La Voz Católica Julio 2021

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“La Arquidiócesis de Cali ha estado muy presente y activa en el acompañamiento a los más débiles desde el inicio de la pandemia. Igualmente, nos hemos prodigado en el acompañamiento a la ciudad, a nuestras poblaciones y a la región durante este tiempo de protesta y paro”. † Darío de Jesús Monsalve Mejía, Arzobispo de Cali

ISSN: 2462-9979

AÑO XXX

No 251

SANTIAGO DE CALI, JULIO DE 2021

VALOR $1000.00

“Diversos pero UNIDOS”

Ignatius 500: Conversión de San Ignacio de Loyola >> Detalles página 3

Primera jornada mundial de los abuelos y mayores >> Detalles página 8

Celebración del día del Catequista >> Detalles página 13

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Editorial

Santiago de Cali, Julio de 2021

Oremos por Santiago de Cali

E Necesitamos un nuevo bautismo, no de agua ni de sangre, sino de Espíritu Santo y de lágrimas, de reencuentros y perdón, de esperanza y mañanas mejores. Necesitamos incluirnos todos en esa religión del prójimo que es la de Jesús y de Dios.

Año 2021 No. 251 de Julio de 2021 Publicación Mensual ISSN: 2462-9979 Arzobispo de Cali Monseñor Darío de Jesús Monsalve Mejía DEPARTAMENTO DE COMUNICACIONES Delegado Arzobispal Pbro. José Over Gallego Londoño Comunicador Social Periodista Oscar Andrés Orejuela Valero Diseño y Diagramación Bernardo Arcila Parra Impresión Casa Editorial El Tiempo ARQUIDIÓCESIS DE CALI Curia Arzobispal Cra. 4 No. 7-17 PBX: 889 0562 medios@arquicali.org www.arquicali.org

Los escritos de los colaboradores solo comprometen a quienes los firman.

l próximo 25 de julio será la fiesta de Santiago Apóstol y la celebración de los 485 años de la fundación de Santiago de Cali, nombrada así por el conquistador Sebastián de Belalcázar, en honor al Santo Patrono de España. Por caer en día Domingo, se iniciará un nuevo año jubilar del Camino de Santiago de Compostela, centro espiritual de peregrinos llegados de todo el mundo. En el marco de nuestras realidades, que unen la tragedia histórica de una violencia armada y sangrienta con una espantosa pandemia, que sobrepasó los más de cien mil muertos en Colombia y que pasa por los más altos y peligrosos picos de contagio, convoco a orar, durante este mes, por Santiago de Cali y por nuestra sufrida patria, especialmente en las jornadas conmemorativas del 20 y del 25 de julio. La Arquidiócesis de Cali ha estado muy presente y activa en el acompañamiento a los más débiles desde el inicio de la pandemia. Igualmente, nos hemos prodigado en el acompañamiento a la ciudad, a nuestras poblaciones y a la región durante este tiempo de protesta y paro. Hemos y nos han contactado sectores sociales de manifestantes, especialmente en todos los mas de 40 “puntos de resistencia” en Cali, Jamundí y Yumbo; de los empresarios, de las universidades, de la institucionalidad estatal en cada nivel; de la policía y fuerza pública, de la comunidad internacional y de algunos medios de comunicación. Han sido múltiples las reuniones presenciales y virtuales, durante esta tremenda crisis sanitaria, social, urbana, económica y política. Hemos vivido con el corazón pegado a los acontecimientos de cada día y con la plegaria, silenciosa pero constante, en el marco del confinamiento pandémico, por toques de queda y por movilizaciones que han sacudido a la sociedad local y nacional. Hemos llorado por las tragedias del covid, incluso con la muerte también de nuestros obispos, sacerdotes, diáconos, familiares y allegados que no lograron superar el contagio. Y ni qué decir por la apabullante sensación de impotencia y de fracaso en la que nos sumen los asesinatos, los miles de heridos, los desaparecidos, los encarcelados, los que han tenido que huir y refugiarse, incluso en el extranjero. Con inmensa tristeza y enorme preocupación vemos una Cali semidestruida, dañada gravemente en su humanidad e imagen mundial como ciudad, afectada en su coexistencia diversa y en su débil convivencia social; irreconciliable, hasta ahora, en sus extremos clasistas, en sus diversidades y diferencias étnicas y culturales, ideológicas y partidistas. Hay demasiado atrincheramiento y subsisten intransigencias de intereses y de poder, espíritus de revancha y de revocatorias, desinformación y descalificación al peor estilo. Duele de veras que sea así y empiezo por cuestionarme a fondo yo mismo, nosotros como Iglesia, sobre nuestro testimonio y labor, sobre nuestra transmisión del Evangelio y de religiosidades, como mero barniz, en no pocas consciencias, familias, escuelas, seminarios, universidades, medios masivos y grupos humanos. Todos los sectores deberíamos entrar en un sincero examen de consciencia ante este panorama. Por fortuna, algunos ya lo han iniciado, así sea aún muy débil su cambio de actitud. Una revalidación a fondo de la vida y dignidad de todo ser humano, empezando por el que uno mismo es, del ejercicio de la libertad y el freno a los abusos de las libertades y derechos, a los excesos y defectos; del recurso a la fuerza y al siempre amenazante porte y tenencia de armas. Hay que tomar decisiones, renovar renuncias claras, contundentes, de un no de por vida, y compromisos aún más firmes y profundos con un sí desde el alma y el corazón. Necesitamos un nuevo bautismo, no de agua ni de sangre, sino de Espíritu Santo y de lágrimas, de reencuentros y perdón, de Por: † Monseñor Darío de Jesús esperanza y mañanas mejores. Necesitamos incluirnos todos en esa religión del prójimo que es la de Jesús y de Dios. Monsalve Mejía Muchas cosas necesitamos lograr juntos: una sostenibilidad Arzobispo de Cali económica colectiva, de hogares, personas e instituciones. Una restauración de la vida de parejas, esposos y familias, base del ordenamiento afectivo, sexual, social, productivo y económico de toda sociedad. Una inclusión, con coberturas cada vez más completas, de niños, adolescentes y jóvenes, en educación, salud, recreación, capacitación laboral y empleo o trabajo garantizado. Junto a esto, es urgente, apremiante, rehacer la movilidad, superando la “guerra del transporte” que se evidencia con el rechazo a la actual forma del masivo y la proliferación espantosa de informalidad y de modalidades inhumanas para transportar niñez, mujeres, ancianos, familias enteras, hasta con sus mascotas y mobiliarios sobre una moto. Esta podría ser la oportunidad para transformar algo tan vital, tan de la entraña de la escucha y la participación comunitaria, territorial. ¡Es urgente! Tenemos que superar la “guerra de superficies comerciales” que está viviendo Cali, en desmedro de lo propio, de la tienda de cuadra y el supermercado de barrio. La competencia no se puede convertir en un desequilibrio entre el monopolio y el débil, entre el derecho residencial y el empuje al mercadeo total, informal y con guerra de precios, máxime cuando no hay garantía de ingresos y de dinero limpio para un grueso inmenso de gentes. La “necesidad” absoluta del dinero corrompe a la fuerza a las sociedades que han destruido sus fuentes primarias de subsistencia humana. La protesta social esconde un reclamo moral contra el abuso del poder económico concentrado y monopolizado. Un diálogo sobre estos asuntos urge a Gobiernos, Cámaras de Comercio y Superintendencias, con conocedores de lo social y exponentes comunitarios. No pretendo ser exhaustivo. Y suspendo aquí para renovar la invitación a vivir el mes de julio como una “misión de paz urbana”, con encuentros comunitarios en los territorios y puntos, en los barrios y estratos afectados más directamente en esta crisis, en el manejo social de la misma. Haremos programaciones a aire abierto, en los cuatro puntos cardinales de Cali y en los lugares céntricos de Yumbo y Jamundí. Hagamos del 20 de julio, día de la Patria, y del 25, día de Cali, jornadas de espiritualidad ciudadana y de sanación de afectos familiares y de vecindarios, como nos lo pide el Papa Francisco. Si se empezó el paro del 28 de abril con el derribamiento de la estatua de Belalcázar, no se haga cosa igual con lo del símbolo de la “resistencia”. Con tolerancia sobre memorias diversas y opuestas, dejemos también las simbologías que reflejan aún los signos de nuestras tragedias de violencias y decapitaciones, tan horrendas, y quizás sean las palabras y los textos, no las imágenes inertes y polémicas, los que expresen nuestras divergencias y nuestra voluntad de cambiar la vida, antes que el mero paisaje. “Apóstol Santiago, patrono de Cali: Ruega por nosotros, habitantes y ciudadanos de esta urbe. Muévenos a superar diferencias y a reconstruir juntos una mejor y más fraterna ciudad. Amén”.


