Evangelizar
Noviembre| 1
Revista de Ayudas Pastorales
Diócesis de Sonsón-Rionegro Noviembre de 2015 | N°28
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A LOS SACERDOTES
Pbro. Luis Carlos Salazar El Sacerdote debe orar como oro Jesús
LITURGIA DEL DOMINGO
Pbro. Javier Arturo Marín Carvajal TODOS LOS SANTOS XXXII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO XXXIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO I DOMINGO DE ADVIENTO, CICLO C
FORMACIÓN DOCTRINAL
Pbro. Luis Javier Otálvaro Álvarez “JESUCRISTO SUBIÓ A LOS CIELOS…” “…ESTÁ SENTADO A LA DERECHA DEL PADRE” EN CRISTO SOMOS GLORIFICADOS
CONTROVERSIAS RELIGIOSAS
Asesor General Mons. Fidel León Cadavid Marín Director P. John Jairo Olaya Ballesteros. Diagramación Silvia Giraldo Consejo editorial Delegados de Pastoral
Pbro. Oscar Charlarca ¿QUÉ HARÁ LA IGLESIA CATÓLICA CON LAS PERSONAS CON UNA ORIENTACIÓN SEXUAL DISTINTA A LA HETEROSEXUAL?
Coordinador general Vicaría de Pastoral
NUESTRA REALIDAD
Dirección Diócesis de Sonsón-Rionegro Curia Episcopal Calle 51 No 47-31 Tel: 531 5252 www.diosonrio.org.co
Mons. Gilberto Muñoz Ospina. “LAUDATO SI”:EL EVANGELIO DE LA CREACIÓN. CAPITULO II
VIDA FAMILIAR
Pbro. Nelson Patiño Villa LOS CINCO EDIFICIOS QUE CONSTRUYE CADA FAMILIA, SEGÚN EL PAPA FRANCISCO
ESPACIOS PARA CRECER
Pbro. Jorge Iván Martínez López HERMANAS DE LA PRESENTACIÓN DE MARÍA SANTÍSIMA AL TEMPLO
Impresión Periódico El Mundo
Fotografía Diócesis de Sonsón-Rionegro Sugerencias vipastoral@diosonrio.org.co
Noviembre| 3
EL SACERDOTE DEBE ORAR COMO ORO JESÚS Jesús en Oración Tener los mismos sentimientos de Jesús ( Flp 2,5) Ser cristiano consiste en sentir como Jesús y vivir como Jesús. Ese “sentir” (Flp 2, 5), sin embargo se presta a equívocos. Habría otra expresión más adecuada: disposición. La disposición está tejida de emoción, convicción y decisión. Así, pues –con otras palabras,la experiencia cristiana consistiría en reproducir en la propia vida las emociones, actitudes interiores y el comportamiento general de Jesús, el Señor. Para la hora de tratar de vivir esta disposición, es relativamente fácil saber cuáles fueron las preferencias de Jesús, su estilo de vida y espiritualidad, el objetivo central de su vida. Pero hay otra cosa, tan difícil de descubrir como importante para vivir, y es esto: ¿cómo captar las armónicas interiores del Señor? En mi opinión es esto lo fundamental. Porque la conducta del hombre, ¿es el hombre total? No, por cierto, porque la conducta, al fin, no es otra cosa sino un eco lejano de los impulsos, alimentados por antiguos ideales y vivencias remotas. Necesitamos llegar a las raíces, ya que lo esencial siempre está abajo. Para descubrir, pues, la temperatura interior de Jesús, necesitamos descender a los manantiales primitivos y originales de la persona donde nacen los impulsos, las decisiones y la vida. En una palabra, necesitamos descubrir y participar de la vida profunda del Señor. Sin embargo, no disponemos (para este “descubrimiento”) de instrumentos exactos de “investigación” ni de comprobación, quiero decir: no es posible una objetivación de tales armónicas profundas de Jesús. Es una tarea específica y exclusiva del Espíritu Santo que “enseña toda la Verdad” (Jn 16, 13).
¿Qué hacer? El “alma” de Jesús aparece-se transparentaen sus palabras y hechos. El cristiano deberá, pues, comenzar por apoyarse en toda la Palabra con una actitud contemplativa para dar con las raíces del Señor. Cómo hacerlo?
