Ordenaciones
Detrás de este acontecimiento se encuentran los dos seminarios mayores de la Arquidiócesis, el Conciliar de San José y el Redemptoris Mater, que realizan una seria labor de formación en el marco de las orientaciones que tiene la Iglesia uni versal para preparar sus pastores. Y está también de soporte el lugar que siempre ha ocupado en la Arquidiócesis de Bogotá la institución llamada seminario.
Es un punto de referencia ineludible para quien hace parte de esta iglesia. Ha gozado siempre de la atención dedicada de los prelados y ha sido protegido con vigor de caer en aventuras formativas sin mucho fundamento.
No obstante lo anterior, para nadie es un misterio que una ciudad como Bogo tá, requeriría de muchos más ministros de Dios para ser atendida espiritualmente en forma conveniente. Aunque la ciudad capital cuenta con cuatro jurisdicciones eclesiásticas –Bogotá, Soacha, Fontibón y Engativá– su crecimiento desmesurado plantea retos pastorales como la presencia sacerdotal de acuerdo con el número de habitantes. Muy cierto es que Dios no abandona a su rebaño, pero también por medio de su Divino Hijo ha dicho que se hace necesario pedirle envíe obreros a su mies. A la vez que las ordenaciones de cada año revitalizan el tejido sacerdotal de la Arquidiócesis, sigue siendo una tarea siempre inacabada el pedir a Dios más operarios para su viña.
A lo anterior se suma el hecho de que cada año, como es natural, van muriendo sacerdotes. Recientemente nos han dejado el padre Germán Isaza, hombre de cla rísima inteligencia, el padre José Vicente Micolta, gran catequista, el padre Ger mán Camilo Urrego, enérgico pastor reconocido como tal post-mortem por una multitud en su funeral. En fin, el Creador va llamando a su descanso a quienes le han servido prácticamente toda la vida y su descanso es más que merecido. Pero van quedando vacíos grandes. Y no solo es un vacío numérico. Van partiendo hombres apasionados de su oficio apostólico. Recientemente el papa Francisco decía a los obispos latinoamericanos, en su encuentro en Bogotá, que a veces se nota falta de pasión en lo que se hace. No se trata, pues, de tener sacerdotes en cantidad, sino hombres apasionados de Dios hasta morir por Él, como el grano de trigo propuesto en el Evangelio.
Momento solemne de la postración en la eucaristía de ordenaciones. "Que todos los santos rueguen por nosotros"
Es tal la necesidad de sacerdotes para atender las comunidades católicas en Bogotá, que ya uno de los recién ordenados, sin haber cumplido dos meses de ser sacerdote, ha sido nombrado párroco en el extremo sur de la ciudad. A ve ces las necesidades obligan a tomar estas decisiones que terminan omitiendo los naturales pasos de maduración y de obtención de la experiencia. Por eso mismo es que hay que seguir trabajando incesantemente en la pastoral vocacional y en la formación muy robusta, esencialmente de párrocos, porque las tareas son mu chas, delicadas y no dan espera. Y aquí cabe pensar si el modo muy frecuente de rotación actual de los párrocos está o no favoreciendo la pastoral vocacional, la transmisión de una imagen sacerdotal consolidada y atractiva para los jóvenes. La vieja y entrañable figura del “cura del barrio”, “el padre de toda la vida”, podría contener más potencia de la que se pudiera pensar y con el paso de los años de dicados –la vida entera– a una comunidad, quizás, las semillas vocacionales se esparcían con mayor abundancia. En fin, nos gozamos porque Dios “ha estado grande con nosotros y estamos alegres” con la nueva cosecha sacerdotal y augu ramos para la arquidiócesis de Bogotá más obreros apasionados por entregar su vida a la evangelización de la comunidad bogotana.
P. Rafael de Brigard Merchán Director OAC
Oficina Arquidiocesana de Comunicaciones
La arquidiócesis de Bogotá es una de esas iglesias particulares que tiene el privilegio de realizar ordenaciones sacerdotales y diaconales todos los años. Terminando el año 2017, como lo ilustra nuestra portada, se repitió esta fiesta que llena de esperanza apostólica a la comunidad católica de Bogotá.
La Arquidiócesis celebró su asamblea anual
En el Palacio de los Deportes se reunieron más de 3.000 personas re presentantes de las parroquias y co munidades religiosas, no solo para agradecer un año más de trabajo del Plan de Evangelización de la Iglesia en Bogotá, sino para seguir revivien do la alegría que dejó la visita del papa Francisco a nuestro país.
“Sigamos caminando juntos cada día para ir al encuentro del otro”, (papa Francisco, en Cartagena), fue uno de los tantos mensajes que se ajustan a lo que viene trabajando el Plan de Evangelización de la arqui diócesis de Bogotá -Plan E- y que se evidenció en este encuentro donde primó la alegría y la cercanía.
Salir y llevar el evangelio, caminar juntos, en comunidad, esto se vivió en el Palacio de los Deportes, donde se compartieron algunas horas con los hermanos de las parroquias de las
diferentes vicarías. El cardenal Rubén Salazar Gómez, junto a sus obispos auxiliares Pedro Salamanca y Luis Manuel Alí y todos los vicarios epis copales territoriales de los diferentes sectores de la ciudad, estuvieron allí presentes, con sus feligreses, activos y viviendo el desarrollo del minuto a minuto de esta asamblea.
Jóvenes, adultos y adultos mayores, también participaron y se dejaron envolver por toda una preparación temática sobre la segunda etapa, el Nuevo Rumbo, y el inicio de su se gundo año. Una puesta en escena que invitó a no quedarse por fuera, con miedos o estáticos, sino todo lo con trario, a asumir el riesgo, a participar e involucrarse en la propuesta de una Iglesia en salida.
Música, fraternidad, esparcimiento y compromiso fue el sello que enmar có esta celebración.
FAMIG abre más espacios para atender a migrantes venezolanos
La Iglesia, que trabaja de manera continua y ardua en la atención a los mi grantes desde hace más de 15 años, a través de la Fundación de Atención al Migrante –FAMIG-, se hace ahora presente en la atención a los migrantes venezolanos.
Debido a la gran ola migratoria desde Venezuela la arquidiócesis de Bogotá vio la necesidad de extender los servicios de la Casa del Migrante, abriendo otros sitios de atención.
Es así que abrirá una segunda sede ubicada en el barrio San Bernardo, en las antiguas instalaciones del colegio Santo Domingo Savio, en la carrera 13 No. 3-37, localidad Santafé, contiguo a la parroquia Nuestra Señora de los Dolores.
Asimismo, será abierto un comedor en el sector de San Victorino, en la ca lle 14 No. 13-68, en la parroquia La Capuchina. Podrán ser atendidas unas 52 personas en un comedor con un espacio amplio y cómodo. Se tiene con templado, además, prestar servicios de baño y duchas, salones de reunio nes y descanso.
Este espacio cuenta con un área de construcción de 400 metros cuadrados, para una capacidad de atención de 52 personas aproximadamente. La casa estará habilitada en el primer trimestre de este año.
Notas
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá 3Detrás del Pastor
Ceremonia de Ordenaciones
La eucaristía de ordenaciones tuvo lugar en la Catedral Primada y fue presidida por el señor cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá, concelebrada por los dos obispos auxiliares y por más de trescientos presbíteros.
Los neopresbíteros fueron formados en el seminario conciliar de San José y los diáconos vienen de este y del seminario misionero Redemptoris Mater.
Los nuevos presbíteros son Francisco Cristancho, Enrique Rivera, Edison Cardona, Eduardo Pabón y los diáconos transitorios Juan Miguel Blandón Ruiz, Jesús Arroyave Restrepo y Juan Felipe Quevedo Rubiano (Seminario Misionero Arquidiocesano RedemptorisMater). Luis Francisco Rodríguez Rosas y Jonathan Alexander Sánchez Ojeda (Seminario Conciliar de Bogotá).
Gracias a Dios por el trabajo
El cardenal Rubén Salazar Gómez presidió una eucaristía, la cual fue concelebrada por los obispos Auxilia res Pedro Salamanca y Luis Manuel Alí y por monseñor Rafael Cotrino y el padre Ricardo Pulido. Esta acción de gracias congregó a los trabajado res arquidiocesanos para agradecer por el año que pasó y para reconocer a quienes celebraron aniversarios sig nificativos.
La Iglesia y los líderes políticos
Durante este encuentro latinoame ricano de líderes católicos con res ponsabilidades políticas, organizado, por el Consejo Episcopal Latinoame ricano (CELAM), se logró hacer un llamado a los políticos católicos para conjugar espacios de reconciliación, justicia social y equidad en el ejerci cio de la política.
El señor cardenal Rubén Salazar Gómez, explicó la importancia del en cuentro: “Se trata que iniciemos a ni vel continental un diálogo permanen te entre los católicos que tienen esas responsabilidades políticas y los pasto res. No apoyamos en ningún país a un partido político, pero sí estamos para recordar los principios fundamentales del evangelio acerca de la dignidad de la persona humana, del bien común y la construcción de la paz”.
Servidores de la Caridad, la Palabra y la Liturgia
En ceremonia presidida por el se ñor cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá, con la presen cia de dos obispos, más de cincuenta presbíteros y sesenta diáconos per manentes fueron ordenados nueve diáconos para el servicio de esta ar quidiócesis.
La procesión de entrada tuvo de singular el hecho de la presencia de las esposas, que acompañaban a quie nes serían ordenados y sostenían sus vestiduras litúrgicas. Ellas también fueron “protagonistas” al hacer las lecturas y los comentarios.
Vale la pena contar que en la Escue la Diaconal de Bogotá se forma la pa reja, ambos reciben igual formación académica y espiritual, por tanto, la Iglesia gana una familia en misión para llevar el Evangelio a todo lugar y en toda circunstancia.
Los nuevos diáconos son: Pedro Alcántara Baracaldo Aldana, Ga briel Roberto Cáceres Guerra, Pedro Pablo Enríquez Bolaños, Germán Giraldo Pizarro, Rafael Guzmán Na varro, Hugo Santiago Iguarán García, Gilberto Enrique Rodríguez Tobón, Benjamín Suárez Quiroga y Bernardo Vanegas Luque.
Celebrar la alegría por el deber cumplido
Más de cuarenta presbíteros emé ritos de la arquidiócesis de Bogotá se reunieron en una celebración eu carística para dar gracias a Dios por un año más de vida, por el servicio sacerdotal y por el trabajo en la Igle sia arquidiocesana.
Se reencontraron, algunos se abra zaron y se saludaron con hermandad y alegría por verse de nuevo. A pesar del cansancio y la fatiga, compartie ron este momento al lado de su pas tor, el cardenal Rubén Salazar y los obispos auxiliares Pedro Salamanca Mantilla y Luis Manuel Alí. Tam bién, se hicieron presente los ocho vicarios episcopales territoriales de la arquidiócesis de Bogotá. F
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 5La educación unifica criterios
La arquidiócesis de Bogotá, la Confederación Na cional Católica de Educación –CONACED- y la Conferencia Episcopal de Colombia –CEC- tuvie ron una reunión, a través de sus delegados, en la búsqueda de la unificación de criterios y líneas de acción para los próximos tres años, relacionados con la educación católica en nuestro país. De los desafíos propuestos vale destacar la crea ción de la cátedra Papa Francisco, “La cultura del encuentro” con la participación de algunas facul tades de filosofía y teología para el impacto e in cidencia en la formación de líderes para la trans formación social y moral. Proponer una Asamblea Plenaria sobre Educación, Cultura y Universidades para seguir las orientaciones dadas por el Papa y el Plan Decenal de Educación. Acompañar los proce sos educativos con padres de familia y formación de docentes con tareas prioritarias en la pastoral educativa, mejorar la calidad de la educación, arti culación en los procesos educativos para la forma ción
Algunos de los participantes en el encuentro, en los salones de la Conferencia Episcopal de Colombia En la Conferencia Episcopal, a la derecha, el padre Daniel García, de la arquidiócesis de Bogotá.La Vicaría de Evangelización hace balance
La Vicaría cerró el año 2017 con una exposición en la Curia Arzobispal. Los corredores del claustro se inundaron de imágenes que recogieron lo más relevante de las accio nes evangelizadoras durante el año.
