La Voz Católica Noviembre 2022

Page 1

AÑO XXXIISSN: 2462-9979 No 266 SANTIAGO DE CALI, NOVIEMBRE DE 2022 VALOR $1000.00 “Es hora de sumarnos y multiplicar el amor y el pan, de cuidar la “casa común” y la familia, de trabajar unidos por el mañana mejor, por la paz y las oportunidades para todos” † Darío de Jesús Monsalve Mejía, Arzobispo de Cali >> Detalles página 15>> Detalles página 3 >> Detalles página 4 Tips Pastorales: En todo y por todo, demos a gracias a Dios Nos seguimos escuchando María, mujer del Adviento, ejemplo de diaconía Página 6

“Aprender a despedirse” (Papa Francisco)

Una Carta Apostólica en forma de “Motu Proprio”, dada a la Iglesia por el Papa Francisco el 12 de febrero de 2018, con el titular indicado para este artículo editorial, iluminado por la lectura de Los Hechos de Los Apóstoles (20,17-27), me permite también iluminar mi inminente paso de arzobispo titular a emérito de Cali.

Pido excusas a todos los que lean o escuchen, por valerme de esta página en La Voz Católica para algo tan íntimo y personal, valiéndome de las palabras del Santo Padre: “La conclusión de un oficio eclesial debe ser considerada parte integrante del mismo servicio, en cuanto requiere una nueva forma de disponibilidad”.

Movido por estos sentimientos anuncié desde fines del año 2021 que este año de 2022 sería, entre todos los programas indicados, “un año de transición hacia un nuevo ministerio arzobispal en la arquidiócesis”. Y así lo hemos vivido, cuando en Pascua fue publicado el nombramiento del Arzobispo Coadjutor, con derecho a sucesión, quien tomó posesión canónica de dicha designación y nombramiento el 14 de mayo. En este mes de noviembre, serán ya seis meses de esta generosa y noble transición del otrora Obispo Auxiliar, Monseñor Luis Fernando Rodríguez Velásquez, hacia el pleno ejercicio como Arzobispo titular de Cali.

De cara al remate e inicio de año, le he pedido a Monseñor Luis Fernando asumir todas mis funciones y estoy, igualmente, solicitando al Santo Padre el Papa Francisco la aceptación de mi renuncia, a tenor de los cánones del Derecho.

“Quien se dispone a presentar la renuncia necesita prepararse adecuadamente ante Dios, despojándose de los deseos de poder y de la pretensión de ser indispensable. Esto permitirá atravesar con paz y confianza tal momento, que de otra forma podría ser doloroso y conflictivo. Al mismo tiempo, quien asume en la verdad esta necesidad de despedirse, debe discernir en la oración como vivir la etapa que está por iniciar, elaborando un nuevo proyecto de vida, marcado, en lo que sea posible, por la austeridad, humildad, oración de intercesión, tiempo dedicado a la lectura y disponibilidad para ofrecer servicios pastorales sencillos”.

Desde el 1° de agosto de 2010 hasta ahora, he gozado de la acogida, la fraternidad episcopal y del presbiterio, la inclusión en el corazón, en la oración y en la afectuosa vida de familia de Dios, que religiosos y fieles, en parroquias e instituciones, me han testimoniado con intensidad.

He visto la acción del Señor en todos y a través de quienes compartimos el ministerio apostólico en su servicio: obispos, presbíteros y diáconos.

En la Arquidiócesis, en la Provincia Eclesiástica y en la Región, he vivido y compartido el sentido y la misión de la Iglesia.

Con los más pobres y los sectores involucrados como víctimas, actores o soporte de tan diversos conflictos, se han consolidado vínculos de compromiso por la convivencia pacífica y por la búsqueda de oportunidades incluyentes sin injusticia ni violencia.

La vida humana como proyecto de amor a fondo, desde el Amor Incontenible de Dios, en los diversos estados de vida cristiana, la he constatado en las parejas de cónyuges y en la revalidación del sacramento de la comunión y misión con Cristo Jesús, en la Eucaristía, en el amor célibe y esponsal de sacerdotes y vida consagrada y en el matrimonial y familiar de los casados.

He visto testimonios admirables de entrega y sacrificio por los demás y por los más pobres y oprimidos. He compartido la solicitud pastoral por las poblaciones afrodescendientes, por la población recluida en cárceles, por las gentes campesinas e indígenas, por migrantes, desalojados y desplazados. Serán siempre un desafío y un clamor de justicia para la consciencia de feligreses, consagrados y pastores.

He sido testigo del abnegado y fructífero servicio de educadores, colaboradores de las Casas Episcopales y de la Curia, delegados y Vicarios episcopales, servidores laicos, monasterios, congregaciones, sociedades apostólicas, pequeñas comunidades y asociaciones laicales.

Nuestros niños, adolescentes y jóvenes, las mujeres, los adultos mayores, los universitarios y la academia, los empresarios y políticos, los comunicadores sociales, son sectores humanos e institucionales específicos, a los que reconozco poca cercanía personal y pastoral en estos años.

Las autoridades civiles y de las demás ramas de lo público, me han merecido siempre el respeto y aprecio y, si bien no son destinatarios distinguidos por mi atención pastoral, hemos gozado de su apertura y cooperación con la Iglesia de Cali, en bien de las poblaciones más necesitadas de acceso a la comida, el cuidado, la salud, la educación y las mesas de paz.

Desde Meléndez, bajo un alero acogedor, que reúne los ruidos de la calle y el trinar de las aves, y desde la Curia arquidiocesana en el centro de Cali, pude seguir día a día, durante esta docena de años, el vivir eclesial de la arquidiócesis, de la ciudad y región, así como acompañar algunos procesos de paz nacional, compartiéndolos, frecuentemente, con la diplomacia y comunidad internacional.

“Aprender a despedirse”, como lo indica el Papa Francisco, no es vivir una ruptura sino ejercitarse en la voluntad de Dios y en las virtudes existenciales, en la gratitud, la humildad, el desprendimiento y la continuidad de la llama que aún sirve y deberá consumirse hasta desaparecer en la luz que la enciende.

A todos, tres palabras: Gracias, Perdón y Esperanza. Los “tiempos difíciles” que vivimos juntos desde la pandemia y la protesta social, no los seduzcan, por ninguna razón, al desespero de lo maléfico, lo violento, lo engañoso, lo que nos divide.

Es hora de sumarnos y multiplicar el amor y el pan, de cuidar la “casa común” y la familia, de trabajar unidos por el mañana mejor, por la paz y las oportunidades para todos.

Los bendigo con Jesús, con María y con la Iglesia Católica. Los bendiga Dios a todos con su Misericordia y su Providencia.

Arzobispo

Santiago de Cali, Noviembre de 20222 2 Editorial Año 2022 No. 266 de Noviembre de 2022 Publicación Mensual ISSN: 2462-9979
de Cali Monseñor Darío de Jesús Monsalve Mejía Arzobispo Coadjutor de Cali Monseñor Luis Fernando Rodríguez Velásquez Arquidiócesis de Cali Curia Arzobispal Cra. 4 No. 7-17 PBX: (602) 889 0562 DEPARTAMENTO DE COMUNICACIONES Delegado Arzobispal Pbro. José Over Gallego Londoño Comunicador Social Periodista Oscar Andrés Orejuela Valero Diseño y Diagramación Bernardo Arcila Parra Impresión Casa Editorial El Tiempo www.arquicali.org Los escritos de los colaboradores solo comprometen a quienes los firman. Por: † Monseñor Darío de Jesús Monsalve Mejía Arzobispo de Cali

Nacer – morir - vivir

Opinión

Tips Pastorales: En todo y por todo, demos gracias a Dios

El ritmo de la vida creyente es ese: nacer (regalo de Dios), morir (condición pro pia del ser huma no), vivir (nueva vida en Cristo, “muriendo destru yó nuestra muerte, resucitando restauró nuestra vida”).

Para nosotros los creyentes en tonces la fe en la vida eterna no se basa en argumentos filosófi cos discutibles sobre la inmor talidad del alma; se basa en un hecho preciso, la resurrección de Cristo, y en su promesa: “En la casa de mi Padre hay muchas moradas…voy a prepararles un lugar” (Juan 14,2). El pasaje sig nifica que Jesús no ha llegado junto a Dios en solitario, sino como el primero de muchos hermanos. Quienes creen en Je sús, quienes literalmente lo co men llegan a ser semejantes a él. El pasaje citado de san Juan amplía nuestra mirada, es un enunciado totalmente salvífico porque en el cuarto evangelio, “permanecer” significa siempre escapar a los furiosos colmillos de la muerte. Permanecer es vencer a la muerte.

El camino de Jesús transmite la insuperable certeza de que el cielo se ha abierto, el destierro ha terminado; los creyentes canta mos “llévame al cielo, oh Señor, llévame al cielo, pues el morir es con mucho mejor” (Filipenses 1,23). Jesucristo ha abierto para todos nosotros el lugar en el que podremos vivir eternamente; en el misterioso espacio que sigue a la muerte y en el futuro del mundo nos aguarda Alguien que desea estrecharnos en sus bra

zos. La muerte consiste en que ya nada nos separa de la presencia de Dios. El lenguaje de la liturgia exequial es, básicamente, un len guaje bíblico. No busca una ex plicación del tema de la muerte, sino que ofrece, sobre todo, imá genes sugestivas, simbólicas, a través de las cuales expresa su fe e invita a celebrarla: El Cirio Pas cual junto al féretro, el incienso, el agua bendita, las oraciones, los cantos apuntan al encuentro amo roso con el Padre: “Las almas de los justos están en las manos de Dios” (Sabiduría 3,1). Es una for ma de significar la protección de Dios y, por parte de la Iglesia, la confianza plena de que el cristia no descansa bajo esta protección. Además, en la celebración por los difuntos hay dos momentos claves que muestran el tránsito de la co munidad eclesial a la comunidad celestial: El momento de la “ulti ma commendatio et valedictio” = última encomienda y despedida; a ella se añada la oración junto al sepulcro. Es como si se dijera: Tú, que eres uno de los nuestros, te vas y esto nos entristece; pero sabemos que te dejamos en me jores manos, las de nuestros her manos los santos, que te acompa ñarán ante la presencia de Dios, en cuyas manos, en definitiva, te dejamos confiados. Para la fe de la Iglesia, no todo acaba con la muerte y la sepultura; más allá de esas duras realidades existe una permanencia y una promesa: un real más allá y una promesa de resurrección de toda persona que despedimos. Con gran razón todos sabemos de memoria qué se responde cuando el sacerdote dice: “Concédele, Señor, el des canso eterno”.

