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INIGO KENNEDY

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30 AÑOS DE TRESOR

30 AÑOS DE TRESOR

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KENNEDY

VISIONES ELECTRONICAS ASIMÉTRICAS

Autor: EDUARDO P. WAASDORP Foto: JOHN YOUNGE

Inigo Kennedy es una de las figuras clave en el techno y la electrónica británica desde los primeros días. Este DJ y productor, reconocido como pionero y respetado por su trayectoria al frente de plataformas como Asymmetric, lleva más de 25 años trabajando y rompiendo barreras dentro de la música con su visión independiente y única de cómo debe ser la música.

Nacido en Londres en 1972, Kennedy se vio fascinado por la electrónica, la computación y la robótica desde muy joven, con influencias tempranas de artistas como Jean Michel Jarre, Depeche Mode, Howard Jones o The Human League, por nombrar unos pocos. Después de su coqueteo con el hip-hop, fue la energía del acid house y los breakbeats la que terminó de atraparle, siendo una progresión natural que terminaría con su visión tan particular del techno.

Habiendo fundado el mencionado Asymmetric en 1999, el sello se convirtió en un escaparate para la música más leftfield y experimental de Inigo. Hace 12 años, dada su estrecha colaboración con Token y Kr!s, puso el sello a descansar y todo este tiempo lo ha pasado entre el sello belga y su familia. Hasta ahora.

2021 marca el año de vuelta de la plataforma de Kennedy, donde ya ha publicado un primer EP y donde ahora presenta su último disco, ‘Eyes Closed In The Sun’. Nos sentamos con el británico para saber qué hay detrás de este disco tan especial y de su vuelta al frente del icónico Asymmetric. ¡Música, maestro!

¡Hola, Inigo! ¡Es un placer tenerte después de tanto tiempo en la revista! ¿Cómo va tu año? Ha sido un año ocupado y está pasando más rápido que el anterior. No sé si es el caso de todos, pero para nosotros – más allá del tema musical – ha sido un no parar, especialmente en cuanto a mi vida familiar y todo el tema de la pandemia. Así que la primera parte del año ha sido de tener el cole en casa, intentando hacer música en los ratos libres (risas). Ha estado bien, estoy feliz porque he podido hacer mucha música, aunque sin viajar ni nada…

¿Has podido pinchar de nuevo? No, todavía no. He tenido un par de ofertas, pero la logística sigue siendo un poco complicada y arriesgada, especialmente por mi familia. Yo tengo un trabajo fuera de la música y es difícil arriesgarse a viajar, especialmente viajes largos. Todavía no he actuado, pero algunas cosas seguramente vendrán pronto. Ya ha habido un anuncio del gobierno, para hacer los viajes algo más fáciles, así que ya veremos. Mi mujer va a Barcelona la semana que viene, a pasar un par de días libres, un descanso mental (risas). Así que hemos estado vigilando los requisitos de entrada y salida. Desde luego, para los británicos es más fácil viajar a Europa, lo difícil es la vuelta. Te convocamos ante la notica de la publicación de tu próximo álbum, ‘Eyes Closed In The Sun’. Sale en tu propio sello, Asymmetric, que vuelve a la actividad. ¿Cuánto tiempo te costó terminar el disco? ¿Cuánto del disco fue producido durante la pandemia? Básicamente, casi todo el disco. Aunque el plan de traer de vuelta a Asymmetric llevaba ya un tiempo en mi cabeza. Ya tuve muchas conversaciones con Kr!s – jefe de Token Records, con quienes llevo trabajando desde hace años – sobre la posibilidad de reactivar el sello, y cómo iba a encajar en la escena. Eso ya era mi plan.

Por otra parte, el año pasado me sorprendí a mi mismo por la cantidad de música que conseguí hacer. Y no tenía un escaparate ya pensado para ella, porque era música que tiraba mucho al leftfield, que es el tipo de música que solía publicar en Asymmetric. Música que no encaja con muchos sellos techno y que sí lo hacía con mi sello. Creo que, exceptuando un track, el resto fueron producidos durante el confinamiento. De hecho, creo que es justamente el track ‘Eyes Closed In The Sun’, que da título al trabajo, la que más tiempo tiene, un par de años. Esa es la única que he podido probar en un club (risas).

