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José Abel Sierra Parra, pss - Rector
de jueces, reyes, sacerdotes, levitas y profetas; en el exilio y en el regreso del mismo y a lo largo de toda la historia, con la enseñanza de profetas y sabios. Fidelidad que se manifiesta, incluso cuando el pueblo fue sólo una minoría, un “resto fiel”… Claro, se constata también cómo la infidelidad humana, a todos los niveles, ha acompañado las diversas etapas de la historia. Sin embargo, esto no desmiente sino que confirma la indefectible y portentosa fidelidad de Dios, fidelidad expresada y realizada en términos de Alianza: Ustedes serán mi pueblo, yo seré su Dios (cf. Jer 31,33).
padecerse del hijo de sus entrañas? Pues aunque ésas llegasen a olvidar, yo no te olvido” (Is 49,15). La constatación de la indefectible fidelidad de Dios, fidelidad a toda prueba, se transforma en oración. Por ejemplo: Daniel ora con intensidad, proclamando la fidelidad de Dios y confesando la infidelidad del pueblo (Dn 9,1-27); Baruc nos propone como paradigma la oración de los desterrados: confesión de los pecados e infidelidades de todo el pueblo y súplica al Señor Dios de Israel siempre fiel, compasivo, misericordioso y actuante en favor de su pueblo (cf. Br 1,15b-3,8). En esta oración se ve que las dos actitudes han acompañado la historia del pueblo desde el éxodo hasta el exilio-destierro. Diversos salmos nos ayudan a transformar esta experiencia en oración, por ejemplo: el Sal 77 (76), que es una meditación del pasado de Israel: infidelidad del pueblo y fidelidad de Dios; el Sal 78 (77), que enuncia algunas lecciones de la historia de Israel y muestra cómo Dios siempre es fiel; el Sal 106 (105), que es una confesión nacional en la cual Israel reconoce sus pecados, proclama la fidelidad de Dios y confiesa su confianza en Él; el Salmo 107 (106), que es una acción de gracias en la que se proclama cómo Dios fiel libra a su pueblo de las crisis por las que él pasa a través de la historia.
Hay páginas bíblicas muy emotivas y aleccionadoras. Por ejemplo, la del matrimonio de Oseas y su valor simbólico (Os 1,2-3,5) donde el Señor hace triunfar su amor, a pesar de la infidelidad y de los desprecios humanos. “Mi pueblo está aferrado a su infidelidad… Mi corazón está en mí trastornado, y a la vez se estremecen mis entrañas… porque yo soy Dios y no hombre; en medio de ti yo soy el Santo y no vendré con ira” (Os 11,79). O bien, la singular exclamación de Dios en Isaías: “¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin com-
Según el capítulo 34 del profeta Ezequiel, ante el hecho de la infidelidad de los pastores, Dios mismo asume la tarea de ser pastor de las ovejas… Luego reitera una promesa: él mismo suscitará y dará a su Pueblo Pastores según su corazón: “Volved hijos apóstatas…Os iré recogiendo uno a uno de su ciudad… Os daré pastores según mi corazón que os den pasto de conocimiento y de prudencia” ( Jr 3,14s). Esto lo cumple concretamente a través de un nuevo pastor que Él mismo envía, su Hijo, quien es Pastor, pastor bueno, el Buen Pastor ( Juan 10,7-
LA FIDELIDAD DE DIOS Toda familia tiene su historia, sus fechas significativas, sus fiestas. En cada familia hay acontecimientos luminosos y sombríos; hay hechos, signos y períodos de fidelidad, junto con algunas experiencias de infidelidad. Lo mismo sucede con la gran familia humana y particularmente con el pueblo de Dios, ya se trate del pueblo de Israel en el Antiguo Testamento o de la Iglesia en el Nuevo Testamento y a lo largo de su historia.
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Esa misma constatación, la hacemos concretamente en nuestra Arquidiócesis de Cali, parte del Pueblo de Dios, compuesta por familias que son, a su vez, iglesias domésticas. ¡Cien años de historia, cien años de una indefectible, constante y permanente fidelidad de Dios! Gracias a que Dios es fiel, somos una Iglesia evangelizada y evangelizadora, una comunidad de comunidades, un pueblo de discípulos misioneros de Jesucristo, un rebaño que siempre ha tenido y tendrá pastores que lo conducen hacia Él: Camino, Verdad y Vida (cf. Jn 14,6). Cien años de experiencia concreta de la fidelidad de Dios: ¡Dios ha sido, es, y será siempre fiel!: ésta es nuestra constatación, nuestra convicción y nuestro compromiso. Ése es el Dios que sostiene y acompaña a las Iglesias y a la Iglesia (cf. Ap 1,4) a través de Jesucristo: el testigo fiel, el Amén, Aquel cuyo nombre es “Fiel” y “Veraz” (cf. Ap 1,5; 3,14; 19,11). La convicción fundamental en todos los casos es ésta: el hilo conductor, la garantía y la seguridad de la historia es, sin duda, la fidelidad de Dios, quien lleva adelante la historia según su designio amoroso, en favor de los seres humanos de todas las épocas,
razas y culturas. Creemos en un Dios fiel, que siempre cumple sus promesas, que dice siempre la verdad, que no miente. Ese designio amoroso se actualiza constantemente porque Él es el Dios fiel que mantiene su amor por mil generaciones (cf. Ex 34,7) y porque “fiel es el que los llama” (1 Ts 5,24). Dios nos muestra su fidelidad cada día, en cosas pequeñas y en cosas grandes. A Abraham, Dios le mostró su fidelidad prometiéndole que tendría una gran descendencia. Abraham creyó en la promesa de Dios y ésta se cumplió. Esa fidelidad de Dios se manifiesta de múltiples formas: en la experiencia de la liberación de la esclavitud de Egipto y en el Éxodo, con la mediación de Moisés, Aarón y los setenta ancianos; en la llegada a la tierra prometida, con la ayuda de Josué; en la experiencia de instalación y organización en la tierra que el Dios fiel les dio, con el concurso
A Abraham Dios le mostró su fidelidad prometiéndole que tendría una gran descendencia. Abraham creyó en la promesa de Dios y ésta se cumplió.
Editorial 21)… “el Gran pastor de las Ovejas”, a quien Dios ha “resucitado de entre los muertos en virtud de la Sangre de una Alianza eterna” (cf. Hb 13,20)… Este Pastor es llamado “Sumo sacerdote fiel en lo que se refiere a Dios” (cf. Hb 2,17s), es descrito como Pontífice fiel y compasivo (cf. Hb 3,1-5,10). San Pablo proclama: “Es cierta esta afirmación: Si hemos muerto con él, también viviremos con él; si nos mantenemos firmes, también reinaremos con él; si le negamos, también él nos negará; si somos infieles, él permanece fiel, pues no puede negarse a sí mismo” (2Tm 2,11-13). El autor de la Carta a los Hebreos nos exhorta viva e insistentemente a la fidelidad: “Mantengamos firme la confesión de la esperanza, pues fiel es el autor de la Promesa. Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras, sin abandonar nuestras propias reuniones, como algunos acostumbran hacerlo, antes bien, animándonos: tanto más, cuanto que ven que se acerca ya el Día” (Hb 10,24s). Las grandes obras que Dios ha hecho en favor nuestro y la alabanza que le tributamos, nos permiten afrontar sin miedo y con verdad nuestras faltas, nuestras infidelidades. Reconocemos nuestras infidelidades ante Dios que de modo admirable es fiel, permanece fiel (cfr. 2Ti 2,13). La fidelidad de Dios es nuestra confianza en los cambios de la historia, en las dificultades. Él nuevamente hoy nos dice: “¡ánimo! no tengáis miedo”.
San Pablo proclama: “Es cierta esta afirmación: Si hemos muerto con él, también viviremos con él; si nos mantenemos firmes, también reinaremos con él; si le negamos, también él nos negará; si somos infieles, él permanece fiel, ”
El Seminario Mayor San Pedro Apóstol, “Corazón de la Diócesis”, “Casa y Escuela de Comunión”, “Escuela del Evangelio”, donde se forman los Pastores según el corazón de Dios, se une con gozo a esta efemérides con la publicación de esta edición especial de su revista “SEMAYOR”. En ella encontraremos diferentes artículos sobre las actividades del Centenario. Todas ellas quieren ser un reconocimiento, un canto de alabanza y gratitud a la fidelidad de Dios.
El Seminario en sus diversas etapas ha experimentado también esa fidelidad, él nos ha sostenido a través de la creatividad y compromiso de pastores, obispos y sacerdotes; nos ha sostenido a través de benefactores. El Señor ha sido fiel llamando cada año a nuevos jóvenes al sacerdocio, para que estén con Él. Sólo nos resta decir: “El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres” Salmo 126 (125). Arquidiócesis de Cali cien años: constatamos y creemos que ¡Dios es fiel! Por eso, proclamamos nuestra esperanza en el Dios fiel y aceptamos decidida y gozosamente la exhortación que nos hace su Hijo, Testigo fiel (Ap. 1,5): “Sé fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida” (Ap. 2,10). Nos abrimos con confianza al futuro: ¡otros 100 años de fidelidad!
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El Pastor nos Habla
Monseñor Juan Francisco Sarasti Jaramillo - Arzobispo de Cali
CELEBRAR 100 AÑOS No son Bodas de Plata, tampoco de Oro, ni de Diamante… En realidad, no sé cómo se llame esta celebración, y quizá ni tenga nombre propio en el intrincado lenguaje de los aniversarios: tan escaso es que instituciones puramente humanas lleguen a ser centenarias ! Pero aquí nos encontramos con que nuestra celebración se refiere a una institución a la vez humana y divina, pues hablamos de la hoy Arquidiócesis de Cali que es concreción visible de la Iglesia de Cristo en esta porción mundo.
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or el año de 1910 hubo una especial activación de energías en torno a la “muy noble y muy leal villa de Santiago de Cali.” Pareciera que con la etapa de paz inaugurada con el final de la Guerra de los Mil días (1899-1902), con el golpe que supuso para la conciencia nacional la separación de Panamá (1903) y con la conmemoración del Centenario de la Independencia, se avivó la vitalidad latente en la comarca y surgieron nuevos proyectos económicos y sociales en torno a la flamante ciudad que entonces contaba con alrededor de veintiocho mil (28.000) habitantes. De hecho, fue justamente en mayo de 1910 cuando se creó el Departamento del Valle del Cauca, en agosto del mismo año se organizó la Cámara de Comercio de Cali y en octubre siguiente se inauguraron los diez primeros bombillos de luz eléctrica en la plaza mayor de la ciudad. En este clima de “mayoría de edad” se da igualmente la creación de nuestra diócesis el 7 de julio (nonas julii) de 1910 por determinación del Papa San Pío X, refrendada por la Bula Inter multas. Como razón de tal decisión se menciona en el documento pontificio la preocupación por que los Obispos tengan encomendado un territorio acomodado o apto en el cual puedan ejercer más congrua y oportunamente la vigilancia pastoral y el cuidado de la grey del Señor. Sin embargo, bien dice el dicho popular que “de Roma viene lo que a Roma va”; de hecho, había
precedido una tesonera labor de cabildeo ante la Delegación Apostólica en Colombia, encabezada por un selecto grupo de sacerdotes entre los cuales podemos mencionar a los padres Francisco Antonio Salazar, Heladio Posidio Perlaza y Uladislao González que eran sensibles a los signos de los tiempos y veían de una parte la gran extensión territorial de la circunscripción eclesiástica de Popayán pero también el aumento de población a causa de la inminente apertura del canal de Panamá y la terminación del ferrocarril del Pacífico. Todo esto justificaba la existencia de la nueva diócesis. En aquellos comienzos del siglo XX no existían teléfonos celulares, ni fax, menos aún internet, y el correo no venía por los aires con DHL o DePrisa, sino que la “Valija diplomática” de la Santa Sede viajaba por barco trasatlántico y luego en vapor aguas arriba por el Río Magdalena. De suerte que los documentos relativos a la nueva diócesis sólo se conocieron en Bogotá y en Cali en el mes de octubre siguiente, y por eso está fechado en 15 de Octubre de 1910 el Decreto de ejecución de la disposición pontificia, firmado por el Excmo. Monseñor Francisco Ragonesi, Delegado Apostólico en Colombia y Legado Extraordinario; en dicho Decreto se fijaba la fecha del 6 de enero del año siguiente (1911) para la erección canónica del nuevo obispado. Había diócesis pero faltaba Obispo. Inicialmente, fue
El Pastor nos Habla encargado de administrar la nueva jurisdicción el mismo Arzobispo de Popayán, Excmo. Mons. Manuel Antonio Arboleda. Tan solo al año siguiente fue preconizado como primer obispo de la nueva Diócesis Mons. Heladio Posidio Perlaza, nativo de Cali y quien contaba con 59 años de edad al ser consagrado obispo el 24 de agosto de 1912. No podemos olvidar que la “Diócesis de Cali” comprendía todo el territorio que hoy constituye las Diócesis de Buenaventura, Buga y Cartago, e incluso las parroquias de la Diócesis de Palmira situadas al occidente del río Cauca; para desempeñar el ministerio en la todavía extensa Jurisdicción el nuevo obispo contaba apenas con 36 sacerdotes seculares, 13 franciscanos, 8 vicentinos y 14 redentoristas que atendían el Santuario del Señor de los Milagros. De aquí que el Decreto de ejecución de la Bula le indicara al Obispo de Cali que a la mayor brevedad posible, erija un Seminario de Clérigos, acomodándose en todo a los preceptos del sacrosanto Concilio Tridentino, de los sagrados Cánones, y a la carta de la S. Congregación
del Concilio del 15 de Marzo de 1897 dirigida a los Ordinarios de América del Sur sobre el régimen de los Seminarios. Además, reiteraba una prescripción contenida en la misma Bula de creación por la que se imponía al nuevo obispo y a sus sucesores (!) que enviaran, a sus costas, al menos dos de los estudiantes de filosofía o de teología al Colegio Pío Latinoamericano de Roma para que beban la sabiduría católica y la disciplina eclesiástica en el mismo centro de la fe junto a la Cátedra de San Pedro el Príncipe de los Apóstoles, y así, al regresar a su tiempo a la patria, puedan ser de gran utilidad tanto para los asuntos eclesiásticos como civiles. Evidentemente, eran otros tiempos y otras circunstancias. Pero, a un siglo de distancia, estas prescripciones nos dan fe de la preocupación constante de la Madre Iglesia por asegurar la buena, más aún, la excelente formación de quienes un día han de configurarse sacramentalmente con Jesucristo Sacerdote para servir generosamente al pueblo de Dios.
