Evangelizar 040 - Diciembre de 2016

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Diciembre

Revista de Ayudas Pastorales Diócesis de Sonsón-Rionegro

“El Señor mismo os dará una señal. Mirad: la virgen encinta da a luz un hijo, a quien pondrá el nombre de Emanuel”. Isaías 7,14

2016 N° 40


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A LOS SACERDOTES

SOBREPASAR LA JUSTICIA CON LA MISERICORDIA Y EL PERDÓN Vicente Altaba Gargallo Delegado Episcopal de Cáritas Española

LITURGIA DEL DOMINGO

Pbro. Javier Arturo Marín Carvajal II DOMINGO DE ADVIENTO III DOMINGO DE ADVIENTO IV DOMINGO DE ADVIENTO SOLEMNIDAD DEL NACIMIENTO DEL SEÑOR

FORMACIÓN DOCTRINAL

Pbro. Edwin Yair Hidalgo Giraldo BIENES ESPIRITUALES,: LOS SACRAMENTOS BIENES ESPIRITUALES: LOS CARISMAS BIENES ESPIRITUALES: LA CARIDAD

CONTROVERSIAS RELIGIOSAS

Pbro. Óscar Chalarca ¿SERÁ POSIBLE PARA LA IGLESIA, EVANGELIZAR A UN MUNDO DOMINADO POR LA FICCIÓN Y LA REALIDAD VIRTUAL?

CAMBIO DE ACTITUD Pbro. Carlos Mario Gómez Gómez LAS NULIDADES MATRIMONIALES POR DEFECTO DE FORMA CANÓNICA

NUESTRA REALIDAD

Mons. Gilberto Muñoz Ospina RESTAURAR LA VIDA PARTICULAR Y SOCIAL

VIDA FAMILIAR

Pbro. Nelson Patiño Villa NAVIDAD EN FAMILIA

ESPACIOS PARA CRECER

Pbro. Jorge Iván Martínez FILIPENSES MISIONERAS DE LA ENSEÑANZA

Asesor General Mons. Fidel León Cadavid Marín Director P. John Jairo Olaya Ballesteros Diagramación Andrea Guerrero Zuluaga Consejo editorial Delegados de Pastoral Coordinador general Vicaría de Pastoral Impresión Periódico El Mundo Dirección Diócesis de Sonsón-Rionegro Curia Episcopal Calle 51 No 47-31 Tel: 531 5252 www.diosonrio.org.co Fotografía Diócesis de Sonsón-Rionegro Sugerencias vipastoral@diosonrio.org.co


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SOBREPASAR LA JUSTICIA CON LA MISERICORDIA Y EL PERDÓN La primera exigencia de la caridad es la justicia, pero no basta la justicia, ésta tiene que sobrepasarse con la caridad y con las obras de misericordia. No basta dar al otro lo “suyo”. Cuando el otro vive en una sociedad que no le reconoce ciertos derechos, o cuando según la ley los ha perdido, la justicia necesita de la caridad que nos lleve a dar al otro de lo “mío”, a “cargar” con el otro, como el samaritano (Cf. Lc 10,25-37), y se manifiesta en la misericordia y la gratitud. Durante mucho tiempo nos hemos olvidado e incluso hemos desprestigiado en nuestra vida social la misericordia. “La tentación de pretender siempre y solamente justicia ha hecho olvidar que ella es el primer paso, necesario e indispensable; la Iglesia no obstante necesita ir más lejos para alcanzar una meta más alta y más significativa”(MV 10). “Ante la visión de una justicia como mera observancia de la ley que juzga, dividiendo las personas en justos y pecadores, Jesús se inclina a mostrar el gran don de la misericordia que busca a los pecadores para ofrecerle el perdón y la salvación” (MV 20 ). La misericordia no es contraria a la justicia. Al contrario, la exige, pero “La justicia por sí misma no basta, y la experiencia enseña que apelando solamente a ella se corre el riesgo de destruirla. Por Esto Dios va más allá de la justicia con la misericordia y el perdón”(MV2i). San Juan Pablo II, como nos ha recordado Francisco (cf.MV 11) y ha expuesto en esta misma obra Paula Marcela Depalma, puso en evidencia cómo la justicia, siendo necesaria, resulta insuficiente para rehacer las relaciones humanas y lograr la regeneración personal y la inclusión social. Fue la misericordia del Padre la que acogió al hijo pródigo, lo reconoció en su dignidad de hijo, le abrió

