NAVIDAD, ternura del pasado, valor del presente, esperanza del futuro
Reviviendo la Navidad de la Misión de Angola . Testimonio de la hermana Claudia Ruiz Reyes.
El verbo se hizo carne y puso su morada entre nosotros . Reflexión del padre Germán Loriente.
IGLESIA HOY
CARTA DEL OBISPO
Los obispos advierten acerca del drama de la droga y el narcotráfico
Con espíritu misionero, renovados en la fe
u La Asamblea Plenaria del Episcopado argentino difundió un documento con el que alerta "con dolor y preocupación" el crecimiento del narcotráfico y sus consecuencias sobre la sociedad, observa la falta de cooperación y reclama políticas de corto, mediano y largo plazo. Además, convoca a una jornada de ayuno y oración.
u «Al concluir el período en que debíamos concentrarnos en las riquezas del don de Dios y prepararnos para una nueva y más ardiente evangelización, llega el momento de volcar en los hechos de la vida diaria aquello que conocimos: confesar, celebrar y difundir la fe», sostiene el obispo Martín al referirse a la culminación del Año de la Fe.
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CARTA DEL OBISPO
CON ESPÍRITU MISIONERO, RENO VADOS EN LA FE RENOV Queridos hermanos: Hemos llegado al fin del Año de la Fe, y durante el mismo tuvimos la gracia de poder ahondar en ella, renovar nuestra actitud creyente y actualizar nuestra formación. La propuesta del papa Benito XVI llegaba muy oportunamente, para que la llamada a la nueva evangelización y el impulso de la misión se fundaran sobre la sólida base de la Revelación divina, recibida en el corazón y en la inteligencia de los discípulos de Jesús Resucitado. Podemos preguntarnos, y examinar nuestra conciencia y nuestras actitudes, si verdaderamente supimos aprovechar esta oportunidad que Dios nos ofrecía. Recibimos la invitación a recorrer el camino de la renovación de la fe, a celebrarla en la liturgia, por la Eucaristía y los sacramentos, testimoniarla con una vida santa, conforme a las enseñanzas del Evangelio, tanto en lo personal como en lo social, a descubrir la práctica de la oración, todo esto siguiendo las líneas del catecismo de la Iglesia Católica. Con diversas celebraciones y encuentros formativos, con las acciones ordinarias de la vida cristiana y de la actividad eclesial, se plantaron los hitos y mojones de una nueva presencia evangelizadora, con el legado doctrinal de siempre, con una espiritualidad más ferviente, con un deseo renovado de llevar el anuncio a los hermanos. Ahora, al concluir el período en que debíamos concentrarnos en las riquezas del don de Dios y prepararnos para una nueva y más ardiente evangelización, llega el momento de volcar en los hechos de la vida diaria aquello que conocimos: confesar, celebrar y difundir la fe. La conciencia de la misión acompaña siempre la vida del cristiano, pero la misión, que es envío para el anuncio, se
nutre del espíritu de Cristo, que congrega, alimenta y prepara para ese envío. Por eso, al disponernos a comenzar un nuevo año, y con él, retomar la tarea que es propia del cristiano, quisiera recordar brevemente algunas condiciones, para tenerlas en cuenta. En primer lugar, recuperar y acrecentar la experiencia gozosa y la frescura de la vida cristiana. Dicho de este modo, uno puede preguntarse qué es lo que significa. En todo caso no es un entusiasmo ficticio, algo exterior solamente, sino la verdadera alegría cristiana, que se basa en la verdad de la fe y en el encuentro espiritual. Es la irradiación de los santos, que brota de la comunión con Dios. El Año de la Fe nos ha dejado enseñanzas importantísimas al respecto, la carta programática al convocarnos para esta celebración prolongada, «Porta fidei», de Benito XVI y la encíclica del papa Francisco, «La luz de la fe». En segundo lugar, el conocimiento cordial de la Revelación y su aplicación y difusión en la enseñanza y la vida de la Iglesia, con la solidez de sus principios y la amplia riqueza de sus aplicaciones, es decir, la visión de una Palabra que brota del amor del Padre y por el Espíritu está siempre presente en la Iglesia, y se dirige a todos los hermanos. El cuestionario que para la preparación del próximo Sínodo extraordinario de obispos se ha difundido para que todos los ámbitos de la Iglesia lo conozcan y puedan hacer llegar sus respuestas e inquietudes, acerca de «Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la evangelización», supone el conocimiento de la doctrina y la práctica bimilenaria de la Iglesia y la comunión con ella por medio de los pastores, para tener una buena llegada a los ambientes a los que se dirige la evangelización. En tercer lugar, el mismo impulso misionero, las iniciativas concretas, en obediencia y comunión con la Iglesia, tanto en
INTENCIONES PARA ORAR EN EL 2013 DICIEMBRE
a pedido del papa emérito Benedicto XVI
GENERAL: Los niños que sufren Que los niños abandonados o víctimas de cualquier forma de violencia encuentren el amor y la protección que necesitan. MISIONERA: Preparar la venida del Salvador Que los cristianos, iluminados por el Verbo Encarnado, preparemos la venida del Salvador.