Después de la Eucaristía siguió la conferencia de mon señor Pedro Salamanca titulada Nonospodemosquedar parados , como ha pedido el Papa, luego de su visita.
Otro de los temas tratados fue la reorganización de la Vicaría de Evangelización. Su nueva estructura y la nece sidad de consolidar los equipos de las coordinaciones y de las subordinaciones.
Uno de los nuevos proyectos que se desarrollará es la Es cuela de animadores de la evangelización, que ya tiene un director (el padre Juan Álvaro Zapata) y se pone en marcha el programa básico de formación para la misión en las pa rroquias.
La Oficina Arquidiocesana de Comunicaciones ha creci do para llegar a ser la Dirección Arquidiocesana de Comu nicaciones y asume el desafío de la comunicación interna en la Arquidiócesis y de la evangelización en los medios y en las redes.
Bach en la Catedral de Bogotá
La Catedral de Bogotá es más que una parroquia, o un centro de culto. Allí reposa una gran parte del patrimonio pictórico, escultórico, de orfebrería, de música… entre sus muros está el órgano y esto ha permitido la serie de conciertos para la obra integral de Bach para este instrumento, la que ha llegado al décimo primer concierto, de diez y siete programados.
El tercer sábado de cada mes se ha convertido en cita obligada de melómanos, aficionados, estudiantes y visitantes del Centro Histórico de la ciudad. La Catedral se llena y mucha gente queda afuera, entre frustrada y furiosa.
Este año ya se han realizado dos conciertos: el primero, el maestro sueco Ulf Norberg, quien, con sus manos sobre los teclados del mara villoso órgano de Bogotá, del cual dijo estar fascinado, hizo vibrar a los asistentes con un programa dedicado a los tiempos de Adviento y Navidad.
El segundo, con el jovencísimo maestro neozelandés Thomas Gay nor, quien el 17 de febrero interpretó un programa con corales y par titas que prepararon para la Cuaresma.
Notas arquidiocesanas
Todos los artistas han sido escogidos entre los más destacados organistas del mundo, ganadores de los concursos y premios internacionales más relevantes. En la fotografía, Thomas Gaynor en compañía del maestro Paul Dury y la ministra de cultura Mariana Garcés.
Fraternidad, una revista para Clero de la arquidiócesis de Bogotá - 7El trabajo pastoral debe llevar a descubrir el misterio de Cristo que se manifiesta en el alumbramiento del Reino de Dios en el mundo, de ahí que la formación teológica de los agentes de evangelización debe hacerlos sensibles a esta presencia liberadora de la Pascua en nuestro mundo y a partir de ello llevarlos a crear pensamiento cristiano para impregnar con él la cultura.
Renovación de los estudios teológicos en orden a la nueva evangelización
Con fecha del 8 de diciembre de 2017 el papa Francisco promulgó la constitución apostólica ‘Veritatis gaudium’, este estatuto viene a poner al día la normativa sobre la formación que ofrece la Iglesia a través de las facultades eclesiásticas a los candidatos al ministerio ordenado, re ligiosos y laicos. Para aplicar los criterios sobre la forma ción sacerdotal que inspiró el decreto ‘Optatam totius’ del Vaticano II el papa Juan Pablo II reglamentó el esta tuto de las facultades y universidades eclesiásticas me diante la constitución apostólica ‘Sapientia christiana’ (15 de abril de 1979) estableciendo un marco jurídico a las instituciones que desde la Iglesia buscan profundizar en la Revelación cristiana y en asuntos que tienen que ver con la tarea de la evangelización.
La formación de agentes de la evangelización, que re petidamente aparece como uno de los anhelos en los di ferentes diagnósticos y que tan en serio se ha tomado en los programas del Plan E, tiene como horizonte el ‘acto evangelizador’; con esta denominación no estamos in ventando algo nuevo, simplemente recordando que en la misión de evangelización se han de considerar como componentes propios el contenido del anuncio, las con diciones del destinatario del mensaje y la situación so cial en la que el anuncio del Evangelio se ha de encar nar; pues la Iglesia anuncia el evangelio para buscar la adhesión de las personas a Jesucristo y con ello hacer presente el Reino en la sociedad.
Estos tres componentes –mensaje, destinatario y con texto– los integra el papa Francisco en la presentación de la constitución ‘Veritatis gaudim’ a partir de la ex periencia personal de San Agustín expresada al inicio de las Confesiones: «Nos hiciste, Señor para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti» (I, 1,1). Qué duda cabe, San Agustín llegó a un encuentro con Dios como el resultado de la búsqueda de la verdad y el hallazgo que produce alegría. Al explicar la afirmación de Jesús «Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha
enviado no lo atrae» (Jn 6, 44) el obispo africano dice que el Padre está atrayendo a todos hacia Jesucristo a través del amor a la verdad que ha dejado en el corazón de cada hombre (Cf. Tratados sobre el evangelio de San Juan, 26, 4).
Esta atracción hacia la verdad es universal pero no fal tan ocasiones en las que el pecado se manifiesta como ofuscación de esta búsqueda y la obra del mal como conformismo y renuncia a querer pensar. Esta desidia se presenta entre nosotros como la tentación del divorcio teología / pastoral, que el papa Francisco denuncia en el proemio de la ‘Veritais gaudium’. Hace algunos años se pensaba que la disciplina teológica era teoría y ‘la pasto ral’ lo práctico y que entre las dos había una sima; pero lo cierto es que lo que se llama ‘la pastoral’ siempre llega a ser la expresión de una visión teológica.
El trabajo pastoral debe llevar a descubrir el misterio de Cristo que se manifiesta en el alumbramiento del Reino de Dios en el mundo, de ahí que la formación teológica de los agentes de evangelización debe hacer los sensibles a esta presencia liberadora de la Pascua en nuestro mundo y a partir de ello llevarlos a crear pensa miento cristiano para impregnar con él la cultura.
Para el Papa la formación teológica y de otras discipli nas relacionadas con la evangelización se concibe como un laboratorio cultural en donde se aprende a interpre tar la Pascua de Cristo que obra en el mundo.
El divorcio teología / pastoral se comprende si se valora la teología como un acervo de fórmulas dogmáticas o la tarea simplemente apologética de defender la fe; el nue vo contexto de cambio de época pide unos agentes de la evangelización con formación académica para la investi gación científica que lleven hacia un auténtico cambio de paradigma y con ello a una revolución cultural.
En el contexto de una época de cambios, el anuncio del Evangelio pide hacerse en una atmósfera de bús queda y si hay cierto recelo por la hermenéutica, ello pide en muchas ocasiones una etapa previa al anun cio del kerigma para enamorarnos de la búsqueda de la verdad.
Tadeo Albarracín, Pbro.VET Inmaculada Concepción
Monseñor Daniel Arturo Delgado Guana Vicario Episcopal Territorial Inmaculada Concepción.Portadora y guardiana de la historia arquidiocesana
Las vicarías son estructuras territoriales que comprenden un grupo de parroquias, para facilitar la labor pastoral y fortalecer la acción evangelizadora en comunión y coordinación.
La Vicaría Episcopal Territorial (VET) Inmaculada Concepción es una de las ocho en las que está dividida la arquidiócesis de Bogotá. La más antigua, sin duda, ya que en su territorio alberga a la Catedral Primada y a los templos históricos de la época Colonial, así como las Iglesias y Rectorías de esa época.
Por las vicarías episcopales
La VET Inmaculada Concepción tiene su territorio en las localidades de Teusaquillo, Los Mártires, Puen te Aranda, Santa Fe y La Candelaria.
La Candelaria alberga las parro quias históricas como la Catedral, Las Nieves, San Victorino, Santa Bárbara, Las Aguas, Egipto y La Veracruz todas creadas entre 1564 y 1891. También las Iglesias y Rec torías más representativas de la his toria bogotana como San Agustín, La Candelaria, La Concepción, San Francisco, La Tercera, San Ignacio y San Juan de Dios. Los Santuarios de El Carmen, La Peña, Guadalupe y Monserrate. Toda la historia de la arquitectura colonial, de las de vociones y de la construcción de la fe en esta ciudad. Y allí mismo, el gran sector universitario, las sedes del gobierno nacional y local, las comunidades flotantes, inestables, migrantes. En Las Nieves nacieron los Centros Pastorales de Escucha, lugares para los solitarios, los cami nantes, para quienes necesitan ser oídos y buscan su paz interior.
Ya en Teusaquillo se encuentran dos visiones de la realidad arquidio cesana. “El vaticanito”, en el barrio La Soledad, lugar donde están muchísi mas de las casas de las comunidades religiosas –masculinas y femeninasque tienen presencia en Bogotá, allí se encuentran casas de retiro, de formación, de administración, de los superiores, de los ancianos y el tem plo parroquial San Alfonso María de Ligorio, conocido como el Señor de los Milagros, que congrega a miles de fieles los días 14 del mes.
Más al norte… la muerte. Los abor torios de alrededor de las parroquias Santa Ana, Espíritu Santo y Santa Te resita.
Esta Vicaría “madre” es un mosai co del país, que enfrenta los retos de la Nueva Evangelización organiza da en 54 parroquias y 10 rectorías, que se reúnen en 8 arciprestazgos.
Su Vicario es monseñor Daniel Arturo Delgado Guana, presbítero de la arquidiócesis de Bogotá, orde nado en 1989, por el señor cardenal Mario Revollo Bravo, para el servi cio de esta Arquidiócesis. F
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Arriba, altar de la iglesia de San Ignacio; abajo, centro de escucha de la parroquia de Las NievesObispos auxiliares
Monseñor Luis Manuel Alí Herrera Dos años de Obispo Auxiliar de Bogotá
Fraternidad (F): Ya son dos años como obispo, cuéntenos un poco acerca de su experiencia de vida en este tiempo.
Monseñor Luis Manuel Alí (MLM): Pues han sido dos años hermosos, real mente, cuando miro atrás todo lo que he vivido, junto con mis hermanos sacerdo tes de la arquidiócesis de Bogotá, tengo un profundo agradecimiento al Señor, porque han sido dos años en los que he sentido cada vez más un amor apasio nado por mi Iglesia arquidiocesana, una experiencia en la que, especialmente, he sentido el apoyo y la colaboración de tantos laicos, de tantas personas que en sus comunidades parroquiales, en sus movimientos apostólicos le han apostado a este cambio de mentalidad que nos he mos propuesto con nuestro plan de evan gelización, pero sobre todo, y especial mente, han sido los años en que he estado aprendiendo a ser Obispo, a saber lo que
es este llamado que el Señor me ha hecho después de tantos años de experiencia sacerdotal y realmente es una Acción de Gracias por todo lo que el Señor me ha permitido vivir.