En este “mes de los difuntos”, miremos de frente a la “hermana muerte”, no nos asustará más por que Cristo ha vencido la muerte.

El creyente en Cristo tiene moti vos de sobra para agradecer a Dios, porque a pesar de lo que somos, nos sigue amando y cuidando.

Y no nos ha dejado solos. El Pa dre del cielo nos envía a su Hijo, para hacer extensiva y cercana su misericordia.

Y su Hijo, Jesús, nos prometió y envió a todos el Espíritu Consola dor, segura compañía en nuestro caminar.

Y el mismo Jesús, nos dejó a María, su madre, constituyéndola como nuestra madre y protectora.

Pero todavía hay más. Para ase gurarse de que entendiéramos que sus palabras se cumplían, en especial aquellas que dijo a sus discípulos antes de subir al cielo de que estaría con nosotros todos los días hasta el fin del mundo, instituyó Jesús en la última cena el sacerdocio, y nos dejó en los apóstoles y sus sucesores, su presencia sacerdotal, su actuar como víctima y sacrificio vital y renovador, su testimonio de la presencia divina por lo que lo sentimos mediador de todo bien.

No deja ser maravilloso poder constatar que la Iglesia toda, ha podido también dar fe de que la oración que pide el Señor que hagamos al Dueño de la mies, para que nos dé obreros en la mies, es una realidad innegable.

En los más 100 años de exis tencia, nuestra Arquidiócesis de Cali, sus comunidades parro quiales e instituciones, aun con limitaciones, han podido cons tatar la presencia permanente de sacerdotes, pastores eximios que han dado lo mejor de cada uno para que seamos lo que somos, una Iglesia particular viva y llena de esperanza.

En todo y por todo, demos gra cias a Dios. Damos gracias al To dopoderoso por su benevolencia para con nosotros.

Al disponerse a terminar su ser vicio episcopal como Arzobispo metropolitano de Cali, Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía, -como bien lo expresa en su Edi torial- damos gracias a Dios por su vida, por sus obras, por su tes timonio de amor eclesial, por su compromiso por el respeto de la dignidad humana, la reconcilia ción y la paz y el cuidado de la casa común.

Seguro que han sido numero sos, por no decir miles, los que en estos 12 años, recibieron de manos de Mons. Darío el sa cramento de la confirmación, o fueron ordenados diáconos, presbíteros y obispos, o pudie ron recibir también de sus manos el Cuerpo de Cristo en la Hostia consagrada.

¡Cuántos mensajes, homilías, llamados y celebraciones euca rísticas tuvo a bien presidir y ce lebrar por el pueblo de Dios que peregrina en la Arquidiócesis!

¡Cuántas obras de misericordia pudo llevar a cabo por si mismo o animando a los colaboradores diocesanos y sus obras a reali zarlas en favor de los pobres y necesitados!

Qué bueno que en estos días se intensifique la oración de ac ción de gracias por Mons. Da río. Los invito para que ante Je sús Eucaristía, lo tengan siempre presente.

Recuerden esos momentos de especiales, públicos o privados, por los que estamos llamados a dar gracias y elevar los brazos al cielo para bendecir a Dios por la obra de Mons. Darío en tre nosotros.

La madre del cielo, a quien a toda hora Monseñor Darío invoca, lo proteja en su nue vo camino ministerial. Dios lo bendiga siempre.

Gracias, gracias Mons. Darío.

Santiago de Cali, Noviembre de 2022 3 3Para reflexionar
† Luis Fernando Rodríguez Velásquez Arzobispo Coadjutor de Cali
“En la casa de mi Padre hay muchas moradas…voy a prepararles un lugar” (Juan 14,2)

Nos seguimos escuchando

En el proceso de construcción del plan pastoral hace casi siete años, dentro de las innumerables reuniones y can tidades de documentos por leer, la profunda capacidad de dis cernimiento de Mons. Darío de Jesús nos invitaba a centrar todo el proceso evangelizador en tres líneas fundamentales: discipu lado, sinodalidad y solidaridad. Unos años más adelante y ya con el plan pastoral implementándo se nos propuso la esponsalidad como complemento del quehacer pastoral de la arquidiócesis.

Hoy, después de la invitación del papa Francisco a vivir el sí nodo de la sinodalidad desde el 2021 hasta el 2024 tomamos conciencia que hemos venido caminando por la vía correcta, todas nuestras opciones pasto rales nos llevan a caminar jun tos, con los cercanos y lejanos, desde la periferia hacia el centro y con un anuncio profundo del Reino de Dios.

La primera opción fundamen tal de nuestro plan pastoral es el discipulado misionero, acción sinodal que nos permite caminar juntos como discípulos a los pies de Jesús y viviendo nuestra fe en comunidad, y al ser misionero, nos motiva a caminar juntos con los alejados, compartiendo el

evangelio en los territorios, en las cuadras, con la vida y el ejemplo, con el encuentro y la presencia.

la solidaridad se convierte en ejercicio sinodal al tomar como propio las alegrías y tristezas de las comunidades, siendo simpá ticos y samaritanos como una Iglesia que sirve y lava los pies.

No caminamos solo nosotros, llevamos la riqueza de la Iglesia, que como decía San Lorenzo, son los pobres, despreciados, los úl timos, los heridos y rechazados por la sociedad.

No hay nada más sinodal que la esponsalidad, el espacio natural del amor donde dos se hacen uno y caminan juntos construyendo una historia con sus hijos y demás familiares, compartiéndose la vida en las alegrías y tristezas, fortale ciéndose desde la fe.

Con el plan pastoral hemos venido caminando juntos no sin serias dificultades, entre la indi ferencia de algunos miembros de las comunidades, hasta la misma pandemia que frenó procesos que iban por buen camino, sin olvidar las divisiones internas, la falta de compromiso y de con fianza en Dios.

También hemos caminado y al canzado metas extraordinarias, consejos pastorales, familias es ponsales, pequeñas comunidades y casas católicas, misiones etc., entre subidas y bajadas hemos caminado y avanzado mucho, siempre guiados por la fuerza del Espíritu Santo, centrados en la Eu caristía, siendo pueblo de Dios.

Ahora como Arquidiócesis de Cali vivimos un Kairós, un tiem

po oportuno para seguir caminan do, cerramos la primera etapa del plan pastoral después de cinco años de implementación y reci bimos al nuevo arzobispo Mons. Luis Fernando, orando por su mi nisterio y dando gracias a Dios por todo el servicio ministerial de Mons. Darío.

No nos cansemos de caminar, entre cambios y desafíos el Espí ritu nos sigue llamando a hacer

sínodo; seguramente no avan zamos tan rápido como quisié ramos, pero los resultados se siguen viendo, la luz de Cristo se hace cada vez más visible en las comunidades, una Iglesia po liedro y corresponsable se hace evidente; que las adversidades nos hagan fuertes y los desafíos nos permitan ser fieles y creati vos ante una ciudad región ávida del amor de Dios.

Santiago de Cali, Noviembre de 20222 4 Vicaría para la Evangelización
No nos cansemos de caminar, entre cambios y desafíos el Espíritu nos sigue llamando a hacer sínodo Por: Pbro. Omar Arturo López Pérez Vicario Episcopal para la Evangelización

Observatorio

¡Doblemente desplazados!

Cómo sería si… las familias des plazadas tuvieran garantías para el retorno y per manencia en sus comunidades rai zales, si tuvieran en sus territorios acceso a equipamientos integrales para la salud, educación, techo y trabajo?

La historia urbana de las capitales de Colombia no solo viene con un crecimiento en infraestructura y ser vicios públicos, también viene con un crecimiento importante en su población, esto hace que tengamos una cultura pluriétnica; el éxodo de miles de familias que vienen del campo hacia las grandes ciudades es resultado del conflicto armado, social y político en Colombia, situa ciones en dónde se le vulneran los Derechos Humanos a las poblacio nes. Otro factor, son las catástrofes naturales causadas por el dinamis mo del cambio climático.

Miles de familias migran a las ciu dades buscando posibilidades de empleo para poder establecerse en la furia de las capitales colombia nas, desde los años 50s, las zonas periféricas de los entornos urbanos son el lugar de refugio y es el sitio en donde estas familias se desarro llan, en algunos casos de éxito, es tás ocupaciones se logran convertir en barrios y pueden acceder a ser vicios públicos. Cali, como capital del suroccidente acoge gran parte de las familias desplazadas que vienen de los departamentos de Nariño, Cauca y Chocó.

En los últimos dos años, atravesa dos por la pandemia y el estallido social, se sabe de varios desplaza mientos, los más recientes 700 fa milias de Buenaventura que llega ron en enero de 2022 y 50 familias de Guapi al mes siguiente, algunos de esos pobladores se han ubica do en ‘La Conquista’, ‘Cauquita’, ‘Villa Mercedes’, ‘Nueva Esperan za’ ‘Villa Luz’, asentamientos que actualmente vienen siendo desalo jados, el más reciente en octubre con al menos 1500 familias que son nuevamente desplazadas, en esta ocasión por una orden judicial que reclamaba el predio.

Ante la situación se han abierto mesas de concertación centradas en lo humanitario, que esperamos sirvan para identificar las familias que han sufrido el desplazamiento y garantizarles los derechos de pro tección, aislando a aquellos que de manera oportunista se quieren aprovechar de este drama. Es claro que muchas de estas familias fue ron despojadas de sus tierras y lle

garon a la ciudad buscando garan tías institucionales, si bien, muchas de estas personas son reconocidas por la Unidad de Víctimas, esto no está siendo garantía. De hecho ac tualmente se sabe que 150 niños, cuatro embarazadas, ocho adultos mayores y cerca de 140 mujeres y hombres se refugian en el colegio Nuevo Latir sin tener más a donde ir, mientras la Alcaldía únicamente cuenta con 100 cupos en un alber gue en el barrio La Isla.

Cali históricamente ha tenido procesos de asentamientos de de sarrollo humano incompleto, secto res como las comunas 13, 14, 15 y 20, en algún momento fueron lugar de disputa de tierras en dónde las ciudadanías organizadas lograron construir los barrios que hacen par te del desarrollo social de la ciu dad, un ejemplo de resiliencia que le muestran a las instituciones y gobiernos que crear comunidad es posible si se camina en el diálogo y con vocación de comunidad.

El proceso de crecimiento y for mación de las ciudades latinoa mericanas están directamente relacionados con los grandes asen tamientos periféricos que sólo des pués de un largo periodo son asimi lados por las grandes ciudades. Para el caso de Cali, este proceso ha sido influenciado, como en la mayoría de ciudades colombianas, por el conflicto interno y la injusticia so cial: la ocupación de tierras, las ur banizaciones piratas, los desalojos masivos y la lucha por el acceso a los servicios públicos básicos.