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los objetivos y metas como en los métodos. Este espíritu, entre otras situaciones, puede beneficiarse con los frutos del mencionado cuestionario, pero que tiene sin embargo una densidad en lo personal de cada fiel y una extensión en cuanto a los destinatarios, que solo puede ser comprendido y alcanzado con un auténtico espíritu misionero, abierto y generoso. En nuestra diócesis hemos insistido en algunas situaciones en las cuales profundizar: la catequesis, con un mayor compromiso personal de los catequistas en la vida cristiana y la inserción de los catequizandos en la participación litúrgica y apostólica; Caritas, con una formación integral en la fe y la renovación de sus cuadros de voluntarios y colaboradores, para lograr una presencia evangelizadora; los colegios católicos e instituciones asistenciales, para que sean esos caminos privilegiados que deben ser para la trasmisión de la fe; la juventud, que, movilizada por el mensaje del Papa Francisco y la experiencia de encuentros y celebraciones, tiene que ser estimulada y acompañada para un compromiso evangelizador y testimonial; la acogida a cuantos buscan la paz y la serenidad, que solo Dios puede dar, y las iniciativas que contribuyan a resolver problemas tan serios como la droga, un flagelo que está cada vez más presente, la soledad de los jóvenes, la crisis de las familias, la pobreza, la falta de esperanza de los pobres y afligidos. Es un vasto, importante programa, al que estamos siendo convocados, con la riqueza que recibimos en el Año de la Fe. Pedimos a la santísima Virgen a quien cada año invocamos en su casa de Luján, que nos siga acompañando y que sea ella quien, con su intercesión y su ejemplo, abra para nosotros las puertas de la fe y nos permita llegar a ser sus anunciadores, para difundirla y acercarla a los hermanos. Con mucho afecto, los saluda y bendice,
+ Martín, obispo de Nueve de Julio
Para ver más mensajes del obispo Martín http://www.diocesis9dejulio.org.ar/obispo.html
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COMPARTIENDO NUESTRO TESORO «Navidad es compartir con Amor lo que somos y tenemos» «El que quiera seguirme que tome su cruz y sígame». El día que decidí ser misionera estaba eligiendo una manera específica de la Misión de la Iglesia, respondiendo al envío de Jesús a sus discípulos. Y estas mismas palabras hicieron eco en mí el día que fui enviada a la Misión de Luanda, Angola (África), donde compartí la Fe durante dos años. Desde mi nueva Misión comparto mi experiencia de cómo se vive la Navidad en Angola. En el proceso de catorce años de guerra de liberación y los siguientes veintisiete de guerra civil son un proceso de acultura-ción brutal y radical para cualquier sociedad humana. La guerra obligó a la población, casi en su totalidad rural, a refugiarse en las ciudades; cambiando completamente sus costumbres de vida y la existencia de antes, los ritos de paso, las fiestas tradicionales, al miedo de emboscadas y represalias, la violencia que desnaturalizaba todas las relaciones humanas, la búsqueda desesperada de comida para la supervivencia, la precariedad de la situación de los desplazados.
MÁS ALLÁ DE LAS FRONTERAS
Reviviendo la Navidad de la Misión de Angola En este país africano «La Navidad de la modernidad ha reemplazado a las fiestas tradicionales, no como fiesta religiosa, sino sobre todo como ocasión para evadirse de una realidad desoladora, para ahogar en la abundancia de un banquete memorable el miedo y la frustración». La Navidad ha entrado así en el bagaje cultural de los de Luanda, ilusión de un modo de vida urbanizada, modernizada, globalizada, de radio y de imágenes de la televisión. La Navidad de la modernidad ha reemplazado las fiestas tradicionales, no como fiesta religiosa, sino sobre todo como ocasión para evadirse de una realidad desoladora, para ahogar en la abundancia de un banquete memorable el miedo y la frustración.
Escribe: Hna. CLAUDIA RUIZ REYES Misionera Hija de la Madre Santísima de la Luz
En las Iglesias católicas se realiza un poco de catequesis sobre el sentido religioso de la Navidad. Uno se enfrenta con la perplejidad del pequeño rebaño de católicos. Tan solo ahora conocen nuestros católicos la misa del anuncio del Nacimiento del Salvador. En los años de guerra el toque de queda impedía cualquier actividad y concentración después de la puesta del sol. Actualmente el 25 de diciembre es inhábil y es celebrado como el día de la familia.
La Navidad, el nacimiento de Jesús, es la celebración de un nuevo nacimiento del pueblo angolano. El ser humano que acepta el acontecimiento de un Dios hecho niño, hace la experiencia nueva de entender quién es Dios.
Pero todo esto no le impide a Dios hablar al corazón de los creyentes, a través de la fiesta de la Navidad. Uno puede estar orgulloso de la propia historia, de la propia particularidad cultural, pero ante la persona y la Palabra de Jesús uno se da cuenta de la propia pobreza, de los límites de la humanidad. Algunas personas tienen conciencia de que ciertas formas de la tradición, del propio patrimonio cultural y existencial, son una opresión, son obstáculos a una vida nueva: la brujería, la venganza, el tribalismo, las prácticas mágicas. Jesús nos enseña a tener valor para liberarnos de todo lo que nos esclaviza. La Navidad, el nacimiento de Jesús, es la celebración de un nuevo nacimiento del pueblo angolano. El ser humano que acepta el acontecimiento de un Dios hecho niño, hace la experiencia nueva de entender quién es Dios. Oremos hermanos en esta Navidad por aquellos que no tienen el gozo de conocer a Dios y vivamos el Misterio de Dios hecho carne con Fe y gratitud. Navidad es la ternura del pasado, el valor del presente y la esperanza del futuro. Es el deseo más sincero de que cada taza se rebose con bendiciones ricas y eternas, y de que cada camino nos lleve a la paz.
