Lc 15, 2
ISSN 2590-8359 | No. 78 Junio 2020
Por: Delegación de Piedad popular
SANTO DEL MES
San Raniero de Pisa ació en el año 1117 en Pisa (Italia). Sus padres, Gandulfo Scacceri, próspero comerciante, y Mingarda, perteneciente a la noble familia de los Buzzacherini, deseosos de impartirle una educación rigurosa a su único hijo, encomendaron su formación al sacerdote don Enrico de San Martino. Pero Rainiero, particularmente dotado para la música (tocaba la lira) y para el canto, prefería las diversiones y la vagancia a los estudios. De nada valieron los esfuerzos de sus padres por conducirlo a un comportamiento más cristiano, pues el joven pisano descuidó tanto las enseñanzas de sus padres como las de don Enrico. No obstante, a los 19 años su vida cambió. Fue crucial, para su conversión y decisión de abrazar plenamente la fe y vivir en extrema austeridad, su encuentro con el eremita Alberto, establecido en el monasterio pisano de San Vito y del cual escuchó sus consejos y lo hizo su modelo. Cuatro años después, hacia el 1140, se embarcó rumbo a Tierra Santa decidido a imitar fielmente a Cristo en los lugares donde nuestro Señor había consumado su sacrificio. Permaneció ahí por trece años, viviendo exclusivamente de limosnas, comiendo dos veces a la semana y exponiendo su cuerpo a grandes sacrificios. Además, peregrinaba en repetidas ocasiones a todos los lugares santos, demorándose de preferencia en el Calvario cerca del Santo Sepulcro, donde recibió de un sacerdote la túnica pelosa del eremita, la "pilurica", con la cual es representado en la iconografía.
https://bit.ly/2zH5rQ8
Regresó a Pisa en 1153, rodeado de fama de santidad por los muchos milagros que Dios operó a través de su mano en Tierra Santa. Fue acogido por los canónigos de la Catedral y por el pueblo, quienes estaban al corriente de su admirable vida. Vivió un año en calidad de oblato en el monasterio de San Andrés, en Chinseca, y de ahí se transfirió a San Vito, donde desarrolló una intensa actividad apostólica con la venia del clero, predicando como simple laico y obrando numerosas conversiones. Tanta era su fama de santidad que, a su muerte, acaecida el 17 de junio de 1161, fue súbitamente proclamado santo, y este día -en el que actualmente le conmemoramos- fue declarado fiesta de precepto. En 1632 el arzobispo de Pisa, el Clero local, el Magistrado pisano, con la anuencia de la sacra Congregación de los Ritos, eligieron a Rainiero patrono principal de la ciudad y de la diócesis; y en 1689 fueron solemnemente colocados sus restos sobre el altar mayor de la Catedral pisana.
Fuente: http://www.es.catholic.net/op/articulos/53107/rainiero-de-pisa-santo.html#modal Asesor General Mons. Fidel León Cadavid Marín
Coordinador General Vicaría de Pastoral
Director Pbro. Javier Otálvaro Álvarez
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Consejo Editorial Delegados de Pastoral
Diseño y Diagramación Cristina Giraldo Giraldo
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FORMACIÓN BÍBLICA
Por: Pbro. Iván Marín.
Cartas a los Filipenses y a Filemón, lo entrañable de la persona de Pablo Algunos de datos históricos de Filipos: Ciudad situada en al sur-oriente de Macedonia, en los confines con la región de Tracia, cerca 16 km. del mar Egeo. Con motivo de su posición (sobre la vía Ignatia, que unía al Oriente con Roma) se transformó en una importante ciudad desde el punto de vista comercial. Su nombre proviene del rey macedonio Felipe II, padre de Alejandro Magno. Atraído por las minas de oro y plata, él conquistó la localidad de Krénides y, después de fortificarla, le dio su propio nombre (358-354 a.C.). En 168 a.C., fue conquistada por los romanos, así llegó a ser importante provincia del imperio… Pablo llegó a Filipos, hacia el 50-51. Era su primera fundación cristiana en Europa, así lo recuerda Hch 16,9. La comunidad cristiana de aquella ciudad estaba conformada casi prevalentemente de paganos convertidos, no se excluye la participación de judíos. Cuando Pablo se fue de Filipos (Hch 16,40) la comunidad contaba con escasos discípulos. Pablo los visitó dos veces durante su tercer viaje misionero (cfr. II Cor 7,5; 8,2; Hch 20,1-6). Autenticidad: Frente a la autenticidad de la carta no hay dudas, el estilo y las mismas experiencias redactadas, en ella, reflejan el pensamiento del Apóstol. Es probable que nos hallemos no ante un solo escrito, sino frente a varias cartas fusionadas en una sola (aquí no tenemos espacio para tratar tan denso tema). Situación del Apóstol: Pablo se hallaba en Éfeso, entre cadenas, probablemente a finales del año 53. Dada la situación del Apóstol, conocida por la comunidad de Filipos, esta le envía una ayuda Económica por medio de un joven llamado Epafrodito, quien, a su vez, se hará cargo de los cuidados de Pablo en prisión (4,18; 2,25-30). Pablo agradece las manifestaciones de solidaridad por parte de los filipenses, incluso lo hace con su puño y letra (418). Aprovechando el retorno de Epafrodito en razón del débil estado de salud del mismo, Pablo les envía esta sentida y amistosa carta. No era la primera vez que esta comunidad socorría al Apóstol desde el punto de vista económico, de ello nos enteramos en (Filp 4,15-16; II Cor 11,8-9). La carta aborda dos problemas principales en la comunidad filipense. El primero versa sobre un cierto desánimo provocado por las hostilidades externas. El escrito, entonces, pretende animar a la comunidad proponiendo al mismo Pablo como paradigma de paciencia y resistencia frente a su injusta prisión (1, 3-11), estos sentimientos empapan toda la carta (1,12-26.27-30; 2,12-18).
