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b) El tapial
aparezcan firmadas en lugar destacado con la fórmula tradicional «ME FECIT»(20). Otras veces, encontramos signos lapidarios que son auténticas marcas de cantero; este tipo de marcas las podemos contemplar en dos piedras situadas en sitio visible, justo encima del arco rebajado que configura el portal de acceso al cementerio. Son signos de trazos muy sencillos formados por segmentos predominantemente rectos, hechos con incisiones poco profundas y que se asemejan a letras. El actual cementerio se instauró en el paraje denominado «El Fosal» en el año 1882 (fecha que aparece en la clave del arco de la puerta), de acuerdo con las órdenes sanitarias de la época. Hasta el siglo XIX no se instauraron los primeros cementerios «higiénicos», trasladados a parajes alejados y bien ventilados. El primitivo cementerio de Velillas estaba situado en la parte oriental del cerro de Santa Bárbara y muy próximo a la iglesia.
b) El tapial
Usado en muchas fachadas, era el modo de construir mediante barro mezclado con paja o cascotes y cuya coherencia se conseguía compactándola a golpes de mazo dentro de un encofrado. Este modo de construir los muros ofrecía las ventajas de coste y comodidad.
La tierra no había que ir a buscarla lejos; y la cal que se pudiera utilizar en la construcción del mismo, se obtendría en un horno usado para tal fin, cuyos restos se conservan en la denominada «valle del Pozo». Las materias primas necesarias en este horno de cal se encontrarían en el denominado «Saso».
Un ejemplo típico de fachada con tapial nos lo ofrece casa Villacampa.
(20) NAVAL MAS, A.: Arquitectura doméstica del Somontano en el Alto Aragón, Caja Rural Provincial, Huesca, 1988.