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LAGUNITA • DESTINOS
Casa Libélula: estilo al natural
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En una bella casona de arquitectura tradicional, en donde se mezclan las antigüedades y las comodidades más modernas, transcurren días placenteros y serenos que puede disfrutar cualquier visitante, a pocos minutos de nuestra bulliciosa capital
Por Yolanda Manrique Foto: joseame
Durante décadas, las flores de Galipán han decorado las estancias caraqueñas; en ese encantador poblado, ubicado en la ladera norte de nuestro Cerro Ávila, se establecieron desde la colonia los cultivadores de flores que engalanan nuestra ciudad. Allí llegó Carlota Rodríguez, una caraqueña apasionada del arte y la naturaleza, para conocer a los proveedores de su Taller Floral Libélula, una próspera floristería que dirigió en el Centro Ciudad Comercial Tamanaco.
Desde su primera visita, por allá en la década de los 80, Carlota quedó enamorada del lugar. ¿Y cómo no? La abundante vegetación, el microclima de montaña, la vista sobre el mar Caribe, es todo un privilegio único en el mundo. Su relación con los pobladores, la determinación a crecer en el negocio y el amor por el lugar, la impulsaron a lograr su sueño. Así fue construyendo Casa Libélula, una propiedad que hoy la esmerada empresaria ofrece como casa vacacional, ideal para que sus huéspedes vivan un momento de esparcimiento y disfrute, experimentando el ambiente único que brinda esta excepcional zona, a solo 30 minutos de Caracas.
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Casa Libélula está ubicada en Galipán, un poblado enclavado en el Parque Nacional El Ávila, montaña declarada Patrimonio Universal por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Un lugar paradisíaco a 1.275 metros sobre el nivel del mar, con una temperatura que oscila entre los 15º y 20º
Un símbolo especial
Cuando indagamos con Carlota Rodríguez sobre por qué utilizó el término libélula, descubrimos su afición por ese característico insecto que llama la atención por su interesante forma de volar. Nos revela que su palabra favorita en inglés es precisamente “dragonfly”, pero, en un país de habla hispana, no tenía sentido usarla por lo que prefirió la expresión en español, que es igualmente sonora y representativa.
Pero, además, desde la antigüedad, la libélula ha sido concebida como una portadora de fortuna, poder y equilibrio y destacamos esta última cualidad, debido a su capacidad de volar en todas las direcciones. Incluso, en el antiguo Japón fue considerada como uno de los animales de buena suerte, por lo que estaban presentes en los cascos de los samuráis y en los uniformes de los soldados.
Una casa con flores
Carlota Rodríguez es una mujer poseedora de una inquebrantable fe; es inquieta, optimista y, sobre todo, una incansable trabajadora que administra su tiempo en función de lograr sus objetivos. Durante la pandemia, por ejemplo, no ha descuidado ninguno de los aspectos de su hogar, y mucho menos de su apreciada Casa Libélula, que desde que la habilitó para recibir visitantes de Venezuela y el mundo, ha recibido toda su atención y conocimientos para ofrecer un servicio de calidad.
Un claro ejemplo de su visión e iniciativa fue la decisión de clausurar su floristería en el momento que consideró más oportuno, dadas las circunstancias que ya se vislumbraban en la economía del país, luego de las primeras manifestaciones de las sucesivas crisis sociales que hemos sufrido. En aquel momento, se animó a viajar a Londres para cursar estudios de paisajismo, un oficio que ha sabido aplicar en todas sus actividades y le ha permitido crear un ambiente único en el entorno de su Casa Libélula.
En este hermoso paraje se conjugan la creatividad de Carlota, la exuberancia de un paisaje generoso, la vista de un cielo y un mar que se entregan a la mirada ávida del invitado y la tranquilidad de un lugar excepcional. Allí se pueden realizar caminatas para visitar la Iglesia, el Museo de Piedras, El Picacho de Galipán, la Laguna y hacer diversas comprar en los kioscos del pueblo. Además, en 20 minutos de paseo, también se puede disfrutar de la maravillosa vista panorámica de Caracas
Casa Libélula tiene capacidad para un grupo familiar de ocho personas, que contarán con los servicios de lencería, asistencia doméstica, dos baños privados, un baño familiar, tres habitaciones (dos con cama matrimonial y una con dos literas), salón para compartir, TV por satélite, cocina, parrillera, área de lectura, mirador, chimenea, terraza techada, patio exterior, observación del jardín de flores, y algo que en la actualidad resulta especialmente importante, una eficiente conexión a internet. grupo6751@gmail.com
En 1982, Carlota Rodríguez logró su sueño de crear un ambiente único en una construcción de arquitectura tradicional que combina lo moderno con lo antiguo, perfecto para aquellas personas que anhelan la tranquilidad de la naturaleza, así como el privilegio de la privacidad