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El segundo problema son los conflictos en el seno de la comunidad. Pablo intenta reforzar la cohesión intracomunitaria, para ello se vale de un precioso y antiguo himno cristiano, sobre el soberano Mesías que ha asumido la vida de un esclavo en mansedumbre, humildad y paciencia (2,1-11)… Carta emotiva, llena de sentimientos positivos, rebosa de cordialidad, alegría y esperanza; en toda ella se nos revela Pablo, como un hombre de grandes cualidades humanas, la gratitud y la dulzura de su corazón están a flor de piel. La carta a Filemón. El personaje clave de la carta es Onésimo, el esclavo de Filemón, que huyó del amo con una discreta suma de dinero (vv.18-19). No se sabe cómo llegó hasta Pablo. Después de haber sido convertido por El Apóstol, Onésimo es regresado a su patrón. En tanto la carta que envía con el mismo Onésimo prepara el retorno del esclavo a su amo. Pablo conocía las gravísimas penas que la ley romana imponía a los esclavos fugitivos… Confiando en los sentimientos cristianos de Filemón, Pablo envía a Onésimo con una nueva condición: es hijo, al mismo nivel que Filemón (v.10) y es carísimo hermano (v.16). Así también Filemón tiene en sus manos una inmejorable ocasión para “pagar” a Pablo la deuda que tiene con él. Los intérpretes actuales piensan que esta carta tiene su origen en una prisión anterior, probablemente en Éfeso hacia el 55 d.C. No es fácil de determinar dicha posición (Pablo también estuvo preso en Cesarea y en Roma, ¡no lo olvidemos!). Esta carta no pretende abolir la esclavitud, por lo menos ese no es su objetivo, su intención es transformar las actitudes de dominio en actitudes de fraternidad, las asperezas en bondad y disculpa. Para ello, Pablo trata de llegar al corazón de Filemón apelando a su condición de anciano y de prisionero (v.9); mostrando su amor paternal por Onésimo al igual que por Filemón (v.10,12,19); Pablo ha engendrado para Cristo a Onésimo en la cárcel (v.10), bien podría exigirle que se lo devuelva, pero no quiere imponer su autoridad (v.14). Entonces, a Filemón no le queda más remedio que acoger a Onésimo como si este fuera el mismo Pablo. Pablo sabe aprovechar el afecto, la gratitud y sus sufrimientos, como medios para alcanzar aquello que es bueno para la salvación de sus ovejitas.
Por: Delegación de Catequesis
FORMACIÓN CATEQUÉTICA
La acogida del penitente "Este acoge a los pecadores y come con ellos"
Lc 15, 2
La lógica de la acogida Para poder comprender la lógica del evangelio en esta perícopa, hay que decir dos cosas: primero, este tema registrado en los tres sinópticos (Mt 9,11; Me 2,16; Lc 5,30 y 15,2) es el que ha generado mayores reproches de los fariseos hacia Jesús; segundo, todo el capítulo 15 de Lucas, es la respuesta que Jesús da a los fariseos, convertida en tres parábolas, donde se desarrolla la misma dinámica: hay una pérdida y un encuentro, haciendo de la mesa compartida lugar teológico donde se celebra la alegría de buscar y hallar lo perdido. "Este acoge a los pecadores y come con ellos". Se sabe que Jesús no acepta el pecado, pero al pecador sí; y hasta lo busca y come con él, como nos muestra el texto que ilumina esta reflexión. Esto tiene sus raíces en la fiesta judía del perdón o del Yom Kippur, momento especial para los judíos, pues en ella se terminan los días de penitencia iniciados al comienzo del año, y precisamente se da en el contexto de una cena. (Lev 16,30). Se acoge al que llega, al que se encuentra, al que se acerca. No importa lo que se pierda, siempre habrá fiesta.
Volver a ser Familia Acoger al pecador arrepentido es dar por culminado el retorno que éste ha tenido que hacer en su proceso de conversión. “No podemos correr el riesgo de que un penitente no perciba la presencia materna de la Iglesia que lo acoge y lo ama. Si decayese esta percepción, a causa de nuestra rigidez, sería un daño grave, en primer lugar, a la fe misma"1. El pecador tiene que experimentar que en verdad se le acoge, y esto implica que se le acepta y se le incorpora nuevamente a la comunidad que, en nombre del confesor, lo recibe como hijo y hermano. Esta es la lógica del Evangelio. Se trata de crear armonía en las relaciones, y esto conlleva: respeto, acogida y restitución de lo perdido y hasta olvidado.
Comiendo del mismo Pan A quien se arrepiente no solo se le acoge, sino que se le devuelve la dignidad de hijo y se le celebra con la fiesta del banquete, la Eucaristía. Por esto se escandalizaron los fariseos y maestros de la ley, al ver a Jesús que no solo acoge, sino que comparte el alimento con ellos; una doble amenaza contra las costumbres. La comida compromete no sólo el presente, sino también el porvenir. No es solo signo de acogida, es, igualmente, y en la misma amplitud, factor de comunión, cimiento de una amistad que por ella se expresa. De ahí que la manera en que el confesor y la comunidad cristiana reciban al pecador, exigirá sentarse juntos a la misma mesa y comer del mismo Pan; es decir, celebrar juntos la Eucaristía en un clima de verdadera amistad y hermandad; esto es reto, osadía, valentía, fe y humildad.
Palabras del papa Francisco. Ciudad del Vaticano, 9 de febrero de 2016.
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FORMACIÓN LITÚRGICA
Por: Pbro. Jairo de Jesús Ramírez | Delegado de Liturgia
Creatividad Litúrgica y Movimientos Eclesiales ste mes deseo compartir con los lectores de nuestra Revista Evangelizar algunas ideas sobre la Creatividad litúrgica de algunos Movimientos Eclesiales1.
Las cosas cambiaron con la reforma litúrgica realizada por mandato del Concilio Vaticano II, pues comenzó entonces a hablarse de inculturación. De modo que el rito romano podía adaptarse a las culturas de los lugares donde estaba implantado. No obstante, los nuevos elementos a introducir o las adaptaciones a realizar debían llevarse a cabo bajo la supervisión de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Por primera vez, era reconocida como positiva cierta pluralidad en la unidad del rito romano. Ahora bien, no debemos olvidar que la inculturación la promueven las Iglesias locales y las conferencias episcopales y es supervisada y aprobada por la Sede Apostólica.
La pluralidad de formas litúrgicas que caracterizó a la Iglesia en sus inicios fue reduciéndose en favor de los núcleos de población importantes, donde estaban asentadas las sedes episcopales, cabeza de cada Iglesia local. Así, los grandes núcleos urbanos difundieron su rito celebrativo en su territorio, dando origen a las familias litúrgicas, muchas de ellas todavía vivas en la actualidad. Esta fue, podríamos decir, la primera vez que se uniformaron los ritos litúrgicos, dando unidad No obstante, algunos grupos eclesiales, surgidos tras celebrativa a las diferentes Iglesias locales. el Concilio Vaticano II, hicieron sus propias adaptaciones o modificaciones litúrgicas creando Tiempo después, en el siglo IX, en las Galias, el ritos propios característicos de los miembros de esos emperador Carlomagno suprimió la liturgia grupos.¿Tienen capacidad para hacerlo? ¿Es legítimo? galicana al imponer el rito romano con el deseo ¿Encontramos alguna circunstancia semejante en la de unificar políticamente su imperio por medio historia de la Iglesia? de la unificación litúrgica. Nuevamente, se dejaban de lado modos celebrativos propios de los diferentes lugares y regiones galas con el fin de unificar la liturgia que seguía una Iglesia. A mediados del siglo XI, el papa Gregorio VII prohibió la liturgia hispano-mozárabe, que había caracterizado el modo de celebrar en la península Ibérica desde que la fe cristiana se había asentado en este lugar, obligando a seguir el rito romano. Usos y costumbres propios dejaban paso a una unidad celebrativa en la Iglesia occidental. Tras el Concilio de Trento, al publicarse el Breviario Romano y el Misal Romano, en 1568 y 1570 respectivamente, fueron prohibidas todas las adaptaciones del rito romano que no gozaran con más de 200 años de vida, quedando como obligatorios los libros litúrgicos recién editados. Una vez más se unificaba el modo de celebrar de todas las Iglesia locales y órdenes religiosas que seguían el rito romano. Cfr. José Antonio Goñi. “Creatividad litúrgica y nuevos movimientos eclesiales”, en Centre de Pastoral Litúrgica. Celebraciones particulares de los Nuevos Movimientos. Phase 314 (2013) (Barcelona), 123-124.