Ejercicios para mirar “adentro” de Jesús El cristiano debe colocarse en actitud de fe, pedir la asistencia del Espíritu Santo y dejarse llevar dócilmente por su inspiración. Haga luego como quien detiene el aliento interior quedando en estado de suspensión admirativa: como la suspensión de quién se abisma en las profundidades del mar o de quien, con un potente telescopio, se abre al infinito mundo sideral. Luego, con las facultades recogidas, en fe y en paz, debe el alma asomarse, con mirada contemplativa e infinita reverencia, a la intimidad de Jesús, y “quedarse ahí”, y sorprender y presenciar algo de lo que “sucede” en esos abismos. Y , una vez sumergido en esa atmosfera, quieto e inmóvil, dejarse impregnar de aquellas vivencias y armónicas existenciales, participando de esta manera de la experiencia profunda de Jesús. Este es el “conocimiento que supera todo conocimiento” (Ef 3,18). La eminente “sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor” (Flp 3, 18), principio de toda sabiduría, reactor que genera todas las energías y grandezas apostólicas. Para avanzar por las quebradas oscuras de la fe, en su ascensión fatigante y divinizadora el cristiano sólo dispone de un sendero: el sendero es Jesús mismo. Para no desorientarse en esta travesía, necesita pisar firmemente esta tierra.
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TODOS LOS SANTOS Liturgia de la Palabra: Apocalipsis 7, 2-4.9-14; Salmo 23; 1 Juan 3, 1-3 Evangelio según San Mateo (5, 1-12ª)
“En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles: -«Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.
Dichosos los misericordiosos, alcanzarán misericordia.
porque
ellos
Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.” Palabra del Señor
Pautas de reflexión Nos presenta la liturgia para este domingo la solemnidad de todos los santos. Una bella oportunidad para reflexionar sobre lo más urgente y necesario en la vida del discípulo: la santidad. Nos enseña la Iglesia que la santidad es la vocación universal, somos todos llamados a ser santos, es decir a parecernos al mismo Señor. El retrato ideal del santo, es decir, del fiel discípulo de Cristo, se encuentra en el llamado sermón de la montaña, o Bienaventuranzas. Jesús es presentado en el Evangelio como el nuevo Moisés que enseña sobre el monte. Es Él el que nos ofrece la ley definitiva y perfecta de Dios. Las Bienaventuranzas son todo un programa de vida para quien se decide por el camino de la perfección cristiana. Son el camino seguro para configurar la
vida con la del Maestro, pues él mismo es el primero en vivir en el espíritu de las Bienaventuranzas. Son todo un programa de vida del discípulo de Jesús, que quiere vivir en plenitud según la voluntad de Dios. Este programa de vida propuesto por Jesús es un llamado a un continuo empeño interior por transformar el mal en bien, el egoísmo en generosidad, el cerramiento del corazón en apertura a Dios y a los hermanos. Las bienaventuranzas, como programa de vida, pronunciadas por Jesús no pueden ser anunciadas donde prevalece el solo programa de vida del hombre, cerrado en su egoísmo y en el sólo horizonte de este mundo que pasa. De aquí, el primer paso para optar por las Bienaventuranzas es la conversión, el volver a Dios y a lo que él nos propone para la vida.
Noviembre| 5
“JESUCRISTO SUBIÓ A LOS CIELOS…” ¿Qué es la Ascensión?
¿Por qué 40 días?
Este término se deriva del latín “ascendere”, que significa subir, dirigirse hacia arriba. La ascensión de Cristo a los cielos designa la exaltación de la humanidad de Jesucristo a la gloria de la vida divina. Es uno de sus misterios, estrechamente relacionado con el de la resurrección y el del envío del Espíritu Santo.
En realidad el 40 es un número simbólico no real. En la Biblia se emplea muchas veces esta cifra para significar el “cambio” de un período a otro, el “fin” de una generación y el comienzo de otra. Que el número 40 no es aquí una cifra exacta sino simbólica, lo podemos constatar en el mismo libro de los Hechos cuando afirma que Jesús “se apareció durante muchos días” (13,31), pero no dice que eran 40. Y después vuelve a hablar de las apariciones de Jesús pero por tiempo indefinido (10,40-42), no durante 40 días.
El catecismo afirma: La ascensión de Jesucristo marca la entrada definitiva de la humanidad de Jesús en el dominio celeste de Dios de donde ha de volver (cf. Hch 1, 11), aunque mientras tanto lo esconde a los ojos de los hombres (cf. Col 3, 3). Después de la resurrección, Jesús “se presentó vivo” (Hch 1,3) a las mujeres cerca de la tumba (Mt 28,9-10), a sus discípulos (Lc 24,36-43), y a más de 500 personas (1Co 15,6). En los días siguientes a Su resurrección, Jesús instruyó a sus discípulos acerca del Reino de Dios (Hch 1,3). Cuarenta días después de la resurrección, Jesús y sus discípulos, fueron al Monte de los Olivos cerca de Jerusalén. Allí, Jesús les prometió que pronto recibirían el Espíritu Santo y les indicó que permanecieran en Jerusalén hasta la venida del Espíritu. Después, Jesús los bendijo y mientras les daba la bendición, comenzó a ascender al cielo. (El relato de la ascensión de Jesús se encuentra en Lucas 24,50-51 y Hechos 1,9-11).
