DIÓCESIS DE SONSÓN - RIONEGRO
En horas difíciles: Consuélame. Con tu corazón maternal: Ámame. Con tu inmenso poder: Protégeme. Y en tus brazos al expirar: Recíbeme.
NO. 46 JULIO
"Dios ha amado tanto al mundo que le ha dado a su único Hijo, para que aquél que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Jn 3, 16). ¿Qué es esta vida eterna? Es el amor desmesurado y gratuito del Padre, que Jesús ha dado en la cruz, ofreciendo su vida por nuestra salvación. Este amor, por la acción del Espíritu Santo, ha hecho resplandecer una luz nueva sobre la tierra y en todo corazón humano que le acoge, una luz que revela los ángulos sombríos, las durezas que nos impiden llevar los buenos frutos de la caridad y de la misericordia. (Angelus 11/06/2017)
SUMARIO Asesor General Mons. Fidel León Cadavid Marín
Impresión Periódico El Mundo
Director P. John Jairo Olaya Ballesteros Diseño y Diagramación Andrea Guerrero Zuluaga
Dirección Diócesis de Sonsón-Rionegro Curia Episcopal Calle 51 No 47-31 / Tel: 531 5252 www.diosonrio.org.co
Consejo Editorial Delegados de Pastoral
Fotografía Diócesis de Sonsón-Rionegro
Coordinador General Vicaría de Pastoral
Sugerencias vipastoral@diosonrio.org.co
FORMACIÓN FORMACIÓN BÍBLICA - Pbro. Jesús Antonio Ocampo Muñóz FORMACIÓN CATEQUÉTICA - P. Edwin Yair Hidalgo Giraldo FORMACIÓN LITÚRGICA - P. Javier Arturo Marín Carvajal FORMACIÓN MARIOLÓGICA - P. Javier Otálvaro Álvarez
LITURGIA EL EVANGELIO DEL DOMINGO - P. Javier Arturo Marín Carvajal EL SANTO DEL MES - P. Elkin Darío Mosquera Isaza
PASTORAL PASTORAL SACERDOTAL - P. Víctor Manuel Cardona Montoya PASTORAL FAMILIAR - P. Nelson Patiño Villa TRIBUNAL ECLESIÁSTICO - P. Carlos Mario Gómez Gómez PASTORAL SOCIAL - M. Gilberto Muñoz Ospina PASATIEMPOS PASTORALES - Jhon Fredy Múnera Grajales ANÁLISIS DE LA REALIDAD - Johnatan Muñoz López
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FORMACIÓN
BÍBLICA
El mundo romano de Pablo y su condición política La sociedad grecoromana era el ámbito en el cual se desarrolló la actividad misionera de Pablo y el contexto donde vivían sus comunidades. Pablo no pudo ser ajeno a las situaciones políticas, religiosas, y sociales que le rodeaban. La organización del Imperio dominante en el mediterránea facilitó la expansión del movimiento judeocristiano desde Palestina hasta occidente, cuyo centro era Roma. La existencia de comunidades judías en los importantes centros del Mediterráneo facilitaron que los seguidores de Jesús de origen judío utilizaran las redes sociales judías existentes en esas ciudades. Sin embargo, la clave para el auge del cristianismo en el Imperio fue la misión a los gentiles encabezada por el Pablo. Los testimonios para reconstruir el contexto del mundo romano de Pablo y de su condición política, se hallan, por un lado, en las cartas paulinas y, por el otro, en los Hechos de los Apóstoles; ambas fuentes informan sobre la condición política del Apóstol en el mundo romano. Los estudiosos de la primera fuente se apoyan en la carta a los Filipenses, “carta del cautiverio”. Pablo está en prisión (Flp 1,13), pero convencido de que lo van a soltar para seguir evangelizando (Flp 1,25). La certeza de esto es que hasta este momento Pablo no había dado a conocer su situación política de ciudadano romano, que será como una
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especie de triunfo que reservará hasta el final, como último recurso. Los estudiosos de la segunda fuente reconstruyen el mundo romano y la situación de Pablo, desde la conversión del Apóstol hasta su llegada a Roma (Hch 9—28,1-31). Es probable que Lucas exponga la biografía de Pablo en Roma a partir de la tradición que recibió de la primera y segunda generación, en la que el Apóstol desempeño un papel protagónico. Dicha tradición fue reinterpretada y destinada al auditorio que dirige su obra, cuyo fin era destacar la figura de Pablo como uno de igual dignidad en medio del mundo romano. Hechos no deja dudas con respecto a que Pablo goza de la ciudadanía romana. En Hch 16,37 y 22,25-29 es notorio el interés apologético de Lucas por presentar a Pablo como una figura socialmente respetable. Lucas muestra una imagen positiva del Imperio y de sus autoridades, incluso el nombre latino de Pablo va asociado a personajes muy conocidos de las familias romanas. Así pues, la sintonía casi perfecta entre el Imperio y Pablo tiene como objetivo presentar el cristianismo naciente como algo simpático a los ojos de los amos del mundo, por eso traza un perfil de Pablo sintonizado con el Imperio, y muestra las autoridades romanas como quienes respetan el Derecho ante sus ciudadanos.