¿Cómo hablar de paz urbana sin oportunidad para quienes les tocó vivir la brutalidad de la guerra o sin dar la acogida para co-construir la vivienda digna?

Trabajar en el retorno de las po blaciones a sus territorios, es una opción, muchas de las familias vio lentadas añoran su retorno con ga rantías; co-construir la ciudad con un enfoque de acogida entre comunidad e instituciones es otra opción posible a la que no nos debemos negar. Con esas dos opciones es posible conti nuar cerrándole espacio a los violen

tos y las violencias para que nunca regresen y nos posibiliten avanzar en la reconstrucción del país que mu chos soñamos y queremos.

Mientras esto se hace con res puestas de orden estructural, en la ciudad de Cali estamos muy cerca de una nueva emergencia huma nitaria que pueden profundizar la crisis de violencia urbana que vivi mos; en consecuencia es importan te: (1) convocar a la solidaridad con las personas que han sufrido este doble desplazamiento y se encuen tran sin albergue y sin techo; (2) se deben fortalecer las mesas de diálo go con mayor compromiso institu cional del gobierno local, nacional, la empresa privada, la academia y la sociedad civil organizada, para posibilitar alternativas concretas y conjuntas, de manera urgente se requiere albergar un estimado de

400 familias; (3) la municipalidad debe ser clara respecto a la alter nativa social que está brindando y expresar los limitantes que tiene, en especial por el riesgo que tiene en la administración de un conflic to que puede escalar al dejar sin alternativas a la población víctima de la violencia; (4) El Gobierno Na cional debe acompañar a la ciudad de Cali en el desarrollo de progra mas de autoconstrucción que se vienen diseñando con la población y fortalecer la presencia social del Estado en las zonas con presencia de actores armados, posibilitando garantías para retornos colectivos y evitar que los pobladores rura les continúen siendo desplazados; (5) la ciudadanía en general debe mantener viva la esperanza, la so lidaridad y la oración por los que más lo necesitan.

Santiago de Cali, Noviembre de 2022 3 5
¿
Por: Observatorio de Realidades Sociales
de Realidades Sociales
Miles de familias migran a las ciudades buscando posibilidades de empleo
29° Aniversario de Ordenación Episcopal Monseñor Darío de Jesús Monsalve Mejía 15 de noviembre de 2022
Arzobispo
de Cali

Vicaría

VI Jornada Mundial de los Pobres Jesucristo se hizo pobre por ustedes (cf. 2 co 8,9)

Nuevamente este año, en la solem nidad de Cristo Rey, celebramos la Jornada Mundial de los Pobres. Una jornada enmarca da por una situación dolorosa como la guerra en Ucrania, que además de la destrucción y la pérdida de vidas humanas, está el aumento desproporcionado del hambre y la pobreza, no solo en los países invo lucrados, sino a nivel mundial.

Las consecuencias de estos en frentamientos se sienten en todo el mundo, como lo exclama el Papa en su mensaje para esta jornada “¡Cuántos pobres genera la insen satez de la guerra! Son millones las mujeres, los niños, los ancianos obligados a desafiar el peligro de las bombas con tal de ponerse a salvo buscando amparo como refugiados en los países vecinos”.

A su vez, en otros territorios, si bien no viven una guerra como la de Ucrania, permanecen en con flictos internos, violación a de los derechos humanos y escasez de alimentos, lo que agudiza la pobre za y su población convive cada día con el miedo y la falta de alimen tos, agua, atención médica y sobre todo de cariño. En estas situacio nes, lo afirma el Papa “la razón se oscurece y quienes sufren las con secuencias son muchas personas comunes, que se suman al ya gran número de indigentes”. Ante estas situaciones, la Iglesia se pregunta ¿Cómo dar una respuesta adecua da que lleve alivio y paz a tantas personas, dejadas a merced de la incertidumbre y la precariedad?

La primera respuesta que nos da el Papa Francisco en esta jornada es “tener la mirada fija en Jesús, el cual «siendo rico, se hizo pobre por no sotros, ¿a fin de enriquecernos con su pobreza» (2 Co 8,9) y ¿Cómo es esto? En primer lugar, las escrituras nos muestran cómo las comunida des se unieron y recogieron para los más necesitado: “En su visita a Je rusalén, Pablo se había encontrado con Pedro, Santiago y Juan, quienes le habían pedido que no se olvida ra de los pobres. La comunidad de Jerusalén, en efecto, se encontraba en graves dificultades por la carestía que azotaba al país, y el Apóstol se había preocupado inmediatamente de organizar una gran colecta en fa vor de los pobres. Los cristianos de Corinto se mostraron muy sensibles y disponibles. Por indicación de Pa

blo, cada primer día de la semana recogían lo que habían logrado aho rrar y todos eran muy generosos”.

Y desde aquellos tiempos, esto continúa haciendo la Iglesia. Hoy ella sigue mirando a los pobres, así lo expresa el Papa Francisco en su mensaje para esta jornada: “(…) cada domingo, durante la celebra ción de la Eucaristía, se realiza el mismo gesto, compartiendo las ofrendas para que la comunidad pueda proveer a las exigencias de los más pobres. Es un signo que los cristianos siempre han realizado con alegría y sentido de responsabi lidad, para que a ninguna hermana o hermano le falte lo necesario”.

La Iglesia, a través de estas ofren das, socorre a los huérfanos, a las viudas, y a quien está en la indigen cia por enfermedad o por cualquier otra causa, a los encarcelados, a los migrantes que se encuentran en tre nosotros, a los desempleados, a quienes no tienen nada, es decir, tie ne especial cuidado con quien esté en necesidad.

Manos extendidas

La Arquidiócesis de Cali, segui dora de esta tradición dejada por el apóstol Pablo, siempre ha llevado a cabo iniciativas sociales orientadas a la caridad, dando respuesta así a las variadas necesidades relacionadas con la pobreza, la falta de alimen to, la vulneración de la dignidad de las personas, el acompañamiento de las comunidades más vulnerables con el fin de propender a un me jor desarrollo humano integral que busca más que el asistencialismo, es luchar para que a nadie le falte lo necesario y despertar la conciencia de los fieles a salir de la indiferencia frente a los pobres. El Papa Francis co es muy claro en esta jornada, él nos dice que estas acciones de la Iglesia no son un simple activismo, “sino una atención sincera y gene

rosa que permite acercarse a un po bre como a un hermano que tiende la mano para que yo me despierte del letargo en el que he caído. Por eso, nadie debería decir que se man tiene lejos de los pobres porque sus opciones de vida implican prestar más atención a otros asuntos. Ésta es una excusa frecuente en ambientes académicos, empresariales o profe

sionales, e incluso eclesiales. Nadie puede sentirse exceptuado de la preocupación por los pobres y por la justicia social” (Exhort. ap. Evan gelii gaudium, 201).

Frente a los pobres no se hace retórica, sino que se ponen manos a la obra y se practica la fe involu crándose directamente, cada cris tiano, sin delegar en nadie, por ello la Arquidiócesis de Cali, a través de la Vicaría Episcopal para el Servicio al Desarrollo Humano Integral, ha organizado una serie de activida des para esta la celebración de esta jornada, con el fin de visibilizar las diversas acciones sociales que reali za la Iglesia Particular de Cali, pro moviendo el servicio social eclesial para que entre todas y todos, como nos lo dice el Papa, “no dejemos nunca de ser pobres en todo, her manos de los pobres, compañeros de los pobres, seamos los más po bres de los pobres como Jesús, y como Él amemos a los pobres y ro deémonos de ellos”.

El Papa también nos invita que en esta jornada hagamos un examen de conciencia personal y reflexio nemos si la pobreza de Jesucristo es nuestra fiel compañera de vida.

Santiago de Cali, Noviembre de 20222 6
para el Servicio del Desarrollo Humano Integral
Tengamos la mirada fija en Jesús, el cual, siendo rico, se hizo pobre por nosotros...
Por: Pbro. Dagoberto Cárdenas Vicario Episcopal para el Servicio del Desarrollo Humano Integral
La Iglesia de Cali con los brazos extendidas para los pobres
Santiago de Cali, Noviembre de 2022 3 7

Lo que celebramos

Mensaje del Santo Padre Francisco

VI Jornada Mundial de los Pobres

1.“Jesucristo se hizo pobre por ustedes” (cf. 2 Co 8,9). Con estas palabras el apóstol Pablo se di rige a los primeros cristianos de Corin to, para dar fundamento a su com promiso solidario con los hermanos necesitados. La Jornada Mundial de los Pobres se presenta también este año como una sana provocación para ayudarnos a reflexionar sobre nuestro estilo de vida y sobre tantas pobrezas del momento presente.

Algunos meses atrás, el mundo es taba saliendo de la tempestad de la pandemia, mostrando signos de re cuperación económica que traerían alivio a millones de personas empo brecidas por la pérdida del empleo. Se vislumbraba un poco de sereni dad que, sin olvidar el dolor por la pérdida de los seres queridos, pro metía finalmente poder regresar a las relaciones interpersonales directas, a reencontrarnos sin limitaciones o restricciones. Y es entonces que ha aparecido en el horizonte una nue va catástrofe, destinada a imponer al mundo un escenario diferente.

La guerra en Ucrania vino a agre garse a las guerras regionales que en estos años están trayendo muerte y destrucción. Pero aquí el cuadro se presenta más complejo por la di recta intervención de una “super potencia”, que pretende imponer su voluntad contra el principio de au todeterminación de los pueblos. Se repiten escenas de trágica memoria y una vez más el chantaje recíproco de algunos poderosos acalla la voz de la humanidad que invoca la paz.

2. ¡Cuántos pobres genera la in sensatez de la guerra! Dondequiera que se mire, se constata cómo la violencia afecta a los indefensos y a los más débiles. Deportación de miles de personas, especialmente niños y niñas, para desarraigarlos e imponerles otra identidad. Se vuel ven actuales las palabras del Salmis ta ante la destrucción de Jerusalén y el exilio de los jóvenes hebreos: «Junto a los ríos de Babilonia / nos sentábamos a llorar, / acordándonos de Sión. / En los sauces de las orillas / teníamos colgadas nuestras cíta ras. / Allí nuestros carceleros / nos pedían cantos, / y nuestros opreso res, alegría. / [...] ¿Cómo podíamos cantar un canto del Señor / en tierra extranjera?» (Sal 137,1-4).