JÓVENES
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ste fue un campamento distinto, distinto en muchos aspectos. Compartimos el viaje a Bariloche tres colegios: Instituto Nuestra Señora de Lincoln, Hogar María de Nazareth, también de Lincoln y el Instituto Juan XXIII de Carlos Casares. No nos conocíamos, y fue una situación muy particular… Al llegar a la base de campamento, formar los grupos de trabajo, e iniciar las actividades para preparar la comida del día siguiente, en el que ascenderíamos al refugio Frey, ya parecíamos compañeros de toda la vida, tal vez no sabíamos el nombre del que fileteaba una pechuga a nuestro lado, pero la sonrisa cómplice cuando la milanesa salía finita o faltaba pan rallado ya nos hacía conocidos. Ni que hablar de la larga caminata, la ayuda cada vez que uno resbalaba, el sorbo de agua de la botellita del ya «mi amigo», las cabalgatas, el paseo en kayak, aunque también hubo que vencer la resistencia a compartir las
VIVENCIAS COMPARTIDAS
Un campamento distinto
galletitas o el saquito de mate cocido, el plato o el tenedor… Soy una convencida que el Señor nos llevó a ese paraíso, donde pudimos admirar la belleza de la casa que nos regaló, para algo, sí para algo muy especial… para comprender en esta maravillosa experiencia que tal vez en la
vida el que más nos ayuda no es ese que considerábamos nuestro amigo entrañable, sino otro que recién conocí, otra persona totalmente distinta a mí en muchos aspectos, pero que es mi hermano, que se preocupa para que no me falte nada en el desayuno, o que el pollo asado esté riquísi-
mo, me dé la mano para no caer en el barro o lleve mi mochila cuando las fuerzas me abandonan. También allí comprendimos cuántas realidades distintas a las nuestras existen, pero que en el corazón de todos habita Jesús y eso nos hace cada vez más fuertes y unidos… ¿Por qué digo esto? El
primer día al celebrar la misa el padre Yoni dio la comunión a cinco personas, el último, a más de setenta … Qué prueba más elocuente necesitamos para darnos cuenta que Jesús estuvo allí, entre nosotros, que nos nutrió con su palabra, que nos hizo crecer, que nos hizo felices de compartir lo que teníamos. Ojalá sea posible que este proyecto de campamentos compartidos se siga repitiendo, que otros colegios lo intenten… Las vivencias son enriquecedoras y maravillosas. En estas salidas es siempre más lo que traemos, lo que ganamos, lo que generamos en el otro y en nosotros, que el cansancio que acumulamos. Gracias Roberto, padre Yoni, César, Graciela, Luli, Johana, Matías, Sergio, Beto, Sole, Maylen, Sonia, Diego. Gracias chicos, por compartir la frescura de la adolescencia. Gracias Señor por permitirnos ser parte de extraordinaria experiencia. Mercedes
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LA IGLESIA HOY EN LA ARGENTINA
DECLARACIÓN DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL Una argentina superiora general de las Her manas de Hermanas Betania æEl capítulo general de la Congregación de las Hermanas de Betania del Sagrado Corazón (B.S.C.), celebrado recientemente en Turín, Italia, eligió nueva Madre General del instituto a la hermana Ana María Coceres, argentina de 62 años, quien hasta este momento era la responsable de la formación, ecónoma y asistente de la superiora local en la comunidad de Mendiolaza, a 20 kilómetros de la ciudad de Córdoba. Ordenación episcopal y asunción de monseñor Macín como obispo de Reconquista æEn una solemne Eucaristía, celebrada el domingo 24 de noviembre a las 19.30, en las puertas de la catedral de la Inmaculada Concepción, de Reconquista, con la presencia del nuncio apostólico, Mons. Emil Paul Tscherrig, y numerosos obispos, el Pbro. Ángel José Macín fue ordenado obispo de Reconquista, oficio para el que fue designado por el papa Francisco el pasado 12 de octubre. Monseñor Luis Alber to F er nánde z Alberto Fer ernánde nández asumió como obispo de Rafaela æMonseñor Luis Alberto Fernández tomó posesión e inició el viernes 22 de noviembre su gobierno pastoral de la diócesis de Rafaela en el marco de una misa concelebrada en el altar levantado frente a la catedral y ante numerosos fieles. ¨Queridos jóvenes sigan haciendo lío como les pide el Papa. No se imaginan lo hermoso que es llegar a una Iglesia joven, que quiere salir, que no se quiere encerrar ni ser autorreferencial sino ir a las plazas, a las periferias a sentir y vivir el espíritu misionero del pedido de Jesús, vayan y anuncien¨, destacó en la homilía monseñor Fernández. Fuente: Aica
El drama de la droga y el narcotráfico Angustias de la sociedad La sociedad vive con dolor y preocupación el crecimiento del narcotráfico en nuestro país. Sabemos que este problema es un emergente de la crisis existencial del sentido de la vida en que está sumergida nuestra sociedad. Se refleja en el deterioro de los vínculos sociales y en la ausencia de valores trascendentes. Cuando este mal se instala en los barrios destruye las familias, siembra miedo y desconfianza entre los vecinos, aleja a los chicos y a los jóvenes de la escuela y el trabajo. Tarde o temprano algunos son captados como ayudantes del «negocio». Lo que escuchamos decir con frecuencia es que a esta situación de desborde se ha llegado con la complicidad y la corrupción de algunos dirigentes. Esta realidad debilita la confianza y desanima las expectativas de cambio. Pero también es funcional y cómplice quien pudiendo hacer algo se desentiende, se lava las manos y «mira para otro lado». Necesidad de medidas urgentes La Argentina está corriendo el riesgo de pasar a una situación de difícil retorno. Si la dirigencia política y social no toma medidas urgentes costará mucho tiempo y mucha sangre erradicar estas mafias que han ido ganando cada vez más espacio. Es cierto que el desafío es enorme y el poder de corrupción y extorsión de los grupos criminales es grande. Pero no es verdad que «nada se puede hacer». La complejidad de este tema es tal que solo será aborda-
Junto a las reflexiones que presentamos el pasado viernes 8 de noviembre acerca del «drama de las drogas y el narcotráfico», queremos proponer al pueblo de Dios un gesto que acompañe esta preocupación. Para ello convocamos a todos los que comparten nuestra Fe y a los hombres y mujeres de buena voluntad, a una jornada de ayuno y oración, pidiendo a Dios Padre que mueva y sostenga los corazones y las voluntades de
En el marco de la Asamblea Plenaria del Episcopado argentino, los Obispos presentaron una declaración sobre «El drama de la droga y el narcotráfico». Compartimos una síntesis con los puntos principales del documento.
do eficazmente por medio de amplios consensos sociales que deriven en políticas públicas de corto, mediano y largo alcance. Pero perseguir el delito es tarea exclusiva e irrenunciable del Estado. Lamentamos que el organismo del Estado dedicado a coordinar las políticas públicas en esta materia (SEDRONAR) lleve tantos meses sin tener su responsable designado. Pasión por el bien Muchos centros educativos, clubes barriales y diversas ONG colaboran en la educación, prevención y asistencia a las víctimas. Reconocemos gratamente la ardua tarea que se desarrolla desde la Iglesia implementando en las diócesis la pastoral de adicciones, promoviendo la contención de familias, el acompañamiento y la reinserción social de los adictos. Valoramos de corazón el esfuerzo, la dedicación y la entrega de tanta gente generosa que colabora en comunidades terapéuticas. No obstante, como obispos
somos conscientes de que no hemos sido suficientemente eficaces en promover una pastoral que convoque y contenga a los adolescentes y jóvenes. A su vez, seguimos alentando la creación de centros de asistencia para quienes sufren la esclavitud de la adicción y les cuesta salir. Esta situación está dejando un tendal de heridos que reclaman de parte de todos compromiso y cercanía. Jesús nos pide que nos inclinemos ante quien sufre y que tratemos con ternura sus heridas. San Pablo nos enseña a «tener horror por el mal y pasión por el bien» (Rm 12, 9). Por eso no debemos quedarnos solamente en señalar el mal. Alentamos en la esperanza a todos los que buscan una respuesta sin bajar los brazos: A las madres que se organizan para ayudar a sus hijos. A los padres que reclaman justicia ante la muerte temprana. A los amigos que no se cansan de estar cerca y de insistir sin desanimarse.
