Diego Barrenechea - Declaración de artista

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DIEGO LAUTARO BARRENECHEA VILLARROEL

S TAT E M E N T • R E S E Ñ A C U R R I C U L A R ARTISTA PLÁSTICO PINTOR • ESCULTOR CERAMISTA • MEDIOS MIXTOS


DIEGO BARRENECHEA Nacido en Santiago de Chile (1990), Diego Barrenechea es Artista Plástico licenciado en la Universidad de Chile (2014). Obtuvo el grado de Pintor (U de Chile, 2016), Escultor diplomado en Cerámica (PUC, 2019), Diplomado en Comercialización del Ciclo Cultural de las Artes Visuales (Universidad Católica de la Santísima Concepción, 2021) y Terapeuta Integral en Psicología Humanista Transpersonal (Instituto Humanista Transpersonal, 2021). Ha realizado cursos de extensión en Simbología por la Universitat de Barcelona (Planteamientos Teóricos, 2017; Procesos Prácticos, 2018 e Historia e Historias del Arte, 2020) además de una formación en Neuroartes especializada en Salud Mental Infanto-Juvenil (Fundación Neuroartes Chile, 2019). Actualmente cursa el Magíster en Didácticas Contemporáneas de las Artes Visuales impartido por la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación. Ha sido profesor de artes plásticas, diseñador gráfico, director de arte, editor, curador y expositor en diversas instancias. Sus intereses abordan las expresiones plásticas y simbólicas de las distintas tradiciones espirituales, la aplicación terapéutica del arte, su potencial como herramienta conscientizadora y su integración pedagógica para la transición hacia paradigmas permacultóricos. Ha abordado dichos aspectos en su tesis ‘El arte como práctica espiritual y experiencia trascendental’ (U de Chile, 2016). En su exploración formal ha experimentado con diversos materiales y formatos bidimensionales y volumétricos, tanto análogos como digitales, desde la acuarela, la fotografía, el collage, la escultura, el libro de artista y la edición editorial, expresando en sus obras variados vínculos con la cosmovisión y la simbología de distintas tradiciones espirituales de oriente y occidente. Actualmente dirige su emprendimiento creativo Kaliope, espacio artístico integral dedicado a la creación, producción, exhibición y comercialización de obras, servicios y actividades artísticas. Desarrolla así un cuerpo de obra a partir de diversos medios expresivos como la escultura cerámica, el collage y la técnica mixta, proponiendo distintas series, talleres, presentaciones y curatorías en paralelo a una investigación teórica que explora diversas filosofías del arte junto a distintas manifestaciones simbólicas tradicionales, elaborando ensayos y diseñando métodos creativos, pedagógicos y terapéuticos que permitan implementar mecanismos de intervención particulares, comunitarios y sociales.


S TAT E M E N T

DIEGO

LAUTARO

El arte ha de encender una experiencia, ha de incendiar la consciencia. Como artista y terapeuta, me resulta fascinante la interacción del alma humana entre la naturaleza y el espíritu. En mi práctica artística he explorado diversos soportes y materialidades, incorporando técnicas análogas y digitales. La escultura cerámica constituye un laboratorio para experimentar la interacción alquímica de los elementos en múltiples formas y colores, alternando abstracciones y figuraciones. Procesos meditativos, ensoñaciones y sincronicidades han dado pie a series de esculturas o composiciones bidimensionales en las que se alternan sentidos diversos, símbolos variados, misterios arcanos y expresiones extáticas. Considero que cada obra abre un mundo en un acto creador y mágico que sintetiza múltiples experiencias, dando fruto a objetos contemplativos, utilitarios o ritualísticos que se transmutan en talismán y amuleto. Pulsando en el interior de múltiples y diversas funciones, teorías y filosofías del arte, late en lo profundo su vínculo común con la religión y la espiritualidad, pese a que como institución contemporánea el arte posea sus propios criterios y a que muchas (im)posturas lo ignoren, lo menosprecien o lo rechacen de lleno. Así, desde sus orígenes, el arte constituye una práctica espiritual inmanente que guarda y exhibe una experiencia trascendente. Tanto en las prácticas chamánicas y mágicas, como en las representaciones míticas y religiosas, mediante su lenguaje simbólico y su aplicación ritual, el arte ha sido expresión material del alma humana y las nociones metafísicas que orientan y otorgan sentido a la existencia. Comprendo así la experiencia del acto creativo como una vivencia inherente al quehacer humano en su condición de ‘animal simbolicus’.