(F): Al tener esta conversación no ha empezado la Asamblea de los Obispos, cuéntenos cuáles serán los temas y cuáles las expectativas.
(MLM): Sí, el tema de esta asamblea ordinaria del episcopado colombiano es la renovación parroquial; entonces obvia mente que no solo por el tema en sí, sino también por los proyectos que llevamos en el Centro de Comunión y Participa ción, es una temática que nos toca mu chísimo, especialmente a los que estamos en este centro, porque es uno de los pro yectos bandera que tenemos nosotros; además es un trabajo en el cual vamos a tener a monseñor Jaime Mancera, uno de los vicarios de evangelización, que es sin
duda alguna uno de los grandes expertos en Latinoamérica en este tema y es uno de los que ha dinamizado este proyecto de renovación parroquial que tenemos en la arquidiócesis de Bogotá. Entonces, por eso de mi parte, tengo una sana ansiedad de participar de esa asamblea, porque la temática sin duda alguna nos enriquece rá también dentro del proyecto que tene mos en la arquidiócesis de Bogotá.
(F): Monseñor, mencionaba Usted el Centro de Comunión, del cual usted es Vicario episcopal, este centro trata de la cultura del encuentro y de la participa ción de todos los laicos, también trata de la formación sacerdotal, de la formación de los ministerios ordenados, hablemos un poco de qué se está haciendo este mo mento, qué podemos esperar, por ejem plo, los laicos en nuestra formación.
(MLM): El Centro de Comunión y Par ticipación trabaja, bien lo dices tú, esos dos ejes tan fundamentales de la evange lización. Los miembros de nuestra Iglesia no son solamente los bautizados sino tam bién los ministros consagrados y aquellos que han optado por la vida religiosa, pero también todo aquello que es la formación del ministro consagrado. Digamos son como los dos grandes ejes del Centro de Comunión y Participación. Por eso es que en ese hemos cobijado toda la vida reli giosa, las comunidades religiosas. Una de las cosas que más me ha impresionado en el trabajo en la arquidiócesis de Bogotá es darme cuenta de la riqueza, pero también de la cantidad de comunidades religiosas masculinas y femeninas que nosotros te nemos. Se me escapa en este momento un número exacto, pero podríamos llegar a 280 comunidades religiosas femeninas y más de 60 comunidades religiosas mas culinas, de todos los carismas.
Además, el Centro de Comunión y Participación tiene la grata fortuna de acompañar a todos los institutos de laicos, todos los institutos de fieles, tanto públi cos como privados, que son también una cantidad impresionante. Eso genera en la Arquidiócesis un dinamismo increíble y la acción del Espíritu Santo, que se si
gue renovando, que se sigue fortalecien do. Uno de mis trabajos en este Centro es acompañar a tantos institutos de fieles que nacen todos los años. Ustedes se pue den impresionar de que el número de la cantidad de fieles que se quieren congre gar no es poco y responsablemente decirle sí a un compromiso misionero delante de la Iglesia, del Señor, dentro de la iglesia lo cal. Esos dos centros, la vida religiosa y la vida laical, pero también toda la parte de la coordinación de familia; allí trabajamos con el padre Nelson Ortiz y este año, si el Señor lo permite, va a ser también un año muy privilegiado porque ya abriremos nuestra casa de la coordinación de familia y dinamizaremos, además, todo el traba jo que estamos haciendo en el centro de orientación familiar.
Por otro lado, lo que estabas diciendo, todo lo que tiene que ver con la formación inicial y permanente del clero, es decir la pastoral vocacional, los seminarios, la pastoral permanente del clero, donde está monseñor Darío Álvarez acompañándo nos. Entonces, el trabajo de este Centro de Comunión y Participación es bellísimo, porque es con todos los entes vivos y to dos los actores de nuestra evangelización en nuestra arquidiócesis de Bogotá.
(F): Usted también está en Roma, por decirlo de alguna manera, en un trabajo que a mí me parece muy bello y de una gran responsabilidad y caridad, como es la protección del menor. ¿Qué se está haciendo en Roma y como efecto de ese trabajo allá, que tenemos en Bogotá?
(MLM): De una manera muy sucinta puedo decir que desde el compromiso de Benedicto XVI en ese año 2011, cuando le escribe a los católicos de Irlanda, y dice claramente que la Iglesia tiene cero tole rancia ante cualquier situación que acon tezca en unas instituciones católicas y que afecte la protección de las niñas, niños y adolescentes, pues desde ese momento para la Iglesia es una prioridad absoluta la protección de nuestros menores.
El papa Francisco ha sumido estas palabras del papa Benedicto XVI y ha
dinamizado con algunas propuestas, por ejemplo, el motu proprio Como una ma dre amorosa, del año antepasado, pero también con la instauración de una nue va Comisión Pontificia, que nace en el año 2015: la Comisión Pontificia de Pro tección de Menores. Le pidió al cardenal de Boston, Sean O’Malley, que fuera pre sidente de esa Comisión y el Cardenal le dijo al Santo Padre que los miembros de esta Comisión tenían que ser personas que estuviesen trabajando, sea en for mación sacerdotal, sea en el trabajo de prevención y protección a nivel mundial. Por eso nombraron diez y seis miembros que representan a toda la Iglesia Univer sal y yo tengo el privilegio de representar a Latinoamérica junto con el padre Mi guel Yáñez, de Argentina.
Nuestro trabajo es presentarle al Santo Padre políticas de protección por medio de talleres, seminarios, propuestas de lí neas guías para la protección de los me nores. No nos encargamos de casos parti culares, eso lo hace la Congregación de la Doctrina de la Fe, sino nuestro trabajo es más preventivo, por eso quienes estamos ahí tenemos alguna formación psicológi ca como la mía, yo soy psicólogo clínico de la Universidad Gregoriana de Roma y ahí también hay expertos psiquiatras, canonistas, constitucionalistas que hace mos un equipo y le damos al Santo Padre algunas sugerencias para que él promue va, en la Iglesia universal.
Tengo que poner una cuña, que ya no hace parte de la Comisión Pontificia sino la Arquidiócesis. El cardenal Rubén Sa lazar Gómez, muy sensible a esta políti ca Universal de la Iglesia y al llamado de nuestros pontífices, desde hace dos años instauró la coordinación de protección de menores. Hace 2 años y desde ese mo mento tenemos esa coordinación, que yo también la asumía en el Centro de Comu nión y Participación; a partir de este año, para ser más exactos a partir del primero de febrero de este año, nace la Oficina de Protección de Menores. Tenemos, una tra bajadora social, Andrea Milena Arévalo, especializada en familia y en todo el tema
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 11
obispos auxiliares
de protección. Va a comenzar a ayudar en la Oficina de Protección de Menores, que tiene como objetivo principal la preven ción, la protección, el acompañamiento de las víctimas en la arquidiócesis de Bogotá; entonces es una alegría muy grande por que ya no solamente son proyectos, sino que tenemos algo físico para mostrar, y una persona encargada solamente de eso, que va a hacer un trabajo extraordinario en la arquidiócesis de Bogotá.
(F): Monseñor, ¿la Oficina tiene que ver con el curso de formadores o facilita dores que empezó en estos días?
(MLM): Sí, el primer objetivo que tiene esta oficina es formar gestores de protec ción en menores. Gestor, ese es el térmi no. ¿Quiénes son los gestores? Aquellas personas que desde las vicarías, los co legios, las parroquias nos van a ayudar a que nuestras instituciones católicas, como bien lo dice el papa Francisco, en esa bella carta que dirigió a todos los obispos pre sidentes de las conferencias episcopales el
2 de febrero del 2015, nuestra Iglesia sea un hogar seguro. Entonces estos gestores nos van a ayudar, precisamente a eso, a que todos estos espacios, y cuando digo todos es porque somos ambiciosos en este proyecto, todos los espacios de la Iglesia Católica sean hogar seguro para las niñas, niños, adolescentes y adultos vulnerables que estamos evangelizando, para que los padres de familia sientan la absoluta y total confianza de que si están en una institución católica sus niños y sus niñas o sus adolescentes están siendo for mados. Están siendo evangelizados, pero sobre todo están siendo amados respe tuosamente.
(F): ¿Hay representantes del SEAB en este trabajo?
(MLM): Sí, tenemos representantes del SEAB. Este semestre comenzamos formando diez y ocho gestores. Ellos son nuestra punta de lanza, entonces tuvi mos que hacer una selección de cuatro meses para escoger a estas diez y ocho
personas, para que representen a cada una de las grandes instituciones de la arquidiócesis de Bogotá, por eso hay un miembro del SEAB.
En el segundo semestre formaremos noventa gestores más; ahí, por ejemplo, vamos a formar quince gestores más del SEAB, la idea es que sea uno por cada co legio; este año tendremos diez y seis ges tores. Nos faltan otros cuatro, pero poco a poco vamos incluyéndolos.
Una de las alegrías más grandes, que nos hemos encontrado con este curso, es que no fue necesario ni siquiera hacer propaganda, el cupo se llenó a los tres días y ya estamos recibiendo el cupo de los noventa gestores para segundo semes tre; no te sé decir con exactitud cuántos van, pero ya tenemos una buena canti dad, es decir que estos noventa los vamos a llenar muy fácil. F
A partir del primero de febrero de este año, nace la Oficina de Protección de Menores. Tenemos, una trabajadora social, Andrea Milena Arévalo, especializada en familia y en todo el tema de protección. Va a comenzar a ayudar en la Oficina de Protección de Menores, que tiene como objetivo principal la prevención, la protección, el acompañamiento de las víctimas en la arquidiócesis de Bogotá.
La Oficina Arquidiocesana para la Protección de Menores inicia con formación
La Oficina Arquidiocesana para la Pro tección de Menores, dio inicio a su pri mer programa de formación “Cultura del buen trato y protección de menores” realizado por el Centre for Child Protec tion -CCP-, del Instituto de Psicología de la Universidad Pontificia Gregoriana, en colaboración con la Fundación Uni versitaria Monserrate.
El primer programa de formación cuen ta con la participación de 17 animadores de la evangelización de la Arquidiócesis y un delegado de la diócesis de Soacha, quienes reciben esta formación para ser los futuros gestores de la promoción de la cultura del buen trato en Bogotá y Soa cha, respectivamente.
El propósito fundamental de la forma ción es fomentar la protección y el bien estar de los niños, niñas, adolescentes y adultos vulnerables de nuestra Iglesia particular, al promover medidas de pre vención contra el abuso sexual para crear entornos sanos y seguros.
La Iglesia bogotana se hace visible en los medios
En el Instituto Caro y Cuervo se llevó a cabo el panel Las religiones en los medios de comunicación. ¿Cómo nos ven?, organizado por la Dirección de Asuntos de Libertad Religiosa y de Conciencia de la Secretaría de Gobierno de Bogotá.
Participaron representantes de muchos credos, quienes expusie ron, desde su experiencia, el trato y cubrimiento que hacen los pe riodistas a las noticias denominadas religiosas o de iglesia.
Los presbíteros Rafael De Brigard, director de la Oficina Arquidio cesana de Comunicaciones de Bogotá, y Jaime Marenco, de la Oficina de Comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia, repre sentaron a la Iglesia católica.