Son millones las mujeres, los ni ños, los ancianos obligados a de safiar el peligro de las bombas con tal de ponerse a salvo buscando amparo como refugiados en los países vecinos. Los que permane cen en las zonas de conflicto, con viven cada día con el miedo y la

falta de alimentos, agua, atención médica y sobre todo de cariño. En estas situaciones, la razón se os curece y quienes sufren las con secuencias son muchas personas comunes, que se suman al ya gran número de indigentes. ¿Cómo dar una respuesta adecuada que lleve alivio y paz a tantas personas, deja das a merced de la incertidumbre y la precariedad?

3. En este contexto tan contradic torio se enmarca la VI Jornada Mun dial de los Pobres, con la invitación —tomada del apóstol Pablo— a te ner la mirada fija en Jesús, el cual «siendo rico, se hizo pobre por no sotros, a fin de enriquecernos con su pobreza» (2 Co 8,9). En su visita a Jerusalén, Pablo se había encon trado con Pedro, Santiago y Juan, quienes le habían pedido que no se olvidara de los pobres. La comuni dad de Jerusalén, en efecto, se en contraba en graves dificultades por la carestía que azotaba al país, y el Apóstol se había preocupado inme diatamente de organizar una gran colecta en favor de los pobres. Los cristianos de Corinto se mostraron muy sensibles y disponibles. Por indicación de Pablo, cada primer día de la semana recogían lo que habían logrado ahorrar y todos eran muy generosos.

Como si el tiempo no hubiera transcurrido desde aquel momento, también nosotros cada domingo, durante la celebración de la San ta Eucaristía, realizamos el mismo gesto, poniendo en común nues tras ofrendas para que la comuni dad pueda proveer a las exigencias de los más pobres. Es un signo que los cristianos siempre han realizado con alegría y sentido de responsabi lidad, para que a ninguna hermana

o hermano le falte lo necesario. Lo atestigua ya san Justino, que, en el segundo siglo, explicando la cele bración dominical de los cristianos al emperador Antonio Pío, escribía así: «En el día llamado “del Sol” se reúnen todos juntos, habitantes de la ciudad o del campo, y se leen las memorias de los Apóstoles o los es critos de los profetas según el tiem po lo permita. […] Luego se hace la fracción y distribución de los ele mentos consagrados a cada uno y a través de los diáconos se envía a los ausentes. Los adinerados y los que lo desean dan libremente, cada uno lo que quiere y lo que se recoge vie ne depositado con el sacerdote. Este socorre a los huérfanos, a las viudas, y a quien es indigente por enferme dad o por cualquier otra causa, a los encarcelados, a los extranjeros que se encuentran entre nosotros: en re sumen, tiene cuidado de cualquie ra que esté en necesidad» (Primera Apología, LXVII, 1-6).

4. Regresando a la comunidad de Corinto, después del entusiasmo ini cial, su compromiso comenzó a dis minuir y la iniciativa propuesta por el Apóstol perdió fuerza. Es este el motivo que estimula a Pablo a escri bir de manera apasionada insistien do en la colecta, «llévenla ahora a término, para que los hechos res pondan, según las posibilidades de cada uno, a la decisión de la volun tad» (2 Co 8,11).

Pienso en este momento en la dis ponibilidad que, en los últimos años, ha movido a enteras poblaciones a abrir las puertas para acoger millo nes de refugiados de las guerras en Oriente Medio, en África central y ahora en Ucrania. Las familias han abierto de par en par sus casas para hacer espacio a otras familias, y las

comunidades han recibido con ge nerosidad tantas mujeres y niños para ofrecerles la debida dignidad. Sin embargo, mientras más dura el conflicto, más se agravan sus conse cuencias. A los pueblos que acogen les resulta cada vez más difícil dar continuidad a la ayuda; las familias y las comunidades empiezan a sen tir el peso de una situación que va más allá de la emergencia. Este es el momento de no ceder y de renovar la motivación inicial. Lo que hemos comenzado necesita ser llevado a cumplimiento con la misma res ponsabilidad.

5. La solidaridad, en efecto, es precisamente esto: compartir lo poco que tenemos con quienes no tienen nada, para que ninguno sufra. Mientras más crece el senti do de comunidad y de comunión como estilo de vida, mayormen te se desarrolla la solidaridad. Por otra parte, es necesario considerar que hay países donde, en las últi mas décadas, se ha producido un importante aumento del bienestar para muchas familias, que han al canzado un estado de vida seguro. Este es un resultado positivo debido a la iniciativa privada y a leyes que han apoyado el crecimiento econó mico articulado con un incentivo concreto a las políticas familiares y a la responsabilidad social. El pa trimonio de seguridad y estabilidad logrado pueda ahora ser compar tido con aquellos que se han visto obligados a abandonar su hogar y su país para salvarse y sobrevivir. Como miembros de la sociedad ci vil, mantengamos vivo el llamado a los valores de libertad, responsa bilidad, fraternidad y solidaridad. Y como cristianos encontremos siem pre en la caridad, en la fe y en la es peranza el fundamento de nuestro ser y nuestro actuar.

6. Es interesante observar que el Apóstol no quiere obligar a los cristianos forzándolos a una obra de caridad. De hecho, escribe: «Esta no es una orden» (2 Co 8,8); más bien, pretende “manifestar la sinceridad” de su amor en la aten ción y solicitud por los pobres (cf. ibíd.). Como fundamento de la pe tición de Pablo está ciertamente la necesidad de una ayuda concreta, pero su intención va más allá. Él invita a realizar la colecta para que sea un signo del amor, tal como lo ha testimoniado el mismo Jesús. En definitiva, la generosidad hacia los pobres encuentra su mo tivación más fuerte en la elección del Hijo de Dios que quiso hacer se pobre Él mismo.

El Apóstol, en efecto, no teme afirmar que esta elección de Cristo, este “despojo” suyo, es una «gra cia», más aún, «la gracia de nues

Santiago de Cali, Noviembre de 20222 8
Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario - 13 de noviembre de 2022 Jesucristo se hizo pobre por ustedes (cf. 2 Co 8,9)
La verdadera riqueza está en el amor mutuo

Lo que celebramos

tro Señor Jesucristo» (2 Co 8,9), y sólo acogiéndola podemos dar expresión concreta y coherente a nuestra fe. La enseñanza de todo el Nuevo Testamento tiene su unidad en torno a este tema, que también se refleja en las palabras del após tol Santiago: «Pongan en práctica la Palabra y no se contenten sólo con oírla, de manera que se engañen a ustedes mismos. El que oye la Pala bra y no la practica, se parece a un hombre que se mira en el espejo, pero en seguida se va y se olvida de cómo es. En cambio, el que consi dera atentamente la Ley perfecta, que nos hace libres, y se aficiona a ella, no como un oyente distraído, sino como un verdadero cumplidor de la Ley, será feliz al practicarla» (St 1,22-25).

7. Frente a los pobres no se hace retórica, sino que se ponen manos a la obra y se practica la fe invo lucrándose directamente, sin dele gar en nadie. A veces, en cambio, puede prevalecer una forma de relajación, lo que conduce a com portamientos incoherentes, como la indiferencia hacia los pobres. Suce de también que algunos cristianos, por un excesivo apego al dinero, se empantanan en el mal uso de los bienes y del patrimonio. Son situa ciones que manifiestan una fe débil y una esperanza endeble y miope.

Sabemos que el problema no es el dinero en sí, porque este forma par te de la vida cotidiana y de las rela ciones sociales de las personas. Más bien, lo que debemos reflexionar es sobre el valor que tiene el dinero para nosotros: no puede convertirse en un absoluto, como si fuera el fin princi pal. Tal apego impide observar con realismo la vida de cada día y nubla la mirada, impidiendo ver las necesi dades de los demás. Nada más dañi no le puede acontecer a un cristiano y a una comunidad que ser deslum brados por el ídolo de la riqueza, que termina encadenando a una visión de la vida efímera y fracasada.

Por lo tanto, no se trata de tener un comportamiento asistencialista ha cia los pobres, como suele suceder; es necesario, en cambio, hacer un esfuerzo para que a nadie le falte lo necesario. No es el activismo lo que salva, sino la atención sincera y gene rosa que permite acercarse a un po bre como a un hermano que tiende la mano para que yo me despierte del letargo en el que he caído. Por eso, «nadie debería decir que se mantie ne lejos de los pobres porque sus op ciones de vida implican prestar más atención a otros asuntos. Ésta es una excusa frecuente en ambientes aca démicos, empresariales o profesio nales, e incluso eclesiales. […] Na die puede sentirse exceptuado de la preocupación por los pobres y por la justicia social» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 201). Es urgente encontrar nuevos caminos que puedan ir más allá del marco de aquellas políticas sociales «concebidas como una po lítica hacia los pobres pero nunca con los pobres, nunca de los pobres y mucho menos inserta en un proyecto

que reunifique a los pueblos» (Carta enc. Fratelli tutti, 169). En cambio, es necesario tender a asumir la actitud del Apóstol que podía escribir a los corintios: «No se trata de que ustedes sufran necesidad para que otros vivan en la abundancia, sino de que haya igualdad» (2 Co 8,13).

8. Hay una paradoja que hoy como en el pasado es difícil de aceptar, porque contrasta con la lógica huma na: hay una pobreza que enriquece. Haciendo referencia a la “gracia” de Jesucristo, Pablo quiere confirmar lo que Él mismo predicó, es decir, que la verdadera riqueza no consiste en acumular «tesoros en la tierra, don de la polilla y la herrumbre los con sumen, y los ladrones perforan las paredes y los roban» (Mt 6,19), sino en el amor recíproco que nos hace llevar las cargas los unos de los otros para que nadie quede abandonado o excluido. La experiencia de debi lidad y limitación que hemos vivido en los últimos años, y ahora la trage dia de una guerra con repercusiones globales, nos debe enseñar algo de cisivo: no estamos en el mundo para sobrevivir, sino para que a todos se les permita tener una vida digna y fe liz. El mensaje de Jesús nos muestra el camino y nos hace descubrir que hay una pobreza que humilla y mata, y hay otra pobreza, la suya, que nos libera y nos hace felices.

La pobreza que mata es la miseria, hija de la injusticia, la explotación, la violencia y la injusta distribución de los recursos. Es una pobreza deses perada, sin futuro, porque la impone la cultura del descarte que no ofrece perspectivas ni salidas. Es la miseria que, mientras constriñe a la condición de extrema pobreza, también afecta la dimensión espiritual que, aunque a menudo sea descuidada, no por esto no existe o no cuenta. Cuando la única ley es la del cálculo de las ganancias al final del día, entonces ya no hay freno para pasar a la lógica de la explotación de las personas: los demás son sólo medios. No existen más salarios justos, horas de trabajo justas, y se crean nuevas formas de es clavitud, sufridas por personas que no tienen otra alternativa y deben aceptar esta venenosa injusticia con tal de ob tener lo mínimo para su sustento.

