AÑO SACERDOTAL
Indulgencia plenaria para los fieles
XEl Santo Padre Benito XVI, por medio de la Penitenciaría Apostólica, ha concedido la Indulgencia plenaria e indulgencias parciales con motivo de la celebración del Año Sacerdotal, que se celebra a partir del 19 de junio del corriente año hasta el 11 de junio de 2010. En nuestra diócesis, se han establecido, de acuerdo a lo que determina dicho Decreto, la modalidad y los lugares para recibir las indulgencias, como lo detalla nuestro obispo Martín, en el artículo que acompaña ésta edición.
La Buena Noticia
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AGOSTO DE 2009
ACTUALIDAD DIOCESANA
REFLEXIONES
DE
MONSEĂ‘OR MARTĂ?N
DE
ELIZALDE
A PROPĂ“SITO DE LAS 100 EDICIONES DE LA BUENA NOTICIA L
es dirijo con todo afecto en estas lĂneas algu nas reflexiones sobre un instrumento valioso de la acciĂłn pastoral, ciertamente muy apreciado por todos nosotros. Con la presente entrega, nuestro periĂłdico mensual LA BUENA NOTICIA DIOCESANA alcanza su nĂşmero 100. Cien nĂşmeros, diez aĂąos de vida, son importantes para una publicaciĂłn como esta, y nos alegra y enorgullece seĂąalarlo. Por supuesto que el mĂŠrito es de quienes lo hacen posible, desde su fundador y primer Director, mons. Carlos Arive, que tuvo la iniciativa y la condujo con acierto durante los primeros nueve aĂąos, y el principal ejecutor, Fabricio O’Dwyer, que desde Charlone, reĂşne el material y lo ordena y presenta, hasta enviarlo a la imprenta. SerĂa largo mencionar a los colaboradores, con sus notas, artĂculos, fotografĂas, crĂłnicas, a las imprentas (actualmente en Trenque Lauquen) que han asegurado su cuidada presentaciĂłn, a las parroquias que se hicieron cargo de la distribuciĂłn, y a todos los que, en cada comunidad de la diĂłcesis, lo pusieron en las manos de los lectores. Es para ellos, los actuales lec-
tores y los que esperamos se sigan agregando, que se realiza esta obra, que moviliza la capacidad y el ardor de muchos, pero se hace por Dios, en cumplimiento de la misión que nos ha sido confiada, como miembros de la Iglesia. En efecto, quien ha motivado y sostenido este prolongado esfuerzo es el mismo Seùor, que ha querido ser conocido y que su mensaje fuera difundido desde un medio tan modesto, pero tan importante para todos nosotros. A Él, pues, sean dadas las gracias mås profundas y sinceras, y a Él encomendamos el trabajo de continuar la obra. A Él pedimos que retribuya y bendiga a los que, antes, ahora y despuÊs de nosotros, cumplen con su vocación de anunciadores y misioneros a travÊs de este servicio de fraternidad y de identidad eclesial. La ocasión, para nada frecuente, de la cantidad de ediciones que hemos alcanzado, nos invita a reflexionar sobre el significado de LA BUENA NOTICIA DIOCESANA, su importancia y su misión. Podemos resumirlo en tres tÊrminos:
INTENCIONES PARA ORAR EN EL 2009 Propuestas por el Santo Padre Benedicto XVI AGOSTO General: Para que la opiniĂłn pĂşblica se ocupe mĂĄs del problema de los millones de desplazados y refugiados y se encuentren soluciones concretas para su situaciĂłn frecuentemente trĂĄgica. Misionera: Para que a los cristianos, que en no pocos PaĂses son discriminados y perseguidos a causa del nombre de Cristo, se les reconozcan los derechos humanos, la igualdad y la libertad religiosa, de modo que puedan vivir y profesar libremente su fe.
ComuniĂłn, EvangelizaciĂłn, FormaciĂłn
XCOMUNIĂ“N LA BUENA NOTICIA es un factor de unidad, de conocimiento mutuo, de estĂmulo recĂproco. Trasmite ideas, fundamenta iniciativas y opciones, relata experiencias, y de este modo se entabla un diĂĄlogo, entre las comunidades, entre los fieles, entre las ĂĄreas pastorales, entre las metodologĂas. Hemos crecido como familia diocesana, valoramos los logros de nuestros hermanos, aprendemos de ellos para intentar renovarnos nosotros mismos. Y sobre todo es una invitaciĂłn a la CONFESIĂ“N, a la ALABANZA, a la SĂšPLICA en la oraciĂłn, para que el camino que recorremos juntos sea prĂłspero y seguro, y nos lleve a la meta, todos juntos. Por supuesto que todavĂa es mucho lo que falta. Falta en el trabajo apostĂłlico, falta en la ingeniosidad y en las iniciativas, pero si reforzamos la caridad, el conocimiento mutuo, la alegrĂa de estar unidos y compartimos los logros y las ansias, al crecer la COMUNIĂ“N, estaremos adelantando mucho en el camino de la manifestaciĂłn de Jesucristo. Y la COMUNIĂ“N se expresa sobre todo en la EUCARISTĂ?A; a su modo, sencillamente, sin pretensiones, pero perseverantemente, LA BUENA NOTICIA nos conduce hasta el centro de la vida cristiana, nos muestra el camino por la fe explicada, nos estimula por los relatos y las experiencias de las comunidades que celebran su fe, nos sugiere la imitaciĂłn de la caridad de nuestros hermanos.
X EVANGELIZACIĂ“N No quiere ser nuestro periĂłdico un mero informativo, pues la comuniĂłn no podrĂa consistir en ello solamente. Porque nos unimos para evangelizar, queremos tomar mĂĄs conciencia de nuestra
Portada de la ediciĂł nĂşmero 1, en diciembre de 1999, inicio del Jubileo del AĂąo 2000. Punto de partida de La Buena Noticia Diocesana.
condiciĂłn de DISCĂ?PULOS para ser MISIONEROS. Un medio grĂĄfico, como ĂŠste, redactado con inteligencia y cercano a la mentalidad y a las condiciones de nuestra gente, difundido con eficiencia para que llegue a todos los hogares, es un instrumento para la EVANGELIZACIĂ“N. Invitamos a seguir colaborando con artĂculos y noticias, a hacernos llegar sus sugerencias y opiniones, pues la riqueza y la pluralidad de visiones ensancharĂĄ el radio de alcance de LA BUENA NOTICIA. Invitamos a difundirlo entre los amigos y conocidos, para que de esta manera entre en sus corazones algo mĂĄs de la luz gozosa del Evangelio.