Sí, hay muchos artistas con los que hemos hablado que nos han expresado lo raro que es sacar música sin poder probarla en la pista de baile… Para mí es al contrario. Creo que la música que he sacado en el disco y en el EP anterior es buena tanto para escucha, como para bailar. Yo lo que veo raro es que en este año y medio las promos que me han llegado están casi totalmente centradas en la pista de baile. Es algo que no entiendo, porque creo que es música que va a perderse totalmente… Tu álbum está en medio de esa delgada línea que separa algunos experimentos sonoros más de escucha de la pista de baile. Es muy experimental, en comparación con el techno al que nos tienes acostumbrados… ¿Eso se debe, en parte, a la pandemia y al confinamiento? ¿O va por otro lado? Realmente no creo que tenga que ver con eso. Porque esa variedad era algo que ya tenía en mí antes, también en el sello. Cuando te fijas en los primeros doce lanzamientos en vinilo te das cuenta, y todavía más cuando empecé a hacer lanzamientos digitales. En los 2000 la música iba desde el ambient, electrónica desde luego, cosas más glitchy… Ni siquiera el 50% de la música era techno, al menos en la versión para la pista de baile. Y siéndote sincero, de este nuevo álbum pondría fácilmente cinco o seis tracks en una de mis sesiones. Aunque sé que no es algo para todos los públicos, porque no encaja en la moda que se lleva ahora.

El sonido de este álbum tiene tu personalidad en cuanto a la producción, pero el sonido es más profundo, con una gran influencia de breakbeats y paisajes sonoros. ¿Cómo fue el proceso creativo? Mi proceso de trabajo siempre ha sido bastante parecido entre trabajos. No me gusta diseñar tracks y por eso trabajo más como si fuera un directo, y eso se traduce también en mi forma de pinchar. Me baso mucho en la improvisación, de hecho uso el Jam de Maschine, de Native Instruments, como herramienta. No es que sea un mago del hardware, pero lo uso como una forma rápida para esbozar ideas, por lo que es una gran manera para crear diferentes variaciones de esas ideas, con diferentes partes del ritmo, de la melodía, quizá subirla o bajarla una octava. Puedo hacerlo todo bastante fácil con Jam y de ahí va a grabarse en un master estéreo. Nunca trabajo en una línea de tiempo, diseñando controles, fases y breakdowns, y un montón de stems. Tan solo esculpo

sonidos sobre sonidos, buscando formas de trabajarlos en directo, porque me gusta reaccionar al momento. Ahí es donde creo la energía emocional, porque está ocurriendo en el momento, no porque esté diseñada para subir aquí o allá, y el efecto ocurre aquí, y el kick va a ir aquí…

No sigues ninguna fórmula… Bueno, más o menos. Porque al final intento que encaje en una “estructura de club” (risas). No me da miedo poner un kick un beat antes o después. A mi me gusta trabajar con polimétricas y polirritmos, pero es algo de mi subconsciente, decisiones que se toman al momento. Y los aparatos que uso me permiten hacer eso.

