PASTORAL VOCACIONAL
«Como la arcilla en la mano del alfarero...» u El mismo Jesús nos regala en su Palabra un itinerario de cómo quiere Él formar a sus sacerdotes, y a todos aquellos que quieran ser sus discípulos.
PASCUA 2015
«Soy yo, no teman»
ACTUALIDAD
Celebración del V centenario del nacimiento de Santa Teresa en el Carmelo San José
u El obispo Martin presidió la Eucaristía, acompañando a las hermanas Carmelitas.
Y ADEMAS... Carta del Obispo . Reflexiones de monseñor Martín de Elizalde acerca de la Eucaristía Dominical.
Lo suyo, lo mio, lo nuestro .Contratapa. El padre Germán Loriente escribe sobre «La alegría del Evangelio», a través de la exhortación apostólica del Santa Padre (Parte II)
¿Qué rasgos adquiere la Iglesia que la asemeja a Jesús Resucitado para entregar al mundo el don de la Pascua? Dejémonos llevar de la mano por la Palabra del Señor que, en los relatos de las apariciones del Señor después de la Resurrección, deja entrever cómo debe ser la comunidad cristiana para prolongar la Pascua del Señor.
PARA COMUNICARNOS: comunicaciones@diocesis9dejulio.org.ar
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CARTA DEL OBISPO
Para ver más mensajes del obispo Martín http://www.diocesis9dejulio.org.ar/obispo.html
LA EUCARISTÍA DOMINICAL Queridos hermanos: Todos sabemos, aunque tenemos que recordarlo frecuentemente y con insistencia que el día del Señor, el DOMINGO, pertenece al patrimonio espiritual y litúrgico de los cristianos, uno de los más importantes y arraigados en la fe y en la práctica de la Iglesia. Con demasiada frecuencia los fieles se consideran dispensados de la participación en la Eucaristía dominical, cuando de hecho se encuentran también olvidados los demás aspectos de esta fiesta de la Iglesia. Es un conjunto al que debemos mirar, no solo a la obligación o precepto, aislándolo de su contexto teologal y espiritual. El Catecismo de la Iglesia Católica contiene una formulación muy clara al respecto en sus párrafos 1166 y 1167: La Iglesia, desde la tradición apostólica que tiene su origen en el mismo día de la resurrección de Cristo, celebra el misterio pascual cada ocho días, en el día que se llama con razón ‘día del Señor’ o ‘domingo’. Con la referencia a la Constitución sobre la Liturgia, del Vaticano II, se resume la razón y sentido de una tradición que viene de los primeros tiempos de la Iglesia. San Juan Pablo II en su Carta apostólica sobre el día del Señor Dies Domini (del 31 de mayo de 1998) nos trasmite una hermosa enseñanza sobre la importancia de esta celebración del primer día de la semana. Lo llama Día del Señor, por la celebración de la Creación; Día de Cristo, por su resurrección y el don del Espíritu; Día de la Iglesia, con su centro en la asamblea eucarística; Día del hombre, pues es día de alegría, descanso y solidaridad. El domingo es el día por excelencia de la asamblea litúrgica, en que los fieles ‘deben reunirse para, escuchando la Palabra de Dios y participando en la Eucaristía, recordar la pasión, la resurrección y la gloria del Señor Jesús y dar gracias a Dios, que los hizo renacer a la esperanza viva por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos’.
La Eucaristía dominical es la que distingue y da relieve y sentido a este día. Por la participación en el Sacrificio de Cristo celebrado en nuestros templos, la asamblea de los bautizados -renueva su encuentro con Dios, -profesa la fe recibida en la Iglesia, -recibe los frutos y bendiciones de la redención en Cristo, -se une en la participación de los gestos litúrgicos y en la oración que nos fortalece, -revive los lazos de la comunión con la asamblea, que representa a todo el Pueblo de Dios, -se instruye con la lectura de la Palabra de Dios y su explicación en la homilía, -aprende, a través de los símbolos y gestos, a mantenerse en contacto con las realidades sobrenaturales, -es animado el fiel para unirse en la acción evangelizadora y los servicios caritativos y pastorales que realiza la comunidad, -se experimenta el consuelo y la ayuda de Dios, por su Palabra, por la gracia sacramental, por el fruto de la comunión eclesial, -el sacrificio de Cristo, ofrecido por la Iglesia, «por los vivos y los difuntos», beneficia a quienes se encuentran en camino en esta tierra y acompaña el paso de quienes han abandonado este mundo para que lleguen a la gloria del Padre, -expresa, con su participación de fe y de caridad, la identidad del cristiano y proclama con humildad pero con decisión y claridad su adhesión al Evangelio, -es una gran ayuda para sostener la perseverancia en la fe y en la práctica religiosa. La predicación de los sacerdotes y la instrucción catequística, la preparación para la recepción de los sacramentos, debe tener en cuenta este aspecto, que es fundamental en la vida cristiana, y que se encuentra muy oscurecido por cierto desinterés, la banalización del compromiso y, sobre todo, el debilitamiento de la fe. Señalemos algunas de las formas con que se dan estos hechos:
INTENCIONES PARA ORAR ABRIL 2015
A PEDIDO DEL SANTO PADRE
GENERAL: La creación. Para que las personas aprendan a respetar la creación y a cuidarla como don de Dios. MISIONERA: Cristianos perseguidos. Para que los cristianos perseguidos sientan la presencia reconfortante del Señor Resucitado y la solidaridad de toda la Iglesia.