FORMACIÓN
CATEQUÉTICA
Criterios para la visita apostólica del Papa Francisco a Colombia 2017 Fundamento bíblico-teológico
Desde los inicios, Cristo nuestro Señor, en quien alcanza su plenitud toda la Revelación de Dios, quiso asociar unos hombres a su ministerio y los constituyó en Apóstoles (cf. Mc. 1,16-20; 3, 13-19); les reveló los misterios del Reino de los Cielos (cf. Mt 13, 10-17); les dio parte en su misión redentora, tanto en sus alegrías (cf. Lc 10, 17-20), como en sus sufrimientos (cf. Lc 22, 28-30); los vinculó por medio de la comunión íntima con Él: “Permaneced en mí, como yo en vosotros [...] Yo soy la vid y vosotros los sarmientos” (Jn 15, 4-5).
Y los envió a todo el mundo a predicar el Evangelio como fuente de toda verdad salvadora y de toda norma de conducta, comunicándoles así los bienes divinos. (cf. Mc 16, 15; DV 7). Jesucristo, al llamar a los Doce, los instituyó a modo de colegio, es decir, de grupo estable, al frente del cual puso a Pedro, elegido de entre ellos mismos (cf. Jn 21,15-17; LG 19; CIC, 880). Esta verdad proviene del mismo momento en que el apóstol profesa su fe ante Jesús: “Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo” (Mt 16, 16). El Señor ante esta profesión le manifiesta: “bienaventurado
eres Simón, hijo de Jonás porque no te lo ha revelado la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos” (Mt 16, 17). Y es en este momento en que hizo exclusivamente a Simón, al que dio el nombre de Pedro, la piedra de su Iglesia. Le entregó las llaves del Reino de los Cielos, con el poder de atar y desatar (cf. Mt 16, 18-19), y lo nombró pastor de todo el rebaño (cf. Jn 21, 15-17). En esta misión de ser Pastor y Cabeza de la Iglesia, el Señor Jesús le pide a Pedro: “confirma en la fe a tus hermanos” (Lc 22, 32), es decir, el apóstol ha de suscitar un servicio a favor de la unidad de la Iglesia en la fe y en la comunión. De ahí que su preocupación fue visitar las diversas comunidades nacientes y sostenerlas en su respuesta al Señor. Esta divina misión confiada por Cristo al apóstol Pedro, ha de perpetuarse hasta el fin del mundo (cf. Mt 28,20). Por eso, los Apóstoles cuidaron de establecer sucesores en esta sociedad jerárquicamente organizada, para que continuaran y consolidaran la obra comenzada por ellos. (cf. Hch 20, 28; LG 20). En consecuencia, el Papa, es el sucesor de san Pedro y el obispo de Roma, a quien le compete ser principio y fundamento perpetuo y visible de la unidad, tanto de los ministros ordenados y consagrados como de los fieles en todo el mundo. A él le corresponde confirmar en la fe a todos sus hermanos, es decir, a todos los cristianos católicos y pastorear a todo el pueblo de Dios disperso por el mundo (CIC 881). De la misma forma, ha de acompañar a todos los hombres y mujeres de buena voluntad
Cfr. https://www.cec.org.co/sites/default/files/4.%20Criterios%20pastorales.pdf
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FORMACIÓN
LITÚRGICA
EL DOMINGO: Día de descanso en el Señor
El deber de santificar el domingo, sobre todo con la participación en la Eucaristía y con un descanso lleno de alegría cristiana y de fraternidad, se comprende bien si se tienen presentes las múltiples dimensiones de este día.
El domingo constituye el centro mismo de la vida cristiana. Al celebrarlo y vivirlo bien, estamos mostrando la coherencia de nuestra fe. Vale la pena recordar la invitación que hacia el papa Juan Pablo II para descubrir de nuevo el domingo: “¡No tengáis miedo de dar vuestro tiempo a Cristo! Sí, abramos nuestro tiempo a Cristo para que él lo pueda iluminar y dirigir. Él es quien conoce el secreto del tiempo y el secreto de la eternidad, y nos entrega ´su día´ como un don siempre nuevo de su amor”. El tiempo ofrecido a Cristo nunca es un tiempo perdido, sino más bien ganado para la humanización profunda de nuestras relaciones y de nuestra vida. En la experiencia cristiana, el domingo es ante todo una fiesta pascual, iluminada totalmente por la gloria de Cristo Resucitado. Es la celebración de la “nueva creación”. Este día hace alusión a la primera creación, cuando Dios en su designio creó todas las cosas en Cristo; y la segunda creación, cuando Cristo en su Resurrección hace nuevas todas las cosas. Decía al respecto San Justino: “celebramos
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esta reunión general el día del sol, por ser el día primero, en que Dios, transformando las tinieblas y la materia, hizo el mundo, y el día también en que Jesucristo, nuestro Salvador, resucitó de entre los muertos”. Dice el libro del Génesis que cuando Dios terminó la obra de la creación descansó, un descanso que no se puede entender como una especie de “inactividad” de Dios. Dios nunca cesa de actuar, como Jesús mismo nos lo recuerda: “Mi Padre actúa siempre y también yo actúo” (Jn 5, 17). El descanso divino del séptimo día no se refiere a un Dios inactivo, sino que subraya la plenitud de la realización llevada a término y expresa el descanso de Dios frente a un trabajo “bien hecho” (Gn 1, 31) salido de sus manos para dirigir al mismo una mirada llena de gozosa complacencia: una mirada “contemplativa”, que ya no aspira a nuevas obras, sino mas bien a gozar de la belleza de lo realizado. De aquí que tengamos que considerar que el precepto del descanso, que en la primera alianza prepara el domingo de la nueva y eterna Alianza, se basa en la profundidad del designio de Dios; es por eso que el pueblo de Israel, después la Iglesia, no lo considera como una mera disposición de disciplina religiosa comunitaria, sino una expresión especifica e irrenunciable de su relación con Dios. Es desde esta perspectiva como los cristianos deben volver a descubrir este precepto del descanso dominical, como una alianza de amor con Dios creador y dueño de todo a quien hay que santificar a través del descanso. El día del descanso es tal, porque es el día “bendecido” y “santificado” por Dios, o sea, separado de los otros días para ser, entre todos, el “día del Señor”.
