calzada de clara factura romana, al lado del Camino Inglés, que constituye un desvío desde la

Vía XX hacia el castro de As Travesas. Al pie de esta calzada se localiza el pequeño castro de A Alcaiana. No se trata de una simple proximidad, sino de una relación directa. Su tamaño y emplazamiento nos hace pensar en un recinto fortificado como una instalación vial, con una función de custodia del acceso a As Travesas, control y apoyo a los viajeros. En las excavaciones en el yacimiento de As Travesas aparecieron materiales de épocas muy dispares y de procedencias muy lejanas -del Mediterráneo o de Gran Bretaña-. Ese hecho solo puede explicarse por ser un emplazamiento con una comunicación privilegiada, la cual tan solo puede fornecer a la red principal.

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Hórreo en Arteixo

HÓRREOS: HISTORIA E IDENTIDAD Ignacio Varela Guerrero HISTorIaDor DEL arTE

096

En el entorno rural de la geografía gallega se levantan los verdaderos hitos que conforman la identidad de nuestro pueblo. Más allá de las ilustres catedrales, de las suntuosas iglesias, de los magníficos monasterios y conventos o de los elegantes pazos, la personalidad del mundo gallego tradicional se ve reflejada en las pequeñas construcciones domésticas: pajares, hornos, fuentes, molinos y cuadras humanizan cualquier pequeña aldea perdida en medio de Galicia, alejadas del ruido y de la vida rápida de las metrópolis. A este mundo agrícola pertenece el hórreo, vinculado desde la Prehistoria al almacenamiento, secado y ventilación de los cereales que se cultivan en las zonas circundantes, tradicionalmente

maíz. Esta construcción recibe múltiples nomenclaturas según el área geográfica en donde se sitúa. Así, algunas de sus denominaciones más utilizadas son: cabazo, cabeceira o cabeceiro, canasto o canastro, horrio, palleira, paneira, piorno o sequeiro.

Características

La gran variación morfológica, al igual que de materiales y técnicas constructivas, de estos valiosos inmuebles está relacionada con la zona del noroeste peninsular en donde se yerguen, existiendo diferen-

Los materiales y la forma de estas construcciones típicas del rural gallego dependen de la zona en la que se encuentren

cias visibles entre los hórreos que pertenecen a un extremo geográfico o a otro. En cuanto a materiales, se puede distinguir la construcción con piedra, madera y un uso mixto de ambos elementos. Según su correspondencia con la zona territorial, se encuentran hórreos de ramas entrelazadas en Chantada, Melide y pequeñas zonas de Pontevedra. Los hórreos construidos totalmente en piedra se encuentran en el oeste y sur de Galicia pues, en las provincias de Ourense y Pontevedra abunda el granito. Por su parte, los hórreos mixtos –con piedra y madera- proliferan en nuestro paisaje, con mayor predominio de la madera sobre la piedra en la provincia de Lugo así como en las zonas norte y este de la provincia de A Coruña. Nor-

malmente, la cubierta de los hórreos es a dos aguas y raramente a cuatro, solo en caso de que el hórreo sea cuadrado. Estos tejados suelen estar hechos bien con tejas, o bien con losas de pizarra o granito. Una vez más debido a la riqueza del lenguaje y las variantes dialectales geográficas, en cada zona se le denomina de distintas maneras a las partes estructurales que conforman un hórreo. Primero, destacan los elementos que sustentan las construcciones, que además le aportan al hórreo la altura necesaria para una buena ventilación. Son dignos de mención el tornarratos que, como su nombre indica en gallego, evitaría la entrada de ratones al local; la cámara, donde se almacena el cereal; el acceso a la misma; la cubierta y, dependiendo de la riqueza de la fábrica, en algunos casos lo más destacable es la ornamentación como coronamiento de los hórreos. En este sentido, se pueden diferenciar en muchos de ellos cruces y pirámides a modo de pináculos y remates.

Parentesco internacional

El hórreo posee primos lejanos a lo largo de todo el mundo. En las antípodas de Galicia existen construcciones que ofrecen un parentesco visual, formal y funcional muy llamativo. Es el caso de los llamados patakas que se pueden ver en Polinesia, Australia y Nueva Zelanda. Más cerca, en las islas británicas, encontramos edificaciones similares, sobre todo a la hora de la elevación mediante grandes piedras,

Cruces y pináculos son ornamentos habituales en los tejados de los hórreos

usadas como graneros, pajares e incluso colmenas. A estas piedras o pies de hórreo se les denomina staddle stones. Ya a principios del siglo XX, el antropólogo y etnólogo polaco Eugeniusz Frankowsky documenta la existencia de graneros dotados de elevación en los Alpes, países escandinavos, los Balcanes, Oriente Próximo, sureste asiático, Japón, países del África subsahariana y en territorios del estrecho de Bering.

a lo largo del Camino Inglés

En el recorrido del Camino Inglés se hallan diferentes ejemplos que dan muestra de la tipología formal y constructiva de estos inmuebles. Se pueden encontrar hórreos en la mayoría de los ayuntamientos del trazado: pueblos

y aldeas de A Coruña, Betanzos, Carral, Ferrol, Mesía, Oroso, Ordes, Abegondo o Santiago. El análisis de estas construcciones refleja el valor individual de estas obras, pues ninguna es íntegramente igual a la otra. En la actualidad, recorriendo el noroeste peninsular, pueden contarse cientos de estos elementos que forman parte del paisaje gallego desde hace siglos. De las autoridades competentes depende su conservación y protección. También, más importante aún, de la concienciación del pueblo. Pues la pérdida de estas modestas edificaciones conllevaría una merma de nuestro pasado, nuestra historia, nuestro patrimonio, nuestra cultura y nuestra identidad.

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Hórreo en Arteixo

HÓRREOS: HISTORIA E IDENTIDAD Ignacio Varela Guerrero HISTorIaDor DEL arTE

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En el entorno rural de la geografía gallega se levantan los verdaderos hitos que conforman la identidad de nuestro pueblo. Más allá de las ilustres catedrales, de las suntuosas iglesias, de los magníficos monasterios y conventos o de los elegantes pazos, la personalidad del mundo gallego tradicional se ve reflejada en las pequeñas construcciones domésticas: pajares, hornos, fuentes, molinos y cuadras humanizan cualquier pequeña aldea perdida en medio de Galicia, alejadas del ruido y de la vida rápida de las metrópolis. A este mundo agrícola pertenece el hórreo, vinculado desde la Prehistoria al almacenamiento, secado y ventilación de los cereales que se cultivan en las zonas circundantes, tradicionalmente

maíz. Esta construcción recibe múltiples nomenclaturas según el área geográfica en donde se sitúa. Así, algunas de sus denominaciones más utilizadas son: cabazo, cabeceira o cabeceiro, canasto o canastro, horrio, palleira, paneira, piorno o sequeiro.

Características

La gran variación morfológica, al igual que de materiales y técnicas constructivas, de estos valiosos inmuebles está relacionada con la zona del noroeste peninsular en donde se yerguen, existiendo diferen-

Los materiales y la forma de estas construcciones típicas del rural gallego dependen de la zona en la que se encuentren

cias visibles entre los hórreos que pertenecen a un extremo geográfico o a otro. En cuanto a materiales, se puede distinguir la construcción con piedra, madera y un uso mixto de ambos elementos. Según su correspondencia con la zona territorial, se encuentran hórreos de ramas entrelazadas en Chantada, Melide y pequeñas zonas de Pontevedra. Los hórreos construidos totalmente en piedra se encuentran en el oeste y sur de Galicia pues, en las provincias de Ourense y Pontevedra abunda el granito. Por su parte, los hórreos mixtos –con piedra y madera- proliferan en nuestro paisaje, con mayor predominio de la madera sobre la piedra en la provincia de Lugo así como en las zonas norte y este de la provincia de A Coruña. Nor-

malmente, la cubierta de los hórreos es a dos aguas y raramente a cuatro, solo en caso de que el hórreo sea cuadrado. Estos tejados suelen estar hechos bien con tejas, o bien con losas de pizarra o granito. Una vez más debido a la riqueza del lenguaje y las variantes dialectales geográficas, en cada zona se le denomina de distintas maneras a las partes estructurales que conforman un hórreo. Primero, destacan los elementos que sustentan las construcciones, que además le aportan al hórreo la altura necesaria para una buena ventilación. Son dignos de mención el tornarratos que, como su nombre indica en gallego, evitaría la entrada de ratones al local; la cámara, donde se almacena el cereal; el acceso a la misma; la cubierta y, dependiendo de la riqueza de la fábrica, en algunos casos lo más destacable es la ornamentación como coronamiento de los hórreos. En este sentido, se pueden diferenciar en muchos de ellos cruces y pirámides a modo de pináculos y remates.

Parentesco internacional

El hórreo posee primos lejanos a lo largo de todo el mundo. En las antípodas de Galicia existen construcciones que ofrecen un parentesco visual, formal y funcional muy llamativo. Es el caso de los llamados patakas que se pueden ver en Polinesia, Australia y Nueva Zelanda. Más cerca, en las islas británicas, encontramos edificaciones similares, sobre todo a la hora de la elevación mediante grandes piedras,

Cruces y pináculos son ornamentos habituales en los tejados de los hórreos

usadas como graneros, pajares e incluso colmenas. A estas piedras o pies de hórreo se les denomina staddle stones. Ya a principios del siglo XX, el antropólogo y etnólogo polaco Eugeniusz Frankowsky documenta la existencia de graneros dotados de elevación en los Alpes, países escandinavos, los Balcanes, Oriente Próximo, sureste asiático, Japón, países del África subsahariana y en territorios del estrecho de Bering.

a lo largo del Camino Inglés

En el recorrido del Camino Inglés se hallan diferentes ejemplos que dan muestra de la tipología formal y constructiva de estos inmuebles. Se pueden encontrar hórreos en la mayoría de los ayuntamientos del trazado: pueblos

y aldeas de A Coruña, Betanzos, Carral, Ferrol, Mesía, Oroso, Ordes, Abegondo o Santiago. El análisis de estas construcciones refleja el valor individual de estas obras, pues ninguna es íntegramente igual a la otra. En la actualidad, recorriendo el noroeste peninsular, pueden contarse cientos de estos elementos que forman parte del paisaje gallego desde hace siglos. De las autoridades competentes depende su conservación y protección. También, más importante aún, de la concienciación del pueblo. Pues la pérdida de estas modestas edificaciones conllevaría una merma de nuestro pasado, nuestra historia, nuestro patrimonio, nuestra cultura y nuestra identidad.

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Vista de la catedral de Santiago desde la Alameda

PEREGRINAR A LA CATEDRAL MIRANDO AL FUTURO Segundo L. Pérez López DEÁN DE La CaTEDraL DE SaNTIaGo

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La peregrinación es un signo natural de la condición humana. Somos caminantes, nuestra vida es necesariamente una peregrinación espiritual y, mucha veces, también material. Todos caminamos desde nuestra condición natural al ideal de una personalidad soñada, de una vida más plena, de una felicidad requerida y reclamada por el amor de nuestro corazón. El camino humaniza la extensión de la muda tierra, ordena el espacio y sitúa y orienta nuestra vida. El camino en cuanto parábola del existir humano nos lleva a Cristo, hecho Camino para todos los que creen en Él. Peregrinar no es solo caminar por los senderos de las rutas jacobeas, sino por las vías del espíritu, viviendo con fe iluminada, robusta y ardiente el dogma de la comunión de los santos. En el pasado, la imagen del peregrino jacobeo, plasmado en la iconografía por todos los rincones de Europa y América, llegó a ser la síntesis de nuestra historia. A la hora de releer lo que la imagen significa no hay mejor clave que recorrer de nuevo el Camino, como si-

guen haciendo tantos hombres y mujeres de nuestro tiempo. En la actualidad, el Camino a Compostela sigue acogiendo la vida y la búsqueda de numerosos caminantes, ansiosos de encontrarse consigo mismos, con lo que les trasciende y, en definitiva, con el amor de Dios del que es garante la compañía de Santiago en el ir y retornar a Compostela. Hablar del Camino siempre resultará una pobre parte de la realidad, pues solo recorriendo la calzada se aprenderá mucho más que leyendo los múltiples diarios de peregrinación que hoy en día tanto proliferan. Las peregrinaciones que llegaban a la Catedral hacían su entrada por la puerta francesa, que era la de Azabachería, recogiendo el torrente de peregrinos que bajaban por la calle del mismo nombre. Otros descendían hasta la actual plaza del Obradoiro y hacían su entrada por la puerta oeste, por el Pórtico de la Gloria. Allí, encontraban un mundo mezclado de escultura y teología presidido por Cristo y Santiago, que los recibían, junto con todo un conglomerado de fi-

algunos peregrinos entraban a la Catedral por la puerta oeste, el Pórtico de la Gloria

guras, con una clara intención docente y teológica, en el mejor sentido medieval.

Interpretación del Pórtico

Nos encontramos con la puerta como paso al otro mundo: la Gloria. La elevación de lo mundano a lo divino, como vestíbulo de acceso al santuario celeste. En el centro del tímpano está Cristo resucitado que enseña las llagas, como cordero de pie y degollado, centro de todo el credo cristiano. Es juez soberano, rey con su corte, redentor y palabra de Dios. A su lado los cuatro evangelistas, notarios de su palabra, con

los animales totémicos que los identifican (el buey, el león, el águila y el hombre). Veinticuatro ancianos rodean toda la escena y alaban a Dios con su cántico celestial. Entre ellos y los evangelistas está el pueblo redimido, que son los gentiles y judíos que han alcanzado la gloria después de la redención. Son una multitud genérica y universal que rompe fronteras y espacios, incapaz de ser contada. Debajo, en la base del tímpano, los ángeles portadores de los instrumentos de la pasión, que justifican con su presencia al cordero degollado.

Las columnas laterales muestran el mundo del Antiguo y Nuevo Testamento, en representación presente de profetas y apóstoles, como piedras angulares que sostienen la casa de Dios, la gloria, con Cristo como referente absoluto. En el centro, la columna que hace de parteluz, explica la genealogía humana de Cristo. El capitel de la columna muestra su genealogía divina, con el Hijo en el regazo del Padre y el Espíritu Santo en la parte superior de la escena. Sobre ellos, Santiago, que recibe a los peregrinos con benéfico semblante, ofreciéndoles la gloria eterna después de tan larga caminata. El arco izquierdo está poblado por los hijos de Israel que, fieles a su promesa, esperan la llegada de Cristo. Este aparece para rescate de los creyentes en la clave del arco entre Adán y Eva, bendiciendo con una mano y, en la otra, un libro. En el arco derecho está la separación de réprobos y escogidos, según sus obras. Es el Juicio Final, donde Dios Padre y San Miguel separan y juzgan a la humanidad.

obra de la peregrinación

“En medio de las apartadas sierras de Galicia, cerca del término del mundo antiguo, se construyó en el siglo IX, al lado de un sepulcro un templo. Esta fue la obra de la religión. Cerca del templo se levantó más tarde una ciudad. Esta fue la obra de las peregrinaciones”. Así lo recoge el escritor Neira de Mosquera en Monografías de Santiago (2000). “El peregrino sabe que ‘aquí abajo no tenemos una ciudad estable’ (Heb 13,14), por lo cual más allá de la meta inmediata del santuario, avanza a través del desierto de la vida, hacia la tierra prometida”. Si una de las metas comunes a la Cristiandad occidental fue durante siglos la ciudad del Apóstol a través del Camino de Santiago, el reencuentro con la experiencia del peregrinaje servirá para renovar y actualizar los vínculos comunes, forjar la espiritualidad del nuevo milenio y lograr una vivencia personal interior animada por una sensibilidad solidaria y una cultura abierta y moderna donde fertilicen los valores universales.

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Vista de la catedral de Santiago desde la Alameda

PEREGRINAR A LA CATEDRAL MIRANDO AL FUTURO Segundo L. Pérez López DEÁN DE La CaTEDraL DE SaNTIaGo

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La peregrinación es un signo natural de la condición humana. Somos caminantes, nuestra vida es necesariamente una peregrinación espiritual y, mucha veces, también material. Todos caminamos desde nuestra condición natural al ideal de una personalidad soñada, de una vida más plena, de una felicidad requerida y reclamada por el amor de nuestro corazón. El camino humaniza la extensión de la muda tierra, ordena el espacio y sitúa y orienta nuestra vida. El camino en cuanto parábola del existir humano nos lleva a Cristo, hecho Camino para todos los que creen en Él. Peregrinar no es solo caminar por los senderos de las rutas jacobeas, sino por las vías del espíritu, viviendo con fe iluminada, robusta y ardiente el dogma de la comunión de los santos. En el pasado, la imagen del peregrino jacobeo, plasmado en la iconografía por todos los rincones de Europa y América, llegó a ser la síntesis de nuestra historia. A la hora de releer lo que la imagen significa no hay mejor clave que recorrer de nuevo el Camino, como si-

guen haciendo tantos hombres y mujeres de nuestro tiempo. En la actualidad, el Camino a Compostela sigue acogiendo la vida y la búsqueda de numerosos caminantes, ansiosos de encontrarse consigo mismos, con lo que les trasciende y, en definitiva, con el amor de Dios del que es garante la compañía de Santiago en el ir y retornar a Compostela. Hablar del Camino siempre resultará una pobre parte de la realidad, pues solo recorriendo la calzada se aprenderá mucho más que leyendo los múltiples diarios de peregrinación que hoy en día tanto proliferan. Las peregrinaciones que llegaban a la Catedral hacían su entrada por la puerta francesa, que era la de Azabachería, recogiendo el torrente de peregrinos que bajaban por la calle del mismo nombre. Otros descendían hasta la actual plaza del Obradoiro y hacían su entrada por la puerta oeste, por el Pórtico de la Gloria. Allí, encontraban un mundo mezclado de escultura y teología presidido por Cristo y Santiago, que los recibían, junto con todo un conglomerado de fi-

algunos peregrinos entraban a la Catedral por la puerta oeste, el Pórtico de la Gloria

guras, con una clara intención docente y teológica, en el mejor sentido medieval.

Interpretación del Pórtico

Nos encontramos con la puerta como paso al otro mundo: la Gloria. La elevación de lo mundano a lo divino, como vestíbulo de acceso al santuario celeste. En el centro del tímpano está Cristo resucitado que enseña las llagas, como cordero de pie y degollado, centro de todo el credo cristiano. Es juez soberano, rey con su corte, redentor y palabra de Dios. A su lado los cuatro evangelistas, notarios de su palabra, con

los animales totémicos que los identifican (el buey, el león, el águila y el hombre). Veinticuatro ancianos rodean toda la escena y alaban a Dios con su cántico celestial. Entre ellos y los evangelistas está el pueblo redimido, que son los gentiles y judíos que han alcanzado la gloria después de la redención. Son una multitud genérica y universal que rompe fronteras y espacios, incapaz de ser contada. Debajo, en la base del tímpano, los ángeles portadores de los instrumentos de la pasión, que justifican con su presencia al cordero degollado.

Las columnas laterales muestran el mundo del Antiguo y Nuevo Testamento, en representación presente de profetas y apóstoles, como piedras angulares que sostienen la casa de Dios, la gloria, con Cristo como referente absoluto. En el centro, la columna que hace de parteluz, explica la genealogía humana de Cristo. El capitel de la columna muestra su genealogía divina, con el Hijo en el regazo del Padre y el Espíritu Santo en la parte superior de la escena. Sobre ellos, Santiago, que recibe a los peregrinos con benéfico semblante, ofreciéndoles la gloria eterna después de tan larga caminata. El arco izquierdo está poblado por los hijos de Israel que, fieles a su promesa, esperan la llegada de Cristo. Este aparece para rescate de los creyentes en la clave del arco entre Adán y Eva, bendiciendo con una mano y, en la otra, un libro. En el arco derecho está la separación de réprobos y escogidos, según sus obras. Es el Juicio Final, donde Dios Padre y San Miguel separan y juzgan a la humanidad.

obra de la peregrinación

“En medio de las apartadas sierras de Galicia, cerca del término del mundo antiguo, se construyó en el siglo IX, al lado de un sepulcro un templo. Esta fue la obra de la religión. Cerca del templo se levantó más tarde una ciudad. Esta fue la obra de las peregrinaciones”. Así lo recoge el escritor Neira de Mosquera en Monografías de Santiago (2000). “El peregrino sabe que ‘aquí abajo no tenemos una ciudad estable’ (Heb 13,14), por lo cual más allá de la meta inmediata del santuario, avanza a través del desierto de la vida, hacia la tierra prometida”. Si una de las metas comunes a la Cristiandad occidental fue durante siglos la ciudad del Apóstol a través del Camino de Santiago, el reencuentro con la experiencia del peregrinaje servirá para renovar y actualizar los vínculos comunes, forjar la espiritualidad del nuevo milenio y lograr una vivencia personal interior animada por una sensibilidad solidaria y una cultura abierta y moderna donde fertilicen los valores universales.

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EL PÓRTICO QUE CAUTIVÓ A LA EXQUISITA SOCIEDAD VICTORIANA Pedro Tasende PErIoDISTa

100

Durante el siglo XIX surgieron en la vieja Europa los museos abiertos al público, dando a conocer un patrimonio que, hasta entonces, estaba reservado para la realeza, la aristocracia, las clases pudientes, coleccionistas o aquellos que tenían el privilegio de vivir cerca de algún monumento. En esa época surgen inquietudes por impulsar y nutrir exposiciones de calidad que, en cierta medida, eran un escaparate del poderío de los países, una seña de identidad cultural y un atractivo didáctico de interés nacional. Aunque los franceses fueron pioneros, cuando los británicos se sumaron a esta corriente no tardaron mucho en ponerse a la vanguardia, especialmente en la segunda mitad del XIX. Fueron años en los que los viajes protagonizados por exploradores, intelectuales y artistas despertaron el interés de la sociedad victoriana inglesa por conocer el mundo con una demanda tal que llevó a

la administración de la época a hacerse con fondos museísticos de alcance. La venta de publicaciones sobre viajes comenzó a ser un fenómeno en las librerías inglesas. Entre los títulos más solicitados figuraba A Handbook for Travellers in Spain and Readers at Home publicado en 1845 por el hispanista londinense Richard Ford. El autor había residido en nuestro país durante varios años, cultivando su conocimiento sobre la cultura y el patrimonio español. Se convirtió, al mismo tiempo, en un defensor de España ante los falsos tópicos y estereotipos que circulaban en la Europa decimonónica sobre la península ibérica.

recomendación

El libro incluye un recorrido por las catedrales españolas, entre las que figura la de San-

Réplica del Pórtico de la Gloria en el V&A Museum, Londres

tiago de Compostela. Ford, que visitó la tumba del Apóstol en 1832, no menciona literalmente el Pórtico de la Gloria, pero sí a su autor, el Maestro Mateo, y ofrece una breve descripción del monumento. La publicación de Richard Ford despertó un creciente interés por la cultura española en Inglaterra dado que planteaba varios itinerarios con un amplio contenido que versaba sobre la variedad de las regiones peninsulares y los tesoros patrimoniales que ofrecían. La publicación considerada clave en la difusión del Pórtico de la Gloria en Europa llegó de la mano de un arquitecto inglés, George Edmund Street. En 1865 ve la luz su tratado Some Account of Gothic Architecture in Spain, que contiene la primera reproducción gráfica del Pórtico y un detallado análisis de la arquitectura del monumento, sus distintos elementos y los estilos que lo componen. Dicen las crónicas que G.E. Street recorrió durante tres años el norte peninsular, llegando a Compostela en 1863. En su libro le dedica un capítulo exclusivo a la Catedral y tilda la obra del Maestro Mateo como “una de las grandes glorias del arte cristiano”. Los elogios y el detalle en la descripción del monumento son tales que muchas voces señalan al autor como el descubridor de esta obra maestra que durante siglos fue testigo de la llegada de peregrinos a la tumba de Santiago.

G.E. Street calificó al Pórtico como “una de las grandes glorias del arte cristiano” Street era una persona muy influyente en la sociedad británica por su labor investigadora y su trabajo como arquitecto. Recibió numerosos reconocimientos en vida y fue enterrado en la abadía de Westminster, un privilegio reservado para unos pocos. Que fuese él y no otra persona la que difundió las virtudes del Pórtico de la Gloria fue determinante para calar en el público inglés.

El vaciado

Al mismo tiempo que aparecían esas publicaciones, el South Kensington Museum de Londres inició una campaña para convertirse en una referencia internacional en arte ornamental. Esta institución, que posteriormente pasaría a denominarse Victoria and Albert Museum, puso su objetivo en recopilar exclusivamente obras maestras de todo el mundo. Para ello, contaban con un

equipo de expertos que recorrían los continentes en busca de piezas dignas de ser mostradas en sus salas. En ese grupo se encontraba John Charles Robinson, un prestigioso y respetado crítico de arte a quien la dirección del museo le encomienda la búsqueda de fondos en España, dándole capacidad para adquirir piezas o plantear la reproducción de obras mediante la técnica del vaciado. Robinson llega a Galicia en septiembre de 1865, coincidiendo en el tiempo con la publicación del libro de G. E. Street. Su visita al Pórtico no pudo ser más intensa. El experto quedó maravillado con su belleza y, dejando al margen cuestiones arquitectónicas, calificó la creación del Maestro Mateo como una obra de arte de magnitud mundial comparándola, incluso, con la Capilla Sixtina de Miguel Ángel. Para Robinson el Pórtico constituía un único monumento artístico, con identidad propia, diferenciándolo del conjunto catedralicio. No dudó ni un segundo en plantear la realización de una réplica para enviarla al museo londinense. Su informe favorable no tardó en llegar a las autoridades del South Kensington Museum, dando cuenta del buen estado de conservación, la simplicidad de su escultura e incluso sugiriendo al italiano Domenico Brucciani como el experto indicado para realizar el vaciado de la obra con garantías. La delicada operación de vaciado llevada a cabo por el italiano

Brucciani estuvo rodeada de un riguroso seguimiento por un comité de expertos nombrado por el Cabildo de la Catedral, encargado de velar por la integridad del monumento. El resultado final permitió una reproducción fiel del trabajo del Maestro Mateo que pasó a formar parte del que hoy conocemos como el Victoria and Albert Museum, en la misma sala en la que se puede ver la reproducción de las Columnas Trajanas. Los vaciados de Brucciani regresaron fugazmente a España en 1929 para ser mostrados en la Exposición Internacional de Barcelona.

reportaje fotográfico

A la divulgación de Galicia por parte de los ingleses en su país también contribuye el trabajo del fotógrafo Charles Turston Thompson. Este, en 1866, capta con su cámara imágenes de Compostela y del Pórtico aprovechando los trabajos encargados por John Robinson. Dos años más tarde, en 1868, ve la luz The Cathedral of Santiago de Compostela. Showing especially the sculpture of the Pórtico de la Gloria, by Mestre Mateo. Esta compilación de veinte fotografías, la mayoría del Pórtico, resultó un éxito en la sociedad victoriana, interesada en el arte medieval. No resulta difícil defender que los británicos favorecieron la divulgación de la obra del Maestro Mateo pero, sobre todo, reconocer su papel a la hora de ensalzar el valor artístico del monumento.

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EL PÓRTICO QUE CAUTIVÓ A LA EXQUISITA SOCIEDAD VICTORIANA Pedro Tasende PErIoDISTa

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Durante el siglo XIX surgieron en la vieja Europa los museos abiertos al público, dando a conocer un patrimonio que, hasta entonces, estaba reservado para la realeza, la aristocracia, las clases pudientes, coleccionistas o aquellos que tenían el privilegio de vivir cerca de algún monumento. En esa época surgen inquietudes por impulsar y nutrir exposiciones de calidad que, en cierta medida, eran un escaparate del poderío de los países, una seña de identidad cultural y un atractivo didáctico de interés nacional. Aunque los franceses fueron pioneros, cuando los británicos se sumaron a esta corriente no tardaron mucho en ponerse a la vanguardia, especialmente en la segunda mitad del XIX. Fueron años en los que los viajes protagonizados por exploradores, intelectuales y artistas despertaron el interés de la sociedad victoriana inglesa por conocer el mundo con una demanda tal que llevó a

la administración de la época a hacerse con fondos museísticos de alcance. La venta de publicaciones sobre viajes comenzó a ser un fenómeno en las librerías inglesas. Entre los títulos más solicitados figuraba A Handbook for Travellers in Spain and Readers at Home publicado en 1845 por el hispanista londinense Richard Ford. El autor había residido en nuestro país durante varios años, cultivando su conocimiento sobre la cultura y el patrimonio español. Se convirtió, al mismo tiempo, en un defensor de España ante los falsos tópicos y estereotipos que circulaban en la Europa decimonónica sobre la península ibérica.

recomendación

El libro incluye un recorrido por las catedrales españolas, entre las que figura la de San-

Réplica del Pórtico de la Gloria en el V&A Museum, Londres

tiago de Compostela. Ford, que visitó la tumba del Apóstol en 1832, no menciona literalmente el Pórtico de la Gloria, pero sí a su autor, el Maestro Mateo, y ofrece una breve descripción del monumento. La publicación de Richard Ford despertó un creciente interés por la cultura española en Inglaterra dado que planteaba varios itinerarios con un amplio contenido que versaba sobre la variedad de las regiones peninsulares y los tesoros patrimoniales que ofrecían. La publicación considerada clave en la difusión del Pórtico de la Gloria en Europa llegó de la mano de un arquitecto inglés, George Edmund Street. En 1865 ve la luz su tratado Some Account of Gothic Architecture in Spain, que contiene la primera reproducción gráfica del Pórtico y un detallado análisis de la arquitectura del monumento, sus distintos elementos y los estilos que lo componen. Dicen las crónicas que G.E. Street recorrió durante tres años el norte peninsular, llegando a Compostela en 1863. En su libro le dedica un capítulo exclusivo a la Catedral y tilda la obra del Maestro Mateo como “una de las grandes glorias del arte cristiano”. Los elogios y el detalle en la descripción del monumento son tales que muchas voces señalan al autor como el descubridor de esta obra maestra que durante siglos fue testigo de la llegada de peregrinos a la tumba de Santiago.

G.E. Street calificó al Pórtico como “una de las grandes glorias del arte cristiano” Street era una persona muy influyente en la sociedad británica por su labor investigadora y su trabajo como arquitecto. Recibió numerosos reconocimientos en vida y fue enterrado en la abadía de Westminster, un privilegio reservado para unos pocos. Que fuese él y no otra persona la que difundió las virtudes del Pórtico de la Gloria fue determinante para calar en el público inglés.

El vaciado

Al mismo tiempo que aparecían esas publicaciones, el South Kensington Museum de Londres inició una campaña para convertirse en una referencia internacional en arte ornamental. Esta institución, que posteriormente pasaría a denominarse Victoria and Albert Museum, puso su objetivo en recopilar exclusivamente obras maestras de todo el mundo. Para ello, contaban con un

equipo de expertos que recorrían los continentes en busca de piezas dignas de ser mostradas en sus salas. En ese grupo se encontraba John Charles Robinson, un prestigioso y respetado crítico de arte a quien la dirección del museo le encomienda la búsqueda de fondos en España, dándole capacidad para adquirir piezas o plantear la reproducción de obras mediante la técnica del vaciado. Robinson llega a Galicia en septiembre de 1865, coincidiendo en el tiempo con la publicación del libro de G. E. Street. Su visita al Pórtico no pudo ser más intensa. El experto quedó maravillado con su belleza y, dejando al margen cuestiones arquitectónicas, calificó la creación del Maestro Mateo como una obra de arte de magnitud mundial comparándola, incluso, con la Capilla Sixtina de Miguel Ángel. Para Robinson el Pórtico constituía un único monumento artístico, con identidad propia, diferenciándolo del conjunto catedralicio. No dudó ni un segundo en plantear la realización de una réplica para enviarla al museo londinense. Su informe favorable no tardó en llegar a las autoridades del South Kensington Museum, dando cuenta del buen estado de conservación, la simplicidad de su escultura e incluso sugiriendo al italiano Domenico Brucciani como el experto indicado para realizar el vaciado de la obra con garantías. La delicada operación de vaciado llevada a cabo por el italiano

Brucciani estuvo rodeada de un riguroso seguimiento por un comité de expertos nombrado por el Cabildo de la Catedral, encargado de velar por la integridad del monumento. El resultado final permitió una reproducción fiel del trabajo del Maestro Mateo que pasó a formar parte del que hoy conocemos como el Victoria and Albert Museum, en la misma sala en la que se puede ver la reproducción de las Columnas Trajanas. Los vaciados de Brucciani regresaron fugazmente a España en 1929 para ser mostrados en la Exposición Internacional de Barcelona.

reportaje fotográfico

A la divulgación de Galicia por parte de los ingleses en su país también contribuye el trabajo del fotógrafo Charles Turston Thompson. Este, en 1866, capta con su cámara imágenes de Compostela y del Pórtico aprovechando los trabajos encargados por John Robinson. Dos años más tarde, en 1868, ve la luz The Cathedral of Santiago de Compostela. Showing especially the sculpture of the Pórtico de la Gloria, by Mestre Mateo. Esta compilación de veinte fotografías, la mayoría del Pórtico, resultó un éxito en la sociedad victoriana, interesada en el arte medieval. No resulta difícil defender que los británicos favorecieron la divulgación de la obra del Maestro Mateo pero, sobre todo, reconocer su papel a la hora de ensalzar el valor artístico del monumento.