X FORMACIĂ“N Un objetivo importante es la FORMACIĂ“N DEL CRISTIANO: formaciĂłn doctrinal, orientaciĂłn moral, alimento espiritual. TambiĂŠn para esto nos dirigimos a todos ustedes, a los sacerdotes y religiosos, a los docentes, a los catequistas, a todos los cristianos que por sus estudios o su experiencia tienen mucho para dar. Y, recĂprocamente, sintĂĄmonos todos discĂpulos, abiertos para recibir, deseosos de aprender, con ĂĄnimos de renovaciĂłn. En muchos ambientes de fuera de la diĂłcesis se elogia al periĂłdico, se expresa con admiraciĂłn cuanto es lo que trasmite, como
vehĂculo justamente de COMUNIĂ“N, EVANGELIZACIĂ“N Y FORMACIĂ“N. Me doy cuenta que presentar LA BUENA NOTICIA es como resumir la obra de la Iglesia. Y, por eso, les pedimos... Nada de esto serĂa posible sin la generosidad de muchos. Y a todos ustedes, sacerdotes y fieles, me dirijo ahora. El valor que reconocemos en LA BUENA NOTICIA expresĂŠmoslo con nuestro apoyo. Recibiendo nuestro periĂłdico con un ĂĄnimo acogedor, abierto, para que su contenido nos ayude a crecer y a madurar espiritualmente. DifundiĂŠndolo, con los recursos a nuestro alcance, y sobre todo, empleĂĄndolo como instrumento de trabajo, de educaciĂłn cristiana, de difusiĂłn del mensaje. Para ello, propongo y sugiero (lo hemos hecho antes, muchas veces, continuamente) algunas pautas sencillas: 1. Las comisiones y ĂĄreas pastorales utilicen las pĂĄginas de LA BUENA NOTICIA para informar, y tambiĂŠn para formar, dando a conocer sus actividades, trasmitiendo los materiales que usan en sus proyectos, invitando al empleo del periĂłdico
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ACTUALIDAD DIOCESANA para que todos, cada uno en su sitio y con sus allegados en la misma tarea pastoral, se formen y ejerciten. 2. Desde las comunidades, parroquias, capillas, colegios, congregaciones religiosas, movimientos apostólicos, grupos de espiritualidad, hagan llegar sus noticias, propongan sus invitaciones, den a conocer sus textos y sus aportes, como un enriquecimiento para la vida cristiana de todos los fieles. 3. Invito encarecidamente a los ministros de la pastoral de los enfermos, a los catequistas, a los directivos de los colegios católicos, a los docentes en general, a los agentes de Caritas, a los miembros de los movimientos apostólicos, a los grupos de oración, que procuren tener siempre cantidad suficiente de ejemplares del periódico para dejarlo en los hogares que visitan, ponerlo en las secretarías parroquiales, entregarlo a cada niño o joven que frecuenta la catequesis, para que lo lleven a su familia, así como a los que se acercan a la parroquia para bautismos, matrimonios y celebraciones. 4. En el ámbito de la sociedad local, procuren los Párrocos que haya personas encargadas para poner nuestro periódico a la vista y a disposición de la gente en lugares públicos (salas de espera, bibliotecas populares), enviarlo a las instituciones de la localidad, presentarlo en los medios de difusión (radios, prensa, televisión), entregarlo a con regularidad a las autoridades y a los organismos de la comunidad para su conocimiento de las actividades diocesanas y de la posición de la Iglesia en los temas que son de interés general. 5. Es importante la distribución ordenada y sistemática a la salida del templo, así como dejar cierta cantidad al alcance de quienes frecuentan en días de semana la iglesia. Pero es evidente que eso no basta, pues la proporción de los que participan cada día de la Eucaristía no es desgraciadamente tan elevada. 6. La tirada actual del periódico es de 10.500 ejemplares. Con una difusión más solícita y bien planificada, podría aumentar. Se presenta, es verdad, el problema del costo; se cubre, en parte, con el aporte de las parroquias, pero es el Obispado quien asegura la continuidad, frente a los gastos crecientes. Se ha su-
gerido que se pida los fieles una pequeña contribución voluntaria, al recibir el periódico, por ejemplo, a la salida de los oficios religiosos, pero sin que deje de ser gratuita su distribución. Esto podría complementarse, en los casos de las familias que lo reciban en su hogar, con una especie de «suscripción», mensual o anual. Estos aportes pueden ser muy modestos, pero contribuyen a que el medio llegue a muchos otros sectores de la comunidad. 7. Con un alcance más amplio, tenemos que pensar en una DISTRIBUCIÓN eficiente, y ello nos está faltando todavía. Es una pena que, mientras a algunas parroquias llega una cantidad insuficiente de ejemplares, en otras quedan muchos números sin distribuir. Aquí hacemos un serio llamado de atención, pues estamos descuidando un medio evangelizador muy apto y despilfarrando un valor espiritual y de comunicación que ahora tenemos, pero que podríamos perder o desvirtuar si no lo cuidamos. 8. Por último, quisiera concluir con una referencia a un hecho muy significativo en la vida de la Iglesia en toda América, que es la MISIÓN CONTINENTAL. Ya estamos preparando su lanzamiento – el 6 de setiembre próximo, en la Peregrinación diocesana a la Basílica de Ntra. Sra. de Luján – y poniendo a punto los contenidos y los métodos para su desarrollo. LA BUENA NOTICIA DIOCESANA tiene un lugar importante en esta gran llamada a la conversión y a la profundización de la vida cristiana de nuestro pueblo. Si tenemos en cuenta el fortalecimiento y difusión del periódico, dentro de esta tarea, que es de todos, contaremos con un instrumento valiosísimo, que no podemos desaprovechar. Los invito cordialmente a hacerlo. Reiterando el agradecimiento a todos los que hacen posible LA BUENA NOTICIA DIOCESANA, les deseamos que Dios les retribuya con generosidad, y que sean muchos los que se agreguen a su número, desde todos los lugares y en cualquiera de las tareas, como las que hemos mencionado. Y que Dios los bendiga con sus dones, y nos permita seguir contando con este instrumento para difundir el Evangelio. Mons. Martín de Elizalde OSB Obispo de Santo Domingo en Nueve de Julio
HIJAS DE LA VIRGEN DE LOS DOLORES
50 años sirviendo en la comunidad de Tres Lomas
Las Hermanas, durante la celebración de acción de gracias.
E
l pasado 2 de mayo, día en que en el año 1959 arribaron las Hijas de la Virgen de los Dolores, se celebraron los 50 años de vida de las hermanas en la Comunidad. El día de acción de gracias y júbilo comenzó en el cementerio local, rezando una oración por las hermanas fallecidas y los distintos colaboradores y colaboradoras que tuvieron las Hermanas durante estos 50 años. Un familiar -luego de la oración- llevó una flor hasta el lugar donde descansan los que se durmieron esperando la resurrección. Se bendijo allí, además, una placa que recuerda este acontecimiento; y luego otra, en la misma casa de las Hermanas, regalo de la comunidad parroquial, en agradecimiento por estos 50 años de vida parroquial. La Santa Misa, presidida por monseñor Luís Ernesto Dihel, párroco de Tres Lomas durante 20 años, tuvo una nota de gozo y alegría. Fueron recibidas como hace 50 años con banderas españolas y argentinas, mostrando los lazos de unidad de las dos patrias y simbolizando la mutua entrega de las hermanas a esta tierra y de la comunidad de Tres Lomas a las hermanas españolas. Participaron de la misma el Intendente Municipal del partido de Tres Lomas, Mario Espada, miembros del Concejo Deliberante -que declaró dicha celebración de interés Municipal- y, por supuesto, las hermanas de la localidad de Carlos Casares y de Buenos Aires, de la misma congregación, la comunidad en general, ex alumnas y ex pensionistas de las hermanas venidos de otras ciudades, que colmaron el templo como hacia mucho no se veía.
