Semana Pro Vida 2012

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SEMANA PRO-VIDA

En nombre de Dios: ¥Respeta,defiende, ama y sirve a la vida, a toda vida humana!�. (Evangelium Nuntiandi)


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OBJETIVO GENERAL: Sensibilizar durante la Semana Pro-vida, la comunidad de la Diócesis Sonsón Rionegro, sobre el respeto, la defensa y el amor a la vida humana, a partir de programas radiales, recursos multimedia y espacios reflexivos, contribuyendo a generar una cultura de la vida en diferentes espacios de la comunidad, tomando como guía la Encíclica “Evangelium Vitae” (Evangelio de la Vida).

OBJETIVOS ESPECÍFICOS: Concienciar la comunidad de la Diócesis Sonsón Rionegro, sobre la cultura Pro-vida a partir de una estrategia de comunicación, donde se incluyen actividades reflexivas, volantes y afiches publicitarios. Desarrollar siete programas radiales tomando como tema principal el capitulo III del “Evangelium Vitae” “No mataras”. Convocar a diferentes sectores de la comunidad de la Diócesis Sonsón Rionegro al foro “Consecuencias físicas y psicológicas de la pastilla del día después”.

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PROGRAMACIÓN 4

Domingo 18 de marzo: Eucaristía de apertura. Catedral San Nicolás, 12:00 m., preside el señor Obispo. Jueves 22 de marzo: Foro “Consecuencias físicas y psicológicas de la pastilla del día después”. Auditorio, Universidad Católica de Oriente. Sábado 24 de marzo: Vigilia de oración.

Nota: En este documento se encuentran siete resúmenes correspondiente a la introducción y los seis ítem del capitulo III del Evangelio de la Vida; se sugiere uno para cada día, de manera que a lo largo de la semana se pueda reflexionar sobre el valor y el respeto de la vida. También se encuentra un guion para la celebración eucarística con motivo del día del niño por nacer y la semana pro-vida, que cada parroquia empleara de forma conveniente y en el espacio que se elija, igualmente se incluyen algunas oraciones propias para la celebración de la eucaristía y otros espacios.


CARTA ENCÍCLICA EVANGELIUM VITAE (Juan Pablo II) INTRODUCIÓN Esta introducción de la Encíclica, nos presenta cinco temas relevantes que denuncian la violación constante de la vida, dichos temas son: • EL EVANGELIO DE LA VIDA • VALOR INCOMPARABLE DE LA PERSONA HUMANA. • NUEVAS AMENAZAS A LA VIDA HUMANA: • FLAGELO QUE SE AGRANDA • EN COMUNIÓN CON TODOS LOS OBISPOS DEL MUNDO. Estos temas son desarrollados por la Encíclica, hemos querido sacar un resumen que les pueda proporcionar elementos para sus reflexiones y algunas pistas para las homilías en las Eucaristías. 1. EL EVANGELIO DE LA VIDA El evangelio de la vida es el centro del mensaje de Jesús, acogido con alegría por la Iglesia. Es anunciado como buena noticia a los hombres de toda época y cultura; así el nacimiento de Jesús se constituye en la buena noticia de Salvación. La navidad pone de manifiesto el sentido profundo de todo nacimiento humano. La alegría mesiánica constituye el fundamento y realización de la alegría y el cariño por cada niño que nace. “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10,10). Esta vida consiste en la comunión con el Padre en el Hijo por obra del Espíritu Santo. En la vida trinitaria encuentra pleno significado todos los aspectos y momentos de la vida del hombre.

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2. VALOR INCOMPARABLE DE LA PERSONA HUMANA

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El hombre es llamado a la plenitud de la vida: que va más allá de la existencia terrena, está invitado a participar de la vida misma de Dios (vida eterna). En esto está lo sublime y la grandeza de la vida humana, incluso en su fase temporal. La vida en el tiempo es condición básica, momento inicial y parte integral de todo el proceso unitario de la vida humana que alcanza su realización en la vida Eterna. La vida se nos confía para que la custodiemos con sentido de responsabilidad y la llevemos a perfección en el amor y en el don de nosotros mismos a Dios y a los hermanos. La Iglesia sabe que el Evangelio de la Vida, tiene eco en el corazón de cada persona, cada creyente e incluso no creyente. Todo hombre abierto a la verdad y el bien aun entre dificultades e incertidumbres, con la luz de la razón y con el influjo secreto de la gracia pude llegar a descubrir la ley natural escrita en su corazón. El valor de la vida desde el inicio hasta su término, afirma el derecho de cada ser humano a ver respetado totalmente este bien primario suyo. En el reconocimiento de este derecho, se fundamenta la convivencia humana y la misma comunidad política. Los creyentes en Cristo deben defender y promover este derecho; de ahí que la Iglesia estudia continuamente el misterio de la Redención y se siente llamada a anunciarlo a los hombres de todos los tiempos, por eso el hombre viviente constituye el camino primero y fundamental de la Iglesia. 3. NUEVAS AMENAZAS A LA VIDA HUMANA Toda amenaza a la dignidad y a la vida del hombre repercute en el corazón mismo de la Iglesia; afecta el núcleo de la fe en la encarnación Redentora del Hijo de Dios, lo compromete en la misión de anunciar el Evangelio de la Vida por todo el mundo y a cada criatura. A las tradicionales y dolorosas plagas del hombre: • Las enfermedades endémicas . • La violencia.


• Y la guerra se añaden otras con nuevas facetas y dimensiones inquietantes; todo lo que se oponga a la vida como: o El homicidio de cualquier índole o Los genocidios o El aborto

o Lo que viola la integridad de la persona humana o La mutilación

o La tortura corporal y material, e incluso los intentos de coacción psicológica. o Las condiciones infrahumanas o El encarcelamiento arbitrario o La deportación o La esclavitud

o La Prostitución

o La trata de blancas y de jóvenes

o Las condiciones ignominiosas de trabajo

Todas estas cosas y otras semejantes son oprobios, que al corromper la civilización humana deshonran más a quienes la practican que a quienes padecen la injusticia y son totalmente contrarias al honor debido al Creador. 4. FLAGELO QUE SE AGRANDA Por desgracia este flagelo sigue agrandándose. El progreso científico y tecnológico hace que surjan nuevas formas de agresión contra la dignidad de la persona, delineándose una nueva situación cultural. Amplios sectores de la opinión pública, justifican algunos atentados contra la vida en nombre de los derechos de la libertad individual, y sobre este derecho pretenden no sólo impunidad, sino incluso la autorización por parte del estado; con el fin de practicar con absoluta libertad y además con la intervención gratuita de las estructuras sanitarias.

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La misma medicina que por su vocación esta orientada y ordenada a la defensa de la vida se presta cada vez más en algunos de sus sectores a realizar estos actos contra la persona, deformando así su rostro, contradiciéndose así misma y degradando la dignidad de quien la ejerce. Es preocupante el fenómeno de eliminación de tantas vidas humanas incipientes o próximas a su ocaso; igualmente es grave la conciencia misma oscurecida por cuestiones tan grandes, costando cada vez más distinguir el bien y el mal en lo referente al valor fundamental de la vida. 5. EN COMUNIÓN CON TODOS LOS OBISPOS DEL MUNDO Así como en la Rerum Novarum, la Iglesia sale en defensa de los trabajadores – después de cien años de la misma, la Iglesia siente el deber de dar su voz, con la misma valentía, a quien no tiene voz. El suyo es el clamor Evangélico en defensa de los pobres del mundo y de quienes son amenazados, despreciados y oprimidos en sus derechos humanos: Como son los niños aún no nacidos. Si la Iglesia a finales del siglo IXX no podía callar ante los abusos entonces existentes, menos aún puede callar hoy, cuando a las injusticias sociales del pasado, no superadas todavía, se añaden en todas partes del mundo injusticias y opresiones, incluso más grandes, consideradas tal vez como elementos del progreso de cara a la organización de un nuevo orden mundial. La Encíclica quiere: Una confirmación precisa y firme del valor de la vida humana y de su carácter inviolable. Al mismo tiempo una llamada incesante a todos y cada uno, En nombre de Dios: ¡Respeta, defiende, ama y sirve a la vida, a toda vida humana! ¡Sólo siguiendo este camino encontramos justicia, desarrollo, libertad verdadera, paz y felicidad!