Hay conceptos interesantes en algunos tracks, como ‘Penge’, que rompe con el tono del resto del disco con su carácter experimental y acelerado, cercano al d&b. ¿En qué te inspiraste para ese track en particular? Creo que ese fue experimentando con un plugin nuevo. En este caso es el Psychic Modulation, la drum machine… aunque no recuerdo el nombre de la función, pero básicamente lo que hace es cambiar todos los parámetros de una forma creativa. Es muy difícil trazar una línea que separe lo completamente aleatorio, de lo que es solo un poco aleatorio. Esto, digamos, es pseudo-aleatorio porque es algo que puedes controlar, y ese plugin funciona realmente bien. En ese track estaba coqueteando con esas influencias de Aphex Twin, en la forma en la funcionan las melodías. Suena complicado, pero producir ese track fue bastante simple. Fue energético el solo hecho de haberla grabado. En general, el disco es una profunda experimentación de electrónica de alto nivel, como se percibe en tracks como ‘Drop Form’ o ‘Memory Trial’, dos de mis favoritas. Esta perspectiva difiere de las actuales tendencias en el techno. ¿Qué piensas del sonido techno actual en general? Como te decía antes, es raro oír la música estando aislados y no en un club. Hay música que sería brillante en un club, porque no está hecha para oír en tu casa, con unos auriculares. Me gusta mezclar algo de esa música, pero hay una gran mezcolanza de tendencias ahora. Todavía hay música melódica muy potente, pero también existe un auge de los bpms más elevados, así como de esta especie de techno retro-acid. Yo estuve ahí en la primera o segunda ola y ahora ha vuelto (risas). Es gracioso ver cómo ha vuelto. Las producciones, en mi opinión, son un poco planas. Pero eso es por la forma en la que yo trabajo. Yo busco más densidad y tener más ese aire de canción, con más emoción. Yo no podría hacer ese tipo de música de forma efectiva, porque es como un track muy funcional, machacón, estilo DJ tool… me cuesta hacer ese tipo de música. Cada uno tiene diferentes talentos…

Es el primer álbum en una década en ser publicado en tu sello, Asymmetric. ¿Por qué la decisión de resucitarlo después de más de 10 años? La razón por la que dejé el sello fue, en parte, porque empecé a trabajar con Token en ese momento, hace unos 12 años. Eso iba muy bien, muy centrado en el vinilo, había mucho interés y mucha promoción y las cosas despegaron. Al final terminé desviando mi “música buena” (risas) en esa dirección. Pero al mismo tiempo seguí haciendo música más tirando a leftfield que nunca iba a ser publicada en Token. Y que conste que creo que he sido responsable por los releases más leftfield que ha tenido Token (risas). Pero sigue siendo una agenda diferente a la que yo quería para Asymmetric. Haber estado 12 años trabajando para Token ha sido brutal, pero mi deseo de traer de vuelta a Asymmetric no paraba de crecer y todos los años pensaba: “Otro año ha pasado”. Es algo en lo que piensas mucho, especialmente cuando formas una familia. Tengo un hijo de 8 años, así que eso explica qué ocurrió en ocho de esos años (risas). Entras en un túnel temporal y los años empiezan a pasar volando. Y como te decía al principio, cuando hablaba con Kr!s pensé que ahora era el momento adecuado: no hay actuaciones, tengo la energía, tengo la música… Esta vez incluso hemos hecho promoción, para que la gente se entere de la vuelta y porque creo que es un sello interesante, al que nunca se le ha promocionado demasiado. No soy bueno en eso (risas).

¿Cómo ha sido la respuesta de la gente? Ha sido buena. A ver, en verdad es difícil de saber porque vivo en una burbuja, en cierta forma, ya que la gente que me dice cosas ya sabía de la existencia del sello o son grandes fans de Asymmetric desde su primera etapa, donde solo había vinilos. He oído cosas muy buenas de mucha gente y estoy seguro de que habrá nuevos fans seguro. Para mí también es interesante, porque Bandcamp me permite ver directamente qué tracks son más interesantes para la gente y hay una gran variación. Por ejemplo, me decías que ‘Drop Form’ es una de tus favoritas y cada uno elige una diferente, que es algo que me gusta, porque no es que la gente se esté quedando solo con una.

El primer release de esta nueva etapa fue ‘Recovery Mode’, hace algunos meses. ¿Cómo han cambiado las cosas en la industria discográfica después de 10 años? ¿Ha sido difícil adaptarse a las nuevas formas en que la gente consume música? No tanto con la forma en la que la gente consume la música, porque ya habíamos entrado en el mercado digital con Asymmetric MP3. Esa fue una evolución cuando la escena de net labels estaba en auge y los releases eran gratuitos. Era la idea que tenía para el sello: tener un escaparate donde poder sacar mi música. Nunca me llegué a meter en la parte de negocio y ahora es cuando realmente estoy haciéndolo. Es la primera vez que tengo una agencia que se encarga de la prensa y promoción, y me he dado cuenta de que es realmente difícil, como un campo de minas, conseguir llamar la atención ahora.