Luego, en el Club Unión, se llevó a cabo el almuerzo -alrededor de 450 personas- que le demostraron el cariño y agradecimiento que han logrado conquistar en la comunidad por su presencia religiosa en ella. Vida de las Hermanas A su llegada se hicieron cargo de la Academia Santa Rita. Enseñaron música, mecanografía, costura, dibujo; tuvieron una pensión para chicas del campo que iban a estudiar a Tres Lomas, resolviendo un problema a la población rural para la educación femenina; tuvieron jardín, comedor, estuvieron presentes permanentemente en la vida eclesial y en la vida comunitaria. Estuvieron en congresos misioneros, siempre junto a jóvenes de Tres Lomas, congresos eucarísticos, viajes a Lujan, Tierra Santa en Buenos Aires, la peregrinación juvenil de la Catedral a Los Toldos. Hoy animan la catequesis, la infancia misionera y
los grupos de jóvenes.
La Misión en el Bolsón. La hermana Eulalia, junto al padre Luis Dihel, hace 28 años comenzaron una misión por donde pasaron muchos jóvenes de la comunidad y otros que luego llegaron a la vida religiosa: el padre Guillermo Denda, el padre Johnny Cariz, la hermana Susana Lagrange y el actual seminarista, Miguel Detzel, de Tres Lomas. Mucho más se podría decir, pero vaya un ¡muchas gracias! a las hermanas que están y estuvieron en Tres Lomas y ¡muchas gracias! a las Hijas de la Virgen de los Dolores, que en Casares y en Tres Lomas han hecho y hacen mucho por nuestra Iglesia diocesana.
P. Luis Diehl
PENSAMIENTOS BREVES PRESENCIA VALORADA ? Que tu presencia sea valorada; ? que tu opinión sea respetada; ? que tu decisión sea sabia y compartida; ? que tu nombre sea recordado; ? que tu trabajo sea reconocido; ? que tus aspiraciones solidarias sean alcanzadas; ? que tu corazón sea generoso y tu alma agradecida; ? que tu humildad sea percibida e imitada; ? que tu responsabilidad esté a la altura de estos deseos.
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ACTUALIDAD DIOCESANA
MODALIDADES,
CONDICIONES Y LUGARES PARA RECIBIRLA
Indulgencia plenaria para los fieles, en el Año Sacerdotal El Santo Padre Benito XVI, por medio de la Penitenciaría Apostólica, ha concedido la Indulgencia plenaria e indulgencias parciales con motivo de la celebración del Año Sacerdotal, que se celebra a partir del 19 de junio del corriente año hasta el 11 de junio de 2010. En nuestra diócesis, se han establecido, de acuerdo a lo que determina dicho Decreto, la modalidad y los lugares para recibir las indulgencias, como lo detalla nuestro obispo Martín, en este artículo.
¿Qué son las indulgencias? El pecado nos aparta de Dios La doctrina y la práctica de la Iglesia acerca de las indulgencias se encuentran, como dice el Catecismo de la Iglesia Católica (nn. 1471-1479) «estrechamente ligadas a los efectos del sacramento de la Penitencia». Recordemos que todo pecado grave nos priva de la comunión con Dios y nos hace incapaces de la vida eterna. Es lo que la Iglesia llama la pena eterna por el pecado. También el pecado venial tiene sus consecuencias, pues es un apego desordenado a los bienes creados, y precisa ser purificado: es llamada la pena temporal. Por el sacramento de la Reconciliación o Penitencia se borra la pena eterna, al restablecer la comunión con Dios en la caridad. Pero todo pecado, aún los perdonados por la redención de Cristo en el sacramento, conlleva una pena, que se debe satisfacer, en esta vida, por las pruebas y sufrimientos, la oración, los esfuerzos voluntarios y obras buenas ofrecidas a Dios, o en el Purgatorio. Purgatorio significa lugar u ocasión de purificación, para que las almas, que en su vida terrena no se han purificado aún para ser recibidas en la gloria del Cielo, tengan esta oportunidad, que es una manifestación muy grande de la misericordia divina. La pena temporal no es un castigo, sino un pasaje, dejando atrás la adhesión, aún leve, al pecado, para entrar en la perfección de la caridad plena. La comunión de los santos Cuando hacemos nuestra profesión de fe, recitando el Credo, nos referimos a la Comunión de los santos. ¿Sabemos lo que ello significa? También aquí leamos lo que nos enseña el Cate-
formas, obteniendo para ellos indulgencias, de manera que ser vean libres de las penas temporales debidas por sus pecados» (n. 1479).