Los participantes resaltaron la importancia de preparar a los comu nicadores en materia religiosa, ya que es notorio su desconocimiento del lenguaje religioso, falta de información sobre las diferentes religio nes, discriminación o falta de interés por temas relacionados con la fe.
Fotografía: stockvault Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 13Historias de vida
El padre Francis Wehri, OSB, nació el 27 de octubre de 1935, en Haymarsh Cree, Dakota del Norte, Estados Uni dos. De la mano de sus padres Frank Wehri y Kathryn Roether, pasó sus primeros años de infancia en una granja donde su familia cultivaba tri go, cebada y maíz.
Ingresó a Assumption Abbey, un colegio perteneciente a los monjes benedictinos, a cursar secundaria.
Con tan solo 15 años de edad, el pa dre Francis ya tenía claro que deseaba ser monje. Estudió filosofía y psico logía en la Universidad Saint John’s en Minnesota. Además, se formó en teología, humanidades, historia, ciencias, matemáticas, latín, griego e inglés. En su tiempo libre disfrutaba tocar del piano. El padre Francis, fue ordenado sacerdote el 27 de mayo de 1961 y llegó a ser vicerrector en la Abadía entre los años 1963 y 1966.
Arribó a Colombia en mayo de 1966, por orden de sus superiores.
Con tan solo 31 años llegó a Bogotá a apoyar al recién fundado Colegio San Carlos, pero dos semanas después
El importante legado del padre Francis Wehri
El padre Francis Wehri, OSB (1935-2017), estuvo a cargo del Colegio San Carlos de Bogotá, por 49 años. Gracias a su incansable trabajo logró consolidar a la institución educativa como una de las mejores del país.
de su llegada fue nombrado rector y desde entonces realizó un papel de guía y formador de jóvenes durante 49 años. “Miles de jóvenes y padres de familia recuerdan al padre como músico, tocando el órgano en las eu caristías. Recuerdo en una ocasión, cuando tocó el Himno Nacional de Colombia, los estudiantes cantaron como si estuvieran liberándose nue vamente de los conquistadores”, in dicó el padre Philip Vanderlin, OSB, amigo cercano del padre Francis.
El padre Francis amaba al colegio como su propio hogar, siempre lo mantenía limpio, organizado y daba la bienvenida a todos, especialmen te a los estudiantes que presentaban exámenes de admisión con excelen cia y mostraban dedicación al estu dio. Jamás rechazó a alguien por su condición económica u orientación religiosa, trataba a todos por igual.
Su legado perdurará por siempre, puesto que entregó su vida entera al colegio y a las obras sociales de la comunidad benedictina en Bogotá. Formó un sin número de estudiantes que sobresalen actualmente en cien
cias, el mundo empresarial, la políti ca, la cultura, la música, la educación, deportes, etc.
Será recordado por la importancia que le daba a la oración y el trabajo (ora et labora, el lema del colegio y de la comunidad), enseñaba a los estu diantes que los atajos no existen, que el éxito se consigue con trabajo fuer te, oración y educación.
El padre Francis murió el pasado 30 de julio, dejando un profundo vacío en los alumnos y exalumnos del Co legio San Carlos y en todos los que tu vieron la oportunidad de conocerlo.
“Yo viví con él por casi 50 años y soy testigo de su testimonio como monje, sacerdote y hombre. No tuve la fortu na de estar con él durante sus últimas horas, pero lo puedo imaginar dicién dome que ‘morir es parte de la vida. Estoy listo y no tengo quejas’ ”, señaló el padre Philip.
Hospitalidad y humildad, dos cua lidades de un monje benedictino, muestran la vida de un gran hombre que dejó una importante huella en la sociedad colombiana. F
Banco de Alimentos en búsqueda de 500.000 personas
Génesis
En 2001 el banco nace para respon der al llamado de san Juan Pablo II en la Carta Apostólica Novo Millenio Ineunte. Ese llamado, invitaba a dejar una obra que fuera el sello de la cari dad jubilar.
Por esta razón, el 8 de mayo, se re unieron los señores Arturo Calle y Gonzalo Restrepo con el cardenal Pe dro Rubiano Sáenz para crear el Ban co de Alimentos de Bogotá. Esta es una obra que nace de la conciencia so cial de muchos empresarios que que rían participar de un proyecto evangé lico para beneficiar directamente a las personas más vulnerables de nuestra ciudad y municipios cercanos.
El Banco hoy
En Colombia existen 18 bancos de alimentos en diferentes ciudades, los primeros nacieron en Medellín y Cali; luego en el 2001, nació en Bo gotá como Fundación arquidiocesa na, hace 16 años.
La sede del Banco está en la calle 19A con carrera 32 y está dirigido por el padre Daniel Saldarriaga Mo lina. Se creó bajo el esquema empre sarial que se maneja en otras partes del mundo, como en México, donde ya existen 72 bancos de alimentos, que salvan productos para mejorar las condiciones de la población vul nerable.
Frente a estas cifras alarmantes de desperdicio de alimentos, el Banco de Alimentos hace intervención en zo nas rurales recolectando productos, que por algún motivo no se pueden negociar y logra que sean donados
En Colombia, 1.5 millones de toneladas de frutas y verduras se desperdician en la post-cosecha, según estadístcas de la FoodandAgriculture Organization-FAO. Y, en Bogotá según cifras del Distrito hay 1’940.000 personas sin seguridad alimentaria.
por los campesinos y los agricultores. Es el programa llamado Recupera ción de Excedentes Agrícolas, en el cual se salvan estos alimentos, que están en condiciones óptimas y que contribuyen a mejorar las condicio nes de vida de las familias necesitadas en la ciudad y en el campo.
Asimismo, se realiza una campaña para salvar alimentos en Corabastos, donde se cuenta con un equipo de trabajo que tiene la tarea de sensibi lizar a los comerciantes para recoger productos que no se venden o no tie nen salida fácil, pero que son aptos para el consumo humano. Diaria mente se recogen entre dos y cuatro toneladas de estos alimentos, que se destinan para los menos favorecidos de la ciudad.
El Banco trabaja para que las ci fras del hambre y del desperdicio disminuyan en Cundinamarca y el Distrito Capital, su razón de ser es mejorar la calidad de vida de quie nes no tienen acceso a los alimentos, por este motivo se proyecta que en el año 2021 pueda contribuir a mejorar la seguridad alimentaria de 500.000 personas.
Para cumplir con este objetivo busca ser un puente entre los do nantes y beneficiarios, pues con un proceso de recolección y selección distribuye de forma eficiente los ali mentos, bienes y servicios, a través de organizaciones sociales de base y así realiza una entrega con responsa bilidad y caridad, mejorando la cali dad de vida de los beneficiarios.
No desperdiciar para ayudar
La I glesia en obras
Hay cálculos de que unos 1.300 millones de toneladas anuales de comida se pierden o acaban en la basura en todo el mundo. Mien tras que en el caso de Colombia ese indicador llega a 10 millones de toneladas en el mismo período.
Justamente fue en este complejo escenario en el cual hace 16 años nació esta iniciativa que actualmente cuenta con la cooperación de 32 universidades vinculadas con 65 pro gramas académicos. La ayuda de más de 1.200 universitarios y la vinculación de más de 5.553 voluntarios de todas las edades, profesiones y aportantes para esta causa en diferentes líneas.
También se trabaja de la mano con 1.041 orga nizaciones, que son las encargadas de llevar y entregar estos productos. Algunas de estas empresas o fundaciones también ayudan a la transformación, empaque o embalaje de muchos de estos alimentos y productos. “El hambre no tiene religión, la invitación es que todos podamos servir y ayudar. Luchemos juntos contra el hambre”, afirma el padre Da niel Saldarriaga. F
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 15
Abrió la puerta con una sonrisa entre discreta y tímida. Amable y caballeroso, como siempre, dispuesto a hablar sobre su vida, monseñor Enrique Sarmiento recibió a Fraternidad en su oficina desde la que ha escrito una serie de libros en los que analiza y explica aspectos importantes de la Doctrina Social de la Iglesia y, en particular, de las últimas encíclicas de los papas Benedicto y Francisco.
con el obispo emérito de Fontibón monseñor Enrique Sarmiento Angulo
Fraternidad (F): Monseñor, usted ha tenido un recorrido maravillo so como presbítero y como pastor, ¿cómo empezó esa vida vocacional?
Monseñor Enrique Sarmiento (ME): Cuando yo estaba haciendo primaria ya tenía alguna intención de entrar a ser sacerdote, a mitad de bachillerato quise ingresar al seminario y mi papá me sugirió que lo terminara primero. Entonces fui bachiller en el Colegio Nacional de San Bartolomé e ingresé al año siguiente al Seminario Mayor. Allá estuve dos años y medio y luego fui a Roma para estudiar Teología, al regresar fui al Seminario Menor como profesor de Física, Álgebra, Geome tría y Trigonometría. Pasé luego a la obra arquidiocesana de vocaciones y de ahí fui párroco en San Fernando; pasé luego a la coordinación de cape llanes y rectores de colegios y luego Vicario Episcopal del Espíritu Santo, en la zona sur de Bogotá. En ese mo mento la Vicaría del Espíritu Santo comenzaba en el río Bogotá subía hasta la cima de estos (señala Mon serrate y Guadalupe) montes que ro dean por el oriente a Bogotá, desde la calle primera con los límites de Pasca y Fusa y… bueno ese era el territorio, chiquito para atender.
(F): Monseñor nos saltamos un poco de la parte de la infancia, de su familia ¿cómo era?
(ME): Era una familia chiquita, de 9 hijos. Yo soy el último.
(F): El consentido…
(ME): Es una entrevista en serio (risas). Gran mérito de nuestros pa dres que con gran acierto y esfuerzo nos llevaron a todos a prepararnos en una forma seria, de tal manera que en la familia hubo ingeniero, médico, agrónomo, las hermanas hicieron al gunos estudios de comercio, secreta riado, dibujo arquitectónico en fin… ingeniero y cura. La vida familiar fue admirable; generó una unión entre todos los hijos, unión que ha perma
necido, a Dios gracias, a lo largo de todos estos años.
(F): Monseñor sigamos, cronoló gicamente. Usted viajó a Roma muy joven, a terminar allá sus estudios. No era muy habitual hacer ese viaje sien do estudiante del Seminario, era muy difícil y largo.
(ME): Sí, realmente; estaba hacien do el tercer año de filosofía, a mitad de año nos enviaron al padre Fran cisco Emilio Tamayo y a mí. Nos enviaron a Roma para continuar los estudios allá. El viaje fue muy curioso porque viajamos al tiempo con el pa dre Camilo Torres Restrepo que iba a Lovaina a hacer su especialización. Se ordenó e iba para Lovaina, nosotros fuimos a Roma con Pacho.
(F): Usted fue ordenado obispo en el 86, con otros tres sacerdotes: monseñor Agustín Otero, monseñor Fabio Suescún, monseñor Álvaro Ortiz… fueron obispos auxiliares de monseñor Revollo; eran jovencísi mos. ¿Cómo fue ese momento Pasto ral en la arquidiócesis de Bogotá?
(ME): La Arquidiócesis ha hecho constantes esfuerzos por atender las comunidades y las parroquias; ha cui dado de manera muy especial el Se minario. En ese momento en el país venían sucediendo hechos notorios y algunos muy graves, pero la inten ción era lograr un mejor servicio cada día a la gente, a los fieles. Entonces, el cardenal Revollo expresó siempre un gran respeto a los sacerdotes, siempre se distinguió por un trato cuidadoso y muy respetuoso de cada persona.
