Cartilla Jornada mundial de los pobres 2019

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Finalmente, se plantea un módulo en el que se realiza un ejercicio de contexto para explicar las temáticas relacionadas con los tipos de migración, el control y flujos de entrada y salida de migrantes al país. En este escenario, las personas migrantes se ven abocadas a soportar dificultades por su misma condición, y con frecuencia, a ser objeto de juicios negativos, entre otras situaciones que describen la vulnerabilidad a la que se enfrentan. Esto se expone, con el fin de dar un contexto real de la crisis que vive el país y las condiciones que enfrentan los migrantes por el hecho de estar en un lugar desconocido, para que como seres humanos se elimine la indiferencia y se generen espacios de trato humano y digno hacia ellos. Vale la pena recordar que las ideas aquí compartidas no pretenden ser absolutas, ni ser agotadas en su

metodología o epistemología; -es decir, en el alcance de su conocimiento- la noción o las implicaciones reales que tiene adoptar la incidencia política y en la opinión pública como cultura organizacional dentro de las organizaciones sociales. Las ideas que se compartirán son fruto de la experiencia que, como Secretariado Nacional de Pastoral Social/Cáritas Colombiana, se ha cultivado en el marco de versiones previas de la escuela misma y como aprendizaje de otros proyectos; lo cual permite proponer un conjunto de conceptos que, guiados por los principios de la Doctrina Social de la Iglesia, facilitan a cada lectora o lector la apropiación de su propio conocimiento y la evaluación de sus acciones e intenciones en el camino de incidir para transformar.

MENSAJE PARA LA III JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES “La esperanza de los pobres nunca OBJETIVO se frustrará” (Sal 9,19)

Contribuir al fortalecimiento de la democracia y la reconciliación en comunidades afectadas por conflictos socio-políticos y socio-ambientales, mediante la creación de espacios pedagógicos y escenarios de debate, diálogo y reflexión al nivel de las Jurisdicciones Eclesiásticas y con las comunidades cercanas por medio del ejercicio de incidencia política y opinión pública, para la consolidación de la paz, la vida, la dignidad, la reconciliación y la apropiación de la Doctrina Social de la Iglesia.

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Secretariado Nacional de Pastoral Social (SNPS) Cáritas Colombiana (CC) www.caritascolombiana.org Talleres pedagógicos Para la III jornada mundial de los Pobres “La esperanza de los pobres nunca se frustrará” 2019 Director del SNPS Monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria Autores Padre Enán Xavier Humánez Almario Martha Consuelo Novoa Rodríguez Diseño y diagramación María Alejandra Cárdenas Torres Corrección de estilo: Danyth Fandiño Cr. 58 N° 80-87 Barrio Entre Ríos Tel: (571) 4377150 Bogotá, Colombia 2019 @pastoralsocialc

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“La esperanza de los pobres nunca se frustrará” (Sal 9,19)



Tabla de contenido TALLER 1

TALLER 2

TALLER 3

TALLER 4

Introducción.

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La esperanza de los pobres nunca se frustrará.

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El pobre es aquel que «confía en el Señor»

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A los voluntarios que se preocupan por los pobres, les pido que crezcan en su dedicación.

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A veces se requiere poco para devolver la esperanza: basta con detenerse, sonreír, escuchar.

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Conclusión

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Introducción Es tiempo de romper el egoísmo o anhelo de poder y ver al otro con los ojos de Dios. Es decir, de poner en práctica la parábola del “Buen Samaritano” con los más necesitados. De igual forma, es preciso retomar el mensaje del «Jubileo de las personas socialmente excluidas» del Papa Francisco para dar apertura a la III Jornada por los pobres. Ya que aquí se plantea el principal objetivo de esta Jornada y recordar el ejemplo de “Jesucristo, Rey del Universo, el cual se ha identificado con los pequeños y los pobres, y nos juzgará a partir de las obras de misericordia (Mt 25,31-46)” y en este mismo sentido afirma que se “Termina el Jubileo y se cierra la Puerta Santa, pero la puerta de la misericordia de nuestro corazón permanece siempre abierta, de par en par” (Papa Francisco, Misericordia et Misera (2016), P. 10). En este tercer año consecutivo, el Papa Francisco motiva a continuar el camino que se emprendió hace dos años, con la celebración de la jornada por los pobres, a no desfallecer y por lo tanto plantea para este año el lema “La esperanza de los pobres nunca se frustrará” iluminado por el Salmo 9,19. Afirma que este salmo se compuso en un momento de gran desarrollo económico que, como suele suceder, también produjo fuertes desequilibrios sociales. La inequidad