Reflexión • ¿Estoy amando la vida como lo manda Dios? • ¿Qué estoy haciendo en mi comunidad para promover y defender la vida de todo ser humano? • ¿Cuáles son las principales amenazas que identifico contra la vida en mi comunidad? • ¿Cuáles cree que son los nuevos métodos que van en contra de la vida? • Mi compromiso para respetar, defender, promover y defender la vida es…

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CAPÍTULO III 10

NO MATARÁS LA LEY SANTA DE DIOS 1. “Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos” (Mt 19,17) Evangelio y mandamiento. Este primer ítem del capítulo tres, enfatiza en el cumplimiento de los mandamientos como requisito para preservar la vida; su sencillez nos deja ver la profundidad del mismo, hacer una reflexión en torno a este tema nos puede servir de preámbulo para hablar sobre la vida y su defensa. Jesús enseña a sus discípulos el secreto para entrar a la vida eterna, invitándolos a guardar los mandamientos del Señor. “El mandamiento de Dios no está nunca separado de su amor” Es un don para el crecimiento y la alegría del hombre, que lo compromete con el evangelio de la vida, cuando Dios da la vida invita a amarla, respetarla y promoverla. Dios creó al hombre a imagen y semejanza, su naturaleza esta marcada por la realeza. También el hombre es rey, (siervo), y no sólo de las cosas, sino también de sí mismo y de la vida que


le ha sido dada y que puede transmitir por medio de la generación. Sin embargo, es preciso vivir con sabiduría y amor, pues no se trata de un señorío absoluto y arbitrario, sino ministerial. Los preceptos del señor son un don gratuito para el bien de la persona, su dignidad y felicidad, el hombre es “administrador del plan establecido por el Creador”. “La vida se confía al hombre como un tesoro que no se debe malgastar, como un talento a negociar. El hombre debe rendir cuentas de ella a su señor (cf. Mt 25, 14-30; Lc 19, 12-27)”.

Reflexión • ¿Cómo he administrado el don de la vida? • ¿Sigo y enseño los mandamientos de Dios? • ¿Doy testimonio en mi comunidad de su mensaje? • ¿Estoy preparado para rendir cuentas de mi vida al Señor?

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2. “Pediré cuentas de la vida del hombre al hombre” (cf. Gn 9,4): la vida humana es sagrada e inviolable”

12 El mandamiento no mataras, hace especial énfasis en el respeto de toda vida

humana, especialmente si es inocente e indefensa, pues toda eliminación directa y voluntaria de un ser humano es siempre gravemente inmoral, nadie ni nada está autorizado para dar muerte a un embrión, niño, adulto, anciano, enfermo incurable o agonizante. Incluso nadie podrá pedirla para si mismo ni para otros. Este párrafo encierra las condiciones que nos llama a la defensa de la vida, como no lo ha enseñado la Palabra de Dios y la Doctrina de la Iglesia: Respetar la vida desde su concepción hasta la muerte natural. “La vida humana es sagrada, porque desde su inicio comporta “la acción creadora de Dios” y permanece siempre en una especial relación con el Creador, su único fin. Sólo Dios es Señor de la vida, desde su comienzo hasta su término” La sagrada Escritura llama al hombre a no matar como mandamiento divino (Ex 20, 13; Dt 5, 17). Dios se proclama Señor absoluto de la vida del hombre, creado a imagen y semejanza (cf Gn 1, 26-28). Es así como la vida adquiere un valor sagrado e inviolable. Dios se hace juez de toda violación del mandamiento “No mataras”, pues esta es la base de la convivencia social, este mandamiento indica el limite que no puede ser transgredido, sin embargo invita a una actitud positiva del respeto absoluto por la vida, ayudando a promoverla y a progresar por el camino del amor. El mandamiento no mataras, tiene un fuerte contenido negativo, indica el limite que no puede ser transgredido, llamando al respeto absoluto de la vida, a promoverla y a progresar en el camino del amor. El amor al prójimo es un mandamiento semejante al del amor a Dios; “de estos dos mandamientos depende toda ley y los profetas” (cf Mt 22, 3640). Mateo lo resume: “Amaras a tu prójimo como a ti mismo” y Pablo lo reafirma. (cf Rm 13, 9; cf. Ga 5,14).


Las enseñanzas respecto al derecho y defensa de la vida son claras, cuando se indica “No mataras al hijo en el seno de su madre, ni quitaras la vida al recién nacido” el llamado es a sentir compasión por el pobre, por el que sufre, por el necesitado. La ley de Dios, propone defender la propia vida y no dañar la del otro; en este sentido se sitúa también la pena de muerte, donde la Iglesia pide su abolición, buscando siempre que la justicia penal sea cada vez más conforme con la dignidad del hombre y por lo tanto con el designio de Dios para la humanidad. El mandamiento no mataras, hace especial énfasis en el respeto de toda vida humana, especialmente si es inocente e indefensa, pues toda eliminación directa y voluntaria de un ser humano es siempre gravemente inmoral, nadie ni nada está autorizado para dar muerte a un embrión, niño, adulto, anciano, enfermo incurable o agonizante. Incluso nadie podrá pedirla para sí mismo ni para otros. Cada ser humano es totalmente igual a todos los demás en el derecho a la vida, esta es la base de toda relación social, que para ser verdadera debe argumentarse sobre la verdad y la justicia, reconociendo cada ser humano como personas y no como cosas de las que se puede disponer. Todos sin ninguna excepción ni diferencia somos iguales, ante la norma que prohíbe la eliminación directa de un ser humano inocente.

Reflexión: • ¿Estas amando a tu prójimo como a ti mismo? • ¿Cuáles son los mayores daños a la vida que he conocido en mi comunidad? • ¿En quién me puedo apoyar para promover la igualdad y el derecho a la vida?

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3. “Mi embrión tus ojos lo veían” (Sal 139 /138/, 16): el delito abominable del aborto

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Ninguna razón justifica la eliminación de un ser humano inocente, continuamente escuchamos motivos por los que se pretende acabar con la vida, argumentando condiciones de existencia o la preservación de bienes “importantes” como la salud o un nivel de vida. Esta es la idea que el Papa nos quiere hacer entender, respecto al niño no nacido ya que nada justifica atentar contra él. Entre todos los delitos que el hombre puede cometer contra la vida, el aborto procurado presenta características que lo hacen particularmente grave e ignominioso. La aceptación del aborto ha ido debilitando la conciencia de muchos, que deja al descubierto una peligrosa crisis moral, incapaz de diferenciar entre el bien y el mal. En el caso del aborto, nos encontramos ante una difusión de términos ambiguos, como la de “interrupción del embarazo”, que tiende a ocultar su verdadera naturaleza y a atenuar su gravedad en la opinión pública. El fenómeno lingüístico aparece como un malestar de conciencias, donde se pretende cambiar la realidad de los actos: “El aborto procurado es la eliminación deliberada y directa, como quiera que se realice, de un ser humano en la fase inicial de su existencia, que va de la concepción al nacimiento”. El aborto corresponde a un homicidio, a la eliminación de un ser humano inocente que comienza a vivir, un ser débil, privado hasta de los más mínimos recursos de defensa como son el llanto del recién nacido. Se halla totalmente confiado a los cuidados y protección de su madre, con el agravante que en ocasiones es ella quien decide eliminarlo. Vemos entonces, que con frecuencia intervienen en la decisión de dar muerte a un niño no nacido diferentes personas, además de la madre, entre ellos el padre del