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6 | Junio
Por: Delegación de Pastoral Mariana
PASTORAL MARIANA
Orientaciones para una Pastoral Mariana - Conclusión del documento -
Santa María, Madre de Dios, consérvame un corazón de niño, puro y limpio como agua de manantial.
ontra el Niño y su Madre, como también contra la Iglesia y contra la humanidad sufriente, como se descubre también de la lectura del texto dramático de Apocalipsis 12, está permanente la amenaza del dragón, de esas fuerzas que pertenecen a las bestias. Estas viven del asesinato de la vida de los demás, los demás son su alimentación. Sin embargo, el dragón no pudo devorar el hijo de la Mujer como hubiese querido. La derrota sobre las bestias y sus obras, la obtienen aquellos que custodian al Niño y a su Madre, los discípulos que vencen al dragón por medio de la sangre del Cordero y el testimonio que dieron. (Ap 12,11). La victoria del Cordero se expande y se hace concreta en la vida de los fieles. “Los hombres y las mujeres de este mundo – escribe Xavier Pikaza - generalmente se han unido por el interés o por la fuerza: bajo el dominio del poder (1ª bestia), manipulados por la mentira (2ª bestia), dominados por la ganancia (prostituta). En oposición a todo esto, el signo de la Madre-Mujer-Esposa puede y debe reunir a todos los hombres y mujeres en comunión personal de amor, en gozosa creatividad”. El discípulo José es figura de esos sacrificados de la historia, la comunidad de los discípulos, que pueden unirse en torno al Niño y a su Madre y crear un reino que se opone a lo de las bestias. Este es el signo del reino de la Madre de Jesús. Quisiera terminar proponiéndoles una oración compuesta por el Padre Grandmaison, que considero represente el corazón de José, así como lo moldeó y educó junto a María y de lo que cada uno de los discípulos de Cristo debería pedir cada día como consecuencia de su encuentro personal con Cristo y de su capacidad de hacer historia:
Dame un corazón sencillo, que no se detenga a saborear sus tristezas; un corazón magnánimo y entregado, dispuesto a la compasión, un corazón fiel y generoso, que no olvide ningún bien y no guarde rencor de ningún mal. Moldea mi corazón para que sea dulce y humilde, capaz de amar sin exigir ser amado, contento de desaparecer en otros corazones, sacrificándose ante tu divino Hijo; Un corazón grande e indomable, que no pueda endurecerlo ninguna ingratitud, ni ninguna ingratitud lo pueda agotar; un corazón atormentado por la gloria de Cristo, herido por su amor, con una llaga que sólo se cicatrice en el cielo. De esta espiritualidad discipular de la que María es maestra, tiene urgente necesidad no solo la Iglesia en América Latina y el Caribe, sino en el mundo entero. Encuentro Continental de Pastoral Mariana y Congreso Teológico-Pastoral Mariano México, D.F. – 27 de septiembre – 1º de octubre de 2006
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TRIBUNAL ECLESIÁSTICO
Por: José Guillermo Castro Londoño | Diácono Permanente Notario Judicial Eclesiástico
EL DIACONADO PERMANENTE A LA LUZ DEL DERECHO CANÓNICO Al reconocer la importante tarea de los diáconos en la Iglesia católica, el Papa pidió que durante el mes de mayo se orara para que “sean fieles al servicio de la palabra y de los pobres, sean un signo vivificante para toda la Iglesia”. En su invitación, el Sumo Pontífice advierte que: “los diáconos no son sacerdotes de segunda categoría y hacen parte del clero; viven su vocación en familia y con la familia. Están dedicados al servicio de los pobres que llevan en sí mismos el rostro de Cristo sufriente”. ¿Cómo surge este ministerio, desconocido por muchos, tanto fuera como dentro de la Iglesia?
El Diaconado Permanente se remonta al tiempo apostólico, como nos lo narra el libro de los Hechos de los Apóstoles 6, 1-6 sobre la elección de los siete servidores. Es más, podemos contemplar cómo Jesucristo es el Diakonos de todos, pues, no vino a ser servido, sino a servir (Mt 20, 28) y siendo igual a Dios, no hizo alarde, al contrario, se hizo esclavo de todos (Flp 2, 6-7). De esta forma se puede comprender, en una perspectiva cristológica, lo que es la esencia del cristiano: ponerse al servicio de los demás hasta la renuncia y el don de sí mismo, por amor.
Ahora, con la restauración de este ministerio, ha sido también necesario hacer adiciones, correcciones y enmiendas, especialmente al Código de Derecho Canónico, definiendo los criterios de admisión, formación, ordenación e incardinación.
En la Iglesia de oriente este ministerio ha permanecido a lo largo de los siglos. No así en nuestra Iglesia latina. Con el paso de los siglos, el diaconado permanente fue menguando poco a poco hasta desaparecer hacia la edad media. No obstante, a partir del Concilio de Trento en el siglo XVI, la Iglesia empezó a reflexionar sobre la restauración de este ministerio como Don de Dios para la Iglesia. Fue así como, finalmente en el Concilio Vaticano II, se restableció como grado propio de la jerarquía, tras un sufragio que arrojó 1903 votos a favor entre 2048 asistentes.
Canon 1008: Mediante el sacramento del Orden, por institución divina, algunos de entre los fieles quedan constituidos ministros sagrados, al ser marcados con un carácter indeleble, y así son consagrados y destinados a servir, según el grado de cada uno, con nuevo y peculiar título, al pueblo de Dios.
Es importante destacar la Carta apostólica en forma de «Motu proprio», Omnium in mentem del papa emérito Benedicto XVI en 2009, con la cual se modifican los numerales 1008 y 1009 del Código de Derecho Canónico, quedando así:
canon 1009: § 1. Los órdenes son el episcopado, el presbiterado y el diaconado.