El sumo pontífice Benedicto XVI, en su carta encíclica Cáritas in Veritate, que traduce La caridad en la verdad hace un llamado a la Iglesia Católica, sobre el desarrollo humano integral; con el fin de reflexionar y evaluar aquello que planteaba Pablo VI. Acerca del “desarrollo humano en nuestro tiempo” en el cual hacía referencia a un desarrollo así: Quiso indicar ante todo el objetivo de que los pueblos salieran del hambre, la miseria, las enfermedades endémicas y el analfabetismo. Desde el punto de vista económico, eso significaba su participación activa y en condiciones de igualdad en el proceso económico internacional; desde el punto de vista social, su evolución hacia sociedades solidarias y con buen nivel de formación; desde el punto de vista político, la consolidación de regímenes democráticos capaces de asegurar libertad y paz (Benedicto XVI, Cáritas y veritate, (2019), p. 11) Es bueno recordar aquel llamado que hace San Pablo VI, acerca de trabajar en pro de un desarrollo mutuo y no simplemente en beneficio propio e individualista, donde los beneficiados son unos pocos y los excluidos son la mayoría.

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genera un numeroso grupo de indigentes, cuya condición parece aún más dramática cuando se compara con la riqueza alcanzada por unos pocos privilegiados. El autor sagrado, observando esta situación, dibuja un cuadro lleno de realismo y verdad; convocando a devolver la esperanza perdida a causa de la injusticia, el sufrimiento y la precariedad de la vida al corazón de los más pobres.

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TALLER 1 :

La esperanza de los pobres nunca se frustrará

Leer en voz alta el siguiente cuento y reflexionar sobre el valor de las cosas que se tienen y como en ocasiones el ser humano es juzgado por las cosas materiales que posee.

Pobres y ricos Un día, una madre de familia rica y muy acomodada, con el firme propósito de que su hija valorara lo afortunada que era de poder gozar de tal posición, y se sintiera orgullosa de ella, la llevó para que pasara un par de días en el monte, con una familia campesina muy humilde. Pasaron tres días y dos noches en su vivienda de campo. En el auto, retornando a la ciudad, la madre preguntó a su hija. – ¿Qué te pareció la experiencia? – Buena -contestó la hija con la mirada puesta en la distancia.

– « ¿Te diste cuenta de lo pobre que puede llegar a ser la gente?» – “Sí, mamá” – Y… ¿qué aprendiste? -insistió la madre. – Muchas cosas, mamá…que nosotras

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vecinos. Nosotras vivimos ‘conectadas’ al móvil, al computador, al televisor… ellos, en cambio, están ‘conectados’ a la vida, al cielo, al sol, al agua, al verde del monte, a los animales, a sus siembras, a su familia… Tú y papá tenéis que trabajar tanto que casi nunca os veo… ellos tienen tiempo para hablar y convivir cada día en familia… La madre quedó impactada por la profundidad del pensamiento de su hija… y entonces la niña terminó: – ¡Gracias, mamá, por haberme enseñado lo pobres que somos! Esta historia invita a reflexionar. La felicidad es un estado interior poderoso que no depende de factores externos, sino que está en el interior de cada persona, y depende de la actitud en la vida. Si atamos la felicidad al dinero, a las posesiones o a ciertas condiciones especiales, entonces se arriesga a perder la felicidad en cualquier momento. – Colorín colorado… –…este cuento se ha acabado.

tenemos un perro… y ellos tienen cuatro. Nosotras tenemos una piscina con agua estancada, que llega a la mitad del jardín… y ellos tienen un río sin fin, de agua cristalina, donde hay pececitos y otras bellezas. Que nosotras importamos linternas de Oriente para alumbrar nuestro jardín… mientras que ellos se alumbran con las estrellas y la luna. Nuestro patio llega hasta la cerca… y el de ellos llega al horizonte. Que nosotras compramos nuestra comida… ellos, siembran y cosechan la de ellos. Nosotras oímos CDs… ellos escuchan una perpetua sinfonía de jilgueros, cardenales, pericos, ranas, sapos, grillos y otros animalitos… todo esto a veces dominado por el sonoro relinchar del caballo de un vecino que trabaja su monte. Nosotras cocinamos en microondas… ellos, todo lo que comen tiene ese glorioso sabor del fogón de leña o del horno de barro. Para protegernos, nosotras vivimos rodeados por un muro, con alarmas… ellos viven con sus puertas abiertas, protegidos por la amistad de sus

Fuente: Audio cuentos infantiles, (s.f.)