FORMACIÓN
MARIOLÓGICA
La Inmaculada Concepción Catecismo de la Iglesia Católica 490 – 493 (Viene de la edición anterior) Los Padres de la Iglesia: Ellos se referían a la Virgen María como “la Segunda Eva” (cf. 1Cor 15,22), pues ella desató el nudo causado por la primera Eva (cfr. Gn 3,6-16)
También se refieren a la Virgen Santísima como “la absolutamente pura”. La iglesia Oriental ha llamado a María Santísima la “toda santa”
Méritos: María es libre de pecado por los méritos de Cristo Salvador. Es por Él que ella es preservada del pecado. Ella, por ser una de nuestra raza humana, aunque no tenía pecado, necesitaba salvación, que solo viene de Cristo. Pero Ella singularmente recibe por adelantado los méritos salvíficos de Cristo. La causa de este don: El poder y omnipotencia de Dios.
El franciscano Juan Duns Escoto, al principio del siglo XIV, inspirado en algunos teólogos del siglo XII y por el mismo San Francisco (siglo XIII, devoto de la Inmaculada), brindó la clave para superar las objeciones contra la doctrina de la Inmaculada Concepción de María. El sostuvo que Cristo, el mediador perfecto, realizó precisamente en María el acto de mediación más excelso: Cristo la redimió preservándola del pecado original.
(Cfr. https://infovaticana.com/2015/12/08/la-inmaculada-concepcion/)
Se trata una redención aún más admirable: No por liberación del pecado, sino por preservación del pecado. Escoto preparó el camino para la definición dogmática. El dogma de la Inmaculada Concepción de María no ofusca, sino que más bien, pone mejor de relieve los efectos de la gracia redentora de Cristo en la naturaleza humana. Todas las virtudes y las gracias de María Santísima las recibe de Su Hijo. La Madre de Cristo debía ser perfectamente santa desde su concepción. Ella, desde el principio, recibió la gracia y la fuerza para evitar el influjo del pecado y responder con todo su ser a la voluntad de Dios. A María, primera redimida por Cristo, que tuvo el privilegio de no quedar sometida ni siquiera por un instante al poder del mal y del pecado, miran los cristianos como al modelo perfecto y a la imagen de la santidad que están llamados a alcanzar, con la ayuda de la gracia del Señor, en su vida. El Papa Sixto IV, en 1483, casi 4 siglos antes del dogma, había extendido la fiesta de la Concepción Inmaculada de María a toda la Iglesia de Occidente.
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EL EVANGELIO
DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO
del domingo
2 Reyes 4,8-11, 14-16; Salmo 88; Romanos 6, 3-4. 8-11; San Mateo 10, 37-42
“En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí. El que encuentre su vida, la perderá, y el que pierda su vida por mí, la encontrará. El que os recibe a vosotros, me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me ha enviado. El que recibe a un profeta porque es profeta, tendrá paga de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo, tendrá paga de justo. El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca a uno de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga, os lo aseguro.” Palabra del Señor. PAUTAS DE REFLEXIÓN Para poder ser discípulo de Jesús y cumplir donde debe prevalecer el valor supremo, la con la misión que Él encomienda, es necesario fidelidad a Cristo. tener total libertad para seguirlo sin ataduras. Quien se decide por Cristo debe haber puesto todos los amores humanos en segundo lugar, incluso la propia vida. Ser discípulo de Cristo es algo muy diferente a ser socio de un club, al cual se asiste cuando las ocupaciones lo permiten o cuando sentimos ganas de hacerlo.
Cuanto más dependientes nos hacemos de Cristo, tanto más libres seremos. Y solamente en libertad puede crecer el verdadero amor. Cuanto uno es más amigo de Cristo, más puede ser amigo de los hombres.
La lealtad y fidelidad total en el seguimiento a Cristo implica frecuentemente dificultades y persecuciones.
