Evangelizar
Julio | 1
Revista de Ayudas Pastorales
Diócesis de Sonsón-Rionegro Julio de 2015 | N°24
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Julio | 3
A LOS SACERDOTES Pbro. Luis Carlos Salazar CONFESIÓN CON UN SACERDOTE
LITURGIA DEL DOMINGO Pbro. Javier Arturo Marín Carvajal XIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO XV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO XVI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO XVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
FORMACIÓN DOCTRINAL Pbro. Luis Javier Otálvaro Álvarez EL SACRIFICIO ÚNICO Y DEFINITIVO DE CRISTO JESÚS CONSUMA SU SACRIFICIO EN LA CRUZ LA CRUZ PARA EL CRISTIANO
CONTROVERSIAS RELIGIOSAS
CONFESIÓN CON UN SACERDOTE Asesor General Mons. Fidel León Cadavid Marín Director P. John Jairo Olaya Ballesteros. Diagramación Silvia Giraldo
Pbro. Oscar Charlarca ¿SERÁ VERDAD QUE EL HOMBRE DEL SIGLO XXI VIVE MUY PAGADO DE SI MISMO?
Consejo editorial Delegados de Pastoral
CAMBIO DE ACTITUD
Coordinador general Vicaría de Pastoral
Pbro. John Jairo Olaya LA ENCÍCLICA LAUDATO SI’ (ALABADO SEAS)
NUESTRA REALIDAD Mons. Gilberto Muñoz Ospina. TERRORISMO: VIOLENCIA CONTRA LA POBLACIÓN
VIDA FAMILIAR Pbro. Nelson Patiño Villa SÍNODO EXTRAORDINARIO DE LA FAMILIA “La vocación y misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo!
ESPACIOS PARA CRECER Pbro. Jorge Iván Martínez López FAMILIA RELIGIOSA HIJOS E HIJAS DEL FIAT
Impresión Periódico El Mundo Dirección Diócesis de Sonsón-Rionegro Curia Episcopal Calle 51 No 47-31 Tel: 531 5252 www.diosonrio.org.co Fotografía Diócesis de Sonsón-Rionegro Sugerencias vipastoral@diosonrio.org.co
La práctica de la confesión nos llega por el ejemplo y las instrucciones de Jesucristo, quién nos enseñó que la naturaleza humana puede ser usada por Dios, como un instrumento de gracia y de perdón. Él dijo “Sepan entonces que el Hijo del Hombre tiene poder sobre la tierra para perdonar los pecados “(Mt 9:6; Mc 2:7-10; Lc 5:21-24). La palabra hebrea que usó, fue “ben Adam”, que quiere decir “Hijo de Adán”. Esta era la manera hebrea de decir “una persona humana”. Jesús fue glorificado en Su Humanidad, puesto que por ella Él nos redimió. Él le transmitió esta autoridad a los Apóstoles la noche de Pascua al decir “a quienes ustedes perdonen, queden perdonados, y a quienes no libren de sus pecados, queden atados”. De esta manera le entregó a los Apóstoles el poder de dar “Paz” (v 21), que es nada menos que la reconciliación del hombre con Dios. El texto aclara cómo se debe efectuar la “Confesión”. El representante de Cristo o sea el sacerdote, debe decidir si perdonar o retener. El penitente debe confesar cada uno de los pecados mortales, incluyendo todo lo que lo puede separar de Cristo. Si el sacerdote juzga que hay arrepentimiento, debe darle la absolución, porque la Pasión de nuestro Señor hizo mérito para cada pecador arrepentido. Solo si la persona no muestra deseo de corrección, el sacerdote puede retener o sea negarse a dar la absolución según (Mt 7:6) “no den las cosas sagradas a los perros”. De una manera o de otra, el Sacramento de la Penitencia ha estado en práctica continua en la Iglesia. Su existencia en todas las Iglesias del primer Milenio, incluyendo a las separadas de Roma, muestran su apostolicidad. La actual disciplina Católica de
confesión secreta, se origina temprano en la edad media aunque hay indicaciones de su uso en épocas anteriores. Antes de esto, la confesión de los pecados comprendía largas penitencias públicas para pecados graves como el adulterio, el asesinato y la apostasía de la fe. Gracias a Dios es mucho más fácil ahora. Lo importante era reconocer que los pecados graves son una horrible ofensa a Dios, y por lo tanto deben ser poco frecuentes entre los bautizados, aunque a veces no es así. En los siglos segundo y tercero se discutió fuertemente sobre la posibilidad de recibir más de una vez el Sacramento de la Penitencia, después del Bautismo. Los rigurosos como Tertuliano abandonaron la Iglesia y su movimiento pasó a la historia. La práctica del Sacramento hoy en día no fomenta el pecado, como ellos pensaban. Todo lo contrario se requiere humildad para confesar los pecados. Además trae mucha paz el oír las palabras del sacerdote que en el nombre de Jesús dice “Yo te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. Es el deseo de Cristo que oigamos esas palabras. Aunque Dios puede perdonar los pecados directamente, esto requiere un motivo perfecto o sea amor a Dios y lamento por haber ofendido a un Dios tan bueno. Una motivación imperfecta sería, que no nos hemos arrepentido totalmente del pecado y regresado a Dios. No todos pueden estar a la altura del momento, así que en vez de excluir a la persona que está luchando con el pecado quizás por toda la vida, Cristo nos ha dado un Sacramento en el cual, Él nos levanta aunque nuestro arrepentimiento sea débil e imperfecto. Esto muestra la dependencia del Sacramento de la gracia y la misericordia de Dios. Como dijo Jesús mismo, no he venido a salvar a los justos sino a los pecadores.