niño, induciendo a la madre al aborto, dejándola sola sin su apoyo, el acoso de familiares y amigos presionando a la mujer psicológicamente para cometer aborto, incluso médicos y personal sanitario cuando ponen al servicio de la muerte su competencia adquirida, además legisladores aprobando leyes que amparan este flagelo. Ante el delito del aborto, la responsabilidad también recae sobre aquellos que difunden la mentalidad de la permisividad sexual, el menosprecio de la maternidad, instituciones que buscan la legalización del aborto, así como aquellos que debieron haber facilitado y promovido políticas familiares y sociales para apoyo a familias, especialmente a las numerosas o con dificultades económicas y educativas. El aborto no sólo deja secuelas en las personas que causan el daño directo, contribuye a una fuerte problemática social, una herida a la cultura y una amenaza a la civilización. En muchas ocasiones se intenta justificar el aborto, argumentando que a partir de ciertos días no puede ser todavía considerado una vida humana personal; sin embargo la realidad corresponde a que desde el momento en que el ovulo es fecundado inicia una nueva vida, que se desarrolla por sí misma, es independiente del padre y de la madre. La ciencia, muestra que desde el primer momento de la fecundación se encuentra fijada la información de lo que será ese viviente: una persona con características determinadas, es evidente que con la fecundación inicia la vida, sólo requiere de un tiempo para lograr su desarrollo y poder actuar. Sin embargo, más allá de debates científicos, la Iglesia se compromete y ha enseñado que al fruto de la generación humana, desde el primer momento de su existencia, se

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ha de garantizar el respeto incondicional que se le debe en su totalidad y unidad, corporal y espiritual: “El ser humano debe ser respetado y tratado como persona desde el instante de su concepción y, por eso, a partir de ese mismo momento se le deben reconocer los derechos de la persona, principalmente el derecho inviolable de todo ser humano inocente a la vida”. La vida es sagrada e inviolable en cada momento de su existencia, también en el inicial que precede al nacimiento; desde el seno materno la vida pertenece a Dios, que la forma y plasma con sus manos y da cuenta de su acción creadora. La disciplina canónica de la Iglesia, desde los primeros siglos ha castigado a quienes se manchaban con la culpa del aborto y su práctica. El Código de Derecho Canónico de 1917 establecía para el aborto la pena de excomunión. También la nueva legislación canónica se sitúa en esta dirección cuando sanciona que “quien procura el aborto, si este se produce, incurre en excomunión latae sententiae”, es decir automática. La Iglesia señala este delito como uno de los más graves y peligrosos. La valoración moral del aborto se debe aplicar también a las recientes formas de intervención sobre los embriones humanos que, aun buscando fines en sí mismo legítimos, compartan inevitablemente su destrucción. El uso de embriones o fetos humanos como objeto de experimentación, fecundación in vitro, uso para trasplantes, constituye un delito en consideración a su dignidad de seres humanos, pues desde el inicio el ser humano tiene derecho al respeto como niño ya nacido y como persona. Las técnicas de diagnostico prenatal, que permiten identificar anomalías en el niño por nacer, deben hacerse cuidadosa y articuladamente. Estas técnicas son moralmente licitas cuando están exentas de riesgo para el niño o la madre y están orientadas a facilitar una terapia precoz o favorecer la aceptación del niño. Sin embargo en diferentes ocasiones estas técnicas se ponen al servicio de una mentalidad eugenésica que acepta el aborto selectivo para impedir el nacimiento de niños afectados por varios tipos de anomalías. Dicha mentalidad es reprobable, porque pretende medir el valor de una vida


humana siguiendo sólo parámetros de “normalidad” y de bienestar físico, abriendo el camino del infanticidio y de la eutanasia. Es preciso reconocer el valor y la serenidad con la que muchos hermanos viven afectados por graves formas de minusvalidez y son acogidos, aceptados y amados por nosotros, es así como se constituye un testimonio de auténticos valores que hacen la vida en condiciones difíciles, preciosa para sí y para los demás. La Iglesia esta cercana a aquellas personas que con ansia y sufrimiento acogen a sus hijos y a las familias que por medio de la adopción, ampara a quienes han sido abandonados por sus padres.

Reflexión • ¿El aborto se presenta en mi comunidad? • ¿Por qué creo que una mujer aborta su hijo? • ¿Qué secuelas deja el aborto en la mujer? • ¿Cuál es mi compromiso en el cuidado de la vida aún en la etapa de gestación?

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4. “Yo doy la muerte y doy la vida” (Dt 32,39): el drama de la eutanasia

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“La eutanasia es una grave violación de la Ley de Dios”, en cuanto eliminación deliberada y moralmente inaceptable de una persona humana. Estas prácticas incluyen el suicidio y el homicidio”. Esto quiere decir que nadie puede ser arbitro de su propia vida o de la de otro ya que este derecho corresponde sólo a Dios. En el otro extremo de la existencia, el hombre se encuentra ante el misterio de la muerte. Hoy, debido a los progresos de la medicina y en un contexto cultural con frecuencia cerrado a la trascendencia, la experiencia de la muerte se presenta con algunas características nuevas. En efecto, cuando prevalece la tendencia a apreciar la vida sólo en la medida en que da placer y bienestar, el sufrimiento aparece como una amenaza insoportable, de la que es preciso librarse a toda costa. En la cultura de hoy, el hombre piensa ser criterio y norma de sí mismo, rechazando u olvidando su relación con Dios, solicitando a la sociedad que se le garantice modos de decidir sobre la propia vida en plena y total autonomía. Cada vez, es más fuerte la tentación de la eutanasia, esto es, adueñarse de la muerte, procurándola de modo anticipado y poniendo así fin “dulcemente” a la propia vida o a la de otros. Esta práctica, es uno de los síntomas más alarmantes de la “cultura de la muerte”, que avanza sobre todo en las sociedades del bienestar, donde se promueve una mentalidad eficientista que presenta el creciente número de acianos y debilitados como algo demasiado gravoso e insoportable. Estas personas frecuentemente son aisladas por la familia y la sociedad, organizados prácticamente en criterios de eficiencia productiva, según los cuales una vida irremediablemente inhábil ya no posee valor. Por eutanasia se debe entender una acción o una omisión que por la naturaleza y en la intención causa la muerte, con el fin de eliminar cualquier dolor.


Es importante distinguirla del llamado “ensañamiento terapéutico” es decir intervenciones médicas que ya no son adecuadas a la situación real del enfermo, por ser desproporcionadas a los resultados esperados. Cuando la muerte se prevé inminente e inevitable, se puede en conciencia renunciar a procedimientos que de alguna forma prolongaría en condiciones desfavorables y en una penosa condición la existencia. Igualmente existe la obligación moral de curarse y hacerse curar, sin embargo en necesario valorar según situaciones concretas y si en realidad aportan a la mejoría. Renunciar a medios de curación desproporcionados no equivale a suicidio o a eutanasia, evidencia la aceptación de la condición humana a la muerte. Hoy se habla de cuidados paliativos, destinados a hacer más soportable el sufrimiento en la fase final de la enfermedad y, al mismo tiempo, asegurar al paciente un acompañamiento humano adecuado. En este contexto aparece, el problema de licitud de los diferentes tipos de analgésicos y sedante para aliviar el dolor del enfermo, cuando esto comporta el riesgo de acortarle la vida. Pio XII afirmo que es lícito suprimir el dolor por medio de narcóticos, a pesar de tener como consecuencia la limitación de la conciencia y abreviar la vida, pues en este caso no se busca la muerte, aunque se corre el riesgo; lo que se busca es mitigar el dolor por los analgésicos puestos a disposición por

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la medicina. Sin embargo no es lícito privar al moribundo de la conciencia propia. acercarse a la muerte el hombre debe estar en condiciones de poder 20 Al cumplir sus obligaciones morales y familiares y, prepararse con plena conciencia al encuentro definitivo con Dios.

