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Nuestra gente
¿Cómo fueron sus inicios en el VAGC? –Estoy por cumplir, en el mes de junio, cuatro años de servicios, desde mi contratación como asistente administrativo. Inicialmente, mis funciones estaban basadas en la transcripción de las nóminas que generaba el sistema de Gálac al extinto sistema Manapro, para la integración de las nóminas con la contabilidad.
¿Cuáles son las funciones de su cargo? –Con el transcurrir del tiempo, mis funciones se fueron ampliando en el departamento. Me encargo de la elaboración de contratos, pago de nóminas al personal que se encuentra bajo la modalidad de contratación, actualizar el archivo de todos los empleados, incluir y excluir a los trabajadores en el seguro social y por instrucciones de la Junta Directiva, en el desarrollo del sistema Profit, me encargo de generar los archivos XML del programa de nómina Gálac al sistema Profit de contabilidad, así como también elaborar las órdenes de compra del Departamento de Recursos Humanos, servicio médico y seguridad industrial. Aunado a esto, junto con mi jefe, José Luis Márquez, llevamos el control de los gastos médicos, tanto en materiales como medicinas del servicio médico que es dependencia del Departamento de Recursos Humanos.
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¿Qué es lo que más le apasiona de su trabajo? –Es gratificante poder trabajar con personas; encontrar una solución a sus problemas y a los conflictos que surjan durante la jornada laboral. Hacer más agradable su estancia en el Valle Arriba Golf Club que, al fin y al cabo, es casi el lugar en el que más tiempo pasan, sin contar las horas de sueño en casa. Es por ello que poder hacer frente a las situaciones que dificulten la actividad de los compañeros resulta apasionante.
¿Cuál ha sido el reto más importante en su entorno laboral? –Indiscutiblemente, la llegada de esta pandemia. Por tal situación, se me ha asignado la responsabilidad de suministrar los materiales antisépticos de gel y alcohol en todas las instalaciones del club, como una de las medidas de bioseguridad implementadas para resguardar la salud de los socios y trabajadores. Ha sido un reto y una responsabilidad mantener la distribución y el uso del material antiséptico en todos los departamentos y puntos de acceso a las instalaciones del club.
Cuéntenos sobre su experiencia deportiva con sus compañeros del VAGC. –Desde que llegué al Club, fui invitado a participar en el equipo de Softball. Comencé a jugar en la posición del Center Field, y luego tomé la titularidad de Catcher. Como equipo hemos crecido muchísimo quedando Subcampeones, en el último torneo y, actualmente, vamos liderando el torneo de Santa Fe, en el que estamos participando. Esto nos ha permitido integrarnos más como compañeros de trabajo y equipo.
Mayfred Molinares: “La pandemia representa un reto para todos. Debemos ser estrictos con la bioseguridad”
Caraqueño, licenciado en administración de empresas, forma parte del departamento de Recursos Humanos. Entusiasta del deporte, a sus 32 años, con 15 años de experiencia laboral, desea seguir creciendo en su preparación académica
Por Yolanda Manrique Fotografía: Gabrielle Pierotti Zapiain
¿Cuáles son sus hobbies? ¿En qué ocupa su tiempo libre? –En mi tiempo libre participo en el equipo de Softball de VAGC, comparto con mi esposa, familia y amigos, y tengo como hobbies cocinar y escuchar música en especial el reggaetón de Don Omar.
¿Cuáles son sus objetivos personales a largo plazo? –Son muchas metas por cumplir, entre ellas, reforzar mi formación académica realizando un diplomado gerencial.
¿Cómo le ha afectado la pandemia? –Definitivamente, la pandemia cambió la vida de todos. Pasar de una vida cotidiana activa a un confinamiento de largo plazo ha marcado a muchas familias. Gracias a Dios, solo un miembro de la mía fue afectado por este virus, el cual superó rápidamente. Lo importante para mantenernos con salud es cuidarnos con las medidas de bioseguridad que existen actualmente.
¿Cómo cree que será la nueva normalidad y cómo influirá en el trabajo y las actividades del Club? –La nueva normalidad tenemos que saber adaptarla rápidamente a nuestra vida cotidiana y, sobre todo, en nuestras actividades laborales, ya que la presencia de personal en las instalaciones del club es reducida y no podemos permitir que las actividades operativas y administrativas se retrasen.
Desde que comencé a trabajar, a los 17 años de edad, he aprendido a no unir mi trabajo con mi vida personal, ya que ambos requieren de su tiempo y espacio