No dejemos que nos roben la esperanza, ni que se la arrebaten a nuestros jóvenes. Cuidémonos los unos a los otros. Estemos particularmente cerca de los más frágiles y pequeños. Trabajemos por una cultura del encuentro y la solidaridad como base de una revolución moral que sostenga una vida más digna.
Jornada de ayuno y oración quienes tienen en sus manos la responsabilidad de los recursos de la Ley, para frenar la perversa y devastadora fuerza de las drogas. Rogaremos también por la construcción de «una cultura del encuentro y la solidaridad, como base de una revolución moral que sostenga una vida más digna», y por la conversión de los narcotraficantes. El día que proponemos para esta Jornada es el 7 de diciembre,
primer sábado de Adviento. Ese día, en las diócesis del País, en las catedrales y santuarios, en las parroquias y capillas, se celebrará la Santa Misa por esta intención, recordando especialmente a los enfermos, a sus familiares y a los fallecidos por causa de este flagelo. La oración es una expresión de confianza dirigida a nuestro Padre Dios que siempre quiere lo mejor para sus hijos, y conoce
A los comunicadores que hacen visible esta problemática en la sociedad. A los docentes que cotidianamente orientan y contienen a los jóvenes. A los sacerdotes, consagradas, consagrados y laicos que en nuestras comunidades brindan espacios de dignidad humana. A los miembros de fuerzas de seguridad y funcionarios de otras estructuras del Estado que aún a riesgo de su vida no se desentienden de los que sufren. A todos los que resisten la extorsión de las mafias. Que no nos roben la esperanza Es perverso vivir del sufrimiento y de la destrucción del prójimo. Por eso anhelamos una justicia más eficiente que erradique sin demoras la impunidad. Al mismo tiempo no dejamos de pedir la conversión de los traficantes. A cada uno de los que han caído en la droga, le decimos con el papa Francisco: «Puedes levantarte, puedes remontar; te costará, pero puedes conseguirlo si de verdad lo quieres. Tú eres el protagonista de la subida, esta es la condición indispensable. Encontrarás la mano tendida de quien te quiere ayudar, pero nadie puede subir por ti». No dejemos que nos roben la esperanza, ni que se la arrebaten a nuestros jóvenes. Cuidémonos los unos a los otros. Estemos particularmente cerca de los más frágiles y pequeños. Trabajemos por una cultura del encuentro y la solidaridad como base de una revolución moral que sostenga una vida más digna.
muy bien lo que padecemos y sufrimos cuando un niño, un joven o un adulto pierden la libertad, la salud y hasta la propia vida por causa de las drogas. Que la Virgen María que nos cuida con ternura de Madre, nos acompañe en este día. Los Obispos de la Conferencia Episcopal Argentina Buenos Aires, 11 de noviembre de 2013
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LA IGLESIA HOY ACTU ALID AD DIOCESAN A CTUALID ALIDAD DIOCESANA EN EL MUNDO
LINCOLN
Se inauguró la primera etapa del gimnasio «Beato Juan Pablo II» Funciona en el Colegio Nuestra Señora. Durante un acto, se anunció la apertura de un sector del polideportivo.
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l Colegio Nuestra Señora de Lincoln inauguró la primera etapa del gimnasio «Beato Juan Pablo II». El acto se llevó a cabo el 18 de octubre y contó con la presencia de todos los integrantes de la comunidad educativa, docentes, jubilados, ex alumnos, autoridades educativas, municipales, legislativas, civiles y eclesiásticas. «La comunidad educativa de Nuestra Señora cuenta en la actualidad con una matrícula de 1600 alumnos distribuida en cuatro niveles, entre ellos el profesorado de Educación Física, por lo que era necesario generar un espacio con estas características», destacaron autoridades de la institución. El polideportivo está preparado, en dimensiones y alturas, para distintos tipos de canchas profesionales como básquetbol, vóley, tenis, fútbol de salón, hándbol y diversas alternativas deportivas. Además, está provisto de un escenario y gradas; y posee un sistema de última generación tanto en calefacción (losa radiante), como en sonido e iluminación.
Durante el acto inaugural, se realizó el tradicional corte de cintas que estuvo a cargo de monseñor Martín de Elizalde, el intendente de Lincoln Jorge Fernández, el arquitecto Alejandro Andrés y los representantes legales de la institución, Graciela Roldán de Destéfano y Roberto Pellegrino. Asimismo, se distinguieron a todas las personas que, con inmenso amor y vocación de servicio volcaron sus esfuerzos para que se hiciera realidad el proyecto. Al finalizar el evento, hizo su presentación el coro de niñas del colegio y se celebró la Santa Misa (fotografías). Cabe destacar, que ya se ha comenzado la segunda etapa de construcción del gimnasio, la cual comprende los vestuarios,
los baños, la sala de máquinas, la sala de reuniones, la administración y el nuevo acceso al colegio por la esquina de las calles Uriburu y Moreno. Rezamos para que el legado de amor del beato Juan Pa-
blo II perdure en las nuevas generaciones y que todos los integrantes de la comunidad educativa Nuestra Señora imiten su fe y perseveren como él en la oración.
SAN MARTIN DE PORRES, BRAGADO
Día Nacional del Enfermo: ««Anda Anda y haz tú lo mismo» (Lc. 10,37) æEn el marco de la Jornada Nacional del Enfermo, el grupo de Jóvenes Juan Pablo II de la parroquia San Martín de Porres visitó el 10 de noviembre al Hogar de Ancianos San Luis de la Municipalidad de Bragado. Si bien es cierto que la visita fue para todos los abuelos, el centro de este encuentro estuvo enfocado a todos los abuelos pos-
trados. Es responder de esta manera a Jesús que nos invita a no pasar de largo, sino a acercarnos a nuestros hermanos que más sufren, para ser mediadores o instrumentos de su misericordia, de su providencia, de su voluntad de curar y salvar. Jesús nos dirige con fuerza su invitación: «Anda y haz tú lo mismo» (Lc 10,37).
