En la Confirmación ISSN 2590-8359
Edición 97 Marzo 2022
Revista de ayudas pastorales Diócesis de Sonsón Rionegro diosonrio
Diosonriocol
FOTO: Angie Menes ن/ Cathopic
se recibe el Espíritu Santo
FOTO: Annett_Klingner / Pixabay
nos transforma y nos hace experimentar la alegría de sabernos amados por Dios”
SANTO DEL MES
San José nos invita a
caminar juntos como Iglesia Por: Pbro. Eduard Ferney Trujillo Ortiz Delegado de Movientos Eclesiales
FOTO: Diócesis de Sonsón Rionegro
C
Mons. Fidel León Cadavid Marín Asesor general
Pbro. Hugo A. Zuluaga Salazar Director general
Delegados de Pastoral Consejo editorial
Vicaría de Pastoral Coordinador general
Javier A. Ocampo Zuluaga Corrección de estilo
Joseph D. Henao Bedoya Diseño y diagramación
Sugerencias
diseno@diosonrio.org.co vipastoral@diosonrio.org.co Revista Evangelizar Edición 97 - Marzo 2022 Curia Episcopal Diócesis de Sonsón Rionegro Calle 51 No. 47 - 31 Tel: 604 531 52 52
omo ya es conocido por todos, el 8 de diciembre del año 2020 el papa Francisco invitó a la Iglesia Universal para que conmemorara de una manera especial este sesquicentenario de la declaración de San José como “Patrono de la Iglesia”, favoreciendo así, en el contexto adverso generado por la pandemia de covid-19, la reflexión en torno a una “figura extraordinaria, tan cercana a nuestra condición humana” para aprovechar la ocasión de recordarle a la humanidad que “nuestras vidas están tejidas y sostenidas por personas comunes —corrientemente olvidadas— que no aparecen en portadas de diarios y de revistas, ni en las grandes pasarelas del último show pero, sin lugar a dudas, están escribiendo hoy los acontecimientos decisivos de nuestra historia”. La clausura del Año de San José se realizó en el contexto del Sínodo 2021-2023, “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”. Meditar en el Santo Patriarca nos permitió acogernos a su intercesión para que este momento sea vivido como un Kairós que permita avanzar en la continua reforma de la Iglesia, que no podría realizarse sin un correcto ejercicio de la praxis sinodal. Además de pedir al patrono de la Iglesia su eficaz intercesión, esta coyuntura permite presentar el ejemplo de su vida como un modelo concreto para vivir la espiritualidad en la sinodalidad a través de la práctica de la virtud del silen-
cio que permite la escucha al Pueblo fiel, la obediencia a la voluntad de Dios, la acogida al prójimo sin condiciones, la valentía creativa en medio de las adversidades y muchas otras virtudes y cualidades que podemos descubrir en el “Custodio de la Iglesia”. “José, a la vez que continúa protegiendo a la Iglesia, sigue amparando al Niño y a su madre, y nosotros también, amando a la Iglesia, continuamos amando al Niño y a su madre”
Patris Corde, 5
En nuestra Diócesis de Sonsón Rionegro, por gracia de Dios, vivimos con intensidad y fervor el año dedicado a la figura encantadora de San José; constatamos el amor y el profundo conocimiento de la mayoría de nuestras comunidades en torno al patrono de la Iglesia universal, además de la consagración de dos nuevas parroquias, una en el municipio de El Retiro y otra en la vereda las Cuchillas de Rionegro, bajo su patrocinio. Como Iglesia local renovamos nuestra devoción y profunda fe en su poderosa intercesión y le pedimos insistentemente nos dé a todo el pueblo de Dios un poco de su valentía creativa, para afrontar los retos que nos presenta la actualidad y que nos lleve a hacer una Iglesia distinta abierta a la novedad de lo que Dios nos quiere decir, como una oportunidad para una conversión eclesial en sentido misionero.
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FORMACIÓN BÍBLICA FOTO: marthaartess / Cathopic
1 Corintios 11, 23-25
La Tradición
de la Eucaristía recibida y transmitida por Pablo Por: Pbro. Bernardo Arley Aristizábal González Párroco San Antonio de Pereira, Rionegro
E
ste texto tiene que ver con la celebración de la cena del Señor que, además, de ser una fórmula de fe es una fórmula litúrgica, en cuanto que, nos da razón de cómo la comunidad cristiana desde sus inicios se reunía para celebrar lo que hoy llamamos la Santa Misa. Como se sabe, la primera carta a los Corintios es uno de los escritos más antiguos del cristianismo (año 51 d.C. aproximadamente) y el apóstol indica claramente que está trasmitiendo lo que recibió del Señor, por tanto, de su experiencia de fe, como miembro de la comunidad de Antioquía de Siria que lo formó como cristiano entre los años 40 a 49 d.C. El contexto de este relato es el problema tratado en 1Cor 11,17-34 que refiere los desórdenes que en la comunidad cristiana de Corinto se daban a causa del egoísmo de algunos miembros que, adelantándose a comer su propia cena, avergüenzan a los hermanos que no tienen nada, amenazando la fraternidad y comunión que debe caracterizar a los discípulos de Jesús, por ello, el apóstol es enfático en afirmar: “No los alabo, porque sus reuniones son más para mal que para bien” (1Cor 11,17ss). Más allá de esta problemática, que no es el objetivo analizar aquí, lo que quiere mostrar el apóstol es que la tradición sobre la Cena tiene su origen en el mismo 4 Nuestra Misión Evangelizar
Señor, situando a quienes la celebran en relación con aquel que es su fuente. El valor de la tradición está en que, a través de ella, cada cristiano y cada comunidad pueden entrar en relación con el mismo Jesús, por tanto, nosotros cristianos del siglo XXI también nos vemos involucrados en este misterio de fe que la Iglesia nos exhorta celebrar. Las palabras de la consagración del pan y el vino referidas aquí por Pablo y por los tres evangelios sinópticos, relacionan el gesto de Jesús de partir el pan y de dar a beber el vino con su muerte, anticipando, en cierto modo, el sentido del momento crucial de la muerte del Señor. Así pues, el primer significado de la cena del Señor es recordarnos lo que Cristo hizo por nosotros: “Este es mi cuerpo que se da por vosotros…” (1Cor 11,24-25). El verbo griego eujaristéo, de donde proviene la palabra eucaristía, significa dar gracias. En este sentido, la Cena del Señor significa recordar con acción de gracias el sacrificio que Jesús hizo en la cruz para salvarnos de todos nuestros pecados, siendo el pan y el vino los dos elementos que intervienen en este sacramento. De ahí la importancia que la Iglesia católica enseña sobre la celebración de la Eucaristía y del valor salvador que tiene para todos los que la celebramos. Esta tradición viene desde los orígenes del cristianismo y continúa hasta nuestros días.
Un segundo significado de la Cena del Señor es que anuncia la muerte del Señor hasta que Él venga, según lo afirma el mismo apóstol en 1Cor 11,26. Así pues, cuando celebramos la Eucaristía estamos anunciando la muerte de nuestro Señor Jesucristo y, a la vez, estamos recordando que Él vendrá de nuevo, de ahí la orden del mismo Señor referida en la tradición: “Haced esto en recuerdo mío” (1Cor 11,25). Hoy también, los cristianos obedecemos este mandato del Señor que nos trasmitió Pablo y lo hacemos con el fervor y el respeto que la Iglesia nos enseña, a la vez que, esperamos hacerlo con la coherencia que el apóstol nos indica de vivir en fraternidad y de que la celebración eucarística entre nosotros sea un signo de unidad y no de división, pues como advierte el mismo Pablo: “Examínese cada cual, y coma así el pan y beba de la copa. Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo. Por eso hay entre ustedes muchos enfermos y muchos débiles, y mueren no pocos”. (1Cor 11,28-30).