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Casa-Museo de Emilia Pardo Bazán, situada en la calle Tabernas de A Coruña

Vestido de Emilia Pardo Bazán

EMILIA PARDO BAZÁN Y EL CAMINO Xulia Santiso DIrECTora DE La CaSa–MUSEo EMILIa ParDo BaZÁN

102

De educación esmerada, con el tiempo desarrollada de manera autodidacta hasta forjar a la gran intelectual que conocemos, Emilia Pardo Bazán observa la realidad de su entorno con inagotable curiosidad y capacidad de análisis. Escribe sobre ella con una mezcla de conocimiento histórico, de enorme sensibilidad y de opiniones propias contundentes y lúcidas. Por eso es obligado dejar que sus textos hablen y, de hecho, son abundantes los que analizan el Camino Inglés y sus peregrinos: “Un inglés que no viaja no es inglés. Con la guía en la mano marca con una raya los sitios por los que va pasando; cuando la guía se asemeja a un pentagrama, el inglés comprende que puede reposar, y se vuelve a sus nieblas, a su carbón de piedra y a sus beefsteaks.”

El paisaje

Los accesos más adecuados por mar, en las Rías Altas, son la bahía de A Coruña y la ría de Ferrol. El resto de la costa tiene demasiadas rompientes: “Nuestras costas constituyen un fuerte elemento dramático. El lenguaje vulgar, que es el más expresivo, las ha bautizado y las nombra “de la muerte”. (…) El tributo de la marina inglesa a las costas está escrito con cruces y piedras de cementerio y con rotos despojos escupidos a la playa por un oleaje de titanes.” Pero el premio es elevado. En el punto de llegada, A Coruña, y en el de destino, Compostela: “Al entrar de noche en la Coruña, los más refractarios a tales emociones se muestran prendados de aquel

panorama lindísimo: la espléndida bahía encerrada en una concha de luces que se reflejan en las serenas aguas. Al saludar la catedral de Santiago, ante la cual se postraban desde lo alto del Humilladoiro los peregrinos medievales, se impone al ánimo la ya olvidada grandeza de la Galicia de los siglos XI y XII.” La descripción de Compostela rinde una admiración verdadera: “Santiago merece la visita. Prescindamos de la belleza del país gallego, de su amenidad y frescura, de sus incomparables condiciones y sus gracias idílicas; supongamos a Compostela enclavada en las llanuras más áridas y desoladas del mundo, o empinada sobre las montañas más inaccesibles, y todavía reunirá mérito su-

ficiente para recompensar con usura las molestias y dispendios del viaje.” “No hay asomo de parcialidad en la afirmación de que Galicia es la tierra privilegiada donde debiera florecer el turismo. Es difícil que en comarca alguna se junten así los encantos de la naturaleza con los del arte. En la región que posee la gran maravilla de la belleza cristiana y de la arquitectura civil en la edad media: el Pórtico de la Gloria y el palacio de Gelmírez.”

Impresiones

Y describe a los peregrinos con un parecido que no conoce el tiempo: “Me figuro que los peregrinos de entonces no se diferenciaban mucho de estos que vemos ahora. Tendrían

el mismo rostro demacrado, la misma barba descuidada y revuelta, los mismos párpados hinchados de sueño, las mismas espaldas, encorvadas por el cansancio, los mismos labios secos de fatiga; en la planta de los pies la misma dureza, a las espaldas el mismo zurrón, repleto de humildes ofrendas de la caridad aldeana…

“Un inglés que no viaja no es inglés”

Hoy hemos perfeccionado mucho el sistema de las peregrinaciones, y nos vamos a Santiago en diligencia y a Roma en tren, parando en hoteles y fondas, durmiendo en cama blanda y comiendo en mesas que adornan ramos de flores artificiales y candelabros de gas…!”

que no por eso pierda su gentil fisonomía, su gracia ingenua y villanesca, sus trajes, sus bailes, sus costumbres y hasta sus supersticiones, vestigios de un remoto pasado. El ideal sería adelantar mucho camino sin soltar nunca el báculo de la tradición.”

“No pretendo probar que el Jubileo del apóstol Santiago, el venerable Año Santo, sea hoy externamente lo que fue en la Edad Media; pero sí que, gracias a la facilidad de las comunicaciones y al renacimiento de la tradición, atrae a cada paso mayor concurrencia.”

Un apunte privativo de Emilia Pardo Bazán sobre su relación con el Camino Inglés. La fachada de la iglesia de Santiago en A Coruña, primer punto del recorrido en esta ciudad, es la maravillosa vista que tiene desde la ventana de su despacho –situado a escasos 20 metros-. Esta realidad tiene mucho que ver, seguramente, con que Emilia mande diseñar en su residencia señorial, su maison du artiste de Meirás, el tímpano de la portada norte de este templo que tanto ha visto a lo largo de su vida.

“Aunque Galicia abra los brazos al progreso y anhele verse cruzada de ferrocarriles y salpicada de hoteles y fondas, debemos desear

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Casa-Museo de Emilia Pardo Bazán, situada en la calle Tabernas de A Coruña

Vestido de Emilia Pardo Bazán

EMILIA PARDO BAZÁN Y EL CAMINO Xulia Santiso DIrECTora DE La CaSa–MUSEo EMILIa ParDo BaZÁN

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De educación esmerada, con el tiempo desarrollada de manera autodidacta hasta forjar a la gran intelectual que conocemos, Emilia Pardo Bazán observa la realidad de su entorno con inagotable curiosidad y capacidad de análisis. Escribe sobre ella con una mezcla de conocimiento histórico, de enorme sensibilidad y de opiniones propias contundentes y lúcidas. Por eso es obligado dejar que sus textos hablen y, de hecho, son abundantes los que analizan el Camino Inglés y sus peregrinos: “Un inglés que no viaja no es inglés. Con la guía en la mano marca con una raya los sitios por los que va pasando; cuando la guía se asemeja a un pentagrama, el inglés comprende que puede reposar, y se vuelve a sus nieblas, a su carbón de piedra y a sus beefsteaks.”

El paisaje

Los accesos más adecuados por mar, en las Rías Altas, son la bahía de A Coruña y la ría de Ferrol. El resto de la costa tiene demasiadas rompientes: “Nuestras costas constituyen un fuerte elemento dramático. El lenguaje vulgar, que es el más expresivo, las ha bautizado y las nombra “de la muerte”. (…) El tributo de la marina inglesa a las costas está escrito con cruces y piedras de cementerio y con rotos despojos escupidos a la playa por un oleaje de titanes.” Pero el premio es elevado. En el punto de llegada, A Coruña, y en el de destino, Compostela: “Al entrar de noche en la Coruña, los más refractarios a tales emociones se muestran prendados de aquel

panorama lindísimo: la espléndida bahía encerrada en una concha de luces que se reflejan en las serenas aguas. Al saludar la catedral de Santiago, ante la cual se postraban desde lo alto del Humilladoiro los peregrinos medievales, se impone al ánimo la ya olvidada grandeza de la Galicia de los siglos XI y XII.” La descripción de Compostela rinde una admiración verdadera: “Santiago merece la visita. Prescindamos de la belleza del país gallego, de su amenidad y frescura, de sus incomparables condiciones y sus gracias idílicas; supongamos a Compostela enclavada en las llanuras más áridas y desoladas del mundo, o empinada sobre las montañas más inaccesibles, y todavía reunirá mérito su-

ficiente para recompensar con usura las molestias y dispendios del viaje.” “No hay asomo de parcialidad en la afirmación de que Galicia es la tierra privilegiada donde debiera florecer el turismo. Es difícil que en comarca alguna se junten así los encantos de la naturaleza con los del arte. En la región que posee la gran maravilla de la belleza cristiana y de la arquitectura civil en la edad media: el Pórtico de la Gloria y el palacio de Gelmírez.”

Impresiones

Y describe a los peregrinos con un parecido que no conoce el tiempo: “Me figuro que los peregrinos de entonces no se diferenciaban mucho de estos que vemos ahora. Tendrían

el mismo rostro demacrado, la misma barba descuidada y revuelta, los mismos párpados hinchados de sueño, las mismas espaldas, encorvadas por el cansancio, los mismos labios secos de fatiga; en la planta de los pies la misma dureza, a las espaldas el mismo zurrón, repleto de humildes ofrendas de la caridad aldeana…

“Un inglés que no viaja no es inglés”

Hoy hemos perfeccionado mucho el sistema de las peregrinaciones, y nos vamos a Santiago en diligencia y a Roma en tren, parando en hoteles y fondas, durmiendo en cama blanda y comiendo en mesas que adornan ramos de flores artificiales y candelabros de gas…!”

que no por eso pierda su gentil fisonomía, su gracia ingenua y villanesca, sus trajes, sus bailes, sus costumbres y hasta sus supersticiones, vestigios de un remoto pasado. El ideal sería adelantar mucho camino sin soltar nunca el báculo de la tradición.”

“No pretendo probar que el Jubileo del apóstol Santiago, el venerable Año Santo, sea hoy externamente lo que fue en la Edad Media; pero sí que, gracias a la facilidad de las comunicaciones y al renacimiento de la tradición, atrae a cada paso mayor concurrencia.”

Un apunte privativo de Emilia Pardo Bazán sobre su relación con el Camino Inglés. La fachada de la iglesia de Santiago en A Coruña, primer punto del recorrido en esta ciudad, es la maravillosa vista que tiene desde la ventana de su despacho –situado a escasos 20 metros-. Esta realidad tiene mucho que ver, seguramente, con que Emilia mande diseñar en su residencia señorial, su maison du artiste de Meirás, el tímpano de la portada norte de este templo que tanto ha visto a lo largo de su vida.

“Aunque Galicia abra los brazos al progreso y anhele verse cruzada de ferrocarriles y salpicada de hoteles y fondas, debemos desear

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“Sienten como nosotros la necesidad de reintegrarse a la tierra madre, tan bella; de huir de lo artificioso…”

WENCESLAO FERNÁNDEZ FLÓREZ: ESCRITOR ECOLOGISTA Alicia Longueira Moris

Embalse de Cecebre, Cambre

DIrECTora DE La FUNDaCIÓN WENCESLao FErNÁNDEZ FLÓrEZ

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te de su hermana más joven, Carmen, víctima de la tuberculosis. Su afecto por este entorno haría que mantuviese relación con él hasta su muerte.

Un lugar de inspiración Wenceslao Fernández Flórez publica El bosque animado, su libro más conocido, en 1943. La ambientación de la obra se ubica en la parroquia de San Salvador de Cecebre, perteneciente al municipio coruñés de Cambre. El escritor había iniciado sus relaciones veraniegas con este lugar treinta años antes, en 1913, impulsado por el deseo de encontrar un ambiente más saludable que el de A Coruña de aquella época. Este cambio tendría lugar a raíz de la muer-

Wenceslao va a encontrar en el Cecebre agrícola un lugar idílico, tanto desde el punto de vista paisajístico y natural como humano. En este ambiente va a poder respirar aire puro, pasear por la fraga (bosque) o por la orilla del río, tertuliar, escribir y, en definitiva, empaparse de una atmósfera muy rica y cargada de esencia. Como hombre atento y buen conversador, Fernández Flórez aprovechaba su capacidad para anotar en la mente el fruto de sus observaciones. Se fijaba en las plantas, en los

paisajes, en los animales y en las personas y sus acciones. En su análisis silencioso reflexionaba sobre las relaciones entre los hombres y de estos con el entorno natural en el que desarrollaban su vida cotidiana. El Cecebre de aquel tiempo, tan distante al de hoy en día -aunque solo hayan pasado cien años- se movía a un ritmo tranquilo, pausado y reflexivo. Era, por tanto, un caldo de cultivo ideal para crear el germen de una historia en la que todos estos elementos apareciesen mezclados, filtrados por el tamiz de la imaginación después de un tiempo de maceración. Así, nació El bosque animado, una obra fruto de la madurez y del reposo. Agrupando una serie de personajes reales, dándoles unas pinceladas de ima-

ginación, compone un conjunto que tiene como escenario la fraga de Cecebre y todo el medio natural de la zona. En la novela, dotada de todo el sentido del humor -dominado por la ternura- característico de Wenceslao, aparecen personajes como Furacroios o Fendetestas, Fiz de Cotovelo o Abrenoite, Marica da Fame o Morriña, la pequeña Pilara, el enamorado Geraldo y la rebelde Hermelinda. Todos ellos, animales y personas, aquejados, en el fondo, por problemas similares. Todos, también, pasajeros transitorios de la vida, formando parte de la naturaleza que los envuelve y luchando para sobrevivir entre todos los demás. Fernández Flórez se recrea especialmente en un personaje, el

Hombre de la Tesis, al que atribuye la creación de una breve pieza teatral titulada El hermano hombre. Uno de sus personajes, el Conejo Flaco, habla en una asamblea de animales ante un hombre moribundo tirado sobre la nieve mientras deciden si le salvan o no: “La ciudad es un corral de hombres. Y algunos hombres huyen –como yo he huido- de ese corral, aunque por poco tiempo. Sienten como nosotros la necesidad de reintegrarse a la tierra madre, tan bella; de huir de lo artificioso; de respirar el aire ancho y libre de las cumbres; de correr por el bosque o entre los picachos; de beber de bruces el agua del regato, tan fresca y limpia, que llena el alma de emoción, como si bebiésemos, de una vena de la tierra, sangre del puro y genero-

so corazón de la tierra. Gozan, como nosotros gozamos, de la naturaleza no adulterada”.

Defensa de la naturaleza

Posiblemente ese mismo impulso traía a Fernández Flórez de Madrid a Cecebre. Esa idea del hombre ligado a la tierra, integrado en la naturaleza, es la que une el espíritu de esta novela con la esencia del ecologismo, de la necesidad de preservar y conservar nuestro entorno. Son muchos los pasajes del libro en los que se plasma dicha idea, pero es difícil -en cuartilla y media- analizarlos todos. Destacaremos, para terminar, el ultílogo de la novela. Tal vez esto era lo esperado por el lector que ya conoce la obra, pues es el punto donde más claramente se ve reflejada la

esencia del libro, a caballo entre la filosofía, la antropología y el ecologismo: “Y transcurrieron los días. Y los años. Y vino la Muerte y pasó su esponja por toda la extensión de la fraga y desaparecieron estos seres y las historias de estos seres. Pero detrás todo retoñaba y revivía, y se erguían otros árboles y se encorvaban otros hombres, y en las cuevas bullían camadas recientes y la trama del tapiz no se aflojó nunca. Y allí están con sus luchas y sus amores, con sus tristezas y sus alegrías, que cada cual cree inéditas y como creadas para él pero que son siempre las mismas, porque la vida nació de un solo grito del Señor y cada vez que se repite no es una nueva Voz la que la ordena, sino el eco que va y vuelve desde el infinito al infinito.”

105


“Sienten como nosotros la necesidad de reintegrarse a la tierra madre, tan bella; de huir de lo artificioso…”

WENCESLAO FERNÁNDEZ FLÓREZ: ESCRITOR ECOLOGISTA Alicia Longueira Moris

Embalse de Cecebre, Cambre

DIrECTora DE La FUNDaCIÓN WENCESLao FErNÁNDEZ FLÓrEZ

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te de su hermana más joven, Carmen, víctima de la tuberculosis. Su afecto por este entorno haría que mantuviese relación con él hasta su muerte.

Un lugar de inspiración Wenceslao Fernández Flórez publica El bosque animado, su libro más conocido, en 1943. La ambientación de la obra se ubica en la parroquia de San Salvador de Cecebre, perteneciente al municipio coruñés de Cambre. El escritor había iniciado sus relaciones veraniegas con este lugar treinta años antes, en 1913, impulsado por el deseo de encontrar un ambiente más saludable que el de A Coruña de aquella época. Este cambio tendría lugar a raíz de la muer-

Wenceslao va a encontrar en el Cecebre agrícola un lugar idílico, tanto desde el punto de vista paisajístico y natural como humano. En este ambiente va a poder respirar aire puro, pasear por la fraga (bosque) o por la orilla del río, tertuliar, escribir y, en definitiva, empaparse de una atmósfera muy rica y cargada de esencia. Como hombre atento y buen conversador, Fernández Flórez aprovechaba su capacidad para anotar en la mente el fruto de sus observaciones. Se fijaba en las plantas, en los

paisajes, en los animales y en las personas y sus acciones. En su análisis silencioso reflexionaba sobre las relaciones entre los hombres y de estos con el entorno natural en el que desarrollaban su vida cotidiana. El Cecebre de aquel tiempo, tan distante al de hoy en día -aunque solo hayan pasado cien años- se movía a un ritmo tranquilo, pausado y reflexivo. Era, por tanto, un caldo de cultivo ideal para crear el germen de una historia en la que todos estos elementos apareciesen mezclados, filtrados por el tamiz de la imaginación después de un tiempo de maceración. Así, nació El bosque animado, una obra fruto de la madurez y del reposo. Agrupando una serie de personajes reales, dándoles unas pinceladas de ima-

ginación, compone un conjunto que tiene como escenario la fraga de Cecebre y todo el medio natural de la zona. En la novela, dotada de todo el sentido del humor -dominado por la ternura- característico de Wenceslao, aparecen personajes como Furacroios o Fendetestas, Fiz de Cotovelo o Abrenoite, Marica da Fame o Morriña, la pequeña Pilara, el enamorado Geraldo y la rebelde Hermelinda. Todos ellos, animales y personas, aquejados, en el fondo, por problemas similares. Todos, también, pasajeros transitorios de la vida, formando parte de la naturaleza que los envuelve y luchando para sobrevivir entre todos los demás. Fernández Flórez se recrea especialmente en un personaje, el

Hombre de la Tesis, al que atribuye la creación de una breve pieza teatral titulada El hermano hombre. Uno de sus personajes, el Conejo Flaco, habla en una asamblea de animales ante un hombre moribundo tirado sobre la nieve mientras deciden si le salvan o no: “La ciudad es un corral de hombres. Y algunos hombres huyen –como yo he huido- de ese corral, aunque por poco tiempo. Sienten como nosotros la necesidad de reintegrarse a la tierra madre, tan bella; de huir de lo artificioso; de respirar el aire ancho y libre de las cumbres; de correr por el bosque o entre los picachos; de beber de bruces el agua del regato, tan fresca y limpia, que llena el alma de emoción, como si bebiésemos, de una vena de la tierra, sangre del puro y genero-

so corazón de la tierra. Gozan, como nosotros gozamos, de la naturaleza no adulterada”.

Defensa de la naturaleza

Posiblemente ese mismo impulso traía a Fernández Flórez de Madrid a Cecebre. Esa idea del hombre ligado a la tierra, integrado en la naturaleza, es la que une el espíritu de esta novela con la esencia del ecologismo, de la necesidad de preservar y conservar nuestro entorno. Son muchos los pasajes del libro en los que se plasma dicha idea, pero es difícil -en cuartilla y media- analizarlos todos. Destacaremos, para terminar, el ultílogo de la novela. Tal vez esto era lo esperado por el lector que ya conoce la obra, pues es el punto donde más claramente se ve reflejada la

esencia del libro, a caballo entre la filosofía, la antropología y el ecologismo: “Y transcurrieron los días. Y los años. Y vino la Muerte y pasó su esponja por toda la extensión de la fraga y desaparecieron estos seres y las historias de estos seres. Pero detrás todo retoñaba y revivía, y se erguían otros árboles y se encorvaban otros hombres, y en las cuevas bullían camadas recientes y la trama del tapiz no se aflojó nunca. Y allí están con sus luchas y sus amores, con sus tristezas y sus alegrías, que cada cual cree inéditas y como creadas para él pero que son siempre las mismas, porque la vida nació de un solo grito del Señor y cada vez que se repite no es una nueva Voz la que la ordena, sino el eco que va y vuelve desde el infinito al infinito.”

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Personalidad única

106

MÚSICA CELTA Y TRADICIONAL DESDE GALICIA Bieito Romero

La música gallega es la que goza de más personalidad entre todas las conocidas en Occidente

MÚSICo GaLLEGo Y MIEMBro DEL GrUPo LUar Na LUBrE

“Mientras beben, bailan en círculo al son de la flauta y la corneta, también saltando y arrodillándose”. Así describía el geógrafo romano Estrabón las costumbres folclóricas de los gallegos hace dos mil años, algo que no está lejos de lo que hoy podemos ver en cualquier romería de Galicia. Es probable que antes de bailar al son de flautas, cornetas o gaitas, esos gallegos lo hiciesen acompañados de diferentes percusiones, como panderos, panderetas, conchas o cualquier objeto para percutir que tuviesen a mano, junto con el acompa-

ñamiento del más primitivo de los instrumentos en todo el planeta, la voz humana. Voz que en la música gallega tiene un profundo arraigo y que llega hasta nuestros días como un legado de los tiempos pretéritos. Por inconsciencia de su importancia, a veces, no lo sabemos interpretar, respetar y preservar como es debido. Además, los medios de comunicación y las nuevas tecnologías parecen hacer añicos los últimos reductos de transmisión de saberes ancestrales que supone este tesoro vivo en pleno siglo XXI.

El folk hizo que la música de raíz gallega alcanzase inimaginables cotas de reconocimiento

La música gallega es, quizás, la que goza de más personalidad entre todas las conocidas en Occidente. Destaca por su cantidad de variantes rítmicas autóctonas (muñeiras, alboradas, pasacalles, alalás…) y por sus ritmos incorporados (jotas, pasodobles, polcas,…). También por sus instrumentos propios como la multitud de percusiones (panderos, panderetas, tamboriles, bombos, conchas o tarreñas) o las diversas gaitas (la grileira para agudos, la redonda en tonos medios y la tumbal en los graves) y otros instrumentos que se fueron incorporando desde la época medieval y haciéndose populares, como es el caso de las zanfonas, violines, arpas o flautas. Ya en la actualidad, en muchas escuelas de música folk y tradicional aparecen otros instrumentos desligados a nuestro pasado pero que se adaptan perfectamente. Por ejemplo, acordeones, guitarras, bodhrans y bouzukis.

Esplendor céltico

La música gallega va tejiendo nuevas formas y es en el marco atlántico, o céltico para ser más exactos, donde tiene su máximo esplendor, poder de convocatoria y capacidad de expansión. Es el folk el que hizo que la música de raíz gallega alcanzase cotas inimaginables de reconocimiento. No obstante, no podemos olvidar que todavía queda mucho por conseguir. Hoy, las propuestas del folk conviven con los solistas, cuar-

tetos, quintetos y diferentes formaciones de gaiteros o pandereteras vinculadas a la tradición más pura. Las bandas de gaitas –no exentas de polémicas- son una buena vía para dar salida a los jóvenes que estudian en nuestras escuelas de música. En la actualidad, podemos hablar de Galicia como una potencia musical en todos los ámbitos pero, en especial, en lo tocante a lo tradicional y al folk. Solo necesita darle más dignidad y recorrido, así como la capacidad para convertirlo en una marca perfectamente vendible al mundo, como hicieron escoceses e irlandeses. El único paso que falta es valorar lo propio; después, también lo harán los demás.

Instrumentos y ritmos propios se funden con otros incorporados más tarde en la música gallega tradicional 107

Actuación de baile gallego


Personalidad única

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MÚSICA CELTA Y TRADICIONAL DESDE GALICIA Bieito Romero

La música gallega es la que goza de más personalidad entre todas las conocidas en Occidente

MÚSICo GaLLEGo Y MIEMBro DEL GrUPo LUar Na LUBrE

“Mientras beben, bailan en círculo al son de la flauta y la corneta, también saltando y arrodillándose”. Así describía el geógrafo romano Estrabón las costumbres folclóricas de los gallegos hace dos mil años, algo que no está lejos de lo que hoy podemos ver en cualquier romería de Galicia. Es probable que antes de bailar al son de flautas, cornetas o gaitas, esos gallegos lo hiciesen acompañados de diferentes percusiones, como panderos, panderetas, conchas o cualquier objeto para percutir que tuviesen a mano, junto con el acompa-

ñamiento del más primitivo de los instrumentos en todo el planeta, la voz humana. Voz que en la música gallega tiene un profundo arraigo y que llega hasta nuestros días como un legado de los tiempos pretéritos. Por inconsciencia de su importancia, a veces, no lo sabemos interpretar, respetar y preservar como es debido. Además, los medios de comunicación y las nuevas tecnologías parecen hacer añicos los últimos reductos de transmisión de saberes ancestrales que supone este tesoro vivo en pleno siglo XXI.

El folk hizo que la música de raíz gallega alcanzase inimaginables cotas de reconocimiento

La música gallega es, quizás, la que goza de más personalidad entre todas las conocidas en Occidente. Destaca por su cantidad de variantes rítmicas autóctonas (muñeiras, alboradas, pasacalles, alalás…) y por sus ritmos incorporados (jotas, pasodobles, polcas,…). También por sus instrumentos propios como la multitud de percusiones (panderos, panderetas, tamboriles, bombos, conchas o tarreñas) o las diversas gaitas (la grileira para agudos, la redonda en tonos medios y la tumbal en los graves) y otros instrumentos que se fueron incorporando desde la época medieval y haciéndose populares, como es el caso de las zanfonas, violines, arpas o flautas. Ya en la actualidad, en muchas escuelas de música folk y tradicional aparecen otros instrumentos desligados a nuestro pasado pero que se adaptan perfectamente. Por ejemplo, acordeones, guitarras, bodhrans y bouzukis.

Esplendor céltico

La música gallega va tejiendo nuevas formas y es en el marco atlántico, o céltico para ser más exactos, donde tiene su máximo esplendor, poder de convocatoria y capacidad de expansión. Es el folk el que hizo que la música de raíz gallega alcanzase cotas inimaginables de reconocimiento. No obstante, no podemos olvidar que todavía queda mucho por conseguir. Hoy, las propuestas del folk conviven con los solistas, cuar-

tetos, quintetos y diferentes formaciones de gaiteros o pandereteras vinculadas a la tradición más pura. Las bandas de gaitas –no exentas de polémicas- son una buena vía para dar salida a los jóvenes que estudian en nuestras escuelas de música. En la actualidad, podemos hablar de Galicia como una potencia musical en todos los ámbitos pero, en especial, en lo tocante a lo tradicional y al folk. Solo necesita darle más dignidad y recorrido, así como la capacidad para convertirlo en una marca perfectamente vendible al mundo, como hicieron escoceses e irlandeses. El único paso que falta es valorar lo propio; después, también lo harán los demás.

Instrumentos y ritmos propios se funden con otros incorporados más tarde en la música gallega tradicional 107

Actuación de baile gallego


LA GAITA GALLEGA MÁS INTERNACIONAL Esteban Vilela ProDUCTor aUDIoVISUaL

108 Exposición en el Obradoiro de gaitas Seivane

Punteros, roncos y ronquetas a un lado. Al otro, mesas de trabajo, utensilios y olor a madera. Una madera que nos hará bailar en Galicia y en el resto del mundo. Ese ambiente es el que se respira al entrar en el Obradoiro de Gaitas Seivane en Cecebre, en el municipio coruñés de Cambre. Los hermanos Álvaro y Xosé Manuel Seivane heredaron este taller artesanal, referente en cuanto a fabricación de gaitas. Sus años de historia no dejan lugar a dudas. Allá por 1939, el padre, Xosé Manuel

Seivane, empezó experimentando en un mundo nuevo para él. De manera autodidacta, y aprendiendo de sus errores, consiguió poco a poco el gran prestigio y el reconocimiento del que la firma puede presumir en el mundo de la música tradicional. “No se puede entender el Camino Inglés sin el sonido de una gaita”, comenta Álvaro. Este instrumento de viento está presente en cada rincón de Galicia. Y en cada momento. “La gaita ha evolucionado mucho, hoy la encontramos

Se ha producido un auge de la música folk y celta en los últimos años

en una orquesta sinfónica o en un grupo de rock, en una banda tradicional o afinando con cualquier instrumento”, continúa el mayor de los hermanos Seivane. La visita al taller permite ver de cerca las fases de fabricación del instrumento y también aprender, para aquellos para los que el mundo de la gaita les parece lejano, las partes que lo forman. Su funcionamiento es relativamente sencillo, aunque es difícil llegar a ser un virtuoso gaitero. El aire entra por el soplete y se almacena en una bolsa de cuero llamada fuelle. Mientras se suelta, el sonido se produce en el puntero y en el roncón, que proporciona una nota grave constante. No obstante, hay diferentes tipos más allá de la gallega, por lo que las partes y las características varían.

Hermanas

No solo en Galicia contamos con la gaita como instrumento nacional. En Asturias, región vecina con la que compartimos muchos rasgos culturales, u otras comunidades del norte de España como Castilla y León, e incluso Cataluña y Aragón, tienen la suya propia. Un poco más lejos, en Reino Unido, la gaita escocesa sobresale del resto. “Nació asociada a lo militar en las tierras de los imperios de Reino Unido. Por eso es fácil verla en el resto del mundo, como por ejemplo en Israel. Es una gaita que se presta para desfiles por su potencia y espectacularidad”, explica Álvaro.

Nuestra gaita, sin embargo, es diferente. “La nuestra no es tan potente pero se adapta a todas las músicas. Es muy flexible a la hora de sumarse a otras culturas, por eso exportamos tanto”, continúa Álvaro. También se cuenta que las escocesas provienen de las nuestras, que cruzaron el mar y ellos la adaptaron.

Gaiteros de prestigio

Desde Cambre, la marca Seivane exporta sus gaitas a países del otro lado del charco como Canadá o Estados Unidos. Pero no hace falta irse tan lejos para encontrar productos de esta familia de lutiers. ¡Incluso Mike Oldfield compró una gaita gallega! También fabrican instrumentos para Francia, Inglaterra o Italia, y más lejos todavía, con pedidos desde Japón o Israel. La producción de gaitas se expande y, quizás, se deba al auge de la música folk y celta de los últimos años. En este sentido, Galicia es cuna de numerosos artistas, entre otros, Carlos Nuñez, Xosé Manuel Budiño, Bieito Romero, Cristina Pato o Susana Seivane, hija de Álvaro. Hace años la gaita solo se veía en las romerías mientras que ahora “incluso un australiano sabe como suena”, comenta Álvaro orgulloso de su trabajo. La familia Seivane obtuvo un merecido reconocimiento a toda una vida de trabajo y esfuerzo en 2013, cuando recibió el Premio Nacional de Artesanía. “Todo el proceso

lo hacemos aquí: compramos madera gallega, la cortamos y la dejamos secar y reposar hasta quince años”, explica Xosé Manuel. Los hermanos Seivane confiesan que el secreto no es elegir la mejor madera, sino desechar aquella que no se convertirá en un buen producto final. Sin embargo, el resultado depende del montaje. El proceso de elaboración de la gaita puede llegar a las cuarenta horas de fabricación. La gaita es el sonido de Galicia desde hace siglos. Se ha convertido en una de nuestras señas de identidad, evolucionando y adaptándose a los nuevos tiempos. Su melodía, aunque a veces melancólica, es sinónimo de alegría y fiesta. “De un trozo de boj haces un instrumento que hace música, alegra a la gente y la hace bailar”, dicen los Seivane. Tras semanas de afinación, ahora sí, ese trozo de madera estará dispuesto a hacernos bailar.

109 La producción de las piezas en el taller es totalmente artesanal

“No se puede entender el Camino Inglés sin el sonido de una gaita”


LA GAITA GALLEGA MÁS INTERNACIONAL Esteban Vilela ProDUCTor aUDIoVISUaL

108 Exposición en el Obradoiro de gaitas Seivane

Punteros, roncos y ronquetas a un lado. Al otro, mesas de trabajo, utensilios y olor a madera. Una madera que nos hará bailar en Galicia y en el resto del mundo. Ese ambiente es el que se respira al entrar en el Obradoiro de Gaitas Seivane en Cecebre, en el municipio coruñés de Cambre. Los hermanos Álvaro y Xosé Manuel Seivane heredaron este taller artesanal, referente en cuanto a fabricación de gaitas. Sus años de historia no dejan lugar a dudas. Allá por 1939, el padre, Xosé Manuel

Seivane, empezó experimentando en un mundo nuevo para él. De manera autodidacta, y aprendiendo de sus errores, consiguió poco a poco el gran prestigio y el reconocimiento del que la firma puede presumir en el mundo de la música tradicional. “No se puede entender el Camino Inglés sin el sonido de una gaita”, comenta Álvaro. Este instrumento de viento está presente en cada rincón de Galicia. Y en cada momento. “La gaita ha evolucionado mucho, hoy la encontramos

Se ha producido un auge de la música folk y celta en los últimos años

en una orquesta sinfónica o en un grupo de rock, en una banda tradicional o afinando con cualquier instrumento”, continúa el mayor de los hermanos Seivane. La visita al taller permite ver de cerca las fases de fabricación del instrumento y también aprender, para aquellos para los que el mundo de la gaita les parece lejano, las partes que lo forman. Su funcionamiento es relativamente sencillo, aunque es difícil llegar a ser un virtuoso gaitero. El aire entra por el soplete y se almacena en una bolsa de cuero llamada fuelle. Mientras se suelta, el sonido se produce en el puntero y en el roncón, que proporciona una nota grave constante. No obstante, hay diferentes tipos más allá de la gallega, por lo que las partes y las características varían.