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Julio | 5
XIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Liturgia de la Palabra: Ezequiel 2, 2-5; Salmo 122; 2 Corintios 12, 7-10 Evangelio según San Marcos (6, 1-6)
EL SACRIFICIO ÚNICO Y DEFINITIVO DE CRISTO
“En aquel tiempo, fue Jesús a su pueblo en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada: —«¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es ésa que le han enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?»
Y esto les resultaba escandaloso. Jesús les decía: —«No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa.» No pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se extrañó de su falta de fe. Y recorría los pueblos de alrededor enseñando. Palabra del Señor
Pautas de reflexión “Una rana vivía ya desde hacía mucho tiempo en su pozo. Allí había nacido y se había criado. Todavía era una rana pequeña y sin importancia. Un día recibió la visita de otra rana. ´¿De dónde vienes tú?´, le preguntó. ´Yo vengo del mar´, respondió la rana visitante. ´Dime, ¿el mar es tan grande como mi pozo?´, preguntó la dueña de casa, y saltó de un lado al otro de su pozo. Contestó la rana del mar: ´Amiga mía, ¿Cómo puedes comparar el inmenso mar con tu pequeño pozo?´. Entonces dijo la rana del pozo: ´Nada puede ser más grande que mi pozo. Tú eres mentirosa. Sal de aquí de mi pozo, y en seguida”. Todos estamos en la tentación de cerrarnos ante algo nuevo. Tenemos miedo a lo desconocido. Lo que está fuera de nuestro horizonte limitado no cuenta.
La gente de Nazaret ya tiene una imagen hecha del joven que salió de su pueblito. Piensan conocerlo. Para ellos, Jesús no puede ser otro que el que veían jugar y correr desde niño en las calles de su pueblo. Y esto a pesar de que se habían quedado asombrados de él. Reconocen su sabiduría y sus grandes milagros. Quedan maravillados, y empiezan a vislumbrar la presencia de Dios en su persona. Sin embargo, esta admiración del primer momento no se convirtió en fe. Al contrario, Jesús llegó a ser para ellos un escándalo. Bíblicamente “escándalo” se denomina la piedra en la que alguien tropieza y cae, obstáculo que impide llegar a la fe. (Tomado de Encuentros Bíblicos, Padre Martín Weichs svd).
Los primeros cristianos utilizaron ampliamente la terminología sacrificial del Antiguo Testamento para expresar el valor sacrificial de la vida, pero especialmente de la muerte de Jesús. De todo el Nuevo Testamento se deduce que la vida/muerte de Jesús fue y sigue siendo una entrega a Dios/Padre por la humanidad y en ella encuentra expresión el significado auténtico del sacrificio. Jesús entiende su muerte como un sacrificio de expiación, por el cual, estableciendo una Alianza Nueva, con plena libertad, “entrega su vida” -su cuerpo, su sangre, para el rescate de todos los hombres (CEC 1362-1372, 1544-1545). De sus palabras y actos se deriva claramente su conciencia de ser el Cordero de Dios, que con su sacrificio pascual quita el pecado del mundo (cfr. Jn 1,29). La enseñanza de San Pablo es en esto muy explícita: “Cristo nos amó y se entregó por nosotros en oblación y sacrificio a Dios de suave aroma” (Ef 5,2; Rm 3,25). Es el amor, en efecto, lo que le lleva al sacrificio: “Dios probó su amor hacia nosotros en que, siendo pecadores, Cristo murió por nosotros” (Rm 5,8; Ga 2,20). Y por eso ahora “en Él tenemos la redención por la virtud de su sangre, la remisión de los pecados” (Ef 1,7; Col 1,20).