Referencias: Santiago Guijarro, El sentido de la muerte de Jesús en las palabras de la última Cena, Salamanca 2017 José Miguel Díaz Rodela, 1Corintios, Estella 2003
FORMACIÓN CATEQUÉTICA
En la Confirmación
se recibe el Espíritu Santo “En los últimos días, dice Dios, derramaré mi Espíritu sobre todo hombre”
Hch 2, 17ª
Por: Hna. Claudia Toloza Jurado Delegada para la Catequesis
El Catecismo nos recuerda que la recepción del sacramento de la Confirmación, es necesaria para la plenitud de la gracia bautismal. (CIC 1285). De esta manera, el sacramento hace consciente al cristiano del Pentecostés permanente que opera en cada uno y en la vida de comunidad. Así, el confirmado se compromete más como testigo de Jesús y en la extensión de la fe que profesa. Un camino de presencia y gracia
La alegría, expresión de plenitud
“Y la tierra estaba sin orden y vacía, y las tinieblas cubrían la superficie del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas” (Gn1, 2). La creación del mundo surge en medio del caos, y es gracias al Espíritu de Dios que va adquiriendo orden. El Espíritu trae orden, calma y unidad.
No siempre la expresión externa es garantía de alegría interior y verdadera; es el Espíritu Santo quien nos da el gozo verdadero y duradero. La alegría constante se convierte en un testimonio cristiano irrebatible, ante los rostros amargos, desesperados, angustiados, vacíos y agonizantes de tantas personas en sociedad de hoy. “Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres” (Fil 4,4).
Este mismo Espíritu es el que los profetas habían anunciado que se posaría sobre el Mesías para que pudiera realizar su misión salvífica en el mundo (cf Is 11,2). Sin embargo, esa presencia no se queda solo en el Mesías, sino que debe ser comunicada a todo el pueblo mesiánico (cf Ez 36,25-27). Este mismo Espíritu es el que se hace presente en el bautismo del Señor (cf Mt 3,13-17); y que es prometido a los discípulos, manifestándose una vez más en Pentecostés (cf Hch 2,1-4). La Iglesia, heredera de la trasmisión de la fe de los apóstoles, mediante la imposición de manos, extiende esta presencia –graciaen quien recibe el Bautismo (Hch 8,15-17); y más adelante lo hace en la Confirmación; completándose así este camino de presencia activa del Espíritu en quien profesa la fe en Jesucristo. De esta manera podemos afirmar que la Palabra de Dios se cumple: “En los últimos días, dice Dios, derramaré mi Espíritu sobre todo hombre” (Hch 2, 17ª). FOTO: Silviagdea / Cathopic
Estar habitados del Espíritu, especialmente desde el sacramento de la Confirmación, hará del cristiano una persona que irradia y contagia alegría, esa que no se pierde, aun en momentos de dolor, confusión o conflicto. “Hermanos míos, tengan por sumo gozo cuando se encuentren en diversas pruebas” (St 1,2). Por eso, Pablo dice en la Carta a los Gálatas que la plenitud del gozo de los apóstoles no es el efecto de unas emociones que satisfacen y alegran; sino que ese gozo se experimenta solamente como fruto y don del Espíritu Santo. Una manera peculiar de vivir alegremente. Es el gozo divino que surge de un encuentro profundo con el Padre, y que desde el sacramento de la Confirmación se aumenta y fortalece.
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FORMACIÓN LITÚRGICA
Catequesis #6 sobre la función educativa del rito eucarístico
Accesorios del altar “Extenderán sobre el altar de oro un paño de púrpura, lo cubrirán con una funda de piel fina y le pondrán los varales”
Nm 4, 11
Por: Pbro. Carlos Andrés Giraldo Gómez Formador Seminario Nacional Cristo Sacerdote, La Ceja
La estética del altar y su significado Continuando con nuestra reflexión sobre el altar, vale la pena recordar nuevamente su centralidad. Dicha centralidad exige que su estética esté determinada por ciertos cánones. En efecto, el altar está constituído por una estela de piedra sólida (preferiblemente), sin embargo, los usos y las tradiciones litúrgicas de los diferentes ritos eucarísticos han modificado la estética del altar a lo largo de los siglos, conservando – en ocasiones – los elementos esenciales. Esta es la razón por la que muchos prefieren en la actualidad presentar más el altar como una mesa que como un bloque sólido de piedra, debido a que no solo se hace alusión a los sacrificios ofrecidos por los sacerdotes veterotestamentarios, sino también a la última cena de Jesús con sus discípulos, en donde se prefiere la visión de la Misa como banquete festivo al que todos estamos invitados, sin desligarla de su aspecto sacrificial. Algunos accesorios de culto ligados al altar El altar, propiamente dicho, es la mesa sobre la cual se ofrece el sacrificio y que, ya dijimos, debe ser de roca sólida o, en su defecto, una mesa que destaque en el conjunto del presbiterio para recordar el banquete del Señor; sin embargo, ya desde antiguo hay testimonios bíblicos que hablan de accesorios que se van añadiendo al mismo y sin los cuales ya no concebimos la idea de lo que es un 6 Nuestra Misión Evangelizar
altar. Véase, por ejemplo, lo que dice el libro de los Números: “Quitarán las cenizas del altar, extenderán sobre él un paño de púrpura; pondrán encima todos los utensilios que se emplean en el servicio del altar: los braseros, tenedores, badiles, acetres: todos los utensilios del altar; extenderán encima una cubierta de piel fina y le meterán los varales” (4,13-14). Como vemos, se destaca tanto la sacralidad del altar que se subordinan a él otros elementos, consagrándolos, en virtud de su servicio dentro de la acción sacrificial.
ya está dispuesto el altar para la celebración de los sagrados misterios. Ciertamente los abusos no se han hecho esperar en este sentido; pero, en virtud de la verdad, debemos decir que el esteticismo, la practicidad, el descuido, o los tres elementos juntos, sutituyen muchas veces la fuerte simbología litúrgica ligada al ara para el sacrificio o a la mesa del banquete como ya hemos señalado.
En la actualidad, notamos cómo los elementos del culto litúrgico cristiano se han inspirado en la indumentaria veterotestamentaria, conservando algunos elementos y adaptando otros, según la teología eucarística consignada en el Nuevo Testamento. En efecto, los manteles, los cirios, los atriles, los candelabros, el incensario y los demás elementos de culto que están estrechamente ligados al altar, están inspirados en la liturgia que realizaban los sacerdotes veterotestamentarios, a tal punto que cuando actualmente se quiere celebrar la Misa en un lugar no consagrado o fuera de la estructura de un templo, basta con disponer una mesa digna con manteles, flores, cirios, etc., para que digamos que
Se hace necesario, pues, recuperar la fuerte simbología litúrgica del altar como lugar donde se realiza el sacrificio. Es el escenario de la historia de la salvación. En efecto, es Cristo mismo, la víctima divina, el Cordero de Dios, quien se hace presente sobre el altar para dársenos como alimento de Salvación en el banquete festivo que celebramos. Solo si se recupera su sacralidad, nuestros altares “brillarán” nuevamente no por los exornos con los que son revestidos, sino porque volverán a ser el centro de nuestras miradas fervorosas que nos llevarán a contemplar y a renovar una vez más la salvación de Dios que se realiza a través del sacrificio de Cristo en el ara de la Cruz.