¿Qué nos enseña la Ascensión? Con la Ascensión, Jesús alcanza la meta final y es exaltado; se hace Señor y primogénito de sus hermanos. La plenitud sólo se alcanza al final y es un don de Dios. Jesús ha ascendido al Cielo y nos espera en la meta. Nosotros debemos trabajar para cumplir con nuestra misión en la tierra. Hay que vivir como Él, amar como Él, buscar el Reino de Dios. Anunciar el Evangelio con la palabra y con la vida. “Jesucristo, cabeza de la Iglesia, nos precede en el Reino glorioso del Padre para que nosotros, miembros de su cuerpo, vivamos en la esperanza de estar un día con Él eternamente” (CEC 666).
Preguntas para el diálogo
Textos para profundizar
1. ¿Qué diferencia hay entre la “Ascensión” de Jesús y la “Asunción” de la Virgen María? 2. ¿La Resurrección y la Ascensión de Jesús fueron el mismo día? 3. Leer los textos de la Ascensión (Lc 24,5051; Hch 1,9-11) y comentarlos.
1. Catecismo de la Iglesia Católica – CEC – n. 659 – 667. 2. h t t p : // w w w. m e r c a b a . o r g / F I C H A S / Didascalia/0cuando_subio_jesucristo_a_ los_ci.htm 3. http://www.mercaba.org/VocTEO/A/V_ ascension.htm
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XXXII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Liturgia de la Palabra: 1 Reyes 17, 10-16; Salmo 145; Hebreos 9, 24-28 Evangelio según San Marcos (12, 41-44)
“En aquel tiempo, estando Jesús sentado enfrente del arca de las ofrendas, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban en cantidad; se acercó una viuda pobre y echó dos reales. Llamando a sus discípulos, les dijo:
—«Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.” Palabra del Señor
Pautas de reflexión “En el momento de morir, un hombre rico pensaba solamente en lo que había pensado durante toda su vida: en la plata. Con sus últimas fuerzas se sacó la llave que llevaba atada al cuello, señaló el cofre que estaba al lado de su lecho, y mandó que le pusieran la bolsa repleta de monedas de oro en el ataúd. En la otra vida veía una mesa puesta con las comidas más ricas. –Dime, ¿cuánto vale este plato? –Un centavo. -¿Y aquella torta? También un centavo. El hombre se sonreía: “barato, maravillosamente barato”, pensaba, y eligió sus comidas preferidas. Pero cuando quiso pagar con una moneda de oro, el vendedor celestial no se la aceptó. “Hombre, le dijo, sacudiendo la cabeza y lamentándolo, “tú aprendiste bien poco durante tu vida terrenal. Aquí vale solamente el dinero que uno ha regalado mientras vivía en la tierra!”. En la época de Jesús las viudas formaban uno de los grupos más marginados. En la Biblia las viudas llegaron a ser símbolo de pobreza e indigencia. Dios tiene otro
modo de ver a las personas. Para él los dos centavos con un valor ridículo de la viuda pobre tienen más valor que las ofrendas abundantes de muchos ricos. La viuda da lo que tenía para vivir, los ricos lo que les sobraba. La viuda al dar lo que tenía para vivir muestra la actitud de abandono absoluto a la providencia de Dios, ella se confía sólo a la protección de Dios. De aquí que lo importante no es la cantidad que se da, sino la actitud del corazón, el abrirse totalmente al amor de Dios Padre. Recordemos que Jesús está en el templo en el lugar de las ofrendas, esto para indicar una última consideración en este día. “Desde la viuda pobre, Jesús cuestiona el significado del templo y del culto. La viuda dio menos en cuanto cantidad, pero esto poco importa a Dios; ella entregó la vida, ese es su culto a Dios. Según este juicio, el culto en el Evangelio no se mide con criterios de bienes materiales. El culto verdadero consiste en la donación de la persona a Dios y a los otros”.
Noviembre| 7
Catequesis 2
“…ESTÁ SENTADO A LA DERECHA DEL PADRE” La Ascensión es la “vuelta al Padre” (Jn 13,1; 14,28; 16,28), donde Jesús, “sentado a su derecha”, comienza una existencia nueva en plenitud de vida y de poder. Cristo, antes de venir al mundo, estaba junto a Dios Padre como Hijo, Palabra, Sabiduría. Su exaltación consistió, pues, en el retorno al mundo celestial, de donde había venido, revistiéndose de nuevo de la “gloria que tenía antes de la creación del mundo” (Jn 6,33-58; 3,13; 6,62). “¿Qué quiere decir subió, sino que también bajó a las regiones inferiores de la tierra? Este que bajó es el mismo que subió por encima de todos los cielos, para llenarlo todo” (Ef 4,9-10). “Dios lo exaltó por encima de todo, y le dio el nombre sobre todo nombre” (Flp 2,9). Pablo nos resume la fe de la Iglesia apostólica diciendo que “Cristo murió, más aún, resucitó y está sentado a la derecha de Dios” (Rm 8,34). Esta es la misma confesión de Pedro: “Por la resurrección de Jesucristo, que está a la derecha de Dios después de haber subido al cielo” (1Pe 3,21-22). La fe les hizo posible lo que el mismo Señor había anunciado: “Verán al Hijo del Hombre sentado a la derecha del Padre” (Mt 26,64p). Pues Cristo está a la derecha del Padre“. Por la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su
Preguntas para el diálogo 1. ¿Qué significa que Jesús está sentado a la derecha del Padre? 2. ¿Cuál es la victoria de Cristo? 3. Leer Filipenses 2,1-11 y compartir.
