

Sostener la movilización hasta el retiro total de las tropas y defender la integridad de toda Palestina
¡No a la amenaza de Trump de intervenir militarmente en Gaza!
¡Repudio total a la limpieza étnica anunciada por Trump y avalada por Netanyahu!
¡Rechazamos violación de Israel al acuerdo con la resistencia!
¡Que se restablezca el ingreso de ayuda humanitaria a Gaza!
¡Por una Palestina única, laica, democrática y no racista!
El escandaloso fraude ejecutado por el gobierno el pasado 28 de julio y la subsecuente arremetida represiva, en cierta medida ha postergado el reclamo por el salario y demás reivindicaciones laborales. Esto es comprensible ante la necesidad de enfrentar las constantes violaciones a las libertades democráticas, por parte de un gobierno que ha profundizado su deriva autoritaria como único recurso para mantenerse en el poder contra viento y marea, mientras sigue aplicando en acuerdo con el empresariado un severo ajuste capitalista. Sin embargo es necesario que los sindicatos y el conjunto de la clase trabajadora asuman la lucha por el salario y demás reivindicaciones. Esto está estrechamente ligado a la pelea por defender las libertades democráticas y lograr la liberación de los presos políticos.
Perdido en el tiempo ha quedado el último aumento salarial decretado en Venezuela. Eso se produjo el 15 de marzo de 2022, llevando el salario mínimo a Bs. 130. Desde esa fecha al día de hoy han transcurrido más de mil días, y estamos próximos a completar tres años con el mismo miserable salario.
No es este un récord que tengamos que festejar; por el contrario, es mucho el malestar acumulado, por las penurias y los sacrificios que hemos pasado los trabajadores, producto de la nefasta combinación de un gobierno capitalista y plenamente antiobrero; el silencio cómplice de la mayoría de las centrales sindicales, que timoratas no llaman a luchar por nuestras reivindicaciones y solo están a la espera de llegar a algún acuerdo con el gobierno. Por su parte, la CBST se encuentra entregada a la aplicación del Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica ideado por el ejecutivo y compartido con Fedecámaras.
Se trata de un salario en constante devaluación por los diarios aumentos del dólar, la suspensión de la discusión de las contrataciones colectivas; la aplicación del Memorándum 2792 y las tablas de la Onapre.
De la aplicación de estas medidas los únicos beneficiarios son el gobierno, la emergente burguesía chavista, Fedecámaras y las transnacionales gringas, rusas, chinas, y europeas, entre otras, quienes con la aplicación de estos instrumentos, en la práctica nos han robado los pasivos laborales y nuestros ahorros con las continuas devaluaciones; así como también han favorecido la eliminación en los hechos de la negociación colectiva de trabajo y la bonificación salarial en empresas públicas y privadas. No hay mejor demostración del profundo carácter capitalista del actual gobierno y la falsedad de su retórica socialista.
Desde la pandemia y a nivel mundial, todos los gobiernos impusieron medidas de flexibilización laboral y golpearon las jornadas de trabajo y los salarios. El de Nicolás Maduro, está entre los que más.
Con la aplicación del ajuste brutal desde 2014, pero especialmente con el Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica que se instrumenta desde 2018, los trabajadores nos hemos visto en la necesidad de hacer campañas públicas, apelando a la solidaridad de los demás trabajadores, para poder afrontar la atención médica de nuestros familiares. Esto en un contexto donde los HCM no existen
y el desabastecimiento de los insumos en las emergencias alcanza al 36% de los hospitales nacionales, y el 74% en las salas de quirófanos, siendo Carabobo, Amazonas y Cojedes los estados más afectados; y claro está, los trabajadores, sus familias y las comunidades adyacentes. El 84% de los hospitales públicos carecen de tomógrafos y resonadores magnéticos. Los trabajadores de la salud, específicamente en áreas críticas, como emergencias, terapia intensiva y quirófanos, enfrentan sobrecarga de trabajo, sin que esto les traiga algún beneficio extra. Todo esto como consecuencia de la reducción del gasto social, lo cual es parte del plan de ajuste.
En los tres niveles del sector educación, los salarios de hambre se manifiestan en los listines de pago, así como en el desánimo del personal y las continuas deserciones. También se muestra en los escasos niveles nutricionales de los pocos comedores en uso. Son constantes los desmayos entre nuestros jóvenes y esto se debe al mal abastecimiento en sus hogares. El salario no está cumpliendo su razón de ser: reponer la fuerza de trabajo. ¿Y cómo hacerlo con $2,70, que es lo que equivale el salario mínimo? ¿Qué esperar de una bolsa Clap, cuando la calidad de sus productos está cuestionada por la mayoría de las personas que las reciben?