FOTO: Diócesis de Sonsón Rionegro
Recuperar su sentido para vivir mejor lo que en él se realiza diariamente
TRIBUNAL ECLESIÁSTICO
FOTO: cottonbro / Pexels
El voto de los jueces como certeza moral en la nulidad matrimonial Por: Carlos Alberto Zuleta Gil Juez del Tribunal Eclesiástico Diocesano
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nvocando la asistencia de Dios, en el don de su Santo Espíritu y luego de estudiar a conciencia la causa y con el ánimo requerido de la certeza moral (Cfr. Can 1608 § 1), el juez esta llamado a emitir un concepto (que llamamos voto) en las causas de nulidad matrimonial a lo que el papa emérito Benedicto XVI dice: “en ese contexto, el juez que desea ser justo y quiere adecuarse al paradigma clásico de la ‘justicia viva’, tiene ante Dios y los hombres la grave responsabilidad de su función, que incluye también la debida tempestividad en cada fase del proceso” ; y el papa Francisco complementa diciendo: “con respecto a la declaración de nulidad o validez del vínculo matrimonial, os colocáis, de alguna manera, como expertos en la conciencia de los fieles cristianos. En este papel, estáis llamados a invocar incesantemente la ayuda divina para llevar a cabo con humildad y mesura la grave tarea confiada a la Iglesia, manifestando así la conexión entre la certeza moral, que el juez debe alcanzar ex actis et probatis, y el ámbito de su conciencia, conocido únicamente por el Espíritu Santo y asistido por Él”. Proceso que debe seguir un orden :
1.
Según el grado: es acá donde pueden ser más fuertes las razones probables que se tienen sobre que el matrimonio es nulo o la no nulidad del mismo; esta prevalencia de la primera sobre la segunda opción no hace perder la probabilidad de la certeza que se quiere obtener .
2.
Según la fuente: la única fuente de la certeza moral son los actos y las pruebas, cuya valoración de lo aportado y de lo admitido, como de las pruebas y de los hechos concretos tiene mucho de subjetivo; a todo esto, se debe de acercar el juez, lo ve, lo interpreta, lo sopesa y en ultimas lo juzga.
3. Según el parecer (emisión del voto): y es aquí que los jueces escriben sus propias conclusiones de todo aquello que han podido descubrir, para luego dar el aporte a la hora de la sesión del colegio que estudia la causa; aclarando que el juez puede modificar su decisión por los comentarios del resto de conjueces.
Del último punto se sobre entiende que cada uno de los jueces tiene que haber estudiado a conciencia y profundidad los autos antes de asistir a la reunión, pues es allí y llevando sus conclusiones escritas sobre el objeto de la causa con las razones de derecho y de hecho por las que ha llegado a las mismas. A todo lo anterior nos recuerda el papa Francisco que “la certeza moral es la que, fundada sobre motivos objetivos que el juez debe de valorar de acuerdo con la conciencia rectamente formada según la verdad sobre el matrimonio; no es, por tanto, una certeza puramente subjetiva y menos, todavía, una opinión más o menos fundada” . Por último, nos recuerda el papa emérito Benedicto XVI “a veces se subestima el Derecho canónico, como si fuera un mero instrumento técnico al servicio de cualquier interés subjetivo, aunque no esté fundado en la verdad. En cambio, es necesario que dicho Derecho se considere siempre en su relación esencial con la justicia, conscientes de que la actividad jurídica en la Iglesia tiene como fin la salvación de las almas” . Diócesis de Sonsón Rionegro 7
Marzo MIÉRCOLES 2 · Inicio de la Campaña de Comunicación Cristiana de Bienes · Miércoles de Ceniza † SÁBADO 5 · Encuentro vicarial de catequistas (Nuestra Señora de Arma) · Encuentro vicarial de pastoral juvenil (Nuestra Señora del Carmen) MARTES 8 · Día de la Mujer VIERNES 11 · 11 - 12 Visita Pastoral - Guatapé · Concierto de Cuaresma: Coro diocesano SÁBADO 12 · Encuentro vicarial de pastoral juvenil (Inmaculada Concepción) JUEVES 17 · Encuentro vicarial de pastoral caritativa (Nuestra Señora de Arma) VIERNES 18 · Celebración diocesana de los 65 años de la diócesis SÁBADO 19 · Jornada cuaresmal para las CER · Día de San José † DOMINGO 20 · 20 - 26 Semana por la vida JUEVES 24 · Encuentro vicarial de pastoral caritativa (El Sagrado Corazón de Jesús) VIERNES 25 · Encuentro con sacerdotes mayores de 30 años de ordenados · Encuentro formativo para agentes de Pastoral Social SÁBADO 26 · Convivencia de aspirantes al diaconado permanente · Convivencia de aspirantes al seminario mayor DOMINGO 27 · Retiro Espiritual para la vida consagrada · Jornada Cuaresmal para los Movimientos Eclesiales LUNES 28 · 28 - 29 Encuentro con sacerdotes responsables de pastoral educativa y juvenil
¿Cómo avanza la
fase Diocesana del Sínodo?
FOTOS: Vicaría de Pastoral / Facebook
VICARÍA DE PASTORAL
Por: Pbro. Hugo Alberto Zuluaga Salazar Vicario de Pastoral
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l 9 y 10 de octubre de 2021, el papa Francisco en la Ciudad de Roma dio apertura a un nuevo Sínodo, con una particularidad frente a los que se han realizado anteriormente, este se va desarrollar en tres fases: Diocesana (octubre 2021 – agosto 2022)
Continental (septiembre 2022 – abril 2023)
Universal (octubre 2023)
La indicación de la secretaría general del Sínodo era que cada obispo nombrara un responsable diocesano y un equipo para realizar la consulta sinodal, tarea que en nuestra diócesis fue encomendada a la Vicaría de Pastoral y al Consejo Diocesano de Pastoral. El camino que hemos recorrido es la capacitación brindada por la Conferencia Episcopal a los delegados de Pastoral y al Consejo Diocesano de Pastoral. Allí se nos dieron las instrucciones para vivir esta experiencia eclesial. Después en las Asambleas vicariales de pastoral del 18 de octubre, realizamos como Iglesia particular la apertura de esta fase diocesana.
Durante estos meses, se han venido realizando asambleas sinodales con tres momentos: Oración, reflexión, escucha y consulta al pueblo de Dios. Hemos tenido la oportunidad de compartir y hacer el ejercicio de escucha con las comunidades parroquiales, los seminaristas, los sacerdotes, religiosas, los monasterios, con grupos de niños, jóvenes, instituciones educativas, facultad de teología, los miembros de algunas administraciones municipales, campesinos, estudiantes, docentes y comités de Política Pública de Libertad religiosa. Algunas parroquias han usado las páginas web y las redes sociales, para ir subiendo una pregunta cada semana de los diez ejes temáticos, para la participación de los que visitan estas páginas, otras comunidades parroquiales se han ingeniado un buzón de sugerencias, donde la comunidad ha participado y expresado su opinión sobre la Iglesia y este caminar que viene realizando. Una vez finalice la fase diocesana, cada diócesis enviará una síntesis de 10 páginas a la Conferencia Episcopal que preparará un documento de todo el país para la segunda fase, la continental.
Quieren los señores obispos de nuestro país, que esto no se quede en un simple ejercicio de escucha, sino que en el mes de julio la reunión del episcopado será para trazar algunas líneas de acción para nuestro país, para asumir las conclusiones de esta fase diocesana. También nuestra diócesis espera que la fase diocesana del sínodo no sea un evento o una moda, sino que, a partir de ella, pensemos en mecanismos para dar a conocer las conclusiones de esta escucha al pueblo de Dios; además, que sea un insumo que nos sirva para la próxima etapa de nuestro Plan de Pastoral, así mismo, queremos que surjan algunas acciones concretas que queden de este momento histórico, una de ellas es que queremos fortalecer los centros de atención familiar y los centros de escucha. Invitamos a los lectores de nuestra revista a acercarse a cada parroquia y preguntar al sacerdote, ¿Cómo se pueden involucrar en esta fase diocesana? como bien lo ha dicho el Papa sobre este sínodo: “Todos tienen derecho hablar, como todos tienen derecho a ser escuchados.”