Perder la vida como yo la entregué, nos dice Jesús, es la única posibilidad para ganarla para siempre. Jesús entregó su vida cargando con la cruz y muriendo en la cruz, y la recuperó gloriosa en la Resurrección. La vida es muy parecida al amor verdadero: se la consigue solamente entregándola, a imitación de Cristo.
El que quiere ser coherente con la fe y con la vocación que recibe de Dios, no podrá siempre evitar conflictos con los que lo rodean. Aunque duela, es en esos casos
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EL EVANGELIO
DOMINGO XIV DEL TIEMPO ODINARIO
del domingo
Zacarías 9, 9-10; Salmo 144; Romanos 8,9. 11-13; San Mateo 11, 25-30 “En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera”. Palabra del Señor. PAUTAS DE REFLEXIÓN Nos presenta hoy el Evangelio una oración de Alabanza dirigida por Jesús a Dios; nótese cómo llama a Dios: Padre. Mostrando así una vez más la relación que tenía con Él. Lo llama Padre y sabe que él actúa como Hijo. Reconoce que su Padre es Señor de cielo y tierra, es Dios creador de todo cuanto existe. Aquí sabios y entendidos, en oposición a los sencillos, se refiere Jesús a los escribas, o doctores de la ley, y a los fariseos, que en su mayoría no quisieron aceptar la Buena Nueva de Jesús. Muestra Jesús como el mayor obstáculo para conocer -descubrir- a Dios y su amor, es la autosuficiencia, el orgullo que hace al hombre enceguecerse frente al amor misterioso y gratuito de Dios. Hoy Jesús nos invita con su actitud a recuperar en nuestra vida de discípulos la actitud
evangélica de admiración y de alabanza. Recuperando esta actitud podremos tener un estilo de vida más cercano al de Jesús. Solo quien es pequeño, quien se deja invadir por la fuerza del Evangelio, solo quien se abre a la novedad del Reino de Jesús, solo quien siente necesidad, quien está fatigado, quien necesita descanso, está en disposición de descubrir la verdad de las palabras de Jesús. Tenemos necesidad de encontrar en Jesús descanso para nuestras vidas, el ritmo del mundo es acelerado y el discípulo está siempre frente a la tentación de dejarse absorber por el cansancio, la fatiga, puede incluso perderse en la rutina diaria; de aquí tan importante aceptar la invitación de Jesús para venir a él y encontrar descanso, solo él puede darnos reposo en nuestra vida, para luego, siempre con espíritu nuevo, lanzarnos a vivir el Evangelio de manera pobre y sencilla.
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EL EVANGELIO
DOMINGO XV DEL TIEMPO ORDINARIO
del domingo
Isaías 55, 10-11; Salmo 64; Romanos 8, 18-23; San Mateo 13, 1-9 “Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla. Les habló mucho rato en parábolas: «Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta. El que tenga oídos que oiga”. Palabra del Señor. PAUTAS DE REFLEXIÓN Una de las maneras de hablar de Jesús a las gentes fue a través de parábolas, historias tomadas de la realidad que le sirven para ilustrar unas enseñanzas. A través de ellas buscaba impactar y provocar una respuesta en quienes le escuchaban. Dos cosas podríamos mirar en esta parábola: la semilla es la Palabra de Dios, y esta no se niega a nadie, es un regalo del mismo Dios; y segundo, la Palabra de Dios, a pesar de toda la fuerza que contiene, produce fruto solo en la medida en que alguien la recibe con buena disposición. Dios cuenta con la libertad del hombre. Este puede aceptar o rechazar el Evangelio. Los distintos terrenos en los que cae la semilla, son los corazones de las
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personas, distintos también en su apertura hacia el mensaje de Cristo. El punto central de la parábola no está en cómo es acogida la semilla, sino en la magnífica cosecha que produce lo que cae en tierra buena. La parábola presenta a los discípulos la grandiosa cosecha final, diciéndoles ¡Ánimo! ¡No hay que desanimarse! A pesar del fracaso aparente, la llegada del Reino es imparable, y el resultado final será maravilloso e incalculable. Termina hoy este relato con una invitación exhortación para recibir el Evangelio con oído y corazón abiertos: “¡El que tenga oídos, que oiga!”
EL EVANGELIO
DOMINGO XVI DEL TIEMPO ORDINARIO
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Sabiduría 12, 13. 16-19; Salmo 85; Romanos 8, 26-27; San Mateo 13, 24-30 “En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente: El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y cembro cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo: “señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde salió la cizaña? Él les dijo: “un enemigo lo ha hecho” Los criados le preguntaron: “¿quieres que vayamos a arrancarla?” Pero él les respondió: “no, que, al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: “arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero”. Palabra del Señor. PAUTAS DE REFLEXIÓN El Evangelio nos revela la infinita paciencia de Dios para con cada uno de nosotros. Jesús, con esta parábola de la cizaña, da una respuesta a tantos que exigen que la Iglesia sea una comunidad solamente de santos y puros, y que por el contrario se escandalizan por los pecados que hay en ella. Es la paciencia de Dios que espera la conversión sincera de todos sus hijos.
pecadores de la Iglesia, ¿quién quedaría? ¿Quién de nosotros podría seguir perteneciendo a ella? “Mientras hay vida hay esperanza”, aún el hombre más perverso, mientras vive, puede cambiar, como lo demuestra la historia de los grandes santos, que antes fueron pecadores. Dios concede la gracia de la conversión s i e m p r e . Todos pueden transformarse y mejorar.
