NĂšMERO 41 ISSN 0122-8331 COLOMBIA $3000
DIMMU BORGIR
En Colombia
Van Halen Lamb Of God Paul McCartney Lacuna Coil Morrissey Biohazard Volbeat Fantomas
PUNTOS DE VENTA
Por Fabiรกn Esteban Beltrรกn. Fotos: Universal Music
Por: Hugo Alejandro Bernal
M
s i r r o
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Un maldito con suerte y mucho coraje!
Porque sin duda alguna Morrissey es posiblemente el mayor representante de la transformación de los poetas malditos en la cultura popular de nuestros tiempos; no sólo ha logrado sobrevivir a la incomprensión, el fracaso y el rechazo de sus contemporáneos, sino que aparte de haber logrado acariciar el éxito continua siendo una influencia arrolladora en la cultura musical de las últimas tres décadas. Sus canciones que crecieron en el seno de los Smiths en los ochentas continúan siendo un abrazo y un soporte para millones de personas que se enfrentan a la incomprensión y el desamor de su coetáneos. Para la muestra un botón: "Soy el hijo y el heredero de una timidez que es criminalmente vulgar. Soy el hijo y el heredero... de nada en particular. Por que no te callas! Cómo puedes decir que siempre hago las cosas de manera equivocada! Soy un humano y necesito ser amado Igual que todos los demás." (How soon is now?) No me equivoco al afirmar que Stephen Patrick Morrissey transformo el icono del pop al que veníamos acostumbrados desde los años 50, dejando de lado la figura hedonista y egocentrista de la mayoría e incluso por encima de bandas que se abanderaban con un compromiso político, Morrissey se dedico a reforzar la lucha por una expresión honorable y sincera de su propia humanidad, con todo lo que esto implica. "Por que me has dado tanto deseo? Cuando no hay ningún lugar al que pueda ir para descargarlo. Porque me has dado tanto amor, en este mundo sin amor, cuando no hay nadie a quien pueda acudir para liberar todo este amor. Y por que me confinaste a estos huesos y piel que se autodestruyen! Jesús, me odias? Acaso me odias?" (I Have Forgiven Jesus)
Por: Guillermo Patiño
Este enamorado enfermizo de la rebeldía en sus diferentes manifestaciones, que revela en su fascinación por James Dean y los pandilleros o pequeños rateros de su canción "The First of the Gang", siempre ha querido exaltar el amor y el respeto por los marginados, los derrotados e infelices y burlarse con maestría de sus posibles verdugos. Por tanto verlo en vivo es siempre un goce inescrutable, no sólo porque es la oportunidad de oír los clásicos de los Smiths, que interpreta magistralmente en medio de sus hits en solitario, sino porque Morrissey es implacable en el escenario, tanto entregándose por completo en cada canción, como en hacer comentarios provocadores pero bastante inteligentes en medio, como en Madrid en el 2008: "Yo puedo hablar Mejicano así que supongo que también podré hablar en español" desatando una horda de abucheos y risas al unísono entre los asistentes. Así que preparénse para un show que no dejará a nadie indiferente. El Mozz estará en B o g o t á e s t e 1 7 d e M a r zo, p o r f i n ! y afortunadamente.
Dimmu Borgir
Una nueva visita que tiene sabor a revancha. En 2004 la agrupación liderada por Shagrath y Silenoz ofreció un concierto en el que los accidentes logísticos estuvieron a la orden del día, dejando un gusto agridulce en los fanáticos que les vieron abandonar la tarima luego de menos de una hora de batirse en ella. Ocho años después toda una nueva generación de seguidores junto a quienes han acompañado a Dimmu Borgir de viejo cuño y no se han dedicado a refunfuñar sobre sus cambios de dirección, se preparan para una nueva cita que promete ser imperdible. Sin embargo es mucho lo que ha ocurrido dentro de Dimmu Borgir en este lapso de ausencia de los escenarios nacionales. Los odios y amores que levantan no son secreto para nadie, mientras que Shagrath y compañía parecen gustosos de echar leña al fuego, determinados a defender los caminos que han llevado a que sus fans más ortodoxos se rasguen las vestiduras a cada movimiento, mientras los menos prejuiciosos avalan y apoyan el vuelco sinfónico que cada vez adquiere más protagonismo dentro de sus creaciones.