El 18 de marzo de 1957 el papa Pío XII crea la
Diócesis de Sonsón 8 Nuestra Misión Evangelizar
Damos gracias a Dios por estos 65 años de historia
Miércoles 2 de marzo
EVANGELIO DEL DOMINGO
Miércoles de Ceniza “Rasguen corazón en lugar de sus vestidos” Primera Lectura: del libro de Joel 2, 12-18 Salmo 50: “Apiádate de mí, oh, Dios, hemos pecado” Segunda Lectura: de la segunda carta del apóstol
san Pablo a los Corintios 5, 20 - 6, 2 del santo Evangelio según San Mateo 6, 1-6.16-18
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tenéis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará. Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.
Palabra del Señor
Evangelio:
Pautas de reflexión Con el miércoles de ceniza comienza la cuaresma. Para comprender el significado de este período es preciso examinar las diferencias existentes entre la liturgia pre-conciliar y la post-conciliar. Antes de la reforma litúrgica, la imposición de la ceniza se acompañaba de las palabras “Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás”, conforme a la maldición pronunciada por el Señor pecador contenida en el Libro del Génesis (Gen 3,19). Hoy día, en el momento de la imposición de la ceniza se hace uso de la invitación evangélica “Conviértete y cree en el evangelio”, las primeras palabras de Jesús en el Evangelio de Marcos (Mc 1,15). Una exhortación para cambiar de vida, orientando la existencia hacia el bien del otro y hacia la adhesión al evangelio de Jesús.
En su enseñanza, Jesús nos invita a una acción concreta: “Misericordia quiero y no sacrificios” (Mt 12,7). Jesús invita al don de sí, inmediato y concreto, tan grande como nuestra capacidad de amar. La cuaresma no se orienta hacia el Viernes Santo, sino hacia la Pascua de Resurrección. No es un tiempo de mortificación, sino de vivificación. Se trata de descubrir formas nuevas, inéditas, de perdón, de generosidad y de servicio, para cualificar el amor y ponerlo en sintonía con el amor de quien vive, y experimentar la Pascua como plenitud de la vida de Cristo Jesús.
revitalizador para dar nueva energía a la tierra. Este es el significado de la ceniza: la acogida de Jesús, evangelio (buena noticia) convertíos y creed en el evangelio, elemento vital para vivificar la existencia, descubrir nuevas formas originales de amor, y compartir aquellas capacidades de donación latentes en nosotros, ansiosas de salir a flote en el momento oportuno.
La imposición de la ceniza trae a la memoria una costumbre de los agricultores, ellos conservaban durante el invierno las cenizas del fuego, para esparcirlas por el terreno al final del invierno, como factor Diócesis de Sonsón Rionegro 9
Domingo 6 de marzo
EVANGELIO DEL DOMINGO
Primer Domingo de Cuaresma “Solo al Señor tu Dios adorarás” Primera Lectura: Del libro del Deuteronomio 26, 4-10 Salmo 90: “Acompáñame, Señor, en la angustia” Segunda Lectura: de la primera carta del apóstol
En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y el Espíritu lo fue llevando durante cuarenta días por el desierto, mientras era tentado por el diablo. En todos aquellos días estuvo sin comer y, al final, sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan». Jesús le contestó: «Está escrito: “No solo de pan vive el hombre”». Después, llevándole a lo alto, el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo y le dijo:
san Pablo a los Romanos 10, 8-13 del santo Evangelio según san Lucas 4, 1-13
«Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mí me ha sido dado, y yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de mí, todo será tuyo». Respondiendo Jesús, le dijo: «Está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”». Entonces lo llevó a Jerusalén y lo puso en el alero del templo y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: "Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti, para que te cuiden", y también: "Te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece contra ninguna piedra"». Respondiendo Jesús, le dijo: «Está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”». Acabada toda tentación, el demonio se marchó hasta otra ocasión.
Palabra del Señor
Evangelio:
Pautas de reflexión La liturgia, el primer domingo de Cuaresma, nos propone para nuestra meditación las tentaciones de Jesús en el desierto de Judea. Según Lucas, Jesús afronta este momento lleno de Espíritu Santo, después del bautismo cuando descendió el Espíritu y revela en Jesús la manifestación visible del amor compasivo de Dios. Jesús deja el río Jordán y es “conducido” (literal) por el Espíritu en el desierto. Allí, Jesús es tentado por el Diablo (Satanás). La tentación en ocasiones se comprende como un momento que induce al mal, pero en la Biblia asoman otras comprensiones. Aquí el diablo no aparece como un rival de Jesús, sino como su colaborador. Por esa razón, más que tentaciones son “seducciones” del diablo en el desierto. Jesús no 10 Nuestra Misión Evangelizar
come en este periodo, es no solo ayuno, porque Jesús dirá más adelante: “He deseado ardientemente comer esta Pascua con ustedes” (Lc 22, 15-16), por lo tanto, no es hambre de pan -al menos no solo-. Jesús tiene hambre al final, cumplidos los días. Y aparece el Diablo. Mientras Dios es amor -agápe- puesto al servicio de los seres humanos, el Diablo, por su parte, es fuerza y poder que domina las personas. El Diablo le dice a Jesús: “Si eres el Hijo de Dios”, el diablo no duda de la condición de Jesús, ya se afirmó en el bautismo, quiere que use esa condición para su propio beneficio, para favorecer sus intereses. “Di a esta piedra que sea pan”, resuelve de manera fácil los problemas y para tu provecho. Jesús responde con una cita del Deuteronomio “No solo de pan vive el hombre”. Este
diálogo entre Jesús y el Diablo parece más una disputa teológica entre escribas y rabinos. El Diablo ahora conduce a Jesús a lo alto -indica la condición divina de Jesús- para que vea todos los reinos de la tierra: “Te los daré, poder y gloria, porque me ha sido dado, dice el Diablo. Según Lucas, no es Dios, sino el diablo, quien confiere el poder, la fuerza y las riquezas que explotan a los demás. Para este evangelio, quienes detentan el poder y la riqueza, no la reciben de Dios, sino del diablo y es una actividad diabólica. Tremenda denuncia de Lucas evangelista. “Todo te lo daré si te postras y me adoras”, invita a un gesto de idolatría, pero Jesús vuelve a citar el Deuteronomio: “Está escrito: al Señor, tu Dios, adorarás, solo a Él rendirás culto”.
Domingo 13 de marzo
EVANGELIO DEL DOMINGO
Segundo Domingo de Cuaresma “Este es mi Hijo elegido, escúchenlo” Primera Lectura: Del libro del Génesis 15,5-12.17-18 Salmo 26: “El Señor es mi luz, mi salvación” Segunda Lectura: De la primera carta del apóstol san Pablo a Evangelio: Del santo Evangelio según San Lucas 9, 28b-36
los Filipenses 3,17-4,1
En aquel tiempo, Jesús tomó a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto del monte para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió y sus vestidos brillaban de resplandor. De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su éxodo, que él iba a consumar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño, pero se espabilaron y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Mientras estos se alejaban de él, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». No sabía lo que decía. Todavía estaba diciendo esto, cuando llegó una nube que los cubrió con su sombra. Se llenaron de temor al entrar en la nube. Y una voz desde la nube decía: «Este es mi Hijo, el Elegido, escuchadlo». Después de oírse la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por aquellos días, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.