Francisco clausuró el Año de la Fe af ir mando la afir irmando centralidad en Cristo æEl 24 de noviembre, Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo, el santo padre Francisco clausuró el Año de la Fe. Participaron 1.200 entre cardenales, patriarcas y arzobispos mayores de las Iglesias orientales, arzobispos, obispos y sacerdotes. También estuvieron presentes los Jefes y los Padres de las Iglesias Orientales Católicas. Al lado del altar se expusieron las reliquias del apóstol Pedro: una caja de bronce con algunos fragmentos óseos. Al final entregó simbólicamente su exhortación apostólica ¨Evangelii gaudium¨ a 36 representantes de 18 países. No es posible establecer la veracidad de las apariciones de Medjug or je Medjugor orje æEl prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe de la Santa Sede, monseñor Gerhard Müller, advirtió a los obispos de los Estados Unidos que las supuestas apariciones de la Virgen María a los videntes de Medjugorje no pueden ser asumidas como verdaderas y señaló que la posición de la Iglesia es la que ya se confirmó en 1991, que ¨no es posible establecer que hubo apariciones o revelaciones sobrenaturales¨. Reconocen al papa Francisco como comunicador del año æEl Instituto Europeo Tercer Milenio otorgó al papa Francisco el premio ¨Comunicación simple¨, y reconoció al Pontífice como comunicador del año. El director del Instituto, Andrea Pizzicaroli, expresó que luego de la elección del papa Francisco ¨nadie se imaginaba que pudiese ser una figura tan expresiva y tan comunicativa¨. Fuente: Aica
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EN EL CAMINO DE EMAUS La Biblia y nosotros
Termina el Año de la FFe e æDe acuerdo con lo establecido por el papa Benedicto XVI, cuando convocó al Año de la Fe, éste finalizó el 24 de noviembre, fiesta de Cristo Rey. Ahora bien: me puedo-podemoshacernos algunas preguntas. Que serían más o menos algo así: ¿Y ahora, qué? ¿Se trata simplemente de «tarea cumplida», ya está, fue…? Ahora a otra cosa… ¿Qué cosa? La experiencia En los últimos veinte o treinta años, la Iglesia argentina tuvo variadas iniciativas a realizarse durante un año. En una época, más lejana, se las llamó «prioridad». Por ejemplo, un año fue «prioridad matrimonio y familia»; otro fue «prioridad juventud», que culminó en aquel encuentro de más de cien mil jóvenes en Córdoba (nunca más se repitió, en contraste con las JMJ, convocadas por papas ancianos, en diferentes partes del mundo; la última en Río y la próxima anunciada en Polonia). También algunos sínodos provocaron iniciativas anuales, como el Sínodo
de la Palabra. ¿Alguien se acuerda de todo eso? Ya más cercano a este tiempo, hace unos años nomás, fue el Año del Sacerdocio o de los sacerdotes, también convocado por el papa Benedicto. Y por fin éste último. Todas estas cosas (más olvidadas que recordadas), ¿dejaron algo sólido, duradero en la vida de los fieles, de la Iglesia, de la parroquias o diócesis? ¿Cómo fue, que dejó-qué me dejó este Año de la Fe? Personalmente me siento en la necesidad (por lo tanto en la obligación) de averiguar qué frutos dejó en mi vida de creyente, discípulo este año. ¿Aproveché las oportunidades que me dio mi parroquia, mi diócesis? Por ejemplo, lo que me propuso esta última, la diócesis de Nueve de Julio. Me propuso un modo práctico de vivir este año: lo dividió en cuatro etapas, siguiendo cada una de las cuatro partes del Catecismo de la Iglesia Católica. A saber: «El credo»: el contenido de la fe, o sea lo que creemos, las verdades o dogmas de la Iglesia católica, expresadas en esa oración (que rezamos en todas las misas dominicales). «Los sacramentos»: cómo celebramos eso que creemos. «Los mandamientos y las bienaventuranzas»: la vida, el comportamiento, las actitudes y acciones, la conducta del cris-
Escribe: Pbro. Carlos Mateos tiano/a en la vida, la de todos los días, en el mundo. «La oración»: la relación personal con Dios, en la intimidad de nuestro interior y con toda la comunidad Iglesia. ¿Y ahora qué? Respondiendo a esa necesidad de revisar, de que hablé al principio, de ver qué frutos dejó en mí este año, qué me pudo haber concedido el Señor por mi empeño y participación, me pregunto: 1. Lo que creo: ¿Descubrí cosas que no sabía, o que sabía poco… o mal? ¿Me queda la sensación de que tendría que saber un poco mejor la doctrina, o algunas cosas de ella? ¿Haré algo para formarme mejor? ¿Hay posibilidades en mi parroquia? 2. Lo que celebro: Acá, primero, claro, reviso mi participación de la Eucaristía dominical. Incluso de cómo me preparo cuando salgo hacia el templo, qué pienso. Miro, también, si tengo rutinas, incluyendo la de estar siempre en el mismo banco («mi banco»); y rutinas aún más profundas, de tipo interior. Pero también puedo pensar cómo participo de otros sacramentos (bautismo, casamiento), cuando soy invitado: parientes, amigos. Voy más con un sentido social que de cristianos en celebración. ¿Contribuyo, o lo trato al menos, de hacer que todos entren en un ambiente religioso, de celebración?
Terminó el Año de la Fe. ¿Y ahora, qué? ¿Se trata simplemente de «tarea cumplida», ya está, fue…? Ahora a otra cosa… ¿Qué cosa?
3. Lo que vivo, cómo lo vivo: Acá hago como un examen de conciencia. Primero si soy calculador, mirando solamente la letra de los mandamientos, (bueno, no es tan grave… venial… pase… después me confieso). Pero más profundo: ¿Me preocupo, me intereso por tener presentes en mi vida las actitudes propuestas por Jesús en las bienaventuranzas? O simplemente, me quedo en lo más grueso de los mandamientos (no robo, no mato), en una especie de mediocridad, de «ni», y así con un testimonio cristiano muy pobre (¿o casi nulo?) 4. Mi vida de oración: El Catecismo de la Iglesia Católica habla de «El combate de la oración». ¿Me preocupo, realmente; me ocupo de tratar de tener una vida de oración? Lo que sé y puedo. O aflojo fácilmente. ¿Tiene la Palabra una prioridad en mi interior? Aunque más no sea, la de la misa del domingo: si tengo voluntad, con esas lecturas tengo para toda. ¿Hago algo en sentido? Querido lector/a: esto me lo digo para mí y simplemente lo ofrezco. Habría que considerar también todo esto del Año de la Fe, de su continuación, de sus frutos, en los movimientos, grupos, instituciones. En ese sentido, la Junta de Catequesis y la programación para estos años del Seminario de Catequesis son un ejemplo a imitar en todos los niveles de nuestra Iglesia diocesana. Dios quiera.
