ยกNO SER SERVIDOS... SINO SERVIR!
CONTEMPLACION ACCIÓN
PARA
ORAR y VIVIR LA PALABRA
ORACION MEDITACION
LECTURA PREPARACION
El poder y el dinero hacen que el mundo se divida en «pueblos ricos y pueblos pobres». Los primeros, se enriquecen más y más a costa de una pobreza creciente de los segundos. Los países ricos gobiernan tiránicamente el mundo entero. Esta realidad, constatable a un nivel internacional tiene su traducción a nivel nacional.
Los poderosos imponen su programa. Se imposibilitan los cauces de crítica, de creatividad, de representación. Se organiza la sociedad al servicio de los privilegios de unos pocos. La empresa de nuestros días es la tarea del «ordeno y mando» del capital. El sindicato no es lo que debe ser.
La familia en muchas ocasiones, es un campo de batalla donde mueren los mejores valores del amor y de la creación en común. En la Iglesia misma aparece demasiadas veces un modelo de autoridad y poder más cercano al estilo de los poderes políticos y económicos que a las exigencias evangélicas. Hoy la Palabra de Dios nos pide examinar nuestra vida y aprender a ser grandes e importantes sirviendo a los demás.
Preparación
INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren.
Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros, como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.
Lectura
¿QUÉ DICE EL TEXTO?
PRIMERA LECTURA
«Con lo aprendido mi Siervo justificará a muchos»
El Hijo del Hombre, de quien hablaba Daniel (cfr. Dn 7, 9 ss.) es presentado hoy por Isaías entre los hombres bajo la figura de «Siervo». No aparece revestido de poderes humanos. No piensa sacar a su pueblo de la esclavitud empleando armas ni tanques.
Al contrario, su único poder es el amor que rompe el sufrimiento absurdo asumiéndolo; su única arma es el servicio hasta la muerte.
El NT. nos hace comprender que Isaías estaba anunciando a Jesucristo, el Siervo de Dios, sufriendo por todos nosotros. Sí, Jesús «representa» a todos los hombres; mirándolo a El, Dios el Padre reconcilia a la humanidad.
Además, este texto es también aplicable a la Iglesia y los cristianos: ... miembros de Cristo, también son siervos de Dios,
... y, aún como minoría, ellos «representan» a la humanidad con sus sufrimientos, oraciones, y buenas obras (cfr. Vaticano II: Const. Pastoral Sobre la Iglesia y el Mundo: GS, 1). Si son fieles, Dios reconcilia a la humanidad por causa de ellos.
SALMO RESPONSORIAL
«Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros»
Este salmo está organizado así: 1. Invitatorio: vv. 1-5
2. Cuerpo del himno (vv. 6-19) - Palabra creadora (vv. 6-9) - Palabra providente histórica (vv. 10-15) - Palabra providente histórica y cósmica (vv. 16-19) 3. Antífona final (20-22)
El salmista celebra la acci贸n providente de Dios en la Creaci贸n y en la Historia. Esta Creaci贸n est谩 vertida en toda una espiritualidad de la Palabra de Dios. Para el salmista hay un universo cargado de sentido.
El Cosmos es un complejo ordenado que Dios ha creado por la palabra (Gn 1; Sal 8; Job 38-41).
También la Historia, con sus vicisitudes humanas y morales, pertenece a Dios. El señorío ilimitado de Dios es acontecimiento presente que transforma la visión superficial del mundo y ofrece unas realidades nuevas.
«El salmo es bendición para los fieles, alabanza a Dios, himno del pueblo, aplauso de todos, palabra universal, voz de la Iglesia, profesión y canto de fe, expresión de devoción auténtica, alegría de libertad, grito de júbilo, sonido de alegría.