las puertas del corazón y de la casa, lo reintegró a la comunidad y le ofreció la posibilidad de una vida nueva y digna (cf. Lc 15,11-31). Algo parecido nos ha sucedido con el perdón. Nuestra cultura lo ha desprestigiado considerándolo un despreciable signo de debilidad. Sin embargado no lo olvidemos. Dios manifiesta su poder en la misericordia y el perdón, y estos se convierten también en el gran signo de la grandeza y del poder de los hombres y de los pueblos, hasta el punto de que sería imposible la vida personal, familiar y social sin el don de la misericordia y el perdón. Lo expresa muy elocuentemente Francisco: Es triste constatar cómo la experiencia del perdón en nuestra cultura se desvanece cada vez más. Incluso la palabra misma en algunos momentos parece evaporarse. Sin el testimonio del perdón, sin embargo, queda solo una vida infecunda y estéril, como si se viviese en un desierto desolado. Ha llegado de nuevo para la Iglesia el tiempo de encargarse del anuncio alegre del perdón. Es el tiempo de retornar a lo esencial para hacernos cargo de las debilidades y dificultades de nuestros hermanos. El perdón es una fuerza que resucita a una vida nueva e infunde el valor para mirar el futuro con esperanza” (MV10). “Este es el tiempo oportuno para cambiar de vida. Este es el tiempo para dejarse tocar el corazón. Frente a tantos crímenes cometidos, escuchad el llanto de todas las personas depredadas por vosotros de la vida, de la familia, de los afectos y de la dignidad. Seguir como estáis es solo fuente de arrogancia, de ilusión y de tristeza. La verdadera vida es algo bien distinto de lo que ahora pensáis. El Papa os tiende la mano. Está dispuesto a escucharos. Basta solamente que acojáis la llamada a la conversión y os sometáis a la justicia mientras la Iglesia os ofrece misericordia” (MV 20).


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II DOMINGO DE ADVIENTO Evangelio según San Mateo 3, 1 - 12

“Por aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea, predicando: —«Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.» Este es el que anunció el Profeta Isaías diciendo: «Una voz grita en el desierto: “Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.” Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y del valle del Jordán; confesaban sus pecados; y él los bautizaba en el Jordán. Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo:

—«¡Camada de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente? Dad el fruto que pide la conversión. Y no os hagáis ilusiones, pensando: “Abrahán es nuestro padre”, pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras. Ya toca el hacha la base de los árboles, y el árbol que no da buen fruto será talado y echado al fuego. Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí puede más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga.” Palabra del Señor.

Pautas de reflexión El mensaje del cristianismo es permanentemente a la conversión. Dios ofrece misericordiosamente su perdón. Pero para recibirlo, hay que disponerse por medio del arrepentimiento y la penitencia. La conversión es un cambio profundo del corazón, de la manera de pensar y de actuar. Es renunciar a sentirnos el centro de todo el mundo, y poner a Dios en el primer lugar de nuestra vida. La conversión es aprender a sentir, pensar, hablar y actuar en el Espíritu de Jesús. Nada nos destruye tanto como el pecado, cualquiera sea su forma. La conversión es volver a Dios con todo el corazón.


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BIENES ESPIRITUALES

LOS SACRAMENTOS

En las catequesis de la Revista anterior hablamos de la comunión de los santos, entendida como comunión entre las personas santas, es decir entre nosotros, creyentes. Ahora vamos a profundizar otro aspecto de esta realidad. Recordemos que había dos aspectos: uno la comunión entre nosotros y el otro aspecto es la comunión en los bienes espirituales, es decir la comunión de las cosas santas. Los dos aspectos están estrechamente conectados entre sí; de hecho la comunión entre los cristianos crece mediante la participación a los bienes espirituales. En especial consideramos: los sacramentos, los carismas y la caridad (cf. Catecismo de la Iglesia Católica n. 949-953). Nosotros crecemos en unidad, en comunión con los Sacramentos, los carismas que cada uno tiene porque se los ha dado el Espíritu Santo, y la caridad.

los creyentes. Por tanto, si por un lado está la Iglesia que “hace” los Sacramentos, por otro lado están los Sacramentos que “hacen” a la Iglesia, la edifican, generando nuevos hijos, agregándolos al pueblo santo de Dios, consolidando su pertenencia. Cada encuentro con Cristo, que en los Sacramentos nos da la salvación, nos invita a “ir” y comunicar a los demás una salvación que hemos podido ver, tocar, encontrar, acoger y que es verdaderamente creíble porque es amor. En este sentido, los Sacramentos nos empujan a ser misioneros y, el compromiso apostólico de llevar el Evangelio en todos los ambientes, también en los más hostiles, constituye el fruto más auténtico de una asidua vida sacramental, en cuanto que es participación en la iniciativa salvífica de Dios, que quiere dar a todos la salvación.