Palabra del Señor Pautas de reflexión El domingo anterior Lucas afirmó que las tentaciones acompañaron a Jesús toda su vida. Es uno de los significados del texto lucano de la transfiguración el Domingo segundo de Cuaresma. “A los ocho días”, un dato cronológico preciso, después del primer anuncio a los discípulos de la Pascua final de Jesús en Jerusalén. El número ocho apunta al día de la resurrección. Jesús fue resucitado el primer día de la semana. Ha pasado la semana judía que termina el séptimo día con el shabat (día de reposo), el primer día de la nueva semana nos entrega el octavo día. El día de la vida que no se interrumpe por la muerte. Jesús lleva consigo a Pedro, Santiago y Juan, tres discípulos difíciles -el terco y los dos hijos del trueno-, discípulos de la primera hora en la misión, quienes desean liderar el grupo. Jesús sube con ellos “al monte”, con artículo determinado, un monte
conocido. El monte de la esfera divina. Es decir, Jesús les revela a ellos su condición divina. Un rasgo típico en evangelio de Lucas es Jesús orante. Los momentos centrales, importantes y delicados de la vida de Jesús están acompañados por la oración. El rostro de Jesús cambia de aspecto y sus vestidos resplandecen, como los dos hombres que anuncian a las mujeres la resurrección y les preguntan: ¿Por qué buscan entre los muertos al viviente -a quien vive-? (Lc 24,4). Ya desde la transfiguración, Jesús les revela a los suyos cuál es la condición del ser humano que pasa a través de la muerte. La muerte no disminuye, sino que potencia la condición humana-divina de los seres humanos como sucede con Jesús Resucitado. Y “he aquí”, dice Lucas, dos hombres -como los anunciadores de la resurrección en Lc 24,4-
conversan con Jesús. No dialogan con Pedro, ni Santiago, ni Juan. ¿Quiénes son? Moisés el legislador de Israel, y Elías, el gran profeta. Ellos representan la Torá y los profetas, en términos globales, la Biblia hebrea. Moisés y Elías aparecen en la gloria y hablan con Jesús de su “éxodo”. Lucas presenta el itinerario vital de Jesús como un “éxodo” para completarlo en Jerusalén. La denuncia del evangelista es dramática, Jerusalén, la ciudad santa, es ahora un lugar de esclavitud, como era Egipto en tiempos pasados, y Jesús como Moisés debe liberar al pueblo hebreo de la esclavitud de la casta sacerdotal y religiosa de Jerusalén detentora de poder y la riqueza. Solo el éxodo de Jesús, cuando da vida a la comunidad, libera a la entera humanidad.
Diócesis de Sonsón Rionegro 11
EVANGELIO DEL DOMINGO
Domingo 20 de marzo
Tercer Domingo de Cuaresma “Yo soy el Dios de tus antepasados”
libro del Éxodo 3, 1-8ª.13-15 clemente y misericordioso” Segunda Lectura: De la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 10, 1-6.10-12 Evangelio: Del santo Evangelio según san Lucas 13, 1-9 En aquel momento se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús respondió: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido todo esto? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre en Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera». Y les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: "Ya ves, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno?". Pero el viñador respondió: "Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar"».
Palabra del Señor
Primera Lectura: Del Salmo 102: “El Señor es
Pautas de reflexión El anuncio de Jesús es escandaloso. “En aquel mismo tiempo…”, cuando Jesús libera a las gentes del influjo de los fariseos y la opresión de una reglamentación malsana de la Torá. ¿Por qué no juzgan por ustedes mismos cuanto es justo? Pregunta Jesús. Debemos tener madurez y capacidad de juicio y discernimiento, autonomía sin depender del juicio de los fariseos y de las autoridades religiosas. En ese momento se acercan algunos -sin identificar- para contar un suceso violento “Pilato mezcló la sangre de unos galileos con la de los sacrificios”. Galileo es no solo el habitante de esa región geográfica, sino el “revoltoso, rebelde, disidente, belicoso”. Es una amenaza soterrada contra Jesús: “Ten cuidado, los galileos terminan mal”. Y Pilato sigue línea con la masacre de estos galileos. Pero, Jesús no deja intimidar. Tal hecho histórico no es el resultado de una opción religiosa, ni un castigo por un pecado. ¿Esos 12 Nuestra Misión Evangelizar
galileos eran más pecadores para morir así? Jesús separa esa conexión entre pecado y castigo. Conversión significa aquí en Lucas el cambio de orientación de la existencia, cambiar la vida para ponerla al servicio de los demás. De lo contrario, perecerán. A Jesús le hablaron de los galileos, pero él se encuentra en Jerusalén, Jesús pone el dedo en la llaga, todos, también Judea -y Samaría- deberán cambiar. Jesús trae el caso de la torre Siloé que se derrumbó y mató dieciocho personas en Jerusalén. Esas personas no eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén. Para Jesús no se trata de galileos revoltosos, samaritanos rebeldes, o habitantes pecadores de la santa ciudad de Jerusalén. Jesús excluye el castigo divino e invita, por segunda vez en el texto, a la conversión. A Jesús le advierten “atento que ustedes los galileos tienen un final desastroso”. Pero Jesús se defiende: “El final de fracaso lo tendrán ustedes si no se convierten, si no cambian la orien-
tación de su vida”. Jesús no viene a cortar, eliminar o destruir, viene a dar vida, a vivificar el pueblo, a Israel que no da fruto. No hay un juicio, sino una propuesta creciente de vida. Al árbol que no da fruto, no se corta, como quería Juan Bautista, Jesús cava alrededor, mueve la tierra, abona, da vida para sacar frutos. Jesús busca comunicar vida a su pueblo Israel y a todo creyente. Jesús les anuncia, a quienes por todos lados ven relación entre pecado y castigo, ven las desgracias como un castigo de Dios, que la acción de Dios con los pecadores no es punitiva, ni destructiva, sino todo lo contrario, es vivificante. Jesús excluye esa relación entre pecado y castigo de Dios, porque el Dios del Nuevo Testamento es amor para todos los seres humanos. Así como el sol brilla sobre justos e injustos, el amor de Dios es también para los ingratos y malvados (Lc 6,35).
Domingo 27 de marzo
EVANGELIO DEL DOMINGO
Cuarto Domingo de Cuaresma “Tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida” Primera Lectura: Del libro de Josué 5, 9ª.10.12 Salmo 33: “Sientan y vean qué bueno es el Señor” Segunda Lectura: De la segunda carta del apóstol san Pablo a Evangelio: Del santo Evangelio según san Lucas 15, 1.3.11-32
En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Ese acoge a los pecadores y come con ellos». Jesús les dijo esta parábola: «Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: "Padre, dame la parte que me toca de la fortuna". El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se marchó a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y se contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada. Recapacitando entonces, se dijo:
los Corintios 5, 17-21
"Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros". Se levantó y vino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos. Su hijo le dijo: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo". Pero el padre dijo a sus criados: "Sacad enseguida la mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado". Y empezaron a celebrar el banquete. Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al
volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. Este le contestó: "Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud". Él se indignó y no quería entrar, pero su padre salió e intentaba persuadirlo. Entonces él respondió a su padre: "Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado". Él le dijo: "Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado"».