Después de haber reflexionado con el cuento de “Ricos y pobres” es bueno retomar el mensaje que plantea el Papa Francisco (2019) para la III Jornada de los pobres. El salmista describe la condición del pobre y la arrogancia del que lo oprime (Salmo 10,1-10); invoca el juicio de Dios para que se restablezca la justicia y se supere la iniquidad (Salmo 10,14-15). Es como si en sus palabras volviese de nuevo la pregunta que se ha repetido a lo largo de los siglos hasta nuestros días: ¿cómo puede Dios tolerar esta disparidad? ¿Cómo puede permitir que el pobre sea humillado, sin intervenir para ayudarlo? ¿Por qué permite que quien oprime tenga una vida feliz mientras su comportamiento debería ser condenado precisamente ante el sufrimiento del pobre?

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Era una época en la que la gente arrogante y sin ningún sentido de Dios perseguía a los pobres para apoderarse incluso de lo poco que tenían y reducirlos a la esclavitud. Hoy no es muy diferente. La crisis económica no ha impedido a muchos grupos de personas un enriquecimiento que con frecuencia aparece aún más anómalo si vemos en las calles de nuestras ciudades el ingente número de pobres que carecen de lo necesario y que en ocasiones son además maltratados y explotados. Vuelven a la mente las palabras del Apocalipsis: «Tú dices: “soy rico, me he enriquecido; y no tengo necesidad de nada”; y no sabes que tú eres desgraciado, digno de lástima, ciego y desnudo» (Ap 3,17). Pasan los siglos, pero la condición de ricos y pobres se mantiene inalterada, como si la experiencia de la historia no nos hubiera enseñado nada. Las palabras del salmo, por lo tanto, no se refieren al pasado, sino a nuestro presente, expuesto al juicio de Dios.

Responder las siguientes preguntas teniendo en cuenta el cuento “ricos y pobres” y el mensaje del Papa Francisco: • ¿Qué se entiende por pobreza? • Según la historia ¿Quién es pobre? Justificar la respuesta • ¿Cuál fue el propósito de la mamá para realizar este viaje? • ¿Cuál fue la reacción de la niña después de haber realizado el viaje? • ¿Cómo se relaciona este cuento con el mensaje del Papa Francisco? • ¿Qué le hace reflexionar y actuar en la vida particular, familiar y comunitaria? Una vez resueltas las preguntas se pueden socializar con la comunidad de fe.

Después de haber leído y reflexionado con las lecturas propuestas en el primer taller, es bueno que el facilitador (a) convoque a la comunidad de fe, a realizar una visita a un albergue, refugio, orfanato y allí, realizar una jornada caritativa de atención integral (salud, recreación, belleza y bienestar, entre otros servicios que estén presentes en la comunidad).

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TALLER 2 :

El pobre es aquel que «confía en el Señor»

En grupo, con su comité parroquial o su equipo pastoral, lea, relea y analice la siguiente historia propuesta. Posteriormente, conversar sobre el tema.

“Los tres árboles” Había una vez tres árboles en una colina de un bosque. Hablaban acerca de sus sueños y planes de futuro. – “Algún día seré cofre de tesoros. Estaré lleno de oro, plata y piedras preciosas. Todos verán mi belleza”. – dijo el primer árbol. El segundo árbol dijo: “Algún día seré un gran barco donde viajen los más grandes reyes y reinas a través de los océanos. Todos se sentirán seguros por mi fortaleza y mi poderoso casco”. Finalmente el tercer árbol dijo: “Yo quiero crecer para ser el más alto de todos los árboles en el bosque. Así