-desde la misma catequesis de iniciación, una presentación insuficiente de la importancia del Misterio eucarístico, que puede concluir en considerar la asistencia a la Misa dominical como un requisito y nada más, pero sin apertura ni comprensión hacia su continuidad en la vida, -una «interiorización» subjetiva e individualista, que privilegia las sensaciones personales, sin la objetividad de una participación en la vida de la gracia que nos es dada en los sacramentos, -una interpretación que ha eliminado los deberes y no permite apreciar en su justa dimensión la pérdida que conlleva su omisión, deliberada o no, pero que siempre empobrece y debilita, -una inadecuada jerarquía de valores, según la cual la Misa dominical debe ceder su lugar a otros compromisos y acontecimientos, -falta de educación doctrinal y de formación litúrgica, de intimidad con Dios (vida espiritual), que puede llevar a dos extremos opuestos, pero ambos muy nocivos: la indiferencia ante el sacramento o una práctica formalista, que no convence ni atrae, -la difusión entre nuestros fieles de una concepción de la vida cristiana que no tiene en cuenta el valor de la trasmisión de la fe por la enseñanza y el ejemplo de los padres y educadores. En el comienzo de las actividades del año, retomar estas grandes preocupaciones de la comunión eclesial nos tiene que motivar y alentar, y pido especialmente a todos los responsables de la pastoral, sacerdotes y diáconos, catequistas y educadores, ministros y miembros de los grupos misioneros, que nos unamos creativamente, con inteligencia y con confianza expresada en una sincera y profunda súplica a Dios, en esta preocupación por ofrecer el culto espiritual de nuestra fe vivida con la participación en las riquezas de la santidad de la Iglesia. Con mucho afecto, los saluda y bendice, + Martín, obispo de Nueve de Julio
PARA AGENDAR Colectas imperadas de abril 03 abril / Viernes Santo: TIERRA SANTA 26 abril / Domingo IV de Pascua, del Buen Pastor: COLECTA PARA EL SEMINARIO
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COMPARTIENDO NUESTRO TESORO RASGOS DE LA COMUNIDAD DEL RESUCITADO
La Iglesia de la Pascua Dejémonos llevar de la mano por la Palabra, en los relatos de las apariciones del Señor después de la Resurrección, que deja entrever cómo debe ser la comunidad cristiana para prolongar la Pascua del Señor
mento de evangelización que actúa tanto con sus palabras como con sus acciones la misión es entonces lo más propio de su ser, la Palabra recibida, los sacramentos que la fortalecen, la experiencia de la misericordia que pacifica la vida son dones que se le confía para trasmitir a todo el mundo en todo momento de la historia. La iglesia así continúa la obra de la Pascua de Jesús porque para eso ha sido llamada y constituida para ser sacramento, signo, de la acción salvadora de Dios.
Escribe: Pbro. ROBERTO GIARDINO «…uno de los soldados le atravesó el costado con la lanza, y en seguida brotó sangre y agua.» (Jn. 19, 34) Desde los primeros tiempos de las comunidades cristianas en este texto del evangelio se entreveía el nacimiento de la Iglesia que como Eva surgía del costado abierto de Cristo de donde brotaban los sacramentos que hacen a la comunidad de los cristianos ser Iglesia. Es que ella nace de la Pascua de Cristo y está llamada a ser instrumento a través del cual la vida de Dios, ofrecida en la entrega de Jesús, llegue a toda mujer y todo hombre en todo tiempo y lugar. ¿Qué rasgos adquiere la Iglesia que la asemeja a Jesús Resucitado para entregar al mundo el don de la Pascua? Dejémonos llevar de la mano por la Palabra del Señor que, en los relatos de las apariciones del Señor después de la Resurrección, deja entrever cómo debe ser la comunidad cristiana para prolongar la Pascua del Señor. «¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?». En ese mismo momento, se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén. Allí encontraron reunidos a los Once y a los demás que estaban con ellos, y estos les dijeron: «Es verdad, ¡el Señor ha resucitado y se apareció a Simón!». Ellos, por su parte, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.» (Lc. 24, 32-35) La Iglesia de la Pascua es ante todo discípula y por eso es testigo. La comunidad del Resucitado es la que en el camino de la vida escucha la Buena Noticia de la presencia de Dios en medio de los acontecimientos de la vida. Con un oído atento y una mirada penetrante los discípulos se ponen a los pies de su Señor para recibir el don de la palabra que consuela porque alienta la esperanza de reconocer que el proyecto de Dios es que todo termine
«¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras? bien porque ese es el final que el Señor ha dado a la historia en su pascua donde ha triunfado la vida. Pero también es comunidad de discípulos que sabe que la fuerza para vivir según el querer de Dios la recibe del Resucitado que se hace alimento de vida. Iluminada por la Palabra y fortalecida por el Pan partido, la Iglesia se acerca a todos los que caminan por la vida y les lleva un mensaje de esperanza que salva la vida del sinsentido, ella se hace así testigo de lo que ha visto y oído en el camino. «Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: « ¡La paz esté con ustedes!». Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor. Jesús les dijo de nuevo: « ¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes» Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió «Reciban al Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan».» (Jn. 20, 1923) La Iglesia de la Pascua es obrera de misericordia y de paz.