Mitiga la ira, libra de la solicitud, levanta de la miseria. Protección en la noche, instrucción en el día, escudo en el temor, fiesta en la santidad, imagen de tranquilidad, garantía de paz y concordia, que a modo de cítara, de voces múltiples y diferentes hacen una melodía. El salmo canta el surgir del día y resuena su voz en el ocaso» (San Ambrosio).
SEGUNDA LECTURA
«Mantengamos la confesión de la fe»
Este texto de la carta a los Hebreos reproduce, con palabras diferentes, la profecía anterior de Isaías: - Jesús es nuestro Sacerdote;
- El es el Sacerdote universal. El rol del sacerdote es representar a toda la gente, y entregar su vida por todos. Esto es aplicable también a todos los sacerdotes y evangelizadores católicos.
Frente a los sacrificios rituales del Antiguo Testamento, sacrificios ineficaces, ... presenta el escritor de la carta a los Hebreos la realidad del único Sacrificio, «de una vez para siempre», ... realizado por Jesús, a través de la ofrenda de sí mismo,
... que se convierte en Sacerdote y Víctima; ... el sacrificio de Jesús que se realiza en la entrega total de su ser.
Así será en adelante la única presencia válida del sacerdote cristiano y de todos los cristianos en medio de sus hermanos. Desaparece la base para cualquier postura de privilegio. Solamente sirve el servicio pleno en la tarea humana integral.
Los verdaderos jefes de las comunidades no serán aquéllos que se sirven del poder para oprimirles, sino aquellos que las sirven para liberarlas.
JORNADA MUNDIAL DE LAS MISIONES «Exhorto a los misioneros y a las misioneras, especialmente los sacerdotes fideidonum y a los laicos, a vivir con alegría su precioso servicio en las iglesias a las que son destinados, y a llevar su alegría y su experiencia a las iglesias de las que proceden, recordando cómo Pablo y Bernabé, al final de su primer viaje misionero "contaron todo lo que Dios había hecho a través de ellos y cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles" (Hch. 14,27)» (Papa Francisco, Mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones, 2013).
«Mantengámonos firmes
en nuestra confesión de la fe» (Hbr. 4, 14)
EVANGELIO
«El que quiera ser grande, sea servidor de ustedes»
EVANGELIO DE JESUCRISTO SEGUN SAN MARCOS R/. Gloria a Ti, Señor. Contra la ambición (Mt. 20,20-238) 35
Se acercan a él Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dicen: «Maestro, queremos nos concedas lo que te pidamos.» 36 Él les dijo: «¿Qué quieren de mí?»
37
Ellos le respondieron: «Concédenos que
nos sentemos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda». 38
Jesús les dijo: «No saben lo que piden.
¿Pueden beber la copa que yo voy a beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado?»
39
Ellos le dijeron: «Sí, podemos».
Jesús les dijo: «La copa que yo voy a beber,
sí la beberán y también serán bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado; 40 pero, sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado».
Los jefes deben servir (Mt. 20, 24-28; Lc. 22, 24-27) 41
Al oír esto los otros diez, empezaron a indignarse contra Santiago y Juan.42 Jesús, llamándoles, les dice: «Saben que los que son tenidos como jefes de las naciones, las dominan como señores absolutos y sus grandes las oprimen con su poder...
43
Pero no ha de ser así entre ustedes, sino que el que quiera llegar a ser grande entre ustedes, será su servidor, 44 y el que quiera ser el primero entre ustedes, será esclavo de todos, 45 que tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos».
Palabra del Señor. R/. Gloria Ti, Señor Jeús.
RE-LEAMOS LA PALABRA PARA INTERIORIZARLA
a) Contexto remoto: Mc. 8 − 10
La perícopa evangélica de este Domingo pertenece dentro del Evangelio según San Marcos- al gran contexto de las instrucciones que Jesús da a sus discípulos, durante el viaje a Jerusalén, sobre el significado de la Cruz y sus consecuencias para la vida de los creyentes. Hemos insistido en que estas instrucciones están enmarcadas entre dos curaciones de ciegos, para significar que Jesús debe quitar la ceguera que impide a los discípulos ver y entender ese camino.
b) Contexto próximo: Mc. 10,32-34 (35-45). 46-52 El episodio se sitúa después del tercer anuncio de la Pasión (Mc. 10, 32-34). Y como ya había sucedido en los otros anuncios, la reacción de los discípulos no es positiva; dos de los discípulos se preocupan de los primeros puestos en el Reino y los otros se indignan.