Sacramentos Los Sacramentos expresan y llevan a cabo una efectiva y profunda comunión entre nosotros, ya que en ellos encontramos a Cristo Salvador y, a través de Él, a nuestros hermanos en la fe. Los Sacramentos no son apariencias, no son ritos, los sacramentos son la fuerza de Cristo, está Jesucristo en los Sacramentos. Cuando celebramos la Misa, en la Eucaristía, está Jesús vivo, muy vivo, que nos reúne, nos hace comunidad, nos hace adorar al Padre.

La gracia de los Sacramentos alimenta en nosotros una fe fuerte y gozosa, una fe que sabe sorprenderse de las “maravillas” de Dios y sabe resistir a los ídolos del mundo. Por esto, es importante tomar la Comunión, importante que los niños sean bautizados pronto, importante que reciban la Confirmación. ¿Por qué? Porque es la presencia de Jesucristo en nosotros, que nos ayuda. Es importante, cuando nos sentimos pecadores, ir al Sacramento de la Reconciliación, ¿sabes a quien encontrarás allí, en el Sacramento de la Reconciliación? A Jesús, a Jesús que te perdona, es Jesús el que te espera allí, y esto es un Sacramento y esto hace crecer a toda la Iglesia.

Cada uno de nosotros, de hecho, mediante el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía, está incorporado a Cristo y unido a toda la comunidad de

Para compartir en grupo ¿Cómo hemos entendido ordinariamente los sacramentos en nuestra vida?, ¿un simple requisito?, ¿con temor para no ser condenados? ¿Cumplimos con la misión que se nos ha encomendado en cada uno de los sacramentos? Recordemos algunos textos bíblicos que podamos relacionar con la institución de los sacramentos


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III DOMINGO DE ADVIENTO Evangelio según San Mateo (11, 2-11)

“En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, le mandó a preguntar por medio de sus discípulos: —«¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?» Jesús les respondió: —«Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen; los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio. ¡Y dichoso el que no se escandalice de mí!»

—«¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿O qué fuisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un profeta? Sí, os digo, y más que profeta; él es de quien está escrito: “Yo envío mi mensajero delante de ti, para que prepare el camino ante ti.” Os aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él.”

Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan:

Palabra del Señor.

Pautas de reflexión Podríamos decir que el Evangelio de este domingo tiene que ver con las credenciales de Jesús y su credibilidad como el verdadero y definitivo salvador. Algunos están preocupados por la verdadera identidad de Jesús “¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?”. Jesús no les da una respuesta directa, los remite a lo que él está haciendo por el bien de la gente, a fin de que ellos mismos puedan sacar sus propias conclusiones.

Jesús les hace ver cómo los ciegos, los enfermos, los leprosos… son liberados de sus miserias; cómo los muertos reciben nueva vida. Les hace ver cómo los pobres y los oprimidos reciben una nueva esperanza. Con todo esto Jesús les está recordando las verdaderas cualidades del Reino de Dios que él trae: un Reino de misericordia, de vida, de esperanza, de liberación. Y todo esto si abrimos nuestro corazón nos lo sigue trayendo hoy Jesús a nosotros.


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Catequesis 2

BIENES ESPIRITUALES

LOS CARISMAS

Un segundo aspecto de la comunión con las cosas santas es la comunión de los carismas. El Espíritu Santo dispensa a los fieles una multitud de dones y de gracias espirituales; esta riqueza “fantasiosa” de los dones del Espíritu Santo está dirigida a la edificación de la Iglesia. Los carismas son los regalos que nos da el Espíritu Santo, un regalo que puede ser una manera, una habilidad o una posibilidad, pero son regalos que da, pero nos los da, no para que estén escondidos, nos da estos regalos para compartirlos con los demás. Por tanto no se dan a beneficio de quien los recibe, sino para la utilidad del pueblo de Dios. Si un carisma, sin embargo, sirve para afirmarse a uno mismo, existen dudas de que se trate un auténtico carisma o que se esté viviendo fielmente.

En efecto, ¿qué son los carismas? Son gracias especiales, dadas a algunos para hacer el bien a los demás. Son actitudes, inspiraciones e impulsos interiores, que nacen en la conciencia y en la experiencia de determinadas personas, que están llamadas a ponerlos al servicio de la comunidad. En particular, estos dones espirituales benefician a la santidad de la Iglesia y a su misión. Todos estamos llamados a respetarlos en nosotros y en los demás, a acogerlos como estímulos útiles para una presencia y una obra fecunda de la Iglesia. San Pablo advertía: “No apaguéis el Espíritu” (1Ts 5, 19). No apaguéis el Espíritu, el Espíritu que nos da estos regalos, estas habilidades, estas virtudes, estas cosas tan bellas que hacen crecer a la Iglesia.