Jesús, a través de esta parábola, nos previene de un peligroso autoengaño y de una intolerancia o fanatismo que no hacen bien, sino, por el contario, mal. Ninguna persona es perfectamente santa, y ninguna es totalmente mala. El corazón de cada uno de nosotros se parece al campo donde crece el trigo y la cizaña a la vez. Alguna vez dijo un escritor: “Dios y el diablo están en guerra, y el campo de batalla es el corazón del hombre”. Si tuvieran que ser expulsados todos los
No nos toca juzgar a nadie, y mucho menos condenar. El juicio es únicamente de Dios. Y Él sabe esperar. Permite que cada uno llegue hasta el final de su camino. El día de la cosecha, en el juicio final, Dios que es quien sabe sondear los corazones, separará los buenos y los malos. Aprendamos de Dios a tener paciencia, a dar tiempo para la conversión, recordemos siempre que mientras llega el momento final, siempre habrá tiempo para la conversión y la misericordia.
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EL EVANGELIO
DOMINGO XVII DEL TIEMPO ORDINARIO
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1 Reyes 3, 5. 7-12; Salmo 118; Romanos 8, 28-30; San Mateo 13, 44-52 “En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra. El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran. Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Entendéis bien todo esto?» Ellos le contestaron: «Sí.» Él les dijo: «Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo.” Palabra del Señor. PAUTAS DE REFLEXIÓN Tesoro y perla hacen referencia al Reino de Dios. El hombre que encuentra un tesoro escondido, sin convertirse en ladrón, quiere quedarse con el tesoro, de modo legal e inteligente. Compra el campo y así se hace dueño. Quiere por todos los medios poseer el tesoro, aún a costa de vender o renunciar a todo lo demás. La alegría que experimenta al encontrar el tesoro es tan grande, que en comparación con él, lo demás pierde toda importancia. El tesoro lo llena con tanta felicidad que ya no le cuesta renunciar a lo que posee hasta ahora. El Reino de Dios no consiste en un cambio exterior. No va a llegar por un simple cambio de estructuras políticas, económicas, sociales; porque la raíz de todos los males que nos aquejan es el pecado que se esconde en cada uno de nuestros corazones. Por eso con
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estas parábola, Jesús nos dice que si queremos que cambien las cosas para mejorar, tenemos que empezar por cambiar nosotros mismos, y no en aspectos aislados e insignificantes, sino totalmente. El Papa Pablo VI distinguía entre predicar y abrazar el Evangelio para “aparentar”, y predicarlo y abrazarlo “en serio”. Decía: “lo que importa es evangelizar –no de una manera decorativa, como un barniz superficial, sino de manera vital, en profundidad y hasta las mismas raíces. …Se trata de alcanzar y transformar con la fuerza del Evangelio los criterios de juicio, los valores determinantes, los puntos de interés, las líneas de pensamiento, las fuentes inspiradoras y los modelos de vida de la humanidad. …Evangelizar significa para la Iglesia llevar la Buena Nueva a todos los ambientes de la Humanidad: “No hay humanidad nueva si no hay en primer lugar hombres nuevos, con la novedad del bautismo y de la vida según el Evangelio”. (EV 18 – 20).
EL SANTO
SAN BENITO
del mes
“VARÓN DE VIDA VENERABLE, LLENO DE ESPÍRITU DE TODOS LOS JUSTOS”, AMIGO DE DIOS. Un santo, San Gregorio Magno, primer Papa Monje en la historia de la Iglesia, escribe de otro santo: “Varón de vida venerable, lleno de espíritu de todos los justos” y lo hace precisamente refiriéndose a San Benito Abad, a quien la Iglesia Católica conmemora el 11 de julio. Y realmente habría mucho que decir de la vida de San Benito, de su honorabilidad, de su fortaleza espiritual, de su entrega al Señor y a su misión, la cual, luego de aproximadamente quince (15) siglos, todavía sigue vigente en un sinnúmero de monasterios que aún hoy, en pleno siglo XXI viven su Regla. La generación de católicos occidentales del siglo XXI, comúnmente ve, por lo que se puede inferir cuando se habla del tema en distintos escenarios, en la vida de los santos a hombres y mujeres que han practicado todas las virtudes en forma heroica y en cuya santidad todos tienen un modelo, que es incluso dificilísimo de imitar, aunque posible si se recibe el don, la gracia de parte de Dios para alcanzar esas cumbres en las que se puede someter perfectamente la voluntad a Dios, y eso es lo que a primera vista se pudiera deducir del título dado por San Gregorio Magno a San Benito; sin embargo, en esa carrera frenética que se observa en muchos católicos que luchan por ser mejores cada día, es posible que eventualmente olviden algo muy importante que es característica
de todos los santos: el santo es el amigo de Dios. Y como amigos, el santo y Dios, se unen de forma excepcional para obrar maravillas en el mundo. Dios siendo omnipotente, no requeriría de ninguna persona para realizar su obra, sin embargo, la historia de Salvación demuestra que precisamente Dios quiere contar con el ser humano y se hace amigo de este para ejercer sus actos, es más, se tomó la tarea de hacerse Hombre-Dios, para abajarse y hacerse igual al hombre en todo, menos en el pecado (Hb 4, 15). El Concilio Vaticano II, hace hincapié en esto al decir de Cristo: “Trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre. Nacido de la Virgen María, se hizo verdaderamente uno de los nuestros, semejante en todo a nosotros, excepto en el pecado” (GS, 22); y es en este punto donde, llama la atención San Benito, un hombre, amigo de Dios, que inculcó el amor de Dios en la vida de su tiempo y con su ejemplo a semejanza de Cristo, “trabajó con manos de hombre” y dedicó su vida al orden y al trabajo. Se deduce de la Regla de San Benito una frase, conocidísima por demás, y que es su legado para quien quiera, en pleno siglo XXI, seguir sus pasos: “Ora et labora” (reza y trabaja).