§ 2. Se confieren por la imposición de las manos y la oración consecratoria que los libros litúrgicos Así, en la Constitución dogmática Lumen Gentium 29, prescriben para cada grado. quedó establecido que “En el grado inferior de la § 3. Aquellos que han sido constituidos en el orden del Jerarquía están los diáconos, que reciben la imposición episcopado o del presbiterado reciben la misión y la de las manos «no en orden al sacerdocio, sino en orden facultad de actuar en la persona de Cristo Cabeza; los al ministerio». Así, confortados con la gracia diáconos, en cambio, son habilitados para servir al sacramental, en comunión con el Obispo y su pueblo de Dios en la diaconía de la liturgia, de la palabra presbiterio, sirven al Pueblo de Dios en el ministerio de y de la caridad. la liturgia, de la palabra y de la caridad. Es oficio propio del diácono, según le fuere asignado por la autoridad Es decir, Los Obispos y los Presbíteros actúan como competente, administrar solemnemente el bautismo, Cristo Cabeza y los Diáconos, como Cristo Servidor. reservar y distribuir la Eucaristía, asistir al matrimonio y bendecirlo en nombre de la Iglesia, llevar el viático a los En síntesis, lo que distingue el sentimiento más íntimo y moribundos, leer la Sagrada Escritura a los fieles, la voluntad de quien recibe el sagrado orden del instruir y exhortar al pueblo, presidir el culto y oración Diaconado Permanente, es el espíritu de servicio. de los fieles, administrar los sacramentales, presidir el rito de los funerales y sepultura”.
8 | Junio
Por: Pastoral Bíblica | Con el apoyo del Pbro. Hernán Darío Cardona S.D.B
EL EVANGELIO DEL DOMINGO
Primera Lectura: Libro del Éxodo 43, 4b-6.8-9 Salmo: Libro de Daniel 3, 52-56 “A ti gloria y alabanza por los siglos” Segunda Lectura: Segunda carta a los Corintios 13, 11-13 Evangelio: San Juan 3, 16-18
DOMINGO 7 DE JUNIO
SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD “Dios envió a su hijo para que el mundo se salve por medio de Él” Estando en Jerusalén, dijo Jesús a Nicodemo: Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en Él, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no mandó a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por medio de Él. El que cree en Él no será condenado; por el contrario, el que no cree ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. Palabra del Señor
PAUTAS DE REFLEXIÓN En el Crucificado, Dios ama al mundo y quiere su salvación. Su amor tiene una intensidad y una medida: “Dios ama al mundo, a nosotros, por encima de su propio Hijo”. Dios no nos deja solos, condenados a nuestra suerte. Antes bien, se compromete hasta desprenderse de lo más querido y dar a su propio Hijo como don. Después de la creación (Jn 1, 2), de la Torá (Jn 1, 17) junto con los profetas y muchas otras formas de su solicitud por nosotros, el Hijo es la última palabra y el don más valioso de Dios para la humanidad. Dios pone en riesgo a su propio Hijo por nosotros, valemos demasiado a los ojos del Padre creador. Dios agota sus reservas, pues hace hasta lo imposible para evitar la perdición de los seres
humanos, para preservarnos de la ruina y conducirnos a la plenitud de la vida, a través de su Hijo. El Crucificado es el único y predilecto Hijo de Dios; la potencia de este amor de Dios nos invade y obra con eficacia dentro de nosotros. La vida resplandece bajo su luz y su calor. Y el Hijo viene y se ocupa de nosotros para mostrarnos el camino de la salvación, para conquistarnos a la comunión con él y a la vida eterna. Estos son apenas algunos de los significados de esta solemnidad, cuando hacemos memoria en nuestra existencia de Dios como Padre-Hijo-Espíritu Santo; cuando captamos de Dios hacia nosotros, su amor, compasión y solidaridad, corresponde al idéntico dinamismo interno de las tres personas divinas.
PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL 1. ¿Qué significado tiene para mi oración “Dios Uno y Trino”? 2. ¿Cómo es mi relación de comunión con Dios Trinidad? 3. ¿Cuáles elementos del texto impactan más mi oración hoy?
9 | Evangelizar
EL EVANGELIO DEL DOMINGO
Por: Pastoral Bíblica | Con el apoyo del Pbro. Hernán Darío Cardona S.D.B
Primera Lectura: Libro del Deuteronomio Salmo 147: “A los hambrientos el Señor los colmó de bienes” Segunda Lectura: Primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 10, 16-17 Evangelio: San Juan 6, 51-58
DOMINGO 14 DE JUNIO
SOLEMNIDAD DEL SANTISIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO “Yo soy el pan vivo bajado del Cielo” Dijo Jesús a los judíos: — «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo». Los judíos se pusieron a discutir entre sí: — «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?».
vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí.
Éste es el pan que ha bajado del cielo: no es como el maná que comieron sus padres y murieron; el que Entonces Jesús les dijo: — «Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del come de este pan vivirá para siempre». hombre y no beben su sangre, no tendrán vida en Palabra del Señor ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene
PAUTAS DE REFLEXIÓN El evangelio une “la carne” y “la sangre”, así complementa la imagen del maná con la del cordero pascual, cuya carne sirvió de alimento en los primeros pasos del éxodo (Ex 12,5-10), mientras la sangre ayudó como instrumento liberador del ángel exterminador (Ex 12,23). La propuesta de Jesús para reformar a Israel está no en la observancia rigurosa de la ley mosaica, tal como pensaba Nicodemo, sino en el don del amor de Dios, manifiesto en “el hombre levantado”; Jesús retoma ahora esta idea, pero la hace extensiva a quien quiera seguirlo. Él vino a darnos no “cosas”, sino a “darse a sí mismo”: compartió su condición divina e hizo de su vida un alimento disponible para los demás (Flp 2,6-8); en otras palabras: la vida del Maestro fue una Eucaristía viviente. Ahora bien: quien se adhiere a Él por la participación de su Cuerpo y Sangre, experimenta no solo el beneficio de vivir a plenitud (vv. 53-54), sino también el imperativo de darse a los hermanos cuando se identifica con quien es donación por excelencia (vv. 56-57). Esta es la síntesis del mandato del amor: transformarse en ofrenda grata a Dios en cuanto se da a los otros. A esta opción debe llevarnos la comunión (koinōnía) del Cuerpo y de la Sangre de Cristo.
PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL 1. ¿Cómo ilumina este pasaje mi vivencia de la Eucaristía? 2. ¿Cómo se entra en comunión con la vida de Jesús? 3. ¿Qué implica para mí la comunión de vida con Jesús Crucificado-Resucitado?
