Revista Fraternidad Vol. 5

Toda la vida para Dios

Con pocas semanas de diferencia murieron recientemente dos sacerdotes muy importantes en la historia de la arquidiócesis de Bogotá en la segunda mitad del siglo veinte e inicios del presente.

Fueron ellos Carlos Sánchez Torres y Cándido López Valencia. A los dos se les concedió la gracia de vivir poco menos de un siglo y en ese lapso dedicar toda su vida de trabajo al Reino de Dios y a la Iglesia de Cristo.

En tiempos como los que corren, donde nadie parece sentir atracción por compro misos definitivos y para siempre, estas vidas adquieren un especial brillo. Reflejan una respuesta sin límites a la llamada de Dios y un desgastarse con alegría en la misión de anunciar a los hombres la buena nueva del Evangelio. Es absolutamente llamativo que una persona pueda responder de una forma total a una invitación que literalmente consiste en dejarlo todo para seguir a Jesucristo en el servicio apostólico.

Los recientes documentos de la Iglesia sobre la vida sacerdotal han hecho un énfasis notable en que quienes se consagran al servicio de Dios no deberían ser tan celosos de su propio tiempo, del tiempo libre, de sus propias decisiones. Por el contrario, cada vez es más imperativo que se vuelva sobre el carácter radical del lla mado hecho por Jesús a quienes serán sus voceros y la extensión de sus manos para seguir obrando la salvación. No quiere el Señor personas que lo sirvan como ofici nistas en estrictos horarios de ocho horas diarias, con días de descanso inalterables, con casas pastorales selladas ni nada que se le parezca. El llamado es a darlo todo, o mejor, a darse totalmente, como lo hizo Jesús, quien no vino a dar un mensaje, a hablar de un reino, a mostrar algunos aspectos de Dios: vino a entregarse Él mismo y totalmente. Y de que esto fue así es testimonio irrebatible la cruz y el crucificado. Cuando Jesús sube al trono de la cruz, ya no le queda nada por entregar y de ello es elocuente signo su desnudez.

Está claro que tal nivel de entrega solo es posible en su pureza y diafanidad en la persona divina del hijo de Dios. Pero a quienes Dios ha llamado, los ha dotado en buena medida para hacer lo humanamente posible por reproducir la imagen de su hijo querido. Y esto sucede en las mil tareas que se desempeñan en la Iglesia, como las que tuvieron los queridos sacerdotes Carlos Sánchez y Cándido López. Ser párrocos, trabajar en la curia, promover la catequesis, fundar parroquias, re gir santuarios, formar sacerdotes, confesar, visitar enfermos, promover la caridad, enseñar, sostener la Iglesia en sus dificultades, evangelizar en escuelas y colegios, fueron algunas de las múltiples ocupaciones de estos dos recordados sacerdotes. Y con toda seguridad, si aún estuvieran vivos y con salud, ambos estarían haciendo algo por el Reino de Dios y por su Iglesia. ¡Es que 100 años son poca cosa para todo lo que hay que hacer por ese Reino y por esa Iglesia!

La Revista Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá, no solo quiere resaltar estas dos memorias, a las cuales podríamos unir la del padre Germán Isaza, muerto un poco más joven, sino que quiere ir mostrando cómo vale la pena dedicar toda la vida a Dios y a su Iglesia. Al Dios que es toda perfección y santidad. Y a la Iglesia, que lleva la huella divina en medio de mil debilidades hu manas, ayer, hoy y mañana. Sería un logro suficiente que los obispos, sacerdotes y diáconos que sirven a Dios en la arquidiócesis de Bogotá, asomándose a estas pocas páginas, sientan más alegría de hacer parte de esta pléyade de hombres consagrados de lleno a la misión recibida y vean que en verdad lo que a veces puede parecer una pesada carga, es sobre todo un privilegio inigualable.

El momento actual de la vida de la Iglesia en general y el de la arquidiócesis de Bogotá en particular, aun teniendo vientos recios que soplan en contra, es opor tunidad única para sacerdotes al ciento por ciento. Para hombres definitivamente santos e incondicionales con Dios y con las personas. Tiempo propicio para negarse a sí mismos, como lo pide el Evangelio, para que sea Cristo el que habite en cada uno de los consagrados. Es el tiempo menos oportuno para una vida sacerdotal a medias, tibia, restringida en su ardor misionero, apegada a cosas terrenales, llena de cálculos y estrategias no propias de los hijos de la luz. Nos felicitamos por la vida y el ministerio de los sacerdotes Carlos Sánchez Torres, Cándido López Valencia, Germán Isaza Vélez y todos los que todavía en vida están haciendo la humilde pero inigualable tarea de ser otros cristos para la ciudad de Bogotá.

Padre Rafael de Brigard Merchán Director

Oficina Arquidiocesana de Comunicaciones

Notas

Callejeando la fe

Los fieles participaron de manera espontánea, cantaron y atendieron la exhortación del obispo, Pedro Sala manca, quien los llamó a ser apasio nados por la evangelización. Monse ñor Acevedo, el Vicario, agradeció la participación y presencia de toda la feligresía.

La Vicaría Episcopal Territorial Santa Isabel de Hungría atiende pas toralmente al territorio de Ciudad Bolívar, sur de Bogotá, tiene treinta y tres parroquias y casi el mismo nú mero de presbíteros para atender una

Muchachos:

población calculada en 616. 455 per sonas, según el dato oficial.

Esta joven Vicaría tiene la particu laridad de un clero joven y dedicado, parroquias con gran cantidad de fie les y pocos templos, lo que facilita el encuentro permanente con la gente, en ámbitos no tan formales como un templo u oficina, es en realidad una iglesia que debe callejear la fe.

Esta reunión tuvo por objeto la ofi cialización y envío de los miembros de los diversos equipos parroquiales como EPEM y COPAE.

Panamá los espera en la JMJ

En el marco del Encuentro Nacional de Delegados de Comunicación de la Igle sia, desarrollado en las instalaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia en Bogotá, la embajadora de Panamá en nuestro país, María Astrid Villa - Real, realizó una invitación especial a todos los jóvenes de las diferentes diócesis a participar en la Jornada Mundial de la Juventud, Panamá 2019.

La Embajadora mencionó algunos puntos relevantes de este encuentro en cuanto a la logística, acogida y desarrollo de la JMJ. Por ejemplo, se harán exenciones especiales ofrecidas por el gobierno panameño para quienes participen de esta jornada ya que no pagarán costo de visas.

Así mismo, la presentación de solvencia económica por el monto de US$500 será exonerada a las personas registradas en la JMJ. Sin embargo, para obte ner estos beneficios, quienes los soliciten deben contar con la certificación de participación en la JMJ 2019 emitida por la Iglesia por la cual participan. F

La Vicaría Episcopal Territorial Santa Isabel de Hungría reunió a más de trescientas personas miembros de los EPEM y COPAE en el templo parroquial Madre Teresa de Calcuta.

Al centro, el padre Carlos Jiménez, monseñor Elkin Álvarez y la embajadora Villa-Real, y el padre Jaime Marenco, entre otros, en la Conferencia Episcopal.

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Detrás del

El señor cardenal Rubén Salazar, además de su encargo pastoral en la arquidiócesis de Bogotá, tiene otras obligaciones en la Iglesia, a nivel internacional, en esta entrevista con el director de la Dirección Arquidiocesana de comunicaciones, padre Rafael de Brigard, describe su trabajo en el CELAM y El Vaticano.

Los servicios del cardenal Salazar en la Iglesia Universal

El CELAM trabaja por la unión en Latinoamérica

Fraternidad (F): Quisiéramos, Emi nencia, que nos contara cuál es el ser vicio que Usted presta en el CELAM.

Cardenal Rubén Salazar (CRS): Mi servicio empezó en el año 2011. Yo era en ese momento presidente de la CEC y asistí a la asamblea ge neral del CELAM, pues deben asistir todos los presidentes y secretarios generales de las ventidós Conferen cias Episcopales de América Latina, en Nicaragua, allí me enteré de toda la actividad del CELAM, charlé mu cho con monseñor Damasceno (Ray mundo Damasceno Assis), quien era el Presidente en ese momento y en la asamblea siguiente, dos años después, me presentaron como candidato a presidente, pero el elegido fue mon señor Carlos Aguiar Retes, arzobispo de Tlalnepantla. Yo salí elegido como primer vicepresidente. En el 2015, en la asamblea de Santo Domingo, se me propuso como candidato y salí elegi do. En mayo del año entrante entre garé el cargo porque en el CELAM no hay reelección, así que tengo la certe za de que termino en 2019.

El CELAM tiene muchos oficios im portantes, entre ellos crea un ambiente de comunión al interior de las diferen tes iglesias latinoamericanas, que no se ve en otras partes de la Iglesia católica, aunque trata de existir algo parecido en Asia, África y Europa, en donde está el Consejo de Conferencias Epis copales Europeas. Yo asistí en una oportunidad como invitado por ser presidente del CELAM, pero es muy

diferente porque allí hay una diver sidad enorme de culturas y lenguas; nosotros tenemos la ventaja de que –exceptuando las Antillas de cultu ra inglesa o francesa-tenemos una cultura homogénea, y en el CELAM se propicia muchísimo la comunión entre los diferentes obispos.

Hay encuentros permanentes sobre los diferentes temas importantes para la Iglesia en América Latina. Se hacen encuentros regionales sobre comuni cación, liturgia, todos los temas que deben animar la vida de las diócesis.

No es fácil porque los costos de este servicio son muy altos y depende mos de la financiación de las Agen cias Internacionales. Ahora estamos tratando de salir de ese impassse ini ciando la construcción de una sede que una las dos que tenemos en este momento, la administrativa en Usa quén y el CEBITEPAL, Centro de estudios bíblicos teológicos y pasto rales para América Latina, que fun ciona en el norte de Bogotá. En estos predios haremos una construcción que albergue tanto lo administrativo como lo académico. Así podremos arrendar la sede de Usaquén y tener un ingreso significativo y urbanizar el lote de la calle 170 y crear un fon do económicamente fuerte y el CE LAM pueda desarrollar sus tareas sin la dependencia de las Agencias Internacionales.

Es un trabajo bonito, indudable mente, que implica muchas reuniones, tal vez la más importante es que cada año hay una semana completa en la cual la Presidencia del CELAM viaja a Roma para encontrarse con el Santo

Reunión del CELAM en la basílica de Nuestra Señora de Lourdes, Bogotá.

De izquierda a derecha: el cardenal Salazar, el diácono permanente Luis Fernando Chisco y el cardenal Ouellet, en la basílica de Nuestra Señora de Lourdes, Bogotá.

El cardenal Salazar se dirije a los políticos católicos en Bogotá. Fraternidad

Padre, en una audiencia de una hora y es sumamente interesante el diálogo con el Papa. A mí me tocó la experien cia, primero con Benedicto y luego con Francisco. Ese diálogo de cómo ve el Papa el CELAM, qué quiere del CE LAM, es muy interesante y muy fruc tuosa. El encuentro de este año será en septiembre y es el último que me co rresponde a mí en este cuatrienio.

