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Sinodalidad de la mujer: caminando juntas emprendiendo un sueño

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VIERNESSanto

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El rol y la importancia de la mujer, es un tema del que, necesariamente, debemos hacernos cargo en el momento actual de nuestra historia, donde juntas y juntos caminamos con pasos hacia la justicia y la igualdad de género. Es por eso, que en el mes de marzo conmemoramos especialmente a la mujer y el rol indispensable que ellas ocupan en la sociedad “Una sociedad moderna, democrática –decía San Josemaría– ha de reconocer a la mujer su derecho a tomar parte activa en la vida política, y ha de crear las condiciones favorables para que ejerciten este derecho todas las que lo deseen”.

La mujer, poco a poco, se integra al entorno productivo y por tanto, tiene la posibilidad de emerger ante el Estado y la comunidad para dar apertura a esos espacios que le permiten ampliar sus roles como madre, estudiante, trabajadora, líder política, religiosa y/o empresaria, etc. En el mundo y en la sociedad se vive un instante de reconocimiento a la mujer, en todos los perímetros se ve su suceso, su empoderamiento, su protagonismo y su capacidad de abrir nuevos caminos en la sociedad y su ser personal desde la lucha por la igualdad; la cual debe ser comprendida no sólo como un asunto de la mujer sino como un avance necesario en la humanidad para alcanzar su desarrollo y su progreso.

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El documento de Puebla de la III Conferencia General del Episcopa do Latinoamericano resalta la ne cesidad de organizar a las mujeres para exigir el respeto pleno de sus derechos (cfr. 836). Esto considera que caminar juntos y juntas en el trabajo común en el logro de su promoción y su incorporación en los ámbitos sociales, es un signo positivo como promotora y líder de la participación de lo femenino en la comunidad, a través de unas categorías: igualdad, equidad, participación social y eclesial. Así que el creciente ingreso de la mujer, en las tareas de construcción de la sociedad (cfr. 840) y su aporte es insustituible e indispensable para garantizar la humanización de todos los procesos transformadores. En nuestra realidad hemos empezado a reconocer y a proteger la identidad de la mujer, pues tiene aspiraciones, habilidades y cualidades, al igual que el hombre.

Asimismo, debe propiciar las mismas oportunidades para que desa- social. El Papa Francisco en más de una oportunidad se ha dirigido a las mujeres, recalcando el papel importantísimo que ellas ocupan en la vida civil y abogando por el reconocimiento pleno de sus derechos, para que no sólo se la respete siempre y en todo lugar, sino también para que sea posible generar el espacio para que desarrollen sus talentos y puedan así aportar su riqueza por el mundo.

Es por ello que, en el marco de la conmemoración del día de la mujer, la dirección de reconciliación y paz resalta la sinodalidad de la mujer y el valor de caminar juntas emprendiendo un sueños, desde el empoderamiento de las mujeres en la generación de oportunidades para emprender desde un sentido colectivo; con iniciativas en generación de ingresos como acción para la activación de oportunidades en el crecimiento personal, familiar y comunitaria de la mujer. Así como el Papa Francisco “En el Día Internacional de la Mujer, se dirigió a todas las mujeres: les agradezco su compromiso en la construcción de una sociedad más humana, por su capacidad de captar la realidad con mirada creativa y corazón tierno”; ese corazón creativo e innovador lleva a poder visibilizar los proyectos de vida integral que les permita potencializar las capacidades de emprendimiento, empleabilidad y generación de ingresos en el proceso de la inclusión, la sana convivencia, la paz y reconciliación. Lo anterior nos lleva a reconocer que caminar juntas y juntos implica reconocer las huellas recorridas y los sueños colectivos, para permitirnos alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres, la paz común y la justicia social desde la fraternidad.

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