10 | Junio
Por: Pastoral Bíblica | Con el apoyo del Pbro. Hernán Darío Cardona S.D.B
EL EVANGELIO DEL DOMINGO
Primera Lectura: Profeta Jeremías 20, 10-13 Salmo 68: “Señor ¿quién como tú que defiendes al débil del poderoso? Segunda Lectura: Carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5, 12-15 Evangelio: San Mateo 10, 26-33
DOMINGO 21 JUNIO
DÉCIMO SEGUNDO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO “No les tengan miedo a los que matan el cuerpo” Dijo Jesús a sus apóstoles: sin embargo, ni uno de ellos cae al suelo sin que el “No tengan miedo a los hombres, porque no hay Padre de ustedes lo disponga. En cuanto a ustedes nada secreto que no llegue a descubrirse; nada hay hasta los cabellos de la cabeza él los tiene contados. escondido que no llegue a saberse. Por eso, no tengan miedo; no hay comparación entre ustedes y los gorriones. Lo que les digo de noche díganlo ustedes en pleno día, y lo que escuchen al oído pregónenlo desde la Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo azotea. también me pondré de su parte delante de mi Padre que está en el cielo. Y si uno me niega ante los No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no hombres, yo también lo negaré delante de mi Padre pueden matar el alma. No, teman más bien al que que está en el cielo”. puede destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No se venden un par de gorriones por unas moneditas? Y, Palabra del Señor
PAUTAS DE REFLEXIÓN La primera invitación es a “no tener miedo” para ser testigos del evangelio. La repetición de la frase (tres veces en esta perícopa), indica no tener ningún tipo de temor, ningún miedo no obstante la persecución. Existe la tentación de no ser testigos completos del Evangelio cuando, para dar gusto a los destinatarios, se atenúan las dimensiones incómodas del seguimiento del Señor. “No tengan miedo de quienes matan el cuerpo, pero no tienen poder para matar la vida de una persona”. Biblias anteriores traducían matar el “alma”, palabra inexistente en hebreo, y nunca usada por Jesús. La palabra “alma” viene de la filosofía griega, en Platón el alma es inmortal, está en los cielos, viene a la tierra, se encarna en un cuerpo, como en una prisión. Cuando la persona muere, el alma retorna a los cielos. Este concepto y comprensión está ausente en la Biblia hebrea. La palabra griega es “psychè”, es la fuerza vital de la persona, la vida de un ser humano. Para Jesús, este cuerpo flácido, tarde o temprano muere, está
destinado a desaparecer, pero la fuerza vital, el aliento dinámico, la vida de una persona, permanece para siempre. Quienes persiguen, matan, asesinan, no matan ni se apoderan de la fuerza vital presente en ustedes. Jesús invita a temer a quien puede destruir vida y cuerpo en la Gehenna. El Dios de Jesús no mata a las personas porque son sus hijos (as). El dios capaz de matar a las personas es Mammona. Las tendencias, deseos, poder, riqueza capaz de absorber a un ser humano. Quien se opone a estos antivalores de la sociedad o de una institución religiosa, atrae la persecución sobre sí mismo, incluso la muerte. Pero perder el cuerpo no es el verdadero riesgo para el evangelizador, sino perder su fuerza vital y terminar en la Gehenna (un barranco al sur de Jerusalén que servía de basurero e incinerador de los desperdicios), terminar en la basura, en la inmundicia. Es el lugar para un cuerpo vacío de la energía y el aliento vital insuflado desde el inicio por Dios (Gen 2,7).
PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL 1. ¿Cuál es la invitación del texto para vivir como discípulo misionero? 2. ¿Cuáles son mis temores, los miedos cotidianos que paralizan mi fe? 3. ¿Cómo puedo ser motivo de confianza para quienes viven conmigo?
11 | Evangelizar
EL EVANGELIO DEL DOMINGO
Por: Pastoral Bíblica | Con el apoyo del Pbro. Hernán Darío Cardona S.D.B
Primera Lectura: Segundo libro de los Reyes 4, 8-11.14-16 Salmo 88: “Dichoso el que camina, oh, Señor, a la luz de tu rostro” Segunda Lectura: De la carta a los Romanos 6, 3-4,8-11 Evangelio: San Mateo 10, 37-42
DOMINGO 28 DE JUNIO
DÉCIMO TERCER DOMINGO EL TIEMPO ORDINARIO “Ustedes son un linaje escogido, un sacerdocio real” Dijo Jesús a sus apóstoles: -“El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí. El que trate de salvar su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la salvará. El que los recibe a ustedes me recibe a mí, y el que recibe a mí recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta tendrá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo tendrá recompensa de justo. El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños, sólo porque es mi discípulo, les aseguro que no perderá su recompensa”. Palabra del Señor
PAUTAS DE REFLEXIÓN La primera frase de Jesús es para los hijos e hijas, luego para los padres. Todos se deben liberar de aquellas relaciones dependientes. Jesús necesita seguidores y seguidoras libres. Los hijos tienen un vínculo de obediencia con sus padres, de dependencia con su familia que en muchas ocasiones les impiden crecer y realizarse. Luego, les recuerda a los padres, que antes de ser papás, eran esposo y esposa. Es la invitación a la libertad.
refiere a la asta horizontal, el patíbulo, que el condenado a la cruz llevaba sobre sus espaldas mientras se conducía al lugar de la ejecución. Para los judíos, un crucificado era una maldición de Dios (Dt 21,22-23), era el signo del rechazo de Dios, del pueblo, de la familia, en pocas palabras, era perder por completo la propia reputación. En ese contexto, quien acoge a los discípulos, acoge a Jesús. Quien acoge la cruz, toma la cruz de su vida.
Pero, quien asume esta mentalidad y estas acciones de Jesús es considerado un loco en la sociedad, es rechazado por su entorno, porque ha roto la obediencia y los valores sagrados, en esa situación comienza la persecución. Quien no tome su cruz y me siga, no es digno de mi” (Mt 10,38). Dios no da la cruz, la cruz no debe ser aceptada, la cruz es tomada por cada ser humano. Jesús se
Jesús cambia la perspectiva, quien lleva la cruz no es, como sí lo creía la religión judía, un maldito de Dios (Dt 21,22-23), sino la manifestación visible de Dios: “quien me acoge a mí, acoge a quien me envió”. Por lo tanto, tomar la cruz, ser considerado maldito por Dios y por los hombres, ser rechazado por la sociedad, en realidad, revela la presencia de Dios.
PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL 1. ¿Cuáles elementos del evangelio me ayudan a la oración personal y en común? 2. ¿Jesús me invita a tomar un compromiso para la semana? ¿Cuál sería? 3. ¿Asumo con fe y desde Jesús las dificultades de cada día?