Señal de la dificultad de los discípulos de entrar en la perspectiva del destino doloroso del Maestro y de comprender el misterio del Reino.
c) Organización del texto: vv. 35-37: vv. 38-39: v. 40: v. 41: vv. 42-45:
petición de los Zebedeos diálogo de Jesús con ellos Respuesta de Jesús reacción de «los otros diez» lección sobre la humildd y el servicio
c) Comentario: vv. 35-37: Concédenos los dos primeros puestos Los dos discípulos que hacen la petición - Santiago y Juan - son hermanos, forman parte del primer grupo de compañeros de Jesús (Mc. 1, 19-20), ... se los llama con el sobrenombre de «boanerghes» («hijos del trueno»; Mc. 3,17). Eran por tanto de carácter algo impetuoso.
Fácilmente entendemos que esos dos discípulos tienen ambiciones notables, ... totalmente en sentido contrario a lo que el Maestro les está enseñando durante ese viaje a Jerusalén: «Concédenos que nos sentemos en tu gloria,uno a tu derecha y otro a tu izquierda». Esas ambiciones muestran la «ceguera» y dificultad para entender.
No han entendido nada de lo que Jesús estaba por hacer. Él se preparaba a la ignominia de la cruz, y ellos todavía no lo habían entendido. El verdadero poder de Jesús no consiste en distribuir los puestos de honor, sino el de hacer que se participe en su trágico destino: «¿Son capaces de beber la copa que yo he de beber?»:
... los invita a reconocer que Él no se encamina a recibir honores, sino al acto más grande del desprendimiento y del servicio, que es dar la vida «en
rescate por todos». vv. 38-39: «La copa que yo voy a beber también la beberán ustedes» Jesús dialopqa con ellos sobre «la copa» que Él va a beber y «el bautismo» en el que Él será bautizado.
A través de las dos imágenes, Jesús quiere evocar su muerte violenta, que Él presagia como una obligación absoluta de fidelidad hacia al Padre. Ellos deberían estar entendiendo, en el seguimiento,
que ser discípulos de ese Maestro es:
... hacer ese mismo camino, ... asumir ese mismo compromiso, ... llegar a ese mismo martirio que deberán sufrir ellos y todos los que quieran ser discípulos.
v. 40: La respuesta de Jesús a la petición de esos dos discípulos quiere hacer ver que no es buscando honores y privilegios como van a obtener participar de su gloria. v, 41: Enojo de «los otros diez» La ambición personal daña el ambiente comunitario y origina rivalidades.
La reacción de enojo de los otros discípulos no significa que ellos no tienen ambiciones, ... pues recordemos que en otra ocasión estaban discutiendo sobre «quién era el más importante». Hay que recordar que también los otros comparten la misma ambición, pues en otra ocasión estuvieron discutiendo sobre los primeros puestos o sobre «quién de ellos era el más importante» (cfr. Mt. 18,1; 20,25-27; Mc. 9,33-36; Lc. 9,46; 20,24).
Y el Señor tuvo que enseñarles a todos que eran la humildad (como «niños») y el servicio a los demás lo que hace grande e importante a alguien en el Reino de Dios. La mentalidad de competición y de prestigio, que caracterizaba la sociedad del Imperio Romano, se infiltraba ya en la pequeña comunidad que ¡estaba a punto de empezar!
¡Aquí aparece el contraste, la incoherencia: - mientras Jesús se preocupa de ser Mesías Servo, - ellos sólo piensan en ser el mayor! - Jesús trata de bajar. - ¡Y ellos quieren subir!