Es común hacer chistes y comentarios cuando se acerca la quincena. “Llegó y ya se va, porque no alcanza para nada”. Pero esta situación, que nos golpea el bolsillo y desabastece nuestras casas, debe ser enfrentada de manera unitaria, masiva y en las calles de todo el país. La presión se debe hacer sentir, en cada centro de trabajo, en cada departamento, en cada hospital, en cada centro educativo, en cada empresa, donde nos piden asistir y cumplir la labor, cuando en la realidad el miserable salario no alcanza ni para el pasaje.
Como clase unida debemos denunciar a los sindicatos patronales de la CBST, y aquellos que no tienen disposición a defender nuestros derechos y exigir por todas las vías que sean: Que el salario de los trabajadores se respete, y que su monto debe ser igual al valor de la canasta básica. Y esta exigencia se defiende en las calles, movilizándonos como clase trabajadora. No esperemos al 1ro de mayo para exigir lo que es nuestro derecho. Esta es una exigencia diaria, porque cada día debemos poner los tres golpes sobre la mesa para alimentar a nuestras familias.
Desde el PSL y C-cura decimos que junto a la lucha por las libertades democráticas y la libertad de los presos políticos, debemos luchar por imponer un Plan Obrero y Popular de emergencia para darle respuesta a todos los graves problemas del pueblo venezolano. Este plan debe ser financiado a través de un Fondo Social y Económico de emergencia, que se conforme con un impuesto progresivo a las grandes empresas nacionales y transnacionales, eliminando los contratos de empresas mixtas para que el petróleo sea 100% venezolano, sin empresas mixtas ni transnacionales, confiscación de los bienes de los corruptos, para tener salarios y pensiones iguales a la canasta básica, salud, educación, vivienda y empleos productivos. En la perspectiva de luchar por un Gobierno de Trabajadores y el verdadero socialismo.
Por José Rafael Ruiz
El pasado 1 de febrero, el gobierno imperialista de Trump canceló el Estatus de Protección Temporal (TPS por sus siglas en inglés) para Venezuela. El TPS es un programa creado por el Congreso de Estados Unidos en 1990 para personas que migran a dicho país debido a conflictos armados, razones humanitarias o desastres naturales, sufridos en sus países de origen.
Esta decisión afecta a un poco más de 600.000 venezolanos, que emigraron a dicho país ante la profunda crisis económica, política y social que vive el pueblo venezolano, consecuencia del brutal ajuste capitalista aplicado por el gobierno de Maduro, situación agravada por las sanciones imperialistas.
La decisión de suspender el TPS no es capricho de una funcionaria, responde a la andanada de decretos que el ultraderechista Donald Trump ha venido aplicando respecto al tema migratorio, que ha afectado a migrantes brasileños, colombianos, centroamericanos y venezolanos.
Vimos las imágenes a través de los medios y redes sociales, de cientos de personas enviadas a sus países de origen, con manos y pies esposados. Se hicieron públicos los relatos de muchos de estos migrantes, donde explicaban los malos tratos recibidos por los funcionarios de Estados Unidos en los aviones, en los cuales permanecieron durante horas sin recibir alimentos ni agua. En el caso de los venezolanos Trump los tildó de “delincuentes” y “enfermos mentales”, acusándolos sin pruebas de ser miembros del Tren de Aragua.
Como parte de esta política, el 31 de enero llegó al país Richard Grenell,
enviado especial de Trump, con el objetivo de negociar un acuerdo con el gobierno venezolano. Consecuencia de ello fue la liberación de 6 estadounidenses que se encontraban detenidos en el país, acusados de terrorismo. A cambio de esto, días después comenzó el arribo al país de decenas de venezolanos y venezolanas, deportados por las autoridades imperialistas de Estados Unidos.
El 10 de febrero llegó un primer grupo de 190 migrantes, posteriormente el 20 de febrero arribó un segundo grupo de 177 personas. Este grupo llegó procedente de Honduras, y previamente habían estado detenidos en la base militar norteamericana de Guantánamo, Cuba. Cuatro días después llegaron otras 242 personas entre las cuales habían, por primera vez, mujeres, familias completas y varios adolescentes.
Al contrario de lo dicho por el ultraderechista Donald Trump, la mayoría de estos migrantes no tienen antecedentes penales. Solo algunos muy pocos, han cometido algún delito menor. Y por supuesto, no se ha determinado que sean miembros del Tren de Aragua, como había asegurado irresponsablemente Trump.
Por su parte Maduro, presentó el encuentro con el enviado de Trump con bombos y platillos. Se hizo viral la foto donde aparecen Maduro y Grenell estrechándose la mano, mientras en segundo plano se ve a Jorge Rodríguez, eufórico, con una sonrisa de oreja a oreja.