Pautas de reflexión El padre de la parábola (Lc 15,11-32) no renuncia a su hijo, aunque el hijo renuncie a su Padre. Cuando el hijo aún está lejos, el padre lo ve, lo espera todos los días; respetó su libertad, lo dejó ir sin decirle ni una palabra, ni hacerle un solo reproche. El padre nunca olvidó a su hijo y se conmueve en sus entrañas (Lc 15,20), y por tercera vez, Lucas trae el verbo splagchnízomai; ya no por el dolor como en la viuda de Naím (Lc 7,13) o con el samaritano compasivo (Lc 10,33), sino por la alegría del regreso del hijo, así las motivaciones del hijo pródigo sean interesadas. El padre corre a su encuentro. El deseo del padre de devolver al honor, la dignidad y la identidad de su hijo son más importantes que sus personales intereses. El padre no espera purificar al hijo, venía de cuidar cerdos, estaba impuro; el padre asume la impureza de su hijo al abrazarlo. El hijo regresa y no encuentra un juez, sino una figura materna rebosante de amor. El propósito del padre de limpiar a su hijo es más fuerte que su propia pureza. El padre se hace impuro para dar su pureza al hijo. El abrazo y el beso en el cuello recuerdan el
gran perdón de Gn 33,4. Esaú perdona a su hermano Jacob, quien lo engañó, le robó la bendición y herencia. Esaú besa a su hermano, le concede el perdón y olvida lo sucedido. El grito revolucionario es sencillo: el padre perdona al hijo antes de que el hijo pida el perdón. El hijo no debe pedir perdón al padre, el padre se adelantó a conceder este perdón. Al hijo le falta confianza, “nunca se sabe…” y pronuncia la frase preparada “he pecado contra el cielo y contra ti…”, pero el padre lo interrumpe y no le permite pronunciar la segunda parte de la frase “trátame como uno de tus jornaleros”. El padre ordena hacer fiesta con tres acciones precisas: darle el vestido original, el más bello. No es un cambio de traje después de un buen baño por llegar con ropas sucias. Es el traje que lo identifica como hijo de la familia, con autoridad y dignidad. Como sucedió con José al salir de la cárcel (Gn 41,41-42). El padre de la parábola le da a su hijo un honor y una autoridad sin precedentes. El anillo en el dedo recuerda también la escena de José en el Génesis, pero, además, es el sello del administrador de la casa. El sello se
imprimía en una tabla de cera para facilitar las compras. Al hijo que se mostró incapaz para administrar, el padre le restituye no la confianza perdida, sino un don aún más grande: lo nombra administrador de la casa. Las sandalias indican que es hijo y no un servidor -que van descalzos-, solo patrones y amos usan sandalias. El hijo quería ser tratado como un siervo, pero el padre lo confirma en su filiación. El hijo lleva sandalias porque no es siervo, sino una persona libre. El encuentro de Dios con su creatura es el encuentro de un padre con un hijo, según el relato de Lucas. No es un encuentro ambivalente, humillante, lleno de reproches. El encuentro padre-hijo está marcado por el reconocimiento, la grandeza y la riqueza del amor -agápe- de Dios padre compasivo. Pero este anuncio no lo comprende el “hijo presbítero” (hijo mayor), es decir, los escribas, fariseos y líderes religiosos judíos. Siempre obedientes a la Torá y a las órdenes del amo, pero no se sienten hijos. Porque solo son obedientes, no perciben la grandeza del amor de Dios. El Dios de Jesús no pide obediencia, sino asemejarse a Él en su amor. Diócesis de Sonsón Rionegro 13
PASTORAL JUVENIL
Los retos que dejan
Marzo
Estos tiempos
Por: Pbro. Sebastián Sánchez Rojas Delegado de Infancia, Adolescencia y Juventud
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Descarga la Catequesis virtual del mes de marzo. “En los últimos días, dice Dios, derramaré mi Espíritu sobre todo hombre”
Hch 2, 17ª
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n la época que estamos viviendo, pasamos no solo por una crisis, que deja consecuencias a nivel sanitario, sino que ha permeado a nivel negativo todas las áreas del ser humano; aunque es necesario rescatar la cantidad de cosas buenas que nos ha dejado la misma situación, dentro de ello, aparecen los retos generados a causa de una crisis que siempre se debe percibir como oportunidad de renovación o cambio. Y la pastoral, que hace parte esencial en la vida de la Iglesia, no ha sido ajena a esta realidad, puesto que fue difícil sostener en la época del confinamiento a manera virtual, lo que exigía en mayoría del porcentaje realizarse en el campo presencial. La saturación en el ámbito de las pantallas, en cuanto a reuniones virtuales, trabajo a distancia y el ciberestudio, generó agotamiento, estrés y traumas a nivel psicológico que ha desencadenado un aumento en el consumo de sustancia psicoactivas, la práctica de ciertas actividades nocivas, el escapismo a una virtualidad recreativa y el “síndrome de la cabaña”. Elementos puntuales que han evitado el retorno de las personas a la actividad de iglesia y la deserción de gran cantidad de miembros de los diferentes grupos y movimientos, que se percibe en el cruzar de todas las edades; pero, sin duda, ha golpeado con mayor fuerza en las etapas de la infancia, adolescencia y juventud. Como bautizados tenemos un reto: generar participación de los meno-
14 Nuestra Misión Evangelizar
res de nuestras comunidades en las diferentes actividades de apostolado, para que la formación humana y espiritual en las siguientes generaciones no decaiga, y nos acompañen crisis innecesarias y más fuertes a futuro en lo social. Por tanto, debe ser una provocación para las familias, instituciones educativas y, por supuesto, parroquias, el estimular la actividad de los laicos en mencionadas acciones. Está bien que como Iglesia debemos repensar y reinventar la metodología pastoral en cierta parte, pero, también, es sumamente indispensable que salgamos del estado de confort que se ha generado como efecto de las causas vividas y que no hace falta mencionar explícitamente, y frecuentar aquellos espacios que nos enriquecen, fortalecen nuestro ser y nuestra vida en común –así sea difícil e incómodo al iniciar-, para generar hábitos saludables a nivel humano y espiritual, que dejarán un legado a los que continúen la historia en la existencia.
FOTO: Diócesis de Sonsón Rionegro
PASTORAL SACERDOTAL
El sacerdote y la
conversión moral Por: Pbro. Gabriel Alonso Aristizábal Ramírez Vicario general
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esde que aconteció la caída de nuestros primeros padres, como nos lo narra el libro del Génesis (3,1-24), el ser humano ha recibido por parte de Dios una llamada constante a la conversión, puesto que el proyecto inicial trazado por Él, fue alterado por el mismo hombre, ante un acto de rebeldía; a pesar de ello, Dios no dejó a la persona humana a la deriva, sino, más bien, quiso que el hombre volviera a retomar el camino inicial; y para que esto fuera posible, le señala un programa basado en una constante conversión; Dios se vale de diversas maneras para que el hombre acoja esa llamada, tanto de acontecimientos (Cf. Lc 13,1-5), como de personajes, dentro de los cuales se destacan los profetas (Cf. Ez 18,21; Jl 1,14; Jon 3,8), y en los tiempos de la llegada de su Hijo, Juan el Bautista (Cf. Mt 3,2). Con la presencia del Salvador, este mensaje toma una mayor intensidad (Cf. Mc 1,15), ante la realidad del Reino de los Cielos, presente ya entre los humanos. Los Apóstoles y la Iglesia, continuadores de la obra de Jesucristo, tienen muy presente este mensaje (Cf. Hch 3,19), y sin querer decir por ello que sea lo más esencial, sí forma parte de toda la estructura de la vida cristiana; es inherente a ella, puesto que no se es un verdadero cristiano, si no se está en una constante o permanente actitud de conversión de vida. Nos lo recuerda Benedicto XVI: “la conversión no tiene lugar nunca una vez para siempre, sino que es un proceso, un camino interior de toda nuestra vida” (Benedicto XVI, 21 de febrero de 2007).