Hermanas

No solo en Galicia contamos con la gaita como instrumento nacional. En Asturias, región vecina con la que compartimos muchos rasgos culturales, u otras comunidades del norte de España como Castilla y León, e incluso Cataluña y Aragón, tienen la suya propia. Un poco más lejos, en Reino Unido, la gaita escocesa sobresale del resto. “Nació asociada a lo militar en las tierras de los imperios de Reino Unido. Por eso es fácil verla en el resto del mundo, como por ejemplo en Israel. Es una gaita que se presta para desfiles por su potencia y espectacularidad”, explica Álvaro.

Nuestra gaita, sin embargo, es diferente. “La nuestra no es tan potente pero se adapta a todas las músicas. Es muy flexible a la hora de sumarse a otras culturas, por eso exportamos tanto”, continúa Álvaro. También se cuenta que las escocesas provienen de las nuestras, que cruzaron el mar y ellos la adaptaron.

Gaiteros de prestigio

Desde Cambre, la marca Seivane exporta sus gaitas a países del otro lado del charco como Canadá o Estados Unidos. Pero no hace falta irse tan lejos para encontrar productos de esta familia de lutiers. ¡Incluso Mike Oldfield compró una gaita gallega! También fabrican instrumentos para Francia, Inglaterra o Italia, y más lejos todavía, con pedidos desde Japón o Israel. La producción de gaitas se expande y, quizás, se deba al auge de la música folk y celta de los últimos años. En este sentido, Galicia es cuna de numerosos artistas, entre otros, Carlos Nuñez, Xosé Manuel Budiño, Bieito Romero, Cristina Pato o Susana Seivane, hija de Álvaro. Hace años la gaita solo se veía en las romerías mientras que ahora “incluso un australiano sabe como suena”, comenta Álvaro orgulloso de su trabajo. La familia Seivane obtuvo un merecido reconocimiento a toda una vida de trabajo y esfuerzo en 2013, cuando recibió el Premio Nacional de Artesanía. “Todo el proceso

lo hacemos aquí: compramos madera gallega, la cortamos y la dejamos secar y reposar hasta quince años”, explica Xosé Manuel. Los hermanos Seivane confiesan que el secreto no es elegir la mejor madera, sino desechar aquella que no se convertirá en un buen producto final. Sin embargo, el resultado depende del montaje. El proceso de elaboración de la gaita puede llegar a las cuarenta horas de fabricación. La gaita es el sonido de Galicia desde hace siglos. Se ha convertido en una de nuestras señas de identidad, evolucionando y adaptándose a los nuevos tiempos. Su melodía, aunque a veces melancólica, es sinónimo de alegría y fiesta. “De un trozo de boj haces un instrumento que hace música, alegra a la gente y la hace bailar”, dicen los Seivane. Tras semanas de afinación, ahora sí, ese trozo de madera estará dispuesto a hacernos bailar.

109 La producción de las piezas en el taller es totalmente artesanal

“No se puede entender el Camino Inglés sin el sonido de una gaita”


Cesteros

OFICIOS TRADICIONALES DE GALICIA

alfareros / oleiros

Palilleiras

110

111

Panaderos


Cesteros

OFICIOS TRADICIONALES DE GALICIA

alfareros / oleiros

Palilleiras

110

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Panaderos


Pescadores

Joyeros

112

113

Artesanos de gaitas

Agricultores y ganaderos


Pescadores

Joyeros

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Artesanos de gaitas

Agricultores y ganaderos


Outeiro: un outeiro es un lugar de no mucha extensión y elevado sobre el resto del terreno. Es sinónimo de otros términos como castrelo o lomba. Hay cientos de topónimos de lugares que llevan alguno de estos nombres. Su equivalente en castellano es el cerro.

EL GALLEGO, LA LENGUA DE GALICIA Nel Vidal Barral PrESIDENTE DE La CoorDINaDora DE TraBaLLaDorES E TraBaLLaDoraS DE NorMaLIZaCIÓN Da LINGUa (CTNL)

114

La lengua propia y oficial de Galicia es el gallego (galego), que es, además, el idioma mayoritario en los usos espontáneos en buena parte del país. Además de la lengua propia, en Galicia también es cooficial el castellano, pero las administraciones y los poderes públicos tienen la responsabilidad social y la obligación legal de fomentar el uso y el prestigio del idioma propio. Este es el mayor patrimonio cultural de nuestro pueblo, usado y creado con la participación de todas las gallegas y gallegos durante siglos a lo largo de la historia. El gallego es una lengua románica nacida a partir del latín en la Gallaecia, alrededor del siglo VIII. Además del Reino de Galicia, fue lengua culta de los reinos vecinos de León y Castilla. Poco a poco se fue extendiendo también como lengua popular hacia el sur, a Portugal, donde evolucionó autónomamente sin la presión e influencia del castellano –que penetró en Galicia en el siglo XV– a lo que hoy conocemos como portugués, lengua hablada por más de 200 millones

de personas y oficial en países como Brasil, Angola, Cabo Verde o el propio Portugal. El gallego está en proceso de normalización lingüística y es de uso frecuente en indicadores, informaciones y comunicaciones de organismos oficiales y sociales, medios de comunicación públicos, etc. En cuanto a la enseñanza, el objetivo es que el alumnado acabe dominando las dos lenguas oficiales de la comunidad. En diversos usos y contextos formales, como la rotulación de empresas, los medios de comunicación privados, etc., su uso no es tan frecuente. Además, en general, en las ciudades es mucho menos hablado que en las villas y aldeas.

Topónimos gallegos

En cuanto a la toponimia, hay que tener en cuenta que a lo largo de los siglos se les fue dando nombre a los lugares, con unos motivos u otros, pero siempre por parte de la gente del lugar y en la lengua que esta usaba. Por tanto, en gallego. Es por eso que los topónimos solo tienen, por lógica, una única versión: la

gallega. Así, a modo de ejemplo, algunos de los nombres que podemos encontrar a lo largo del Camino Inglés son: Seixo: el nombre de este lugar proviene de la palabra seixo, un tipo de roca generalmente blanca y muy dura. Es un término que no tiene una equivalencia exacta en otros idiomas. Carballeira: este es un topónimo muy frecuente en Galicia, ya que se refiere al lugar donde hay carballos, uno de los principales árboles autóctonos gallegos. Se trata del Quercus robur, roble en castellano.

Vilariño: es el diminutivo gallego de vilar -en castellano villar-, por lo que hace alusión a una villa pequeña. Hay docenas de lugares que llevan este nombre en todo el país, alguno de ellos en el Camino Inglés. Costa da Morte: el nombre con el que se conoce toda esta costa tiene su origen en el largo historial de naufragios que en ella hubo, por lo que se llamó Costa da Morte –que significa costa de la muerte en castellano. Fisterra: proviene de la forma latina finis terrae, “fin de la tierra”, que evolucionó en gallego a Fisterra para denominar el cabo del fin del mundo.

La lengua oficial de Galicia es el gallego que es, además, el idioma principal en los usos espontáneos

Frases útiles

Por los lugares por donde pasa el Camino, la lengua mayoritaria en los usos espontáneos es la gallega y la totalidad de la población la entiende y sabe hablarla. Si las peregrinas y peregrinos o visitantes extranjeros comienzan usando un bos días -por la mañana- o boas tardes -por la tarde-, seguro que arrancarán una sonrisa cómplice de la persona con la que se cruzan, con la que hablan o por la que son atendidas en un hostal, en un albergue, en un bar o en un restaurante, procurando así conseguir un mejor contacto inicial y empatía. Algunas expresiones útiles, a modo de ejemplo, para una persona visitante pueden ser las que se indican en este cuadro. En definitiva, la lengua gallega es un gran valor y potencialidad de Galicia, tanto por ser su gran patrimonio cultural e identitario como por ser elemento cohesionador de la sociedad gallega y herramienta de comunicación tanto interna -en el propio país-, e incluso internacional -en el amplio universo lusófono-. Para conocer más sobre la historia de nuestra lengua, se puede consultar la entrada dedicada a la lingua galega en la Wikipedia y en los sitios web de las máximas instituciones encargadas de la lengua: la Real Academia Galega y la Xunta de Galicia.

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Outeiro: un outeiro es un lugar de no mucha extensión y elevado sobre el resto del terreno. Es sinónimo de otros términos como castrelo o lomba. Hay cientos de topónimos de lugares que llevan alguno de estos nombres. Su equivalente en castellano es el cerro.

EL GALLEGO, LA LENGUA DE GALICIA Nel Vidal Barral PrESIDENTE DE La CoorDINaDora DE TraBaLLaDorES E TraBaLLaDoraS DE NorMaLIZaCIÓN Da LINGUa (CTNL)

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La lengua propia y oficial de Galicia es el gallego (galego), que es, además, el idioma mayoritario en los usos espontáneos en buena parte del país. Además de la lengua propia, en Galicia también es cooficial el castellano, pero las administraciones y los poderes públicos tienen la responsabilidad social y la obligación legal de fomentar el uso y el prestigio del idioma propio. Este es el mayor patrimonio cultural de nuestro pueblo, usado y creado con la participación de todas las gallegas y gallegos durante siglos a lo largo de la historia. El gallego es una lengua románica nacida a partir del latín en la Gallaecia, alrededor del siglo VIII. Además del Reino de Galicia, fue lengua culta de los reinos vecinos de León y Castilla. Poco a poco se fue extendiendo también como lengua popular hacia el sur, a Portugal, donde evolucionó autónomamente sin la presión e influencia del castellano –que penetró en Galicia en el siglo XV– a lo que hoy conocemos como portugués, lengua hablada por más de 200 millones

de personas y oficial en países como Brasil, Angola, Cabo Verde o el propio Portugal. El gallego está en proceso de normalización lingüística y es de uso frecuente en indicadores, informaciones y comunicaciones de organismos oficiales y sociales, medios de comunicación públicos, etc. En cuanto a la enseñanza, el objetivo es que el alumnado acabe dominando las dos lenguas oficiales de la comunidad. En diversos usos y contextos formales, como la rotulación de empresas, los medios de comunicación privados, etc., su uso no es tan frecuente. Además, en general, en las ciudades es mucho menos hablado que en las villas y aldeas.

Topónimos gallegos

En cuanto a la toponimia, hay que tener en cuenta que a lo largo de los siglos se les fue dando nombre a los lugares, con unos motivos u otros, pero siempre por parte de la gente del lugar y en la lengua que esta usaba. Por tanto, en gallego. Es por eso que los topónimos solo tienen, por lógica, una única versión: la

gallega. Así, a modo de ejemplo, algunos de los nombres que podemos encontrar a lo largo del Camino Inglés son: Seixo: el nombre de este lugar proviene de la palabra seixo, un tipo de roca generalmente blanca y muy dura. Es un término que no tiene una equivalencia exacta en otros idiomas. Carballeira: este es un topónimo muy frecuente en Galicia, ya que se refiere al lugar donde hay carballos, uno de los principales árboles autóctonos gallegos. Se trata del Quercus robur, roble en castellano.

Vilariño: es el diminutivo gallego de vilar -en castellano villar-, por lo que hace alusión a una villa pequeña. Hay docenas de lugares que llevan este nombre en todo el país, alguno de ellos en el Camino Inglés. Costa da Morte: el nombre con el que se conoce toda esta costa tiene su origen en el largo historial de naufragios que en ella hubo, por lo que se llamó Costa da Morte –que significa costa de la muerte en castellano. Fisterra: proviene de la forma latina finis terrae, “fin de la tierra”, que evolucionó en gallego a Fisterra para denominar el cabo del fin del mundo.

La lengua oficial de Galicia es el gallego que es, además, el idioma principal en los usos espontáneos

Frases útiles

Por los lugares por donde pasa el Camino, la lengua mayoritaria en los usos espontáneos es la gallega y la totalidad de la población la entiende y sabe hablarla. Si las peregrinas y peregrinos o visitantes extranjeros comienzan usando un bos días -por la mañana- o boas tardes -por la tarde-, seguro que arrancarán una sonrisa cómplice de la persona con la que se cruzan, con la que hablan o por la que son atendidas en un hostal, en un albergue, en un bar o en un restaurante, procurando así conseguir un mejor contacto inicial y empatía. Algunas expresiones útiles, a modo de ejemplo, para una persona visitante pueden ser las que se indican en este cuadro. En definitiva, la lengua gallega es un gran valor y potencialidad de Galicia, tanto por ser su gran patrimonio cultural e identitario como por ser elemento cohesionador de la sociedad gallega y herramienta de comunicación tanto interna -en el propio país-, e incluso internacional -en el amplio universo lusófono-. Para conocer más sobre la historia de nuestra lengua, se puede consultar la entrada dedicada a la lingua galega en la Wikipedia y en los sitios web de las máximas instituciones encargadas de la lengua: la Real Academia Galega y la Xunta de Galicia.

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UN VIAJE EN EL TIEMPO

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HISTORIA

os Déjate llevar por los fantástic largo del trayecto. relatos que encontrarás a lo ¡No te dejarán indiferente! Increíble pens

¡Escucha!

Descubre artesanías y oficios que hablan de tradición, saber hacer y un estilo de vida en armonía con el entorno. El pat

Pazo de Vilaboa, Culleredo

ar que estos campos que miran al mar acogieron batallas cruc iales en la Historia…

Obligada la visita a la tumba de Sir John M oore (A Coruña) y muchos más lugares. ¡Haz un

rimonio industrial forma parte de Galicia y alimenta su histo ria.

No dejes de visitar el Arsena l de Ferrol.

a lista!

Nobles, señores, reyes, vasallos, revueltas y batallas protagonizan gran parte de nuestro pasado. Las ciudades del Camino no escapan a la historia. En ellas tuvo lugar la lucha más emblemática por el poder del pueblo, donde este se reveló contra la iglesia y su control. Otras batallas para el recuerdo son las que, curiosamente, unen Galicia con los británicos. Estos pasan de

enemigos a aliados, contribuyendo a completar nuestra historia. Pero en el Camino Inglés no todo es guerra. Aunque también trágicos, los naufragios sucedidos en estas costas dan cuenta de la peligrosidad de las mismas. Barcos de carga pero también de peregrinos que, en épocas pasadas, se enfrentaban a un duro viaje por el tenebroso mar. Parte de esta historia continúa viva

en recreaciones para el público, otra simplemente permanece escrita para ser recordada. Alguna, todavía se está escribiendo. Es el caso de nuestras empresas por excelencia, reconocidas fuera de nuestras fronteras. Galicia es cerveza y moda. Y mucho más. Los pueblos del Camino están repletos de historia y, desde aquí, te invitamos a descubrirla.


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UN VIAJE EN EL TIEMPO

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HISTORIA

os Déjate llevar por los fantástic largo del trayecto. relatos que encontrarás a lo ¡No te dejarán indiferente! Increíble pens

¡Escucha!

Descubre artesanías y oficios que hablan de tradición, saber hacer y un estilo de vida en armonía con el entorno. El pat

Pazo de Vilaboa, Culleredo

ar que estos campos que miran al mar acogieron batallas cruc iales en la Historia…

Obligada la visita a la tumba de Sir John M oore (A Coruña) y muchos más lugares. ¡Haz un

rimonio industrial forma parte de Galicia y alimenta su histo ria.

No dejes de visitar el Arsena l de Ferrol.

a lista!

Nobles, señores, reyes, vasallos, revueltas y batallas protagonizan gran parte de nuestro pasado. Las ciudades del Camino no escapan a la historia. En ellas tuvo lugar la lucha más emblemática por el poder del pueblo, donde este se reveló contra la iglesia y su control. Otras batallas para el recuerdo son las que, curiosamente, unen Galicia con los británicos. Estos pasan de

enemigos a aliados, contribuyendo a completar nuestra historia. Pero en el Camino Inglés no todo es guerra. Aunque también trágicos, los naufragios sucedidos en estas costas dan cuenta de la peligrosidad de las mismas. Barcos de carga pero también de peregrinos que, en épocas pasadas, se enfrentaban a un duro viaje por el tenebroso mar. Parte de esta historia continúa viva

en recreaciones para el público, otra simplemente permanece escrita para ser recordada. Alguna, todavía se está escribiendo. Es el caso de nuestras empresas por excelencia, reconocidas fuera de nuestras fronteras. Galicia es cerveza y moda. Y mucho más. Los pueblos del Camino están repletos de historia y, desde aquí, te invitamos a descubrirla.


en las que el hombre comienza a preparar su salvación ya en vida tanto por vía natural como sobrenatural.

Señor de Pontedeume

LO REAL ESCATOLÓGICO FRENTE A LO IDEAL DEL CAMINO INGLÉS Y LA CASA DE LOS ANDRADE Israel Sanmartín ProFESor DE HISTorIa EN La UNIVErSIDaD DE SaNTIaGo DE CoMPoSTELa Torreón de los Andrade, Pontedeume

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Recurrir al mundo medieval es muy apropiado cuando se quiere fabricar algún relato oficial desde el presente. En un contexto necesitado continuamente de verdades útiles, las inventios sobre la peregrinación a Santiago de Compostela son frecuentes. El caso que nos ocupa relativo al Camino Inglés y su vínculo con la casa de los Andrade no es una excepción. Recurriendo a un símil procesal, cuando estamos reconstruyendo hechos relativos a una verdad oficial debemos de tener en cuenta que no estamos aludiendo a hechos en sí sino a enunciados sobre los hechos. Así, solo es posible atribuir valores de verdad a enunciados descriptivos sobre los hechos. De tal forma, el problema es entender qué es la verdad de los hechos en un contexto dado. Estamos en el siglo XIV, cuando supuestamente Fernando Pérez de Andrade o Boo, después de

muchas vicisitudes, desarrolla su actividad vital en Pontedeume. Un espacio que sería un paso esencial en el llamado Camino Inglés hacia Compostela. Andrade sería un noble que habría ascendido y que habría desarrollado un pequeño “renacimiento cultural atlántico” alrededor de su persona y sus posesiones (arquitectura, escultura, cronística). Debemos de considerar que es un momento en que ya se ha configurado la escolástica cristiana basada en Aristóteles y Cicerón, que postula una fe que busca una identidad verdadera entre lo real y lo ideal. Un momento en el que se estaban empezando a desarrollar las llamadas tesis del poder “ascendentes” de Juan de Paris y otros, que hicieron que el feudalismo propiciara protestas y experimentos de “gobiernos populares”. Al mismo tiempo, circulaban las ideas de Tomás de Aquino

Con este marco, tenemos a Pérez de Andrade, que es el primer señor de Pontedeume, privilegio otorgado por Enrique de Trastámara como recompensa por su apoyo contra el rey Pedro I el Cruel. Por otro lado, nos encontramos ante la realidad geográfica del llamado Camino Inglés, con inicio en Ferrol o A Coruña. Dos elementos que debemos de poner en relación mediante la escatología histórica, historiográfica, literaria, simbólica y oficial. El resulta-

do es un enunciado de los hechos basado en una verdad, la cual está representada por su construcción lineal hacia un fin. Veamos las diferentes escatologías: a) El carácter escatológico salvífico de las peregrinaciones. La peregrinación jacobea era referente en el Occidente medieval desde el siglo X. Muchos pueblos del norte habrían escogido el mar para llegar a Santiago. Ese camino recibiría un importante impulso a partir del siglo XIV cuando Fernán Pérez de Andrade o Boo fomentó sus casas de la orden franciscana en Pontedeume y Betanzos y sus hospitales en Ferrol, Neda, Miño, Paderne y Betanzos.

Pérez de andrade fue el primer señor de Pontedeume, título otorgado por Enrique de Trastámara como recompensa por su apoyo contra el rey Pedro I el Cruel

b) Se atribuye a Fernando Pérez o Boo la construcción de siete iglesias, siete monasterios, siete hospitales y siete puentes -según reza en una Historia de Betanzos inédita, escrita por Verín Seijas y González de Hevia-. Sería, por tanto, otro símbolo de búsqueda de armonía paradisíaca finalista al hacer alusión al siete y la última etapa de la historia. c) Hay toda una preocupación historiográfica por la reconstrucción del linaje de los Andrade, buscando un tiempo lineal y heroico en su pasado, creando el linaje de los llamados “Andrade” (Correa). d) Símbolos escatológicos como el jabalí. No obstante, Eduardo Pardo precisa que el oso y jabalí son de Fernán Pérez de Andrade y no de todos los Andrade. Sea como fuere, el jabalí está presente en diferentes construcciones arquitectónicas y puentes. El jabalí al inicio de la Edad Media sería una bestia del Apocalipsis para pasar después a ser un enemigo ideal para el caballero gracias a su ferocidad. e) La caza. Se habla en el libro de montería de Gaston Phoebus del siglo XIV que la caza libra de los siete pecados capitales. El sarcófago gótico de Fernán Pérez de Andrade en el que se muestran escenas de enfrentamientos con jabalíes, suponen una defensa del cristianismo y la realización de hazañas heroicas que estarían premiadas con el Paraíso después del Juicio Final (Núñez Rodríguez).

f) Influencia mixta cristiana e indoeuropea. El sarcófago de Fernán Pérez de Andrade presenta dos tipos de jabalí: el indoeuropeo protector y el malvado elaborado por la oficialidad cristiana. En cualquier caso, parece demasiada coincidencia que el sepulcro de Andrade esté protegido por los dos animales símbolos indoeuropeos como el jabalí y el oso. La unión de las fuerzas que regían el mundo de las sociedades antiguas y medievales guiaban al nuevo héroe en su caminar por el “más allá” (Erias). g) Murguía habla de los Andrade vinculados a los celtas gracias a la presencia de esos jabalíes. Esa tesis céltica estaría reforzada también en los viajes atlánticos al “más allá” como el de San Brandán con parada en el Finis Terrae (en versión de Leandro Carré Alvarellos) o el de Trezenzonio -ambos profundamente escatológicos-. Con todo esto hemos mostrado diferentes pruebas que no corresponden a hechos, ni siquiera a enunciados de hechos, aunque todas tienen en común su matriz escatológica. Pero sí son símbolos que muestran relaciones entre lo real –la escatología- y lo ideal –lo que representan y queremos que signifiquen-. La polisemia y la interpretación interesada pueden ser útiles para la historia oficial, pero nunca para la historia científica. Cada uno que elija su relato. Todos tendrán razón. Pero cada uno la suya.

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en las que el hombre comienza a preparar su salvación ya en vida tanto por vía natural como sobrenatural.

Señor de Pontedeume

LO REAL ESCATOLÓGICO FRENTE A LO IDEAL DEL CAMINO INGLÉS Y LA CASA DE LOS ANDRADE Israel Sanmartín ProFESor DE HISTorIa EN La UNIVErSIDaD DE SaNTIaGo DE CoMPoSTELa Torreón de los Andrade, Pontedeume

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Recurrir al mundo medieval es muy apropiado cuando se quiere fabricar algún relato oficial desde el presente. En un contexto necesitado continuamente de verdades útiles, las inventios sobre la peregrinación a Santiago de Compostela son frecuentes. El caso que nos ocupa relativo al Camino Inglés y su vínculo con la casa de los Andrade no es una excepción. Recurriendo a un símil procesal, cuando estamos reconstruyendo hechos relativos a una verdad oficial debemos de tener en cuenta que no estamos aludiendo a hechos en sí sino a enunciados sobre los hechos. Así, solo es posible atribuir valores de verdad a enunciados descriptivos sobre los hechos. De tal forma, el problema es entender qué es la verdad de los hechos en un contexto dado. Estamos en el siglo XIV, cuando supuestamente Fernando Pérez de Andrade o Boo, después de

muchas vicisitudes, desarrolla su actividad vital en Pontedeume. Un espacio que sería un paso esencial en el llamado Camino Inglés hacia Compostela. Andrade sería un noble que habría ascendido y que habría desarrollado un pequeño “renacimiento cultural atlántico” alrededor de su persona y sus posesiones (arquitectura, escultura, cronística). Debemos de considerar que es un momento en que ya se ha configurado la escolástica cristiana basada en Aristóteles y Cicerón, que postula una fe que busca una identidad verdadera entre lo real y lo ideal. Un momento en el que se estaban empezando a desarrollar las llamadas tesis del poder “ascendentes” de Juan de Paris y otros, que hicieron que el feudalismo propiciara protestas y experimentos de “gobiernos populares”. Al mismo tiempo, circulaban las ideas de Tomás de Aquino

Con este marco, tenemos a Pérez de Andrade, que es el primer señor de Pontedeume, privilegio otorgado por Enrique de Trastámara como recompensa por su apoyo contra el rey Pedro I el Cruel. Por otro lado, nos encontramos ante la realidad geográfica del llamado Camino Inglés, con inicio en Ferrol o A Coruña. Dos elementos que debemos de poner en relación mediante la escatología histórica, historiográfica, literaria, simbólica y oficial. El resulta-

do es un enunciado de los hechos basado en una verdad, la cual está representada por su construcción lineal hacia un fin. Veamos las diferentes escatologías: a) El carácter escatológico salvífico de las peregrinaciones. La peregrinación jacobea era referente en el Occidente medieval desde el siglo X. Muchos pueblos del norte habrían escogido el mar para llegar a Santiago. Ese camino recibiría un importante impulso a partir del siglo XIV cuando Fernán Pérez de Andrade o Boo fomentó sus casas de la orden franciscana en Pontedeume y Betanzos y sus hospitales en Ferrol, Neda, Miño, Paderne y Betanzos.

Pérez de andrade fue el primer señor de Pontedeume, título otorgado por Enrique de Trastámara como recompensa por su apoyo contra el rey Pedro I el Cruel

b) Se atribuye a Fernando Pérez o Boo la construcción de siete iglesias, siete monasterios, siete hospitales y siete puentes -según reza en una Historia de Betanzos inédita, escrita por Verín Seijas y González de Hevia-. Sería, por tanto, otro símbolo de búsqueda de armonía paradisíaca finalista al hacer alusión al siete y la última etapa de la historia. c) Hay toda una preocupación historiográfica por la reconstrucción del linaje de los Andrade, buscando un tiempo lineal y heroico en su pasado, creando el linaje de los llamados “Andrade” (Correa). d) Símbolos escatológicos como el jabalí. No obstante, Eduardo Pardo precisa que el oso y jabalí son de Fernán Pérez de Andrade y no de todos los Andrade. Sea como fuere, el jabalí está presente en diferentes construcciones arquitectónicas y puentes. El jabalí al inicio de la Edad Media sería una bestia del Apocalipsis para pasar después a ser un enemigo ideal para el caballero gracias a su ferocidad. e) La caza. Se habla en el libro de montería de Gaston Phoebus del siglo XIV que la caza libra de los siete pecados capitales. El sarcófago gótico de Fernán Pérez de Andrade en el que se muestran escenas de enfrentamientos con jabalíes, suponen una defensa del cristianismo y la realización de hazañas heroicas que estarían premiadas con el Paraíso después del Juicio Final (Núñez Rodríguez).

f) Influencia mixta cristiana e indoeuropea. El sarcófago de Fernán Pérez de Andrade presenta dos tipos de jabalí: el indoeuropeo protector y el malvado elaborado por la oficialidad cristiana. En cualquier caso, parece demasiada coincidencia que el sepulcro de Andrade esté protegido por los dos animales símbolos indoeuropeos como el jabalí y el oso. La unión de las fuerzas que regían el mundo de las sociedades antiguas y medievales guiaban al nuevo héroe en su caminar por el “más allá” (Erias). g) Murguía habla de los Andrade vinculados a los celtas gracias a la presencia de esos jabalíes. Esa tesis céltica estaría reforzada también en los viajes atlánticos al “más allá” como el de San Brandán con parada en el Finis Terrae (en versión de Leandro Carré Alvarellos) o el de Trezenzonio -ambos profundamente escatológicos-. Con todo esto hemos mostrado diferentes pruebas que no corresponden a hechos, ni siquiera a enunciados de hechos, aunque todas tienen en común su matriz escatológica. Pero sí son símbolos que muestran relaciones entre lo real –la escatología- y lo ideal –lo que representan y queremos que signifiquen-. La polisemia y la interpretación interesada pueden ser útiles para la historia oficial, pero nunca para la historia científica. Cada uno que elija su relato. Todos tendrán razón. Pero cada uno la suya.

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IRMANDIÑOS EN EL CAMINO INGLÉS A COMPOSTELA Carlos Barros ProFESor DE HISTorIa MEDIEVaL EN La UNIVErSIDaD DE SaNTIaGo DE CoMPoSTELa

Las grandes villas del Camino Inglés a Santiago de Compostela actuaron conjuntamente en las luchas del siglo XV para liberarse de una tiranía feudal en decadencia. Ferrol y Pontedeume en la primera Revuelta Irmandiña -erróneamente llamada “fusquenlla”- de 1431; Betanzos y A Coruña en la hermandad de 1454, y todas a la vez con el resto del Reino de Galicia, en la Gran Revuelta Irmandiña de 1467-1469. Cuenta Fernán Pérez de Guzmán, en la Crónica de Juan II, “cómo en Galicia se levantaron

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Panorámica de Pontedeume

contra Nuno Freire de Andrade sus vasallos, y de lo que en ello se hizo”. Corría el año 1431. Los vasallos de Pontedeume, Ferrol y Villalba se revolucionaron contra Nuno Freire de Andrade, conocido como “O Mao”, acusándolo de que “era un señor muy fuerte y duro y que no lo podían comportar”. Murió joven. A Nuno Freire, poco después de la Revuelta, le pusieron en el sepulcro situado en el mosteiro de Monfero un inmerecido epitafio -según el punto de vista popular- de “caballero verdadero”:

No nome iesu, auede piedade da anima de nuno freire de Andrade, caualeiro de uerdade, un do consello do rei, quese finou eno ando d mil ccccxxxi anos.

Se juntaron primero tres mil hombres en armas en la tierra de los Andrade que derribaron fortalezas y cortaron viñas y huertas de los señores. Luego reunieron un ejército de diez mil con la ayuda de vasallos rebeldes de los obispados de Lugo y de Mondoñedo. La idea que tenían era, sin duda, la generalización de la revuelta antiseñorial empezando por las tierras vecinas. Estaban dirigidos militarmente por el hidalgo Roi Xordo y llevaban como bandera el Pendón de Santiago en prueba de la religiosidad de su causa social. Explica Pérez de Guzmán que “hicieron todos una hermandad y por toda la tierra los llamaban los hermanos y andaban así poderosamente”, respetando a El-Rey, de quien esperaban ayuda y justicia:

“en las rentas del Rey ni contra su justicia no tocaban”. Justamente, Ferrol y Pontedeume lo que más querían era volver a ser villas del rey (realengo). Juan II de Castilla mandó al arzobispo de Santiago, Lope de Mendoza, y al obispo Álvaro de Isorna, futuro arzobispo también, a parlamentar con los Irmandiños. Sin éxito, no obtuvieron de los prelados la renuncia de Nuno Freire al señorío. De esta manera, continuaron su peregrinación armada a Compostela en demanda de un mundo igualitario, sin señores. Dice el cronista: “estaban tan locos… atentaron de entrar en ciudad de Santiago”, capital política y social de Galicia, con la evidente intención de llevar la revuelta al mayor señorío feudal del Reino, con el objetivo de levantar Galicia entera. El arzobispo Mendoza convocó a su experimentado ejército señorial de trescientos hombres a caballo y tres mil infantes, y los derrotó. El cronista, pro-señorial pero sin el cual no sabríamos nada, se ceba con ellos: “como eran gente menuda y de poco esfuerzo acordaron de irse algunos de ellos para el Arzobispo”. Lo que hacen, en realidad, es retirarse hacia sus lugares de origen para continuar en su empeño. Nuno Freire de Andrade logra, con la ayuda del corregidor real Gómez de García de Hoyos, descercar su castillo de Pontedeume rodeado por más de cuatrocientos irmandiños, reprimiendo

El reino de Galicia inició su entrada en la Edad Moderna tras la revuelta de los Irmandiños

duramente a sus derrotados vasallos -de aquí su mote-: “murieron allí algunos de los hermanos y otros fueron presos o enforcados y así se apaciguó este caso de Galicia”. Por poco tiempo.