“La eutanasia es una grave violación de la Ley de Dios”, en cuanto eliminación deliberada y moralmente inaceptable de una persona humana. Estas prácticas incluyen el suicidio y el homicidio. El suicidio y el homicidio son moralmente inaceptables. Determinados condicionamientos psicológicos, culturales y sociales pueden llevar a realizar un gesto que contradice la inclinación innata de cada uno a la vida, atenuando o anulando la responsabilidad subjetiva, el suicidio demuestra el rechazo del amor a sí mismo y la renuncia a los deberes de justicia y de caridad para con el prójimo, y para la comunidad y sociedad en general. En su realidad más profunda constituye un rechazo a la soberanía absoluta de Dios sobre la vida y sobre la muerte. Compartir la intención suicida de otro y ayudarle a realizarla a partir del llamado “suicidio asistido” significa hacerse colaborador y en ocasiones autor de una injusticia que no tiene justificación, ni siquiera cuando es solicitada. La eutanasia debe considerarse como una falsa piedad; la verdadera compasión nos hace solidarios con el dolor de los demás y no elimina a la persona cuyo sufrimiento no puede soportar. La eutanasia aparece más perversa cuando es realizada por familiares, quienes con paciencia y amor deberían asistir a su allegado y los médicos comprometerse a cuidar al enfermo, incluso en las condiciones terminales más penosas. La opción de la eutanasia es más grave cuando se configura como un homicidio que otros practican en una persona que no la pedido de ningún modo y que nunca dio su consentimiento. Se llega al extremo cuando médicos y legisladores se atribuyen el poder de decidir sobre quién vive o muere. Sólo Dios tiene el poder sobre el morir o el vivir: “Yo doy la muerte y doy la vida” (Dt 32, 39; cf. 2 R 5, 7; 1 S 2,6).


Él ejerce su poder siempre y sólo según su designio de sabiduría y de amor. Cuando el hombre usurpa este poder, dominado por necedad y el egoísmo, lo usa fatalmente para la injusticia y la muerte. Así, la vida del más débil queda en manos del más fuerte, perdiéndose el sentido de la justicia social. Nuestra condición humana y la fe en Cristo Redentor nos obligan a elegir el camino del amor y de la verdadera piedad. El deseo que brota del corazón del hombre ante el encuentro con el sufrimiento y la muerte. La certeza de la inmortalidad y la esperanza en la resurrección prometida proyecta una nueva luz e infunde en el creyente una fuerza extraordinaria para abandonarse al plan de Dios.

Reflexión: • ¿Qué significa para mí el dolor físico y/o emocional? • ¿Qué aspectos considero dan el valor a la vida? • ¿Cuáles son las vidas que tienen mayor valor en una sociedad? • ¿Qué conozco de los cuidados paliativos?

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5. “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hch 5,29): ley civil y ley moral”

22 “…Sin embargo, es precisamente la problemática del respeto a la vida la

que muestra los equívocos y contradicciones con sus terribles resultados, es así como queda al descubierto que la democracia no puede modificarse en un sustituto de la moralidad o en una panacea de la inmortalidad. Fundamentalmente es un “ordenamiento” y, como tal instrumento y no un fin” Uno de los atentados actuales contra la vida humana, consiste en la tendencia a exigir su legitimación jurídica, como si fuesen derechos que el Estado, debe reconocer a los cuídanos, de ahí la tendencia a realizarlos con la asistencia segura y gratuita de médicos y agentes sanitarios. Son muchas las ocasiones en las que la vida de quien no ha nacido o esta gravemente debilitado es un bien sólo relativo que adquiere su valor a partir de su comparación con otros bienes. Es así, como el Estado en su interés por la convivencia civil y de la armonía social, debería respetar esta decisión, llegando incluso a admitir el aborto y la eutanasia. Estos son los planteamientos que han tratado de hacerse legales en muchos países alegando el derecho al buen morir; pero esto es ilegitimo y no aprobado por la ley natural o por la ley Divino positiva. En varias ocasiones se cree que la ley civil no puede exigir que todos los ciudadanos vivan de acuerdo a un nivel más elevado de moralidad que el que ellos mismos aceptan y comparten. Es así, como la ley siempre debería manifestar la opinión y la voluntad de la mayoría. Desde la ley civil se argumenta que la prohibición y el castigo del aborto y la eutanasia llevarían inevitablemente a un aumento de prácticas ilegales, que, sin embargo no estarían sujetas al control social y sin la debida seguridad médica. Las opiniones más radicales sostienen que, en una sociedad moderna y pluralista, se debería reconocer a cada persona una plena autonomía para disponer de su propia vida y de quien aún no ha nacido. Por tanto no correspondería a la ley elegir o pretender imponer una opción particular en detrimento de los demás.


El relativismo ético es la raíz que caracteriza la cultura contemporánea, donde es en ocasiones considerada como una condición de la democracia, ya que sólo él garantizaría la tolerancia, el respeto reciproco entre las personas y la adhesión a las decisiones de la mayoría, mientras que las normas morales, consideradas objetivas y vinculantes, llevarían al autoritarismo y a la intolerancia. Sin embargo, es precisamente la problemática del respeto a la vida la que muestra los equívocos y contradicciones con sus terribles resultados, es así como queda al descubierto que la democracia no puede modificarse en un sustituto de la moralidad o en una panacea de la inmortalidad. Fundamentalmente es un “ordenamiento” y, como tal instrumento y no un fin. La democracia cae o se mantiene con los valores que promueve y encarna, pero estos valores no pueden estar provisionales, sólo el reconocimiento de una ley moral objetiva que esté inscrita en el corazón del hombre, es punto de referencia para la misma ley civil. El camino para construir la paz es la base moral objetiva, fundamentada sobre la dignidad humana y la solidaridad, la ley civil no puede sustituir la conciencia moral, esta para asegurar el cumplimiento de algunos derechos fundamentales, que pertenecen originariamente a la persona. El problema de la conciencia la encontramos cuando la ley civil se opone a la ley de Dios, nunca es licito cooperar formalmente con el mal, por consiguiente el rechazo a participar en la ejecución de una injusticia es un derecho que la ley civil debe garantizar, donde la persona logre apelar a la objeción de conciencia es decir, cuando la persona siente el deber y la necesidad por su convicción de rechazar la participación y ejecución en actos que van en contra de la vida. Reflexión: • ¿A quien sirvo, a la ley de Dios a la ley civil? • ¿Qué es para mí la conciencia moral? • ¿Qué antivalores encarna la ley civil? • ¿Qué es para mí la objeción de conciencia (Es decir, ¿cuál es mi criterio de elección de acuerdo a los principios Cristianos?)