Además, por supuesto, el encuentro con los diferente Dicasterios de la San ta Sede y las diferentes tareas que tiene que desarrollar el CELAM para lograr un mayor compromiso para su tarea evangelizadora en América Latina y del Caribe.

El servicio del Cardenal en cuatro congregaciones de la Santa Sede

F: Ya que menciona la Santa Sede, cambiemos de escenario y hablemos del servicio que Usted presta, en qué consiste esta tarea.

CRS: Pertenezco, como Cardenal, a cuatro Dicasterios de la Santa Sede, de la Curia Romana.

El más importante y que exige una mayor tarea es la comisión de la Con gregación para los obispos. El Prefec to es el cardenal Marc Ouellet, que es al mismo tiempo Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL), con la cual tenemos mucha relación desde el CELAM. Hemos hecho muchos encuentros con la CAL, y el cardenal Ouellet es también Prefecto de la Comisión para los Obispos. La principal tarea de esta Congregación para los Obispos es el nombramiento.

Cada quince días, en Roma, hay una plenaria para analizar candida tos al episcopado y cada uno de los miembros de la comisión da su voto; pero yo no puedo ir cada quince días a Roma, entonces yo hago la tarea desde acá.

Me mandan el dossier que va a ser tratado, normalmente se estudian

cuatro candidatos de todo el mundo. Uno tiene que estudiar todo el proce so que se ha hecho en las nunciaturas y en la misma Congregación sobre los candidatos y dar su voto. Es un tra bajo que demanda, por lo menos un día, pues hay que hacerlo con mucha calma y cada vez que puedo asisto personalmente.

Es un trabajo bonito porque me permite tener una visión de la Iglesia en el mundo porque llegan candida tos de todo el mundo y puedo cono cer la situación de la diócesis.

F: Esos dossiers, ¿en qué idioma vienen?

CRS: Generalmente en italiano.

F: Porque el Cardenal domina cuán tos idiomas.

CRS: Dominar es decir mucho, pero sí me defiendo en inglés, fran cés, alemán, italiano, portugués… y el castellano.

F: ¡Casi una vocación papal!

CRS: (Risas) Bueno, y además el latín y el griego y el hebreo, porque como biblista eran lenguas que había que estudiar.

Hay otra tarea que también es bien interesante y es que soy miembro de la Comisión Cardenalicia APSA, que es la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica. A veces no se entiende muy bien todos los vericue tos que tiene el Vaticano desde lo eco nómico, porque hay varias realidades.

El Santo Padre creó la Secretaría para la Economía y como Prefec to al cardenal Pell, como un intento fuerte de coordinar diferentes entes del campo económico; el más impor tante, el APSA. Tiene un prefecto, el cardenal Domenico Calcagno y una comisión cardenalicia, en donde es tamos el arzobispo de Washington, el de Colonia, de Valladolid y algunos cardenales de la Curia romana; Ber tello, que es presidente del governa torato que es toda la parte que tiene que ver con la Ciudad del Vaticano; el cardenal Vallini... Esta comisión se reúne dos veces al año, pero para ir a esa reunión, que dura varios días, hay

que estudiar una serie enorme de do cumentos, porque hay que manejar todos los problemas de presupuesto, de gastos, de ingresos; dar la opinión sobre inversiones, predios para com prar, vender o restaurar. Uno se ente ra allí del enorme servicio que presta el Vaticano desde el punto de vista económico, porque los ingresos van casi en su totalidad a obras de cari dad, para sostener fundaciones, insti tuciones, Etc.

Hay un tercero, que es la CAL. Es un Dicasterio medio exótico, porque no existe nada parecido para las otras regiones del mundo. Nació como una parte de la Congregación para los obispos y está conformada por una oficina que había en Roma, tiene un secretario –de ahí fue vicepresidente Octavio Ruiz Arenas- y una gran co misión a la que pertenecemos obispos y cardenales de América Latina, so mos como unos venticinco. Hay una Plenaria de una semana para tratar un tema específico, sobre, por ejem plo, el papel de los políticos católicos, el papel de la mujer, la educación.

La CAL va más en la línea de temas fundamentales para la evangelización de tal manera que se pueda aportar a la reflexión de los países latinoame ricanos y, por esto, entra en relación muy estrecha con el CELAM.

No se sabe cuál será el futuro de la CAL luego de la reforma que sobre la Curia Romana está planeando el papa Francisco.

Parece ser que se creará una Segun da Sección en la Congregación para los Obispos, en la que cabrían estas co misiones de los diferente Continentes.

Y, lo último, que es donde menos he participado, porque siempre coincide con otros compromisos a los cuales no puedo renunciar tan fácilmente, es el nuevo Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral. Lo preside el car denal Peter Turkson, que es africano y va a venir en agosto para un congre so a nivel del CELAM y la CAL, para conmemorar los cincuenta años de la Conferencia Episcopal de Medellín. F

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Notas arquidiocesanas

Escuchar, conocer y decidir

Son jóvenes de diferentes carreras profesionales, con intereses distintos, algunos apenas están terminando el bachillerato, pero no faltan a la cita en el Seminario Conciliar a discernir su vocación.

Esta etapa del proceso de preseminario tiene momentos de en cuentro, tanto personales como grupales, de acogida, diálogo, es cucha, reconocimiento, consolidación de la comunidad vocacio nal, apertura, acompañamiento y discernimiento espiritual, entre otros. Todos estos espacios los están viviendo 30 aspirantes, 17 pro fesionales y 13 bachilleres, para llegar poco a poco, etapa por etapa, a tomar una verdadera decisión vocacional.

Guiados por el equipo de animación para la promoción voca cional, tres sacerdotes formadores y la colaboración de algunos seminaristas, la pastoral vocacional de la arquidiócesis de Bogotá, trabaja de manera activa con estos jóvenes, para ayudarlos, desde todos los frentes, a discernir el llamado que Dios ha sembrado en cada corazón.

Alegría de servir al Señor desde el sacerdocio

Es importante destacar que la Semana vocacional arquidiocesana se llevará a cabo del 31 de julio al 5 de agosto de 2018. Así mismo, a nivel mundial en el mes de octubre, en el Sínodo de los obispos, el tema será: “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional- XV Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos”.

El padre Yarolt Contreras Morantes es el animador del equipo arquidiocesano de promoción vocacional de la arquidiócesis de Bogotá.

Un canto nuevo

A finales del pasado mes de marzo se lanzó la versión de estudio de la misa del Papa en el Parque Simón Bolívar, en un CD llamado Un canto nuevo, el mismo título del salmo, tan emotivo y bellamente interpretado por Maía. La música, en su mayoría fue compuesta por el maestro Luis Torres Zuleta, maestro de ge neraciones de presbíteros formados en el Se minario Mayor de Bogotá, orquestada por el maestro Luis Antonio Cuéllar, un músico con muy amplia e importante trayectoria, forma dor de juventudes ya que ha sido decano en la Universidad Javeriana, director de Batuta, asesor de Esperanza Azteca, un sistema de or questas similar a Batuta, para Centroamérica.

La versión final del CD fue grabada en Praga, con la Orquesta Filarmónica de esta ciudad, el coro infantil de la Catedral Primada de Bogotá, Pueri Schola Cantorum, el ensamble vocal 5, de Cali y la participación especial de Maía. F

Semana de la catequesis

Durante la semana del 13 al 17 de agos to se realizarán encuentros de catequistas por vicarías territoriales, en la Semana de la Catequesis, que busca presentar los tres siguientes fascículos de la Caja de Herramientas: Enfoque catecume nal para la iniciación cristiana de niños, adolescentes y jóvenes.

Dos de éstos fascículos dan cuenta de experiencias de Eucaristía alineadas con las Orientaciones y criterios para la ini ciación cristiana en dos parroquias de la arquidiócesis de Bogotá, una en la ciu dad y la otra en uno de los municipios arquidiocesanos; y el tercer fascículo es una guía de talleres participativos para revisar la práctica catequética en la ar quidiócesis.

Esperamos contar con todos los cate quistas por vicarías territoriales en las fechas que cada una tiene programadas y que serán dadas a conocer oportuna mente.

La presencia y el testimonio de la caridad, primera acción misionera de una Iglesia

El pasado jueves, 10 de mayo, y luego de una serie de encuentros vicariales, se realizó el segundo en cuentro arquidiocesano de organizaciones de ac ción social.

Treinta y dos iniciativas de servicio -a los más vul nerables en la ciudad- se pudieron reunir, con el propósito de construir, a partir del diálogo entre los representantes de dichas organizaciones, una pri mera agenda de trabajo para poner en marcha un sistema de trabajo articulado que esperamos llamar “Misericordia en red”.

Este es uno de los objetivos específicos del Proyecto Arquidiocesano del Nuevo Rumbo: “Comunidades eclesiales que disciernen y generan proyectos so ciales orgánicos”, que junto con el proceso de for mación, discernimiento y desarrollo de proyectos que están realizando los equipos parroquiales de animación de la pastoral social, así como la crea ción de una plataforma digital que sea instrumento eficaz de comunicación e interacción, contribuirán a implementar una nueva manera más orgánica de realizar el compromiso caritativo y social que tene mos todos los bautizados, primera acción misionera de una comunidad eclesial, como lo señala Ad Gen tes 11-12.

Se han visitado más de 156 organizaciones, con la ayuda de los estudiantes de trabajo social de la Fun dación Universidad Unimonserrate y del Colegio Mayor de Cundinamarca. Se han empezado a iden tificar inquietudes y expectativas de trabajo, que con el apoyo de la experiencia del Banco Arquidio cesano de Alimentos en este sentido, nos permitirá articular las iniciativas de servicio social presentes en el territorio urbano y rural, tanto de las comu nidades parroquiales como de las organizaciones e instituciones, animar su espiritualidad y promover una presencia que sea verdadero testimonio de co munión y de la misericordia del Señor presente en tre nosotros.

Así se está promoviendo una auténtica conversión hacia una evangelización misionera en salida. F

Nuevo

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Fotografía: Alcaldía de Bogotá

Esta manera de comprender la evangelización como un servicio al mundo pide a la Iglesia desprenderse de una actitud de gestora de lo sagrado para entenderse como servidora del hombre desde su honda riqueza de humanismo.

Traer a lo real la esperanza

La reflexión que viene suscitando entre nosotros el Plan E en buena parte gira sobre la concepción de evangeliza ción, poco a poco venimos comprendiendo el mandato de Jesús como un servicio que la Iglesia presta a la sociedad en general y a cada ser humano en particular. Esta mane ra de comprender la evangelización como un servicio al mundo pide a la Iglesia desprenderse de una actitud de gestora de lo sagrado para entenderse como servidora del hombre desde su honda riqueza de humanismo.