La Arquidiócesis ha tenido serias dificultades por el crecimiento pobla cional tan rápido; por aquella época se hablaba de 100.000 habitantes por año, venidos del campo por la violen cia y eso implicaba, entonces, unos esfuerzos muy grandes, porque eran personas que llegaban sin los recursos necesarios, sin trabajo, con responsa bilidades numerosas por los hijos. La Arquidiócesis ha hecho un esfuerzo muy grande -y sigue haciendo esfuer
zos- por llevar la palabra del Señor, por llevar a Jesucristo a todos los hogares.
(F): Sobre eso usted hizo un tra bajo muy interesante cuando fue el Vicario episcopal en la zona de San Pedro. Usted hizo una serie de carti llas de formación…
(ME): A ver, yo me considero más catequista que otra cosa, entendiendo por catequista el deseo de hacer un anuncio que la gente entienda y que sea una invitación para responderle al Señor. A eso obedeció el esfuerzo de hacer estas cartillas; posteriormente, en la diócesis de Fontibón avanzamos otro poco en ese esfuerzo.
(F): Monseñor, luego Usted es nombrado como el primer Obispo en la diócesis de Fontibón. A Usted le tocó conocer o ser partícipe de ese momento importante de la división de la arquidiócesis de Bogotá.
(ME): Desde luego, esa manera de organizar la pastoral en la Arquidió cesis comenzó con el cardenal Aní bal Muñoz Duque, gran pastor, y las vicarías episcopales… que ese fue su nombre inicial, pues promovían en el sector que les correspondía, la vida pastoral, la unión del presbiterio, la actividades de promoción de la vida cristiana, la misma administración de los bienes y cuando llegó el mo mento de plantear la posibilidad de hacer división y crear una diócesis de la arquidiócesis, pues ese trabajo que se venía haciendo ya de varios años y, a través de diferentes arzobispos, sen cillamente facilitó el funcionamiento de la diócesis pues desde el primer día había los elementos básicos para poder funcionar como una diócesis.
Un proyecto de división que tuvo sus etapas, que tuvo sus momentos, el cardenal Rubiano tuvo la fortu na de haber realizado este proyecto que ya venía de años atrás, así que el funcionamiento de las diócesis nue vas tenía ya unas raíces largas y muy eficaces.
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 17
Conversaciones
(F): Usted fue Administrador Apostólico, en la arquidiócesis de Bogotá, en un momento en que terminó el cardenal Mario Revollo y llegó el car denal Pedro Rubiano.
(ME): Indudablemente continué lo que se venía haciendo y, ciertas acciones no quedaban dentro de las facultades del administrador, unas pocas cuestiones, de resto pues se guir el trabajo y, repito, era un traba jo ya existente y con una identidad propia, un trabajo Pastoral en toda la arquidiócesis.
(F): La Iglesia siempre se ha ocupa do de los más pobres, de las personas más necesitadas en la estructura so cial, a través de la Doctrina Social de la Iglesia, digamos que esa es la car ta de navegación del católico. ¿Usted cómo ve esa doctrina social hoy: apli cable o utópica?
(ME): A ver, en mi tiempo de emé rito he estado tratando de ofrecer ayudas para que la Doctrina Social de la Iglesia se divulgue. ¿Por qué ese tema? Porque en la planeación Pastoral de la diócesis de Fontibón habíamos visto que era necesario ha cer una evangelización que tuviera en cuenta ese gran misterio de la mani festación de Dios, del acercamiento al hombre y de la respuesta del hombre, como se realiza ese encuentro, es de cir, siguiendo la línea de Christifideles laici, el misterio de la Iglesia, luego la dimensión mistérica de la evan gelización, luego el otro aspecto es la dimensión comunitaria, y un tercer gran capítulo, la visión de la Iglesia. Ahí estuvimos trabajando ese tema, no lo finiquitamos, pero sí quedé con la preocupación de cuáles son las ac tividades para dar cumplimiento a la misión de la Iglesia y, para no me ternos en profundidades teológicas, sencillamente digamos la fe de vida personal y comunitaria, no es una fe en los aires, sino es una fe que se pro yecta en la vida, que tiene consecuen cias en la vida común y corriente de la sociedad, pero hay que decir clara
mente en qué puntos, en qué cosas, y sobre todo quitar ese miedo de la Doctrina Social como de algo muy, muy especial, muy exigente, imposi ble de concretar.
Siguiendo la constitución Gau dium et spes, del Concilio Vaticano II, después pude elaborar un instru mento de formación de los fieles en doctrina social donde simple y llana mente se plantea que todo bautizado debe respetar la persona humana, debe vivir en unión, en comunión con las demás personas y, además, que en la actividad de la sociedad se ha de buscar el bien común, ya sea a través de la cultura o de la econo mía o de la política, que son las ac tividades propias de la sociedad. Lo que se debe buscar siempre es el bien común.
En esta forma a mí me parece que la Doctrina Social de la Iglesia se ve muy concreta y muy importante, bá sica para que haya una comunidad, la práctica de la fraternidad cristiana.
Desde luego que no son los únicos aspectos de la doctrina social; noso tros recordamos Rerum novarum, que se refiere a los trabajadores, a las empresas, a esa situación angustian te que se estaba viviendo a finales del siglo 19; Populorum progressio, del papa Pablo VI, abre el planteamien to y señala el progreso, el desarrollo de la humanidad, y lo señala con una insistencia: de vivir ese desarrollo con el espíritu de la Caridad, de la fraternidad, ceñidos a la verdad.
El papa Benedicto XVI, en la en cíclica Caritas in veritate, entonces, recoge esas orientaciones del papa Pablo VI y plantea el mismo objetivo del bien común, pero el bien común en el mundo es el desarrollo huma no integral; como el bien común en Colombia es sencillamente la paz. Entonces, la encíclica del papa Bene dicto XVI es de una riqueza enorme, de una profundidad muy grande, de unos planteamientos muy serios y equilibrados.
Entra en la vida de la sociedad a de cir que no sólo se trata del desarrollo económico, se trata del desarrollo del hombre, no sólo es desarrollo el pro greso; no es únicamente los avances tecnológicos, siempre todo eso ha de estar dirigido al hombre y dentro de esos planteamientos, dentro de los análisis que hace el Papa en su encí clica ya estaba señalando el problema de los abusos con la naturaleza, la necesidad, entonces, de cuidarlos de tener la responsabilidad de entregarle a las generaciones nuevas una natu raleza en buenas condiciones, no de predada y así que la encíclica del papa Francisco Laudato si’ está en perfecta continuidad con algunos de los plan teamientos del papa, porque no solo el papa Benedicto XVI se refirió a la naturaleza, a las energías renovables, sino se refirió a múltiples cuestiones, por ejemplo los problemas, las crisis económicas que se estaban viviendo al comienzo del siglo donde la auto ridad de los Estados había fallado, el problema del hambre de muchos paí ses, los abusos en los derechos de los trabajadores, toda la problemática del irrespeto a la vida humana, la nece sidad de trabajar en grupo el diálogo cultural; la cultura, que a veces no sotros la miramos como algo que no influye en la vida corriente y no he mos descubierto que esos enfoques, que esa manera de pensar influye de forma radical en la solución de los problemas; en fin, no es únicamente lo material sino también el adelanto espiritual de la gente.
En fin, las orientaciones que yo vi en ese documento me han llevado a pensar que vale la pena conocerlo más a fondo, en detalle, y ahí sí entonces completamos la visión de Doctrina Social de la Iglesia, no es únicamente en tres grandes principios: persona, comunidad, actividad sino es la visión ya amplia de lo que sucede en el mun do, de lo que significa una tarea que debe cumplir el cristiano en medio de la sociedad, en una actitud de servicio, de testimonio, de vivencia.
La Doctrina Social de la Iglesia no es para discutirla con personas que no sean cristianas, la Doctrina So cial de la Iglesia es una orientación para vivir como hermanos, como hijos de Dios.
(F): Decía Usted que nuestro bien común en Colombia es la paz, ¿por qué tiene tan mala publicidad, tan mala prensa esa búsqueda de la paz?
(ME): Esa afirmación se refiere al mal ambiente en algunos partidos políticos. Ahí sí ya no me meto, por que lo que es la lucha de los partidos es un asunto donde juega la libertad de las personas y donde a la Iglesia le corresponde señalar los valores que están en juego, motivar a la genero sidad, animar al trabajo en unión de todos. Esas son tareas propias de la Iglesia en el mundo de la política. La Iglesia entra a la política, pero no a la lucha de los partidos.
(F): ¿Cómo han sido esos seis años de emérito recogiendo los frutos de
su trabajo, dándolos a los demás, es cribiendo, descansando?
(ME): Pues el gran problema del emérito es como el de los jubilados ¿qué me pongo hacer? Yo llegué con esa inquietud y esa inquietud de la Doctrina Social me ha tenido gastando el tiempo que me queda de otras cosas; ha sido entonces de una gran ayuda personal y lo escri to, pues si ha tenido éxito, si sirve de algo: maravilloso. Si no, por lo me nos a mí me sirvió.
(F): Cómo va el blog?
(ME): El blog en El Tiempo es uno de los varios intentos de divulgación de la Doctrina Social, pero es un blog más de opinión. De opiniones, de planteamientos diferentes. Ese sí que es bajo la responsabilidad del que es cribe. Entra a plantear inquietudes, a ofrecer orientaciones, soluciones, en fin, yo lo considero un esfuerzo mo desto, pero aparentemente ha servido para unas cuantas personas,
(F): Sí, un ejercicio muy intere sante.
(ME): Otro ejercicio ha sido el de las tertulias. Especialmente con un grupo de jóvenes, lo que me llamó la aten ción, porque la reacción de ellos fue de gran interés por esas orientaciones sociales. No hace mucho estábamos analizando el discurso del papa Fran cisco en la presidencia de la Repúbli ca; un discurso maravilloso, de una gran sencillez, de una gran claridad y donde claramente aparecen esos prin cipios básicos: respecto a la persona, de la cultura del encuentro, es decir, la unión de la comunión, del esfuer zo por la justicia, porque no haya ex cluidos. Que no haya esa situación de pobreza extrema que genera violencia. Esos son planteamientos básicos que fueron muy bien recibidos sin nece sidad de enredar las cosas y hacerlas bien complicadas. Ese discurso vale la pena leerlo y releerlo. F
Yo me considero más catequista que otra cosa, entendiendo por catequista el deseo de hacer un anuncio que la gente entienda y que sea una invitación para responderle al Señor. A eso obedeció el esfuerzo de hacer estas cartillas; posteriormente, en la diócesis de Fontibón avanzamos otro poco en ese esfuerzo.
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 19Notas Arquidiocesanas
Altar del templo parroquial
San Basilio
Fue creada el 11 de octubre de 2013 con territorio segrega do de la parroquia San Juan Crisóstomo. Su primer y único párroco ha sido el padre Hernando Martínez Torres. Ac tualmente tiene dos casas para las celebraciones, otra para la atención a los fieles con salones parroquiales y oficinas. La construcción del templo empezará en pocos meses, ya que el POT, con algunas puntuales recomendaciones, au torizó la obra. Las eucaristías y la atención pastoral no se limitan al templo, el padre Martínez visita los numerosos conjuntos, en donde se encuentra la mayoría de sus fieles y las familias jóvenes, de los barrios Niza y Niza-Córdoba, al norte de Bogotá.