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Obispos del Centenario
Monseñor José Alejandro Castaño A. - Obispo
Auxiliar de Cali
LA ARQUIDIOCESIS DE CALI: Un Caminar Centenario Inter multas easque gravissimas sollicitudines, quibus Romani Pontifices vi primatus…
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s la historia de la Iglesia colombiana que han asumido Obispos, Religiosos, (as) y laicos con empresas insospechadas, audaces, que han respondido a los retos no siempre fáciles de nuestro diario caminar. Inicia esta honrosa gesta fray Juan de Quevedo, primer obispo de aquella incipiente Diócesis, y aún no concluye, pues, vienen a nuestra memoria pastores visionarios, generosos, heroicos, controvertidos y hasta polémicos; Ilustres por su amplia cultura, de alto vuelo eclesiástico, por los cargos que han desempeñado, ya a nivel local, ya a nivel de la Iglesia Universal; siempre inquietos y solícitos por la Salvación de sus fieles. Nuestra Iglesia particular se enmarca entre las Diócesis afortunadas, que en su relativamente corto caminar-cien años- al lado de otras mucho más antiguas, ha sido regida por pastores de gran calidad humana y de verdadero “emprendimiento”. La evangelización del continente americano, se inicia en 1500 en Santo Domingo, con el envío de la misión franciscana y muy pronto el 8 de agosto de 1511 se eleva a diócesis (Primada del continente) junto con Concepción de la Vega y San Juan de Puerto Rico; de forma progresiva y desde Roma la Iglesia va proveyendo de nacientes diócesis al enorme territorio americano recién descubierto: el Papa Pablo III hace a Cuzco-sede del imperio Inca, en el sur del continente- sede episcopal el 5 de septiembre de 1536, Lima lo será el 14 de mayo 1541 y Quito el 8 de enero 1546, en el mismo año en 22 de agosto Popayán- nuestra Iglesia madre- será diócesis y sede Metropolitana hasta el 20 de julio 1964 cuando el Papa Pablo VI eleve a la Diócesis de Cali al rango de sede Metropolitana de la nueva provincia Eclesiástica.
Desde el establecimiento de la primera Diócesis en tierra firme americana- año de 1513- en la zona de Urabá y Darién, que llevó el nombre de Santa María de la Antigua, la Iglesia colombiana ha realizado una larga y eficaz obra inspirada en el Evangelio y en el mandato del Señor: “Id y haced discípulos míos entre todos los pueblos…” (Mt 28, 19). Encabeza este escrito la Bula “Inter Multas…” del Papa Pio X con la que se promulga y erige la nueva diócesis de Cali el 7 de julio de 1910, luego Monseñor Francisco Ragonesi, Delegado Apostólico en Colombia promulgará el decreto de ejecución el día 15 de Octubre de 1910; y, finalmente, en cuanto a decretos el 20 de Junio de 1964, su santidad Pablo VI creará oficialmente la provincia Eclesiástica de Cali y automáticamente se eleva a rango Arquidiocesano a nuestra Iglesia particular. Muchos personajes han ilustrado este caminar centenario: fue Monseñor Manuel Antonio Arboleda, cartagùeño, de ilustre familia, nacido el 27 de febrero de 1870 y consagrado Obispo de Popayán el día 18 de julio 1907, quien lideró junto con los padres Heladio Posidio Perlaza, Francisco Antonio Salazar y Uladislao González, las gestiones primeras con las que se inicia el estudio y las propuestas, que culminarán con la creación de la nueva diócesis.
OBISPOS, ARZOBISPOS Y OBISPOS AUXILIARES QUE HAN REGIDO NUESTRA IGLESIA ARQUIDIOCESANA
Para refrescar la memoria histórica, consigno los nombres de los prelados que durante estos cien años de caminar Arquidiocesano han sido nombrados por la Santa Sede; la biografía de cada uno de ellos, sus luchas, desvelos y obras significativas, se encuentra diseminada en numerosos escritos: será necesario un riguroso trabajo de investigación y concreción de datos para hacerlos públicos, no sólo para que sean conocidos, sino también para que ocupen el lugar histórico que les corresponde como hombres de Iglesia y gestores del cambio social de nuestra Iglesia Vallecaucana.
Obispos
Luis Adriano Díaz 1927 – 1947
Julio Caicedo Téllez 1948 – 1958
Mons. Francisco Gallego Pérez 1959 – 1960
Mons. Alberto Uribe Urdaneta 1960 – 1985
Mons. Pedro Rubiano Saenz 1985 – 1995
Mons. Isaías Duarte Cancino 1995 – 2002
Mons. Juan Fco. Sarasti Jaramillo 2002 –
Arzobispos
Mons. Heladio Posidio Perlaza 1912 – 1926
OBISPOS AUXILIARES
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Mons. Miguel Antonio Medina Mons. Augusto Aristizabal Ospina Mons. Juan Fco Sarasti Jaramillo Mons. Héctor Gutiérrez Pabón Mons. Alfonso Cabezas Aristizabal Mons. Julio Enrique Prado Mons. Edgar de Jesús García Gil Mons. José Soleibe Arbelaez Mons. Luis Adriano Piedrahita Mons. Gonzalo Restrepo Restrepo Mons. Julio Hndo. García Peláez Mons. José Alejandro Castaño A. Mons. José Daniel Falla
1953 1969 1978 1987 1988 1992 1992 1999 1999 2004 2006 2007 2009
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1959 1977 1984 1997 1992 1995 2002 2003 2007 2006
La historia Arquidiocesana en esta centuria está marcada por el desarrollo, social, demográfico, cultural, político y ambiental de nuestro departamento: la apertura de nuevas vías de comunicación, el desarrollo industrial, el ingreso de medios de transporte novedosos y ágiles, y la dramática estela que va dejando la violencia prolongada e indiscriminada que trae anexos como el desplazamien-
to forzado, los asentamientos irregulares, los cordones de miseria citadinos y otros de no menor cuantía, han dado un vuelco a las perspectivas pastorales y a la urgencia para afrontar con lucidez y osadía, todos estos males de la cultura moderna. El hecho de pensar en una obra de ayuda a la salud mental y física, de un crecido número de pacientes alcanzados y heridos por el fenómeno de la drogadicción y sus colaterales, es signo fehaciente de los nuevos retos que afronta esta Iglesia, que se apresta a celebrar la primera centuria de su existencia. Serán necesarios espacios y tiempos largos y de profunda reflexión para consignar las obras más significativas del pueblo fiel, que unido a sus pastores, quiere dar gracias, regocijarse en el Señor, y también, proyectar con esperanza cristiana, un futuro que aún desconocemos, pero que no puede estar exento de la presencia Providente del Dios de la historia que, hecho hombre por nosotros en la persona de Jesucristo, sigue caminando a nuestro lado aunque no le veamos, y continúa diciéndonos: “No temáis… he aquí que yo estoy con vosotros hasta la consumación del mundo…”
Cien Años de Evangelización
Monseñor Julio Hernando García P. - Obispo
Auxiliar de Cali
La Iglesia es para evangelizar, para anunciar a todos los hombres la salvación de Dios en Cristo La Misión de Jesús Jesús fue enviado por el Padre para evangelizar a los que estaban esclavos del pecado, liberándolos y llevándolos a vivir la experiencia de hijos de Dios y hermanos entre si. Esta misión fue cumplida a plenitud con la muerte y resurrección, es decir, con la Pascua de Jesús, se selló la libertad de todos los hombres. Este es el Evangelio que hay que comunicar a todos los hombres y a todos los pueblos. La Iglesia continúa la misión de Jesús
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En los Hechos de los Apóstoles 5,20, se confía a la Iglesia la tarea de ir y “anunciar a todos los pueblos el nuevo estilo de vida”. Este mandato, fue asumido inmediatamente con todo entusiasmo y bajo la luz del Espíritu Santo, por aquéllos que fueron testigos oculares de la muerte y resurrección del Señor. A su vez, estos testigos confiaron a otros continuar en la historia y en otros ambientes culturales este anuncio. Si contemplamos la historia de la Iglesia, constatamos que siglo tras siglo, de múltiples maneras, la Iglesia ha sido fiel a la misión evangelizadora que le encomendó su Maestro. La Iglesia ha evangelizado todos los ambientes, todas las culturas, todos los pueblos, aún en las más diversas circunstancias. Se ha enfrentado a los desafíos de todos los tiempos y de todos los tipos; aún en los tiempos más cruciales de la historia, la Iglesia ha animado a la humanidad llenándola de esperanza. De nuevo nos encontramos en un tiempo crucial de la historia, estamos en los inicios del tercer milenio, en un mundo nuevo, una nueva antropología, unas nuevas relaciones económicas, nuevas tendencias espirituales, crisis constantes y una necesidad de trascendencia cada vez más sentida.
La misión de la Iglesia de Cali hoy A lo largo de estos cien años de historia, la Iglesia de Cali ha sido fiel al mandato del Señor, asumiendo como una tarea de comunión todos los procesos enmarcados
dentro de la evangelización, que han procurado ubicar a la persona como agente social en todas y cada una de sus dimensiones, iniciando, desde las líneas infantiles, continuando con el trabajo abordado desde y para los jóvenes, finalmente teniendo como centro la familia, primera comunidad de fe y de amor. Son muchas las expresiones en las que encontramos la presencia evangelizadora de la iglesia Arquidiocesana a lo largo de estos cien años. Contemplamos templos majestuosos que se levantan al cielo, testimoniando la espiritualidad de esta raza. Cerros tutelares con tres cruces y el Cristo Rey, que se levantan como signos de una ciudad creyente. A la par, esta obra evangelizadora ha contado con la planeación y ejecución de proyectos sociales de gran envergadura en sectores poblacionales, frecuentemente disminuidos en sus posibilidades económicas. Allí se han hecho grandes colegios, hospitales y centros de salud, templos parroquiales y centros de formación humana. A esto se añade también, la sencilla pero valiosa presencia de distintas comunidades religiosas, el testimonio heroico y aún sacrificial de Obispos, Presbíteros y laicos. Además, la presencia de numerosas fundaciones de distintos matices y carismas, que apoyan programas desde la infancia hasta la etapa del adulto mayor, desde las comunas orientales hasta los cerros tutelares, desde los sectores empresariales, hasta las obras con los habitantes de la calle. Se suma también la presencia en todos los rincones de su jurisdicción, barrios y veredas, edificios y urbanizaciones, clínicas y hospitales, escuelas y universidades, capillas y santuarios, televisión y radio, de movimientos apostólicos y nuevas parroquias.
Cien Años de Evangelización Una Iglesia atenta a los signos de los tiempos
Una iglesia viva, sin miedos y con un nuevo ardor
Cali, vive nuevas realidades. Se experimentan nuevos signos. La Iglesia tiene que estar atenta a estos nuevos signos, saberlos leer, interpretar y dar respuestas concretas, efectivas y elocuentes, que verdaderamente iluminen el trasegar de la historia.
Audazmente, la Iglesia ha sido invitada a mirar el futuro con fe y con esperanza. Ha sido llamada a emprender con nuevo ardor, con nuevos métodos y con nuevas expresiones una evangelización que no sea una simple capa de barniz, sino una gracia que lleve a una profunda conversión de la vida y del corazón.