Por ello entendemos que uno de los campos más nece sitados de ser transformados por el nuevo paradigma es la manera como venimos proponiendo y realizando la prác tica sacramental. Quizá la más honda diferencia entre ca tólicos y protestantes en el terreno dogmático fue el tema de la eficacia sacramental, pues, al negar los reformadores del siglo XVI la eficacia de los sacramentos, la Iglesia roma na se volcó de tal forma sobre los ‘siete signos instituidos por Jesucristo para comunicar la gracia’ que prácticamente llegaron a proponerse como signos de identidad para dife renciarnos de los hermanos separados y de gente de otra religión. En esta práctica se mimó el tema de la validez y licitud porque ellos garantizan la eficacia de los ritos.

La eficacia, más que la consecuencia de haber realizado el ritual con arreglo a los libros y leyes litúrgicos, hay que entenderla y presentarla hoy como la capacidad de traer a lo real la esperanza. San Pablo afirma en la carta a los Romanos que “hemos sido salvados en esperanza” (Rm 8, 24). A partir de ello es claro que la vida cristiana es la ma nera como aquello que esperamos se va haciendo realidad en la existencia de los discípulos de Jesús. La misión de la Iglesia es precisamente hacer presente en el mundo el reino de Dios.

En este servicio a los hombres la fragilidad, el dolor y muchas situaciones de injusticia que interrogan, impulsan a los cristianos no tanto a ofrecer respuestas sino a poner se de lado de las víctimas para iluminar desde el Evangelio una búsqueda de sentido; la riqueza de humanismo capa cita a la Iglesia para iluminar lo real y encontrarle sentido, un horizonte de sentido que inspira las acciones concretas

de los hombres. Desde este horizonte de sentido es desde donde se puede proponer la eficacia de los sacramentos y comprender las demás actividades de la Iglesia.

El proceso de laicización viene despojando al mundo de referencias y vínculos con lo sagrado y la situación resul tante se puede valorar como una ocasión de purificación de la misma Iglesia y de nuestra fe cristiana; no hay duda de que como cristianos nos acomodamos a las estructuras del mundo buscando mayores alcances en la difusión de la doctrina del Evangelio, pero ello trajo en no pocos casos el riesgo de parecernos y ser en la práctica más del mundo que del reino. El reconocimiento y aceptación de las leyes propias de la ciencia, de la naturaleza, de la cultura nos dan mayor libertad para redescubrir la frescura del Evangelio. Una liberación de formas mundanas hace de la Iglesia un más claro anticipo real del reino en la historia y ofrece la posibilidad de que cada discípulo pueda realizar su perso nal apertura a Dios al revaluar lo que llamamos fe pero que en el fondo muchas ocasiones no es más que costumbre.

La verdad del Evangelio es escandalosa, como escan daloso es el misterio de la encarnación, como es escan daloso asumir la pobreza como valor, como escandaloso para nuestro tiempo puede resultar que una pareja opte por una forma de vida en alianza que establece una co munidad de vida y amor conyugal para siempre, como escandaloso es que vayamos con el firme propósito de co mulgar para unirnos a Cristo y con Él entregar la vida. Los ritos de la liturgia no pueden seguir siendo presentados como actos para poner a la divinidad de nuestra parte; la celebración de los sacramentos trae a la existencia concre ta de los discípulos la esperanza cierta de un mundo de hermanos porque en el bautismo nos ha engendrado un mismo Padre y en la Eucaristía comemos del mismo pan para manifestar que somos miembros de un mismo cuer po; la gracia del bautismo habilita a cada cristiano para ser profeta, esto es, para desentrañar cómo en la cotidianidad se está realizando la salvación que Dios ofrece al mundo y esto puede resultar escandaloso para quien piensa que la salvación es cosa de otro mundo. F

Tadeo Albarracín, Pbro.

Julio Solórzano, el Vicario

Nació en Bogotá el 22 de marzo de 1957. Realizó sus estudios secundarios en el Colegio Hernán Venegas Carrillo de Tocaima, Filosofía en el Seminario Mayor de Bogotá y en la Universidad de la Salle y Teología en el Seminario Mayor de Bogotá. Licenciado en Teología y Magíster en Psicología Comunitaria en la Pontificia Universidad Javeriana. Ordenado presbítero el 20 de noviembre de 1983 por el señor cardenal Aníbal Muñoz Duque, para el servicio de la arquidiócesis de Bogotá.

Inició su servicio pastoral como párroco del grupo de parroquias In Solidum en la Vicaría del Espíritu Santo, miembro del equipo de directores del Seminario Mayor de Bogotá, párroco en San Lorenzo-Engativá, miembro de la Comisión de Retiros Espirituales del Clero, miembro del Colegio de Consultores, del Consejo Presbiteral y párroco en Nuestra Señora de las Lajas. Miembro en la Junta Directiva de la Fundación de Atención al Migrante “FAMIG”, en el Consejo Presbiteral y capellán de la Casa de Nariño – Presidencia de la República, miembro del Colegio de Consultores y delegado arquidiocesano principal en la Junta Directiva de la Fundación Cristo Visión. Párroco en Santa Beatriz, miembro del Consejo Presbiteral en representación de los sacerdotes incardinados y párroco en Santa Bibiana.

San José, el territorio más extenso

La Vicaría Episcopal Territorial san José fue erigida en 1969, por decreto del en tonces arzobispo de Bogotá, Aníbal Muñoz Duque (creado cardenal en 1973), quien integró la parte urbana del sur de Bogotá con un extenso territorio rural que llega hasta los límites con el Huila, por el territorio de Usme.

Las localidades de Usme, San Cristóbal, Rafael Uribe Uribe y Antonio Nariño hacen parte del territorio de san José.

La Vicaría está dividida en 7 arciprestazgos, 5 urbanos y 2 rurales. Tiene 47 parro quias, 11 de las cuales son rurales: Chipaque, Cáqueza, Une, Quetame, Fosca, Gutié rrez, Guayabetal, Choachí, Fómeque y Ubaque. Sesenta y nueve presbíteros atienden pastoralmente este gran espacio geográfico.

En su historia ha tenido siete vicarios: Guillermo Álvaro Ortiz Carrillo –Obispo Auxiliar de Bogotá- (1969 – 1989); Jesús María Rincón Rojas (1989 – 1990); Luis Vi cente Gutiérrez Gutiérrez (1990 – 1994); Jaime Pinilla Monroy (1994 – 2008); Carlos Julio López Ramírez (2008 – 2011); Francisco Niño Súa (2012 – 2015) y Julio Solór zano Solórzano, desde 2016 hasta hoy. F

Obispos auxiliares

En la Vicaría de Evangelización todo está en movimiento

Las oficinas de la Vicaría de Evan gelización, a espaldas de la Catedral, permiten un contacto eficiente y di recto con todos cuantos allí trabajan. Encontrarse con los obispos auxi liares por estos soleados corredores y poder hablar informalmente con ellos es una gracia.

Para hacer un recuento de las ac tividades de la Vicaría Fraternidad empezó por hablar con monseñor Pedro Salamanca y de todos los pro yectos en marcha escogió seis temas para contar como se van desarro llando.

Escuela de Animadores de Evangelización

“Ya para este momento, y es una magnífica noticia, tenemos más de 3.600 estudiantes inscritos. La ma yoría de las parroquias de Bogotá es tán abiertas a estos grupos y se está desarrollando el programa básico, que también se está desarrollando en otros espacios eclesiales como cape llanías y algunas comunidades.

Las posibilidades son muy amplias, aunque sabemos que hay personas que pueden vivir su compromiso pa rroquial sin estar vinculados los ser vicios particulares en las parroquias y viven su servicio evangelizador en medio de las realidades temporales como su trabajo, su vida, su familia, la política, etcétera, creo que es muy esperanzador para la Iglesia arquidio cesana ver cómo los laicos han res pondido de manera generosa y masi va a este llamado que se les ha hecho para formarse, llamado que corres pondió a un clamor que fue explícito

durante la primera parte, en la crea ción de este Plan E.

Ese programa tiene una duración de cuatro módulos que pueden de sarrollarse en un año o año y medio; después habrá programas de espe cialización. El director de la escuela tendrá un gran trabajo para articular estos programas, ya que se habla de unas cinco propuestas formativas y una serie de apuestas metodológicas para la formación de los laicos. Les corresponde ahora, a cada una de las direcciones, relacionar sus programas de formación, pues algunos ya exis ten, como por ejemplo la ESPAC, que es la escuela parroquial de catequis tas. Será importante que cualquiera de las personas que asuman esta for mación, y pasen por cualquiera de estos centros, reciban la impronta, el carácter que queremos darle a los lai cos en la arquidiócesis de Bogotá”.

Iniciación Cristiana de Adultos ya Bautizados

Este proyecto es muy interesante, se inscribe al interior del Centro, dentro de todo un proceso de renovación de la iniciación cristiana.

“Queremos pasar de un modelo de una catequesis presacramental a la idea de una iniciación cristiana con todo lo que implica un acompaña miento permanente de las personas en la maduración de su fe, en la es tructuración de los elementos básicos de su conversión y de su adhesión a la persona del Señor Jesucristo.

Este proyecto responde al proble ma focal de la Arquidiócesis y es que lo que pretende la iniciación cristiana

Monseñor Pedro hace balance y dice que se van adelantando varias acciones fundamentales, desarrollando los proyectos y afianzando las acciones evangelizadoras

es que pasemos de esa débil adhesión a una verdadera y vigorosa adhesión tanto a su persona como a su proyec to del reino.

Este es un proceso que abarca mu chos aspectos y etapas. No obstante, desde un comienzo, el padre Manuel Jiménez, que es el coordinador, qui so por diversas razones empezar por la catequesis de los adultos, para que el catecumenado de adultos no bauti zados se convirtiera en un paradigma de renovación para las otras edades y los otros momentos de la catequesis de la iniciación cristiana, sin descui dar por supuesto, la revisión progre siva de lo que está sucediendo en to dos los ámbitos de la catequesis, es pecialmente de los jóvenes, por eso se publicó hace un tiempo la llamada Caja de Herramientas, con una serie de orientaciones para que cada pá rroco o equipo de catequistas replan tee el tema de la iniciación cristiana y la praxis.

Durante los últimos meses, el tra bajo del padre Manuel se ha enfocado a la formación de aquellas personas que serán los acompañantes de los grupos de reiniciación cristiana de adultos. Se han venido haciendo una serie de talleres, porque la iniciación cristiana tiene una metodología pro pia y es necesario que quienes vayan a conducir y acompañar esos grupos conozcan esta metodología y se la apropien”.

Proyecto Puente J

“En distintas ocasiones se ha dicho ya que en la arquidiócesis de Bogo tá es el año de los jóvenes. Coinciden tres acontecimientos muy importan tes que tienen que ver con los jóve nes. El primero es el sínodo en Roma, precedido de ese presínodo en que los protagonistas fueron los mismos jó venes. Se evidenció ese deseo que tie ne el Papa de escucharlos y que ellos mismos ayuden a dar parámetros

para renovar el mundo, para renovar la Iglesia y para que ellos se convier tan en evangelizadores de otros jóve nes. El segundo acontecimiento es la Jornada Mundial de la Juventud, que está aquí no más al lado, en Ciudad de Panamá, y el tercer acontecimien to fue el lanzamiento del Proyecto Puente J, que es el proyecto arquidio cesano de evangelización de los jóve nes. No era uno de los diez originales considerados al inicio, pero sabíamos que teníamos que atender a los jóve nes, que era prioritario dirigir nuestra mirada hacia los jóvenes.