Sacrificio único y definitivo: La carta a los Hebreos, por su parte, contempla a Cristo como sumo Sacerdote, y su muerte, como el sacrificio único y supremo, en el que se establece la Nueva Alianza. En él se enseña que los antiguos sacrificios judíos “nunca podían quitar los pecados”, por mucho que se reiterasen (10,11), y que por eso mismo estaban llamados a desaparecer “a causa de su ineficacia e inutilidad” (7,18). Ahora, en cambio, en la plenitud de los tiempos, en la Alianza Nueva, nos ha sido dado Jesucristo, el Sacerdote santo, inocente e inmaculado (7,26-28), que siendo plenamente divino (1,1-2; 3,6) y perfectamente humano (2,11-17; 4,15; 5,8), es capaz de ofrecer una sola vez un sacrificio único, el del Calvario (9,26-28), de grandiosa y total eficacia para santificar a los creyentes (7,16-24; 9; 10,10.14). La Iglesia vive continuamente del sacrificio redentor, y accede a él no solamente a través de un recuerdo lleno de fe, sino también en un contacto actual, puesto que este sacrificio se hace presente, perpetuándose sacramentalmente en cada comunidad cristiana. De este modo, la Eucaristía aplica a los hombres de hoy la reconciliación obtenida por Cristo una vez por todas para la humanidad de todos los tiempos. En efecto, “el sacrificio de Cristo y el sacrificio de la Eucaristía son, pues, un único sacrificio”. Ya lo decía elocuentemente san Juan Crisóstomo: “Nosotros ofrecemos siempre el mismo Cordero, y no uno hoy y otro mañana, sino siempre el mismo. Por esta razón el sacrificio es siempre uno sólo. También nosotros ofrecemos ahora aquella víctima, que se ofreció entonces y que jamás se consumirá”.
Preguntas para el diálogo
Textos para profundizar
1. ¿En qué consiste el sacrificio de Cristo? 2. ¿Cómo se actualiza el sacrificio de Cristo? 3. ¿Qué es un sacrificio cruento y un sacrificio incruento?
1. Catecismo de la Iglesia Católica (CEC) n. 613-614 2. Carta encíclica “Ecclesia de Eucharistia” n. 11 – 20 3. h t t p : / / e s . c a t h o l i c . n e t / o p / articulos/20412/cat/130/es-necesarioel-sacrificio.html
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Julio | 7
Catequesis 2
XV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Liturgia de la Palabra: Amós 7, 12-15; Salmo 84; Efesios 1, 3-10
Evangelio según San Marcos (6, 7-13)
JESÚS CONSUMA SU SACRIFICIO EN LA CRUZ
“En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto. Y añadió: —«Quedaos en la casa donde entréis, hasta que
os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.» Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban. Palabra del Señor
Pautas de reflexión “Un papá moribundo convoca a sus hijos. Les pide que traigan un atado de palos. Entonces les ordena que quiebre el atado. Ninguno de ellos lo logra. Luego el anciano moribundo separa los gajos, rompe uno por uno, y les dice a sus hijos: “Si ustedes quedan unidos, nadie les va a poder hacer daño. Pero si están divididos, fácilmente les pueden hacer cualquier mal. Piensen en esto cuando yo esté muerto”. “La unión hace la fuerza”, Jesús envía a sus discípulos de dos en dos. Uno sólo se cansa fácilmente. Dos son más fuertes que uno solo. Entre dos se pueden animar mutuamente. El testimonio de dos personas es más digno de fe que el de una solo. La ley judía también exigió por lo menos dos testigos. Todo un grupo con un mismo ideal podrá lograr más que un luchador en solitario. Si uno no sabe más cómo seguir, el otro le podrá mostrar un nuevo camino. Si los demás se ríen
de él, el otro le puede fortalecer en su misión. Además los apóstoles iban de a dos, como para garantizar que no iban en nombre propio, sino del Señor Jesús que es capaz de hacer hermanos a los hombres más distintos y distantes. Para evangelizar al mundo, los enviados de Jesús no deben llevar más que un bastón para defenderse de los animales salvajes, y sandalias que son de lo más modesto y sirven para protegerse contra los escorpiones que allí en el desierto abundan. Al decir que no hay que llevar ni siquiera lo necesario, se deja en claro que la fuerza del evangelizador no depende de sus recursos humanos. Además enseña que no hay que perder tiempo. El enviado debe cumplir inmediatamente con su misión recibida. (Tomado de Encuentros Bíblicos, Padre Martín Weichs svd).