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Para reflexionar

Santiago de Cali, Julio de 2021

Ignatius 500

Opinión † Luis Fernando Rodríguez Velásquez Obispo Auxiliar de Cali

Tips Pastorales La prudencia hace verdaderos sabios

500 años de la conversión de San Ignacio de Loyola

Por: Pbro. Germán Martínez R. Vicario Episcopal de Educación

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n la insuperable biografía sobre san Ignacio de Loyola, escribe el historiador J. Ignacio Telechea Idígoras: “Sonó el primer cañonazo, sacudiendo los instintos primarios, la pura biología alertada. Iñigo acudió a la defensa, a su puesto, acaso no se cubrió bien con las almenas…y cayó herido de un rebote. Sostiene la tradición que fue herido ese mismo día 20 de mayo…En aquellas horas, que se le hicieron eternas, pudo iniciar el camino de retorno a sí mismo. Si no le venció el dolor físico o el ansia primaria de sobrevivir, tuvo que contemplar globalmente su pasado como todos los pródigos que vuelven la vista hacia sus raíces y al proceso de su largo camino de alejamiento…” (Ignacio de Loyola, Solo y a pie, p. 54 de la octava edición, Sígueme, Salamanca, 2002). He ahí el comienzo: una herida, la transformación de su mirada, de su ser, de su forma de vivir. La herida sucedió en la batalla entre Castilla y Francia por el trono de Navarra en el año 1521. Ignatius 500 es el aniversario que se celebra en el mundo entero entre el 20 de mayo pasado y el 31 de julio del 2022, memoria litúrgica del gran Ignacio de Loyola. Aniversario de una conversión. El lema para todo este Año Ignaciano reza así: “ver nuevas todas las cosas en cristo”. Habrá importantes encuentros online, se puede consultar dicha

programación tecleando en la web Ignatius 500. Es y será un acontecimiento profundo pues tiene que ver con Dios, con la vida personal de cada creyente (¿herido por Dios?), con el mundo, con todo lo que nos rodea, con lo que acontece a nuestro alrededor, con toda la Iglesia a la que sirve la Compañía de Jesús desde hace tantos años. Precisamente desde el año 2019 y hasta el año 2029 han formulado los jesuitas las preferencias apostólicas universales, unas líneas claves de su apostolado: 1. Mostrar el camino hacia Dios (mediante los Ejercicios Espirituales y el discernimiento). 2. Caminar con los excluidos (pobres, descartados del mundo en una misión de reconciliación y justicia). 3. Acompañar a los jóvenes en camino (para un futuro esperanzador). 4. Cuidar nuestra casa común (trabajar por la protección y renovación de la creación de Dios). Un gran acontecimiento este de los quinientos años de la herida de Iñigo; un tiempo de gracia para orar, meditar y trabajar por el Reino de Dios, una invitación sin duda para entrar en la voluntad de Dios para conocerse mejor uno mismo e intentar vivir aquello “de que no el mucho saber harta y satisface el ánima, sino el gustar de las cosas internamente” (anotación 2 para los Ejercicios Espirituales).

Seguimos inmersos en un tiempo difícil para la sociedad y la Iglesia. La pandemia sigue arreciando dejando a su paso muertes y enfermos en número creciente. Por otra parte, hemos vivido también un periodo de tiempo plagado de incertidumbre, peticiones y de sueños por el paro nacional que, igualmente, trajo consigo en algunos lugares, dolor, muerte y destrucción. En ambos casos se hace común la palabra crisis. Crisis por el covid-19, crisis por el paro, las marchas y los bloqueos. Esto me lleva a pensar que desde la fe, estamos llamados a dar a la crisis el significado que lleva también implícito y es el de la oportunidad. Toda crisis implica un movimiento, un desacomodamiento. Me viene a la mente el bebé a punto de nacer. Nadie le ayuda. Acomodado como estaba a los nueve meses en el vientre materno, entra en crisis porque le llega la hora de nacer. Comienza su movimiento. Siente dolor, al igual que su madre, que como bien dice el texto evangélico, “cuando va a dar a luz está triste, porque le ha llegado su hora; pero cuando ha dado a luz al niño, ya no se acuerda del aprieto por el gozo de que ha nacido un hombre en el mundo” (Juan 16, 21). Es el caso igual del pollito, que para salir del huevo, debe él mismo romper el cascarón. Escribo esto porque estas crisis desde la fe, son una oportunidad sin igual para varias cosas, que a manera de tips planteo. Estas crisis nos servirán:

1. Para revisar nuestra vida y descubrir lo vulnerables que somos. 2. Para identificar lo bueno que hemos hecho, el bien que dejamos de hacer y el mal que hemos hecho o no hemos evitado. 3. Para medir nuestra fe en Dios, en los demás y en sí mismos. 4. Para ser creativos y buscar juntos las acciones que debemos y podemos realizar para superar las crisis y encontrar soluciones efectivas a los problemas reales que nos agobian. 5. Para mirar el futuro con optimismo. No se puede dejar que el pesimismo y las malas energías sean las que dominen. El Señor está con nosotros, y más en estos momentos de prueba. 6. Para incrementar la globalización de la caridad y de la solidaridad. 7. Para volver la mirada al Dios de la vida que repite una vez más sus palabras: ¡no tengan miedo! 8. Para ratificar que la auténtica crisis lleva a la vida y no a la muerte. Así como el niño y el pollito y toda criatura que vive superaron la crisis del parto, así nosotros vamos a superar las crisis del covid-19 y del paro nacional con sus secuelas. Es la crisis la que nos tiene que llevar a salir mejores. Pero tenemos que ser prudentes con el auto cuidado que exige el covid-19 esparcido por todas partes, y para discernir los acontecimientos que hemos vivido con el paro nacional. Hacer este ejercicio con prudencia, nos permitirá llegar lejos.


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Santiago de Cali, Julio de 2021

Combatiendo el hambre en medio de la crisis “Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber”. Mateo 25, 35

Por: Equipo de Comunicaciones Pastoral Social

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odos los días, en las zonas más vulnerables de 21 comunas y 15 corregimientos de Cali,1700 gestoras y gestores de 500 comedores comunitarios siguen abriendo sus puertas para atender a unos 49 mil beneficiarios entre niños, jóvenes, adultos mayores, población afro, indígena, campesina, LGBTIQ+, habitantes de calle, entre otros grupos poblacionales que acuden por un plato de comida, en medio de la crisis social y humanitaria que viene afrontando la ciudad. “Poder hacer un aporte diariamente desde nuestros comedores en este tiempo de crisis es una gran bendición. Aquí estamos dando la batalla y haciendo construcción de tejido social desde este lugar en el que Dios nos ha puesto y nos ha permitido estar”, dice Yaneth Díaz del Comedor Comunitario Santo Sabor, en el barrio San Bosco. Los comedores comunitarios, que hacen parte del programa Corazón Contento, en el marco del convenio entre la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Cali, por medio de la Comisión Arquidiocesana Vida, Justicia y Paz (CAVJP), y la Alcaldía de Cali, a través de la Secretaría de Bienestar Social, se ha convertido en un bálsamo en medio de las dificultades. “Los comedores son un aliciente para muchísimas personas que aguantan hambre y necesitan de esto. Aquí estamos resistiendo, pero resistiendo para que exista una hambruna menos grande”, señala Diana Arce, del Comedor Comunitario el Maná de Sifruam, del barrio Alirio Mora Beltrán. Mantenerse en funcionamiento se ha convertido en un mayor desafío por estos días, cuando los escenarios de conflicto en la ciudad, los problemas de movilidad y los bloqueos han dificultado la labor. Pero las gestoras y gestores se han mantenido firmes en su propósito de continuar aportando en sus comunidades. “Hemos logrado mantener el comedor y seguirlos alimentando a pesar de la adversidad, no solo por los inconvenientes en la adquisición de alimentos, sino por la dificultad del grupo de trabajo para poder desplazarse al comedor por los bloqueos”, apunta