Para compartir en grupo ¿Cuál es nuestra actitud frente a estos dones del Espíritu Santo? ¿Somos conscientes de que el Espíritu de Dios es libre de darlos a quien quiere? ¿Los consideramos una ayuda espiritual, a través de la cual el Señor sostiene nuestra fe, la refuerza, y también refuerza nuestra misión en el mundo? ¿Qué carismas existen hoy en nuestras comunidades?


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IV DOMINGO DE ADVIENTO Evangelio según San Mateo (1, 18-24)

“El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: —«José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su

pueblo de los pecados.» Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el profeta: Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel que significa “Dios-con-nosotros”.» Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.” Palabra del Señor.

Pautas de reflexión En el Evangelio de San Mateo, José no es el hombre que queda al margen de la historia de Jesús; Dios le exigió mucho, y él respondió a Dios enteramente, con obediencia y fidelidad. Aparece José en San Mateo como el modelo del hombre “justo”, el hombre que “ajusta” todo su pensar y actuar a la voluntad de Dios. Detrás de José aparece siempre la acción de Dios. Es Dios quien actúa valiéndose de

sueños y mensajeros, y sobre todo del Espíritu Santo, para hacer presente a Jesús en medio de la historia de los hombres. Hoy debemos aprender de San José a escuchar – acoger- la voluntad de Dios y en la docilidad de la fe realizar siempre el querer de Dios en la obediencia y fidelidad, sabiendo que es Dios mismo el que lleva en nosotros su obra.


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Catequesis 3

BIENES ESPIRITUALES

LA CARIDAD

Y llegamos al tercer aspecto de la comunión en las cosas santas, es decir la comunión de la caridad, la unidad entre nosotros que hace la caridad, el amor. Los paganos que veían a los primeros cristianos decían: “Pero estos, ¡cómo se aman! ¡Cómo se quieren! ¡No se odian! ¡No murmuran unos contra otros! ¡Es bueno esto! La caridad es el amor de Dios que el Espíritu Santo nos da en el corazón. Los carismas son importantes en la vida de la comunidad cristiana, pero son siempre medios para crecer en la caridad, en el amor, que San Pablo coloca por encima del resto de carismas (cfr. 1 Cor 13,1-13). Sin el amor, de hecho, incluso los dones más extraordinarios son vanos. Sin el amor todos los dones no sirven a la Iglesia porque donde no hay amor, hay un vacío. Un vacío que se llena con el egoísmo y os pregunto: si todos nosotros somos egoístas, solamente egoístas. El más pequeño de nuestros gestos de amor tiene buenos efectos en todos. Por tanto, vivir la unidad de la Iglesia,

la comunión de la caridad, significa no buscar nuestro propio interés, significa compartir los sufrimientos y las alegrías de los hermanos (cf. 1 Cor 12,26), preparados para llevar el peso de los más débiles y pobres. Esta solidaridad fraterna no es una figura retórica, una manera de decir, sino que es parte integrante de la comunión entre los cristianos. Si la vivimos, somos en el mundo un signo, somos “sacramento” del amor de Dios. Lo somos los unos por los otros ¡y lo somos por todos! No se trata sólo de la pequeña caridad que podemos ofrecernos mutuamente, se trata de algo más profundo: es una comunión que nos hace capaces de entrar en la alegría y en el dolor de los demás para hacerlos nuestros de forma sincera. A menudo estamos demasiado secos, indiferentes, distantes y en vez de transmitir fraternidad, transmitimos mal humor, transmitimos frialdad, transmitimos egoísmo.

Para compartir en grupo ¿Podemos vivir en paz en nuestra comunidad? ¿Se puede vivir en paz si todos somos egoístas? ¿Con el malhumor, la frialdad y el egoísmo, se puede hacer crecer a la Iglesia? ¿Se puede hacer crecer toda la Iglesia? Leamos en clave de oración el texto de 1Cor 13,1-13.


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SOLEMNIDAD DEL NACIMIENTO DEL SEÑOR Evangelio según San Lucas (2, 1-14)

“En aquellos días salió un decreto del emperador Augusto, ordenando hacer un censo del mundo entero. Este fue el primer censo que se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Y todos iban a inscribirse, cada cual a su ciudad. También José, que era de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret en Galilea a la ciudad de David, que se llama Belén, para inscribirse con su esposa María, que estaba encinta. Y mientras estaban allí le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada. En aquella región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño.