En el marco del tiempo en que vivió Jesús, la cruz significaba un castigo vergonzoso y humillante, que se utilizaba para ajusticiar a los que no eran ciudadanos romanos por delitos o crímenes cometidos. La crucifixión de Jesús fue pedida por el mismo pueblo judío, hostigado por los sacerdotes y fariseos, que veían en Cristo un enemigo y un peligro (Mt 27,22-26). Pablo se gloría de la cruz de Cristo por la que él ha muerto al mundo; él no quiere gloriarse de nada sino de la cruz de nuestro Señor Jesucristo, pues por este medio el mundo ha muerto para él. Lo que antes era un castigo vergonzoso se convierte ahora en un timbre de gloria, el signo máximo de que estamos siendo salvados (1Co 1,17-23; Ga 6,14). La muerte de Jesucristo, el Señor, representa el pago o rescate por los pecados cometidos por la humanidad. La muerte de Cristo es camino de salvación, una muerte cruenta, colgado de un madero (la cruz), por las torturas y la forma inhumana en que fue ajusticiado, por su intención de morir por amor a la humanidad y por la entrega que el Padre hace de Él por la salvación de todos los hombres (cfr. Jn 3,16). La cruz se convierte en el signo máximo de salvación, la más grande prueba de amor, el sello que Dios
imprime en la historia de la salvación para decir que la humanidad en Su Hijo se ha salvado. En el siglo VIII el monje San Teodoro Estudita decía: “¡Oh don valiosísimo de la cruz! ¡Cuán grande es su magnificencia! La cruz no encierra en sí mezcla de bien y de mal, como el árbol del Edén, sino que toda ella es hermosa y agradable, tanto para la vista como para el gusto. Se trata, en efecto, del leño que engendra la vida, no la muerte; que da luz, no tinieblas; que introduce en el Edén, no que hace salir de él. La cruz es el madero al cual subió Cristo, como un rey a su carro de combate, para, desde él, vencer al demonio, que detentaba el poder de la muerte, y liberar al género humano de la esclavitud del tirano”. En la Iglesia se habla de una espiritualidad de la Cruz, ésta no es una simple postura ideológica sino un estilo de vida en la Iglesia y, desde luego, en el mundo. Es importante conocer los elementos que la integran, para poder descubrir las riquezas que encierra el Evangelio de la Cruz, cuya aplicación debe darse en la vida cotidiana del ser humano. El origen real de la Espiritualidad de la Cruz es Cristo Sacerdote y Víctima quien, como dice San Pablo, fue “obediente hasta la muerte y muerte de Cruz” (Flp 2,8). El amor, la pureza y el sacrificio, fueron una constante en la vida terrena de Jesús, por esta razón, constituyen los elementos básicos de la Espiritualidad de la Cruz.
Preguntas para el diálogo
Textos para profundizar
1. ¿Por qué el madero de la Cruz es madero de salvación? 2. ¿Por qué cada viernes santo se adora la cruz? 3. ¿Cómo vivir una auténtica espiritualidad de la cruz?
1. Catecismo de la Iglesia Católica (CEC) n. 615-617 2. http://www.mercaba.org/LITURGIA/ Gestos/simbolo_05_cruz_signo_del_ cristiano.htm 3. http://servicioskoinonia.org/relat/217. htm
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Julio | 9
Catequesis 3
XVI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Liturgia de la Palabra: Jeremías 23, 1-6; Salmo 22; Efesios 2, 13-18 Evangelio según San Marcos (6, 30-34)
LA CRUZ PARA EL CRISTIANO
“En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: —«Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco.» Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer.
Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.” Palabra del Señor
Pautas de reflexión “Los Apóstoles, enviados por Jesús, vuelven de su misión y cuentan cómo les fue. Es una especie de evaluación, que seguramente ya se había hecho costumbre para los misioneros en los años de los comienzos de la Iglesia en los que fue escrito este texto. Los discípulos de Jesús se encuentran entre dos mundos. Por un lado está una cantidad de gente necesitada que camina por las llanuras de esta vida buscando la salvación, y que reclama ser atendida, de modo que no queda tiempo ni para comer. Por el otro lado está Jesús, con el que sus discípulos tienen que estar a solas. Y dos veces se repite eso de “solos”: solos con Él en la barca que es la Comunidad de la Iglesia, y solos con Él en el desierto, lugar de la oración y de encuentro con Dios.
“Descansen un poco”, dice Jesús. Él sabe qué difícil y cansador puede ser trabajar como su enviado. Él sabe cuánta paciencia se necesita al encontrarse con miles de resistencias, críticas y malentendidos. Él sabe cuánto le afectan a uno los problemas y penas de los demás. Él sabe cuánto duele el rechazo y las decepciones. Jesús no dice simplemente:“Tómense unas vacaciones”, sino Él ofrece su presencia para descansar. Solamente con Él y en Él se encontrará el verdadero descanso y uno se podrá llenar con nuevas fuerzas. Y la misión de evangelizar a todo el mundo es evidentemente una tarea que supera de lejos nuestras energías”. (Tomado de Encuentros Bíblicos, Padre Martín Weichs svd).