derecha en los cielos… Sometió todas las cosas bajo sus pies y le constituyó Cabeza suprema de la Iglesia, que es su cuerpo, la Plenitud del que lo llena todo en todo” (Ef 1,19-23). La imagen de Cristo “sentado a la derecha del Padre” está tomada del salmo 110, el salmo más citado en el Nuevo Testamento: “Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha”. También recoge la visión de Daniel, que contempla al Hijo del Hombre que avanza sobre las nubes hasta el trono de Dios y recibe el imperio y el reino eterno. Una vez concluida su obra “de purificación de los pecados, Cristo se sentó a la derecha de Dios en las alturas” (Col 3,1; Hb 10,12-13), “a la derecha del trono de Dios” (Hb 12,2), cosa que “no hizo nunca ángel alguno” (Hb 1,3.13). Cristo, pues, “está sentado en el trono de su gloria” (Mt 19,28; 25,31), ocupando incluso “el mismo trono de Dios” (Ap 22,3). Resurrección, ascensión y estar sentado a la derecha del Padre son la expresión de la victoria definitiva de Cristo sobre el pecado, la muerte y el infierno. Son la manifestación de la glorificación de Cristo por la derecha o fuerza salvadora de Dios Padre (Hch 2,32-33; Ef 1,19-20), que le “dio todo poder en el cielo y en la tierra” (Mt 28,18).
Textos para profundizar 1. http://www.mercaba.org/FICHAS/ORACION/ CREDO/6_subio_y_esta_sentado.htm 2. http://w2.vatican.va/content/francesco/ es/audiences/2013/documents/papafrancesco_20130417_udienza-generale.html 3. h t t p s : / / w w w. a c i p r e n s a . c o m / f i e s t a s / ascension/meditar.htm
8 | Evangelizar
XXXIII DOMINGO DELTIEMPO ORDINARIO Liturgia de la Palabra: Daniel 12, 1-3; Salmo 15; Hebreos 10, 11-14.18 Evangelio según San Marcos (13, 24-32)
“En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: —«En aquellos días, después de esa gran angustia, el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearan. Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y majestad; enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, de horizonte a horizonte.
Aprended de esta parábola de la higuera: Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducís que el verano está cerca; pues cuando veáis vosotros suceder esto, sabed que él está cerca, a la puerta. Os aseguro que no pasará esta generación antes que todo se cumpla. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán, aunque el día y la hora nadie lo sabe, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, sólo el Padre.” Palabra del Señor
Pautas de reflexión El mensaje del Evangelio es siempre buena noticia. Este texto no nos anuncia el fracaso de la creación de Dios. Habla en imágenes, entonces familiares, tomadas del Antiguo Testamento, que expresan el hecho de que nuestra vida y todo el mundo están amenazados por la destrucción. La expresión “en aquellos días” no se ha de entender en sentido cronológico, sino como afirmación de la certeza de la venida del Señor. Pero en el Evangelio Jesús insiste en que no hay razones para vivir en angustia o caer en nerviosismo. Lejos de ser un anuncio de que todo acabará en la destrucción, nos muestra que el fin de las posibilidades humanas es el comienzo de las posibilidades de Dios. Jesús habla
claramente de su venida en “poder y gloria”. Y no viene para destruir, sino para SALVAR. La idea fundamental de este texto no es mostrarnos la fragilidad de este mundo, sino el futuro extraordinario del hombre amado y salvado por Dios. Lo que quedará de este mundo es el hombre amado y salvado por Cristo. Cuando parece que todo se derrumba, podemos confiar en sus promesas. En los desastres de la historia y de nuestra vida personal, podemos seguir confiando en su Palabra, Palabra que no pasara. Él congregará a todos sus elegidos en su Reino Eterno. El que confía en Dios, aunque aparentemente caiga en un precipicio, caerá en las manos Misericordiosas del Padre celestial.