Y un ángel del Señor se les presentó: la gloria del Señor los envolvió de claridad y se llenaron de gran temor. El ángel les dijo: —No temáis, os traigo la buena noticia, la gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que Dios ama.” Palabra del Señor.

Pautas de reflexión Quedémonos hoy con una sola palabra: “Alegría”. “El nacimiento de Jesús es fuente de mucha alegría. Alegría para los ángeles; alegría para los pastores; alegría para María y José. Más tarde, alegría para los “tres reyes magos” del Oriente, y para todos nosotros. ¿Por qué toda esta alegría? ¿Cuál es el sentido de la alegría cristiana? La alegría cristiana es la forma más profunda de la alegría espiritual. No descansa tanto en los sentidos, sino en lo profundo del alma. Es una paz honda e inconmovible con nosotros

mismos, con Dios y con nuestro prójimo. Esta alegría nace de la caridad y del servicio a los otros. Viene con la verdadera posesión de los verdaderos valores del Reino, con la esperanza de asegurarlos para siempre. Y este frágil Niño del pesebre viene como la fuente de esta alegría. Él es nuestra alegría” (La Palabra del Domingo, Segundo Galilea). Celebrar y desear feliz Navidad es vivir y desear la alegría auténtica, la que nadie nos puede quitar. Que la alegría sea hoy el grito más auténtico salido desde nuestro corazón visitado por Jesús, el Emanuel.


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RESTAURAR LA VIDA PARTICULAR Y SOCIAL En los anteriores números hemos centrado nuestra reflexión respecto a la pastoral del post-conflicto, en la RECONCILIACIÓN, EL PERDÓN Y LA SANACIÓN. Quiero ahora llegar al culmen de esta realidad con base en el salmo 84, pues es aporte específicamente cristiano a la tarea de la paz. No basta frente al conflicto violento, conocer, reconocer, interactuar, hay que SANAR, para caminar con los otros como son, pero ayudándonos a ser mejores. Para ello se requiere TRASCENDER, una VISIÓN CREYENTE, INSERTARNOS EN EL HORIZONTE DE DIOS, pues es teniéndolo a Él como cabeza y guía que lograremos la RESTAURACIÓN. El gobierno nacional en la ley de víctimas apunta a un proceso de VERDAD, JUSTICIA Y REPARACIÓN. Pero nosotros tenemos claro que la reparación se refiere fundamentalmente a los bienes materiales, pues se repara lo DAÑADO. Por eso acudamos al salmo 84 que es el salmo de la RESTAURACIÓN: “Señor, has sido bueno con tu tierra, has RESTAURADO la suerte de Jacob, Has PERDONADO LA CULPA de tu pueblo, Has SEPULTADO TODOS SUS PECADOS,… RESTÁURANOS Dios salvador nuestro… Muéstranos Señor tu MISERICORDIA y danos tu SALVACIÓN. Voy a escuchar lo que dice el Señor: Dios ANUNCIA LA PAZ a su pueblo y a sus amigos, y a los que se convierten de corazón. La salvación está ya cerca de sus fieles, y la gloria habitará en nuestra tierra; LA MISERICORDIA Y LA FIDELIDAD se encuentran; LA JUSTICIA Y LA PAZ SE BESAN; LA FIDELIDAD BROTA DE LA TIERRA y la JUSTICIA MIRA DESDE EL CIELO; el SEÑOR DARÁ LA LLUVIA y NUESTRA TIERRA DARÁ SU FRUTO. LA JUSTICIA marchará ante El, LA SALVACIÓN SEGUIRÁ SUS PASOS”. En el proceso del post-conflicto para alcanzar una paz estable y verdadera este salmo nos enseña que para la RESTAURACIÓN se requiere: 1. DIOS HA PERDONADO LA CULPA DE SU PUEBLO. Por ende, sin perdón no habrá paz interior y menos paz social. El perdón es virtud que viene de Dios y por eso sólo Dios perdona y nos enseña a perdonar. 2. DIOS HA SEPULTADO TODOS NUESTROS PECADOS. Es extraordinario cuando Dios afirma “ya no me acuerdo de vuestros pecados”. Por eso el perdón, trae en nuestro interior la sepultura del pecado. 3. RESTÁURANOS DIOS SALVADOR NUESTRO. Se restaura lo valioso, lo bueno. Y ello es el ser humano. 4. MUÉSTRANOS SEÑOR TU MISERICORDIA. Tenemos que ver con los ojos de la fe, la MISERICORDIA DEL SEÑOR, para poder acogerla, vivirla, compartirla con los hermanos. 5. DANOS TU SALVACIÓN.