La cruz, con sus dos maderos, nos enseña quiénes somos y cuál es nuestra dignidad: el madero horizontal nos muestra el sentido de nuestro caminar, al que Jesucristo se ha unido haciéndose igual a nosotros en todo, excepto en el pecado. El madero que soportó los brazos abiertos del Señor nos enseña a amar a nuestros hermanos como a nosotros mismos. Es Jesús el que está en la intersección, porque es un Hombre (este madero horizontal nos da la perspectiva humana de Cristo, porque Él es nuestro hermano que nos amó y nos ama inmensamente). Y el madero vertical nos enseña cuál es nuestro destino eterno. No tenemos morada acá en la tierra, caminamos hacia la vida eterna. Cristo también es Dios (este madero vertical nos da la perspectiva Divina de Cristo, Él es Dios y como tal nos da Su Amor derivado del Amor del Padre). Todos tenemos un mismo origen: la Trinidad que nos ha creado por amor; y un destino común: el cielo, la vida eterna. La cruz nos enseña cuál es nuestra real identidad. Jesús, Hombre y Dios, amor humano y Amor Divino, la cruz como entrega de Amor sublime de un Dios que dio hasta la última gota de Su Sangre por nosotros, por nuestra salvación.
La Cruz nos recuerda el Amor Divino: La cruz es el recuerdo de tanto amor del Padre hacia nosotros y del amor mayor de Cristo, quien dio la vida por sus amigos (Jn 3,16; 15,13). Es signo de nuestra reconciliación: La cruz es signo de reconciliación con Dios, con nosotros mismos, con los hermanos y con todo el orden de la creación en medio de un mundo marcado por la ruptura y la falta de comunión. Es fuerza de Dios (1Co 1,18-23). Es síntesis del Evangelio: San Pablo resumía el Evangelio como la predicación de la cruz (1Co 1,1718.23-24). Es necesario volver la mirada a la cruz para alcanzar la salvación (Jn 3,14-15; 19,35-37). “Por la cruz fue destruida la muerte, y Adán fue restituido a la vida. En la cruz se gloriaron todos los apóstoles, por ella fueron coronados todos los mártires, santificados todos los santos. Por la cruz nos revestimos de Cristo y nos despojamos del hombre viejo. Por la cruz nosotros, ovejas de Cristo, hemos sido reunidos en un solo redil y destinados al aprisco celestial” (de las disertaciones de san Teodoro Estudita).
Preguntas para el diálogo
Textos para profundizar
1. ¿Por qué nos signamos en forma de cruz? 2. ¿Por qué el papa, los obispos, los misioneros y muchos cristianos portan una cruz en su pecho? 3. ¿Por qué el madero de la cruz nos recuerda el amor de Dios?
1. Catecismo de la Iglesia Católica (CEC) n. 616-618 2. http://www.corazones.org/jesus/ cruz/a_cruz.htm 3. http://www.caminohaciadios.com/ chd-por-numero/163-133-no-haycristianismo-sin-cruz
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Julio | 11
XVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Liturgia de la Palabra: 2 Reyes 4, 42-44; Salmo 144; Efesios 4, 1-6 Evangelio según San Juan (6, 1-15)
“En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del lago de Galilea (o de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: —«¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?» Lo decía para tantearlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer. Felipe le contestó: —«Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo.» Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: —«Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?»
Jesús dijo: —«Decid a la gente que se siente en el suelo.» Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: —«Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie.» Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: —«Este sí que es el Profeta que tenía que venir al mundo.» Jesús entonces, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.” Palabra del Señor
Pautas de reflexión “Durante los próximos cinco domingos dejaremos la lectura continuada del Evangelio de San Marcos para ver el relato de la multiplicación de los panes en el Evangelio de San Juan. Jesús está en el centro de todo el relato. Él toma la iniciativa para satisfacer el hambre de la multitud. Él mismo se encarga de distribuir personalmente los panes y los pescados. El papel de los discípulos queda reducido al de acomodadores.
Todos tienen hambre. Esta hambre no es solamente un sentimiento de estómago. Ella tiene muchos rostros: hambre de amar y ser amado, de ser reconocido, de ser escuchado y comprendido, hambre de tener un puesto de trabajo…en una sola palabra: hambre de una vida feliz. Lo que Jesús da supera todas las necesidades. Él mismo es el pan que sacia toda clase de hambre. (Tomado de Encuentros Bíblicos, Padre Martín Weichs svd).