12 | Junio
Por: Pbro. Sergio Urrego Marulanda – Delegado de infancia y juventud
l tiempo de la vida juvenil es cómodo. Claro, no para todos; hay jóvenes que reciben una educación de trabajo duro, como quienes crecen en el campo bajo las arduas jornadas golpeando la tierra y absorbiendo el sol, o como quienes crecen en el ambiente de un negocio familiar, y ni hablar de aquellos millones de jóvenes en situaciones económicas difíciles y muchas veces inhumanas; pero la mayoría de personas que, por ejemplo, pueden leer este escrito de forma virtual, llevan una vida (en medio de duras faenas familiares para sobrevivir) cómoda. Estamos bien, pero no estamos conformes. ¿Quién lo está? Esta es una situación culturalmente actual; lo hemos pronunciado y escuchado hasta la saciedad: las estructuras sociales, culturales, confesionales, etc, no están construyendo vidas humanas sólidas… de nuevo, estamos bien, pero no estamos conformes. Y es simpático escuchar, en la situación de salud pública actual, en la que casi todas esas estructuras mencionadas están sufriendo traumáticas modificaciones temporales, como muchas personas en distintos lugares de opinión pública pronuncian frases como: “Ojalá todo vuelva a ser como antes” “Espero con ansias volver a la normalidad” “¡Cómo extraño la vida que tenía!” Frustrante ¿no? al parecer muchos desean regresar a su comodidad inconforme. Suena a idea de cajón, pero más encajonadas están entonces nuestras expectativas de vida. En realidad no deseamos regresar a todo eso que no estaba funcionando; tenemos como hobbie idealizar el futuro y el pasado también. ¡No! no queremos que el mundo sea del todo como era antes de esta situación viral y no es que estemos contentos con lo que sucede, porque sabemos que muchos sufren, pero sí deseamos con el alma entera que el mundo y la historia de la humanidad no sigan los patrones de comportamiento que teníamos hace unos
PASTORAL JUVENIL
meses, pues muchas cosas de ese mundo no terminan de convencernos. Hay muchas personas que están realmente desesperadas por regresar al estilo de vida que usualmente llevaban, pero recordemos también que la mayoría no estaban contentos con esa vida “añorada” Muchos jóvenes se sentían cansados, decepcionados, frustrados y anhelaban que la vida fuera diferente; es seguro que así seguirían sintiéndose si la vida hubiera seguido tal como iba. Pensémoslo en verdad ¿deseamos las cosas como estaban? Esa vida en la que, teniendo muchas cosas, nos sentimos con el alma hastiada y vulnerable; esa vida en la que tenemos más entretenimiento que nunca y aun así nos aburrimos tan fácil y nos hundimos en mares de depresión; esa vida en la que la cultura dominante nos obliga a ser competitivos e influyentes, a estar súper preparados para después gritarnos en la cara que no fue suficiente, que nunca es suficiente. No, seguro que no deseamos ni añoramos esa comodidad inconforme. Mejor oremos con madurez a Dios y pidamos que la humanidad no pierda esta oportunidad para lograr priorizar sus razones para vivir. Ojalá, ¡Ojalá! que superando esta situación viral, nos volvamos inmunes a desear seguir viviendo igual que siempre.
13 | Evangelizar
PASTORAL SACERDOTAL
Por: Pbro. Hugo Humberto Hoyos Duque
NACIDOS EN UN HOGAR,
LLAMADOS A SERVIR AL SEÑOR “Y dejándolo todo le siguieron” (Lc 5, 11).
Esta expresión del Evangelio, hace referencia al llamado que Jesús hizo a sus primeros discípulos, quienes, sin pensarlo dos veces dejando las redes le siguieron. En el trascurso de la historia, tanto ayer como hoy, el Señor sigue llamando a muchos hombres para que dejando las redes le sigan, estos a su vez le dicen sí, de muchas y diversas formas. La historia del cristianismo, y en especial de nuestra Iglesia, está constelada de muchos y grandes ejemplos de padres santos y de auténticas familias cristianas que han acompañado la vida de generosos sacerdotes y pastores de la iglesia. En el libro de las confesiones, san Agustín nos habla de Mónica, su madre, considerada modelo y patrona de las madres cristianas, él nos cuenta que bebió el nombre de Jesús con la leche materna y fue educado por su madre en la religión cristiana. Mónica jamás dejo de orar por él y su conversión, y tuvo la alegría de verle regresar a la fe y recibir el bautismo. Bien lo decía y repetía, su madre lo había engendrado dos veces: a la vida de este mundo y a la fe en Jesús. Ella llegó a ser para este hijo suyo, más que madre, la fuente de su cristianismo. La vocación, siendo don y misterio, nos hace pensar que no venimos solos a este mundo, nacemos en una cultura concreta, en lugares y realidades sociales, en un hogar donde tenemos unos padres y hermanos, pues nuestro primer
14 | Junio
llamado es a la vida y hacer parte de una familia. Al calor del hogar nos enseñan a amar a Dios y descubrirlo, no se aprende tanto la fe expuesta teóricamente, como la fe viva, sobre todo practicada en las obras (St. 2,14). Allí se percibe concretamente la bondad de Dios Padre, se aprenden las virtudes cristianas, la honradez, la corrección humana, la convivencia en la comprensión y el perdón. La familia es el mejor lugar para aprender la caridad y la generosidad, que son indispensables para las vocaciones consagradas y ministeriales. La vocación es don de Dios, pero es ayudada y construida desde el hogar y la familia. Ser sacerdote tiene sentido, y vale la pena, somos fruto de la siembra que inició el Señor en nuestra familia, y que sigue cultivando a través de la vida ministerial, el sacerdote se debe a la gran familia de la Iglesia, pero nunca debe olvidar el sentirse apoyado por su familia de sangre, en ella encuentra fortaleza, comprensión, oración, cercanía espiritual y afectiva. La Iglesia es nuestra gran familia a quien amamos y servimos, nuestra familia ha de ser la prolongación de ese amor. Hoy más que nunca se debe pedir al señor envíe obreros a su mies, sacerdotes con espíritu misionero, que susciten pasión y amor al Señor y a su Iglesia, familias cristianas que se comprometan con la oración y la entrega de sus hijos, y una iglesia que como madre sepa cuidar, amar y valorar a quienes dicen sí en la libertad de ser testigos y servidores de la fe en Cristo.
