el afecto de las piedras II
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la piedra nunca serรก dura, ni menos impenetrable...
cuando el agua se retira las piedras emergen como crustáceos, entregan su brillo a la mirada, se adormecen en el sol, ese otro mar que las seca como si la canción pétrea se quedara muda, perpleja y marchita... ...pero el agua volverá todavía...
quĂŠ difĂcil es encontrar piedras totalmente transparentes donde vivo, o verdes o azules. a veces llegan pedacitos de ladrillos que el mar devuelve como sintiĂŠndose orgulloso de alguna destrucciĂłn.
la piedra se esconde bajo la piedra, el agua trae ecos de formas y colores, las alas de los pĂĄjaros emergen solas, los picos, los cuerpos de las gordas rodantes, su desnudez, la vulnerabilidad de la piel de la tierra, esculpida por las corrientes, a golpes de escalofrĂo, intensidad y calor.
la gente que murió en el mar se volvió flor pétrea, los pétalos que se encuentran conversan una belleza. quien se atreve a dudar de la continuidad. el amor deja siempre un sedimento esparcido en el ambiente. dichosos los que ven sus montañas y puedan subir por ellas o bajar placientes hasta sus caseríos.
la piedra dura rueda muy rĂĄpido y a pasos contundentes. viene a parar saltitando a mis pies. se torna difĂcil recogerla. el mar no la suelta. la piedra se escapa como una mariposa. quiĂŠn ha dicho que no sabe volar sola?
no hay silencio en las piedras, y menos cuando las miradas buscan una caricia, un hechizo o una cierta compaĂąĂa...
hay piedras que absorven el alma de las personas.
las piedras se contentan tambi茅n con derretirse sin fuego... ...s贸lo con el juego de la mirada atenta.
mientras buscรกbamos formas, el mar nos sorprendiรณ. la amistad moja mรกs que el agua.
las piedras que volvieron a la vida en realidad vinieron todas del cielo como รกngeles
trabajaba con palabras que ya existían, ahora juego con piedras que la naturaleza mandó rodar por allí, mientras más concreto soy, lo invisible le gana espacio a la realidad
las piedras que de la noche a la ma帽ana se les ocurri贸 confesar un secreto...
llega un momento en que no es pertinente hablar de piedras...