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estaré cerca de Dios. Seré el árbol más grande de todos los tiempos y la gente siempre me recordará”. Durante años, los tres árboles oraban a Dios para que sus sueños se convirtieran en realidad. Un día, un leñador los taló y se los vendió a unos carpinteros. Con el primer árbol hicieron un cajón de comida para animales, y fue puesto en un pesebre y llenado con paja. Se sintió muy mal pues eso no era lo que él había pedido tanto. El segundo árbol fue cortado y convertido en una pequeña barquita de pesca, y fue puesto en un lago. Sus sueños de ser una gran embarcación habían llegado a su fin. El tercer árbol fue cortado en largas y pesadas tablas y lo abandonaron en la oscuridad de un almacén. Al verse así, los tres árboles sintieron que sus planes habían fracasado. Sin embargo, una noche, José y María llegaron al establo y pusieron al Niño Jesús en el pesebre. Entonces el primer árbol descubrió que había contenido el mayor tesoro de la humanidad. Años más tarde, Jesús y algunos discípulos subieron a la pequeña barca para cruzar el lago de Galilea. Durante

la travesía, una gran tormenta se desató y el árbol pensó que no sería lo suficientemente fuerte para salvarlos. Pero Jesús se levantó y calmó la tempestad. Y el segundo árbol descubrió que llevaba al Rey de todos los reyes y Señor de señores. Finalmente, alguien cogió dos de las tablas que estaban en el almacén y sobre ellas crucificaron a Jesús. Cuando llegó el domingo, Jesús resucitó y el tercer árbol sintió que había estado más cerca de Dios de lo que nunca pudo imaginar. La moraleja de esta Historia es: Cuando parece que las cosas no van de acuerdo a tus planes, debes saber que siempre Dios tiene el mejor plan para ti. Cada árbol consiguió lo que había soñado, aunque no de la forma que habían planeado. No siempre sabemos lo que Dios planea para cada persona, sólo se sabe que sus planes siempre son los (Cuento adaptado de www.sanmiguel.org.ar y www.aciprensa.com. Recuperado: 09/10/2019 de http://www3.gobiernodecanarias.org/medusa/ecoblog/jmhergare . . .)

El juzgar corresponde a la iluminación que nos brinda la Iglesia para analizar la Palabra de Dios y el magisterio del papa Francisco. Mensaje que plantea el Papa Francisco para la III Jornada de los pobres El salmista describe con crudo realismo la actitud de los ricos que despojan a los pobres: «Están al acecho del pobre para robarle, arrastrándolo a sus redes» (Salmo 10,9). Es como si para ellos se tratara de una jornada de caza, en la que los pobres son acorralados, capturados y hechos esclavos. En una condición como esta, el corazón de muchos se cierra y se afianza el deseo de volverse invisibles. Así, vemos a menudo a una multitud de pobres tratados con retórica y soportados con

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para trazar un camino de liberación que transforma el corazón, porque lo sostiene en lo más profundo. La descripción de la acción de Dios en favor de los pobres es un estribillo permanente en la Sagrada Escritura. Él es aquel que “escucha”, “interviene”, “protege”, “defiende”, “redime”, “salva”... En definitiva, el pobre nunca encontrará a Dios indiferente o silencioso ante su oración. Dios es aquel que hace justicia y no olvida (Salmo 40,18; 70,6); de hecho, es para él un refugio y no deja de acudir en su ayuda (Salmo 10,14). Se pueden alzar muchos muros y bloquear las puertas de entrada con la ilusión de sentirse seguros con las propias riquezas en detrimento de los que se quedan afuera. No será así para siempre. El “día del Señor”, tal como es descrito por los profetas (Amós 5,18; Isaías 2-5; Joel 1-3), destruirá las barreras construidas entre los países y sustituirá la arrogancia de unos pocos por la solidaridad de muchos. La condición de marginación en la que se ven inmersas millones de personas no podrá durar mucho tiempo. Su grito aumenta y alcanza a toda la tierra. Como escribió D. Primo Mazzolari: «El pobre es una protesta continua contra nuestras injusticias; el pobre es un polvorín. Si le das fuego, el mundo estallará»