Por: Delegación de Pastoral familiar
PASTORAL FAMILIAR
El amor es servicial Marcos 9, 33-35 Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en casa, les preguntaba: “¿De qué discutíais por el camino?”. Ellos callaron, pues por el camino habían discutido entre sí quien era el mayor. Entonces se sentó, llamó a los doce, y les dijo: “Si uno quiere ser el primero, sea el último y el servidor de todos.” Palabra del Señor
esús, el Hijo de Dios, es el testimonio verdadero del servicio, pues “se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres” (Flp 2,7). El servicio es el reflejo e imagen de la verdadera humildad, el abajarse, el reconocer y en ponerse en el primer lugar, pero no para dictaminar ni colocarse en la expectación para ser servido, antes bien, para que con prontitud se acuda a servir, a ir en salida, a donarse a quien más lo necesita. El papa Francisco titulaba una homilía en el año 2013, “el verdadero poder, es el servicio”, el servicio que ayuda a descubrirse, a abajarse, a reconocer el origen, a recobrar la mirada, a saberse reconocer. La existencia humana, la misma vida, se puede pasar entre los afanes, las divagaciones, viviendo de apariencias, con falsas ilusiones y espejismos de una realidad de por sí fantasiosa, solo hasta el momento en que se reconoce que la existencia es para compartir, se da paso a salir del egoísmo. El proyecto de vida personal se visiona en el objetivo claro de alcanzar la felicidad, esta se descubre solo hasta que se vislumbra el sentido genuino de este inmenso don de Dios, el amor. Todo lo que se emprende implica sacrificio, lucha, dolor, amargura, sin embargo, aceptada desde el amor, cobra un sentido y significado trascendental, “ama y haz lo que quieras” (San Agustín).
La profesión asumida, la vocación en el estado de vida desde el cual Dios llama desde su inmensa condescendencia, es una respuesta de amor que tiene su eje fundamental en el servicio, acción y obra que tiende a confundirse en el lenguaje convencional con la servidumbre, como la esclavitud. El servicio se entiende como aquella acción que llena, que plenifica y que lleva a significar las obras, las acciones desde el lugar desde el cual se desempeña la vida. El verdadero amor, asumido en el servicio, lleva desempeñar las pequeñas cosas de la vida y las más significativas, en la alegría constante, en la entrega profunda al otro, el cumplir en la familia el verdadero servicio, de amar como: hijo, padre, madre, hermano, en la donación y en la entrega, en los escenarios diferentes de trabajo, estudio y otros tantos, lleva a resignificar la existencia en su verdadero sentido y rumbo. El amor asumido en el servicio, en la prontitud, es la respuesta fundamental al mal de la tristeza, el abandono, la melancolía y la desidia. Una existencia adquiere el verdadero sentido cuando en la familia, la verdadera escuela del servicio, que dispone la vida para el amor, se aprende lo que ya rezaba la antigüa canción “amar es entregarse, olvidándose de sí, buscando lo que al otro pueda hacer feliz”. El cansancio por la labor ejercida, desde el lugar donde se desempeña el trabajo o la obra que Dios ha dispuesto para cada uno, solo adquiere sentido en el amor, y un amor cumplido y hecho magnánimo en el servicio. “Quien no vive parar servir, no sirve para vivir” (Santa Teresa de Jesús).
15| Evangelizar
PASTORAL SOCIAL
Por: Sor Blanca Nubia Duque S, Hija de la Caridad - Pastoral Social
Jesús,
la Misericordia
del Padre
"Y los fariseos y los escribas murmuraban “Este acoge a los pecadores y come con ellos” Lc15,2 El llamado de Levi y todo lo que acontece alrededor de él, en este trozo del Evangelio, está cargado de sentido y el profundizarlo llena el corazón del hombre de fascinación y esperanza, cuando se constata que Jesús no solamente ACOGE, sino que ESCOGE a los pecadores, hecho con el que se puede tocar la misericordia de Dios. Definitivamente nuestro Señor es el único que se atreve a escoger y, precisamente, a un pecador, a quien con sus hechos lo ha negado, porque, qué fácil es elegir como amigo a alguien que consideramos bueno; podríamos decir, entonces, que Jesús va en contravía con nuestros sentimientos; o mejor, nosotros con los suyos. A Él no le importa el qué dirán, ese que tanto nos afecta a los seres terrenales, Él nunca tuvo esa tentación, algo que puede ser tan legítimo para los hombres, pero no para el hombre Dios, porque a Él lo único que le importa es nuestra salvación y más cuando nos reconocemos pecadores y queremos volver a Él, pues siempre nos muestra con sus actos que nos ama por encima de nuestros pecados y es que podríamos decir, empleando un
16 | Junio
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término coloquial, se desvive por nosotros, como lo podemos evidenciar cuando ante la murmuración de los fariseos y escribas, mientras compartía la mesa con publicanos y pecadores, dijo: “No necesitan médico los sanos, sino los que están enfermos, no he venido a llamar a justos, sino a pecadores "Mt 9, 12. Porque Él vino a hacer la voluntad del Padre y ese Padre que Jesús nos vino a revelar, con sus actos, con su ejemplo, con su vida, está lleno de Amor y de Misericordia, de ternura y compasión y nos ha demostrado que nos ama por encima de nuestros pecados y que está siempre dispuesto a recibirnos y a rehacer nuestra condición de hijos suyos. Este modo de actuar de Jesús, debemos asumirlo todos, sacerdotes, religiosos, y fieles laicos, precisamente para correr como el Padre Misericordioso, en busca del que está perdido, del que nos habla también el Evangelio de Lucas; pero, para ello, hay que tener entrañas que se conmuevan, de modo que nos duela el extravío de los hermanos y nos preocupemos por buscarlos y ofrecerles la vida verdadera, porque si nos damos cuenta, encontrar la oveja perdida le produce un inmenso gozo: ¡Alégrense conmigo! dice el Señor, porque habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierte, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse. En este año de la Penitencia y la Reconciliación, dejémonos atrapar por Dios, que perdona y libera.