El gobierno convirtió la llegada de los migrantes en un show propagandístico. Señalando que su retorno era parte del Plan Vuelta a la Patria, cuan -
do en realidad se trata de un operativo de deportación de cientos de venezolanas y venezolanos, expulsados por Trump en el marco de su politica discriminatoria y racista contra los inmigrantes.
Incluso el gobierno llegó a decir que estaban “rescatando” a los venezolanos que se encontraban en Guantánamo. En rigor, el gobierno de Maduro tuvo que bajar la cabeza ante la exigencia de Grenell de que aceptara a los venezoanos deportados.
Tal como afirmó Richard Grenell, su presencia en el país fue con la finalidad de acordar la aceptación del retorno de los venezolanos por parte del gobierno de Maduro e informar sobre cuál debería ser la logística de repatriación. Además fue enfático en señalar que no había venido a responder a ningún listado de demandas de Maduro y su gobierno.
Está claro que somos los trabajadores y el pueblo movilizados en las calles, los que debemos exigirle al gobierno de Maduro que proteja los derechos demcráticos de los venezolanos y venezolanas en el exterior, así como también seguir luchando contra el paquete de ajuste que aplica el gobierno, causa central de la crisis social y los salarios de hambre, que originaron le emigración de más de 7 millones de personas en nuestro país.
Desde el Partido Socialismo y Libertad rechazamos las medidas racistas y discriminatorias de Donald Trump contra los migrantes venezolanos y de otras partes del mundo. Somos los trabajadores y los pueblos con nuestra lucha quienes podemos derrotar estas políticas.
Equipo dE RE dacción
Director: Orlando Chirino Jefe De reDacción: Miguel Ángel Hernández ilustraciónes y logotipo: Iván Darío Hernández Diseño y monta Je: José Rafael Ruiz y Oswaldo Pacheco c omité De reDacción: Orlando Chirino, José Bodas, Oswaldo Pacheco, Claudia Rodríguez, Antonio Espinoza, Armando Guerra de los @PSLVenezuela www.facebook.com/SocialismoyLibertad partidosocialismoylibertadpsl@gmail.com
www.facebook.com/laclaseinforma
El gobierno chavista de Nicolás Maduro ha recrudecido su deriva dictatorial. Esto se agravó desde el escandaloso fraude en las elecciones presidenciales del 28 de julio del pasado año; con la brutal represión desatada contra la protesta popular que estalló el 29 de ese mes y en los días subsiguientes, que dejó un saldo de 25 personas fallecidas y más de 2000 detenidos, en su mayoría jóvenes y habitantes de barrios populares.
Intentando pasar la página, el gobierno convocó elecciones legislativas y regionales para el 27 de abril próximo; en un contexto caracterizado por la violación a las libertades democráticas, con más de un millar de presos políticos y unas 9000 personas sujetas a medidas cautelares.
Esto contrasta con el trato que se les otorga a los norteamericanos que estaban detenidos en el país, y que fueron liberados después de la visita del enviado especial de Trump. Mientras que a las personas provenientes de los barrios populares se les mantiene presos.
El objetivo de la represión es aterrorizar y disuadir cualquier atisbo de protesta popular para conservar el poder, y continuar aplicando el ajuste capitalista acordado con los empresarios agrupados en Fedecámaras y Conindustria, avalado por la genuflexa Central Bolivariana Socialista de Trabajadores.
La oposición en su laberinto electoral, mientras MCM se desgasta
Por su parte, la oposición anda deshojando la margarita, entre participar o no en las próximas elecciones. Ed -
mundo González Urrutia continúa paseando por América Latina, afirmando que eso sería parte de una “estrategia”, y María Corina Machado “desde la clandestinidad”, sigue enviando vídeos con frases que parecen sacadas de un libro de autoayuda, y asegurando que “solo Dios sabe cuando saldrá Maduro”, después que puso fechas límites a su supuesto “hasta el final”. No es casual que ya comience a desgastarse, y cada vez sean más las voces en las bases opositoras que cuestionan su liderazgo y dudan de la eficacia de su política.
Es urgente la unidad de acción
Para el Partido Socialismo y Libertad es claro que sin la unidad de acción amplia, sin distingos ideol ó gicos, con todos los sectores sociales y políticos, no será posible lograr la libertad de los presos pol í ticos, recuperar las libertades democráticas y derrotar la política represiva y antipopular del gobierno. En ese sentido es esencial que los sindicatos y las centrales obreras jueguen un rol protagónico junto a las demás organizaciones sociales y políticas.