Beato Paulo VI
Creada apenas hace dos años, el 7 de diciembre de 2015, es una de las parroquias más jóvenes de Bogotá. Se despren dió de la parroquia San Nicolás de Tolentino, cuyo templo queda más o menos a treinta minutos “a paso de fiel”. Su pá rroco es el padre Julio Montilla Riveros. Sirve a los barrios Pontevedra, Balcones de Navarra, Potosí, y sectores Morato y Nuevo Monterrey en los cuales hoy se levantan, además de las casas tradicionales, edificios que suman nueve mil apartamentos. Por ahora no se puede contemplar la posibi lidad de un templo, pero se ha puesto una carpa para más o menos trescientas personas.
La parroquia de mi barrio
Estas parroquias nuevas no necesariamente han nacido en asentamientos nuevos, más bien están dentro de barrios tradicionales de cuarenta o más años de existencia. Vienen de territorios parroquiales muy extensos y cuya densidad poblacional ha aumentado considerablemente debido a la redensificación.
Ocupan antiguas casas familiares y quedan “a mitad de cuadra”; alcanzan a reunir hasta trescientos fieles en cada misa dominical.
El padre Luis Hernando nació en Fómeque, el 23 de agosto de 1961. Fue ordenado presbítero por el señor cardenal Mario Revollo Bravo, el 28 de noviembre de 1992. Ha sido párroco en Santa Águeda, María Auxilio de los Cristianos y Magdalena Sofía Barat.
El padre Julio César Montilla Riveros nació en Bogotá el 6 de abril de 1968 y fue ordenado presbítero por monseñor Enrique Sarmiento Angulo, el 26 de noviembre de 1994. Ha sido párroco en Santa Helena, San Sebastián, Santo Domingo de Guzmán y Santa María del Cedro.
Capilla del Sagrario, en lo que fuera el estudio de la casa.Nuestra Señora de la Concepción Une
En las 17 veredas que conforman el mu nicipio de Une, Cundimamarca, desde los niños hasta los adultos, se encuen tran comprometidos con el trabajo y el cuidado del medio ambiente.
Todos participan guiados, claro está, por el párroco Saúl Cano, quien les en seña a través de la encíclica ecológica del papa Francisco: Laudato Si’. Une se caracteriza por ser un municipio neta mente agrícola. La cebolla, la zanaho ria, la papa y el cilantro son productos que abastecen a la comunidad y es cen tro de acopio para Villavicencio y Me dellín.
El templo se construyó hace 100 años y la parroquia se creó hace 368. Sus ha bitantes, cerca de 8.000, en su mayoría profesan la religión católica. Nuestra Señora de la Concepción es la patrona del municipio.
La Inmaculada Concepción
Fómeque
Fómeque cuenta con treinta y dos vere das, 13.000 habitantes, católicos, oran tes y un ambiente amable y tranquilo que caracteriza a este municipio ubica do al nororiente de Cundinamarca.
Entre los años 1938 y 1968, el municipio de Fómeque fue escogido como modelo latinoamericano de parroquia rural. En ese entonces estaba al frente de la pa rroquia monseñor Agustín Gutiérrez, quien impulsó, por más de veinte años, un programa auto-sostenible a nivel de las veredas, puso en marcha un sistema agrícola integral, construyó además un colegio, un hospital y un instituto, con modelos educativos y gerenciales pro pios y de manejo por parte de la Iglesia.
El padre José Saúl Cano es el párroco hace 6 años, nació en Zetaquira–Boyacá, fue ordenado hace 29 años y el próximo 14 de julio cumplirá 60 años de vida. Su profesión es la docencia, tiene una especialización en pedagogía para el desarrollo del aprendizaje autónomo. Estudió en la Universidad Nacional.
El padre Alexander Báez Mora tiene 39 años, es oriundo del municipio de Güicán- Boyacá, fue ordenado por el cardenal Rubén Salazar Gómez, hace 5 años. Estuvo al frente de la parroquia María Madre de la Iglesia, en Pasquilla, Ciudad Bolívar, donde permaneció tres años.
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 21Seminario Mayor
A los nuevos sacerdotes: amor a Dios y a las ovejas, pide el Cardenal
El sábado 9 de diciembre, en la catedral de Bogotá fueron or denados diáconos los ministros acólitos Juan Miguel Blandón Ruiz, Jesús Arroyave Restrepo y Juan Felipe Quevedo Rubiano (Seminario Misionero Arqui diocesano Redemptoris Mater ) y Luis Francisco Rodríguez Rosas y Jonathan Alexander Sánchez Ojeda (Seminario Conciliar de Bogotá).
También fueron ordenados pres bíteros, para el servicio de esta Ar quidiócesis, los diáconos Edgar Enrique Rivera, Edward Francisco Cristancho Vásquez, Edison Ca dena Bustos y Luis Eduardo Pabón Cardona.
En las ordenaciones sacerdotales y diaconales que tuvieron lugar en
la Catedral de Bogotá, el arzobis po, cardenal Rubén Salazar Gómez, invitó a los nuevos ministros a tener un claro amor a Jesucristo y por ende un gran amor a sus ovejas. Algunos apartes de la homilía del Cardenal fueron los siguientes:
“Los pastores tienen que ajustarse al corazón de Dios… ¿Qué significa ser pastor según el corazón de Dios? Je sús repite con nombre propio a quie nes se ordenarán, la pregunta hecha a Pedro: ¿me amas? La respuesta tiene que responder a lo que de verdad hay en el corazón. El amor de la respues ta tiene que fortalecerse a lo largo de toda la existencia. Necesitamos todos los días encender de nuevo la llama del amor. El Señor nos pone todos los días un más: ¿me amas más que estos? Ese amor tiene que ser cultiva
do todos los días, con la escucha de la palabra de Dios, con la entrega per manente generosa a la voluntad del Señor, con la búsqueda sincera de lo que el Señor quiere. El amor es la base para que el Señor nos confíe el minis terio y entonces el ministerio será el oficio del amor, como lo afirma san Agustín. Si se ama al Señor se ama a las ovejas y por tanto nunca se va a actuar en daño de las ovejas. Si hay amor, jamás habrá espíritu de lucro, jamás habrá interés personal, jamás habrá atropello de parte del pastor… porque todo el ministerio será ma nifestación del amor misericordioso de Dios. Que en el corazón de los nuevos presbíteros resuene siempre la pregunta del Señor: ¿Me amas…? Y también la respuesta: sí, Señor, tú sabes que te quiero”.
Edgar Enrique Rivera: Nació en Neiva hace 32 años, creció entre Bogotá e Ibagué haciéndole el quite a la violencia. En Manizales decide ingresar a la Universidad de Caldas para convertirse en abogado.
Decide ser misionero católico y acompaña a víctimas del conflicto armado en varias regiones del país. Es en ese mo mento cuando siente que Dios lo estaba llamando para de jarlo todo y entregar su vida al sacerdocio. De esta manera, ingresa al Seminario Conciliar de Bogotá en el año 2011.
Luis Eduardo Pabón Cardona: nació en Chinchiná, Caldas, el 4 de mayo de 1987; tiene 30 años. De papá agricultor y mamá trabajadora y luchadora, a quienes les debe su fe. La familia está conformada por cuatro hermanos más.
Su vocación surgió desde la parroquia de Las Mercedes en Chinchiná, Caldas, donde fue descubriendo poco a poco esta vocación al sacerdocio. Asimismo, estudió y ejerció una ca rrera profesional antes de iniciar los estudios en el Seminario Conciliar de Bogotá. Es administrador de Empresas, egresado de la Universidad de Manizales.
Edison Cadena Bustos es bogotano, nació el 4 de mayo de 1988, tiene 29 años. Edison proviene de una familia ca tólica, con una fe muy viva y fervorosa, conformada por tres hermanos, todos hombres, ellos han apoyado su vo cación. Lo mismo que los Padres Eudistas del Minuto de Dios, que le ayudaron a este discernimiento. Fue acólito, luego estuvo en el grupo juvenil de su parro quia y finalmente catequista. Acudió al llamado del Señor para servirle como sacerdote siendo muy joven, aunque el sueño de ser presbítero lo ilusionaba desde chico. Final mente estudió en el Seminario Conciliar de Bogotá.
Edward Francisco Cristancho Vásquez: Bogotano, de 36 años. Creció en Soacha (Cundinamarca) y desde pequeño, su vida estuvo enmarcada por la fe y devoción, asistien do con regularidad a la iglesia de su barrio. Es ingeniero electrónico de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Fue allí, donde tuvo la fortuna de conocer la pre sencia de la iglesia en la universidad y se vinculó como agente de pastoral.
Debido al trabajo con la pastoral en misiones en el campo, sintió el llamado de Dios a ser sacerdote. F
Redemptoris Mater
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 23En la casa de retiro Mi Casa, de la Congregación de las Hermanitas de los Pobres, donde reside hace 15 años, el padre Cayetano nos recibió con toda la calidez y amabilidad que lo caracterizan. A pesar de haber cumplido el pasado 18 de enero 90 años, su vitalidad y vigor reflejan una vida entregada a la voluntad del Señor, lleno de paz, tranquilidad y sabiduría.
El padre Cayetano nació el 18 de enero de 1928 en la vereda El Espinal, del municipio de San José Miranda (Santander); viene de una familia numerosa, conformada por sus padres y sus cinco hermanos. Desde pequeño mostró interés por la vocación presbiteral, debido a que su hermano mayor fue sacerdote y encontró en él un ejemplo a seguir. En 1946 se desplazó a Ocaña (Santander), para ingresar al Seminario Menor. Pasados cuatro años, tomó la decisión de continuar sus estudios en el Seminario Mayor de la ciudad de Santa Marta. El 19 de marzo de 1958 fue ordenado sacerdote por el obispo de Santa Marta, monseñor Norberto Forero García.
El padre Cayetano fue nombrado como vicario parroquial en Ocaña, donde estuvo hasta 1962. Posteriormente, fue enviado tres años a apoyar
la parroquia del municipio del Banco (Magdalena).
Fueron varias parroquias del norte de Colombia en las que ejerció su labor pastoral, antes de tomar la decisión de ir a Bogotá. Su llegada a esta ciudad se dio en el año 1967. El arzobispo de Bogotá en aquella época, monseñor Aníbal Muñoz Duque, lo envió a la parroquia del Santísimo Sacramento de Ciudad Kennedy, allá estuvo nueve meses. Recuerda con satisfacción los cinco años que pasó en la parroquia Santa Teresita del barrio Ricaurte: “me tocó con el padre Juan Antonio Garzón, aprendí mucho de él, estuve muy contento, muy sabroso, porque compartimos el peso de la parroquia”, indicó el padre Cayetano.
En marzo de 1983, fue su incardinación a la arquidiócesis de Bogotá, indica el padre Cayetano que por sus ocupaciones, no se había preocupado por realizar esa gestión los años anteriores.
Su servicio pastoral lo llevó a recorrer varios municipios, siendo párroco en Sibaté y Fosca, ubicados en Cundinamarca, lugares en los cuales se ganó el cariño y la admiración de los feligreses.