fastidio. Ellos se vuelven como transparentes y sus voces ya no tienen fuerza ni consistencia en la sociedad. Hombres y mujeres cada vez más extraños entre nuestras casas y marginados en nuestros barrios. El contexto que el salmo describe se tiñe de tristeza por la injusticia, el sufrimiento y la amargura que afecta a los pobres. A pesar de ello, se ofrece una hermosa definición del pobre. Él es aquel que «confía en el Señor» (Salmo 10,11), porque tiene la certeza de que nunca será abandonado. El pobre, en la Escritura, es el hombre de la confianza. El autor sagrado brinda también el motivo de esta confianza: él “conoce a su Señor”, y en el lenguaje bíblico este “conocer” indica una relación personal de afecto y amor. Se está ante una descripción realmente impresionante que nunca se habría imaginado. Sin embargo, esto no hace sino manifestar la grandeza de Dios cuando se encuentra con un pobre. Su fuerza creadora supera toda expectativa humana y se hace realidad en el “recuerdo” que él tiene de esa persona concreta (Salmo 10,13). Es precisamente esta confianza en el Señor, esta certeza de no ser abandonado, la que invita a la esperanza. El pobre sabe que Dios no puede abandonarlo; por eso vive siempre en la presencia de ese Dios que lo recuerda. Su ayuda va más allá de la condición actual de sufrimiento

Es tiempo de realizar una autorreflexión acerca de los favores otorgados por Dios. De analizar las situaciones vividas y los sueños que se han alcanzado en los siguientes aspectos.

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Personal

Familiar

Social

Laboral

“Dad más bien lo que está dentro como obra de caridad,y entonces todo os será limpio.” (Lucas 11,41) Teniendo en cuenta el mensaje del Papa Francisco, para devolver la esperanza perdida a causa de la injusticia, el sufrimiento y la precariedad de la vida al corazón de los más pobres y el versículo de san Lucas. Se sugiere que el facilitador(a) organice, con la comunidad de fe, una campaña de donaciones (de alimentos, ropa en buen estado, elementos de aseo, juguetes, entre otros) para ser entregada a personas que carezcan de estos recursos.

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TALLER 3 :

A los voluntarios que se preocupan por los pobres, les pido que crezcan en su dedicación.

Leer, releer y dialogar acerca de lo sucedido en la siguiente historia:

La sopa de piedra Cierto día, llegó a un pueblo un hombre y pidió por las casas para comer, pero la gente le decía que no tenían nada para darle. Al ver que no conseguía su objetivo, cambió de estrategia. Llamó a la casa de una mujer para que le diese algo de comer. - "Buenas tardes, Señora. ¿Me da algo para comer, por favor?" - "Lo siento, pero en este momento no tengo nada en casa", dijo ella. - "No se preocupe - dijo amablemente el extraño -, tengo una piedra en mi mochila con la que podría hacer una sopa. Si Usted. me permitiera ponerla en una olla de agua hirviendo, yo haría la mejor sopa del mundo.

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- ¿Con una piedra va a hacer Usted una sopa? ¡Me está tomando el pelo! - En absoluto, Señora, se lo prometo. Deme un puchero muy grande, por favor, y se lo demostraré” La mujer buscó la olla más grande y la colocó en mitad de la plaza. El extraño preparó el fuego y colocaron la olla con agua. Cuando el agua empezó a hervir ya estaba todo el vecindario en torno a aquel extraño que, tras dejar caer la piedra en el agua, probó una cucharada exclamando: - ¡Deliciosa! Lo único que necesita son unas patatas". Una mujer se ofreció de inmediato para traerlas de su casa. El hombre probó de nuevo la sopa, que ya sabía mucho mejor, pero echó en falta un poco de carne. Otra mujer voluntaria corrió a su casa a buscarla. Y con el mismo entusiasmo y curiosidad se repitió la escena al pedir unas verduras y sal. Por fin pidió: "¡Platos para todo el mundo!". La gente fue a sus casas a buscarlos y hasta trajeron pan y frutas. Luego se sentaron todos a disfrutar de la espléndida comida, sintiéndose extrañamente felices de compartir, por primera vez, su comida. Y aquel hombre extraño desapareció dejándoles la milagrosa piedra, que podrían usar siempre que quisieran hacer la más deliciosa sopa del mundo. Moraleja: Con la cooperación se alcanzan resultados notables, aun cuando se parta de contribuciones pequeñas, o incluso insignificantes. Esta es la fuerza milagrosa que tiene el COMPARTIR. Cada uno podemos poner alguna de nuestras virtudes al servicio de los demás y el resultado puede ser espectacular. Fuente: Web Católico de Javier, (s.f.)