Por: Fabián E. Beltrán Foto: Nuclear Blast
Luego de la cacareada salida de Mustis y Vortex de las filas de la banda, mucho se especulaba respecto a que su único camino era la reinvención, dada la enorme influencia los dos salientes en el sonido del “nuevo” Dimmu Borgir. El primero trajo consigo toda una variedad de influencias nuevas a la banda, y su talento en la composición se filtró claramente en el estilo que empezaron a desarrollar en el gran Spiritual Black Dimensions de 1999, mismo disco en que hizo sus primeras apariciones el segundo de ellos proveniente de los vanguardistas Arcturus, como invitado en las espléndidas voces limpias, antes de quedarse oficialmente también como bajista. Luego consolidaron su condición de “dream team” del black metal al incorporar al fantástico Galder proveniente de Old Man’s Child como compañero de Silenoz. Los cambios han caracterizado a Dimmu Borgir y a estas alturas es algo que no debería aterrar a nadie, toda vez que éstos les han permitido moverse siempre hacia adelante en un género donde los cambios difícilmente son bien recibidos. Abrahadabra de alguna manera reafirmó que el núcleo y la ambición creativa de la banda se encuentran intactos en manos de Shagrath y Silenoz, pese a que bordean el riesgo de ser aplastados bajo su propia pomposidad con más frecuencia de la necesaria.
Esa relación disfuncional que existe dentro del black metal entre reconocimiento y legitimidad, genera pasiones que parecen irreconciliables, en especial para aquellos que insisten en la idea de lo “underground”, un mundillo cada vez más ficticio gracias a Internet y que ha probado ser poco efectivo a la hora de la odiosa tarea de decidir lo que es legítimo y lo que no. Hay tantas agrupaciones dudosas encaramadas en el éxito comercial, como las hay en los pequeños circuitos de bandas en todas partes del mundo. Una cosa es segura y es que Dimmu Borgir ha asumido con entereza las consecuencias de haber optado por convertirse en una banda diferente, ampliando su sonido y llevando al género por caminos que s e g u ra m e n t e s e r v i r á n p a ra conservarlo en movimiento, una empresa en la que también se han comprometido bandas como Satyricon y los geniales Enslaved, cada uno a su manera. El próximo 27 de Febrero la capital colombiana tendrá la oportunidad de asistir a un riguroso repaso por una carrera que ya cuenta con 8 títulos. Desde For All Tid, pasando por los asombrosos Stormblast y Enthrone Darkness Triunphant para llegar a sus más recientes álbumes, apoteósicos y teatrales: todo en un solo show, apto tanto para fans de antaño como para nuevos interesados en lo que Shagrath, Silenoz y Galder tienen para ofrecer, acompañados del baterista polaco Daray (ex – Vader), Cyrus (Superia) al bajo y Gerlioz (The Kovenant) en los teclados. Dimmu Borgir regresa a sacudirse la nieve; la cita se ha pactado y el show está listo: de los asistentes dependerá que el Metropol arda como el infierno.
Por Fabián Esteban Beltrán. Foto: Nuclear Blast
Renacimiento Tóxico Una baja sin duda sensible teniendo en cuenta que la robusta estampa de Seinfeld ha comandado a Biohazard desde el primer día y su ronco estilo vocal ha sido una impronta irremplazable dentro del sonido de los neoyorquinos. Son varios los elementos que hacen de Biohazard una banda especial para sus fans, elementos que están presentes todos en Reborn in Defiance: La capacidad de transitar sin complejos entre el hardcore más comprometido, el hip-hop más asfáltico y el heavy metal que la guitarra de Bobby Hambel trae incorporado en forma de esos solos y fraseos que separaron al sonido de Biohazard del hardcore tradicional. El noveno título del grupo es una vuelta revisionista de su más reconocible estilo, al tiempo que adiciona algunos elementos nuevos al siempre contrastante tandem vocal conformado por Evan Seinfeld y Billy Graziadei. Luego de un intro típico de Biohazard viene la primera patada a la garganta: Vengeance is Mine, donde la rasposa voz de Seinfeld increpa al oyente con “You think you know me…Fuck you!” propulsada con el combustible riff de Hambel; Biohazard en su más pura forma. Sin sucumbir a las empalagosas fórmulas vocales de bandas jóvenes que sospechosamente se hacen llamar hardcore, canciones como Decay, Killing Me y You Were Wrong muestran un lado melódico del conjunto, poco explorado en sus trabajos previos. La vena punk que acentuaron en la era de Mata Leao, una vez Bobby Hambel y su estilo estuvieron fuera de la fórmula, aparece en canciones como Reborn y Come Alive, enriquecidas precisamente por la habilidad del guitarrista que regresa armado de argumentos y pertinencia a la hora de disparar sus ya reconocibles solos y ponzoñosos ataques a las seis cuerdas mientras el siempre efectivo y potente Danny Schuler proporciona toneladas de groove sentado tras el kit de percusión, justo lo que necesitan los cortes más metálicos como Waste Away y Skullcrusher.