Su última parroquia fue San Victorino – La Capuchina, en el centro de Bogotá, allá estuvo desde el año 1994 al
2003, cuando cumplió la edad para ser emérito. El padre Cayetano considera como providenciales los 15 años que lleva como emérito, en los cuales ha tenido muchas experiencias y viajes pastorales que Dios le concedió, “mientras más corren los años, se despierta la sabiduría y la experiencia pastoral que he tenido”. Siendo emérito es cuando más ha sentido la presencia de Dios en su vida: “de todas las épocas de la vida, es en este momento cuando más he sentido cerca a Dios, que es mi Padre, en mi corazón”. Colaboró en varias parroquias de la arquidiócesis de Bogotá, en su mayoría al sur de la ciudad. Fue capellán en la Adoración Nocturna Colombiana. Ahora pasa sus días en tranquilidad y contemplación, en la casa de retiro Mi Casa, de la Congregación de las Hermanitas de los Pobres, donde reside hace 15 años. A los presbíteros nuevos les aconseja querer con mayor fervor pastoral el ministerio de la reconciliación, y acercar a Dios a todas las personas que lo necesiten. Agradece al Señor por todas las bendiciones recibidas a lo largo de su vida y sobre todo el aprecio de los arzobispos y sacerdotes que siempre lo han visto como un referente y valoran su sacerdocio emérito. F
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de BogotáEn medio de aquella ciudad bancaria y poblada de las mejores marcas de moda y lujo, se anunciaba el Evangelio a través del gesto del pan compartido y multiplicado.
Señor, Señor
Frankfurt am Main fue una de las ciudades alemanas más destruidas por la Segunda Guerra Mundial y de las construcciones antiguas solo quedan algunos vestigios concentrados aquí y allá, que representan una riqueza cultural notable. A excepción de la catedral de San Bar tolomé, que conserva el culto católico junto con otras pocas iglesias, allí se implantaron mayoritariamente las ideas y disposiciones de la rebelión luterana.
Todo lo demás en la urbe se rige por la lógica de la modernidad contemporánea, el orden impecable y el sentido inviolable de lo público. Como trasfondo a la Hauptwache (Plaza central de armas) se observan los imponentes y relucientes edificios financieros, con miles de personas que se mueven febrilmente entre la producción, los servicios y el consumo. Es el poder del dinero en todas sus expresiones y el progreso como emblema del acierto. El ambiente es claramente secular y los signos religiosos son cada vez más escasos, a ex cepción de aquellos propios del creciente Islam.
En aquella plaza hay un templo protestante llamado la St. Katharinenkirche, en recuerdo de la santa ale jandrina, construido en estilo barroco a finales del si glo XVII, destruido en 1944 y levantado de las ruinas en 1950. Quise visitarlo, entre otras razones, por ser el lugar en que había sido bautizado Goethe y esperé al momento en que anunciaban su apertura: las doce en punto.
Al buscar la puerta de ingreso, vi una larga fila de personas en obvia condición de pobreza e indigen cia, que prontamente eran acogidas en el interior del lugar. Busqué la manera un tanto desconsiderada de colarme y alegué como pretexto mi mera intención de visitar la iglesia. Ante la respuesta favorable, seguí para mirar los vitrales, el órgano y la bella disposición del conjunto. Había olvidado a las personas de la puerta.
Mi interés era otro. Quería solo admirar y conocer, pero su presencia se imponía: en las bancas muchos se refugiaban en el sueño, amparados por la calefac ción en medio del invierno. Otros tomaban un café o hablaban entre sí como viejos amigos. Y luego descu brí que, en el fondo de la iglesia, adaptada como co medor, decenas de hombres y mujeres compartían la sopa y el pan. Las mesas tenían manteles impecables, platos en cerámica, velas, flores y servilletas coloridas, a pesar de la suciedad y el fuerte olor de las ropas. El espacio sagrado parecía prolongarse y desdoblar su lenguaje. La luz de los vitrales se extendía y la cruz del altar marcaba su forma en el pasillo central, llegando hasta ellos.
Eran los pobres de Cristo. Dispersos en la ciudad, habían sido convocados por la caridad y el afecto. Los laicos de aquella congregación, en una ingeniosa y práctica coordinación, los atendían a diario con una amorosa cercanía. En medio de aquella ciudad ban caria y poblada de las mejores marcas de moda y lujo, se anunciaba el Evangelio a través del gesto del pan compartido y multiplicado. La tradición del tesoro de la Iglesia defendido por san Lorenzo diácono estaba allí patente y contrastaba con la vida frenética de nuestras sociedades occidentales.
La fuerza del signo era muy fuerte y atractiva. Allí donde los hombres han construido y reconstruido su ciudad, donde las grandes tormentas religiosas han te nido lugar, donde el monstruo de la guerra mostró todo su horror y el capitalismo impera ahora con soberbia, permanece invencible el amor hacia los últimos como profecía y bienaventuranza. El interés cultural e histó rico se subordinó para mí a aquellas mesas de dignidad y solidaridad. Compartí el café. Son esos momentos de gracia cuando el viajero se transforma en peregrino. F
Fotografía:©Thomas Fries -CC-BY-SA-3.0 Martín Gil, Pbro.El papa Paulo VI visita al presidente de la República, Carlos Lleras Restrepo, en el Palacio de San Carlos, el 23 de agosto de 1968.
En la fotografía, a la izquierda, la señora Cecilia De La Fuente de Lleras, esposa del presidente; atrás, el entonces coronel Gustavo Matamoros D’Acosta, años más tarde Ministro de Defensa; el Papa; el Presidente y al frente, el niño Germán Vargas Lleras, nieto de don Carlos.
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 27
Sistema Educativo de la arquidiócesis de Bogotá
Tres años del SEAB política del Cuidado en el Sistema Educativo de la Arquidiócesis de Bogotá explicada por el padre Ricardo Pulido
Para entender el cuidado dentro de las instituciones del sistema educativo de la Arquidiócesis hay que ir un poquito más atrás. Es necesario entender cuál es la opción de la Iglesia, que es llevar a las personas a Dios, es decir, llevar las personas a su felicidad. Esa es la gran tarea de la Iglesia y entre más sencilla se haga es más efectiva. Entonces, como la tarea de la Iglesia es lle var las personas hacia Dios en la construcción de su felicidad, la educación quiere ser un proceso y por ser proceso es progresivo, continuo, que implica un acompañamiento donde la persona se sienta reconocida, querida, cura da, sanada, acompañada. Y eso es lo que nosotros en el Sistema Educativo queremos hacer.
Que los papás sientan que ellos mismos, pero que en especial sus hijos, son reconocidos, son queridos, son acompañados, son curados, son sanados en la construcción de un proyecto de vida que vale la pena, porque cada uno de nosotros vale la pena. Entonces el cuidado es entendido desde ahí. No simplemente como gestos de buena educación o de que seamos cultos, va mucho más allá. El cuidado que la escuela nos está pidiendo es un cuidado que va al corazón, al espíritu, al alma de las personas y creo que eso es lo que un papá busca hasta la educación posuniversitaria.
Un papá busca un buen colegio en términos académicos, claro, pero so bre todo quiere que su hijo tenga un crecimiento sano, equilibrado, donde las relaciones interpersonales le ayuden y no lo hieran, donde la cultura sea un instrumento de construcción y no de destrucción, por eso queremos que ante todo los colegios sean ambientes de cuidado. Ambientes que van desde las convicciones hasta las acciones cotidianas, pero es ahí donde nosotros que remos jugárnosla por los estudiantes, en ambientes de cuidado, donde ellos sientan que desde que entran en el prejardín hasta la maestría o el doctorado, en nuestra fundación Universitaria, se sientan reconocidos y acompañados.
SEAB, conducir a los niños en búsqueda dela felicidad
El SEAB está en la segunda etapa de su programa original: la imple mentación. En ello lleva ya tres años, buscando encontrar el mejor camino para brindar a sus estu diantes las mejores herramientas para vivir su presente y afrontar su futuro.
Este programa arquidiocesano, pen sado en grande y con generosidad, acoge a los niños desde el prees colar hasta la educación posuni versitaria, para ello tiene diez y nueve colegios, casi todos en el sur de Bogotá, y la Fundación Univer sitaria Monserrate, que ha optado por programas académicos huma nísticos y enfocados en jóvenes de los estratos uno a tres. Ya tiene un programa académico con Acredita ción de Alta Calidad: Trabajo Social. Tiene más de catorce mil quinientos egresados y alrededor de dos mil doscientos estudiantes activos, que son atendidos en ocho sedes.
A esta primera reunión del año asistieron ochocientos cuarenta docentes. Fueron recibidos con una oración dirigida por el padre Rubén Hernández, capellán ge neral; el saludo del señor cardenal Rubén Salazar Gómez, una confe rencia del doctor Francisco Cajiao y un taller sobre los principales hilos conductores de su labor docente. F
Nuevo Rumbo
Retiros de Emaús
Los retiros de Emaús son una experiencia parroquial que ha venido adquiriendo sig nificativa importancia en la Arquidiócesis. Se conciben como un ministerio parroquial y no como un movimiento apostólico; es un retiro de laicos para laicos, que cuenta con la orientación y el acompañamiento espiri tual del párroco, y su principal finalidad es la renovación de las comunidades parro quiales.
La creciente acogida de estos retiros en las parroquias de la Arquidiócesis impulsó la iniciativa de conformar un Comité Arqui diocesano presidido por el Vicario de Evan gelización y conformado por laicos de las parroquias donde primero se implementó la experiencia y algunos párrocos compro metidos con la misma. La función princi pal del Comité es acompañar el desarrollo de los retiros y velar porque conserven el espíritu con el que fueron creados: acercar a las personas al Señor, renovar su vida de fe y fortalecer su vivencia comunitaria.
El primer trabajo de este Comité ha sido la redacción de unas Orientaciones arquidio cesanas para el acompañamiento de los retiros, que ofrecen directrices para la or ganización, el desarrollo y el manejo eco nómico y administrativo de la experiencia.
El documento está al alcance de toda la comunidad eclesial en la página web de la Arquidiócesis.
Nuevo Rumbo
Salir, un dinamismo fundamental de la renovación misionera
Pedro Manuel Salamanca Mantilla, obispo auxiliar, vicario de EvangelizaciónEl llamamiento del papa Francisco a ser una Iglesia en salida ha sido constante y característico de su pontificado.
Este dinamismo se opone a lo que el papa Francisco lla ma la auto referencialidad: una actitud de encierro para preservar supuestamente lo que ya tenemos, sea a nivel de la doctrina, de la práctica pastoral o, incluso, de las personas que ya hacen parte de la vida de la Iglesia.
Nadie niega que debemos custodiar y promover el pa trimonio teológico, espiritual y ético de la Iglesia, pero asumir para ello una actitud defensiva y hostil frente a la cultura actual o cerrarse a cualquier avance en la com prensión de la fe no es fidelidad auténtica a la tradición, sino rigidez que inevitablemente la traiciona.
Realizar las mediaciones esenciales de la tarea de la Iglesia como la predicación, la celebración de los sacra mentos o el servicio caritativo nunca será prescindible u opcional, pero olvidar que estas mediaciones, como su nombre lo indica, están al servicio de la transformación de las personas y del reinado del amor de Dios en el mun do y, por lo tanto, repetir estas acciones de modo invaria ble, sin atender a los procesos personales ni a los nuevos métodos y lenguajes, significa absolutizarlas y, de paso caer, bien sea en el activismo o en la renuncia a la creati vidad evangelizadora.