En primer lugar, las asambleas vicariales del presbiterio tuvieron como tema precisamente los jóvenes. Desde un enfoque muy interesante se esta bleció cómo los percibimos, nuestra actitud hacia ellos. Fue muy intere sante esta asamblea y creo que el pres biterio ha regresado con una mirada nueva sobre el mundo de los jóvenes, con una actitud distinta y también con el deseo de trabajar todos jun tos por hacer una presencia de Igle sia más significativa en medio dela juventud.

También hemos querido que la jor nada Mundial de la juventud en este contexto tenga un sabor muy espe cial que haya una verdadera partici pación arquidiocesana. Eso significa, entre otras cosas, que vayan jóvenes de casi todas las parroquias de Bogo tá. Y lo vamos logrando, ya tenemos un grupo de 460”.

Los temas desarrollados por esta Vicaría parecen no tener fin, aún queda por mencionar el equipo de la coordinación de liturgia y vida en la oración, encabezado por el padre Wilson Covaleda y el equipo arqui diocesano de acompañamiento de Emaús, este último surgido por el auge de este movimiento al interior de las parroquias, que ya suman más de cincuenta. F

Queremos pasar de un modelo de una catequesis presacramental a la idea de una iniciación cristiana con todo lo que implica un acompañamiento permanente de las personas en la maduración de su fe, en la estructuración de los elementos básicos de su conversión y de su adhesión a la persona del Señor Jesucristo

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Reflexiones

Existe el riesgo de que nuestras comunidades, en la medida en que no estén impregnadas por el Evangelio de la misericordia, en la medida en que no sean comunidades acogedoras y fraternas, especialmente para con los débiles y descartados del mundo, no atraigan a las personas hacia Jesús. Debemos procurar que nuestras comunidades sean verdaderamente alternativas frente a la sociedad y este propósito firme es inherente al talante profético que nos debe caracterizar.

Con actitud profética

En el ideal que nos une y compromete aparecen algunas actitudes que deben caracterizar la labor evangelizadora de los discípulos misioneros, tanto para el anuncio de Jesucris to, como para la contribución a la construcción de una so ciedad más conforme con el designio de Dios.

Vamos a referirnos hoy a la actitud profética. Sabemos que en el Pueblo de Israel la misión de los profetas fue deci siva para su caminar.

Sin entrar en los detalles de los análisis bíblicos, a propó sito del significado de esta misión, podemos recoger aque llo que hace consenso en la exégesis contemporánea sobre el profetismo bíblico: los profetas son seres humanos que, elegidos por Dios, hablan en su nombre en medio de una determinada circunstancia de la vida del pueblo. No son ne cesariamente videntes sino personas esclarecidas que pue den descubrir la actualidad del querer de Dios y lo expresan como una palabra suya. El profeta transparenta el deseo de Dios no sólo con sus palabras, sino también con su propia vida, de ahí la importancia que tuvieron en el profetismo ve terotestamentario ciertas acciones simbólicas. Claro, sabe mos también de los falsos profetas que, en medio de éxtasis, en lugar de trasmitir la palabra de Dios lo engañaban con las palabras que el pueblo quería escuchar.

La actitud profética consiste en el valor para anunciar la palabra de Dios, aunque en no pocas ocasiones sea obje to de incomprensión, de rechazo y de desprecio. Este valor brota fundamentalmente de la intimidad con el Señor, en cuyo contacto el profeta discierne la voluntad de Dios. No se trata de sus ideas, sino de la palabra del Señor, no se trata de imponer a otros su forma de ver, sino de ser trasparencia del querer de Dios. Así pues, el modelo del profeta no es el de un hombre intransigente, sino abierto a la escucha de su Dios y, podríamos decir también, a la luz del Nuevo Testa mento y de la teología postconciliar, una persona abierta a la escucha del pueblo, pues todo el pueblo de Dios ha sido ungido por Él.

La actitud profética no riñe, entonces, con la actitud dia logante de la que hablábamos en la anterior reunión. Por el contrario, por la naturaleza misma de la palabra que anun cia, una palabra de misericordia dirigida a la libertad huma na, y por la necesidad de que esta palabra tenga un signifi cado para quienes la van a escuchar, es indispensable que la palabra profética se pronuncie en el contexto de un diálogo humano auténtico.

Pero, una vez se reconoce con claridad el querer de Dios, el profeta no se guarda lo que ha conocido, lo anuncia y lo proclama convencido de que el querer de Dios es siempre fuente de paz y de alegría para el individuo y para la comu nidad.

La tentación que podemos experimentar de frente a esta actitud es la de contemporizar o la de hacernos a la munda nidad espiritual con sus criterios, según la advertencia tan tas veces formulada por Francisco.

Existe el riesgo de callar frente a las afrentas que se co meten a diario contra la dignidad de la persona humana y contra la justicia.

Existe el riesgo de que nuestras comunidades, en la me dida en que no estén impregnadas por el Evangelio de la misericordia, en la medida en que no sean comunidades acogedoras y fraternas, especialmente para con los débiles y descartados del mundo, no atraigan a las personas hacia Jesús. Debemos procurar que nuestras comunidades sean verdaderamente alternativas frente a la sociedad y este pro pósito firme es inherente al talante profético que nos debe caracterizar.

Es necesario que nuestra voz sea la de los que no la tie nen, que desenmascaremos las mentiras que mantienen a las personas sujetas a lógicas inhumanas de consumo ma terialista y de poder que conducen al atropello de los dere chos de las personas, a la insensibilidad frente a la situación de los pobres y que las sumen en la tristeza individualista,

Pedro Manuel Salamanca Mantilla, obispo auxiliar

según la expresión del papa Francisco. Pero existe también el riesgo de soslayar el anuncio explícito del Señor Jesucristo como plenitud de la existencia humana y como único amor que puede llenar total mente el anhelo del corazón humano. En medio del pluralismo religioso, podemos dejar de lado la propuesta del Evangelio del amor de Dios manifestado en Cris to. Hay que distinguir entre la pluralidad religiosa que nos llama a convivir de ma nera serena y constructiva con personas que profesan una confesión diferente de la nuestra y la ideología pluralista según la cual no tendría sentido proponer a la libertad de otros la visión de sentido que nos ha legado nuestra tradición cristiana. En el horizonte de nuestra acción evan gelizadora siempre debe estar presente aquello que Paulo VI llamó el anuncio explícito del Evangelio.

La puesta en marcha del Plan E debe estar constantemente impulsada por una actitud profética que nos lleve a compar tir con mayor audacia y coherencia la Buena Nueva de Jesucristo.

Pautas para la reflexión y el diálogo

¿Cómo percibo el talante profético de nuestras comunidades, de nuestros animadores de evangelización y de los presbíteros en la arquidiócesis de Bogotá?

¿Desde esta perspectiva como podríamos evaluar nuestra práctica homilética?

¿Qué aspectos de la vida eclesial y social reclaman de parte nuestra como presbiterio un mayor compromiso profético? F

¿Cómo acompañar mejor a las juventudes?

Esta pregunta guio las asambleas vica riales del presbiterio este año, en el mar co del Sínodo de los Jóvenes y de la lectu ra creyente de la realidad juvenil que está adelantando el Observatorio Arquidio cesano de Evangelización.

En tres jornadas, en Lagomar, Girar dot, los presbíteros por arciprestazgos de la arquidiócesis de Bogotá -incluidos obispos y vicarios- estuvieron identi ficando los territorios que ocupan los jóvenes en la ciudad región, lo que ellos hacen y las acciones que la Iglesia cató lica está desarrollando para su acom pañamiento. También, por medio de la herramienta “mapa de empatía” los sa cerdotes eligieron una realidad juvenil de su arciprestazgo para tratar de imaginar lo que esos jóvenes piensan, dicen, oyen, ven, sienten y así diseñar una acción de acompañamiento más pertinente.

Un ejercicio muy interesante y diverti do fue la formulación y presentación en video, de una actividad arciprestal para acompañar a una realidad juvenil. Dicho video se compartió por Whats App a jó venes, que interactuaron con preguntas, aportes o sugerencias a los sacerdotes. El material obtenido será insumo funda mental para el análisis posterior que el Observatorio realizará y socializará a su debido tiempo.

Adicionalmente, se aprovechó el espa cio para compartir la revista Faro No. 2 del Observatorio, que esta vez abordó el tema de la violencia y las víctimas, por medio del método observar, discernir y responder. Asimismo, las asambleas fue ron una experiencia única de fortaleci miento de la fraternidad, de la comunión, de la oración conjunta y de un merecido descanso de nuestros sacerdotes. F

Nuevo

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Historias de vida - Fraternidad Junio 2018

El padre Cándido de Jesús López Valencia, un hombre destacado desde niño

esto le sirvió enormemente para des empeñar su ministerio sacerdotal en la arquidiócesis de Bogotá y en otras ins tancias de la Iglesia.

Había nacido el 2 de marzo de 1927 en La Ceja, Antioquia. Fue bautizado allí mismo al día siguiente en la iglesia parroquial, por el padre Jesús María Piedrahita. Recibió la confirmación el 23 de marzo del mismo año de manos del arzobispo de Medellín, Manuel José Cayzedo. El bachillerato lo realizó en el Liceo de la Salle –Chapinero- en Bogo tá. Recibió la ordenación sacerdotal el 6 de diciembre de 1955 para la arquidió cesis de Bogotá. Falleció en Rionegro, Antioquia, el día 27 de mayo de 2018, a la edad de 91 años, con 62 años de vida sacerdotal.

Santuario de Monserrate, como Rector, en el Seminario Mayor, como parte del equipo de directores, profesor y como síndico. Representó a los arzobispos en numerosas instituciones como la Universidad de América, Cáritas, la Fundación Zoraida Cadavid de Sierra, Colegio Bolívar de Soacha. Y otros muchos cargos lo vieron transitar con claro espíritu sacerdotal, de servicio y fidelidad a la Iglesia.

Fue un hombre de inmensa caridad, a la vez que una persona de un sentido práctico muy valioso. Y quizás hay una faceta que no se debe pasar por alto: fue para la Arquidiócesis de Bogotá y para la Conferencia Episcopal un hombre muy comprometido en las situaciones de crisis o de grandes dificultades de cualquier orden

El padre Cándido López entró al Co legio San José de Medellín en al año 1941, al curso preparatorio. Durante la primaria vio 58 materias diferentes. En 35 de ellas obtuvo como nota definitiva la más alta: 5. En las demás nunca tuvo calificaciones inferiores a 4. Hay carac terísticas que asoman en la vida desde los primeros años de la existencia. En el padre Cándido López, su amor por el estudio y el deseo de cultivar su in teligencia lo acompañaron desde muy pequeño hasta prácticamente los últi mos días de su vida. Era una inteligen cia privilegiada y a lo largo de su vida

En las comunicaciones que tuvo a lo largo de su vida con sus superiores, los señores arzobispos de Bogotá, es co mún encontrar expresiones como las que siguen y que dan cabal idea de su sacerdocio: “He continuado orando, pidiendo al Señor luz para conocer su voluntad y fuerza para cumplirla. He comprendido en la oración y en mi abandono confiado en las manos de Nuestra Señora, que debo obedecer a Su Eminencia y estoy dispuesto a ha cerlo de acuerdo con los compromisos de mi ordenación sacerdotal y la devo ción filial que debo a Su Eminencia”. Y su vida fue exactamente el desarrollo de este pensamiento: vida espiritual, aban dono en Dios y en la Santísima Virgen, obediencia a la Iglesia y servicio a la misma en comunión con sus pastores.