Más de 49.000 personas se benefician diariamente con los comedores comunitarios

Jennifer Lindo, del Comedor Comunitario Refugio de Amor, ubicado en Bella Suiza. Continuar en medio de la crisis ha sido arduo no solo para las gestoras y gestores, sino también para todos los equipos de trabajo que cooperan en el funcionamiento del proyecto. “Ha sido difícil, pero en medio de todo, el balance es positivo. Ha habido desabastecimiento y otros inconvenientes, pero lo que se ha entregado les ha servido para seguir brindando el alimento a quienes lo necesitan”, dice Jimmy Díaz, quien dirige el equipo logístico de la Comisión Arquidiocesana Vida, Justicia y Paz, que se encarga de la distribución de insumos para la preparación de alimentos en los comedores comunitarios. Pero en la idea de que los comedores no solo alimentan los estómagos, sino el espíritu, generando procesos transformadores de la situación social de quienes se benefician de este proyecto, la CAVJP y la Alcaldía de Santiago de Cali tampoco han descuidado el acompañamiento que se hace a los comedores desde otros componentes como el psicológico, el social, el de formación, el de gestión humana, el alimentario y nutricional, y el de saneamiento y bioseguridad. “Estamos acompañando desde la parte espiritual, humana, psicosocial y alimentaria a nuestra ciudad en estos momentos tan difíciles. Todos sumamos a pensarnos una Cali mejor, más unida, más justa y más humana”, dice el Padre Fray Francisco Leudo, director de la Comisión Arquidiocesana Vida, Justicia y Paz. Ha dicho el Papa Francisco que “el hambre es una de las grandes amenazas para la paz y la serena convivencia humana”, en ese sentido, los comedores también hacen

su contribución a la construcción de paz en los territorios, al ser espacios de encuentro social y participación ciudadana. Así también lo cree el Arzobispo de Cali, monseñor Darío de Jesús Monsalve, quien opina que “en los comedores comunitarios se cocina la paz”. En una ciudad donde, según los datos más recientes revelados por el DANE, para el año 2020 se registraron 934.350 personas en situación de pobreza monetaria y 342.438 en situación de pobreza monetaria extrema, la permanencia de este programa es clave. “Este programa tiene que seguir y abarcar mucha más población

para poder ayudar más a todas las personas que lo necesitan y dependen directamente de la ayuda que nosotros brindamos día a día”. Afirma la gestora Jennifer Lindo. Aunque en Cali y el país se produjo un estallido social en los últimos, también ha ocurrido un estallido de generosidad. Así lo cree el padre José Eugenio Hoyos, codirector de la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Cali, quien está convencido de que “a Jesús le gusta que juntemos nuestras manos para orar, pero él también se emociona cuando las abrimos para dar”.

“Estamos acompañando desde la parte espiritual, humana, psicosocial y alimentaria”


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Santiago de Cali, Julio de 2021

Una Arquidiócesis en MISIÓN “Se apareció a los once y les dijo: vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación…” - Marcos 16,15.

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ste mes de julio viviremos, junto a los diáconos y pre-diáconos, una experiencia misionera de reconciliación y paz, por varios lugares de nuestra Arquidiócesis. Es la Iglesia en salida que llama el Papa Francisco, callejeando la fe. Es un momento de compromiso y de encuentro. Compromiso con los sectores más vulnerables, con personas de todas las edades, compartiendo nuestra fe y nuestro proyecto de vida de la mano del Señor. Construyendo una historia juntos, marcada por el diálogo, el respeto por la vida, y las diferencias. Un momento de encuentro con los otros, mis hermanos. Escucharles, en su propios sectores, crear espacios de diálogo, de sanación, de construcción. Respetarnos en nuestras individualidades y soñar juntos una construcción nueva de ciudad, de país. Por eso te invitamos: para escuchar con sencillez el llamado, debes tener un corazón disponible y encontrarte internamente “desarmado”: en el Evangelio, aprende la lección de ser pobre, siguiendo a Jesús pobre y la de anunciar el Evangelio de la paz, sin bolsa ni alforja, sin poner tu confianza en el dinero o en el poder de este mundo (Nº 31). Un corazón generoso y gratuito es el terreno más abonado para escuchar el llamado y para un encuentro con Él, con una finalidad: “estar con él” y participar de su envío y misión (cfr. Aparecida Nº 131). Vamos pues, juntos, a evangelizar y a ser evangelizados por

“Una Iglesia en salida exige una conversión misionera constante” Papa Francisco

nuestros hermanos. Con corazones abiertos, mentes generosas, manos receptivas, y pies de profeta. A enriquecer nuestra vida con el evangelio viviente de los signos de los tiempos: de las calles, de los barrios, de las comunas, de las ollas comunitarias, y de los comedores barriales. De los ojos cargados de esperanza y de los jóvenes creyentes en el cambio. De las vidas forjadas en el sol, en la pobreza, en la falta de oportunidades. Y en ese Dios que nos ama, que nos saca

de las esclavitudes de Egipto y nos lleva y nos conduce a veces por desiertos, con la seguridad de una tierra prometida. De una sociedad mejor, que juntos podemos construir. Nuestra inteligencia, nuestras intuiciones, nuestras valijas cargadas de carismas, y dones; nos hacen protagonistas, constructores de una nueva sociedad. Somos todos misioneros, hemos sido llamados a salir de nuestro acomodo para llevar oportunidades y motivos de vivir

de la mano de Jesús. Él cuenta con nosotros. Reconciliación y paz. Es el grito del hoy y del mañana, de la Iglesia y del mundo, de todas las generaciones. Somos hijos de una Iglesia Misionera que anuncia a tiempo y a destiempo, en todos los rincones donde hay un hermano, es allí el sitio preciso del anuncio del Evangelio. Misión es apertura. Misión es diálogo. Misión es conversión. Misión es solidaridad. Misión es perdón.

Oramos por su eterno descanso

GILBERT IBARGÜEN GÓMEZ

DIEGO FDO. OSPINA SÁNCHEZ

13 de junio 1966 08 de junio 2021

17 de marzo 1979 13 de junio 2021


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Santiago de Cali, Julio de 2021

San Lorenzo Diácono y Mártir y su experiencia en la Pastoral Afro

La Pastoral Afro busca rescatar la identidad, la espiritualidad, el arte y la cultura de la comunidad

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i nombre es Clementina Morán, pertenezco a la parroquia San Lorenzo Diácono y Mártir, del barrio Remansos de Comfandi. Coordino los semilleros de esta comunidad parroquial. Le doy gracias a Dios por la vida, la fortaleza y la sabiduría para avanzar con las niñas y los niños. Es muy bonito cuando nos reunimos con el padre Venanzio Mwangi, el delegado arquidiocesano, que también es misionero de la Consolata. Él nació en Kenia, al oriente del continente africano. Le agradezco esta misión; cada día aprendemos más de nuestra identidad ancestral, del respeto a niñas y niños y sus derechos. Nos sentimos como en familia con las otras comunidades; en especial en las asambleas o las cenas navideñas. Le doy gracias a las mamás que confiaron en mí; Dios quiera y todas puedan ver cómo oramos, cantamos y hacemos dinámicas en las reuniones del semillero. A pesar de la pandemia, siempre estoy pendiente de cada una, cada uno. También le agradezco a los seminaristas que formaron parte de esta comunidad y compartieron muchas veces nuestras experiencias y saberes ancestrales. Con la comunidad de la parroquia siempre nos reunimos los domingos en la Eucaristía. Los días de semana en la noche realizamos reuniones. En los eventos como el kermes o los retiros compartimos y hablamos de nuestras experiencias en la parroquia. Karol Nicol Garcés Viveros (11 años): El semillero de la Pastoral