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6. “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Lc 10,27): “Promueve” la vida

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Se nos pide amar y respetar la vida de cada hombre y de cada mujer y ser constantes y tener valor, para que se instaure en nuestro tiempo que está marcado por tantos signos de muerte, una cultura nueva de vida, fruto de la cultura de la verdad y del amor. Promover la vida es tarea fundamental de todo ser humano y por lo mismo su respeto, a esto se refiere el amor al prójimo que conlleva una exigencia, pedir cuentas del hermano. Los mandamientos de Dios nos enseñan el camino de la vida. Los preceptos morales negativos, es decir, los que declaran moralmente inaceptables la elección de una determinada acción, tienen un valor absoluto para la libertad humana, indican que la elección de determinados comportamientos es radicalmente incompatible con el amor a Dios y la Dignidad de la persona, creada a su imagen. Los mandamientos, en particular los preceptos morales negativos, son el inicio y la primera libertad. El mandamiento “no mataras” establece, por tanto, el punto de partida de un camino de verdadera libertad, que nos lleva a promover activamente la vida y a desarrollar determinadas actitudes y comportamientos a su servicio. El Creador ha confiado la vida del hombre a su cuidado responsable, no para que disponga


de ella de modo arbitrario, sino para que la custodie con sabiduría y la administre con amorosa fidelidad. En esta ley nueva se inspira y plasma el mandamiento “no mataras”. Por tanto, para el cristiano implica en definitiva el imperativo de respetar, amar y promover la vida de cada hermano, según las exigencias y las dimensiones del amor de Dios en Jesucristo. El mandamiento “no mataras”, incluso en sus contenidos más positivos de respeto, amor y promoción de la vida humana, obliga a todo hombre. En efecto, resuena en la conciencia moral de cada uno como un eco permanente de la alianza con Dios creador con el hombre. Lo que debemos hacer por nuestro prójimo es asegurar un servicio de amor, para que siempre se defienda y promueve la vida, especialmente cuando es más débil o está amenazada. Es una exigencia a nivel personal y social, donde todos debemos cultivar, poniendo el respeto incondicional de la vida humana como fundamento de una sociedad renovada. Se nos pide amar y respetar la vida de cada hombre y de cada mujer; ser constantes y tener valor, para que se instaure en nuestro tiempo que esta marcado por tantos signos de muerte, una cultura nueva de vida, fruto de la cultura de la verdad y del amor. Reflexión: • ¿Qué significa para mí no matar? • ¿Qué estoy haciendo por mi prójimo? • ¿Cómo puedo ayudar para vivir una cultura de la vida en mi comunidad? • Mi compromiso personal con la vida es…

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GUIÓN PARA LA EUCARISTÍA 26

RITOS INICIALES Monición de entrada La Iglesia celebra con alegría la solemnidad de la Anunciación del Señor, en la que se conmemora el anuncio del ángel a María y la encarnación del Hijo de Dios, el inicio de su vida humana. En torno a esta solemnidad oramos por la vida, por toda vida; desde el momento de la concepción hasta la muerte natural; es por ello que queremos resaltar la semana próvida uniéndonos a la jornada mundial del día del niño por nacer y que mejor momento que el día de la anunciación ya, nueve meses antes del día de Navidad, en el que conmemoramos que, gracias a la disponibilidad de la Virgen, el Hijo de Dios se hizo carne para caminar por nuestro mismo camino y conducirnos hacia la vida de Dios. Como María abrió su corazón al anuncio del ángel, abramos hoy nosotros nuestros corazones de un modo especial al clamor de los no nacidos que ven peligrar su vida y nos piden que los protejamos. De igual forma oremos por todos nosotros para que seamos conscientes del valor de la vida, como un don y una gracia que proviene de Dios mismos.


Acto penitencial El Señor Jesús, que nos invita a la mesa de la Palabra y de la Eucaristía, nos llama ahora a la conversión. Reconozcamos, pues, que somos pecadores e invoquemos con esperanza la misericordia de Dios. — Tú, que te hiciste hombre en las entrañas de la Virgen. Señor, ten piedad. — Tú, que has compartido en todo nuestra condición humana menos en el pecado. Cristo, ten piedad. — Tú, que fuiste fiel hasta la muerte para que nosotros tengamos vida. Señor, ten piedad. Se dice Gloria. Oración colecta Señor, tú has querido que la Palabra se encarnará en el seno de la Virgen María; concédenos, en tu bondad, que cuantos confesamos a nuestro Redentor como Dios y como hombre verdadero, lleguemos a hacernos semejantes a Él en su naturaleza divina. Por nuestro Señor Jesucristo. LITURGIA DE LA PALABRA PRIMERA LECTURA LECTURA DEL LIBRO DE ISAÍAS 7, 10-14; 8, 10 En aquel tiempo, el Señor habló a Acaz: —Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo. Respondió Acaz: —No la pido, no quiero tentar al Señor. Entonces dijo Dios: —Escucha casa de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal: Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa “Dios con nosotros”. Palabra de Dios R/ Te alabamos Señor

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SALMO RESPONSORIAL SALMO 39

28 R.- AQUÍ ESTOY, SEÑOR, PARA HACER TU VOLUNTAD. Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y, en cambio, me abriste el oído; no pides sacrifico expiatorio, entonces, yo digo: “Aquí estoy”. R.“Como está escrito en mi libro, para hacer tu voluntad”. Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas. R.He proclamado tu salvación, ante la gran asamblea; no he cerrado los labios: Señor, tú lo sabes. R.No me he guardado en el pecho tu defensa, he contado con tu fidelidad y tu salvación, no he negado tu misericordia y tu lealtad ante la gran asamblea. R. SEGUNDA LECTURA LECTURA DE LA CARTA A LOS HEBREOS 10, 4-10 Hermanos: Es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los pecados. Por eso, cuando Cristo entró en el mundo dijo: —Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo; no aceptas holocaustos ni víctimas expiatorias. Entonces yo dije lo que está escrito en el libro: “Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad”. Primero dice: —No quieres ni aceptas sacrificios ni ofrendas, ni holocaustos ni víctimas expiatorias. Después añade: —Aquí estoy yo para hacer tu voluntad. Niega lo primero, para afirmar lo segundo. Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre. Palabra de Dios R/ Te alabamos Señor.


ACLAMACIÓN Jn 1, 14ab La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria. EVANGELIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN LUCAS 1, 26-38 A los seis meses el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: —Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Ella se turbó ante estas palabras y se preguntó qué saludo era aquel. El ángel le dijo: —No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su Padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Y María dijo al ángel: — ¿Cómo será eso, pues no conozco a varón? El ángel le contestó: —El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible. María Contestó: —Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. Y la dejó el ángel. Palabra del Señor R/ Gloria a ti Señor Pautas para la Homilía El Evangelio de la vida del Papa Juan Pablo II, en la Introducción nos presenta el nacimiento de Jesús, como una buena noticia, la alegría de la Iglesia y del mundo por la llegada de Jesucristo como salvador; pero este hecho va más allá, se inicia desde el momento de la encarnación que tiene lugar en el anuncio del Ángel Gabriel a la Santísima Virgen María como nos lo relata el Evangelista San Lucas. El Fiat, de la Santísima Virgen, es el gran inicio de la obra de salvación de Dios en la historia de la humanidad, que se constituye en una historia de salvación, no sólo para el pueblo de Israel, sino para toda persona humana.