Los discípulos del Resucitado testimonian su presencia en el mundo actuando de un modo nuevo que promueve la vida y la cuidan. Generadores de nuevos lazos de relación invitan con su vida a descubrir que junto a cada mujer y a cada hombre hay un hermano con quien caminar para vivir de una manera digna. La comunidad de los cristianos, al reconocer la acción compasiva del Señor en cada momento, está enviada a «misericordiar», es decir a no apagar la vida ni a esclavizarla, sino a hacer todo lo posible para hacerla crecer y liberar del egoísmo, la violencia, el rencor que hacen del vivir una carga insoportable más que una oportunidad de feliz desarrollo para el bien de todos. Haciéndose cercana y compasiva de cada vida, la Iglesia se manifiesta como instrumento de unidad de los hombres entre sí y con Dios (cf. L.G. 1) generando así una la posibilidad de una paz duradera para todos porque esta paz es reconocida no como producto de acuerdos o sometimientos, sino como fruto de la experiencia de haberse encontrado con el Dios que nos ama a todos y quiere la vida. Y todo esto la comunidad del Resucitado lo hace no movida por una actitud voluntarista, sólo fruto de decisiones éticas, sino impulsada por el Espíritu de Dios es el verdadero actor de la obra de reconciliación y pacificación del mundo. La Iglesia es la
herramienta que en sus manos le permite ir actuando en medio de los avatares de la historia para que todo vuelva al encuentro vivificante con el Padre. «Los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña donde Jesús los había citado. Al verlo, se postraron delante de él; sin embargo, algunos todavía dudaron. Acercándose, Jesús les dijo: «Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo».» (Mt. 28, 16-20) La Iglesia de la Pascua es comunidad misionera. La comunidad cristiana está llamada a no esperar a que la humanidad se acerque a ella sino que es Iglesia en salida que va en búsqueda de los heridos que se encuentran en las periferias de la vida. Enviada por su Señor la Iglesia no puede detenerse para vivir de un modo acomodado. Ligera de equipaje siempre está descubriendo nuevos horizontes a los que ofrecer la Buena Noticia del Reino de Dios. La sostiene en el camino la certeza de la presencia del Resucitado que ha prometido estar siempre con ella. La Iglesia tiene la profunda convicción que ha sido convocada para ser instru-
Una última imagen de la Palabra: «Todos se reunían asiduamente para escuchar la enseñanza de los Apóstoles y participar en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones. Un santo temor se apoderó de todos ellos, porque los Apóstoles realizaban muchos prodigios y signos. Todos los creyentes se mantenían unidos y ponían lo suyo en común: vendían sus propiedades y sus bienes, y distribuían el dinero entre ellos, según las necesidades de cada uno. Íntimamente unidos, frecuentaban a diario el Templo, partían el pan en sus casas, y comían juntos con alegría y sencillez de corazón; ellos alababan a Dios y eran queridos por todo el pueblo. Y cada día, el Señor acrecentaba la comunidad con aquellos que debían salvarse.» (Hech. 2, 4247) La Palabra del Resucitado fue asumida inmediatamente por la comunidad de los cristianos como un ideal a vivir para ser fiel a su Señor y un desafío permanente a no buscar acomodarse a los criterios del mundo, así nos lo testimonia este texto del Libro de los Hechos de los Apóstoles que refiere sobre la comunidad surgida de Pentecostés. Es también la imagen más plena de lo que está llamada a ser la Iglesia para ofrecer el testimonio de la Pascua, mirémonos en este espejo para sentirnos nuevamente invitados a vivir según el proyecto de Dios y así ser signo de la Vida de Dios ofrecida a todos.
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LA IGLESIA HOY ACTU ALID AD DIOCESAN A CTUALID ALIDAD DIOCESANA EN LA ARGENTINA
UNIDAD ECLESIAL Prioridad pastoral de la Iglesia en la Argentina æLa Comisión Permanente del Episcopado argentino aprobó las Líneas Pastorales para el trienio 2014-2017, en las que se destaca que la elección del papa Francisco ha sido un “regalo de Dios” para la Iglesia que peregrina en la Argentina. “El Señor nos interpela a profundizar nuestro compromiso de discípulos misioneros, para ofrecer la esperanza a este mundo, necesitado de Dios y de sus dones de justicia, amor y paz”, se subraya. Los obispos explicaron que las prioridades pastorales y misioneras para los próximos años toman como guía la prédica en Papa en cuanto a la necesidad de ser discípulos misioneros de Cristo para una Iglesia misionera “en salida” y en el contexto de algunos acontecimientos y oportunidades evangelizadoras como el Congreso Eucarístico Nacional, el Bicentenario de la Independencia de la patria, el Sínodo de la Familia, la celebración del Año de la Vida Consagrada y el Jubileo Extraordinario de la Misericordia. El episcopado emitió un documento sobre las elecciones, «exigencia de compromiso ciudadano» æAl término de su 170ª reunión, los obispos de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina, en cabezados por su presidente, monseñor José María Arancedo, arzobispo de Santa Fe, hicieron público este mediodía de un documento en el que expresan algunas reflexiones sobre los próximo actos electorales que se efectuarán en el orden nacional, provincial y local a lo largo del año en curso. Del documento lleva por título «Las elecciones, exigencia de compromiso ciudadano», y agrega una frase del papa Francisco: «Ciudadanos responsables en el seno de un pueblo». Fuente: Aica
El obispo Martín presidió la celebración de la Misa Crismal en la Catedral
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unto al clero diocesano, el obispo Martín presi dió la Misa Crismal el jueves 26 de marzo en la Iglesia Catedral «Santo Domingo de Guzmán» en Nueve de Julio. En la Santa Misa se consagraron y bendijeron los santos óleos: el Santo Crisma, que se emplea en el Bautismo, la Confirmación y la Ordenación Sacerdotal; el óleo de los enfermos, para el sacramento de la Unción; y el óleo de los catecúmenos, también aplicado en el Bautismo. Es una manifestación de unidad eclesial, y la expresión de respeto y de veneración hacia los sacramentos de la Iglesia, que son administrados a los fieles por el ministerio del Obispo y los sacerdotes. También en esta Misa los sacerdotes diocesanos renovaron sus compromisos, asumidos el día de su ordenación, en presencia del Obispo y de la comunidad reunida.