cismo de la Iglesia Católica (nn. 946-962): se trata de un vínculo espiritual, por el cual los bienes que por gracia de Dios tienen los santos, son participados por todos los creyentes. La Iglesia, que es santa por su origen y por su vocación, y cuya cabeza es el Señor Resucitado, comparte sus tesoros espirituales con todos sus hijos; ella intercede en la celebración de los sacramentos, instrumentos de santificación, y los hermanos nuestros que ya se encuentran junto al Padre en el Cielo, piden por los que todavía peregrinan en el mundo, para que en ellos se cumpla definitivamente la llamada del Señor. También las personas que trabajan por la santificación propia y de sus hermanos, con la práctica de las virtudes y las obras de caridad, todo ello con la inspiración y la ayuda de la gracia, aportan al común tesoro de santidad de la Iglesia, y todos nos beneficiamos por él. La Eucaristía es el momento privilegiado de la comunión: comunión con Cristo Cabeza, participación en su santidad, lazo que congrega a los hijos de la Iglesia en una familia, intercambio de gracia, súplica perfecta por los vivos y los difuntos. Las indulgencias La santidad es el verdadero tesoro de la Iglesia. La voluntad de Dios es que seamos santos, y para ello fue instituida la Iglesia, la cual tiene la facultad de abrir las puertas para alcanzar ese beneficio, para que podamos los creyentes recibirlo y también aplicarlo a favor de los fieles difuntos. Dice así el Catecismo: «Las indulgencias se obtienen por la Iglesia que, en virtud del
Recibir la misericordia de Dios por las indulgencias Con sabiduría y con afecto por sus hijos, la Iglesia nos otorga la posibilidad de renovarnos espiritualmente con la concesión de indulgencias, en determinadas circunstancias que están siempre unidas a un acontecimiento de gracia o las obras buenas. Es una acción generosa y gratuita de parte de Dios, confiada al ministerio de la Iglesia, que nos invita a disponernos mejor, alejándonos del pecado, y que borra para nosotros la pena temporal que adeudamos. Es importante tenerlo presente, y unirlo siempre a la seriedad de nuestro compromiso de buscar la santidad, de vivir la conversión a la que nos llama el Evangelio, de recordar que estamos destinados la vida eterna en la felicidad junto al Padre, y que para entrar en ella debemos estar purificados de toda mancha y todo resto de pena temporal. poder de atar y desatar que le fue concedido por Cristo Jesús, interviene a favor de un cristiano y le abre el tesoro de los méritos de Cristo y de los santos para obtener del Padre de la misericordia la remisión de las penas temporales debidas por sus pecados. Por eso la Iglesia no quiere solamente acudir en ayuda de este cristiano, sino también impulsarlo a hacer obras de piedad, de penitencia y de caridad» (n. 1478). Y prosigue: «Puesto que los fieles difuntos en vía de purificación son también miembros de la misma comunión de los santos, podemos ayudarles, entre otras
La Iglesia distingue la Indulgencia plenaria, que libera de toda la pena temporal, y las indulgencias parciales, que alivian una parte de esa pena. Además, se establecen las condiciones ordinarias, comunes a toda ocasión en que puede obtenerse la indulgencia, a saber: - la confesión sacramental previa, para recuperar el estado de gracia, - el arrepentimiento de las faltas y el deseo de vivir una más profunda adhesión a Cristo, - la participación en la Eucaristía por la comunión,
- y la oración, en especial por el Santo Padre, por cuyo ministerio llega a los fieles de la Iglesia este beneficio espiritual. Se indica también con qué obra espiritual (ofrecimiento, oración, participación sacramental) o acción corporal (servicio, peregrinación, mortificación, participación en una celebración litúrgica) se obtiene la indulgencia Las indulgencias por el Año sacerdotal El Santo Padre ha propuesto a todos los cristianos que se unan durante este año en la oración y el ofrecimiento por sus sacerdotes. El motivo es el 150 aniversario de la muerte de San Juan María Vianney, el santo Cura de Ars, patrono de los párrocos e intercesor y modelo de vida para todos los sacerdotes católicos. Para que el ejemplo de sus virtudes sea imitado por quienes comparten con él la llamada divina al ministerio sacerdotal, y reflorezca la vida de los fieles por su testimonio de santidad y por su servicio generoso y puro a favor de las almas, el Pontífice desea que la recordación del santo Cura de Ars sea la ocasión de un encuentro profundo en la oración y de una mayor toma de conciencia del sentido de la vocación de los sacerdotes y de su presencia junto a los bautizados en la Iglesia. El decreto de la Penitenciaría apostólica lo expresa claramente, diciendo a los sacerdotes, en primer lugar que «deben comprometerse, con oraciones y buenas obras, para obtener del Sumo y Eterno Sacerdote Jesucristo la gracia de responder con la Fe, la Esperanza, la Caridad y otras virtudes y, de esta manera, muestren con su conducta y, también, con el aspecto
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ACTUALIDAD ACTUALIDAD DIOCESANA DIOCESANA exterior, el estar plenamente entregados al bien espiritual del pueblo; esto es, todo aquello que, sobre otras cosas, la Iglesia ha celosamente conservado».
difuntos, cada vez que reciten devotamente las oraciones debidamente aprobadas para llevar una vida santa y para cumplir santamente las propias obligaciones.»
Las indulgencias se obtienen por la Iglesia que, en virtud del poder de atar y desatar que le fue concedido por Cristo Jesús, interviene a favor de un cristiano y le abre el tesoro de los méritos de Cristo y de los santos para obtener del Padre de la misericordia la remisión de las penas temporales debidas por sus pecados. A los fieles, por su parte, les recuerda el espíritu con que habrán de recibir este don: «A todos los fieles, que, en una iglesia u oratorio, asistirán devotamente a la Santa Misa y dirigirán oraciones a Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, a favor de los sacerdotes de la Iglesia y ofrecerán cualquier obra realizada ese día con el fin de que El los santifique y los plasme según su Corazón, se les concede la Indulgencia plenaria, a condición de haber expiado sus propios pecados con la penitencia sacramental y hayan rezado por las intenciones del Sumo Pontífice». Es decir, que deben orar por los sacerdotes, para esperar por medio de ellos lo que es propio y fundamental de su misión, sin apartarse por otras consideraciones menos valiosas. La indulgencia del Año sacerdotal en nuestra diócesis Para los sacerdotes Se aplican sin más las normas establecidas en el Decreto general de la Penitenciaría apostólica, que dicen: «A los Sacerdotes verdaderamente arrepentidos, que en cualquier día reciten devotamente Laudes o Vísperas delante del Santísimo Sacramento, expuesto a la pública adoración o en el sagrario y, a ejemplo de San Juan María Vianney, se ofrecerán con pronto y generoso ánimo a la celebración de los Sacramentos, sobre todo el de la Confesión, se les concede misericordiosamente la Indulgencia plenaria, que podrán aplicar a los sacerdotes difuntos como sufragio si, conforme a la normativa vigente, se confesarán y participarán a la Eucaristía, orando por las intenciones del Sumo Pontífice. Igualmente se concede a los Sacerdotes la Indulgencia parcial, aplicable a los sacerdotes
La Indulgencia plenaria para los fieles La disposición diocesana expresa que «todos los fieles, que, en una iglesia u oratorio, participen devotamente de la Santa Misa y dirijan oraciones a Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, a favor de los sacerdotes de la Iglesia y ofrezcan cualquier obra realizada ese día con el fin de que El los santifique y los plasme según su Corazón, puedan recibir la Indulgencia plenaria, a condición de haber expiado sus propios pecados con la penitencia sacramental y hayan rezado por las intenciones del Sumo Pontífice, en los siguientes días y lugares: a) en todas las iglesias y oratorios, - en los días en que se abre (19 de junio de 2009) y se cierra (11 de junio de 2010) el Año Sacerdotal, - en el día del 150 aniversario de la santa muerte de San Juan María Vianney (4 de agosto), - en el primer jueves del mes - en los días de las fiestas patronales - en los templos consagrados, en el aniversario de la Dedicación de los mismos - durante la visita a las parroquias de la diócesis de la reliquia del santo Cura de Ars b) en la Iglesia Catedral y en los templos parroquiales: - todos los jueves, cuando se realiza la Adoración del Santísimo Sacramento y se realizan especiales oraciones por las vocaciones sacerdotales c) en las celebraciones diocesanas, en las que los fieles participen de la Eucaristía y se eleven preces especiales por los sacerdotes La Indulgencia plenaria para los enfermos y ancianos
Las personas imposibilitadas de concurrir a las celebraciones especiales y de visitar los templos y capillas, pueden igualmente obtener esta gracia de la Indulgencia plenaria, y ello es posible para «los ancianos, los enfermos, y quienes por legítimos motivos no pueden salir de casa, que teniendo el ánimo apartado de cualquier pecado y con la intención de cumplir cuanto antes las tres condiciones acostumbradas, en la propia casa o donde el impedimento los hace permanecer, si, en los días anteriormente determinados, rezaran por la santificación de los sacerdotes y ofrezcan con confianza a Dios por medio de la Reina de los Apóstoles, sus enfermedades e incomodidades.» Las indulgencias parciales Se concede «la indulgencia parcial a todos los fieles cada vez que reciten devotamente cinco Padrenuestro, Avemaría y Gloria u otra oración aprobada para tal ocasión, en honor del Sagrado Corazón de Jesús, con el fin de que los sacerdotes conserven la pureza y la santidad de vida.» Por su parte, «los sacerdotes pueden obtener la Indulgencia plenaria y aplicarla por los sacerdotes difuntos, con las condiciones que se expresan en
el mencionado decreto de la Penitenciaría Apostólica.» La validez del Decreto episcopal se extiende sólo durante el
Año Sacerdotal, desde el 19 de junio de 2009 hasta el 11 de junio de 2010, período para el que se pueden aplicar estas disposiciones sobre las indulgencias.