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Evangelización rural æComo esas pequeñas aldeas que Jesús recorría palmo a palmo con sus amigos, los Apóstoles, nuestras aldeas rurales hoy también necesitan ser recorridas con corazón de discípulos y compromiso misionero. Vayan... Una vez más Cristo nos dice «Vayan!!». Es casi la condición primaria del discípulo una vez que ha aceptado el llamado y ha dicho sí a seguirlo. Para ser discípulo de Cristo hay que ponerse en camino y caminar. No es necesario irse muy lejos ni proponerse obras sobrehumana, basta con asumir lo simple y lo diario con vocación cristiana. Tomar un momento y
preguntare ¿Adónde quiere Jesús que hoy yo vaya? Y es así que hoy, este año, Jesús quiso que fuéramos a Rauch y a Máximo Fernández, y allí fueron los encuentros con los niños, sus familias y sus docentes, con esa comunidad ávida de recibir la Palabra, de hablar de Jesús y la virgencita, de contarnos como le rezan al Ángel de la Guarda.
Estos encuentros en los que ambos nos regalamos aportes; nosotros acercamos el mensaje espiritual, la evangelización y ellos nos regalan la oportunidad de vivenciar todo lo que tienen para enseñarnos, cuando estamos abiertos a escucharlos y a mirarlos. Así nos reunimos el miércoles 13 de noviembre en las comunidades de Rauch y Máximo Fernandez con el compromiso
firme de continuar a este llamado. Pidamos a María, madre de Dios, estrella de la evangelización, que guíe nuestros pasos y los de estas comunidades a fin de que todos participen de la mesa de la vida que el Señor nos ofrece. Alabado sea Jesucristo. Acción Católica de la Parroquia Santa Rosa de Lima, Bragado
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Pág. 7 La catequesis en nuestra diócesis
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a oración, dirigida al Padre celestial, como nos enseñó su Hijo, nuestro Redentor, y que anima en nosotros el Espíritu de amor, es tanto más rica y expresiva cuanto la realizamos con los mismos sentimientos de Jesús. Por eso, toda oración se dirige al Padre en el nombre de su Hijo, por la acción del Espíritu, y por ello es importante tener siempre en cuenta, cuando oramos, la estructura doxológica, - que glorifica a Dios Uno y Trino, quiere decir -, y que está claramente expresada en la liturgia, que es, en esto también, escuela de oración. Otra dimensión que no puede faltar en los diferentes modos de oración es la referencia escatológica, inseparable de la oración de Jesús y tan presente en las formulaciones de los primeros siglos de la Iglesia. Se trata de la esperanza teologal volcada en la oración, con el deseo apremiante de la consumación en Dios de la creación entera y la aspiración por el encuentro definitivo con él, por los siglos de los siglos. El Padre nuestro (CIC 2759 – 2865) Es bien sabido que en las catequesis de la Iglesia antigua, la enseñanza de la oración, por la estrecha relación que tienen entre sí la doctrina recibida con la fe, la liturgia y el testimonio cristiano de vida, se impartía con la «entrega» de la Oración dominical, y a partir de las peticiones se desarrollaba la enseñanza de la importancia, el sentido y los modos de la oración cristiana. Orígenes se remite a «las enseñanzas de Jesús» y propone que sea la vida entera del cristiano la que muestre el propósito de ser auténticamente un hijo de Dios, y no solo de palabra: «Por eso, estamos llamados a decir Padre nuestro que estás en el cielo (Mt 6, 9) no simplemente con las palabras de la oración, ni en momentos determinados y aislados, sino con el compromiso constante de vida …» (PERRONE, L., cit., p. 197). San Agustín de Hipona dice que es conveniente que se utilicen siempre las palabras de la Oración del Señor, para que todas estas realidades de fe que encierran, se graben en la memoria del creyente. Y relaciona todas las expresiones de la oración a la oración que enseñó Jesús a sus discípulos, y que es modelo y causa de toda conversación con Dios: «Porque todas las demás palabras que podamos decir, bien sea antes de la oración, para excitar nuestro amor y para adquirir conciencia clara de lo
A LA ESCUCHA EN BETANIA ENCADI 2012
MENSAJE DEL OBISPO MARTÍN DE ELIZALDE, EN EL ENCADI 2013 (PARTE III DE III)
Oración y catequesis
«Ser catequista es también proponer una vida de oración, y para ello es necesario practicarla, tenerla, para poder compartirla». Monseñor Martín de Elizalde. que vamos a pedir, bien sea en la misma oración, para acrecentar su intensidad, no dicen otra cosa que lo que ya se contiene en la oración dominical, si hacemos la oración de modo conveniente. Y quien en la oración dice algo que no puede referirse a esta oración evangélica, si no ora ilícitamente por lo menos hay que decir que ora de una manera carnal. Aunque no sé hasta qué punto puede llamarse lícita una tal oración, pues a los renacidos en el espíritu solamente les conviene orar con una oración espiritual» (S. AGUSTÍN: Carta 130, a Proba, 12). No vamos a entrar en el detalle de la exposición patrística y catequística del Padre nuestro, que pueden fácilmente encontrar en el Catecismo de la Iglesia Católica y en la abundante literatura homilética, preparatoria del bautismo, de los primeros siglos de la Iglesia, y cuya lectura recomiendo vivamente. Pero retengamos la afirmación de Orígenes, que la Oración dominical es un proyecto de vida, una respuesta aplicada en la existencia de cada creyente, a partir de la fe revelada, y no una oración vocal solamente. Explicar el Padre nuestro lleva, por la Oración del Señor, al catecúmeno y a todo cristiano a consolidarse en la fe y en las buenas obras. Y también recordemos la distinción agustiniana entre la oración carnal y al oración espiritual, cuyo verdadero sentido es fácilmente accesible, y que el catequista tiene que poder discernir y presentar adecuadamente. En efecto, cuanto el mismo Catecismo dice sobre la vida de oración (CIC 2697 – 2751), sus condiciones y resultados, sus fallas y desvíos, puede ser ilustrado con la misma Oración; pensemos en ciertas formas de religiosidad,