MISION EN GENERAL VILLEGAS
Contagiando la alegría de la fe
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LA IGLESIA HOY ACTU ALID AD DIOCESAN A CTUALID ALIDAD DIOCESANA
EN EL MUNDO
CELEBRACIÓN
¡Feliz cumpleaños Teresa! El Carmelo de Nueve de Julio se vistió de fiesta para celebrar el pasado 28 de marzo el V° centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, en Avila. El obispo Martín presidió la eucaristía, junto a otros sacerdotes, acompañando a las hermanas del Carmelo «San José».
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uchas son las palabras de cariño y felicitación a la Madre Teresa que brotan de nuestro corazón en el día de su 500 cumpleaños. Quisiéramos reunirlas todas aquí, y ofrecérselas a ella. Pero como eso es imposible, tomamos prestadas las que le escribe el P. General de los carmelitas descalzos, Saverio Cannistrà. Él pone voz a nuestra acción de gracias a Dios y a nuestro cariño por esta gran mujer. Con Él, le decimos: ¡Feliz cumpleaños, Teresa! ¡Feliz cumpleaños, Teresa! Te lo desean de corazón todos los que te han conocido y que por eso te aman: tus hijas y tus hijos, tu familia numerosa, que te reconoce como madre y maestra; los cristianos a los que tú les has hecho descubrir «qué buen amigo es Jesús» y cómo nos cambia la vida el hecho de aprender a estar con él, con sencillez y amor, limitándonos a mirarlo a él, que nos mira. Te lo desean tantos creyentes de diversas religiones a los cuales has enseñado la fuerza y el valor universal de la oración, hecha con humildad por un mundo que sufre. Y te lo desean, por último, tantos hombres y mujeres que de ti han aprendido las dimensiones inexploradas de su humanidad y su corazón se ha dilatado, su alma ha respirado.
“HOY MI CORAZÓN ESTÁ EN ÁVILA”, así comienza el mensaje del papa Francisco con motivo del V° centenario del nacimiento de Santa Teresa, al tiempo que ha recordado que “contemplación y acción siguen siendo su legado para los cristianos del siglo XXI»
La vida que el Señor te ha dado no la has conservado para ti. Has aprendido día a día a entregarla totalmente en sus manos, para que El la hiciese suya, su don a la Iglesia y al mundo. Cuando menos te pertenecías, más te pertenecía él, cuando más te dabas a El tanto más Él te hacía partícipe
de su vida, de su relación con el Padre y de su ofrenda por el mundo. ¡Gracias Teresa, por el don de esta vida gastada por nosotros! Gracias porque continúas acompañándonos con tu enseñanza y con tu discernimiento. Nadie como tú sabe lo fácil que es en-
gañarse en la vida espiritual, hacerse falsas ilusiones. Gracias por «desengañarnos», por liberarnos de nuestros caminos tortuosos, que giran siempre en torno a nosotros mismos y nos cierran a los demás. ¡Gracias porque enciendes de nuevo y continuamente en nosotros la esperanza! Tú no has perdido nunca la esperanza y nos has enseñado a no perderla, porque Dios no deja a mitad de camino a los que están dispuestos a llegar a la meta, hasta la fuente de agua viva. Gracias, por último, porque nos has enseñado a reírnos de nosotros mismos, a no ¡tomarnos demasiado en serio! Gracias por tu buen humor, que nos devuelve a la verdadera proporción entre nuestra pequeñez y miseria y la inmensa grandeza de Dios! Contigo cantaremos eternamente las misericordias infinitas de Dios. Gracias te decimos nosotros: la Comunidad de las Hermanas del Carmelo «San José» de la Orden de los Carmelitas descalzos, junto con sus amigos, en la celebración de la Eucaristía presidida por monseñor Martín de Elizalde con los sacerdotes concelebrantes: Facundo Echaniz, Joselo Rossi, Alejandro Sanguineti, Juan Pellegrino, Carlos Tibberi y seminarista.