Desde esa disposición interior, el pa dre Cándido López prestó un servicio enorme a la arquidiócesis de Bogotá, lo mismo que a la Conferencia Episcopal de Colombia y al Consejo Episcopal de Latinoamérica –Celam-. De esto dan testimonio los innumerables car gos que le fueron encomendados a lo largo de la vida. Parroquias como San Bernardino de Soacha, Santa Marta, San Pedro, Nuestra Señora de Egipto y Cristo Rey se vieron servidas por su dedicación pastoral. También fue vica rio episcopal en las vicarías del Espíritu Santo y de la Inmaculada Concepción. Prestó sus servicios sacerdotales en el

En toda su vida sacerdotal son muy variadas las características que es justo destacar en esta memoria escrita del padre Cándido López. Como ya se dijo, fue un hombre muy preparado, estudio so y actualizado. De ello daban siempre fe sus intervenciones dentro del clero y la predicación. Fue un hombre de in mensa caridad, a la vez que una perso na de un sentido práctico muy valioso. Y quizás hay una faceta que no se debe pasar por alto: fue para la arquidiócesis de Bogotá y para la Conferencia Epis copal un hombre muy comprometido en las situaciones de crisis o de grandes dificultades de cualquier orden. So portó a la Iglesia en la crisis de la Caja Vocacional y también fue un baluarte para superar los problemas casi eternos de la parroquia de Egipto. Los arzobis pos pudieron confiar siempre en él para las situaciones delicadas que no faltan en la vida de la Iglesia. Y en su corres pondencia con los prelados tampoco le falta humildad: termina muchas veces pidiendo perdón por si pudo fallar en las tareas encomendadas. Cristiano de tiempo completo.

Al recordar en esta breve semblanza al padre Cándido López, emerge una figura sacerdotal muy consolidada por el ministerio ejercido, por su claro sen tido de Iglesia y por la dedicación total al servicio de Dios. Reflejó también el padre Cándido esa sólida formación teológica y pastoral que caracterizó al Seminario Mayor de Bogotá desde siempre y que ha dado a la Arquidió cesis innumerables levitas que han he cho del sacerdocio un reflejo claro de Jesús, Buen Pastor. Deja este querido sacerdote una huella indeleble en la iglesia de Bogotá. Murió en paz, pobre y feliz, como debe morir todo ministro de Dios.

El padre Julio Olarte S.D.B.

entregó toda su vida al servicio del Señor

Más de 100 presbíteros, algunos fa miliares y cientos de fieles, se reunie ron en la parroquia Divino Niño del 20 de Julio, para dar el último adiós al padre Julio Olarte S.D.B., de la cual era párroco hace dos meses.

La eucaristía fue presidida por el se ñor cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá y concelebrada por el obispo de Girardot, Héctor Julio López, y el padre Jaime Morales, ins pector Salesiano. Durante su homilía, el Señor Cardenal, destacó la labor del padre Olarte al servir a Dios “Desde muy pequeño el padre Olarte, respon dió a la invitación del Señor y creyó en Él, de tal manera que entregó toda su vida para seguirlo”.

su primera profesión religiosa en la Congregación Salesiana el 29 de enero de 1965 y fue ordenado sacerdote el 15 de agosto de 1974.

Trabajó en varias casas salesianas, también sirviendo en el Generalato de la Congregación, en Roma, de 2000 a 2008. Durante estos años formó parte del equipo de la familia salesiana. Fue el asistente central de voluntarios de Don Bosco (VDB) y delegado mun dial de cooperadores salesianos.

En una eucaristía presidida por el Señor Cardenal, en la parroquia Divino Niño del 20 de Julio, se realizó un sentido homenaje a la memoria del padre Julio Humberto Olarte S.D.B., quien falleció el pasado 26 de mayo en Bogotá.

El padre Olarte nació el 26 de julio de 1947 en Bogotá. Sus padres Carlos Julio Olarte y Sonia del Carmen Fran co, no dudaron de educar en la fe a to dos sus hijos. A temprana edad el pa dre Olarte ingresa al Instituto San Juan Bosco de la obra del Niño Jesús. Hizo

Una vez que se completó el trabajo para la familia Salesiana en el Genera lato, continuó sirviendo a la Congre gación en el Centro Salesiano para la Formación Continua de América, con sede en Quito, Ecuador.

En el pasado mes de abril fue nom brado párroco en El Niño Jesús de 20 de Julio, de la arquidiócesis de Bogotá, su último cargo pastoral. El sábado 26 de mayo, Dios en su infinita bondad, lo llamó al eterno descanso. F

Fraternidad,

El Camino, cincuenta años en Roma

El Camino Neocatecumenal es uno de los movimientos que agrupa a católicos del mundo entero y guarda una identidad muy propia y especialu manera de hacer comunidades, entregarse a la Palabra de Dios y a los sacramentos; la música, con todo el sabor español que le ha puesto Kiko; la iconografía, originalmente bizantina, remozada por el fundador y la arquitectura que es en sí misma una catequesis. El Camino ha tenido una conmemoración muy especial, pues ha celebrado los cincuenta de haber llegado a Roma y de ahí haberse difundido al mundo.

Padre Nelson Antolínez Pinto, párroco en Nuestra Señora de la Asunción.

El padre Nelson Antolínez se formó inicialmente con los her manos franciscanos. Estando en el seminario conoció El Cami no, pero hasta mucho después entró en él, luego vino la incar dinación en Bogotá. Hablamos con él para conocer, no sólo los inicios del Camino Neocatecu menal en esta arquidiócesis, sino muchas cosas ignoradas de este movimiento.

Padre Nelson Antolínez (PNA): Yo, como seminarista franciscano en la Porciúncula, conocí el Camino en el año 72 y de ahí para adelante he he cho el proceso y he estado en el Ca mino. No fui de los iniciadores en Bo gotá, pero sí lo conocí en sus inicios.

Fraternidad (F): El Camino es un movimiento, fundamentalmen te de laicos para los laicos, pero al estar inserto en la Iglesia católi ca tiene que estar de la mano con los presbíteros. Cuéntenos cómo se hace una comunidad y cómo se vive en ella.

PNA.: Si le hubiera preguntado a Carmen Hernández (una de las ini ciadoras del Camino) ella le hubiera dicho que no es ningún movimiento sino una forma de iniciación cristia na. De hecho el Vaticano lo recono ció como una iniciación cristiana. Entonces, en ese sentido Carmen dirá que es la Iglesia que está hacien do madurar a los cristianos ya bauti

zados, porque vivimos en un mundo que está descristianizado, en una igle sia descristianizada en el sentido en el que hay un divorcio entre fe y vida.

Por eso se llama neocatecumena do o camino neocatecumenal. Nace con una invitación a las personas en la Iglesia; el párroco llama a los ca tequistas, pide que se haga esa ini ciación, ese camino en su parroquia. Entonces vamos los catequistas, es un equipo de presbíteros, matrimonios, solteros… se hace un equipo de más o menos seis personas que van a con ducir esa catequesis en la parroquia y un domingo se convoca a la gente, durante una misa.

Inicialmente son quince catequesis, pero vivir la fe es cosa de toda la vida.

Luego de las catequesis iniciales se hace una convivencia, en la cual se conforma la comunidad para iniciar el camino. Conformada la comuni dad se nombra un responsable que es el puente entre la comunidad y los catequistas. A nosotros nos tildan de cerrados, pero si una cosa la haces a tu manera y el otro a su manera, pues se deforma. Entonces el que sabe cómo se llaman las cosas es el catequista

Las catequesis son como las bases para poder formar la comunidad y todo esto y para anunciar el kerigma. Estas son la quinta y sexta catequesis las que te estoy diciendo. Las prime ras son exponer de dónde salió el Ca mino, ver cómo tenemos que pasar de una Pastoral de sacramentaliza ción a una Pastoral misionera y eso lo tenemos nosotros ¡cuánto hace!…

F.: A eso iba, esto es un movimien to que nace del Concilio, de la ne cesidad de la evangelización al su puestamente evangelizado y cómo hay que salir. Por eso se llama ca mino. Pero nosotros hasta ahora, 50 años después, estamos aterrizando ese mensaje conciliar.

PNA.: Y date cuenta, somos un mundo que necesita de la misión, que necesita discípulos y misioneros.

F.: ¡Claro! Y ese es el tema central de Aparecida, ese es el mandato de Aparecida.

PNA.: Con eso tenemos muchos problemas con la Iglesia, porque no sotros estamos diciendo desde hace mucho tiempo y no se nos ha puesto atención en ese sentido y no estamos diciendo que el Camino es el único. No, hay muchas maneras.

Bueno, las catequesis terminan con una Eucaristía, en la que a cada uno se le entrega la Biblia.

F.: Ha tocado pasar muy rápida mente las catequesis…

PNA.: Porque luego vienen las con vivencias. En la convivencia se hace una catequesis sobre la oscuridad, se hace un lucernario, que nos hace ver la realidad en la que estamos a oscu ras y que por estar a oscuras es que no veo el amor de Dios, tampoco voy a ver el amor a mis hermanos. Eso es la catequesis mistagógica, en donde se puede ver la realidad. Y es estar un día dedicado a la Eucaristía, empezar por la historia de la Pascua judía, por que primero fue esa, la que celebró

Página opuesta: pano rámica del Templo de la Asunción, Bogotá.

Tríptico de la Sagrada Familia de Nazareth.

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Conversaciones

Nuestro Señor Jesucristo. Esto le dio el sentido a la Pascua cristiana, Jesucris to no hace nada raro pero le cambia el sentido: es el paso de la esclavitud a la libertad; de la muerte a la vida; del pe cado a la gracia. Se celebra la Eucaris tía ya como nos lo permite el Vaticano. En los estatutos está el permiso para celebrar en una forma diferente.

F.: El Camino marca una diferen cia con las otras comunidades ecle siales y con las comunidades pa rroquiales tradicionales. ¿Cuántas parroquias hay más o menos?

PNA.: Ahora no tengo el número. Es que ha habido en muchas parro quias…

F.: ¿Cuándo cambian el párroco se pierde ese trabajo?

PNA.: Depende del párroco que llegue. Si él quiere continuar… pero muchos párrocos creen que tienen que hacerse catecúmenos para poder llevar el Camino y “les da susto”.