Por tanto, el enojo de «los otros» demuestra que ellos tienen la misma mentalidad y los mismos sentimientos que Santiago y Juan.
vv. 42.43: «No será así entre ustedes» ¡Cuánto le cuesta al Maestro purificar las mentes rudas de sus Apóstoles y elevarlas al Mesianismo de la Redención! Ellos, que van a ser en el «Reino» Mesiánico los Jefes, han de tener de la autoridad un concepto totalmente diverso del que se tiene en los otros
«reinos».
Los discípulos no son llamados a ser «jefes», ni, mucho menos, «dueños» del Pueblo de Dios, sino «servidores». El ministerio, en la Comunidad de Jesucristo, la Iglesia, no es una rapiña presuntuosa, ... sino la humilde aceptación de una elección
divina para el ministerio de la servidumbre de Jesucristo, para la dilatación misionera de la Eucaristía y del amor, es decir, del Reino de Dios: «No me han elegido ustedes a mí, sino que yo los he elegido a ustedes» (Jn. 15,16ª).
Cuando Jesús habla de los «jefes» se refiere a los dirigentes políticos de su tiempo: que, en el fondo, es el estilo de todos los tiempos.
Por el contrario, la Comunidad de los discípulos debe ser dominada por el servicio: esto está expresado con dos términos que indican graduación. Se habla de «siervo» (diakonos: v. 43) y de «esclavos» (doulos: v. 44).
No se puede escoger a quién servir: se debe ser servidor de todos, cambiando el esquema mundano.
v. 45: «El Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos» Toda la vida de Jesús está bajo la luz del «rescate», de la fidelidad hasta el fin por la libertad de los hombres.
- Se priva de la libertad, para dar libertad, para rescatar de la no libertad. El estatuto de la comunidad de los discĂpulos estĂĄ caracterizado por el servicio, no por la ambiciĂłn; por la vida dada y vinculada al rescate de los otros.
Así como El, «Rey» del «Reino Mesiánico», es el «Siervo de Yahvé» y el «Servidor de todos» que «da la vida para salvar a todos» (v. 45),
... del mismo modo quienes en su «Reino», en su Iglesia ejerzan autoridad no la tienen para dominar despóticamente, sino para servir; ... servir hasta dar la vida por las ovejas que tengan encomendadas.
Meditación ¿QUÉ NOS DICE EL TEXTO?
Un momento de silencio orante para releer el texto con el coraz贸n y reconocer a trav茅s de las frases y de la estructura la presencia del misterio del Dios viviente.
Una Iglesia servidora Se supone que la Iglesia debe presentar una imagen totalmente diferente a la sociedad, cuando se trata del sentido y uso de la autoridad, ministerios, roles, promoci贸n, ambici贸n, prestigio, etc.
En una de sus primeras homilías como Papa, Francisco destacó: «El verdadero poder es el servicio a los demás».
Pareció un mensaje dirigido a los gobernantes de todo el mundo, pero mucho antes, allá por 2005, como Arzobispo de Buenos Aires, había dicho eso mismo en la fiesta de San Cayetano, donde concluyó: «Hay que servir hasta que
se note que es igual el que sirve y el que es atendido».
De esto trata el Evangelio de hoy, siguiendo la guía de las otras dos lecturas: la Iglesia, como Cristo, es sierva. Los cristianos son siervos los unos de los otros. En el desarrollo del texto, los apóstoles aún siguen un criterio meramente humano con respecto a su futura misión. Ellos tenían ambiciones humanas. Quieren ser promovidos y ocupar los primeros lugares.
Jesús les recuerda que sus discípulos deben seguir su camino. Se supone que deben ser «los representantes de todos los hombres con necesidad de salvación». Esta «representación» debe hacerse siguiendo los caminos de Jesús: humildad, sufrimientos ofrecidos a Dios, y por sobre todo, solidaridad y servicio a los demás. Esta es la actitud clave de los ministros cristianos, ya sean sacerdotes o laicos.