nos deja una gran enseñanza. Es un lugar donde aprendemos valores, socializamos y compartimos nuestras experiencias. Entre ellas, la que más recuerdo es que vamos a lugares donde conocemos personas de otras comunidades, países y continentes. El semillero me enseña a valorar y respetar a las personas tal y como son; a ser personas de bien y a valorar a nuestra familia. Aprendimos desde muy pequeños a rezar con nuestros mayores el ángel de la guarda, el padre nuestro, el ave maría etc. También aprendimos que la sagrada biblia está dividida en dos partes: el Antiguo y el Nuevo Testamento y que el primer libro es Génesis y el último es Apocalipsis. En la pandemia me inspiré mucho y construí poesías y cantos. Aprendí mucho de mis mayores; uno siempre tiene que estar agradecido con Dios y con la vida. Gabriela Tello Morán (13 años): En el 2017, cuando ingresé al semillero por primera vez en la parroquia, sentí una gran alegría al conocer a niños de otras parroquias. Comenzamos las reuniones con la coordinadora Clementina, que es mi madre. He aprendido mucho de ella en este caminar. Conocí a los cuatro evangelios en los cuales encontramos la pasión y muerte de nuestro señor Jesucristo. Cuando viene el padre Venanzio ¡es asombroso! Él nos pone a hacer dinámicas, juegos y ejercicios de todo lo que tiene que ver con África. Nos reunimos los sábados en la mañana, a veces con el semillero de Manuela Beltrán, un barrio vecino. La profesora Alba nos enseñó danzas y cantos para el Festival de Fe y Cultura, que se celebra cada año. Obtuvimos dos premios con la poesía

de Nicol y el canto del semillero en 2019. Fue una gran experiencia con toda la gente de la Pastoral Afro, todos somos una gran familia. En la Pastoral nos enseñan valores, responsabilidades y a tener confianza

en nosotras mismas. Estamos construyendo, con la profesora Nubia, el himno de los semilleros. Agradezco al padre Venanzio y a todos los de la Pastoral por todas estas experiencias, tan maravillosas.


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Estatuto temporal de protección: un mecanismo complementario al régimen de protección internacional de refugiados (Parte 2) Por: Pastoral para los Migrantes Arquidiócesis de Cali

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ontinuando con la información presentada en la edición de junio 2021 de La Voz Católica, la Pastoral para los Migrantes presenta la segunda fase del Estatuto Temporal de Protección para la comunidad migrante venezolana. La segunda fase regula los criterios de protección e integración de la población cualificada mediante la expedición del PTP, donde sus titulares podrán tener acceso en condiciones de igualdad al mercado laboral y gozarán plenamente del derecho fundamental de salud y a una atención médica integral a través del Sistema General de Seguridad Social en Salud, además de los demás derechos contemplados en la Constitución. Este nuevo Permiso tendrá un término de vigencia equivalente 10 años a partir de su expedición, dando un mayor margen de garantías a la población proveniente de Venezuela. Su principal finalidad es brindar una condición de regularidad temporal, para que así las personas tengan más tiempo para tramitar algún tipo de visado y acumular el tiempo requerido para esto. Como se mencionó, a través del decreto 216 de 2021 expedido por Migración Colombia, se implementó todo lo relacionado con el nuevo Estatuto Temporal

Esta medida busca proteger a la población migrante proveniente de Venezuela

de Protección. No obstante, algunas de las condiciones para la obtención del Permiso por Protección temporal han suscitado controversias, principalmente frente al hecho de que un solicitante de refugio no pueda expedir el PPT. Según las declaraciones dadas por las autoridades migratorias, esto se debe a la naturaleza propia de cada uno de los trámites. No obstante, se reconoce que, si bien los solicitantes de refugio tienen una medida de regularización temporal a través del salvoconducto tipo SC-2, éste no otorga las mismas prerrogativas contempladas para el PPT. Por tanto, lo que en últimas genera esto es condicionar a la población a la renuncia de su trámite como solicitantes de refugio para obtener los beneficios inme-

El estatuto temporal de protección tendrá una vigencia de diez (10) años

diatos ofrecidos por PPT, teniendo de presente que el salvoconducto no es un documento válido para el acceso al derecho al trabajo. Lo anterior se encuentra relacionado con la poca información que se brinda a nivel estatal sobre protección internacional y el trámite para solicitar el reconocimiento de la condición de refugiado en Colombia a la población proveniente de Venezuela. Lo anterior no permite que se identifiquen a tiempo los perfiles de las personas sujeto de protección internacional y se realice el acompañamiento debido dentro del plazo contemplado por la norma.

Así las cosas, el estado colombiano mediante la adopción de las medidas proteccionistas antes expresadas da cumplimiento a lo estipulado en la Constitución Nacional y modifica la normatividad interna en virtud del control de convencionalidad. En consecuencia, protege la población migrante venezolana mediante la acusación y la formalización del derecho fundamental a la salud, trabajo y seguridad social. Para mayores informes se pueden comunicar al WhatsApp 322 496 8936 o al correo electrónico coamir@pastoralmigrantesyrefugiados.org.


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Lo que celebramos

Santiago de Cali, Julio de 2021

Mensaje del Santo Padre Francisco para la Primera Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores (25 de julio de 2021) “Yo estoy contigo todos los días” Mt 28, 20

Presentada la primera Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores

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ueridos abuelos, queridas abuelas: “Yo estoy contigo todos los días” (cf. Mt 28,20) es la promesa que el Señor hizo a sus discípulos antes de subir al cielo y que hoy te repite también a ti, querido abuelo y querida abuela. A ti. “Yo estoy contigo todos los días” son también las palabras que como Obispo de Roma y como anciano igual que tú me gustaría dirigirte con motivo de esta primera Jornada Mundial de los Abuelos y de las Personas Mayores. Toda la Iglesia está junto a ti —digamos mejor, está junto a nosotros—, ¡se preocupa por ti, te quiere y no quiere dejarte solo! Soy muy consciente de que este mensaje te llega en un momento difícil: la pandemia ha sido una tormenta inesperada y violenta, una dura prueba que ha golpeado la vida de todos, pero que a nosotros mayores nos ha reservado un trato especial, un trato más duro. Muchos de nosotros se han enfermado, y tantos se han ido o han visto apagarse la vida de sus cónyuges o de sus seres queridos. Muchos, aislados, han sufrido la soledad durante largo tiempo. El Señor conoce cada uno de nuestros sufrimientos de este

tiempo. Está al lado de los que tienen la dolorosa experiencia de ser dejados a un lado. Nuestra soledad —agravada por la pandemia— no le es indiferente. Una tradición narra que también san Joaquín, el abuelo de Jesús, fue apartado de su comunidad porque no tenía hijos. Su vida —como la de su esposa Ana— fue considerada inútil. Pero el Señor le envió un ángel para consolarlo. Mientras él, entristecido, permanecía fuera de las puertas de la ciudad, se le apareció un enviado del Señor que le dijo: “¡Joaquín, Joaquín! El Señor ha escuchado tu oración insistente”.[1] Giotto, en uno de sus famosos frescos,[2] parece ambientar la escena en la noche, en una de esas muchas noches de insomnio, llenas de recuerdos, preocupaciones y deseos a las que muchos de nosotros estamos acostumbrados. Pero incluso cuando todo parece oscuro, como en estos meses de pandemia, el Señor sigue enviando ángeles para consolar nuestra soledad y repetirnos: “Yo estoy contigo todos los días”. Esto te lo dice a ti, me lo dice a mí, a todos. Este es el sentido de esta Jornada que he querido celebrar por primera vez precisamente este año, después de un largo aislamiento y una reanudación todavía lenta de la vida social. ¡Que cada abuelo, cada

anciano, cada abuela, cada persona mayor —sobre todo los que están más solos— reciba la visita de un ángel! A veces tendrán el rostro de nuestros nietos, otras veces el rostro de familiares, de amigos de toda la vida o de personas que hemos conocido durante este momento difícil. En este tiempo hemos aprendido a comprender lo importante que son los abrazos y las visitas para cada uno de nosotros, ¡y cómo me entristece que en algunos lugares esto todavía no sea posible! Sin embargo, el Señor también nos envía sus mensajeros a través de la Palabra de Dios, que nunca deja que falte en nuestras vidas. Leamos una página del Evangelio cada día, recemos con los Salmos, leamos los Profetas. Nos conmoverá la fidelidad del Señor. La Escritura también nos ayudará a comprender lo que el Señor nos pide hoy para nuestra vida. Porque envía obreros a su viña a todas las horas del día (cf. Mt 20,1-16), y en cada etapa de la vida. Yo mismo puedo testimoniar que recibí la llamada a ser Obispo de Roma cuando había llegado, por así decirlo, a la edad de la jubilación, y ya me imaginaba que no podría hacer mucho más. El Señor está siempre cerca de nosotros —siempre— con nuevas invitaciones, con nuevas palabras, con su con-