Leer y analizar la Palabra de Dios y el mensaje con el que nos convoca el papa Francisco para ayudar a los pobres y no desfallecer. A los numerosos voluntarios, que muchas veces tienen el mérito de ser los primeros en haber intuido la importancia de esta preocupación por los pobres, les pido que crezcan en su dedicación. Queridos hermanos y hermanas: Os exhorto a descubrir en cada pobre que encontráis lo que él realmente necesita; a no deteneros ante la primera necesidad material, sino a ir más allá para descubrir la bondad escondida en sus corazones, prestando atención a su cultura y a sus maneras de expresarse, y así poder entablar un verdadero diálogo fraterno.

Dejemos de lado las divisiones que provienen de visiones ideológicas o políticas, fijemos la mirada en lo esencial, que no requiere muchas palabras sino una mirada de amor y una mano tendida. No olvidéis nunca que «la peor discriminación que sufren los pobres es la falta de atención espiritual». Antes que nada, los pobres tienen necesidad de Dios, de su amor hecho visible gracias a personas santas que viven junto a ellos, las que en la sencillez de su vida expresan y ponen de manifiesto la fuerza del amor cristiano.

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Dios se vale de muchos caminos y de instrumentos infinitos para llegar al corazón de las personas. Por supuesto, los pobres se acercan a nosotros también porque les distribuimos comida, pero lo que realmente necesitan va más allá del plato caliente o del bocadillo que les ofrecemos. Los pobres necesitan nuestras manos para reincorporarse, nuestros corazones para sentir de nuevo el calor del afecto, nuestra presencia para superar la soledad. Sencillamente, ellos necesitan amor.

Retomar la historia de “la sopa de piedra” y en grupos reflexionar teniendo en cuenta las siguientes preguntas. • ¿Por qué la gente no le dio de comer, aquel hombre, cuando este lo pidió? • ¿Cuál fue la estrategia que usó el hombre de la historia para elaborar la sopa? • ¿Por qué la gente se ofreció en traer los ingredientes para la sopa? • ¿Crees que el hombre de la historia actuó de forma correcta o incorrecta? Justificar la respuesta. • ¿Cuál fue el resultado final? • Si estuvieras en la posición de aquel hombre ¿Qué harías? • ¿Qué otras enseñanzas dejan esta historia?

El que es generoso prospera; el que reanima será reanimado. Proverbios 11,25 Al reflexionar con la historia de la Sopa de piedra, el mensaje del Papa Francisco y el versículo bíblico Proverbios 11,25; se llega a la conclusión de seguir el ejemplo y atender al llamado al que nos convocan, de compartir con los más necesitados lo que tenemos. Por lo tanto se sugiere que como comunidad de fe, organicen un refrigerio, almuerzo o cena (cómo compartir) en acción de gracias, con la población que carece de recursos de la comunidad. Tener un espacio para compartir, no solo alimentos sino, también: una palabra, mensaje o voz de aliento con aquellas personas para darles esperanza y ofrecer un santo Rosario por la misericordia con los pobres, para que sean redignificados y acogidos por la comunidad.

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TALLER 4 :

A veces se requiere poco para devolver la esperanza: basta con detenerse, sonreír, escuchar.

El Papa Francisco dice que a veces se requiere poco para devolver la esperanza: basta con detenerse, sonreír, escuchar. Sin embargo, en este momento se invita a leer, y tener ilusión y esperanza de un futuro mejor, teniendo la certeza, que no siempre con el dinero y poder se alcanza la felicidad.

El vendedor de flautas mágicas Había una vez un vendedor de flautas que se recorría el mundo ofreciendo sus maravillosos instrumentos. Pero este vendedor no ofrecía flautas normales, no. Lo que vendía eran flautas mágicas. -Miren qué maravillosa música nace de estas flautas mágicas, que hacen que todo el que la escuche se ponga a bailar -decía el vendedor, de plaza en plaza. Y se ponía tocar. Y, como por arte de magia, todo el mundo empezaba a bailar. -Compren hoy, no esperen, pues esta noche emprenderé mi viaje y no volveré más -decía el vendedor. La gente hacía cola para comprar las flautas mágicas que llevaba aquel vendedor, y que tanta alegría les había llevado con su música. Un día llegó a un pueblo muy pobre y muy triste. La gente disfrutó