El accionar de la guerrilla – particularmente de las FARC- y muy especialmente después de que levantaron la tregua unilateral, es claramente TERRORISMO contra la población. El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia en el número 513 ss. nos dice: “El terrorismo es una de las formas más brutales de violencia que actualmente perturba a la comunidad internacional, pues siembra odio, muerte, deseo de venganza y de represalia (Cf. Catecismo 2297). De estrategia SUBVERSIVA, típica sólo de algunas organizaciones extremistas, dirigida a la destrucción de las COSAS, y al asesinato de las PERSONAS, el terrorismo se ha transformado en una red oscura de complicidades políticas, que usa también sofisticados medios técnicos, se vale frecuentemente de ingentes cantidades de recursos financieros y elabora estrategias a gran escala, atacando personas totalmente inocentes, víctimas casuales de las acciones terroristas (Cf. J.P. II Mensaje de paz 2002 # 4). Los objetivos de los ataques terroristas, son en general, los lugares de la vida cotidiana y no objetivos militares en el contexto de una guerra declarada”. Dios mío !!! Todo esto se da en Colombia!!!. El 9 de Junio, en entrevista de RCN con el gobernador del Putumayo, a raíz del derrame de 200.000 galones de petróleo en Teteye, Puerto Asís, aseguraba que dichas acciones atacan directamente a la población civil y destruyen el medio ambiente. Decía el gobernador, cómo dicho derrame ha acabado con los estanques de peces que indígenas y campesinos de la región cultivaban, con los que sustituyeron los cultivos de coca. Además, cómo dicho atentado afecta los acueductos pues las quebradas que surten de agua se ven seriamente afectadas. Cómo van a negar que el derribamiento de torres de energía – caso reciente de Buenaventura y Tumaco no atenta directamente contra la población civil, que en climas tan sumamente cálidos, ven cómo se dañan
sus alimentos, cómo se afectan sus negocios, cómo sufren por el excesivo calor. Y no solamente atentan contra las fuentes de agua. Cómo es posible que dinamiten la planta de tratamiento y el acueducto de una población, como ocurrió en Algeciras Huila? El alcalde ha manifestado que el municipio no tiene recursos para volverlo a hacer y que aunque se tuviera el dinero se tardaría meses el hacerlo. A quién se afecta? Directamente al pueblo. Cómo van a negar que cuando dicen atacar puestos de policía, ponen en grave riesgo a la población, pues dichos puestos se encuentran -como es explicableen las zonas urbanas. Cómo van a negar que la constante quema de buses afecta directamente a los usuarios, pues las empresas tienen que disminuir y aún suspender el transporte de pasajeros. No hay duda de que a pesar de que la mayoría de los colombianos queremos que se llegue a un acuerdo de paz con las FARC, también la mayoría de la población rechaza a estos terroristas que destruyen el diario vivir de las comunidades. Cómo es posible que los negociadores en la Habana no rechacen estas formas de terrorismo? Y qué más nos dice la Iglesia? “El terrorismo se debe condenar de la manera más absoluta. Manifiesta un desprecio total de la vida humana, y ninguna motivación puede justificarlo, en cuanto el hombre, es siempre FIN y nunca MEDIO. Los actos de terrorismo hieren profundamente la dignidad humana y constituyen una ofensa a la humanidad entera: existe por tanto, un derecho, a defenderse del terrorismo” (Idem J.P. II #5. Compendio 5414). Por eso, como Iglesia, tenemos que condenar todos estos actos terroristas y no podemos quedarnos callados frente a tanta atrocidad. Se puede construir así la paz?
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Julio | 13
LA ENCÍCLICA LAUDATO SI’
(ALABADO SEAS)
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• El hombre de hoy es narcisista a morir. Tiene consciencia de que su proyecto de vida no es más que contemplarse y abrazarse a • sí mismo (Mito de Narciso). Las personas que han nacido después de 1980 es la generación de los Millennials, caracterizados por la exagerada autoestima, la egolatría y los caprichos; siempre tiene la razón. Descartes decía que “nada es tan peligroso como cuando una persona siempre • tiene toda la razón”. La sociedad de hoy padece de esquizofrenia, de múltiples estancias sicológicas. No se alcanza a descifrar su interior. No se sabe si lo que dice es verdad o es mentira. Es el hombre de “las mil cosas”.
En el campo religioso se siente deslumbrado por las luces del folclor religioso, pero no intenta entrar en el misterio. La relación entre las personas sólo tiene que ver con el rol que realizan en la sociedad. Aparecen atrapados por las tecnologías de la información. No se es “señor sino esclavo”. Lo virtual lo enajena y espera encontrar en ese mundo lo que tiene que ver con amigos y con el sexo.
Es mejor hacer el amor y no guerra (make love no war), consigna de los movimientos estudiantiles de los 60 y los 70. Hay que rescatar al hombre de la política corrupta, de la religión hipócrita y sin transparencia y de las dictaduras del poder y del dinero. Hay que vivir el momento. La vida no es más que el “ya y el ahora”, pues la trascendencia se ha borrado de la existencia. La religión es un fenómeno mediático: Jesucristo super estrella (Jesus Christ, super Star), Francisco, el Papa Chévere y descomplicado, que no juzga a los homosexuales y que autoriza a un sacerdote argentino para que bautice la niña de una pareja de lesbianas.
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“No amontonen riquezas aquí en la tierra, donde la polilla destruye y las cosas se echan a perder, y donde los ladrones entran a robar” (Mt 6, 19). “Nadie puede servir a dos señores, o si sirve a uno mirará con desdén el segundo” (Mt 6, 24). “Nadie es mejor que nadie, si Dios no lo creerá más” (Santo Tomás de Aquino). “Nadie tiene amor más grande que el que da su vida por sus amigos” (Jn 15, 13). Hemos convertido en dios a las nuevas tecnologías (falsos dioses) y al hombre lo estamos despreciando, desechando el plan de salvación de Dios para el hombre: “imagen y semejanza” (Gen 1, 27). Hay que despertar del sueño de nuestro egoísmo, del narcisismo, del individualismo y la liberación mal entendida (Rom 13, 11). “Buscad primero el reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura” (Mt 6, 35). “Oh hermosura, siempre antigua y siempre nueva, tarde te conocí, tarde te amé” (San Agustín de Hipona).