X A lo largo del año tendremos todos los cristianos innumerables ocasiones para: - rezar por los sacerdotes, - reflexionar sobre la importancia de su ministerio, - valorar la vocación y preparar los corazones de los jóvenes para que se abran al llamado de Dios, - reconsiderar la manera como en nuestras comunidades acompañamos a los sacerdotes, colaboramos en su tarea apostólica, defendemos sus momentos de espiritualidad, de encuentro con Dios, de formación y de estudio, - alentarlos y asistirlos, sin invadir sus propios espacios, - testimoniar en las comunidades que los sacerdotes son respetados y queridos, - encontrar nuevas maneras de colaboración con la obra evangelizadora, desde la propia vocación. Con este espíritu preparémonos para que este Año sacerdotal sea de verdad una bendición para todo el pueblo fiel por la santidad y el ministerio de sus sacerdotes. Acabamos de concluir el Año paulino, que nos presentó tan vivamente la imagen del gran Apóstol, misionero incansable de Cristo y dedicado maestro y santificador de los fieles que le estaban confiados, fundador de iglesias, testigo de la Resurrección hasta el martirio. Y tenemos en la Misión a la que hemos sido convocados la manera de participar, cada uno según su carisma y su posibilidad, junto a nuestros sacerdotes. Hagamos nuestra esta ocasión para manifestar nuestro amor y agradecimiento al Señor que nos redimió y que nos ha dejado por sus ministros su presencia sacramental y la predicación siempre renovada de su Palabra, haciendo llegar a todos los hombres y mujeres el mensaje de salvación.
LA IGLESIA HOY IGLESIA EN MISION DESDE EL DOCUMENTO DE APARECIDA (1)
Un nuevo PPentecostés entecostés X Los obispos reunidos en la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y El Caribe quieren impulsar, en el espíritu de «un nuevo Pentecostés», una renovación de la acción de la Iglesia. Todos estamos llamados a ser, en virtud del bautismo, discípulos y misioneros de Jesucristo, Camino, Verdad y Vida, para que nuestros pueblos tengan vida en Él. Junto con el Papa Benedicto XVI, nuestros Obispos reconocen que el patrimonio más valioso de la cultura de nuestros pueblos es «la fe en Dios Amor». Examinan con humildad las luces y las sombras que hay en la vida cristiana y en la tarea eclesial. La Misión propuesta es renovar las comunidades eclesiales y estructuras pastorales para encontrar los cauces de la transmisión de la fe en Cristo como fuente de una vida plena y digna para todos, para que la fe, la esperanza y el amor renueven la existencia de las personas y transformen las culturas de los pueblos. Se impulsa una misión continental que tendría por agentes a las diócesis y a los episcopados. Con este fin se fomenta la conversión pastoral y la renovación misionera de las iglesias particulares, las comunidades eclesiales y los organismos pastorales. ¿Cómo se desarrollará la Misión en nuestra Diócesis? En la misma línea Pastoral del Documento de Aparecida. Queremos transformar la realidad diocesana en una comunidad más misionera, trabajando desde nuestras parroquias.
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CRONICAS MISIONERAS
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ESTE MES CELEBRAMOS A
Grupo Madre Teresa Universitario
Misión en Tucumán: más allá de las fronteras diocesanas
P
rimeramente queremos agradecer al dia rio de nuestra diócesis por darnos la oportunidad de contar nuestra experiencia pastoral. Somos integrantes del Grupo Madre Teresa Universitario, quienes estamos instalados en Capital Federal y La Plata. Nuestro grupo surgió hace más de cuatro años con el afán de darle continuidad a la base y preparación espiritual recibida en Lincoln. En estos cuatro años se nos fueron abriendo caminos que nos permitieron ir creciendo: de juntarnos en departamentos pasamos a tener la oportunidad de contar con nuestro propio espacio en una parroquia. También contamos con el apoyo de una familia que sin conocernos nos dio una mano en nuestra preparación espiritual y crecimiento como grupo. Cuando creímos que nuestro grupo ya estaba maduro y consolidado para vivir una experiencia propia tuvimos la gracia de ser llamados a misionar en Jona, un barrio ubicado a pocos kilómetros de la Banda de Río Salí en la provincia de Tucumán. En Misión Fuimos 24 misioneros de entre 18 y 25 años y contamos con el acompañamiento del padre Yoni. La comunidad de Jona nos recibió del 5 al 15 de Enero y nos dio hospedaje en una escuela haciendo muy grata nuestra estadía. El padre Fernando (Cura de San Francisco Solano, parroquia de la Banda de Río Salí) nos acogió y se brindó atento a
Actividades de los misioneros en la Banda de Río Salí
nuestras necesidades. La visita de las casas fue muy provechosa, ya que la comunidad estaba abierta y predispuesta a recibir la Buena Nueva de que Jesús se sigue manifestando en nosotros, de que quiere compartir nuestras penas y alegrías y, por sobre todo, haciéndonos saber que vino para salvarnos. Como demostración de este amor que el nos tiene, cuatro familias tomaron la decisión de bautizar a sus hijos y lo pudimos vivir como otro regalo de Cristo para nosotros. A nosotros como jóvenes cada misión nos deja un aprendizaje para nuestro llamado a ser
discípulos misioneros y nuestra tarea de ser otros Cristo. En esta última lo que más nos marcó fue el sentido de comunidad y servicio que la gente reflejaba; y a pesar de las necesidades tanto materiales como espirituales no perdían oportunidad para agradecer nuestra humilde labor y brindarnos todo cuanto tenían a su alcance haciéndonos sentir parte de sus familias. Quizás esta sea una actitud para imitar; ojalá todos pudiéramos tener la gracia de vivir una experiencia así o que el Señor nos ayude a crecer en nuestra humildad para poder brindarnos por completo a los demás.