Fenómenos como el desplazamiento forzoso, la ola del narcotráfico, el narcoconsumo, las pandillas juveniles, la corrupción, el sincretismo religioso, el secularismo, las culturas urbanas, la experiencia pluricultural, el desempleo, el empobrecimiento paulatino de la población, poco sentido de pertenencia, arraigo e indiferencia por la ciudad, la desconfianza arraigada en los habitantes. Todo esto exige que nuestra Iglesia, a la luz del evangelio, se confronte y viva un profundo análisis de estas realidades, para que desde allí fortalezca a sus creyentes y brinde herramientas que los haga capaces de responder a los desafíos de un mundo nuevo.
Esa es la tarea que debe empeñar a toda la Iglesia y a todos en la iglesia. La Arquidiócesis de Cali no puede ponerse al margen de este empeño universal. Tenemos que afrontar con entusiasmo este gran desafío, sin miedos, confiando en el Espíritu Santo. Hemos evangelizado a lo largo de estos cien años y lo seguiremos haciendo a lo largo de los años venideros, pues, la Iglesia existe para evangelizar, ésa es su razón de ser, ésa es su alegría y su mayor dicha. Evangelizar seguirá siendo entonces, la gran tarea de la iglesia caleña. Que Dios nos ayude para que llevemos a feliz término esta enorme responsabilidad.
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Historia
Historia
Pbro. Hector Fabio Fernandez Fuente www.arquidiocesiscali.org
HISTORIA DE LA ARQUIDIÓCESIS DE CALI El 07 de julio de 1910, su Santidad San Pio X, estableció la Iglesia en estas tierras, la cimentó en el corazón de nuestros padres en la fe y en la persona de nuestro Primer Obispo, Monseñor Heladio Posidio Perlaza Ramírez, a quien le encomendó predicar el Evangelio en los rincones y llanuras de este hermoso Valle
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onseñor Heladio como primer Obispo de Cali, tuvo que empezar de la nada, no tenía casa, no había oficinas, no había Seminario…, él se apersonó de todo y con la ayuda de un grupo de sacerdotes, le dio forma a la Diócesis en el periodo de 1912 a 1927, en una ciudad que entre otras carencias, aún no contaba con buenos caminos, mucho menos con automóviles y sus ríos no tenían puentes; bajo este contexto se fue desarrollando nuestra Iglesia particular. Empezaba entonces, la gran aventura de la evangelización de estas comunidades: hombro a hombro, fortalecidos por la fe en Cristo, el Señor y unificados con los vínculos del amor patrio y la tradición. Monseñor Luís Adriano Díaz, segundo Obispo, ya encontró casa, imprenta, la Catedral, Curia en marcha y un poco más de clero, para una ciudad que día a día se expandía en los años de 1927 a 1947. Monseñor Díaz, hombre dinámico, llegó con el ideal de la construcción de un Seminario e impulsos de progreso. El tercer Obispo Monseñor Julio Caicedo y Téllez, encontró que el Pueblo de Dios residente en Cali, ya contaba con automóviles, puentes, más sacerdotes, comunidades religiosas masculinas y femeninas, eran los años de 1948 a 1958. Entre los retos que asumió Monseñor Caicedo, contamos el gran compromiso internacional del Congreso Eucarístico Bolivariano, que marcó la ciudad. En los años de 1959 a 1960, Monseñor Francisco Gallego fue el cuarto Obispo en la Diócesis de Cali, un hom-
bre que falleció pronto, pero que en este corto tiempo se preocupó principalmente por la santificación del clero, el aumento de las vocaciones sacerdotales, y el servicio a los más humildes, a quienes amaba de corazón. Había decretado la celebración de una gran misión y de un congreso mariano en Cali, para la celebración del cincuentenario de la diócesis y terminó la construcción de varias casas para los damnificados de la explosión del 7 de agosto de 1956. El aumento de fieles en esta época demandaba también un aumento de sacerdotes y elementos de atención en lo espiritual. Bajo este panorama, llega el quinto Obispo Monseñor Alberto Uribe Urdaneta, quien dio cumplimiento a la celebración de los primeros 50 años de la Diócesis. En muy corto plazo Monseñor Uribe se propuso firmemente lograr el progreso espiritual de Cali, a la par del progreso material. Habían transcurrido 4 años de su llegada, cuando la Diócesis fue elevada a Arquidiócesis Metropolitana, siendo él su primer Arzobispo. En 1985, Santiago de Cali vivía las consecuencias del proceso de urbanización, con una población de un poco más de millón y medio de habitantes, empezaba a sentirse fuertemente la migración rural, la pobreza, la miseria y la falta de buena educación. Había sido nombrado Arzobispo de Cali Monseñor Pedro Rubiano Sáenz, que venía desempeñándose como Arzobispo Coadjutor desde 1984. Monseñor Rubiano inició su pastoral, con un objetivo que unificaba todas las pastorales, siguiendo el ejemplo de las Arquidiócesis en las grandes ciudades. Organizó la labor de la Arquidiócesis en diversas
Pastorales y realizando un análisis de la situación social y espiritual de la ciudad, pudo concluir que existían grandes problemas que se podían resolver desde el ambiente de La Familia, por eso, insistió siempre en resolver las necesidades en el campo social y familiar y en la formación de agentes pastorales en cada nivel y cada ambiente. A partir de este momento, se hizo necesaria una Curia Alterna para cubrir el sector oriental de la ciudad. A Monseñor Pedro, le correspondió mostrar ante su Santidad Juan Pablo II en el año 1986, un Pueblo de Dios necesitado de una voz de aliento que fortaleciera su Fe y que por supuesto se dio en esta visita, y que sin duda alguna fue una fortaleza que sirvió a la ciudad para enfrentar los difíciles años que vivía a causa del narcotráfico. A este gran Pastor se le debe la reparación de la antigua casona ubicada en la carrera 4a con calle 7a, llena de la historia patria y eclesial, donde había funcionado la curia diocesana y donde funciona la curia arzobispal actualmente y desde 1991. Gracias a su excelente desempeño como Pastor, Monseñor Rubiano es nombrado Arzobispo Primado de Colombia y esta hermosa ciudad de Santiago de Cali lo despide con nostalgia y gratitud, y le abre los brazos en gran
acogida a Monseñor Isaías Duarte Cancino nombrado Arzobispo de Cali en el año 1995; Monseñor Isaías fue un incansable trabajador de los Derechos Humanos. Durante su período se creó La Comisión de Vida Justicia y Paz y se concretó la creación de la Fundación Universitaria Católica Lumen Gentium, el Seminario Mayor San Vicente, para profesionales, y diversas parroquias. Otra de las grandes obras de Monseñor Duarte, fue el Banco Arquidiocesano de Alimentos que subsidia grandes y pequeñas obras sociales en la Arquidiócesis, dando respuesta al problema de hambre que se ha generado en la ciudad. Monseñor Isaías se caracterizó por invitar siempre al respeto de la Dignidad de la persona humana, en una Cali que había perdido este concepto, su voz retumbó positivamente en la institucionalidad de esta capital; pero para algunos era un obstáculo. En el año 2002, los caleños despidieron a su Pastor que se marchaba al encuentro amoroso con el Padre después de que la intolerancia le arrebatara la vida. Actualmente, nuestra Iglesia Arquidiocesana es guiada por el Arzobispo Monseñor Juan Francisco Sarasti Jaramillo, quien es apoyado por el trabajo de tres Obispos Auxiliares Monseñor Julio Hernando García, Monseñor José Alejandro Castaño y Monseñor José Daniel Falla Robles. Esta es la ciudad, a la que la Iglesia Arquidiocesana está llamada hoy a guiar; sin contar que nuestra Arquidiócesis atiende también a los fieles de los municipios de Dagua, Jamundí, La Cumbre y Yumbo. La pastoral hace posible, que se brinde un acompañamiento a todos los fieles en el momento de hacer una opción de vida. En ésta área encontramos La pastoral Sacerdotal, la Vicaría de Religiosas, el Diaconado Permanente, La Pastoral Vocacional, los Movimientos Apostólicos Laicales y los Ministerios Laicales, que por cierto ha tenido en cuenta el gran servicio que los laicos prestan en la construcción del Reino de Dios y ha querido prepararlos para que sus funciones cada día enriquezcan más la Iglesia. Otra de las Áreas es la de Formación, que busca que cada persona evangelizada, sea capaz de transmitir el Evangelio de acuerdo a su contexto y su propia vocación; una labor que se realiza desde diversas pastorales, entre las que contamos, con la pastoral de Misiones, la litúrgica, la de Infancia y la niñez, la juvenil, la de primera infancia, la familiar, la universitaria, la de profesionales y la pastoral Catequética y Bíblica; a través de la cual, se han podido formar la mayoría de los catequistas y agentes parroquiales de la Arquidiócesis. El quehacer de la Iglesia no se limita a transmitir el Evangelio y administrar los sacramentos, sino que nos refleja una iglesia que da testimonio y hace vivo el Mensaje del Amor, no sólo hacia el Padre Celestial sino también con el hermano, sobre todo con aquellos más necesitados y desprotegidos. Es por eso, que otro de los frentes de esta Arquidiócesis es el Área Social; que siendo sensible a las situaciones actuales, viene desarrollando programas que permiten la promoción, organización y desarrollo de personas e instituciones. Den-
tro de esta área, se encuentra el trabajo de las Pastorales de Migración, del trabajo, de la Salud, de los afrodescendientes, penitenciaria y la Pastoral Social Plenamente conscientes de que la Arquidiócesis de Cali seguirá siendo el pueblo de Dios que lleva la fe de Cristo, los niños y de los jóvenes, corre la sangre de los abuelos, Obispos, Sacerdotes y Diáconos, Religiosos y Religiosas y Laicos comprometidos hombres y mujeres orgullosos de su fe y de su tradición; y que está en medio de un pueblo, que en la lucha por defender la dignidad de su raza, su tradición católica y su ancestro democrático van “camino hacia el centenario”. La Arquidiócesis en la actualidad cuenta con 4 zonas pastorales: Zona Centro, Zona Norte, Zona Sur, Zona Oriente y 17 arciprestazgos. La zona centro cuenta con 5 arciprestazgos, la zona norte con 4 arciprestazgos, la zona sur con 4 arciprestazgos y la zona oriente con 4. Con motivo de la celebración del Centenario de la Arquidiócesis, se inició el Año Jubilar el 08 de Septiembre del año 2009, Fiesta de Nuestra Señora de los Remedios, Patrona de la Arquidiócesis, y se clausurará el 07 de Septiembre del año 2010. Igualmente, se aspira a llegar a las 150 parroquias, el lanzamiento del libro conmemorativo del Centenario, la creación de una obra social, el lanzamiento de la revista conmemorativa por parte del Seminario Mayor, congresos y la celebración del Sínodo, donde la Iglesia caleña pretende elaborar un plan estratégico para afrontar el tercer milenio y poder ser una iglesia viva.
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Total, que aunque se enfrentó con audacia la crisis, no alcanzó a cubrir pastoralmente las olas de migrantes que ahora despistados, estrenando además de un nuevo modelo cultural, sorteaba la complejidad en materia religiosa que implica el mundo urbano: competencia o concurrencia, libre elección. Con elocuencia histórica el Sr obispo Auxiliar de Cali, Monseñor José Alejandro Castaño, historiador, ha venido publicando la semblanza de los ilustres Obispos de Cali en la voz católica: éste no es un artículo de historia -pues la revista implica brevedad- pero un breve vistazo eclesiástico, sobretodo de quienes lideraron este tiempo: los primeros (8) Obispos del siglo
Revoluciones y cambios de paradigma: cambio de época Pbro. Gersaín Paz Buendía
Un siglo de compañía y desafíos El siglo XX, ha sido probablemente el período de mayores y más rápidos cambios de toda la historia, podríamos llamarlo el siglo de mayores revoluciones de todos los tiempos. En éste siglo: han surgido nuevos sistemas políticos, han desaparecido los grandes imperios Europeos, desmembrándose en docenas de nuevos Estados, se han librado las más mortíferas guerras de todos los tiempos causando la muerte de millones de Personas- más de 50 millones de muertos causados por la segunda guerra mundial. Y paradójicamente, más del 70% de los inventos de toda la humanidad son del siglo XX. Maravillas del mundo hoy como el computador y el radar son inventos de la guerra.
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a ciencia ha experimentado un desarrollo gigantesco y los avances de la medicina, han permitido a los seres humanos, gozar de una vida más saludable y casi el doble de larga. La población humana pasará de 1.650 millones a principios de siglo a esta nueva década del milenio a 6200.
Los últimos 50 años:
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A partir de las ruinas de la segunda guerra mundial, pasando por años ensombrecidos por la rivalidad de los dos bloques de poder principales y la amenaza de un holocausto nuclear y de conflictos regionales aparentemente interminables, se ha ido gestando poco a poco la convivencia, bajo las recomendaciones de las Naciones Unidas. Al ir disipándose la guerra fría, se tenían grandes esperanzas en llegar a una era en la que se rechazaría la guerra como instrumento de política. Lejos de ello, prácticamente en todos los continentes, se ha sufrido la eclosión de enconados conflictos, causados por diferencias por largo tiempo escondidas. Ha aumentado espectacularmente las diferencias entre ricos y pobres. Nuestra pobre tierra no se recupera del peor síndrome de la desigualdad desequilibrada o injusta. Entrando a un nuevo milenio: enfrentar con madurez la actual interdependencia mundial…quizás podamos salir más fortalecidos, a pesar de la crisis de síntesis e inestabilidad que hoy se vive.