La Gran revuelta

En diciembre de 1431 y en enero de 1432 un procurador de Ferrol, Pontedeume y A Coruña, Pedro Padrón, lleva la protesta contra los Andrade a la misma corte de Juan II, exigiendo de nuevo que tornaran al señorío real, sinónimo de libertad en la Galicia de aquel entonces. En 1441 lo consiguen por un tiempo en Ferrol y Pontedeume. Después, de manera más permanente en 1464 hasta llegar tres años después al Reino Irmandiño de Galicia, donde los caballeros “que non fazian senon furtar e roubar... ficaron... como o primeiro día que nasceran,

sen terras et sen va[sa]llos” (clérigo Rui Vásquez). La Revuelta Irmandiña de 1431 sirvió, por tanto, de ensayo en las Rías Altas, y zonas de influencia, para la revolución triunfal de 1467. También había contribuido, en el sur de Galicia, la llamada “revuelta de los puertos” en 1451-1452 de las Rías Baixas. Aprendiendo de estas y de otras experiencias, en la primavera de 1467 el levantamiento se hará simultáneo en toda Galicia y llevará el poder, durante dos años, a la Junta General de la Santa Hermandad del Reino. Santiago de Compostela será de las primeras villas en insurreccionarse con el apoyo de otro corregidor real de Enrique IV. Los que guerrearon con el arzobispo en 1431 contra los irmandiños de Roi Xordo echarán ahora de Galicia al arzobispo Fonseca. Así fue como el Reino de Galicia inició su entrada en la Edad Moderna.

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IRMANDIÑOS EN EL CAMINO INGLÉS A COMPOSTELA Carlos Barros ProFESor DE HISTorIa MEDIEVaL EN La UNIVErSIDaD DE SaNTIaGo DE CoMPoSTELa

Las grandes villas del Camino Inglés a Santiago de Compostela actuaron conjuntamente en las luchas del siglo XV para liberarse de una tiranía feudal en decadencia. Ferrol y Pontedeume en la primera Revuelta Irmandiña -erróneamente llamada “fusquenlla”- de 1431; Betanzos y A Coruña en la hermandad de 1454, y todas a la vez con el resto del Reino de Galicia, en la Gran Revuelta Irmandiña de 1467-1469. Cuenta Fernán Pérez de Guzmán, en la Crónica de Juan II, “cómo en Galicia se levantaron

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Panorámica de Pontedeume

contra Nuno Freire de Andrade sus vasallos, y de lo que en ello se hizo”. Corría el año 1431. Los vasallos de Pontedeume, Ferrol y Villalba se revolucionaron contra Nuno Freire de Andrade, conocido como “O Mao”, acusándolo de que “era un señor muy fuerte y duro y que no lo podían comportar”. Murió joven. A Nuno Freire, poco después de la Revuelta, le pusieron en el sepulcro situado en el mosteiro de Monfero un inmerecido epitafio -según el punto de vista popular- de “caballero verdadero”:

No nome iesu, auede piedade da anima de nuno freire de Andrade, caualeiro de uerdade, un do consello do rei, quese finou eno ando d mil ccccxxxi anos.

Se juntaron primero tres mil hombres en armas en la tierra de los Andrade que derribaron fortalezas y cortaron viñas y huertas de los señores. Luego reunieron un ejército de diez mil con la ayuda de vasallos rebeldes de los obispados de Lugo y de Mondoñedo. La idea que tenían era, sin duda, la generalización de la revuelta antiseñorial empezando por las tierras vecinas. Estaban dirigidos militarmente por el hidalgo Roi Xordo y llevaban como bandera el Pendón de Santiago en prueba de la religiosidad de su causa social. Explica Pérez de Guzmán que “hicieron todos una hermandad y por toda la tierra los llamaban los hermanos y andaban así poderosamente”, respetando a El-Rey, de quien esperaban ayuda y justicia:

“en las rentas del Rey ni contra su justicia no tocaban”. Justamente, Ferrol y Pontedeume lo que más querían era volver a ser villas del rey (realengo). Juan II de Castilla mandó al arzobispo de Santiago, Lope de Mendoza, y al obispo Álvaro de Isorna, futuro arzobispo también, a parlamentar con los Irmandiños. Sin éxito, no obtuvieron de los prelados la renuncia de Nuno Freire al señorío. De esta manera, continuaron su peregrinación armada a Compostela en demanda de un mundo igualitario, sin señores. Dice el cronista: “estaban tan locos… atentaron de entrar en ciudad de Santiago”, capital política y social de Galicia, con la evidente intención de llevar la revuelta al mayor señorío feudal del Reino, con el objetivo de levantar Galicia entera. El arzobispo Mendoza convocó a su experimentado ejército señorial de trescientos hombres a caballo y tres mil infantes, y los derrotó. El cronista, pro-señorial pero sin el cual no sabríamos nada, se ceba con ellos: “como eran gente menuda y de poco esfuerzo acordaron de irse algunos de ellos para el Arzobispo”. Lo que hacen, en realidad, es retirarse hacia sus lugares de origen para continuar en su empeño. Nuno Freire de Andrade logra, con la ayuda del corregidor real Gómez de García de Hoyos, descercar su castillo de Pontedeume rodeado por más de cuatrocientos irmandiños, reprimiendo

El reino de Galicia inició su entrada en la Edad Moderna tras la revuelta de los Irmandiños

duramente a sus derrotados vasallos -de aquí su mote-: “murieron allí algunos de los hermanos y otros fueron presos o enforcados y así se apaciguó este caso de Galicia”. Por poco tiempo.

La Gran revuelta

En diciembre de 1431 y en enero de 1432 un procurador de Ferrol, Pontedeume y A Coruña, Pedro Padrón, lleva la protesta contra los Andrade a la misma corte de Juan II, exigiendo de nuevo que tornaran al señorío real, sinónimo de libertad en la Galicia de aquel entonces. En 1441 lo consiguen por un tiempo en Ferrol y Pontedeume. Después, de manera más permanente en 1464 hasta llegar tres años después al Reino Irmandiño de Galicia, donde los caballeros “que non fazian senon furtar e roubar... ficaron... como o primeiro día que nasceran,

sen terras et sen va[sa]llos” (clérigo Rui Vásquez). La Revuelta Irmandiña de 1431 sirvió, por tanto, de ensayo en las Rías Altas, y zonas de influencia, para la revolución triunfal de 1467. También había contribuido, en el sur de Galicia, la llamada “revuelta de los puertos” en 1451-1452 de las Rías Baixas. Aprendiendo de estas y de otras experiencias, en la primavera de 1467 el levantamiento se hará simultáneo en toda Galicia y llevará el poder, durante dos años, a la Junta General de la Santa Hermandad del Reino. Santiago de Compostela será de las primeras villas en insurreccionarse con el apoyo de otro corregidor real de Enrique IV. Los que guerrearon con el arzobispo en 1431 contra los irmandiños de Roi Xordo echarán ahora de Galicia al arzobispo Fonseca. Así fue como el Reino de Galicia inició su entrada en la Edad Moderna.

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resistiendo el ataque

Recreación de la batalla de Brión

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LA BATALLA DE BRIÓN: RESISTENCIA PARA UNA VICTORIA ESPAÑOLA Cristina Rodríguez PErIoDISTa

Todo el mes de agosto, la asociación Batalla de Brión realiza visitas guiadas al castillo de San Felipe y recreaciones bélicas

La guerra anglo-española que tuvo lugar entre 1796 y 1808 enfrentó a Inglaterra y a España, que contaba con el apoyo francés. Dentro de este conflicto se encuentra la batalla de Brión, uno de los mayores enfrentamientos bélicos llevados a cabo en suelo ferrolano. El 25 de agosto de 1800 las fuerzas británicas enviaron una flota de más de cien barcos a las costas de Ferrol, encaminada a enfrentarse a la doble amenaza que suponía el apoyo de Francia a los españoles. Su destino no era casualidad: el puerto de la ciudad era uno de los puntos estratégicos

de la Península y uno de los lugares más relevantes para la Armada española. A pesar de que existía un cierto estado de abandono, la destrucción de esta fuerza ferrolana dejaría en gran desventaja a España en su contienda contra los enemigos. La llegada de las tropas inglesas coincidió con la fiesta de la onomástica de la reina María Luisa de Parma. Las autoridades portuarias, pendientes de los festejos, restaron importancia al asunto. Eran tiempos de guerra y el tránsito de barcos por estas costas no era de extrañar.

Tras avistar a los ingleses desembarcando en las playas de Doniños y San Jorge, los oficiales españoles reaccionaron y varias tropas tomaron posiciones en Brión y A Graña. Las medidas adoptadas para defender sus tierras contra el intento de conquista inglés son numerosas. Además, los españoles cuentan con la artillería guardada en el castillo de San Felipe y varias lanchas se posicionan para impedir la entrada enemiga a la ría. Una delgada línea de soldados intenta frenar a los invasores, pero su inferioridad numérica les lleva a terminar por refugiarse. Por suerte para ellos cae la noche y los atacantes ceden ante la oscuridad en su intento de conquista. Amanece el día 26 y comienza la segunda jornada de la batalla. Las tropas inglesas avanzan y la balanza parece inclinarse hacia su lado. El ala derecha se dirige al castillo de San Felipe, donde se encuentran una resistencia mayor de la esperada. Se dice que el general Pulteney, al mando, no disponía de ojeadores que le informasen del tamaño de las tropas españolas con exactitud, de modo que esta falta de precisión era la que podía hundir sus planes de conquista. Además, España demostró un gran aguante gracias al apoyo que recibió su ejército. Es esta resistencia la que lleva a los británicos a plantearse la imposibilidad de victoria. Aunque los

Pulteney no disponía de ojeadores que lo informasen del tamaño de las tropas españolas. Esta falta de precisión

Esquema de la batalla en el Museo Naval

podía hundir sus planes de conquista locales eran muchos menos en número, supieron mantenerse. El general Pulteney se convence de que el ataque había perdido por completo su factor sorpresa. Así, optan por retirarse y reembarcar. De esta época son los versos populares que cantaban los ferrolanos tras el abandono enemigo: Castillo de San Felipe prepara tu artillería que se acercan los ingleses por la boca de la ría

La batalla pervive

Casi dos siglos después, en 1999, nació la Asociación Batalla de Brión, con la intención de conmemorar el bicentenario de dicho enfrentamiento. Este grupo, presidido por Esteban Fernández Zorrilla, es miembro

de la Asociación Napoléonica Española, la cual cuenta con alrededor de una treintena de asociaciones de recreadores históricos de toda España. En la actualidad, la Asociación Batalla de Brión consta de doce miembros que se visten con uniformes de época para despedir buques de pasaje, realizar visitas guiadas al castillo de San Felipe durante el mes de agosto y recrear enfrentamientos bélicos pasados. Ellos aseguran que no se disfrazan, se caracterizan, pues todo uniforme militar tiene su razón de ser en contexto de guerra. Su labor no es actuar ante un público, sino representar fielmente la historia. Con réplicas exactas de las armas, forman una fila y disparan al aire kilos de pólvora negra para mantener viva la victoria española en la batalla de Brión.

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Castillo de San Felipe


resistiendo el ataque

Recreación de la batalla de Brión

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LA BATALLA DE BRIÓN: RESISTENCIA PARA UNA VICTORIA ESPAÑOLA Cristina Rodríguez PErIoDISTa

Todo el mes de agosto, la asociación Batalla de Brión realiza visitas guiadas al castillo de San Felipe y recreaciones bélicas

La guerra anglo-española que tuvo lugar entre 1796 y 1808 enfrentó a Inglaterra y a España, que contaba con el apoyo francés. Dentro de este conflicto se encuentra la batalla de Brión, uno de los mayores enfrentamientos bélicos llevados a cabo en suelo ferrolano. El 25 de agosto de 1800 las fuerzas británicas enviaron una flota de más de cien barcos a las costas de Ferrol, encaminada a enfrentarse a la doble amenaza que suponía el apoyo de Francia a los españoles. Su destino no era casualidad: el puerto de la ciudad era uno de los puntos estratégicos

de la Península y uno de los lugares más relevantes para la Armada española. A pesar de que existía un cierto estado de abandono, la destrucción de esta fuerza ferrolana dejaría en gran desventaja a España en su contienda contra los enemigos. La llegada de las tropas inglesas coincidió con la fiesta de la onomástica de la reina María Luisa de Parma. Las autoridades portuarias, pendientes de los festejos, restaron importancia al asunto. Eran tiempos de guerra y el tránsito de barcos por estas costas no era de extrañar.

Tras avistar a los ingleses desembarcando en las playas de Doniños y San Jorge, los oficiales españoles reaccionaron y varias tropas tomaron posiciones en Brión y A Graña. Las medidas adoptadas para defender sus tierras contra el intento de conquista inglés son numerosas. Además, los españoles cuentan con la artillería guardada en el castillo de San Felipe y varias lanchas se posicionan para impedir la entrada enemiga a la ría. Una delgada línea de soldados intenta frenar a los invasores, pero su inferioridad numérica les lleva a terminar por refugiarse. Por suerte para ellos cae la noche y los atacantes ceden ante la oscuridad en su intento de conquista. Amanece el día 26 y comienza la segunda jornada de la batalla. Las tropas inglesas avanzan y la balanza parece inclinarse hacia su lado. El ala derecha se dirige al castillo de San Felipe, donde se encuentran una resistencia mayor de la esperada. Se dice que el general Pulteney, al mando, no disponía de ojeadores que le informasen del tamaño de las tropas españolas con exactitud, de modo que esta falta de precisión era la que podía hundir sus planes de conquista. Además, España demostró un gran aguante gracias al apoyo que recibió su ejército. Es esta resistencia la que lleva a los británicos a plantearse la imposibilidad de victoria. Aunque los

Pulteney no disponía de ojeadores que lo informasen del tamaño de las tropas españolas. Esta falta de precisión

Esquema de la batalla en el Museo Naval

podía hundir sus planes de conquista locales eran muchos menos en número, supieron mantenerse. El general Pulteney se convence de que el ataque había perdido por completo su factor sorpresa. Así, optan por retirarse y reembarcar. De esta época son los versos populares que cantaban los ferrolanos tras el abandono enemigo: Castillo de San Felipe prepara tu artillería que se acercan los ingleses por la boca de la ría

La batalla pervive

Casi dos siglos después, en 1999, nació la Asociación Batalla de Brión, con la intención de conmemorar el bicentenario de dicho enfrentamiento. Este grupo, presidido por Esteban Fernández Zorrilla, es miembro

de la Asociación Napoléonica Española, la cual cuenta con alrededor de una treintena de asociaciones de recreadores históricos de toda España. En la actualidad, la Asociación Batalla de Brión consta de doce miembros que se visten con uniformes de época para despedir buques de pasaje, realizar visitas guiadas al castillo de San Felipe durante el mes de agosto y recrear enfrentamientos bélicos pasados. Ellos aseguran que no se disfrazan, se caracterizan, pues todo uniforme militar tiene su razón de ser en contexto de guerra. Su labor no es actuar ante un público, sino representar fielmente la historia. Con réplicas exactas de las armas, forman una fila y disparan al aire kilos de pólvora negra para mantener viva la victoria española en la batalla de Brión.

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Castillo de San Felipe


Sir John Moore al frente

LA BATALLA DE A CORUÑA DE 1809 Antonio Osende Barallobre VICEPrESIDENTE DE La aSoCIaCIÓN HISTÓrICo-CULTUraL THE roYaL GrEEN JaCKETS

124

La aldea de Elviña fue tomada reiteradas veces por ambos ejércitos Tumba de Sir John Moore en el jardín de San Carlos

En mayo de 1808, Napoleón Bonaparte es prácticamente el dueño de Europa. De todas las naciones enfrentadas a Francia, Gran Bretaña es la más enconada antagonista de la política napoleónica. En España, y como consecuencia del motín de Aranjuez, Carlos IV abdica en favor de su hijo Fernando VII. Tras el traslado de la familia real española a Bayona (Francia), ordenado por Napoleón, se inicia en mayo de ese mismo año la sublevación del

pueblo contra la ocupación francesa y, con ella, la Guerra de la Independencia. Enterados los británicos del levantamiento del pueblo español, no se tarda mucho en firmar una alianza entre ambas naciones. La primera consecuencia de ello fue que, tras el desembarco del cuerpo expedicionario británico en Portugal, el ejército francés del general Junot es derrotado y evacuado de ese país por los propios buques de la Royal Navy.

Finalizada la campaña en Portugal, el general británico Sir John Moore es puesto al frente de 30.000 soldados de infantería y 5.000 de caballería que tendrán como misión actuar en el norte de España, en cooperación con los ejércitos españoles, a fin de expulsar a los franceses de ese reino. John Moore marchará lentamente sobre España con 20.000 hombres, a los que se unirán aproximadamente otros 12.000 más que desembarcarán en A Coruña a las órdenes del teniente general Sir David Baird. Durante toda la retirada y persecución, el mal tiempo se ensañó cruelmente sobre los dos ejércitos antagonistas. Un hiriente viento los acompañó por caminos completamente nevados. La lluvia helada empapaba los más que harapientos uniformes. Las congelaciones y cegueras golpeaban a ambas fuerzas sin distinción y los hombres se derrumban en medio de las sinuosas filas para no volver a levantarse jamás. Las mujeres y niños que acompañan al ejército británico sufren también las mismas privaciones y muerte. El 10 de enero de 1809, la exhausta vanguardia británica entra en A Coruña. Al día siguiente, el cuerpo principal de las tropas de Moore cruza el puente de O Burgo sobre el río Mero, volándolo poco después, dirigiéndose hacia A Coruña a través de los pueblos de Pedralonga y Eirís. Llegado Moore a la ciudad herculina,

la situación se hace crítica. Los buques que repatriarán a su ejército todavía no han llegado a tiempo, retrasados a causa de las malas condiciones meteorológicas. A Moore no le queda más opción que esperar y hacerse fuerte en la ciudad y sus inmediaciones. La población coruñesa acoge con entusiasmo a los británicos, ayudándoles a fortificar la ciudad. Entre los días 14 y 15, las tropas francesas toman posiciones en las alturas de Palavea-Peñasquedo. Mientras, Moore, obligado por la orografía y el tamaño de su ejército, sitúa su línea defensiva en el eje Monte Mero-Elviña-Altos de Santa Margarita, protegiendo así la ciudad y el puerto -única garantía para su embarque-.

Elviña

Sobre las dos de la tarde del 16 de enero de 1809, el mariscal francés Soult, viendo el inicio del embarque de las tropas británicas, decide atacar iniciando el combate con un fuerte despliegue de fuego artillero. Poco después, la batalla se extiende en toda la línea del frente. Desde las posiciones francesas desciende la infantería en tres columnas: la de su derecha, como maniobra de diversión; la central, soportando el peso del ataque dirigido sobre Elviña; y la de la izquierda, como maniobra de envolvimiento sobre el ala derecha británica. La aldea de Elviña es el punto central de la batalla de A Coruña, siendo tomada reitera-

das veces por ambos ejércitos en sangrientos combates a la bayoneta, cuerpo a cuerpo, casa por casa, seto por seto. Finalmente, Elviña es tomada por los británicos que, a pesar del gran número de bajas, se aferran a ella obstinadamente, manteniendo esta posición durante el resto de las cinco horas que duró la batalla. En el fragor de la contienda y después de arengar a los Highlanders del 42º, Moore es derribado de su caballo por una bala de cañón que prácticamente le amputa el brazo izquierdo a la altura del hombro. Inmediatamente es llevado al nº 3 del Cantón Grande, donde horas después fallecería. Mientras tanto, la batalla continúa y el mariscal Soult realiza un ataque por el ala izquierda británica, a través de la aldea de Pedralonga. El ataque es rechazado, estabilizándose definitivamente las posiciones en este sector. Por la extrema derecha británica, y siguiendo el cauce del río Monelos, la caballería francesa trata de envolver la retaguardia inglesa, haciendo entrar en acción la reserva de Paget que rechaza a los galos hasta sus posiciones iniciales. El día llega a su fin y la batalla declina. A las seis de la tarde solo se oyen disparos aislados. La línea británica no ha sido rota por ninguna parte.

Napoleón gana la ciudad

Esa misma noche, aprovechando la oscuridad, la mayor parte de las tropas británicas se retiran del frente y embar-

Placa en el nº3 del Cantón

125 can en los buques que les devolverán a su patria. A las 8 de la mañana, los franceses, conscientes de la situación, ocupan Santa Lucía y poco después emplazan piezas de artillería en Santa Margarita, O Castrillón y O Montiño, desde donde cañonean a la flota y a la ciudad. La brigada Beresford, que cubrió la evacuación de las tropas británicas, embarca por la ensenada de San Amaro en la mañana del día 18. El 19, el general Alcedo, gobernador de la Plaza, rendía esta con honores militares al general Laborde. Tres días más tarde se pone en circulación en la ciudad el papel sellado con la inscripción “Valga para el Reynado (sic) del Sr. D. Josef Napoleón”.


Sir John Moore al frente

LA BATALLA DE A CORUÑA DE 1809 Antonio Osende Barallobre VICEPrESIDENTE DE La aSoCIaCIÓN HISTÓrICo-CULTUraL THE roYaL GrEEN JaCKETS

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La aldea de Elviña fue tomada reiteradas veces por ambos ejércitos Tumba de Sir John Moore en el jardín de San Carlos

En mayo de 1808, Napoleón Bonaparte es prácticamente el dueño de Europa. De todas las naciones enfrentadas a Francia, Gran Bretaña es la más enconada antagonista de la política napoleónica. En España, y como consecuencia del motín de Aranjuez, Carlos IV abdica en favor de su hijo Fernando VII. Tras el traslado de la familia real española a Bayona (Francia), ordenado por Napoleón, se inicia en mayo de ese mismo año la sublevación del

pueblo contra la ocupación francesa y, con ella, la Guerra de la Independencia. Enterados los británicos del levantamiento del pueblo español, no se tarda mucho en firmar una alianza entre ambas naciones. La primera consecuencia de ello fue que, tras el desembarco del cuerpo expedicionario británico en Portugal, el ejército francés del general Junot es derrotado y evacuado de ese país por los propios buques de la Royal Navy.

Finalizada la campaña en Portugal, el general británico Sir John Moore es puesto al frente de 30.000 soldados de infantería y 5.000 de caballería que tendrán como misión actuar en el norte de España, en cooperación con los ejércitos españoles, a fin de expulsar a los franceses de ese reino. John Moore marchará lentamente sobre España con 20.000 hombres, a los que se unirán aproximadamente otros 12.000 más que desembarcarán en A Coruña a las órdenes del teniente general Sir David Baird. Durante toda la retirada y persecución, el mal tiempo se ensañó cruelmente sobre los dos ejércitos antagonistas. Un hiriente viento los acompañó por caminos completamente nevados. La lluvia helada empapaba los más que harapientos uniformes. Las congelaciones y cegueras golpeaban a ambas fuerzas sin distinción y los hombres se derrumban en medio de las sinuosas filas para no volver a levantarse jamás. Las mujeres y niños que acompañan al ejército británico sufren también las mismas privaciones y muerte. El 10 de enero de 1809, la exhausta vanguardia británica entra en A Coruña. Al día siguiente, el cuerpo principal de las tropas de Moore cruza el puente de O Burgo sobre el río Mero, volándolo poco después, dirigiéndose hacia A Coruña a través de los pueblos de Pedralonga y Eirís. Llegado Moore a la ciudad herculina,

la situación se hace crítica. Los buques que repatriarán a su ejército todavía no han llegado a tiempo, retrasados a causa de las malas condiciones meteorológicas. A Moore no le queda más opción que esperar y hacerse fuerte en la ciudad y sus inmediaciones. La población coruñesa acoge con entusiasmo a los británicos, ayudándoles a fortificar la ciudad. Entre los días 14 y 15, las tropas francesas toman posiciones en las alturas de Palavea-Peñasquedo. Mientras, Moore, obligado por la orografía y el tamaño de su ejército, sitúa su línea defensiva en el eje Monte Mero-Elviña-Altos de Santa Margarita, protegiendo así la ciudad y el puerto -única garantía para su embarque-.

Elviña

Sobre las dos de la tarde del 16 de enero de 1809, el mariscal francés Soult, viendo el inicio del embarque de las tropas británicas, decide atacar iniciando el combate con un fuerte despliegue de fuego artillero. Poco después, la batalla se extiende en toda la línea del frente. Desde las posiciones francesas desciende la infantería en tres columnas: la de su derecha, como maniobra de diversión; la central, soportando el peso del ataque dirigido sobre Elviña; y la de la izquierda, como maniobra de envolvimiento sobre el ala derecha británica. La aldea de Elviña es el punto central de la batalla de A Coruña, siendo tomada reitera-

das veces por ambos ejércitos en sangrientos combates a la bayoneta, cuerpo a cuerpo, casa por casa, seto por seto. Finalmente, Elviña es tomada por los británicos que, a pesar del gran número de bajas, se aferran a ella obstinadamente, manteniendo esta posición durante el resto de las cinco horas que duró la batalla. En el fragor de la contienda y después de arengar a los Highlanders del 42º, Moore es derribado de su caballo por una bala de cañón que prácticamente le amputa el brazo izquierdo a la altura del hombro. Inmediatamente es llevado al nº 3 del Cantón Grande, donde horas después fallecería. Mientras tanto, la batalla continúa y el mariscal Soult realiza un ataque por el ala izquierda británica, a través de la aldea de Pedralonga. El ataque es rechazado, estabilizándose definitivamente las posiciones en este sector. Por la extrema derecha británica, y siguiendo el cauce del río Monelos, la caballería francesa trata de envolver la retaguardia inglesa, haciendo entrar en acción la reserva de Paget que rechaza a los galos hasta sus posiciones iniciales. El día llega a su fin y la batalla declina. A las seis de la tarde solo se oyen disparos aislados. La línea británica no ha sido rota por ninguna parte.

Napoleón gana la ciudad

Esa misma noche, aprovechando la oscuridad, la mayor parte de las tropas británicas se retiran del frente y embar-

Placa en el nº3 del Cantón

125 can en los buques que les devolverán a su patria. A las 8 de la mañana, los franceses, conscientes de la situación, ocupan Santa Lucía y poco después emplazan piezas de artillería en Santa Margarita, O Castrillón y O Montiño, desde donde cañonean a la flota y a la ciudad. La brigada Beresford, que cubrió la evacuación de las tropas británicas, embarca por la ensenada de San Amaro en la mañana del día 18. El 19, el general Alcedo, gobernador de la Plaza, rendía esta con honores militares al general Laborde. Tres días más tarde se pone en circulación en la ciudad el papel sellado con la inscripción “Valga para el Reynado (sic) del Sr. D. Josef Napoleón”.


Busto de Sir John Moore en el Jardín de San Carlos

PRIMERA BIOGRAFÍA DEL GENERAL SIR JOHN MOORE Mark Zbigniew Guscin VoCaL DE La aSoCIaCIÓN HISTÓrICo CULTUraL THE roYaL GrEEN JaCKETS Y MIEMBro DEL CoMITÉ orGaNIZaDor DE La BaTaLLa DE a CorUña 1809

126

Nacido en Glasgow (Escocia-Inglaterra) en 1761, el general británico Sir John Moore tomó parte en la Guerra de la Independencia al lado de las tropas españolas y halló la muerte en la famosa batalla de Elviña, librada en las afueras de A Coruña el 16 de enero de 1809. Había sido enviado a España el año 1808 encomendándosele al mando superior del ejército inglés, compuesto por 30.000 hombres. Su misión era colaborar en la expulsión de nuestro territorio a las tropas de Napoleón, que había llegado a Madrid en los primeros días del mes de diciembre de 1808 al tener conocimiento de la presencia de los ingleses en el valle del Duero. Decidió marchar contra él, con 70.000 hombres, llegando a Astorga, a las puertas de Galicia, el 2

de diciembre de 1808. Mas, requerida su presencia en París por graves problemas de Estado, el general francés regresó urgentemente a Francia, dejando programada antes de marchar la ocupación de Galicia y Portugal que encomendó a sus mariscales Soult y Ney. Sir John Moore, que tenía establecido su cuartel general en Salamanca desde septiembre de 1808, al tener información de la llegada a la Península de nuevos contingentes de tropas francesas en cifra muy superior a las suyas y acaudilladas por el propio Napoleón, decidió emprender su retirada hacia Galicia. Durante la misma, el Ejército inglés sufrió más a causa de la inclemencia del tiempo que por los ataques de sus perseguidores. A su llegada a A Coruña el 11 de enero de 1809, Moore fue recibido con gran entu-

siasmo y a pesar de no haber arribado al puerto coruñés la escuadra que había de llevarle a él y a sus tropas a Inglaterra. Los franceses no llegaron a las puertas de la ciudad herculina hasta el 14 de enero, el mismo día que, por fortuna para los ingleses, fondeó su flota en el puerto. La presencia de las naves exarcebó la belicosidad de las tropas francesas dispuestas a impedir el reembarque de los ingleses, que casi estaban en trance de capitulación. Soult se dispuso al asalto definitivo.

Batalla definitiva al alba

Al amanecer del 16 de enero se encontraban frente a frente dos ejércitos que encarnaban dos tendencias opuestas de la política europea, acaudillados por dos colosos del arte de la guerra: el general británico Sir

John Moore y el mariscal francés Juan de Dios Soult. Moore contaba 48 años de edad y desde los 15 prestaba servicios militares. A los 25 ya era general y a los 37 había sido nombrado mayor general. Había peleado en las campañas

de América del Norte, Gibraltar y Córcega, en la India, en Irlanda y en Holanda. Después asistió al sitio de El Cairo, mandó un cuerpo de ejército en Sicilia y con 10.000 hombres partió a prestar ayuda a los suecos contra los franceses, rusos y

Esa misma noche fue conducido el cadáver al baluarte de San Carlos donde, al pie de la muralla, fueron enterrados sus restos mortales

daneses. Pasó a Portugal y entró en España hasta Salamanca donde comenzó la retirada hacia Galicia. Su valor y su pericia le habían dado una inmensa popularidad. Perteneciente a una nación en la que no abundan los militares mimados por la fortuna, poseedor de un brillantísimo historial y en pleno apogeo de su prestancia varonil, su fama había cundido por todos los ámbitos de la Gran Bretaña. Era envidiado por los hombres y admirado por las mujeres y amado, en un relativo secreto y sobre toda ponderación (con arreglo a las normas románticas de la época) por Lady Esther Stanhope, a la sazón de 33 años. Extraña figura femenina, sobrina del célebre estadista William Pitt, estaba dotada de una extraordinaria belleza, de un claro talento y

de una energía y originalidad excepcionales. Contaba el general inglés con un lúcido plantel de capitanes integrado por Sir David Baird, Hope, Fraser, Lord Paget, Hill y Beresford. Y al mando de Soult figuraban héroes de la talla de Meriner, Merle, Delaberde, La Housaye, Lorge y Franceschi.

Ni vencedores ni vencidos

La batalla de Elviña fue muy costosa para ambos bandos contendientes. Alcanzado por una bala de cañón en el hombro izquierdo Sir John Moore hubo de ser retirado de la línea de fuego y evacuado a la ciudad. También fue herido Sir David Baird, por lo que se hizo cargo del mando el general Hope. Fue, en realidad, una contienda sin vencedores ni vencidos pues Soult consiguió

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Busto de Sir John Moore en el Jardín de San Carlos

PRIMERA BIOGRAFÍA DEL GENERAL SIR JOHN MOORE Mark Zbigniew Guscin VoCaL DE La aSoCIaCIÓN HISTÓrICo CULTUraL THE roYaL GrEEN JaCKETS Y MIEMBro DEL CoMITÉ orGaNIZaDor DE La BaTaLLa DE a CorUña 1809

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Nacido en Glasgow (Escocia-Inglaterra) en 1761, el general británico Sir John Moore tomó parte en la Guerra de la Independencia al lado de las tropas españolas y halló la muerte en la famosa batalla de Elviña, librada en las afueras de A Coruña el 16 de enero de 1809. Había sido enviado a España el año 1808 encomendándosele al mando superior del ejército inglés, compuesto por 30.000 hombres. Su misión era colaborar en la expulsión de nuestro territorio a las tropas de Napoleón, que había llegado a Madrid en los primeros días del mes de diciembre de 1808 al tener conocimiento de la presencia de los ingleses en el valle del Duero. Decidió marchar contra él, con 70.000 hombres, llegando a Astorga, a las puertas de Galicia, el 2

de diciembre de 1808. Mas, requerida su presencia en París por graves problemas de Estado, el general francés regresó urgentemente a Francia, dejando programada antes de marchar la ocupación de Galicia y Portugal que encomendó a sus mariscales Soult y Ney. Sir John Moore, que tenía establecido su cuartel general en Salamanca desde septiembre de 1808, al tener información de la llegada a la Península de nuevos contingentes de tropas francesas en cifra muy superior a las suyas y acaudilladas por el propio Napoleón, decidió emprender su retirada hacia Galicia. Durante la misma, el Ejército inglés sufrió más a causa de la inclemencia del tiempo que por los ataques de sus perseguidores. A su llegada a A Coruña el 11 de enero de 1809, Moore fue recibido con gran entu-

siasmo y a pesar de no haber arribado al puerto coruñés la escuadra que había de llevarle a él y a sus tropas a Inglaterra. Los franceses no llegaron a las puertas de la ciudad herculina hasta el 14 de enero, el mismo día que, por fortuna para los ingleses, fondeó su flota en el puerto. La presencia de las naves exarcebó la belicosidad de las tropas francesas dispuestas a impedir el reembarque de los ingleses, que casi estaban en trance de capitulación. Soult se dispuso al asalto definitivo.