Es fruto de su misericordia, pues a pesar de nuestras miserias, el Señor por el perdón, nos comunica su salvación. 6. DIOS ANUNCIA LA PAZ A SU PUEBLO Y A SUS AMIGOS. El anuncio de la paz es Jesucristo el Verbo encarnado. Él es el príncipe de la paz, enviado por el Padre para realizar su obra salvadora. 7. Y A LOS QUE SE CONVIERTEN DE CORAZÓN. Por eso sin conversión no habrá paz. Y la conversión exige no solamente arrepentimiento, perdón, sino PROPÓSITO FIRME de no volver a pecar. Por eso sin conversión no habrá salvación y perderemos el camino de la glorificación. Ahora, para que se llegue a la paz se requiere: 8. LA MISERICORDIA Y LA FIDELIDAD SE ENCUENTRAN. Somos míseros, y permanecemos como tal, cuando no somos fieles a la vocación a la que hemos sido llamados, al estado de vida que Dios nos ha dado, y al compartir lo que somos y tenemos con los hermanos. 9. LA JUSTICIA Y LA PAZ SE BESAN. Es fundamental comprender que la justicia es el FIEL CUMPLIMIENTO DE LA VOLUNTAD DE DIOS. Porque no habrá paz si no buscamos el Reino de Dios y su justicia, y ello es sólo posible haciendo su voluntad. El beso de Dios es el signo de su paz. 10. LA FIDELIDAD BROTA DE LA TIERRA Y LA JUSTICIA MIRA DESDE EL CIELO. Sin nuestro compromiso en el diario vivir con la justicia y nuestro cumplimiento de la voluntad de Dios, no alcanzaremos los cielos nuevos y la tierra nueva en la que habita la justicia, que es Dios. 11. EL SEÑOR DARÁ LA LLUVIA Y NUESTRA TIERRA DARÁ SU FRUTO. Lo dice claramente Isaías que es del agua que cae del cielo, que la tierra da fruto y no vuelve al cielo sino después de fecundar. Por eso habrá un mundo nuevo si nos restauramos. 12. LA JUSTICIA MARCHARÁ ANTE ÉL, LA SALVACIÓN SEGUIRÁ SUS PASOS. Por tanto, no habrá paz sin justicia divina y no alcanzaremos la salvación si no caminamos por el sendero del Señor que es Jesucristo. Por eso hermanos tenemos que pedirle al Señor, desde lo íntimo de nuestro ser y desde la vida comunitaria, que nos ayude a acoger todas las virtudes que se requieren para RESTAURAR al ser humano, tanto en su dimensión particular como comunitaria, y así alcanzar una paz estable y duradera.


12 | Evangelizar

¿SERÁ POSIBLE PARA LA IGLESIA, EVANGELIZAR A UN MUNDO DOMINADO POR LA FICCIÓN Y LA REALIDAD VIRTUAL? ESTADO DE LA CUESTIÓN • Vivimos en un mundo en el que la ciencia y la ficción se encuentran “hermanadas”. La ciencia ficción se nutre de las ciencias y, al mismo tiempo, las alimenta con imágenes, sueños, pesadillas y ansiedades. • Los escritores de hoy no hacen sino dejarse influenciar por las aventuras científicas. ¿En dónde termina la “realidad” y empieza la ficción?, No lo podemos saber porque sus relaciones no son espaciotemporales sino simbólicas. La realidad de hoy no es espacio – temporal, es relativa, como dijo Einstein. • La ficción y la realidad virtual han hecho posible que el presente no sea como el pasado y que el futuro es ya: un mundo mejor y sin hambre, sin guerras, un porvenir multicultural, en donde las diferencias raciales y de género, habrían sido oficialmente barridas. • El hombre de hoy no sabe si lo que “sabe” es realidad o ficción. Se mueve entre las dos, sin percibir las fronteras. Cree que con la “imaginación” y con la “ciencia” se pueden resolver todos los problemas. La imaginación no tiene límite porque la ciencia- ficción, tampoco. • La ciencia y la ficción tienen sus propios profetas. Ellas se han mutado en un fenómeno cultural con una filosofía humanista, al apostar por la fe en un progreso indefinido y con la creencia de que la técnica es capaz de resolverlo (complicarlo) todo. LA PALABRA DE DIOS • “Id y evangelizad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu santo” (Mt 28, 19). • “Seréis mis testigos en Jerusalén y en todas las regiones de Judea y hasta los confines del mundo” (Hch 1, 8). “Sabed que yo estaré con vosotros hasta el fin del mundo” (Mt 28, 20).