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mucho con la música del vendedor de flautas. Pero solo una niña se acercó a comprar. -Deseo tanto que mi padre baile que con la única moneda que me queda compraré una de tus flautas mágicas. El vendedor le dio la flauta a la niña y se fue enseguida. La niña volvió con la flauta a casa muy contenta y empezó a tocar para su padre. Pero su padre no se movía. -Te han engañado, hija -dijo el hombre-. Ninguna flauta hará que un paralítico como yo pueda levantarse de la silla y andar, mucho menos bailar. La niña salió corriendo a buscar al vendedor de flautas. Como llovía y hacía mucho viento el hombre se había refugiado a la salida del pueblo. -Su flauta no funciona -dijo la niña. -Para que funcione tienes que tocar con dulzura e ilusión, pequeña -dijo el vendedor de flautas. -¿No podría venir usted a mi casa y tocar para mi padre? -dijo la niña-. Así podría usted pasar la noche a cubierto y dormir un poco. El hombre aceptó la oferta de la niña y se fue con ella, confiando en que su talento sería suficiente para que el hombre bailara. Cuál fue su sorpresa al ver que aquel hombre era paralítico. La explicación que le dio a la niña era la misma que daba siempre que alguien decía que su flauta no funcionaba, pero aquella vez era diferente. Pero era demasiado tarde para salir y tuvo que improvisar. -¿Habéis cenado ya? -dijo el vendedor de flautas. -Estoy haciendo un caldo en el puchero con unas hierbas silvestres y un poco de pan duro -dijo la niña-. Somos pobres y no tenemos para más, pero compartiremos la cena contigo con mucho gusto. -Yo tengo por aquí algo de queso, un poco de embutido y unas frutas que también compartiré con vosotros -dijo el vendedor.

La niña y su padre su pusieron muy contentos y empezaron a cenar. Charlaron y cantaron hasta que se quedaron dormidos. El vendedor de flautas se despertó enseguida y, cuando se preparaba para salir, el hombre le llamó. -Tus flautas no son mágicas -le dijo. -El vendedor de flautas mágicas No, no lo son -dijo el vendedor-. La magia la pone la gente con su ilusión y sus ganas de divertirse. Yo solo les doy un aliciente. No me consideres un estafador, más bien un ilusionista, un mago. No me había parado nunca a pensar que algo como esto pudiera ocurrir. -No te culpo -le dijo el hombre-. Todos tenemos que sobrevivir. Si lo deseas, puedes vivir aquí, con nosotros. Yo no puedo trabajar y mi hija es aún muy joven. Te ofrezco un techo y una familia. Es poca cosa, lo sé, pero es lo único que te puedo ofrecer. El joven vendedor de flautas aceptó, pues estaba cansado de ir de acá para allá, sin tener un lugar al que volver ni nadie con quien compartir la vida. -¿Le contaremos la verdad a la niña? -preguntó el vendedor de flautas. -Seguro que eres capaz de inventar algún cuento para explicarle por qué no funciona la flauta -dijo el hombre-. No te preocupes, con el tiempo lo entenderá. Ahora ilusión y esperanza es lo único que necesita. Y vivieron felices durante muchos muchos años. Fuente: Web Católico de Javier, (s.f.)

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A veces se requiere poco para devolver la esperanza: basta con detenerse, sonreír, escuchar. Por un día dejemos de lado las estadísticas; los pobres no son números a los que se pueda recurrir para alardear con obras y proyectos. Los pobres son personas a las que hay que ir a encontrar: son jóvenes y ancianos solos a los que se puede invitar a entrar en casa para compartir una comida; hombres, mujeres y niños que esperan una palabra amistosa. Los pobres nos salvan porque nos permiten encontrar el rostro de Jesucristo. A los ojos del mundo, no parece razonable pensar que la pobreza y la indigencia puedan tener una fuerza salvífica; sin embargo, es lo que enseña el Apóstol cuando dice: «No hay en ella muchos sabios en lo humano, ni muchos poderosos, ni muchos aristócratas; sino que, lo necio del mundo lo ha escogido Dios para humillar a los sabios, y lo débil del mundo lo ha escogido Dios para humillar lo poderoso. Aún más, ha escogido la gente baja del mundo, lo despreciable, lo que no cuenta, para anular a lo que cuenta, de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor» (1 Co 1,26-29). Con los ojos humanos no se logra ver esta fuerza salvífica; con los ojos de la fe, en cambio, se la puede ver en acción y experimentarla en primera persona. En el corazón del Pueblo de Dios que camina late esta fuerza salvífica, que no excluye a nadie y a todos congrega en una verdadera peregrinación de conversión para reconocer y amar a los pobres.