El Papa Francisco «tuitió» en una ocasión: «La lógica mundana nos empuja hacia el éxito,
el dominio, el dinero; la lógica de Dios, hacia la humildad, el servicio y el amor». Esto refuerza su reiterado mensaje de que en la sociedad actual se crean permanentemente nuevos ídolos, «llevados en el carro del consumismo para que la gente se enganche»..
Amor y servicio En la última parte del Evangelio, Jesús explícitamente rechaza las maneras dominantes de autoridad secular y transmite, al mismo tiempo, su sentido evangélico. De acuerdo a esto, aun en la sociedad, este sentido evangélico debe estar presente, y los cristianos deben luchar por esto: la sociedad debe reproducir los ideales humanos de justicia y paz, y las relaciones fraternales anunciadas por el Reino de Dios.).
Amor y servicio no pueden morir, no pueden ser destruidos. Llevan en sí mismos el germen del triunfo. Y este triunfo lleva el sello de la universalidad: «justificará a muchos». Estos son los medios de salvación que emplea el Siervo de Dios.
La esperanza de Salvación que el Pueblo va alimentando entre destierro y destierro, se presenta con una condición: la humillación, el sufrimiento.
Cuatro veces cantará el Profeta al Siervo que lograría a través de su humillación la exaltación propia y la de todos los hombres. Dios Salvador está como a la expectativa del quehacer de su Hijo en su caminar entre los hombres.
A la vista de la tarea, realizada en humildad y servicio pleno, la humanidad será salvada. La autoridad en la Iglesia es un «servicio» que prolonga la entrega y la Pasión de Jesús, ... en orden a hacer llegar la eficacia de su Redención a todos los hombres. El Mesianismo de Jesús es «divinizar» todo lo humano.
Por eso oramos así en la Eucaristía de este Domingo: «Concédenos,
Señor, que al frecuentar los celestes misterios progresemos en la gracia; que sintamos tu auxilio en los asuntos temporales y quedemos más instruidos en el valor de los bienes eternos» (Oración después de la Comunión).
Oración ¿QUÉ LE DECIMOS NOSOTROS A DIOS?
Padre santo, a la luz de la vida y de la muerte de Jesucristo, tu Hijo, nuestro salvador. la vida humana cambia de sentido. El vino para servir y dar su vida. Se hizo el siervo de Dios y de la humanidad entera. Transmiti贸 todo tu amor de Padre en forma de servicio a los hermanos. Comprometi贸 su vida y su muerte al servicio de los necesitados.
Porque había descendido hasta el fondo del desprecio y la humillación pudo elevar a los despreciados y humillados. Porque había cargado con muchas injusticias pudo justificar a muchos. Porque se había dado a todos pudo salvar a todos. Murió en la cruz de los esclavos aceptando la muerte como último servicio. Por eso Tú, Padre, le devolviste la vida, le diste la libertad suprema y lo sentaste a tu derecha en el trono de la misericordia y de la gracia.
Nos ha dado ejemplo para que lo sigamos. Nosotros, oh Dios, quisiéramos imitar a Jesús y hacer de nuestras vidas una ofrenda agradable a T i y útil a los hermanos. Pero necesitamos la fuerza de tu Espíritu Santo, que nos convierta de raíz, porque tenemos ansias de ser señores.
Vivimos en un mundo en que lo normal es tiranizar y oprimir los grandes a los pequeños, cada uno a su prójimo. Nosotros mismos buscamos puestos de influencias, tenemos por honor el ser servidos. Dios nuestro, apiádate de tu Iglesia tan henchida de títulos y de poderes.
Que las comunidades cristianas seamos un lugar de servicio a este mundo, que los pastores comprendan el misterio del siervo. AcuĂŠrdate de tantas mujeres y hombres ignorados que dedican su vida al bien de los demĂĄs. Y de todos los que sufren privados de derechos. No te olvides de los que ya han pasado por la muerte.