Pero, es fundamental destacar que la conversión no es lo primero, sino, más bien, que ella es consecuencia de una profunda experiencia del amor de Dios en la vida de una persona; el enfatizar esta afirmación se puede decir, con toda claridad, que no se le puede pedir a alguien que se convierta si antes no ha sentido en su vida el amor de Dios, que es lo que hace surgir en el corazón del mismo humano la necesidad de un cambio en su existencia, y, sobre todo, cuando esta no se ajusta al querer de Dios que nos ama sin ningún tipo de barreras (Cf. Lc 19,1-10; Jn 4,730; Jn 8, 1-11). En palabras del papa Francisco “la auténtica conversión se produce cuando experimentamos en nosotros el amor de Dios y acogemos el don de su misericordia”.
FOTO: Miguel Ángel
Ahora bien, nos corresponde vivir como sacerdotes la experiencia de un nuevo tiempo de cuaresma, y la pregunta que debemos hacernos es si también estoy asumiendo en mi vida la llamada a la conversión, que se nos hace, durante estos días, para poder ser en verdad auténticos misioneros de la conversión y reconciliación de los fieles. Porque si no la vivimos nosotros los consagrados, en primer lugar, cómo podemos pedir que esta sea asumida por los miembros de nuestras comunidades cristianas, ya que no debemos olvidar nuestro compromiso de ser luz de vida cristiana para los demás. El sacerdote, decía san Clemente Romano, es “como otro Dios en la tierra”; además, un gran literato francés A. Lamartine, al participar de una Eucaristía celebrada por el Cura de Ars, afirmaba “he visto a Dios en un hombre”. Si los sacerdotes procuramos alcanzar la santidad, debemos recorrer constantemente el camino de la conversión. FOTO: Diócesis de Sonsón Rionegro
Diócesis de Sonsón Rionegro 15
PASTORAL FAMILIAR ¿Qué es? n palabras del papa Francisco, es “una de las plagas de nuestra época, que hace sufrir a muchas familias, y no pocas veces termina destruyéndolas” (A.L 51). El hábito a las drogas que hace a las personas dependientes de estas sustancias debilitando su sistema psíquico, su voluntad y su capacidad de actuar libremente en el desarrollo de su realización personal, es lo que llamamos drogodependencia.
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¿Por qué nuestra época está tan flagelada por este trastorno? Constatamos particularmente en la población juvenil un ambiente generalizado de falta de armonía interior, vacío existencial y soledad, causados en primer lugar por la desarticulación familiar. El fenómeno de un gran número de familias hoy presenta unos rasgos desafortunados que sin intención pueden conducir a sus miembros a este sombrío mundo de las drogas. Mencionemos algunos rasgos: familias inestables, separaciones, mala convivencia e incapacidad de ofrecer un acompañamiento y una formación integral a los hijos. En segundo lugar, como advierte el Papa en el numeral anteriormente citado, la sociedad y las leyes promueven políticas tolerantes a estas adicciones, que luego se le salen de su propio control y se convierten en un veneno mortal para los hombres de nuestro tiempo. ¿Cómo afecta a la familia? El fenómeno de las drogas tiene consecuencias familiares directamente. Basta recordar la exhortación que Pablo hace a los Corintios: “Si sufre un miembro, todos los demás sufren con él” (1 Cor 12, 26). La familia se desestabiliza, pierde su armonía y entra en una sensación de inseguridad e incertidumbre, provocando o agudizando una serie de conflictos por buscar culpables y soluciones desesperadas y hasta inapropiadas. 16 Nuestra Misión Evangelizar
La Drogodependencia Por: Pbro. Robin Sadid Argel Bravo Delegado de Pastoral Familiar
FOTO: FeSP UGT Zamora
¿Cómo actuar si en la familia se presenta esta situación? Valiéndonos de las afectaciones mencionadas en el párrafo anterior, es conveniente actuar apoyados en una buena orientación, con personas especializadas o instituciones apropiadas; es preciso recordar que las determinaciones apresuradas carecen de reflexión y pueden resultar estériles o de poco provecho. Como personas de fe deben apoyarse en su espiritualidad para pedir a Dios la luz y la gracia necesarias para saber orientar y acompañar con el mayor cuidado a la persona afectada. Una buena terapia familiar, junto al tratamiento particular del adicto que lo ayude a enfrentar su situación, facilita un camino seguro de solución, teniendo en cuenta que este camino de regreso a la tranquilidad y a la salud de la persona no es ni fácil, ni repen-
tino. Por lo cual, es importante empeñarse todos los miembros de la familia por cultivar la unidad, conservar la armonía y brindarle un ambiente de seguridad a quien sufre esta calamidad. Apoyándonos de nuevo en el documento pontificio que nos ha servido de fundamento doctrinal, finalizamos diciendo que la familia debe ser el lugar de prevención de cualquier flagelo, el ambiente donde se evitan los riesgos que amenazan a nuestros adolescentes y jóvenes y el espacio privilegiado para acompañarlos y brindarles seguridad. Siempre ha sido y será mejor prevenir que curar. Si la familia está bien constituida, bien orientada y armónicamente estable tiene mayor posibilidad de conservar su feliz desarrollo.
PASTORAL SOCIAL
Más allá de la prisión. El drama familiar Por: Diac. José Guillermo Castro Londoño
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ara iniciar esta reflexión, quiero traer a colación las palabras de monseñor Teodosio Ojeda, Obispo de Mallorca, España, citadas en el documento Catequesis por correspondencia (2010): “Entre los más pobres de nuestros pobres se encuentran los presos. Pobres de tantas cosas y, sobre todo, pobres de libertad y de oportunidades para su vida. Es una pobreza que agrava hasta el dramatismo todas las demás”. La Pastoral Penitenciaria ha puesto todo el empeño de atender a nuestros hermanos reclusos con un acompañamiento espiritual, siguiendo los lineamientos del Documento de Aparecida, el cual en el numeral 429 exhorta: “se debe fortalecer la pastoral penitenciaria, donde se incluyan la labor evangelizadora y de promoción humana por parte de los capellanes y del voluntariado carcelario. Prioridad tienen los equipos o Vicarías de Derechos Humanos que garanticen el debido proceso a los privados de libertad y una atención muy cercana a la familia de los mismos.” Ahora bien, si contemplamos la situación del interno y la confrontamos con la de su familia, podemos concluir rápidamente que, bien o mal, en los centros penitenciarios tiene cubiertas sus necesidades básicas como alojamiento, alimentación y salud; una realidad muy diferente es la que vive la familia: las consecuencias de la privación de la libertad de un ser querido conllevan consecuencias económicas, laborales, sociales y sicológicas.
Cuando es la madre la que va a prisión, se vulnera la parte afectiva del hogar y, cuando es el padre; se deteriora drásticamente la economía. Los sitios de reclusión, casi siempre alejados, obligan a gastar sus ingresos en transporte, alimentación, alojamiento y en la compra de algunos elementos para uso personal del interno. Sucede con frecuencia que las familias caen en la prostitución y la indigencia ante la falta de oportunidades laborales, esto se agrava si se requiere de apoyo jurídico, llegándose a hipotecar o perder sus bienes para sufragar los gastos. La familia se fractura y, generalmente, se llega a su disolución ante la falta de acompañamiento, perseverancia y comprensión del cónyuge, por la falta de una vida sexual que lleva a la infidelidad y al abandono. Los hijos se vuelven objeto de burla y señalamiento de sus compañeros de colegio, también se les miente sobre el paradero de su progenitor(a) o, ellos mismos, piden que no los lleven de visita por la vergüenza de ser vistos en esas circunstancias. Es por lo anterior, que, como Iglesia, debemos fijar nuestra mirada hacia las familias de las personas privadas de la libertad, para ayudarles a sortear las dificultades del día a día y que estas, a su vez, no abandonen a la suerte a su ser querido que está tras las rejas, por el contrario, le ayuden en su proceso de rehabilitación y de reinserción en la sociedad.