Un siglo de compromiso desde la fe con el caminar entre luces y sombras Cali y la región del Valle
No es fácil resumir un siglo de realidades tan complejas, en donde se cruzan lo nacional, internacional y las culturas locales, que se retroalimentan en un mundo cada vez más abierto. Sólo subrayemos algunos aspectos relevantes del acompañamiento de la Iglesia en este siglo, sin dejar de recordar que ya no tenemos el poder que tuvo la Iglesia en la edad media, y que abarcó la mitad del cristianismo universal, pero cada día y sin perder su identidad Eclesial, la humanidad avanza hacia una conciencia civil y autónoma que a veces llamamos no sacra, pero…la gente sigue creyendo amando y esperando. La religión incluso hoy resurge como un nuevo desafío, pero ya no navega exclusiva o únicamente a través de las religiones clásicas, sino como un producto de ventas callejeras, es decir, de fácil adquisición, quizás intentando dar respuestas a una sociedad depresiva con más de 500 millones de seres humanos en esta tierra con síntomas de insalubridad mental y emocional- (depresión ansiedad, angustia, estrés y fatiga). Surge la postmodernidad planteando y buscando respuestas a la inteligencia emocional y espiritual que reclama respuestas tan profundas e interdisciplinares, como a veces inmediatas. La industrialización que ya venía como una verdadera revolución desde el
BREVES CIFRAS DE LOS OBISPOS TITULARES
siglo XVII desde Inglaterra y Francia, va llegando a Cali como un verdadero Boom en la década del 50 y 60 y va despertando chimeneas, especialmente en Yumbo y explota tras de sí, el fenómeno de la urbanización y la migración enorme, especialmente verificada en la década del 60 (Alfonso López, Terrón Colorado, Siloé, etc.) traumático paso de una sociedad agraria a la urbano industrial... Coincide en el concilio Vaticano II promulgado por Juan XXIII y la crisis de la nueva cosmovisión, que cerró seminarios en el mundo entero con 100.000 sacerdotes que abandonaron el Ministerio y más de 400.000 monjas que dejaron sus claustros tras un nuevo paradigma de la encarnación del verbo y ahora de carácter Misionero no tan conventual. Mientras la crisis pasa, son 20 años que coincide con el urbanismo y la explosión demográfica de la década del 60, vacío postconciliar, que no alcanzó a llenar del todo la Iglesia en el nuevo molde urbano industrial, vacío que fue aprovechado por los grupos Evangélicos, especialmente norteamericanos que acababan de ser expulsados del Medio Oriente que avanza hacia el comunismo Asiático: Corea, Vietnam, etc. Los VI Juegos Panamericanos (década del 70), que de cierta manera relanzó con fuerza a Cali al escenario internacional, si bien fue desde el escenario deportivo, en el mundo religioso el Congreso Eucarístico, nos fue abriendo las fronteras y ubicándonos en una región abierta al mundo en todas las dimensiones.
Heladio Posidio Perlaza (1910-1927) Inició la Diócesis -Primer Obispo de Cali- llegó a Cali cuando no había carros, ni puentes, ni curia ni Seminario y con 19.780 km2 renunció después de 15 años de servicio episcopal. Organizó con ejemplaridad la nueva diócesis. Luis Adriano Díaz (1927-1948) También renunció, entre otras por los conflictos con los Franciscanos y el problema del Amparo. Fundó el seminario Conciliar en 1.931. Enfrentó la tragedia de la explosión del 7 de agosto de 1956- con 3.500 víctimas, muchas personas irreconocibles y sepultadas en fosa común. Fue muy dinámico y de carácter. Julio Caicedo y Téllez (1948-1957) Realizó el 1er. Congreso Eucarístico Bolivariano. Creó 15 parroquias, proyectando hasta 24. Segregada Palmira 1.952, la diócesis quedó de 6.555 km2, Seminario de Bellavista en 1.951. Y en 1.953 se creó el Vicariato Apostólico de Buenaventura, con Monseñor Gerardo Valencia Cano, en estos momentos en vías de canonización. Francisco Gallego Pérez (1959-1960) Muy breve servicio ya que falleció al año. Apoyó y emprendió obras como la Vicaría del Espíritu Santo, los asuncionistas, la umbría, los salvatorianos. Alberto Uribe Urdaneta (1960-1982) Arzobispo que respondió con la mentalidad postconciliar de promoción social y mas acercamiento a todos los estratos, invitando diócesis extranjeras por escases de Clero a participar en Cali desde España, Idaho- Estados Unidos, etc. y muchos otros Misioneros que llegaron para afrontar la crisis urbanística cultural e industrial de migrantes recién llegados de todo el País y aun de otros Estados. Creó numerosas obras sociales, cementerios y fortaleza administrativa de la diócesis. La diócesis de Cali se convierte en Arquidiócesis con diócesis sufragáneas del Valle, sede metropolitana. La década del 60: Concilio vaticano II, viaje a la luna, paso de lo rural a lo urbano, liberación femenina, revolución cubana y ante la amenaza del comunismo, tras una especie de “blindaje” de la
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Revoluciones y cambios
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ciudad, convocó a los industriales católicos convenciéndolos de apoyar la apertura de centros parroquiales integrales como san Joaquín, Andrés Sanín etc. Con aulas multiusos y con capacitaciones integrales: resulto una gran respuesta en esas circunstancias hasta hoy. Se reabrió el semanario hace 30 años para ir resolviendo la crisis post conciliar. Pedro Rubiano Sáenz (1982-1994) El fenómeno de agua blanca: decada del 80. Sucedido hace 30 años con el terrible tsunami de la costa pacífica: 1978, probó la improvisación y la politiquería. Lanzó la invasión más grande de la historia colombiana, hoy con más de 500.000 habitantes y que resultó 4 veces más costosa por su ubicación e improvisación y que hoy en día es generadora de tanta violencia. Desde el comienzo, la Iglesia ha trabajado arduamente creando 50 nuevas parroquias, fue el desafío No.1 del Arzobispo Pedro Rubiano, hoy cardenal. Rubiano optó como política, que a Cali sólo podían entrar comunidades religiosas dispuestas para Agua blanca, las que llegaron y las que estaban, participaron de manera vigorosa, construyendo numerosas obras sociales en educación, salud, promoción es humana, desarrollo integral con aportes internacionales la inmensa mayoría con, más de 40 parroquias que se abrieron para el sector y una participación gigante de los religiosos, que le han ido entregando hoy al clero diocesano para sostener y continuar. Isaías Duarte Cancino (1995- 2002) Pasada la década ahora del 90 el Arzobispo Isaías Duarte Cancino: completó y proyectó más de 40 parroquias, relanzó la Universidad Lumen Gentium y varias obras sociales y educativas de promoción y asistencia, enfrentando la miseria y el narcotráfico, desplazamiento y violencia del que fue víctima por sus denuncias: Denunció la narcopolítica y la corrupción ofrendando su vida hace más de 8 años.
Sacerdote Egresado
Juan Francisco Sarasti (2002) Enfrenta la dura situación de esta década repotenciando la universidad, las obras educativas, el banco de alimentos, los nuevos asentamientos, la comuna 21 y en fin el legado de sus antecesores para proponer un plan pastoral participativo con un fuerte énfasis en el SINE y celebrar con todo el pueblo, el centenario de la arquidiócesis para un nuevo milenio Hoy ante el vacío de 20 años sin construcciones escolares públicas, la Arquidiócesis presta más de 600 aulas al gobierno para adelantar la educación por cobertura: Fortalece la educación terciaria CERES y la universidad, pues, la educación terciaria es el desafió que ante la avalancha de bachilleres no capaces de enfrentarse a la vida, ahora deben afrontar el universo de competitividad.
Urbanización
Cali es la Diócesis más urbana del País, y las urbanizaciones en esta ciudad que ocupa los primeros renglones en América latina, ha tenido tal crecimiento y explosión demográfica, que de cierta manera a la falta de una mayor planeación hace que el modus vivendi improvisado, lleve a esta ciudad a ubicarla entre las más violentas del hemisferio, por ser Cali un buen vividero con 11 microclimas, cercana al mar y capital de sur occidente colombiano.
Invasiones y desindustrialización:
Las cifras asustan, pero son reales: con 3 y 5 décadas seguidas de invasiones, la ciudad no crece, sino que se hincha; hoy aparecen 500.000 habitantes que le sobran a la ciudad, necesita 100.000
nuevas viviendas y 200.000 empleos, pues la desaceleración de la industrialización es típica de la década de los 80, muy a la inversa de la década a del 60 y del 50. Se diferencia de Europa durante el boom industrial en donde corrieron parejo industrialización con urbanismo, pero en las tres últimas décadas, se puede notar que aquí la urbanización va por ascensor y la industrialización ni siquiera va por escalera, sino a paso de tortuga. Recientemente, el único esfuerzo serio de industrialización, fue la ley Páez con 70 multinacionales llegadas libres de impuestos, pero no en Cali, sino al norte del Cauca. Hoy abunda la mendicidad callejera, entre las más graves de Latinoamérica: pero Que viva Cali, Chipichape, Yumbo y la plaza más costilera. Hoy se lamenta como derivación de poca planificación, la ausencia de parques, de zonas verdes, de colegios y universidades, de factores generadores de empleo, lo fuerte es el comercio y los servicios. La iglesia da sus mejores aportes: numerosas obras, 150 parroquias y maravillas que se adelantan, pero tiene el desafío de la violencia y pandillaje, de la insalubridad mental que crece, del desempleo, de las sectas que se multiplican, de la miseria de los suburbios y del centro, de las 100 nuevas parroquias que Cali necesita para los próximos 20 años, formar mejor al clero, laicos y religiosos hacia la calidad en el servicio pastoral, que no es otra cosa que la conquista progresiva de la santidad.
Pbro. José González
LA EXPERIENCIA MINISTERIAL DE UN EGRESADO DEL SEMINARIO MAYOR “SAN PEDRO APÓSTOL” DE CALI La experiencia en estos casi veintidós años de ministerio ha sido rica, variada, extensa y de fe.
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ace dos décadas que salí del seminario, pero siempre he estado vinculado a él como profesor interno y externo; sólo durante los dos años de estudios de Teología en Roma, me ausenté del Seminario de Cali.
Sigo percibiendo el Seminario Mayor, como una verdadera casa de formación, de fe y de seguimiento del Señor Jesús. Mi experiencia como egresado ha sido maravillosa, creo que el Seminario me ofreció las herramientas suficientes para mi formación como persona, como cristiano y como sacerdote. He vivido para el Señor y para la Iglesia que amo y sirvo con alegría, generosidad y con el único objetivo de que Jesucristo sea conocido y amado por todos los que encuentro en mi trabajo pastoral. He vivido diversas etapas desde mi primera experiencia ministerial, en San Vicente y Puerto Betania del Caguán, hasta mi servicio pastoral como párroco de San Fernando Rey, Director de Comunicaciones, Director de la Fundación Samaritanos de la Calle de la Arquidiócesis de Cali y profesor del Seminario Mayor en el área de Teología Sistemática. Cada día quiero que Jesucristo se conozca en el mundo en que vivo y que la gente lo ame y lo sirva al encontrarse conmigo, con la Iglesia, con mi predicación y sobre todo con mi testimonio, con mi vida y mi sencillo trabajo. En este mundo lleno de cosas, de trabajo, de urgencias y un ministerio con muchos desafíos y cantidad de exigencias, que muchas veces me hacen descuidar lo esencial, he procurado vivir como discípulo de nuestro Señor; he procurado vivir cerca de él y como María a la escucha de su Palabra para ser siempre su discípulo y cumplir sus exigencias.
El ministerio ha sido mi vida, mi vocación. Servir a los hombres y mujeres no ha sido fácil, pero satisfactorio, lo poco que he hecho me ha llevado a decir que sólo he hecho lo que se me ha pedido y por amor a Jesús y a la Iglesia. Lo he hecho, no porque me toca, sino por convicción. He dejado en estos años que Jesús tenga un espacio importante en mi vida y en todo lo que pienso, digo y hago. En esta experiencia ministerial Jesús ha sido mi referente, mi camino y mi vida; aunque no siempre he estado a la medida de todo lo que él me da y me ofrece.
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Sínodo Arquidiocesano
Sínodo Arquidiocesano
Pbro. Octavio Lara
ALCANCE
Alcance Geográfico La iglesia de Cali abarca el territorio y las personas y familias de los municipios de Cali, Jamundí, Yumbo, La Cumbre y Dagua con población tanto urbana como rural.