suelo, pero siempre está cerca de nosotros. Ustedes saben que el Señor es eterno y que nunca se jubila. Nunca. En el Evangelio de Mateo, Jesús dice a los Apóstoles: «Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado» (28,19-20). Estas palabras se dirigen también hoy a nosotros y nos ayudan a comprender mejor que nuestra vocación es la de custodiar las raíces, transmitir la fe a los jóvenes y cuidar a los pequeños. Escuchen bien: ¿cuál es nuestra vocación hoy, a nuestra edad? Custodiar las raíces, transmitir la fe a los jóvenes y cuidar de los pequeños. No lo olviden. No importa la edad que tengas, si sigues trabajando o no, si estás solo o tienes una familia, si te convertiste en abuela o abuelo de joven o de mayor, si sigues siendo independiente o necesitas ayuda, porque no hay edad en la que puedas retirarte de la tarea de anunciar el Evangelio, de la tarea de transmitir las tradiciones a los nietos. Es necesario ponerse en marcha y, sobre todo, salir de uno mismo para emprender algo nuevo. Hay, por tanto, una vocación renovada también para ti en un


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momento crucial de la historia. Te preguntarás: pero, ¿cómo es posible? Mis energías se están agotando y no creo que pueda hacer mucho más. ¿Cómo puedo empezar a comportarme de forma diferente cuando la costumbre se ha convertido en la norma de mi existencia? ¿Cómo puedo dedicarme a los más pobres cuando tengo ya muchas preocupaciones por mi familia? ¿Cómo puedo ampliar la mirada si ni siquiera se me permite salir de la residencia donde vivo? ¿No ya es mi soledad una carga demasiado pesada? Cuántos de ustedes se hacen esta pregunta: mi soledad, ¿no es una piedra demasiado pesada? El mismo Jesús escuchó una pregunta de este tipo a Nicodemo, que le preguntó: «¿Cómo puede un hombre volver a nacer cuando ya es viejo?» (Jn 3,4). Esto puede ocurrir, responde el Señor, abriendo el propio corazón a la obra del Espíritu Santo, que sopla donde quiere. El Espíritu Santo, con esa libertad que tiene, va a todas partes y hace lo que quiere. Como he repetido en varias ocasiones, de la crisis en la que se encuentra el mundo no saldremos iguales, saldremos mejores o peores. Y «ojalá no se trate de otro episodio severo de la historia del que no hayamos sido capaces de aprender —¡nosotros somos duros de mollera!— Ojalá no nos olvidemos de los ancianos que murieron por falta de respiradores […]. Ojalá que tanto dolor no sea inútil, que demos un salto hacia una forma nueva de vida y descubramos definitivamente que nos necesitamos y nos debemos los unos a los otros, para que la humanidad renazca» (Carta enc. Fratelli tutti, 35). Nadie se salva solo. Estamos en deuda unos con otros. Todos hermanos. En esta perspectiva, quiero decirte que eres necesario para construir, en fraternidad y amistad social, el mundo de mañana: el mundo en el que viviremos —nosotros, y nuestros hijos y nietos— cuando la tormenta se haya calmado. Todos «somos parte activa en la rehabilitación y el auxilio de las sociedades heridas» (ibíd., 77). Entre los diversos pilares que deberán sostener esta nueva construc-

Lo que celebramos ción hay tres que tú, mejor que otros, puedes ayudar a colocar. Tres pilares: los sueños, la memoria y la oración. La cercanía del Señor dará la fuerza para emprender un nuevo camino incluso a los más frágiles de entre nosotros, por los caminos de los sueños, de la memoria y de la oración. El profeta Joel pronunció en una ocasión esta promesa: «Sus ancianos tendrán sueños, y sus jóvenes, visiones» (3,1). El futuro del mundo reside en esta alianza entre los jóvenes y los mayores. ¿Quiénes, si no los jóvenes, pueden tomar los sueños de los mayores y llevarlos adelante? Pero para ello es necesario seguir soñando: en nuestros sueños de justicia, de paz y de solidaridad está la posibilidad de que nuestros jóvenes tengan nuevas visiones, y juntos podamos construir el futuro. Es necesario que tú también des testimonio de que es posible salir renovado de una experiencia difícil. Y estoy seguro de que no será la única, porque habrás tenido muchas en tu vida, y has conseguido salir de ellas. Aprende también de aquella experiencia para salir ahora de esta. Los sueños, por eso, están entrelazados con la memoria. Pienso en lo importante que es el doloroso recuerdo de la guerra y en lo mucho que las nuevas generaciones pueden aprender de él sobre el valor de la paz. Y eres tú quien lo transmite, al

haber vivido el dolor de las guerras. Recordar es una verdadera misión para toda persona mayor: la memoria, y llevar la memoria a los demás. Edith Bruck, que sobrevivió a la tragedia de la Shoah, dijo que «incluso iluminar una sola conciencia vale el esfuerzo y el dolor de mantener vivo el recuerdo de lo que ha sido —y continúa—. Para mí, la memoria es vivir».[3] También pienso en mis abuelos y en los que entre ustedes tuvieron que emigrar y saben lo duro que es dejar el hogar, como hacen todavía hoy tantos en busca de un futuro. Algunos de ellos, tal vez, los tenemos a nuestro lado y nos cuidan. Esta memoria puede ayudar a construir un mundo más humano, más acogedor. Pero sin la memoria no se puede construir; sin cimientos nunca construirás una casa. Nunca. Y los cimientos de la vida son la memoria. Por último, la oración. Como dijo una vez mi predecesor, el Papa Benedicto, santo anciano que continúa rezando y trabajando por la Iglesia: «La oración de los ancianos puede proteger al mundo, ayudándole tal vez de manera más incisiva que la solicitud de muchos».[4] Esto lo dijo casi al final de su

39 pontificado en 2012. Es hermoso. Tu oración es un recurso muy valioso: es un pulmón del que la Iglesia y el mundo no pueden privarse (cf. Exhort. apost. Evangelii gaudium, 262). Sobre todo en este momento difícil para la humanidad, mientras atravesamos, todos en la misma barca, el mar tormentoso de la pandemia, tu intercesión por el mundo y por la Iglesia no es en vano, sino que indica a todos la serena confianza de un lugar de llegada. Querida abuela, querido abuelo, al concluir este mensaje quisiera señalarte también el ejemplo del beato —y próximamente santo— Carlos de Foucauld. Vivió como ermitaño en Argelia y en ese contexto periférico dio testimonio de «sus deseos de sentir a cualquier ser humano como un hermano» (Carta enc. Fratelli tutti, 287). Su historia muestra cómo es posible, incluso en la soledad del propio desierto, interceder por los pobres del mundo entero y convertirse verdaderamente en un hermano y una hermana universal. Pido al Señor que, gracias también a su ejemplo, cada uno de nosotros ensanche su corazón y lo haga sensible a los sufrimientos de los más pequeños, y capaz de interceder por ellos. Que cada uno de nosotros aprenda a repetir a todos, y especialmente a los más jóvenes, esas palabras de consuelo que hoy hemos oído dirigidas a nosotros: “Yo estoy contigo todos los días”. Adelante y ánimo. Que el Señor los bendiga. Roma, San Juan de Letrán, 31 de mayo, fiesta de la Visitación de la B.V. María. FRANCISCO


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Lo que celebramos

Nuestra Señora de Chiquinquirá

09 Julio

Patrona de Colombia Unos frailes dominicos trajeron en 1555 una imagen de la Virgen del Rosario que fue adaptada para que el español Alonso de Narváez pintara en 1562 esta obra, que estuvo relegada durante 16 años en una choza e incluso entre 1578 y 1585 fue usada como instrumento para labores del campo en Tunja. La española María Ramos recuperó el lienzo en 1585, pero luego de su llegada a Nueva Granada encontró a su esposo en relación con otra mujer y por ello se fue con la obra a Chiquinquirá, donde gestionó la creación de una sencilla capilla en una pesebrera con la imagen de la Virgen, a quien en sus ora-

ciones le pedía que “se dejara ver al descubierto”. El 26 de diciembre de 1586 sucedió la iluminación de la pintura, manifestación divina de la Virgen de Chiquinquirá que fue atestiguada por la propia María Ramos, por una indígena llamada Isabel y su hijo Miguel. Desde ahí empezó la advocación a la patrona, que volvió a iluminarse el 30 de julio de 1588, esta vez frente a todos los habitantes del pueblo, y en 1589, cuando el brillo se extendió durante un día. La Coronación de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá como Reina y Patrona de Colombia se realizó el 28 de junio de 1919, una de las 10 veces que ha salido del

municipio boyacense. Es valioso resaltar que también es patrona del Estado Zulia en Venezuela y de la ciudad de Caraz en el Perú. El 6 de septiembre de 2017, la pintura de la Virgen de Chiquinquirá tuvo su última salida de ese municipio boyacense. La ocasión no podía ser otra sino la visita a Colombia del papa Francisco, lo que requirió de una logística liderada por Servientrega, que fabricó un guacal con cualidades especiales para protegerla y mantener su nivel de temperatura y humedad interna durante su desplazamiento en helicóptero a la Catedral Primada en Bogotá, para estar cerca del Sumo Pontífice, devoto de la Virgen.

