Mujeres 15
LAS GUARDIANAS DE LA CULTURA
AFRO EN BOGOTÁ
Texto y fotos: Natalia Ortega Rodríguez nortegar@javeriana.edu.co
Jini Montaño cierra los ojos y empuña las manos, como si al hacerlo le naciera la fuerza necesaria para empezar su canto. De repente, levanta el índice derecho y lo va moviendo hacia arriba, despacio, en cámara lenta y, cuando este llega a la altura de su oreja, entona: “Señora Juana María / la que vive en el Popete / póngale cuidado a su hija / que ella ronca canalete”.
Mujeres como Jini Montaño se aferran a sus tradiciones en la localidad Rafael Uribe Uribe, en Bogotá. En la foto, Jini muestra su bata tradicional.
En la localidad Rafael Uribe Uribe, ubicada en el sur de Bogotá, está asentada una de las comunidades afro más organizadas de la ciudad. Allí las mujeres son protagonistas y luchan constantemente para que las tradiciones culturales no se desvanezcan en la neblina del racismo y del olvido.
••••••••••••••••••••• ••••••••••••••••••••• ••••••••••••••••••••• ••••••••••••••••••••• ••••••••••••••••••••• ••••••••••••••••••••• ••••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• •••••••••••••••••••• ••••••••••••••••••••• ••••••••••••••••••••• ••••••••••••••••••••• ••••••••••••••••••••• ••••••••••••••••••••• ••••••••••••••••••••• ••••••••••••••••••••• ••••••••••••••••••••• ••••••••••••••••••••• ••••••••••••••••••••• ••••••••••••••••••••• ••••••••••••••••••••• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •}
Su cuerpo, adornado con una bata ancestral holgada, ligera y de tonos tierra, se balancea de lado a lado a medida que el ritmo de la canción acelera. Mueve la cabeza, cubierta con un turbante verde limón que contrasta con su piel morena, los hombros al compás de los aplausos que, imponentes, retumban en toda su cocina. Jini sonríe con timidez y mira hacia los lados. Parece que cantar ante estos ojos —los míos—, todavía algo extraños para ella, le causa un poco de vergüenza.
“Que ella ronca canalete / que ella ronca canalete / que ella ronca canalete”, repite una y otra vez. Es una canción de música folclórica, que cuenta la historia de una niña que para coquetearles a unos muchachos en el río Guapi (Cauca) le pega a la popa del bote con su remo; es una canción con la que Jini Montaño acaricia el recuerdo de sus raíces y de Buenaventura, esa tierra de la que hace diez años tuvo que salir disparada, porque vivir en un territorio donde la disputa de los grupos armados ilegales se ha tomado la ciudad, muchas veces solo deja dos opciones: huir o la muerte.