La crítica social llega de la mano de cortes como Countdown Doom y Never Give In, una nueva venia al sonido más clásico de Biohazard con Seinfeld disparando rimas apoyado por los furiosos lamentos de Graziadei. El disco cierra con Hambel haciendo de la suyas con un expresivo solo en la instrumental y enigmática Season in the Sky. En Reborn in Defiance Biohazard se enorgullece de serlo, seguramente motivados por la gira de reunión y celebración de sus 20 años de existencia, en donde tuvieron la oportunidad de reencontrarse con material que habían preferido dejar a un lado tras la salida de Hambel. Aunque el balance de este nuevo disco es sin duda meritorio resulta una verdadera lástima que la ansiada reunión se haya esfumado luego de facturar juntos algo con tan alto grado de inspiración. Un viejo conocido de la banda, el bajista y vocalista Scott Roberts ha asumido los roles de Evan Seinfeld, y se ha anunciado como nuevo miembro oficial de la banda de cara al tour de promoción del álbum editado vía Nuclear Blast. Y aunque Roberts suena e incluso se ve similar a Seinfeld, para Biohazard será muy complicado reemplazar satisfactoriamente a uno de sus símbolos. En todo caso se trata de una banda superviviente, que ha resistido el paso de tendencias, problemas con las disqueras y toda suerte de altibajos a lo largo de sus 20 años de labores. El tiempo dictará si lo que ahora se da como definitivo tiene a futuro una solución más favorable. Por ahora Reborn in Defiance es un excelente recordatorio del legado de una banda a prueba de todo: un álbum para renovar los votos con sus seguidores de siempre y una buena excusa para que los recién llegados se dejen contaminar por la tóxica honestidad de su música.
Por: Miguel Ruget
Reducir la creatividad de esta banda al término gótico sería algo más que criminal, pues aunque el toque oscuro y etéreo esta más que tatuado en el concepto musical del conjunto, las melodías dulces y la voz angelical de Cristina le dan un aire celestial a la distorsión de las guitarras que nadando en un mar de teclados, logran un sonido original en un mundo plagado de copias. Si bien la banda se alejó de sus raíces en sus dos discos anteriores; "Karmacode" y “Shallow Life” hoy regresa a ellas sin dejar de mirar hacia adelante. Así lo ve Cristina Scabbia: "Somos conscientes de lo que nuestras raíces y nosotros somos, a la vez que miramos hacia el futuro con nuestra propia visión. 'Dark Adrenaline' es la suma victoriosa de 15 años de experiencia ".
Temas como Trip The Darkness y Kill The Light hablan por si solos, oscuros hasta la médula, pletóricos de guitarras pesadas mientras que Against You desarrolla la rabia con solos magníficos y un gran trabajo rítmico invitando a revelarnos en un momento particularmente sensible por los acontecimientos políticos alrededor del mundo. End Of Time es una canción "diferente" una balada casi pop, pero tremendamente lograda en la cual Cristina y Andrea nos muestran otra faceta de sus voces. Sorprende también el cover que Lacuna Coil hace del exitoso tema Loosing My Religion, original de R.E.M. Sobre el álbum sus vocalistas opinaron: "Nos dimos cuenta de que las letras eran acerca de la tristeza, la rabia y la ira, pero también del poder, la autoestima y el entusiasmo. " explicó Cristina. “Los eventos reales que vivimos han sido la mayor influencia para nosotros,” complementó Ferro, “Aquí no hay un concepto, sólo oscuras vivencias y energía fluyente.” Para Dark Adrenaline, nuevamente el encargado de la producción fue Don Gilmore, quien supo aprovechar muy bien la propuesta antigua de la banda, así como la nueva visión mostrada en Shallow Life, de tal manera que logra cautivar a los fans de vieja data y a las nuevas generaciones por igual. No nos cabe duda que la imagen de la hermosa Cristina Scabbia es parte fundamental del encanto de la banda, pero en el fondo, es su talento y tono de voz lo que prima. Una adrenalina que fluye sensual sobre las oscuras tonadas y los fuertes riffs de un disco que rememora pasajes de su espectacular CD Comalies.