Noviembre| 9
Catequesis 3
EN CRISTO SOMOS GLORIFICADOS
La glorificación de Cristo en su ascensión a los cielos nos abrió el acceso al Padre. En Él podemos llegar al Padre “estando donde Él está y contemplando su gloria” de Hijo Unigénito (Jn 17,24). Cristo Jesús, después de resucitar de entre los muertos y haberse aparecido a los apóstoles, envuelto en una nube, se elevó al cielo (Hch 1,9-11; Lc 24,50; Mc 16,19; Ef 4,8-10), para presentar victorioso a su Padre al hombre a quien amó, de quien se había revestido y a quien libró de la muerte... Resucitado, ha recibido del Padre pleno poder (Dn 7,14-15; Is 30,10-11; Ap 2,12-18; Mt 28,18-19) de modo que no se puede llegar a Dios Padre sino por medio de su Hijo (Jn 14,6; 10,9; Mt 12,17; Jn 3,36; Ef 2,17-18; Rom 3,23-24; 1 Pe 3,18; 4,6; 1 Jn 2,23). La nube que ocultó a Jesús de la mirada de sus discípulos (Hch 1,9) es símbolo de la manifestación y presencia de Dios. Al entrar en la nube, Jesús entra en el mundo de Dios, en la gloria de Dios. Pero, al mismo tiempo, esa nube manifiesta que Jesús, por haber entrado en la gloria de Dios, permanece junto a los discípulos con una presencia nueva, al modo de Dios. El Señor glorificado continúa su obra en la Iglesia y en la historia a través de su Espíritu. Está presente en su Palabra y en los Sacramentos, en la Evangelización y en el Amor que suscita entre sus discípulos, amor en la dimensión de la cruz, más fuerte que la muerte. Los bautizados en Cristo, muertos y sepultados en las aguas con Él, participan también de su resurrección y exaltación. Pues los fieles han sido liberados por
Preguntas para el diálogo 1. ¿Qué es “la gloria”? 2. ¿Qué significa que “Cristo ha sido glorificado”? 3. ¿Cómo participamos de la gloria de Cristo?
Dios “del poder de las tinieblas y trasladados al reino de su querido Hijo, en quien tenemos la redención y el perdón de los pecados”. Nuestra verdadera vida “está escondida con Cristo en Dios” (Col 3,1ss), como “ciudadanos del cielo” (Flp 3,20). Cristo subió al cielo como Cabeza de la Iglesia y así atrae hacia Él a los miembros de su cuerpo. La gracia es Cristo, la vida es Cristo, Cristo es la resurrección. Acoger a Cristo, haciendo de Él nuestra vida, es arrebatar el Reino de los cielos, recibiendo la adopción, la vida y la resurrección. Con esta garantía de nuestra glorificación podemos repetir con San Pablo: “¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Dios es quien justifica: ¿Quién condenará? ¿Acaso Cristo, que murió, resucitó y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros?” (Rm 8,33-34). Nos convenía (Jn 14,2-4) realmente que Jesús ascendiera al cielo. Ya ahora el cristiano vive pregustando la gloria de Cristo. El cristiano, ya aquí en la tierra, experimenta la comunión con Dios o el cielo, pues como dice con palabras sencillas Santa Teresa: “donde está Dios es el cielo; nuestra alma es el cielo pequeño, donde está quien hizo el cielo y la tierra”. Sintiéndole vivo y confesándole glorioso, la esperanza cristiana suscita en el creyente el anhelo de “morir en el Señor” (Ap 14,13), para pasar a morar con el Señor, acabada la peregrinación de la fe, en la visión cara a cara (2Co 5,7-8).
Textos para profundizar 1. http://www.mercaba.org/FICHAS/ORACION/ CREDO/6_subio_y_esta_sentado.htm 2. http://www.mercaba.org/FICHAS/JESUS/ hora_de_la_glorificacion.htm 3. http://www.mercaba.org/LITURGIA/Nv/ gloria_a_dios.htm
10 | Evangelizar
JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO Liturgia de la Palabra: Daniel 7, 13-14; Salmo 92; Apocalipsis 1, 5-8 Evangelio según San Juan (18, 33b-37)
“En aquel tiempo, dijo Pilato a Jesús: —«¿Eres tú el rey de los judíos?» Jesús le contestó: —«¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?» Pilato replicó: —«¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?» Jesús le contestó:
—«Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.» Pilato le dijo: —«Conque, ¿tú eres rey?» Jesús le contestó: —«Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz.” Palabra del Señor
Pautas de reflexión Terminamos en este domingo el año litúrgico, y lo hacemos precisamente con esta Solemnidad “JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO”, Pío XI introdujo en el año 1925 está solemnidad, no para reemplazar a los reyes de este mundo, sino para decirnos quién es Cristo para nosotros. Al cerrar el año litúrgico con esta fiesta se resalta la importancia de Cristo como centro de toda la historia universal. Es el alfa y el omega, el principio y el fin. Cristo reina en las personas con su mensaje de amor, justicia y servicio. El Reino de Cristo es eterno y universal, es decir, para siempre y para todos los hombres. Jesús vino al mudo “para dar testimonio de la verdad”. La verdad es la presencia de Dios mismo en este mundo. Se la pueda llamar también “Luz” o “Vida”. La gran verdad de Dios es su infinito amor, incluso hacia sus creaturas rebeldes. Esta misericordia de Dios se manifiesta en Jesús, en su muerte en la cruz y en su Resurrección. Dios ama a todos, especialmente a los más débiles y pequeños.
