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El paradigma de los viajes

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Rapha

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EL PARADIGMA

TEXTO: LUIS LEMUS FOTO: © MEXI_CAN

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DE LOS VIAJES

En lo que va de la corta temporada del 2018, he tenido la fortuna y la oportunidad de correr en tres diferentes continentes. Comencé la temporada en el Challenge de Mallorca, seguido de la Oro y Paz en Colombia, y el Tour de Taiwan. Carreras muy diferentes, países, costumbres y culturas diferentes. Para la mayoría suena sólo como algo bueno, pero si le preguntas a los ciclistas, muchos te dirán que lo peor del ciclismo es viajar, pero al mismo tiempo es la parte que más les gusta… ¿Cómo?

Empecemos con los puntos “negativos”, y es que hay que ser sinceros, estar fuera de casa no siempre es tan fácil, salir de tu zona de confort, de tus hábitos, tu rutina, sentarte en un avión, con las piernas engarrotadas, comida de dudosa procedencia, café entre malo y mediocre, y si te acumulaste mal karma antes del viaje, puede que tengas a un vecino bastante molesto, aunque aquí tengo que confesar que creo que soy yo muchas veces ese vecino molesto, por eso procuro pasillo, para no ser tan molesto. Después del viaje tienes que acostumbrarte al cambio de horario, salir a entrenar con las piernas como dos bloques de cemento después de tantas horas viajando, carreteras que no conoces, y te pierdes donde no tienes cobertura del celular para buscar tu camino al hotel; y recordar que corres al día siguiente.

Cuando estás en casa entrenando, tienes tus rutinas y tus tiempos, y ya sabes lo que hay en la alacena, sabes lo que puedes comer después de entrenar y todo está listo, pero en las carreras dependes de lo que haya en el hotel o en alguna tienda cercana, si tienes un poco de suerte y aceptan tarjeta, porque olvidaste cambiar dinero en el aeropuerto o no había tiempo.

Encima de todo esto, tienes que correr toda la semana, y no sólo eso, tienes que rendir, hacer tu trabajo, porque para esto te pagan, y de lo contrario encontrarán a alguien que sí pueda cumplir su trabajo, así que la presión aumenta; y estás fuera de casa, lejos de tus amigos, lejos de tu familia.

Sí, si lo vemos desde este ángulo, viajar es de las peores cosas que tiene el ciclismo. ¿Por qué no pueden ser todas las carreras en nuestro país o cerca de casa?

Pero todo depende de dónde lo mires. En lo personal he aprendido a disfrutar de los viajes, al final, son una parte del ciclismo, y no podemos cambiarlos, pero sí podemos cambiar nuestra actitud ante ellos.

Con los años he aprendido a vivir hasta meses de una maleta, una maleta que carga lo esencial para hacerme sentir en casa, o lo más parecido a ello sin importar la distancia, el idioma ni el horario. En mi maleta llevo mi café, para que todas las mañanas comiencen de la mejor manera. En mi maleta llevo una barra de chocolate, a la que le tomo un pedazo cada vez que hay una situación en el viaje que me pudiera molestar, como un check in lento. Aprender a vivir de una maleta requiere de experiencia, pero es realizable, y esto ayuda a viajar ligero tanto física como mentalmente.

Viajar también es de las mejores partes del ciclismo, puedes salir del hotel a “entrenar”, o simplemente estirar las piernas después del viaje, y para ello es necesario moverte, conocer, ver arquitecturas distintas, gente nueva, diferentes paisajes. Este tipo de experiencias no se obtienen con otros deportes, que sólo se trasladan del hotel al gimansio, o del hotel al estadio todos los días; en el ciclismo tenemos que salir, disfrutar del aire fresco o pelearnos con el tráfico de la ciudad, así es como en verdad se conocen los lugares, pararte por un café al final del entrenamiento y descubrir que las galletas de té verde son tu nuevo postre favorito.

Cuando estamos en casa es muy fácil caer en la rutina, terminas desayunando, comiendo y cenando casi siempre lo mismo, con ligeras variaciones, pero el viajar te obliga a probar cosas nuevas, nuevos aromas, nuevos sabores y nuevas texturas, y en lugar de acompañar tu desayuno con unas tortillas, pruebas las arepas y acabas comprando un paquete para el viaje de regreso.

Viajar puede ser la mejor o la peor parte del ciclismo, todo dependerá de la actitud que tengamos. Recordar que es la misma bicicleta la que nos lleva a lugares tan lejanos y poder tener estas experiencias que de otra manera no podríamos ni imaginar. Conocer el mundo es más interesante cuando se hace sobre dos ruedas.

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