Es que a veces es pesado, yo los entiendo. Puede haber comunida des pequeñas, de diez o veinte her manos… entonces celebrar para un número pequeño y en la noche… es pesado.

F.: En cuanto la liturgia tradicio nal y la de ustedes, ¿cuáles son las diferencias más marcadas en la Eu caristía?

PNA.: En la participación y respon sabilidad de las comunidades Cada comunidad prepara las moniciones, para el inicio y para las lecturas, pero antes se han reunido en su casa con los textos -con los paralelos y las no tas de pie de página de la Biblia- y de ahí le aplican a su vida; hay una con una resonancia lo que les dice la pala bra y de ahí se hacen las moniciones, qué dice la Palabra en tu vida, eso se conoce como los ecos. Después de la proclamación del Evangelio se da la palabra, se pregunta, a los niños, tam bién a ellos.

Luego viene el Credo y la Paz, en la forma ambrosiana, antes de empezar la Eucaristía, como un signo de re conciliarse, es que la Palabra ha teni do que llevar a reconciliarte. Luego viene la comunión bajo las dos espe cies, como en la Pascua del Señor Je sucristo. Todos participamos del pan y el vino. Es pan ácimo. De resto no hay nada raro.

F.: Padre, ¿cómo surgen los semi narios Redemptoris Mater?

PNA.: Surgieron por la necesidad de formar sacerdotes que acompaña ran a los miembros de El Camino. Los fundadores fueron Carmen (Hernán dez QEPD) y Kiko (Argüello). Ellos se conocieron porque Carmen ne cesitaba misioneros para Bolivia y le hablaron de Kiko. Él ya vivía con los pobres. Carmen se impresiona por las comunidades que ya se habían for mado, se podría decir que se juntaron el hambre con las ganas de comer.

(En 1987, Juan Pablo II promulga la Encíclica Redemptoris Mater y al año siguiente empieza el primer semina rio en Roma, de allí el nombre. El se minario de Medellín fue el tercero en el mundo).

F.: Padre, cómo es el voluntaria do misionero de las familias.

PNA.: En Roma, en mayo del 68, empezaron a salir las primeras co munidades de la parroquia Mártires canadienses. Son familias, que van por todo el mundo ¡sin nada! sin pla ta. Reciben sólo lo que les den donde se hospedan, van con sus hijos, como san Francisco de Asís mandaba a sus frailes, de dos en dos, a predicar y sin nada, en eso se inspiran estas familias.

(No son enviadas por el Camino Neocatecumenal, sino por sus pa rroquias, los obispos de sus diócesis o por el propio Papa. Además, son enviadas a diócesis cuyos obispos lo han pedido expresamente. Es decir, siempre dentro de la vida diocesana de la Iglesia.) F

El Observatorio Arquidiocesano de Evangelización, dirigido por monse ñor Daniel Delgado, ha trabajado en la lectura creyente de la realidad, a través de varios ejercicios teóricos y prácti cos, prueba de ello son los Diálogos en la ciudad, conversatorio abierto a todas las instancias sociales; fruto de estos diálogos y de manera más aca démica se da la revista Faro, de la que circula el segundo número.

La ceremonia fue conducida por Adriana María Vargas, Comunicado ra Social, como maestra de ceremo nias, y participaron monseñor Daniel Delgado Guana, el padre Ricardo Pulido, el doctor Bernardo Hernán dez y la politóloga Valeria Contreras quienes hablaron del contenido y de su preparación, las reflexiones que lo propiciaron y de las que se suscitarán con su lectura. F

Faro, para iluminar una Iglesia que siente una revista para el clero de la arquidiócesis Bogotá el auditorio conocer segundo número revista

Aspectos de la entrega del segundo número de Faro. A la izquierda, los monseño res Jaime Mancera, Daniel Delgado y Rafael Cotrino. A la derecha, el auditorio colmado.

Parroquias

Santos Joaquín y Ana

Es una frágil casita que está en el tope de las montañas al sur de Bogotá, uno creería que no hay nada más allá, pero siem pre hay más invasiones y estrechos caminos que arañan el monte. Está acompañada por una gran cruz de algún retal de madera, que puede verse desde lejos, como un faro. Subir hasta allí es un fuerte ejercicio, el aire ya es más fino y cor tante, silba entre los techos de metal de las casas.

Y el paisaje es sobrecogedor, la lejana ciudad se ve realmente hermosa, grande, majestuosa, sus edificios parecen inmen sos, son la gran atracción de los habitantes de este lejano cerro. Es donde anhelan trabajar, vivir, estudiar y tener un mejor futuro, esquivo por ahora.

La presencia de la Iglesia es fundamental, es la pastoral del consuelo y la esperanza, son los pastores de Francisco, los que llevan en el corazón el olor de sus ovejas.

San Andrés Apóstol

El territorio parroquial de san Andrés está esparcido, como un pesebre, sobre los cerros de Ciudad Bolívar. La presen cia de la Iglesia lleva varios años allí, pero la creación de la parroquia es reciente, su actual párroco es el padre Carlos Mario Charry.

La casa cural, originalmente una casa que fue creciendo ha cia arriba hasta ser un edificio de unos cuatro pisos, alberga a varios sacerdotes de estas parroquias sin templo y sin vi vienda, pero con miles de fieles entre los más necesitados de la Iglesia, los migrantes, los desempleados, las madres so las, las familias rotas, el campo perfecto para la presencia de Jesús.

El templo es un viejo galpón con techo de latas de cinc, cui dado y arreglado de manera primorosa por los fieles y el pá rroco.

Edgar Javier Barbosa Morales no ha cumplido aún los treinta años, es el vicario parroquial; fue ordenado en el 2016.

Nuestra Señora de Egipto

El 5 de junio de 1651, el presbítero Gerónimo Guevara de la or den de San Agustín, decidió construir en el Patio de los Naran jos, un terreno que heredó de sus padres, la primera ermita del Reino de Nueva Granada, dedicada a Nuestra Señora de Egip to, donde concurrían indígenas y personas de bajos recursos.

En 1915 el párroco Julio Beltrán comenzó la construcción de un nuevo santuario, a pocos metros de la ermita. Las tres na ves del anterior templo se ampliaron y la central se reforzó en un estilo neogótico. En 1923 el maestro bogotano Mauricio Ramelli decoró el techo con un tema totalmente Mariano. Distribuidos en seis bellos episodios, que inician en la entra da del templo: La anunciación, los desposorios, el nacimien to de Jesús, el anuncio de los Reyes Magos, la huida a Egipto y la coronación de la Virgen. En los arcos están representados los apóstoles y aún se conserva el primer conjunto escultóri co del altar mayor dedicado a la familia, del siglo XVIII.

La popular fiesta de Reyes Magos del barrio Egipto, se remonta al origen de la ermita. Esta celebración daba comienzo desde el 16 de diciembre cuando se inicia la novena de aguinaldos, hasta el 6 de enero, luego de tres días principalmente dedicados a la festividad de Reyes. Cabe destacar que además de cumplir con los actos religiosos, también había actividades sociales, culturales jornadas de juego, y comidas típicas.

La parroquia Nuestra Señora de Egipto nació como una ermita donde acudían los indígenas y habitantes del sector que no podían asistir a una eucaristía en un templo por no tener la vestimenta adecuada, era una Iglesia de los pobres para los pobres.

El padre Víctor Hugo Claros nació en 1962 en Buenaventura y fue ordenado para los Misioneros de Yarumal en 1992, incardinado en Bogotá desde 2001. “La evan gelización es difícil debido a varios factores como la inseguridad, las fronteras invisibles y las bandas criminales, por esta razón, la evangelización se realiza saliendo al encuentro con las personas, tocando las puertas y visitando sus ho gares, buscando que la comunidad sienta el acompañamiento de la Iglesia”.

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Parroquias

La Veracruz

Ubicada al costado occidental del Parque San tander, entre los templos de San Francisco y La Tercera, la parroquia de la Veracruz posee una riqueza arquitectónica e histórica inigualable, debido a que en ella se encuentran sepultados algunos próceres de la patria.

El templo está constituido por una nave principal y una lateral, con varios retablos e inscripciones que hacen referencia a los próceres que se en cuentran allí. Una capilla lateral en la que se en cuentra la imagen de la Dolorosa, así como la del Señor Caído. En la pared oriental se encuentra el “Cristo de los agonizantes”, ante el cual pasaban su última noche los próceres, antes de su muerte. También se encuentra el “Cristo de los mártires”, preciosa joya histórica que acompañaba, en manos de un fraile franciscano, a los condenados a muerte en su penoso camino hasta el cadalso, y precedía después, el cortejo fúnebre, desde el cadalso hasta La Veracruz en donde recibían cristiana sepultura.

La ermita fue ampliada por la Hermandad o Cofradía de la Santa Vera-Cruz, en el año 1631. Con un estilo colonial, parecida a las iglesias primitivas de la época. Dicha Hermandad acompañó en 1816 a cerca de 80 próceres, entre ellos: Antonio Villavicencio, Francisco José de Caldas, José Ramón de Leiva, José María Carbonell, Jorge Tadeo Lozano, quienes fueron fusilados por las tropas españolas dirigidas por Pablo Morillo, debido a su vinculación al proceso de independencia. Posteriormente sus cuerpos fueron sepultados en una fosa común dentro de la iglesia.

El padre Mauricio Urbina Villamil es un joven presbítero bogotano ordenado en 2013, actualmente además de ser el párroco en la Veracruz es el secretario del Señor Arzobispo.

“Extiendo una invitación a todos los fieles a conocer esta joya arquitectónica, histórica, cultural y religiosa en nuestra ciudad, tenemos una iglesia de puertas abiertas para que puedan asistir y participen de lo que significa vivir la fe en comunidad”. F

Homenaje al padre Rodolfo de Roux en la Feria del Libro de Bogotá

En el marco de la entrega del sépti mo premio Nacional de Poesía-Obra inédita, entregado por la Tertulia Li teraria, el padre jesuita Rodolfo De Roux recibió un sentido homenaje por su dedicación al cultivo de las artes, especialmente de la poesía y la música.

El padre Rodolfo de Roux nació en Cali, Valle, el 21 de julio de 1925. Es licenciado en Filosofía y Teología de la Pontificia Universidad Javeriana y doctor en Teología Dogmática de la Pontificia Universidad Gregoriana.

Fue profesor de Teología en la Pon tificia Universidad Javeriana, por más de cinco décadas, y Decano Acadé mico de las Facultades de Teología y Filosofía y Letras.

Antología es una obra en la que el padre Rodolfo nos muestra algu nas de sus experiencias personales y de fe. Así como una realidad que ha estado muy presente en su vida y ha sido fundamento de inspiración: “La naturaleza”.

Esta Antología incluye letras de canciones, hechas muy bellamente en unión con el músico Juan José Brice ño, S.J. “La más famosa de todas estas melodías es La Molienda. Una canción que la hicimos en nuestra juventud en el año 55. Mientras él creaba la música, yo inventaba la letra y la compusimos en un tiempo récord, una hora”.