Noticias del MOVIMIENTO DE CURSILLOS DE CRISTIANDAD X El Secretariado Diocesano del Movimiento de Cursillos de Cristiandad, para el mes de septiembre del corriente año, realizará un Cursillo para hombres y otro para mujeres. Este es un año muy especial, por cuanto será el retiro el nro. 50 de nuestra Diócesis, proponiéndonos a que las personas puedan tener una experiencia de encuentro vital con Jesucristo y, asi, recuperen su identidad bautismal y su activa participación en la vida de la Iglesia. Invitamos muy especialmente a los matrimonios que deseen vivir esta experiencia, se comuniquen con el Sacerdote de su comunidad. Los hermanos que colaboran en la preparacion de los cursillos mencionados, se están preparando espiritualmente, teniendo reuniones cada 15 días; por eso, invitan por este medio a todos a unirse con sus oraciones, pidiendo por los frutos apostólicos de los mismos. Padre Adolfo Petit - Asesor Diocesano del Mov. de Cursillos de Cristiandad
San Cayetano, presbítero X Cayetano nació en 1480 en Vicenza, cerca de Venecia, Italia. Su padre, militar, murió defendiendo la ciudad contra un ejército enemigo. El niño quedó al cuidado de su madre que se esmeró intensamente por formarlo muy bien. Sus estudios los llevó a cabo en la Universidad de Padua donde se distinguió en teología y se doctoró en derecho civil y canónico en 1504. No obstante, estaba decidido a seguir los estudios sacerdotales. En 1506 viaja a Roma. Al poco tiempo es nombrado secretario privado del Papa Julio II. Mientras tanto participa en una asociación dedicada a ayudar a los pobres y a los enfermos. Tras la muerte del Papa en 1513 Cayetano decide no continuar en el cargo. En 1517, estando en la Basílica de Santa María la Mayor, en la fiesta de Navidad tiene la visión de la Virgen depositando al Niño Jesús en sus brazos. En 1521 se traslada a Venecia, donde con la ayuda de generosos ciudadanos funda un hospital para incurables. Viendo que el estado de relajación de los católicos era sumamente grande y escandaloso, se propuso fundar una comunidad de sacerdotes que se dedicaran a llevar una vida lo más santa posible y a enfervorizar a los fieles. Funda a los Padres Teatinos (nombre que les viene a Teati, la ciudad de la cual era obispo el primer superior de la comunidad, Msr. Caraffa). Sus objetivos principales serian: la renovación del clero, la predicación de la sana doctrina, el cuidado de los enfermos y la restauración del uso frecuente de los Sacramentos. Y este era el más grande anhelo de su vida: que las gentes empezaran a llevar una vida más de acuerdo con el santo Evangelio. Y donde quiera que estuvo trabajó por conseguirlo. El Papa Clemente VII aprobó la fundación. En ese tiempo estalló la revolución de Lutero. Muchos querían seguir su ejemplo, atacando y criticando a los jefes de la Iglesia Católica, pero Cayetano les decía: «Lo primero que hay que hacer para reformar a la Iglesia es reformarse uno a sí mismo». En 1530 sucede a Carafa en el cargo de superior. Por su humildad, lo hace con resistencia. En 1533, Carafa fue elegido superior general por segunda vez. Cayetano es enviado a Verona, donde recibe oposición a sus reformas. Viaja a Nápoles para fundar una casa de su orden. Esta ciudad mejoró notablemente gracias a las prédicas y el trabajo apostólico del santo, que en ocasiones tuvo que enfrentarse con laicos y religiosos que predicaban el calvinismo, el luteranismo y otros errores. Cayetano que provenía de familia muy rica decide desprenderse de todos sus bienes y repartirlos entre los pobres. Funda con el Beato Juan Marinoni los «Montes de Piedad» para liberar de la miseria a los pobres y marginados. En sus últimos años de vida abrió hospicios para ancianos y fundó hospitales. Muere el 7 de agosto (día en que celebramos su memoria) del año 1547, en Nápoles, a los 67 años. San Cayetano se distinguió por su asiduidad en la oración y por la práctica de la caridad para con el prójimo. El Papa Clemente X lo declaró santo en 1671. «Padre Bueno, que nos has dejado en San Cayetano un claro ejemplo de entrega y generosidad, te pedimos, que, a imagen del Santo, abras nuestro corazón a tu gracia para que seamos solícitos a ti en las necesidades de los demás y asi, con nuestro ejemplo, transformemos nuestra dura realidad . Por Jesucristo nuestro Señor.» Amen
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PASTORAL VOCACIONAL DIOCESANA
Jornada del Buen Pastor
los seminaristas cuentan como la vivieron. 2ª parte
XJorge: Me tocó estar para la jornada del Buen Pastor, en Carlos Casares. Tanto la comunidad como los sacerdotes, Juan Pellegrino y German Loriente me recibieron con mucha alegría… y para mi también fue una alegría inexplicable haber compartido estos momentos con ellos, y Cristo, (siempre presente en todo momento; ya que sin dudas, así lo quiso él…) Ellos fueron para mi, imagen patente de un Jesús vivo, y Buen Pastor que hizo que mi corazón rebalsara de amor por él. Fueron instrumento y signo para mi afirmación a la vocación a la que Jesús está llamándome. Descubrí, que mi corazón quiere vivir encendido y quiere quemar, a cuantos Jesús me pida… ¡nos estás llamando en todo momento a diferentes tareas y no nos damos cuenta!… Jesús. Somos nosotros los que tenemos que abrir la puerta de nuestro corazón, golpeá que te abriremos para que acampes en él y lo transformes. Y asi tengamos vida verdadera en vos! Ernesto: Fui recibido en las comunidades de 30 de Agosto y Tres Lomas, por el P. Carlos Arive. Debo agradecer a estas comunidades por su hermosa acogida. Fue mi primera vez en dar testimonio vocacional y resultó muy lindo haber compartido mi llamado con esta comunidad, la cual me permitió atestiguar que siempre contamos con sus oraciones y que nunca estamos totalmente solos. Ellos le piden a Jesús Buen Pastor por todos los que ha llamando y particularmente por nosotros para que seamos buenos pastores algún día. Lo que más regocijo me dio fue escuchar a los niños preguntarme lo que querían saber
ravilloso, porque se ve la sensibilidad que tiene con su gente, la manera cómo vive lo que le pasa a quienes tiene que «APACENTAR». Y, para terminar, me permito tomar una frase de Su Santidad Juan Pablo II que les digo a los muchachos y muchachas que andan buscando su lugar en el mundo: «No tengan miedo, abran las puertas a Cristo» Julio Campuzano sobre mi llamando. Al padre Arive debo agradecerle su cálido recibimiento. Jorge y yo les agradecemos a todos por acompañarnos siempre con sus oraciones, ya que es nuestro primer año en el seminario, y nos comprometemos a rezar por ustedes. Ernesto y Jorge XMi experiencia fue doblemente de alegría y agradecimiento, por dos situaciones muy puntuales, a saber: Conocer una zona (General Villegas), y en ella a su gente (principalmente), que no conocía sino a través de algún libro de geografía; y la otra alegría fue compartir la jornada con el padre Mariano que, si bien conocía, no había tenido un trato tan fluido y cercano como lo fue en la jornada vivida. (...) Participar de las misas celebradas en la Parroquia de Gral. Villegas, Banderaló y Villa Sauze fue un gran regalo del Señor. Mi agradecimiento a todas las personas que me hicieron sentir «como si estuviera en mi casa»; gracias por la amabilidad, el buen trato, la hospitalidad y la oración. Algo que quería destacar, además, fue el día compartido con el padre Mariano. Convivir con el párroco del lugar es ma-