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PASTORAL
SACERDOTAL
Tentaciones en la Vida Sacerdotal 1- La tentación de dejarse arrastrar y no guiar. El Buen Pastor tiene el deber de guiar a su grey (Jn 10,3-4), de conducirla hacia verdes prados y a las fuentes de agua (Sal 23). No puede dejarse arrastrar por la desilusión y el pesimismo: «Pero, ¿qué puedo hacer yo?». Está siempre lleno de iniciativas y creatividad, como una fuente que sigue brotando incluso cuando está seca. Sabe dar siempre una caricia de consuelo, aun cuando su corazón está roto. Saber ser padre cuando los hijos lo tratan con gratitud, pero sobre todo cuando no son agradecidos (Lc 15,11-32). Nuestra fidelidad al Señor no puede depender nunca de la gratitud humana: «Tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará» (Mt 6,4.6.18). 2- La tentación de quejarse continuamente. Es fácil culpar siempre a los demás: por las carencias de los superiores, las condiciones eclesiásticas o sociales, por las pocas posibilidades. Sin embargo, el consagrado es aquel que con la unción del Espíritu Santo transforma cada obstáculo en una oportunidad, y no cada dificultad en una excusa. Quien anda siempre quejándose en realidad no quiere trabajar. Por eso el Señor, dirigiéndose a los pastores, dice: «fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes» (Hb 12,12; Is 35,3). 3- La tentación de la murmuración y de la envidia. Y esta es fea. El peligro es grave cuando el consagrado, en lugar de ayudar a los pequeños a crecer y de regocijarse con el éxito de sus hermanos y hermanas, se deja dominar por la envidia y se convierte en uno que hiere a los demás con la murmuración. Cuando, en lugar de esforzarse en crecer, se pone a destruir a los que están creciendo, y cuando en lugar de seguir los buenos ejemplos, los juzga y les quita su valor. La envidia es un cáncer que destruye en poco tiempo cualquier organismo: «Un reino dividido internamente no puede subsistir; una 8 9 familia dividida no puede subsistir» (Mc 3,24-25). De hecho -no lo olvidéis-, «por envidia del diablo entró la muerte en el mundo» (Sb 2,24). Y la murmuración es el instrumento y el arma. 4- La tentación de compararse con los demás. La riqueza se encuentra en la diversidad y en la unicidad de cada uno de nosotros. Compararnos con
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los que están mejor nos lleva con frecuencia a caer en el resentimiento, compararnos con los que están peor, nos lleva, a menudo, a caer en la soberbia y en la pereza. Quien tiende siempre a compararse con los demás termina paralizado. Aprendamos de los santos Pedro y Pablo a vivir la diversidad de caracteres, carismas y opiniones en la escucha y docilidad al Espíritu Santo. 5La tentación del «faraonismo» ¡estamos en Egipto!, es decir, de endurecer el corazón y cerrarlo al Señor y a los demás. Es la tentación de sentirse por encima de los demás y de someterlos por vanagloria, de tener la presunción de dejarse servir en lugar de servir. Es una tentación común que aparece desde el comienzo entre los discípulos, los cuales — dice el Evangelio— «por el camino habían discutido quién era el más importante» (Mc 9,34). El antídoto a este veneno es: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos» (Mc 9,35). 6La tentación del individualismo. Como dice el conocido dicho egipcio: «Después de mí, el diluvio». Es la tentación de los egoístas que por el camino pierden la meta y, en vez de pensar en los demás, piensan sólo en sí mismos, sin experimentar ningún tipo de vergüenza, más bien al contrario, se justifican. La Iglesia es la comunidad de los fieles, el cuerpo de Cristo, donde la salvación de un miembro está vinculada a la santidad de todos (1Co 12,12- 27; Lumen gentium, 7). El individualista es, en cambio, motivo de escándalo y de conflicto. 7- La tentación del caminar sin rumbo y sin meta. El consagrado pierde su identidad y acaba por no ser «ni carne ni pescado». Vive con el corazón dividido entre Dios y la mundanidad. Olvida su primer amor (Ap 2,4). En realidad, el consagrado, si no tiene una clara y sólida identidad, camina sin rumbo y, en lugar de guiar a los demás, los dispersa. Vuestra identidad como hijos de la Iglesia es la de ser coptos —es decir, arraigados en vuestras nobles y antiguas raíces— y ser católicos —es decir, parte de la Iglesia una y universal—: como un árbol que cuanto más enraizado está en la tierra, más alto crece hacia el cielo.