En la ceremonia, monseñor Fabio Suescún Mutis, obispo castrense de Colombia, hizo una presentación del autor en la que recoge los aspectos más sobresalientes de su personalidad, espiritual y literaria: “Un ser humano dotado de excelentes virtudes, ser hu mano en lo más profundo de su ser y totalmente entregado al amor de su Señor. Ha hecho cantar a su corazón, es rica su cosecha literaria expresada en la música, la novela costumbrista y la poesía delicada y profunda que se coloca en la línea de los místicos que han contemplado a Dios y han sentido la necesidad de expresar en palabras esa bella experiencia humana del en cuentro en lo cuotidiano con el Señor del Amor”. F

Escritor y autor de piezas insignes como el Himno de la Universidad Javeriana y en la música colombiana de un nutrido número de bambucos y pasillos dentro de las que se destacan “La tejedora” y “La molienda”. Gran parte de su trabajo musical lo realizó junto al padre Juan José Briceño S.J. Juntos, amigos entrañables, fueron homenajeados, por su trayectoria e importancia, en el reconocido Festival de Música Colombiana “Mono Núñez”.

Notas

Fraternidad,

una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá

Pasos por la casa

Los seminarios Redempto ris Mater son centros de for mación diocesana para los miembros del Camino Neo catecumenal con miras al ministerio sacerdotal misio nero. Estos seminarios son erigidos por los obispos dio

Los seminarios del Camino se ca racterizan por ser:

Internacionales: porque el semina rista debe abandonar su comunidad natal y acudir a aquella donde más sean necesarios sus servicios, en cual quier parte del mundo.

Diocesano: porque el sacerdote está

Comunidad: los candidatos al sa cerdocio provienen de una comuni dad neocatecumenal como fruto de la misma, y participan en ella durante y después de su paso por el seminario.

Un rector: un sacerdote que rige la vida del seminario, vela por el cum plimiento objetivo de los estudios, hace un seguimiento concienzudo

Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 25

El padre Francisco de Roux s.j., presidente de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la no Repetición (CEV), reafirmó la necesidad apremiante de cumplir los acuerdos en torno a su verdadero eje moral: las víctimas. Más allá del delirio carcelario o de la extradición como recurso exprés, el padre de Roux centró la atención en la deuda con quienes han sufrido directamente la violencia por parte de diversos y opuestos actores.

Martín Gil, Pbro.

Elogio a una voz

La difícil situación que generó el conflicto de interpre taciones en la reciente acción humanitaria de la Iglesia suscitó una voz particular que adelantó los desarrollos posteriores de la polémica y, con un carácter discreto y mesurado, nos recordó la médula de nuestra visión cris tiana de la política y de la historia.

El padre Francisco de Roux s.j., presidente de la Comi sión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la no Repetición (CEV), reafirmó la necesidad apremiante de cumplir los acuerdos en torno a su verdadero eje moral: las víctimas. Más allá del delirio carcelario o de la extradi ción como recurso exprés, el padre de Roux centró la aten ción en la deuda con quienes han sufrido directamente la violencia por parte de diversos y opuestos actores.

Su breve carta fue un clamor sereno y respetuoso por el cumplimiento de los acuerdos en toda su extensión, con una perspectiva clara: abandonar los temores y los intere ses particulares para mirar el dolor de los más vulnerados. Las decisiones de la justicia habrán de aceptarse plena mente, pero ante Dios permanece la obligación primera de revelar los hechos y responder a la angustia y el vilo de muchos sobrevivientes cuya vida ha quedado marcada para siempre.

La memoria del dolor está en el origen de los relatos evangélicos y a partir de su lectura en la esperanza de la resurrección hemos podido celebrar durante siglos un misterio que jalona nuestra existencia como Iglesia. Sólo el dolor de la cruz nos ha permitido superar la tragedia ineluctable y ciega del mito pagano. Desconocer el dolor del pobre, marginado, desplazado y asesinado es la nega ción misma de la experiencia fontal de la fe. La pasión de Cristo será siempre la clave hermenéutica de toda la mo ral católica y la posibilidad misma del Evangelio, así como

sucede cuando Juan invita a tocar las llagas del Resucitado antes de proclamar la bienaventuranza de la fe (20,17).

Por otra parte, una sociedad plural con hondas raíces cristianas y que busca la paz tiene que ajustar las visiones, rehacer los acontecimientos, acercar a las partes, recuperar la verdad, reparar los daños y restaurar la justicia. Hay que conocer lo sucedido, valorar el dolor que muchos llevan consigo, atender el derecho a saber de los seres queridos, leer los archivos con menos indiferencia y escuchar la cró nica de muerte que por décadas ha perseguido a familias y poblaciones enteras. Todo ello resulta un camino lento pero indispensable a la hora de sanar moralmente.

Fabiola Lalinde, mujer incansable, al donar todos sus documentos personales sobre la desaparición forzada en Colombia, proponía que a estos “se les dejara hablar”, en una eminente función que tiene el lenguaje de devolver un mundo con sentido a quien lo ha perdido. El silencio inde finido que puede ocasionar una decisión judicial inmediata o el olvido de las exigencias mutuas de los firmantes de un proceso, en un momento de ofuscación, puede arruinar la exigente y paciente tarea de restablecer los equilibrios nece sarios de la paz.

Considero que, como clero, en nuestra milenaria vo cación de escuchar y reconciliar, debemos atender a los distintos factores de una realidad tan compleja como la nuestra y dirigir siempre la mirada a los humildes que la historia oficial deja atrás en favor de los protagonistas más célebres. Nos corresponde escudriñar los signos de los tiempos, oír todas las voces, predicar un mismo Evange lio, amar sin límites y rezar por buenos y malos (Mt 5,4345). Quizá no seremos populares en muchas de nuestras decisiones, pero habremos acatado el mandato de Aquel que se hizo Sacerdote, Víctima y Altar. F

El 1° de julio de 1986 llegó Juan Pablo II a Bogotá. Los jóvenes seminaristas de entonces tuvie ron un especial encuentro con el pontífice en el claustro de la Curia Arzobispal. En la primera imagen, en el centro, Pedro Sala manca Mantilla.

En la segunda imagen, de izquierda a derecha, Jaime Alberto Mancera Casas, Julio Ospina, Her nando Gómez.

Abajo, William Casas, Francisco Niño, Álvaro Sánchez (QPD). F

Cenizarios

La parroquia Cristo Rey

Parroquia Cristo Rey Calle 98 No. 17A- 23 Teléfonos: 2579144 - 8951043.

Sistema Educativo de la A rquidiócesis de Bogotá

Instituto San Pablo Apóstol, cincuenta años al servicio de la educación

Cuando visitó el país el papa Pablo VI, en 1968, dejó una donación para la formación de jóvenes con dificul tad para el acceso a la educación, por razones económicas. Entonces se compraron unos terrenos al extre mo sur de la ciudad, en el barrio El Libertador, hoy el desarrollo de Bo gotá tiene esas áreas casi en el centro.

Allí se construyó un colegio dife rente, desde siempre se pensó que no sería uno más, por varias razo nes: Se brinda una excelente edu cación, como lo atestiguan los más de mil bachilleres profesionales de las mejores universidades del país y del exterior; los numerosos pre mios y reconocimientos del ICFES, las Pruebas Saber, Etc.; la gratuidad, pues los estudiantes no pagan nada; el concepto de autofinanciación

Los jóvenes que uno encuentra son verdaderamente diferentes, ninguno pierde la sonrisa ni la mirada altiva y curiosa. Están seguros de alcanzar lo que quieren y eso que quieren es una vida profesional, una vida de calidad, transformada por el respeto, el estudio, la responsabilidad y la ética

gracias al trabajo, que resulta de su preparación técnica; el desarrollo del talento a través de la música, asigna tura obligatoria, que ha dado como resultado una maravillosa y compe tente orquesta sinfónica; la motiva ción personal hacia la excelencia, en el trabajo diario “de los 15 minutos”; los valores como moneda circulante, responsabilidad, compromiso, soli daridad, verdad.

Hace cuarenta años, luego del paso fugaz de varios rectores, llegó Isaías Guerrero, un cura joven y lleno del espíritu de san Juan Bosco que con solidó lo que ha sido esta realidad ar quidiocesana, el ISPA, en donde con fluyen la excelencia académica con la

música, con los ruidos de los talleres, con la industria y la alegría de ser jo ven, productivo y lleno de esperanza. Hablar con los estudiantes del ISPA es una cátedra de calidad humana y de optimismo. Los jóvenes de último grado tienen claro que su educación no termina ahí. Ya muchos se han presentado a la universidad y tiene su cupo asegurado, la mayoría a ca rreras como medicina en universi dades como la Nacional o los Andes, en donde obtienen becas por su alto puntaje en las Pruebas de Estado, puntaje y altas notas que mantienen durante la carrera.

Los más jóvenes hablan con certeza sobre su futuro, como quien lo tiene a la mano, creen en sí mismos y en el poder transformador del conoci miento, de la cultura y del trabajo.

En este año celebrará, en octu bre, las Bodas de Oro del Instituto y quiere reunir a empresarios del país y pedirles trabajo y contratos para el ISPA, no donaciones ni caridad, oportunidades. La orquesta sinfónica del Instituto será parte fundamental de la muestra.

¡El ISPA vale la pena! F

Cristo moraba en Aquisgrán

La comunidad que la beata Clara concibió es una realidad, ya que tanto las consagradas como quienes se han formado en sus colegios, sus familias, los maestros y cuantos ha tocado su espiritualidad pueden vivir bajo la frase de San Juan, permaneced en mí: manete in me.

La fundadora de la Congregación de las Hermanas del Niño Jesús Po bre, Clara Fey, nació en Aquisgrán, Alemania, el 11 de abril de 1815 y fa lleció en Holanda a los 79 años, el 8 de mayo 1894. Perteneció a una fami lia acomodada, de gran sensibilidad social y desde niña su corazón sintió la necesidad del pobre y el deseo de ayudar.

La congregación se encuentra ac tualmente en diez países y hay más de 500 hermanas que trabajan, prin cipalmente con la niñez. A esta tarea consagran su vida, su trabajo, su ora ción.

A Colombia llegaron en el año 1937, por una invitación que consi deraron providencial, ya que en aquel entonces la política hitleriana las obligó a dejar los colegios que tenían

en Alemania. Y es así como llegaron a Colombia Klara Alfonsa, Franzis ka Romana, Anna Aloysian y Josefa Christine.