La pobreza que libera, en cambio, es la que se nos presenta como una elección responsable para aligerar el lastre y centrarnos en lo esencial. De hecho, se puede encontrar fácilmen te esa sensación de insatisfacción que muchos experimentan, porque sienten que les falta algo importante y van en su búsqueda como errantes sin una meta. Deseosos de encontrar lo que pueda satisfacerlos, tienen necesidad de orientarse hacia los pe queños, los débiles, los pobres para comprender finalmente aquello de lo que verdaderamente tenían nece sidad. El encuentro con los pobres permite poner fin a tantas angustias y miedos inconsistentes, para llegar a lo que realmente importa en la vida y que nadie nos puede robar: el amor verdadero y gratuito. Los pobres, en realidad, antes que ser objeto de nuestra limosna, son sujetos que nos ayudan a liberarnos de las ataduras de la inquietud y la superficialidad.

Un padre y doctor de la Iglesia, san Juan Crisóstomo, en cuyos escritos se encuentran fuertes denuncias contra el comportamiento de los cristianos hacia los más pobres, escribió: «Si no puedes creer que la pobreza te enri quece, piensa en tu Señor y deja de dudar de esto. Si Él no hubiera sido pobre, tú no serías rico; esto es ex traordinario, que de la pobreza sur gió abundante riqueza. Pablo quiere decir aquí con “riquezas” el conoci miento de la piedad, la purificación de los pecados, la justicia, la santifi cación y otras mil cosas buenas que nos han sido dadas ahora y siempre. Todo esto lo tenemos gracias a la po breza» (Homilías sobre la II Carta a los Corintios, 17,1).

9. El texto del Apóstol al que se re fiere esta VI Jornada Mundial de los Pobres presenta la gran paradoja de la vida de fe: la pobreza de Cristo nos hace ricos. Si Pablo pudo dar esta enseñanza —y la Iglesia difun dirlo y testimoniarlo a lo largo de los siglos— es porque Dios, en su Hijo Jesús, eligió y siguió este camino. Si Él se hizo pobre por nosotros, enton ces nuestra misma vida se ilumina y se transforma, y adquiere un valor que el mundo no conoce ni puede dar. La riqueza de Jesús es su amor, que no se cierra a nadie y va al en

cuentro de todos, especialmente de los que son marginados y privados de lo necesario. Por amor se despo jó a sí mismo y asumió la condición humana. Por amor se hizo siervo obediente, hasta morir y morir en la cruz (cf. Flp 2,6-8). Por amor se hizo «pan de Vida» (Jn 6,35), para que a nadie le falte lo necesario y pueda encontrar el alimento que nutre para la vida eterna. También en nuestros días parece difícil, como lo fue entonces para los discí pulos del Señor, aceptar esta ense ñanza (cf. Jn 6,60); pero la palabra de Jesús es clara. Si queremos que la vida venza a la muerte y la digni dad sea rescatada de la injusticia, el camino es el suyo: es seguir la po breza de Jesucristo, compartiendo la vida por amor, partiendo el pan de la propia existencia con los her manos y hermanas, empezando por los más pequeños, los que carecen de lo necesario, para que se cree la igualdad, se libere a los pobres de la miseria y a los ricos de la vani dad, ambos sin esperanza.

10. El pasado 15 de mayo ca nonicé al hermano Charles de Foucauld, un hombre que, nacido rico, renunció a todo para seguir a Jesús y hacerse con Él pobre y her mano de todos. Su vida eremítica, primero en Nazaret y luego en el desierto del Sahara, hecha de si lencio, oración y compartir, es un testimonio ejemplar de la pobreza cristiana. Nos hará bien meditar en estas palabras suyas: «No des preciemos a los pobres, a los pe queños, a los trabajadores; ellos no sólo son nuestros hermanos en Dios, sino que son también aque llos que del modo más perfecto imitan a Jesús en su vida exterior. Ellos nos representan perfectamen te a Jesús, el Obrero de Nazaret. Son los primogénitos entre los elegidos, los primeros llamados a la cuna del Salvador. Fueron la compañía habitual de Jesús, des de su nacimiento hasta su muerte […]. Honrémoslos, honremos en ellos las imágenes de Jesús y de sus santos padres […]. Tomemos para nosotros [la condición] que Él tomó para sí mismo […]. No deje mos nunca de ser pobres en todo, hermanos de los pobres, compañe ros de los pobres, seamos los más pobres de los pobres como Jesús, y como Él amemos a los pobres y ro deémonos de ellos» ( Comentario al Evangelio de Lucas, Meditación 263) [1]. Para el hermano Charles estas no fueron sólo palabras, sino un estilo de vida concreto, que lo llevó a compartir con Jesús el don de la vida misma.

Que esta VI Jornada Mundial de los Pobres se convierta en una oportunidad de gracia, para hacer un examen de conciencia personal y comunitario, y preguntarnos si la pobreza de Jesucristo es nuestra fiel compañera de vida.

Roma, San Juan de Letrán, 13 de junio de 2022, Memoria de san An tonio de Padua.

Santiago de Cali, Noviembre de 2022 3 9
FRANCISCO“La pobreza que mata es la miseria, hija de la injusticia, la explotación, la violencia”

La paz total es el proyecto del ac tual Gobierno de Gustavo Petro con el cual se busca convertir a la paz en una política de Estado, de esta forma lo que busca básicamente este nuevo concepto es que al convertirse en una polí tica de Estado los acuerdos de paz tengan un carácter vinculante para que no sean interrumpidos durante su implementación, de esta mane ra el centro de las negociaciones serían las comunidades afectadas por la violencia y los actores ar mados vinculados al proyecto, el Estado seria el garante de otorgar derechos y deberes.

Por otro lado, es complejo utili zar un término como la paz total debido a que no se puede gene ralizar la situación actual del país en alcanzar la paz de una u otra manera debido a que hay diferen tes ideologías que construyen di versos consensos relacionados al término de paz, frente a esto la paz total no sería total si solamente se discriminan unas visiones especí ficas para dicha negociación. No obstante, la polarización se agudi zaría debido a las diferencias del presente gobierno con bancadas conservadoras las cuales no están dispuestas a negociar, es por esta razón que el ambicioso proyecto de la paz total tendría que acoger tanto a víctimas como victimarios no solamente de los grupos subver sivos sino también de la violencia ciudadana construyendo así un ci clo de pazrururbano en donde no solamente las periferias sean vin culantes sino también, la sociedad civil, de esta forma escuchando las diferentes voces se podría lle gar a una construcción de una paz más certera hacia la realidad de

Dirección de Reconciliación y Paz

Los retos de la paz total

Colombia pero igual compleja de implementar por la diversidad que cobija la nación.

Es claro que se han alcanzado algunas metas, sin embargo, estas avanzan y retroceden, vislumbrán dose uno de los retos de la paz total y es el de acoger los territorios que han sufrido en carne viva la violen cia que deja el conflicto. Más allá de escuchar las quejas de las élites, y no es que no la sufran de una u otra manera, pero los protagonistas deben ser las víctimas del conflicto en Colombia, la gente que se vio obligada a abandonar sus tierras por huir de la violencia, del abandono del estado, de la falta de oportuni dades y por buscar un mejor futuro.

Es aquí, donde reside ese gran reto de una paz total, que sea una paz para todos y todas, con justicia so cio ambiental y oportunidades.

Más allá de una paz total, hace mos un llamado a la territorializa ción de la paz, así sin apellidos y sin adjetivos, donde la paz territo rial dialogue con la construcción de paz desde lo urbano y lo rural en escenarios comunitarios, es necesa rio un dialogo que cobije a todos y todas, que permita la memoria y el encuentro con el otro, con su ser y sus dinámicas de re-existencia y lu cha por ese derecho común la paz.

En la paz total hay un compromi so infalible que se debe asumir para el fortalecimiento de los procesos de diálogo. La red social debe tener garantías y ser garante para contri buir a este propósito, sin celos, sin excentricidades, ni divisiones, ante todo, ser gestores y artesanos de la paz. Porque la construcción de esta soberana en el país, no puede ago tarse entre el gobierno y los grupos subversivos, tampoco puede ago tarse en los acuerdos de paz y re conciliación o en sus intentos toda vía por generarlos, pues es también aquí, donde las nuevas generacio nes podrían actuar hacia la supera ción de violencias que se han arras

trado en el tiempo de generaciones pasadas. El diálogo se inscribe en una sociedad que necesita sobrevi vir a viejas formas que han dejado a la imaginación, al mundo públi co y las justicias socio ambientales, mirando hacia un horizonte per dido y petrificado. Todos aquellos que trabajamos por la paz debemos abrir nuestras conciencias a que no es solo asunto de los gobiernos de turno, pero sí persistir en la uni

ficación de una generación que está viviendo este presente el cual demanda intensiones de trabajo conjuntamente. Desde el lenguaje eclesial insistiremos en apoyar los procesos de diálogo, de paz y de reconciliación, abriendo oportuni dades para el desarme del espíritu hacia un gesto sinodal como servi dores de un camino de la verdad, la vida, la justicia socio ambiental y la Paz con Todos y para Todos.

Santiago de Cali, Noviembre de 20222 10
Gestemos la paz desde nuestros territorios, a través del dialogo Por: Dirección de Reconciliación
y Paz

Vicaría para el Servicio del Desarrollo Humano Integral

Mujeres resilientes, esperanza de vida

Soy sobrevivien te…Yo no golpeé, a mí me golpea ron… y no me da pena decirlo, seguí adelante, defiendo los de rechos de las mujeres porque no quiero que nadie, ni una más pase por lo que yo pasé” Carolina Po mares, lideresa Fundación Las Violetas en Cali.

“Lo que me pasó a mí, no quie ro que lo vivan otras mujeres. Así como pude salir y abanderar un liderazgo, así lo pueden hacer muchas otras. Somos berracas, echadas para adelante, nos abra zamos y juntas sanamos” Nayibe Reyes, líderesa del Movimiento de Mujeres Diversas y empoderadas (MUDE) de la ciudad de Palmira.

La lucha contra la violencia ba sada en género continua, es per manente y constante, día a día se prenden las alarmas porque en cualquier parte del mundo una mujer o una niña de cualquier raza o estrato social, están siendo agredidas por su condición de ser mujer. Por tanto, la búsqueda por todos los medios de hacer con ciencia del respeto por las muje res, su dignidad, la igualdad de géneros y la equidad, es urgente.