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Ya se ha hecho tradicional la jornada del día del niño por nacer, que generalmente coincide con la solemnidad del Anuncio del Señor a la Santísima Virgen María, la Iglesia ha tomado este día por su gran significado, dado que el misterio de la encarnación es el mismo misterio de Cristo el Señor en su nacimiento, pasión, muerte y resurrección. La misión de Jesús, es el Anuncio del Reino y en ese anunció nos manifiesta que Él nos da la vida y en abundancia como refiere el Evangelio de San juan. En las lecturas que nos presenta la solemnidad de la Anunciación, encontramos la intervención de Dios en la realidad del ser humano, de su vida, de su historia, de sus acontecimientos. Así el profeta Isaías nos muestra como es Dios mismo quien permite a Acaz pedir una señal, pero ante la negativa de este, Dios se manifiesta por su propia cuenta: “La doncella, concebirá y dará a luz un hijo”. Este texto, hace referencia ya a la salvación de Dios en la persona de Jesús, que como lo comenta el salmista, está presente para hacer la voluntad de Dios: “Aquí estoy Señor, para hacer tu voluntad”; al que hace referencia la carta a los Hebreos, enfatizando el sacrificio voluntario de Cristo por la humanidad, superando todos los antiguos sacrificios, pues el sacrificio de Cristo simplemente no es único, sino que además es en expiación de todos los pecado, pero no como en la antigua alianza donde el sacrificio del sacerdote era por sus propios pecados y por los pecados del Pueblo. El Sacrificio de Cristo es único, y ya no por los propios pecados, sino por los pecados de la humanidad, pues su encarnación es el cumplimiento de la promesa hecha por el Padre, para redimir al hombre caído. Jesús asume toda nuestra condición humana, menos el pecado; la encarnación responde a la instauración de la carne, es decir del Verbo que habita entre nosotros; el que existía desde el principio, acampa en medio nuestro, y no sólo para instaurarse en la humanidad, sino para restaurarla y volverla a Dios.


Dentro de este contexto de la Palabra de Dios, podemos hablar del Evangelio de la Vida, cuyo objetivo es el respeto del ser humano, desde el inició en su concepción hasta la muerte natural, al término de la existencia. El tema del día del niño por nacer es un gran acontecimiento mundial, que aboga por el ser indefenso, que espera que los que tenemos voz luchemos para que la nueva criatura en su estado de gestación pueda ver la luz, como nosotros la hemos visto gracias a personas como nuestros padres que fieles al plan de Dios se responsabilizaron de nuestra suerte, de nuestras vidas, hasta que pudiéramos dar cuenta de la misma por nuestros propios medios. Así como el aborto es abominable y desde cualquier punto de vista, desde nuestra condición de cristiano debe ser rechazado. Igualmente los atentados contra la vida en cualquiera de sus fases y en cualquier modalidad, como lo menciona también, el Evangelio de la Vida, en tanto no sólo se atenta contra la vida desde la agresión física, que puede causar la muerte, sino también en la coacción de las personas, la privación de su libertad, el maltrato psicológico, entre otros. En el contexto del día del niño por nacer y de la Semana Pro-vida, todos los cristianos debemos hacernos consientes que la vida es un don, un regalo que viene de las manos de Dios y por lo mismo es nuestro deber respetarla, valorarla, custodiarla. El mandato no mataras, se extiende ampliamente y nos hace entender que tenemos que sensibilizarnos, y más que esto responsabilizarnos de la vida; hemos de ser administradores del don y la gracia que Dios nos da: estar al servicio de la vida, pues Dios mismo pedirá cuentas de la vida al hombre. En conclusión, debemos acercarnos al hermano con respeto y reconocer en él desde los inició de su vida, hasta el final que es la imagen de Dios; por eso es importante resaltar la frase del Papa Juan Pablo II en el Evangelio de la Vida, que se ha tomado como lema en este año para la celebración de la Semana Pro-vida y dentro de ella el día del niño por nacer: “EN NOMBRE DE DIOS: ¡RESPETA, DEFIENDE, AMA Y SIRVE A LA VIDA, A TODA VIDA HUMANA!”.

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MONICIÓN A LA PROFESIÓN DE FE

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Como hacemos cada domingo y en todas las solemnidades del año litúrgico, ahora profesaremos la fe de la Iglesia. Hoy, como volveremos a hacer dentro de nueve meses, cuando celebremos el nacimiento de nuestro Salvador, después de las palabras «Y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María la Virgen y se hizo hombre», nos arrodillaremos y estaremos en silencio durante un instante. Aprovechemos este momento para contemplar y adorar el misterio de su Encarnación, aquel momento cumbre de la historia en el que Cristo Jesús inició su vida humana. ORACIÓN DE LOS FIELES Sacerdote: Para Dios nada hay imposible. Haciendo nuestros los sufrimientos y angustias de toda la humanidad, especialmente las de los niños no nacidos que sufren la amenaza del aborto, dirijamos a Él nuestras súplicas con la firme esperanza de que serán escuchadas. R/ Dios de la vida, Escúchanos Lector — Oremos, por toda la Iglesia. Para que, a ejemplo de la Virgen María, acoja, celebre y anuncie el Evangelio de la Vida. Roguemos al Señor. — Oremos por los gobiernos y los legisladores de las naciones. Para que, iluminados por el Espíritu Santo, protejan eficazmente el derecho de la vida desde su inicio hasta su fin natural. Roguemos al Señor. — Oremos, de un modo especial en esta jornada por la vida, por los niños no nacidos amenazados por el aborto. Para que su vida se vea protegida, sus madres reciban la ayuda necesaria para continuar con su gestación y nadie busque su muerte. Roguemos al Señor. — Oremos también por los científicos y los profesionales de la sanidad y de la atención social. Para que apoyen siempre la vida y rechacen toda práctica que atente contra la dignidad o la vida y de las personas. Roguemos al Señor.


— Oremos, como hacemos siempre, por todos aquellos que sufren en su cuerpo o en su espíritu. Para que reciban la ayuda que viene de lo alto y no les falte la asistencia fraternal de los cristianos. Roguemos al Señor. — Oremos por nosotros, que nos preparamos para renovar en la noche santa de la Pascua el Bautismo por el que fuimos incorporados a la vida nueva de la gracia. Para que, animados por esta jornada y alimentados con el pan vivo bajado del cielo, estemos siempre dispuestos a defender el gran don de la vida humana. Roguemos al Señor. Sacerdote: Oh Dios, creador y dueño de todas las cosas, escucha nuestras súplicas confiadas y concédenos a nosotros, creados a tu imagen y semejanza, anunciar con fidelidad el Evangelio de la Vida. Por Jesucristo nuestro Señor. O bien: Al celebrar hoy el inicio de la salvación del linaje humano, oremos, hermanos. (Respondemos a cada petición: R/. Por tu encarnación, escúchanos, Señor). - Para que el Hijo de Dios, que se hizo hombre en el seno de una virgen humilde y obediente, conceda a los fieles imitar a aquella que complació con su humildad al Señor y a nosotros nos ayudó con su obediencia, roguemos al Señor. R/. - Para que el Verbo de Dios, que, al hacerse hombre en el seno de María, cumplió las antiguas profecías, realice también, con su encarnación, los anhelos y esperanzas de los pueblos que aún ignoran la presencia de Dios en el mundo, roguemos al Señor. R/. - Para que el que enaltece a los humildes y colma de bienes a los hambrientos dé fuerza a los decaídos, consuele a los tristes y conceda su ayuda a todos los que sufren, roguemos al Señor. R/. - Para que el que miró la humillación de María, su sierva, ponga también sus ojos en nuestra debilidad y haga obras grandes en nosotros, roguemos al Señor. R/.