Comisión vaticana ya prepara el viaje del Papa a Bolivia æUna comisión del Vaticano, comandada por el presbítero Alberto Gasbarri, llegó a Bolivia para organizar la visita apostólica del Santo Padre, a quien se espera en el altiplano en los primeros días de julio. Se espera que Francisco visite Santa Cruz de la Sierra, La Paz y Tarija, esta última ciudad a menos de 100 kilómetros de la frontera con la Argentina. Los padres de santa Ter esita eresita serán santos æEl santo padre Francisco recibió al cardenal Angelo Amato SDB, prefecto de la Congregación de la Causa de los Santos y autorizó la promulgación del decreto que atribuye un milagro a la intercesión de los padres de santa Teresita del Niño Jesús, Louis y Zélie Martin. Por lo tanto será la primera canonización conjunta de un matrimonio. Louis y Zélie Martin fueron beatificados el 19 de octubre de 2008 por Benedicto XVI. Francisco anuncia un Año Santo de la Misericordia æEl Papa Francisco anunció la convocatoria a vivir un Año Santo extraordinario dedicado a reflexionar y celebrar la misericordia de Dios. El «Jubileo de la Misericordia» se iniciará el 8 de diciembre 2015 y concluirá el 20 de noviembre de 2016. La apertura del próximo Jubileo tendrá lugar en el quincuagésimo aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II, ocurrida en 1965. El rito inicial del Jubileo será la apertura de la Puerta Santa, que se abrió por última vez en el Jubileo del Año 2000. El anuncio oficial y solemne del Año Santo se realizará mediante la lectura y publicación en la Puerta Santa de la «bula» en el día de la Divina Misericordia, fiesta instituida por Juan Pablo II y que este año se celebrará el 12 de abril. Fuente: Aica
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EN EL CAMINO DE EMAUS La Biblia y nosotros
Car ta a la Iglesia de Éf eso Carta Éfeso æApoc. 2,17: Leemos lenta y atentamente. A lo mejor, varias veces, para
conocer lo mejor posible. Por supuesto que, al principio va a haber algo que no se entiende. Sobre todo por que aparecen cosas, elementos, que son simbólicos. Dejar actuar al Espíritu. No apurarse ni desanimarse.
Escribe: Pbro. Carlos Mateos
leas, ofensas, tentaciones. La carta lo define como «trabajos». Si han sido superados, reconocemos el amor y la gracia de Dios que nos han ayudado y se ha podido mantener:» la constancia». Luego, leemos de nuevo v.2b: cuántas personas que se han presentado como de parte de Dios con avisos, visiones, mensajes y hasta presuntas mejoras o curaciones. Sensaciones de bienestar o paz (más sicológicos, y pasajeros, que de profundidad espiritual). Y tantos creyentes viajando de un lado a otro, tras esas novedades. Falsos apóstoles.
Algunas aclaraciones 1. El que tiene en su mano derecha, etc., afirma: Jesús es el que habla. En 1,12-16 hay una descripción preparatoria en la que se presenta a Jesús. Y en cada carta, aparecen una o dos cosas de esa presentación. Aquí: el que tiene en Segundo paso su mano derecha… 2,4. Pero debo reprocharte que hayas dejado enfriar el amor que tenías al 2. 2,1. Escribe al Ángel de la Iglesia de Éfeso… Según las tradiciones judías, comienzo. los ángeles están distribuidos en el mundo para influir sobre las personas y sus Vía libre para pensar, reflexionar, dialogar, rezar. Porque se trata de la esencomunidades. Algo parecido a nuestro Ángel de la Guarda. cia misma de nuestra fe y nuestra vida cristiana. ¿Cómo se da eso en nuestras 3. 2,5b: Sacaré tu candelabro de su lugar comunidades, parroquias, movimientos, etc? ¿En qué o preeminente…Perdería su jerarquía de Iglesia principal, cómo se puede notar el amor del que siempre habló- más representada por ese candelabro. ¿De qué amor se trata? ¿Cómo lo aún- el que siempre vivió Jesús? 4. 2,6: los nicolaítas… Miembros de una secta, muy ¿De qué amor se trata? ¿Cómo lo presentó Jesús? presentó Jesús? ¿Recordamos o relajada en su moral y sus costumbres de vida licenciosa. ¿Recordamos o tenemos presente sobre este tema del tenemos presente sobre este tema del 5. 2,7: comer del Árbol de la Vida. Participar de la vida amor, las veces que hablan los Evangelios, como los amor, las veces que hablan los eterna en el cielo. demás escritos del Nuevo Testamento? ¿Podemos hacer Evangelios, como los demás escritos una lista de esos textos, los recordamos? Primer paso del Nuevo Testamento? ¿Podemos Porque es aquí donde se juega todo, como dice la Acá podemos repasar cosas que han pasado, sea en lo hacer una lista de esos textos, los carta. Si no hay amor visible, concreto, habrá religión, personal, o de un grupo o movimiento o de la comunidad recordamos? cosas religiosas, pero cristianismo no. parroquial: disgustos, desencuentros, dudas, roces, pe-
ESPACIO JOVEN
Jesús, tu paso para ser un verdadero joven æLa semana Santa comienza y termina con alegría, empieza el domingo de Ramos y finaliza el domingo de Resurrección. Por eso con alegría quiero recordar cada regalo y enseñanza que Jesús nos da durante este tiempo que es el más fuerte de nuestra Iglesia, Pascua. El domingo de Ramos me recuerda cuando uno encuentra por primera vez a Jesús, ese primer amor, esa felicidad que te llena el alma, pero, ¿cuánto dura? ¿Quiero seguir conociéndolo profundamente? ¿O me dejo llevar por la muchedumbre, las cosas «del mundo», y no tarda mucho para que sea uno de los que grite: ¡crucifícalo!? Luego, en una cena, con amigos, Cristo nos regala su cuerpo y su sangre, se queda con nosotros para siempre en la Eucaristía, nos da la gracia de hacerse uno con nosotros y habitar en nuestro corazón, estos corazones jóvenes que están enamorados de Él y lo necesitamos. Nos enseña a ser verdaderos servidores, a lavar, a limpiar, con este gesto que Jesús tuvo con sus discípulos, nos da un ejemplo de cómo podemos amar a nuestros hermanos, nos muestra el camino, tenemos que servir con un corazón humilde y alegre. Loco de amor por cada uno Jesús entrega su vida, da todo. Por esa pasión que Él tiene carga con la cruz, sobre Él está el peso de nuestros pecados, soporta humillación, espinas, golpes, dolor, traición, llagas, clavos, vinagre, porque nos Ama. Nos regala el perdón, nos libera de lo que nos pesa, de lo que nos aleja de Dios, gracias a Jesús podemos vivir en Gracia. Nos manifiesta cuán grande y maravillosa es la misericordia de Dios, que nos da la vida de su Hijo para salvarnos, nos dio la oportunidad de aprender a ser misericordiosos con nuestros hermanos y con nosotros mismos. Si Dios me perdona y pone sus ojos misericordiosos sobre mi ¿Quién soy para no tener y practicar la misericordia?