• “Es más fácil que el cielo y la tierra dejen de existir, que deje de cumplirse una sola letra de la ley” (Lc 16, 17). • “Habrá un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habrán pasado y también el mar. Allí no habrá llanto ni dolor, porque Dios enjugará toda lágrima de los ojos” (Ap 21, 1.4). • “Mil años son ante tus ojos como el día de ayer que ya pasó, como una vigilia de la noche” (Liturgia de difuntos). “Sin mí nada podéis hacer” (Jn 15, 5). • “Esperamos cielos nuevos y nueva tierra, en los que tiene su morada la santidad” (2 Pe 3, 13). ORIENTACION PASTORAL • Vivimos en el mundo de la fantasía, fomentado por la ciencia- ficción. No es sino echar una mirada a las grandes series de Harry Potter, las crónicas de Narnia o la serie de “Star Treck” (Viaje a las estrellas). • Hoy se expande por el mundo la teoría de que el futuro no existe, porque “el futuro es ya”. Lejos de ser una puerta de escape a la cotidianidad, la ciencia ficción es nuestro medio ambiente. No nos estamos imaginando el futuro, lo estamos viviendo. • La religión debe hermanarse con ciencia-ficción para devolverle a ésta el sentido de la trascendencia y hacerla más cercana a nuestras fantasías. Acaso no es eso lo que hemos pretendido con nuestras catequesis sobre el cielo, el infierno y el limbo. No podemos suprimirlos. Oscar Wilde decía que “todos llevamos dentro el cielo y el infierno”. • Habrá que imaginar y crear nuevas tierras y nuevos mundos rebosantes de belleza e ilusión en donde existan el amor y la felicidad. ¿Será esto un reto inalcanzable desde la religión?. • No podemos convertir el Evangelio en un código moralista inalcanzable, sino en un paraíso, posible para los creyentes de hoy.


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LAS NULIDADES MATRIMONIALES POR DEFECTO DE FORMA CANÓNICA Continuando con las causales de nulidad matrimonial consideramos la última. Se entiende por forma canónica el conjunto de solemnidades con el que ha de celebrarse el matrimonio católico. El Canon 1108 dice: “solamente son válidos aquellos matrimonios que se contraen ante el ordinario del lugar (c.134) o el párroco (C.519) o un sacerdote o diacono delegado por uno de ellos para que asistan, y ante dos testigos, de acuerdo con las normas establecidas salvo algunas excepciones, de que se trata en los Canones 144,1112, 1116 y 1127,2 y 3; (forma canónica ordinaria o extraordinaria). Se entiende por asistente (testigos cualificados) al matrimonio solo aquel que, estando presente pide la manifestación del consentimiento de los contrayentes y dos testigos y la recibe en nombre de la iglesia.

Los ministros del sacramento del matrimonio son los contrayentes que manifiestan el consentimiento y celebran el matrimonio, este consentimiento debe ser manifestado mutuamente con palabras o signos equivalentes por las personas que se van a casar o a través de un procurador (C.1104) y cuando cumplen los requisitos exigidos por la ley. El matrimonio por procurador puede ser nulo por vicios del mandato (C.1105). Si no se celebra el matrimonio con la forma canónica debida o con la excepción que trae el Derecho Canónico es nulo. El estudiar las posibles causales de nulidad del matrimonio Católico debe ser una oportunidad para buscar los medios adecuados para prevenirlas y así impedir algunos matrimonios que se celebran inválidamente.


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NAVIDAD EN FAMILIA La exhortación Amoris Laetitia en el n° 65 nos dice “La encarnación del Verbo en una familia humana, en Nazaret, conmueve con su novedad la historia del mundo. Necesitamos sumergirnos en el misterio del nacimiento de Jesús, en el sí de María al anuncio del ángel, cuando germinó la Palabra en su seno; también en el sí de José, que dio el nombre a Jesús y se hizo cargo de María; en la fiesta de los pastores junto al pesebre y la adoración de los Magos; en la fuga a Egipto, en la que Jesús participa en el dolor de su pueblo exiliado, perseguido y humillado; en la religiosa espera de Zacarías y en la alegría que acompaña el nacimiento de Juan el Bautista, en la promesa cumplida para Simeón y Ana en el templo, en la admiración de los doctores de la ley escuchando la sabiduría de Jesús adolescente. (…) Este es el misterio de la Navidad y el secreto de Nazaret, lleno de perfume a familia”. Para la vivencia de la navidad en y con la familia, queremos compartir unos consejos que el papa Francisco nos ofrece con el propósito de no perder el norte de este tiempo tan oportuno para cada familia. Lo primero que tenemos que realizar es concebir un espacio, en el corazón y el hogar, para el Niño Jesús que va a nacer. 1. “Cada familia cristiana, como hicieron María y José, puede recibir a Jesús, escucharlo, hablar con Él, estar con Él, protegerlo, crecer con Él; y así mejorar el mundo. Hagamos espacio en nuestros corazones y en nuestros días al Señor”. La Navidad es un tiempo para alegrarse y compartir esta alegría con fiestas, pero las comidas y las cenas no son lo más importante.