El pasado jueves 18 de junio, la Santa Sede publicó la carta Encíclica “Laudato si’” del Papa Francisco, calificada por algunos expertos como “histórica”, dado que es la primera vez que un Papa dedica un documento de este tipo a la protección del medio ambiente. Presentamos a continuación el esquema general de la encíclica, la cual está precedida por una introducción y seis capítulos. Introducción En la introducción el Papa hace un llamado urgente a toda la humanidad a proteger el planeta, nuestra casa común, dado que está en riesgo el futuro de la tierra por el deterioro ambiental global. Capítulo I. Lo que está pasando a nuestra casa En este primer capítulo, el Papa hace un análisis de la realidad del planeta, señalando algunos problemas urgentes, tales como: el cambio climático, el agotamiento de los recursos naturales, especialmente del agua potable, la pérdida de la biodiversidad, el deterioro de la calidad de la vida humana, el impacto negativo de la degradación del planeta en los más pobres, la falta de interés político y la diversidad de opiniones sobre el medioambiente. Capítulo II. El evangelio de la creación En este capítulo el Papa realiza una extensa catequesis sobre la creación desde la fe cristiana, expresando la necesidad de seguir impulsando un diálogo fructífero entre la religión y la ciencia, dado el destino universal de los bienes y la comunión universal con todas las creaturas. Capítulo III. Raíz humana de la crisis ecológica En el tercer capítulo el Papa hace un análisis de la raíz
o las causas que propician el deterioro del planeta, indicando cómo el poderío tecnológico coloca a la humanidad en una gran encrucijada, dado que si bien es de gran valor el progreso científico y técnico, éstos también pueden conllevar a una destrucción del mundo y de la humanidad, tornándose más peligroso por el hecho de que el ser humano no logra descubrir aún su verdadero lugar en el universo. Capítulo IV. Una ecología integral El Papa presenta, en este cuarto capítulo, las directrices de una ecología integral que incorpore todas las dimensiones humanas y sociales. Establece que existe una estrecha relación entre la naturaleza y la sociedad que la habita; entre el medio ambiente y la cultura, su historia, arquitectura y arte; entre la conservación del medio ambiente y el estilo de vida particular de las personas y, finalmente, entre los conceptos de bien común y de justicia con relación a las generaciones futuras. Capítulo V. Algunas líneas de orientación y acción El quinto capítulo contiene algunas líneas de acción concretas donde el Papa invita al compromiso político, económico, cultural y religioso para salvaguardar entre todos el destino del planeta con acuerdos y compromisos reales y eficaces. Capítulo VI. Educación y espiritualidad ecológica Finalmente, en el último capítulo, el Papa manifiesta la necesidad impulsar una educación y espiritualidad que permitan el desarrollo de nuevas convicciones, actitudes y formas de vida, que supone en la condiciones actuales de largos procesos de conversión y regeneración, ahora que estamos a tiempo.
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Julio | 15
Continuamos con la lectura de los lineamenta del Sínodo de los Obispos nº 15-17.
La familia en el designio salvífico de Dios
La familia en los documentos de la Iglesia
15. Las palabras de vida eterna que Jesús dejó a sus discípulos comprendían la enseñanza sobre el matrimonio y la familia. Esta enseñanza de Jesús nos permite distinguir tres etapas fundamentales en el proyecto de Dios sobre el matrimonio y la familia. Al inicio, está la familia de los orígenes, cuando Dios creador instituyó el matrimonio primordial entre Adán y Eva, como sólido fundamento de la familia. Dios no sólo creó al ser humano hombre y mujer (cfr. Gén 1, 27), sino que los bendijo para que fueran fecundos y se multiplicaran (cfr. Gén 1,28). Por esto, «abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne» (Gén 2,24). Esta unión, dañada por el pecado, se convirtió en la forma histórica de matrimonio en el Pueblo de Dios, por lo cual Moisés concedió la posibilidad de escribir un acta de divorcio (cfr. Dt 24, 1ss). Dicha forma era predominante en tiempos de Jesús. Con su venida y la reconciliación del mundo caído gracias a la redención que Él obró, terminó la era inaugurada con Moisés.