Su semilla cayó en buena tierra, el Santa Clara, colegio insigne de la co munidad, cumplió 81 años, pero sus hermanos en Bosa -el Instituto Cla ra Fey para 720 niñas, que en asocio con el SENA instruye en modistería y culinaria- y en el barrio Belén -el colegio Sagrado Corazón, para niñas, desde transición hasta quinto de pri maria y el jardín infantil Los Pinos, donde son atendidos 220 niños desde párvulos hasta prejardín, apoyados por el Instituto de Bienestar Fami liar-, y Monterredondo-Guayabetal, en la vía al Llano -el Instituto Clara Theresia para preescolar, primaria y secundaria-. En los altos de Cazucá, -un consultorio médico, un jardín in fantil y un taller pedagógico, donde se enseña a los niños danza e informáti ca- y otras obras sociales en las dió cesis de Pereira y Facatativá muestran el espíritu de Clara y sus hijas, que no se cansan de repetir: ¡Todo por Jesús, por Jesús sólo! F

Hace 174 años Clara Fey fundó la Congregación de las Hermanas del Niño Jesús Pobre, el 2 de febrero de 1844. Su máxima ha sido la educación cristiana de la niñez y de la juventud, la ayuda a los niños y jóvenes en sus necesidades. Para conducir los niños a Jesús, las hermanas consagran su vida, su trabajo y su oración

La I glesia en obras

La Vicaría Episcopal para la Dimensión Social de la Evange lización y la FAMIG tienen a su cargo un comedor para los migrantes venezolanos en el sector de la parroquia San Vic torino-La Capuchina.

Este comedor se sostiene con las donaciones hechas a través de los bonos de $5.000 que se venden en las parroquias y es atendido por voluntarios coordinados por la Vicaría Este comedor lleva ya tres meses abierto y ahora cuenta con la colaboración de 6 o 7 voluntarios diarios. Estos se encuen tran dispuestos a acompañar en la atención y acogida de quienes llegan a solicitar su almuerzo, a servir y lavar platos y, finalmente, dejar todo en orden.

A partir de mayo se han organizado los turnos de volunta riado según las vicarías territoriales. Así cada día le corres ponderá a una distinta, de modo que se logre un servicio dis tribuido y equitativo.

Siempre se necesitan más manos, por lo que no es tarde para invitar a los fieles0 a contactarse e inscribirse y poder hacer parte de esta asistencia.

El comedor funciona de lunes a viernes, en el horario de 10:30 a.m. a 1.30 p.m., en la calle 14 No. 13-68 y se están re partiendo alrededor de 120 almuerzos. F

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Voluntarios para el comedor de la Capuchina

Notas arquidiocesanas

¡Casa llena!

La Catedral, llena de amantes de la música, vive su primavera con el ciclo Bach en Bogotá. El concierto a cargo del organista de la catedral de Westminster, Peter Holder, hizo vibrar al público bogotano.

Como es habitual, el programa estaba determinado con una temática propia del tiempo litúrgico católico, por lo tanto, las obras fueron preludios corales inspirados sobre temas de Pascua y Cuaresma, que invitaron a la reflexión y al recogimiento. También otras obras, de concierto, como el Preludio y fuga en mi menor, BWV 548, que permitieron apreciar distintas facetas de la espiritualidad de la obra de Bach y su genio musical.

La Abadía de Westminster de Londres, donde Peter Holder es uno de sus organistas titulares, es reconocida a nivel mundial por ser un centro de activi dades culturales, y donde, además de ofrecer servicios religiosos, es un lugar tradicional para coronaciones, entierros y memoriales de algunas de las grandes personalidades del Reino Unido.

Holder, quien es también director asistente de James O’Donnell, durante las actividades de enseñanza, ensayos y dirección del reconocido coro de la Abadía de Westminster, se mostró encantado de poder dar este recital en un instru mento de la calidad del catedralicio y de poder estar casi entre el público, cosa que casi nunca se puede vivir en conciertos de órgano.

Estos conciertos que tienen lugar el tercer sábado de cada mes, han sido re transmitidos por el canal Cristovisión, el sábado siguiente a las 5 de la tarde. F

Rescate de la música del siglo XIX en la Catedral de Bogotá

El archivo musical de la Cate dral Primada de Colombia ateso ra una importante colección de música del siglo XIX, desde hace algunos años se viene trabajando en la reconstrucción de este patri monio, gracias a un convenio en tre la Catedral, la Arquidiócesis y la Universidad de los Andes.

El maestro Rondy Torres ha sido el encargado de la investigación, transcripción y arreglos de esta parte del archivo catedralicio, co rrespondiente al siglo XIX.

Aunque poco se sabe sobre estos papeles de música que han estado olvidados durante más de un si glo, este legado ha sido descrito en términos desfavorables e injus tos. Tampoco se conoce quiénes fueron los maestros de capilla du rante el primer siglo republicano, ni quiénes fueron los músicos que conformaron la capilla musical. El contexto político anticlerical de la segunda mitad del siglo XIX se reflejó en una serie de recortes económicos y reformas que apo caron las actividades de la capilla musical. Sin embargo, más allá de este difícil periodo y de las an gustias de los músicos, la música sobrevivió.

La música es lo que hoy quere mos volver a escuchar. Se han re construido en parte las condicio nes de la época para poder tener una idea de cómo sonaba la Cate dral Primada de Colombia duran te las grandes fiestas religiosas. El repertorio presenta una mezcla de diferentes estilos, como era co mún en la época: canto llano, mú sica coral sobria, de corte italiano o popular y alguna danza de salón.

Estas partituras, reconstruidas en su mayoría fueron el sustento para el concierto presentado en la Capilla del Sagrario. F

Templo para la parroquia San Juan Pablo II

Dentro de la Fundación hospital San Carlos, al sur de la ciudad, se proyecta la construcción del templo de la parroquia San Juan Pablo II, que se creó hace tres años y consolidó su comunidad activa y participativa en la que adultos, jóvenes y niños se involucran en las diferentes pastorales y donde se trabaja al ritmo del Plan de evangelización de la arquidiócesis de Bogotá.

Con la finalidad de fortalecer la pastoral arquidiocesana de la salud, se diseña ron los planos para que, dentro del terreno del Hospital San Carlos, se constru ya el templo para acoger a unas 500 personas, tener una casa cural para varios sacerdotes, un lugar donde operaría también la pastoral de la salud y un centro para todo el desarrollo de actividades pastorales y dos auditorios.

Los permisos para iniciar la construcción, la financiación de la obra, los pla nos, todo se encuentra en marcha. El arzobispo de Bogotá, cardenal Rubén Sa lazar, visitó el hospital San Carlos y el terreno donde quedaría este templo. Lo acompañaron el párroco, el padre Henry Artunduaga Flórez y por supuesto varias familias e integrantes de la comunidad parroquial. F

Notas

El maestro Rondy Torres comenta los pormenores del concierto con monseñor Juan Miguel Huertas.

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Reflexiones

Con actitud propositiva

Abordaremos en esta ocasión la última de las tres actitudes que deben caracterizar nuestra presencia evangelizadora, se gún la formulación del ideal que nos une y compromete.

Muchas veces se nos ha criticado que los creyentes juzga mos de modo negativo muchos elementos de la vida social o del desarrollo cultural, pero que no tenemos propuestas alternativas. De esa manera pareciera que nos situáramos un poco al margen de la historia o que estuviéramos reza gados de su marcha. O, en términos de la convocatoria del Sínodo arquidiocesano, pareciera que la Iglesia y la ciudad marchasen por caminos paralelos, pero no convergentes.

Si queremos incidir de manera más asertiva en la vida so cial, es necesario, en primer lugar, que las comunidades ecle siales ofrezcan formas alternativas de relación y de convi vencia. En cierto modo, nuestra actitud propositiva se juega en la capacidad que tengan las comunidades de discípulos misioneros de contrastar formas sociales marcadas por el individualismo, el consumismo y el ejercicio despótico del poder. La propuesta evangélica debe encarnarse en la comu nidad para que ella sea, como dice el Concilio, sacramento de la salvación que Dios nos ofrece.

No siempre estamos suficientemente atentos a la calidad de las relaciones al interior de nuestras comunidades o, a ve ces, pensamos que ella es un resultado espontáneo. Y, si bien es cierto, la comunión es un don, también lo es que debemos cuidarla, expresarla mejor y fortalecerla. Hay que promover en nuestras comunidades una comunión que se encarne en gestos concretos de misericordia, de acogida mutua, de soli daridad eficaz y de servicio mutuo.

La actitud propositiva tiene también un escenario privile giado en la familia. No se trata tanto hoy de señalar las ca rencias de las nuevas formas de agrupación familiar, sino de que la belleza del designio de Dios sobre el amor humano, el matrimonio y la procreación, resplandezca en los hogares cristianos. El mejor documento sobre la familia es la misma vida de las familias que se esfuerzan por vivir en sus relacio nes el amor de Cristo y por irradiar a la sociedad entera la alegría de este amor.

Pero es necesario también que el Evangelio se encarne en propuestas para avanzar hacia el desarrollo integral de la sociedad. El rico patrimonio de la doctrina social de la Iglesia debe ser traducido en modelos operativos que sean aplicados en ámbitos como el emprendimiento, la dinámi ca política o el desarrollo macroeconómico. Esta tarea es competencia propia de los laicos, tanto de aquellos que se dedican a las ciencias humanas, sociales y políticas, como de aquellos que ejercen otras profesiones. Pero decir que es competencia propia de los laicos, no significa que los pasto res podamos desentendernos de la formación en la doctrina

social de los fieles en general y, particularmente, de quienes se sienten llamados a la actividad política.

La claridad de juicio y de discernimiento de una razón purificada por la fe y por el principio de la compasión-mise ricordia debe suscitar y sostener una verdadera pasión por el progreso social e inspirar modelos concretos de acción que, sin tener la pretensión de convertirse en modelos absolutos e irreformables, sí sean la expresión de una razón poyética (creadora, capaz de producir cosas nuevas), abierta a la con frontación y al cambio.

En cualquier caso, la propuesta del ideal cristiano no pue de dividir a los seres humanos en bandos opuestos e irre conciliables: quienes la aceptan total e incondicionalmente desde el principio y quienes la rechazan sin posibilidad de acogerla progresivamente. Como se suele decir, entre el blanco y el negro hay grises. Es posible trabajar más en la construcción social con base en lo que nos une y no cen trándonos en lo que nos divide. Sin embargo, este recono cimiento de la progresividad en la comprensión y acogida de los valores evangélicos y en sus consecuencias éticas, no significa entregarse al relativismo ético. El cristiano está persuadido de que el Evangelio de la misericordia y en las bienaventuranzas está el camino que conduce a la plena rea lización de la existencia humana. Pero, al mismo tiempo, es necesario entender que hay muchos condicionamientos que le dificultan verdaderamente a muchos de nuestros contem poráneos la percepción adecuada y la acogida auténtica de las exigencias evangélicas.

En ese sentido no sobra decir que la propuesta funda mental que debe caracterizar al testigo del Evangelio es la propuesta del amor incondicional de Dios manifestado en Cristo y que sólo a la luz y al calor de esa revelación la ética evangélica es plenamente comprensible.

Pautas para la reflexión y el diálogo

¿Qué otros aspectos, además de los señalados en el texto, comporta la actitud propositiva del discípulo misionero?

¿En qué aspectos o situaciones del ministerio la actitud propositiva que se nos pide se ha manifestado?

¿Cómo evaluamos nuestra respuesta a la tarea que tenemos de formar a los laicos en la doctrina social de la Iglesia. F

Pedro Manuel Salamanca Mantilla, obispo auxiliar