Batalla definitiva al alba

Al amanecer del 16 de enero se encontraban frente a frente dos ejércitos que encarnaban dos tendencias opuestas de la política europea, acaudillados por dos colosos del arte de la guerra: el general británico Sir

John Moore y el mariscal francés Juan de Dios Soult. Moore contaba 48 años de edad y desde los 15 prestaba servicios militares. A los 25 ya era general y a los 37 había sido nombrado mayor general. Había peleado en las campañas

de América del Norte, Gibraltar y Córcega, en la India, en Irlanda y en Holanda. Después asistió al sitio de El Cairo, mandó un cuerpo de ejército en Sicilia y con 10.000 hombres partió a prestar ayuda a los suecos contra los franceses, rusos y

Esa misma noche fue conducido el cadáver al baluarte de San Carlos donde, al pie de la muralla, fueron enterrados sus restos mortales

daneses. Pasó a Portugal y entró en España hasta Salamanca donde comenzó la retirada hacia Galicia. Su valor y su pericia le habían dado una inmensa popularidad. Perteneciente a una nación en la que no abundan los militares mimados por la fortuna, poseedor de un brillantísimo historial y en pleno apogeo de su prestancia varonil, su fama había cundido por todos los ámbitos de la Gran Bretaña. Era envidiado por los hombres y admirado por las mujeres y amado, en un relativo secreto y sobre toda ponderación (con arreglo a las normas románticas de la época) por Lady Esther Stanhope, a la sazón de 33 años. Extraña figura femenina, sobrina del célebre estadista William Pitt, estaba dotada de una extraordinaria belleza, de un claro talento y

de una energía y originalidad excepcionales. Contaba el general inglés con un lúcido plantel de capitanes integrado por Sir David Baird, Hope, Fraser, Lord Paget, Hill y Beresford. Y al mando de Soult figuraban héroes de la talla de Meriner, Merle, Delaberde, La Housaye, Lorge y Franceschi.

Ni vencedores ni vencidos

La batalla de Elviña fue muy costosa para ambos bandos contendientes. Alcanzado por una bala de cañón en el hombro izquierdo Sir John Moore hubo de ser retirado de la línea de fuego y evacuado a la ciudad. También fue herido Sir David Baird, por lo que se hizo cargo del mando el general Hope. Fue, en realidad, una contienda sin vencedores ni vencidos pues Soult consiguió

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su propósito de expulsar de la Península un brillante ejército y Moore logró el reembarque del grueso de sus tropas. Las fuerzas de guarnición en A Coruña, una vez embarcados los ingleses, consistían en dos batallones de milicias y un reducido número de paisanos armados. A la doce de la mañana del 18 de enero, Soult envió un emisario a parlamentar con el Gobernador militar, el cual convocó a las autoridades explicándoles la imposibilidad de defenderse. La capitulación fue firmada el 19, aunque los franceses ya habían entrado en la ciudad el día anterior. La ocupación de

la ciudad por las tropas duró aproximadamente seis meses, desde mediados de enero a mediados de junio de 1809. El cuerpo ensangrentado del caudillo inglés, recogido en el campo de combate, había sido conducido a la casa número 3 del Cantón Grande. El general todavía vivió unas horas, pero sobre las diez y media de la noche expiró rodeado de sus consternados ayudantes. Esa misma noche fue conducido el cadáver al baluarte de San Carlos donde, al pie de la muralla, fueron enterrados sus restos mortales. De esta primera sepultura fue posteriormente transportado el héroe a

128

El general inglés murió en el número 3 del Cantón Grande

Placa conmemorativa al pie de la tumba

la que hoy ocupa, por orden del Marqués de la Romana. A esta es a la que se refiere Borrow (Jorgito el inglés) que visitó A Coruña en 1836, con las siguientes palabras: “Es un delicioso paraje y la perspectiva que se abre ante él, extensa”. Tres años después, el general Mazarredo organizó una suscripción pública para arreglar la tumba y hacer el trazado del jardín que en la actualidad la rodea.

Descanso frente al mar

El jardín de San Carlos es, para los coruñeses, un lugar de recogimiento. En este encantador, apacible e histórico rincón coruñés suele reinar un gran silencio solamente atenuado por las risas de los pequeñuelos que juegan por sus carreros, los trinos de los pájaros de sus inmensos árboles y el rumor del mar que se encuentra treinta metros más abajo. En la parte sur del jardín se abre sobre la bahía un estratégico mirador, que nos ofrece una dilatada y hermosa visión de la ciudad y sus lejanías. A ambos lados, dos grandes lápidas reproducen los poemas dedicados a Sir John Moore por el poeta irlandés Charles Wolfe y la gallega Rosalía de Castro. Charles Wolfe solo contaba dieciocho años cuando compuso su famosísima oda “El entierro de Sir John Moore”, una inmortal elegía cuya paternidad ha sido objeto de muy vivas polémicas. He aquí el poema traducido al español, en versión un tanto libre:

No se oyó un tambor ni una nota funeral Cuando aprisa llevamos su cuerpo a la muralla. Sobre la tumba donde depositamos al héroe Ni un soldado disparó salvas en su honor. Lo enterramos en medio de la noche silente Cavando los terrenos con nuestras bayonetas A la luz macilenta de una luna indecisa Y al triste resplandor de una linterna. Ni en una sábana o mortaja lo envolvimos Ni un inútil ataúd encerró su cuerpo Mas parecía como un guerrero que descansa Con su capote militar envuelto. Pocas y breves fueron las preces que rezamos Y de nuestro dolor no dijimos ni una palabra Pero a la faz del muerto miramos muchas veces Pensando amargamente en el mañana. Pensábamos al tiempo de abrir su angosto lecho Y mientras alisábamos su solitaria almohada Que sobre él pisarían enemigos y extraños ¡Y que nosotros estaríamos lejos sobre las olas! Que hablarían del muerto tal vez con ligereza Y le harían reproches sobre sus fríos restos Pero poco ha de importarle si reposar lo dejan En la tumba donde un británico lo ha puesto. Solo mediada esta nuestra ardua tarea Cuando sonó la hora de la retirada A lo lejos se oían cañonazos aislados Que el enemigo terco disparaba. Lenta y tristemente le bajamos Del campo de su fama reciente y ensangrentada a la fosa Ni una línea grabamos, ni una piedra pusimos Le dejamos solo con su gloria.

Un poco como respuesta al poema de Wolfe, nuestra eximia Rosalía compuso una hermosísima poesía titulada “N’a tumba d’o xeneral inglés Sir John Moore morto n’a batalla d’Elviña (Cruña) o 16 de xaneiro de 1809” cuyos últimos versos dicen así:

Cando d’o mar atravesés as ondas ‘Y ó voso hirmán a visitar voyades ‘Poñé n´a tomba o cariñosos oido ‘E si sentís rebuligar as cinzas E s’escoitais indefinibres voces E s’entendés ó qué esas voces digan A y-alma vosa sentirá consolo. ¡el vos dirá qu’arrededor d’o mundo tomba mellor qu’a´qu’atopou n’achaara ‘sinon d’os seus antr’o amorosos abrigo!

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su propósito de expulsar de la Península un brillante ejército y Moore logró el reembarque del grueso de sus tropas. Las fuerzas de guarnición en A Coruña, una vez embarcados los ingleses, consistían en dos batallones de milicias y un reducido número de paisanos armados. A la doce de la mañana del 18 de enero, Soult envió un emisario a parlamentar con el Gobernador militar, el cual convocó a las autoridades explicándoles la imposibilidad de defenderse. La capitulación fue firmada el 19, aunque los franceses ya habían entrado en la ciudad el día anterior. La ocupación de

la ciudad por las tropas duró aproximadamente seis meses, desde mediados de enero a mediados de junio de 1809. El cuerpo ensangrentado del caudillo inglés, recogido en el campo de combate, había sido conducido a la casa número 3 del Cantón Grande. El general todavía vivió unas horas, pero sobre las diez y media de la noche expiró rodeado de sus consternados ayudantes. Esa misma noche fue conducido el cadáver al baluarte de San Carlos donde, al pie de la muralla, fueron enterrados sus restos mortales. De esta primera sepultura fue posteriormente transportado el héroe a

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El general inglés murió en el número 3 del Cantón Grande

Placa conmemorativa al pie de la tumba

la que hoy ocupa, por orden del Marqués de la Romana. A esta es a la que se refiere Borrow (Jorgito el inglés) que visitó A Coruña en 1836, con las siguientes palabras: “Es un delicioso paraje y la perspectiva que se abre ante él, extensa”. Tres años después, el general Mazarredo organizó una suscripción pública para arreglar la tumba y hacer el trazado del jardín que en la actualidad la rodea.

Descanso frente al mar

El jardín de San Carlos es, para los coruñeses, un lugar de recogimiento. En este encantador, apacible e histórico rincón coruñés suele reinar un gran silencio solamente atenuado por las risas de los pequeñuelos que juegan por sus carreros, los trinos de los pájaros de sus inmensos árboles y el rumor del mar que se encuentra treinta metros más abajo. En la parte sur del jardín se abre sobre la bahía un estratégico mirador, que nos ofrece una dilatada y hermosa visión de la ciudad y sus lejanías. A ambos lados, dos grandes lápidas reproducen los poemas dedicados a Sir John Moore por el poeta irlandés Charles Wolfe y la gallega Rosalía de Castro. Charles Wolfe solo contaba dieciocho años cuando compuso su famosísima oda “El entierro de Sir John Moore”, una inmortal elegía cuya paternidad ha sido objeto de muy vivas polémicas. He aquí el poema traducido al español, en versión un tanto libre:

No se oyó un tambor ni una nota funeral Cuando aprisa llevamos su cuerpo a la muralla. Sobre la tumba donde depositamos al héroe Ni un soldado disparó salvas en su honor. Lo enterramos en medio de la noche silente Cavando los terrenos con nuestras bayonetas A la luz macilenta de una luna indecisa Y al triste resplandor de una linterna. Ni en una sábana o mortaja lo envolvimos Ni un inútil ataúd encerró su cuerpo Mas parecía como un guerrero que descansa Con su capote militar envuelto. Pocas y breves fueron las preces que rezamos Y de nuestro dolor no dijimos ni una palabra Pero a la faz del muerto miramos muchas veces Pensando amargamente en el mañana. Pensábamos al tiempo de abrir su angosto lecho Y mientras alisábamos su solitaria almohada Que sobre él pisarían enemigos y extraños ¡Y que nosotros estaríamos lejos sobre las olas! Que hablarían del muerto tal vez con ligereza Y le harían reproches sobre sus fríos restos Pero poco ha de importarle si reposar lo dejan En la tumba donde un británico lo ha puesto. Solo mediada esta nuestra ardua tarea Cuando sonó la hora de la retirada A lo lejos se oían cañonazos aislados Que el enemigo terco disparaba. Lenta y tristemente le bajamos Del campo de su fama reciente y ensangrentada a la fosa Ni una línea grabamos, ni una piedra pusimos Le dejamos solo con su gloria.

Un poco como respuesta al poema de Wolfe, nuestra eximia Rosalía compuso una hermosísima poesía titulada “N’a tumba d’o xeneral inglés Sir John Moore morto n’a batalla d’Elviña (Cruña) o 16 de xaneiro de 1809” cuyos últimos versos dicen así:

Cando d’o mar atravesés as ondas ‘Y ó voso hirmán a visitar voyades ‘Poñé n´a tomba o cariñosos oido ‘E si sentís rebuligar as cinzas E s’escoitais indefinibres voces E s’entendés ó qué esas voces digan A y-alma vosa sentirá consolo. ¡el vos dirá qu’arrededor d’o mundo tomba mellor qu’a´qu’atopou n’achaara ‘sinon d’os seus antr’o amorosos abrigo!

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HISTORIA DE LOS ROYAL GREEN JACKETS

La conmemoración de la batalla de A Coruña de 1809 tiene lugar la semana del 16 de enero de cada año

Manuel Santiago Arenas Roca PrESIDENTE DE La aSoCIaCIÓN HISTÓrICo-CULTUraL THE roYaL GrEEN JaCKETS

Fundada el 16 de enero de 1996, la Asociación Histórico-Cultural The Royal Green Jackets tiene como primer objetivo la Historia. Este nace por nuestra afición por temas diversos como los trabajos de investigación, la adquisición de documentos, objetos y obras relacionadas con la historia de Galicia, el asesoramiento sobre temas históricos a instituciones, organismos y fundaciones, las recreaciones históricas, el coleccionismo, las armas antiguas, los buques de guerra o

aviones, los ciclos de cine histórico y bélico, las exposiciones y un largo etcétera. Una de nuestras actividades es la celebración anual –la semana del día 16 de cada enerode los actos conmemorativos de la batalla de A Coruña de 1809 y de la muerte del general Sir John Moore. Durante esos días realizamos conferencias con ilustres historiadores, ofrendas en los distintos monumentos conmemorativos y una pequeña recreación con asociaciones

napoleónicas en la plaza de María Pita y el Museo Militar.

recreaciones

Una actividad fundamental para nosotros es la recuperación y difusión de hechos históricos relevantes de nuestra ciudad y de Galicia. En este sentido, en enero de 1998 presentamos el grupo de recreación del 4º Regimiento del Real Cuerpo de Artillería del Rey Carlos IV. Esta sección es fiel reproducción de ese cuerpo de artilleros que, confor-

me a la ordenanza aprobada el 22 de julio de 1802, tomó el nombre de la ciudad en la que estableció su plaza mayor: A Coruña. En la actualidad, la sección está formada por dos oficiales, dos suboficiales, ocho artilleros a pie, seis artilleros a caballo, dos músicos y cuatro cantineras y aguadoras. La uniformidad, atendiendo a las indicaciones del estado militar de España de 1808, es la siguiente: casaca, chaleco y calzón azul turquí; polainas negras; vueltas, cuello, forro y vivos encarnados; dobles carteras verticales en faldones, la vuelta abierta y con portezuela azul; bicornio ne-

Una actividad de la asociación es la difusión y recuperación de hechos históricos relevantes de a Coruña y de Galicia

gro, con escarapela granate; penacho de color rojo, y una bomba a cada lado del cuello. Los correajes son blancos y los artilleros van armados con mosquetes largos y tercerolas cortas, bayoneta y sable corto. Se dispone también de tres piezas artilleras, fieles reproducciones de las de la época, de cuatro libras. Todas nuestras armas están en perfecto estado de revista y, por supuesto, listas para hacer fuego, como hacemos en todas nuestras representaciones. De hecho, uno de los fines de nuestra sección de artillería es acudir a todas las recreaciones de batallas, tanto en España como en el extranjero. Por ejemplo, la asociación ha participado en distintos actos como algunos aniversarios de la batalla de A Coruña y muerte de Sir John Moore, varias conmemoraciones del 2 de mayo en A Coruña, Ferrol y Astorga, el alzamiento de A Coruña contra Napoleón, la inauguración del obelisco Millenium de la ciudad en el año 2000, la recreación de la batalla de Brión ese mismo año, la batalla de El Bruch en Cataluña y de Medina de Rioseco en 2002 así como, en ese año, en el aniversario de la batalla de Toulousse y Saint-Lys (Francia). En esas celebraciones contamos con la presencia de grupos de la Asociación Napoleónica británica, Corunna Society, Asociación Histórico Rusa y La Grande Armée, que, año tras año, vienen a rendir

El rigor histórico se respeta en armas y uniformes

honores a los caídos en la batalla de A Coruña y a su admirado militar, también nuestro, Sir John Moore.

Galardones

Concedemos todos los años la medalla de oro general Sir John Moore, que ya va en su 15ª edición. Con esta distinción, los Royal Green Jackets reconocemos a cada premiado su intensa labor en la recuperación y difusión de la historia de la ciudad de A Coruña y de Galicia. El galardón consiste en una medalla de plata, bañada en oro, que en su anverso recoge el

busto del general y, en el reverso, el escudo de nuestra asociación. También se entrega el correspondiente certificado de la medalla civil y un diploma acreditativo enmarcado. Es costumbre efectuar el acto protocolario de la entrega del galardón durante el transcurso de la cena de gala anual, que tradicionalmente tiene lugar el último viernes de noviembre. Otra actividad de carácter anual es la concesión, en enero, de la medalla de oro de la batalla de A Coruña 1809, en colaboración con el Ayuntamiento de la ciudad.

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HISTORIA DE LOS ROYAL GREEN JACKETS

La conmemoración de la batalla de A Coruña de 1809 tiene lugar la semana del 16 de enero de cada año

Manuel Santiago Arenas Roca PrESIDENTE DE La aSoCIaCIÓN HISTÓrICo-CULTUraL THE roYaL GrEEN JaCKETS

Fundada el 16 de enero de 1996, la Asociación Histórico-Cultural The Royal Green Jackets tiene como primer objetivo la Historia. Este nace por nuestra afición por temas diversos como los trabajos de investigación, la adquisición de documentos, objetos y obras relacionadas con la historia de Galicia, el asesoramiento sobre temas históricos a instituciones, organismos y fundaciones, las recreaciones históricas, el coleccionismo, las armas antiguas, los buques de guerra o

aviones, los ciclos de cine histórico y bélico, las exposiciones y un largo etcétera. Una de nuestras actividades es la celebración anual –la semana del día 16 de cada enerode los actos conmemorativos de la batalla de A Coruña de 1809 y de la muerte del general Sir John Moore. Durante esos días realizamos conferencias con ilustres historiadores, ofrendas en los distintos monumentos conmemorativos y una pequeña recreación con asociaciones

napoleónicas en la plaza de María Pita y el Museo Militar.

recreaciones

Una actividad fundamental para nosotros es la recuperación y difusión de hechos históricos relevantes de nuestra ciudad y de Galicia. En este sentido, en enero de 1998 presentamos el grupo de recreación del 4º Regimiento del Real Cuerpo de Artillería del Rey Carlos IV. Esta sección es fiel reproducción de ese cuerpo de artilleros que, confor-

me a la ordenanza aprobada el 22 de julio de 1802, tomó el nombre de la ciudad en la que estableció su plaza mayor: A Coruña. En la actualidad, la sección está formada por dos oficiales, dos suboficiales, ocho artilleros a pie, seis artilleros a caballo, dos músicos y cuatro cantineras y aguadoras. La uniformidad, atendiendo a las indicaciones del estado militar de España de 1808, es la siguiente: casaca, chaleco y calzón azul turquí; polainas negras; vueltas, cuello, forro y vivos encarnados; dobles carteras verticales en faldones, la vuelta abierta y con portezuela azul; bicornio ne-

Una actividad de la asociación es la difusión y recuperación de hechos históricos relevantes de a Coruña y de Galicia

gro, con escarapela granate; penacho de color rojo, y una bomba a cada lado del cuello. Los correajes son blancos y los artilleros van armados con mosquetes largos y tercerolas cortas, bayoneta y sable corto. Se dispone también de tres piezas artilleras, fieles reproducciones de las de la época, de cuatro libras. Todas nuestras armas están en perfecto estado de revista y, por supuesto, listas para hacer fuego, como hacemos en todas nuestras representaciones. De hecho, uno de los fines de nuestra sección de artillería es acudir a todas las recreaciones de batallas, tanto en España como en el extranjero. Por ejemplo, la asociación ha participado en distintos actos como algunos aniversarios de la batalla de A Coruña y muerte de Sir John Moore, varias conmemoraciones del 2 de mayo en A Coruña, Ferrol y Astorga, el alzamiento de A Coruña contra Napoleón, la inauguración del obelisco Millenium de la ciudad en el año 2000, la recreación de la batalla de Brión ese mismo año, la batalla de El Bruch en Cataluña y de Medina de Rioseco en 2002 así como, en ese año, en el aniversario de la batalla de Toulousse y Saint-Lys (Francia). En esas celebraciones contamos con la presencia de grupos de la Asociación Napoleónica británica, Corunna Society, Asociación Histórico Rusa y La Grande Armée, que, año tras año, vienen a rendir

El rigor histórico se respeta en armas y uniformes

honores a los caídos en la batalla de A Coruña y a su admirado militar, también nuestro, Sir John Moore.

Galardones

Concedemos todos los años la medalla de oro general Sir John Moore, que ya va en su 15ª edición. Con esta distinción, los Royal Green Jackets reconocemos a cada premiado su intensa labor en la recuperación y difusión de la historia de la ciudad de A Coruña y de Galicia. El galardón consiste en una medalla de plata, bañada en oro, que en su anverso recoge el

busto del general y, en el reverso, el escudo de nuestra asociación. También se entrega el correspondiente certificado de la medalla civil y un diploma acreditativo enmarcado. Es costumbre efectuar el acto protocolario de la entrega del galardón durante el transcurso de la cena de gala anual, que tradicionalmente tiene lugar el último viernes de noviembre. Otra actividad de carácter anual es la concesión, en enero, de la medalla de oro de la batalla de A Coruña 1809, en colaboración con el Ayuntamiento de la ciudad.

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Solo en el Año Santo de 1434 desembarcaron casi 3.000 peregrinos ingleses, a los que falta sumar los procedentes del resto de Europa. Las naves utilizadas en este tráfico combinaban el transporte de mercancías con el tránsito de peregrinos, admitidos en los espacios libres entre el cargamento.

NAUFRAGIOS EN EL CAMINO Miguel San Claudio Santa Cruz arQUEÓLoGo SUBaCUÁTICo

132

Como reafirmación de la importancia que para el ciclo compostelano tiene el mar, su inicio descansa en la traslatio del cuerpo del Apóstol desde Palestina. Su llegada a Padrón pone el mar por primera vez en el centro del relato compostelano. El mar ha sido la más rápida, económica, segura y cómoda vía de comunicación de todos los tiempos. Situada en una de las periferias de Europa, lejos de los más importantes focos culturales europeos, Galicia está inmersa en la más importante vía de intercambio que ha conocido la humanidad y que discurre por sus aguas. La costa gallega se encuentra a menos de cinco días de navegación de los puertos de los “finisterres” gemelos de Bretaña y Cornualles. La misma ruta por vía terrestre ocuparía varios meses de camino. No es extraño que el mar Cantábrico se configure como una especie de Mediterráneo con múltiples relaciones e influencias desde la Prehistoria.

Peregrinación por mar

Para un peregrinaje a Santiago de Compostela, desde cualquier punto en las inmediaciones de la fachada atlántica europea, la peregrinación marítima -que a lo sumo consumía varias semanas-

La vía marítima, aunque barata y rápida, debía afrontar riesgos exagerados

Cerca de la tierra

Puerto deportivo de A Coruña

era una opción muy atractiva. La situación de Galicia adentrándose en el Atlántico, yugulando esa ruta marítima, propició además la escala de naves en singladura entre el norte de Europa y el Mediterráneo, y viceversa. Sus tripulaciones, a menudo, se detenían en Santiago para cumplir con la peregrinación. Ejemplo son las expediciones de cruzados a Tierra Santa, que en varias ocasiones aprovecharon para desplazarse a Santiago y encomendarse al Apóstol antes de proseguir su ruta. Entre ellas destaca la que llegó al puerto coru-

ñés en 1217, compuesta por 350 navíos de cruzados alemanes, ingleses, frisones, noruegos y flamencos. Frente al azaroso viaje por vía terrestre, la navegación a Galicia ofrecía todas las comodidades que el peregrino pudiera costearse, siendo en todo caso más económica que el trayecto caminero. Los pasajeros tenían derecho a bordo a preparar sus alojamientos, que en el caso de los más pudientes podían incluir espacios delimitados, además de su propia alimentación y abastecimiento.

Una navegación afortunada ofrecería al peregrino la oportunidad de afrontar únicamente sus miedos ante un medio no habitual para él. De ahí la contradicción en algunos relatos, en los que se mezcla el miedo a lo desconocido del viajero con la evidencia de navegar en buques tripulados por hombres que realizan ese trayecto de forma rutinaria. La ruta marítima experimentó un importante auge durante la Edad Media. Desde los puertos del Báltico y el Atlántico norte arribaron infinidad de escan-

dinavos, flamencos, frisones, franceses y sobre todo, en una asombrosa cantidad, irlandeses e ingleses. Multitud de peregrinos eligieron esta vía de comunicación, más rápida y económica que los largos caminos de tierra, para llegar a Santiago. Mucho más en momentos de guerra, cuando el tránsito multiplicaba los peligros inherentes a las condiciones climáticas, epidemias, o la actuación de bandidos y asaltantes. Ribadeo, A Coruña, Ferrol, Fisterra, Muros y Noia verán recalar las naves que transpor-

tan a estos viajeros antes de alcanzar la tumba del Apóstol. El puerto coruñés, por cercanía y facilidad de acceso a las rutas marítimas, su desarrollo en el comercio internacional, y la seguridad jurídica de ser ciudad de realengo, era el principal puerto de desembarco de peregrinos. La erección de una iglesia bajo la advocación del apóstol Santiago y otra dedicada a San Jorge, de referencia para los peregrinos procedentes de Inglaterra, no debe ser ajena a la importancia del tránsito jacobeo.

En los naufragios está casi siempre presente la proximidad de la tierra. Son muy raros los hundimientos producidos por la climatología, los incendios, las colisiones, la pérdida de estabilidad o el ataque de otras naves. Los hundimientos se concentrarán en los puertos de recalada, allí donde las naves se acercan más a tierra. La actuación bélica y delictiva, de difusa delimitación en la época, raramente proveía la destrucción de las naves. No hemos recogido ningún naufragio entre los numerosos asaltos y ataques de piratas o corsarios contra el tráfico mercante en la zona. Los barcos y su cargamento se respetaban por el beneficio económico. Entre los naufragios producidos en Galicia, no disponemos de muchas noticias acerca de aquellos que sufrían las naves destinadas a la peregrinación. No obstante, podemos considerar la pérdida de varios buques en época medieval que, con muy alta probabilidad, transportaran -además de su carga- peregrinos a Santiago. Una nave procedente de Francia con un cargamento de

textiles, naufragó en la jurisdicción del puerto de A Coruña en 1393. Es probable que transportara peregrinos. Los buques aprovechaban el tráfico de mercancías para incluirlos en el pasaje. Un ejemplo lo tenemos en lo acontecido a Maurice Arnaud, maestre de un navío bretón cargado de trigo fondeado en el puerto de coruñés. Este hombre firma una petición para ser puesto en libertad, tras ser acusado de piratería, por tener a bordo de su buque 90 personas entre tripulantes y peregrinos. No solo el puerto coruñés era destinatario de este tráfico. Así, un buque irlandés embarrancado en Fisterra en 1445 sitúa un destino alternativo. En 1466 naufraga en el mismo lugar un buque inglés que, este sí, consta que transportaba peregrinos. Un año después, en 1467, Galicia vio cobrar de nuevo ese peaje de naufragios con la pérdida de la nave genovesa Bozolla, proveniente de Inglaterra y que transportaba una valiosa carga de paños. Uno de los viajeros nos narra su fortuna al sobrevivir a un siniestro en el pereció su capitán y más de 64 personas. La vía marítima, aunque barata y rápida, debía afrontar riesgos casi siempre exagerados. Las dificultades de esta forma de comunicación superaban a sus ventajas, con lo que su uso estuvo en activo hasta el siglo XVI que, con las guerras de religión, decayó casi totalmente.

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Solo en el Año Santo de 1434 desembarcaron casi 3.000 peregrinos ingleses, a los que falta sumar los procedentes del resto de Europa. Las naves utilizadas en este tráfico combinaban el transporte de mercancías con el tránsito de peregrinos, admitidos en los espacios libres entre el cargamento.

NAUFRAGIOS EN EL CAMINO Miguel San Claudio Santa Cruz arQUEÓLoGo SUBaCUÁTICo

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Como reafirmación de la importancia que para el ciclo compostelano tiene el mar, su inicio descansa en la traslatio del cuerpo del Apóstol desde Palestina. Su llegada a Padrón pone el mar por primera vez en el centro del relato compostelano. El mar ha sido la más rápida, económica, segura y cómoda vía de comunicación de todos los tiempos. Situada en una de las periferias de Europa, lejos de los más importantes focos culturales europeos, Galicia está inmersa en la más importante vía de intercambio que ha conocido la humanidad y que discurre por sus aguas. La costa gallega se encuentra a menos de cinco días de navegación de los puertos de los “finisterres” gemelos de Bretaña y Cornualles. La misma ruta por vía terrestre ocuparía varios meses de camino. No es extraño que el mar Cantábrico se configure como una especie de Mediterráneo con múltiples relaciones e influencias desde la Prehistoria.

Peregrinación por mar

Para un peregrinaje a Santiago de Compostela, desde cualquier punto en las inmediaciones de la fachada atlántica europea, la peregrinación marítima -que a lo sumo consumía varias semanas-

La vía marítima, aunque barata y rápida, debía afrontar riesgos exagerados

Cerca de la tierra

Puerto deportivo de A Coruña

era una opción muy atractiva. La situación de Galicia adentrándose en el Atlántico, yugulando esa ruta marítima, propició además la escala de naves en singladura entre el norte de Europa y el Mediterráneo, y viceversa. Sus tripulaciones, a menudo, se detenían en Santiago para cumplir con la peregrinación. Ejemplo son las expediciones de cruzados a Tierra Santa, que en varias ocasiones aprovecharon para desplazarse a Santiago y encomendarse al Apóstol antes de proseguir su ruta. Entre ellas destaca la que llegó al puerto coru-

ñés en 1217, compuesta por 350 navíos de cruzados alemanes, ingleses, frisones, noruegos y flamencos. Frente al azaroso viaje por vía terrestre, la navegación a Galicia ofrecía todas las comodidades que el peregrino pudiera costearse, siendo en todo caso más económica que el trayecto caminero. Los pasajeros tenían derecho a bordo a preparar sus alojamientos, que en el caso de los más pudientes podían incluir espacios delimitados, además de su propia alimentación y abastecimiento.

Una navegación afortunada ofrecería al peregrino la oportunidad de afrontar únicamente sus miedos ante un medio no habitual para él. De ahí la contradicción en algunos relatos, en los que se mezcla el miedo a lo desconocido del viajero con la evidencia de navegar en buques tripulados por hombres que realizan ese trayecto de forma rutinaria. La ruta marítima experimentó un importante auge durante la Edad Media. Desde los puertos del Báltico y el Atlántico norte arribaron infinidad de escan-

dinavos, flamencos, frisones, franceses y sobre todo, en una asombrosa cantidad, irlandeses e ingleses. Multitud de peregrinos eligieron esta vía de comunicación, más rápida y económica que los largos caminos de tierra, para llegar a Santiago. Mucho más en momentos de guerra, cuando el tránsito multiplicaba los peligros inherentes a las condiciones climáticas, epidemias, o la actuación de bandidos y asaltantes. Ribadeo, A Coruña, Ferrol, Fisterra, Muros y Noia verán recalar las naves que transpor-

tan a estos viajeros antes de alcanzar la tumba del Apóstol. El puerto coruñés, por cercanía y facilidad de acceso a las rutas marítimas, su desarrollo en el comercio internacional, y la seguridad jurídica de ser ciudad de realengo, era el principal puerto de desembarco de peregrinos. La erección de una iglesia bajo la advocación del apóstol Santiago y otra dedicada a San Jorge, de referencia para los peregrinos procedentes de Inglaterra, no debe ser ajena a la importancia del tránsito jacobeo.