Cuidar de los que ya hacen parte de la grey es, sin duda, deber del pastor, pero olvidar a la oveja perdida o mar ginada ya no es verdadero amor cristiano. Ocuparnos de los fuertes para alimentarlos sólo a ellos, puede engro sarlos y conducirlos a un intimismo espiritual que, a la postre, terminará por debilitarlos y enfermarlos. Atender cuidadosamente a los que nos pueden recompensar y ol vidar a los descartados del mundo, ya nos lo ha dicho Jesús, no es lo que el Padre espera de nosotros.
Hay que dejar los bastiones (o cómodos refugios) en los que a veces convertimos nuestras parroquias y nuestra propia vida de ministros ordenados y arriesgarnos a salir.
Salir, como reza el primer dinamismo de nuestro Plan de evangelización, para encontrar a Dios en la ciudad, anima dos por la certeza de que Dios no abandona a su Pueblo y de que su obra nunca cesa en medio de los seres humanos. Salir, pues, con una actitud contemplativa, bien diferente
a la puramente defensiva o, peor aún, belicosa. Salir para dialogar y hacernos así compañeros de camino de las per sonas y comunidades en sus dramas y anhelos.
Salir de nuestros templos y casas curales no para correr apresuradamente de un lado para otro, sino para saludar, para hacernos los encontradizos, para tomar parte de la vida de nuestras gentes y de sus comunidades, para saber lo que las inquieta o, por el contrario, las llena de alegría.
Salir para detenernos, como el buen samaritano, ante quien sufre y está herido para vendarlo y hacerse cargo de su situación.
Salir, como el patrono de la parábola evangélica, para llamar a tantos que están esperando poder trabajar en la viña del Señor: sólo así podremos responder a los múlti ples desafíos que nos plantea la evangelización hoy; salir, entonces, no para hacerlo todo, sino para conseguir ope rarios para la mies del Señor.
Pero, por sobre todo, salir de nosotros mismos, en pri mer lugar hacia Dios, hacia un encuentro más profun do con el Señor Jesucristo, pues sólo este encuentro nos pondrá en movimiento hacia los demás.
Salir de nuestro clásico “siempre se ha hecho así”, para lanzarnos a una nueva inventiva de la caridad y del celo apostólico.
Salir de la presunción de autosuficiencia que nos lleva a pensar que sólo lo que cada uno hace o piensa es válido, para abrirnos al gozo de una comunión que se expresa y fortalece en el caminar juntos en fidelidad a las opciones que el Señor nos ha inspirado.
Salir, por último, pero no menos importante, de una actitud de escepticismo, para abrirnos a la esperanza.
Pautas para el diálogo y la reflexión
¿La trasformación misionera en la que está empeñada la Ar quidiócesis ha dejado huella en mi espíritu y estilo de Pas tor? ¿Podría compartir en qué actitudes o comportamientos?
¿Qué resistencias pueden estar afectando la marcha del pro ceso de trasformación misionera en el que estamos compro metidos?
Hay alguna frase o idea del texto que me haya llamado más la atención y ¿por qué? F
Itinerario de Iniciación cristiana
En el objetivo de la arquidiócesis de Bogotá de renovar la catequesis se ha puesto en marcha el proyecto de ini ciación cristiana: Comunidades ecle siales que inician en la fe.
El primer paso en la implementación de este proyecto fue la publicación de las Orientaciones y Criterios para la Iniciación Cristiana. Documento que acoge el llamado del Directorio General para la Catequesis a que la catequesis de adultos, debe ser con siderada como la forma principal de catequesis, a la que todas las demás deben ordenarse. Es decir, que la ca tequesis de las otras edades debe tener en la de adultos su punto de referencia y articularse con ella en un proyecto catequético de pastoral diocesana.
de adultos bautizados, que busca pro piciar un encuentro con Cristo en or den a la adhesión a su persona y a su proyecto del Reino. Está dirigido a toda la comunidad eclesial, tanto a quienes necesitan iniciación y estructuración de su conversión de base, como para quienes buscan redescubrir o renovar su vida cristiana.
Está basado en pasajes del Evangelio que van narrando el proceso de con versión de los primeros discípulos de Jesús, a partir del testimonio de Juan el Bautista, hasta cuando ellos mis mos hacen su propia profesión de fe en Jesús como el Mesías. El itinerario es una invitación de Jesús a tener una ex periencia personal con Él y junto con otros en la comunidad, que va más allá de una información doctrinal.
Para responder a este llamado, la Arquidiócesis ha preparado un iti nerario para la iniciación cristiana encuentran dejan salvar Él liberados pecado, la tristeza, del vacío
Se espera que este itinerario sea vivi do en las parroquias y demás espacios eclesiales con la orientación de algunos laicos y presbíteros preparados espe cialmente para acompañar el proceso.
Nace la escuela de formación de animadores de evangelización
Para dar respuesta al clamor que se generó en las consultas de construcción del nuevo Plan de Evangelización, respecto a la necesidad de formación en discipulado misionero, se ha creado en la Arquidiócesis la Escuela de formación de ani madores de la evangelización.
Este proyecto busca ofrecer a la comunidad eclesial, que ya cuenta con algún grado de m rez en la fe, un proceso sistemá tico y cualificado de formación para el servicio ministerial o para continuar su crecimiento en la fe.
La Escuela no es un lugar físico, sino un programa que bajo la metodología del auto-estudio de módulos en las parroquias y coordinado por el párroco, permita a los participantes cursar un módulo básico de un año y luego elegir entre un elenco de posibilidades el tema o temas en los que le gustaría pro fundizar o especializarse. También ofrecerá la posibilidad de cursos libres.
Cenizarios
La parroquia Cristo Rey dispone de una bella cripta con cenizarios para la venta.
La Vicaría de Evangelización ha elaborado unas cartillas-guía para cada uno de los proyectos de formación: Orientaciones y Criterios para la Iniciación Cristiana (arriba) y Escuela de formación de animadores de la evangelización (abajo).
El módulo básico se desarrolla en cuatro partes, cada una de 8 sesiones, que abordan el nuevo paradigma de evangeli zación como la apuesta arquidiocesana para la transforma ción misionera de la vida eclesial. La sesión 8 de cada uno de los módulos es un retiro destinado a facilitar una asimila ción existencial más profunda de los diferentes temas trata dos y culmina con una celebración de paso hacia el módulo siguiente.
La evaluación de los participantes obedecerá a los siguien tes criterios: la perseverancia y la participación en los en cuentros, la realización de las actividades personales, la comprensión de los temas, su asimilación existencial, y su proyección misionera. F
Parroquia Cristo Rey Calle 98 No. 17A- 23 Teléfonos: 2579144 - 8951043.
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Hacernos compañeros de camino
Pedro Manuel Salamanca Mantilla, obispo auxiliar, vicario de Evangelización
Seguramente algunos se pregunta ron, al ver el primer módulo del pro grama básico de la Escuela de Ani madores de la Evangelización, por el dibujo de la portada: los discípulos de Emaús. La razón podría ser sim plemente que este pasaje representa de manera muy bella el segundo di namismo de nuestro paradigma de evangelización: hacernos compañe ros de camino, dinamismo que está en estrecha relación con el anterior, salir, y con el siguiente, fermentar.
Para hacernos compañeros de ca mino es necesario salir e ir al encuen tro, como lo hizo Jesús con aquellos discípulos que, desilusionados aban donaban la comunidad, y que, como fruto de su itinerancia con el Señor, emprenderán el camino de regreso a la misma.
Pero, ¿qué significa hacernos com pañeros? La etimología de la palabra compañero es muy sugerente: se llama compañero a aquel con quien se com parte el pan: cum panis. ¿Cuál pan? El pan del camino, el pan de nuestra exis tencia en esta tierra. Se trata de hacer nos compañeros de camino de todo ser humano, en los barrios y pueblos en los que vivimos y, en último tér mino, de la marcha de la humanidad entera con sus búsquedas y logros, con sus progresos y sus retrocesos.
So pena de caer en una actitud sec taria, nuestra fe debe lanzarnos siem pre a hacer camino, a participar inten samente de la vida de nuestra gente, a vivir en nuestro mundo, habitados por el espíritu de Jesús. Y todo esto supo ne, una vez más, salir: el Papa nos lo decía a los obispos con una expresión bien particular: gastar suela.
En el ejercicio del ministerio orde nado de pronto hemos cedido, hoy llevados por una actitud de miedo ante el mundo, a acantonarnos y a no hacernos presentes en los diferentes escenarios donde se juega la vida de las personas y de nuestras comunida des. Sin embargo, cuando nos atreve mos a hacernos compañeros, a hacer nos presentes, a compartir, entonces, nos damos cuenta de que, en lugar de rechazo, hay acogida.
Así lo vivimos, por ejemplo, duran te la visita del Santo Padre, a raíz de todos los contactos que hubo que es tablecer para la preparación y realiza ción de la visita; así lo hemos experi mentado en el centro estratégico de la dimensión social al encontrar abier tas las puertas de muchos organismos distritales y de la sociedad civil.
Pero, como se aprecia plástica mente en el episodio de los discípu los de Emaús, hacerse compañero de camino significa también entrar en diálogo. El pan es también la pala bra que intercambiamos con quie nes hacen camino con nosotros. A nosotros, ministros ordenados, acos tumbrados, a ejercer el papel de la ecclesia docens, como se decía antes, nos cuesta, a veces, dialogar y quizás, todavía más, debatir.
El diálogo debe estar presidido por una actitud contemplativa, es decir, por la certeza de que nuestros interlo cutores están también habitados por la presencia de Dios y de que, por lo tanto, no se trata de adoctrinarlos con
nuestra manera de ver, sino de escu char con un corazón limpio, lo que hay en el fondo de su corazón. Si nuestra actitud es esta, entonces, nos daremos cuenta, que más allá de las diferencias, hay muchas cosas que nos unen y en las que estamos sintonizados. Claro, al mismo tiempo, el diálogo auténtico y sincero incluye también que digamos nuestra palabra con claridad y humil dad, en la seguridad de que es posible ir haciendo camino hacia la verdad completa, no sólo con quienes han acogido ya a Jesucristo, sino con quie nes no lo reconocen todavía como el camino, la verdad y la vida.
En el pasaje de los discípulos, el método de Jesús consiste en escu char, todavía más en inducir a sus interlocutores mediante la pregunta para que hablen y expresen lo que sienten y piensan. Tenemos que aprender que en la pedagogía de Je sús las preguntas son más importan tes que las respuestas.
Finalmente, hacernos compañeros de camino significa también repro ducir el gesto por el que aquellos ca minantes reconocieron finalmente al Señor: el gesto del pan que se rompe y se comparte, el signo de una vida entregada. Nuestra presencia, parti cularmente, como ministros orde nados, debe estar caracterizada por la actitud de servicio, de donación generosa de nuestro tiempo y ener gías, de solicitud incansable por los que sufren y pasan necesidad. Nadie nos criticará por esto.
Pautas para la reflexión y el diálogo
Compartir experiencias de presencia en diversos escenarios de la vida social (culturales, comunitarios, recreativos, educati vos, etc.) que me hayan permitido entablar relaciones nuevas y evangelizar.
¿Cómo percibo la calidad del diálogo, tanto con los cercanos como con los más alejados? ¿Hay actitudes mías que lo facili tan? ¿Qué lo dificultan? ¿Cuáles?
¿Qué imagen proyecto en medio de mi comunidad, de mi ba rrio o de la institución? ¿Soy de manera evidente sacramento de Cristo servidor que entregó su vida? F