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Dios nuestro, que escogiste a santa María Virgen como Madre del Salvador, escucha las oraciones de tu Iglesia y haz que, siguiendo el ejemplo de santa María y poniendo en Ti toda nuestra esperanza, obtengamos en abundancia los bienes que te hemos pedido. Por Jesucristo, nuestro Señor. OFRENDAS: En este día se puede hacer como ofrendas las oraciones que se anexan (Bendición de las madres gestantes, enfermos, por la vida…) ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS Dígnate acoger, Dios todo poderoso los dones de tu Iglesia que reconoce tener sus primacías en la encarnación de tu Unigénito, y concédele celebrar con gozo, su misterio en esta solemnidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Prefacio PREFACIO DE LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. A quien primero acogió la Virgen santísima por la fe cuando el ángel le anunció que por obra del Espíritu Santo, habría de nacer entre los hombres, para que los hombres se salvaran, y a quien luego llevó, llena de amor, en sus purísimas entrañas. Así la verdad divina colmaba las promesas hechas a Israel y comenzaba a ser realidad la expectación de todos los pueblos. Por eso, como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos, diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo... Prefacio III de Navidad En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Por él, hoy resplandece ante el mundo el maravilloso intercambio que nos salva, pues al revestirse tu Hijo de nuestra frágil condición, no sólo confiere dignidad eterna a la naturaleza humana sino que por esta unión admirable, nos hace a nosotros eternos. Por eso, unidos a los coros angélicos, te aclamamos llenos de alegría:


RITO DE CONCLUSIÓN Oración después de la comunión Confirma, Señor, en nosotros la verdadera fe, mediante los sacramentos que hemos recibido; para que, cuantos confesamos al Hijo de la Virgen como Dios y como hombre verdadero, podamos llegar a las alegrías del reino por el poder de su santa resurrección. Por Jesucristo nuestro Señor. Bendición solemne El Dios, que en su providencia amorosa quiso salvar al género humano por el fruto bendito del seno de la Virgen María, los colme de sus bendiciones. R. Amén. Que los acompañe siempre la protección de la Virgen, por quien han recibido al Autor de la vida. R. Amén. Y a todos ustedes les conceda el Señor de la vida la alegría del Espíritu y los bienes de su reino. R. Amén. Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo † y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes. R. Amén.

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Oraciones Oración por la vida Por S.S. Juan Pablo II .. Oh, María aurora del mundo nuevo. Madre de los vivientes a Ti confiamos la causa de la vida; mira, Madre, el número inmenso de niños a quienes se les impide nacer, de pobres a quienes se les hace difícil vivir, de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana, de ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferencia o de una presunta piedad. Haz que quienes creen en tu Hijo sepan anunciar con firmeza y amor a los hombres de nuestro tiempo, el Evangelio de la vida. Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo, la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia, para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad, la civilización de la verdad y del amor, para alabanza y gloria de Dios Creador y amante de la vida.

Del Evangelio de la Vida, dado en Roma, junto a San Pedro, el 25 de marzo, solemnidad de la Anunciación del Señor, del año 1995. Tomado de: http://www.vidahumana.org/vidafam/iglesia/porlavida.html


ORACIÓN POR LA MUJER EMBARAZADA Padre que estás en los cielos, Tengo en mi seno ahora un pequeñito, débil y vulnerable, que ya está transformando todo mi cuerpo y todo mi corazón. ¡Gracias por habérmelo confiado! ¡Gracias por permitirme acogerlo como María acogió a Jesús el día de la Anunciación! ¡Gracias por poder acogerlo como mi madre me acogió cuando sintió mi presencia en lo más íntimo de su ser! Padre que nos amas, estoy maravillada ante esta vida tan secreta y palpitante, tan frágil y llena de promesas. ¡Gracias por haberme dado los ojos del corazón, que me permiten ya ver a este niño en un momento en que todavía no es visible. Padre lleno de ternura, ayúdame a hacer cada día lo que puedo hacer para que este niño sea feliz. Te pido, Padre de toda gracia, poder transmitir a este niño, toda la fe, la esperanza y el amor que llevo en mi corazón. Por fin, te ruego, Padre, que nos guardes bajo tu amparo, a mi hijo que primero es tuyo, y a mí, ahora y siempre. Amén. Tomado de: http://magdacespedesmel.blogspot.com/2011/07/oracion-por-la-mujer-embarazada.html

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ORACIÓN POR LA FAMILIA 38

(Madre Teresa de Calcuta) Padre Celestial, nos has dado un modelo de vida en la Sagrada Familia de Nazaret. Ayúdanos, Padre amado, a hacer de nuestra familia otro Nazaret, donde reine el amor, la paz y la alegría. Que sea profundamente contemplativa, intensamente eucarística y vibrante con alegría. Ayúdanos a permanecer unidos por la oración en familia en los momentos de gozo y de dolor. Enséñanos a ver a Jesucristo en los miembros de nuestra familia especialmente en los momentos de angustia. Has que el corazón de Jesús Eucaristía haga nuestros corazones mansos y humildes como el suyo y ayúdanos a sobrellevar las obligaciones familiares de una manera santa. Has que nos amemos más y más unos a otros cada día como Dios nos ama a cada uno de nosotros y a perdonarnos mutuamente nuestras faltas como Tú perdonas nuestros pecados. Ayúdanos, oh Padre amado, a recibir todo lo que nos das y a dar todo lo que quieres recibir con una gran sonrisa. Inmaculado Corazón de María, causa de nuestra alegría, ruega por nosotros. Santos Ángeles de la Guarda permaneced a nuestro lado, guiadnos y protegednos. Amén.

Tomado de: http://www.ecatolico.com/oraciones_catolicas/085_oraciones_ catolicas_por_familia_madre_teresa_calcuta.htm


ORACIÓN POR EL ENFERMO Mira, Señor, que está enfermo el que Tú tanto quieres. Ayúdame a mantener la paz. ´ Yo sé que Tú siempre estás conmigo en medio del dolor, de la angustia y del miedo. Yo sé que siempre estás conmigo y que nunca me dejas solo en los momentos difíciles. Hazme sentir la fortaleza y el consuelo de tu presencia y tu compañía, y la ternura de la Madre que estuvo junto a tu cruz. Médico divino del alma y del cuerpo, gracias por el don inestimable de la Eucaristía, pan de vida y medicina de inmortalidad. Si quieres, puedes curarme, pero no se haga mi voluntad sino la tuya. Tú que dijiste: «Estuve enfermo y me vinisteis a ver», transforma mi vida y hazla transformarse para que puedan descubrir en mí tu rostro cuantos me cuidan y me visitan. Amén.

Tomado de: http://www.ecatolico.com/oraciones_catolicas/026_oraciones_catolicas_ enfermo.htm

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ORACIÓN POR LAS VÍCTIMAS DEL ABORTO Santa María, Madre de Dios y de la Iglesia, Nuestra Señora de Guadalupe, tu fuiste elegida por el Padre para el Hijo a través del Espíritu Santo. Tú eres la Mujer vestida con el sol a punto de dar a luz a Cristo mientras Satanás, el Dragón Rojo, espera para devorar vorazmente a tu Hijo. Lo mismo hizo Herodes buscando destruir a tu Hijo, Nuestro Señor y Salvador Jesucristo, masacrando muchos niños inocentes en su intento. Lo mismo hace hoy el aborto, matando millones de niños inocentes y explotando a sus madres en su ataque contra la vida y contra la Iglesia, el Cuerpo de Cristo. Madre de los Inocentes, alabamos a Dios en ti por Sus regalos a ti de tu Inmaculada Concepción, libre de pecado, llena de gracia; tu maternidad de Dios y de la Iglesia, tu Perpetua Virginidad y tu Ascensión al Cielo en cuerpo y espíritu. Oh Auxilio de los Cristianos, te rogamos protejas todas las madres de los aún no nacidos y a los niños en su vientre. Suplicamos tu ayuda para que se termine este holocausto del aborto. Santa Madre, rogamos a tu Inmaculado Corazón por todas las madres y todos los niños aún no nacidos para que ellos puedan tener vida aquí en la tierra y por la tan Preciosa Sangre derramada por tu Hijo que puedan tener vida eterna con El en los cielos. También oramos a tu Inmaculado Corazón por todos los que realizan los abortos y los que los apoyan, para que se conviertan y acepten a tu Hijo, Jesucristo, como su Señor y Salvador. Defiende a todos tus hijos en la batalla contra Satanás y todos los malos espíritus en estos tiempos de oscuridad.


