Los seres humanos somos migrantes por naturaleza, lo llevamos en nuestro ADN, pero se nos olvida con frecuencia. Así que miramos con desconfianza al forastero, a ese que dejó toda una vida atrás en búsqueda de tierras más fértiles. Por eso, en esta edición quisimos hablar de aquellos que algún día decidieron abandonar sus tierras y que nos recuerdan que todos somos errantes.