La unidad de acción se produce entre organizaciones con diferencias políticas. Sin pedirle a nadie que postergue sus posiciones programáticas. De lo que se trata es de acordar alrededor de dos consignas concretas: libertad para los presos políticos y cese a la represión. Lo urgente es unir esfuerzos para luchar por las libertades democráticas y lograr la libertad de los detenidos. Esto sería un gran triunfo popular.
En el marco del Encuentro en Defensa de los Derechos del Pueblo, convocamos a una reunión con ese objetivo el pasado viernes, y estamos convocando a una segunda reunión para este miércoles 12 de febrero.
Luchar por las libertades democráticas y un Plan Obrero y Popular de emergencia
Debemos organizarnos y luchar por el derecho a la protesta y el pleno ejercicio de los derechos pol í ticos y electorales; contra las desapariciones forzadas; por el cese de la utilización del CNE y el TSJ para ilegalizar e intervenir partidos políticos; por la defensa del derecho a huelga, por el respeto a la libertad y autonomía de las organizaciones sindicales; por el derecho a la negociación colectiva de trabajo. ¡Basta de injerencia del gobierno a través del CNE en las elecciones de los sindicatos! Por libertad plena para todos los presos políticos.
Junto a la lucha por las libertades democráticas hay pelear por imponer un Plan Obrero y Popular de emergencia, financiado a través de un Fondo Social y Económico, cuyos recursos deben provenir de los grandes empresarios nacionales, banqueros y transnacionales; para darle respuesta a los principales problemas del pueblo trabajador. Todo ello en la perspectiva de luchar por un gobierno de las trabajadoras y trabajadores, y por el verdadero socialismo con democracia obrera y popular.
Por Mujeres en Lucha
Llega el 8 de marzo de 2025, se conmemora el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, y mientras los gobiernos de ultraderecha actúan contra derechos conquistados, miles de mujeres en todo el mundo nos manifestamos contra esta arremetida patriarcal.
En Venezuela luchamos por salario igual a la canasta básica, por servicios públicos, mientras alzamos la voz junto a las mujeres con hijos y familiares presos por motivos políticos.
El plan de ajuste que aplica el gobierno perjudica especialmente a las mujeres y disidencias de sectores populares, y para impedir que el pueblo trabajador exija sus reivindicaciones y deseos de cambio, el gobierno de falso socialismo de Maduro recrudece la represión, privando de libertad a más de 2000 personas.
Ante esta situación las mujeres y madres de jóvenes ilegalmente apresados se han organizado, y a pesar de la precariedad en la que viven, protestan y denuncian las arbitrariedades que atentan contra la vida e integridad de sus familiares.
Como cada 8 de marzo, las mujeres exigimos casas de refugio para poder denunciar la violencia machista. ¡Basta de feminicidios, transfeminicidios y violencia sexual! Que se apruebe una ley que garantiese el aborto legal, seguro y gratuito.
En Venezuela este 8M, desde Mujeres en Lucha, acompañamos la lucha de las mujeres por la libertad de los presos políticos; estaremos en la calle exigiendo que la crisis no la sigan pagando las mujeres trabajadoras, recursos a favor de la población y no para los grandes capitales.
¡Salario igual a canasta básica! ¡Libertad plena para los presos políticos! ¡Presupuesto para combatir la violencia de género! ¡Abajo el plan de ajuste capitalista de Maduro y Fedecámaras! ¡Que el patriarcado y el capitalismo caigan juntos! ¡Basta de genocidio contra el pueblo palestino! ¡Por un 8 de marzo rebelde y de lucha!
Por Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional
Este 8M será el primero luego que el ultraderechista, machista y misógino de Trump vuelva a la presidencia de EEUU, el principal país imperialista. El crecimiento de esta corriente de ultraderecha a nivel mundial es parte de los nuevos fenómenos políticos que encarnan la reacción patriarcal y religiosa que atacan con especial saña los derechos que con la lucha ganamos en las calles. El resultado de las
elecciones en Alemania, con sus matices, ratifica este escenario.
Mientras en enero se firmó un acuerdo de alto al fuego sobre Gaza, lo que significa un retroceso de Israel y una derrota de su política genocida que ha fracasado en su intento de destruir la resistencia del pueblo palestino y colonizar Gaza, Trump declaró que “los gazatíes debían salir de su territorio y dirigirse hacia Egipto y Jordania”, y que “Estados Unidos tomará el control de la Franja de Gaza… seremos dueños de ella”. Es decir, salió ratificar
una política de expulsión y reubicación a la población originaria de Gaza para llevar adelante un negocio inmobiliario al servicio de la política racista y de limpieza étnica de Israel. Este 8 de marzo salimos a las calles a repudiar los dichos de Trump y decir alto: ¡Existir es resistir! ¡No a la limpieza étnica! ¡Viva Palestina libre, del río al mar! ¡Que los gobiernos rompan relaciones políticas, diplomáticas, económicas, militares con el Estado de Israel! ¡La causa del pueblo palestino es una causa feminista!