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Región

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Mujeres empoderadas participando en la reconstrucción de la ciudad

La Arquidiócesis de Cali responde al llamado de impulsar la presencia de las mujeres en todos los lugares de relevancia

Por: Adriana Lozada Dirección de Reconciliación y Paz

E

n este momento coyuntural que vive el país y en especial la ciudad de Cali, donde el caos, la violencia, la pobreza, la falta de oportunidades, la polarización y el covid-19 la tienen sumida en el dolor y la desesperanza, el papel de las mujeres es fundamental para salir de este laberinto que no parece tener salida. Las mujeres con su capacidad de resiliencia, de sororidad, de fortaleza, de ganas de luchar por hacer valer la vida, la búsqueda de justicia para sus muertos, los deseos de tener una ciudad equitativa, llena de oportunidades para todos, hace que ellas sean las protagonistas en el renacer de esta su Cali amada, la sucursal del cielo. Por ahí dicen que todo a su debido tiempo y en el momento exacto… Y es precisamente en este instante tan oportuno, tiempo de Dios, otros dirán, que la Dirección de Reconciliación y Paz de la Arquidiócesis de Cali culmina un proceso de mujeres empoderadas, lideresas, capacitadas para contribuir a la disminución de las violencias basadas en género, mujeres organizadas en sus territorios para hacer incidencia ciudadana y política en la construcción de un tejido social, bastante deteriorado, por cierto, y que requiere del concurso de todas y todos para sacar adelante esta ciudad. Venimos de un proceso que inició en el 2016, donde las mujeres se formaron para ser artesanas y gestoras de paz, juntas constru-

yendo una cultura de paz en sus comunidades, trabajo que permitió develar una situación bastante silenciada pero letal para ellas y las niñas, como son las violencias basadas en género, por tanto, al terminar este primer proceso de mujeres de paz, surgió la necesidad de continuar acompañando las comunidades para sensibilizar a la ciudadanía sobre este flagelo, y sobre todo, acompañar a las víctimas a sanar sus heridas, porque la vida de las mujeres importa, porque Dios nos hizo con igualdad de condiciones y con los mismos derechos que los hombres. Como Iglesia le apostamos a la construcción de relaciones igualitarias, dignas, sobre todo, respetuosas de la vida de todos. Nace en el año 2019 el proceso de “Empoderamiento ciudadano para la disminución de la violencia contra las mujeres” y culminó precisamente en este tiempo coyuntural que exige un papel protagónico de la mujer en la búsqueda de caminos de paz. Hoy son doscientas cuarenta mujeres empoderadas, organizadas pertenecientes a las comunas 2, 6, 15, 16, 18 y 21 que han sanado sus heridas, que han transformado sus proyectos de vida y que están sembrando transformaciones en sus familias y sus vecindarios. En todo amar y servir Acompañar las mujeres en sus luchas, sentir sus temores, conocer sus necesidades, llorar con ellas, abrazarlas, reír, jugar y recorrer juntas el territorio es un verdadero privilegio que Dios nos ha permitido vivir, para crecer, madurar y afianzar la vida cristiana. A su vez, se convierte en una inmensa responsabilidad y un verdadero compromiso frente a la

lucha por la equidad de género. Pero lo hermoso que llena nuestro espíritu en este servicio hacia las mujeres, es mirar cómo se levantan en medio de las dificultades, con la frente en alto, la esperanza en sus ojos, la disposición en sus brazos, la palabra en su boca para alzar su voz y gritar al mundo entero: “¡Nos queremos vivas, libres y en paz! ¡Somos mujeres sororas y empoderadas!” Más que una exclamación personal y sobre todo colectiva, es un reclamo a la sociedad que hacen muchas mujeres que viven constantemente las diversas violencias. En especial, es la voz de aquellas que yacen bajo tierra, quienes fueron asesinadas por su condición de mujer, que no descansan en paz porque claman justicia. Con todo el respaldo de la Arquidiócesis de Cali, con la cooperación alemana de Misereor, y con un equipo profesional muy destacado, idóneo, sensible y con una experiencia de fe, se inició este proceso que estamos culminando en su segunda etapa. Los resultados de este acompañamiento psicosocial y espiritual son muchos, las mujeres que participaron en este proceso han transformado sus vidas, unas han sanado sus dolores y otras dan pasos gigantes hacia el perdón y la reconstrucción de un presente y un futuro opacado por la violencia, en ello la espiritualidad jugó un papel fundamental. Ellas se han organizado comunitariamente incidiendo en sus territorios, enseñando a sus hijas e hijos a construir relaciones libres de violencia, así como también, se ha empoderado participando en los espacios públicos de tomas de decisiones, ellas más que na-

die conoce las problemáticas que aquejan sus barrios, haciendo que sus voces sean escuchadas y construyendo con otras y otros caminos de paz, en especial en este momento de paro nacional. Poco a poco, paso a paso se fue afianzado una metodología propia de este proceso, dándole cabida a mujeres jóvenes, niñas, de la mediana y tercera edad, afrodescendientes, indígenas, madres cabeza de familia, mujeres trans, algunas profesionales, bachilleres, otras sin saber leer y escribir, católicas, no católicas, todas juntas comparten saberes, aprenden, construyen memoria y sobre todo sanan sus heridas y transforma sus vidas. Este proceso ha sido cien por ciento incluyente, intergeneracional, pluricultural, básicamente comunitario, reconociendo y apoyando la participación de las mujeres en la comunidad. Como Iglesia estamos llamados a impulsar la presencia de las mujeres en todos los lugares de relevancia, dándoles a ellas visibilidad y oportunidad para plasmar sus ideas y pensamientos, sobre todo para sensibilizar a toda una sociedad lo grave que es violentar y asesinar las mujeres, además de contribuir desde la fe y la espiritualidad la sanación de las víctimas y sus familias. Dos años de trabajo arduo dan cuenta de todo esto, con una pandemia en medio, que no nos limitó; por el contrario, estuvimos allí, de frente, haciendo presencia, optando por estrategias que nos permitieran llegar a cada una de ellas y a sus comunidades para decirles ¡empodérate mujer, no te quedes callada, no están solas, porque tu voz cuenta!