X Primero agradecer a la comunidad de Nueve de Julio por recibirme este y todos los fines de semana y por sus oraciones, que se agradecen y retribuyen. (....) no debemos olvidarnos de que somos todos ovejas de un mismo Pastor, con el deber de confiarnos plenamente en su amor que es para todos y cada uno. Él nos ama a todos por igual, pero de forma especial y particular a cada uno. Debemos tratar también de encontrar los pastores que Él ha puesto delante de nosotros a lo largo de nuestra vida, para que a El lo podamos conocer, sabiendo que se basta de personas cercanas a nosotros para salir a nuestro encuentro, llámese catequistas, religiosas, sacerdotes, familia, etc. y agradecerle por ellos. Por otro lado, tomando la responsabilidad de sabernos sus ovejas e hijos, y reconociendo su gran amor hacia nosotros y nuestra necesidad de anunciarlo, seremos «pastores» nosotros de aquellos que Él ponga en nuestro camino, especialmente de aquellos que no lo conocen o conociéndolo no están cerca de Él. La vocación es una: «cumplir Su voluntad», y debemos buscarla en la vida cotidiana,
atentos a lo que Él nos vaya pidiendo; no hace falta mirar muy lejos para encontrar a alguien que esté necesitado de Él, y de esta manera, extender el Reino que Jesús nos ha confiado anunciar, haciéndonos así discípulos misioneros suyos. Finalmente, agradecer al Señor por aquellos personas que ha puesto en mi camino para conocerlo: mi familia, sacerdotes, religiosas, catequistas, maestros. César Hernán Ortega X Con la alegría de haber compartido mi testimonio vocacional en la ciudad de 9 de Julio, quiero agradecerle al P. Carlos Tiberi por la paternidad
con que nos recibió, como también al P. Guillermo y al P. Facundo por los momentos compartidos. Quiero agradecer de un modo muy particular a todos aquellos con quien compartí la alegría del llamado de Dios, a todos aquellos que después de cada Misa se acercaban a saludarme, a contarme algo personal o a comprometerse a rezar por nosotros. Disfruté mucho de poder acercarme a esta comunidad que tan bien me recibió… También les pido a todos los lectores que recen mucho por la santificación de los sacerdotes y por el aumento y la perseverancia de las vocaciones… Jesuán Agrazar
Í
FIESTAS PATRONALES DE AGOSTO
7. San Cayetano, Presbítero
Capilla: LAS TOSCAS
Cuasi Parroquia, MONASTE-
Capilla: EL TEJAR (Monasterio
RIO BENEDICTINO, Los
benedictino, Los Toldos)
(Roberts)
Toldos Capilla: ROOSEVELT
16. San Roque
(América)
Capilla: EL PORVENIR
Capilla: GENERAL VILLEGAS
(Ameghino)
Capilla: HENDERSON Capilla: NUEVE DE JULIO
20. San Bernardo, Abad
(N. Sra. de Fátima)
Parroquia: AMÉRICA
Capilla: LOS TOLDOS
Cuasi Parroquia: GUANACO
Capilla: PEHUAJÓ
Parroquia: ROBERTS
Capilla LINCOLN
Capilla: 30 DE AGOSTO Capilla: TRENQUE LAUQUEN Capilla: 25 DE MAYO
8. SANTO DOMINGO DE GUZMÁN, PRESBÍTERO, Patrono secundario de la diócesis.
22. Aniversario de la Dedicación del templo parroquial Ntra. Sra. de Luján, Tres Lomas (2004) 24. Santa Juana Antida Thouret, Virgen
Solemnidad en la Iglesia Cate-
Capilla: LA TRIBU
dral; Fiesta en Nueve de Julio,
(Los Toldos)
Memoria en las demás iglesias de la diócesis
25. San Luis, Rey
IGLESIA CATEDRAL
Capilla: VILLA SAUZE (Banderaló)
9. Aniversario de la Dedicación del templo parroquial Sta Rosa de Lima, Bragado (2007)
28. San Agustín, Obispo y Doctor de la Iglesia Capilla: MOSCONI (Del Valle)
R. PP.. Luis Ángel MADINABEITÍA SM, su fallecimiento X El P. Luis, de la Compañía de María (marianistas) falleció en General Roca (Río Negro), el pasado 11 de julio, a los 82 años de edad. Nacido en Guipúzcoa, España, pertenecía a una familia ricamente bendecida por Dios con abundantes vocaciones, pues de los doce hermanos que eran, siete fueron sacerdotes y religiosas o religiosos). Llegó a la Argentina en 1969 después de una prolongada presencia apostólica en Chile y el Japón. Durante unos años perteneció a la comunidad del Colegio San Agustín, en Nueve de Julio, y se lo recuerda con afecto, por la paz y serenidad que trasmitía y por su equilibrio espiritual y humano. Desde hacía varios años se encontraba en el Alto Valle del Río Negro, donde lo encontró el llamado del Señor
10. San Lorenzo, Diácono y Mártir Capilla:LA RABIA
29. Nuestra Señora de la Guardia
(N. de la Riestra)
Parroquia: BAIGORRITA
15. Asunción de la Santísima Virgen
30. Santa Rosa de Lima, Virgen
Capilla: BLAQUIER
Parroquia: BRAGADO
(Ameghino)
Parroquia: 30 DE AGOSTO
Capilla: FRENCH (Catedral,
Capilla: MAGDALA
Nueve de Julio)
(Mones Cazón)
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MENSAJE A LA ASAMBLEA DE CARITAS
EL AMOR COMO RESPUESTA Palabras de apertura de monseñor Martín de Elizalde OSB - Obispo de Santo Domingo en Nueve de Julio SEGUNDA PARTE Viene de la edición anterior
La caridad cristiana pertenece a la esencia del discipulado La vocación del cristiano, aquí en la tierra, en el tiempo de la Iglesia y en la peregrinación de esta
vida, se alimenta en la Eucaristía, y encuentra en ella la cifra y la razón de su propio ser. Desde ella se abren en haz las innumerables tareas que expresan la caridad, el amor del cristiano, y que está en relación estrechísima con el anuncio de salvación. El Papa Benito XVI en la encíclica que mencionamos, nos invita tener en cuenta el vínculo necesario entre el misterio celebrado, que encierra la comunión con Dios en la Iglesia, y la acción exterior, que es comunión con los hermanos: «Pero ahora se ha de prestar atención a otro aspecto: la «mística» del Sacramento tiene un carácter social, porque en la comunión sacramental yo
quedo unido al Señor como todos los demás que comulgan: «El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan», dice san Pablo (1 Co 10, 17). La unión con Cristo es al mismo tiempo unión con todos los demás a los que él se entrega. No puedo tener a Cristo sólo para mí; únicamente puedo pertenecerle en unión con todos los que son suyos o lo serán» (14). La caridad de la Iglesia busca el bien integral de los hermanos; porque brota de la Eucaristía y allí se nutre, es un signo que habla, a través de las acciones concretas, de la ayuda y la asistencia, de la compasión y el alivio de los sufrimientos, de una comunión más profunda, de una presencia, que es la de Jesús que derrama su misericordia, se hace conocer, se muestra presente y solidario, y abre la puerta a todos los que desean encontrarlo, atrayéndolos hacia sí.