Tomado del Discurso del Santo Padre en el seminario Patriarcal de Maadi. Encuentro de oración con el clero, los religiosos, las religiosas y los seminaristas. El Cairo, sábado 29 de abril de 2017.
PASTORAL
FAMILIAR
¿CÓMO PUEDO RESOLVER UN CONFLICTO EN MI FAMILIA? “Si tu hermano llega a pecar, vete y repréndele, a solas tú con él. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, toma todavía contigo uno o dos, para que todo asunto quede zanjado por la palabra de dos o tres testigos. Si les desoye a ellos, díselo a la comunidad. Y si hasta a la comunidad desoye, sea para ti como el gentil y el publicano” (Mt 18, 15-17)
Como la familia es un grupo conformado por personas, tiene vida propia y, como tal, experimenta procesos complejos de cambio, acomodamiento, estancamiento, crecimiento y crisis. Las relaciones de pareja, entre padres e hijos, la crianza, el trabajo, los deberes de la casa… pueden desatar una situación conflictiva en la familia, que es importante aprender a solucionar en el seno del mismo hogar para que la familia se mantenga viva. Una muestra de amor a la familia que se ha conformado, es buscar soluciones a las dificultades presentadas, teniendo siempre presente que debemos evitar al máximo herirnos y hacernos daño, y mucho más si hay de por medio hijos pequeños. Los invitamos queridos esposos y familia, a considerar los siguientes aspectos. • Reconoce el conflicto y explica con calma la situación. Para ello hay que cuidar la manera de hablar, el volumen de la voz y las palabras que utilizas para expresar lo que sientes y piensas, de modo que no hieras a quienes te escuchan.
• Somete a discusión el problema en tu familia, todos deben tener la oportunidad de expresar su opinión y exponer lo que sienten. • Escucharlos con atención y sin prevenciones; de este modo se podrá obtener un panorama completo del problema. • Proponer una tregua o descanso si los ánimos se acaloran y pueda convertirse en pelea. Debe reinar la calma, la serenidad. • Explora las soluciones y define una, con ayuda de todos. Aquí es esencial que evites descalificar las propuestas o imponer alguna sin examinar los pros y los contras. Que al final prime el acuerdo en torno a lo que más conviene a todos. • Poner en práctica la solución acordada entre todos, así se aprecia más el consenso y cada uno estará más motivado para ser parte de la solución. Para reflexionar en grupo o familia: De los anteriores aspectos, ¿Cuál es el más difícil de aplicar en el hogar? ¿Por qué? ¿Qué hacer para practicarlo?
“Así, en medio de un conflicto no resuelto, y aunque muchos sentimientos confusos den vueltas por el corazón, se mantiene viva cada día la decisión de amar, de pertenecerse, de compartir la vida entera y de permanecer amando y perdonando. Cada uno de los dos hace un camino de crecimiento y de cambio personal. En medio de ese camino, el amor celebra cada paso y cada nueva etapa” (Amoris Laetitia 163)
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PASTORAL
SOCIAL
POST-CONFLICTO Y DERECHOS HUMANOS (1)
En esta 1ª. Parte veamos algunas generalidades.
Es un conjunto inseparable de realidades (llámense cualidades, facultades) constitutivas de la persona humana, que le posibilitan el vivir su dignidad, alcanzar su pleno desarrollo y cumplir con los fines propios de la vida en comunidad. * Por tanto, no son cosas, no son ideas, no son otorgados por nadie, porque forman parte de la naturaleza humana misma. * Por tanto, cuando son violados, restringidos, negados, el ser humano es envilecido. * Por tanto, el desarrollo humano integral requiere de todos y cada uno de los derechos humanos, para que todos y cada uno sean más, valgan más. * Por tanto, sin ellos la comunidad, la sociedad se convierte en una realidad amorfa, que atomiza la persona, la suplanta, le impide una convivencia armónica y plena. Los derechos humanos tienen a Dios como fuente y autor: “Y dijo Dios: hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza… los creó y los bendijo Dios
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y les dijo: sed fecundos y multiplicaos, llenad la tierra y sometedla...” (Gen 1,27ss)
Dios nos hizo como Él: PERSONAS. Por eso somos portadores de trascendencia; afirmados por sí mismos; con una dignidad única de la que brotan todos sus derechos. Dios defiende los derechos humanos porque el ser humano es la ÚNICA CREATURA QUE ÉL HA AMADO POR SÍ MISMA (San Juan P. II Redemptor Hominis 14)
Según San Juan XXIII + “La fuente última de los derechos humanos está en Dios, no en la voluntad humana, ni el Estado, ni los poderes públicos.” +Los derechos son “universales e inviolables y no pueden renunciarse por ningún concepto: Universales, porque están presentes en todos los seres humanos. Inviolables, en cuanto “inherentes a la persona humana y a su dignidad”. + Inalienables, porque “nadie puede privar legítimamente de estos derechos a uno solo de sus semejantes, sea quien sea, porque sería ir contra su propia naturaleza”. (Pacem in terris 33-37) San Juan Pablo II afirma: “La Declaración Universal reconoce los derechos que proclama, no los otorga, pues son inherentes a la persona humana y a su dignidad. Por eso nadie puede privar legítimamente de ellos a uno solo de sus semejantes, porque sería ir contra su propia naturaleza. Todos los seres humanos, sin excepción, son iguales en dignidad: por esto los derechos se refieren a todas las fases de la vida y en cualquier contexto político, social, económico o cultural. Son un conjunto unitario, orientado decididamente a la promoción de cada uno de los aspectos del bien de la persona y de la sociedad” (Jornada mundial de la paz 1999).