El Papa Benedicto XVI decía: “¿En qué consiste el “poder” de Jesucristo Rey? No es el poder de los reyes y de los grandes de este mundo; es el poder divino de dar la vida eterna, de librar del mal, de vencer el dominio de la muerte. Es el poder del Amor, que sabe sacar el bien del mal, ablandar un corazón endurecido, llevar la paz al conflicto más violento, encender la esperanza en la oscuridad más densa. Este Reino de la gracia nunca se impone y siempre respeta nuestra libertad. Cristo vino “para dar testimonio de la verdad” (Jn 18, 37) —como declaró ante Pilato—: quien acoge su testimonio se pone bajo su “bandera”, según la imagen que gustaba a san Ignacio de Loyola. Por lo tanto, es necesario — esto sí— que cada conciencia elija: ¿a quién quiero seguir? ¿A Dios o al maligno? ¿La verdad o la mentira? Elegir a Cristo no garantiza el éxito según los criterios del mundo, pero asegura la paz y la alegría que sólo él puede dar”. (Rezo del ángelus, Plaza de San Pedro Domingo 22 de noviembre de 2009).
Noviembre| 11
“LAUDATO SI”: EL EVANGELIO DE LA CREACIÓN. CAPITULO II Advertí en el artículo anterior que pasaba al cap. III por considerarlo parte de la problemática actual del daño ecológico. Por eso en este vuelvo al II para dar ya una mirada desde la palabra de Dios a la actual crisis ecológica. ¿CÓMO CONSTRUIR UNA SANA ECOLOGÍA Y SUPERAR LA DESTRUCCIÓN? Nos dice el Papa: “es necesario acudir a las diversas riquezas culturales de los pueblos, al arte y la poesía, a la vida interior y a la espiritualidad. Ninguna forma de sabiduría puede ser dejada de lado, tampoco la religiosa con su propio lenguaje” (63). Por tanto es claro que las soluciones implican en gran medida lo cultural y lo espiritual de las gentes y los pueblos. Veamos ahora que nos dice al respecto la palabra de Dios en el Antiguo y Nuevo Testamento: ANTIGUO TESTAMENTO: “Vio Dios todo lo que había hecho y era muy bueno” (Gen 1,31). “De manera particular el ser humano fue creado como fruto del pensamiento y amor de Dios. Dios nos hizo seres en relación consigo mismos, con Dios, con las demás personas, con la naturaleza. Nos dice el Papa “las relaciones vitales se han roto… esta ruptura es el pecado por haber pretendido ocupar el lugar de Dios y la relación originariamente armoniosa entre el ser humano y la naturaleza se transformó en conflicto” (Gen 2,15) (66). De acuerdo con su designio amoroso, Dios nos confió la tierra para que la labráramos y la cuidáramos: por eso estamos llamados a arar, trabajar, proteger, custodiar, preservar, guardar, vigilar. Por tanto el DOMINIO sobre la creación no puede ser destrucción sino servirnos de ella para la supervivencia, pero con el deber de protegerla y conservarla para las futuras generaciones (Cf. 67), respetando sus propias leyes y el necesario equilibrio entre todos los seres (Cf. 68). NUEVO TESTAMENTO: LA MIRADA DE JESÚS + “El pensamiento judíocristiano desmitificó la naturaleza. Sin dejar de admirarla por su esplendor y su inmensidad, ya no le atribuyó carácter divino” (78). + “Jesús asume la fe bíblica en el Dios creador y destaca un dato fundamental: Dios es Padre” (Mt. 11,25). No podemos ignorar lo que dice san Pablo: “todo fue creado por Él y para Él y todo se mantiene en Él (Col. 1,16) y por ende tiene una fundamental relación con el ser humano y todas las creaturas pues ninguna es olvidada por Él que las cuida y alimenta (Cf. Lc. 12,6; Mt. 6,26). + Jesús vive en armonía plena con la creación y está lejos de las filosofías que desprecian el cuerpo, la materia y las cosas del mundo. Más aún, trabaja con sus propias manos y así santifica el trabajo y sus frutos: “no es este el carpintero, el hijo de María?” (Mc. 6,3); por eso “se insertó en el mundo creado, corriendo su suerte con él hasta la cruz” (99). COMUNIÓN UNIVERSAL Y DESTINO COMÚN DE LOS BIENES: Por todo esto “Dios quiso que en Él residiera toda la plenitud. Por Él quiso reconciliar consigo todo lo que existe en el cielo y en la tierra, restableciendo la paz por la sangre de su cruz” (Col. 1,19-20) hasta que entregue todas las cosas al Padre y “Dios sea todo en todos” (1 Cor. 15,28) (100). Por tanto, “todos los seres formamos una familia universal, una sublime comunión que nos mueve a un respeto sagrado, cariñoso y humilde” (89). Además lo anterior no quiere decir que todos los seres seamos iguales, ni que la tierra sea divina, pues sólo si por el ser humano hay en nuestros corazones ternura, compasión y preocupación, habrá conexión en Dios con todos los seres creados (91). En la medida en que hagamos de toda la obra de Dios unidad en el amor, habrá paz, justicia y conservación de la creación (92). EN CONCLUSIÓN: Si todo es de Dios, incluida nuestra propia vida, todo es de todos y estamos llamados a cuidar, hacer crecer, y asegurar sostenibilidad para las Generaciones futuras. Nuestro compromiso cristiano y pastoral tiene que ser el de descubrir en todo ser de la creación a Dios providente y con su gracia hacer que todos y todo sirva para su gloria y el bien de toda la humanidad y creación
12 | Evangelizar
I DOMINGO DE ADVIENTO, CICLO C Liturgia de la Palabra: Jeremías 33, 14-16; Salmo 24; 1 Tesalonicenses 3, 12—4,2 Evangelio según San Lucas (21, 25-28.34-36)
“En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedaran sin aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues los astros se tambalearán. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y majestad.
Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación. Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre.” Palabra del Señor
Pautas de reflexión Empezamos en la Iglesia un nuevo año, marcado por el inicio del tiempo del Adviento. Adviento preparación para la venida del Señor. Un empezar de nuevo desde la novedad del Señor, un tener conciencia de que nuestra vida es un permanente peregrinar, en definitiva un peregrinar que nos llevará hasta Dios. El Cristiano vive de la esperanza, pero sin olvidar el presente, vive para el mañana pero con la atención alegre y gozosa en el ahora. Es el Señor que da todo el sentido al tiempo, es en Él que tenemos las fuerzas necesarias para remprender siempre el camino. El Papa Francisco nos ha recordado “el tiempo de Adviento, que hoy de nuevo comenzamos, nos devuelve el horizonte de la esperanza, una esperanza que no decepciona porque está fundada en la Palabra de Dios. ¡Una esperanza que no decepciona sencillamente porque el
Señor no decepciona jamás! Él es fiel, Él no decepciona. ¡Pensemos y sintamos esta belleza!”. (Ángelus 1 de diciembre de 2013). El Señor nos grita hoy de nuevo: “levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación”, sí el tiempo litúrgico con el cual empezamos el año está marcado por el anhelo de saber que seremos liberados – salvados- por el mismo Señor de la historia. La alegría debe caracterizar nuestra marcha, alegría de sabernos amados y salvados por el Señor. Nuestra actitud frente al don de Dios será siempre la propuesta del Evangelio: “Estad siempre despiertos”, es decir vigilantes, atentos para que en nosotros no llegue la salvación y nos encuentre distraídos en los afanes del mundo.
Noviembre| 13
¿Qué hará
la Iglesia Católica con las personas con una orientación sexual distinta a la heterosexual?
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En Colombia la gran mayoría de las personas con tendencias homosexuales son católicas. La Iglesia no puede cerrarse a la banda y dejarlos alejar de la comunidad. La concepción de ley natural que maneja la iglesia es muy restrictiva, pues llega a afirmar que todos los actos homosexuales son pecados “contra naturam” y son pecado. La ley natural es universal y necesaria en cuanto a los principios generales, pero no en cuanto a las conclusiones, las cuales, en muchas circunstancias, pueden cambiar. Los nuevos movimientos feministas y de equidad de género pretenden que la ley natural no sea tan taxativa y entienda la sexualidad como una realidad que se construye, no únicamente desde la naturaleza, sino desde la interioridad de la persona.
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Toda persona es única e irrepetible. Las tendencias no son ni buenas ni malas en sí mismas. La ley natural no es para hacer imposible la ubicación de la persona en el mundo, sino para enseñarle un marco jurídico, establecido por Dios, en el que caben todas las concepciones sobre el hombre, tendencias e instintos (conservación, agresividad y sexual). Dios no pudo haber creado un hombre y una mujer, con determinadas tendencias, para convertirlas en una trampa, para que unos encuentren su madurez personal y otros no. La masculinidad y la feminidad no son absolutas, son relativas la una a la otra. Así como hay hombres con actitudes femeninas, hay mujeres con actitudes masculinas. La parte ética no se sitúa en estos aspectos fenomenológicos, sino en la capacidad de ser responsables con la información que entrega la naturaleza.