TÉRMINOS DE REFERENCIA PROYECTO SÍNODO ARQUIDIOCESANO 2010
“Juntos en el Camino hacia el Primer Centenario”
ANTECEDENTES Y JUSTIFICACIÓN
El Concilio de Trento, ordenó que en las Iglesias Particulares se realizara, cada año, como fruto de las Visitas Pastorales, un Sínodo Diocesano. La Iglesia de Popayán, que incluía a lo que hoy es la Iglesia de Cali, desde sus comienzos, puso en práctica este instrumento de comunión eclesial. El Concilio Vaticano II acogió la experiencia antigua de los Sínodos y recomendó su ejecución.
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La Iglesia de Cali, cercana la celebración de su Primer Centenario, ha sido invitada por el señor Arzobispo a realizar con motivo de este evento, entre otras actividades, su primer Sínodo Diocesano para ver el camino que la Iglesia ha recorrido y el estado actual de las ciudades y de la Iglesia particular de Cali con la finalidad de elaborar un Plan de Pastoral para continuar su labor evangelizadora. La Arquidiócesis de Cali celebrará este Sínodo, como expresión de la comunión y unidad de sus miembros y para descubrir la misión que le ha sido encomendada.
OBJETIVOS Objetivo General Ser una Iglesia Viva, Fiel, Creíble, nutrida por la palabra de DIOS, alimentada por la eucaristía, y que se hace discípula, misionera de Aquél que ha venido a darnos Vida y Vida en abundancia.
Objetivos específicos. a) Vivir nuestro ser cristiano con alegría y convicción como discípulos misioneros de Jesucristo. b) Formar comunidades vivas que alimenten fe e impulsen la acción misionera. c) Valorar las diversas organizaciones eclesiales en espíritu de comunión. d) Promover un laicado maduro, corresponsable con la misión de anunciar y hacer visible el reino de DIOS. e) Impulsar la participación activa de la mujer en la sociedad y en la Iglesia. f ) Mantener con renovado esfuerzo nuestra opción preferencial y evangélica por los pobres. g) Acompañar a los niños y a los jóvenes en su formación y búsqueda de identidad, vocación y misión, renovando nuestra opción por ellos. h) Trabajar con todas las personas de buena voluntad en la construcción del Reino. i) Fortalecer con audacia la pastoral de la familia y de la vida. j) Valorar y respetar nuestros pueblos indígenas y Afrodescendientes. k) Avanzar en el diálogo ecuménico e interreligioso. l) Hacer de nuestra región un modelo de reconciliación, de justicia y de paz. m) Cuidar la creación, casa de todos en fidelidad al proyecto de DIOS. n) Colaborar en la integración de la población de Cali, Dagua, Yumbo, Jamundí y La Cumbre. o) Que la iglesia de Cali, sea la iglesia del Amor, de la Vida y de la Paz.
Alcance Histórico Deseamos elaborar una monografía que refleje la historia de la Iglesia particular de Cali, desde 1910 hasta nuestros días. Pero queremos enfatizar el período histórico comprendido entre el final del Concilio Vaticano II y nuestros días. La finalidad es diseñar un plan estratégico para los años 2010 -2016. Alcance Temático Un primer módulo de temas tiene un género investigativo sociológico en la medida en que tratará de determinar las características sociales de la población, que ocupa el área geográfica que corresponden a la Iglesia Particular de Cali. Un segundo módulo tendrá un género investigativo de Sociología de la Religión, en la medida en que tratará de determinar, cómo se vive lo religioso por las personas y las comunidades del área geográfica objeto de estudio. Un tercer módulo intentará describir el componente religioso católico en el área de objeto de estudio. Alcance Institucional Este proyecto será planeado y ejecutado por la Iglesia de Cali, es decir, las parroquias, las comunidades religiosas, los movimientos apostólicos, las asociaciones de laicos y los miembros particulares de la Iglesia harán suyo el Proyecto total y contribuirán a su realización desde su situación particular. Resultados Esperados Con la realización de este proyecto esperamos ayudarle a la Iglesia de Cali a reflejar de manera nítida el rostro de Cristo.
ETAPAS METODOLÓGICAS
1. Recopilación de información secundaria que incluye la revisión del marco conceptual y teórico, estudios y estadísticas. 2. Análisis de la historia de la Iglesia Católica en Cali. 4.3. Realización de talleres con los movimientos involucrados y no involucrados con la Iglesia Católica. 4.3. Determinación de las luces y sombras del compromiso social de la Iglesia en la región.
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Actividades Centenares
Pbro. Oscar Hernán De la Vega Alzate Coordinador Centenario de la Arquidiócesis de Cali
ESTAMOS DE CENTENARIO La Arquidiócesis de Cali está celebrando su primer centenario. Cien años de vida diocesana. Cien años al servicio del Evangelio y de los más pobres.
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ayamos a la historia: “Al iniciarse el periodo presidencial del general Rafael Reyes, fue expedida la ley 17 de 1905, con la cual se disolvían los antiguos estados soberanos para convertirlos en departamentos, según lo dictaminaba la Constitución de 1886. Después de varios cambios legislativos, en 1910 se creó el Departamento del Valle del Cauca, con Cali como su capital y, el 7 de julio del mismo año, el papa Pío X creó la Diócesis de Cali,…” Nuestra región es fruto del trabajo integrado y pujante de varias instituciones que coincidencialmente nacieron en el mismo año: el Departamento del Valle del Cauca, la Cámara de Comercio de Cali y la Diócesis de Cali. No podemos dejar pasar dicha efemérides sin resaltar la significación que para todos nosotros tienen estos 100 años. Y, es la razón por la cual el año 2010 está colmado de espacios celebrativos.
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Hago un resumen de los diferentes proyectos que se han emprendido en este marco centenario, actividades planeadas con buen tiempo (2005-2010): • La Renovación y ubicación del Archivo Histórico de la Arquidiócesis, generando un espacio de consulta que ha sido visitado por estudiantes de las universidades del Valle y Autónoma. En junio del 2007 se terminó la adecuación de un salón para ubicar dicho archivo y en él encontramos: la Hemeroteca desde el año 1846 interrumpida en su secuencia hasta el año 1980; Planoteca con material de las parroquias y el Seminario; documentos de Arzobispos; Jurídico y de personal (los más recientes); pastorales y Biblioteca con información de liturgia e historia eclesial y demás datos de la historia de la Iglesia particular de Cali.
• La Gran Misión, proyectada en tres momentos: premisión, misión y postmisión. • La celebración del Año Jubilar, cuyo lanzamiento tuvo lugar el 8 de septiembre en la Capilla de la Merced con tres grandes celebraciones: para el clero, para las comunidades religiosas y para el Pueblo de Dios, y que irá hasta el 7 de septiembre de 2010, con la posibilidad de ganar la indulgencia en cada uno de sus espacios: para los niños, para los jóvenes, para las familias, para los enfermos, para los religiosos y religiosas, para los seminaristas, etc. • La publicación de la Historia documentada de la Arquidiócesis de Cali, en la cual se plasmará la acción evangelizadora de nuestra Iglesia particular a lo largo de estos cien años, en continuación con la herencia recibida y también con el entorno social de la región. La fecha prevista para su publicación es el 27 de agosto de 2010. • Ampliar a 150 el número de Parroquias de la Arquidiócesis. No se trata de multiplicar las parroquias simplemente por capricho. Se trata de adecuar las es-
Actividades Centenares tructuras pastorales a la acción evangelizadora y poder brindar así un mejor servicio a todos los fieles. La Arquidiócesis cuenta actualmente con 146 parroquias y 6 más en proyecto de creación. Ciento cincuenta no es un tope, es una meta proyectada a partir de estudios socio religiosos, determinación de límites, consecución de terrenos para emprender la construcción de templos y casas curales, etc. Se aspira a que, el 7 de julio, día en el que se proclamó la Bula de creación de nuestra Diócesis, se realice la inauguración de la Parroquia número 150. • Cien seminaristas mayores para la Arquidiócesis. Es evidente la conexión con el proyecto anterior. Se trata de intensificar nuestra oración y nuestro trabajo por las vocaciones. De hecho, el pasado 23 de enero nuestra Iglesia particular recibió la bendición de 9 sacerdotes más, ordenados por Monseñor Juan Francisco Sarasti. Se le suma uno ordenado en la ciudad de Pereira, pero que también trabajará en la Arquidiócesis de Cali.
ciudad de Popayán. De todas las parroquias de Cali se desplazaron buses que conformaron una hermosa caravana en la que participaron alrededor de 3.500 personas. Popayán es nuestra Iglesia Madre y desde allí trajimos la Llama Centenaria expresión de un renovado compromiso por continuar propagando la Luz de Cristo por las diferentes comunidades que conforman nuestra Arquidiócesis de Cali. En la Vigilia que se celebró al culminar la peregrinación se oró por las necesidades de la Arquidiócesis y de nuestra Patria. La llama continuará su peregrinación por todas las parroquias de la Arquidiócesis a lo largo del Año Jubilar. Termino recordando precisamente eso: nuestra Iglesia particular de Cali ha recibido la Luz que proviene de la fuente misma y ha procurado multiplicarla durante estos cien años de su existencia: muchos hombres, mujeres, jóvenes y niños, por su actividad pastoral y evangelizadora, han podido descubrir que en verdad Jesús es la Luz del Mundo.
• Primer Sínodo Arquidiocesano, a celebrarse entre el 13 y el 23 de mayo, y que buscará ayudarnos a “caminar juntos hacia el futuro de lo que la voluntad del Señor nos vaya señalando, en comunión plena con toda la Iglesia”. • La realización de diversos Encuentros, Simposios o Congresos. Se pretende con ello intensificar la presencia del pensamiento católico en el ámbito de la cultura, acorde con la índole de Cali como ciudad universitaria y polifacética. Los días 25, 26 y 27 de febrero el año en curso, en el Centro de Eventos del Pacífico, se llevará a cabo el Congreso Internacional del Fenómeno Religioso hoy. • Como legado del Centenario, está prevista la inauguración de una obra social el 10 de abril. Se trata de una Casa Terapéutica, para acoger y tratar a personas que son víctimas de cualquier clase de adicción y que viven en nuestra sociedad. • La Llama Centenaria: el día 11 de enero pasado se llevó a cabo una multitudinaria peregrinación hasta la
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La Acción de la Iglesia
Pbro. Alexander Matiz Atencio
Pastoral Social de la Arquidiócesis de Cali La Arquidiócesis de Cali viene trabajando desde hace muchos años con programas sociales, que benefician a la población más necesitada e igualmente, motiva la solidaridad de todos los fieles para que vivan siempre unidos en el ejercicio mismo de la caridad.
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a Pastoral Social es la acción de la Iglesia que acompaña y promociona al ser humano a que se valore integralmente, para que tenga las mejores condiciones de vida digna. La acción de la Iglesia se manifiesta en tres campos fundamentales: • En lo Profético, que anuncia el Reino de Dios en todas sus dimensiones. • En lo Litúrgico, que celebra la acción salvífica de Cristo en la Iglesia y a través de los sacramentos vivimos, participamos y somos bendecidos por Dios. • En lo Social, que comprende la vida digna del ser humano como templo del Espíritu Santo, que se debe reflejar en la vida social, económica, política, cultural y ambiental.
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Nuestra misión es promover la praxis solidaria de la caridad cristiana a la luz del Evangelio, que permita a todas y todos ejercer su derecho a una vida digna y planteamos en la Pastoral Social para nuestra acción tres áreas importantes que son: • Asistencia. Es deber de todo cristiano socorrer al necesitado en el momento inmediato, siendo oportuno y sirviendo con amor. Es necesario tener en cuenta que la asistencia debe ser promotora de desarrollo y darle un sentido de resiliencia (capacidad que tiene la persona y las comunidades de responder por sus propios medios y su propio esfuerzo a situaciones catastróficas). En la asistencia es importante el acompañamiento de personas o grupos para que descubran el rostro de Dios, vale la pena anotar que la asistencia no puede pasar a un plano de asistencialismo, porque el asistencialismo disminuye a la comunidad, la vuelve pasiva y dependiente, de ahí que la Pastoral Social
La Acción de la Iglesia Manos Creativas del Valle “ASOCREAT” que ha tejido redes con otras instituciones públicas y privadas. Las empresas comunitarias tienen la oportunidad de comercializar sus productos y servicios a través de las ferias móviles parroquiales, un esfuerzo conjunto que se realiza en las diferentes parroquias de la Arquidiócesis de Cali dos veces al mes. Estas ferias facilitan la comercialización, incrementan el ingreso familiar y promueven la solidaridad. Así pues, estos programas de apoyo a la comunidad, son fiel testimonio de cómo se encara el desempleo y la falta de ingreso mediante la labor organizada.