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Vicariato Apostólico de Guapi

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La tierra y el río, riquezas en medio de la pobreza del Pacífico

El Pacífico es riqueza, en medio de la pobreza

Pbro. Ariel Viáfara Hurtado Párroco San Miguel Arcángel López de Micay

C

uando se habla de la Costa Pacífica colombiana lo primero que se viene a la mente es pobreza, violencia, periferia, afrodescendientes, indígenas, isla, y no es que sea contrario a la realidad ni tampoco una construcción social. El problema está en catalogar estas poblaciones desde una postura reduccionista que ve esto y no trasciende un poco más. Hay que cambiar la mirada y no ver esta zona del país desde una perspectiva segregacionista, que pondera la región por encima de las personas, enaltece sus paisajes, pero discrimina al ser humano. No hay que sumergirse con los conceptos estereotipados que cada vez condenan a una región al abandono y a la estigmatización. El Pacífico es riqueza, en medio de la pobreza. Parece paradójico porque contrasta con dineros que pasan por los pueblos de manera ilegal pero que no inciden en el desarrollo de las comunidades; con abundancia en los recursos naturales, pero con gente aguantando hambre, sin acceso a servicios fundamentales y con las casas en mal estado. En estos pueblos marginados y azotados por la violencia, hay mucho más que eso. En primera medida hay una riqueza en su gente que con su calidez ha sabido sortear las vicisitudes de la vida. Hay riqueza en su entorno,

por la variedad de recursos naturales que engalanan esta zona del país, hay alegría, hay cultura, hay humanidad. Se destaca por una riqueza admirable que tiene un significado histórico, cultural, comunitario que está relacionado con la vida y la cotidianidad de la gente. La tierra y el río se convierten en unos de tantos elementos constitutivos que representan la vida de la gente del Pacífico. Aunque parezca una obviedad, en la tierra y en el río sus moradores han encontrado un modo de subsistencia, resistencia y comunión. Son factores que estructuran su relación con los demás, con Dios y con su entorno. Con la tierra los habitantes han encontrado, durante siglos, una oportunidad para sembrar diversos productos como el plátano, la caña, la papachina y el banano, entre otros, para sobrevivir en una zona en la que carecen las industrias y donde no se encuentran oportunidades de empleo, educación superior porque el Estado nunca ha estado. Con la agricultura las personas consiguen para su sustento diario. Al menos con la producción de sus cultivos de pancoger las familias han sacado adelante a sus hijos y han resistido ante la marginalidad en el que los gobiernos nacionales han sometido a estos pueblos. Históricamente los habitantes de esta región no han encontrado más opciones que dedicarse a labrar la tierra o buscar de manera artesanal el oro para poder vivir. Por su parte, el río ha sido el compañero, el guía, el cómplice y el aliado para sortear la vida en sus circunstancias. La ruta para movi-

lizarse en potrillo a las actividades agrícolas y mineras, la fuente donde se nutren los pecadores para hallar el sustento diario de miles de familias que no solo fortifican su cuerpo sino su espíritu para sobrellevar las adversidades de la vida y el cansancio de tantos dolores que acompañan el anochecer y oscurecer de los pueblos. El río es el protector, el escudo, la frescura, el purificador de los males y la vida misma. Es la vía que conduce a todo.

Hay una riqueza impresionante en las comunidades del pacífico, que le ha hecho frente a las deficiencias que en un estado de derecho no tienen por qué permanecer. La gente sigue esperando respuestas contundentes de los gobiernos para que el panorama en esta región cambie y se continúe enriqueciendo al pueblo con justicia, inversión social y oportunidades para vivir dignamente con su tierra y con su río.


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Catequesis

Celebración del día del Catequista

Iglesia católica anima a los catequistas a renovarse interiormente

Por: Pastoral de Catequesis

L

a Arquidiócesis de Cali, desde su Delegación Arquidiocesana para la Catequesis exhorta a los señores párrocos, arciprestes, y comunidad parroquial para que junto a sus catequistas celebremos este llamado que Dios ha hecho a hombres y mujeres que hoy sirven a la evangelización. Durante todo el mes de agosto se llevarán a cabo celebraciones en los diferentes arciprestazgos, donde se generará un encuentro festivo con los catequistas de las parroquias vecinas; por su parte la Pastoral de Catequistas intentará acompañar todas las celebraciones, pero cada comunidad lo podrá programar según sus realidades pastorales, de tiempo, modo y lugar. El Día del Catequista se celebra el 21 de agosto. La Iglesia Católica agradece a cada uno de sus miembros y sobre todo a los catequistas la labor que hacen enseñando la Palabra de Dios a toda la gente y sobre todo a los niños y jóvenes. El Día del Catequista se celebra en la fiesta del Papa San Pío X. Pues toda su vida estuvo marcada por alabar la gran labor y entrega de los catequistas por enseñar y acercar la fe a los ciudadanos. El equipo de la Pastoral de Catequesis de la Arquidiócesis de Cali ha preparado una guía para las celebraciones que se

harán en los arciprestazgos, parroquias, movimientos, comunidades religiosas o lugares de encuentro donde los catequistas son parte fundamental para que el pueblo de Dios crezca en su fe a nuestro Señor Jesucristo. Quien deseen saber la programación pueden pedirla al WhatsApp 314 569 1604. “No se puede olvidar a los innumerables laicos y laicas que han participado directamente en la difusión del Evangelio a través de la enseñanza catequística. Hombres y mujeres animados por una gran fe y auténticos testigos de santidad que, en algunos casos, fueron además fundadores de Iglesias y llegaron incluso a dar su vida. También en nuestros días, muchos catequistas capaces y constantes están al frente de comunidades en diversas regiones y desempeñan una misión insustituible en la transmisión y profundización de la fe. La larga lista de beatos, santos y mártires catequistas ha marcado la misión de la Iglesia, que merece ser conocida porque constituye una fuente fecunda no sólo para la catequesis, sino para toda la historia de la espiritualidad cristiana.” (Carta Apostólica en Forma de «Motu Proprio» Antiquum Ministerium). Estas palabras del Papa Francisco nos animan seguir trabajando para que el catequista, inmerso en la vida parroquial o de su comunidad sea, cada vez más, formado en su vocación, promovido en su discipulado y acompañado en su ministerio y es que en el conjunto de los ministerios y de los servicios,

con los cuales la Iglesia lleva a cabo su misión evangelizadora, el «ministerio de la catequesis» ocupa un lugar relevante e indispensable para el crecimiento de la fe. Este ministerio introduce a la fe y, junto con el ministerio litúrgico, engendra a los hijos de Dios dentro de la Iglesia. Por lo tanto, la vocación

específica del catequista tiene su raíz en la vocación común del pueblo de Dios, llamado a servir al plan salvífico de Dios en favor de la esperanza de la humanidad. Es, todos los catequistas invitados a esta celebración que en ese año se extenderá por todo el mes de agosto de 2021.


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Educación

Santiago de Cali, Julio de 2021

Decano de la Facultad de Educación de UNICATÓLICA es el nuevo presidente de la CAEHC

José Benito Garzón Montenegro ejercerá como presidente de este organismo hasta diciembre de 2021

Por: UNICATÓLICA

L

a historia, la ética y la ciudadanía son fundamentales en la enseñanza de las ciencias sociales, es por ello que el Ministerio de Educación Nacional estableció en el Decreto 1660 de 2019 la creación de la Comisión Asesora para la Enseñanza de la Historia de Colombia (CAEHC), en cumplimiento de su misión legal, como un órgano consultivo para la elaboración de las recomendaciones que deben ser consideradas en la definición de los lineamientos para la enseñanza de la historia en la educación básica y media vocacional de todos los colegios y escuelas del país. Dado lo anterior, el pasado mes de mayo, en el marco de la decimoséptima sesión de la Comisión Asesora ante el Ministerio de Educación Nacional, fueron elegidos los miembros de la delegación de ASCOFADE; José Benito Garzón Montenegro, decano de la Facultad de Educación de Unicatólica como presidente de la Comisión y Sebastián Martínez Botero, profesor de la Universidad Tecnológica de Pereira, como vicepresidente. En la elección estuvieron presentes todas las representaciones establecidas: academias de Historia; asociaciones de historiadores; Facultades de Educación con programas de Licenciaturas en

Ciencias Sociales; programas de Historia y docentes que imparten la enseñanza de las ciencias sociales en educación básica y media. Para Garzón “El principal reto de este periodo para la CAEHC es ofrecerle al Ministerio de Educación las recomendaciones para que se tengan en cuenta a la hora de fijar los lineamientos de la enseñanza de la historia de Colombia en la educación básica para todos los colegios y escuelas públicas y privadas del país”. Esto, en el marco de lo estipulado en la Ley 1874 de 2017 y del Decreto 1660 de 2019, que reglamenta la composición y funcionamiento de la Comisión. “Es un gran reto, en medio de las contingencias que se viven en la actualidad, pues hay muy poco tiempo para el cumplimiento del propósito esperado, pero, afortunadamente, se cuenta con la disposición de cada miembro de la CAEHC. He recibido comunicaciones de reconocimiento y felicitaciones de varias entidades a nivel nacional, regional y local, lo cual es muy importante para seguir visualizando lo que hacemos desde UNICATÓLICA”, afirmó. La Institución felicita al decano Garzón por este importante nombramiento, y lo alienta a seguir trabajando para el desarrollo y el fomento de la educación y la enseñanza en nuestro país. Obtenga más información de la CAEHC en: https://www.facebook.com/comisionasesoraensenanzadelahistoria/