Sobre las violencias se ha escrito mucho, no lo suficiente, la pren sa reseña los feminicidios y las situaciones de vulneración de de rechos, de discriminación, pero se queda corta en mostrar cómo las mujeres se levantan y salen a flote después de sufrir situaciones tan adversas y dolorosas, un resurgir desde ellas mismas, muchas veces sin ayuda, sin dinero, pero con las ganas de vivir, aferradas a la Gra cia Divina para salir, exigir justi cia, enseñar y sobre todo, ayudar a otras que quizás están en peores condiciones.

Por ello, como mujer y como una creyente, considero que una de las mejores formas de conme morar el Día de la No Violencia contra la Mujer, es mostrar cómo las mujeres sobrevivientes de es tas violencias toman otro rumbo y caminan de una manera resiliente hacia el liderazgo, con el objetivo de ser la voz de aquellas que aun están sumergidas en ese torbellino de violencia, tenderles la mano, sacarlas de allí y reconstruirse, empezar juntas una mejor vida.

Las Violetas y MUDE, son dos ejemplos de agrupaciones de mu jeres guerreras, perseverantes, mu jeres de fe, de las muchas que hay

en los territorios, y en ellas están Carolina quien representa a Las Violetas y Nayibe a MUDE. No se conocen, viven en dos ciudades diferentes, pero las unen sus de seos de luchar por levantar a las mujeres que sufren, ellas abrazan, escuchan, ríen, lloran, se mueven de aquí para allá y de allá para acá, buscando las ayudas necesa rias para suplir lo que por derecho deben tener: seguridad, bienestar y oportunidades para su pleno desa rrollo como mujeres y ciudadanas.

A Nayibe se le distingue por su amplia sonrisa, es contagiosa su alegría y parece una hormiguita, para ella no hay nada difícil, busca aquí, busca allá, pero siempre con una mano extendida a quien le so licita un consejo, una palabra, una orientación; ella hace parte del Movimiento de Mujeres Unidas, Diversas y Empoderadas de la Ciu dad de Palmira (MUDE), y lidera la línea “MUDE le camina a las muje res”, estrategia de acompañamien to y formación a 25 mujeres de la comuna uno de Palmira. Todos los sábados a las tres de la tarde en el salón parroquial de Santa Teresita, ella se reúne con estas mujeres, allí se tejen historias, se trenzan las es peranzas y salen fortalecidas para afrontar la cotidianidad.

“Las circunstancias familiares me empujaron a salir de mi casa a muy temprana edad, sin conocer nada, sin saber cómo enfrentar la vida, pasé muchas dificultades de violencia con mi excompañero, después de mucho tiempo logré salir de esto, conocí la Fundación MUDE y encontré allí un espacio para sanar y sobre todo ayudar a otras”. Expresa Nayibe, quien no para de sonreír, porque le parece increíble que pueda ya contar su historia sin llorar: “El ser líder de mujeres ha sido maravillosa por que he podido compartir con mu jeres que pasan situaciones com plicadas no solo en sus hogares, sino cuando deciden formar una familia. Me ha hecho entender que

no soy la única que pasó por estas situaciones, sino que son muchas mujeres que necesitan la escucha, que uno esté allí para apoyarlas para decirles que pueden salir ade lante, tal vez en el momento que yo estaba pasando mis situaciones complicadas de violencia no tuve alguien que me escuchara o al guien que me dijera toma este ca mino, aléjate, has esto, has lo otro, pero en este momento si se puede tener ese apoyo y yo me siento con las fuerzas, la experiencia y más que todo las ganas de ayudarlas y estar allí parta aportar”.

Ver y escuchar a Carolina, el alma se llena de esperanza, y nos hace pensar que, sí se puede, Ca rolina vive a flor de piel la resi liencia, puesto que no solo sufrió la violencia del conflicto armado, sino también la violencia basada en género, perdió la visión de un ojo debido a un fuerte golpe y tuvo que ser operada. Ha sido desplaza da, la han querido silenciar por ha

cer respetar sus derechos y los de las demás mujeres, pero ella sigue repartiendo sororidad y hoy está liderando la Fundación Las Vio letas que acoge especialmente a las mujeres migrantes que además de sufrir por el desplazamiento, sufren las violencias basadas en género. Ella a diario recorre las ca lles de la ciudad, toca las puertas de las organizaciones, busca aquí y allá... “¡porque no nos podemos quedar de brazos cruzados!”.

Las Violetas se convierte en un sitio seguro para todas, quienes llegan al espacio se empoderan y conocen sus derechos, compar ten y ella con mucho amor, con una capacidad enorme de acogi da, abraza a las que llegan con el alma rota “cada una tenemos una historia dolorosa, pero a su vez, tenemos la alegría de encontrar en el camino personas que nos tien den la mano, que nos ayudan a resurgir, que nos levantan y la me jor paga por esto, es ayudar a las demás, por eso apoyo y protejo a todas las mujeres para que no pa sen por mi situación”.

Dos mujeres que nos enseñan la fortaleza de salir adelante, de su perar las violencias y, sobre todo, con su ejemplo de vida nos invi tan a unir esfuerzos para luchar por nuestros derechos… ¡No las dejemos solas!

Que este 25 de noviembre sea una oportunidad más para que to dos los hombres, chicos y grandes tomen conciencia sobre la nece sidad de erradicar de sus vidas la violencia basada en género en to dos los ámbitos que se muevan y comprendan que la fuerza no los hace más hombres.

Santiago de Cali, Noviembre de 2022 3 11
Esforcémonos para eliminar toda violencia en razón del sexo y género
Por: Adriana Lozada Vidal Vicaría para el Servicio del Desarrollo Humano Integral

Con deporte e integración se cierra la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado en Cali

En Cali, Valle del Cauca, el domin go 16 de octubre, se realizó la carrera “5K por los mi grantes y refugiados” como acto de cierre de la Jorna da Mundial del Migrante 2022, un reconocimiento a la acogida que ha tenido la ciudad con más de 120 mil compatriotas venezolanos.

Esta iniciativa fue con vocada por la Secretaría de Bienestar Social, la Secre taría de Deporte y Recrea ción de la Alcaldía de Cali, y la Pastoral para los Mi grantes de la Arquidióce sis de Cali, además, contó con el apoyo de organi zaciones internacionales tales como: el Consejo Noruego para Refugiados (NRC), La Agencia de la ONU para los Refugia dos (ACNUR), el Progra ma Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Internacional para las Mi graciones (OIM).

La carrera se realizó el domingo, 16 de octubre, desde las 6:15 a.m. y con tó con la participación de cerca de mil caleños, ca leñas, así como personas refugiadas y migrantes que residen en la ciudad, los cuales se dieron cita en el Coliseo Miguel Calero de las Canchas Panamerica nas para correr cinco (5) kilómetros, comprome tidos con el mensaje “si ellos caminan, nosotros corremos con ellos”.

Este evento deportivo tuvo un espíritu recreativo, promoviendo el encuentro alrededor del compromi so de que Cali siga sien do una ciudad de puertas abiertas para los refugiados y migrantes, que en ella en cuentren las oportunidades para realizar sus sueños en un ambiente de hospita lidad e integración socio cultural. Al respecto, San der Van Niekerk, Jefe de la Suboficina de ACNUR Su roccidente, comenta “Des de hace tres años ACNUR impulsa una alianza con la Pastoral para los Migrantes de la Arquidiócesis de Cali, para brindar atención, in formación y orientación a todas aquellas personas que por distintos motivos humanitarios se han visto obligados a salir de su resi dencia y han reestructura do su vida en Cali. Es por esto que la Jornada Mun dial del Migrante 2022, y especialmente la carrera 5K, es una oportunidad

para que la ciudadanía ca leña se coloque en los pies de las y los caminantes re fugiados y migrantes, que recorren miles de kilóme tros en busca de lograr sus sueños y los de sus fami lias. Además, es un espa cio de integración en vivo, en el que todos y todas nos apoyamos, nos damos la mano.”

La Secretaría de Bienes tar Social, dirigida por la Doctora María Fernanda Penilla, lidera los esfuerzos de la Alcaldía para atender las múltiples necesidades de los migrantes y refugia dos, asentados en la ciu dad. Estos esfuerzos se han concentrado en brindar asistencia humanitaria a aquellos que la necesitan; promover el acceso escolar a niños, niñas, adolescen tes y jóvenes; en facilitar el acceso a la atención en salud y promover acciones dirigidas a la integración de la población migrante a las dinámicas urbanas.

Por otro lado, la Pasto ral para los Migrantes de la Arquidiócesis de Cali, acompaña a las perso nas refugiadas y migran tes hace más de 30 años en la ciudad, brindando diferentes servicios con equipos interdisciplina res de atención y apoyo a las comunidades en los procesos de acceso a de rechos, integración y asis tencia. Labores que con tinúa impulsando de la mano de organizaciones de cooperación interna cional como el Consejo Noruego para Refugiados (NRC), La Agencia de la ONU para los Refugia dos (ACNUR), el Progra ma Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Internacional para las Mi graciones (OIM).

Los refugiados y migran tes que viven en Cali, se han asentado en las dis tintas comunas y corre gimientos de la ciudad, con su esfuerzo y trabajo

hacen importantes contri buciones para el desarro llo local. Además, se des taca el valor de la cultura, identidad y conocimientos que traen consigo, hacien do de Cali una ciudad aún más diversa de lo que his tóricamente ha sido. Pese a ello, los organizadores de la carrera reconocen que, lastimosamente, aún persisten prácticas de dis criminación y xenofobia y hacen un llamado a la caleñidad para expresar la solidaridad y acogida que siempre han caracterizado nuestra ciudad.

Este año el Papa Fran cisco impulsó la Jorna da Mundial del Migrante y Refugiado con el lema “Construir el futuro con los refugiados y migrantes” y, asimismo, ha invitado al mundo entero a dar res puestas eficaces al fenóme no global de la migración, para ello ha afirmado que, se requieren acciones con juntas entre los Estados, la sociedad global y las orga nizaciones humanitarias.

Así fue que se llevó a cabo la carrera 5k Por Los Migrantes y Refugiados, con la convicción que está contribuyó a generar ma yor conciencia sobre la nueva realidad que vive nuestra ciudad y tenien do en cuenta el llamado de esta jornada mundial el cual nos recuerda que: “Construyamos una socie dad sin excluir a nadie, hagámoslo junto con nues tros hermanos y hermanas migrantes y refugiados.

¡Construyámoslo hoy!”.