Otros de los puntos de resistencia contra la ultraderecha mundial es Argentina contra el gobierno de Javier Milei que viene de ser repudiado masivamente en la calle el 1F en la marcha del orgullo antifascista y antirracista contra los discursos de odio a las mujeres y disidencias en Davos. Más de un millón de personas salieron a expresar la bronca contra un gobierno que se posicionó contra el reconocimiento social de la violencia de género lograda con las luchas del Ni Una Menos y el recorte a las políticas para combatir la violencia machista, y contra los ataques a la identidad de género, el cupo laboral travesti Trans, La Ley de Educación Sexual Integral y tantos otros derechos. Este 8 de marzo salimos a las calles a frenar los ataques a nuestras conquistas: ¡Sobre nuestros derechos no pasarán!
En Turquía, el régimen declaró el 2025 como el año de la familia y avanza con políticas familiares para que las mujeres permanezcan en sus hogares, pretende controlar nuestros cuerpos y usurpar nuestros derechos. El régimen también ha aumentado su política de atacar a las personas LGBTI+ y continúa criminalizándolas, incluso mencionar el término LGBTI+ en las protestas es motivo de detención. Asimismo continúa la criminalización del movimiento de mujeres.
Los planes de ajuste que los gobiernos aplican a la clase trabajadora frente a la actual crisis capitalista perjudican especialmente a las mujeres y disidencias de los sectores populares. La combinación entre el patriarcado y el capitalismo para súper explotar a las personas más oprimidas de la sociedad hace que las mujeres y disidencias seamos quienes más sufrimos la precarización en el mercado laboral, tengamos los trabajos peores pagos y seamos a quienes primero despiden. El recorte de los presupuestos para los servicios sociales, salud o educación es una forma de violencia de género que aumenta la carga del trabajo reproductivo no remunerado. Esta violencia económica se acrecienta mayormente en personas migrantes y racializadas que se enfrentan a mayores niveles de discriminación. Ante estas políticas de ajustes las mujeres luchamos junto con la clase trabajadora movilizándonos y organizándonos, como es el caso de las grandes movilizaciones en Panamá, contra el robo de los más de once mil millones de dólares de las reservas de la Caja de Seguro Social que pretende pasar a la banca mediante cuentas individuales, subiendo la edad de jubilación 8 años más a las mujeres. En medio de la resistencia la policía nacional
está ejerciendo una violencia de género, agresiones sexuales, detenciones y acoso policiaco a mujeres.
La política de Trump de deportaciones masivas a inmigrantes afectan de manera importante a las mujeres y particularmente a las niñas, niños y adolescentes quienes en múltiples ocasiones o se están quedando solos en los Estados Unidos, producto de redadas a sus padres y madres. Trump convierte a los países de Latinoamérica en depósitos de personas, creando mine bases de Guantánamo por toda la región. Ejemplo Panamá, en donde el gobierno del ultraderechista de José Mulino ha enviado a personas, incluyendo dos niñas que deportaron sin acompañantes, a una base disfrazada en la selva del Darién. O bien, está obligando a países como México a acrecentar las fuerzas militares para contener el flujo migratorio, lo que ha conllevado a la violación sistemática de los derechos humanos.
El crecimiento de las políticas y discursos de odio y ultra reaccionarios, y la exacerbación de la violencia imperialista y colonial, viene acompañado de un aumento del racismo y la xenofobia. En todas las campañas electorales, y en los programas políticos -no sólo de la ultraderecha sino también de la socialdemocracia- crecen las propuestas orientadas a criminalizar, reprimir y culpabilizar a las personas migrantes. Es fundamental denunciar y enfrentar estas políticas así como la hipocresía de quienes niegan derechos con el objetivo de mantener mano de obra súper explotada en situación administrativa irregular. Por ello, este 8M, alzamos un grito internacional contra el racismo y el colonialismo ¡Ninguna persona es ilegal! ¡Abajo las Leyes de Extranjería!
Este 8 de marzo salimos a las calles a pelear por presupuestos para combatir la violencia de género y no para las deudas externas.
Por su parte, los gobiernos que se reivindican populares o de centroizquierda tampoco han logrado mejorar las condiciones de vida para las mujeres y disiden-
cias más allá de su doble discurso. Con sus políticas de ajuste y endeudamiento externo, no dan respuesta a las demandas más urgentes del movimiento feminista. En Brasil, bajo el gobierno de Lula el movimiento feminista enfrenta el intento de retroceder en la causal por violación para realizar un aborto. Este 8 de Marzo decimos: ¡Ni Un paso atrás!
