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Consideraciones sobre el Champagne:

Las copas y protocolos de Servicio

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Disfrutar de un exquisito Champagne debe estar acompañado de un agradable ambiente y la cristalería adecuada. En estas páginas, una breve guía para elegir la mejor

Por: Sergio Esteva Grillet – Wine connoissieur ChateauTravel@gmail.com

La leyenda dice que, una vez, Marilyn Monroe vació en su tina de baño 350 botellas de Champagne para darse “el baño” de su vida. Según su biógrafo, George Harris, ella bebía Champagne como si se tratara del oxígeno para vivir. Marilyn Monroe, ciertamente, no ha sido la única celebridad fascinada por el embrujo que encierra una copa de la burbujeante bebida. Las historias y las anécdotas son interminables. En 1961, Madame Bollinger (la del Champagne preferido por James Bond) fue entrevistada por un reportero londinense, quien le preguntó, “¿Cuándo toma usted Champagne?”, a lo que ella le respondió: “Yo sólo tomo Champagne cuanto estoy alegre. Y cuando estoy triste. Algunas veces lo tomo cuando estoy sola. Es una obligación tomarlo cuando estoy acompañada. Lo degusto cuando no tengo hambre. Lo tomo cuanto estoy hambrienta. De otra manera, nunca lo tomo salvo que tenga sed”. Madame Bollinger nos decía con esta hermosa anécdota, que la champaña es una bebida para toda ocasión, y estaba, definitivamente, en lo cierto.

Hoy queremos hablar, brevemente, sobre el tipo de copas que se usan y algunos consejos sobre el protocolo en el servicio del Champagne.

Copas

Si el Champagne contiene mucho carbónico, la mejor copa es la Pompadour. Si se está tomando muy frío y se quieren apreciar las burbujas, la copa Flauta es la ideal. Si lo que se quiere es disfrutar de su aroma, la Tulipán es la adecuada. Y si se trata de un gran Champagne, los expertos también recomiendan las copas de vino blanco. POMPADOUR. Cuenta la leyenda que la primera copa diseñada únicamente para Champagne fue la Pompadour, elaborada en porcelana a finales del siglo XVIII por encargo de María Antonieta, esposa del rey Luis XVI; el modelo debía ser su seno izquierdo, que está cerca del corazón. La cultura popular se encargó rápidamente de atribuir el molde al seno de Madame de Pompadour, amante del rey Luis XVI, quien dio nombre final a la copa.

Sea como fuere, la copa Pompadour se caracteriza por ser muy abierta, lo que permite beber con mayor rapidez y ligeramente cerrada por los bordes, consiguiendo así que su contenido se mantenga en su interior a pesar de los vaivenes de la mano que la sostiene; sin embargo, su gran diámetro deja escapar el gas e impide que los aromas se concentren. Su elegancia y capacidad para sostener mejor el Champagne la convirtió en la reina de fiestas y matrimonios desde los años 30 hasta mediados de los 70. En los últimos tiempos, ha sido lentamente sustituida por la Flauta. Si usted tiene todavía de estas copas, por ejemplo, como recuerdo de su matrimonio, mejor es que las

Protocolos en el servicio del Champagne

Este es quizás una de las fases más importantes en el proceso del disfrute del Champagne. Como quiera que esta bebida ha generado un arte y estilo de vida, se requiere conocer de ciertos protocolos para su disfrute total; algunos de estos son:

Conservar el Champagne: a unos 10 - 12 °C en una atmósfera con un grado de humedad superior al 75%, protegido de la luz y de los olores parásitos, con una buena ventilación. Es preferible retirarla de los embalajes originales para evitar la formación de moho en las cajas de cartón. Refrescar el Champagne antes de servirlo: lo ideal es usar una hielera con un poco de agua y buena cantidad de hielo y sal; dejarla enfriar allí por unos 20 minutos. Los Brut sin año de cosecha (la mayoría) deben servirse a unos 8-10 °C. Los Champagne de añada se sirven a temperaturas ligeramente más altas, en torno a los 10-12°C. Menor temperatura a las aquí mencionadas “congelan” los aromas de cualquier vino. Destapar y servir el Champagne: sostener el corcho con su “bozal” metálico con una mano y girar el fondo de la botella con la otra. Evitar que el corcho salga disparado (es peligroso y se puede escapar un 20% de los gases). Quizás con la primera botella se pudiera provocar el estallido como señal de júbilo, pero el resto de las botellas, mucho mejor, calladitos. En nuestros países tropicales, las copas se deben servir un poco menos que los dos tercios (un poquito más de la mitad) para evitar que se caliente.

“El Champagne es lo único que me entusiasma cuando me siento cansada…” Brigitte Bardot, en 1948, seis meses antes de celebrar su quincuagésimo cumpleaños En el protocolo, es muy importante leer la etiqueta y descifrar las informaciones que en ella figuran

empiece a usar para servir helados, pues le quedarán muy bien. FLAUTA. Esta copa está considerada como superior a la Pompadour y actualmente es la copa más usada para los brindis. Con ella, además, se puede sostener la copa por su largo tallo sin afectar la temperatura de la bebida. Su forma larga y estrecha permite observar cómo suben las burbujas bailando hasta la superficie. Su origen es galo-romano y aun siendo una de las copas más antiguas que existen, actualmente se asocia prácticamente a los vinos espumosos. TULIPÁN. Ninguna de las dos copas anteriores es considerada la ideal para el Champagne. Para los expertos, la mejor para servirlo es la Tulipán, una versión mejorada de la Flauta, gracias a sus curvas. Su anchura en el centro y su ligera estrechez en el extremo no son fruto de ningún capricho artesanal. Gracias a su forma se consigue respetar la temperatura, evitando que el carbónico se escape, pero posee la curvatura necesaria para que los aromas se concentren, ofreciendo una experiencia olfativa muy superior a las anteriores. COPAS DE VINO BLANCO. Por último, si hablamos de una gran champaña, los expertos también recomiendan las copas de vino blanco, más abiertas en la base, que potencian los aromas a pesar de perder más carbónico que con la Tulipán.

Últimamente han salido al mercado bellos vasos delgados y estilizados para Champagne donde su parte inferior es sólida y, por lo tanto, puede agarrarse por esa zona sin temor a calentar el precioso líquido; las burbujas juguetean también en forma encantadora en estos nuevos vasos.

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