La Pastoral Social de la Arquidiócesis de Cali viene desarrollando varios programas:
busca por todos los medios promover a las comunidades, que aprendan a valerse por sí mismas, lleguen a ser protagonistas de su propio destino y sujeto activo de la historia para que mejoren sus condiciones de vida. • La Formación: impulsa, promueve, anima, coordina y acompaña a las personas y comunidades para que teniendo una visión más amplia de su propia situación, tengan la capacidad de responder a través de esta herramienta importante que les permite crecer como personas, valorarse a sí mismos y tener conocimientos que pueden ser puestos en práctica a través de procesos organizativos. • Organización. Nuestra Pastoral viene haciendo trabajos con comunidades las cuales se forman, se valoran ellas mismas y proyectan planes o trabajos comunitarios que les permiten realizarse. Esto nos permite recordar la palabra de S.S. Benedicto XVI en su encíclica “Dios es Amor”, en donde nos dice que la caridad debe ser organizada. La Arquidiócesis de Cali para ello ha venido desarrollando programas de formación a personas vulnerables para que a través del conocimiento de sus propios derechos y deberes reconozcan los derechos de los demás y puedan organizarse a través de asociaciones, grupos humanos con identidad buscando alianzas que mejoren sus condiciones de vida, los fortalezca en su saber y puedan hacerle frente al sistema político, social y económico. El resultado de este acompañamiento es la conformación de proyectos productivos y de la Asociación de empresas comunitarias
1. COPPAS (Comités Parroquiales de Pastoral Social), en la cual se forman, se acompañan a las parroquias en este servicio social tan importante que se refleja en la visita, en la asistencia, en el acompañamiento y la formación de personas necesitadas a las que las parroquias ofrecen su servicio y solidaridad. 2. OLLAS COMUNITARIAS: Son organizaciones comunitarias donde tres o más animadoras (es) se encargan de coordinar y preparar alimentos para que varias familias se beneficien de ella, también facilitan a las personas crear procesos productivos, que les permiten salir de su estado de pobreza, solucionando su problema de desnutrición y creando condiciones de producción a través de las organizaciones que las mismas familias organizan. 3. ARTES Y OFICIOS: Formamos y capacitamos a hombres y mujeres en un saber o desarrollo de talentos en distintas manualidades para que estén en capacidad de asumir una actividad productiva y mejoren su calidad de vida. 4. CONFECCIONES: Esta actividad propende por la capacitación a grupos de mujeres y hombres cabeza de familia a través de los cursos en diseño, corte, confección y alta costura (manejo de máquinas industriales: máquina plana, fileteadota), para que generen su propio taller o se asocien a otros. 5. PROYECTOS PRODUCTIVOS: Propiciamos el mejoramiento de la calidad de vida en las comunidades a través de la formación y capacitación técnica; fortaleciendo iniciativas de organización comunitaria, conceptos administrativos, contables y auto sostenibilidad, disminuyendo niveles de marginalidad y pobreza en: • Elaboración de Chocolates • Cría de Pollos • Procesos en Panificación
6. FORMACION EN EMERGENCIAS: Acompañados con el Secretariado Nacional de Pastoral Social, hemos venido haciendo unos planes de emergencia, a través de cursos de formación a agentes de pastoral social, animadores de proyectos productivos y de ollas comunitarias y para ello hemos sacado un folleto con recomendaciones a los templos parroquiales y capillas, lo mismo que folletos que instruyen a los feligreses en terremotos, inundaciones y deslizamientos. Todos estos programas han traído resultados muy buenos en las comunidades y la gran satisfacción que se recibe de ello, es que muchas personas se vienen vinculando y los voluntarios que nos ayudan para que sea posible el desarrollo de ellos mismos. Invitamos a ustedes a que nos visiten, nos conozcan y se unan a los programas que la Pastoral Social ofrece, con el fin más importante, que es dignificar a la persona humana en toda su integridad. Informes: Director: Padre Alexander Matiz Atencio Nuestra dirección es: Carrera 24 3-60 barrio Miraflores, Teléfonos: 5568218 - 5577804 - 5582163 E-mail: pastoralsocialcali@hotmail.com comisionvidajusticiaypaz@hotmail.com
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Sem. Diego Rivera - III de Teología
EL SEMINARIO EN LOS CIEN AÑOS de la Arquidiócesis
La inminente llegada del jubilar centenario, es para la Arquidiócesis de Cali un acontecimiento que toca de cerca el corazón de esta Iglesia local. Los creyentes celebramos gozosamente cien años de historia.
A
nuestra generación le es concedido el privilegio de ser testigos y protagonistas de este singular momento histórico y esto mismo nos invita a tomar conciencia de la responsabilidad ante aquéllos, que no creen u opinan que la Arquidiócesis es una institución más entre tantas otras instituciones que han intervenido en el desarrollo de nuestra sociedad Vallecaucana.
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Si decimos que la Arquidiócesis es más que una institución, es porque nos viene oportuno mirarla, ahora más que antes, como un organismo vivo, o en lenguaje de San Pablo como el “cuerpo místico” de Cristo (1 Cor 12,27). Es por tanto, un ser complejo digno de tratar no desde el esquema de estructuras y normas que califican una institución cualquiera, sino desde lo afectivo, desde lo humano y cristiano; ideal defendido desde el momento de su creación, dos meses después de haberse creado la gobernación del Valle, y estandarte que ha encabezado estos cien años de historia en la preocupación de anunciar el Reino de Dios. En esta preocupación apostólica, el Seminario entra a desempeñar un papel importante como el “corazón de la Arquidiócesis”, según recordaba Monseñor Isaías, pues, desde el Seminario se bombea la sangre que da vida a las comunidades de nuestros barrios, sectores y pastorales, en las personas que les presiden y pastorean. El 15 de Julio de 1563 adoptaron los padres del Concilio de Trento una resolución que se puede considerar como una de las primeras bases de reforma de la Iglesia: El decreto sobre la fundación de los seminarios (Can 18 sesión XXIII). La historia nos enseña que San Carlos
Borromeo, Arzobispo de Milán, es considerado el alma de los Seminarios postridentinos y aunque en la misma Iglesia se desconocía la palabra Seminario, en el sentido que hoy la entendemos, ya España contaba con una buena experiencia de los mismos con los colegios sacerdotales que funcionaban desde 1371. De hecho el primero y único Seminario para la formación de sacerdotes anterior al concilio de Trento, es el de Valencia fundado por Santo Tomás de Villanueva. En Cali, el Seminario va a comenzar con pocos estudiantes que estuvieron en el Palacio viejo, hoy Curia Arzobispal, con Monseñor Heladio Posidio Perlaza, primer obispo de la Diócesis. Allí fueron 5 años orientados por el primer rector del Seminario, el padre bugueño Uladislao Gonzáles; hasta 1917 pues, los siguientes 14 años (hasta 1931) no hubo Seminario, ya que los candidatos eran enviados a Popayán para ser ordenados en Cali. Posteriormente, con el segundo Obispo de la Diócesis Mons. Luis Adriano Díaz, se acordó ocupar el edificio llamado “el Amparo” (hoy hotel Inter) para decretar oficialmente la fundación del Seminario. Esta casa no es de la Diócesis sino de una “asociación caritativa” fundada por un franciscano para la educación de niñas huérfanas y abandonadas. 17 años fueron en el Amparo y los 5 años siguientes volvió el Seminario al Palacio viejo (donde estuvo alojado Simón Bolívar en enero de 1822), con la diferencia que simultáneamente funcionaba el Seminario menor, promovido por Mons. Díaz, en Bitaco. Los siguientes años corresponden a un período excelso seguido por un decaimiento muy drástico, pues con Monseñor Julio Caicedo Téllez se adquiere el edificio de
ción y de usted señor lector, poder responderle mejor a Nuestro Señor que sigue llamando y seguro nos podrá escuchar cantar con convicción, en nombre de la Arquidiócesis, aquella canción que suena en muchos Ipods de nuestros jóvenes: “me robaste el corazón, te adueñaste de mi vida”.
Bellavista, una hermosa, grande y elegante construcción que después va a ser de los Seguros Sociales, porque viene una crisis en 1974 (alcanzó a estar 19 años el Seminario en Bellavista, de 1954 hasta 1973) conocida como “la diáspora”. Para esta época hay muy pocos seminaristas y los pocos que quedan se van para Bogotá o a Usaquén con los eudistas o a Chicó con los sulpicianos, hasta que queda vacío, dejando una estructura física exagerada con unos costos de mantenimiento muy elevados. Hay otros candidatos como Germán Martínez, Luis Eduardo Pérez y Gustavo Tenorio que continúan, pero dadas las circunstancias son enviados a Manizales para que terminen sus estudios. Así mismo, deben terminar sus estudios en Bogotá Raúl Candamil, Álvaro Reyes, Iván Mejía, Hernán Betancourt y Octavio Martínez. Ésta época difícil va de 1974 hasta 1981, cuando ya se ha preparado un nuevo lugar para la edificación del nuevo y actual Seminario en Pance, dirigido por los Padres de San Sulpicio. La historia nos ha enseñado, que no ha sido fácil la vida del Seminario, empezando porque el territorio caleño no ha tenido abundancia de vocaciones en proporción a sus habitantes, a pesar de los esfuerzos por parte de la Pastoral Vocacional, la cual recibió un gran impulso del entonces obispo auxiliar Mons. Juan Francisco Sarasti con dos actividades promisorias que fueron la semana vocacional y el plan de ayuda integral a las vocaciones. Ahora se ha trazado la meta de tener 100 vocaciones para Cali en el 2010, pero esto, no es un deseo sólo de ahora, ya Mons. Julio Caicedo Téllez (el tercero de los 8 obispos de esta iglesia centenaria) anhelaba 100 seminaristas para el mayor y 300 para el menor, contando con tan sólo 39 parroquias en toda la diócesis y 5 en Cali. Ahora en Cali, hay más de 150 parroquias y aunque no nos entristece todavía ser menos de cien, tampoco nos alegra no ser suficientes obreros para la mies; por eso conservamos la esperanza de, con la ayuda de la ora-
Con esta reflexión me interesa hacer una llamada de atención, a quienes viven quizás distraídamente los acontecimientos de nuestra historia y el devenir de personajes y hechos, que de una manera u otra han determinado el curso de nuestra Iglesia caleña, como un gran barco que va marcando su dirección. Esta es una buena ocasión para mirar las estrellas y a través de ellas contemplar el mapa de navegación, con el fin de no errar en el curso de la historia. Estos cien años de la Arquidiócesis, son una invitación a subir a bordo con plena conciencia para seguir el viaje, sobre todo si tenemos presente el puerto de llegada, recordando que, aunque nos alegramos de los actuales progresos pastorales, no somos más que “enanos sobre los hombros de gigantes” y para Dios la Arquidiócesis no es solamente los más de tres millones que la conformamos, sino todos los que han sido y los que serán, formando entre todos una inmensa cadena en la que no somos más que eslabones.
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Ramiro Ovalle Llanes
CIEN AÑOS SIN SOLEDAD
C 26
oincide con el año, la creación de la Diócesis, con la del Departamento del Valle del Cauca3, ambas creaciones en 1910. Se organiza la parte religioso-social y la parte política en nuestro departamento, el cual en sus cien años de creación, nunca ha sufrido el abandono o soledad espiritual y religiosa, por parte de la Diócesis, hoy Arquidiócesis. Han sido cien años de lucha constante por parte de toda la Curia para poder mantener el fuego encendido de una evangelización, que desde un principio se fijó unos objetivos muy claros y alcanzables para toda nuestra comarca. Comarca que se enorgullece de tener como guía espiritual a todo un personal de sacerdotes, empleados y laicos comprometidos trabajando las 24 horas del día Primeros renglones de la célebre obra de Gabriel García Márquez “Cien años de Soledad” que acomodo de manera análoga, con el centenario de nuestra Arquidiócesis.
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El 07 de julio de 1910 su Santidad San Pio X, estableció la Diócesis de Cali cimentada en la persona de nuestro Primer Obispo, Monseñor Heladio Posidio Perlaza Ramírez a quien le encomendó predicar el Evangelio en todos los rincones y llanuras de este hermoso Valle. A él le siguieron muchos otros Obispos cada uno aportando a la Evangelización de esta región, años más tarde fue nombrado Monseñor Alberto Uribe Urdaneta a quien le correspondió el nombramiento de Cali, como Arquidiócesis Metropolitana, siendo él su primer Arzobispo. Prosiguieron esta obra Monseñor Pedro Rubiano Sáenz, Monseñor Isaías Duarte y actualmente Monseñor Juan Francisco Sarasti.
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Por el DECRETO No 340 DE 16 DE ABRIL DE 1910 se dividió el territorio del país en trece departamentos, y se reunieron los antiguos departamentos de Cartago, Buga, y Cali para formar uno solo, con el nombre de DEPARTAMENTO DEL VALLE DEL CAUCA y en el mismo decreto se eligió como capital a CALI.