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Dios es el Creador del hombre y de todo hombre. En Cristo, para Dios, no hay distinción entre hombre y mujer, escita o griego, esclavo o libre (Gal 3, 28). Todos somos uno solo en Cristo. Pues Dios nos ha “recreado” en Cristo Jesús: “Cristo murió por todos” (1 Co 5, 15). A la Iglesia no la deben obsesionar las tendencias y el mundo inconsciente de las personas. La Iglesia no tiene que salvar a la persona de sí misma, sino de lo que no puede interiorizar responsablemente. Dios no salva heterosexuales u homosexuales, salva al hombre, “creado a su imagen y semejanza” (Gen 1, 27), un hombre, recreado en Cristo Jesús por la fe: Iuxtus ex fide vivit (El Justo Vive de la Fe). Habacuc 2, 4; Rm 1, 17. A las personas no hay que amarlas o condenarlas por sus tendencias, sino a pesar de sus tendencias.
14 | Evangelizar
LOS CINCO EDIFICIOS QUE CONSTRUYE CADA FAMILIA, SEGÚN EL PAPA FRANCISCO El Papa Francisco a través de sus catequesis y mensajes sobre la familia, ha profundizado sobre el rol que tiene esta maravillosa institución divina en la sociedad relacionándola con cinco edificios: La familia como escuela Para el papa Francisco, “la familia es una escuela donde la oración también nos recuerda que hay un nosotros, que hay un prójimo cercano, patente, que vive bajo el mismo techo, que comparte la vida y está necesitado”. La familia como hospital Destaca el soporte que supone cada familia para quienes sufren algún tipo de enfermedad o discapacidad: “la familia es el hospital más cercano. Cuando uno está enfermo lo cuidan allí”, asegura el Papa. La familia como asilo El Santo Padre también recalca el papel que juega cada hogar a la hora de atender a los mayores, a los ancianos, “es el mejor asilo para los ancianos. La familia constituye la gran «riqueza social», que otras instituciones no pueden sustituir, que debe ser ayudada y potenciada”.
La familia como pequeña Iglesia Junto a la escuela, el hospital y el asilo, el Papa considera que la familia reúne las condiciones ideales de un lugar de culto. Y por eso destaca que “la familia también forma una pequeña Iglesia, la llamamos «Iglesia doméstica» que, junto con la vida, encauza la ternura y la misericordia divina. En la familia la fe se mezcla con la leche materna: experimentando el amor de los padres se siente más cercano el amor de Dios”. La familia como fábrica Finalmente, el último edificio que ha sumado el Santo Padre es la fábrica. Ya que para él, la familia es una fábrica de esperanza “la familia es –perdónenme la palabra– una fábrica de esperanza, de esperanza de vida y resurrección, pues Dios fue el que abrió ese camino”.
Reflexionemos en familia o en grupo • •
En el presente, ¿Sobre qué edificios tenemos construida nuestra familia? Si nos unimos varias familias en la construcción de la familia, ¿por cuál edificio empezaríamos? ¿Por qué?, Cuál sería nuestro aporte?
Noviembre| 15
HERMANAS DE LA PRESENTACIÓN DE MARÍA SANTÍSIMA AL TEMPLO Origen Esta congragación tiene su origen en Italia con Caterina Molinari en el año 1829, quien atendiendo a la invitación de su amiga Ana Castello aceptó el compromiso de darle vida a la primera escuela para niñas en Sestri Levante, Ella comprendió que su respuesta era decisiva para esas jóvenes que estaban destinadas a seguir deambulando por las calles expuestas a todo tipo de peligros, El 17 de Junio hicieron su entrada en el Convento de la Anunciación: Caterina Molinari, Magdalena Cánepa, Blanca Moiselli y María Josefa Rosasco; quienes compartieron la pasión Eucarística, la devoción Mariana y la alegría de servir. La madre Caterina nunca tuvo la idea de fundar una familia religiosa, pero ese día nació la Congregación de las Hermanas de la Presentación de María Santísima en el Templo que está presente, no sólo en Italia, sino también, Rumania, Filipinas, Venezuela, Costa Rica, Honduras, Perú y Colombia.
Carisma Reunidas por Dios como familia, las hermanas son una congregación que vive su consagración
al Señor en la Iglesia, en el amor y el servicio al prójimo, a la luz de la Virgen contemplativa y orante; son mujeres que viven en la alegría del amor de Cristo, dedicadas a la evangelización especialmente de los pobres, que son en cierta medida, todos los necesitados de Dios; buscan con la fe y las obras cumplir su misión a través de la educación, considerada como fuerza comunitaria en la que todas son partícipes y responsables.
Tarea evangelizadora en nuestra Iglesia particular A nuestro territorio diocesano llegaron hace 18 años abriendo casas en los municipios de Sonsón y la Unión, vinculadas a las parroquias de los municipios donde se encuentran, las hermanas acompañan la catequesis pre sacramental de ambos municipios, apoyan la pastoral juvenil y las misiones sectoriales realizadas por cada parroquia; asimismo atienden un internado en Sonsón para niñas huérfanas en donde les brindan, hospedaje, educación y espiritualidad. Damos gracias a Dios por su presencia y testimonio entre nosotros.
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