Santiago de Cali, Septiembre 28 de 2013
ANTE EL ASESINATO DE ROLDANILLO Como Arzobispo de Cali y Metropolitano del Valle del Cauca, convoco a todos los católicos y ciudadanía en general a UNIRNOS EN UN ACTO DE REPARACIÓN Y DE SOLIDARIDAD ESPIRITUAL en los templos parroquiales, a las 20 horas (8p.m.) de este SÁBADO 28 DE SEPTIEMBRE, como reacción de nuestras comunidades creyentes ante el asesinato y crimen sacrílego de estos dos sacerdotes, pastores ungidos por el Señor. Expreso, en nombre de toda la Iglesia del Valle del Cauca, la más sentida y firme solidaridad al Señor Obispo de la Diócesis de Cartago, MONSEÑOR JOSÉ ALEJANDRO CASTAÑO ARBELÁEZ, a su Presbiterio, a las familias de los sacerdotes víctimas, a los feligreses de la parroquia central de Roldanillo y a toda la ciudadanía y autoridades que la rigen. Esta atrocidad, cometida por personas que han perdido todo el espacio existente entre los actos y la conciencia humana, no solamente se suma al desbordamiento espantoso de los asesinatos en nuestra región y en el País, sino que hiere y hace sangrar el alma misma de la Iglesia, privándola de dos pastores, dejando huérfana a una comunidad de fieles, rompiendo el peregrinar del Pueblo de Dios en ella. En este tiempo tan luctuoso, de tanta impotencia ante las manos asesinas que se levantan e hieren por doquier, nos queda el compromiso inaplazable de rodearnos unos a otros, de movilizarnos para tocar la conciencia de toda persona y recuperar esa distancia moral, esa pausa de Dios, entre las decisiones y las acciones. Nos queda clamar para que el Estado determine de una vez por todas la ilegalidad total en la tenencia de armas por parte de civiles y para que toda Colombia revise a fondo el favorecimiento fatal que se le viene dando, desde hace décadas, al homicidio premeditado, convertido en asesinato que se justifica para defender un partido político, para hacer la revolución, para la auto-defensa, para la anti-subversión, para el robo, para manifestarse hincha de un equipo, en fin, para todo tipo de propósitos. Una LUCHA ciudadana contra el homicidio y las armas es inaplazable en Colombia. Que el llamado de Dios a la VIDA ETERNA, es decir, a la vida como FIN EN SÍ MISMA y no como medio para algo, vuelva a penetrar en la conciencia de cada individuo humano. A ello apunte la difusión y transmisión de la fe cristiana y de la cultura basada en los valores del Reino de Dios. +Darío de Jesús Monsalve Mejía Arzobispo Metropolitano de Cali.