Si bien la Modernidad ha desdeñado toda visión trascendente, despreciando la metafísica y la espiritualidad, ante el desastre ecológico y la deshumanización mercantilista, se ha vuelto urgente volcar la mirada a otras formas de sociedad; reivindicando las cosmovisiones de los pueblos indoamericanos y la espiritualidad original de las diversas tradiciones del Mundo. Para ello resulta fundamental el estudio de las fuentes tradicionales (textos sagrados, tratados canónicos, profetas, místicos, ascetas, junto a líderes y comunidades de tradiciones vivas), como asimismo, distintos autores perennialistas y académicos que han indagado en los fundamentos de las distintas religiones, su arte, filosofía, estética y simbolismo; a su vez, nos otorgan encuadres metologógicos para la aplicación práctica diversas escuelas psicológicas como la psicología junguiana, la psicología transpersonal, los aportes multidisciplinarios de Claudio Naranjo y la psicología integral de Ken Wilber. Estas propuestas apuntan a los postulados de la Sophia Perennis, es decir, la noción de que tras toda manifestación religiosa (exotérica) yace una misma verdad espiritual (esotérica). Desde los estadios mágicos, míticos, racionales, pluralistas e integrales, observamos al arte nacer en experiencias que abren procesos creativos, conceptuales y técnicos, replicando el obrar creador de la vida en una escala humana. Libre de fanatismos absolutistas, el poder simbólico del arte nos permite restaurar la dimensión sagrada en la consciencia humana de forma abierta y espontánea. Así como los simbolistas se refugiaron en los mitos de la antigüedad o los surrealistas buscaron adentrarse en los misterios de la psique, la práctica y la contemplación del arte nos brindan la opción de reencantar nuestra experiencia y sacralizar nuestra cotidianidad. En el acto creativo intervienen una serie de procesos fisiológicos (motrices y cognitivos) y psicoespirituales (sublimación, inspiración, trance hipnótico, etc) que propician la homeóstasis del individuo o comunidad, repercutiendo en el tejido social y el patrimonio cultural de la Nación, tanto en el espacio público como el privado: al ser puesta en un altar o una sala de estar, la obra ha de impregnar con su aura la atmósfera del lugar; al ser expuesta, una obra ha de transformar el espacio exhibitivo en un templo, deteniendo el tiempo mundano para abrir la


experiencia del observador a sus materialidades y relatos, permitiendo captar su sabor y anular por un instante la separación entre sujeto interior y objeto exterior. El arte ha de incendiar la consciencia, dando paso a aquel dominio en que se hace visible lo invisible, donde se materializa el espíritu y se espiritualiza la materia. Dado que nos permite comprender a la humanidad en su historia y su contemporaneidad, y conocernos a nosotros mismos, tanto en su creación, su contemplación y su interpretación, el arte posee un enorme potencial sanador y conscientizador, que se extiende a los ámbitos culturales, comunitarios, terapéuticos y pedagógicos. En su concepción holística, integral y multidisciplinaria, el arte puede ayudarnos a proponer y habitar paradigmas armoniosos con el cosmos, el medioambiente, la sociedad y —de forma especial— en el interior de la psique individual (fundamento de la armonía social). Descubrir el arte en nosotros es equiparable a descubrir nuestra vocación. 2 A modo de cierre, añado diversas citas que hago parte de esta declaración: Lo sagrado ya no es evidente, como lo era, por ejemplo, en las artes de la Edad Media. No se le reconoce de un modo inmediato ni fácil, pues no se expresa ya en un lenguaje religioso convencional. Mircea Eliade, Permanencia de lo sagrado en el arte contemporáneo • El arte, aunque un fin en sí mismo, como la religión, es un medio a través del cual podemos conocer lo universal y contemplarlo plásticamente. La subjetivación de lo universal es el arte de hacer descender lo universal con una mano mientras que, con la otra, elevamos lo individual a lo universal. Piet Mondrian • El artista constituye misteriosamente la auténtica obra de arte a través de una vía mística. Aislada de él, ella toma vida propia y se constituye en algo individual, una entidad independiente que respira en forma autónoma y posee una existencia material real. Vassily Kandinsky, Sobre lo espiritual en el arte