X "La caridad de la Iglesia busca el bien integral de los hermanos; porque brota de la Eucaristía y allí se nutre, es un signo que habla, a través de las acciones concretas, de la ayuda y la asistencia, de la compasión y el alivio de los sufrimientos, de una comunión más profunda, de una presencia, que es la de Jesús que derrama su misericordia..."
Preparando el ENCADI 2009 X La cercanía del día del catequista nos recuerda la fecha próxima del ENCADI que año tras año nos reúne en una jornada de encuentro, reflexión y celebración. Este año la comunidad que se ofreció a recibir a los catequistas de la diócesis es la parroquia Nuestra Señora del Rosario de Veinticinco de mayo. El encuentro esta previsto para el sábado 22 de agosto a partir de las 9 hs. y nos congregaremos en el Gimnasio del Colegio San José. Teniendo en cuenta muchos de los pedidos de los catequistas hemos querido reflexionar este año sobre la «metodología catequista», o sea sobre el modo concreto que la iglesia tiene para anunciar el mensaje de salvación y poner en contacto a los hombres con Jesucristo. Reflexionar sobre el encuentro catequístico quiere ser un aporte más a los catequistas para que todos podamos crecer y servir mejor en esta hermosa tarea a la que Jesucristo nos ha llamado. Para que nos iluminen en la reflexión hemos invitado al p. Germán Loriente, a la psicóloga Stella Sanchez, y los lic. en psicopedagogía Loty Garat y Julio Pellegrino. Creemos que puede ser un buen momento para volver a mirar nuestra tarea catequística y acercarnos más a nuestros catecúmenos. Para los que deseen habrá un servicio que ofrecerá la comida y la bebida, agua caliente o café y té. Esperamos que el ENCADI sea, como todos los años el lugar de Encuentro entre nosotros y con el Señor. Para preparar un poco mejor nuestro encuentro les hacemos llegar por el diario este pequeño artículo sobre la metodología. Los invitamos a que lo puedan leer y compartir con otros catequistas. Los esperamos el 22 de agosto!!!! Junta Diocesana de Catequesis
Es una publicación de la Diócesis de Santo Domingo en Nueve de Julio
Año X - Nº 100 AGOSTO 2009
Como cristianos debemos hacer nuestros los sentimientos de Cristo. Siempre Dios nos ha hablado, en las Escrituras, por la Iglesia, en los ejemplos de los santos, en las celebraciones litúrgicas, y de esa experiencia de encuentro y comunión, sigue nuestro abrazo en la caridad, que abarca a todos los que sufren y a quienes podemos aliviar, como el Señor lo hizo. El Papa prosigue: «El Señor tampoco ha estado ausente en la historia sucesiva de la Iglesia: siempre viene a nuestro encuentro a través de los hombres en los que Él se refleja; mediante su Palabra, en los Sacramentos, especialmente la Eucaristía. En la liturgia de la Iglesia, en su oración, en la comunidad viva de los creyentes, experimentamos el amor de Dios, percibimos su presencia y, de este modo, aprendemos también a reconocerla en nuestra vida cotidiana. Él nos ha amado primero y sigue amándonos primero; por eso, nosotros podemos corresponder también con el amor. Dios no nos impone un sentimiento que no podamos suscitar en nosotros mismos. Él nos ama y nos hace ver y experimentar su amor, y de este «antes» de Dios puede nacer también en nosotros el amor como respuesta (17). Retengamos esta frase del Santo Padre: «El amor como respuesta». Eso es caridad, esta es la vocación de Caritas. La vida cristiana, entendida como discipulado, incluye y se expresa en la caridad La caridad es tarea de la Iglesia, y por eso es una llamada que alcanza a todos los cristianos. La experiencia del amor de Dios en Jesucristo, por la acción del Espíritu Santo suscita en los discípulos el ardor por trasmitir a sus hermanos ese mensaje, de manera íntegra, imitando la misericordia que Dios nos muestra. Otra vez, escuchemos las palabra del Papa Benito XVI: «El amor al prójimo enraizado en el
amor a Dios es ante todo una tarea para cada fiel, pero lo es también para toda la comunidad eclesial, y esto en todas sus dimensiones: desde la comunidad local a la Iglesia particular, hasta abarcar a la Iglesia universal en su totalidad. También la Iglesia en cuanto comunidad ha de poner en práctica el amor. En consecuencia, el amor necesita también una organización, como presupuesto para un servicio comunitario ordenado. La Iglesia ha sido consciente de que esta tarea ha tenido una importancia constitutiva para ella desde sus comienzos: «Los creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en común; vendían sus posesiones y bienes y lo repartían entre todos, según la necesidad de cada uno» (Hch 2, 44-45). Lucas nos relata esto relacionándolo con una especie de definición de la Iglesia, entre cuyos elementos constitutivos enumera la adhesión a la «enseñanza de los Apóstoles», a la «comunión» (koinonia), a la «fracción del pan» y a la «oración» (cf. Hch 2, 42). La «comunión» (koinonia), mencionada inicialmente sin especificar, se concreta después en los versículos antes citados: consiste precisamente en que los creyentes tienen todo en común y en que, entre ellos, ya no hay diferencia entre ricos y pobres (cf. también Hch 4, 32-37). A decir verdad, a medida que la Iglesia se extendía, resultaba imposible mantener esta forma radical de comunión material. Pero el núcleo central ha permanecido: en la comunidad de los creyentes no debe haber una forma de pobreza en la que se niegue a alguien los bienes necesarios para una vida decorosa (20). Este fundamento de la caridad en el discipulado junto a Jesús es la razón del compromiso de la Iglesia por el ejercicio personal y la acción comunitaria a favor de los más necesitados. Continua en prox. edición
DIRECTOR: Pbro. Germán Loriente
EDICION INTEGRAL: Fabricio O'Dwyer.
Iglesia Catedral de Nueve de Julio. Teléfono: (02317) 422163
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