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Actualidad

Santiago de Cali, Julio de 2021

Arquidiócesis de Cali celebró el Gran Encuentro de Familias

L

a Semana Arquidiocesana, celebrada entre los pasados 13 y el 20 de junio, se realizó de manera atípica a causa del actual pico de la pandemia de covid-19 y la situación de orden social que se vivía en la ciudad debido del paro nacional. aun así, en las diferentes parroquias y comunidades se llevaron a cabo actividades en torno a Nuestra Señora de los Remedios, Patrona de la Arquidiócesis de Cali y del Valle del Cauca, además del Gran Encuentro de Familias realizado en la Arena Cañaveralejo. El encuentro que surgió como iniciativa de la Semana Arquidiocesana, en el marco del año de la familia propuesto por el Papa Francisco, reunió a familias representantes de todas las parroquias de la Arquidiócesis de Cali quienes vivieron una jornada de adoración, testimonio y reflexión organi-

“Apoyemos a la familia, defendámosla de todo lo que comprometa su belleza” – Papa Francisco

zada y ambientada por el Pbro. Omar Arturo López Pérez, Vicario Episcopal de Evangelización y el Pbro. Jhony Muñoz Sanchez, Vicario Episcopal para la Familia y la Cultura. “Hay que recuperar la familia como transmisora también de la vida y servidora de la vida humana”, afirmó Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez, Obispo Auxiliar de Cali,

en su discurso de apertura del evento. De igual manera, los asistentes se congregaron frente a la imagen de Nuestra Señora de los Remedios, a la que le dedicaron una jornada de oración en vísperas de su fiesta patronal. El evento continuó con la intervención de cuatro familias que dieron testimonio de la Palabra de Dios y cómo este ha iluminado

sus hogares y las diferentes realidades que afrontan. “Dios nos ha hecho elección sobre nosotros, sobre nuestro matrimonio y la familia, sin ver nuestra pobreza”, expresaron los miembros de la familia Llano Bravo, perteneciente a la comunidad parroquial de Santa Cecilia. El encuentro culminó con la reflexión de Monseñor Darío de Jesús Mon-

salve Mejía, Arzobispo de Cali, quien se refirió a los diferentes hechos que han acontecido en la ciudad e invito a no perder la fe, afirmando que “Dios no está ausente de esta historia que estamos viviendo, aprendamos a identificar la presencia y el designio de Dios y la acción de la divina providencia en estas situaciones. Dios está con nosotros”.

Gracias Misioneros Redentoristas 25 años de labor pastoral en Cali

D

espués de compartir apostolado y misión en Urabá, con Monseñor Isaías Duarte Cancino, y al ser nombrado Arzobispo de Cali en 1995, él mismo les invita a fundar en Cali. Llegan inicialmente a Floralia, a la parroquia María Misionera, y al barrio Los Guaduales. Después pasan a Santa Ana, durante más de 20 años. Gratitud con los iniciadores de la obra: los presbíteros Diego Gómez, Jorge Herrera, Pablo Patiño, Antonio Chaparro, Sixto Gómez, Humberto Ríos, Oscar Jhonny Arias, Lorenzo Paredes y un grupo enorme de misioneros que compartieron trabajos y apostolados en estas parroquias. San Alfonso y su desvelo mi-

Dios bendiga a la comunidad de Misioneros Redentoristas en su nueva labor pastoral

sionero, la benignidad pastoral, el amor a la Santa Eucaristía y su fervor Mariano, se le nombra: el cantor de “Las glorias de María”, se ha inmortalizado, en el

apostolado de sus hijos misioneros en esta parte de la Iglesia particular de Cali. La Arquidiócesis de Cali agradece su presencia, su carisma y

misión en cabeza de los padres Luis Carlos Jaime, Superior Provincial, Hector Bonilla, Vicario Provincial y el padre Pedro Ignacio Jaimes, Consejero Ordinario.


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Actualidad

Santiago de Cali, Julio de 2021

Celebración del Mes

FELIZ CUMPLEAÑOS

San Joaquín y Santa Ana

JULIO Acevedo Ospina Edward Galeano Rodríguez José Fernando Toro Agudelo Jesús Ramiro Hernández Álvarez Diego Fernando Gómez Robayo Álvaro Hernando Céspedes Raul Darío Gómez Carmona Juan Fernando Cortes Peñuela Carlos Alexis Marmolejo Borrero Yerson Mauricio Caicedo Velasco Bernardo Arturo Echeverry Acosta Gustavo Adolfo Alvarado Zegarra Rojas Javier Paz Buendía Gersaín Castaño Zapata Francisco Hernán Leudo Murillo Francisco Nel, O.F.M. Conv. Duque Solarte Jhon Sair Bohórquez Abad Jorge Eduardo Gómez Muñoz Edward Lopez Restrepo José Abelardo Arenas Rodríguez Jesús Orlando Rivera Santiago, S.X. Barona Loaiza Mauricio Suarez Maldonado Miguel Adolfo Estrada Giraldo Mauricio Agudelo Valencia Jonathan

01 05 08 08 09 09 11 12 12 12 13 13 15 16 17 19 19 20 20 22 25 29 29 29 31

ANIVERSARIO DE ORDENACIÓN

JULIO

Años de

Día Servicio López Castro Víctor de Jesús Vanegas Gómez Luis Amado, C.J.M. Rodríguez Ardila Francisco Gómez Carmona Juan Fernando Cabezas Quiñones Francisco Armando Maya Tirado Oscar Antonio Torres Fajardo José Jonás Núñez Gómez Francisco Antonio, O.S.M. Molina Cardona Jhon Jairo

02 04 05 11 12 13 17 20 30

71 39 29 06 16 46 61 61 16

FALLECIMIENTOS

JULIO

Mons. Saúl Aramburo Orejuela Mons. José Berardo García Ayala Carlos Muñoz Colmenares

05 18 20

Cada 26 de julio se celebra en la Iglesia Católica la fiesta de los padres de la Santísima Virgen María y abuelos de Jesús, San Joaquín y Santa Ana. Ambos santos, llamados patronos de los abuelos, fueron personas de profunda fe y confianza en Dios; y los encargados de educar en el camino de la fe a su hija María, alimentando en ella el amor hacia el Creador y preparándola para su misión. Grande es la dignidad de Santa Ana por ser la Madre de la Virgen María, predestinada desde toda la eternidad para ser Madre de Dios, la santificada desde su concepción, Virgen sin mancilla y mediadora de todas las gracias. Nieto de Santa Ana fue el hijo de Dios hecho hombre, el Mesías, el Deseado de las naciones. María es el fundamento de la gloria y poder de Santa Ana a la vez que es gloria y corona de su madre. San Joaquín era venerado por los griegos desde muy temprano. Es el santo patrón de numerosos pueblos en Hispanoamérica, España y las Filipinas. Su festividad, junto a la de su esposa Santa Ana, se celebra el 26 de julio, tras la reforma del calendario litúrgico.

Oración a San Joaquín y Santa Ana Insigne y glorioso patriarca San Joaquín y bondadosísima Santa Ana, ¡cuánto es mi gozo al considerar que fueron escogidos entre todos los santos de Dios para dar cumplimiento divino y enriquecer al mundo con la gran Madre de Dios, María Santísima! Por tan singular privilegio, han llegado a tener la mayor influencia sobre ambos, Madre e Hijo, para conseguirnos las gracias que más necesitamos. Con gran confianza recurro a su protección poderosa y les encomiendo todas mis necesidades espirituales y materiales y las de mi familia. Especialmente la gracia particular que confío a su solicitud y vivamente deseo obtener por su intercesión. Como ustedes fueron ejemplo perfecto de vida interior, obténgame el don de la más sincera oración. Que yo nunca ponga mi corazón en los bienes pasajeros de esta vida. Denme vivo y constante amor a Jesús y a María. Obténganme también una devoción sincera y obediencia a la Santa Iglesia y al Papa que la gobierna para que yo viva y muera con fe, esperanza y perfecta caridad. Que yo siempre invoque los santos Nombres de Jesús y de María, y así me salve. Amén.


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