17. «A lo largo de los siglos, la Iglesia no ha dejado de ofrecer su enseñanza constante sobre el matrimonio y la familia. Una de las expresiones más altas de este Magisterio la propuso el Concilio Ecuménico Vaticano II, en la Constitución pastoral Gaudium et Spes, que dedica un capítulo entero a la promoción de la dignidad del matrimonio y la familia (cfr. Gaudium et Spes, 47-52). Define el matrimonio como comunidad de vida y de amor (cfr. Gaudium et Spes, 48), poniendo el amor en el centro de la familia, mostrando, al mismo tiempo, la verdad de ese amor frente a las diversas formas de reduccionismo presentes en la cultura contemporánea. El “verdadero amor entre marido y mujer” (Gaudium et Spes, 49) implica la entrega mutua, incluye e integra la dimensión sexual y la afectividad, conformemente al designio divino (cfr. Gaudium et Spes, 48-49). Además, Gaudium et Spes 48 subraya el arraigo en Cristo de los esposos: Cristo Señor “sale al encuentro de los esposos cristianos en el sacramento del matrimonio”, y permanece con ellos. En la encarnación, Él asume el amor humano, lo purifica, lo lleva a plenitud, y dona a los esposos, con su Espíritu, la capacidad de vivirlo, impregnando toda su vida de fe, esperanza y caridad. De este modo, los esposos son consagrados y, mediante una gracia propia, edifican el Cuerpo de Cristo y constituyen una Iglesia doméstica (cfr. Lumen Gentium, 11), de manera que la Iglesia, para comprender plenamente su misterio, mira a la familia cristiana, que lo manifiesta de modo genuino» (Instrumentum Laboris, 4).
16. Jesús, que reconcilió cada cosa en sí misma, volvió a llevar el matrimonio y la familia a su forma original (cfr. Mc10, 1-12). La familia y el matrimonio fueron redimidos por Cristo (cfr. Ef 5,21-32), restaurados a imagen de la Santísima Trinidad, misterio del que brota todo amor verdadero. La alianza esponsal, inaugurada en la creación y revelada en la historia de la salvación, recibe la plena revelación de su significado en Cristo y en su Iglesia. De Cristo mediante la Iglesia, el matrimonio y la familia reciben la gracia necesaria para testimoniar el amor de Dios y vivir la vida de comunión. El Evangelio de la familia atraviesa la historia del mundo desde la creación del hombre a imagen y semejanza de Dios (cfr. Gén 1, 2627) hasta el cumplimiento del misterio de la Alianza en Cristo al final de los siglos con las bodas del Cordero (cfr. Ap 19,9; Juan Pablo II, Catequesis sobre el amor humano).
Reflexionemos en familia o en grupo ¿Cómo desarrollar y promover iniciativas de catequesis que den a conocer y ayuden a vivir las enseñanzas de la Iglesia sobre la familia, favoreciendo la superación de la distancia posible entre lo que se vive y lo que se profesa, y promoviendo caminos de conversión?
MADRE ALICIA ECHEVERRI CALLE TODA LA COMUNIDAD
ORIGEN
CARISMA DE LA COMUNIDAD
Los Hijos e Hijas del Fiat nacieron el 31 de diciembre de 1996 a la luz de la experiencia espiritual de un grupo de mujeres, liderado por la Madre Alicia Echeverri Calle, quienes en una vigilia, tuvieron la inspiración en la que el Señor las quería como un pequeño ejército al servicio de su Reino y bajo la modalidad de Comunidad Religiosa.
Esta comunidad se caracteriza por tener un sentido de Iglesia desde la unidad y el testimonio, glorificando al Padre haciendo su voluntad e imitando a María mujer del Sí, a través del servicio que le brindan a la sociedad más vulnerable desde la espiritualidad y la pastoral.
El 25 de marzo de 1998 el Obispo de Sonsón Rionegro, Monseñor Flavio Calle, imponía a las primeras religiosas el hábito; a partir del año 2001 con la llegada de Mons. Ricardo Tobón como Pastor a nuestra diócesis, define que esta no solo fuera comunidad femenina, sino dos institutos, una femenina y el otro masculino; los cuales tuvieran gobiernos independientes con sus respectivas administraciones y constituciones. Con el transcurrir del tiempo, se han expandido a nivel nacional haciendo presencia en Santa Marta, Medellín, Bogotá, Boyacá, y por supuesto en nuestra Iglesia Particular, principalmente en los municipios de Rionegro, Guarne, Sonsón, San Vicente.
TAREA EVANGELIZADORA EN NUESTRA DIÓCESIS Su proyección en nuestra Iglesia diocesana se centra en dos pilares, la contemplación y la pastoral, expresadas a través del arte como el teatro y la música; de igual modo en la realización de convivencias con jóvenes, retiros espirituales para adultos y parejas, cada primer domingo de mes, tienen una convivencia para la comunidad en general donde ejecutan diversas actividades. En las diferentes localidades donde hacen presencia, se vinculan a la pastoral parroquial apoyando la labor en los distintos campos en los que la misma parroquia los requiera. Damos gracias a Dios por su presencia y testimonio en medio de nosotros.
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