En los naufragios está casi siempre presente la proximidad de la tierra. Son muy raros los hundimientos producidos por la climatología, los incendios, las colisiones, la pérdida de estabilidad o el ataque de otras naves. Los hundimientos se concentrarán en los puertos de recalada, allí donde las naves se acercan más a tierra. La actuación bélica y delictiva, de difusa delimitación en la época, raramente proveía la destrucción de las naves. No hemos recogido ningún naufragio entre los numerosos asaltos y ataques de piratas o corsarios contra el tráfico mercante en la zona. Los barcos y su cargamento se respetaban por el beneficio económico. Entre los naufragios producidos en Galicia, no disponemos de muchas noticias acerca de aquellos que sufrían las naves destinadas a la peregrinación. No obstante, podemos considerar la pérdida de varios buques en época medieval que, con muy alta probabilidad, transportaran -además de su carga- peregrinos a Santiago. Una nave procedente de Francia con un cargamento de

textiles, naufragó en la jurisdicción del puerto de A Coruña en 1393. Es probable que transportara peregrinos. Los buques aprovechaban el tráfico de mercancías para incluirlos en el pasaje. Un ejemplo lo tenemos en lo acontecido a Maurice Arnaud, maestre de un navío bretón cargado de trigo fondeado en el puerto de coruñés. Este hombre firma una petición para ser puesto en libertad, tras ser acusado de piratería, por tener a bordo de su buque 90 personas entre tripulantes y peregrinos. No solo el puerto coruñés era destinatario de este tráfico. Así, un buque irlandés embarrancado en Fisterra en 1445 sitúa un destino alternativo. En 1466 naufraga en el mismo lugar un buque inglés que, este sí, consta que transportaba peregrinos. Un año después, en 1467, Galicia vio cobrar de nuevo ese peaje de naufragios con la pérdida de la nave genovesa Bozolla, proveniente de Inglaterra y que transportaba una valiosa carga de paños. Uno de los viajeros nos narra su fortuna al sobrevivir a un siniestro en el pereció su capitán y más de 64 personas. La vía marítima, aunque barata y rápida, debía afrontar riesgos casi siempre exagerados. Las dificultades de esta forma de comunicación superaban a sus ventajas, con lo que su uso estuvo en activo hasta el siglo XVI que, con las guerras de religión, decayó casi totalmente.

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PICASSO EN A CORUÑA: EL ORIGEN DE UN GENIO

Casa-Museo Picasso en la calle Payo Gómez, 16

134

Rubén Ventureira

Elena Pardo

PErIoDISTa

ProFESora DE arTES PLÁSTICaS Y DISEño EN La EaSD PaBLo PICaSSo DE a CorUña

En 1946 Picasso disfruta en Golfe-Juan del que después se dio en llamar “el año de la alegría de vivir”. Vive en la Riviera Francesa su particular verano del amor con Françoise Gilot. Está feliz, radiante, enamorado. Plasma su pletórico estado vital en una serie de piezas protagonizadas por faunos, esos seres alegres, lúbricos y caprichosos con los que se identifica. El 2 de septiembre de 1946 firma una Cabeza de fauno que hoy día es una de las estrellas de la magnífica colección del Museo Picasso de Antibes. En Barcelona, en el museo que lleva el nombre del pintor, se conserva un dibujo que realizó en 1894 en la Escuela Provincial de Bellas Artes de A Coruña. Aunque las separan cincuenta y dos años, es imposible no relacionar una pieza con otra: son dos cabezas apoyadas en una estantería. Uno es un dibujo académico

de un adolescente con grandes dotes; el otro, un óleo de un maestro consagrado. A Coruña marcó a Picasso, como todo hombre es marcado por su infancia y adolescencia. La huella no solo se siente en los dibujos y óleos que realizó en A Coruña, ricos en costumbrismo y paisajes gallegos. Alcanza sin duda a su obra posterior. Temas clásicos del genio andaluz como la guerra, el hombre con cordero, el Quijote, el interés por los personajes maltratados por la vida o por las mujeres sentadas y descalzas, y los ya citados faunos son abordados por el malagueño por primera vez en A Coruña. En el caso de algunos otros elementos recurrentes en su obra, como los toros o las palomas, ya los había tocado en su Málaga natal, pero es en Galicia donde profundiza en ellos. Fue un período no demasiado extenso, pero sin duda tremendamente fructífero.

Instituto Eusebio da Guarda, en la coruñesa plaza de Pontevedra, en donde Picasso estudió casi cuatro años

La huella no solo se siente en los dibujos y óleos que realizó en a Coruña, ricos en costumbrismo y paisajes gallegos

Picasso llega a A Coruña en octubre de 1891. Lo hace en compañía de sus hermanas Lola y Conchita y de sus padres María y José, quien había obtenido plaza como profesor en la Escuela Provincial de Bellas Artes da Coruña. Se instalan en el nuevo ensanche de la ciudad, en una casa situada en Payo Gómez, 14. Enfrente vive el considerado “amo” de la ciudad, Ramón Pérez Costales, médico popularísimo, culto y efímero ministro en la época de la I República. Será el galeno su primer mecenas, y el que iniciará a Pablo en los valores republicanos y despertará su conciencia política, también azuzada por el potente movimiento anarquista existente en la ciudad.

De niño a artista

Recién llegado, Picasso estudia en el instituto, hoy y ayer, Eusebio da Guarda. Al curso siguiente, se inicia en la Escuela de Be-

llas Artes, situada en el mismo edificio pagado por el benefactor coruñés. Mientras que en sus tres cursos en el instituto obtiene malas calificaciones, en la Escuela es uno de los alumnos más brillantes. Se conservan bastantes de aquellos trabajos académicos que le valieron sobresalientes. Además, sale al paisaje a dibujar y lo plasma en dos extraordinarios cuadernos que hoy custodia el barcelonés Museu Picasso. En 1895, último año de su estancia en la ciudad, se producen tres hechos cruciales: muere de difteria su hermana Conchita; expone en dos ocasiones en la calle Real (en febrero y en marzo), lo que le vale proféticas alabanzas de la crítica en los periódicos locales, y realiza las consideradas sus primeras obras maestras, como La muchacha de los pies descalzos o Retrato de viejo. Su padre pide el traslado a la Escuela de Barcelona y Picasso abandona A Coruña en abril de 1895. Llegó un niño, se va un artista.

Los rincones de Picasso

Hoy es posible seguir los pasos de Pablo por A Coruña. Se puede respirar el ambiente académico del edificio en el que estudió y realizó algunas de sus primeras obras mayores, el Eusebio da Guarda, hoy solo instituto. Otros rincones “picassianos” son el cementerio de San Amaro, donde fue enterrada su hermana Conchita; la plaza de Pontevedra, las playas del Orzán y Riazor o el monte de Santa Margarita, escenarios de sus juegos infantiles; la Torre

de Hércules, a la que rebautizó como “torre de caramelo”, que pintó y dibujó; el teatro Rosalía, donde asistió a representaciones, o el local comercial donde expuso por primera vez, en el número 20 de la calle Real, antaño una mueblería y hoy reconvertido en zapatería. El punto estrella de la ruta es la casa de Payo Gómez, en la que el Ayuntamiento ha recreado una vivienda del siglo XIX, de la que cuelgan reproducciones de algunas de las obras coruñesas del malagueño. Recientemente, se ha incorporado a la musealización un cuadro original del padre, Palomar, en el que don José pintó nueve palomas y, según la leyenda, Picasso los nueve pares de patitas de las aves. Una espectacular escalera da acceso a la vivienda. Es por la que el niño pintor comenzó su escalada hacia la gloria, pues fue A Coruña el origen del genio, el lugar de su nacimiento artístico.

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PICASSO EN A CORUÑA: EL ORIGEN DE UN GENIO

Casa-Museo Picasso en la calle Payo Gómez, 16

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Rubén Ventureira

Elena Pardo

PErIoDISTa

ProFESora DE arTES PLÁSTICaS Y DISEño EN La EaSD PaBLo PICaSSo DE a CorUña

En 1946 Picasso disfruta en Golfe-Juan del que después se dio en llamar “el año de la alegría de vivir”. Vive en la Riviera Francesa su particular verano del amor con Françoise Gilot. Está feliz, radiante, enamorado. Plasma su pletórico estado vital en una serie de piezas protagonizadas por faunos, esos seres alegres, lúbricos y caprichosos con los que se identifica. El 2 de septiembre de 1946 firma una Cabeza de fauno que hoy día es una de las estrellas de la magnífica colección del Museo Picasso de Antibes. En Barcelona, en el museo que lleva el nombre del pintor, se conserva un dibujo que realizó en 1894 en la Escuela Provincial de Bellas Artes de A Coruña. Aunque las separan cincuenta y dos años, es imposible no relacionar una pieza con otra: son dos cabezas apoyadas en una estantería. Uno es un dibujo académico

de un adolescente con grandes dotes; el otro, un óleo de un maestro consagrado. A Coruña marcó a Picasso, como todo hombre es marcado por su infancia y adolescencia. La huella no solo se siente en los dibujos y óleos que realizó en A Coruña, ricos en costumbrismo y paisajes gallegos. Alcanza sin duda a su obra posterior. Temas clásicos del genio andaluz como la guerra, el hombre con cordero, el Quijote, el interés por los personajes maltratados por la vida o por las mujeres sentadas y descalzas, y los ya citados faunos son abordados por el malagueño por primera vez en A Coruña. En el caso de algunos otros elementos recurrentes en su obra, como los toros o las palomas, ya los había tocado en su Málaga natal, pero es en Galicia donde profundiza en ellos. Fue un período no demasiado extenso, pero sin duda tremendamente fructífero.

Instituto Eusebio da Guarda, en la coruñesa plaza de Pontevedra, en donde Picasso estudió casi cuatro años

La huella no solo se siente en los dibujos y óleos que realizó en a Coruña, ricos en costumbrismo y paisajes gallegos

Picasso llega a A Coruña en octubre de 1891. Lo hace en compañía de sus hermanas Lola y Conchita y de sus padres María y José, quien había obtenido plaza como profesor en la Escuela Provincial de Bellas Artes da Coruña. Se instalan en el nuevo ensanche de la ciudad, en una casa situada en Payo Gómez, 14. Enfrente vive el considerado “amo” de la ciudad, Ramón Pérez Costales, médico popularísimo, culto y efímero ministro en la época de la I República. Será el galeno su primer mecenas, y el que iniciará a Pablo en los valores republicanos y despertará su conciencia política, también azuzada por el potente movimiento anarquista existente en la ciudad.

De niño a artista

Recién llegado, Picasso estudia en el instituto, hoy y ayer, Eusebio da Guarda. Al curso siguiente, se inicia en la Escuela de Be-

llas Artes, situada en el mismo edificio pagado por el benefactor coruñés. Mientras que en sus tres cursos en el instituto obtiene malas calificaciones, en la Escuela es uno de los alumnos más brillantes. Se conservan bastantes de aquellos trabajos académicos que le valieron sobresalientes. Además, sale al paisaje a dibujar y lo plasma en dos extraordinarios cuadernos que hoy custodia el barcelonés Museu Picasso. En 1895, último año de su estancia en la ciudad, se producen tres hechos cruciales: muere de difteria su hermana Conchita; expone en dos ocasiones en la calle Real (en febrero y en marzo), lo que le vale proféticas alabanzas de la crítica en los periódicos locales, y realiza las consideradas sus primeras obras maestras, como La muchacha de los pies descalzos o Retrato de viejo. Su padre pide el traslado a la Escuela de Barcelona y Picasso abandona A Coruña en abril de 1895. Llegó un niño, se va un artista.

Los rincones de Picasso

Hoy es posible seguir los pasos de Pablo por A Coruña. Se puede respirar el ambiente académico del edificio en el que estudió y realizó algunas de sus primeras obras mayores, el Eusebio da Guarda, hoy solo instituto. Otros rincones “picassianos” son el cementerio de San Amaro, donde fue enterrada su hermana Conchita; la plaza de Pontevedra, las playas del Orzán y Riazor o el monte de Santa Margarita, escenarios de sus juegos infantiles; la Torre

de Hércules, a la que rebautizó como “torre de caramelo”, que pintó y dibujó; el teatro Rosalía, donde asistió a representaciones, o el local comercial donde expuso por primera vez, en el número 20 de la calle Real, antaño una mueblería y hoy reconvertido en zapatería. El punto estrella de la ruta es la casa de Payo Gómez, en la que el Ayuntamiento ha recreado una vivienda del siglo XIX, de la que cuelgan reproducciones de algunas de las obras coruñesas del malagueño. Recientemente, se ha incorporado a la musealización un cuadro original del padre, Palomar, en el que don José pintó nueve palomas y, según la leyenda, Picasso los nueve pares de patitas de las aves. Una espectacular escalera da acceso a la vivienda. Es por la que el niño pintor comenzó su escalada hacia la gloria, pues fue A Coruña el origen del genio, el lugar de su nacimiento artístico.

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campesinos de la zona, aunque, esta vez, aprovechando los avances y el conocimiento de expertos para obtener un producto de primera calidad. La fábrica de cervezas de Estrella Galicia empleó toda la producción obtenida en elaborar una edición especial que consiguió la admiración de los consumidores.

Un poco de historia

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ESTRELLA GALICIA, EL SABOR DEL LÚPULO GALLEGO QUE CONQUISTA EL MUNDO

Fábrica de Estrella Galicia en el polígono de A Grela, A Coruña

Alberto Cancela PErIoDISTa

La historia del cultivo del lúpulo en Galicia está ligada a una cerveza que, con el paso del tiempo, se ha convertido en una marca-país para los gallegos: Estrella Galicia. Su fundador, José María Rivera Corral, formó parte de los impulsores del lúpulo en nuestra tierra para la elaboración de cerveza. En 1915, Leopoldo Hernández Reboredo, comenzó a cultivar esta especie de forma experimental en la zona de As Mariñas, concretamente con ensayos en A Coruña y Betanzos. Su proyecto contó con el apoyo de Raúl Fernádez Meás, pionero en el cultivo de la

planta, y el propio José María Rivera, decidido a llevar a cabo sus propias plantaciones y emplear la materia prima para obtener sus apreciadas cervezas. Fueron los primeros pasos de una actividad agrícola que alcanzó su máximo apogeo entre los años 40 y 60, aunque posteriormente la producción fue mermando hasta su desaparición en los años ochenta. Hoy, Estrella Galicia es una empresa centenaria que conquista los paladares de público de diferentes países, pero sin renunciar a su origen y a su fórmula: el empleo de productos naturales, el respeto de procesos

artesanales y un sabor característico que lo diferencia en el mapa de sabores de la cerveza en todo el mundo. Ese interés por mantener el sabor genuino del producto provocó que los responsables de

Paladares de diferentes países aprecian la cerveza gallega

Estrella Galicia volviesen a los orígenes de la marca poniendo a sus artesanos cerveceros a recuperar los sabores de las bebidas elaboradas con producto autóctono. Así, casi un siglo después de los cultivos promovidos por el fundador de la compañía, la empresa decidió emprender la recuperación del lúpulo gallego, de nuevo en los márgenes del Camino Inglés. Varios agricultores de la comarca de As Mariñas, en el entorno de Betanzos y Mabegondo, comenzaron a cultivar de nuevo el lúpulo de la misma forma que lo hicieron a principios del siglo XX los

Estrella Galicia nace de la mano de José María Rivera Corral, un emigrante retornado de México que crea en 1906 una fábrica dedicada a la elaboración de hielo y cervezas. Había regentado en Veracruz un negocio llamado La Estrella de Oro, de ahí el nombre elegido para el producto embotellado en su primera fábrica ubicada en el centro de la ciudad de A Coruña. Con el paso del tiempo, la aceptación de la cerveza que elaboraba Rivera por parte del consumidor, provocó que la marca iniciase la elaboración de sus productos de forma mecanizada. Ramón Rivera, hijo del fundador de la compañía, pone la proa de la empresa apuntando hacia una mayor producción. Para ello, decide incorporar a la fábrica una sala de cocimientos, tinas de fermentación y tanques metálicos para almacenar la cerveza. A esos avances técnicos adoptados en los años 20, se le sumó el conocimiento y el criterio del propio Ramón Rivera, que había estudiado ciencias comerciales en Hamburgo y

que, además, fue de los primeros españoles en alcanzar el título de Maestro Cervecero.

El secreto

El sabor de la cerveza elaborada por Estrella Galicia pasó a ser una inconfundible seña de identidad de nuestra región. Algunos apuntan que el secreto de su éxito, sabor y textura está en la calidad y la selección del lúpulo empleado. Otros, señalan al agua que se utiliza en su elaboración. También se habla del propio proceso de fabricación del producto. Como quiera que sea, la marca comenzó a ser una referencia y, en cierta medida, una embajadora de Galicia. Esto animó a los responsables de la cervecera a afrontar un plan de expansión en los años 90 que contemplaba mercados nacionales e internacionales. Con la cuarta generación de los Rivera al frente del negocio, la compañía alcanzó la globalidad en el mercado, consiguiendo situar el pro-

Plantación de lúpulo en Mabegondo

ducto que se elabora en Galicia en todos los continentes. En la actualidad, la fábrica tiene capacidad para generar más de 250 millones de litros de cerveza al año. Además, varias de sus cervezas han sido elegidas entre las mejores del mundo. El siglo XXI llega con un crecimiento imparable de ventas y de nuevos mercados, acompañados por campañas de mercadotecnia que llevan a Estrella Galicia a estar presente en eventos internacionales como el Campeonato Mundial de Motociclismo patrocinando a los mejores pilotos, o a impulsar la cultura con el mecenazgo de numerosas actividades, especialmente las musicales. Pero lejos de eventos multitudinarios, el sabor particular de las cervezas gallegas también figura en el ideario de numerosos peregrinos que descubren Galicia y su gastronomía en el Camino. De alguna forma, ellos se convierten en embajadores de la cerveza que se elabora en esta latitud atlántica.

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campesinos de la zona, aunque, esta vez, aprovechando los avances y el conocimiento de expertos para obtener un producto de primera calidad. La fábrica de cervezas de Estrella Galicia empleó toda la producción obtenida en elaborar una edición especial que consiguió la admiración de los consumidores.

Un poco de historia

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ESTRELLA GALICIA, EL SABOR DEL LÚPULO GALLEGO QUE CONQUISTA EL MUNDO

Fábrica de Estrella Galicia en el polígono de A Grela, A Coruña

Alberto Cancela PErIoDISTa

La historia del cultivo del lúpulo en Galicia está ligada a una cerveza que, con el paso del tiempo, se ha convertido en una marca-país para los gallegos: Estrella Galicia. Su fundador, José María Rivera Corral, formó parte de los impulsores del lúpulo en nuestra tierra para la elaboración de cerveza. En 1915, Leopoldo Hernández Reboredo, comenzó a cultivar esta especie de forma experimental en la zona de As Mariñas, concretamente con ensayos en A Coruña y Betanzos. Su proyecto contó con el apoyo de Raúl Fernádez Meás, pionero en el cultivo de la

planta, y el propio José María Rivera, decidido a llevar a cabo sus propias plantaciones y emplear la materia prima para obtener sus apreciadas cervezas. Fueron los primeros pasos de una actividad agrícola que alcanzó su máximo apogeo entre los años 40 y 60, aunque posteriormente la producción fue mermando hasta su desaparición en los años ochenta. Hoy, Estrella Galicia es una empresa centenaria que conquista los paladares de público de diferentes países, pero sin renunciar a su origen y a su fórmula: el empleo de productos naturales, el respeto de procesos

artesanales y un sabor característico que lo diferencia en el mapa de sabores de la cerveza en todo el mundo. Ese interés por mantener el sabor genuino del producto provocó que los responsables de

Paladares de diferentes países aprecian la cerveza gallega

Estrella Galicia volviesen a los orígenes de la marca poniendo a sus artesanos cerveceros a recuperar los sabores de las bebidas elaboradas con producto autóctono. Así, casi un siglo después de los cultivos promovidos por el fundador de la compañía, la empresa decidió emprender la recuperación del lúpulo gallego, de nuevo en los márgenes del Camino Inglés. Varios agricultores de la comarca de As Mariñas, en el entorno de Betanzos y Mabegondo, comenzaron a cultivar de nuevo el lúpulo de la misma forma que lo hicieron a principios del siglo XX los

Estrella Galicia nace de la mano de José María Rivera Corral, un emigrante retornado de México que crea en 1906 una fábrica dedicada a la elaboración de hielo y cervezas. Había regentado en Veracruz un negocio llamado La Estrella de Oro, de ahí el nombre elegido para el producto embotellado en su primera fábrica ubicada en el centro de la ciudad de A Coruña. Con el paso del tiempo, la aceptación de la cerveza que elaboraba Rivera por parte del consumidor, provocó que la marca iniciase la elaboración de sus productos de forma mecanizada. Ramón Rivera, hijo del fundador de la compañía, pone la proa de la empresa apuntando hacia una mayor producción. Para ello, decide incorporar a la fábrica una sala de cocimientos, tinas de fermentación y tanques metálicos para almacenar la cerveza. A esos avances técnicos adoptados en los años 20, se le sumó el conocimiento y el criterio del propio Ramón Rivera, que había estudiado ciencias comerciales en Hamburgo y

que, además, fue de los primeros españoles en alcanzar el título de Maestro Cervecero.

El secreto

El sabor de la cerveza elaborada por Estrella Galicia pasó a ser una inconfundible seña de identidad de nuestra región. Algunos apuntan que el secreto de su éxito, sabor y textura está en la calidad y la selección del lúpulo empleado. Otros, señalan al agua que se utiliza en su elaboración. También se habla del propio proceso de fabricación del producto. Como quiera que sea, la marca comenzó a ser una referencia y, en cierta medida, una embajadora de Galicia. Esto animó a los responsables de la cervecera a afrontar un plan de expansión en los años 90 que contemplaba mercados nacionales e internacionales. Con la cuarta generación de los Rivera al frente del negocio, la compañía alcanzó la globalidad en el mercado, consiguiendo situar el pro-

Plantación de lúpulo en Mabegondo

ducto que se elabora en Galicia en todos los continentes. En la actualidad, la fábrica tiene capacidad para generar más de 250 millones de litros de cerveza al año. Además, varias de sus cervezas han sido elegidas entre las mejores del mundo. El siglo XXI llega con un crecimiento imparable de ventas y de nuevos mercados, acompañados por campañas de mercadotecnia que llevan a Estrella Galicia a estar presente en eventos internacionales como el Campeonato Mundial de Motociclismo patrocinando a los mejores pilotos, o a impulsar la cultura con el mecenazgo de numerosas actividades, especialmente las musicales. Pero lejos de eventos multitudinarios, el sabor particular de las cervezas gallegas también figura en el ideario de numerosos peregrinos que descubren Galicia y su gastronomía en el Camino. De alguna forma, ellos se convierten en embajadores de la cerveza que se elabora en esta latitud atlántica.

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LA MARCA QUE HIZO HISTORIA DESDE UNA CALLE DE A CORUÑA Rebeca A. Varela PErIoDISTa

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Hay algo que nos une a casi todos. No hablo de los gallegos o españoles, que también, y más todavía. Cuando digo todos, es todos. Alrededor del mundo. Quizás en este momento estamos compartiéndolo. Resolvamos ya en la siguiente línea el misterio. Tu chaqueta, tus vaqueros, tu camiseta... ¿o puede que sean los zapatos que llevas? ¿Son de Zara? Entonces sí, he acertado. Si no lo son, ni de esta marca ni de ninguna de las ocho firmas del imperio Inditex, probable-

mente lo serán algún otro día. Desde una céntrica calle de A Coruña a todo el planeta en tan solo unas décadas. En las calles de Londres, de Nueva York o de Tokio, hombres, mujeres y niños visten de Zara, la primera de sus marcas y emblema del grupo. Sus diseños han conquistado hasta el mundo árabe. La sede central de Inditex se encuentra en Arteixo, a pocos kilómetros de A Coruña y en la puerta de entrada a la Costa da Morte y al mítico cabo

Muchos turistas llegan a Galicia y preguntan por una tienda de Zara Fisterra, fin de otro camino de Santiago frente al Atlántico. Aquí trabajan más de 400 diseñadores de todos los países y casi 5.000 personas de servicios corporativos, fabricación y logística. Las cifras lo avalan. Inditex es el grupo textil más importante de España y los gallegos estamos orgullos de esto. Y también que desde Arteixo se controle el mundo de la moda. La de verdad, la que se puede sacar a la calle. Gracias a Zara, llevamos ropa de tendencia relativamente accesible para todos.

aquellos lejanos comienzos

Zara abrió su primera tienda en el centro de A Coruña, en la calle Juan Flórez

Goa. Probablemente estas tres letras no digan nada para la mayoría de los lectores. O quizás sí, al ser desvelado ya el secreto del texto y el lector haya podido hacer memoria con gran rapidez. Sin embargo, tendrán significado para aquellos que sigan la historia del hombre del más

Sede del Grupo Inditex, en Arteixo

rico de España y el tercero del mundo –según la lista Forbes de 2014-. Amancio Ortega Gaona, fundador de Inditex. Ahora estamos más cerca. Aquellas letras se corresponden con sus iniciales al revés y fueron las que dieron nombre a sus comienzos como empresario. Confecciones Goa se dedicaba a la fabricación de batas guateadas rosas con vivos azules, muy de moda en aquellos años 60 en los que empezó todo. Una de las causas del éxito de Inditex es su modelo de producción. A este le debemos que casi todos nos podamos permitir llevar sus modelos. La firma arrastra esta forma de trabajar desde esos comienzos, cuando Ortega decide fabricar las batas dándole la vuelta al proceso. En lugar de fijar el precio de sus prendas en función de los costes, adapta estos últimos a la cantidad por la que desea vender el producto final.

Esta idea servirá de base de lo que más tarde se convertirá en un imperio.

Para dormir o salir de fiesta Tras más de una década en la industria textil, Ortega comienza con su expansión en el sector. En 1975, año que pone fin además a la dictadura en España con la muerte de Franco, Zara abre su primera tienda. Todavía hoy se conserva en el mismo local de una céntrica calle coruñesa.

El camino de Zara es admirable. En los diez años posteriores a la apertura de la primera, comienzan a instalarse tiendas en las principales ciudades españolas. Ya en 1988, inicia su periplo internacional, con un local en Porto (Portugal). A lo largo de la década de los 90 van sumándose la mayoría de sus marcas actuales: Pull&Bear, Massimo Dutti, Bershka y Stradivarius. Entrados los 2000, se lanzarán la línea de lencería Oysho, Zara Home para decorar nuestros hogares y Uterqüe. Ningún estilo, momento del día o público parece escapar a este gigante de la moda. Niños y niñas, adolescentes o adultos, aquellos que se visten de forma más alternativa o los que son de conjuntos más sofisticados, encuentran su sitio en las respectivas marcas.

En busca de un Zara gallego

Resulta curioso callejear –o ir de compras mejor dichopor alguna de las ciudades gallegas, como por ejemplo Santiago, y ver como turistas

Desde arteixo se ofrecen las últimas tendencias de moda para todo el mundo

extranjeros se pasean por los pasillos de Zara para comprar alguna prenda. Me sorprende incluso más porque su recorrido mundial no deja lugar a dudas. Con más de 6.390 tiendas, Inditex está presente en 88 mercados en cinco continentes. Amancio Ortega ha unido, gracias a la moda, a personas muy diferentes a lo largo y ancho del planeta. Ha hecho historia. Con él, también el adjetivo gallega, que ya no pasa desapercibido para nadie al hablar de industria textil alrededor del mundo. Zara instala sus tiendas en los mejores edificios y calles de las grandes ciudades. En Roma, visitar una de sus tiendas supone entrar al palacio Boconni, un edificio de más de 120 años de historia. Siguiendo la ruta por la Vía del Corso en la que se sitúa, observamos que nuestra pequeña gran joya es vecina de Swarovski y de exclusivas firmas italianas de moda. En un paseo por la londinense Oxford Street, la calle comercial más grande del mundo, nos encontramos hasta cuatro locales Zara. Incluso con las facilidades para encontrar una tienda en su país de origen, mucha gente llega a Galicia y pregunta por una. Puede que esas personas de otras nacionalidades con las que me cruzo cuando compro en Santiago no sean peregrinos. Pero aunque muchos no lo son del Camino, sí lo son hacia la tierra natal de su marca de referencia: Zara.

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LA MARCA QUE HIZO HISTORIA DESDE UNA CALLE DE A CORUÑA Rebeca A. Varela PErIoDISTa

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Hay algo que nos une a casi todos. No hablo de los gallegos o españoles, que también, y más todavía. Cuando digo todos, es todos. Alrededor del mundo. Quizás en este momento estamos compartiéndolo. Resolvamos ya en la siguiente línea el misterio. Tu chaqueta, tus vaqueros, tu camiseta... ¿o puede que sean los zapatos que llevas? ¿Son de Zara? Entonces sí, he acertado. Si no lo son, ni de esta marca ni de ninguna de las ocho firmas del imperio Inditex, probable-

mente lo serán algún otro día. Desde una céntrica calle de A Coruña a todo el planeta en tan solo unas décadas. En las calles de Londres, de Nueva York o de Tokio, hombres, mujeres y niños visten de Zara, la primera de sus marcas y emblema del grupo. Sus diseños han conquistado hasta el mundo árabe. La sede central de Inditex se encuentra en Arteixo, a pocos kilómetros de A Coruña y en la puerta de entrada a la Costa da Morte y al mítico cabo

Muchos turistas llegan a Galicia y preguntan por una tienda de Zara Fisterra, fin de otro camino de Santiago frente al Atlántico. Aquí trabajan más de 400 diseñadores de todos los países y casi 5.000 personas de servicios corporativos, fabricación y logística. Las cifras lo avalan. Inditex es el grupo textil más importante de España y los gallegos estamos orgullos de esto. Y también que desde Arteixo se controle el mundo de la moda. La de verdad, la que se puede sacar a la calle. Gracias a Zara, llevamos ropa de tendencia relativamente accesible para todos.

aquellos lejanos comienzos

Zara abrió su primera tienda en el centro de A Coruña, en la calle Juan Flórez

Goa. Probablemente estas tres letras no digan nada para la mayoría de los lectores. O quizás sí, al ser desvelado ya el secreto del texto y el lector haya podido hacer memoria con gran rapidez. Sin embargo, tendrán significado para aquellos que sigan la historia del hombre del más

Sede del Grupo Inditex, en Arteixo

rico de España y el tercero del mundo –según la lista Forbes de 2014-. Amancio Ortega Gaona, fundador de Inditex. Ahora estamos más cerca. Aquellas letras se corresponden con sus iniciales al revés y fueron las que dieron nombre a sus comienzos como empresario. Confecciones Goa se dedicaba a la fabricación de batas guateadas rosas con vivos azules, muy de moda en aquellos años 60 en los que empezó todo. Una de las causas del éxito de Inditex es su modelo de producción. A este le debemos que casi todos nos podamos permitir llevar sus modelos. La firma arrastra esta forma de trabajar desde esos comienzos, cuando Ortega decide fabricar las batas dándole la vuelta al proceso. En lugar de fijar el precio de sus prendas en función de los costes, adapta estos últimos a la cantidad por la que desea vender el producto final.

Esta idea servirá de base de lo que más tarde se convertirá en un imperio.

Para dormir o salir de fiesta Tras más de una década en la industria textil, Ortega comienza con su expansión en el sector. En 1975, año que pone fin además a la dictadura en España con la muerte de Franco, Zara abre su primera tienda. Todavía hoy se conserva en el mismo local de una céntrica calle coruñesa.

El camino de Zara es admirable. En los diez años posteriores a la apertura de la primera, comienzan a instalarse tiendas en las principales ciudades españolas. Ya en 1988, inicia su periplo internacional, con un local en Porto (Portugal). A lo largo de la década de los 90 van sumándose la mayoría de sus marcas actuales: Pull&Bear, Massimo Dutti, Bershka y Stradivarius. Entrados los 2000, se lanzarán la línea de lencería Oysho, Zara Home para decorar nuestros hogares y Uterqüe. Ningún estilo, momento del día o público parece escapar a este gigante de la moda. Niños y niñas, adolescentes o adultos, aquellos que se visten de forma más alternativa o los que son de conjuntos más sofisticados, encuentran su sitio en las respectivas marcas.

En busca de un Zara gallego

Resulta curioso callejear –o ir de compras mejor dichopor alguna de las ciudades gallegas, como por ejemplo Santiago, y ver como turistas

Desde arteixo se ofrecen las últimas tendencias de moda para todo el mundo

extranjeros se pasean por los pasillos de Zara para comprar alguna prenda. Me sorprende incluso más porque su recorrido mundial no deja lugar a dudas. Con más de 6.390 tiendas, Inditex está presente en 88 mercados en cinco continentes. Amancio Ortega ha unido, gracias a la moda, a personas muy diferentes a lo largo y ancho del planeta. Ha hecho historia. Con él, también el adjetivo gallega, que ya no pasa desapercibido para nadie al hablar de industria textil alrededor del mundo. Zara instala sus tiendas en los mejores edificios y calles de las grandes ciudades. En Roma, visitar una de sus tiendas supone entrar al palacio Boconni, un edificio de más de 120 años de historia. Siguiendo la ruta por la Vía del Corso en la que se sitúa, observamos que nuestra pequeña gran joya es vecina de Swarovski y de exclusivas firmas italianas de moda. En un paseo por la londinense Oxford Street, la calle comercial más grande del mundo, nos encontramos hasta cuatro locales Zara. Incluso con las facilidades para encontrar una tienda en su país de origen, mucha gente llega a Galicia y pregunta por una. Puede que esas personas de otras nacionalidades con las que me cruzo cuando compro en Santiago no sean peregrinos. Pero aunque muchos no lo son del Camino, sí lo son hacia la tierra natal de su marca de referencia: Zara.