Incluso teniendo más de 20 años de experiencia en la industria, es difícil destacar y que la gente se fije. Sigo viendo cómo van las cosas, no sé qué cifra de ventas será buena. Normalmente, uno saca música para conseguir bolos y seguir girando, pero ahora mismo las cosas están como están. Es difícil, porque incluso el contenido editorial tiene un coste asociado algunas veces. Ahora es todo mucho más enfocado al negocio que al fan, ese es uno de los mayores cambios que he visto.

¿Cuál es el futuro del sello? De momento solo mi trabajo, como siempre ha sido. Siempre ha sido un sello que se ha asociado a mi, así que sacaré más EPs, el tercer release ya está en pre-master, en la habitación de al lado (risas). Para mí reabrir el sello también ha sido una experiencia de aprendizaje, sobre mastering, el flow de la música, intentando hacerlo todo tu… Es una industria artesanal y para mi eso es interesante, porque es intelectualmente estimulante aprender algo diferente. Saldrá un EP seguro en los próximos dos meses para mantener el ritmo. La música no es el problema, sino cuándo sacarla. Quiero sacar el máximo provecho al timing y a la promoción, hay que tener un poco de planificación.

Y aparte de tener tiempo para crear el disco, ¿cómo ha sido este tiempo para ti, alejado de las pistas de baile? En mi caso, hemos sido bastante afortunados. No estoy diciendo que hayan sido unos 18 meses fáciles, pero estamos en una posición afortunada. Yo tengo un trabajo fuera de la música, siempre ha sido así, he podido trabajar desde casa y sigo haciéndolo. Mi mujer trabaja, pero todo el año pasado estuvo en casa y recientemente ha conseguido otro trabajo. Eso también ha sido difícil, pero ha tenido sus ventajas, ya que hemos tenido que meter la escuela en casa para nuestro hijo. Es algo muy difícil, convertirte de pronto en maestro, además de quien cuida y sustenta la familia, las 24h, cuando también necesitas tu espacio y descanso mental. Este año ha sido implacable, porque hemos tenido que intentar mantener una estructura, el colegio, poniendo cara amable ante una situación que nadie ha vivido antes, además de trabajar y hacer música. A pesar de todo, nuestra situación ha sido bastante afortunada, ya que no hemos sido afectados de cerca por el virus. No volvería a pasar por esta situación, pero hemos estado bien y ocupados. Eso ha ayudado. Aunque yo he sufrido de ansiedad al principio. Siempre lo he tenido, pero fue un impacto.

¿Cómo ves el futuro de la escena después de la pandemia? Es imposible de ver, es una pregunta difícil. Son momentos raros y hay cosas que parecen normales pero no son normales (risas). También tendrá que ver con que soy de una generación diferente, me hago mayor y tengo una visión diferente a cuando tenía 20 años, con esa sensación de inmortalidad y una actitud más despreocupada. Ahora mismo no estoy muy seguro, porque uno ve que se puede viajar, ves clubes abriendo en algunos países y en Reino Unido también, aunque hay muchas cosas pasando. Pero no veo que haya una espontaneidad, eso mata las ganas. Porque tienes que reservar tiempo, hacerte el test, comprarte las entradas… ya no puedes ir a un sitio porque sí. Es muy diferente, pero ojalá sea eso lo que estabilice la situación en los próximos meses y años, para volver a tener la sensación de libertad.

¿Qué más te depara 2021 y 2022, Inigo? El sello ocupará gran parte del tiempo, saldrán un EP o dos en Asymmetric antes del final del año, creo. Y luego hay varios tracks y remixes para otras plataformas también. Especialmente me hace ilusión un próximo lanzamiento en Skryptöm, por el 10mo aniversario del sello. También habrá otro lanzamiento y un álbum de electrónica, grabado hace un par de años, que sacaré en el sello chileno UTCH. Es mucho más downtempo y habrá casete, un 7” y digital. Ha sido un proceso muy largo con este último, pero debería estar para finales de año.

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