Enero - Febrero 2009
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SEMINARIO NACIONAL CRISTO SACERDOTE
50 AÑOS
“EN ALABANZA DEL SACERDOCIO DE CRISTO” Gratitud, confianza en la providencia y esperanza, es lo único que se puede expresar en este momento histórico de iglesia que vive la diócesis Sonsón Rionegro, cuando uno de sus hijos mayores celebra sus bodas de oro. Hace apenas dos años celebrábamos con gozo el año jubilar de nuestra iglesia particular, hoy corresponde esta celebración a la casa sacerdotal donde la mayoría de su clero ha tallado la imagen de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote. Si se mira la historia, no queda otro camino más que vivir agradecidos por los abundantes beneficios que el seminario ha recibido durante su acontecer histórico. Gratitud para con Mons. Alfonso Uribe Jaramillo, insigne fundador, primer impulsor y rector de esta gran obra de iglesia. Gratitud para con un sinnúmero de personas: clérigos, religiosos (as) y laicos que en sus inicios lo dieron todo, aún sus ofrendas económicas, para que el seminario fuera una realidad y pudiera marcar la historia de tantas y tantas personas que han tenido algo que ver con esta casa de formación sacerdotal, unos
porque se han formado en ella y hoy ejercen su ministerio sacerdotal, otros porque se han formado y hoy son unos verdaderos apóstoles en el campo civil, económico y político, muchos más, porque, al contribuir como benefactores, han integrado este hogar y han hecho posible que se lleve a feliz término el objetivo para el cual ha existido el seminario: La formación sacerdotal. Gratitud para con un buen número de sacerdotes que durante 50 años han gastado su existir sacerdotal en función de la formación; a ellos, Dios bendiga su obra y les recompense sus fatigas y desvelos. Confianza en la providencia, es lo que más da serenidad al equipo de formación actual. Al mirar la historia, no queda otra alternativa más que decir: “El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres”. El Señor sigue siendo el guía y maestro de este hogar sacerdotal. Por eso, hoy como ayer, en el seminario Cristo Sacerdote, se le da un énfasis fundamental, en la formación sacerdotal, a la dimensión espiritual, como bien lo presentan las directrices de la iglesia y así lo
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en el campo espiritual, sacerdotes con una gran formación humana (hacer que lo humano engrandezca el sacerdocio), sacerdotes con capacidades de responder a los retos pluriculturales del mundo de hoy y sacerdotes enamorados de su elección, de tal manera que sean celosos apóstoles del Reino de Dios.
insistía el insigne fundador del seminario. En la actualidad, se quiere impulsar un proyecto formativo, altamente impregnado de la Palabra de Dios, fuente y culmen de toda espiritualidad cristiana y, por lo tanto, de la espiritualidad sacerdotal. Todas las demás dimensiones de la formación sacer
dotal: humana comunitaria, intelectual y pastoral, están estrechamente ligadas a la espiritualidad, de tal manera que para el seminario hoy es muy importante la formación de sacerdotes altamente competitivos
Al mirar el futuro del seminario, no se puede decir otra cosa más que: El seminario tiene que seguir siendo lo que siempre ha sido… El mañana del seminario Cristo Sacerdote, está en las manos de Dios; ahora, lo que compete a la realidad humana, la tarea es un continuo discernimiento del querer de Dios, un querer que se encuentra diseñado en su plan de Salvación, escrito en la Palabra, en los signos de los tiempos, en los alumnos que el mismo Dios, a través de los señores obispos, va enviado a este hogar de Cristo Sacerdote.