En su calvario nos enseña a cargar con nuestra cruz, nos consuela, nos da esperanza y nos revela que está llevando con nosotros cada una de nuestras cruces. Aprendamos como Jesús a aceptar nuestra cruz, nuestra cruz nos lleva a resucitar, ella nos acerca a la vida eterna; el miedo, la duda se tienen que apartar de nosotros, porque no estamos solos caminando hacia Dios. Y cuando estos sentimientos aparecieron en Jesús se retiró a orar, a hablar con su Padre, cuando se hagan presentes en nuestra vida imitémoslo, confiemos en Dios. En la cruz, sigue pensando en nosotros, nos regala una Madre. Ella también nos enseña, vio a su hijo sufrir, padecer, lo vio morir lentamente, lo tuvo en sus brazos y ya no respiraba. Ella nos enseña a guardar las cosas que no entendemos en el corazón y confiar plenamente en la voluntad de Dios, a tener Fe, esa Fe de María que nos muestra tener confianza plena en Él aunque el peso del dolor sea grande, también nos enseña a entregar, a ofrecer, todo el sufrimiento que sentimos a nuestro Padre. Corremos la ventaja de que sabemos el final, sabemos que resucita y que ganamos, porque nos regala la vida eterna. Sigamos caminando por y para Dios, teniendo un corazón resucitado con Jesús, contagiando la alegría de la Fe en todos nuestros ambientes guiados por el Espíritu Santo, bajo la protección de nuestra mamá María. ¡Feliz Pascua de Resurrección!
Sabrina Rodriguez Parroquia Ntra. Sra. del Carmen, Carlos Casares
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PASTORAL ENCADI VOCACIONAL 2012 ¿CÓMO QUIERE FORMAR JESÚS A SUS SACERDOTES?
«Como la arcilla en la mano del alfarero, así están ustedes en mi mano» (Jr. 18, 6)
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onemos en las manos de Jesús Buen Pastor la esperanza –que es también de la Iglesia- de recibir el don ahora y siempre de numerosos y santos sacerdotes». Así comienza la profunda carta que escribieron los Obispos de las diócesis italianas de Gorizia, Udine, Trieste y ConcordiaPordenone a los sacerdotes y fieles en el Año Sacerdotal. Algunos podrían preguntarse: «¿Por qué reflexionar con una carta que escribieron en Italia hace casi 5 años, pudiendo reflexionar con lo que dice el papa Francisco, que es de nuestra tierra?». La respuesta es clara: una cosa no excluye la otra. Nuestro punto de partida para la reflexión y la oración será esta carta, pero no dejaremos de lado la infinita riqueza que nos regala la Iglesia, no solo en la actualidad sino también en el tesoro inagotable de la historia. Todos sabemos que las palabras con las que se comienza una vida pública, un poema, un libro son fundamentales y hasta programáticas. Muchas veces muestra qué es lo que se quiere decir y muestran, aunque veladamente, el fin al que se tiende. Las palabras con las que arrancan los Obispos italianos no son casualidad. Estas palabras nos invitan a ser discípulos de Jesús, es decir, a sentarnos a los pies de Jesús Maestro, escucharlo y dejar que Él forme nuestras vidas con sus manos. El mismo Jesús nos regala en su Palabra un itinerario de cómo quiere Él formar a sus sacerdotes, y a todos aquellos que quieran ser sus discípulos. Pero, ¿cuántos quieren ser maestros sin haber sido discípulos? ¿Cuántos quieren cumplir el mandato de Jesús de ir y hacer discípulos a todas las naciones (cf. Mt. 28, 19-20), sin antes haber sido discípulos? Por eso veremos algunas etapas que Jesús usa para hacer de nosotros sus discípulos. Este camino lo tenemos, precisamente en la Eucaristía, en los momentos de la consagración, que los tomamos de la Palabra de Dios (cf. Mc. 14, 22-25). «Jesús tomó el pan». Jesús toma en sus manos a los sacerdotes, como tomó el pan. Las
Este alfarero va moldeando en sus manos la vasija de acuerdo a lo que Él quiere, es decir, la vocación a la que somos llamados cada uno personalmente. manos de Jesús son el horno donde se forma un discípulo. Amasados por el calor amoroso y misericordioso de las manos de Jesús traspasadas por los clavos, pero también Resucitadas, allí es donde se hacen los discípulos ¿No resuenan casi naturalmente aquellas palabras del Señor: «Como la arcilla en la mano del alfarero, así están ustedes en mi mano» (Jr. 18, 6)? Este alfarero va moldeando en sus manos la vasija de acuerdo a lo que Él quiere, es decir, la vocación a la que somos llamados cada uno personalmente. A veces por las situacio-