En lo social, la familia es señalada, discriminada y mirada con desconfianza, al punto que sus miembros deben cambiar de lugar de residencia, los círculos sociales se modifican y establecen, muchas veces, relaciones con familias que viven la misma situación. FOTOS: Área de Pastoral Social FOTO: redBus
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Delegado de Promoción Humana
ANÁLISIS DE LA REALIDAD
Un clamor por la defensa de la vida Por: Sandra Lucía Espinal López Mag. en Educación con Énfasis en DDHH
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FOTO: Hacemos Memoria
ecientemente fue publicado el informe anual sobre la situación humanitaria en la región del Oriente antioqueño 2018 – 2021, “Nuevos ordenes, viejas disputas” liderado por la Mesa de DDHH y algunas de las Organizaciones que participan en ella, como Viva la ciudadanía, Conciudadanía, ASOPROA, ACA, Corporación Jurídica libertad, entre otras, frente a situaciones evidenciadas en materia de vulneración a los derechos humanos en la región, entre los cuales se destacan cifras escalofriantes frente a la vulneración a la VIDA: “En el Oriente Antioqueño se han cometido 559 homicidios en los últimos 4 años. Al mismo tiempo, y por tercer año consecutivo, el comportamiento en las cifras de homicidios mantiene un aumento alarmante desde el año 2018. Durante 2018 y 2019 la cuantía de los homicidios creció 4,3%, entre 2019 y 2020 aumentó 19%, y entre 2020 y 2021 alcanzó un crecimiento del 24%. Cifras que cuestionan los resultados trazados en los indicadores de los planes de seguridad de las diferentes alcaldías locales, y que indica claramente que el uso de las armas permanece en poder de estructuras armadas. El 92% de los homicidios sucedió contra hombres, el 8% contra mujeres; en el 76% de los casos se usaron armas de fuego. Los homicidios por cada cien mil habitantes entre 2018 y 2021 registraron un índice de 19, 20, 24, y 29 respectivamente. Estas dos últimas por encima de la tasa nacional. En cifras consolidadas entre 2018 y 2021, los municipios de Rionegro (72 casos), El Carmen de Viboral (62), Sonsón (51), Guarne (43), Marinilla (39), y El Peñol (34), reportaron los acumulados más altos de homicidios.”
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Cifras alarmantes para una región que cuenta con nueve municipios cercanos a la ciudad de Medellín, que tiene un eje vial nacional que conecta a la Costa con el interior del país por distintas vías, una región rica en aguas, bosques y diversidad, un aeropuerto internacional y un fuerte auge inmobiliario que atrae a más habitantes, con los conflictos y problemáticas propias de altos índices de consumo y comercialización de sicoactivos, el desplazamiento de bandas criminales como los “Mesas, Pamplona, la oficina” entre otros, dueños de las plazas de vicio que no solo incentivan el uso y abuso de drogas , sino las disputas y consolidación de las mismas que llevan a las subsiguientes problemáticas de muerte, desplazamiento, masacres, desaparición y violencia.
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18 Nuestra Misión Evangelizar
Todo lo anterior debe doler como orientales, pobladores de esta región rica y estratégica, haciendo un llamado urgente al respeto y el cuidado de la VIDA como bien superior, una tarea indelegable. No podemos desentendernos de proclamar y defender su valor y la inviolabilidad de la vida humana. Es un derecho y un deber. La defensa de la dignidad y del valor de la vida humana es la primera condición necesaria para encontrar la justicia y la paz en nuestra herida convivencia ciudadana. Dicha defensa constituye el mínimo en el que convergen democracia y los derechos humanos.
La participación de
los fieles laicos en la política Por: Mag. Jaime de Jesús Chacón Rodríguez Coordinador de la Licenciatura en Educación Religiosa
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n los Evangelios, Jesús constantemente rechaza el poder político. Episodios tales como el de Las Tentaciones (Lc. 4, 1-13), la confesión de Pedro (Mt. 16, 21-23) y la multiplicación de los panes y los peces (Mc. 6, 34-44) muestran que el gobierno del Padre es muy distinto al de los seres humanos. De hecho, cuando los fariseos trataron de ponerle una trampa, Él, al preguntarles, en el episodio del pago de impuestos al César (Mt. 22, 15-22), los pone en la encrucijada de tener que elegir entre dejar de tener compromisos con el Imperio Romano (al cual se habían acomodado por conveniencia) o abandonarlos definitivamente y ponerse de parte de las ovejas perdidas de Israel. Hay una aparente contradicción entre la evitación de la política y la imposibilidad moral de abdicar de la política propuesta por la Santa Sede (Christifideles laici, n. 42), al igual que la intervención de los Sumos Pontífices en los problemas políticos a través de alocuciones, exhortaciones, encíclicas y reuniones con líderes políticos de todo el mundo. Sin embargo, la participación de los católicos en política parte de presupuestos muy distintos: - En primer lugar, el hecho de que la Iglesia sea una comunidad que, al igual que Jesucristo, se solidariza con los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de toda la humanidad, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren: “La comunidad cristiana está integrada por hombres que, reunidos en Cristo, son guiados por el Espíritu Santo en su peregrinar hacia el reino del Padre y han recibido la Buena Nueva de la Salvación para comunicarla a todos” (Gaudium et Spes, n. 1). - En segundo lugar, los principios de la Doctrina Social de la Iglesia: la dignidad humana, el bien común, la subsidiariedad y la solidaridad.
Estos son principios constitutivos del orden social, es decir, requisitos básicos sin los cuales las sociedades humanas no lograrían subsistir, al menos en condiciones de justicia (Letelier-Widow, p. 97). Por último, la vocación a la santidad (plenitud de la vida y perfección en la caridad), que no se alcanza por el pietismo o en un ámbito fuera del terrenal: “En el logro de esta perfección empeñen los fieles las fuerzas recibidas según la medida de la donación de Cristo, a fin de que, siguiendo sus huellas y hechos conformes a su imagen, obedeciendo en todo a la voluntad del Padre, se entreguen con toda su alma a la gloria de Dios y al servicio del prójimo” (Lumen Gentium, n. 40). Con base en esto, la participación en política no conlleva la militancia en un partido político, sino el cumplimiento de todos los deberes de ciudadano (Catecismo de la Iglesia Católica n. 2240) en espíritu de verdad, justicia, solidaridad y libertad (CIC n. 2239) y la resistencia a los gobernantes en caso de violaciones ciertas, graves y prolongadas de los derechos fundamentales (CIC n. 2243).
La Santa Sede advierte acerca de posturas éticas que equiparan las posibles concepciones acerca de la vida humana, como si todas tuvieran igual valor y a causa de las cuales buena parte de los ciudadanos, incluidos muchos católicos, renuncian a a contribuir a la vida social y política de sus propios países (CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, n. 3). De igual forma, reconoce que las verdades de la fe (las cuales son inseparables de la vida social) constituyen una unidad inseparable y que defender un solo aspecto aislado no basta para el bien común. De modo que, en la participación de los fieles laicos, en este año de elecciones y en todo momento, implica que podamos encontrar los mejores modos de defender, al mismo tiempo, principios éticos como: los derechos del embrión humano y de quienes padecen enfermedades graves, la promoción de la familia, la educación, la tutela social de los menores, la liberación de las nuevas formas de esclavitud, la libertad religiosa y el desarrollo económico al servicio de la persona.
Diócesis de Sonsón Rionegro 19
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es la fuerza que me impulsa a salir a recorrer los numerosos y nuevos caminos que nos pide la misión”