Reflexionar con el siguiente versículo bíblico, leerlo y dialogarlo con el decálogo para actuar con esperanza; tomando este ejemplo para plantear su propio decálogo sobre la esperanza.

Bendito el hombre que confía en el Señor, y pone su confianza en él. Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto. Jeremías 17,7-8

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Decálogo para actuar con esperanza Por: Antonio Gil Moreno. 03 noviembre 2009

1. Amarás al que llame a tu teléfono, a tu puerta, a tu corazón. 2. Escucharás con respeto sin pasar jamás factura. 3. Acogerás a quien te precise, siendo misericordioso con él y contigo. 4. Serás hermano universal y no pondrás condiciones a quien te necesite. 5. Actuarás con urgencia porque la indefensión no espera. 6. Confiarás en la capacidad y en las posibilidades de quien llama y se acerca a ti. 7. Potenciarás la libertad, respetarás la autonomía, porque toda acogida abre horizontes, no los cierra. 8. Defenderás a quien no puede defenderse, buscarás la paz en la justicia, optarás por la vida. 9. Serás solidario, respetuoso, compasivo, porque hay una hermosa pastoral que nos urge: la "pastoral samaritana". 10. Recordarás siempre que no estás solo. Otros muchos trabajan contigo por un mundo más humano y más cristiano.

Mi decálogo es:

El facilitador o facilitadora junto con la comunidad de fe, convocaran a las personas pobres de la comunidad, a participar en una peregrinación, procesión o caminata hacia un santuario, o lugar público (montaña, monasterio, capilla, parque, plaza, colegio, salón comunal, u otros) y estando allí realizar una celebración Eucarística convocando al arrepentimiento y perdón, a la unidad, a la caridad, al trato digno y ver a la otra persona con los ojos de Dios.

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Conclusión Concluye el Papa Francisco este tercer Mensaje en la Jornada mundial de los pobres, en la memoria litúrgica de San Antonio de Padua el 13 de junio. El Señor no abandona al que lo busca y a cuantos lo invocan; «no olvida el grito de los pobres» (Sal 9,13), porque sus oídos están atentos a su voz. La esperanza del pobre desafía las diversas situaciones de muerte, porque él se sabe amado particularmente por Dios, y así logra vencer el sufrimiento y la exclusión. Su condición de pobreza no le quita la dignidad que ha recibido del Creador; vive con la certeza de que Dios mismo se la restituirá plenamente, pues él no es indiferente a la suerte de sus hijos más débiles, al contrario, se da cuenta de sus afanes y dolores y los toma en sus manos, y a ellos les concede fuerza y valor (Sal 10,14). La esperanza del pobre se consolida con la certeza de ser acogido por el Señor, de encontrar en él la verdadera justicia, de ser fortalecido en su corazón para seguir amando (Sal 10,17). La condición que se pone a los discípulos del Señor Jesús, para ser evangelizadores coherentes, es sembrar signos tangibles de esperanza. A todas las comunidades cristianas y a cuantos sienten la necesidad de llevar esperanza y consuelo a los pobres, pido que se comprometan para que esta Jornada Mundial pueda reforzar en muchos la voluntad de colaborar activamente para que nadie se sienta privado de cercanía y solidaridad. Que nos acompañen las palabras del profeta que anuncia un futuro distinto: «A vosotros, los que teméis mi nombre, os iluminará un sol de justicia y hallaréis salud a su sombra» (Mal 3,20). (Vaticano, 2019)

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Referencias Audio cuentos infantiles. (s.f.). Pobres y ricos. Obtenido de Audio cuentos infantiles: https://www.audiocuentosinfantiles.com/pobres-y-ricos/ Eva María Rodríguez. (s.f.). El vendedor de flautas mágicas. Obtenido de Cuentoscortos.com: http://www.cuentoscortos.com/cuentos-originales/el-vendedor-de-flautas-magic as Web Católico de Javier. (s.f.). La sopa de piedra. Obtenido de Web Católico de Javier: http://webcatolicodejavier.org/sopadepiedra.html Vaticano, 13 de junio de 2019 Memoria litúrgica de san Antonio de Padua Francisco PP

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