nes de la vida, por nuestras debilidades, por problemas cotidianos la vasija se rompe; pero con el mismo barro, ¡no con otro!, el Señor hace una vasija nueva. Estamos moldeados, somos transformados, en las manos de Jesús ¡Que linda fábrica! ¡Que lindo es sabernos en las manos de Jesús! «Lo bendijo». Bendecir, significa «decir bien». Jesús cuando tiene a los discípulos, a los sacerdotes en sus manos les habla bien, de manera tierna, sin gritos. Habla con el pan que tiene en sus manos, le dice Buenas Noticias. Lo primero que hace
Jesús cuando nos tiene en sus manos es bendecirnos, hablarnos con su Palabra. La Palabra es el molde donde se forma es discípulo. Por eso los sacerdotes, especialmente, tienen que tener la capacidad de escuchar la Palabra del Maestro. Ellos que no son maestro de la Palabra sino que son servidores de la Palabra. Ya lo
dice el Señor con el 1º mandamiento: «Escucha Israel, amarás al Señor… (cf. Dt. 6, 4), es decir, «Escucha sacerdote», «Escucha discípulo». Sin escucha de la Palabra de Dios, no hay discipulado. «Lo partió». Jesús parte el pan, parte al discípulo. Parte de una manera especial al sacerdote. Esta es la etapa de purificación. Por eso en el rito de ordenación sacerdotal se dice al ordenando: «Conforma tu vida con el misterio de la cruz del Señor». Todos necesitamos que Jesús nos parta, y a veces es doloroso. No es la finalidad, pero así nos unimos al Señor de una manera especial. Si a pesar de este dolor seguimos adelante, es porque no buscamos nuestra propia comodidad sino la gloria del Señor ¡No trabajes por el éxito sino por el Reino! Por eso ponemos en la manos de Jesús Buen Pastor a los sacerdotes, confiando que es el mejor lugar donde ellos pueden estar. Recemos por los sacerdotes, para que sepan se barro en manos del Alfarero amoroso y fiel que es el mismo Jesús Resucitado. Ellos todos los días nos esconden en las manos de Jesús en cada Eucaristía, y esperan que nosotros hagamos lo mismo por ellos. Bendiciones de la mano del Resucitado, Pastoral Vocacional
ABRIL 2015
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LO SUYO, LO MIO, LO NUESTRO
La alegría del Evangelio PARTE II
E
n el clima Pascual de estos días podemos exultar con el Pregón de la Pascua: «Alégrese por fin los coros de los ángeles, alégrese las jerarquías del cielo, y por la victoria de Rey tan poderoso que las trompetas anuncien la salvación. Goce también la tierra, inundada de tanta claridad, y que, radiante con el fulgor del Rey eterno, se sienta libre de la tiniebla que cubría el orbe entero». Alégrese el cielo y goce la tierra! En estos días la alegría pascual debe inundar la vida personal y la de cada comunidad cristiana! La exhortación apostólica Evangelii Gaudium comienza con una introducción en la que el Santo Padre hace un análisis de aquello que puede entristecer nuestra vida personal y nuestro entorno; y todo aquello que por el contrario inunda de alegría nuestra vida. Por una parte aborda los problemas y riesgos del mundo actual, donde triunfan el consu-mismo y el individualismo que aíslan las conciencias y no dejan espacio para los demás, convirtiéndolo en un lugar de injusta desigualdad: «El gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de
consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada. Cuando la vida interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios, ya no se goza la dulce alegría de su amor, ya no palpita el entusiasmo por hacer el bien. Los creyentes también corren ese riesgo, cierto y permanente. Muchos caen en él y se convierten en seres resentidos, quejosos, sin vida. Ésa no es la opción de una vida digna y plena, ése no es el deseo de Dios para nosotros, ésa no es la vida en el Espíritu que brota del corazón de Cristo resucitado..» (EG 2). Este somero pero serio análisis nos descubre en aquello que empequeñece y empobrece nuestra vida, lo que nos aísla y termina entristeciendo, casi un infierno en la tierra, dónde sencillamente tendríamos que dejar de autodiagnosticarnos «depresión» y ser cristianamente más realistas: nos hemos encerrado, no hemos dejado lugar al otro, nos hemos asfixiado en un círculo de egoísmo, estamos solos y aislados en nuestros intereses, estamos encerrados en nuestro ombligo y únicamente en él encontramos la pelusa de nuestra queja ¿cuál de las ex-
P. Luis Diehl
PENSAMIENTOS BREVES XLa fe en Jesús Resucitado nos da la certeza de alcanzar la Vida eterna. XTengamos paciencia y constancia: el que obra con justicia siempre será puesto a prueba por los enemigos de Dios. XAprendamos a usar y valorar las realidades terrenas para que nos ayuden a llegar a Dios. . . Es una publicación de la diócesis de Santo Domingo en Nueve de Julio
Escribe: Pbro Germán Loriente