Line-Up: Cristina Scabbia: vocales Andrea Ferro: vocales Marco “Maki” Coti Zelati: bajo, teclados Cristiano “Pizza” Migliore: guitarra CriZ: batería Maus: guitarra líder
Decididamente encaminados a aplacar las críticas mixtas que obtuvo su predecesor Wrath de 2009, el cordero ha enfilado todas sus fuerzas para contentar a sus fieles, aunque es probable que Resolution no les vaya a reportar muchos nuevos adeptos, no porque el disco falle en ser efectivo y cuidadosamente fabricado, sino porque básicamente enfatiza lo que muchos ven como sus principales virtudes, mismas cosas que otro sector entiende como sus flaquezas. De tal suerte, quienes aman a Lamb of God tienen entre manos un motivo más para hacerlo, al igual que quienes los consideran un inoperante refrito de Pantera (siendo ésta última una visión bastante incompleta para nuestro juicio). En su séptimo redondo Lamb of God lustra sus ya probadas capacidades instrumentales y compositivas dejando de lado la simplicidad que acentuaron en Wrath a favor de canciones mejor pensadas, eficientemente ejecutadas y adecuadamente producidas por Josh Wilbur, presente tras la consola desde Sacrament (2006). Desde que Randy Blythe rompe el silencio al tomar una bocanada de aire para el espeso primer corte con sabor a doom y a modo de intro Straight for the Sun, el oyente se alista para una montaña rusa de riffs disparados por los raudos dedos de los guitarristas Mark Morton y Willie Adler, en complicidad con el macizo bajo de John Campbell.
Por: Fabián E. Beltrán
Entre las mejoras que contiene Resolution hay que resaltar la labor del siempre enfadado vocalista de Lamb of God, quien hace un notorio esfuerzo por variar su registro con relación a trabajos previos donde se presenta menos versátil. Blythe se pone al paso de las cuerdas siempre cambiantes dentro de un rango de furia inalterable contagiando al escucha que obtiene lo que vino a buscar. Sin embargo el punto más alto del álbum lo proporciona el excelso baterista Chris Adler, una máquina que a cada corte saca un nuevo truco bajo la manga y de quien no resulta exagerado afirmar que es uno de los principales responsables del sonido de los de Virginia y el hilo de acero encargado de unir todas las partes en cuestión. Una versión más intensa y dinámica de Lamb of God es lo que Resolution tiene para ofrecer en la gran mayoría de cortes: groove metal portentoso y construido metódicamente desde lo instrumental a la vez que logran revestir su sonido característico con una nueva capa de brutalidad, objetivos que se cristalizan cuando existe un acople que trabaja sin fisuras como el que Lamb of God exhibe inmodestamente en este trabajo que cierra con una de las canciones más arriesgadas que el cordero se haya atrevido a grabar: King Me flirtea con orquestaciones y una voz femenina que sirve de telón a la profunda voz de Randy, mientras las cuerdas y la percusión se funden en un angular riff de math metal. Pocas bandas de metal modernas pueden darse el lujo de hablar de un sonido propio; más allá de los elementos que una banda tan influyente como Pantera haya podido heredar al estilo de ésta y muchísimas otras agrupaciones. Lamb of God apunta con Resolution a reafirmar su personalidad como conjunto, haciendo de la comparación algo cada vez menos acertado, incluso corriendo el riesgo de parecer estancados en breves pasajes del álbum precisamente por su obstinación en tomar lo que saben hacer y hacerlo mejor. Se ha anunciado una nueva visita de Lamb of God junto a los poderosos Hatebreed para el próximo 7 de Abril en el Teatro Metro de Bogotá, un concierto marcado con rojo desde ya en los calendarios de cientos de seguidores de las nuevas tendencias del metal y que ofrecerá un prisma diferente para degustar el material de Resolution también desde lo que el conjunto ofrece en directo. Quienes se acerquen a este cordero de Dios quizás no lo hagan para quitarse el pecado del mundo, pero sin duda se sentirán dichosos.
RESEÑAS