Que con María, la esclava del Señor, y con todas las personas sencillamente buenas podamos seguir al siervo glorificado, y en la comunión del Espíritu de amor adorarte y darte gracias por los siglos de los siglos. Amén.
Contemplación Acción ¿QUÉ NOS PIDE HACER LA PALABRA?
Nuestro compromiso hoy Hoy, en el Evangelio, Jesús nos muestra el único camino para lograr la realización integral de las posibilidades humanas. Solamente seremos hombres enteros si somos solidarios, si quemamos nuestras mejores energías en el servicio de los otros. Esto significa vivir a contrapelo del mundo que nos rodea y de sus hombres más significativos, los poderosos.
Hoy, como parece que ocurría en tiempos de Jesús, lo normal en el mundo es tiranizar, oprimir; gusta más que les sirvan que estar sirviendo. Es necesario dar un paso más. Hay que releer la Palabra, aquí y ahora. Y esta relectura nos dará los verdaderos perfiles del servicio a los hombres de hoy.
Hay que denunciar y hay que transformar estructuras e instituciones injustas de la sociedad y de la organización política en que vivimos. Hay demasiadas máquinas de deshumanización que impiden la creación de un hombre integral.
Todo ello surge de la interpelación que hoy nos hace la lectura de la Palabra de Dios.
Para orar y vivir la Palabra: «Canten al Señor un cántico nuevo» (Sal. 33(32), 3) Te doy gracias, Señor, porque te gusta lo nuevo. Cada mañana llegas a nosotros con una nueva luz y nos despiertas con una nueva y suave brisa. Cuando estuviste aquí en nuestro mundo nos dijiste que lo viejo ya había pasado y que había que estrenar un mundo nuevo. En tu Evangelio nos hablas de un nuevo vino, un nuevo Templo, una nueva vida. Y, para festejar la novedad de tu Evangelio, yo quiero cantarte hoy un cántico nuevo: el canto de mi nuevo amor.
«Tu cantas, sí, tu cantas, lo entiendo. Pero que
tu vida no lleve en contra el testimonio contra tu lengua. Cantad con la voz. Cantad con el corazón. Cantad con la boca. Cantad con la vida. Cantad al Señor un cántico nuevo. ¿Quieres dar gloria a Dios? Dais gloria a Dios si vivís en el bien» (San Agustín).
«Llama la atención que aun quienes aparentemente poseensólidas convicciones doctrinales y espirituales suelen caer en un estilo de vida que los lleva a aferrarse a seguridades económicas, o a espacios de poder y de gloria humana que se procuran por cualquier medio, en lugar de dar la vida por los demás en la misión. ¡No nos dejemos robar el entusiasmo misionero!» (Papa Francisco; Exhort. Apost. La alegría el Evangelio, EG, 80)
Algunas preguntas para meditar durante la semana 1. Como cristiano, ¿siento responsabilidad por los demás, como «representante» de tantos que están lejos? 2. ¿Cómo concibo mi cristianismo: como algo sólo para mi beneficio, o en beneficio de otros? 3. ¿Vivo mi vida cristiana en un tono festivo y gozoso?
4. ¿Miro a mis hermano(a)s de mi comunidad con la misma mirada con que me mira Dios? ¿Es una mirada limpia, positiva, creadora?
5.
Es mi vida de fe: ¿alegre, entusiasta, contagiosa? ¿A cuántos he contagiado ya?
«Estrella de la nueva evangelización, ayúdanos a resplandecer en el testimonio de la comunión, del servicio, de la fe ardiente y generosa, de la justicia y el amor a los pobres, para que la alegría del Evangelio llegue hasta los confines de la tierra y ninguna periferia se prive de su luz». (Papa Fracisco, EG, 288)
P. Carlos Pab贸n C谩rdenas, CJM.