cercanas a la superstición, en la búsqueda de lo maravilloso o de mensajes pretendidamente sobrenaturales, en el culto popular a algunos santos o figuras asimiladas a ellos en la mente de muchos. Una formación sana a la oración es segura salvaguarda de la fe y ayuda eficaz para una práctica cristiana de vida, y por eso también los catequistas tienen que estar preparados para ofrecerla. El Papa Francisco, en la encíclica «La luz de la fe», hablando de la trasmisión de la fe, relaciona «los cuatro elementos que contienen el tesoro de memoria que la Iglesia trasmite: la confesión de la fe, la celebración de los sacramentos, el camino del decálogo, la oración. La catequesis de la Iglesia se ha organizado en torno a ellos, incluido el Catecismo de la Iglesia Católica, instrumento fundamental para aquel acto unitario con el que la Iglesia comunica el contenido completo de la fe, ‘todo lo que ella es, todo lo que cree’ (DV 8)» (46). La espiritualidad del catequista y la enseñanza de la oración Podríamos concluir aquí, con esta síntesis que hace el Papa sobre la unidad de las cuatro partes, y que deja una clara visión de la unidad que debemos tener siempre delante de los ojos, y que es una de las notas de la Iglesia, la condición de la comunión, el alimento de la fe eclesial, la pedagogía de los misterios, la plenitud prometida y anticipada en nuestra condición peregrina, en la vida de la Iglesia. Permítanme, sin embargo, decir ahora brevemente algunas palabras sobre la misión del catequista y la espiritualidad. El cate-
quista es un anunciador del Evangelio, da a conocer a Cristo a quienes no lo han recibido todavía, y por eso no es un mero repetidor, un propagandista. Es en muchas oportunidades, en muchos aspectos, para muchas personas, el rostro de la Iglesia, cuya cabeza es Cristo. No repite palabras, cuya comprensión le escape, ni sugiere actitudes y conductas meramente exteriores, con las que no está él mismo comprometido. Pero, notémoslo, antes de comprometerse para una función o tarea eclesial, ha sido incorporado en Cristo por la fuerza de la gracia, por la fe recibida y el impulso de la caridad: el Espíritu de Dios lo habita. Y es a partir de esta experiencia que surge la condición de testigo y, por consiguiente, el encargo de catequista. La experiencia de la oración es la experiencia del Espíritu Santo que ora en los creyentes, y es a partir de ella que el catequista puede trasmitir la integralidad del «contenido completo de la fe», como expresa el Papa Francisco. De lo contrario estaría solamente leyendo un apunte, proponiendo
un mero saber que nunca arraigará en los corazones de quienes están llamados a ser discípulos, frustrándolos en su búsqueda y traicionando el envío recibido de Jesús y de la Iglesia. Ser catequista es también proponer una vida de oración, y para ello es necesario practicarla, tenerla, para poder compartirla. Un texto bellísimo de san Gregorio de Nisa nos habla del rostro de Cristo que se muestra en la Iglesia, y que es el único modo que tenemos de contemplarlo, aquí en la tierra. Nosotros somos ese rostro, somos Iglesia. «De hecho, Dios, a quien – como dice Juan – ‘nadie ha visto jamás’, ni puede verlo, ha hecho de la Iglesia – como atestigua Pablo – su propio cuerpo y, mediante la agregación de aquellos que van siendo llamados a la salvación, la edifica en la caridad, hasta que lleguemos todos al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud. Ahora bien, si la Iglesia es el Cuerpo de Cristo, y Cristo es la cabeza del cuerpo, configurando el rostro de la Iglesia con su propia fisonomía, quizá sea debido a esto el que los amigos del Esposo, al contemplar estas realidades, se sientan más capaces de comprender: de hecho, por medio de la Iglesia, pueden ver con mayor transparencia al Esposo mismo, que de suyo escapa a su campo visual. Y de la misma forma que los que no pueden mirar de hito en hito al sol, pueden, no obstante verlo reflejado en el agua, así también aquellos ven en un espejo limpio, es decir, en el rostro de la Iglesia, al Sol de justicia, que es comprendido por la mente en la medida en que se manifiesta». (S. GREGORIO de NISA: Homilía 8 sobre el Cantar de los cantares).
FIEST AS P ATR ON ALES DE DICIEMBRE FIESTAS PA TRON ONALES En las Parroquias y Capillas de nuestra Diócesis 08. Inmaculada Concepción de la Virgen María -Parroquia, AMEGHINO -Parroquia, LINCOLN -Capilla, BELLOCQ (Carlos Casares -Capilla, PATRICIOS (Nueve de Julio)
12. Nuestra Señora de Guadalupe -Capilla, TRENQUE LAUQUEN 13. Santa Lucía, vir gen y már tir virg mártir -Cuasi Parroquia, DEL VALLE 29. Sagrada Familia (fecha móvil)
-Capilla, NUEVE DE JULIO (Catedral).
DICIEMBRE 2013
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LA PUERTA DE LA FE
El Verbo se hizo carne y puso su morada entre nosotros
A
la hora de definir el género literario de Una casa en la arena hay que colocarlo bajo el rótulo de retrato. No hay duda que el libro retrata la casa de Pablo Neruda en isla Negra, pero esta escueta definición no capta todo el rico entramado de significaciones con las que el poeta hace reverberar las complejas vivencias públicas y privadas que convirtieron el espacio de su casa en una extensión de su personalidad y por ende de su pensamiento estético y político (Así lo refiere María Salgado en «Una casa en la arena: Legado poético de un Neruda Comprometido», The University of North Carolina at Chapel Hill). Lo mismo tendríamos que decir de Axel Munthe en sus Recuerdos de la Villa San Michele, donde refiere la construcción de su casa. Axel Munthe fue un médico y escritor nacido en Suecia. A los 18 años visitó Capri y desde entonces se propuso crear su hogar allí. Años más tarde construyó, tal y como deseaba, una villa a la que llamó «San Michele» en el punto más alto de la isla de Capri, en el lugar que ocupara anteriormente la villa del emperador romano Tiberio. Munthe pasó mayor parte de su vida allí, dónde salvo breves períodos, residió 56 años.