Santiago de Cali, Noviembre de 20222 12 Pastoral para los Migrantes
Seamos una ciudad de puertas abiertas al deporte y a los migrantes y refugiados Alrededor de 1000 corredores se dieron cita en este evento deportivo

Unicatólica

UNICATÓLICA, Anfitriona del Primer Foro para la Construcción de una Cultura Espiritual Ciudadana con

la Red Pastoral de Universidades Católicas del Valle

Gracias a la inicia tiva liderada por los miembros de la Red Pastoral y la correcta organiza ción por parte de la Unidad de Cultura Cristiana, el mes pasado, se llevó a cabo el primer Foro para la Cons trucción de una Cultura Espiritual Ciudadana, con la intención de recopilar y analizar experiencias a nivel pastoral, que permitieran identificar los retos, problemáticas y necesidades de los jóvenes en el contexto actual, a través de la ge neración de espacios de escucha y construcción comunitaria.

El encuentro se realizó en el Auditorio 1 del edificio de inves tigaciones de UNICATÓLICA, en el que participaron la Pastoral Juvenil, la Pastoral Educativa, la Universidad Minuto de Dios y la Pontificia Universidad Javeriana, instituciones que trabajan en pro de afianzar procesos de espiritua lidad, religión y cultura.

El encuentro se desarrolló en dos momentos

En el primero, se recopilaron las experiencias vivenciales de cada uno de los grupos; Pastoral Juve nil, Pastoral Educativa y las uni versidades; Pontificia Universidad Javeriana y la Universidad minuto de Dios y UNICATÓLICA. Cada grupo narró desde su perspectiva y experiencia, el trabajo que se ha venido desarrollando con los jóve nes y la manera en que las herra mientas empleadas, han permitido transformar sus realidades.

“Este primer momento nos per mitió conocer lo que cada uno hace y la dinámica a nivel pastoral desde las experiencias que ofre cen las estrategias de procesos, en cuanto al acompañamiento espiritual, retiros, convivencias y espacios de compartir y crecer en la fe” afirmó Juan Carlos Restre po, Analista de la Unidad Cultural Cristiana de UNICATÓLICA.

El segundo momento, se dividió en tres dimensiones; para ello, fue necesario la conformación de cuatro grupos, cada uno con un representante por experiencia pastoral, que giró en torno a las respuestas de las siguientes in terrogantes de manera creativa: ¿cómo se define esa dimensión? ¿cuáles son sus perspectivas des de el contexto? y ¿cuáles son los retos y problemáticas?

Las dimensiones fueron las si guientes:

Sentido de Vida y Afectividad

En esta dimensión se habló de los propósitos que permiten dar respuesta a la vida. Un proceso

UNICATÓLICA, promoviendo espacios de formación y experiencias vivenciales

individual que se fortalece en la relación con el otro y la dificultad que existe para conectar con el in terior del ser. En este sentido, los retos están encaminados a traba jar la identidad de los jóvenes en Dios, el autoconocimiento para poder desarrollar estrategias que enseñen a transitar las emociones y así mismo, disminuir el relativis mo que va encaminado al liberti naje más que a la libertad.

El sentido de pertenecía, es una herramienta útil para transformar el contexto de factores vulnerables, en una herramienta para construir el proyecto de vida. Tener en cuen ta cada factor vulnerable que ro dea al joven desde su contexto; ba rrio, familia, sociedad, comunidad y colegio, es fundamental.

Realidad Social

El reconocimiento del contex to actual y la realidad social en la que se desarrolla la vida, es vital y necesaria para conocer las condi ciones, lugares e interacciones que permiten lograr una transformación y una construcción de la Identidad del ser y hacer como individuo.

Esta dimensión enmarca todo lo que tiene que ver con el entorno, la familia, la economía, la política y la cultura. Los retos en este sen tido, según las distintas perspecti vas, son visibilizar más lo positivo y aportar a la recuperación de la identidad caleña para propiciar una cultura de diálogo y cuidado.

Diálogo, Fe y Razón

Dichos aspectos, son fundamen tales en la formación integral, así como en la investigación dentro de las universidades católicas des de sus orígenes. Según las opinio nes de los asistentes, es la expe riencia integral que reconcilia las dos luces; razón y fe, como ca mino hacia la verdad. Los retos y alternativas en esta última dimen sión, están orientados a fomentar espacios para la experiencia con

Dios, realizar discursos antropo lógicos, compartir experiencias de fe con comunidades y propo ner mesas de diálogo y espacios para sanar heridas.

Este tipo de encuentros y acti vidades, son clave para las uni versidades y para todo el siste ma educativo, la importancia de promover espacios de formación,

experiencias vivenciales y de en cuentros como Red Pastoral, que den respuestas a las necesidades identificadas, así, como la nece sidad de construir rutas de acom pañamiento espiritual de mane ra individual y comunitaria, que permitan a la juventud fortalecer su dimensión espiritual, comentó Juan Carlos.

5, 6 y 7 de noviembre

Santiago de Cali, Noviembre de 2022 3 13

Pastoral Afroamericana y Caribeña, sueño eclesial y presencia profética

Qué es un EPA?

Un EPA es un Encuentro de Pas toral Afroamerica na y Caribeña; se realiza cada tres años en una ciu dad y en un país diferente. Su pro pósito pastoral es acercarse a las realidades de hombres y mujeres afrodescendientes en el continen te. Lo hace para nuestros territo rios, procesos pastorales, sociales, políticos culturales, económicos y religiosos. Busca discernir entre todos la voluntad de Dios para la construcción de una Iglesia con rostro propio.

El XV EPA es en México

Después de una larga historia de celebración en los lugares más importantes para el pueblo afro en el continente, esta vez le co rresponde a la Diócesis de Puerto Escondido en México. Del 16 al 22 de octubre del año en curso se realizó el XV Encuentro, el más importante para la Pastoral Afroamericana y Caribeña. El úl timo EPA se realizó en Cali, en ju lio de 2018, con el tema Nuestra espiritualidad, fuerza transforma dora de la realidad. Fue uno de los mejor organizados, el primero en reunir a más de 200 personas y fue fruto de la colaboración de muchas instituciones locales.

Pero pasaron cuatro años, uno más de lo normal, por la pande mia del COVID -19. Impidió ce lebrar y acercarnos de manera presencial, uno de los valores que lo enriquecen como experiencia afrodescendiente en el continente.

En México participaron más de 10 países, entre ellos Brasil, Vene zuela, Haití, Honduras, Ecuador, Colombia y por supuesto México. Ahora son testigos y misioneros de su mensaje principal, que es el mismo título de este artículo. Obispos, sacerdotes, misioneros y misioneras, seminaristas, laicos, afros, indígenas, mestizos, hom bres y mujeres, han participado en el Encuentro.

Cununos, bombos, guasás y ma rimbas se juntan con la charrasca, el bote y la armónica de la Costa Chica y comunican a todo el mun do la voz que denuncia y lo que la Iglesia sueña en el continente.

¿Por qué este XV EPA?

Ahora es el momento oportuno para un EPA en México, donde ya el estado federal empieza a dar pasos hacia un reconocimiento pleno de esta población. Su rea lidad interpela al Magisterio de la

Iglesia y el camino sinodal al que nos llama el papa Francisco. Sobre ella quiere reflexionar, sobre la di mensión misionera de la Pastoral Afro desde su presencia profética.

Las experiencias de estos últimos años nos llevan a valorar el XV EPA como un verdadero Kairós. Los pueblos afrodescendientes pade cen racismo, discriminación, ex clusión, marginación, violencia, desigualdad económica, pobreza y otras. Son un campo propicio para el ejercicio del profetismo. Dolores y gritos de los más pequeños, los más pobres y excluidos, claman que estos problemas lo que han hecho es incrementarse. Corrup ción y abuso de poder aumentaron la brecha entre pobres y ricos, ya de por sí demasiado amplia.

Frente a estos dolores, la Pasto ral Afroamericana y Caribeña es y debe ser profética, anunciar la es

peranza eclesial y denunciar todo lo que va en contra de la paz, la justicia, la inclusión y lo verdade ramente comunitario. Ahí la igle sia debe acompañar y promover el protagonismo de los jóvenes, una adecuada atención a víctimas de abusos ocurridos en contextos eclesiales y comprometernos con su prevención; la promoción de la participación activa de las mujeres en ministerios y espacios de dis cernimiento y decisión eclesiales.

Otros temas importantes a tratar son la promoción de la vida huma na desde su concepción hasta la muerte natural; la formación en la Sinodalidad para erradicar el cleri calismo; la promoción de la parti cipación de los laicos en espacios de transformación cultural, políti ca, social y eclesial; la escucha y el acompañamiento del clamor de pobres, excluidos y descartados.

La renovación de los progra mas de formación en los semina rios para que asuman la ecología integral, el valor de los pueblos originarios, la inculturación, la in terculturalidad y el pensamiento social de la Iglesia son todos te mas necesarios. Es decir, todo lo que contribuya a la adecuada for mación en la sinodalidad.

Además, “Renovar a la luz de la Palabra de Dios y el Vaticano II nuestro concepto y experien cia de Pueblo de Dios; reafirmar y dar prioridad a la vivencia de los sueños de Querida Amazo nía; y acompañar a los pueblos originarios y afrodescendientes en la defensa de la vida, tierra y sus culturas”, como lo declara el Mensaje final de la Primera Asam blea Eclesial para América Latina y el Caribe (México, noviembre 21-28 de 2021).

¿Que se espera del XV EPA, en tonces?

Junto al magisterio de la Igle sia, debe conseguir puntos de en cuentros para avanzar hacia la in clusión de los valores del pueblo afroamericano y su espiritualidad, en una dinámica eclesial que per mita su reconocimiento y avance. Que pueda darse el enriqueci miento de la Iglesia y sus liturgias con estas espiritualidades, hasta ahora bajo sospecha.

El papa Francisco propone un diálogo libre de prejuicios, que permita seguir con la gran misión de evangelizar y compartir la pro puesta de Jesús a los pueblos afro, reconocer los elementos de su espi ritualidad que se pueden compartir. Todo debe hacerse para transformar la realidad de pobreza, exclusión y marginación para la población afro descendiente; levantar obstáculos que les impide pensar en aspectos de la vida integral por fuera de las necesidades primarias.

Santiago de Cali, Noviembre de 20222 14 Pastoral Afro
Celebración de la Eucaristía en las playas de México
Eucaristía inaugural del EPA
¿
Por: Red de Comunicación Étnico-Popular de la Pastoral Afro Cali

María, mujer del Adviento, ejemplo de diaconía

Iniciaremos el próximo domingo 27 de noviembre el tan esperado Ad viento, tiempo que no solo marca el inicio de un nuevo año litúrgico, sino que se convierte en un ambiente propicio en el que la Iglesia católica se prepara espiritual mente para celebrar, recordar y dar gracias por la encarnación del hijo de Dios (cfr. Jn. 1,14).