Hacer consciente el inconsciente. Poder sumergirse como el buzo y volver a flote. Todo creador es un Orfeo que logra regresar en vida del reino de los muertos. En eso consiste el arte. La obra proviene del reino de las sombras. Tótila Albert • Al contrario de lo que se suele suponer, la determinación funcional del arte no se da en despertar pensamientos, transmitir ideas o servir de ejemplo. La finalidad del arte consiste más bien en preparar al hombre para la muerte, conmoverle en su interioridad más profunda. Andréi Tarkovski • El arte consiste en hacer aparecer lo sobrenatural oculto en lo natural Louis Cattiaux, El mensaje reencontrado • El artista no es un tipo especial de hombre, sino que todo hombre que no sea un artista en algún campo, todo hombre sin una vocación, es un haragán. Ananda Coomaraswamy, La filosofía cristiana y oriental del arte • Todo ser humano es un artista, un ser libre, llamado a participar en la transformación y la reorganización de las condiciones, el pensamiento y las estructuras que dan forma e informan nuestras vidas. Joseph Beuys • La verdadera obra de arte es la que nunca se termina. Jacobo Grinberg Zylberbaum, Más allá de los lenguajes • No hay arte ateo. Aunque no ames al creador, lo afirmarás creando a su semejanza Gabriela Mistral • El artista puede ser un emisario espiritual trabajando en cualquier medio en cualquier parte de la cultura. Alex Grey, La misión del Arte

DIEGO LAUTARO BARRENECHEA VILLARROEL Artista plástico, terapeuta, profesor y director creativo de Kaliope, espacio artístico integral. 21•04•2021


ACERCA DE LA PERSONA Y LA OBRA DE DIEGO BARRENECHEA Estimadas/os señoras/es. Presente. Conozco a Diego Barrenechea desde que fue mi alumno en el curso de Historia del Arte Latinoamericano que dicto para la Licenciatura en Artes Visuales de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, en 2013, es decir desde hace siete años. Fue mi estudiante en el curso obligatorio de Arte Latinoamericano y guié su tesis para la obtención del título profesional de Artista Pintor, “El arte como práctica espiritual y experiencia trascendental”. Desde que nos conocemos, Diego ha mostrado particular interés en la investigación acerca de las cadenas simbólicas que estructuran tanto la iconografía como los campos semánticos de lo que pudiese denominarse como un “arte terapéutico” o un “arte de interpretación de la psique”. Basado en diversos autores modernos y contemporáneos, pero también en milenarias tradiciones interpretativas del universo simbólico, Diego ha desarrollado un arte que es, a la vez interpretativo del curso de los acontecimientos y terapéutico, en el estricto sentido de colaborar con la adecuada inserción en el mundo de los sujetos y de la sanación de las heridas ya coyunturales –producto del mismo interactuar del sujeto en el mundo-, ya históricas –heredadas de un actuar insensible y/o inescrupuloso-. La apuesta de Diego Barrenechea es la de retornar el arte a las funciones culturales que le cupo en el pasado, sin olvidar ni las condiciones de producción contemporáneas del arte (en términos técnicos o materiales), ni la reconstrucción de las adecuadas referencias que permiten recuperar el pasado, la identidad y la sanidad. A este último respecto, la sanidad no es entendida por Barrenechea como un mero estar en el mundo, sino como un estar “plenamente” en el mundo: como un colaborar e intermediar para el mundo y para todos. Esta ambición utópica (pero no por ello no realizable) es lo que me invita a apoyar su propuesta artística. El trabajo de Diego Barrenechea apunta en dirección a la recuperación del artista como artista, y al rechazo a la concepción del artista como productor de artículos de consumo, elitesco o masivo. Santiago, el 17 de julio de 2020

Dra. Guadalupe Álvarez de Araya Cid Académica Depto. de Teoría de las Artes, Facultad de Artes Universidad de Chile


DIEGO LAUTARO BARRENECHEA V I L L A R R O E L

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diegolautaro.tao@gmail.com


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