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“Muchos1 años después (cien) frente a la arquidiócesis de Santiago de Cali, el señor Arzobispo Monseñor Juan Francisco Sarasti, había de recordar aquella tarde remota…” del 07 de julio de 1910, en que su Santidad San Pío X2, estableció la Diócesis de Cali y empezó un proceso de evangelización institucional, que año tras año ha tenido la evolución y desarrollo, que le merecen ser una de las más ordenadas y respetadas del país y del mundo católico. en beneficio de la comunidad vallecaucana, sobre todo protegiendo a los más necesitados. Ha sido la presencia del Dios Evangelizador en cada rincón de nuestra geografía, en donde cada representante ha tomado con toda la responsabilidad la labor evangelizadora. Qué decir de ellos y de su excelente preparación intelectual, social, ética, moral y teológica, en donde la luz del Espíritu Santo ilumina día tras día su quehacer pastoral. Nuestra Arquidiócesis ha sido líder en el acatamiento de las nuevas normas que exigen el cambio de los tiempos, ante lo cual el Vaticano ha estado a la vanguardia de las innovaciones, sin quebrantar la fe y los compromisos cristianos y católicos. A partir del Concilio Vaticano, la Arquidiócesis toma una fuerte influencia social, religiosa y política que exigió el respeto de toda la ciudadanía y los poderes públicos. Empezamos a ver una acción sacerdotal plena, en donde la comunidad se vuelca a las diferentes parroquias y los sacerdotes empiezan a liderar procesos espirituales y de
recuperación social, que les hacen subir escaños de aceptación y ejecución de los diferentes proyectos pastorales que se proponen, propiciando alcances comunitarios en las estructuras sociales y espirituales de las comunidades. Empezamos a ver una iglesia vallecaucana dinámica y de proyección que hasta el momento perdura y ha sido el motor de desarrollo de la Arquidiócesis. Ya la iglesia, abre sus puertas sin discriminación a la participación de los laicos en todo el quehacer de las parroquias, por esto, los diferentes rituales y actividades parroquiales llaman a la participación y el ánimo religioso “Ya la iglesia, abre crece y se va consolidando. Es así, como sus puertas sin los diferentes párrocos encuentran en la discriminación a feligresía una masa de apoyo y la alegría la participación de participativa se deja notar ampliamente los laicos en todo en todas las ceremonias que se prograel quehacer de las man. Así las cosas, los laicos hemos enparroquias” contrado el lugar que desde un principio Jesucristo nos ha reservado y en esto la Curia Vallecaucana ha dado ejemplo de aplicación, aceptación y desarrollo. Qué decir del empuje que se ha dado en todas las parroquias a la colaboración con las familias desprotegidas, con los desplazados, con los indigentes, con las diferentes etnias, con las familias de los secuestrados, con la vivienda, con la asistencia en las cárceles, la alimentación asistida en los comedores parroquiales y con la consejería permanente para la liberación de secuestrados o el tratamiento ético y moral de algunas leyes, en donde la iglesia con sus laicos han sido la Voz de Dios para evitar perjudicar, sobre todo a nuestra juventud en crecimiento. Toda una serie de acciones, en donde la mano de la Curia ha estado presente y en donde sacerdotes y laicos cogidos de la mano, hemos enfrentado muchas crisis y salido adelante ante las fuerzas oscuras del mal. Nos ha valido el estar unidos, el estar en comunión permanente porque ante cualquier falla humana de alguno de nuestros “soldados evangelizadores”, caen los enemigos fortuito, con sus intereses personales con toda la fuerza demoníaca. En este año, 2010, sólo nos queda a los laicos, seguir ayudando y participando activamente en todas las acciones de nuestras parroquias y la iglesia en general para que cada día crezca el poder divino en todos los corazones y así poder alcanzar la paz deseada.
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Monseñor Juan Francisco Sarasti Jaramillo Arzobispo
Monseñor Julio Hernando García Peláez Obispo Auxiliar
Monseñor José Alejandro Castaño Arbeláez Obispo Auxiliar
Monseñor José Daniel Falla Robles Obispo Auxiliar
Aminadar Peña Neuta
Andrés Elías Arroyabe Gutiérrez
Andrés Mauricio López
Arnoldo de Jesús Cardona
Monseñor Ramón Abella Qui
Monseñor Edgar Alzate Castaño
Monseñor Fred Potes Vanegas
William Correa Pareja
Arturo Chaves Chaves
Augusto de Jesús Osorio Montoya
Bernabé de Jesús Echeverri pss
Bernardo Arturo Caicedo Velasco
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29 José Octavio Lara Pachón
Alberth Madroñero
Alberto Rico Patiño
Alexander Matiz Atencio
Bernardo Montoya Galindo
Berthe de Jesús Montoya Gómez
Braulio Marcial Ortiz
Camilo Becerra Becerra
Alfonso Hurtado Galvis
Álvaro Franky Alzate
Álvaro González Carrasquilla
Álvaro Hernando Gómez Robayo
Carlos Alberto Rivadeneira
Carlos Arturo Giraldo Osorio
Carlos Hermes Rosero
Cesar Augusto Bermúdez Patiño
Cesar Augusto Peñón OFM
Daniel Cordero Serrano
Daverson Cañaveral Henao
Didier Márquez
Eugenio Javier Zuluaga
Fernando Bonilla
Fernando Brynoth Moreno
Fernando Gálvez Pineda
Diego Fernando Hernández
Diego Fernando Ospina OFM
Diego León Ocampo
Edgar Octavio Ríos Sánchez
Francisco Alvarado Pava
Francisco H. Rodríguez Ardila
Francisco Hernán Castaño Zapata
Francisco José Rodríguez Díaz
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31 Edison Marín Triviño
Edison Mosquera
Eduardo Segura Franco
Edward Gerardo Andrade
Francisco Rosero García
Germán Arbelaez
Germán Martínez
Germán Robledo
Efraín Montoya Flórez
Eliecer López Cardona
Emiro Bonilla Navarro
Enrique Grenier s.j.
Gersaín Paz Buendía
Gilberto Albarracín CM
Gilberto de Jesús Restrepo Montoya
Gonzalo de Jesús Zapata Puerta OCD
Gonzalo Solano Rincón
Gonzalo Ulloa
Guillermo Segundo Jiménez Díaz
Gustavo Adolfo Echeverri Acosta
Ignacio Larrea MXY
Islen González Quintero
Ismael Perdomo CM
Iván Antonio Gil Tabares
Gustavo Adolfo Tenorio Peña
Gustavo Isaza Escobar p.s.s.
Gustavo Pérez
Gustavo Rojas Arias
Iván Roberto López
Jaime Alonso Londoño
Jaime Humberto Ramos Escobar
Jairo Candamil Tafur
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33 Héctor De los Ríos López
Héctor Fabio Fernández Ordoñez
Hernando Elías David Torres
Hernando Pinilla Rey
Jairo Rocha OFMCAP
Javier Bernal
Jesús Ernesto Marín
Jesús Eduardo Mena Zúñiga
Horacio Antonio González Carmona
Horacio Ardave Villegas S.D.S
Hugo Fernando Rojas Arana
Humberto Herrera MXY
Jesús Orlando Arenas Rodríguez
Jhony Muñoz
Joaquín Alberto Gómez Rendón
Joaquín Alonso Otalvaro Palacio
Joaquín Emilio Giraldo Quintero
John Mario Gutiérrez Ríos
John Sair Duque
Jorge Emerson Ruiz
José Guillermo Henao Diosa
José Ignacio Salgado Carvajal
José Jonás Torres Fajardo
José María López Rodríguez
Jorge Humberto Cadavid Morales
Jorge Tulio Parrado Parrado
José Abel Sierra Parra
José Ademar Gonzales Perea
José Nicolás Gómez Montes
José Olmes Mondragón
José Oscar Moreno Zuluaga
José Wilson Marín
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35 José Albeiro Giraldo
José Bermanch AA
José Bernardo Gómez Trujillo
José de Jesús Gómez Ospina
Juan Carlos Vallejo Londoño
Juan de Dios Hoyos González
Juan José Quiñones mxy
Juan María Marulanda Amelines
José Efraín Guerrero Cárdenas
José Fernando Galeano
José Gilberto Osorio Hoyos
José González
Juan Martín Rodríguez
Juan Miguel Martínez Figuerola
Juan Pablo Villamizar MI
Julio César López Martínez
Julio Enrique Galvis Uribe
Kelvin Narváez
Leónidas López Villegas
Luis Alberto Aguirre Martínez
Marco Antonio Matiz
Mariano Motato Vinasco
Marino Gómez Zuluaga
Mario Elías Muñoz
Luis Alcides Uribe
Luis Alfonso López Echeverri
Luis Carlos Rendón
Luis Eduardo Pérez Jaramillo
Mauricio Arias Restrepo
Mauricio Barona Loaiza
Mauricio Estrada Giraldo
Miguel David García Jaramillo
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37 Luis Ernesto Flórez
Luis Felipe Alvarado
Luis Francisco Andrade Durán
Luis Mario Montenegro Mayor
Miguel Horacio Moreno Zuluaga
Moisés Navia Rengifo
Monseñor Rafael Morales OFM
Nelson Rodrigo Orozco Gómez
Luis Ricardo Forero Ortiz
Lyimo Gervas IMC
Manuel Coll Pallares
Manuel Felipe Forero
Nelson Rodríguez Ulcué
Norberto Flórez
Norbey de Jesús García
Octavio Martínez Cortez
Omar Arturo López
Omar Cárdenas OAR
Omar Hernán Duitama Fonseca
Onésimo de Jesús Londoño Aguirre
Ramiro Campos Charry
Ramiro Gutiérrez Vieira pss
Ramón Elías Gómez Valderrama
Raúl Candamil Tafur
Oscar Emilio Rebellon Rebellon
Oscar Antonio Maya Tirado
Oscar González c.j.m.
Oscar Hernán de la Vega
Raúl Ignacio Pérez
Ricardo Arbeláez SDB
Ricardo Marcial López
Ricardo Martín León
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39 Otoniel Cortez Castillo
Pablo Alberto López González
Pedro Pascual Nadal CT
Rafael Ángel Rodríguez
Rino Dellaidotti IMC
Rodrigo Carvajal
Rodrigo Ospina Vélez s.j.
Rodrigo Riascos
Rafael Ignacio Lopera
Rafael Jairo Calle Orozco
Rafael Martínez Mura
Rafael Tovar Ortiz
Rogelio Valencia Ocampo
Sebastián Aldomá Bonjoch
Sergio Antonio Vargas Villa
Sixto Antonio Gómez Lancheros
Sleevaiah Pasala SVD
William de Jesús Mazo Pérez
Vicente Peregrino IMC
William Lasso Mazuera
Víctor de Jesús López Castro
William Palomeque Angulo
Victor Manuel López
Wilson Javier Sossa CJM
William Fredy Cardona
Otoniel Rangel
John Fredy Gallego
Amadeo Eberle Antonio Efrén Mera Paz Bladimir Jaramillo Caicedo Carlos Alfonso López Antolinez Carlos Eduardo Martínez Torres Diego Marino Ruiz Gómez Domingo Alirio Moreno Federico Franco Guerrero SM Francisco Jaime Gutiérrez Jaramillo Francisco Javier Gómez Ángel Francisco Javier Osorio Gabriel Arcángel Romero Huertas
Germán Silva Hurtado Guillermo Correa Ortiz Héctor Mario Muñoz Rivera Hernán Betancourt García Hernando Moná CMF John Jairo Molina John Alberto Vargas Ojeda CR Jose Fernando Tobon José Oyón Ordóñez Juan José Cuervo Pineda Luis Enrique Muñoz Martínez Luis Eugenio Vargas Isaza SDB
Luis Javier Uribe Muñoz Marcelinus Belawa SVD Mario González Jaramillo Marlon Teófilo Franco Santos Miguel Ángel Mejía Milciades Marín Ospina Nelson Vega Orlando Meaury –Tercera Brigada Oscar Pulgarín Uribe Rafael Emiro Salazar Benítez Silvio Suárez Hernández Tulio Emiro Sandoval Vivas
Agradecemos a los sacerdotes que no estan en esta edición, pero que con dedicación y entrega prestan sus servicios en nuestra Arquidiócesis
SEMBLANZA DEL PADRE ÁLVARO REYES q.e.p.d. Agosto 14 de 1950 - Febrero 8 de 2010 Ordenado sacerdote en Diciembre 6 de 1975
40 Wiston Mosquera
Juan Pablo Martinez
Luis Fernando Delgado
John Jairo Samboni
Armando Carabalí
Edilberto Hernán Galindo Fernández
William Silverio Ramos
Dagoberto Cárdenas
“La boca del hombre bueno es un manantial de vida…” Prov. 10, 11ª.
¡
Damos gracias a Dios por la vida y misión del padre Álvaro Reyes, un hombre consagrado y entregado, que dio sentido a su sacerdocio sirviendo con disponibilidad y amor en todos los apostolados a él encomendados en esta iglesia particular. Con sencillez y convicción profunda, sirvió a la iglesia, con el único interés de construir reino y dejar acontecer a Dios en las realidades concretas que le fueron encomendadas. En Álvaro no se percibió jamás el deseo de aparecer, más bien, pasaba diluido en el servicio generoso y se hacía notar por su caballerosidad, don de gentes y respeto a todos, en especial a sus hermanos presbíteros.