En 2017 un grupo de feministas norteamericanas convocaron a realizar el primer PIM (paro internacional feminista) ante la asunción del primer gobierno de Trump retomando la tradición de la Segunda Conferencia de Mujeres Socialista dónde Clara Zetkin propuso el 8 de marzo como día de lucha por los derechos de las mujeres trabajadoras. Hoy ante el avance de la ultra derecha tenemos que realizar un 8M que se convierta en una gran jornada internacionalista en defensa de todos nuestros derechos y contra los ajustes de los gobiernos capitalistas.
Conmemoramos a las obreras neoyorquinas que a principios del Siglo XX luchaban contra las jornadas laborales de doce horas y que dio origen al 8 de marzo como día internacional por los derechos de las trabajadoras. Y en la actualidad, impulsamos todas las luchas para que triunfen. Pero alertamos que en este momento de profunda crisis capitalista ninguna conquista, por mínima que sea, podrá ser garantizada a largo plazo si no terminamos con el sistema capitalista que sobrevive a costa de la degradación de la humanidad, y en primer lugar de la mayoría de las y los desposeídos, de la destrucción del planeta y de la opresión de las mujeres y disidencias. Desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI) nos reivindicamos feministas socialistas y buscamos unir la lucha antipatriarcal a la pelea anticapitalista para el triunfo del socialismo en todo el mundo y de esta manera, terminar con todo tipo de explotación y opresión. Esta tarea sólo podrá ser llevada adelante por los gobiernos de la clase trabajadora y los sectores populares.
8M luchamos en todo el mundo:
Contra Trump y la ultraderecha.
Contra los planes de ajuste de todos los gobiernos
Contra el racismo y la xenofobia
Contra los feminicidios y la violencia de género
Por la legalización del aborto
Por Palestina libre del río al mar
Con nuestro feminismo socialista contra todo tipo de opresión y explotación
¡No
Por Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional
Donald Trump, en una rueda de prensa en el marco de la visita de Benjamín Netanyahu a Estados Unidos, hizo una declaración aberrante que ha causado un gran revuelo mundial. El ultraderechista Trump anunció la propuesta de expulsión de los palestinos de Gaza, y su relocalización en otros países de la región, mencionando específicamente a Egipto y Jordania. El jefe del imperialismo dijo que: «Estados Unidos tomará el control de la Franja de Gaza… Seremos dueños de ella”. Y agregó que podrían enviar tropas a Gaza de ser necesario.
Tan repudiables y reaccionarias han sido sus declaraciones intervencionistas, que hasta la ONU se ha visto obligada a rechazarlas. De igual manera lo tuvieron que hacer los reaccionarios gobiernos de Egipto, Arabia Saudita, Qatar, Emiratos Árabes y demás miembros de la Liga Árabe.
do a los dos millones de palestinos de sus tierras históricas. Haciendo de esta forma realidad conformar el Gran Israel, objetivo estratégico del sionismo, del Likud y del gobierno ultraderechista de Netanyahu.
Con esto prácticamente quedaría cancelada la tercera fase del acuerdo del cese al fuego, que suponía la reconstrucción de Gaza y el retorno de la población a sus casas. Amenazando nuevamente las vidas de los palestinos de Gaza.
Trump se dejó de eufemismos y del palabrerío sobre el proyecto de los dos
otro sitio donde no le disparen, ni los maten. Pero no dijo que quienes les han disparado y asesinado han sido precisamente sus aliados israelíes, cuyo primer ministro Netanyahu se encontraba a su lado en la conferencia de prensa.
Sin embargo, ha sido el pueblo palestino de Gaza quien con hechos ya le respondió a Trump que no piensan irse de la Franja. Desde hace una semana centenares de miles de gazatíes, que tuvieron que trasladarse al sur ante los bombardeos y la agresión sionista, están regresando al norte de Gaza con sus familias en carros tirados por burros, con autos viejos o caminado con los pocos enseres que aún conservan. “Gaza es nuestro hogar”, dicen abiertamente. Su vuelta es la derrota del sionismo y de Trump. Esto es expresión de la heroica resistencia palestina.
Cínicamente dijo que convertirían a Gaza en la “Riviera del Medio Oriente”, en alusión a la Riviera francesa, balneario y sitio de veraneo de los millonarios del mundo. Ya comienzan a pensar en grandes negocios inmobiliarios en la zona, cuestión que previamente empresas israelíes venían planificando mientras las tropas sionistas destruían con tanques, bombas y bulldozer las casas y edificios de los palestinos.