Con la intención de avivar en los fieles cristianos la esperanza en la ve nida del Señor, el Adviento se podría dividir en dos partes conforme a la liturgia de la palabra propuesta en las diferentes celebraciones euca rísticas; los tres primeros domingos marcan esta parte inicial, caracteri zada por un fuerte carácter escato lógico, presentándonos la segunda venida del Señor al fin de los tiem pos. Por su parte, la cuarta semana de Adviento que inicia el domingo 18 de diciembre, nos ayuda a pre parar la celebración de la venida de Cristo en la historia, celebrada en la fiesta de Navidad.

Cada una de estas partes se ilumi na con personajes concretos que nos ayudan con su ejemplo a vivir este tiempo de esperanza gozosa en el Señor; Isaías, de quien se toman mu chas de sus lecturas para la Eucaristía, Juan el Bautista precursor del mesías, María de Nazaret y su esposo el justo José son algunos de ellos. Quienes, con su ejemplo de fe en las prome sas de Dios, nos ayudan a vivir mejor este tiempo que nos invita a mirar ha cia el pasado per con la intención de caminar hacia nuestro futuro, futuro lleno de Dios, vivido junto a Jesús.

En el ejercicio diaconal miramos a estos personajes con especial in

terés, tratando de descubrir como nuestra experiencia de servicio se ve enriquecida gracias a tan gran des ejemplos. Hoy, sin desmeritar a otros ejemplos quiero centrarme en María, mujer del Adviento y ejemplo de servicio descubriendo en las dife rentes etapas de la espera de María condiciones para vivir mejor nuestro ministerio diaconal y para el servicio de los bautizados.

El servicio de María en la Anuncia ción: el Adviento de la Virgen inicia con la noticia de la encarnación y su anuncio de su misión, mismas que se llegan a nosotros gracias al testimo nio de Lucas (1. 26-38). Las palabras con que la Virgen María da su acep tación: “Hágase en mí según Su Pala bra”, nos revela su deseo inefable de convertirse servidora al servicio de la Palabra, actitud que solo se puede dar en un corazón lleno de fe.

La escena con el arcángel finaliza con el “sí” de la Virgen, mismo que la lleva a autodenominarse como “sierva” poniendo de manifiesto el carácter diaconal del ministerio que estaba iniciando.

La visitación de María, una acti tud de servicio: después de su res puesta generosa al Señor y ya con la misión de la espera del adveni miento de la Palabra de Dios, la vir gen da otro “sí” generoso al servicio

Apostólico

Enviados a la misión

y es por cierto una repuesta rápi da “se levantó María y se fue con prontitud…” (Lc 1.39). en la visita de la virgen a su prima se pone de manifiesto una vez más, la aptitud diaconal aptitud diaconal, misma que se vive en el periodo de la es pera gozosa, periodo del adviento. Este acontecimiento que contem plaremos el cuarto domingo de adviento (Lc 1. 39-45), el 18 de di ciembre para ser más exactos, nos prepara directamente para celebrar la navidad de Cristo.

Dos realidades de adviento, dos oportunidades para servir. María nos presenta de esta forma el adviento como un tiempo propicio para ser vir, mostrándonos como dar el “sí” a la voluntad de Dios, nos exige con vertirnos en servidores de nuestros hermanos y hermanas.

Es por todo esto, que cada año nos entregamos confiados al amor misericordioso de la Santísima Vir gen María y le decimos; “¡Oh dul císima Madre! Comunicadme algo del profundo recogimiento y divina ternura con que le aguardásteis vos, para que nos hagáis menos indig nos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad”.

Que sea la misma María quien nos enseñe en este Adviento a servir con amor.

De los niños del mundo, siempre amigos”. Así se saludan los miem bros de la infancia misionera, mien tras entrelazan sus manos abiertas entre sí, donde más que el reflejo de una simple amistad, lo que se expresa es la caridad y la fraternidad en la ora ción y la limosna.

Con motivo del VIII CONIAM (Congreso Nacional de Infancia y Adolescencia Misionera) llevado a cabo en la ciudad de Palmira entre el 13 y el 16 de octubre y la cele bración del DOMUND (Domingo Mundial de las Misiones) el 23, vale la pena hacer una reflexión sobre la misión en estos tiempos difíciles en los que se encuentra el mundo.

Jesucristo les dijo a los discípu los “vayan por todo el mundo y anuncien el Evangelio” (Mc 16,

15), mandato misionero para el bautizado. Jesús envía, lo cual im plica que la misión no es una obra nuestra sino de Él. No somos en viados a satisfacer nuestras necesida des materiales, ni a actuar en función de los intereses de cualquiera, sino a cumplir la misión encomendada. Los enviados somos todos y nuestra tarea es actuar conforme al que envía. So mos enviados desde lo que somos y hacemos. La misión no tiene edad, condición social, étnica ni geográfi ca. Es simplemente saber ser apóstol donde nos encontremos.

Es intercambiar ideas, culturas, ini ciativas, estrategias, tristezas, sonri sas, anhelos. Esto fue lo que se vivió en el CONIAM, donde niños, ado lescentes, jóvenes y adultos de dife rentes partes del país compartieron su experiencia misionera, retroali mentándose de los dones que Dios ha depositado en cada uno.

Es evidente la alegría que los participantes irradian tras este en cuentro que afianzó la misión. El Vicariato Apostólico de Guapi contó con una delegación de 12

misioneros que regresaron gozo sos a sus comunidades tras este maravilloso evento de Iglesia. El hecho de interactuar con personas de otras regiones, los testimonios de vida, la vivencia de la fe, la ac ción misionera durante esos días, impactaron la vida de estas perso nas que, ahora se sienten enviadas con mayor entusiasmo a anunciar la Buena Noticia.

Viajar durante varios días, algu nos por lancha, carreteras, de día y de noche y llegar hasta el mismo lu

gar es el reflejo de lo que significa la misión.

Ser misionero es salir de la co modidad y acercarse al más nece sitado. Es ir en busca de los ale jados para consolarle, anunciarle y dignificarle por medio de la fe. Es compartir la vida en medio de sus alegrías y vicisitudes. Por eso, que ese impulso misionero que se ha infundido en esta actividad y con las celebraciones litúrgicas del DOMUND aviven el ardor misionero en niños, jóvenes y adultos para ser luz en medio de tanta tiniebla en la que el mundo actual se encuentra.

Hoy se necesitan personas dis puestas a sacar su tiempo para compartir con el que está solo y desamparado. Las comunidades necesitan católicos coherentes con su fe, que puedan ser fuente de amor y alegría donde quiera que se encuentren.

Se requiere renovar la fe, escu char más a Dios y sentirse envia do para cumplir con ese mandato del Señor.

Santiago de Cali, Noviembre de 2022 3 15
Por: Pbro. Ariel Viáfara Hurtado Parroquia Santa Rosa de Lima
Vicariato
de Guapi
Infancia y Adolescencia Misionera Guapi María, Virgen de la esperanza
Diaconado Permanente

Vera Franky Yoany. O.F.M. Cap 18

Mondragón Orejuela José Olmes

Palomeque Angulo William

Carabalí Sierra Armando

Mwangi Munyiri Venancio

Bernal Villegas Hernando, O.F.M. (PSP)

López Villegas Iván Roberto

ANIVERSARIO DE ORDENACIÓN

Mons.

29

de ordenación episcopal (Noviembre 15 de 1993)

Paz Ballesteros José Miguel 01 22 Vargas Ramírez José Marcos 01 18 Candamil Tafur Raúl 01 50 Giraldo Quintero Joaquín Emilio 04 49 Otalvaro Palacio Joaquín Alonso 06 40 Guevara Hermida Carlos Guillermo, S.D.B. 09 09 Gómez Muñoz Edward 10 04

Salgado Gómez Omar Herney 10 04Serna Zapata Miguel Ángel 10 32

Segura Franco Eduardo 11 55

Peralta Contreras Victor Julio, S.D.B 16 31

López Restrepo Jose Abelardo 16 25 Molina Castañeda Jhon Jairo, O.F.M. Conv. 17 25

Parrado Parrado Jorge Tulio 18 27

Cardona Arango Arnoldo de Jesús 19 33 Osorio Montoya Augusto de Jesús 19 33 Romero Huertas Gabriel Arcángel 19 28

Gómez Zuluaga Marino 20 40

Zapata Yepes Esaú 20 31

Hernández Mendez Rodolfo 22 19

Marulanda Amelines Juan María

González Quintero Islen

Artunduaga Quintero Albert

Matiz Atencio Alexander

Echeverry Acosta Gustavo Adolfo

Jaramillo Caicedo Bladimir

Ortiz González Jhon Elisander, O.F.M. Sp

Kiptum Glarius Too, I.M.C.

Galeano Rodríguez José Fernando

Bernal Velasco Francisco Alejandro

López Zuluaga Luis Fernando

Linero Montes Eider Enrique

Vargas Villa Sergio Antonio

Vega Plazas Nelson

Matabajoy Matabajoy Alexander

Arenas Rodríguez Jesús

Cordero Serrato Daniel

Tovar Ortiz Rafael

Santiago de Cali, Noviembre de 20222 16 Actualidad Calendario Arquidiocesano 2023 ¡Adquiere el tuyo! No dejes pasar esta oportunidad de adquirir el calendario de la Arquidiócesis de Cali 2023 Encuéntralo en tu parroquia más cercana o llamando al (602) 889 0562 ext. 1050 FALLECIMIENTOS NOVIEMBRE Mons. Ramón Abella Qui 08 Mons. Pedro Oliveros Torres 09 Hernán Marino Millán Dosman 28 Gerardo A. Aguirre 29 FELIZ CUMPLEAÑOS NOVIEMBRE Meza Ortega Brajan Fernando 01Hernández Guarín José William 01 Lozano Valencia Samir Emith, M.I. 03 Gutiérrez Ríos John Mario 03 Mena Zúñiga Jesús Eduardo 06 Londoño Valencia Jaime Alonso 07 Mejía Álvarez Miguel Ángel 08 Garrido Becerra Gilberto Augusto 08Gómez Trujillo José Bernardo 09 Martínez Delgado Fredd Alexander 12Motato Sánchez Laimir 13 Castro Castañeda Samuel Andrés 14 González Quintero Islén 14 Vallejo Londoño Juan Carlos 16Cardona Arango Arnoldo De Jesús 17 Cacua
20
20
20
22
23
23 Forero Luis Ricardo 29 Rivadeneira Carlos Alberto 30
NOVIEMBRE
Darío de Jesús Monsalve Mejía
años
22 47
23 48
25 32
25 32
25 37
25 32
25 04
26 11
27 18
27 29
27 26
27 12
28 29
29 51
30 09
30 31
30 31
30 31
Día Años de Servicio

Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.