Deseamos que los inocentes niños aún no nacidos y que mueren sin el Bautismo pudieran ser bautizados y salvados. Te pedimos que obtengas esta gracia para ellos y el arrepentimiento, reconciliación y el perdón de Dios para sus padres y sus asesinos. Que sea revelado una vez más en el mundo el poder del Amor. Que Él ponga fin al mal. Que transforme conciencias. Que tu Inmaculado Corazón revele para todos la luz de la esperanza. Que Cristo Rey reine sobre todos nosotros, nuestras familias, ciudades, estados, países y la humanidad completa. ¡Oh clemente, Oh llena de amor, Oh dulce Virgen María, escucha nuestras plegarias y acepta este clamor desde nuestros corazones! ¡Nuestra Señora de Guadalupe, Protectora de los aún no nacidos, Ruega por nosotros!

Tomado: http://www.ecatolico.com/oraciones_catolicas/124_oraciones_catolicas_ victimas_aborto.htm

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Vigilia de oración y expiación por la vida y la familia Sugerimos la exposición del Santísimo y en ambiente de oración y contemplación, rezar el santo rosario de forma meditada, buscando hacer sensibles a las personas de la importancia de la vida. Se puede una vez terminado el rosario o antes de la bendición hacer las peticiones que se presentan en este documento u otras que se crean convenientes. Monición de entrada Hermanos: la Vigilia de oración y expiación por los pecados cometidos contra la vida y la familia que hoy celebramos, queremos dedicarla a dos intenciones urgentes: Para que cese y desaparezca el terrorismo y todo germen de violencia en Colombia y en el mundo entero. Y ¿qué mayor germen de violencia que el aborto procurado? Para que el Señor conceda a los gobernantes de las naciones su


Espíritu Santo, que les inspire designios de justicia, misericordia y paz. Misterios gozosos 1º.- Misterio: La encarnación del hijo de Dios Roguemos al Espíritu Santo que enseñe a todas las personas que desde el momento de su concepción existe en el seno materno un ser humano con vida. Pidamos también el respeto para todos los embriones humanos congelados poseedores ya de un alma espiritual. 2º.- Misterio: La visitación de la Virgen a su prima Santa Isabel Oremos para que según el ejemplo de María sepamos ayudar con presteza a las mujeres embarazadas que necesitan ayuda. Encomendemos especialmente a las madres desplazadas y a las que sufren por el hambre y la guerra. 3º.- Misterio: El nacimiento del niño en el Portal de Belén Pidamos al Señor que en este mundo que Él ha creado y donde Su Hijo ha habitado entre nosotros, sepamos los hombres conservarlo en su belleza y no convertirlo en un montón de escombros. 4º.- Misterio: La presentación de Jesús en el templo Roguemos por todos los padres para que comprendan el valor del bautismo y tengan la alegría de ver a sus hijos nacer a la filiación divina, como Cristo nos enseñó. 5º.- Misterio: El niño perdido y hallado en el templo Roguemos por los matrimonios sin hijos y por tantos niños que pierden a sus padres por el terrorismo la guerra y el Sida. Que el Señor abra nuestros corazones a la adopción y al amor mutuo.

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PETICIONES VIGILIA POR LA VIDA Y LA FAMILIA 44

Introducción Queridos hermanos, oremos a Dios nuestro Padre dueño y autor de la vida, para que se digne escuchar nuestras plegarias y nos haga descubrir el valor de la existencia, para que encontremos en ella el verdadero sentido siguiendo las huellas de Jesucristo el Señor. Preces 1. Por la Iglesia Universal, presidida por el Papa y por los Obispos en comunión con él, para que el anuncio del Evangelio de la Vida y la Familia y de la Paz sea llevado cada vez más por todo el mundo. R./ Roguemos al Señor. 2. Por los gobernantes de las naciones, para que el Señor envíe sobre ellos su Espíritu Santo, que les inspire designios de justicia, misericordia y paz. R./ Roguemos al Señor. 3. Por todas las familias para que se esfuercen en mantenerse “en la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz, siendo humildes, amables, comprensivas” y abiertas a la vida. R./ Roguemos al Señor. 4. Por los científicos del mundo de la reproducción humana y de la investigación, por los médicos y farmacéuticos, para que el Señor ilumine sus esfuerzos para atenuar el sufrimiento de tantos hombres y mujeres y sean capaces de percibir y defender la dignidad del embrión humano en el respeto a su vida y a su identidad genética. R./ Roguemos al Señor. 5. Por las mujeres que han recurrido al aborto. Sólo Dios sabe cuántos condicionamientos pueden haber influido en su decisión. Quizá la herida


todavía sangra en su interior. Para que se abran con humildad y confianza al amor misericordioso de Dios. R./ Roguemos al Señor. 6. Por Colombia y el mundo entero, para que cese y desaparezca el terrorismo, y todo germen de violencia; para que los terroristas y sus inductores se conviertan; para que los amenazados y los que ya han sido heridos en cualquier forma, experimenten ayuda cristiana, las víctimas alcancen el descanso eterno, sus familiares el consuelo y el amor fraterno, y todos la paz de Dios. R./ Roguemos al Señor.

Tomado de: http://www.vidahumana.org/temas-de-ayuda/espiritualidad/item/1231-vigiliade-oraci%C3%B3n-y-expiaci%C3%B3n-por-la-vida-y-la-familia

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ACTIVIDADES SUGERIDAS 46 Programas radiales: Se presentan siete programas radiales para que sean transmitidos uno por día o de la manera que quieran disponer de ellos.

Videos: Se suministran videos, con temas sobre el aborto, eutanasia e inicio de la Bioética para compartir y reflexionar en torno a estos, con los sectores de la comunidad que consideren oportunos. Los videos, contienen temáticas distintas, pero se encuentran en el tema de la defensa de la vida. El aborto sirve para sensibilizar la población juvenil. Eutanasia y Bioética personal de la salud, personas que tienen o cuidan enfermos.

Pasa la voz: ¡Ama la vida!: Invitar a la comunidad para llevar un mensaje de vida a todos los sectores de la sociedad, especialmente para aquellas personas que se encuentran en una situación especial, como: Enfermos, ancianos, mujeres embarazadas, personas en duelo, que sufren, entre otras. Pinta la vida: Con la ayuda de la Pastoral juvenil, realizar un mural o un telón, en un espacio público, buscando sensibilizar la comunidad sobre el amor a la vida, invitando a personas de todas las edades para que se acerquen y dejen un mensaje, compromiso, dibujo o pinten sus manos como símbolo del amor y respeto por la vida. Convocar con canciones y acto cultural.


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PAGINAS DE CONSULTA Diócesis Sonsón Rionegro: http://www.diosonrio.org.co/ Blog Pastoral Familiar: http://evangelizandolafamilia.blogspot.com/ Universidad Católica de Oriente: http://www.uco.edu.co/Inicio/home.html Conferencia Episcopal sección Familia: http://www.cec.org.co/ Pastoral Infancia y Juventud: http://www.pastoralninezyjuventud.org/web/

Bibliografía • •

II, J. P. (1995). Carta Enciclica Evangelium Vitae. Roma. www.vidahumana.org/vidafam/iglesia/porlavida.html

www.vidahumana.org/temas-de-ayuda/espiritualidad/item/1231-vigilia-deoraci%C3%B3n-y-expiaci%C3%B3n-por-la-vida-y-la-familia

www.ecatolico.com/oraciones_catolicas/085_oraciones_catolicas_por_familia_madre_ teresa_calcuta.htm

www.ecatolico.com/oraciones_catolicas/026_oraciones_catolicas_enfermo.htm

www.ecatolico.com/oraciones_catolicas/124_oraciones_catolicas_victimas_aborto.htm


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