PASATIEMPOS
PASTORALES
ORDENAR LETRAS
Instrucciones: 1. Debes encontrar el orden correcto de las letras y formar las palabras, relacionadas con la vida sacerdotal. 2. Siguiendo las claves encontradas debes resolver la palabra oculta.
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ANÁLISIS DE LA
REALIDAD
Después del Concilio Vaticano II, la Iglesia emprende una renovación, donde “se pasa de una Iglesia para sí, hacia adentro, a una Iglesia para los hombres, hacia afuera”; después de ello, su preocupación se centra en la misión de anunciar el evangelio, de catequizar y ofrecer el modelo del humanismo cristiano (trascendente); de ahí que el papa Juan Pablo II dijera: “El hombre es el primero y fundamental camino de la Iglesia.
las parroquias sirvieron de aglutinamiento y cohesión a la población; convirtiéndose en voceros ante las entidades gubernamentales, “si no hubiera sido por las parroquias, los fieles se hubieran dispersado y perecido como ovejas sin pastor” , en este sentido la tarea está en manos de la Pastoral Social, quien en su apuesta social promueve el desarrollo - humano cristiano de la región.
La Iglesia es experta en humanidad” (C.V. II) La Diócesis Sonsón Rionegro, fiel a la vocación universal, cumple su misión en este territorio oriental del departamento de Antioquia; constantemente se ha interesado por el tema político en su concepción literal: búsqueda del bien común. Nuestra Iglesia ha trabajado por el desarrollo integral del hombre y el progreso solidario. En el mundo de la política se ha servido a la formación de las conciencias inspirando la verdad y lo éticamente bueno. En cuanto a la caridad, vía maestra de la doctrina social de la Iglesia; desde sus comienzos se ha luchado por la solución a la pobreza extrema de muchos fieles, sus iniciativas siempre han estado encaminadas a mejorar la calidad de vida en las comunidades, impulsando la creación de instituciones educativas y de salud; actualmente se cuenta con las Casas Pan y Vida (18) encargadas de la asistencia inmediata de los más necesitados. El tema de la paz ha estado en el corazón del cristianismo; la Iglesia desde su primer anuncio, la presenta como el ideal de Cristo resucitado. Ahora el conflicto armado que ha martirizado a este territorio pone a prueba la tarea de esta Iglesia donde Palabras de párroco en la época de conflicto (Pbro. José Olimpo Gil)
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“Al celebrar estos 60 años de la diócesis, los invito a ofrecer a Dios un sacrificio de alabanza al considerar el pasado, el presente y el futuro de esta porción del pueblo de Dios que camina en el Oriente Antioqueño. La tarea que se nos traza en el hoy de nuestra historia es la renovación de la vida cristiana, tal como lo señala el plan de pastoral. Se nos plantea la necesidad de una nueva evangelización que transmita la experiencia de la fe en los nuevos contextos culturales que van apareciendo. Hay que volver a recomenzar desde Cristo, el verdadero tesoro, mediante una conversión sostenida y profunda que nos mantenga unidos en la generosidad que nos ha distinguido y nos lance cada vez con más fuerza a la misión más allá de nuestras fronteras”. Homilía Mons. Fidel León Cadavid M. en los 60 años de la diócesis.
DEMOS EL
PRIMER
PASO
Oración por la visita del papa Francisco a Colombia Padre de misericordia, Tú has sembrado en nosotros la semilla de la fe, para que seamos hijos tuyos y discípulos misioneros de Jesucristo. Haz que nuestra vida sea testimonio visible de tu Reino y demos a conocer a todos tu Palabra. Te damos gracias por el papa Francisco, y te suplicamos que su visita a Colombia sea un tiempo de bendición, que nos confirme en la fe y nos ayude a dar el primer paso, para comenzar con Cristo algo nuevo en bien de todos los colombianos. Suscita en nuestros corazones esperanza, perdón, amor y paz, para que con la ayuda de tu Espíritu hagamos posible el reencuentro entre los colombianos por medio de la reconciliación. Te suplicamos, Padre de bondad, que, por intercesión de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá, esta visita del Santo Padre, nos abra la mente y el corazón al Evangelio de Cristo nuestro Señor. Amén
Visita Apostólica a Colombia 2017