2. ‘Padre, nosotros organizamos un festín, todos contentos’. Esto es bonito, un festín está bien pero esta no es la alegría cristiana de la que hablamos hoy”. Pero sobre todo, si algo no es la Navidad es una fiesta del consumismo desmedido. El Papa advierte contra este peligro en el que es tan fácil caer. 3. “Que la Santa Navidad no sea nunca una fiesta del consumismo comercial, de la apariencia, de los regalos inútiles, o del desperdicio superfluo. Si no que sea una fiesta de la alegría, de acoger al Señor en el pesebre y en el corazón”. Y cuando el corazón está preparado y ha comprendido que la Navidad no es gastar sin sentido, el Papa explica lo que significa este tiempo del año. 4. “Esto es la verdadera Navidad: la fiesta de la pobreza de Dios que se despojó de sí mismo tomando la naturaleza de esclavo; de Dios que sirve en la mesa; de Dios que se esconde a los intelectuales y sabios y que se revela a los pequeños, sencillos y pobres”. Son consejos sencillos que se olvidan con frecuencia y que ayudarán a muchos a redescubrir el verdadero sentido de la Navidad. Aprovechemos este tiempo para integrar la familia a través de la decoración de la casa, hacer el pesebre; en el día de las velitas orar el santo rosario por la unidad familiar; cantar villancicos y hacer la novena, implorando el don de la paz. Compartir la mesa dando gracias por el alimento, el trabajo y entablar agradables diálogos. Y no puede faltar, que la familia se congregue en el templo parroquial para celebrar el misterio de la encarnación del Hijo de Dios.

Para reflexionar en familia o en grupo ¿Cómo vivimos la Navidad en mi familia? En tu opinión, qué es lo más importante en Navidad para una familia?


Diciembre | 15

FILIPENSES MISIONERAS DE LA ENSEÑANZA QUIÉNES SON: La Congregación de RR. Filipenses Misioneras de Enseñanza fue fundada en Mataró (Barcelona) el 21 de Noviembre de 1858 por los hermanos Marcos y Gertrudis Castañer y Seda. A mediados del S. XIX nace la Congregación para dar respuesta a las necesidades concretas del mundo obrero de la ciudad de Mataró. Permanece en el ámbito de Cataluña los cincuenta primeros años para abrirse en 1907 a Méjico y en 1914 a Castilla en España y a Cuba, cunas las dos fundaciones de abundantes vocaciones. La tarea primordial hasta mediados del S. XIX ha estado orientada a la pastoral educativa y social. A partir de este momento se inician en diversos países de Latinoamérica obras de carácter misionero y pastoral diocesana, hecho que origina que al celebrarse el primer centenario, la Sta. Sede conceda añadir al título de Filipenses el de “Misioneras de Enseñanza”. MISIÓN: El fin específico de la Congregación es la “Renovación cristiana de la Sociedad”de acuerdo con las necesidades más urgentes de la Iglesia y con especial atención a los más necesitados. Lleva a cabo esta misión a través de

obras de promoción humana y educación cristiana en Colegios, Residencias y Casas de Espiritualidad; colaboración en Parroquias y ayuda a movimientos eclesiales. Al ser San Felipe Neri fuente de inspiración de la obra de los Fundadores, la espiritualidad de la Congregación está impregnada del espíritu de este santo: oración, caridad, sencillez, libertad y alegría, junto con el amor a María, la devoción y fidelidad al Espíritu Santo. PRESENCIA: Actualmente la Congregación tiene 44 comunidades y 20 Colegios. Se extiende por España y por diversos países de América: Méjico, Cuba, Chile, Colombia, República Dominicana y EE.UU. Desde 2008, las Religiosas Filipenses están presentes en Sudán del Sur (África) en un proyecto de promoción humana y religiosa Intercongregacional. En nuestra diócesis, hacen presencia en el municipio de Rionegro donde tiene una casa que sirve como residencia para niñas que vienen a estudiar de lugares lejanos, lugar también de encuentros pastorales, catequesis y retiros espirituales. Agradecemos a Dios por su presencia y misión en medio de nosotros.


Como la estrella de BelĂŠn, la Navidad debe seĂąalarnos el camino

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y nutrirnos de esperanza.


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