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DEL AZUL AL VERDE 140

141

PAISAJE Y NATURALEZA Un parte importa nte de este Ca mino se hacía, y hac e, por mar.

s en el Si te gusta la aventura, está al). paraíso del surf (reconocimiento internacion

No te vayas sin darte un baño en estas magn íficas olas atlánticas ni sin tumb arte en nuestras playa s de azúcar.

¡Un placer!

Verde, azul, marrón… Todos los colores que puede hab er en la naturaleza se encuentran en este

trayecto.

¡Respira hondo!

Ponte Baxoi, Miño

La belleza paisajística y la riqueza natural de Galicia van juntas de la mano. La biodiversidad caracteriza esta zona, donde flora y fauna encuentran su espacio en todo el Camino, desde el mar hasta el interior. Dejando atrás el azul del mar del comienzo, es el verde - con todas sus tonalidades - el color que acompaña al viajero hasta Santiago de Compostela.

El mar, tan importante para los peregrinos de antaño, nos ofrece hermosos paisajes. Los faros que guían a los barcos también son lugares de visita obligada en la costa, como también los son los puertos. Sin olvidarnos de las playas. Largas y de arena blanca, las de grandes olas para surfear y las de aguas más tran-

quilas para disfrutar de un baño. Auténticos paraísos como también los son las Fragas do Eume, un parque natural que sirve de refugio a numerosas especies y que desborda paz y armonía. La naturaleza del Camino Inglés está esperando a que la descubras.


DEL AZUL AL VERDE 140

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PAISAJE Y NATURALEZA Un parte importa nte de este Ca mino se hacía, y hac e, por mar.

s en el Si te gusta la aventura, está al). paraíso del surf (reconocimiento internacion

No te vayas sin darte un baño en estas magn íficas olas atlánticas ni sin tumb arte en nuestras playa s de azúcar.

¡Un placer!

Verde, azul, marrón… Todos los colores que puede hab er en la naturaleza se encuentran en este

trayecto.

¡Respira hondo!

Ponte Baxoi, Miño

La belleza paisajística y la riqueza natural de Galicia van juntas de la mano. La biodiversidad caracteriza esta zona, donde flora y fauna encuentran su espacio en todo el Camino, desde el mar hasta el interior. Dejando atrás el azul del mar del comienzo, es el verde - con todas sus tonalidades - el color que acompaña al viajero hasta Santiago de Compostela.

El mar, tan importante para los peregrinos de antaño, nos ofrece hermosos paisajes. Los faros que guían a los barcos también son lugares de visita obligada en la costa, como también los son los puertos. Sin olvidarnos de las playas. Largas y de arena blanca, las de grandes olas para surfear y las de aguas más tran-

quilas para disfrutar de un baño. Auténticos paraísos como también los son las Fragas do Eume, un parque natural que sirve de refugio a numerosas especies y que desborda paz y armonía. La naturaleza del Camino Inglés está esperando a que la descubras.


Las rías de A Coruña, Ares, Betanzos y Ferrol dan la bienvenida a los navegantes

LA BIODIVERSIDAD DEL CAMINO INGLÉS Alfredo López Fernández

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DoCTor EN BIoLoGÍa, ESPECIaLISTa EN BIoDIVErSIDaD Y CoNSErVaCIÓN MarINa, Y MIEMBro DE La CoorDINaDora Para EL ESTUDIo DE MaMÍFEroS MarINoS (CEMMa)

El golfo de Bizkaia fue para los antiguos navegantes un mar conocido y surcado infinidad de veces, de norte a sur, con viajes de ida y vuelta. Un mar que tenía sus extremos en la costa británica y la costa gallega. Este fue el recorrido realizado hacia el sur por los peregrinos que, siguiendo el mar y la Vía Láctea y, dejando a sus espaldas la estrella Polaris, pretendían Compostela como objetivo. En su camino eran acompañados por los delfines que acariciaban la rueda y la quilla de sus embarcaciones y por las ballenas que los saludaban al paso con sus surtidores. La estela del barco marcaba el ca-

mino de los lobos marinos que todos los inviernos aprovechaban para venir por las costas gallegas. Sin duda, el viento que llenaba las velas sustentaba el plumaje de la multitud de aves que se adentraban en el océano después de abandonar las colonias de cría del norte de Europa. De este modo, los navegantes no se sentían solos en el medio de la singladura, donde no se avistaba tierra firme, tan solo montañas de olas que parecían engullirlos.

Mar fértil

El acontecimiento estaba a punto de producirse. De un momento a otro el vigía señalaba tierra. Era el promontorio

Los navegantes entran en las rías perplejos por su hermosura y la similitud del verdor con sus tierras del norte

de Brigantium, encabezado por su solitario faro. Las aves llevaban tiempo anunciando la buena noticia. Un sinfín de pardelas, alcatraces, cormoranes y gaviotas se cebaban sobre las sardinas que en la superficie hacían hervir el agua. Qué mar tan fértil, y dicen que el de las rías es aún mejor. El golfo Ártabro presenta su bienvenida a los navegantes abriendo la boca de sus rías: A Coruña, Ares, Betanzos y Ferrol. Allí, los barcos son casi tan numerosos como gaviotas. Al paso, en sus lanchas, botes o dornas, los marineros de manos curtidas saludan con sus manos desgastadas de tirar una y otra vez la regalía

de los productos del mar. Les ofrecen a los navegantes mariscos del fondo, pescados de todas las variedades y colores, pulpos, calamares y jibias. Todo tipo de frutos del mar pescados con los más diversos artilugios: betas, aparejos, nasas, anzuelos, mediomundos, espejos, cebos y otros más. Los navegantes entran en las rías perplejos por la hermosura así como por la similitud del verdor con sus tierras del norte, pero con un clima más benigno. Al paso por los acantilados rocosos de la boca de la ría no dejan de apreciar la vida que muestra la marea baja: alfombras de mejillones y algas, y las mujeres recogiendo, entre rocas y arenas, alimentos para sus casas. Mientras, los zarapitos y frailecillos blancos se alimentan andando delante de sus pies. Las aguas de la ría son una mezcla. El salitre del mar se diluye con el agua del Mandeo. El barco llega a Betanzos, las aguas mudan y los peces se intercambian. Algunos del mar ascienden al primer tramo fluvial -sollas, mújoles y robalizas-; otros bajan de los ríos al mar abierto -salmones, lampreas, reos y anguilas-. Un intercambio que implica también a las aves, pues las gaviotas visitan la marisma y los patos quieren acechar las áreas del estuario.

Un rayo azul atraviesa la proa. El martín pescador anuncia la llegada de una nueva embarcación mientras la garza mira impasible la superficie del agua. En las orillas, una gran pantalla vegetal custodia el recorrido del río. Sauces, laureles, alisos y robles dirigen a los navegantes río arriba. Allí, a lo lejos, ya se ven los campanarios del pueblo, los árboles frutales y las viñas.

Los peregrinos guardarán en su retina toda la riqueza biológica de los mares y de la tierra gallega

Campos cultivados

Betanzos recibe a los extranjeros con cariño. Les ofrece todo tipo de productos del mar y del campo para reponer el esfuerzo de navegar por el mar mayor. También los mejores vinos para regar el salitre de la piel y de dentro. Este es un buen reconstituyente, una parada para continuar el camino a pie a Compostela. La riqueza del mar y del litoral cambia para la tierra. Los caminos amparados por el bosque dan paso a los pastos y campos cultivados. Los gallos, las tórtolas y los milanos sustituyen la presencia de aves marinas. El hinojo, la malvarrosa y los helechos bordean los caminos y, en los cerros, los pinares, sotos y robledales pintan el paisaje de fondo. A cada puente, un lingote de oro se ve centellear entre las piedras del río. Son las truchas soleando el paso del mirlo

Gaviota patiamarilla (Larus michahellis)

acuático. En el cielo, el águila ratonera divisa ya la Berenguela. Los navegantes, ahora caminantes, afrontan los últimos pasos en las colinas compostelanas, entre el ganado que pace y los corzos que saltan el camino. Los olores del campo se mezclan con el almizcle del zorro. No lo ven, pero saben que estuvo allí. Si al final del Camino buscan algún tipo de riqueza, aún espiritual, durante el mismo guardarán en su retina toda aquella riqueza biológica tanto de los mares como de la tierra gallega, una muestra de nuestra biodiversidad.

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Las rías de A Coruña, Ares, Betanzos y Ferrol dan la bienvenida a los navegantes

LA BIODIVERSIDAD DEL CAMINO INGLÉS Alfredo López Fernández

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DoCTor EN BIoLoGÍa, ESPECIaLISTa EN BIoDIVErSIDaD Y CoNSErVaCIÓN MarINa, Y MIEMBro DE La CoorDINaDora Para EL ESTUDIo DE MaMÍFEroS MarINoS (CEMMa)

El golfo de Bizkaia fue para los antiguos navegantes un mar conocido y surcado infinidad de veces, de norte a sur, con viajes de ida y vuelta. Un mar que tenía sus extremos en la costa británica y la costa gallega. Este fue el recorrido realizado hacia el sur por los peregrinos que, siguiendo el mar y la Vía Láctea y, dejando a sus espaldas la estrella Polaris, pretendían Compostela como objetivo. En su camino eran acompañados por los delfines que acariciaban la rueda y la quilla de sus embarcaciones y por las ballenas que los saludaban al paso con sus surtidores. La estela del barco marcaba el ca-

mino de los lobos marinos que todos los inviernos aprovechaban para venir por las costas gallegas. Sin duda, el viento que llenaba las velas sustentaba el plumaje de la multitud de aves que se adentraban en el océano después de abandonar las colonias de cría del norte de Europa. De este modo, los navegantes no se sentían solos en el medio de la singladura, donde no se avistaba tierra firme, tan solo montañas de olas que parecían engullirlos.

Mar fértil

El acontecimiento estaba a punto de producirse. De un momento a otro el vigía señalaba tierra. Era el promontorio

Los navegantes entran en las rías perplejos por su hermosura y la similitud del verdor con sus tierras del norte

de Brigantium, encabezado por su solitario faro. Las aves llevaban tiempo anunciando la buena noticia. Un sinfín de pardelas, alcatraces, cormoranes y gaviotas se cebaban sobre las sardinas que en la superficie hacían hervir el agua. Qué mar tan fértil, y dicen que el de las rías es aún mejor. El golfo Ártabro presenta su bienvenida a los navegantes abriendo la boca de sus rías: A Coruña, Ares, Betanzos y Ferrol. Allí, los barcos son casi tan numerosos como gaviotas. Al paso, en sus lanchas, botes o dornas, los marineros de manos curtidas saludan con sus manos desgastadas de tirar una y otra vez la regalía

de los productos del mar. Les ofrecen a los navegantes mariscos del fondo, pescados de todas las variedades y colores, pulpos, calamares y jibias. Todo tipo de frutos del mar pescados con los más diversos artilugios: betas, aparejos, nasas, anzuelos, mediomundos, espejos, cebos y otros más. Los navegantes entran en las rías perplejos por la hermosura así como por la similitud del verdor con sus tierras del norte, pero con un clima más benigno. Al paso por los acantilados rocosos de la boca de la ría no dejan de apreciar la vida que muestra la marea baja: alfombras de mejillones y algas, y las mujeres recogiendo, entre rocas y arenas, alimentos para sus casas. Mientras, los zarapitos y frailecillos blancos se alimentan andando delante de sus pies. Las aguas de la ría son una mezcla. El salitre del mar se diluye con el agua del Mandeo. El barco llega a Betanzos, las aguas mudan y los peces se intercambian. Algunos del mar ascienden al primer tramo fluvial -sollas, mújoles y robalizas-; otros bajan de los ríos al mar abierto -salmones, lampreas, reos y anguilas-. Un intercambio que implica también a las aves, pues las gaviotas visitan la marisma y los patos quieren acechar las áreas del estuario.

Un rayo azul atraviesa la proa. El martín pescador anuncia la llegada de una nueva embarcación mientras la garza mira impasible la superficie del agua. En las orillas, una gran pantalla vegetal custodia el recorrido del río. Sauces, laureles, alisos y robles dirigen a los navegantes río arriba. Allí, a lo lejos, ya se ven los campanarios del pueblo, los árboles frutales y las viñas.

Los peregrinos guardarán en su retina toda la riqueza biológica de los mares y de la tierra gallega

Campos cultivados

Betanzos recibe a los extranjeros con cariño. Les ofrece todo tipo de productos del mar y del campo para reponer el esfuerzo de navegar por el mar mayor. También los mejores vinos para regar el salitre de la piel y de dentro. Este es un buen reconstituyente, una parada para continuar el camino a pie a Compostela. La riqueza del mar y del litoral cambia para la tierra. Los caminos amparados por el bosque dan paso a los pastos y campos cultivados. Los gallos, las tórtolas y los milanos sustituyen la presencia de aves marinas. El hinojo, la malvarrosa y los helechos bordean los caminos y, en los cerros, los pinares, sotos y robledales pintan el paisaje de fondo. A cada puente, un lingote de oro se ve centellear entre las piedras del río. Son las truchas soleando el paso del mirlo

Gaviota patiamarilla (Larus michahellis)

acuático. En el cielo, el águila ratonera divisa ya la Berenguela. Los navegantes, ahora caminantes, afrontan los últimos pasos en las colinas compostelanas, entre el ganado que pace y los corzos que saltan el camino. Los olores del campo se mezclan con el almizcle del zorro. No lo ven, pero saben que estuvo allí. Si al final del Camino buscan algún tipo de riqueza, aún espiritual, durante el mismo guardarán en su retina toda aquella riqueza biológica tanto de los mares como de la tierra gallega, una muestra de nuestra biodiversidad.

143


UNA MIRADA AL PAISAJE Antonio de María Angulo PrESIDENTE DE La aSoCIaCIÓN ProFESIoNaL DE SILVICULTorES DE GaLICIa (SILVaNUS)

El Camino Inglés cuenta con dos recorridos, desde Ferrol y desde A Coruña, uniéndose ambos a mitad de camino para continuar juntos hasta Compostela. Teniendo en cuenta esto, podemos diferenciar dos zonas según los dos trazados. Así, en la primera parte predomina un panorama de costa y desembocadura de ríos. Según ascendemos hacia la meseta, en la que está la capital gallega, vamos cambiando a un paisaje agroforestal que se mantiene

144 Puente sobre el río Tambre en Sigüeiro, Oroso

cuando se juntan ambos caminos hasta llegar a Compostela.

La influencia de la brisa

En la parte costera, el paisaje está caracterizado por poblaciones y pequeños núcleos marineros situados en la costa o en los valles que forman las desembocaduras de los ríos. Generalmente, el terreno cercano a las viviendas conforma un mosaico de huertas que servían para cultivar los alimentos complementarios a los de la

pesca, siempre para autoconsumo. Hay algunos lugares que siguen manteniendo un encanto especial, pues han sabido salvarse de la presión urbana. El paisaje está fuertemente antropizado ya que la densidad de población en estas zonas es bastante alta. Sin embargo, podemos encontrar en ambos trazados lugares de importante valor botánico y que conforman áreas de interés tanto medioambiental como paisajístico. Podemos desta-

car la desembocadura del río Xubia hacia la ría de Ferrol, las Fragas do Eume en Pontedeume o las marismas que conforman la desembocadura de los ríos Mendo y Mandeo que, juntos desde Betanzos hacia el mar, forman un ecosistema marítimo-terrestre muy importante –clasificado recientemente como Reserva de la Biosfera. Desde la parte de A Coruña, el Camino discurre por zonas agrarias. Desde la ría de O Burgo, muy deteriorada por la presión urbana, se llega a Cambre, municipio donde se encuentran el bosque de Cecebre y el embalse del mismo nombre. Son zonas básicamente agrícolas, de pequeñas parcelas de huerta y prados.

ascendiendo a la meseta

A partir de esos lugares, ambos trazados del Camino ascienden hasta la meseta en un corto tramo. Este se caracteriza por paisajes forestales combinados con algunos prados, debido a que la pendiente de los terrenos los convierte en lugares de plantaciones, casi todas con especies de producción de madera de ciclos cortos como pinos y eucaliptos. Al llegar a la zona de la meseta, el horizonte se vuelve agrícola. Podemos observar campos de

cultivo para la alimentación del ganado de leche, característico de esta zonas, formados por prados y otros forrajes, y combinados por bosquetes de plantaciones forestales. Todo esto muy fraccionado, dando lugar a un mosaico de parcelas que conforman, en general, muchas áreas de la geografía gallega.

Mosaico

El Camino sigue encontrándose con ríos y arroyos que van obsequiándonos con un abanico de corredores verdes. En sus bordes, la vegetación de ribera compuesta por sauces, alisos, abedules y arbustos resalta serpenteando por las zonas más bajas, añadiendo otro contraste más al mosaico. Una vez que ambos caminos se juntan, el paisaje denota la influencia de la ganadería ya que las zonas de explotaciones agrícolas de leche marcan una predisposición mayor a prados y pastizales. Estos, además, se van mezclando con plantaciones forestales de corte productivo que, en algunos lugares, van sustituyendo las áreas abandonadas del uso agrícola. Al llegar a la meseta, los cursos de agua que nos cruzamos son muchos, pues su agua fluye hacia el río Tambre, que

145

Marismas del río Mandeo en Betanzos

discurre desde este a oeste marcando pequeños valles en Ordes y Sigüeiro. Por último, cabe destacar que, al recorrer el Camino Inglés, se pueden ver en las zonas altas que bordean los valles -sobre todo en los primeros tramos-, bosques plantados con pinos y eucaliptos. Los bosques con frondosas escasean cada vez más y son menos frecuentes.


UNA MIRADA AL PAISAJE Antonio de María Angulo PrESIDENTE DE La aSoCIaCIÓN ProFESIoNaL DE SILVICULTorES DE GaLICIa (SILVaNUS)

El Camino Inglés cuenta con dos recorridos, desde Ferrol y desde A Coruña, uniéndose ambos a mitad de camino para continuar juntos hasta Compostela. Teniendo en cuenta esto, podemos diferenciar dos zonas según los dos trazados. Así, en la primera parte predomina un panorama de costa y desembocadura de ríos. Según ascendemos hacia la meseta, en la que está la capital gallega, vamos cambiando a un paisaje agroforestal que se mantiene

144 Puente sobre el río Tambre en Sigüeiro, Oroso

cuando se juntan ambos caminos hasta llegar a Compostela.

La influencia de la brisa

En la parte costera, el paisaje está caracterizado por poblaciones y pequeños núcleos marineros situados en la costa o en los valles que forman las desembocaduras de los ríos. Generalmente, el terreno cercano a las viviendas conforma un mosaico de huertas que servían para cultivar los alimentos complementarios a los de la

pesca, siempre para autoconsumo. Hay algunos lugares que siguen manteniendo un encanto especial, pues han sabido salvarse de la presión urbana. El paisaje está fuertemente antropizado ya que la densidad de población en estas zonas es bastante alta. Sin embargo, podemos encontrar en ambos trazados lugares de importante valor botánico y que conforman áreas de interés tanto medioambiental como paisajístico. Podemos desta-

car la desembocadura del río Xubia hacia la ría de Ferrol, las Fragas do Eume en Pontedeume o las marismas que conforman la desembocadura de los ríos Mendo y Mandeo que, juntos desde Betanzos hacia el mar, forman un ecosistema marítimo-terrestre muy importante –clasificado recientemente como Reserva de la Biosfera. Desde la parte de A Coruña, el Camino discurre por zonas agrarias. Desde la ría de O Burgo, muy deteriorada por la presión urbana, se llega a Cambre, municipio donde se encuentran el bosque de Cecebre y el embalse del mismo nombre. Son zonas básicamente agrícolas, de pequeñas parcelas de huerta y prados.

ascendiendo a la meseta

A partir de esos lugares, ambos trazados del Camino ascienden hasta la meseta en un corto tramo. Este se caracteriza por paisajes forestales combinados con algunos prados, debido a que la pendiente de los terrenos los convierte en lugares de plantaciones, casi todas con especies de producción de madera de ciclos cortos como pinos y eucaliptos. Al llegar a la zona de la meseta, el horizonte se vuelve agrícola. Podemos observar campos de

cultivo para la alimentación del ganado de leche, característico de esta zonas, formados por prados y otros forrajes, y combinados por bosquetes de plantaciones forestales. Todo esto muy fraccionado, dando lugar a un mosaico de parcelas que conforman, en general, muchas áreas de la geografía gallega.

Mosaico

El Camino sigue encontrándose con ríos y arroyos que van obsequiándonos con un abanico de corredores verdes. En sus bordes, la vegetación de ribera compuesta por sauces, alisos, abedules y arbustos resalta serpenteando por las zonas más bajas, añadiendo otro contraste más al mosaico. Una vez que ambos caminos se juntan, el paisaje denota la influencia de la ganadería ya que las zonas de explotaciones agrícolas de leche marcan una predisposición mayor a prados y pastizales. Estos, además, se van mezclando con plantaciones forestales de corte productivo que, en algunos lugares, van sustituyendo las áreas abandonadas del uso agrícola. Al llegar a la meseta, los cursos de agua que nos cruzamos son muchos, pues su agua fluye hacia el río Tambre, que

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Marismas del río Mandeo en Betanzos

discurre desde este a oeste marcando pequeños valles en Ordes y Sigüeiro. Por último, cabe destacar que, al recorrer el Camino Inglés, se pueden ver en las zonas altas que bordean los valles -sobre todo en los primeros tramos-, bosques plantados con pinos y eucaliptos. Los bosques con frondosas escasean cada vez más y son menos frecuentes.


Varios puentes permiten cruzar el río de una orilla a otra

146

PARQUE NATURAL FRAGAS DO EUME Jorge Vázquez Rey DIrECTor DEL ParQUE NaTUraL FraGaS Do EUME

Existen lugares mágicos en Galicia. Próximo al Camino Inglés, encontramos uno de ellos: el Parque Natural Fragas do Eume, declarado recientemente Zona de Especial Conservación de la Red Natura 2000. Desde A Capela, Pontedeume, Cabanas, Monfero o As Pontes se puede acceder a este espacio natural único, que le permitirá al peregrino hacer un alto en su camino a Compostela y conocer la leyenda sobre la creación de las Fragas

do Eume. Esa que cuenta que Dios, al crear los tres ríos que nacen en la sierra de O Xistral -el Eume, el Landro y el Masma-, prometió la ofrenda de un hombre al río que llegase primero al mar. Los tres ríos pactaron recorrer juntos el camino y llegar a la vez al océano. Sin embargo, a mitad del viaje, exhaustos, decidieron descansar y, uno de ellos, al despertar, decidió emprender el viaje por su cuenta. El segundo, cuando despertó

y vio que faltaba uno, decidió abandonar al Eume a su suerte. Este, traicionado dos veces, enfureció y emprendió su viaje hacia el océano atravesando valles y montañas, volviéndose bravo y caudaloso hasta lograr llegar el primero. El peregrino nunca sabrá si esta historia es verdad o mentira. Si pregunta a los lugareños, estos le dirán que, hasta la construcción de la presa del Eume, las caudalosas aguas del río, puntualmente una

El mismo caudal que alimenta la leyenda vertebra este paraje abrupto

vez al año, se llevaban la vida de un hombre. El mismo caudal que alimenta la leyenda, vertebra este paraje natural de orografía abrupta, con presencia de vegetación de origen subtropical, atlántica y mediterránea. Un bosque único en Europa.

Un bosque de gran riqueza

Las Fragas do Eume son la mejor representación de los bosques atlánticos costeros europeos que cubrían la zona

occidental de Galicia. Robles, fresnos, alisos, castaños, abedules, laureles, acebos y madroños -entre otras especies arbóreas- acompañan al río por terrenos escarpados hasta su desembocadura en la ría de Ares. Bosques densos, frondosos, húmedos y frescos, llenos de vida, dominan los barrancos y encajonados valles a uno y otro lado del curso fluvial, formando el refugio de las numerosas especies de flora y fauna que habitan en él. Muchas de ellas, desde hace millones años, especies vegetales relictas. Es el caso de ciertas especies de helechos, testigos vivos del clima subtropical dominante en un pasado remoto que convierten las Fragas do Eume en un fósil viviente que debe ser protegido. Además de la riqueza vegetal, las Fragas do Eume poseen numerosas especies de mamíferos, anfibios, reptiles y aves, algunas de ellas catalogadas en peligro de extinción o vulnerables. Su supervivencia depende directamente de los diferentes hábitats presentes en el parque natural. El castigado lobo ibérico, que ha encontrado refugio en los bosques, o las numerosas especies de murciélagos, de gran importancia para el equilibrio del ecosistema, son solo dos ejemplos del valor de las Fragas do Eume. A esta importancia le tendríamos que sumar el monasterio de San Juan de Caaveiro, parte inseparable del espacio natural, que añade a la belleza del paisaje una construcción que se re-

Este lugar es la mejor representación de bosque atlántico costero de Europa

Carteles informativos en el parque Fragas do Eume

monta al siglo X. Fue entonces cuando un grupo de eremitas decidió construir en un promontorio, en lo más profundo y alejado del bosque, un cenobio en el que desarrollar su vida de retiro y oración. En definitiva, sea por la fuerza del Eume y sus afluentes, por una vegetación frondosa, congelada en el pasado, pero viva y que es refugio de una fauna en peligro, o por el respeto a aquellos hombres que decidieron dedicar su vida a la contemplación y nos legaron un peculiar edificio en nuestro entorno, las Fragas do Eume no dejarán indiferentes a quienes las visiten. Depende de todos y cada uno de nosotros conservar esta joya viva, patrimonio natural de incalculable valor y pieza clave para la conservación de la biodiversidad.

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Varios puentes permiten cruzar el río de una orilla a otra

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PARQUE NATURAL FRAGAS DO EUME Jorge Vázquez Rey DIrECTor DEL ParQUE NaTUraL FraGaS Do EUME

Existen lugares mágicos en Galicia. Próximo al Camino Inglés, encontramos uno de ellos: el Parque Natural Fragas do Eume, declarado recientemente Zona de Especial Conservación de la Red Natura 2000. Desde A Capela, Pontedeume, Cabanas, Monfero o As Pontes se puede acceder a este espacio natural único, que le permitirá al peregrino hacer un alto en su camino a Compostela y conocer la leyenda sobre la creación de las Fragas

do Eume. Esa que cuenta que Dios, al crear los tres ríos que nacen en la sierra de O Xistral -el Eume, el Landro y el Masma-, prometió la ofrenda de un hombre al río que llegase primero al mar. Los tres ríos pactaron recorrer juntos el camino y llegar a la vez al océano. Sin embargo, a mitad del viaje, exhaustos, decidieron descansar y, uno de ellos, al despertar, decidió emprender el viaje por su cuenta. El segundo, cuando despertó

y vio que faltaba uno, decidió abandonar al Eume a su suerte. Este, traicionado dos veces, enfureció y emprendió su viaje hacia el océano atravesando valles y montañas, volviéndose bravo y caudaloso hasta lograr llegar el primero. El peregrino nunca sabrá si esta historia es verdad o mentira. Si pregunta a los lugareños, estos le dirán que, hasta la construcción de la presa del Eume, las caudalosas aguas del río, puntualmente una

El mismo caudal que alimenta la leyenda vertebra este paraje abrupto

vez al año, se llevaban la vida de un hombre. El mismo caudal que alimenta la leyenda, vertebra este paraje natural de orografía abrupta, con presencia de vegetación de origen subtropical, atlántica y mediterránea. Un bosque único en Europa.

Un bosque de gran riqueza

Las Fragas do Eume son la mejor representación de los bosques atlánticos costeros europeos que cubrían la zona

occidental de Galicia. Robles, fresnos, alisos, castaños, abedules, laureles, acebos y madroños -entre otras especies arbóreas- acompañan al río por terrenos escarpados hasta su desembocadura en la ría de Ares. Bosques densos, frondosos, húmedos y frescos, llenos de vida, dominan los barrancos y encajonados valles a uno y otro lado del curso fluvial, formando el refugio de las numerosas especies de flora y fauna que habitan en él. Muchas de ellas, desde hace millones años, especies vegetales relictas. Es el caso de ciertas especies de helechos, testigos vivos del clima subtropical dominante en un pasado remoto que convierten las Fragas do Eume en un fósil viviente que debe ser protegido. Además de la riqueza vegetal, las Fragas do Eume poseen numerosas especies de mamíferos, anfibios, reptiles y aves, algunas de ellas catalogadas en peligro de extinción o vulnerables. Su supervivencia depende directamente de los diferentes hábitats presentes en el parque natural. El castigado lobo ibérico, que ha encontrado refugio en los bosques, o las numerosas especies de murciélagos, de gran importancia para el equilibrio del ecosistema, son solo dos ejemplos del valor de las Fragas do Eume. A esta importancia le tendríamos que sumar el monasterio de San Juan de Caaveiro, parte inseparable del espacio natural, que añade a la belleza del paisaje una construcción que se re-

Este lugar es la mejor representación de bosque atlántico costero de Europa

Carteles informativos en el parque Fragas do Eume

monta al siglo X. Fue entonces cuando un grupo de eremitas decidió construir en un promontorio, en lo más profundo y alejado del bosque, un cenobio en el que desarrollar su vida de retiro y oración. En definitiva, sea por la fuerza del Eume y sus afluentes, por una vegetación frondosa, congelada en el pasado, pero viva y que es refugio de una fauna en peligro, o por el respeto a aquellos hombres que decidieron dedicar su vida a la contemplación y nos legaron un peculiar edificio en nuestro entorno, las Fragas do Eume no dejarán indiferentes a quienes las visiten. Depende de todos y cada uno de nosotros conservar esta joya viva, patrimonio natural de incalculable valor y pieza clave para la conservación de la biodiversidad.

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EL MAR… Y EL CAMINO INGLÉS Felipe Senén López Gómez arQUEÓLoGo Y MUSEÓLoGo

148

Las débiles naves eran empujadas por las corrientes a ortegal, al arco Ártabro o a Bergantiños Costa de cabo Prior

Galicia nace y madura por el mar desde las noticias de los antiguos referidas a los barcos hechos en cuero y mimbre. Rutas marítimas por los confines de Iberia, en las que se situaban las islas Kassiterides, conocidas por los romanos. Ellos mismos decían que otros pueblos de comerciantes llegaran aquí mucho antes en busca de metales. Huellas arqueológicas de esa importancia portuaria son los castros del litoral o los orientadores montes fachos (en castellano fuego), que servían como referentes. Prueba de ello es la crónica de César, del año 60 a.C., referida a su llegada a Brigantium después de la construcción de un gran faro, obra del arquitecto lusitano Caio Servio Lupo para señalar puerto seguro en el Mare tenebrarum. Otra prueba: el poema Ora Marítima de Rufo Festo Avieno, que en el siglo IV recoge mitos de los desencuentros entre los celtas llegados de los mares del norte. Ya en el siglo V, el viaje de Exeria y de otros aristócratas desde estos puertos hacia Tierra Santa. Poco después, el periplo de Maeloc desde Bretaña para arribar, posiblemente, a Bares. Nos encontramos con leyendas referidas a buscadores de paraísos perdidos. Por ejem-

plo, la de Breogán, como cuenta en el siglo XII el Libro de las invasiones a Irlanda. También los míticos periplos de San Brandán sobre una ballena o la peregrinación de San Amaro en relación con la expedición de Trezenzonio en el siglo VIII. Rutas para el tráfico de reliquias alrededor de leyendas de barcas de piedra, donde “hombres santos” acometen la cristianización de lugares con cultos paganos. Confines en los que los aventureros buscan el Grial o el sepulcro del apóstol íntimo de Cristo. Punto en el que convergen y divergen los caminos, simbolizados con la anacarada concha de Venus. Donde las tradiciones ponen en Fisterra el Ara Solis romano, para después venerarse aquí un cristo de barba dorada aparecido en las aguas, celebrado por la Pascua Florida en coherencia simbólica: principio, fin y resurrección.