Justamente es en la Pascua la clave desde donde el cristiano deberá leer la situación circundante y la de sus hermanos, es en la realidad de Cristo resucitado, que aún mostrando sus llagas nos sigue diciendo «Soy Yo, no teman» dónde debemos encontrar la paz
presiones que utiliza en Santo Padre me resuena como dichas a mí? ¿hasta que punto no he caído en ese riesgo? Seguidamente el Papa Francisco establece las claves para arraigar y desarrollar el bien: comunicación de la experiencia de verdad y de belleza, la alegría de evangelizar, y el derecho de todos a recibir el anuncio del evangelio junto al deber de todo cristiano de realizar el anuncio sin excluir a nadie. «Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso. No hay razón para que alguien piense que esta invitación no es para él, porque «nadie queda excluido de la alegría reportada por el Señor»[1]. Al que arriesga, el Señor no lo defrauda, y cuando
alguien da un pequeño paso hacia Jesús, descubre que Él ya esperaba su llegada con los brazos abiertos. Éste es el momento para decirle a Jesucristo: «Señor, me he dejado engañar, de mil maneras escapé de tu amor, pero aquí estoy otra vez para renovar mi alianza contigo. Te necesito. Rescátame de nuevo, Señor, acéptame una vez más entre tus brazos redentores». ¡Nos hace tanto bien volver a Él cuando nos hemos perdido! Insisto una vez más: Dios no se cansa nunca de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de acudir a su misericordia. Aquel que nos invitó a perdonar «setenta veces siete» (Mt 18,22) nos da ejemplo: Él perdona setenta veces siete. Nos vuelve a cargar sobre sus hombros una y otra vez. Nadie podrá quitarnos la dignidad que nos otorga este amor infinito e inquebrantable. Él nos permite levantar la cabeza y volver a empezar, con una ternura que nunca nos desilusiona y que siempre puede devolvernos la alegría. No huyamos de la resurrección de Jesús, nunca nos declaremos muertos, pase lo que pase. ¡Que nada pueda más que su vida que nos lanza hacia adelante!» (EG 3). No desconoce el Santo Padre las realidades que entristecen frecuentemente nuestra vida… «Comprendo a las personas que tienden a la tristeza por las graves dificultades que tienen que sufrir, pero poco a poco hay que permitir que la alegría de la fe comience a despertarse, como una secreta pero firme confianza, aun en medio de las peores angustias: «Me encuentro lejos de la paz, he olvidado la dicha […] Pero algo traigo a la memoria, algo que me hace esperar. Que el amor del Señor no se ha acabado, no se ha agotado su ternura. Mañana tras mañana se renuevan. ¡Grande es su fidelidad! […] Bueno es esperar en silencio la salvación del Señor» (Lm 3,17.2123.26)» (EG 6), Pero justamente es en la Pascua la clave desde donde el cristiano deberá leer la situación circundante y la de
sus hermanos, es en la realidad de Cristo resucitado, que aún mostrando sus llagas nos sigue diciendo «Soy Yo, no teman» dónde debemos encontrar la paz: «De maneras variadas, esas alegrías (las alegrías pequeñas de la vida) beben en la fuente del amor siempre más grande de Dios que se nos manifestó en Jesucristo. No me cansaré de repetir aquellas palabras de Benedicto XVI que nos llevan al centro del Evangelio: «No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva … Sólo gracias a ese encuentro —o reencuentro— con el amor de Dios, que se convierte en feliz amistad, somos rescatados de nuestra conciencia aislada y de la autorreferencia-lidad. Llegamos a ser plenamente humanos cuando somos más que humanos, cuando le permitimos a Dios que nos lleve más allá de nosotros mismos para alcanzar nuestro ser más verdadero» (EG 7 y 8). Salir de nosotros, encontrarnos con Cristo nuestra vida, y estar convencidos que todo, absolutamente todo tiene sentido y «solución» desde esta verdad que es CRISTO NUESTRA VIDA nos da profunda paz y alegría. Y debemos sacar de nuestros labios y de nuestro corazón expresiones derrotistas como «Y bueno que va a hacer…», «…todo tiene arreglo menos la muerte», etc… porque sabemos que justamente el vencedor de la muerte y el pecado VIVE PARA SIEMPRE y está CON NOSOTROS!!! Hay que salir de nosotros a su encuentro!!! Porque encerrados siempre encontraremos algunas «pelusitas»… pero dando paso al que es la LUZ y la VIDA dejaremos que el aire nuevo renueve nuestro espíritu y el de nuestras comunidades. FELICES PASCUAS DEL SEÑOR!!!
Año XVI - N° 156
DIRECTOR Pbro. Germán Loriente
ABRIL de 2015
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EDICION INTEGRAL Fabricio O’Dwyer