Después de sus estudios en Roma, ejerció su servicio en la formación de los futuros presbíteros en nuestro Seminario Arquidiocesano San Pedro Apóstol. Mi experiencia particular del padre Álvaro como su discípulo es la de haber tenido a un formador que acompañó con su respeto por la libertad del seminarista y por cultivar en éste un espíritu de auto formación de tal manera que fuera capaz de enfrentar en su futuro ministerio las responsabilidades propias de su estado. Álvaro tenía la autoridad que brinda la coherencia de vida y la paciencia de quien cree en el proceso de cada persona como única e irrepetible. Que su entrega desinteresada y su amor por la iglesia, sean el mejor ejemplo para todos y en especial para nuestros seminaristas, futuros obreros del reino. Paz en su tumba. Gustavo Isaza, pss
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Noticias Semayor
Sem. Juan Sebastian Zuluaga López I de Teología
JORNADAS CULTURALES
AÑO DE PASTORAL
Ordenaciones Sacerdotales
Nuestros compañeros, que siguiendo el llamado, continúan su proceso desde el año de pastoral: Jairo Zambrano, Alexander Agudelo, David Bermúdez, Alonso Mejía, Alonso Salcedo, Dian Ferney Betancourth, Anderson Caicedo, Alexander Matabajoy, Wilmar Ramos, Ariel Viáfara, Fernando Echeverry y Hamilton Rico.
Del 22 al 24 de febrero, celebraremos nuestras XXV jornadas culturales, que tendrán como centro el año sacerdotal y el centenario Arquidiocesano. Las jornadas culturales tienen como objetivo integrar, fortalecer y destacar las diferentes expresiones culturales, deportivas e ideológicas, que enriquecen nuestra vida durante toda nuestra formación. De antemano, nuestro agradecimiento a todos los sacerdotes y seminaristas que han trabajado arduamente por el desarrollo de éstas.
En este marco del año sacerdotal, el pasado mes de enero el Señor nos regaló 10 nuevos sacerdotes, para el servicio de nuestra Iglesia, orgullosamente egresados de nuestro Seminario; ellos son: Armando Carabalí, Dagoberto Cárdenas, William Freddy Cardona, Luis Fernando Delgado, Edilberto Hernán Galindo, John Freddy Gallego, Juan Pablo Martínez, William Silverio Ramos, Otoniel Rangel, John Jairo Samboni. Son muchas más las bendiciones que nos esperan, con la firme esperanza para decir “El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres”.
NUEVO OBISPO AUXILIAR Y NUEVOS FORMADORES 42
Aunque ya llevan más de un semestre acompañando nuestra Iglesia Arquidiocesana, es el momento para agradecer al Señor, por regalarnos a Monseñor José Daniel Falla Robles, como obispo auxiliar para nuestra Iglesia, quien comparte sus primicias episcopales con nosotros y esperamos camine por mucho tiempo con esta Iglesia que ya lleva un centenario de existencia. También agradecemos al Señor el regalarnos de nuevo 2 formadores para nuestro seminario, quienes ya habían sido parte de nuestra casa hace unos años: el Padre Álvaro González Carrasquilla, que llegó después de una experiencia de 5 años de misión en el continente africano; y el Padre Norberto Flórez de la sociedad de San Sulpicio.
JUBILEO DE LOS SEMINARISTAS
Nos llegó el turno de recibir la gracia año jubilar. El pasado 20 de febrero se llevó a cabo una gran celebración en nuestro Seminario con motivo del año jubilar. Iniciamos el viernes 19 con un retiro espiritual, con el fin de prepararnos para recibir la gracia, y más en este tiempo marcado por el año sacerdotal. Y el sábado 20 peregrinamos hacia la parroquia de la Transfiguración del Señor, donde celebramos la solemne eucaristía y recibimos la indulgencia que nos regala la Iglesia para este centenario.
NUESTROS EMPLEADOS
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Mensaje para la Juventud
Sem. Julian Florez - III de Teología
DIOS SIGUE LLAMANDO Sin duda los jóvenes están llamados a algo más que a la mediocridad del sin sentido de la vida, y es Dios el que a lo largo de la historia de la Iglesia y en nuestro caso de la historia de Cali, que ha suscitado en el corazón de niños jóvenes y adultos, el deseo de acoger de una forma diferente el amor y la vida.
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n particular, la Arquidiócesis ha tenido la bendición de contar con jóvenes y adultos que en su adolescencia o su madurez han decidido, empezar un tiempo fuerte de búsqueda y encuentro con Cristo. Es por eso, que el Seminario se convierte no tanto en un lugar, sino en un tiempo específico en la vida, de aquél que se quiere hacer discípulo, pues en la historia de nuestro llamado, descubrimos que no se nace con vocación, sino que descubrimos el llamado de aquél que el Señor capacita para su misión.
Seminario ya no se ve la Iglesia desde afuera, sino que se siente desde su interior, allí el seminarista la siente como su casa, pues ella es la casa de Cristo, aquí es donde se descubre, una manera y perfecta forma de amar ( Jn 15,13), así, estamos llamados a amar a quienes no son amados, quienes son despreciados, olvidados o maltratados, aquéllos a quien el mundo no quiere, pues si no somos nosotros quienes hemos sentido un amor completo y personal de Dios quienes donamos nuestra vida, ¿Quién lo hará?
Podríamos pensar que Dios llama a los mejores para servirle en su ministerio, pero en el camino reconocemos, que él llama a los que quiere, y los capacita de tal forma, que a pesar de las fragilidades humanas, con su gracia nos basta para caminar detrás de huellas, pues el discípulo no puede ir adelante de su maestro.
Igualmente, así como el seminarista responde a su llamado y comienza esa etapa de discernimiento de la voluntad de Dios en su proceso, y en su etapa de formación en el Seminario, este tiempo en él, es un tiempo de preparación para la misión, pues, después de largo tiempo y necesario itinerario formativo, son enviados los frutos de ocho años de esfuerzos de formación, para ser ministros de Cristo, permaneciendo en fidelidad y amor ( Jn 15,9).
Podemos decir que el misterio de la vocación y de la llamada, afecta toda la vida de aquél que se ha encontrado personalmente con Cristo. En nuestra realidad caleña nos damos cuenta que muchas veces nos hacemos la famosa pregunta del ¿Por qué a mí?, sin embargo el amor de Dios no tiene un porqué, sino que es un don gratuito al que se responde con la entrega de uno mismo. De este modo, la llamada comprende y embarga a toda la persona, en su ámbito humano, espiritual, cultural, y es desde estas realidades, a las que pertenecemos, que el maestro de maestros muestra su rostro. Este llamado lo vemos hoy desde las familias, los grupos infantiles y juveniles, de nuestra Arquidiócesis, es desde lo cotidiano donde los futuros consagrados, hemos aprendido a comprender su voluntad y por lo tanto nuestra vocación; la llamada es entonces un movimiento del espíritu que dura toda la vida y que en el proceso vocacional y el Seminario, se va discerniendo. En el
De modo que, el Seminario es por tanto un tiempo de camino, de búsqueda, pero sobre todo de descubrimiento de Cristo. En efecto, sólo si se tiene una experiencia personal de Cristo, el joven puede comprender en verdad su voluntad y por lo tanto la propia vocación. Así, Cristo nos está llamando diariamente a que le sigamos y obedezcamos su voluntad, va buscando obreros para su viña entre los pobres y los ricos; entre buenos y malos; entre los privilegiados de una sociedad y los despreciados de la misma; unos le dirán SÍ y otros NO. Por eso, sólo podemos decir, el que tenga oídos para oír, que oiga el llamado del Señor y le obedezca para siempre (Mt 13,1-9), en amor y santidad, pues muchos son los llamados y pocos los escogidos, y así como diría el Papa Juan Pablo, le entreguemos el incienso de nuestra oración, oro de nuestra libertad y la mirra de nuestro amor.
Anecdotario
Sem. José Ricardo Guzmán A. - I de Teología
¡LOS CALEÑOS VIVIMOS Y SENTIMOS EL CENTENARIO VE! Son innumerables las gracias y bendiciones que los muchos católicos caleños grandes y chicos, han vivido y vivimos a lo largo de estos gloriosos Cien años; donde la mayoría hablan de sus sacramentos, otros de la visita del Papa Juan Pablo II, o del jubileo del año 2000, entre otras manifestaciones de fe, que caracteriza a un pueblo del suroccidente colombiano, cargado de mucho amor y esperanza. Pero dejemos pues, que algunos, en una pequeña expresión del alma llena de mucho orgullo de pertenecer a la Arquidiócesis de Cali, sea la que nos hable un poco de su experiencia y vivencia en el Centenario, nuestro Centenario
En el centenario… “He estado rodeado de gente buena que me ha acompañado en momentos difíciles en la Iglesia, sentirme acogido por un sacerdote como un amigo y hermano en su casa y en su parroquia, los sentimientos son muchos pero identifico la alegría y la satisfacción de participar de tantos eventos que congregan en la fe a nuestra iglesia…” Andrés F. Insuasty - 29 años
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En el centenario… “En esta celebración del primer centenario, con alegría todos participamos de ella, nos alegra esta celebración, celebración de la esperanza, tomando de la mano toda la labor que en el horizonte podemos apreciar, para que esta esperanza que ha perdurado todo este tiempo lo siga haciendo y continuemos viviendo la propuesta de nuestro estilo de vida. Marcado por la presencia de Cristo redentor…” Stephany Viviana Vélez Arias. - 24 años
En el centenario… “Recuerdo la venida del Santo Padre Juan Pablo II al Seminario Mayor en el año de 1986 y me satisface ver que la Iglesia Católica a crecido mucho todos estos años llegando a todos los rincones de Cali…” Gabriel Cardona - 57años
En el centenario… “La Iglesia de nuestra arquidiócesis de Santiago de Cali, se hizo presente, nos recordó el valor del trabajo que ha realizado en, y por la ciudad, se acercó a nuestros hogares y todos los fieles laborando también vimos esa gran cantidad de personas dispuestas a trabajar junto a los presbíteros; las parroquias se hicieron centros de gran actividad mientras se preparaban los misioneros para cubrir cada lugar en la Ciudad…” Camilo Díaz Chavarro - 25 años.
En el centenario… “He aprendido amar a Dios Padre a través de Jesús vivo, a servir a mi prójimo y venerar a María la madre de Jesús y madre nuestra. Alegría por que Jesús me ha dado la oportunidad de ver formar a muchos sacerdotes en mi Iglesia para el servicio de Dios…” Ismary Escobar Chara - 50 años
En el centenario… “El congreso interdiócesano de catequesis en 1997, por que gracias a este congreso empecé a formar parte de mi Iglesia católica como empleada el 13 de enero de 1998 y me da mucha satisfacción el saber que seré participe del centenario de mi Iglesia Caleña” Sandra P. Gutiérrez - 35 años
En el centenario… “Por mi mamá, todos mis hermanos y yo conocemos a Jesucristo en la iglesia católica, hoy todos tenemos a Dios muy presente en nuestras vidas gracias a la ayuda de sacerdotes, religiosas, seminaristas, catequistas y demás personas comprometidas en el servicio y estoy muy contenta de poder estar aprendiendo hoy un poco mas de El para poder también aportar mi granito de fe, para mi iglesia católica caleña…” Verónica M. Zúñiga - 17 años
En el centenario… “A mi edad he tenido la oportunidad de conocer mucha gente con diferentes maneras de creer en Dios, unas son extrañas y otras son muy simples, pero desde que he escuchado, los obispos y ahora los arzobispos de acá de Cali, no me cabe la menor duda de que estoy en la mejor Iglesia: la católica, la verdad solo bastaba escuchar un sermón del apóstol de la paz monseñor Isaías, que Dios lo tenga en su gloria…” José Libardo Caicedo - 72 años
En el centenario… “lo mejor de la iglesia es cuando hay una procesión porque todos nos revestimos y a cada uno le toca que hacer algo, mi mamá me llevó a una muy bonita que era con el nuncio, había mucha gente y también acólitos de otras parroquias que he conocido en los encuentros que se hacen aquí en Cali y nos llevan al seminario…” Johan G. Barahona - 10 años
Padre nuestro de los cielos, te bendecimos porque nos ha hecho tus hijos mediante el bautismo y nos has convocado en la Santa Iglesia. Te damos gracias por nuestra Arquidiócesis de Cali y te pedimos que derrames sobre ella los dones de Tu Santo Espíritu. Ayuda a las parejas a permanecer estables en el amor, cumplir abnegadamente sus deberes de padres de familia y a santificar su unión mediante el sacramento del Matrimonio. Concede a los jóvenes mantener la fe que da sentido a la vida y a conservar la esperanza para trabajar por un mundo más justo y humano. Bendice el quehacer de quienes laboran en los centros educativos y has que nos preocupemos siempre por servir eficazmente a los más desprotegidos de nuestros hermanos. 48
Que sintamos la alegría de nuestra salvación y el amor profundo a nuestra Santa Iglesia Católica. Danos la coherencia profunda entre nuestra fe y nuestra vida, para que seamos de veras discípulos de Jesús, a imitación de María y lleguemos a ser misioneros suyos entre los hombres, a fin de que todos en El tengan vida Abundante. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo tu Hijo que vive y reina contigo en la Unidad del Espíritu Santo. Amén