Parte 3
Por: Mons. Gilberto Muñoz Ospina
ANÁLISIS DE LA REALIDAD
En el Nuevo Testamento
Jesús, hombre del trabajo. En su predicación, Jesús enseña a apreciar el trabajo. Él mismo se hizo semejante a nosotros en todo; dedicó la mayor parte de los años de su vida de hogar y terrena al trabajo manual junto con su padre José el carpintero. “No es éste el carpintero? ¿No se llama su madre María? Entonces, ¿de dónde le viene todo esto?, en el taller de José (cf. Mt 13, 55; Mc 6, 3) al cual estaba sometido. “En Nazaret vivía sujeto a ellos, su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas que hacía en su corazón” (cf. Lc 2, 51). Jesús condena el comportamiento del siervo perezoso, que esconde bajo tierra el talento. “Es también como un hombre que, al irse de viaje, llamó a sus siervos y les encomendó su hacienda… Al cabo de mucho tiempo, vuelve el Señor de aquellos siervos y ajusta cuentas con ellos” (cf. Mt 25, 14-30) y alaba al siervo fiel y prudente a quien el patrón encuentra realizando las tareas que se le han confiado “¿Quién es pues el siervo fiel y prudente, a quien el Señor puso al frente de su servidumbre, para darles la comida a su tiempo? Dichoso aquel siervo a quien el Señor cuando llegue, encuentra haciéndolo así. Yo os aseguro que lo pondrá al frente de toda su hacienda (Mt 24, 45-47). Él describe su misma misión como un trabajar: “Los Judíos perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en sábado. Pero Jesús les replicó: “Mi padre trabaja siempre y Yo también trabajo” (Jn 5, 17); “y entonces dice a sus discípulos: la mies es mucha y los obreros pocos. Rogad pues al dueño de la mies que envíe obreros a su mies” (Mt 9, 36-38). Para estos obreros vale el principio general según el cual “Permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el obrero tiene derecho a su salario” (Lc 10, 7); están autorizados a hospedarse en las casas donde los reciban, a comer y beber lo que les ofrezcan. En su predicación, Jesús enseña a los hombres a no dejarse dominar por el trabajo. Deben, ante todo, preocuparse por su alma; ganar el mundo entero no es el objetivo de su vida “Pues ¿de qué le sirve al ser humano ganar el mundo entero, si arruina su vida? Pues ¿qué puede dar a cambio de su vida? (cf. MC 8, 36-37). Los tesoros de la tierra se consumen, mientras los del cielo son imperecederos: a estos debe apegar el hombre su corazón “No amontonéis tesoros en la tierra, donde hay polilla y herrumbre que corroen y
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ladrones que socavan y roban. Amontonaos más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que corroen, ni ladrones que socaven y roben. Porque donde está tu tesoro, allí está también tu corazón” (cf. Mt 6, 19-21). El trabajo no debe afanar “Por eso os digo: no andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo qué vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento y el cuerpo más que el vestido?” (cf. Mt 6, 25); el hombre preocupado y agitado por muchas cosas, corre el peligro de descuidar el Reino de Dios y su justicia “Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todas las cosas se os darán por Añadidura” (cf. Mt 6, 33), del que tiene verdadera necesidad; todo lo demás, incluido el trabajo, encuentra su lugar, su sentido y su valor, solo si está orientado a la única cosa necesaria, que no se le arrebatará jamás “Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose pues, dijo: Señor: ¿no te importa que mi hermana María me deje sola en el trabajo? Dile pues que me ayude. Le respondió el Señor: Marta, Marta, te afanas y preocupas por muchas cosas, y hay necesidad de pocas, o mejor de una sola. María ha elegido la parte buena, sentada a los pies del Señor; que no le será quitada” (cf. Lc 10, 40-42).
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PASTORAL MISIONERA
Por: Delegación de Pastoral Misionera
EL FIN INMEDIATO DEL PRIMER ANUNCIO “Pero no ruego solo por estos, sino por cuantos crean en mí por su palabra, para que todos sean uno, como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, para que también ellos sean en nosotros y el mundo crea que tú me has enviado” (Jn 17, 20-21). El principio de Unidad está a la base misma del Kerygma, como forma de construcción del Reino de Dios en medio de los hombres, teniendo a Jesucristo como Piedra Angular. La formación de comunidad, en unidad, implica la imagen de la construcción del Reino de Dios, desde el Cuerpo de Cristo. En el centro de la citada oración de Jesús se encuentra la triple relación, que es una, siempre: “te ruego [dirigida al Padre] por cuantos crean [gentiles] en mí [Jesús] por su palabra [agentes de evangelización]”. Es una relación permanente que nace en el cumplimiento de la Voluntad de Dios Padre, por su Hijo, en quienes creen y le anuncian, para suscitar la Fe en el Padre, por el Hijo. Hacer resaltar esa relación es hacer nacer el punto de encuentro con aquellos quienes crean por la palabra.
Jesús “para que sean uno, como Tú Padre en mí, y yo en Ti”. Si el Anuncio del Reino de Dios se distancia de la Unidad, construida desde la Relación Dios Padre-Jesús-Evangelizadores-Neocreyentes, dicho Anuncio se desfigura y no resistirá el paso del tiempo. Esto es, si el Kerygma en la vida cotidiana no crea unidad en comunidad, pierde su esencia y desaparecerá con el paso del tiempo. La Unidad a la que están llamados a vivir los misioneros es sacramento de la verdadera relación y, a través de ellos, la humanidad entera se siente interpelada a ver la necesidad de encontrar en la dimensión espiritual (que constituye la totalidad unitiva del hombre pues lo constituye en su esencia) el proyecto de humanidad que se esfuerza por construir lazos para perfeccionarse, dejando a un lado esfuerzos inútiles que, como se comprueba una y otra vez en las guerras, solo llevan a la autodestrucción. El creyente que se siente verdaderamente enviado por Cristo, encomendado por Él al Padre Celestial, tiene la seguridad que con el Anuncio Kerygmático, desde la vida en Cristo conhttps://bit.ly/3cDn9ls sus criterios de proyecto de Reino de Dios en la Iglesia, puede enriquecer la cultura de la sociedad en la cual se halle inserto.
Es esencial ser conscientes de esa relación, de su importancia y relevancia de hacerla vida en la vida cotidiana, en el ejercicio del anuncio de la Buena Nueva. La relación y las formas de relación son la base para identificar la Unidad, que, por ello, no es uniformidad. Esta Unidad comprendida desde la relación, analizada en Jn 17, 20, se descifra en el movimiento de la Palabra que suscita el creer. Entonces, la Palabra del Anuncio de Jesús, misionero de Dios Padrte, y la palabra de los agentes de evangelización, encuentra la Unidad esencial en la Relación Divina que se hace vida por la oración (diálogo) misma de Referencias Papa Francisco. (2013) Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium. San Pablo. Nacar, Eloino. Y Colunga, Alberto. (2017) Sagrada Biblia: Versión directa de las lenguas originales. Ed. B.A.C.
18 | Junio
El mensaje de JesĂşs es un mensaje de salvaciĂłn, no de condena; de acogida al pecador, no de rechazo; de condena al pecado, no al pecador
Medidas básicas de protección para
el Coronavirus (Covid 19)
- te cuido y me cuidas Lávate las manos con agua y jabón correctmente.
Tápate nariz y boca al estornudar y toser.
Usa tapabocas siempre que tengas que salir de casa.
Limpia y desinfecta diariamente las superficies que se tocan con frecuencia.
Recuerda mantener la distancia social, al menos de 2 metros en todos los espacios.
Diócesis de Sonsón Rionegro www.diosonrio.org.co diocesis@diosonrio.org.co diosonrio
Diosonriocol