Las afirmaciones de Trump fueron avaladas por el criminal de Netanyahu, quien con una sonrisa en su rostro dijo que: “el trabajo no está concluido”. E insistió en que Israel tiene 3 objetivos, reconociendo que después de año y medio no han podido lograrlos: destruir a Hamas, lograr el regreso de los rehenes y asegurar que Gaza no sea una amenaza para Israel. En este punto avaló el plan de Trump de expulsar a los palestinos y agregó que “vale la pena prestar atención a esa idea”.
Pero más allá de los proyectos urbanísticos para los millonarios europeos, norteamericanos y del Medio Oriente, lo destacable es que por primera vez, y de forma expresa, un presidente norteamericano se muestra dispuesto a impulsar la limpieza étnica en el territorio de Gaza, expulsan-
estados, que había sido la hoja de ruta de los distintos gobiernos estadounidenses y europeos, y brutalmente, en su estilo típico de “matón” imperialista, propuso la expulsión permanente de los palestinos de Gaza.
Justificó lo anterior diciendo que la franja ha sido “un símbolo de destrucción y de muerte por tantas décadas”; que hoy es un “sitio de demolición”, “todos los edificios están desmoronados”.
Dijo que las personas que viven en Gaza “han tenido muy mala suerte”, y que “han vivido allí una existencia terrible”, todo esto lo dice como si esa destrucción y muerte hubiera sido ocasionada por causas naturales, como si Estados Unidos no tuviera nada que ver con eso, cuando la muerte y las calamidades de los gazatíes han sido consecuencia de años de bombardeos e invasiones del ejército sionista financiado y armado hasta los dientes por el mismo imperialismo norteamericano y sus aliados europeos. No ha sido el azar lo que ha condenado a los palestinos de Gaza a la muerte y la destrucción.
Con total desfachatez dijo que había que propiciar que los gazatíes vivieran en
Desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI), decimos que hay que retomar la movilización mundial contra el plan imperialista y de Netanyahu y su gabinete ultraderechista de expulsar a la población palestina de Gaza, con el objetivo de completar la limpieza étnica iniciada por el sionismo en 1948 con la Nakba. En especial es importante que la juventud norteamericana retome las calles, como hizo durante los acampes en las universidades, ahora para rechazar lo dicho por Trump, y avalado por el genocida Netanyahu. Es necesario que salgan a las calles los pueblos y la juventud de los países árabes y del medio oriente para reclamar de sus gobiernos el apoyo incondicional, político, económico y militar al pueblo palestino, y para exigir que los países que tengan relaciones con Israel, como Egipto o Marruecos, las rompan inmediatamente.
El movimiento internacional de solidaridad con Palestina debe ponerse nuevamente en pie, tal como se hizo para enfrentar y repudiar los bombardeos genocidas. Desde la UIT-CI llamamos a la más amplia unidad de acción internacional para repudiar los dichos del facho de Trump y derrotar todo intento de intervención militar en Gaza y en cualquier parte del mundo.
Por
En vísperas de entrar en el cuarto año de invasión rusa a Ucrania, las tropas rusas tienen la iniciativa y avanzan lentamente. Falto de armamento y con dificultades de reclutamiento que posibilite la rotación en el frente, Ucrania pasa por dificultades. En esta situación y con la llegada de Trump a la Casa Blanca, se han abierto las negociaciones entre EEUU y Rusia sobre Ucrania.
Así como Israel es un interés estratégico del imperialismo norteamericano y esto le da carta blanca al sionismo para cometer las mayores atrocidades, Ucrania siempre ha sido una moneda de cambio entre los imperialismos. El objetivo del imperialismo europeo y Estados Unidos nunca fue la derrota de Rusia, sino llegar a una negociación favorable a los intereses del imperialismo norteamericano, por ello tantas dificultades en la entrega de armamento, antes y ahora. Y Trump cree que ha llegado el momento de forzar esa situación. El contenido de las negociaciones no es la de conseguir la paz justa, sino como proceder a repartirse Ucrania entre los dos imperialismos, entre Rusia y EE.UU. Putin se queda con las tierras ocupadas y EE.UU. se queda con la riqueza en “tierras raras”. Un reparto imperialista como tantos otros en la historia a expensas de los pueblos.