Así cada unos de estos poetas y narradores van tejiendo sus relatos desde sus vivencias y lo significante que son sus casas para ellos. Ambas tienen puntos en común: sus casas, abiertas a sus amigos, que son una prolongación de sí mismos, construidas a orillas del mar (el Pacífico y el Tirreno, respectivamente) y sentidas por ambos escritores como «su» lugar en el mundo. Seguramente si recordamos, en este momento, nuestras casas paternas o muchas casas de nuestros amigos, éstas, nos dicen muchos de quienes la habitan. La casa de mi amigo Jorge en Bolívar dice mucho de él: calidez, familia, «olor a levadura…»; la de mi amiga Lis en Miramar habla de su personalidad: creativa, mágica, llena de vida, un vergel en medio de la ciudad; el departamento de su hija (y amiguísima) Albertina habla también de ella: especie de glamour mezclado con aventuras y viajes. El «rancho» de Nicolás a las afueras de Zárate, también habla de él: nobleza plasmada en ladrillos y madera. Pero la casa de Pablo Neruda y Axel Munthe tienen también un punto en común: ambas tienen en sí mismas «cosas» que el mar les ha regalado: La casa de isla Negra se llenará así de mascarones de proa, e incluso una puerta de barco, de algún naufragio, que
P. Luis Diehl
PENSAMIENTOS BREVES X Alegrémonos cuando, a la hora de la brisa suave, el Señor viene a nuestro encuentro para hablarnos al corazón, como amigos. XConfiemos en la primera promesa del Dios: el Salvador que Él nos enviará vencerá al mal y podremos vivir eternamente en la comunión que Él nos ofrece.
Es una publicación de la diócesis de Santo Domingo en Nueve de Julio
Escribe: Pbro. Germán Loriente
Las casas de Jesús nos hablan mucho de Él: humildad, pobreza, postergación, simpleza, mansedumbre, decididamente marginal y, en el momento de su nacimiento, con los pastores, los marginados. Nos habla también de quién será su Reino: bienaventurados los pobres, afligidos, mansos, los que tienen sed de justicia… y nos hablará definitivamente de quienes irán a su derecha en el juicio: porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estaba desnudo… de paso… enfermo o preso. devendrá en escritorio (el favorito de Pablo Neruda); la de la Isla de Capri se irá completando, como si fueran partes de un mecano, de mármoles que irá rescatando el mismo Axel Munthe del fondo del mar: esculturas, bancos, dinteles, e innumerables piezas del carrara más antiguo, como hechas para su casa. Los hombres de la palabra poética y narrada nos muestran sus casas con cosas rescatadas. Cosas que el mismo mar esconde y regala. Año XIV - N° 144 DICIEMBRE de 2013
Navidad nos acerca al misterio del hombre que es LA PALABRA. Que nos habla del Reino de su Padre con palabras humanas. Que se nos dice no sólo en discursos, también en parábolas, milagros y gestos… profundos gestos humanos – divinos. Navidad nos acercará a la pequeña Nazareth, a la humilde cueva de Belén, y a la desconocida casa del exilio. Las «casas» de su nacimiento e infancia nos hablan mucho de su dueño. El Señor nos hablará mucho de su pensamiento y su política, de su Reino y sus preferencias, de sus opciones radicales, de su porfía. Nazareth, al sur de Sefhoris, en Galilea, es una ciudad de poca importancia en la época: una miserable aldea cuyas casas se prolongan hasta el pie de una colina que se eleva en forma de anfiteatro. Por más que el terreno sea blando y fácil de cultivar pareciera que su aspecto es bastante deplorable, y le valió la opinión sarcástica de Natanahel: «¿Puede venir algo bueno de Nazareth?» Yace la ciudad en la falda de un monte, donde los habitantes hacen en la misma peña cuevas con grutas en forma de gabinetes con sala delante, ambos unidos, y de un solo alto, que les servía de habitación. Así encontraremos también la Casa de la Virgen. Belén (Bethlehem de Judá y Efhratá) en cambio es una ciudad más célebre. Tallada en una montaña roquiza por el lado oriental, goza de una campiña amena y abundante en viñas, higueras, almendros y olivos; y también del mismo lado de la ciudad hasta una legua de distancia de escasos pastos, donde los pastores llevaban sus ovejas. Su celebridad es debida a los hombres que allí nacieron: sobre todo David, cuya familia reside allí desde los tiempos de Booz (cfr. Libro de Ruth). La cueva donde nació el Redentor no se distingue de muchas otras que hay en el país. Quizá su destino difiere de la disposición y utilización de la misma: un establo. DIRECTOR Pbro. Germán Loriente germanloriente@gmail.com
Las casas de Jesús nos hablan mucho de Él: humildad, pobreza, postergación, simpleza, mansedumbre, decididamente marginal y, en el momento de su nacimiento, con los pastores, los marginados. Nos habla también de quién será su Reino: bienaventurados los pobres, afligidos, mansos, los que tienen sed de justicia… y nos hablará definitivamente de quienes irán a su derecha en el juicio: porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estaba desnudo… de paso… enfermo o preso. «El hombre se disuelve en el océano como un ramo de sal… el agua es esperma y ovario» (de Pablo Neruda, «Casa en la arena»). Es justamente ese hombre el que buscará el Señor del mar para rescatarlo y armar su casa. «El verbo se hizo carne y puso su morada entre nosotros» (Jn 1,14). No se hizo de una carne distinta, sino de la nuestra: frágil, vulnerable, dolida y esperanzada. Se hizo de una carne que sabe compartir la vida y las cosas, pero justamente desde allí quiere rescatarnos para que sean nuestro medio y no un fin en sí mismo. Para que la vida y las cosas alimenten el encuentro: «Ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: Ahí tienen un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores. Y la Sabiduría se ha acreditado por todos sus hijos» (Lc 7,34 - 35). El mar ha regalado al Señor una humanidad concreta, y el Señor regalará a la humanidad su gloria «cuando el mar no exista más» (Apocalipsis 21,1). Nuestra humanidad será para Él su escritorio, su banco, su dintel, su mesa, su morada. No tendrá otra morada dónde reclinar la cabeza (Mt 8,20) sino la de nuestra propia humanidad, hasta que recline su cabeza en la Cruz (Jn 19,30). Entremos así a Belén, con los ojos del que puede ver en la casa del que nace a su dueño. Con los ojos y la sabiduría de los pobres y los poetas.
EDICION INTEGRAL Fabricio O’Dwyer fabricio1969@gmail.com