Faros guías

El año 813 marca el tiempo de la primera constitución de Europa. Entonces es cuando Carlomagno, el papa León III, el rey asturiano Alfonso II y Teodomiro –obispo de Iria Flavia- confirman el hallazgo, hecho por el ermitaño Paio de Solovio, del sepulcro del

Acantilados y costa de Meirás, Valdoviño

149 apóstol Santiago en el monte Libredón. La cristiandad, hasta entonces amedrentada y refugiada en las cuevas, ofrece un argumento para salir a la lucha contra el avance del islam. La inseguridad se hace mayor. Islámicos, normandos y todo tipo de piratas asolaban los mares, al tiempo que se da el alistamiento de los milites Christi para la tarea recuperadora de las Cruzadas. Los puertos de Faro de Brigantium son parada para la navegación. Las crónicas cristianas, musulmanas y las sagas nórdicas reafirman las relaciones con la costa gallega. Lo sabemos por los códices compostelanos, como también que Sisnando, “más soldado que prelado”,

ordena levantar torres sobre los fachos en el siglo IX. Sánchez-Albornoz (historiador español) insiste en la presencia de los pueblos del norte en Galicia. No obstante, el primero en estudiarlo, partiendo de las fuentes documentales árabes, fue el holandés Reinhard Dozy en sus Recherches sur l’histoire et littérature de l’Espagne pendant le Moyen Âge (Leiden, 1881). Evaristo Lévi-Provenzal o el sueco Arne Melvinger ampliarán el tema con nuevas investigaciones arqueológicas, contrastando las fuentes cristianas, musulmanas y nórdicas. Eduardo Morales Romero, Vicente Almazán, Xaime Ferreiro Alemparte o Galicia en el comercio marítimo medie-

val, de Elisa Ferreira Priegue, también han aportado mucho al respecto. Los vikingos eran pueblos por excelencia de navegantes, conocidos también como normanni (del norte) o como gaill (que puede tener relación con Galicia). A mediados del siglo IX inician el llamado “camino del oeste”, en el que está Galicia. Se habla de viajes como el que hizo el dominico islandés Pauper frater Mauritius, capellán en el barco del rey noruego Haakon el Grande, quien pasaría por Galicia camino de Tierra Santa. La saga de Rögnvald el Santo canta a la peregrinación realizada en 1152 por este, conde de las islas Orcadas, conocido por su hermosura y

también poeta. Las débiles naves eran empujadas por el azar de las corrientes a la costa de Asturias, a la costa mindoniense, a Ortegal, al Arco Ártabro y a Bergantiños.

Órdenes religiosas

Con la toma de Jerusalén en 1099 con la Primera Cruzada, aumentan las relaciones entre el Atlántico y el Mediterráneo. Crece entonces esa necesidad de ir en romería al sepulcro de Cristo y, de paso, seguir a Jakobusland. Se crean cofradías que organizarán y ayudarán a los peregrinos. En 1110, Skopti abre nuevos caminos hacia Tierra Santa y prepara la expedición que hará el rey Sigurd de Norue-


EL MAR… Y EL CAMINO INGLÉS Felipe Senén López Gómez arQUEÓLoGo Y MUSEÓLoGo

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Las débiles naves eran empujadas por las corrientes a ortegal, al arco Ártabro o a Bergantiños Costa de cabo Prior

Galicia nace y madura por el mar desde las noticias de los antiguos referidas a los barcos hechos en cuero y mimbre. Rutas marítimas por los confines de Iberia, en las que se situaban las islas Kassiterides, conocidas por los romanos. Ellos mismos decían que otros pueblos de comerciantes llegaran aquí mucho antes en busca de metales. Huellas arqueológicas de esa importancia portuaria son los castros del litoral o los orientadores montes fachos (en castellano fuego), que servían como referentes. Prueba de ello es la crónica de César, del año 60 a.C., referida a su llegada a Brigantium después de la construcción de un gran faro, obra del arquitecto lusitano Caio Servio Lupo para señalar puerto seguro en el Mare tenebrarum. Otra prueba: el poema Ora Marítima de Rufo Festo Avieno, que en el siglo IV recoge mitos de los desencuentros entre los celtas llegados de los mares del norte. Ya en el siglo V, el viaje de Exeria y de otros aristócratas desde estos puertos hacia Tierra Santa. Poco después, el periplo de Maeloc desde Bretaña para arribar, posiblemente, a Bares. Nos encontramos con leyendas referidas a buscadores de paraísos perdidos. Por ejem-

plo, la de Breogán, como cuenta en el siglo XII el Libro de las invasiones a Irlanda. También los míticos periplos de San Brandán sobre una ballena o la peregrinación de San Amaro en relación con la expedición de Trezenzonio en el siglo VIII. Rutas para el tráfico de reliquias alrededor de leyendas de barcas de piedra, donde “hombres santos” acometen la cristianización de lugares con cultos paganos. Confines en los que los aventureros buscan el Grial o el sepulcro del apóstol íntimo de Cristo. Punto en el que convergen y divergen los caminos, simbolizados con la anacarada concha de Venus. Donde las tradiciones ponen en Fisterra el Ara Solis romano, para después venerarse aquí un cristo de barba dorada aparecido en las aguas, celebrado por la Pascua Florida en coherencia simbólica: principio, fin y resurrección.

Faros guías

El año 813 marca el tiempo de la primera constitución de Europa. Entonces es cuando Carlomagno, el papa León III, el rey asturiano Alfonso II y Teodomiro –obispo de Iria Flavia- confirman el hallazgo, hecho por el ermitaño Paio de Solovio, del sepulcro del

Acantilados y costa de Meirás, Valdoviño

149 apóstol Santiago en el monte Libredón. La cristiandad, hasta entonces amedrentada y refugiada en las cuevas, ofrece un argumento para salir a la lucha contra el avance del islam. La inseguridad se hace mayor. Islámicos, normandos y todo tipo de piratas asolaban los mares, al tiempo que se da el alistamiento de los milites Christi para la tarea recuperadora de las Cruzadas. Los puertos de Faro de Brigantium son parada para la navegación. Las crónicas cristianas, musulmanas y las sagas nórdicas reafirman las relaciones con la costa gallega. Lo sabemos por los códices compostelanos, como también que Sisnando, “más soldado que prelado”,

ordena levantar torres sobre los fachos en el siglo IX. Sánchez-Albornoz (historiador español) insiste en la presencia de los pueblos del norte en Galicia. No obstante, el primero en estudiarlo, partiendo de las fuentes documentales árabes, fue el holandés Reinhard Dozy en sus Recherches sur l’histoire et littérature de l’Espagne pendant le Moyen Âge (Leiden, 1881). Evaristo Lévi-Provenzal o el sueco Arne Melvinger ampliarán el tema con nuevas investigaciones arqueológicas, contrastando las fuentes cristianas, musulmanas y nórdicas. Eduardo Morales Romero, Vicente Almazán, Xaime Ferreiro Alemparte o Galicia en el comercio marítimo medie-

val, de Elisa Ferreira Priegue, también han aportado mucho al respecto. Los vikingos eran pueblos por excelencia de navegantes, conocidos también como normanni (del norte) o como gaill (que puede tener relación con Galicia). A mediados del siglo IX inician el llamado “camino del oeste”, en el que está Galicia. Se habla de viajes como el que hizo el dominico islandés Pauper frater Mauritius, capellán en el barco del rey noruego Haakon el Grande, quien pasaría por Galicia camino de Tierra Santa. La saga de Rögnvald el Santo canta a la peregrinación realizada en 1152 por este, conde de las islas Orcadas, conocido por su hermosura y

también poeta. Las débiles naves eran empujadas por el azar de las corrientes a la costa de Asturias, a la costa mindoniense, a Ortegal, al Arco Ártabro y a Bergantiños.

Órdenes religiosas

Con la toma de Jerusalén en 1099 con la Primera Cruzada, aumentan las relaciones entre el Atlántico y el Mediterráneo. Crece entonces esa necesidad de ir en romería al sepulcro de Cristo y, de paso, seguir a Jakobusland. Se crean cofradías que organizarán y ayudarán a los peregrinos. En 1110, Skopti abre nuevos caminos hacia Tierra Santa y prepara la expedición que hará el rey Sigurd de Norue-


No podemos olvidar el accidental viaje de John adams, miembro de laDeclaración deIndependencia de los EE.UU

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ga que, tras una larga odisea, llegará casi tres años después. Este es el primer viaje conocido de un escandinavo cristiano a Galicia. Del 1100 al 1150 son interesantes los relatos del viaje de Abu-abd-Mohamedal-Edisi, que visita la tierra de Faro. Sabemos de islandeses, de nórdicos, de germanos y de

holandeses camino a la conquista de Lisboa que parten de Alemania rumbo a Compostela. Episodios de reconquista que consolidan Europa. Mientras tanto, se establecen en Galicia precursoras multinacionales: las órdenes religiosas. El monasterio cisterciense de Sobrado y los templarios ejercen un control socioeconómico en una zona estratégica. Caminos que nos acercan a Santa María de Cambre, emblema en los caminos. Los hospitales bajo la advocación del Espíritu Santo ponen a prueba el interés de las órdenes hospitalarias al servicio del peregrino: Ferrol, Neda, Pontedeume, Miño, Paderne o Betanzos tuvieron este tipo de refugios. En Bruma, bajo la advocación de San Lorenzo.

Controles

A finales del siglo XIV, el Cisma divide Europa entre los partidarios del papa de Roma y los del de Avignon. La cuestión influyó en las peregrinaciones, imponiéndose el control. Por una licencia firmada en Westminster en 1368, en nombre de Eduardo III, se autorizó a los navieros para hacer la ruta a Compostela. Se añadía que los peregrinos fuesen de clase media, prohibiendo el viaje a clérigos, escolares, caballeros de las órdenes militares, señores ricos y otros nobles. También se expresa la prohibición de sacar de Inglaterra oro, plata, armas, caballos y todo lo que pueda perjudicar al rey. En 1345 el rey Alfonso XI llega hasta A Coruña para peDoniños, Ferrol.

regrinar. Cuatro décadas más tarde, en 1386, el duque de Lancaster, desde Brest, hace lo mismo. Compostela, antes de ningún conflicto decide rendirle honores y entregarle las llaves. Por orden de Enrique VI se firman varias licencias de peregrinación. Simonis Bronis, en 1475, transporta desde Clay a sesenta peregrinos; Johannis de Bocher, de Dover, panadero y propietario de la nave Kateryny conduce sesenta peregrinos a Galicia. Sabemos que se dieron permisos especiales. Seguramente más para tareas comerciales que para la peregrinación, a juzgar por la frase “in comitiva sua”. También, por licencia real, se da la conmutatio voti, trueques con otros peregrinos, acortando caminos hacia Compostela, en vez de Jerusalén. La reina Margarita de Dinamarca, en 1411, promete ayuda a los peregrinos. La biografía de la sueca Santa Brígida hace referencia a su viaje a Compostela, con la graciosa anécdota de que el monje que la acompaña está cansado de comer cocido y vino espeso. A mediados del siglo XV hace su viaje el suabo Jorge de Ehingen, alocado caballero. Se refiere a Langrunge (A Coruña) y de Compostela solo dice que alí vende sus caballos. El puerto de A Coruña impone derechos de anclaje a favor del arzobispo de Compostela. Tuvo mucha repercusión el viaje que en 1520 hace Carlos I a Compostela, con parada y

fonda en lugares del Camino que se gabarán de eso. En 1554 Felipe II repite el hecho, busca dinero y medios para dirigirse a Inglaterra.

Científicos e ilustrados

De 1531 data la crónica de un viaje de ida y vuelta, de doce semanas de duración, mandado por el capitán Heinrich Schömbrunner. Parte de la Rochelle, sigue la “ruta gascona” con 300 peregrinos que recalan en Kron (A Coruña), donde un mesonero les procura caballos para andar las doce millas, que equivalen a unos veinte kilómetros, hacia Compostela. No falta el afán científico. He ahí el viaje que en el año 1538 realiza el astrónomo veneciano Bartolomeo Fontana, con escala en Ribadeo para seguir a Ortigueira, Ferrol y Ares, mostrándose impresionado por la hechura y grandiosidad de la Ponte do Eume. En 1588, con respecto a la Gran Armada, es interesante un mapa de A Coruña de 1589 en la British Library en el que se dibuja Pontedeume, indicando las posibilidades portuarias. Al mismo tiempo, la fundación de colegios de los irlandeses por Felipe II en Compostela, prepara tradiciones de ida y volta. En el siglo XVII, Luis XIV prohíbe la peregrinación. Aun así, en 1668 la curiosidad lleva al gran duque de la Toscana, Cosme III de Medicis, a hacer un viaje por la península ibérica, con una detallada descripción del camino de

Compostela a A Coruña, documentado por el séquito de geógrafos, cronistas y dibujantes como Pier Maria Baldi. En ese mismo año acontece la accidentada navegación que hizo Mariana de Austria, que recala en Mugardos y sigue hacia A Coruña. La curiosidad del sentir ilustrado lleva al benedictino fray Martín Sarmiento a viajar en 1745 a Fisterra, y una segunda vez, nueve años después, de 1754 a 1755, a visitar Teixido, documentando, de Santiago a Betanzos o Ferrol, el Camino Inglés. Tampoco podemos olvidar el accidental viaje de John Adams, uno de los miembros de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, y su hijo John Quincy Adams, quienes serían presidentes de su país. Y el Camino sigue.

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No podemos olvidar el accidental viaje de John adams, miembro de laDeclaración deIndependencia de los EE.UU

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ga que, tras una larga odisea, llegará casi tres años después. Este es el primer viaje conocido de un escandinavo cristiano a Galicia. Del 1100 al 1150 son interesantes los relatos del viaje de Abu-abd-Mohamedal-Edisi, que visita la tierra de Faro. Sabemos de islandeses, de nórdicos, de germanos y de

holandeses camino a la conquista de Lisboa que parten de Alemania rumbo a Compostela. Episodios de reconquista que consolidan Europa. Mientras tanto, se establecen en Galicia precursoras multinacionales: las órdenes religiosas. El monasterio cisterciense de Sobrado y los templarios ejercen un control socioeconómico en una zona estratégica. Caminos que nos acercan a Santa María de Cambre, emblema en los caminos. Los hospitales bajo la advocación del Espíritu Santo ponen a prueba el interés de las órdenes hospitalarias al servicio del peregrino: Ferrol, Neda, Pontedeume, Miño, Paderne o Betanzos tuvieron este tipo de refugios. En Bruma, bajo la advocación de San Lorenzo.

Controles

A finales del siglo XIV, el Cisma divide Europa entre los partidarios del papa de Roma y los del de Avignon. La cuestión influyó en las peregrinaciones, imponiéndose el control. Por una licencia firmada en Westminster en 1368, en nombre de Eduardo III, se autorizó a los navieros para hacer la ruta a Compostela. Se añadía que los peregrinos fuesen de clase media, prohibiendo el viaje a clérigos, escolares, caballeros de las órdenes militares, señores ricos y otros nobles. También se expresa la prohibición de sacar de Inglaterra oro, plata, armas, caballos y todo lo que pueda perjudicar al rey. En 1345 el rey Alfonso XI llega hasta A Coruña para peDoniños, Ferrol.

regrinar. Cuatro décadas más tarde, en 1386, el duque de Lancaster, desde Brest, hace lo mismo. Compostela, antes de ningún conflicto decide rendirle honores y entregarle las llaves. Por orden de Enrique VI se firman varias licencias de peregrinación. Simonis Bronis, en 1475, transporta desde Clay a sesenta peregrinos; Johannis de Bocher, de Dover, panadero y propietario de la nave Kateryny conduce sesenta peregrinos a Galicia. Sabemos que se dieron permisos especiales. Seguramente más para tareas comerciales que para la peregrinación, a juzgar por la frase “in comitiva sua”. También, por licencia real, se da la conmutatio voti, trueques con otros peregrinos, acortando caminos hacia Compostela, en vez de Jerusalén. La reina Margarita de Dinamarca, en 1411, promete ayuda a los peregrinos. La biografía de la sueca Santa Brígida hace referencia a su viaje a Compostela, con la graciosa anécdota de que el monje que la acompaña está cansado de comer cocido y vino espeso. A mediados del siglo XV hace su viaje el suabo Jorge de Ehingen, alocado caballero. Se refiere a Langrunge (A Coruña) y de Compostela solo dice que alí vende sus caballos. El puerto de A Coruña impone derechos de anclaje a favor del arzobispo de Compostela. Tuvo mucha repercusión el viaje que en 1520 hace Carlos I a Compostela, con parada y

fonda en lugares del Camino que se gabarán de eso. En 1554 Felipe II repite el hecho, busca dinero y medios para dirigirse a Inglaterra.

Científicos e ilustrados

De 1531 data la crónica de un viaje de ida y vuelta, de doce semanas de duración, mandado por el capitán Heinrich Schömbrunner. Parte de la Rochelle, sigue la “ruta gascona” con 300 peregrinos que recalan en Kron (A Coruña), donde un mesonero les procura caballos para andar las doce millas, que equivalen a unos veinte kilómetros, hacia Compostela. No falta el afán científico. He ahí el viaje que en el año 1538 realiza el astrónomo veneciano Bartolomeo Fontana, con escala en Ribadeo para seguir a Ortigueira, Ferrol y Ares, mostrándose impresionado por la hechura y grandiosidad de la Ponte do Eume. En 1588, con respecto a la Gran Armada, es interesante un mapa de A Coruña de 1589 en la British Library en el que se dibuja Pontedeume, indicando las posibilidades portuarias. Al mismo tiempo, la fundación de colegios de los irlandeses por Felipe II en Compostela, prepara tradiciones de ida y volta. En el siglo XVII, Luis XIV prohíbe la peregrinación. Aun así, en 1668 la curiosidad lleva al gran duque de la Toscana, Cosme III de Medicis, a hacer un viaje por la península ibérica, con una detallada descripción del camino de

Compostela a A Coruña, documentado por el séquito de geógrafos, cronistas y dibujantes como Pier Maria Baldi. En ese mismo año acontece la accidentada navegación que hizo Mariana de Austria, que recala en Mugardos y sigue hacia A Coruña. La curiosidad del sentir ilustrado lleva al benedictino fray Martín Sarmiento a viajar en 1745 a Fisterra, y una segunda vez, nueve años después, de 1754 a 1755, a visitar Teixido, documentando, de Santiago a Betanzos o Ferrol, el Camino Inglés. Tampoco podemos olvidar el accidental viaje de John Adams, uno de los miembros de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, y su hijo John Quincy Adams, quienes serían presidentes de su país. Y el Camino sigue.

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Faro de Cabo Prioriño (Covas, Ferrol)

LOS FAROS QUE VIGILAN LA COSTA

Se ubica en la entrada de la ría de Ferrol y cerca de la playa de Doniños. Cuenta con un mirador ornitológico, pues su entorno es paso de diversas aves migratorias. El faro fue construido en 1853, aprovechando la base de una batería militar abandonada. En sus proximidades, se encuentra el Centro de Interpretación Cabo Prioriño, que acerca a los visitantes la historia de las baterías defensivas y la construcción del puerto de Ferrol. 43º 27’,5 Norte 8º 20’,4 Oeste

152

Faro de Cabo Prior (Covas, Ferrol) Como su nombre indica, este faro se sitúa en el cabo Prior, un entrante en el mar de casi 2 kilómetros. El entorno y las vistas a la ría de Ferrol desde este enclave son espectaculares.

Faro de Punta da Frouxeira (Meirás, Valdoviño)

En activo desde 1853, está construido sobre unas rocas a cien metros sobre el nivel del mar.

Aunque no pertenece al Camino, visitar el también llamado faro de Meirás es un comienzo perfecto para hacer la ruta de faros que nos guía por la costa.

43º 34’,1 Norte 8º 18’,9 Oeste

Fue uno de los últimos en construirse en España, en 1992, y empezó a operar dos años después. Llama la atención su estructura modernista y vanguardista, que lo hace diferente a los faros tradicionales. Su imagen actual es todavía más reciente. La última transformación fue en 2008. A sus pies se conservan los túneles que conducían al búnker de una antigua batería militar. 43º 37’,1 Norte 8º 11’,3 Oeste

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Faro de Cabo Prioriño (Covas, Ferrol)

LOS FAROS QUE VIGILAN LA COSTA

Se ubica en la entrada de la ría de Ferrol y cerca de la playa de Doniños. Cuenta con un mirador ornitológico, pues su entorno es paso de diversas aves migratorias. El faro fue construido en 1853, aprovechando la base de una batería militar abandonada. En sus proximidades, se encuentra el Centro de Interpretación Cabo Prioriño, que acerca a los visitantes la historia de las baterías defensivas y la construcción del puerto de Ferrol. 43º 27’,5 Norte 8º 20’,4 Oeste

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Faro de Cabo Prior (Covas, Ferrol) Como su nombre indica, este faro se sitúa en el cabo Prior, un entrante en el mar de casi 2 kilómetros. El entorno y las vistas a la ría de Ferrol desde este enclave son espectaculares.

Faro de Punta da Frouxeira (Meirás, Valdoviño)

En activo desde 1853, está construido sobre unas rocas a cien metros sobre el nivel del mar.

Aunque no pertenece al Camino, visitar el también llamado faro de Meirás es un comienzo perfecto para hacer la ruta de faros que nos guía por la costa.

43º 34’,1 Norte 8º 18’,9 Oeste

Fue uno de los últimos en construirse en España, en 1992, y empezó a operar dos años después. Llama la atención su estructura modernista y vanguardista, que lo hace diferente a los faros tradicionales. Su imagen actual es todavía más reciente. La última transformación fue en 2008. A sus pies se conservan los túneles que conducían al búnker de una antigua batería militar. 43º 37’,1 Norte 8º 11’,3 Oeste

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Torre de Hércules (A Coruña) Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es el único faro romano en funcionamiento del mundo. El panorama desde lo alto de la Torre es sorprendente, con la inmensidad del océano Atlántico a sus pies. En las más de 45 hectáreas que la rodean, se levanta el Parque Escultórico, un museo al aire libre en el que mar y mitología se conjugan en un entorno mágico. 43º 23’,2 Norte 8º 24’,4 Oeste

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Faro del Castillo de San Antón (A Coruña) Situado en el Castillo de San Antón, una fortaleza construida en el siglo XVI que hoy es la sede del Museo Arqueológico e Histórico de A Coruña. Este faro es el único que se conserva de las dos construcciones que servían para proteger la ciudad de los ataques por mar. 43º 21’,9 Norte 8º 23’,2 Oeste


Torre de Hércules (A Coruña) Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es el único faro romano en funcionamiento del mundo. El panorama desde lo alto de la Torre es sorprendente, con la inmensidad del océano Atlántico a sus pies. En las más de 45 hectáreas que la rodean, se levanta el Parque Escultórico, un museo al aire libre en el que mar y mitología se conjugan en un entorno mágico. 43º 23’,2 Norte 8º 24’,4 Oeste

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Faro del Castillo de San Antón (A Coruña) Situado en el Castillo de San Antón, una fortaleza construida en el siglo XVI que hoy es la sede del Museo Arqueológico e Histórico de A Coruña. Este faro es el único que se conserva de las dos construcciones que servían para proteger la ciudad de los ataques por mar. 43º 21’,9 Norte 8º 23’,2 Oeste


PLAYAS PARA DISFRUTAR EN EL CAMINO

Magdalena (Cabanas)

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almieiras (Fene)

Doni単os (Ferrol)

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San Xurxo (Ferrol)

Chamoso (Cabanas)


PLAYAS PARA DISFRUTAR EN EL CAMINO

Magdalena (Cabanas)

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almieiras (Fene)

Doni単os (Ferrol)

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San Xurxo (Ferrol)

Chamoso (Cabanas)


Riazor (A Coruña)

Ber (Pontedeume)

Miño (Miño) As Lapas (A Coruña)

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Perbes (Miño)

Orzán (A Coruña)


Riazor (A Coruña)

Ber (Pontedeume)

Miño (Miño) As Lapas (A Coruña)

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Perbes (Miño)

Orzán (A Coruña)


INFORMACIÓN ÚTIL

HOSPEDAJE EN EL CAMINO INGLÉS aLGUNoS CoNSEJoS ÚTILES

• En general, para hospedarte en el Camino puedes elegir entre albergues, refugios, hostales, casas rurales, hoteles, paradores...

• El Bono Iacobus, promovido por Turgalicia, permite disfrutar del Camino hospedándose en casas de turismo rural. Incluye el servicio de transporte en coche hasta el principio de cada etapa.

160 • En los albergues públicos solo se permite pernoctar una noche y no se admiten reservas, excepto en los privados.

• En los albergues públicos tienen preferencia los peregrinos que lleguen primero y a pie (frente a los ciclistas). Es necesario saco de dormir.

• El precio oscila entre 3 y 18 euros.

ALBERGUE DE NEDA Dirección: O Empedrón, s/n. Neda 43° 30’ 56.6892” N, 8° 9’ 3.6288” W Plazas: 28 Horario: 13:00h - 22:00h T. +34 981 390 249 / +34 629 224 622

ALBERGUE DE SERGUDE Dirección: parroquia de San Xián de Sergude. Carral 43° 14’ 46.9212” N, 8° 20’ 44.1492” W Plazas: 30 Horario: 13:00h - 22:00h T. +34 981 670 222

PARADORES PARADOR DE FERROL *** Dirección: Praza do Contralmirante Azarola Gresillón. Ferrol 43º 28’ 51.456” N, -8º 14’ 22.956” W Plazas: 67

ALBERGUE DE PONTEDEUME Dirección: rúa Peirao s/n (junto al embarcadero deportivo). Pontedeume Plazas: 20 Horario: bajo llamada - 22:00h T. +34 638 341 149 (lunes a viernes) / +34 638 099 112 (sábados, domingos y festivos) Observaciones: el peregrino se queda con una llave que deja al día siguiente.

ALBERGUE DE MIÑO Dirección: rúa Marismas s/n. Miño 43° 21’ 1.7712” N, 8° 12’ 30.1104” W Plazas: 22 Horario: 13:00h - 22:00h T. +34 607 803 569 / +34 981 784 254

ALBERGUE DE BETANZOS Dirección: rúa Pescadería, esquina con rúa Ferreiros. Betanzos 43° 16’ 53.1984” N, 8° 12’ 42.1488” W Plazas: 32 Horario: 13:00h - 22:00h T. +34 981 770 011

ALBERGUE DE PRESEDO Dirección: Campo de A Saleta. Parroquia de Presedo. Abegondo Plazas: 16 Horario: bajo llamada - 22:00h T. +34 608 616 533

Horario: recepción 24h T. +34 981 356 720

ALBERGUE DE BRUMA Dirección: Hospital de Bruma, s/n. Mesía 43° 9’ 2.1348” N, 8° 21’ 48.3984” W Plazas: 22 Horario: 13:00h - 22:00h T. +34 981 692 921

ALBERGUES DE SIGÜEIRO O Fogar da Chisca Dirección: rúa O Campo 4, bajo izquierda. Sigüeiro – Oroso 42° 58’ 3.1254” N, 8° 26’ 41.0784” W Plazas: 12 Horario: 12:00h - 22:00h T. +34 626 592 444 / +34 981 691 783 Observaciones: privado. Dispone de desfibrilador. No hay estancia máxima. Precio: 18€ con desayuno en cafetería próxima, sábanas, toallas (de lavandería) y gel.

El albergue de Delia Dirección: rúa Portiño, 21. Sigüeiro – Oroso 42° 58’ 7.1178” N, 8° 26’ 48.6816” W Plazas: 8 Horario: 12:30h - 22:00h T. +34 687 279 398 Observaciones: privado. No hay estancia máxima. Precio: 15€ con desayuno, ropa de cama, toalla y gel.

PARADOR DE SANTIAGO DE COMPOSTELA ***** Dirección: Praza do Obradoiro, 1. Santiago de Compostela 42º 52’ 50.4912” N, -8º 32’ 45.51” W Plazas: 262 Horario: recepción 24h T. +34 981 582 200

ALBERGUES DE SANTIAGO DE COMPOSTELA ALBERGUE MONTE DO GOZO Dirección: Monte do Gozo, s/n. Santiago de Compostela 42° 53’ 14.0352” N, 8° 29’ 59.5896” W Plazas: 400 Horario: 13:00h - 22:00h T. +34 981 692 921

ALBERGUE SAN LÁZARO Dirección: rúa San Lázaro s/n. Santiago de Compostela 42° 53’ 14.5896” N, 8° 30’ 47.574” W Plazas: 80 Horario: 10:00h - 21:00h T. +34 981 571 488 Observaciones: máximo 3 noches.

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INFORMACIÓN ÚTIL

HOSPEDAJE EN EL CAMINO INGLÉS aLGUNoS CoNSEJoS ÚTILES

• En general, para hospedarte en el Camino puedes elegir entre albergues, refugios, hostales, casas rurales, hoteles, paradores...

• El Bono Iacobus, promovido por Turgalicia, permite disfrutar del Camino hospedándose en casas de turismo rural. Incluye el servicio de transporte en coche hasta el principio de cada etapa.

160 • En los albergues públicos solo se permite pernoctar una noche y no se admiten reservas, excepto en los privados.

• En los albergues públicos tienen preferencia los peregrinos que lleguen primero y a pie (frente a los ciclistas). Es necesario saco de dormir.

• El precio oscila entre 3 y 18 euros.

ALBERGUE DE NEDA Dirección: O Empedrón, s/n. Neda 43° 30’ 56.6892” N, 8° 9’ 3.6288” W Plazas: 28 Horario: 13:00h - 22:00h T. +34 981 390 249 / +34 629 224 622

ALBERGUE DE SERGUDE Dirección: parroquia de San Xián de Sergude. Carral 43° 14’ 46.9212” N, 8° 20’ 44.1492” W Plazas: 30 Horario: 13:00h - 22:00h T. +34 981 670 222

PARADORES PARADOR DE FERROL *** Dirección: Praza do Contralmirante Azarola Gresillón. Ferrol 43º 28’ 51.456” N, -8º 14’ 22.956” W Plazas: 67

ALBERGUE DE PONTEDEUME Dirección: rúa Peirao s/n (junto al embarcadero deportivo). Pontedeume Plazas: 20 Horario: bajo llamada - 22:00h T. +34 638 341 149 (lunes a viernes) / +34 638 099 112 (sábados, domingos y festivos) Observaciones: el peregrino se queda con una llave que deja al día siguiente.

ALBERGUE DE MIÑO Dirección: rúa Marismas s/n. Miño 43° 21’ 1.7712” N, 8° 12’ 30.1104” W Plazas: 22 Horario: 13:00h - 22:00h T. +34 607 803 569 / +34 981 784 254

ALBERGUE DE BETANZOS Dirección: rúa Pescadería, esquina con rúa Ferreiros. Betanzos 43° 16’ 53.1984” N, 8° 12’ 42.1488” W Plazas: 32 Horario: 13:00h - 22:00h T. +34 981 770 011

ALBERGUE DE PRESEDO Dirección: Campo de A Saleta. Parroquia de Presedo. Abegondo Plazas: 16 Horario: bajo llamada - 22:00h T. +34 608 616 533

Horario: recepción 24h T. +34 981 356 720

ALBERGUE DE BRUMA Dirección: Hospital de Bruma, s/n. Mesía 43° 9’ 2.1348” N, 8° 21’ 48.3984” W Plazas: 22 Horario: 13:00h - 22:00h T. +34 981 692 921

ALBERGUES DE SIGÜEIRO O Fogar da Chisca Dirección: rúa O Campo 4, bajo izquierda. Sigüeiro – Oroso 42° 58’ 3.1254” N, 8° 26’ 41.0784” W Plazas: 12 Horario: 12:00h - 22:00h T. +34 626 592 444 / +34 981 691 783 Observaciones: privado. Dispone de desfibrilador. No hay estancia máxima. Precio: 18€ con desayuno en cafetería próxima, sábanas, toallas (de lavandería) y gel.

El albergue de Delia Dirección: rúa Portiño, 21. Sigüeiro – Oroso 42° 58’ 7.1178” N, 8° 26’ 48.6816” W Plazas: 8 Horario: 12:30h - 22:00h T. +34 687 279 398 Observaciones: privado. No hay estancia máxima. Precio: 15€ con desayuno, ropa de cama, toalla y gel.

PARADOR DE SANTIAGO DE COMPOSTELA ***** Dirección: Praza do Obradoiro, 1. Santiago de Compostela 42º 52’ 50.4912” N, -8º 32’ 45.51” W Plazas: 262 Horario: recepción 24h T. +34 981 582 200

ALBERGUES DE SANTIAGO DE COMPOSTELA ALBERGUE MONTE DO GOZO Dirección: Monte do Gozo, s/n. Santiago de Compostela 42° 53’ 14.0352” N, 8° 29’ 59.5896” W Plazas: 400 Horario: 13:00h - 22:00h T. +34 981 692 921

ALBERGUE SAN LÁZARO Dirección: rúa San Lázaro s/n. Santiago de Compostela 42° 53’ 14.5896” N, 8° 30’ 47.574” W Plazas: 80 Horario: 10:00h - 21:00h T. +34 981 571 488 Observaciones: máximo 3 noches.

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