De las negociaciones de las dos potencias para este reparto de Ucrania se excluye al gobierno de Zelensky y, para encubrir su intento de colonizar a Ucrania y al pueblo ucraniano. Trump hace suya la denuncia de Putin de que no hay negociador ucraniano legítimo, y lanza una diatriba contra Zelensky al que culpa de ser responsable de la guerra, de ser un dictador que no quiere elecciones, acusaciones que levantan el entusiasmo del Kremlin. Desde el 24 de febrero del 2022 el único agresor ha sido el imperialismo ruso con Putin la cabeza, que invadió con sus tanques y tropas a Ucrania. La nación agredida ha sido Ucrania. La causa justa está del lado del pueblo ucraniano que salió a resistir la invasión. Por eso los socialistas revolucionarios estuvimos desde el primer día del lado del pueblo ucraniano sin dar ningún apoyo político al gobierno de Zelensky y diciendo No a la OTAN.
EE.UU. y Rusia excluyen de la mesa a los imperialismos europeos, que ven como retroceden en el concierto imperialista mundial. Su impotencia y división interna es más notoria que nunca con países directamente gobernados por sectores de la extrema derecha o en ascenso alineados con Moscú, como Orban en Hungría, o Le Pen en Francia o AFD en Alemania.
Resulta insultante que Trump critique que en plena guerra Zelensky no haya convocado elecciones, cuando Putin se deshizo de toda oposición, la de izquierda en prisión o en el exilio, y de derecha liberal con Navalni envenenado. Con Trump el imperialismo se saca la careta y a su lado los Elon Musk y demás grandes magnates del capital se frotan las manos para robar las riquezas ucranianas.
La política del gobierno capitalista de Zelensky fue fiar todo a los imperialismos y, como ha pasado tantas veces, nunca el interés de los imperialismos fue la libertad de los pueblos. El gobierno ucraniano sigue queriendo agradar a los imperialismos por eso hasta ha dejado abierto seguir negociando con EE.UU. el porcentaje que podría darles de sus riquezas minerales. Mientras sigue aplicando medidas favorables a la oligarquía y de privatización de servicios públicos y universidades, que hacen pagar los costes de la guerra y desmoralizan a los y las trabajadoras, que son quienes aguantan el frente contra la invasión rusa.
Había y hay otra política reclamada por la izquierda política y sindical ucraniana, mientras luchaba en primera línea del frente contra la invasión rusa. La izquierda ucraniana exigía del gobierno intervenir sobre las grandes fortunas de la oligarquía asociada con las grandes multinacionales para poner esos fondos y la economía al servicio de atender la lucha en el frente y las grandes necesidades de las masas, que son quienes han soportado con muertos y sufrimiento la defensa de Ucrania.
Pero también hay una responsabilidad muy grande de la mayoría de la izquierda reformista mundial que se ha puesto del lado del agresor imperialista Putin. Han dejada aislada la lucha de la resistencia de las y los trabajadores y el pueblo ucraniano y la de su izquierda política y sindical Han acusado al pueblo ucraniano de ser
instrumento de la OTAN, de ser un pueblo de extrema derecha, y tantas otras falsificaciones. Incluso denuncian de ser “agentes de la OTAN” a la izquierda revolucionaria que apoyamos al pueblo ucraniano. Ahora resulta grotesco que al coro del castrochavismo, del estalinismo de los PC’s o sectores de la centroizquierda como Podemos, entre otros, que vienen dando su apoyo a Putin como supuesto “antiimperialista”, se les haya unido ni más ni menos que Trump y el actual jefe del imperialismo. El ala más fascistizante del imperialismo norteamericano y el jefe de la OTAN. El mismo Trump que lanza un operativo criminal contra los migrantes, que amenaza los derechos de la mujer, del colectivo LGTBI, que quiere convertir Gaza en un resort después de aplicar la limpieza étnica contra el pueblo palestino. Trump, justificando las ansias expansionistas de Putin, busca reafirmar las suyas en Panamá, en Groenlandia o las del sionismo de Israel en su genocidio sobre el pueblo palestino.
Hay que derrotar los planes de Trump y de los imperialismos sobre Ucrania y en Palestina. La Unidad Internacional de las trabajadoras y trabajadores-Cuarta Internacional apoyó el envío de ayuda a la izquierda antiautoritaria y los sindicatos ucranianos, que enfrentan la invasión a la vez los planes del gobierno de Zelensky. Llamamos a seguir desarrollando la solidaridad con la lucha por la libertad del pueblo ucraniano, desde una posición independiente obrera y popular, contra la invasión del imperialismo ruso y contra los planes de Trump y de la OTAN. Llamamos a apoyar también la resistencia de la izquierda rusa que se opone a la invasión y que está siendo duramente reprimida por Putin y su aliado el dictador Lukashenko de Bielorrusia.
Solidaridad con la resistencia del pueblo ucraniano. Fuera tropas rusas de Ucrania.
No al plan imperialista de repartición de Ucrania de Trump y Putin
Solidaridad contra la represión de la izquierda en Rusia y Bielorrusia
Unidad Internacional de las Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI) 22 de febrero de 2025